Administr A Tivo
Administr A Tivo
Tribunal del Servicio Civil de la Autoridad Nacional del Servicio Civil – SERVIR
Índice
Presentación 4
Competencia del tribunal para evaluar el despido del régimen laboral de la actividad privada 6
Criterios para la tramitacion de los casos de hostigamiento sexual en el marco de la labor docente 66
Compadre, el muchacho no salió muy inteligente…… No hay problema compadre, envíelo nomás,
en el ministerio algo le encontraremos….
La necesidad del mérito y el concurso de acceso y progresión en la carrera del Servicio 115
Civil. A propósito del Precedente Administrativo recaído en la Resolución de Sala Plena N.º
008-2020-SERVIR/TSC.
Anexos 146
4
Presentación
El Tribunal del Servicio Civil presenta con satisfacción
su primera publicación, que contiene diez (10) precedentes
administrativos de observancia obligatoria comentados por
destacados profesionales en el ámbito del derecho laboral
administrativo, entre los que se encuentran vocales y ex
vocales del Tribunal. Esta publicación tiene como objetivo
contribuir al conocimiento y difusión de los precedentes,
facilitando su comprensión y aplicación por parte de los
operadores administrativos y de los servidores públicos.
Sandro Alberto
Al asumir nuestros cargos de vocales de este Tribunal, Núñez Paz
notamos que, en algunos casos, las entidades públicas (Presidente del Tribunal del
emiten resoluciones que incurren en vicios que causan su Servicio Civil de SERVIR)
nulidad. Por ello, resulta necesario brindar directrices que
permitan a la administración pública contar con criterios de Socio del Área Laboral del Estudio
interpretación normativa, a fin de brindar seguridad jurídica Rubio, Leguía, Normand & Asociados.
y evitar situaciones de arbitrariedad. Vocal titular del Tribunal del Servicio
Civil. Vicepresidente de la Comisión
En este contexto, la existencia de obras que examinan de Justicia de la Federación Peruana
el desarrollo y la problemática que subyace a cada uno de de Fútbol. Doctor en Derecho por la
los precedentes administrativos emitidos por el Tribunal del Universidad de San Martín de Porres.
Servicio Civil es tremendamente importante. Doblemente Máster en Derecho Empresarial por la
valioso cuando tales obras procuran otorgar respuestas Universidad de Lima. Especialista en
desde diversos ángulos y con variados enfoques, teniendo Derecho del Trabajo por la Universidad
en cuenta el principio de trato igualitario que debe ser Católica Santa María. Docente.
otorgado a los ciudadanos y la predictibilidad del accionar
de la Administración Pública al atender las causas sometidas
a su consideración.
Para el suscrito, como Presidente del Tribunal del Servicio Civil, es una gran alegría dar
la bienvenida a esta primera publicación. Esperamos poder seguir colaborando al conocimiento
de los precedentes administrativos emitidos por el Tribunal del Servicio Civil, esperando en
corto tiempo y en la medida que las circunstancias lo permitan, emprender el estudio de la
segunda serie de “TSC: Precedentes administrativos en debate”, en este caso los emitidos
desde el año 2021 en adelante.
A todos los autores y colegas que han participado en este primer número, nuestro
agradecimiento. Sin su cuota de compromiso y aporte altruista, no sería posible seguir en este
camino de estudio y dinamismo, de la cual nos sentimos muy satisfechos.
En ese sentido, cuando el artículo 17 crea el TSC y establece las materias a resolver
en última instancia administrativa, no sólo está regulando la competencia de dicho órgano
colegiado, sino que está transformando de laboral a administrativa, por mandato de una norma
con rango de ley, la naturaleza de las sanciones disciplinarias y el despido en el régimen laboral
de la actividad privada, cuando el empleador es una entidad estatal bajo el ámbito del SAGRH,
como ha sido reconocido por la Resolución de Sala Plena N° 002-2010-SERVIR/TSC.
Para que el Estado pueda cumplir eficiente y eficazmente sus fines y objetivos esenciales,
es indispensable la acción dinámica y permanente de un sistema formado por entidades con
múltiples acciones, técnicamente coordinadas entre sí, al cual se le denomina, en términos
generales, “administración pública”.
Para atender dichas labores, el Estado debe contar con el concurso y participación activa
de más de un millón de trabajadores, que estarán sujetos a los diversos regímenes laborales
públicos y a las variadas modalidades de contratación estatal.
es necesario desarrollar el marco constitucional del régimen del trabajo, toda vez
que sus normas, con las particularidades y excepciones que ella misma prevé,
se aplican tanto al régimen público como al privado de trabajo y nos servirán
conjuntamente con el marco constitucional de la función pública ([STC]. Exp. N°
008-2005-PI/TC, fundamento 17).
Aunque parece evidente que se ha querido regular de forma separada los regímenes
laborales de los servidores públicos y privados, ello no debe entenderse en el sentido que se
prevea una diferenciación absoluta entre estas dos clases de relaciones de trabajo, sino en el
reconocimiento de que ambas poseen rasgos distintivos característicos que deben y pueden
ser mantenidos.
Según Romero (1996) las relaciones nacidas del régimen laboral público y el privado
poseen lazos comunes, pero también diferencias sustantivas, tales como el ejercicio de la
función pública, que únicamente se presenta en el empleo público (pp.16-17).
La función pública regula el régimen jurídico de las relaciones entre el Estado y las
personas naturales a través de las cuales este desarrolla sus actividades, presta
servicios y ejerce sus potestades, que le han sido asignadas por la Constitución
y las leyes: equivale a organización (dimensión orgánica), funciones, facultades,
competencias, atribuciones o actividades (dimensión funcional) y a personas
al servicio de dicha organización (dimensión personal), siendo que esta triple
dimensión quiere decir que el poder y las funciones se atribuyen a los cargos
ubicados en entidades públicas, pero son las personas quienes lo ejercen y
materializan en actos concretos (p.23).
1 La definición de función pública prevista por dicha carta es recogida en el Informe Legal N° 320-2010-SERVIR/GG-OAJ.
10
Como se puede apreciar, el Tribunal Constitucional 2 ha fijado los parámetros por los
que se rige la función pública en la Constitución Política, reconociéndola como un derecho,
cuyos alcances han sido ratificados por el Poder Judicial 3, que la ha definido como el conjunto
de actividades que realizan las personas para el Estado, para hacer posible que dicha
superestructura jurídica y política cumpla con prestar los servicios a los que está obligada.
Haro (2012) sostiene que esta teoría fue defendida por importantes autores
franceses, quienes manifestaban que el estatuto legal tiene un acto unilateral de autoridad
del Estado en el que para nada interviene la voluntad del funcionario o empleado, a no
ser para aceptar el cargo; en cuyo caso, no es otra cosa más que la adhesión a un hecho
consumado.
En esa misma línea, Balbín (2005) señala que el ingreso del ciudadano en la
organización administrativa lo inserta en una relación de desequilibrio radical, determinada
por los sagrados fines a los que sirve. En suma, la sacralización de la que es objeto la función
pública que desarrolla el dependiente estatal transforma su prestación en una labor que es
altamente cualificada, postergando el factor trabajo a un régimen de subordinación como
criterio determinante para la estructuración de un régimen jurídico particular: el empleado
se constituyó en un servidor altamente devoto del servicio, con mayores obligaciones y
motivación de las que podría resultar en un sistema de libre contratación en el mercado.
La colocación de la relación dentro del ámbito del Derecho Laboral tiene entre
otras implicancias el reconocer a la autonomía privada como fuente de derecho en el
empleo público. La desvinculación del Derecho Administrativo y la aplicación del Derecho
Laboral en las relaciones de trabajo del empleo público produce un fenómeno denominado
“laboralización” de la administración.
12
Para Cantero (2001), este término tiene dos vertientes diferenciadas: por un lado,
se utiliza para referirse a la incorporación a la administración pública de personal que no
va a estar sometido al Derecho Administrativo; por el otro, hace referencia al proceso
de desnaturalización del régimen jurídico público tradicional de la función pública. Este
proceso de “despublificación” se produce esencialmente por la inclusión en su régimen
tradicional de elementos que provienen del Derecho Laboral.
Díaz (2019), sostiene que es importante reconocer al empleo público como una
disciplina jurídica autónoma, ya sea para resolver controversias (en sede administrativa,
judicial o arbitral) o para facilitar la actividad legislativa: compartimentar el derecho en áreas
especiales termina siendo funcional para los operadores del derecho y para la seguridad
jurídica.
En el modelo del empleo público abierto prima la discrecionalidad del gobierno para
la selección y gestión del personal de la administración pública; mientras que, en el modelo
cerrado, se desarrolla una carrera administrativa en función del mérito y la capacidad.
Teniendo en cuenta ello, la función pública de los diferentes países presenta una
mezcla de dichos modelos, con una preponderancia de uno u otro modelo, dependiendo
de cada realidad, tradición y matices propios.
13
Como correctamente anota Miranda (2004), entre la relación del empleo público
con la actuación de la administración pública, confluyen de manera directa e indirecta
diversos intereses sectoriales, incluido, sin duda, el interés de los trabajadores, pero
también el interés de otros grupos de la sociedad que requieren la prestación continua y
regular de los servicios públicos, el equilibrio de las cuentas públicas, el ejercicio imparcial
de funciones públicas, entre otros. Dicha concurrencia de intereses, que eventualmente
podrían entrar en conflicto, origina que la aplicación del Derecho del Trabajo en el empleo
público deba considerar ciertas modulaciones que permitan componer razonablemente
dichos intereses; respetando los contenidos esenciales de los derechos fundamentales y de
las instituciones jurídicas de dicha disciplina.
