GUIA de CLASE H de Las Ideas Maquiavelo

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FACULTAD DE DERECHO ‐ UdelaR

HISTORIA DE LAS IDEAS

GRUPOS C Y E PROF. Titular RAQUEL GARCÍA BOUZAS

GUIA DE ESTUDIO Nº 3:

Nicolás Maquiavelo: EL PRÍNCIPE

Versión original: Prof. Cristina Porta

Versión actual: Prof. Pablo Langone

RASGOS BIOGRÁFICOS Y ENTORNO DEL AUTOR

Nicolás Maquiavelo nace en 1469 en la ciudad de Florencia, en una familia de clase


media alta, cuyo padre, un jurista, se ha empobrecido. Entre 1498 es nombrado Secretario
de la Cancillería, encargado de los asuntos exteriores y de la guerra, de Florencia, cargo
que ocupa hasta 1512.

En ese lapso realiza numerosos viajes diplomáticos, dentro y fuera de Italia. Nos
referimos, a modo de ejemplo, a sus numerosas audiencias en la corte del cardenal César
Borgia (hijo del Papa Alejandro VI) y a su viaje a Francia, en el 1500, donde pudo observar
los beneficios de un Estado fuerte, consolidado y poderoso, lo opuesto a la situación de
Italia.

En 1512, es depuesto de su cargo, encarcelado y torturado. Una vez liberado, es


obligado a vivir un retiro forzoso en una villa de Florencia. En ese período comienza a
escribir “Discursos sobre década de Tito Livio”, obra que interrumpe para escribir "El
Príncipe", dedicado a Lorenzo de Médici, como una manera de volver de su ostracismo.

Su vida pública y política estuvo estrechamente ligada a los vaivenes del poder político
de la familia Médici, de quien es adversario entre 1504 y 1512. Posteriormente y habiendo
cambiado la situación política, se pone a disposición de los Médici, hasta 1527, cuando
éstos vuelven a caer de la escena política.

Estos vaivenes de la lealtad hacia una familia gobernante poderosa, son un reflejo de la
inestabilidad política de la época. Maquiavelo es un hijo de su tiempo. Su propia vida
marcará sus escritos, sobre todo a la hora de escribir "El Príncipe" desde las experiencias
vividas.

Algunos autores interpretan que Maquiavelo era proclive a la República, pero viendo
que ésta no aseguraba el orden, la seguridad y estabilidad del gobierno, opta por
aconsejar cómo obrar —política y militarmente— para lograr un Estado a imagen y
semejanza de los Estados fuertes, que en su época eran los estados absolutistas.

La Italia del Renacimiento en que vive el autor, es una época de grandes contrastes y
contradicciones. La producción de maravillosas obras de arte como las de da Vinci,
Boticelli, Michelángelo, Tiziano, Rafael de Sanzio, donde se visualizan al unísono, la
carnalidad y la espiritualidad de la humanidad, así como el lujo, exotismo y refinamiento
en las costumbres mundanas de la nobleza y la alta burguesía comercial, conviven con la
violencia política y militar, las intrigas palaciegas, complots, asesinatos políticos y
corrupción de la moral.
Nicolás Maquiavelo es un renacentista, si entendemos por ello la característica de los
hombres insignes de la época: hombres capaces de abarcar múltiples artes y cualidades
como lo demuestran los distintos géneros abarcados en sus obras.

CONTEXTO HISTÓRICO

En la península itálica, el poder político y territorial se encuentra fragmentado en


Ciudades‐Estado con rangos de reinos, principados, ducados y repúblicas, siendo los
Estados Pontificios, un centro de poder político que —con los papas como autoridad
principal— amenazan constantemente con incorporar a los demás territorios. (Téngase en
cuenta que el gran Cisma y la Reforma habían debilitado el poder del papado)

La mencionada fragmentación del poder promueve constantes luchas entre las


ciudades‐estado. Luchas estas que se dirimían, tanto en el terreno bélico, como en el
intrincado ámbito de la diplomacia, y que no escapaban a la mirada y el análisis de
Maquivelo.

La Europa de los grandes Estados Nacionales, fuertemente centralizados —como


Francia y España, unificada esta última, por la unión de Castilla y Aragón— intervienen e
invaden la Península en aras de la expansión territorial que perseguían los regímenes
absolutistas. Es también, el momento del auge expansionista del Imperio Otomano, que
avanza sobre territorios venecianos.

