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Tema 13

Este documento trata sobre la libertad sindical y el derecho de asociación empresarial en España. Explica el significado general de la libertad sindical, la titularidad subjetiva del derecho y las facultades que comprende la libertad sindical a nivel individual y colectivo.

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Tema 13

Este documento trata sobre la libertad sindical y el derecho de asociación empresarial en España. Explica el significado general de la libertad sindical, la titularidad subjetiva del derecho y las facultades que comprende la libertad sindical a nivel individual y colectivo.

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TEMA 13.

LIBERTAD SINDICAL Y DERECHO DE ASOCIACIÓN


EMPRESARIAL
1. Significado general de la libertad sindical
Los sindicatos de los trabajadores contribuyen a la defensa y promoción de los intereses
económicos y sociales que les son propios (art.7 CE). A los sindicatos se les atribuye una
capacidad de actuar como asociaciones representativas de los intereses de los trabajadores
como clase social en el conjunto del sistema político español.

Se les atribuye a las organizaciones sindicales una capacidad representativa erga omnes, de
actuación pública en defensa y tutela de los intereses del conjunto de los trabajadores, con
independencia del dato afiliativo.

El texto constitucional procede a elevar la libertad sindical al rango máximo entre los derechos
e interese jurídicos constitucionalizados, en la sección receptora del núcleo duro de los
derechos fundamentales y libertades públicas (art.28.1 CE). Este artículo ha sido desarrollado a
través de una LO.

Tiene una vertiente individual y otra colectiva: el derecho de libertad sindical corresponde
tanto a los afiliados como a los órganos sindicales por ellos formados.

2. La titularidad subjetiva de la libertad sindical


El derecho se reconoce constitucionalmente a todos, si bien ello requiere de ciertas
precisiones interpretativas que limitan parcialmente esa inicial idea omnicomprensiva.

Ante todo, ha de tratarse de trabajadores. A los efectos de la Ley Orgánica de Libertad Sindical
(LOLS), se consideran tanto aquellos que sean sujetos de una relación laboral como aquellos
que lo sean de una relación de carácter administrativo o estatutario al servicio de las
Administraciones Públicas (art.1.2 LOLS).

Quedan excluidos de la titularidad individual de la libertad sindical quienes desarrollan


actividades que quedan fuera de la actividad productiva económica, fuera del mercado de
trabajo.

Quedan al margen de la libertad sindical los empleadores, los cuales podrán reclamar para sí el
derecho constitucional, igualmente de rango fundamental, de asociación general (art.22 CE),
pero no podrán incorporarse al escrito de libertad sindical.

Se excluyen igualmente a los trabajadores autónomos, los cuales podrán constituir sus propias
asociaciones de defensa de sus intereses profesionales, al amparo del derecho constitucional
de asociación general. No obstante, por un lado, se admite la posibilidad de que los
autónomos que no tengan trabajadores a su servicio podrán afiliarse a las organizaciones
sindicales constituidas; por otro lado, las asociaciones profesionales constituidas por los
trabajadores autónomos podrán establecer los vínculos que consideren oportunos con
organizaciones sindicales. Aparte de ello, nada obsta a que los trabajadores autónomos
puedan igualmente proceder a afiliarse a las asociaciones de empresarios.

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También se excluye del reconocimiento pleno de la titularidad de la libertad sindical a quienes
no se encuentran en activo: jubilados, incapacitados o desempleados. De este modo, a estos
trabajadores inactivos se les reconoce el derecho a afiliarse a los sindicatos constituidos,
aunque no se les reconoce el derecho de constituir por sí solos sindicatos.

No se diferencia en función de la nacionalidad del mismo, lo que comporta que los extranjeros
gozan de plena igualdad del derecho de sindicación. Implica que tales derechos han de
reconocerse a todos los extranjeros sin ningún tipo de distinción, no siendo por tanto
admisibles negárselos a quienes no posean la autorización de estancia o residencia en España.

La Ley establece una noción amplia de trabajador, incluyendo tanto a quien rige se relación
profesional a través de un contrato de trabajo sometido al Estatuto de los Trabajadores como
a aquellos otros que por su condición de funcionarios públicos o contratados administrativos
se encuentran sometidos a la legislación administrativa.