14
Para Quispe (2011), el hecho de que el Estado sea el empleador, le atribuye a las
relaciones de trabajo del empleo público una gama de derechos y obligaciones diversas de
los que tienen los trabajadores privados: podrán ser similares, pero nunca iguales, puesto
que la actividad de los empleados públicos siempre tendrá como fin último velar por el
interés público.
En términos expuestos por la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR), la figura
del empleador en la administración pública, desde la perspectiva laboral, la ostentan:
En la medida que, como ya señalamos, el sistema laboral público está conformado por
diversos regímenes laborales, que conviven con carreras especiales y con variadas modalidades
contractuales, existen diversos derechos y obligaciones para el personal que presta servicios
para el Estado, que actúa como único empleador pero sujeto a un complejo grupo de reglas y
parámetros.
5 Informe Legal 310-2012-SERVIR/GG-OAJ, que señala: “En toda relación laboral, el empleador está obligado a pagar al trabajador sus remu-
neraciones y demás beneficios (de naturaleza remunerativa o no) que correspondan”.
15
y es justamente como consecuencia del ejercicio de dicha función que se genera una relación
que vincula al Estado como empleador y las personas que prestan servicios remunerados bajo
subordinación, al servicio del interés general.
a lo largo de la historia republicana, los servidores del Estado han tenido siempre
un régimen legal distinto al de los trabajadores a cargo de empleadores que
pertenezcan a estamentos diferentes al público, por la naturaleza del ente que
contrata sus servicios, el que representa a la sociedad misma, asumiendo una
magnitud tangencial que conlleva un grado de abstracción total respecto a la
identificación del verdadero empleador (p. 15).
Hasta la década de los ochenta del siglo pasado, los trabajadores privados se regían por
la Ley N° 4916, mientras que los servidores públicos por el EESC. En esa época, en que el país
se recuperaba de un largo gobierno militar, encaminado a recuperar su democracia, que se
producen dos hechos trascendentales: por un lado, se dictó la LBCA; y por el otro, se dio inicio a
un proceso de migración de los servidores públicos hacia el régimen laboral del sector privado,
que se ampliaría con el tiempo.
En tal sentido, el Estado -como empleador- tiene personal sujeto al régimen laboral
público y a la vez, al régimen laboral privado. La distinción de uno y otro tiene sustento y
acogida en la Constitución Política, e Inclusive en la propia LBCA, que en su Quinta Disposición
Final reconoce que existen instituciones públicas cuyo personal está comprendido dentro del
régimen laboral de la actividad privada.
dentro del régimen de la actividad privada todos los trabajadores de las empresas del Estado.
A mediados de los noventa, dentro de un proceso de reforma del Estado que quedó trunco,
una serie de entidades e instituciones comenzaron a migrar hacia el régimen laboral privado;
entre ellas, algunas totalmente nuevas, como INDECOPI, OSINERGMIN, CONASEV; otras
reconstituidas, como la Contraloría General de la República, SUNAT y Aduanas; e incluso,
algunas paradigmáticamente públicas y estatales, como el Poder Legislativo y el Poder Judicial.
Por ello, como precisa SERVIR, la aplicación del régimen laboral privado al personal de
la administración pública se realiza con ciertos matices:
La LFE fue creada con la finalidad de permitir a los empresarios hacer frente a la crisis
económica que atravesaba el país, relativizando la estabilidad absoluta, otorgando la posibilidad
de celebrar contratos de trabajo de naturaleza temporal, accidental y contratos para obra o
servicios, además de ampliarse las causales objetivas para la extinción del contrato de trabajo,
incluyendo la posibilidad de ceses colectivos.
En ese periodo de reforma del Estado se optó por la privatización de la mayoría de las
empresas estatales y el desplazamiento masivo de servidores públicos hacia el régimen laboral
de la actividad privada, produciendo el fenómeno de la “laboralización” de la función pública
en casi todas las instituciones y, con ello, la coexistencia de los regímenes laborales público y
privado, lo que genera diversos problemas operativos internos, como el manejo paralelo de
dos planillas de pago.
17
Este cambio permitió de cierta manera la creación de entidades que funcionen como
enclaves de excelencia ligadas a las reformas económicas, permitiendo aplicar dicho régimen en
instituciones responsables del régimen monetario, del control de la inflación y déficit fiscal, así
como la regulación general de los mercados (inversión, competencia y propiedad intelectual),
lo que en permitió la aparición de “islas de eficiencia”.
Si bien la LFE establece una organización para las entidades bajo el régimen laboral
de la actividad privada, en cuanto a la clasificación del personal (trabajadores, empleados
de confianza y personal de dirección), la determinación de las escalas remunerativas, el
reconocimiento de derechos individuales y colectivos, obligaciones, causales de despido justo,
entre otros aspecto, que en conjunto permitieron gestionar de manera flexible el personal en
la administración pública, al estar comprendido en el Estado, supone también la aplicación de
normas supletorias como la LMEP, que prevé los derechos y deberes de los servidores públicos,
una nueva clasificación del personal, las reglas generales de acceso al empleo público, así
como los principios por los cuales se rige este último. En este caso, la necesaria adecuación
y transformación de la naturaleza de las reglas que regulan las sanciones disciplinarias y el
despido.
18
Bibliografía
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Haro, E. (2012). Derecho Laboral en la Administración Pública. (2ª ed.). Ediciones Legales.
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Morón, J. (2019). Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General: Nuevo Texto
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20
Sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional (Perú) [STC]. Exp. N° 008-2005-PI/TC. (12 de
agosto de 2005). https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2005/00008-2005-AI.html
Sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional (Perú) [STC]. Exp. N° 00002-2010-PI/TC. (07
de septiembre de 2010). https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2010/00002-2010-AI.
html
Sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional (Perú) [STC]. Exp. N° 0025-2013-PI/TC, 0003-
2014-PI/TC, 0008-2014-PI/TC, 0017-2014-P1/TC. (26 de abril de 2016). https://www.
tc.gob.pe/jurisprudencia/2016/00025-2013-AI%2000003-2014-AI%2000008-2014-
AI%2000017-2014-AI.pdf
Sentencia del Tribunal Constitucional (Perú). [STC]. Exp. N° 05057-2013-PA/TC. (16 de abril del
2015). https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2015/05057-2013-AA.pdf
21
ANÁLISIS DE LA PRESCRIPCIÓN DE
LA POTESTAD DISCIPLINARIA EN
EL MARCO DE LA LEY N°30057, SU
REGLAMENTO Y LA RESOLUCIÓN DE
SALA PLENA N° 001-2016-SERVIR/
TSC1
1. Introducción
Así planteado el dilema frente a la prescripción, legislación Miembro del Comité Consultivo de
y doctrina peruanas han optado por la diferenciación la Revista del ETII Laboral del Poder
de las dos clases de prescripción, desde que cada Judicial. Autor del Libro El Correo
una constituye un instituto jurídico distinto, con sus Electrónico Laboral – Límites en
propias características, aun cuando puedan tener como su uso y control. Exjuez Titular del
sustento común el transcurso del tiempo y que ambas Decimonoveno Juzgado Laboral
sean instituciones jurídicas que se fundamentan en de Lima. Ha sido presidente de la
consideraciones de orden público. El decurso del tiempo Comisión del Fonavi.
es, pues, el que produce los efectos jurídicos necesarios
para que operen tanto la prescripción adquisitiva como
la prescripción extintiva. Por la primera, el simple
poseedor de un bien puede devenir en propietario y, por
la segunda, el titular de un derecho no podrá ejercitar
útilmente la acción que le es correlativa para hacer
efectiva su pretensión (p. 230).
1 Esta investigación no hubiera sido posible sin la decisiva y muy acertada colaboración de la doctora VANESSA ISABEL GUEVARA SÁNCHEZ, a
quien agradezco profundamente sus importante aportes y valioso consejo.
2 Para tal efecto, revisar la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad, adoptada
y abierta a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 2391 (XXIII), de 26 de noviembre
de 1968, y entrada en vigor: 11 de noviembre de 1970, de conformidad con el artículo VIII.
22
Otro punto a tener en consideración es que esta institución jurídica, tiene distintos
tratamientos dependiendo de la materia en la que se presente, como ocurre en el ámbito civil,
en el penal, en el laboral, y -para nuestro caso específico- en el procedimiento administrativo
disciplinario, que será el objeto del presente estudio.
En ese mismo sentido, veamos lo que nos dice Ayvar y Borda (2019):
Cabe indicar que la Ley del Servicio Civil, en adelante LSC ha establecido un régimen
único y exclusivo para las personas que prestan servicios en las entidades públicas del Estado
y aquellas que se encuentran encargadas de su gestión, del ejercicio de sus potestades y de
la prestación de servicios a cargo de estas. Si bien es cierto, la incorporación a este régimen
del servicio civil es voluntaria para los trabajadores comprendidos en los regímenes laborales
descritos en el párrafo precedente, la Disposición Complementaria Final de la Ley estableció
reglas para la aplicación de dicha ley a quienes se encuentren sujetos a los regímenes laborales
regulados por los Decretos Legislativos Nos. 276 y 728.