La conquista y explotación de amplios territorios de América proveen a Europa de


enormes cantidades de metal precioso, impulsando el desarrollo del gran comercio
internacional y reforzando el poder de la burguesía comercial. La apertura de nuevas rutas
comerciales marítimas pone en peligro la preeminencia comercial y financiera de la
burguesía de la península itálica. (Repase lecturas sobre surgimiento y ascenso de la
burguesía comercial en Europa)
En resumen: todo lo expuesto confluye e influye —en el contexto en que escribe
Maquiavelo— en una gran crisis económica, política, social, moral y ética. Esto se traduce
en una situación de caos, desorden, inestabilidad política y debilidad económica, que
contrasta con los poderosos Estados absolutistas, siempre en guerra, pero sin
desintegrarse como unidad territorial y política.

CONTEXTO IDEOLÓGICO

En el siglo XVI conviven y debaten ideas gestadas en el medioevo, con otras que
configuran la Modernidad. El providencialismo, concepción teológica propia de la Edad
Media, según la cual la Historia es un camino predeterminado por dios, va dando paso a
ideas que afirman la capacidad de los hombres para decidir sobre sus asuntos terrenales.
Esta idea se extiende al ámbito de las formas políticas de gobierno desde una óptica
racionalista, basada en argumentaciones de carácter científico y pragmático, que tienden
a la secularización del pensamiento político y al libre albedrío del individuo.

El contexto en que se forma Maquiavelo está determinado por el pensamiento


humanista, en boga en esos años. Dicha formación consistía en los studia humanitatis, una
formación íntegra del hombre en todos los aspectos fundada en un mejor conocimiento y
comprensión de los autores de la Antigüedad Clásica.

La religión no ha perdido peso como referente espiritual, sino que, en el plano político,
las teorías de gobierno y la praxis misma de la función gubernamental, están en conflicto
con el poder temporal de la Iglesia.

Si bien las monarquías absolutistas centralizan el poder en un monarca con carácter de


“lugarteniente de dios en la Tierra”, confiriéndole así una legitimación de orden teológico,
el poder del Papa —como autoridad máxima de la Iglesia— es sometido a la autoridad
monárquica nacional.
El absolutismo ha desplazado las formas políticas, económicas y sociales propias del
medioevo en casi toda Europa, mientras que en Italia persiste la fragmentación del poder
político y territorial, manifestándose así la debilidad de la idea (moderna) de Estado
Nacional.

Maquiavelo, quien por su trabajo como funcionario de la Cancillería de Florencia, ha


tenido contacto y ha sido un observador atento de la diplomacia y de los vaivenes de el
poder político, entiende que la situación de caos y debilidad política y económica de la
península sólo puede resolverse con un gobierno fuerte, firme y estable, que unifique la
península. Esta última apreciación puede verse el capítulo XXVI de El Príncipe.

La obra El Príncipe, no plantea una teoría del Estado, no incursiona en aspectos


filosóficos ni morales, mucho menos teológicos. No justifica la legitimidad del gobernante
más que por la razón de Estado, es decir, todo aquello que contribuya a la estabilidad y
fortaleza de la que carece Italia.

Plantea, una serie de consejos, pautas, reglas y artilugios, que un gobernante debe
observar para lograr los objetivos de gobernar y mantenerse en el poder.

¿EN QUÉ SE BASA MAQUIAVELO?

Se basa en realismo político: su discurso se apoya en lo que es y no en el deber ser y


desde ese planteo pragmático realiza el análisis político de su contemporaneidad. Para
Maquiavelo, la historia la hacen los hombres, tomando decisiones exitosas o erradas.

Es en la Historia —a través del estudio de cómo y porqué han triunfado, o fracasado,


grandes gobernantes del pasado— donde Maquiavelo encuentra la fuente de
conocimiento más importante para analizar la política y los vaivenes del poder.

Cree en la utilidad política de la Historia (algo que en la Antigüedad griega ya sostenía


Tucídides), a partir a esto es que ejemplifica y aconseja a Lorenzo de Médici. He aquí la
moderna idea de secularización del poder político y de la Historia.
Maquiavelo acepta la existencia de la moral cristiana y la ética, pero la ubica en el
pueblo, no así en los gobernantes y en el campo de la política. Entiende que para
gobernar de manera eficiente y mantenerse en el poder, el gobernante debe abstraerse
de consideraciones morales o religiosas a las que quedaría condicionado. No obstante,
aconseja al príncipe sostener una imagen que convenga para ejercer su poder, siempre
que pueda cambiarla a conveniencia de las circunstancias.

Según Maquiavelo, el uso de la crueldad y la bondad, por parte del príncipe, estarán al
servicio de los objetivos a lograr.

En lo que al realismo, al pragmatismo, y a la ausencia de fundamentación teológica


concierne, este autor presenta rasgos de modernidad. No obstante, mantiene rasgos
propios de una mentalidad arraigada en valores medievales, por ejemplo, su concepción
negativa e inmutable de la naturaleza humana.

