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Cuidar nuestras palabras o las palabras si importan.

la importancia de nuestras palabras. Como bien nos recordó el Élder Ronald A.


Rasband en su discurso de la Conferencia General de abril de 2024, las palabras
tienen un poder inmenso para bendecir o dañar, para construir o destruir.

El poder de las palabras.

Las palabras son herramientas poderosas que tienen el potencial de construir o


derribar, de sanar o herir, de amar o odiar. Son el vehículo a través del cual
expresamos nuestros pensamientos, sentimientos y experiencias, y tienen un impacto
profundo en quienes nos rodean.

Las palabras que pronunciamos no solo reflejan nuestros pensamientos y


sentimientos, sino que también tienen el poder de moldear el mundo que nos rodea.
Una palabra amable puede levantar el ánimo de alguien que está pasando por un
momento difícil, mientras que una palabra hiriente puede dejar una herida profunda
que tarda en sanar.

en Santiago 3:6 , el apóstol Santiago advierte que "la lengua es un fuego" que
puede "incendiar todo un bosque"

Ejemplo personal
Recuerdo una ocasión en que, en un momento de frustración, pronuncié palabras
apresuradas hacia un miembro de mi familia. Mis palabras hirieron profundamente a
esa persona, y me di cuenta del daño que había causado. Desde entonces, he
aprendido a ser más consciente de mis palabras y a elegirlas con cuidado. Ahora he
aplicado la frase que dice que el silencio vale más que mil palabras

Consejos para cuidar nuestras palabras


El Élder Rasband nos ofreció algunos consejos valiosos para cuidar nuestras
palabras:

• Pensar antes de hablar. Antes de pronunciar una palabra, tómate un


momento para pensar en cómo podría afectar a la otra persona. ¿Es necesaria? ¿Es
amable? ¿Es constructiva?

• Utilizar palabras de aliento. Busca oportunidades para animar y


edificar a los demás con tus palabras. Un simple "te quiero" o "gracias" puede
marcar una gran diferencia en el día de alguien.

• Evitar las palabras hirientes. Recuerda que las palabras hirientes


pueden dejar cicatrices duraderas. Elige tus palabras con cuidado y evita decir
algo que pueda dañar a otra persona.

• Pedir perdón cuando sea necesario. Si cometes un error y dices algo


hiriente, ten la humildad de pedir perdón. Un sincero "lo siento" puede ayudar a
reparar el daño causado.

Frase del libro : Las palabras tienen un poder inmenso. Pueden sanar o herir,
inspirar o desmotivar, construir o destruir. Elige Tú con sabiduría cómo usarlas.

Conclusión
las palabras son un regalo precioso que Dios nos ha dado. Usemos este regalo con
sabiduría y cuidado. Elijamos palabras que edifiquen, animen y den amor. Al
hacerlo, podemos crear un mundo más amable y compasivo para todos.

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