Siendo este el escenario, el Tribunal del Servicio Civil (en adelante, “TSC”) -dada la
basta casuística que se presenta en el diario quehacer de este Alto Tribunal administrativo-
consideró establecer directrices y precisiones que garanticen la uniformidad en la aplicación
de la prescripción en el procedimiento administrativo disciplinario, motivo por el cual emitió la
Resolución de Sala Plena N.º 001-2016-SERVIR/TSC (en adelante, la “RSPTSC”), publicada en el
diario oficial El Peruano con fecha 27 de noviembre 2016, la cual comentaremos en el siguiente
punto.
En relación con ello, recordemos que el numeral 6 de la Directiva definió una serie de
reglas para la aplicación de las normas sustantivas y procedimentales, atendiendo al momento
de la instauración del procedimiento administrativo, para lo cual se especificó los siguientes
supuestos:
II). Un segundo tema que trata el precedente está destinado a aclarar la relación entre
los dos plazos de prescripción para el inicio del procedimiento administrativo disciplinario (por
un lado el de 1 año a partir de la toma de conocimiento de la falta y de otro lado de 3 años a
partir de la comisión de la falta), así se aclaró que el plazo de un año contado desde la toma
de conocimiento de la falta por parte de la Oficina de Recursos Humanos podrá computarse
siempre que el plazo de tres años de cometida la falta no hubiera transcurrido. De modo
que, mientras no hubiera prescrito la potestad disciplinaria por haber transcurrido tres años
desde la comisión de la falta, las entidades contarán con un año para iniciar el procedimiento
administrativo disciplinario si conocieran de la falta dentro del periodo de tres años.
26
En la RSPTSC, el TSC señala dos gráficos a manera de supuestos que vale la pena
revisar para efectos didácticos:
Supuesto N° 1
Hechos
15.3.15 15.3.18
Tres (3) años desde la comisión de la falta
Un (1) año desde que
RRHH o la que haga sus
veces toma conocimiento
de la falta
10.3.18 10.3.19
Operará la
prescripción
Supuesto N° 2
Hechos
15.3.15 15.3.18
1.5.15 1.5.16
Operará la prescripción
III). Un tercer tema que aborda el precedente está en relación con el momento o la
acción a partir de la cual se inicia el cómputo del plazo de prescripción de un año para el inicio
del procedimiento administrativo disciplinario desde la toma de conocimientos de la falta, punto
que se consideró importante aclarar toda vez que si bien el artículo 94° de la Ley N.º 30057
establecía que el plazo de un año para iniciar procedimiento administrativo disciplinario se
computaría desde la toma de conocimiento “por la Oficina de Recursos Humanos o la que haga
sus veces”, la Directiva en cambio señaló que dicho plazo también podía empezar a computarse
desde la toma de conocimiento por parte de la Secretaría Técnica.
Sin embargo, el TSC aclaró que al no tratarse de una autoridad del procedimiento
administrativo disciplinario y en virtud del artículo 51° de la Constitución Política de 1993, así
como en observancia del principio de legalidad, el plazo de un año no puede computarse desde
la toma de conocimiento de la Secretaría Técnica.
27
En ese marco normativo, es que el TSC señala que las entidades públicas contarán con
un año para iniciar procedimiento administrativo disciplinario a servidores si es que los hechos
calificados como falta fueran conocidos por la Oficina de Recursos Humanos o quien haga sus
veces 3.
En ese escenario es que el TSC opta por una interpretación ponderando la jerarquía
normativa y considera que una vez iniciado el procedimiento administrativo disciplinario el
plazo prescriptorio de un año debe computarse conforme lo ha establecido expresamente la
LSC, esto es, hasta la emisión de la resolución que resuelve imponer la sanción o archivar el
procedimiento.
3 Respecto de este punto, el TSC discrepa de lo señalado en la Directiva N.º 02-2015-SERVIR/GPGSC, respecto de que se considera también
como fecha de inicio del procedimiento administrativo disciplinario cuando la Secretaría Técnica hubiera tomado conocimiento de la falta,
mediante un reporte o denuncia, dado que, a entender del TSC la Secretaría Técnica no tiene facultades sancionatorias establecidas por Ley.
28
Asimismo, de las normas antes anotadas el TSC advirtió que la LSC y su Reglamento
fijan el plazo de un año para el inicio del procedimiento administrativo disciplinario (desde la
notificación al trabajador del acto de inicio del procedimiento); pero no ocurre lo mismo con
el momento que se debe considerar para determinar cuándo finaliza el cómputo del plazo en
cuestión, ya que la Ley se remite expresamente al momento de emisión de la resolución de
sanción, mientras que el Reglamento lo hace al momento de notificación de la comunicación
que impone la sanción o archiva el procedimiento, tal como lo hace también la Directiva.
En ese escenario es que el TSC opta por una interpretación ponderando la jerarquía
normativa y considera que una vez iniciado el procedimiento administrativo disciplinario el
plazo prescriptorio de un año debe computarse conforme lo ha establecido expresamente la
LSC, esto es, hasta la emisión de la resolución que resuelve imponer la sanción o archivar el
procedimiento.
3. Si han pasado los tres años, entonces la acción habrá prescrito; debiendo también
determinarse si transcurrió o no el plazo de 1 año desde la toma de conocimiento por parte
de la Oficina de Recursos Humanos o la que haga sus veces, sin que se haya iniciado el
procedimiento administrativo disciplinario.
21. Así, de los textos antes citados, puede inferirse que la prescripción es una
forma de liberar a los administrados de las responsabilidades disciplinarias
que les pudieran corresponder, originada por la inacción de la Administración
Pública, quien implícitamente renuncia al ejercicio de su poder sancionador. Por
lo que, a criterio de este Tribunal, la prescripción tiene una naturaleza sustantiva,
y, por ende, para efectos del régimen disciplinario y procedimiento sancionador
de la Ley, debe ser considerada como una regla sustantiva.
34. Por lo que este Tribunal, en cumplimiento del artículo 51º de la Constitución
Política, en estricta observancia del principio de legalidad recogido en la Ley
N.º 27444 y, de conformidad con la Ley y el Reglamento, considera que el plazo
de prescripción no puede empezar a computarse desde el momento en que la
Secretaría Técnica tome conocimiento de una falta, toda vez no tiene capacidad
de decisión dentro del procedimiento administrativo disciplinario.
42. Por lo que resulta lógico que este Tribunal aplique la Ley antes que el
Reglamento, lo cual además es una obligación establecida en el artículo 51º de
la Constitución Política y guarda correspondencia con el principio de legalidad
citado en los párrafos precedentes.
43. Por lo tanto, este Tribunal considera que una vez iniciado el procedimiento
administrativo disciplinario el plazo prescriptorio de un (1) año debe computarse
conforme lo ha establecido expresamente la Ley, esto es, hasta la emisión de la
resolución que resuelve imponer la sanción o archivar el procedimiento.
31
5. Conclusiones
5.2. Para verificar si una acción u omisión disciplinaria ha prescrito, debe primero
determinarse la fecha en la que se cometió el acto o indisciplina y si han transcurrido tres años de
la misma, para luego, si no ha transcurrido dicho plazo, la entidad dará inicio al correspondiente
procedimiento administrativo y tendrá un plazo máximo de año para resolver la controversia
en caso de trabajadores y dos años en caso de ex servidores, debiendo determinarse también
si transcurrió o no el plazo de 1 año desde la toma de conocimiento por parte de la Oficina
de Recursos Humanos o la que haga sus veces, sin que se haya iniciado el procedimiento
administrativo disciplinario, recordemos que son 2 los plazos que deben tenerse en cuenta
para el inicio del PAD, plazos que se computan según la regla establecida en el numeral 26 del
precedente.
32
Bibliografía
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236. https://revistas.pj.gob.pe/revista/index.php/ropj/article/view/219
33
NEGLIGENCIA EN EL DESEMPEÑO DE
FUNCIONES: TIPICIDAD
Sobre el particular, Morón (2005) nos recuerda que cuando fue elaborado el
Anteproyecto de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General (LPAG), existía
conciencia de la necesidad de dotar de un régimen legal específico que tornara predecible al
ejercicio de la potestad sancionadora por parte de las entidades públicas, pues si de ordinario
nos encontrábamos frente a la potestad más aflictiva con que cuenta la administración para
legítimamente gravar patrimonios, limitar o cancelar derechos o imponer restricciones a las
facultades ciudadanas, el contexto del fin de la década de los noventa hacía indispensable
acometer esa tarea; no en vano, estaban frente a dos fenómenos convergentes que potenciaron
dicha potestad administrativa: por un lado, la consolidación de roles normativos, inspectivos
y ordenadores de la administración, antes que como prestador de servicios y bienes públicos;
por el otro, la sostenida tendencia a la despenalización de ilícitos penales, que condujo al
proporcional incremento de los supuestos de ilícitos administrativos y a contar con organismos
con competencia sancionadora. En este sentido, la potestad sancionadora constituye una
competencia de gestión necesaria complementaria a la potestad de mando y corrección para
el adecuado cumplimiento del orden administrativo establecido en procura del interés público:
declara el autor, que quienes conformaron la Comisión Redactora adoptaron la decisión
de diseñar pautas mínimas comunes para que todas las entidades con aptitud para aplicar
sanciones sobre los administrados, la ejerzan de manera democrática, previsible y no arbitraria.
35
Desde su perspectiva:
el presupuesto básico de esta tesis parte de una crítica severa a la teoría del ius
puniendi único del Estado, que entiende que los delitos/penas y las infracciones/
sanciones administrativas forman parte de un tronco común y, por tanto, está
sujeto a principios que también son comunes (Cordero, 2012, p. 146).
