Tema 2 - Floreciendo Juntos.

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13

Plantados en la casa del Señor, florecen


en los atrios de nuestro Dios. 14 Aun en
su vejez, darán fruto; siempre estarán
vigorosos y lozanos

Salmos 92:13-14

Floreciendo
en el lugar
correcto
Tema 2
Floreciendo juntos
13
Plantados en la casa del Señor,
florecen en los atrios de nuestro Dios.
14
Aun en su vejez, darán fruto;
siempre estarán vigorosos y lozanos

Salmos 92:13-14

Como parte de una investigación se descubrió algo muy interesante: el tamaño, la extensión y la
profundidad de las raíces de muchas especies de árboles plantados son el secreto de su
permanencia y lo fructífero que serán en el tiempo. Del suelo toman todos los nutrientes que los
ayudan a crecer y mantenerse vivos, y se aferran de una manera tal, que es prácticamente
imposible moverlos y aún pueden volverse a prueba de tormentas.

En este pasaje de uno de los salmos de David vemos cómo es que nuestras vidas pueden ser
comparadas con árboles, los cuales, solo crecerán, serán fructíferos y permanecerás estando
plantados en el lugar correcto. Sin embargo, podemos ver que en medio de este proceso de
crecimiento deberán pasar aun por el calor del sol y tormentas que la azotarán sin piedad. Sin
embargo, cuando llevamos este proceso junto con otros creyentes somos fortalecidos y animados
a no menguar.

1. Dios nos llama a echar raíces en un jardín.

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de
la familia de Dios.

Efesios 2: 19

Un árbol solitario puede echarse a perder, es por ello que necesita estar rodeado de otras plantas
con las cuales crece y se hace un hermoso jardín. De la misma manera, somos llamados a echar
raíces en relaciones de unidad en la familia de Dios para con nuestros hermanos en Cristo y
nuestros líderes espirituales para la edificación del cuerpo de Cristo y la extensión del reino de
Dios.

Nuestras relaciones y comunión como hijos de Dios nos fortalecen y son parte tan importante de
nuestro crecimiento.

No te pido solo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje
de ellos. Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí,
Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Juan 17:20-21

Jesús oraba por la unidad en su iglesia. ¿Por qué era tan importante? Porque esa unidad que haya
en los creyentes sería de gran testimonio para que otros creyeran en el mensaje que estos estos
mismos estaban predicando.

2. Nos conectamos con otros árboles

Según una investigación, realizada la Universidad de British Columbia, señalo que todos los
árboles de un bosque, sean de la misma o de distinta especie, están conectados entre sí a través de
una red subterránea de micorrizas con las cuales se comunican entre ellos, se ayudan cuando
alguno está en condiciones menos favorables y se alertan ante posibles peligros.
De la misma manera, cuando fortalecemos nuestra relación con otros creyentes, también nos
hacemos más fuertes, pues nos protegemos y ayudamos mutuamente, un cristiano apartado de su
familia espiritual es más vulnerable ante las acechanzas el enemigo.

la Biblia llama "comunión" al hecho de compartir experiencias, por tener una vida juntos, que
incluye el compañerismo y amistad con otros creyentes.

Somos animados a tener comunión

Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo.

Gálatas 6:2 NVI

Cuando pasamos una prueba o tentaciones, el testimonio de otro, nos anima a crecer en fe, la
oración de otros nos fortalece y llevar nuestras cargas se hace más ligero. Por esta razón en nuestra
iglesia “Vida por Vida”, animamos que todos los miembros sean parte de un grupo vida, grupo
de discipulado, un área de servicio y/o ministerio. El cual nos ayuda a tener anclas en la vida que
nos ayuden en nuestro proceso de crecimiento.

En comunión aprendemos a ser compasivos

La compasión no se limita al consejo o a una ayuda rápida; la compasión implica comprender y


compartir el dolor de los demás. La compasión dice: Entiendo lo que te está pasando, y lo que
sientes no es raro ni es una locura.

12 Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que
vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.
Colosenses 3:12

Hoy también se reconoce como “empatía”, pero la bíblica nos enseña que es “Compasión”. Cada
vez que entiendes y aprecias los sentimientos de alguien, estableces comunión.

15 Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran.
Romanos 12:15 (NTV)
En comunión aprendemos misericordia

La comunión es un lugar de gracia, donde en vez de enfatizar los errores, estos se resuelven. La
comunión ocurre cuando la misericordia triunfa sobre la justicia. Todos necesitamos misericordia
porque todos tropezamos y caemos y necesitamos ayuda para ponernos en el camino otra vez.

7 No obstante, ahora es tiempo de perdonarlo y consolarlo; de otro modo, podría ser vencido por
el desaliento.
2 corintios 2:7

No es posible tener comunión sin perdón. Dios nos dice, no guarden rencor, porque la amargura
y el resentimiento destruyen la comunión. La misericordia de Dios es el motor que nos motiva a
nosotros a la compasión hacia los demás. Nunca se nos pedirá perdonar más de lo que Dios nos
perdonó a nosotros.

Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden
que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
Colosenses 3:13
El perdón tiene que ser inmediato, lo pida o no, quien ofendió. La confianza se reconstruye con
el tiempo. Cuando es herido por alguien, tiene que tomar una decisión de 2 opciones: ¿Usar sus
energías y sus emociones para la represalia? o ¿para la reconciliación? No puede hacer ambas.
Si una persona nos lastima repetidas veces, Dios nos manda a perdonar inmediatamente, pero no
espera que confiemos en ellas de inmediatamente y tampoco debemos permitir que sigan
lastimándonos.

3. Florecemos y somos fructíferos como señal de madurez.

El calor del sol y las tormentas son aquellas cosas que pueden lastimar o aun destruir la vida de
un árbol al estar expuesto a estas circunstancias.
En el mundo en el que vivimos es difícil y aun imposible no tener que afrontar estas circunstancias
difíciles, pero aun estas nos revelaran la fortaleza de nuestras raíces y fundamento para seguir
creciendo como cristianos e hijos de Dios.

En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.

Gálatas 5:22-23

En medio de las circunstancias difíciles desarrollamos la madurez necesaria para vivir vidas que
glorifiquen a Dios y es que no solamente seremos estables y fuertes sino aun llenos del poder del
espíritu santo podremos responder de la forma correcta para vencer dando frutos a través de
nuestras vidas.

No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis aquel día se acerca
Hebreos 10:25

Cuando iniciamos nuestros caminos en el Señor, podemos ser muy volubles en nuestro ánimo y
eso también se manifiesta en nuestra asistencia a los servicios. Sin embargo, una señal de
madurez, es cuando yo aprendo a congregar fielmente sin esperar que alguien me “anime” a
hacerlo, sino por el contrario yo decido animar a otros a congregar.

Preguntas de Reflexión

1. ¿Consideras realmente estar plantado en la casa de Dios? ¿Por qué?

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2. ¿Cómo está tu conexión con otros creyentes?

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3. ¿Qué aprendiste de esta lección y cómo lo aplicarías en tu vida?

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