Eje 1 El Espacio y La Población de Mendoza

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IES 9-029 Geografía y Ambiente de Mendoza – Eje 1: El espacio mendocino y su población. Prof.

Cecilia Perez Druetta

Mendoza, la diversidad de sus paisajes y su relación con el mundo


Introducción
Mendoza es más que un oasis al pie de los Andes, sino que el 97 % de su territorio está ocupado por montañas y
desiertos, y en este mar de rocas y arenas se reparten los oasis provinciales, ocupando una muy reducida superficie, pero
altamente conectados entre sí y con enclaves importantes a sus intereses diseminados por el desierto. Para entender la
geografía de Mendoza es necesario acudir al estudio de su ubicación, clima, geomorfología, hidrología, hidrografía, suelos,
biomas y de su compleja sociedad. El estudio de estos elementos no debe ser aislado, sino que deben analizarse como un
sistema, ya que son las relaciones que mantienen dichos elementos entre sí las que dan forma al espacio y se reflejan en cada
uno de los paisajes que vemos.
Los paisajes de Mendoza
Para entender la geografía de Mendoza es necesario acudir al estudio de
1. su ubicación
a. sitio y posición
2. clima,
3. geomorfología,
4. hidrología e hidrografía,
5. suelos,
6. biomas
7. y de su compleja sociedad.
El estudio de estos elementos debe analizarse como un sistema, ya que son las relaciones que mantienen dichos
elementos entre sí las que dan forma al espacio y se reflejan en cada uno de los paisajes que vemos.
Entonces, al ver un paisaje podemos preguntarnos:
¿por qué tiene esas características?
¿por qué ha evolucionado de tal manera? 1
El paisaje en sí no nos va a responder esas preguntas. Si se intenta una definición de paisaje, decimos:
Es el reflejo visual de las relaciones que mantienen los elementos del sistema espacial en un momento y lugar determinados.

El análisis de la características de los elementos del sistema y el tipo de relaciones que mantienen entre ellos permitirá
la respuesta a los interrogantes planteados. Es entonces que, si se comprende la dinámica del sistema que da origen a los
paisajes, se podrá entender por qué los paisajes son como los vemos, es decir su apariencia externa y también podremos
comprender su estructura interna. De esta manera las sociedades pueden conscientemente intervenir o no; de acuerdo a sus
objetivos, intereses y valores en el espacio y en el paisaje en consecuencia.
Apreciar entonces los diversos paisajes se convertirá en el modo de introducirnos en la Geografía de Mendoza. A
continuación proponemos una especie de clasificación de los paisajes más representativos.

A) El paisaje urbano se presenta a la vista como algo casi totalmente artificial. No quedan prácticamente vestigios del
ambiente natural y se destacan elementos como edificaciones, infraestructura y equipamientos variados; en alta densidad.
 residencias familiares,
 edificios de oficina,
 edificios públicos,
 escuelas,
 teatros,
 grandes concentraciones de medios de transporte,
 infraestructura vial.
 Equipamiento de comunicaciones: antenas, cables
Al interior de los paisajes urbanos, hay claras diferencias entre zonas de negocios y servicios y aquellas de residencias
como así también un gran contraste entre zonas beneficiadas y zonas marginadas por el desarrollo socioeconómico, típico de las
ciudades latinoamericanas.
B) En cuanto a los paisajes agrarios, tomando en cuenta las limitaciones ecológicas como la falta de agua y suelos que
presenta Mendoza, requieren un alto grado de artificialización. Y es así que aparecen escasos elementos naturales. En
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contrapartida, aparecen muchos elementos culturales, tales como, trincheras de árboles para proteger de los vientos, cultivos
de vid o frutales, surcos, hijuelas, callejones, alambrados, cosechadores, algunas edificaciones aisladas, o agrupadas en
pequeños caseríos básicos, Desde el aire, lo que más sobresale, es la gran subdivisión de las tierras irrigadas.

Es necesario dejar en claro que los paisajes agrarios irrigados y los paisajes urbanos están incluidos dentro de lo que se
denomina “oasis”.
Mientras todo el área no irrigada se denomina “secano”.

C) El paisaje correspondiente al área no irrigada = secano se extiende sobre más del 90 % de la superficie provincial. A
primera vista se puede interpretar como paisaje natural, pero sin embargo, las actividades humanas se han hecho presentes de
diferente manera. Por ejemplo el aumento del uso del agua en las partes medias de las cuencas, la deforestación en tiempos
pasados para levantar alambrados o para durmientes, o actualmente para leña, son alteraciones a su estructura y fisonomía.
Dentro del esta unidad, existen núcleos representativos de distintas actividades que se manifiestan a través de distintos
paisajes.
C.1) El paisaje ganadero es el más extendido y en él se pueden distinguir núcleos conformados por el puesto, el pozo
balde, los corrales y algunos árboles, frente a grandes extensiones de vegetación natural, generalmente muy degradada.
C.2) El paisaje minero es el claro ejemplo de enclave, ya que se distingue por grandes maquinarias e instalaciones, en
medio de paisajes donde dominan los elementos naturales. Además, pueden existir conjuntos de viviendas precarias en sus
alrededores. También existen los ex-pueblos de estación de FFCC, que al igual que aquellos donde se abandonó la explotación
minera, reflejan actualmente un aspecto fantasmagórico.
C.3.) El paisaje natural propiamente dicho, salvo parajes de montaña de muy difícil acceso y sectores de las áreas
protegidas, ya casi no existe debido a que el hombre, en su larga estadía en estas tierras, ha modificado casi todos los ambientes
de distintas maneras:
 Forma directa:
o urbanizaciones, cultivos.
 Forma indirecta:
o desecación de las lagunas por el aprovechamiento del agua río arriba
2
o deforestación que hoy se traduce en desertificación.

D) El paisaje industrial, tanto en medios urbanos como rurales, muestra una infraestructura que lo destaca de su
entorno, por su tamaño o complejidad, fácil de percibir por sus consecuencias: aire y aguas contaminadas, malos olores,
residuos. Es importante aclarar que este tipo de paisaje está presente en nuestra provincia tanto en los paisajes urbanos,
como en los agrarios irrigados, como en las áreas no irrigadas.

La escala espacial y temporal

A continuación abordaremos el tema de la escala, tanto espacial como temporal, y que es fundamental en Geografía.

La escala espacial responde a la extensión del espacio a analizar, y por lo tanto el nivel de detalle que puede observarse.

Por ejemplo, al analizar las comunicaciones a nivel mundial será necesario tomar un mapa de todo el planeta, que
posibilitará una visión de conjunto muy buena, pero en el que se perderán los detalles, ya que no será posible que aparezcan las
rutas internas de cada uno de las provincias o estados que componen cada país. Este es un estudio a escala chica. Luego, a
escala media, sería posible ver dentro del mapa de un país determinado las rutas nacionales y hasta las provinciales, pero no se
verán las calles que componen el plano de cada ciudad, lo que deberá ser analizado a escala grande.

En cuanto a la escala temporal, hay que entender la construcción del espacio geográfico en términos de procesos.

Así, al ver el relieve en la provincia de Mendoza, se puede decir que sus características generales responden a procesos
muy largos, por ejemplo geomorfológicos, climáticos, ya que por ejemplo los distintos cordones montañosos comenzaron a
formarse hace cientos de millones de años y fueron sucesivamente modificados por la acción de factores externos e internos,
mucho antes de que el ser humano apareciera en este mundo.
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El estudio del relieve, sin relación con el hombre no tiene importancia desde el punto de vista geográfico. Por lo tanto, a
estos largos procesos naturales que siguen actuando permanentemente -y que a veces resultan imperceptibles para el hombre-
hay que superponer los procesos históricos y sociales para entender la construcción del espacio. Por ejemplo, la ruta
internacional nº 7, que une Mendoza con Chile, ya era una vía de comunicación mucho antes de que el hombre construyera toda
la infraestructura actual.
Los primeros habitantes ya transitaban este valle creado por la acción de las fuerzas tectónicas y la erosión causada por
el clima y la hidrografía. A estas condiciones naturales el hombre les da importancia según las ventajas que le ofrezcan con
respecto a sus intereses, objetivos y capacidades.
Algunos aspectos sobresalientes de estos procesos, consisten en la práctica desaparición de los límites nacionales y la
gran fluidez de las comunicaciones. Por esta razón hoy se ven continuas modificaciones en la infraestructura de esta ruta debido
a la preocupación por mejorar su fluidez.
Esta especie de determinismo humano, creer que la acción del hombre puede sobreponerse a la de los factores
naturales y determinar la organización del espacio, también tiene que ver con una visión a corto plazo = escala de tiempo chica,
ya que los factores naturales responden a las acciones humanas pero su capacidad de respuesta no es inmediata. Por lo tanto es
más difícil de percibir para los hombres. Por ejemplo,  la deforestación del Piedemonte para el crecimiento urbano, la
expansión de cultivos, la extracción de leña. Estos procesos reportan un beneficio a corto plazo para el hombre pero luego, ante
una lluvia torrencial de ocurrencia normal en los veranos mendocinos, se producen catástrofes debido a la falta de cobertura
vegetal, entre otras cosas. Lo mismo ocurre con la desertificación por deforestación, sobrepastoreo.
En un análisis de la provincia es necesario utilizar una escala espacial media, y con respecto a la escala temporal, existen
rasgos dominantes determinados por la acción conjunta de los elementos naturales del sistema, como la geomorfología, el
clima, los suelos, que responden a largos procesos. Mientras que otros aspectos han tenido una mayor influencia del hombre en
su desarrollo y responden a distintos procesos históricos de menor duración que los naturales.