En tal sentido, “la posibilidad que una determinada conducta sea sancionada por la
vía administrativa o judicial (penal), es una cuestión de política legislativa, cuya determinación
queda entregada al juicio de mérito que al respecto realice el legislador” (Cordero, 2012, p.
152).
Desde el Derecho Penal, el maestro Tiedemann (1972) criticó que se quisiera dar una
atribución de competencia a las autoridades u órganos administrativos para que puedan
imponer sanciones que tengan carácter penal o sean parecidas a estas; sanciones que pueden
consistir fundamentalmente, al igual que en el Derecho Penal, a la privación de libertades y
derechos, a través del cierre del negocio, prohibición de actividades, comunicaciones públicas,
etc.; medidas a las que se les denomina de diferente manera en los ordenamientos jurídicos,
aunque lo usual es que se las llame pena disciplinaria (ordnungsstrafe), pena policial o pena
administrativa.
37
Desde el núcleo central del Derecho Penal hasta las últimas faltas penales o
infracciones administrativas discurre una línea continua de un ilícito material
que se va atenuando pero no llega a desaparecer nunca del todo: la mayor parte
de veces es la lejanía del sector vital respectivo la que induce a creer que to
injusto de una falta determinada es puramente formal (p.164).
Cuando un servidor público comete una falta puede ser sujeto pasible de una sanción,
en la medida que dicha conducta se encuentre descrita de forma previa y clara como tal en
la ley o el reglamento. Este es el supuesto sobre el cual se construye la facultad punitiva de la
administración pública, sin embargo, la misma se encuentra sujeta al acatamiento de ciertos
baremos.
mientras los sujetos de Derecho Privado pueden hacer todo lo que no está
prohibido, los sujetos de Derecho Público solo pueden hacer todo aquello que
les sea expresamente facultado. Para la legitimidad de un acto administrativo es
39
insuficiente el hecho de no ser ofensivo a la ley: debe ser realizado con base en
alguna norma permisiva que le sirva de fundamento (Morón, 2017, p. 75).
Al respecto, Morón (2005), al realizar un primer estudio relacionado con los principios
sancionadores, señala que:
la legalidad es una institución jurídica con trama compuesta, dado que otorga
cobertura a diferentes conceptos jurídicos, adscritos a realidades cercanas y
relacionadas entre sí, pero que son también distintas, debido a que en la legalidad
se insertan tanto el análisis de una de las técnicas de sometimiento al derecho
de la actuación estatal, como el problema de las reservas legales, en general, y
la reserva de ley en materia sancionadora, en particular. Por ello, la legalidad en
el desempeño estatal adopta diferentes perspectivas y modalidades, cada cual
adaptada a las peculiaridades y finalidades del ámbito en que se desenvuelve
(Delgado, 2020, p. 26).
Por su lado, Curi (2018) considera que si bien queda claro que la mención en la
Constitución alude a la norma penal, por ser una derivación del ius puniendi el proceso
sancionador también se informa de la legalidad, tal como lo ha recordado el Tribunal
Constitucional en su jurisprudencia (por todas: STC N° 02050-2002-AA/TC).
41
Una de las principales garantías que poseen las personas en general-tanto físicas
como jurídicas- se halla configurada por el principio de tipicidad, consistente en
la exigencia de que las conductas punibles se encuentren descritas o delimitadas
por una norma de alcance general. En este plano, la tipicidad aparece como un
corolario obligado del principio de legalidad, que juega en un doble sentido:
(i) como una garantía frente a la determinación subjetiva o discrecional de los
hechos que configuran el ilícito penal (o administrativo); y, (ii) como una forma
de prevención individual y social, en la medida de que el conocimiento público
y oficial de la acción punible desalienta la comisión de los hechos reprimidos
por las normas. En tal sentido, el principio de tipicidad requiere que se hagan
públicas: Tanto la descripción de los hechos que definen cada contravención, así
como, las penas a aplicarse en cada supuesto típico.
Añade que:
En todo caso, nos recuerda que, a pesar que en el Derecho Administrativo Sancionador
los principios que lo presiden pueden ser matizados en relación con el Derecho Penal, ello
no implica que la administración pública pueda crear un binomio “infracción-sanción” (o
circunstancias agravantes para el administrado) en vía de analogía.
De acuerdo con Morón (2017), este principio exige el cumplimiento de tres aspectos
concurrentes:
• La reserva de ley para la descripción de aquellas conductas pasibles de sanción por la
Administración;
• La exigencia de certeza o exhaustividad suficiente en la descripción de las conductas
sancionables constitutivas de las infracciones administrativas; y,
• La interdicción de la analogía y la interpretación extensiva en la aplicación de los
supuestos descritos como ilícitos: desde el punto de vista concreto, la tipificación es de
interpretación restrictiva y correcta (p. 412).
una conducta se puede definir como típica cuando se aprecia identidad entre
sus componentes fácticos y los descritos en la norma jurídica; es decir, cuando
existe homogeneidad entre el hecho cometido y los elementos normativos
que describen y fundamentan el contenido material del injusto. El problema
práctico reside en el análisis de la precisión con la que tales conductas
sancionables deben ser definidas en la disposición legal correspondiente, pues
en muchas ocasiones las normas recurren a conceptos generales o conceptos
indeterminados o bien se refiere a la vulneración de deberes impuestos por
otras normas no sancionadoras, remitiéndose a esas normas para la integración
de las conductas tipificadas y no consiguiendo con ello la concreción de
principios, como los de legalidad y tipicidad, exigen para que contribuyan a
la más correcta identificación de las conductas: la técnica de los conceptos
jurídicos indeterminados para la definición de infracciones administrativas es
admitida por el Tribunal Constitucional de España -STC 62/1982- siempre que la
concreción de tales conceptos sea factible en virtud de criterios lógicos, técnicos
o de experiencia, que permitan determinar con suficiente grado de certeza las
conductas que se sancionan -SSTC 11/1988, 207/1990 y 133/1999-; asimismo,
la tipificación debe tener una predicción de los efectos sancionadores con un
grado de seguridad razonable –STS de 18 de julio de 2006- (p. 149).
Como señala el Tribunal del Servicio Civil en el numeral 22 del precedente que
estamos comentando y siguiendo el sendero marcado por el Tribunal Constitucional, serán los
órganos competentes en el procedimiento disciplinario quiénes deben describir de manera
suficientemente clara y precisa, tanto al momento de iniciar un procedimiento administrativo
disciplinario como al momento de resolver la imposición de una sanción, lo siguiente:
En efecto, de acuerdo al literal d del artículo 85 de la LSC, dentro de las faltas de carácter
disciplinario que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con suspensión temporal o con
destitución -previo proceso administrativo- tenemos la de “negligencia en el desempeño de las
funciones”.
Esto se encuentra concatenado con el literal d del artículo 2 de la Ley Nº 28175, Ley
Marco del Empleo Público, que establece que uno de los deberes de todo empleado público
al servicio de la Nación es “desempeñar sus funciones con honestidad, probidad, criterio,
eficiencia, laboriosidad y vocación de servicio”. Por tanto, se deduce que el desempeño de
la función pública debe ajustarse a los valores que la ley reconoce como tales, siendo un
quebrantamiento de este deber funcional realizar conductas que contravengan dichos valores.
En el nivel infra legal, el numeral 98.3 del artículo 98 del Reglamento General de la LSC
(Decreto Supremo N° 040-2014-PCM) señala que “la falta por omisión consiste en la ausencia
de una acción que el servidor o ex servidor civil tenía obligación de realizar y que estaba en
condiciones de hacerlo”. Por tanto, la descripción de la causal se encuentra en una norma
reglamentaria complementaria, que precisa cómo es que un servidor público incurre en esta
falta por omisión, al precisar que ello ocurre cuando éste se encuentra en condiciones de
hacer una acción pero no la hace, pese a tener la obligación de realizarla: no tipifica una falta
directamente imputable al incumplimiento de alguna obligación, deber o prohibición, como en
la práctica ocurre, sino que es una acotación que permite definir cuándo es que se está frente
a una falta por omisión.
Sin perjuicio de lo expuesto, cabe recordar que existe una diferente capacidad de
apreciación y entendimiento de la norma sancionadora, resultado de la forma en que la
persona se relaciona con las prohibiciones sancionables, que a nuestro entender está presente
en el servidor público, que normalmente ha tenido la disposición e interés de incorporarse a un
47
régimen administrativo en el cual se espera que la persona conozca las condiciones (deberes,
obligaciones y prohibiciones) bajo las cuales actuará. Es decir, que quien presta servicios en el
Estado no solo debe conocer perfectamente qué actuaciones transgreden sus deberes y que
ello será sancionado: un servidor público, a diferencia del ciudadano común, está en capacidad
de entender y comprender los alcances y consecuencias a las cuales se somete.