Eso sí, el reconocimiento genérico de la libertad sindical para el conjunto de los funcionarios
encuentra ciertas excepciones para concretos cuerpos de funcionarios públicos, que por la
relevancia de las actividades y decisiones que adoptan se les exige dosis superiores de
neutralidad, imparcialidad en su actuación, o bien fundados en un régimen intenso de
disciplina jerarquizada en su funcionamiento. En primer lugar, el texto constitucional impide
pertenecer a sindicatos a Jueces, Magistrados Y Fiscales mientras se encuentren en activo, de
modo que la defensa de sus derechos como funcionarios se articula a través de asociaciones
profesionales propias e independientes de los partidos políticos y asociaciones sindicales. En
segundo lugar, para las fuerzas armadas y, dentro de ellas, las fuerzas y cuerpos de seguridad
sometidos a disciplina militar; si bien se le reconoce el derecho de asociación profesional para
la satisfacción de los intereses sociales, económicos y profesionales de sus asociados. En tercer
lugar, para el resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, aunque se le reconoce el derecho
de la libertad sindical, los mismos quedan excluidos del ámbito de aplicación de la LOLS,
remitiéndose su regulación a su normativa específica. En cuarto lugar, para los altos cargos de
la Administración Pública, es decir, aquellos que desempeñen funciones de responsabilidad
política, si bien pueden encontrarse afiliados a los sindicatos, se establece un estricto régimen
de incompatibilidad, en cuanto que no podrán ostentar cargos directivos o de representación
en el sindicato al que estén afiliados. Finalmente, el personal civil que ejerza la facultad de
acción sindical en unidades, buques y demás establecimientos militares deberá tener en
cuenta y respetar el principio de neutralidad política y sindical de los miembros de las Fuerzas
Armadas y ajustarse a las normas sobre actividad sindical de los empleados públicos.

El OJ puede diseñar otras instituciones o canales de articulación de los intereses profesionales


de los trabajadores, si bien éstos no pueden reclamar para sí la tutela derivada de los derechos
de libertad sindical. El ejemplo más significativo se encuentra en la regulación por parte del ET
de los órganos de representación de los trabajadores en el seno de las empresas y centros de
trabajo, a través de los comités de empresa y delegados de personal. Hay que precisar que la
regulación de estos comités de empresa y delegados de personal presenta fuertes vasos
comunicantes con las organizaciones sindicales, que provoca una fuerte sindicalización de tales
representaciones por vía de la penetración de los sindicatos en las mismas, ejecutando su
actividad sindical por medio de estas representaciones.

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3. Contenido y manifestaciones individuales y colectivas de la libertad
sindical; tutela de la libertad sindical
FACULTADES JURÍDICAS INTEGRADAS DENTRO DE LA LIBERTAD SINDICAL
A) En la vertiente individual, la libertad sindical comprende las siguientes facultades:

a) El derecho a fundar sindicatos sin autorización previa, así como el derecho a suspenderlos o
a extinguirlos, por procedimientos democráticos – incluye el reconocimiento de personalidad
jurídica a los sindicatos en mero trámite de depósito del acta de constitución y los estatutos
sindicales en la oficina establecida al efecto.

b) El derecho del trabajador a afiliarse al sindicato de su elección con la sola condición de


observar los estatutos del mismo o a separarse del que estuviese afiliado, no pudiendo nadie
ser obligado a afiliarse a un sindicato – ello comporta, sobre todo, que también el empleador
ha de respetar la libertad de afiliación, de modo que se garantiza al trabajador que no puede
sufrir, por razón de su afiliación o actividad sindical, menoscabo alguno en su situación
profesional o económica en la empresa. Se reconoce al trabajador el derecho a negarse a
comunicar al empresario la condición de afiliado a un sindicato, considerándose ello incluso
como una manifestación de la libertad ideológica.

De este modo, no puede considerarse que el sindicato se presente como una asociación
estrictamente abierta a todos, por cuanto que puede a través de sus estatutos exigir cierta
identidad de postulados a los solicitantes de afiliación. En todo caso, los requisitos y
condiciones que pudieran imponerse por vía de los estatutos sindicales para la admisión como
afiliados no podrán comportar en modo alguno incurrir en tratamiento discriminatorio,
taxativamente prohibido por el texto constitucional.