A continuación veremos, de forma sintética, cómo influyen los distintos elementos en la conformación del espacio
provincial.
1. La ubicación de Mendoza y su relación con el entorno posibilitan ciertas características climáticas, económicas,
biológicas.
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2. En cuanto al aspecto geomorfológico aparecen al oeste las montañas, con algunos valles transitables, y luego van
descendiendo hacia el este a través de piedemontes, hacia llanuras al norte y meseta al sur.
3. Según el clima, aparecen zonas de que debido a su aridez o bajas temperaturas son difícilmente utilizables, frente a
otras con potencial de asentamiento humano.
4. La hidrogeología e hidrografía determinan los espacios en los que hay disponibilidad de agua para aprovechamiento
humano.
5. Con respecto a los suelos sólo en reducidas extensiones tienen alto potencial para el asentamiento humano. Mientras
que la riqueza del subsuelo da posibilidades de actividades de forma más puntual.
6. La flora y la fauna autóctonas también determinan potencialidades o limitaciones, ya que son importantes reguladores
del equilibrio ecológico.
7. El hombre interactúa permanentemente con estos elementos, pero a diferencia de los demás tiene una clara
intencionalidad en su accionar. Dicha intencionalidad está guiada por los objetivos que persigue, y la capacidad para
lograrlos depende de la toma del poder que permita ejecutar las decisiones. Así, desde que el hombre forma parte en
este sistema hubo grupos que se impusieron a otros y tuvieron el poder para llevar adelante sus objetivos, muchas
veces entrando en conflicto con los demás miembros del sistema y también con los demás grupos humanos sometidos
a su poder.

La elevada concentración, con un 97% de la población ubicada en el 3% de la superficie que comprenden los oasis, es el
dato más importante que revela el esquema. Otro aspecto destacado es la importancia de las vías de comunicación que unen a
los oasis entre sí y a estos con zonas fuera de la provincia, frente a grandes espacios débilmente ocupados y con escasas
comunicaciones internas y muy baja relación con los oasis.
Esta configuración actual, que presenta un fuerte desequilibrio del espacio geográfico, responde principalmente a la
acción del hombre sobre este medio, con un claro objetivo que con algunos altibajos determina el accionar humano desde la
llegada de los españoles a estas tierras: maximizar los beneficios, al tiempo que se minimizan los costos, de las actividades
económicas presentes en cada momento histórico. Los miembros de este sistema y las relaciones aquí esquematizadas tienen
una muy rica dinámica interna, y la evolución de cada uno de ellos depende del comportamiento de los demás y del tipo de
relación que mantengan. Puede tomarse también, como elemento central de este sistema, cualquiera de los paisajes descriptos
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y así estudiar a fondo su composición y su posible evolución. Este conocimiento permitirá planificar de modo más conveniente y
evitar desastres, además de mejorar la relación entre la sociedad y el ambiente, que permita imaginar escenarios futuros más
adecuados para Mendoza.
Ahora que hemos visto los diversos paisajes mendocinos y hemos entendido que son el reflejo de cómo los diferentes
elementos del sistema espacial se relacionan en un momento y lugar determinado, analizaremos en profundidad uno de estos
elementos: la ubicación de Mendoza expresada a través del sitio y la posición.

La ubicación de Mendoza: el sitio y la posición

El sitio se refiere a la posición absoluta, es decir, el


emplazamiento del espacio en cuestión localizado por
medio de las coordenadas geográficas, o sea las líneas
astronómicas que determinan la latitud y longitud de ese
lugar al intersectarse.

Estas líneas se denominan:


Paralelos:
 miden la latitud
 Por convención, se miden desde el
Ecuador, que corresponde a los cero
grados
 y luego comienza a crecer este valor
en ambos sentidos (norte y sur) hasta 4
los 90° en los polos.
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Meridianos
 miden la longitud.
 Los meridianos toman su
valor cero en el
meridiano de referencia
Greenwich (ubicado a la
altura de Inglaterra)
 y crecen en sentido este
y oeste hasta llegar a los
180° en el lado opuesto
del planeta.

Con respecto al Ecuador, Mendoza se extiende entre los 32º y los 37º33` 8de latitud sur lo que la ubica en la zona de
climas templados.

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En relación al meridiano de Greenwich la provincia se encuentra en el Hemisferio oeste, entre los 66º 30`y 70º30` de
longitud oeste, con un uso horario que presenta cuatro horas de retraso con respecto a dicho meridiano.