Para la sanción de los servidores públicos se admite que la reserva de ley puede
tener una modulación adicional a la permitida, lo que permite una mayor
intervención del reglamento en la tipificación de infracciones, considerando
las necesidades de protección, prevención y conducción que emanan de las
potestades de dirección y control que posee el Estado, para la gestión del
personal que le presta servicios y para la cautela de los intereses públicos a
que responden las funciones asignadas a los mismos. El incremento de dicha
modulación se ha justificado bajo el influjo de las llamadas relaciones especiales
de sujeción. El Tribunal Constitucional ha reconocido esta relación especial de
los servidores públicos, al señalar que una restricción “no puede entenderse en
el sentido de que el referido servidor público no pueda ejercer, sin más, dichas
libertades, pues ello supondría vaciarlas de contenido (…) los límites especiales
derivados de una relación de sujeción especial tienen por propósito garantizar
la efectividad de los intereses públicos a
los que sirve una dependencia pública, Quien presta servicios en
los alcances de esta limitación deben el Estado no solo debe conocer
entenderse concretamente referido a perfectamente qué actuaciones
transgreden sus deberes y que ello
esos intereses públicos cuya efectividad se
será sancionado, sino que además
persigue asegurar” (STC N° 00866-2000- está en capacidad de entender
AA/TC, fundamento 4). Esto quiere decir y comprender los alcances y
que en esta relación especial los derechos consecuencias a las cuales se somete.
48
y garantías de las personas pueden ser modulados para asegurar los intereses
públicos que justifican las restricciones impuestas (p. 41).
Bibliografía
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2002). https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2003/00866-2000-AA.pdf
51
COMENTARIOS AL PRECEDENTE
ADMINISTRATIVO ESTABLECIDO
POR RESOLUCIÓN DE SALA PLENA
NRO. 001-2020-SERVIR/TSC SOBRE
LA SUSPENSIÓN DEL CÓMPUTO DE
LOS PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN DEL
RÉGIMEN DISCIPLINARIO PREVISTO
EN LA LEY NRO. 30057 - LEY DEL
SERVICIO CIVIL, DURANTE EL ESTADO
DE EMERGENCIA NACIONAL
Víctor José
1. Introducción Salas Torreblanca
(Vocal de la
El desarrollo de la pandemia COVID-19 en nuestro Tercera Sala del TSC)
país, motivó la adopción de parte del gobierno, de una serie
de medidas destinadas a aminorar y controlar su propagación Abogado por la Universidad Católica
con el fin de preservar la vida y la salud pública. de Santa María - Arequipa, con
Maestría en Derecho Empresarial de
Estas medidas fueron materializadas inicialmente la Universidad de Lima y Maestría en
mediante la declaración del Estado de Emergencia Nacional Administración de Negocios - MBA
y el consiguiente aislamiento social obligatorio (cuarentena) de la Universidad ESAN; Máster en
por quince días calendarios, a través de la promulgación Gerencia Pública por EUCIM Business
Decreto Supremo Nº 044-2020-PCM – “Decreto Supremo School y la Universidad San Martín
que declara Estado de Emergencia Nacional por las de Porres, especialista en Derecho
graves circunstancias que afectan la vida de la Nación a Administrativo y Contrataciones
consecuencia del brote del COVID-19”, estado que fue Públicas. Cuenta con estudios de
prorrogado sucesivamente por dispositivos legales1. postgrado en Derecho Administrativo
y Gestión Estratégica de las
La libertad de tránsito, fue uno de los derechos Contrataciones y Obras Públicas, así
constitucionales restringidos por la declaración del estado como en Gestión y Políticas Públicas.
de emergencia, solo otorgándose de manera excepcional
a aquellos ciudadanos que desempeñaban actividades de Actualmente es asesor de la
arácter esencial, expresamente establecidas. Presidencia Ejecutiva de la Comisión
Nacional para el Desarrollo y Vida sin
La imposibilidad material de que los ciudadanos Drogas – DEVIDA.
asistan a laborar a su centro de trabajo como efecto inmediato
de esta restricción, implicaba para el caso de los servidores
públicos, la interrupción de algunos de los procedimientos
administrativos en curso, por la imposibilidad material
de darles el inicio o el impulso procesal requerido, lo que
motivó que el Ejecutivo disponga la suspensión del cómputo
de los plazos de los procedimientos administrativos y evitar
con ello que opere el silencio administrativo, prescriba la potestad sancionadora de la entidad
pública y se lesione los derechos del administrado al generarse un estado de indefensión por la
falta de impulso procesal del procedimiento.
Sin embargo, a través del artículo 28º del Decreto de Urgencia Nº 029-2020 – “Dictan
medidas complementarias destinadas al financiamiento de la micro y pequeña empresa y otras
medidas para la reducción del impacto del COVID-19 en la economía peruana”, se declaró la
suspensión por treinta (30) días hábiles del cómputo de los plazos de inicio y de tramitación de
los procedimientos administrativos y procedimientos de cualquier índole, incluso los regulados
por leyes y disposiciones especiales, que se encuentren sujetos a plazo y que se tramiten
en entidades del Sector Público, con lo cual se incluyó a todos aquellos procedimientos
administrativos que no estuvieron inicialmente comprendidos en el Decreto de Urgencia Nº
026-2020, dentro de ellos los plazos del procedimiento del régimen disciplinario regulado por
la Ley 30057 – Ley del Servicio Civil y su reglamento, con lo cual el cómputo de los plazos de
los procedimientos administrativos quedó suspendido ante la imposibilidad de dar inicio y de
impulsar la tramitación de los mismos.
En este estado, el Tribunal del Servicio Civil, en adelante el Tribunal, identificó que las
normas que dispusieron la suspensión de los plazos administrativos aplicados al procedimiento
administrativo disciplinario de la Ley 30057, “generan incertidumbre respecto a la aplicación de
los plazos de prescripción establecidos en el primer y segundo párrafo de su artículo 94 y en la
forma como debería efectuarse dicho cómputo”.
Frente a esta circunstancia, y en uso de sus facultades funcionales para emitir precedentes
administrativos, el Tribunal mediante Resolución de Sala Plena Nro. 001-2020-SERVIR/TSC
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30 de mayo de 2020, estableció como precedente
Estos aspectos, entre otros, fueron tratados en el debate del precedente en mención,
por lo que en el presente artículo trataremos de desarrollar la naturaleza y aplicación de los
mismos, un año después de su vigencia, con el fin de contribuir al objetivo que el Tribunal en el
fundamento 15 consideró necesario hacer prevalecer, nos referimos a la seguridad jurídica, a
la predictibilidad de la normas y las consecuencias que estas deparan.
Para dilucidar ello, resulta necesario establecer si la naturaleza jurídica de los plazos de
prescripción en los procedimientos administrativos disciplinarios, es sustantiva o procedimental,
entendiéndose la primera al conjunto de normas que establecen derechos y obligaciones, y a la
segunda a las normas que permiten el ejercicio de dichas normas sustantivas.
En efecto, la pérdida del ius puniendi del Estado por prescripción ha sido analizado por
el Tribunal Constitucional en los fundamentos 6 y 7 de la Sentencia recaída en el Expediente
No 1805-2005-HC/TC, precisando, que desde la óptica penal, (la prescripción) es una causa
de extinción de la responsabilidad criminal fundada en la acción del tiempo sobre los
55
acontecimientos humanos o la renuncia del Estado al ius puniendi, en razón de que el tiempo
transcurrido borra los efectos de la infracción, existiendo apenas memoria social de la misma.
Es decir, que mediante la prescripción se limita la potestad punitiva del Estado, dado que se
extingue la posibilidad de investigar un hecho criminal y, con él, la responsabilidad del supuesto
autor o autores del mismo.
Aunque no existe duda respecto del origen de la prescripción en el ámbito del derecho
privado, y de que el derecho administrativo ha venido incorporando la figura en su
modalidad extintiva, (…), su naturaleza jurídica es una cuestión que no ha sido ajena
a la formulación de posiciones doctrinarias encontradas: por un lado están aquellos
que entienden que su naturaleza es procesal (en cuanto un simple obstáculo para su
persecución); mientras que otros se inclinan por su carácter sustantivo (en cuanto
causa de extinción jurídico material del ilícito). En la actualidad, sin embargo, es posible
considerar que la tesis dominante es la sustantiva, ya que supone una renuncia del
estado al derecho de castigar basada en razones de política criminal aunadas por el
transcurso del tiempo, cuya incidencia es que la propia administración considere extinta
la responsabilidad de la conducta infractora, y por consiguiente de la sanción (p. 207).
3. En la Sentencia recaída en el Expediente No 2775-2004-AA/TC, fundamento 3 el Tribunal Constitucional ha afirmado que “la figura jurídica
de la prescripción no puede constituir, en ningún caso, un mecanismo para proteger jurídicamente la impunidad de las faltas que pudieran
cometer los funcionarios o servidores públicos, puesto que esta institución del derecho administrativo sancionador no solo tiene la función
de proteger al administrado frente a la actuación sancionadora de la Administración, sino también, la de preservar que, dentro de un plazo
razonable, los funcionarios competentes cumplan, bajo responsabilidad, con ejercer el poder de sanción de la administración contra quienes
pueden ser pasibles de un procedimiento administrativo disciplinario.
4. Sentencia de la Corte Suprema, Exp. N° 86-97 de 22 de octubre de 1999. “(...)
TERCERO: Que, en primer lugar, es válido concebir que el poder punitivo del Estado se manifiesta a través de dos potestades sancionadoras,
la penal y la administrativa, pues en ella subyace un elemento común consistente en el mandato imperativo de la ley que recae sobre cierta
conducta del sujeto que la infringe, en búsqueda de la sana convivencia social que resulta siendo la aspiración última del Estado.” (Como se
citó en Melgar, 2006, p. 283).
5 Informe Técnico Nº 636-2014-SERVIR/GPGSC
2.17 Habiendo establecido la naturaleza jurídica sustantiva de la prescripción, por ende, no es de carácter procedimental, el plazo de prescrip-
ción que debe aplicarse en los procedimientos disciplinarios es aquél vigente al momento de la comisión de la infracción”.