Nadie podrá ser obligado a afiliarse a un sindicato. Ello significa que la decisión de un
trabajador de mantenerse al margen de cualquier sindicato, no afiliándose a los mismos, no
puede provocarle perjuicio personal o profesional alguno, de modo que no se establezcan
mecanismos directos o indirectos que fuercen a los trabajadores a afiliarse. En particular, ello
conduce a considerar como ilícita cualquier tipo de clausula en los convenios colectivos o pacto
entre el sindicato y la dirección de la empresa, conocidas como clausulas de seguridad sindical,
que fuercen al trabajador implícita o explicativamente a su afiliación. No obstante, esto no
impide que el sindicato pueda ofrecer determinados servicios, alicientes o ventajas a los
trabajadores afiliados, de modo que por esta vía incentive la afiliación sindical.

c) El derecho de los afiliados a elegir libremente a sus representantes dentro de cada sindicato
– el exponentes más emblemático de esa democracia interna es que la designación de los
cargos sindicales se verifique por procedimientos electorales, en los que participen de manera
directa los afiliados. Consecuencia de ello es que los estatutos del sindicato deberán
contemplar expresamente el procedimiento concreto de elección de los cargos directivos, con
participación de los afiliados

d) El derecho a la actividad sindical – los derechos derivados de la actividad sindical, que


comporta la defensa externa de sus intereses profesionales, forman parte no sólo del genérico
derecho constitucional de libertad sindical, sino incluso de los que se considera como su

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contenido esencial, por ello con una protección jurídica de notable intensidad. La norma no
precisa cuáles son las concretas facultades en las que se concretan ese derecho de actividad
sindical, pero queda claro que ello incluye la participación del afiliado en las actuaciones
externas de defensa colectiva de los intereses que se pretenden defender, de modo que esa
actividad no queda reservada en exclusiva a los cargos directivos del sindicato. El afiliado no
podrá sufrir perjuicio alguno a resultas de la actividad sindical lícita que efectúe. Eso sí, dicha
actividad sindical ha de ser plenamente compatible con el cumplimiento de sus deberes
laborales, de modo que la actividad sindical no podrá constituir excusa para dejar de cumplir
con sus obligaciones profesionales derivada de su relación contractual.

B) En su vertiente colectiva, la libertad sindical ostenta las siguientes facultades:

a) Redactar sus estatutos y reglamento, organizar su administración interna y sus actividades y


formular su programa de acción – los sindicatos gozan de un derecho pleno de
autoorganización interna, en cuyo funcionamiento interno no pueden verse condicionados
desde el exterior, sea de parte de los poderes públicos o bien de otros poderes privados. Esta
facultad comporta igualmente la libre adopción de sus decisiones y programa de actuación, de
modo que con ello se viene a garantizar la plena autonomía sindical. Los empresarios no
pueden adoptar conductas de injerencia en el funcionamiento de la organización sindical,
prohibiendo con ello el fenómeno de los que se han denominado como sindicatos amarillos

b) Constituir federaciones, confederaciones y organizaciones internacionales, así como afiliarse


a ellas y retirarse de las mismas – de este modo las Federaciones y Confederaciones sindicales,
as u vez con personalidad jurídica propia, constituyen todo un entramado de una persona
jurídica compleja, con cierta similitud a lo que sucede en el ámbito mercantil con los grupos de
sociedades o holdings empresariales. La norma viene a reconocer es una manifestación más de
la libertad de autoorganización sindical, permitiendo esas formas plurales de vínculos entre
sindicatos, cada uno de ellos con propia personalidad jurídica y, sobre todo, sin que el poder
público pueda poner impedimento alguno a esas fórmulas libres de federación y
confederación, incluso a nivel internacional.

c) No ser suspendidas ni disueltas sino mediante resolución firme de la autoridad judicial


firmada en incumplimiento grave de las Leyes – no se admite que el poder ejecutivo ostente la
facultad alguno resolutiva en orden a la suspensión o disolución del sindicato. De un lado, tal
suspensión o disolución en un Estado de Derecho sólo puede corresponder al poder judicial
independiente. De otro lado, tal acto límite de suspensión o disolución ha de basarse en una
comprobada conducta ilegal del sindicato como organización.

d) El ejercicio de la actividad sindical – comprenderá el derecho a la negociación colectiva, el


ejercicio del derecho de huelga, al planteamiento de conflictos individuales y colectivos y a la
presentación de candidaturas para la elección de Comités de Empresa y Delegados de
Personal, y de los correspondientes órganos de las Administraciones Públicas, en los términos
previstos en las normas correspondientes. Al propio tiempo, la norma precisa que dicha
actividad sindical se puede ejercer tanto en el interior de la empresa como fuera de ella.

