Tema 5

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TEMA 5: LA INVESTIGACIÓN DEL DELITO

1. LA INSTRUCCIÓN EN EL PROCESO PENAL


A. Consideraciones previas sobre la instrucción.
→ La estructura básica del proceso penal se divide en 2 fases principales. La primera es la
instrucción, llamada sumario en el proceso ordinario y diligencias previas, en el procedimiento
abreviado. La segunda es la fase de plenario o juicio oral. Esta división responde al deseo del
legislador de garantizar la imparcialidad del Tribunal sentenciador.

→ La separación del proceso penal en fases atribuye a la de instrucción, como objeto de la


misma, la investigación de los hechos, la identificación e imputación de los posibles
responsables, la localización y conservación de las pruebas del delito, la imposición de
medidas cautelares personales y reales, y la decisión de archivar la causa o continuar con la
fase intermedia hasta juicio oral.

Las principales características de la fase de instrucción son:

- Jurisdiccionalidad: la naturaleza de la fase de instrucción es jurisdiccional porque


requiere valoración de los hechos, inserción en el supuesto de una norma y
determinación de la consecuencia jurídica.
- Inquisitoriedad: el principio rector de esta fase de instrucción es el de oficialidad, de
tal manera que la forma procesal predominante en esta fase es la inquisitiva y, por
esto mismo, el Juez instructor puede iniciar el proceso por sí e investigar e imputar de
oficio. Esta capacidad de iniciativa del instructor tiene algunas limitaciones de carácter
acusatorio. El Juez instructor no puede imponer medidas cautelares personales si no es
a instancia de parte acusadora o del Ministerio Público. No es constitucionalmente
admisible que un Juez abra una instrucción general para hallar aleatoriamente indicios
de delito en el comportamiento de una persona.
- Sumariedad: la fase de instrucción tiene que ser suficiente para poder decidir si hay o
no motivos para abrir juicio oral.
- Secreto: las diligencias de la instrucción son secretas, con carácter general, para
quienes no están personados en la causa, hasta la apertura de juicio oral. También
serán secretas para las partes personadas, cuando el Juez de Instrucción, de oficio, o a
instancia del Ministerio Fiscal o de cualquier parte, lo acuerde expresamente,
mediante auto motivado y por plazo no superior a 1 mes. Las partes personadas
pueden conocer e intervenir en todas las diligencias de la instrucción.
- Suficiencia y efectividad: la investigación penal debe ser suficiente y efectiva para que
respete el derecho a la tutela judicial del denunciante o querellante.

B. Reglas básicas de la instrucción.


→ La competencia para la instrucción de los procesos por delito corresponde al Juez de
Instrucción del partido judicial donde se haya cometido el delito, salvo en las causas contra
aforados.

→ El sumario se forma bajo la inspección del Fiscal y ante el Letrado de la Administración de


Justicia.

→ La reforma de la LECrim ha instaurado un novedoso régimen temporal para la instrucción


de las causas penales. La instrucción penal no se prolongará más de 6 meses desde la fecha del

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auto. Sólo si el Ministerio Fiscal lo solicita, el Juez de Instrucción podrá declarar que la
instrucción es compleja y el plazo podrá prolongarse hasta 18 meses.

Pasado 1 mes desde la incoación, el Juez instructor dará parte de las causas que impiden su
conclusión. Una vez iniciado el proceso penal no podrá seguirse pleito por el mismo hecho,
debiendo éste quedar suspendido hasta la resolución definitiva de la causa criminal.

Transcurridos los plazos de instrucción, el Juez habrá de dictar el auto de conclusión del
sumario. La incoación de la instrucción penal produce la interrupción de la prescripción de los
delitos y la prejudicialidad suspensiva en todo proceso que verse sobre los mismos hechos y en
cualquier otro orden jurisdiccional.

→ La prescripción del delito se interrumpe desde que el procedimiento se dirige contra la


persona indiciariamente responsable del delito, lo que sucederá, bien cuando el Juez instructor
dicte una resolución motivada que atribuya al investigado su presunta participación en los
hechos, bien cuando la querella o denuncia haya sido admitida en el plazo máximo de 6 meses
desde su presentación.

