La Economía en Japón

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LA ECONOMÍA EN JAPÓN

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INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………..

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ECONOMÍA JAPONESA……………...

LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ECONOMÍA JAPONESA……………………

EL COMERCIO EXTERIOR JAPONÉS………………………………………………..

LA ESTRUCTURA DE LA EMPRESA JAPONESA…………………………………..


INTRODUCCIÓN

En las dos últimas décadas Japón ha entrado en un complejo proceso de


transformación cuyas consecuencias no somos todavía capaces de vislumbrar. Muchos
teóricos han tratado de analizar cuáles son las causas del estancamiento del sistema no
sólo económico sino también social y político en el que Japón se ha visto sumido en los
últimos 20 años. Los años setenta y ochenta fueron un momento de gran esplendor para
Japón, una época en la que se publicaban gran cantidad de obras con el objetivo de
analizar las claves del éxito económico japonés y el miedo que empezaba a provocar el
que Japón se convirtiese en la nueva superpotencia que desafiara a EE.UU. Hablamos
de obras como Japan as Number 1. Lessons for América, de Ezra Vogel (1979) o The
Enigma of Japanese Power, de Karel van Wolferen (1989). Para poder entender la
delicada situación actual de Japón tenemos que retrotraernos y ahondar en sus raíces
explicativas, echando una mirada hacia atrás hasta la creación de la nación Meiji (1868-
1912) y su posterior inclusión en el sistema internacional. Con anterioridad, durante
doscientos años, Japón fue un territorio pacificado gracias a un sistema de shogunato 1,
el cual había condicionado todos los aspectos de la sociedad japonesa, desde sus
instituciones hasta su cultura. En estos dos siglos y medio, el clan Tokugawa supuso un
periodo de aislamiento con relación a los avances científicos y tecnológicos que se
habían producido en Norteamérica y Europa. Con la restauración Meiji en 1868, para
evitar el fracaso del sistema anterior, se optaría finalmente por seguir el modelo
occidental sin renunciar a su esencia japonesa, creándose así las nuevas bases del Estado
japonés. Es lo que se llamaría wakonyosai, es decir, “Espíritu japonés y técnica
occidental”. La nueva estrategia no sólo trató de emular el modelo imperialista propio
de los países europeos sino de establecer una serie de reformas económicas, educativas,
militares, institucionales y fiscales. Este camino ascendente, establecida ya la Era
Taishō (1912-1926), se vería interrumpido por el crack del 29 y la subsiguiente
recensión económica, finalizando así el proyecto de la dinastía Meiji, a principios de la
década de los años treinta, con una gran industrialización basada en la maquinaria
pesada, la industria química, las manufacturas textiles y con una carrera de
exportaciones en aumento. Terminado el joven programa de reformas democráticas de
la Era Taisho se dio lugar, durante el periodo Showa (1926-1989), a un régimen militar
apoyado por el primer ministro y príncipe Konoe Fumimaro, que en 1937 asumió el
1
El shogunato consistió en concentrar el poder militarmente, es decir, formar un ejército imperial dirigido
por los shogun, que pertenecían a la clase más alta, pero manteniéndose el sistema administrativo.
poder. Un régimen marcado por la economía de guerra sobre todo en la espera
internacional que llevaría la creación de un nuevo orden, asegurando así la estabilidad
política y económica, hablamos de la llamada “Esfera de Coprosperidad del Gran Este
asiático”2. Esta doctrina implicaba que países como Corea, China o el Estado de
Manchukúo quedaran bajo influencia de las autoridades japonesas tratando de integrar
dichos territorios al nuevo orden regional que Japón aspiraba a liderar. Fue uno de los
conceptos más empleados para justificar la agresión japonesa en Asia oriental desde la
década de 1930, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Su sueño expansionista se
vería frustrado tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial contra Estados Unidos, tras
los sucesos de Hiroshima y Nagasaki, quedando relegado a cuatro islas principales del
archipiélago y siendo mermada su capacidad productiva e industrial. Sin embargo, a
pesar de algunos años de penurias y las heridas de la guerra, fue saliendo de la situación
recuperando la fuerza económica que poseía antes de la guerra. La Guerra Fría y la
guerra civil coreana (1950-1953) supusieron una mejora ante la mala situación
económica del país. La guerra había supuesto, en palabras del primer ministro Yoshida
un “regalo de los dioses”. Se iniciaba así el conocido “milagro japonés” que supondría
un crecimiento sostenido del Producto Interior bruto hasta la crisis del petróleo de 1973.
La base de este bienestar económico está en la doctrina Yoshida, una política de
recuperación económica y dependencia a los Estados Unidos en cuanto a protección
militar se refiere, a expensas de la independencia en asuntos exteriores. Se trataba de la
concentración de los esfuerzos nacionales en asegurar la recuperación y crecimiento
económicos. Las cosas cambiarían al llegar la década de los noventa. Dicha década se
iniciaba con grandes problemas para el país: el fin de la Guerra fría (el miedo de ser
abandonado por EE.UU) y la guerra de Kuwait (la necesidad de inmiscuirse en el
conflicto, para poner fin al régimen de Saddam, debido a la dependencia de los recursos
energéticos de Japón en el Golfo. La negativa de la Dieta Nacional a inmiscuirse en el
conflicto hizo que Japón prestara una ayuda financiera de 13.000 millones de dólares
una ayuda que fue vista de manera escasa por algunos países). Además de todo ello, en
los años noventa explota la llamada “Economía burbuja”, una crisis que afectó al sector
financiero, empresarial e inmobiliario. A partir de entonces, a pesar de existir un
consenso generalizado sobre la necesidad de implementar reformas económicas y
sociales que permitan al país salir del inmovilismo, ningún gobierno ha sido capaz de
implementarlas. Estos síntomas de parálisis se verían aumentados tras el desastre de
2
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Fukushima de principios de 2011. Quienes tomen las riendas del país en los próximos
años deberán de hacer frente a un auténtico déficit provocado por la deuda pública que
es actualmente la más elevada de la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos), que se sitúa en un 210% de su PIB. Además, Japón debe
afrontar también el problema del envejecimiento de la población, debido a su tasa de
fecundidad extremadamente baja (1,20 hijos por mujer en 2009), con la esperanza de
vida más elevada del planeta y por una entrada de inmigrantes todavía escasa.