En cuanto a su posición, es necesario tener en cuenta el entorno, desde lo local hasta otras ciudades, la región, el resto
del país o el mundo, y luego ubicar a la provincia en relación con estos elementos.
Además hay que identificar a este concepto como algo dinámico, ya que más allá del efecto casi inmutable y duradero
de las características naturales del entorno, la evolución de las sociedades hace que las actividades, funciones y relaciones del
espacio mendocino y aquellos que lo circundan se modifiquen continuamente.
Por lo tanto la posición siempre está referida al papel de la ciudad en la organización regional, lo cual le asigna un rango
dentro del sistema urbano desde lo local a lo global o mundial.
Teniendo en cuenta los aspectos más estáticos de la posición, Mendoza se ubica en el centro-oeste de la porción
continental de la República Argentina, a más de 1000 kilómetros del Océano Atlántico y a tan sólo 200 km del Pacífico, pero con
la Cordillera de los Andes como barrera. Por lo tanto el efecto de los océanos prácticamente no se siente en el territorio
provincial, determinando un claro rasgo de continentalidad. Dicho rasgo se manifiesta en la aridez predominante que se
corresponde con su pertenencia a la diagonal árida sudamericana, que atraviesa el país de noroeste a sudeste, ocupando el 75 %
de su superficie. El rol que cumple la mencionada cordillera no es simplemente de barrera, sino que por otra parte sirve para
acumular durante los meses fríos el agua en estado sólido: nieve o hielo.
En los meses calurosos, el agua vuelve a estado líquido y desciende de las alturas a través de quebradas en forma de
pequeños arroyos, que sino fuera por la forma y disposición que presentan los cordones montañosos mendocinos, se perderían
antes de llegar a la planicie. El control que ejerce la cordillera para el escurrimiento de las aguas, hace que esta infinidad de
arroyos vayan confluyendo progresivamente hasta salir del ambiente montañoso en forma de un solo río, que por lo tanto
presenta caudales importantes.
En términos políticos-administrativos, Mendoza limita
al norte con San Juan,
al este con San Luis y La Pampa,
al sur con Neuquén
y al oeste con la República de Chile.
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Además, junto a San Juan, San Luis y La Rioja forma la región de Cuyo, dentro de la cual la capital provincial es la
metrópolis regional.
Quizás lo más interesante del concepto de posición es su faceta dinámica, lo que lleva a hacer referencia a la ocupación
y organización del territorio por el hombre. En este sentido, la provincia se inserta hoy en el sistema mundo como un punto de
encrucijada que a partir de las nuevas tendencias vigentes a nivel mundial como la globalización, la movilidad del capital y la
mano de obra, etc., y el reflejo de dichas tendencias en las políticas regionales y específicamente en la creación del MERCOSUR,
se refuerza con el impulso dado a los llamados corredores bioceánicos.
Dicho sistema mundo está estructurado por una triada central que concentra el poder y esta compuesta por Estados
Unidos, la Unión Europea y la región Asia-Pacífico. Entre estos polos se producen la mayor cantidad de intercambios, y el resto
del mundo se ve obligado a sumarse a este sistema de intercambios como un actor secundario. 6
Entonces se forman bloques regionales, como el MERCOSUR, que necesitan estar en permanente relación con estos
polos.
En este caso, la mayor región productora del MERCOSUR puede intercambiar con el mundo por medio de los puertos
Atlánticos, pero para salir por el Pacífico hacia los grandes puertos del este asiático necesita cruzar lacordillera, y el camino más
sencillo y con mayores ventajas es el Corredor Bioceánico Central que une la zona de influencia de las ciudades de San Pablo -
Río de Janeiro en Brasil con Santiago y la ciudad de Valparaíso de la costa pacífica a través de sus dos pasos principales:
Paso Cristo Redentor,
 sobre la Ruta Nacional Nº 7,
 actualmente concentra los mayores flujos de mercadería y de personas
 concentra el 75% de la carga comercial entre el Atlántico y el Pacífico, lo que equivale a un promedio de 1000
camiones por día.
 A esto debe sumarse la gran utilización que da a este paso un flujo turístico creciente, lo que genera un
altísimo tráfico vial.
 se encuentra a 3650 metros de altura, lo que sumado a la estrechez del valle sobre el cual se asienta la ruta,
determina que durante las nevadas invernales se cierre este paso.
 Los graves problemas que causa esta situación a la economía del bloque han fomentado la acción del Grupo
Técnico Binacional, que se propuso “agujerar” la Cordillera con 7 pasos definidos como prioritarios y otros
complementarios a lo largo del límite internacional.
Paso El Pehuenche
 al que se puede acceder a través de la Ruta Nacional Nº 40 y la Ruta Provincial nº 224.
 se encuentra a tan sólo 2553 metros de altura y la amplitud del valle por el que transcurre la ruta permite
que, en caso de nevadas, las acumulaciones no sean tan grandes o puedan ser removidas fácilmente.
 Es uno de los pasos prioritarios
Estos pasos hacen que Mendoza sea un punto de tránsito de las producciones desde el Atlántico al Pacífico y viceversa,
pero además, esta posición sirve para que las producciones provinciales que se adaptan a los parámetros del intercambio
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internacional se incorporen a dichos flujos y tengan mayores posibilidades en el sistema mundo. Así las producciones
provinciales deben ser complementarias de las que se generan en dicho bloque, y no competir con los productos elaborados en
mejores condiciones en Buenos Aires, Brasil o cualquier otra parte del MERCOSUR. Cabe preguntarse si esto fue siempre así, es
decir si la posición de Mendoza tenía el mismo valor antes de la creación del MERCOSUR, y antes de la creación de la República
Argentina..., para responder a estas preguntas es necesario indagar un poco en la historia.
En los tiempos precolombinos, el sector norte de la provincia que estaba más organizado, debido a la sedentarización
de sus habitantes, era el noreste, ocupado por el pueblo Huarpe. Este pueblo constituía el extremo sur de una gran área cultural
andina, y a partir de diversos hallazgos, se ha demostrado que existían fuertes relaciones con los pobladores del actual Chile, lo
que nos muestra que la cordillera no era vista como obstáculo. Con la llegada de los Incas en 1470, aumento más el carácter
cordillerano de los pobladores del actual territorio mendocino, ya que llegaron por el valle de Calingasta, hasta Uspallata, y de
ahí seguía el camino hacia Chile, por el valle del Río Mendoza.
En la primera etapa del período colonial, cuando lo que hoy es la Nación Argentina dependía del Virreinato del Perú, y
el territorio provincial estaba ligado a la Audiencia General de Chile, como resultado de las corrientes colonizadoras de la región
de Cuyo que llegaron desde la costa pacífica y se instalaron en estas tierras, contando con una posición estratégica en el sistema
de comercio y comunicaciones del extremo sur del continente. La relevancia de esta unidad administrativa consiste en la
consideración como un todo de las regiones comprendidas a ambos lados de la cordillera, ya que a ésta no se la consideraba
como una división, por ello las actividades productivas estaban determinadas por las necesidades al otro lado de la cordillera,
siendo rentables la producción de pasturas y ganado.
La posterior creación del Virreinato del Río de la Plata reestructura esta división administrativa transfiriendo toda la
región de Cuyo a esta unidad con asiento en Buenos Aires. A partir de aquí se fortalece la relación con la ciudad porteña, sin que
ello signifique una disminución de los flujos hacia y desde las trasandinas. De esta manera, Mendoza "anudó" las rutas que
alcanzaban los extremos opuestos de un continente.
Pero con la conformación de la República Argentina, la llegada del ferrocarril y de inmigrantes europeos a fines del S
XIX, dejan de ser rentables para Mendoza las pasturas y el ganado y comienza a crecer vertiginosamente el cultivo de la vid y la
producción de vinos, determinando la especialización productiva de la provincia.
Durante el S XX se mantiene esta especialización, en donde Mendoza produce para un sistema nacional, sin competir
con producciones de otras provincias, y principalmente para el polo de consumo porteño. Como ya se mencionó, la posición de
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encrucijada se revitaliza y toma aún más fuerza a fines del S XX, con la creación del MERCOSUR. Si el objetivo es analizar la
situación de la provincia, es indispensable decir que lo analizado hasta ahora se refiere a los oasis y algunos enclaves productivos
rentables que pueden incorporarse a este sistema.
El resto del territorio provincial queda al margen de dichos procesos, y así como la posición de los oasis en este sistema
los acerca cada vez más a ciudades y centros productivos que se encuentran a miles de kilómetros, aleja cada vez más a los oasis
del resto de la provincia, que a pesar de estar a escasos kilómetros de los centros, la distancia económica, social, tecnológica,
cultural, etc. se hace cada vez mayor.

Conclusión

La relación dialéctica que han mantenido a través de la historia los distintos miembros de esta estructura espacial que
es la provincia de Mendoza, ha determinado que actualmente se presente un territorio muy extenso y con grandes contrastes.
Con montañas dominando todo el oeste, ríos alóctonos en casi todo su curso atravesando la provincia, y una aridez dominante
solamente interrumpida por los oasis de riego, que aparecen como focos de alta densidad de habitantes, actividades y
funciones, y además como nodos que articulan una red de dimensiones regionales y hasta mundiales en el juego de relaciones
impuesto por la globalización, mientras se aíslan cada vez más del inmenso desierto que los rodea, dejando fuera de esta
dinámica a miles de personas que viven fuera de los oasis. De esta manera se manifiesta claramente una relación desigual, en
este caso entre dos grupos distintos de un mismo miembro de la estructura, que es el hombre. Esta relación ha sido un claro
ejemplo de centro-periferia, ya que los oasis han arrancado cuanto han podido al desierto circundante, o se han instalado en él
en forma de enclaves para explotar sus riquezas.
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Las unidades administrativas actuales, su origen y evolución

Introducción

Un “departamento” es cada una de las partes en las que se divide un territorio cualquiera. El espacio mendocino se
divide en 18 departamentos. A medida que estos se alejan del centro político y económico de la Ciudad, las extensiones
territoriales de los mismos aumentan significativamente, un buen ejemplo son San Rafael y Malargüe, juntos suman más de
72000 km2, suficientes como para incluir el resto de la provincia (los del Centro Norte, Este, Centro Oeste y parte de Alvear).

La organización política administrativa

Una primera mirada al mapa de Mendoza permite advertir una mayor fragmentación de las unidades político-
administrativas en el norte de la provincia contrastando con el sur. Esto se debe, sobre todo, a la organización del riego y la
expansión de los oasis agroindustriales. Por otro lado, la incorporación tardía de la agricultura a los departamentos del sur los
hace más extensos.