2. LA INVESTIGACIÓN PREJUDICIAL DEL DELITO


A. Las diligencias preliminares del Ministerio Fiscal.
→ El Ministerio Fiscal puede recibir directamente denuncias y atestados policiales sobre
hechos con apariencia delictiva. En estos casos, tanto la LECrim como su Estatuto Orgánico
permiten al Ministerio Público archivar la denuncia, remitirla al Juzgado o iniciar una
investigación propia.

La investigación propia del Ministerio Fiscal es siempre prejudicial y debe cesar en cuanto
tenga conocimiento de que un Juez está investigando los mismos hechos. Mientras esto no
suceda, el Fiscal puede practicar por su cuenta las mismas diligencias de investigación que
prevé la LECrim, excepto las que sean limitativas de derechos fundamentales, para las que
necesitaría autorización judicial.

→ Los principios de contradicción, proporcionalidad y defensa inspirarán la práctica de esas


diligencias.

El Ministerio Público dispone de un máximo de 6 meses para realizar su investigación, plazo


que puede prorrogarse a 12 meses cuando se investiguen delitos de corrupción o de
delincuencia organizada. Agotados estos plazos, el Fiscal habrá de decidir si archiva la
denuncia o si la remite al Juez de instrucción.

B. La investigación previa de la Policía Judicial.


→ Las primeras diligencias de investigación sobre un hecho delictivo no siempre se realizan
bajo la dirección del Ministerio Fiscal o del órgano judicial instructor, sino a instancia propia
del cuerpo policial cuyos funcionarios se trasladen al lugar de los hechos.

→ La CE se refiere a la Policía Judicial en el art. 126 para hacerla dependiente de los Jueces, de
los Tribunales y del Ministerio Fiscal y para asignarle las funciones de averiguación del delito y
descubrimiento y aseguramiento del delincuente. Integran la Policía Judicial las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y las policías autonómicas.

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→ Esta investigación previa de la Policía Judicial está formada por las diligencias de
prevención que comprenden la toma de testimonios personales, la recogida y custodia de
efectos, objetos y pruebas del delito, la documentación de las actuaciones y la información de
derechos a víctimas e investigados. En cuanto la investigación sea puesta bajo control del
Ministerio Fiscal o del Juez de Instrucción, cesarán las diligencias de prevención policiales. El
resultado de la investigación de la Policía Judicial se recogerá en un atestado.

3. LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL DEL DELITO


A. Incoación del proceso penal.
En el proceso penal se investiga y se juzga la responsabilidad criminal de una o varias personas
por uno o varios hechos con apariencia delictiva, materia que trasciende el interés particular
de las víctimas del delito y sobre la que recae un interés público que justifica la amplia
legitimación activa legalmente prevista para provocar la iniciación de una causa penal.

B. Incoación de oficio.
El Juez de Instrucción puede acordar de oficio la apertura de una instrucción en cuanto tenga
conocimiento por sí mismo de la comisión de un hecho con apariencia delictiva. Las formas a
través de las cuales puede acceder a dicho conocimiento son el rumor, la notoriedad o la
flagrancia.

Las formas que puede adoptar el traslado de la información de un tercero al Juez de


Instrucción son la denuncia, la querella y el atestado policial.

C. La denuncia.
→ La denuncia es un acto de información realizado bien por la víctima o el perjudicado, bien
por un testigo, acerca de la comisión de un delito público realizado. Se trata una declaración
de conocimiento, porque el denunciante únicamente informa sobre los hechos, sin obligación
de aportar prueba que los acredite, ni de asumir la posición de parte acusadora en el proceso
que pueda incoarse con motivo de esa denuncia. Queda a salvo, en todo caso, la posible
responsabilidad penal del denunciante por denuncia falsa.