56
En este orden de ideas, frente a las normas que dispusieron la suspensión de plazos
administrativos por efecto de la declaratoria de estado de Emergencia e inmovilización social,
el Tribunal del Servicio Civil mediante Resolución de Sala Plena Nro. 001-2020-SERVIR/TSC
estableció como precedente administrativo de observancia obligatoria el criterio expuesto
en su fundamento 37 mediante el cual considera que “la suspensión del cómputo de plazos
dispuesta mediante el Decreto de Urgencia Nº 029-2020 y sus respectivas prorrogas, resulta de
aplicación a los plazos de prescripción previstos en el artículo 94º de la Ley Nº 30057”.
La Ley 30057 – Ley del Servicio Civil, reguló expresamente en el primer y segundo
párrafo del artículo 94. la prescripción de los plazos de inicio y de tramitación (ordenación) en
el procedimiento administrativo disciplinario, aplicándose en el primer caso, el plazo de tres (3)
6 De acuerdo a los Informes Técnicos Nos. 841-2015-SERVIR/GPGSC, 868-2015- SERVIR/GPGSC, 1238-2015- SERVIR/GPGSC.
7 Art. 252.- Prescripción
252.1 La facultad de la autoridad para determinar la existencia de infracciones administrativas, prescribe en el plazo que establezcan las leyes
especiales, sin perjuicio del cómputo de los plazos de prescripción respecto de las demás obligaciones que se deriven de los efectos de
la comisión de la infracción. (…)
57
años contados a partir de la comisión de la falta y uno (1) a partir de tomado conocimiento por
la oficina de recursos humanos de la entidad. Y en el segundo caso, el plazo máximo de un (1)
año entre el inicio del procedimiento administrativo disciplinario y la emisión de la resolución.
Dicho esto, el artículo 252.2 del TUO de la Ley Nº 274448 regula la suspensión del
cómputo de dicho plazo, solo en el caso del inicio del procedimiento sancionador a través de
la notificación al administrado. Sin embargo, la norma especial Ley 30057 – Ley del Servicio
Civil y su reglamento, no regula el régimen de suspensión del plazo de prescripción de inicio
del procedimiento administrativo sancionador, por lo que compete preguntarnos cuáles serían
los supuestos cuya ocurrencia conllevaría la suspensión de la prescripción de la acción de inicio
del procedimiento administrativo sancionador, recogidos en la legislación nacional, o en otras
fuentes supletorias del derecho administrativo, como las normas de otros ordenamientos que
sean compatibles con su naturaleza y finalidad.
Si nos remitimos a las Leyes especiales en materia administrativa, podemos advertir por
ejemplo, que las normas tributarias establecen de manera expresa supuestos de suspensión
para determinación de la obligación y exigir el pago de la deuda (numerales 1 y 2 del artículo
46 del Código Tributario).
De igual forma, en el derecho penal, sobre el cual tiene su base la potestad sancionadora
administrativa11, se regula la suspensión de la prescripción señalando en el artículo 84 del
Código Penal12 el cual se restringiría a situaciones en las cuales el proceso penal se paraliza
porque requiere de una decisión que debe emitirse en otro procedimiento13.
En mérito a este fallo y al no prever expresamente el Código Penal ninguna de las referidas
situaciones, progresivamente estas fueron establecidas por ley o por la jurisprudencia14, sin
embargo hubo un supuesto que no encajaba en el marco del Artículo 84, que fue la suspensión
de los plazos de prescripción como efecto de la huelga judicial, supuesto que, al tratarse de una
cesación temporal de las actuaciones procesales, fue incluido mediante Recurso de Nulidad N°
2622-2015-Lima, del 31 de marzo de 201615.
En este sentido, consideramos que este criterio sería razonable y legal aplicarlo
a la suspensión del cómputo de los plazos de inicio y de tramitación de los procedimientos
11 Precedente administrativo de observancia obligatoria para determinar la correcta aplicación de las normas que regulan la prescripción de
la potestad disciplinaria en el marco de la Ley N° 30057 y su Reglamento, aprobado por Resolución de Sala Plena No 001-2016-SERVIR/TSC,
Fundamento 20
12 Artículo 84.-Suspensión de la prescripción. Si el comienzo o la continuación del proceso penal depende de cualquier cuestión que deba
resolverse en otro procedimiento, se considera en suspenso la prescripción hasta que aquel quede concluído.
13 Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N° 03681-2010-PHC/TC, de fecha 20 de abril de 2011, Fundamento jurídico 4.
14 El Fundamento jurídico 7 de la Sentencia del Tribunal Constitucional, Expediente N° 4118-2004-HC/TC, del 6 de junio de 2005 y el Funda-
mento jurídico 12 de la Sentencia del Tribunal Constitucional, Expediente N° 5068-2006-PHC/TC del 15 de noviembre de 2006, en las cuales se
estableció que generan la suspensión de la prescripción la cuestión prejudicial y la prerrogativa del antejuicio o juicio político respectivamente,
entre otros supuestos.
15 Mediante Recurso de Nulidad N° 2622-2015-Lima, del 31 de marzo de 2016, la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema concluyó que (…)
si a todas las partes y al juez le es imposible realizar sus actividades regulares, es razonable reconocer como efecto jurídico sobreviniente que
el tiempo en los actos procesales necesariamente se detiene; no pueden computarse a ningún efecto procesal por una cesación temporal de
las actuaciones procesales.
16 El Consejo Ejecutivo del Poder Judicial mediante las resoluciones administrativas números 115-2020-CE-PJ, 117-2020-CE-PJ, 118-2020-CE-
PJ, 061-2020-P-CE-PJ, 62-2020-P-CE-PJ y 157-2020-CE-PJ dispuso la suspensión de plazos procesales y mediante Resolución Administrativa Nro
177-2020-CE-P del 30 de junio de 2020 se precisó que incluye la suspensión de plazos de prescripción y caducidad; y, una vez desaparecida la
causal de suspensión, se reanuda el plazo al cual se le adiciona el tiempo transcurrido hasta antes del inicio del periodo de suspensión.
17 Sentencia de Sala Penal Transitoria de la República, Recurso de Nulidad Nro. 616-2020-PUNO, fundamento 36, “(…) dada esta coyuntura
excepcional es perfectamente válido y razonable que se hayan suspendido los plazos de prescripción de la acción penal, en virtud de la imposi-
bilidad de ejercer el derecho de acceso a la justicia —universal e interdependiente— en ámbitos no relacionados a las garantías indispensables.
Se debe garantizar, pues, la igualdad de condiciones de los imputados y víctimas en los conflictos jurídico-penales para acceder a los servicios
de justicia”.
60
Frente a ello, conforme lo establece el artículo 156 del TUO de la Ley 2744422, es deber del
servidor a cargo del proceso realizar el impulso del procedimiento promoviendo toda actuación
que fuese necesaria para su tramitación, superando cualquier obstáculo que se oponga a
regular tramitación del procedimiento; de la misma forma es responsable del cumplimiento
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abril de 2011). https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2012/03681-2010-HC.html
1. Introducción
Por ello, consideramos necesario establecer criterios que permitan a las entidades
públicas realizar un mejor análisis, valoración de las pruebas y motivación de sus resoluciones
para la configuración y acreditación de la falta prevista en el literal f) del artículo 49 de la Ley
N° 29944. Esperemos que este precedente vinculante haya mejorado la seguridad jurídica y el
respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes agraviados, así como de los docentes
investigados.
68
Como parte de las medidas para reprimir o disuadir conductas de violencia sexual de los
docentes hacia los alumnos, el literal f) del artículo 49 de la Ley N° 29944 ha establecido como
falta muy grave, pasible de la sanción de destitución, el “realizar conductas de hostigamiento
sexual y actos que atenten contra la integridad, indemnidad y libertad sexual tipificados como
delitos en el Código Penal”.
2. Diferenciar entre conducta de naturaleza o connotación sexual y sexista, a partir del artículo
3 del Reglamento de la Ley N° 27942, aprobado por Decreto Supremo N° 014- 2019-MIMP:
Es muy importante que los docentes y las autoridades tengan en cuenta que también es
hostigamiento sexual una conducta sexista, que es fruto de los estereotipos. Decir a los alumnos
que “los hombres no lloran” o que “eso es cosa de mujeres”, por ejemplo, implica no solo una
actitud prejuiciosa de género sino cometer hostigamiento sexual. Es probable que no pocos
docentes no lo sepan y cometan involuntariamente esta seria falta, por lo que las capacitaciones
69
de las que deben ser objeto deben ser constantes y enfatizar este tipo de aspectos.
3. Tener en cuenta también el concepto de violencia sexual previsto en los Lineamientos para
la Gestión de la Convivencia Escolar, la Prevención y la Atención de la Violencia Contra Niñas,
Niños y Adolescentes, aprobados por Decreto Supremo N° 004-2018- MINEDU:
todo acto de índole sexual propiciado por un adulto o adolescente para su satisfacción.
Puede consistir en actos con contacto físico (tocamiento, frotamiento, besos íntimos,
coito interfemoral, actos de penetración con el órgano sexual o con las manos o con
los dedos u otro objeto que pueda causar daño) o sin contacto físico (exhibicionismo,
actos compelidos a realizas en el cuerpo del agresor o tercera persona, imponer la
presencia en que la niña o niño se baña o utiliza los servicios higiénicos, obligado a
presenciar y/o utilizado en pornografía, acoso sexual por medio virtual o presencial,
entre otros). Tratándose de niñas, niños y adolescentes no se considera necesaria que
medie la violencia o amenaza para considerarse como violencia sexual.