Las jerarquías urbanas

La jerarquía urbana, en Mendoza, alcanza cuatro niveles:


El Pueblo El centro local El centro regional secundario La metrópoli regional
es un asentamiento con es aquel que abastece al área dispone de un amplio constituye la ciudad de
servicios elementales; un rural inmediata y que tiene equipamiento que posibilita mayor tamaño en la región,
supermercado, un centro de un comercio algo una irradiación regional. La con una red de circulación
salud, un destacamento diversificado, un pequeño estructura interna de la
bien organizada que favorece
policial, una escuela, una hospital, escuelas, ciudad se manifiesta en un
iglesia, etc. Atiende las polideportivos, consultorios paisaje urbano en el que se las conexiones, y que tiene
gran diversidad de servicios,
necesidades de un área rural médicos, etc. Cuenta además
restringida. Un buen ejemplo con un buen desarrollo de la
distinguen el centro político
administrativo, comercial, instituciones de todo tipo, y 9
es Corralitos en Guaymallén red vial. Un ejemplo de ello financiero y cultural; y la posee gran poder de
es Rivadavia periferia residencial e atracción. Un ejemplo es la
industrial, como por ejemplo ciudad de Mendoza.
San Martín o San Rafael.

Recordemos que, según el INDEC, se considera “ciudad” toda localidad que posee más de 2000 habitantes. El criterio
cambia según los países y autores. Algunos autores sostienen que la cantidad de habitantes por si sólo no alcanza para definir
una “ciudad”, sino sus funciones, actividades, servicios, importancia en el contexto regional etc. De todos modos, la clasificación
del INDEC es una de las más usadas pues es de fácil aplicación y más objetiva. La Villa de Uspallata es un ejemplo de un centro
local, según la clasificación anterior, que ha tenido un notable crecimiento en la cantidad de habitantes, pasando de 3437
(INDEC - 2001) a 9654 (INDECE - 2010).

Factores que dan origen a las unidades político-administrativas

En la conformación político-administrativa de Mendoza, influyeron diversos factores, los cuales contribuyeron a dibujar
los límites territoriales de cada uno de los 18 departamentos.
La actual división departamental, que todos conocemos hoy, terminó de definirse en 1950 con la creación del último de
los departamentos, Malargüe. El proceso habría comenzado oficialmente con el reconocimiento que hacía la Constitución
Provincial de 1854 de tan sólo 4 departamentos San Vicente, hoy Godoy Cruz, San Martín, San Carlos y La Paz.

Factores intervinientes en la conformación de los departamentos


Uno de los factores intervinientes en el poblamiento y posterior creación departamental, consistió en ubicar los nuevos
asentamientos de índole religioso cerca de poblados indígenas. Los emprendimientos religiosos actuaron como estímulo para el
desarrollo, la ocupación e integración económica del territorio. Ejemplos de esto, son:
En el norte, San Miguel, actual Las Heras,
Hacia el sur del mismo, San Vicente, actual Godoy Cruz,
Hacia el sureste De Godoy Cruz, surgía San José, incorporado a Guaymallén,
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y al suroeste se fundaba La Arboleda, actual Tupungato.

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Otro de los factores que intervino es el de la red caminera e hídrica, desde el río Mendoza se trasladaba el agua hacia
los principales asentamientos, esto se hacía a través de tomas.
El sistema de riego y los caminos coloniales daban forma a los principales distritos de Luján, Maipú y Guaymallén. Del
mismo modo, en el este con el fin de atender a los viajeros surgían distintas postas como la del Retamo, actual Junín, la de la
Ramada, actual Rivadavia, Santa Rosa, Las Catitas y La Dormida. Todas ellas servían para descanso de los viajeros.
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Ahora bien, en aquellas épocas dominaba en la esfera diaria el problema de los indios y la construcción de fuertes para
extender las fronteras y evitar el avance de los mismos. Éste es otro de los factores que generarían asentamientos alrededor de
los fuertes. Así nacerían,
San Carlos,
San Rafael
y Malargüe.
El fuerte de San Carlos, por ejemplo, consolidó la circulación a Chile por el paso del Portillo, y además con el tiempo
permitió desarrollar las ricas estancias del Valle de Uco.

Para profundizar…
El Fuerte de San Carlos se levantaba a unos 199 Km. de la ciudad de Mendoza. Hacia el año 1770, en Cabildo Abierto, el
pueblo de Mendoza decidió construir un fuerte en el lugar denominado La Isla, para organizar de ese modo, la defensa contra
las tribus del sur que con sus continuas invasiones devastaban la región. La fundación estuvo a cargo del Maestre de Campo Juan
Martínez de Rozas, quien además trazó el plano y dirigió la guarnición instalada allí. El nombre se le puso en homenaje al
entonces rey de España Carlos III.
En un principio su construcción semejaba a un fortín, es decir, un recinto delimitado por paredes de adobe, como lo
había dispuesto el Cabildo, y estaba defendido por un foso exterior sin puente levadizo. Con el correr de los años esa
construcción primitiva fue modificada y ampliada.
En su interior se hicieron las edificaciones adecuadas para albergar una guarnición de cincuenta hombres. Lo llamativo
del fuerte era su castillo. Este se parecía a una casa, con ventanas laterales para disparar las armas de fuego y así poder resistir
los ataques de los indios y de los salteadores de caminos.
El comandante Francisco Esquivel Aldao y el general Miller, mencionan el “castillo” del fuerte de San Carlos. Además de
fortaleza era atalaya para acechar al enemigo. La planta baja era un cuarto de grandes dimensiones, de cinco metros de lado,
con otros cuartos que servían de calabozos.
Las paredes del fuerte eran de adobe apisonado, muy gruesas para darles duración. El techo, de madera labrada sirvió
de piso a la parte alta del castillo. Constaba de tres secciones, cada una con una abertura hacia el frente principal que servía de
mirador y de puesto de combate para los tiradores.
El recinto del fuerte estaba circundado por gruesas murallas de adobón y en cada una de sus cuatro esquinas había un
baluarte hecho del mismo material, donde estaba emplazada la artillería, constituida por cañones de hierro accionados a mecha. 11
Además, poseía un patio rodeado de corredores, presumiéndose que estaba destinado para forraje de los animales. La
fortificación se completaba con un foso seco de cuatro metros de ancho por tres de profundidad con parapeto, el que rodeaba
el perímetro amurallado.
En ese fuerte el General San Martín parlamentó con los caciques del sur gobernados por Ñacuñán, a fin de cruzar hacia
Chile por los pasos del Portillo y Planchón y asegurarse su auxilio en caso necesario. Este parlamento se conoce en la historia con
el nombre de La Consulta. Desde ese lugar salió la columna del comandante José León Lemos. El paraje donde se levantaba fue
declarado lugar histórico por Decreto Nº 4.592 del 7 de marzo de 1951.3

El último de los factores que terminó de moldear a fuego los


límites mendocinos fue el ferrocarril.
Sin dudas, uno de los departamentos más favorecidos por
semejante adelanto en transportes fue La Paz, por ser la entrada
desde Buenos Aires a Mendoza, muchos obreros ferroviarios
adoptaron este suelo del este mendocino. También se beneficiaron
Junín y San Martín que se convirtió en la puerta de ingreso de
aquellos inmigrantes que llegaban masivamente de España, Italia y de
otras nacionalidades con tantas esperanzas, para trabajar en las
fincas, bodegas y viñedos del Este provincial.
Del mismo modo, dos distritos adquirieron personalidad
propia, gracias a la instalación de sendas estaciones de pasajeros y de
cargas, como es el caso de Palmira en San Martín y Gutiérrez en
Maipú. Estos distritos generaron un contrapeso saludable para el
equilibrio territorial, evitando una excesiva polarización hacia la
cabecera departamental. Situación que tuvo su contraparte en la
década de los ´90, signada por las privatizaciones.
Los rieles también supieron modificar la dinámica humana y
económica de todo el territorio del Valle de Uco, cuando llegó a estas
tierras a principios del siglo XX. Nacieron Vista Flores, La Consulta y
Eugenio Bustos; pueblos que vieron pasar de lejos el tren fueron
Capiz, San Carlos, Chilecito y Pareditas. Estos habían crecido junto al
fuerte y al camino de las postas pero cuando se trazaron las vías
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férreas, debido a la sinuosidad de la pendiente, debió hacerse más al Oeste de estas localidades.

Los nombres de los departamentos


En cada uno de los enlaces podrás ver un mapa del departamento con la división distrital.