Por otra parte (y es un rasgo de Modernidad) plantea que en el seno de la sociedad


existen fuerzas contrapuestas y antagónicas, advirtiendo al príncipe acerca de los
problemas y peligros que esto puede acarrearle, y del juego político con que debe
manejarse al respecto.

SU OBRA

• Discurso sobre la corte de Pisa, 1499


• Del modo di trattare i popoli della Valdichiana ribellati, 1502
• Del modo tenuto dal duca Valentino nell' ammazzare Vitellozzo Vitelli, Oliverotto
da Fermo, etc., 1502
• Discorso sopra la provisione del danaro, 1502
• Decennale primo (poema), 1506
• Retrato de la corte de Alemania, 1508‐1512
• Decennale secondo, 1509
• Retrato de la corte de Francia, 1510
• Discursos sobre la primera década de Tito Livio, 3 volúmenes, 1512‐1517
• El Príncipe, 1513
• Andria, comedia, 1517
• La mandrágora, comedia en prosa, 1518
• Della lingua (diálogo), 1514
• Clizia, comedia en prosa, 1525
• Belfagor arcidiavolo (novela), 1515
• Asino d'oro (poema), 1517
• Del arte de la guerra, 1519‐1520
• Discorso sopra il riformare lo stato di Firenze, 1520
• Sumario de la corte de la ciudad de Lucca, 1520
• La Vida de Castruccio Castracani, 1520
• Historia de Florencia, 8 libros, 1520‐1525

VOCABULARIO (a tener en cuenta para leer EL PRÍNCIPE)

VIRTÚ: el término refiere al concepto de eficacia, sentido de la oportunidad, acierto y


rapidez en la capacidad de tomar decisiones, habilidad. (No tiene connotación moral)

FORTUNA: se trata de la realidad variable, lo imprevisible, el azar. La fortuna puede ser


favorable o desfavorable, y el príncipe sabrá enfrentarla y/o, capitalizarla en la medida en
que posea virtud. (No tiene connotación de “riqueza”)

FE: refiere a palabra dada. El príncipe da fe o tiene fe, quiere decir que da su palabra o
tiene palabra. (No connota con fe en el sentido religioso)

NECESSITÁ: Actuar por necessitá es actuar por razón de Estado. Implica hacer todo lo
requerido para mantener la integridad territorial y política del Estado.

SELECCIÓN DE TEXTOS DE “EL PRÍNCIPE” Y EJERCICIOS

A)

“Los hombres recorren casi siempre los caminos trillados por otros y en sus acciones apenas si
hacen más que imitar a sus predecesores; pero no pudiendo recorrer punto por punto las vías de
los antiguos, ni alzarse hasta la perfección de sus dechados, el hombre prudente debe seguir sólo
los rumbos de algunos personajes insignes, a fin de que si su propio mérito no basta, al menos
guarde cierta semejanza con ellos.” Capítulo VI
B) Refiriéndose a Ciro y a otros destacados personajes:

“Examinando sus actos y sus vidas, no se ve que recibiesen de la fortuna otra cosa fuera de la
ocasión propicia, la cual les permitió introducir en sus Estados la forma más adecuada. Sin aquella
ocasión, la virtud de sus ánimos se habría extinguido, y sin aquella virtud, la ocasión habría venido
en vano.” Capítulo VI

C)

“Pero intentando escribir cosas útiles para quienes las entienden, me ha parecido preferible ir
en derechura de la verdad efectiva del asunto, que cuidarme de lo que debe imaginarse sobre él.
Muchos concibieron repúblicas y principados jamás vistos y que nunca existieron. Hay tanto
trecho de cómo se vive a cómo debiera vivirse, que quien renuncia a lo que se hace por lo que se
debería hacer, aprende más bien lo que le arruinará que lo que le preservará.” Capítulo XV

D)

“El hombre que quiera hacer en todo profesión de bueno, cuando le rodean tantos malos,
correrá a su perdición. Por ello es necesario que el príncipe, si desea mantenerse en su estado,
aprenda a poder no ser bueno y a servirse o no de esa facultad, a tenor de las circunstancias.”
Capítulo XV

E)

“No ignoro que muchos opinaron y opinan que, gobernando la fortuna y Dios las cosas de este
mundo, la humana prudencia no puede alterar las adversidades y, por tanto, que éstas no tienen
remedio alguno.”

[……]

“Pero, como no se ha anonadado nuestro libre albedrío, admito que sea verdad que el que la
fortuna rija la mitad de nuestras acciones; sin embargo, nos deja gobernar la mitad restante o
buena parte de la misma.”

[……]

Refiriéndose a la fortuna:
“[….] ella demuestra su potencia donde no hay virtud que haya sido ordenada para resistirle…..”
Capítulo XXV

F)

“Puede decirse de modo general de los hombres que son ingratos, volubles, fingidores,
disimuladores, temerosos de los peligros y codiciosos de ganancias.