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LA TUTELA DE LA LIBERTAD SINDICAL
La Ley contempla una protección judicial específica para los casos de violación de la libertad
sindical. El procedimiento judicial se caracteriza por los siguientes rasgos: amplia extensión de
las conductas consideradas como lesivas de la libertad sindical; pluralidad de los sujetos
legitimados para interponer la reclamación judicial y de los sujetos frente a los que se puede
presentar la demanda; previsión de una tramitación muy rápida con preferencia frente a
cualesquiera otros asuntos de resolución por el órgano judicial; posibilidad de suspender
cautelarmente las conductas que pudieran ser lesivas en tanto que se tramita el proceso;
debilitamiento de la carga probatoria de quien alega ser víctima por lesión de la libertad
sindical, así como por la aplicación de sanciones incisivas a resultas de las condenas de
comprobadas lesiones al derecho fundamental.

Asimismo, para que se materialice la lesión lo decisivo es que la conducta alegada sea idónea
para lesionar los intereses sindicales legalmente protegidos, sin exigirse necesariamente ni una
intencionalidad demostrada de pretender lesionar los derechos sindicales ni la efectiva lesión
ya producida. A tal efecto se contempla que la lesión puede provenir del empleador,
asociación patronal, Administraciones Públicas o cualquier otra persona, entidad o corporación
pública o privada (art.13 LOLS). La diversidad de conductas perseguibles y de sujetos activos da
lugar a diversos procedimientos judiciales: penal si la conducta está tipificada como delito o
falta, contencioso-administrativo para las violaciones cometidas por las Administraciones
Públicas y proceso social si las lesiones provienen del empleador, del sindicato o de cualquier
otro sujeto privado.

Por lo que se refiere a los sujetos pasivos de la lesión, se mencionan expresamente tanto al
trabajador individualmente considerado como al sindicato, que afecta a uno de ellos o a
ambos simultáneamente. Al mismo tiempo, el MF será siempre parte en estos procesos,
adoptando en su caso las medidas necesarias para la depuración de las conductas delictivas.

El proceso se caracteriza por su celeridad por medio de la declaración como urgente del
proceso y otorgándole preferencia absoluta frente a todos los procesos que se sigan en el
Juzgado o Tribunal.

El debilitamiento de la carga probatoria supone que al demandante le corresponde demostrar


plenamente que se ha producido efectivamente dicha lesión. En estos casos basta con que el
demandante aporte indicios significativos de que se ha producido violación de la libertad
sindical.

4. El sindicato como asociación: organización y reconocimiento de


personalidad jurídica; capacidad y responsabilidad; financiación
ORGANIZACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE PERSONALIDAD JURÍDICA
El sindicato, como asociación de derecho privado que integra de forma estable a trabajadores
para la tutela y defensa colectiva de sus intereses, se constituye por la mera expresión de
voluntad de sus miembros, a través de una simple acta fundacional. La norma es de sencillez y
con pocas formalidades, basta con la manifestación del deseo de fundar el sindicato basado en
el común principio voluntarista. Ha de tenerse presente que en un sistema jurídico formalizado
como es el nuestro, la adquisición de personalidad jurídica es imprescindible para su actuación

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pública en el tráfico jurídico y, por consiguiente necesaria tanto en el ejercicio de la actividad
sindical como para la actuación en el tráfico económico mercantil propio de cualquier
organización mínimamente compleja.

Así, el procedimiento de adquisición de personalidad jurídica se limita al depósito de los


estatutos sindicales por sus promotores o dirigentes en la oficina pública establecida al efecto.
El sindicato adquirirá personalidad jurídica y plena capacidad de obrar, transcurridos 20 días
hábiles desde el depósito de los estatutos.

Los estatutos a depositar deberán contener al menos lo siguiente: a) la denominación de la


organización que no podrá coincidir ni inducir a conclusión con otra legalmente registrada; b)
el domicilio y ámbito territorial y funcional de actuación del sindicato; c) los órganos de
representación, Gobierno y Administración y su funcionamiento, así como el régimen de
provisión electiva de sus cargos, que habrán de ajustarse a principios democráticos; d) los
requisitos y procedimientos para la adquisición y pérdida de la condición de afiliados, así como
el régimen de modificación de estatutos, de fusión y disolución del sindicato; e) el régimen
económico de la organización que establezca el carácter, procedencia y destino de sus
recursos, así como los medios que permitan a los afiliados conocer la situación económica.