Mendoza La Capital, en 1551 la expedición de Francisco de Villagra descubrió el territorio Huarpe. La nieve postergó su
regreso a Chile y recorrió la zona. Enterado del descubrimiento, el gobernador Hurtado de Mendoza envió a
Pedro del Castillo, quien fundó la ciudad el 2 de marzo de 1561. En 1813 se erigió la Gobernación Intendencia de
Cuyo, con capital en Mendoza.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2011/10/1_CAPITAL_-2016.png
Godoy Cruz El departamento más urbano de la provincia. Se llamó Villa San Vicente, Belgrano. Y a partir del 9 de febrero de
1909 recibió el nombre de uno de los representantes de Mendoza en el Congreso de Tucumán Godoy Cruz,
nombre que finalmente conservaría.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/Godoy-Cruz-2016.png
Guaymallén Es el departamento más poblado. su nombre deriva de ”Guay” “Mallín” en lengua Huarpe “lugar con mallines
(bañados)” y de “Guaymaré” nombre de un Cacique que recibió a la expedición de Pedro del Castillo.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/GUAYMALL%C3%89N-2016-300x212.png
Las Heras Es el departamento que ostenta la cima de América, el Aconcagua. Su nombre le fue dado en homenaje a Juan
Gregorio Las Heras, soldado y guerrero de la Independencia.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/LAS-HERAS_-2016-300x212.png
Luján Debe su nombre a un tropero mendocino que encomendó su salud a la virgen de Luján, al mejorar fue
pregonero y portador de la virgen en tierra mendocina. La exploración de las tierras donde hoy se encuentra
Luján estuvo a cargo de Juan Hilario Coria. Coria fundó allí una chacra, por la que más tarde, el lugar sería
conocido como Chacras de Coria.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/Luj%C3%A1n-2016-300x212.png
Maipú El departamento que albergó a la bodega Giol fue bautizado como para rememorar e inmortalizar la Batalla de
Maipú durante la Campaña del Ejército del Libertador.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/MAIP%C3%9A_-2016.png 12
Lavalle El departamento de los melones y sandías, nace en 1859 con el nombre de Tulumaya, voz quechua que significa
“cortadera”. En 1889, pasa a denominarse Lavalle, en homenaje al Gral. Juan Lavalle, guerrero de la
Independencia. En 1850 el gobernador Alejo Mallea anexó el actual departamento de La Paz.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/LAVALLE-2016.png
La Paz Debe su nombre a la veneración que los fieles le profesaban a Nuestra señora de la Paz. La extensión
comprendía a los actuales departamentos de La Paz y Lavalle.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/LA-PAZ-2016-300x212.png
Santa Rosa El departamento que alberga la reserva Ñacuñan fue bautizado así en homenaje a Santa Rosa de Lima, patrona
de América. Sin embargo, en 1899 se le llamó Chacabuco, nombre que no prosperó, se desprendía de Junín al
que se había incorporado en 1859.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/SANTA-ROSA_2016.png
San Martín Uno de los principales departamentos vitivinícolas, hasta 1823 se llamó Los Barriales. En 1859 pasó a
denominarse San Martín, ya que el Gral. San Martín poseía en el departamento una de las chacras más extensas
de la provincia. En las actuales zonas de Santa Rosa, Rivadavia, Junín y San Martín.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/04/SAN-MARTIN_2016.png
Junín Conocido como el jardín de Mendoza, por su extensa área cultivada, recibe su nombre de “sunin” voz runa-
shimi de los quichuas en relación con un paraje peruano donde se libró una de las batallas de la emancipación
americana. Hasta 1859 el departamento se llamó “Posta del Retamo” cuando se lo separó de San Martín.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2013/09/JUNIN_-2016-300x212.png
Rivadavia Hasta 1884 se llamaba Reducción de San Isidro, cuando se crea el departamento gracias a la llegada del tren al
Este en territorio de San Martín y Junín, se comienza a llamar, a partir de entonces Rivadavia en honor del
primer presidente constitucional.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/Rivadavia-2016-300x212.png

Ahora el turno de los departamentos que componen el centro oeste o Valle de Uco:

Tupungato La cuna del volcán. Su nombre tiene dos procedencias “Putun-Cutú” que significa punta del techo, y “Trupún”
malo, azotador aludiendo al invierno tan crudo.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2016/11/TUPUNGATO_MAPA_POLITICO.jpg
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Tunuyán su nombre deriva de la lengua araucana y significa “tierra de temblores”. El actual departamento de Tunuyán
perteneció hasta 1880 al territorio de San Carlos.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/04/TUNUYAN_2016-300x212.png
San Carlos Famoso por su histórico fortín, se le da su nombre en homenaje al Rey Carlos III de España, que gobernaba en
épocas de la creación del Fuerte de San Carlos. El gobernador Juan Cornelio Moyano dividió el territorio de San
Carlos en dos departamentos: Tupungato y Tunuyán.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2011/09/SAN-CARLOS_2016.png

Viajamos ahora a los departamentos que conforman el Sur de la provincia:

San Rafael Su nombre fue dado en recordación del marqués Rafael de Sobremonte, quien ordenó la fundación de un fuerte
de avanzada en la ribera del río Diamante.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/SAN-RAFAEL_2016.png
General El nombre se origina en el hecho de que el Dr. Diego de Alvear, hijo del prócer de la Independencia Gral. Carlos
Alvear María de Alvear, era dueño de gran parte de esas tierras sureñas. La hacienda de Alvear pertenecía al
departamento de 25 de mayo (hoy San Rafael) con el nombre de “Colonia Alvear”. En 1914 se creó el
departamento bajo el gobierno de Francisco Alvarez.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/03/2_GRAL-ALVEAR_-2016.png
Malargüe El nombre proviene de los vocablos indígenas araucanos “Malal” y “Hue”, que significan corral de piedra. Recién
en 1950, el gobernador Faustino Picallo creó definitivamente el departamento, pero con el nombre de
Presidente Perón, que desapareció en 1955.
http://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2010/04/MALARGUE_2016.png

Conclusión

De esta forma, hemos visto a qué factores se debió el surgimiento y posterior crecimiento de numerosas localidades,
algunas distritales, otras ya de categoría departamental, de la provincia de Mendoza. Los motivos religiosos, la red caminera e
hídrica, los fuertes y el ferrocarril, como los elementos y factores que influyeron en el trazado de los límites actuales.
Los departamentos de antes, los de ahora, su historia, su nombre y su espíritu. Eso es Mendoza, la tierra del sol y del buen vino.
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Vías de comunicación y redes


El estado de los caminos permite jerarquizarlos en:
pavimentados,
consolidados,
de tierra,
sendas
y huellas.

Los primeros son característicos de la parte central del oasis donde la accesibilidad es mayor. Allí la trama es más
compacta y la propiedad está más dividida. A medida que nos alejamos de las áreas irrigadas, disminuye la densidad de la red y
la calidad de los caminos.
La red vial de Mendoza tiene una extensión de 17.615 Km. y la red vial nacional ubicada en Mendoza tiene 1.851 kms.
La cobertura es buena. Sólo quedan dos zonas con escasa cobertura de caminos: al centro Huayquerías y al sur la Payunia. En
ambos casos, la limitante es climática y de relieve. En general los oasis tienen buena accesibilidad e interconexión, no así las
áreas de secano (tanto cordillerano como las llanuras áridas del este).

Existe una red primaria


Que reúne a las rutas nacionales y provinciales más importantes y una red secundaria que está compuesta sólo por
rutas provinciales de poco valor económico relativo
Que es importante para el turismo actual ya que cumple con las funciones de acceso regional, traslado interno y
circuitos turísticos.