→ La presentación de la denuncia es un deber para quien haya presenciado un delito público o


tenga conocimiento del mismo por cualquier otra vía. Están exentos de cumplir este deber los
menores de edad y los privados de razón, así como el cónyuge o persona en relación análoga
de afectividad, ascendientes, hijos y hermanos del sospechoso. Están obligados a denunciar
quienes tengan conocimiento del delito por razón de sus cargos, profesiones u oficios, tales
como policías o médicos, y con la excepción de los Abogados, Procuradores y sacerdotes.

La denuncia puede formularse ante cualquier autoridad, bien sea policial, fiscal o judicial.
Quien la reciba será el encargado de realizar las diligencias iniciales para la comprobación de
los hechos denunciados.

→ La forma de la denuncia puede ser escrita u oral. El denunciante siempre habrá de estar
identificado, lo que plantea el problema de la validez y eficacia de la denuncia anónima.

→ El efecto principal de la denuncia es provocar la incoación del proceso y el inicio de la


investigación de lo denunciado. El denunciante puede declarar como testigo. Si fuera víctima o
perjudicado se le ofrecerá la posibilidad de personarse como acusador particular.

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D. La querella.
→ La querella se basa en una declaración de voluntad del querellante, por lo que éste afirma
la acción penal, con el contenido puramente procesal que corresponde a esta fase inicial.

Tiene legitimación activa para ser querellante: el Ministerio Fiscal; la víctima, el perjudicado o
el ofendido por el delito; y cualquier ciudadano español siempre que se trate de un delito
público. El querellante popular y el extranjero deberán ofrecer la constitución de fianza.

→ La querella ha de interponerse ante el Juez de Instrucción competente, salvo que el


querellado o alguno de los querellados esté aforado ante un Tribunal superior. No obstante,
por razones de urgencia podrá el querellante acudir a otro Juez de Instrucción para que
practique las primeras diligencias instructoras.

La querella deberá ser siempre escrita e ir firmada por Abogado y Procurador con poder
bastante y tendrá que consignar el órgano competente; los datos del querellante y del
querellado; la narración de los hechos delictivos; y las diligencias de investigación y cautelares
que considere pertinentes.

→ La admisión a trámite de la querella adoptará la forma de auto y dependerá de que los


hechos que se narren en ellos sean típicos y de que el juzgado ante el que se ha presentado
sea competente. A partir de la admisión el querellante quedará sometido al proceso, es decir,
queda personado como parte activa. Se entenderá que el querellante desiste cuando,
tratándose de delitos privados, no inste el procesamiento del querellado en los 10 días
siguientes a la incoación del procedimiento.

→ La querella interrumpe la prescripción del delito siempre que en el plazo de 6 meses desde
su presentación el Juez de Instrucción dicte una resolución motivada que atribuya al
querellado o denunciado su posible participación en los hechos.

E. El atestado policial.
→ Cuando la Policía recibe una denuncia o tiene conocimiento de un hecho delictivo, debe
realizar unas primeras diligencias de prevención lo sucedido cuyas circunstancias y resultados
se recogen en un atestado. El atestado irá firmado por los funcionarios que lo redacten y se
ofrecerá que lo firmen a los testigos y peritos que hayan declarado ante la Policía.

La Policía entregará el atestado policial al Juez de Instrucción y remitirá una copia al Ministerio
Fiscal. En el plazo de 24 horas deberá dar cuenta a uno u otro de la comisión del delito, sin
cesar en las diligencias que estuviera practicando. Cuando el hecho delictivo no tuviera autor
conocido y las diligencias practicadas en las 72 horas posteriores a la apertura del atestado no
hubieran producido resultado alguno, la Policía no enviará el atestado al Ministerio Fiscal ni a
la autoridad judicial, salvo que se lo reclame uno u otro o que verse sobre delitos contra la
vida, la integridad física, la indemnidad y libertad sexuales o de corrupción. El denunciante será
informado previamente de esta posibilidad.

El atestado policial sólo tiene el valor de una denuncia, por lo que deberá ser ratificado en
juicio oral por los funcionarios que lo redactaron para que adquiera condición de prueba apta
para desvirtuar la presunción de inocencia. Hay ciertas diligencias policiales que pueden tener
la condición de prueba preconstituida, cuando no fuera posible su reproducción en el juicio
oral.

