Admin,+brblaa93649 A2000 v37 n53 p114-116
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buye a la capacidad y la pasión de Freidel contiene ensayos y acercamientos más re tó r icos d e l pasado, algu nos co n
por escuchar las historias, cuentos, rela- profundos que e l anterior, publicad o en intencionaJidad paródica, y los articula
tos, etcétera, la ''construcción polifónica 1993, debido aJ origen de e llos (ponen- con discursos marginales urbanos --de
de sus obras y la hibridación de géneros cias de homenaj e), pero las líneas más las barriadas de Medellín, de la jerga
discursi vos" [1998: 203]. significativas del teatro de Freidel ya de maleantes-, con discursos rurales
están denotadas. De e llas, la más rele- y con palabras que é l mis mo crea, cuyo
vante es la naturaleza sui géneris de la o rigen fonético y semántico se puede
obra para e l momento his tórico y tea- deducir que es di verso aunque fue rte-
tral en que se produce. Esta origi nali- mente rural.
dad se fundame nta princ ipalmente en Sólo para ejemp li ficar este as pec-
que es una obra auditiva, en la riqueza to, hay una pr imera intertextualidad ,
de s us registros lingüís ticos, en las fi- que establece redes entre las o bras del
g uras y manipul ac iones que e l autor m is mo escritor, fig uras poéticas, re-
hace de la palabra, del lenguaje. E nton- peticiones, metáforas con leves cam -
ces, habría que llegar a la base y origen bios entre un a p ieza y otra (la del amor
de esta exuberancia, por medio de un del si nsonte , es una de ellas); exis te n
estudio retórico, y tomar elementos de en algunas p iezas inte rtextos qu e es-
las teorías bajtin iana y posmoderni sta tán aclarado s expresamente, como
que pued an desglosar las partes com- poemas d e los amioqueños Po rfiri o
La intertextuaJidad, que tiene d iver- pre ndidas e o los rótulos : "barroco'', Barba Jacob, Rafael Patiño y Gabriel
sas elaboraciones y orígenes ha s ido intenextual idad, m últiples voces que se Jaime Arango, del francés Fran~ois
reiteradamente enunciada. El ·'barro- oyen en la obra freide liana. Villon (1432-1489), de J uan Manue l
quismo en la imagen ", e l uso de la me- En efecto , como se ha visto, se reco- Roca. Para ilustrar manejo de luces,
táfora, el "claroscuro" para narrar la noce que el fundamento de la poética vestuario, ges tos o frag me ntos d e
historia y para crear la "atmósfera", son freideliana son las figuras retóricas: fal- escenas , el autor rec urre a la icono-
calificativos de Tejada [1998] aJ discur- tarían análisis retóricos que puedan ay u- g rafía occidental culta, a través de cua-
so freideliano, en Las desdichas de la dar a reconocer los fenómenos de la com- dros de pintores ampliamente cono-
bella Otero ... O , como d ice Gilberto pos ición, de la belleza del discurso, de c idos (Goya , M anet, Tintore n o, entre
Bello [ 1998] del le nguaje de Las ta r- sus formas expresivas, la intenci.o naJidad o tros), a la iconograf ía teatral (po r
des de Manuela, "es una obra entre am- del autor en relació n con sus destinata- ejemplo, b u fos, escenas de Shakes-
bigua y extraña que se mueve a su an- rios , la palabra como técnica de extra- peare) y a la popu lar (animales como
tojo - si eso fuese pos ible- por los ñamiento teatral, y a partir de allí de velar cerdos, figuras grotescas).
vericuetos mentales de un creador ca- otras dimensiones, porque la obra no se Otro tipo de intertextualidad es la
paz de cuaJqu ier cosa, incluso de do- agota con las teorías sobre la palabra. inse rción de fragmentos de otras obras
blegar las retóricas tradicionales e im- Pero habría que e mpezar por ellas. como escritura paJ impséstica (aq uí se
poner otras más ricas, más audaces". pueden develar del sistema de la retóri-
Freid el comparte con otros c reado- ca de la épica griega: '' Ramiro. e l del
res de s u época e l interés por la hi sto- bigote tierno, vente tú. el de la risa
ria del país, mas no la fo rma de teatra- a rpe gia" [p ág. 1531) , así co mo la
lizarla. Bro derick dice que la inte nció n dewrpación de acertijos y conjuros.
