El Ser Bajo La Luz de Luna-H.P. Lovecraft - Grupo ECO

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“El ser bajo la luz de luna”, de Howard Phillips Lovecraft

CONTROL ESTUDIO
Cortina01-Piano.mp3 «Me llamo Howard Philips. Vivo en Providence, Rhode
Island. Ignoro qué fecha es, pero recuerdo que el 27 de
noviembre de 1927 me quedé dormido y tuve un sueño;
desde entonces no he conseguido despertar.

» El sueño comenzó en algún paraje del norte, húmedo,


FX01-Juncos.mp3 lodoso y con cañaverales, durante un gris día otoñal, cerca
de un alto acantilado de rocas cubiertas de hongos.
Llevado por la curiosidad escale por una especie de grieta
de la pared.
Mientras ascendía observe que a ambos lados de la pared
se abrían profundas madrigueras que avanzaban hacia el
interior de la meseta rocosa

» A menudo el paso era angosto y en esas áreas la


oscuridad era total y era imposible distinguir las
madrigueras que hubiesen.

Mientras me hallaba en uno de esos tramos, fui asaltado


por un miedo intenso que se apodero de mi espíritu; pero
la densa oscuridad me hizo olvidar que tratara de descubrir
FX02-Sonido_Metalico.mp3 algún motivo para esta sensación.

» Luego de una agotadora escalada, llegué a una meseta de


roca revestida de musgo y muy poca tierra, la que era
iluminada por una luna tenue. No había ningún ser vivo a
mi alrededor.
No obstante, advertí una extraña agitación un poco por
debajo de mí, entre el cañaveral del
pantano fétido que había dejado atrás.

» Caminé un trecho hasta que encontré unas vías de


tranvía muy oxidadas y varios postes carcomidos de los que
todavía colgaban los cables. Me encontré con un coche
amarillo, como los que se usaron al principio del siglo 20.
Aún se leía el número interno: era el 1852.

Evidentemente, estaba vacío, pero parecía a punto de


arrancar.

Subí al vagón y busqué con la mirada un interruptor de luz.


No lo encontré y también noté la ausencia de la palanca de
comando y del conductor. Me dejé caer sobre uno de los
asientos laterales.

Poco después oí pisadas sobre la tupida hierba que crecía a


ambos lados de las vías y vi la silueta oscura de dos

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“El ser bajo la luz de luna”, de Howard Phillips Lovecraft

hombres recortados contra la luz de la luna, acercándose.


Usaban lo que debían ser las gorras reglamentarias de la
compañía y no fue difícil concluir que debía tratarse del
guarda y del conductor.

FX03-Pisadas_Pasto Al pasar junto a mí, uno de ellos olfateó el aire con una
profunda inspiración, levantó la cara y se puso a aullar en
dirección a la luna. El otro se colocó en cuatro patas y
comenzó a correr hacia el extremo delantero del coche.
Cortina02-Not_Safe.mp3

» Me incorporé con rapidez y preso de un frenético pánico


FX04-Aullido.mp3 salté del vagón y corrí por la meseta hasta que el cansancio
me hizo detener.

El pánico no brotó del hecho que el guarda se pusiera a


correr en cuatro patas, sino de descubrir que el rostro del
conductor era una especie de cono blanco que se coronaba
en su vértice con un tentáculo rojo como la sangre.
FX05-Pisadas_Rapidas.mp3

» Advertí que no se trataba más que de un sueño, pero de


todos modos no pude liberarme de la desagradable
sensación que me produjo. Desde esa maldita noche no
pido otra cosa que despertar, pero aún no lo he conseguido

» Contrariamente, con horror he comprobado que soy otro


habitante más de ese espantoso mundo onírico. La noche
dio paso al amanecer, que me encontró vagando sin rumbo
en medio de las desoladas tierras pantanosas. Transcurrió
el día de esa manera y la nueva noche me sorprendió
aun vagando y tratando de despertar. En un momento, al
apartar unas matas de maleza, volví a ver ante mí el viejo
tranvía. A su lado había otro ser de rostro cónico que al
cabo de un momento también alzó la cabeza y se puso a
aullar a la luna.

» No hay día en que no ocurra lo mismo. Cada noche me


sorprende en ese mismo lugar horrible. Trato de
permanecer inmóvil cuando sale la luna, pero el sueño me
impulsa a caminar, ya que cada vez despierto con el
abominable ser aullando a la luna. No me queda otra
alternativa que dar media vuelta y echar a correr
desesperadamente.

» ¡Oh, Dios, ¡cuándo despertaré!!»


FX04-Aullido.mp3

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