La red pavimentada
es relativamente antigua
La antigüedad promedio es de 19 años
La condición de las rutas es regular 14
La conexión al sur tiene doble vía de circulación hasta el departamento de Tunuyán. La conexión al este tiene doble vía
hasta Desaguadero, en el límite con la provincia de San Luis. La conexión hacia Chile no tiene garantizado el funcionamiento
continuo durante la temporada invernal.
La Red Ferroviaria de la Provincia solamente se utiliza para transporte de carga. Los dos ferrocarriles, el Belgrado y el
Gral. San Martín, fueron concesionados al sector privado. El ramal correspondiente al ferrocarril Gral. San Martín une Buenos
Aires con San Juan pasando por nuestra Provincia. El ramal perteneciente al ex ferrocarril Belgrano une Córdoba y San Juan (Pié
de Palo) pasando por Mendoza.
En el sector urbano, se ha reactivado la traza que recorre desde Gutierrez (Maiú) hasta Panquehua (Las Heras) con un
servicio de transporte de pasajeros de tipo urbano, operado con duplas que pueden transportar a un centenar de pasajeros.
Es importante considerar un nuevo proyecto propuesto por una empresa local que prevé la reactivación del ramal que
ofrecía el antiguo recorrido, prestado por el recordado Tren Trasandino, de gran atractivo provincial.
El Transporte aéreo
Nuestra Provincia cuenta con tres aeropuertos:
Aeropuerto Francisco Gabrielli, internacional
el Aeropuerto de Malargüe, internacional
y el Aeropuerto de San Rafael, sólo opera con vuelos de cabotaje.
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La población de Mendoza

Durante millones de años la continua interacción entre los distintos elementos naturales del sistema espacial había
configurado el territorio sobre el que hoy en día se emplaza la provincia de Mendoza. Ya en tiempos recientes, hace algunos
miles de años, aparece el hombre en esta zona, con sus diferentes tipos de organización social.
A lo largo de la historia se fueron reemplazando unos grupos sociales por otros en el poder y cada uno de ellos se
encargaba de llevar adelante un proceso de organización espacial distinto.
A grandes rasgos se pueden distinguir, en un primer momento, diferentes grupos aborígenes, luego tomaron el control
los españoles y finalmente, desde mediados del S. XIX, se configura el Estado Argentino y se suceden en el poder diversos grupos
que van organizando el territorio de acuerdo con sus intereses, para dar como resultado las características actuales de la
población mendocina.

Los habitantes originarios


En las primeras épocas de ocupación de lo que hoy es el espacio mendocino por el hombre, tanto los nativos como sus
sucesores, los colonos se asentaban a lo largo de cursos fluviales, debido a su alta dependencia del recurso agua, y ge- neraron
así poblaciones alineadas. Sin embargo, unos y otros tenían objetivos muy distintos que los llevaban a relacionarse de diferente
manera con la naturaleza y por lo tanto el espacio organizado resultante no fue el mismo en cada período.
Antes de la llegada de los españoles existían dos grupos bien definidos so- bre el espacio en el que se extiende
actualmente el territorio mendocino:
los Huarpes
los Puelches
Los primeros se asentaban principalmente en los valles de Güentota (actuales ciudades de Mendoza y Luján de Cuyo) y Uco
(actuales departamentos de San Carlos, Tunuyán y Tupungato), mientras que los segundos habitaban hacia el sur del río
Diamante.
Cada uno de estos grupos tenía una forma de vida muy distinta que se reflejaba en la organización del espacio. Los huarpes: 18
eran sedentarios
vivían en comunidades pequeñas
cada comunidad estaba comandada por un Cacique
se ubicaban siempre en zonas con disponibilidad de agua
 ríos,
 canales
 lagunas,
 distantes a escasos kilómetros unas de otras
El agua les permitía
 sembrar,
 pescar,
 criar ganado,
 y todo lo imprescindible para vivir.
Cada comunidad cultivaba las tierras pertenecientes a su cacique
practicaba un sistema comunitario de autoconsumo.
Los cultivos principales eran
 el maíz,
 la quínoa,
 los porotos,
 zapallos
 calabazas.
Cazaban
criaban animales,
practicaban la cestería e hilandería.
A estas actividades, los habitantes de las lagunas de Huanacache, le agregaban
la pesca
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la recolección de totora y raíces de junco.
Cabe destacar que estos grupos ya habían desarrollado el sistema de irrigación, desviando las aguas de los ríos
Mendoza y Tunuyán con pies de gallo y ta- ludes y conduciéndolas a través de canales.
Así, cada acequia regaba una porción de tierra perteneciente a un cacique, por lo cual llevaba su nombre, como es el
caso del Canal Cacique Guaymallén.
Los puelches:
eran típicamente nómades
vivían
 de la recolección de frutos y vegetales
 de la caza de animales autóctonos.
Se movían permanentemente en busca de los recursos para la subsistencia,
se reunían varias bandas o conjuntos para realizar los saqueos en forma conjunta.
Cada grupo estaba conformado por 15 a 30 personas,
respondían a un jefe o cacique,
al desplazarse en busca de sus víveres, llevaban consigo todas sus pertenencias, incluyendo sus viviendas, que estaban
confeccionadas con pieles y palos. Este permanente movimiento y tras- lado de todo lo que poseían, hizo que nunca
llegaran a organizar claramente un espacio determinado.

La conquista y colonización española

La siguiente etapa de organización del territorio mendocino tiene que ver con un hecho de orden geopolítico mundial,
1
ya que el dominio del imperio Otomano sobre las rutas normales entre Europa y las Indias generó la necesidad de buscar rutas
alternativas.
A partir de esta situación, los españoles llegan a nuestro continente que luego se denominaría América y conquistan
estos territorios que pasan a ser parte de su imperio con la función de proveer a la corona de materias primas, especialmente
minerales metalíferos.
El espacio comienza a ser organizado con la premisa de sacar el mayor provecho posible, rompiéndose así una relación
19
armónica que hasta ese momento habían mantenido los habitantes nativos con el ambiente.
A la zona de Cuyo llegaron casi un siglo después de su arribo a América y el primer encuentro se dio con los grupos del
norte que no eran belicosos.
Los objetivos centrales fueron tomar mano de obra para trabajar en minas al otro lado de la cordillera y además
aprovechar este oasis fértil para los cultivos.
Con el objetivo de ocupar el territorio y servirse del mismo, se implementó la encomienda, que consistía en la entrega
de tierras otorgadas por la corona española a un encomendero para que las administrara y dispusiera de los pobladores que en
ellas se asentaban.
2
Con esta premisa se fundó la ciudad dividiendo el territorio en 25 manzanas, y haciéndola depender de la Capitanía
General de Chile. Los asentamientos se expandían en las zonas próximas a los cursos de agua y se aprovecharon las obras
hidráulicas indígenas sin modificaciones durante media centuria.
El sistema de encomienda causó la muerte a miles de aborígenes por diversas causas, y por ello comenzaron a llegar
hombres de raza negra, provenientes de África, para trabajar principalmente en Chile, aunque en Mendoza llegaron a ser el 20 %
de la población a fines del siglo XVIII.
Así, dos siglos después de su fundación, Mendoza pasó a depender políticamente del Virreinato del Río de la Plata, pero
en la práctica, debido a las distancias que la separaban de Buenos Aires, comenzaron a crecer las comunicaciones con ciudades

1
El Estado otomano comúnmente llamado Imperio Otomano fue una potencia imperial, ubicada en su mayor parte alrede- dor
de la mayor parte de la ribera del Mar Mediterráneo y cuya existencia temporal abarcó el periodo entre 1299 y 1922.

2
Fundada el 2 de marzo de 1561 por Don Pedro del Castillo, en el denominado Valle de Güentota, lugar de asentamiento de los
primitivos habitantes de la región, los indios Huarpes. Los conquistadores españoles llamaron a éstas tierras "Cuyo", nombre
hispanizado del "Cuyum" aborigen, que significaría "tierra de arenales". En homenaje a Don García Hurtado de Mendoza,
Gobernador y Capitán General de las provincias de Chile, se le dió el nombre de Mendoza a la nueva Ciudad fundada.
Su concepción fue geométrica con parcelas de 100 varas cuadradas, las que fueron repartidas entre los primeros colonizadores,
dejándose frente al cabildo un predio libre denominado "Plaza de Armas", donde todos los domingos se hacían ejercicios
militares con toda la población masculina. http://www.copel.com.ar/mendozainforma/informa/historia/antig_pobladores.htm
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próximas con el objeto de intercambiar bienes primarios y se conformó una unidad geográfica, política y económica con las
ciudades de San Juan y San Luis que perduró durante mucho tiempo.
Durante el período colonial dominó el cultivo de trigo, vid y frutas, y comenzaron a elaborarse harinas, vinos y frutas
secas. Estos productos se vendían en primera instancia a Chile y al norte, destacándose los núcleos del noroeste como los más
dinámicos de la época y luego a Buenos Aires y el litoral.
La vitivinicultura se convirtió en el principal generador de riquezas y su principal mercado era Buenos Aires. Sin
embargo, una vez más, razones de índole internacional, como el libre comercio borbónico, las guerras de la independencia,
las civiles, la desprotección aduanera y la importación de vinos de calidad superior, modificaron la economía mendocina y, por lo
tanto, su paisaje.
Dicha modificación tiene que ver con una práctica desaparición de los viñedos y la proliferación de la alfalfa, cuyo
sistema de producción dominaba el paisa- je. Estaba destinada a engordar el ganado que se exportaba a Chile y en los años
cercanos al 1890, llegó a representar un 95% de la superficie cultivada.