del autor fue ''s ie mpre escarbar en la De la serie clásica es paño la po r
realidad d e l país, co mpe ne tra rse y ejemplo de La Celestina, de Rojas, El
compro meterse con la h istori a nacio- libro del buen amor del Arcipreste de
nal y, a partir de a llí, intentar la crea- H ita; c uando muere la be lla Otero un
ción de un teatro nu evo que no fue ra bufo recuerda una cuarteta de Coplas
ni panfleto , ni vanguardia" [ 1993: 9- por la muerte de su padre, de Jorge
1O]. D onadío tambié n seña la la rela- Manrique. De los romances españoles,
ción e n tre la ob r a y la soc ieda d merece especial atención s u estudio,
antioquefia a través de la palabra de porque se entrevé un aprecio de F re iclc l
lo s personajes, co mo ins trumento ar- As í mis mo, arrojaría detalles signi- po r ellos. Este aprecio se puede de ri -
tístico para ocul tar o para desenmas- ficativos hacer una lectura pos modern a var de dos fue ntes: por una parte, de
carar. Los estudiosos también se han de Jos textos freidelianos - no estoy d i- un acercamiento erudito o libresco y,
referido a las he roínas preferidas po r c iendo que la obra sea posmoderna- , por otra, por tradición cu ltural de la
Freidel, a los personajes margina les, a por la riqueza en la intenextualidad que región antioqueña . No se puede olvi-
la soledad y la tristeza, a las formas presenta, y los di sc ursos marginales de dar que Jos viejos romances castella-
de l amor ex presadas en s us obras. los personajes, que connotan toda una nos están presenles en la memoria po-
Después del anterior bosquejo, se sociedad y diferentes forma·; de vida. pular de alg un as regiones del paí~,
podría concluir que e l presente libro Freidel se apropia de procedimientos entre las personas menos lt:tradas. ~o -
metido' a rl!wque:- ) refundici o nes o encontrar los nexos teatrales. literario$ tamie mo ~ntr~ los conq uistadores Vas-
en ve rs inne:- muy imilares a las ori- y soc iales de José M . Freidd y comple- co Núñez de Balboa. fu ndadl'lr de San-
gt nale.., . E ~ t c gu -.w se rdleja en algu- tar lo dicho hasw el presente. o d:lf sor- ta María la Antigua del Darién. y
n.t:- ob ra ~<, e n fragmento · de el la que presas inesperadas. Femánd~z de Enciso . L3 acción dramá-
rre!'e man una e-.truclllra s imilar en la tica en su aspecto formal est~i des:mo-
romJa~ narra(J\'é:l:-. MARI NA L AMUS ÜBREGON llada por medio d~ c uadros. 26 e n to-
lnten extu~lltd <H..le:- metonírmcas y tal. siendo el llltimo un epOogo. Cada
metafórica::. g uardan relaci ón con la si- cuadro cst<i idemi fi cado. además de l
tuactón soc ial ) polílica del paí::. y es- número consecutivo, por un tftulo con
tá n e:-trechamcnte vi nculadas con los el que se indic:s el contenidll: algunos
e:-.pec tadore~ colo mbiano~ conocedores
La historia como de estos títu los son descri ptivos. iróni-
Je la situaciün. para quiene~ e~ fami - cos. humorísticos y adquie re n su pleno
liar c ieno vocabu lari o y pueJen a pre- heurística teatral significado al tina! del cuadro.
c iar de mejor manera l.as palabras. la Como lo denota el subtít ulo de esta
literaturiLación de coplas populares. de pieza: Peri¡J/o de Balboa y P('drnrias,
El carnavaJ d e la muerte alegre.