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4. DILIGENCIAS DE INVESTIGACIÓN EN LA FASE DE INSTRUCCIÓN
A. Consideraciones iniciales.
→ La fase de instrucción tiene como finalidad verificar la existencia de los hechos denunciados
con apariencia de delito e identificar a sus posibles responsables. En definitiva, son diligencias
que sirven para decidir si es procedente abrir juicio oral o archivar la causa.

La actividad meramente investigadora de la fase de instrucción se integra por diligencias que


carecen de la condición de prueba, en sentido estricto, dado que no se practican en todo caso
con plena contradicción de las partes. Las diligencias de investigación habrán de ser
reproducidas o ratificadas en la contradicción de las partes. Habrán de ser reproducidas o
ratificadas en el juicio oral para que adquieran el rango constitucional de prueba de cargo
suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia.

→ Son admisibles ante el juicio oral, pero con carácter excepcional, las pruebas anticipadas y
preconstituidas. Las anticipadas son las que las partes solicitan en sus escritos de acusación o
defensa para que se practiquen previamente al comienzo del juicio oral, pero ante el Tribunal
juzgador, cuando crean que no podrán ser realizadas durante las sesiones del juicio. Las
preconstituidas son las que se practican ante el Juez de Instrucción, porque se teme que no
podrán ser reproducidas en el juicio oral o porque el declarante es menor de 14 años o
persona con discapacidad necesitada de protección, debiendo practicarse con la máxima
contradicción y quedar documentadas de tal manera que sea posible su introducción en el
juicio oral mediante su lectura o reproducción.

Las diligencias de investigación pueden ser acordadas de oficio por el Juez de Instrucción o
instadas por el Ministerio Fiscal y las partes personadas, en cualquier momento de la fase de
instrucción. Salvo que medie declaración de secreto, las partes intervendrán en la práctica de
las diligencias de investigación. En caso de que el sujeto investigado sea una persona jurídica,
podrá designar a un representante para que intervenga en la práctica de diligencias de
investigación o prueba anticipada, junto con el letrado defensor.

B. Diligencias iniciales para la comprobación del delito y para la determinación del


delincuente.

✰ Diligencias para la comprobación del delito.

→ La inspección ocular consiste en el reconocimiento que se lleva a cabo del lugar del delito,
cuando haya dejado vestigios o pruebas materiales de su perpetración. Esta diligencia se
documenta en un acta, que reflejará las circunstancias del lugar y del hallazgo de las pruebas,
pudiendo ordenar el Juez a la Policía Judicial o al Médico Forense que conserven y analicen las
muestras recogidas. También se hará mención a las personas que estuvieran en el lugar, a las
que tomará declaración separadamente.

Si el delio no dejó huellas o vestigios, el Juez hará constar en el acta la causa de su ausencia y
tomará declaración a los testigos sobre el modus operandi y, si fuera procedente, sobre la cosa
sustraída.

→ La LECrim regula una serie de actuaciones judiciales y policiales bajo la rúbrica del cuerpo
del delito que recaerán sobre:

- Las armas, efectos e instrumentos, que se hallen en el lugar del crimen, en poder del reo o
en otro lugar.

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- La persona o cosa objeto del delito.

El Juez de instrucción ordenara que se tome declaración a los testigos del hecho o a los que
pudieran tener información sobre lo sucedido y que se practiquen los informes periciales
pertinentes.

→ En caso de muerte violenta o sospechosa, además de practicar un reconocimiento in situ y


de identificar el cadáver, si es posible, se ordenará la autopsia del mismo para concretar las
causas de la muerte.

Si el delito fuera de lesiones, los médicos que atiendan a la persona herida deberán informar
de los hechos al Juez de Instrucción y de cuanto sea de interés para la investigación. Y si el
delito fuera de hurto, robo o estafa, y no hubiera testigos directos, se recabarán antecedentes
de la víctima y se investigará si ésta se hallaba en posesión previa de las cosas objeto del
delito. Se practicarán las diligencias necesarias para determinar el valor de las cosas o daños
cuando fuera determinante de la calificación del delito.

