Hemorragia Pos Parto
Hemorragia Pos Parto
Hemorragia Pos Parto
2.2 Retención de tejido placentario y/o coágulos: la salida de la placenta tiene lugar en
los primeros 30 minutos tras el parto. De no ser así, podría tratarse de una placenta
adherente por una implantación anormal de la misma, como pueden ser las placentas
ácreta, íncreta o pércreta. El acretismo placentario es poco frecuente (1/2.500 partos)
aunque en los últimos años se está registrando una incidencia ascendente. El riesgo
aumenta a medida que lo hace el número de cicatrices uterinas. Si a pesar del control
ecográfico hay dudas sobre la localización de la placenta, debería realizarse una
RNM con el fin de descartar la existencia de una placenta pércreta. También está
relacionado con la existencia de placenta previa.
2.3 Traumas: hacen referencia a desgarros del canal genital, rotura o inversión uterinas.
- Desgarros/laceraciones: suponen la segunda causa más frecuente de HPP después de la
atonía uterina. Normalmente se manifiestan como un sangrado vaginal activo propio de
partos instrumentados o con episiotomía que hay que reparar mediante sutura. En
ocasiones también pueden hacerlo como hematomas. Los hematomas bulbares y
vaginales autolimitados pueden tratarse de forma conservadora, en caso contrario deben
ser evacuados. Si la paciente presenta dolor en flanco y signos de hipovolemia hay que
sospechar un hematoma retroperitoneal, en cuyo caso convendrá monitorizar
estrictamente por si fuese necesaria una exploración quirúrgica para identificar los vasos
sangrantes.
- Rotura uterina: se define como la pérdida de integridad de la pared del útero. El factor
de riego más comúnmente implicado es la existencia de una cirugía uterina previa,
siendo la cesárea con histerotomía transversa segmentaria baja la más frecuente. Otros
factores relacionados son los partos traumáticos (instrumentales, grandes extracciones,
distocias) y la hiperdinamia / hiperestimulaciones uterinas. Las roturas asociadas a
traumatismos externos (incluyendo la versión cefálica externa) son excepcionales.
- Dehiscencia uterina: a diferencia de la rotura uterina propiamente dicha, la dehiscencia
se define como la separación de la capa miometrial que asienta sobre una cicatriz
uterina previa. Raramente son responsables de HPP moderadas-graves.
- Inversión uterina: se trata de una complicación obstétrica muy poco frecuente que se
atribuye a una excesiva tracción de cordón y presión sobre fondo uterino (Maniobra de
Credé), provocando la salida del fondo uterino en la cavidad endometrial. Los
principales factores de riesgo son el acretismo placentario y el alumbramiento manual.
El prolapso es tan obvio que no son necesarias pruebas de imagen confirmatorias, salvo
en casos de inversiones incompletas con estabilidad hemodinámica de la paciente y
mínimo sangrado.
2.4 Alteraciones de la coagulación: coagulopatías congénitas o adquiridas durante el
embarazo.
- Congénitas: enfermedad de Von Willebrand, Hemofilia tipo A.
- Adquiridas: preeclampsia grave, Síndrome HELLP, embolia de líquido amniótico,
abrupta placenta, sepsis.
Además de estas causas formalmente descritas, existen otros factores de riesgo como
son la edad materna avanzada, la miomatosis uterina y el hecho de haber sufrido una
HPP en una gestación anterior. El conocimiento sobre si una gestante presenta alguno de
estos factores de riesgo es una parte importante para la prevención de la HPP, pero no
hay que olvidar que hasta 2/3 de las HPP ocurren en mujeres sin ningún factor de riesgo.
3- DIAGNOSTICO
El diagnóstico suele ser evidentemente clínico, apareciendo una pérdida hemática
excesiva antes del alumbramiento de la placenta (hemorragia de la tercera fase) o
después (HPP verdadera). Como se ha explicado anteriormente, además de intentar
cuantificar la hemorragia es necesario valorar la repercusión de esta sobre el estado
hemodinámico de la paciente3. Para ello pueden tomarse como referencia los siguientes:
Signos: TA sistólica. Indica afección hemodinámica leve/moderada/ grave según
la cifra tensional sea 100-80/ 80-70/ 70-50 respectivamente.
Leve: debilidad, sudor, taquicardia
Moderada: palidez, oliguria.
Grave: shock, fallo renal con anuria, disnea, Síndrome de Seehan en el puerperio
inmediato.
5- PREVENCION
El conocimiento de la existencia de factores de riesgo es de gran ayuda a la hora
de prevenir una HPP, pero hay que recordar que 2/3 de los casos se dan en
mujeres sin ninguno de estos factores. Es por ello que debemos actuar de forma
sistemática y universal en la fase de alumbramiento de todos los partos mediante
una conducta activa9, que puede resumirse en los siguientes pasos9.