Depresion

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INTEGRANTES

Anchante Jimenez, Diana Paola.


La Rosa Gómez, Pedro David.
Echevarria Rubio, Jackeline Jeraldine.
Guerrero Salazar, Dannert Jampier.
Ticlia Portocarrero, Anafe Alexandra.
Cano Ramos, Maria de los Angeles

ENFERMEDADES PSICOLÓGICAS

La coexistencia de cáncer y depresión plantea un desafío adicional en la lucha contra la


enfermedad. El impacto emocional y psicológico de recibir un diagnóstico de cáncer es
significativo, ya que los pacientes enfrentan no solo la incertidumbre sobre su salud, sino
también los rigores de los tratamientos y sus efectos secundarios. Esto, sumado a la
constante preocupación por el progreso de la enfermedad, puede propiciar la aparición de la
depresión en estos individuos. La depresión en pacientes oncológicos no solo se limita a un
estado de tristeza persistente; también puede afectar gravemente la calidad de vida en
términos de bienestar emocional y físico. Además, la depresión puede influir en la capacidad
de los pacientes para seguir y responder al tratamiento, lo que a su vez puede tener un
impacto negativo en los resultados de su atención médica. Por lo tanto, es crucial abordar la
depresión en pacientes con cáncer de manera integral, brindando apoyo emocional, terapia y
tratamiento adecuados. El diagnóstico temprano y la atención oportuna de la depresión son
esenciales para mejorar la calidad de vida de estos pacientes y, en última instancia, su
capacidad de enfrentar el cáncer de manera efectiva. Al abordar tanto los aspectos físicos
como los emocionales de la enfermedad, se puede proporcionar una atención más completa
y centrada en el paciente.

Es crucial abordar esta faceta de la atención médica de manera holística, proporcionando


respaldo emocional y terapias específicas para ayudar a los pacientes a afrontar tanto su
enfermedad como la depresión. El diagnóstico precoz y la aplicación de tratamientos
apropiados para la depresión en personas con cáncer son elementos indispensables para
potenciar su calidad de vida y su capacidad de respuesta al tratamiento oncológico.

Entre las principales causas que se pueden encontrar y que responden al desarrollo de la
depresión en pacientes oncológicos, tenemos:
● Cambios en el estilo de vida del paciente. Enfrentar un diagnóstico de cáncer y someterse a
diversos tratamientos como quimioterapia, radioterapia y cirugías puede resultar
estresante y desafiante tanto física como emocionalmente para el paciente oncológico;
este cambio drástico en su nivel de vida puede originar un cuadro de depresión moderada
o severa dependiendo de otros factores internos y externos.

● Cambios neurobiológicos debido al desarrollo de la enfermedad. Estudios han demostrado


que el nivel de citoquinas en el cerebro de un paciente con cáncer tiene un
comportamiento que difiere del de una persona sana. Esto se explica por la posología
médica de diferentes anti inflamatorios que consumen los pacientes con cáncer como
parte del tratamiento. Las citoquinas inician un proceso de sobreestimulación y generan
una mayor cantidad de cortisol, lo que genera a su paso la aparición y el mantenimiento
de los síntomas de la depresión junto con otras reacciones como el aumento de la
irritabilidad.

● Miedo a la muerte. El desarrollar este miedo es natural en las personas que padecen cáncer
ya que se trata de una enfermedad que presenta una tasa muy elevada de mortalidad.
Mantener pensamientos pesimistas y concentrarse en una muerte próxima también puede
ocasionar depresión en el paciente oncológico llevado por una sensación de frustración al
no sentirse capaz de hacer algo para contrarrestar su estado de salud.

Presentar un cuadro de depresión mientras se está luchando contra el cáncer puede traer una
serie de consecuencias significativas en el paciente y en las personas de su entorno.Entre las
principales consecuencias de esta problemática se encuentran:

● Disminución del funcionamiento en el tratamiento para el cáncer. Esta enfermedad también


se caracteriza por ser afectada en distintas medidas por el estado emocional y psicológico
del paciente. Entonces, si la depresión que este ha desarrollado no es debidamente
diagnosticada y controlada, el tratamiento que se aplica para el cáncer puede dejar de
tener un efecto positivo en el paciente, haciendo que la enfermedad sea más difícil de
combatir.

● Desmejora en la calidad de vida del paciente. Enfrentarse a la noticia de tener cáncer y ser
víctima a la vez de los síntomas de un cuadro depresivo puede ser un desencadenante
negativo para la vida del paciente, pues se sentirá exhausto y sin ganas o interés de
realizar su rutina cotidiana. Podría ser que incluso pierda el interés por seguir el
tratamiento para el cáncer ya que no encuentra motivos para continuar su lucha.

● Aumento de probabilidades de contraer otras enfermedades. Encontrarse con un sistema


inmune bajo en defensas a causa del cáncer ya es de por sí un factor de riesgo para el
desarrollo de otras enfermedades adheridas; sin embargo, sumarle a ello un estado
emocional inestable y depresivo agrava aún más al sistema inmune, quien se encuentra
cada vez con menos posibilidades de contrarrestar la contracción de otras enfermedades
en el paciente oncológico.
Además de lo expuesto, es relevante destacar que, de acuerdo a un estudio efectuado,
únicamente un tercio (33%) de los pacientes que experimentan depresión durante su lucha
contra el cáncer recibe un diagnóstico preciso, lo que implica que la gran mayoría no recibe
el tratamiento apropiado para abordar este trastorno, y como consecuencia, enfrentan
complicaciones de mayor gravedad en su vida.

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