→ Las primeras actuaciones investigadoras pueden y deben ser realizadas directamente por la
Policía sin esperar a recibir instrucciones del Juez o del Ministerio Fiscal. Especial vigilancia
debe observarse por la Policía en estos trámites iniciales con la cadena de custodia. Según la
jurisprudencia del TS las irregularidades en la consignación o en la conservación de los efectos
recogidos por la Policía plantea un problema de fiabilidad probatoria.

✰ Diligencias para la determinación del delincuente.

→ Las primeras diligencias sobre el delincuente se concretan en la identidad, la edad, el


estado mental y la conducta previa. Una de las principales diligencias de identificación es la de
reconocimiento en rueda, que consiste en la identificación del investigado por la persona que
le atribuya el hecho.

→ En cuanto al reconocimiento fotográfico, se trata de una diligencia de investigación policial


que permite concretar las pesquisas en una o varias personas identificadas por la víctima o los
testigos de entre las personas que aparecen retratadas en álbumes de fotografías. La
diligencia debe realizarse en sede policial; deben mostrarse fotografías de personas que
tengan semejanza con el sospechoso; los testigos no deben comunicarse durante la prueba; los
funcionarios deben omitir cualquier sugerencia a los declarantes; y en caso de reconocimiento,
la página del álbum debe incorporarse al atestado.

→ Cabe que se proceda a la identificación de una persona no sólo a través del reconocimiento
de sus rasgos físicos, sino también de su voz o de otras características personales.

→ En cuanto a la edad del imputado, resulta importante conocerla porque la instrucción y


enjuiciamiento de un delito varía en función de que se sea mayor o menor de edad. Si hay
dudas sobre la edad del imputado, el Juez ordenará su reconocimiento médico para
determinarla.

→ El Juez puede examinar la capacidad mental del sospechoso, decidiendo lo pertinente


sobre su ingreso en un centro especializado si el informe médico observara indicios de
enajenación mental.

→ La conducta previa del sospechoso puede interesar a efectos criminológicos, para la


adopción de medidas cautelares o la agravación de la acusación. La fuente de información será
el testimonio de autoridades o conocidos, aunque el certificado de antecedentes penales es el

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documento más relevante para determinar la incidencia del comportamiento previo del
sospechoso en la extensión de la futura sanción penal.

→ En cuanto a la obtención de muestras biológicas del investigado para la determinación de


su ADN, es necesario el consentimiento del sospechoso, siendo necesaria la presencia del
abogado defensor durante la práctica y, en su defecto, la autorización de un Juez. Cuando los
restos biológicos hayan sido abandonados voluntariamente, la Policía puede recoger dichas
pruebas sin la necesidad de requerir una autorización judicial.

El ADN se almacena en una base de datos de la Policía, pero no se puede utilizar cuando se
quiera, pues la toma de muestras de ADN se tiene que tomar cuando haya una posible relación
con un determinado delito, y sea necesaria la prueba de ADN. Además, esta base de datos
también sirve para comprobar si el ADN de cierta persona ya está registrado en dicha base.

5. DILIGENCIAS DE INVESTIGACIÓN NO RESTRICTIVAS DE DERECHOS


FUNDAMENTALES
A. La declaración de los investigados.
→ Es un medio de investigación a disposición del Juez de Instrucción, el Fiscal y de las partes, y
una facultad que puede ejercer el imputado para su derecho de defensa. La CE establece que
todos tienen derecho a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables, por lo que el
investigado o encausado tiene derecho a guardar silencio, pero no a contestar con mentiras.

→ La toma de declaración al encausado es imprescindible para que éste pueda conocer los
hechos que se le atribuyen y para que pueda defenderse de manera efectiva, exculpándose o
explicando los hechos.