Una vez registrados los estatutos sindicales, la oficina pública dispondrá en el plazo de 10 días,
la publicidad del depósito, o el requerimiento a sus promotores, por una sola vez, para que en
el plazo máximo de otros 10 días subsanen los defectos observados. La oficina pública dará
publicidad al depósito en el tablón de anuncios de la misma, en el BOE, autonómico o
provincial, indicando la denominación, el ámbito territorial y funcional, la identificación de los
promotores y firmantes del acta de constitución del sindicato.

Tanto el MF, como quienes acrediten un interés directo, personal y legítimo, podrán promover
ante la autoridad judicial la declaración de no conformidad a derecho de cualesquiera
estatutos que hayan sido objetos de depósito y publicación.

CAPACIDAD Y RESPONSABILIDAD JURÍDICA


La adquisición de personalidad jurídica atribuye a cualquier sindicato la capacidad de obrar
general de cualquier tipo de asociación de derecho privado.

En lo que sí se detiene la norma es en el establecimiento de reglas precisas de asunción de


responsabilidad jurídicas.

Los sindicatos constituidos responderán por los actos o acuerdos adoptados por sus órganos
estatutarios en la esfera de sus respectivas competencias. Esta responsabilidad en ningún caso
podrá alcanzar al embargo de las cuotas sindicales. Como contrapunto, el sindicato no
responderá por actos individuales de sus afiliados, salvo que aquellos se produzcan en el
ejercicio regular de las funciones representativas o se pruebe que dichos afiliados actuaban
por cuenta del sindicato.

CANALES DE FINANCIACIÓN DE LOS SINDICATOS


Los sindicatos, en su condición de asociaciones de derecho privado, pueden buscar las vías de
financiación lícitas que estimen más oportunas, comenzando con la fijación del deber de
afiliados de colaborar en el sostenimiento económico de la organización por la vía del abono

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de la cuota sindical que fijen los órganos estatutarios del mismo. La Ley lo que permite es que
el sindicato utilice un procedimiento fácil y eficaz de cobro de la cuota sindical, consistente en
que se la abone al empleador por delegación del afiliado a través del sencillo trámite de
detraerle periódicamente la cantidad correspondiente del salario a percibir y previa
conformidad, siempre, de éste.

También se ha llegado a contemplar la posibilidad de que los sindicatos reciban del conjunto
de los trabajadores, estén o no afiliados al mismo, determinadas cantidades como
contrapartida de los esfuerzos y gastos que aquéllos han soportado por la gestión de los
convenios colectivos que por su eficacia general benefician a todos. Se trata de la que se
conocen como clausulas de canon sindical, que se pueden negociar en los convenios
colectivos. La norma exige en todo caso que cada trabajador manifieste su voluntad en
soportar dicha detracción (art.11.1 LOLS); la voluntad del trabajador queda garantizada por la
vía de una aceptación expresa positiva caso por caso, sin posibilidad alguna de que su mero
silencio se interprete como aceptación tácita; aparte de que en el convenio colectivo debe
figurar la cantidad exacta a detraer, que debe corresponder con los gastos efectivamente
soportados por el sindicato por la negociación del convenio. En la práctica haya caído en
desuso este tipo de canon, que prácticamente te ha desaparecido de los textos de los
convenios colectivos.

Además, las organizaciones sindicales reciben un apoyo económico indirecto a través del
crédito horario concedido a los representantes de los trabajadores, conforme al cual tales
representantes pueden ausentarse de la empresa, interrumpiendo la prestación de servicios
durante la jornada laboral sin sufrir por ello reducción retributiva alguna, a los efectos d
efectuar actividades sindicales.

Finalmente, por diversas vías las asociaciones sindicales reciben financiación de los poderes
públicos.

De otro lado, se asignan a las organizaciones sindicales aportaciones directas en forma de


subvenciones a cargo de los Presupuestos Generales del Estado o de las CCAA. Se trata de
subvenciones para el sostenimiento del funcionamiento de las asociaciones sindicales;
también, tales subvenciones van dirigidas a compensar la dedicación de las organizaciones
sindicales a las labores correspondientes a la participación institucional en los organismos
públicos que así la contemplan. Algunas CCAA han aprobado Leyes, denominadas de
Participación Institucional, a través de las cuales regulan el mecanismo de financiación a
sindicatos y asociaciones empresariales en razón de ello.

Las asociaciones sindicales asumen cierto tipo de tareas de gestión de servicios públicos por
delegación de los poderes públicos, como pueden ser las correspondientes a la organización de
cursos de formación profesional.