G)

“Los hombres tienen menos reparos en ofender al que se hace amar que al que se hace temer,
porque el amor se conserva por el solo vínculo de la obligación, la cual, debido a la perversidad
humana, rompe toda ocasión de interés personal; pero el temor se conserva por miedo al castigo,
que no te abandona jamás”.

“Empero, el príncipe debe lograr que se le tema de suerte que, si no se hace amar, evite ser
odiado. Lo logrará siempre que se abstenga de apoderarse de los bienes de sus gobernados y
servidores, y de sus mujeres.” Capítulo XVII

H)

“ Un príncipe no ha de temer, pues, la infamia de la crueldad para mantener a sus súbditos


unidos y leales…) Capítulo XVII

I)

“Se comprende cuán laudable es que un príncipe mantenga la fe prometida, viva de modo
íntegro y no emplee la astucia. Sin embargo, la experiencia de nuestros días enseña que hay
príncipes que, menospreciando la lealtad y sabiendo mudar arteramente el ánimo de los hombres,
hicieron grandes cosas y triunfaron al fin, de los que se fundaban en la lealtad.” Capítulo XVIII

J)

“Sabed, pues, que hay dos maneras de luchar: una con las leyes y otra con la fuerza. La primera
es propia de los hombres y la segunda de los animales; pero como a veces no basta aquélla,
conviene recurrir a ésta. Por consiguiente un príncipe debe saber servirse de ambas.” Capítulo

XVIII
K)

“Puedes parecer clemente, fiel, humano, íntegro y religioso, y aún serlo; pero has de estar tan
identificado con tu espíritu que, en el momento necesario, puedas y sepas cambiar en sentido
contrario.” Capítulo XVIII

L)

“En cada ciudad se hallan dos propensiones distintas, que dimanan de que el pueblo desea que
no le manden y opriman los grandes, al paso que los grandes buscan dominar y oprimir al pueblo.”

[……]

“El que adquiere el principado con el auxilio de los grandes lo conserva con mayor dificultad que
el que lo consigue con el pueblo, porque le rodean muchos que se consideran iguales a él, y no
puede mandarlos ni manejarlos a su albedrío.

[……]

Además, no se puede con honestidad, y sin injuriar a los otros, satisfacer la ambición de los
grandes; en cambio, se contenta fácilmente el pueblo, que tiene un fin más decoroso que los
próceres, pues éstos quieren oprimir y éste no ser oprimido”

[ ……]

“El príncipe necesita, asimismo, vivir siempre con el pueblo, mas puede prescindir de los
grandes…” Capítulo IX

LL)

“Procure, por lo tanto, el príncipe vencer los obstáculos y conservar el Estado…” Capítulo XVIII

M)

“Permaneciendo como sin vida, Italia espera un salvador que cure sus heridas, ponga fin a los
saqueos de Lombardía, a las matanzas del Reino y de Toscana, y lleve la salud a las llagas largo
tiempo infectadas.” Capítulo XXV
PAUTAS PARA LOS EJERCICIOS

* Cada texto tiene una letra mayúscula que lo distingue, no tiene otra función que la de
facilitar el ejercicio de comprensión lectora.

* Lee atentamente los textos y responda a las preguntas, indicando la letra del texto
(puede ser más de uno) que utilizó para responder.

Ejemplo: 4.H o 4 HG. El ejemplo es meramente ilustrativo.

* Procede a responder con tus palabras, teniendo en cuenta que se trata de interpretar
lo que plantea el autor.

* En algún caso se indicará el texto y se preguntará sobre el mismo.

PREGUNTAS

1 ¿Qué concepto acerca de los hombres tiene el autor y por qué?

2 ¿Qué aconseja Maquiavelo acerca de los sentimientos que debe inspirar el príncipe, y
por qué?

3 ¿Qué referencias debe tomar el príncipe para gobernar de manera exitosa?

4 ¿Cómo se relacionan la virtud y la fortuna?

5 Indica el párrafo en que el autor se refiere a lo que “es” y no a lo que “debe ser” y
explique la idea con sus palabras.

6 ¿En qué textos queda en evidencia la modernidad del autor?

7 ¿Cómo debe actuar el príncipe con respecto al pueblo y a los grandes y por qué?

8 ¿Qué entiende Maquiavelo por virtud y en qué textos lo expresa?

9 ¿Cuál es el propósito de tener un príncipe como el que se plantea?


10 ¿Cuál es el planteo acerca del uso de la ley y de la fuerza?

11 ¿Desconoce Maquiavelo la existencia del bien, la integridad y la honestidad en un


gobernante? ¿Qué plantea al respecto?

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