El encausado declarará tantas veces como lo considere oportuno él mismo o el Juez de


Instrucción, ya sea de oficio o a instancia de parte. En la primera declaración se le preguntará
por sus circunstancias personales. En cuanto a las preguntas que se le formulen deberán
orientarse a la averiguación de los hechos y a la participación de otros responsables; serán
directas y se inadmitirán las que se planteen de un modo capcioso o sugestivo; no pudiendo
emplearse contra el imputado género alguno de coacción o amenaza. El encausado deberá
responder oralmente, pero podrá consultar notas y responder por escrito cuando se trata de
respuestas complejas.

La confesión de culpa por el encausado no exime al Juez de instrucción de seguir investigando


a fin de adquirir el convencimiento de la verdad de confesión y de la existencia del delito.

→ En caso de que la encausada sea una persona jurídica, su declaración se practicará en la


persona del representante especialmente designado, asistido de su abogado defensor y con
los derechos propios del imputado a guardar silencio, a no declarar contra la entidad y a no
confesarla culpable. Si el representante de la persona jurídica no compareciera al acto, se
tendrá por celebrada la declaración entendiéndose que aquel se acoge a su derecho a no
declarar.

B. La declaración de los testigos.


→ El Juez de Instrucción puede llamar a declarar ante sí a aquellas personas que tengan
conocimiento de los hechos investigados. La declaración como testigo es un deber que

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incumbe a todo español o extranjero que resida en España, quien tiene la obligación de
concurrir y declarar ante el Juez de Instrucción. Esa obligación tiene varias excepciones:

- Están exentos de concurrir y declarar el Rey, la Reina, sus consortes, el Príncipe Heredero
y los Regentes, así como las personas con estatuto diplomático.
- Están exentos de concurrir, pero no de declarar, pudiendo hacer por escrito, el
Presidente y los miembros del Gobierno, los Presidentes de las Cámaras, del TC y del
Consejo General del Poder Judicial, así como el Fiscal General del Estado y los Presidentes
de las CCAA.
- Están exentos de concurrir, pero no de declarar, pudiendo hacerlo en su despacho o sede
oficial, los Diputados y Senadores, Magistrados del TC y Vocales del Consejo General del
Poder Judicial, Fiscales de Sala, entre otros.
- No tienen obligación de declarar el cónyuge o persona con análoga relación de
afectividad, ascendientes, descendientes y hermanos del encausado, así como su abogado.
Tampoco podrán ser obligados a declarar los sacerdotes y ministros de culto; los
funcionarios públicos, cuando los hechos fueran secretos o cuando estuvieran sometidos a
la obediencia debida; y los incapacitados física o moralmente.

La negativa no justificada del testigo a comparecer o a declarar es sancionable con multa, y si


persistiera en su negativa, podría incurrir en delito de obstrucción a la Justicia o de
desobediencia. Los testigos mayores de edad prestarán ante el Juez juramento o promesa de
decir verdad. Los testigos declararán separada y secretamente ante el Juez instructor y el
Letrado de la Administración de Justicia, y al comienzo de su declaración dirán sus datos
personales e informarán de sus relaciones con las partes y los imputados. El testigo podrá
dictar sus respuestas y leerá por sí mismo el acta de la declaración, que será firmada por el
Juez, el testigo y las partes que hubieran intervenido en la declaración. El testigo quedará a
disposición del juzgado para nuevos llamamientos.

→ Se puede tomar como prueba preconstituida la declaración de un testigo, cuando sea


previsible que el testigo no pueda comparecer al juicio oral. La declaración se prestará con la
asistencia e intervención de todas las partes acusadoras que estén personadas, del Ministerio
Fiscal y del abogado defensor del investigado. La declaración será grabada en vídeo y audio,
sin perjuicio de que el Letrado de la Administración de Justicia extienda un acta sucinta, que
será firmada por todos los que hayan participado en la declaración.

C. La declaración de la víctima.
→ Algunas disposiciones en la LECrim confieren a la declaración de la víctima ciertas
especialidades:

- Prevén que tal declaración sea el momento procesal oportuno para que la Policía o el
Letrado de la Administración de Justicia ofrezca a la víctima el derecho a personarse y a
ejercer la acción civil, junto a la penal.
- La víctima podrá hacerse acompañar por su representante legal y por una persona de su
confianza, salvo que el Juez de Instrucción acuerde otra cosa respecto de esta última.
- La victima será llamada a declarar sin dilaciones injustificadas y el menor número posible
de veces.
- La víctima tiene derecho a evitar todo contacto directo con el investigado.
- Si la víctima es menor de edad o con discapacidad necesitada de especial protección, su
declaración podrá ser grabada para su posterior reproducción en el juicio oral, en calidad
de prueba preconstituida.