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5. La representatividad sindical: origen y funcionalidad; criterios de
determinación de la representatividad sindical; grados de
representatividad y facultades jurídicas atribuidas
ORIGEN Y FUNCIONALIDAD
Se reconoce la libertad de constitución de organizaciones sindicales, de lo que deriva un
modelo de pluralismo sindical en nuestro sistema de relaciones laborales.

Más adelante, la intervención pública va más allá de la mera clarificación del mapa sindical,
pues se opta por una política de promoción de la actividad sindical, si bien lo sea con criterios
selectivos de apoyo a aquellos sindicatos que posean mayor peso y difusión en los diferentes
territorios, sectores productivos y empresas. A los efectos de garantizar una mayor eficacia a la
actividad sindical, por la vía de otorgar una posición jurídica singular a aquellos sindicatos que
manifiestan un mayor respaldo por parte de los trabajadores a los que pretenden representar.

Todos los sindicatos representativos, a partir de la superación de un umbral mínimo, son


llamados a participar en los procedimientos institucionales de adopción de decisiones, todos
tienen ese rol de representatividad de los intereses sindicales, acorde con un modelo
respetuoso del pluralismo sindical, sin perjuicio de que la intensidad de su influencia sea
mayor o menor en atención al porcentaje de representatividad obtenido.

CRITERIOS DE DETRMINACIÓN DE LA REPRESENTATIVIDAD SINDICAL


Se podría atender a diferentes circunstancias: nivel de afiliación de los trabajadores a da una
de las asociaciones; intensidad en su pasado de la acción sindical desplegada en función del
número de convenios colectivos celebrados, de huelgas convocadas y del impacto que ha
producido su actividad sindical; grado de implantación y extensión que presentan en el ámbito
territorial, sectorial o empresarial.

La legislación vigente se ha inclinado por adoptar un criterio único y exclusivo de carácter


electoral. Tal criterio consiste en atender al cómputo de los resultados obtenidos por parte de
cada una de las organizaciones sindicales en las elecciones a comités de empresa y delegados
de personal que se celebran periódicamente en cada uno de los centros de trabajo de las
empresas. De este modo, la papeleta que deposita el trabajador en el momento de la votación
integra una doble elección: por un lado, está eligiendo unos candidatos individualizados para
que formen parte del órgano de representación interno del conjunto de los trabajadores en la
empresa al designar a los miembros del comité de empresa y delegados de personal; por otro
lado, esa papeleta depositada viene avalada por un concreto sindicato, de modo que el
trabajador con su voto a la misma también está procediendo a respaldar a tal sindicato y con
ello a otorgarle un determinado grado de representatividad sindical.

Como contrapunto a lo anterior, la opción por este criterio electoral provoca el efecto reflejo
de desincentivar la afiliación sindical, por cuanto que los trabajadores son conscientes que la
tasa de afiliación de los sindicatos no tiene mayor repercusión sobre su fuerza y actividad
sindical, sabiendo que su apoyo al sindicato proviene muy poco de su afiliación y mucho de su
voto.

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Eso sí, ello obliga a regular un sistema electoral en esos procesos de elección de
representantes en el ámbito empresarial que goce de las típicas garantías democráticas:
transparencia, publicidad, igualdad electoral de las diferentes candidaturas en liza, ausencia de
injerencia externas por sujetos ajenos al proceso, plena libertad de expresión del voto secreto,
universal e igualitario, control oficial de los resultados, etc.

A partir del criterio de los resultados electorales se establecen 2 métodos para atribuir la
mayor representatividad sindical.

El primero de ellos, representatividad real, consiste en computar el número total de


representantes obtenidos por cada sindicato, reconociendo la condición de más
representativos a quienes superen un determinado porcentaje total que funciona como
umbral de representatividad. Tal umbral se cifra como regla general en el 10% de
representantes en el ámbito correspondiente.

El segundo de ellos, representatividad por irradiación, a través del cual se concede la


condición de representativas a aquellas asociaciones que, a pesar de no alcanzar directamente
el porcentaje de representatividad requerido, se encuentran afiliadas, federadas o
confederadas a una organización sindical que goza de la condición de más representativa. De
este modo, lo que hace la ley es considerar que la Confederación sindical, con
representatividad real en el conjunto de los sectores y territorios, transmite a cada una de sus
organizaciones sindicales menores la representatividad real que posee.