Para poder entender todo este proceso de cambios que ha sufrido la economía
Japonesa abordaremos varios temas. En primer lugar iniciaremos nuestro trabajo con los
rasgos generales de la economía japonesa haciendo énfasis en el conocido “modelo
japonés”, sus principales sectores productivos y cómo se ha tenido que adaptar a las
circunstancias económicas del momento, sobre todo tras la crisis económica que se
produjo en los 90, para luego seguir con los principales retos de futuro a los que se
espera que haga frente el sistema económico japonés. A continuación haremos un
repaso sobre la historia económica del país, desde el periodo de aislamiento Edo,
pasando por el desarrollo industrial que supuso la restauración Meiji hasta el milagro
económico de los años sesenta y las diferentes crisis por las que ha tenido que pasar la
economía Japonesa desde 2002. También trataremos el modelo comercial de Japón, un
país que depende especialmente del exterior, tanto por lo que se refiere a la importación
de materias primas, alimentos y combustibles, como a las exportaciones de sus
productos más competitivos, destacando las principales instituciones que han destacado
a la hora de fomentar el mercantilismo japonés, como el caso de las sogo shosha o
compañías comerciales, la Japan External Trade Organitation (JETRO) o el Japan Bank
for Cooperation. Por último trataremos el modelo empresarial japonés para poder
establecer las diferencias y similitudes con los modelos occidentales.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ECONOMÍA JAPONESA


CONCLUSIONES

El gobierno japonés, necesita un nuevo modelo económico que le permita volver a


conducir al país hacia el crecimiento, adaptando a su vez su economía a la nueva
realidad internacional.

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