Evolución del espacio mendocino a partir de la formación del Estado Nacional

El proceso de conformación del Estado nacional moderno, sus nuevas relaciones internacionales y la estructuración del
espacio mendocino en esos ámbitos, fue generando a lo largo de la historia sectores bien organizados y altamente integrados
frente a espacios cada vez más marginados de los “beneficios” de la integración.
Entonces se iba haciendo cada vez más compleja la estructura social reflejándose claramente su composición en la
organización del espacio, conviviendo en un mismo ámbito espacios organizados a partir de posibilidades, lógicas y objetivos
contrapuestos.
Una vez derrotada la dominación española comenzó una etapa de luchas ci- viles, durante la cual la clase dirigente
mendocina fue oscilando entre los partidarios del centralismo porteño y las fuerzas del interior, según las circunstancias. Estas
luchas se extendieron hasta 1862, cuando Buenos Aires logró imponer su política económica centralista.
Así comienza el proceso de Organización Nacional que estaba fuertemente guiado por la incorporación de la Argentina
al mercado mundial con el rol de país agroexportador.
Durante esta etapa la oligarquía portuaria terrateniente era quien esta- blecía los lineamientos de la economía
20
nacional. El territorio se organizó con el objetivo de exportar las materias primas extraídas de las grandes explotaciones
agrícolas, ubicadas principalmente en la pampa.
A partir de esta premisa, se fueron organizando las diferentes regiones del país, en función de algún producto
exportable, o bien brindando productos y servicios a este modelo agroexportador central. También fue determinante la
expansión del ferrocarril y la llegada masiva de inmigrantes con experiencia en labores agrícolas.
En Mendoza también existía una clase dominante que, adaptándose al modelo nacional, organizó el espacio.
Al disponer de las tierras, este grupo aprovechó la mejora en las comunicaciones generada
por la gran expansión del ferrocarril,
que pasó de menos de 5000 kilómetros de vías a más de
30.000 entre 1883 y 1913 (en distintos lugares del país)
y la llegada masiva de inmigrantes,
para darle una nueva forma al espacio mendocino.
Entonces se remplazaron los alfalfares --- símbolo de un sistema productivo orientado al mercado chileno--- que ya no
podían competir con las mejores condiciones de la región pampeana, por viñedos destinados a producir principal- mente vinos
para Buenos Aires y el litoral. A esto se sumó la promulgación de la ley de aguas en 1884, hecho que permitió un mejor uso del
recurso hídrico y una organización que facilitaba la expansión y mejora de los cultivos.
Estas situaciones tenían un claro reflejo en el espacio.
A escala media se empezaba a organizar el territorio en función de las comunicaciones que unían a la provincia con el
litoral, origen y destino de los pro- ductos que determinaban la vida de los mendocinos.
Mientras que a escala grande, comenzaba a subdividirse la tierra en pequeñas parcelas de viñedos frente a las antiguas
y enormes extensiones de trigo y alfalfa.
La vid comenzaba a cultivarse bajo criterios marcadamente capitalistas, con lo que aparecían cada vez más bodegas
como motores de la producción de vid, y se hizo dominante el binomio bodega-viñedo en los oasis mendocinos.
Los gobernantes siguieron actuando con objetivos claros y así, las obras que fueron realizando sirvieron para expandir
cada vez más la producción vitivinícola.
A principios del siglo XX, se había conformado una estructura de poder que se reflejaba en el territorio y sería, a la
postre, la base de la configuración actual del espacio mendocino.
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Existían 30 grupos familiares que eran propietarios del 15 % de las explotaciones y del 31 % de la superficie desarrollada
con promoción fiscal; mientras, por otra parte, se había formado una clase media de pequeños y medianos propietarios, en su
mayoría inmigrantes, que poseían explotaciones de menos de 10 hectáreas.
Estas explotaciones representaban el 83,2% de los viñedos promocionados, pero sólo ocupaban un 37,4% de la
superficie con vid. A esta base se le sumo la implantación del viñedo de masa, siempre muy subsidiado por el Estado y con poca
planificación, dando como resultado una estructura social agraria en la que aparece en el nivel inferior los obreros rurales, que
son simplemente empleados asalariados.
Recordemos que en la actualidad:
Los contratistas y medieros, son quienes trabajan la tierra pero no la poseen, y difícilmente puedan acumular capital o
acceder al crédito.
Luego existe un estrato intermedio en el que se ubican los muy pequeños y los pequeños propietarios, que acuden a
actividades extra- agrícolas para complementar sus ingresos.
Un escalón más arriba, en la estructura agraria, están los empresarios, quienes poseen medianas o grandes
propiedades y las explotan con criterios capitalistas y elevada tecnología e inversión de capital.
Finalmente existen grandes sociedades o empresarios que no sólo poseen grandes o muy grandes predios, sino
también bodegas y canales de comercialización.
Cabe destacar que los dueños de las propiedades grandes y muy grandes (todas mayores a 50 has) representan sólo el
9% de las explotaciones, pero ocupan el 94% del territorio.
A partir de los años 40 llegó una nueva ola de inmigrantes, pero esta vez provenían de países limítrofes principalmente.
Estos inmigrantes se dedicaron, en la mayoría de los casos, a la horticultura y a la actividad ladrillera, asentándose en los
suburbios de los centros urbanos e imprimiendo características muy parti- culares al paisaje, debido a las actividades
productivas que realizaban, como así también a las pautas culturales que se han mantenido muy fuertes. Estas comunidades son
conformadas por bolivianos, especialmente.
A mediados del siglo XX, y en concordancia con la dinámica mundial y el rol de Argentina, el país inicia la fase de
sustitución de importaciones por industrialización. Esto permitió a la provincia diversificar su tradicional monoproducción
vitivinícola, a la vez que crecía el consumo interno.
21
Esta monoproducción, subvencionada por el Estado y no regulada la actividad, fue dando lugar a crisis de
sobreproducción.
Al comienzo la diversificación se dirigió principalmente hacia las industrias de conservas de alimentos, apoyadas por la
política provincial y nacional.
En 1931 y con la intervención del Estado, surge con gran dinamismo la producción petrolífera.
YPF comenzó con la exploración y la explotación de los campos de Cacheuta posicionando a Mendoza como principal
productora del país, en aquel momento.
También se desarrolló la industria química, y en sintonía con el país, crecieron las industrias livianas destinadas al
mercado interno.
Este mercado aumentaba progresivamente su dinámica, a la par de fortalecimiento de una amplia clase media cuyas
casas dominaban los paisajes urbanos.
Este modelo económico que había determinado un sistema de producción y, por lo tanto, una configuración espacial
específica, fue reemplazado de manera tajante a partir de 1976.
Con esto se potenció la crisis de sobreproducción y comenzaron a desaparecer las industrias nacionales.
Esta situación generó una contracción del mercado interno y aumentó así la crisis que sufrían las industrias que
quedaban en pie, debido al bajo consumo nacional.
Ya en los 90 se profundizan las medidas impulsadas durante el gobierno militar de fines de los 70, basando el modelo
en cuatro pilares: apertura ilimitada al comercio internacional, aumento de las inversiones privadas, apoyo a la entrada de
capitales financieros internacionales y flexibilidad laboral y de los marcos regulatorios.
Con esto se fomentó la privatización de sectores económicos estratégicos, como por ejemplo el ferrocarril, que dejaron
de tener un objetivo social y pasa- ron a ser meramente empresas lucrativas.
Además, debido al alto valor impuesto al peso con relación al dólar, cerraron todas las industrias que no podían
competir con productos importados que llegaban a precios muy bajos.
A estos factores se agregó, en lo relativo a la provincia de Mendoza, la promoción industrial para las provincias vecinas,
que impactó negativamente so- bre la industria local.
El paisaje local es producto de la suma de esos factores.
Los pequeños y medianos viñedos junto a sus bodegas muy deterioradas o generalmente abandonadas, van cediendo
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lugar frente a un crecimiento de nuevas explotaciones muy tecnificadas e integradas verticalmente, desde los cultivos, hasta las
grandes bodegas y los canales de comercialización.
Mientras que a escala media, se ve claramente una disminución de la superficie cultivada desde finales de los 70, como
consecuencia de las medidas neoliberales a las que la mayoría del campesinado no puede adaptarse. Esto es una de las mayores
causas del éxodo rural y del crecimiento desmedido de villas inestables en los alrededores de los centros urbanos.