GRADOS DE REPRESENTATIVIDAD
La Ley procede a distinguir 4 grados diversos, que se pueden resumir del modo siguiente:

1) Sindicatos más representativos a nivel estatal – los que acrediten en dicho ámbito estatal
la obtención de al menos el 10% del total de delegados de personal, de los miembros de los
comités de empresa y de los correspondientes órganos de representación de los empleados de
las Administraciones Públicas. Asimismo, se otorga este grado por la vía de la irradiación a los
sindicatos o entes sindicales afiliados, federados o confederados a una organización sindical de
ámbito estatal que tenga la consideración de más representativa por el método precedente de
la representatividad real. Actualmente, tan sólo 2 sindicatos ostentan en nuestro país este
nivel: Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT).

2) Sindicatos más representativos a nivel de CCAA – los sindicatos que acrediten al el 15% de
los delegados de personal, de los miembros de los comités de empresa y de los
correspondientes órganos de representación de los empleados de las Administraciones
Públicas, siempre que cuenten con un mínimo de 1500 representantes y no estén federados o
confederados con organizaciones sindicales de ámbito estatal. Asimismo, se otorga este grado
por la vía de la irradiación a los sindicatos de ámbito de CCAA que tenga la consideración de
más representativa de acuerdo por el método precedente de la representatividad real.
Actualmente se le reconoce este nivel de representatividad autonómica a 3 sindicatos: 2 en el
País Vasco y Navarra (ELA-STV y LAB) y otro en Galicia (GIGA). Quienes alcancen este segundo
nivel podrán participar en la negociación de un convenio colectivo estatal, así como integrarse
en los mecanismos de participación institucional de instancias estatales. En definitiva, ello
provoca que se refuerce su representatividad, en la medida en que pueden desarrollar una

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actividad sindical desbordando su ámbito territorial natural de actuación autonómico, para
influir directamente en el ámbito estatal.

3) Sindicatos representativos en un ámbitos específico – a aquellos sindicatos que, no


gozando de la condición de más representativos conforme a los 2 niveles precedentes, hayan
obtenido, en un ámbito territorial y funcional específico, el 10% o más de delegados de
personal y miembros de comités de empresa y de los correspondientes órganos de las
Administraciones Públicas (art.7.2 LOLS). El ámbito específico en el que se puede efectuar la
comprobación de superación del porcentaje de representatividad puede ser cualquiera que
estime conveniente el sindicato en cuestión: territorial, sectorial, profesional, empresarial,
centro de trabajo, etc. En este caso, tan sólo juega el método de cómputo de la
representatividad real por vía de la audiencia electoral, por tanto con exclusión del método de
la representatividad irradiación.

4) Sindicatos minoritarios – los sindicatos minoritarios serían el resto de las asociaciones


sindicales, que no logran superar los umbrales de representatividad precedentes ni adquieren
la condición de más representativos por la vía de la irradiación.

FACULTADES JURÍDICAS ATRIBUIDAS


- Por lo que se refiere a los sindicatos más representativos a nivel estatal y de CCAA – a ambos
se les reconoce como facultad exclusiva la correspondiente a ostentar representación
institucional ante las Administraciones Públicas u otras entidades y organismos de carácter
estatal o de órganos en los que se contempla esta participación institucional es de lo más
variado.

De igual forma, sin llegar a este grado de formalización por vías de la participación
institucional, la normativa en ocasiones reconoce a las organizaciones sindicales el derecho a
ser consultadas con carácter previo a la adopción de cierto tipo de decisiones por parte de las
Administraciones Públicas, en términos tales que dicha facultad de consulta queda restringida
legalmente a los sindicatos más representativos a nivel estatal y autonómico, con exclusión de
los restantes sindicatos

- En segundo lugar, para los 3 primeros niveles de representatividad se les reconocen las
siguientes facultades – 1) legitimación para formar parte de las comisiones negociadoras de los
convenios colectivos estatutarios, es decir, los pactados conforme al régimen establecido en el
Estatuto de los Trabajadores y, por tanto, con eficacia general vinculante para todos los
trabajadores incluidos en su ámbito de aplicación; 2) participar con voz y voto tanto en los
procesos de consulta como de negociación colectiva en las Administraciones Públicas,
conforme a lo establecido en el Estatuto Básico del Empleado Público; 3) promover las
elecciones a representantes de los trabajadores en la empresa y centro de trabajo; 4) designar
a los árbitros que han de resolver las discrepancias en materia de elecciones a representantes
de los trabajadores en la empresa (art.76.3 ET).