5. Otro aspecto vinculado con la tipificación de la falta grave antes mencionada es tener
en cuenta que, los artículos 48 y 49 de la Ley N° 29944 contemplan como causal de cese
temporal o destitución “la transgresión u omisión, de los principios, deberes, obligaciones y
prohibiciones en el ejercicio de la función docente”, considerados como graves y muy graves,
respectivamente. Estas son faltas distintas a la falta prevista en el literal f) del artículo 48 de
dicha Ley, que deben ser consideradas como cláusulas de remisión, esto es que siempre deben
ser imputadas junto a otras normas que sean incumplidas como, por ejemplo, alguno de los
deberes contemplados en el artículo 40 de la misma Ley, como el de respetar los derechos de
los estudiantes, previsto en el literal c) o, el de “Asegurar que sus actividades profesionales
se fundamenten en el respeto mutuo, la práctica de los derechos humanos, la Constitución
Política del Perú (…)”, previsto en el literal n) del mismo artículo.
70
Lo que venía ocurriendo es que se imputaba aisladamente las faltas previstas en los artículos
48 o 49 de la Ley N° 29944 y, al ser demasiado genéricas, se vulneraba el debido procedimiento
y la debida motivación por no precisarse qué principio, deber, obligación o prohibición se
había vulnerado en el caso concreto, generando eventualmente la nulidad de la resolución
impugnada.
a). Las entidades no realizan investigación alguna argumentando que los hechos
denunciados deben ser objeto primero de investigación por la Fiscalía, pese a que la
responsabilidad penal y la administrativa laboral son distintas conforme lo establece
el artículo 43 de la Ley N° 29944, según el cual las sanciones administrativas que se
puedan imponer a los docentes son independientes de las que pudieran surgir en el
ámbito civil y penal.
c). No se analizó las pruebas aportadas por los docentes investigados al momento de
resolver los casos.
Todo ello demuestra la poca o nula labor investigativa de las entidades para esclarecer
los hechos y el insuficiente análisis y valoración de las pruebas, lo que indudablemente afecta la
presunción de inocencia y el deber de motivación de las resoluciones originando su nulidad, así
como revela el incumplimiento de los principios de verdad material e impulso de oficio, pese a
que constituyen funciones de las Comisiones Permanentes y Especiales de PAD para docentes
las de calificar e investigar las denuncias que le sean remitidas, así como las de evaluar el mérito
de los cargos, descargos y pruebas, según el artículo 95 del Reglamento de la Ley N° 29944.
2. Además, no se toma en cuenta lo previsto en el artículo 177 del TUO de la Ley N° 27444,
según el cual los hechos invocados en el procedimiento administrativo pueden ser objeto de
todos los medios probatorios necesarios, en particular los de: “(i) recabar antecedentes y
documentos, (ii) solicitar informes y dictámenes de cualquier tipo, (iii) conceder audiencia a los
administrados, interrogar testigos y peritos, o recabar de los mismos declaraciones por escrito,
(iv) consultar documentos y actas, y (v) practicar inspecciones oculares”.
71
1. La forma en que debe desarrollarse el proceso de evaluación de las pruebas aportadas y las
conclusiones a las que se puede llegar a partir de ellas, debe cumplir las siguientes pautas:
b). Identificar y recabar los medios probatorios que permitirían acreditar la ocurrencia
del hecho. Estos pueden ser, según el Anexo N° 04 de los Lineamientos aprobados por
Decreto Supremo N° 004-2019-MINEDU: la declaración de la víctima (la cual puede estar
contenida en cualquier documento como el informe psicológico, la pericia psicológica,
la entrevista única, el acta de declaración, el informe, entre otros), la declaración
de testigos, las grabaciones de audio y video, las fotografías, los mensajes de texto,
los correos electrónicos, los mensajes de redes sociales, las pericias psicológicas,
psiquiátricas y forenses, los informes y los certificados médicos; y, cualquier otro medio
que se encuentre relacionado y pueda comprobar los hechos denunciados.
c). Valorar cada prueba y luego una valoración en conjunto de todas las pruebas,
de acuerdo con la libre valoración o sistema de la sana crítica, que permite apreciar
libremente la prueba, sin que ello suponga la existencia de arbitrariedad en la decisión,
ya que ésta se deberá justificar por escrito en lo que es precisamente la motivación de
la decisión, conectando las pruebas con las conclusiones a las que arriba.
d). Para valorar las pruebas debe tenerse en cuenta los criterios de: (i) cantidad, referido
72
al número de pruebas recopiladas; (ii) variedad, referida a los distintos tipos de medios
probatorios recogidos, como testimonios, peritajes, actas; (iii) pertinencia, referida a la
necesaria correspondencia entre el medio probatorio y el hecho que se quiere probar;
(iv) fiabilidad o credibilidad del medio probatorio; y, (v) estando a que la falta habría
sido cometida en perjuicio de un menor, deberá tenerse en cuenta en la argumentación
jurídica el interés superior del niño.
Pero el TSC no se quedó allí. Para ser más preciso, emitió algunos criterios en relación al
valor y configuración de las pruebas más comunes en casos de hostigamiento sexual, lo que
desarrollamos a continuación.
45. El artículo 19° de la Ley N° 30364, modificada por Decreto Legislativo N° 1386,
73
a). el artículo 12° del Decreto Supremo N° 009-2016-MIMP, modificado por Decreto
Supremo N° 004-2019-MIMP, que establece que los operadores y operadoras de justicia
deben observar: a) La posibilidad de que la sola declaración de la víctima sea hábil para
desvirtuar la presunción de inocencia, si es que no se advierten razones objetivas que
invaliden sus afirmaciones. Para ello se evalúa la ausencia de incredibilidad subjetiva, la
verosimilitud del testimonio y la persistencia en la incriminación; y, b) La importancia de
que la retractación de la víctima se evalúe tomando en cuenta el contexto de coerción
propiciado por el entorno familiar y social próximo del que proviene la víctima y la
persona denunciada.
b). el Acuerdo Plenario N° 2-2005/CJ-116, del Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales
Permanente y Transitoria de la Corte Superior de Justicia, de fecha 30 de setiembre
74
de 2005 que, en relación con la declaración del En los casos en que el menor
agraviado, estableció que aun cuando sea el agraviado se retracta o desdice
de su denuncia, ello no significa
único testigo de los hechos, dicha prueba puede que se tenga que dar por cierta o
ser considerada como válida como para enervar descartar la última versión y tomar
la presunción de inocencia del imputado siempre por cierta la primera. Corresponderá
y cuando no se adviertan razones objetivas que a la Entidad determinar cuál de
invaliden sus afirmaciones, para cuyo efecto se ellas goza de suficiente credibilidad
y genera convicción en torno a los
propone analizar: (i) la ausencia de incredibilidad hechos investigados, a partir de una
subjetiva, es decir, que no existan relaciones valoración conjunta de todas las
basadas en el odio o resentimientos que pueda pruebas recabadas.
incidir en la parcialidad de la deposición, (ii) la
verosimilitud, relacionada con la coherencia y
solidez de la declaración junto con corroboraciones periféricas de carácter objetivo que
la doten de aptitud probatoria y (iii) la persistencia en la incriminación.
5. Naturalmente, esto debe hacerse con sumo cuidado, para no vulnerar la presunción de
inocencia del supuesto hostigador. Una acusación de hostigamiento sexual es muy seria y, la
entidad pública que debe resolver sobre ella debe aplicar lo más objetivamente posible estas
pautas, que apuntan fundamentalmente a la dificultad probatoria para acreditar lo ocurrido y
la finalidad última de llegar a la verdad.
6. De otro lado, dice el TSC que, en los casos en que el menor agraviado se retracta o desdice
de su denuncia, ello no significa que se tenga que dar por cierta o descartar la última versión
y tomar por cierta la primera. Corresponderá a la Entidad determinar cuál de ellas goza de
suficiente credibilidad y genera convicción en torno a los hechos investigados, a partir de una
valoración conjunta de todas las pruebas recabadas.
7. Además, para el TSC es importante considerar que la coherencia de los testimonios de los
menores debe ser evaluada teniendo en cuenta su edad. Esto puede generar que a veces,
por ejemplo, no puedan señalar con precisión la fecha o día de ocurrencia del hecho y/o las
circunstancias exactas en las que se produjo, por lo que será necesario realizar corroboraciones
complementarias sobre el relato del menor y/o a la existencia de otros indicios o medios
probatorios.
75
1. En cuanto al testimonio de parte del docente, el TSC sostiene que deberá evaluarse la
coherencia interna del relato, así como los datos específicos brindados, que permitan ser
corroborados con otros indicios o medios probatorios. De llevarse a cabo una entrevista al
investigado, las preguntas no deben ser abiertas sino específicas para que permitan conocer con
mayor precisión la ocurrencia del hecho. Igualmente, deberá tenerse en cuenta la persistencia
en el relato del investigado a lo largo del PAD y la pertinencia y credibilidad de los medios
probatorios que ofrezca para corroborar su versión.
2. En lo que respecta al testimonio de los testigos directos, es otra de las omisiones más comunes
detectadas en los casos vistos en el TSC. No en pocas ocasiones los menores agraviados narran
en sus relatos que, en el momento de la ocurrencia del hostigamiento sexual, estaban presentes
otros alumnos, profesores o auxiliares. A pesar de ello, por desidia o falta de conocimiento, las
comisiones especiales o permanentes de PAD no recogieron las declaraciones de tales testigos
directos, pese a que pudieron ser claves para determinar si hubo o no hostigamiento sexual.