poe::.ías y j uego de palabras infantiles. Periplo d e Balboa y Pedrarias y lo hace explícito el autor en In intro-
de parodias de m os religiosos. E en C(lr/os Jvsé Reyes ducc ión. "el te ma de Balboa tiene una
C!-.te aspecto como los espec tadores. de Editorial Panamericana. Bogotá. 1996. si ngular importancia en los orígenes de
manera táci ta. afectaron la muuraleza 173 p:lgs. nuestra historia", porque la conqui sta
de los enunciados de Freidel e impri- y las circunstancias que rodearon e l es-
mieron e l tono. dando. por tamo. un es- tablecimie nto de ciudades en el nuevo
talo al autor. Carlos José Reyes (Bogotá. 1941) es un mundo se repite "en estos prime ros años
Otras forma s del discurso teatra l dramaturgo e investigador familiariza- de conquista : es también la historia del
frctdeliano ::.e revelan en las acotacio- do con los documentos históricos. É s- e n frentamiento que se produce L... ]"
nes, porque e n algunas está el aULor. tos han s ido. con fre c ue ncia. fuente de entre los conquistadores e n varios pun-
Frcidel. en función deíctica. pe ro e n inspiración para su heurística teatral . De tos de la nue va geografía. "La obsesión
o tra:. parecie ra que qui e n acota es un este g us to hay innume rables testimo- por mantener e l dominio de e normes
personaje. no el mis mo toda:. la~ ve- nios desde hace años. corno el libro Mn- territorios. más g randes aun que la pro-
ces. un álte r ego de l autor. o un perso- lerinles para la l1is10ria del reafl·o en pia península Ibé rica'', lle vó al desgas-
naje co lado al servicio del auwr. Tam- Colombia ( 1977) y, pos te riorme nte, te de guerras intestinas.
bién de estas acotaciones y de las muchos y variados artícu los. Así mis-
puestas e n escena se podría deuuc ir e l m o. ha s ido Libretista e n e l programa
textO escénico o texto c~pec tacular, de te levisión ''Revivamos nuestra hi s-
que contiene. e ntre m ras caracte rís ti - toria"(l979.l981.1982. 1983)yotras
ca-;, alusiones ex traescén ica a las a r- series más. del mi smo te nor.
tes plásticas. La piez.a teatral El carnaval de la
mue rrf' aleg re había sido publicada e n
1992. e n el número 22 de la colección
Textos teatrales de El Públ ico. revista
edi tada por e l Centro de Documenta-
ció n Teatral. de l Minis teri o de la Cul -
tura de España. Con la presente edición
de Panamericana se espera que la obra
te nga mayor difusión e n el país, pues Más allá de l certís imo resumen y de
antes había circulado emre e l reducido las citas del escri tor, subyace en la obra
número de su scriptores colo mbianos de la idea central del e nfren tamiento entre
la rev is ta española. Es importante te- hermanos, corre lato extraescénico de
ner e n c ue nta la fecha de la primera pu - nuestra historia que, de acuerdo con las
blicac ió n porque. aunq ue Reyes haya épocas. ha ten ido matices y diferentes
hecho algunas mocliticaciones, esta pie- caracterís ticas, pero ha ensangrentado
za perte nece a la etapa creativa del au- al país de manera sucesiva. La vio le n-
Como se puede deducir de los acer- tor e n el decenio de los ochenta . cia y la muerte "ya no es no lic ia. sino
camientos ame nores. el texto escrito del La fábula de El carnaval de la muer- tan só lo un aspecto más de la vida coti-
-
autor tie ne dos orígenes fundamentales:
uno lite rario o e rudito y otro popu lar. y
te alegre se puede resumir así: una com -
pañía itine rante de actores llega a una
diana", aflrma Reyes en la me ncionada
introducción .
e n la forma de amalgamarlos radica la poblac ión que se encuentra en tempo- Así que e n la obra se entrelazan dos
poética freideli an a. Re_catar de manera rada de carnaval , y allí representa una fu ndamentos: el e nfrentamiento entre
puntual el valor de la palabra permitiría obra his tórica que trata sobre el enfren- hermanos, como ya se dijo, y lo escato-