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→ Debe destacarse que, de la misma manera que la declaración del imputado es una
diligencia de investigación y, al mismo tiempo, un medio de defensa, la declaración de víctima
u ofendido, además de una diligencia investigadora, es o puede ser una alegación de parte
acusadora.

D. El careo.
Cuando los testigos o los encausados entre sí, o aquellos con éstos, se contradijeran sobre
hechos relevantes de la instrucción, el Juez podrá ordenar que se careen, es decir, que
libremente opongan sus versiones para aclarar las contradicciones. El contenido del careo se
reflejará en acta extendida por el Secretario. Se trata de una diligencia basada en la
inmediación.

E. El informe pericial.
→ Si el Juez de Instrucción precisara conocimientos científicos o artísticos sobre hechos o
circunstancias relevantes en el sumario, designará 2 peritos. También hará esta designación
cuando deban tasarse cosas o daños. Tras su designación, los peritos deben concurrir al
llamamiento judicial y realizar la pericia encargada.

Cuando el informe pericial vaya a tener valor similar al de prueba preconstituida el querellante
y el encausado tienen derecho a recusar a los peritos designados judicialmente; designar, cada
uno y a su costa, un perito que participe en la pericia; y estar presentes durante las
operaciones periciales, haciendo las observaciones que consideren oportunas.

→ El procedimiento de la pericia tiene 2 partes: la de realización del conjunto de operaciones


periciales; y la de ratificación y aclaración de conclusiones ante el Juez y las partes. El
procedimiento comienza con el juramento de los peritos, a los que el Juez concretará el objeto
del informe. Terminada la actividad pericial, los peritos emitirán su informe, las operaciones
practicadas y las conclusiones. Los peritos comparecerán ante el Juez y las partes y, en caso de
discordia entre los peritos, el Juez podrá nombrar a un tercero perito para que realice de
nuevo la pericia y, si no fuera posible, para que delibere sobre las conclusiones del informe
emitido por los peritos en discordia.

6. LA PROTECCIÓN DE TESTIGOS Y PERITOS


→ El temor a la represalia es el principal factor de disuasión para la participación de peritos y
testigos en un proceso penal. La protección de aquellas personas está regulada por la Ley
Orgánica 19/1994, de 23 de diciembre, cuya finalidad es equilibrar el derecho a un proceso con
todas las garantías con la necesidad de preservar la seguridad de quienes tienen el deber de
colaborar con la Administración de Justicia.

→ Sólo pueden recibir esa protección los testigos o peritos que, en relación con procesos
penales, y a criterio del Juez de Instrucción, corran peligro grave en su persona, libertad, o
bienes, o de su familia. En función de la gravedad de ese riesgo, el Juez podrá conceder al
testigo o perito alguna o varias de las siguientes medidas: sustituir en la causa su identidad y
demás datos personales por un número u otra clave; impedir su identificación visual durante la
práctica de diligencias; fijar la sede del Juzgado como domicilio de notificaciones. En todo caso,
se prohibirá la toma de imágenes del protegido.

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También se podrá asignar protección policial al perito o testigo, incluso después de terminado
el proceso a, excepcionalmente, acordar el cambio de identidad y la concesión de ayudas
económicas para cambio de residencia o lugar de trabajo.

→ El órgano competente para el enjuiciamiento de la causa revisará las medidas de protección


acordadas por el Juez de instrucción. El Juez o Tribunal dará a conocer la identidad del
protegido cuando las partes la soliciten de manera motivada, normalmente para intervenir en
la práctica de la prueba testifical o pericial.

Las resoluciones dictadas para la protección de testigos o peritos son recurribles en reforma o
súplica.

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