Formalmente en el listado legal figuran otra serie de facultades de acción sindical e


instrumentales, que en principio le vienen reconocidas también en exclusiva a los 3 primeros
niveles de representatividad. Sin embargo, estas otras facultades, por tratarse de derechos
que pueden cuantificarse y, por tanto, disfrutarse con diversa intensidad, deben atribuirse a

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los sindicatos en función del porcentaje de representatividad que tengan en cada caso. Entre
estas facultades ligadas al porcentaje de representatividad se encuentran las siguientes:
participar en los sistemas de conciliación, mediación y arbitraje no jurisdiccionales de solución
de los conflictos laborales; obtener cesiones temporales del uso de inmuebles patrimoniales
públicos; obtener subvenciones asignadas con carácter genérico a las organizaciones sindicales
por las Administraciones Públicas.

- Finalmente, sin tomar en consideración el porcentaje de representatividad – por tratarse de


derechos de carácter cualitativo no divisibles en su ejercicio en cuantías de proporcionalidad,
se reconocen las siguientes facultades a la totalidad de los sindicatos, incluidos por tanto
también los minoritarios

6. Régimen jurídico de las asociaciones empresariales


Suele pasar más inadvertida la incidencia que tienen las organizaciones empresariales.

Ante todo, también a las organizaciones empresariales se les otorga un rol destacado en el
funcionamiento del sistema político y social en general.

Como asociaciones derecho privado que son, encuentran su fundamento constitucional


igualmente en el derecho de asociación general y, como tal, ejercen un derecho fundamental
con el máximo rango de protección, a pesar de que no se inserten dentro de la libertad
sindical. El desarrollo legislativo ordinario, de su constitución y funcionamiento como
asociación específica se regula a través de una normativa específica. A pesar de que se trata de
una Ley preconstitucional, ello no ha impedido que su funcionamiento como tal organización
haya discurrido sin mayor dificultad.

En cuanto a su constitución y al procedimiento de adquisición de personalidad jurídica, su


régimen se asimila notablemente al correspondiente al ya descrito para las asociaciones
sindicales: constitución por la simple libre decisión fundacional por parte de sus promotores,
adquiriendo personalidad jurídica por medio de la mera presentación de los estatutos ante la
oficina pública de registro y transcurridos 20 días desde tal registro. El control de legalidad de
las mismas corresponde igualmente al poder judicial, por vía de los órganos jurisdiccionales del
orden social, en correspondencia con los principios propios del Estado de Derecho.

En cuanto a los mecanismos de financiación de las organizaciones empresariales, suelen ser de


2 tipos. De una parte, los ingresos que reciben de sus empresas afiliadas por vías de pago de la
cuota asociativa, que lo suele ser en atención al balance de resultados económicos de la
actividad productiva de cada una de ellas. De otra parte, las subvenciones públicas recibidas
del Estado.

A lo que se refiere la representatividad de sus organizaciones, el simple hecho de que el


escenario de que el escenario general desde sus inicio en el sistema democrático de relaciones
laborales es el correspondiente a una acentuada unidad asociativa, que garantiza menores
conflictos de concurrencia competitiva entre ellas.

La regulación vigente contempla 2 reglas relevantes para las correlativas 2 funciones


significativas de actuación externa de tales asociaciones. La primera de ellas relativa a la
interlocución de los poderes públicos con las asociaciones empresariales, en lo que supone de

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participación institucional ante las Administraciones Públicas. La segunda de ellas está
conectada con su participación en las mesas de negociación de los convenios colectivos
sectoriales.

En estos casos, el cómputo de la representatividad empresarial no se somete a ningún tipo de


sistema electoral, por cuanto que se decantan directamente por el criterio afiliativo, tomando
en consideración el porcentaje de afiliación de las empresas a las asociaciones empresariales
en cuestión, computando tanto el número absoluto de empresas afiliadas como el número de
empleados a las que dan ocupación estas empresas afiliadas. Se atiende al peso equilibrado
tanto de las pequeñas como de las grandes empresas a efectos de la representatividad de las
asociaciones empresariales.

En cuanto a los porcentajes que fijan los umbrales mínimos determinantes del reconocimiento
de la condición de asociaciones empresariales más representativas, se emplea igualmente el
porcentaje emblemático general del 10%, elevado al 15% para las asociaciones empresariales
autonómicas, si bien en este último caso sin exigir un mínimo absoluto de afiliación.

Conviene resaltar que el cómputo de la representatividad tiene que ser cumplido por cada
asociación individualmente considerada. Del mismo modo se exige en todo caso la
representatividad real, sin que se tome en consideración entre las organizaciones
empresariales el criterio de la representación por irradiación.

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