Características y dinámica actual de la población mendocina. Perspectivas del espacio mendocino a


partir de las características de su población

A pesar del gran avance técnico que ha logrado el hombre, a la hora de analizar la distribución espacial de la población
en el territorio provincial, se des- tacan claramente las condiciones impuestas por el medio.
Es así que, el 97% de la población se concentre en el 3% del territorio. Allí, la disponibilidad de agua y suelos confluyen
para posibilitar el desarrollo de las actividades y determina
un elevado grado de urbanización,
una gran competencia por los recursos en un espacio reducido.
Mientras que en la zona de montaña al oeste y de meseta al sur viven sólo
30.000 personas de forma dispersa a causa del clima y la topografía y otros
45.000 habitantes se reparten de manera dispersa también por la enorme travesía mendocina, donde la principal
limitación es la falta de agua.
La organización del espacio resultante y sus paisajes representativos, como así también el futuro de la provincia de
Mendoza es producto de la dinámica actual de la población mendocina y de su composición.
La población en la provincia de Mendoza llegó a 1.579.651 habitantes en 2001, lo que representa el 4,3% del total
nacional.
Debido a diferentes procesos naturales y sociales estos habitantes se han distribuido históricamente de forma muy
desigual en el territorio.
Para entender el presente y proyectarse al futuro, se vuelve interesante analizar cómo evolucionó la población en los 22
últimos veinte años y las características y condiciones actuales de la misma, ya que de dichas condiciones depende en gran
medida el futuro de la provincia, y por lo tanto, de su organización espacial.
En Mendoza se ha dado un crecimiento natural positivo cercano a los480.00 habitantes en este período, debido
principalmente a un aumento en la esperanza de vida y a que la disminución de la tasa de mortalidad ha sido mayor a la
disminución en la natalidad.
La provincia ha dejado de ser un polo de atracción para la inmigración, el saldo entre inmigración y emigración en los
últimos 20 años ha sido negativo con una pérdida cercana a los 80.000 habitantes. Como resultado, el crecimiento ne- to de la
población fue de 400.000 personas.
La mayor parte de la población se agrupó siempre en el Gran Mendoza, con porcentajes cercanos al 70% de los
habitantes de la provincia, pero la dinámica histórica de atracción de los grandes centros urbanos se ha desacelerado.
Desde hace dos décadas, es mayor la tasa de crecimiento en las ciudades intermedias como San Rafael o San Martín y
en los centros menores como Malargüe, Tupungato, La Consulta, que en la gran aglomeración, cuyo núcleo ha perdido
población en los últimos decenios.
Esto tiene que ver con el gran deterioro de la calidad de vida en los gran- des centros urbanos, que han dejado de ser
los polos de atracción ideales para la gente que es expulsada del campo.
Así, el crecimiento poblacional del Gran Mendoza representó el 75% del crecimiento de la provincia para el período
comprendido entre 1980 y 1991, mientras que entre 1991 y 2001 sólo el 60% del aumento poblacional provincial correspondió
al Gran Mendoza.
Más allá de las diferencias de la evolución demográfica en cada espacio, lo más importante son las condiciones en que
se encuentra dicha población, ya que eso va a determinar sus posibilidades y por lo tanto, la forma en que se construirá el
espacio.
En primer lugar, la composición por edades actual dice que un 29% de los habitantes mendocinos son menores de 15
años, un 62% tienen entre 15 y 64 y un 9% más de 65 años.
Al comparar estos datos con los correspondientes a 1980, se destaca una disminución en el estrato de 0 a 14 años y un
gran aumento en los mayores de 65 años.
Este comportamiento de envejecimiento de la población se corresponde con lo que sucede a nivel nacional, típico de
los países que ya pasaron las primeras etapas de la transición demográfica, es decir, que han reducido fuertemente la natalidad
IES 9-029 Geografía y Ambiente de Mendoza – Eje 1: El espacio mendocino y su población. Prof. Cecilia Perez Druetta
y la mortalidad por una mejora en la calidad de vida de sus habitantes.

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IES 9-029 Geografía y Ambiente de Mendoza – Eje 1: El espacio mendocino y su población. Prof. Cecilia Perez Druetta

Por otra parte, si se aumenta la escala de análisis, el comportamiento en cada departamento es distinto.
En los departamento con mayor población urbana el envejecimiento es más acusado mientras que en aquellos con
población rural, y principalmente los desérticos, presentan todavía una elevada tasa de natalidad y una mortalidad relativa-
mente mayor, por lo que no hay un envejecimiento de la población en estos sectores escasamente poblados.
Si a este aumento del porcentaje de ancianos se le suma el elevado porcentaje de desempleo y subempleo sin aportes
jubilatorios de la población en edad activa, se obtiene una perspectiva preocupante para las condiciones de vida de un grupo
cada vez mayor de población.
Otro dato interesante a la hora de pensar en las posibilidades de acción futuras de la población, es el acceso a la
educación, ya que junto a la disponibilidad de condiciones materiales indispensables, el acceso a conocimientos básicos e
información es lo que permitirá actuar responsablemente sobre el espacio.
Con respecto a las condiciones materiales, en 2004 alrededor del 40% de la población del Gran Mendoza vivía por
debajo de la línea de pobreza4, problema que se agudizaba en los menores de 18 años, de los cuales un 66% vivía en familias
que estaban por debajo de la línea de pobreza, agudizando el problema a futuro.
Al analizar esta situación a futuro es necesario ver qué pasa con los menores de 15 años y con aquellos que tienen entre
15 y 25 años.
De lo primeros existe un 5% que ya está excluido del sistema escolar, mientras que entre los segundos, que llegan a
283.000 habitantes, un 52 % no asiste a ningún ciclo de enseñanza. Finalmente, de los que ingresan a la universidad, un 60% no
concluye con sus estudios.
Así, la estructura social de la población está dominada por un pequeño grupo que concentra el poder económico y
político y, por lo tanto, decide las grandes obras y medidas rectoras que van a guiar la organización del espacio.
Luego, aparece un porcentaje decreciente de habitantes que presenta condiciones de vida que van desde básicas hasta
elevadas, y llega en la mayoría de los casos a concluir sus estudios. Este grupo puede gozar de las grandes obras que guían la
organización del espacio y tiene la posibilidad de mejorar su calidad de vida gracias a las mismas.
Mientras que el cada vez mayor porcentaje de habitantes que viven por debajo de la línea de pobreza se ve obligado a
ocupar los espacios marginales, sin dotación de servicios básicos y con elevado riesgo ante la ocurrencia de fenómenos
ambientales como aluviones, sismos, etc.
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Además tiene un acceso mínimo a los conocimientos, información y recursos que le permitan revertir o paliar esta
situación, y las alternativas se le presentan a partir de su capacidad de organizarse y de su creatividad para generar espacios que
les permitan desarrollarse, a pesar de las limitaciones anteriormente manifestadas.
Esta estructura social se refleja en un espacio dual y fragmentado donde conviven realidades y paisajes opuestos dentro
del mismo tejido urbano.
Tomando sólo un ejemplo, por un lado, existen barrios con población de altos ingresos, alejados de la ciudad pero bien
abastecidos de todos los servicios y con una infraestructura que los articula con el resto de la urbe.
Por otro lado, entre la ciudad y estos barrios, en los bordes mismos de grandes vías de comunicación que favorecen la
conectividad y la calidad de vida de aquellos habitantes de altos recursos, existen grandes poblaciones obligadas a asentarse
sobre terrenos con riesgos ambientales. A pesar de su cercanía a grandes obras de infraestructura, como caminos, tendidos
eléctricos. Estas poblaciones no poseen condiciones como para beneficiarse de las grandes inversiones que guían la organización
del espacio.
Dentro del sistema espacial mendocino, el hombre fue poco a poco perfeccionando su técnica y logró imponer sus
condiciones al medio, por lo menos al mediano plazo.
Se destacó que dentro del sistema espacial el elemento hombre es muy heterogéneo en su interior y existen grupos
que dominan los procesos, otros que los acompañan y un elevado porcentaje que queda al margen de las decisiones y por lo
tanto de la organización espacial.

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