3. Para entrevistar a los supuestos testigos directos, el TSC en la Resolución de Sala Plena N°
003-2020-SERVIR/TSC, en el fundamento 56, recomienda preguntarles sobre:
4. En cuanto a los testigos de referencia, se trata de personas que no han presenciado los actos de
supuesto hostigamiento sexual pero a quienes los menores supuestamente agraviados les han
contado lo que supuestamente ha ocurrido. Son compañeros de estudios o personal docente
o administrativo a quienes los menores supuestamente agraviados les tienen confianza y, les
pueden confiar un hecho tan delicado. También por supuesto pueden serlo los padres de los
menores. En esa medida, su testimonio puede ayudar a una mejor narración de los supuestos
hechos, de lo que pudiera hacer el menor supuestamente agredido.
76
5. En relación con los testigos de referencia, la Corte Suprema de Justicia ha sostenido que:
6. Por ello, el valor probatorio de los testimonios de referencia debe ser contrastado con otras
acreditaciones indiciarias, evaluando su coherencia interna, así como su coherencia en relación
con otras declaraciones, así como la solidez del relato, observando los datos específicos que
puedan brindar.
1. Sin duda, la pericia o informe psicológico es una prueba muy relevante, pero no determinante
en la investigación de los casos de hostigamiento sexual. El TSC en la Resolución de Sala Plena
N° 003-2020-SERVIR/TSC, fundamento 61 considera que debe realizarse tanto al menor como
al supuesto hostigador. La utilidad de dicha prueba consiste en que puede mostrar el impacto
sicológico y emocional que los hechos ocasionaron en el menor, lo que hace verosímil pensar
que efectivamente hubo hostigamiento sexual; así como el real estado mental del supuesto
hostigador, al revelar su actual condición mental y emocional.
c). el numeral 187.2 del artículo 187° del TUO de la Ley N° 27444, por el que dicha
pericia puede ser emitida por el personal técnico de la misma Entidad.
e). el numeral 3 del artículo 17º del TUO de la Ley Nº 27806 – Ley de Transparencia
y Acceso a la Información Pública, que señala que excepcionalmente procederá la
publicidad solo para la resolución o decisión final del PAD.
78
Bibliografía
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de SERVIR recibió 194 denuncias por hostigamiento sexual laboral desde el 2019. Nota
de prensa. Subjefatura de Comunicaciones e Imagen Institucional https://www.gob.pe/
es/n/552939
Decreto Legislativo N.° 1410, Decreto Legislativo que incorpora el delito de acoso, acoso
sexual, chantaje sexual y difusión de imágenes, materiales audiovisuales o audios
con contenido sexual al Código Penal, y modifica el Procedimiento de Sanción del
Hostigamiento Sexual. (12 de septiembre de 2018). https://busquedas.elperuano.pe/
dispositivo/NL/1690482-3
Decreto Supremo N° 004-2019-JUS. Decreto que aprueba el Texto Único Ordenado de la Ley N°
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Decreto Supremo N.° 014-2019-MIMP, Decreto Supremo que aprueba el Reglamento de la Ley
N° 27942, Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual. (22 de julio de 2019).
https://www.gob.pe/institucion/mimp/normas-legales/285411-014-2019-mimp
El Peruano. (11 de noviembre de 2021). MTPE registra en lo que va del año 638 denuncias de
hostigamiento sexual laboral en sector privado. https://elperuano.pe/noticia/133168-
mtpe-registra-en-lo-que-va-del-ano-638-denuncias-de-hostigamiento-sexual-laboral-
en-sector-privado
Ley N° 27942, Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual. (27 de febrero de 2003).
https://www.leyes.congreso.gob.pe/Documentos/Leyes/27942.pdf
Recurso de Nulidad N° 173-2012 Cajamarca. (22 de enero de 2013). Corte Suprema de Justicia
de la República (Perú). Sala Penal Transitoria. https://img.lpderecho.pe/wp-content/
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o%C3%ADdas-no-tiene-m%C3%A9rito-probatorio-para-desvirtuar-presunci%C3%B3n-
-de-inocencia-legis.pe_.pdf
Recurso de Nulidad N° 73-2015 Lima. (20 de septiembre de 2016). Corte Suprema de Justicia
de la República (Perú). Sala Penal Transitoria. https://static.legis.pe/wp-content/
uploads/2018/11/R.N.73-2015-Lima-Legis.pe_.pdf
PRECEDENTE ADMINISTRATIVO
VINCULADO A LA APLICACIÓN DE LAS
CAUSALES DE SANCIÓN PREVISTAS
EN LA LEY DE CARRERA MAGISTERIAL,
AL PERSONAL DOCENTE QUE
DESEMPEÑE CUALQUIER OTRO
CARGO O FUNCIÓN
Esta disposición resulta de aplicación directa al magisterio, toda vez que ésta se
encuentra así determinada, de manera clara y expresa, por el propio artículo 2° de la Ley Nº
29944.
a) La función pública debe ser entendida como desempeño de funciones en las entidades
públicas del Estado. Sobre el particular, cabe mencionar que el Tribunal Constitucional
ha sostenido que una interpretación constitucionalmente adecuada del concepto
“función pública”; exige entenderlo de manera amplia, esto es, desde el punto de vista
material como el desempeño de funciones en las entidades públicas del Estado. La
determinación de este aspecto ha de efectuarse casuísticamente. No obstante, en vía
de principio, pueden ser considerados como tales cargos el de los servidores públicos,
en general, de conformidad con la Ley de la materia, de los profesores universitarios,
los profesores de los distintos niveles de formación escolar preuniversitaria, servidores
de la salud, servidores del cuerpo diplomático y, ciertamente, jueces y fiscales. (…)
Conforme a lo expuesto, la condición de funcionario o servidor público no se identifica,
por ejemplo, por un tipo de contrato o vínculo de un trabajador con la Administración
Pública, sino por el desempeño de funciones públicas en las entidades del Estado.
82
Entonces, teniendo presente que la función pública debe ser cumplida por todos
los trabajadores del Estado, incluidos aquellos sujetos al régimen magisterial, entonces, son
de aplicación a la prestación de esta labor, las normas de ámbito general vinculadas a las
obligaciones nacidas de tal condición.
Por otro lado, este procedimiento debe verse también, como un conjunto de actuaciones
cuya finalidad es determinar la existencia o no de responsabilidad administrativa. De ser
demostrada la comisión del acto punible, se debe proceder a aplicar la sanción correspondiente.
A priori, las disposiciones propias de este régimen laboral específico, son aplicables a
todos los trabajadores de la carrera magisterial. Sin embargo, tanto la Ley como su Reglamento,
aprobado por Decreto Supremo Nº 004-2013-ED, generan tratamientos particulares que, a su
vez, crean diferencias entre los distintos actores de este importante grupo de servidores. Estas
distinciones, llevan también a dudas respecto al ámbito de aplicación del mismo.
Es decir, este régimen tiene como función, la de regular todas las categorías del sector,
llámense instituciones educativas y programas educativos públicos de Educación Básica, en
cualquiera de sus modalidades, niveles y ciclos. También se aplica a la Educación Técnico-
Productiva, a las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) y a las Direcciones Regionales de
Educación (DRE), como Instancias de Gestión Educativa Descentralizada de Gobierno Regional,
a los Gobiernos Regionales y al Ministerio de Educación (MINEDU).
Dentro de ese contexto, las regulaciones Las faltas que cometan los
especiales aplicables a los procedimientos docentes se sancionan bajo las reglas
disciplinarios de los profesores, son propias de establecidas por la Ley N° 29944 y su
reglamento, a través del correspondiente
su régimen, teniendo en consideración que dicha
procedimiento administrativo
especialidad prima sobre las disposiciones de disciplinario. Sin embargo, se debe
carácter general. Sin embargo, esto no implica de recordar que el último párrafo de la
ninguna manera, que las regulaciones en materia de Primera Disposición Complementaria
procedimiento sancionador, contenidas dentro de la Final de la Ley de Servicio Civil, determina
que, en materia disciplinaria, entre otras,
Ley de Servicio Civil, Ley N° 30057, no resulten también
esta norma es de aplicación supletoria
de aplicación a dichos procedimientos, teniendo en para todos los regímenes especiales.
consideración su calidad de norma supletoria.
Las faltas que cometan los docentes se sancionan bajo las reglas establecidas por la
Ley N° 29944 y su reglamento, a través del correspondiente procedimiento administrativo
disciplinario. Sin embargo, se debe recordar que el último párrafo de la Primera Disposición
Complementaria Final de la Ley de Servicio Civil N° 300571, determina que, en materia
disciplinaria, entre otras, esta norma es de aplicación supletoria para todos los regímenes
especiales.
Es decir, que en cualquier procedimiento disciplinario que se pueda iniciar contra algún
servidor comprendido dentro del ámbito de la carrera magisterial, a priori se aplicarán las
normas que le son propias y, en caso de vacíos en la misma o necesidad de aclarar los alcances
de ésta, se podrá recurrir, supletoriamente, a las disposiciones contenidas dentro del marco
general.
1 PRIMERA. Trabajadores, servidores, obreros, entidades y carreras no comprendidos en la presente Ley. No están comprendidos en la pre-
sente Ley los trabajadores de las empresas del Estado, sin perjuicio de lo dispuesto en la tercera disposición complementaria final del Decreto
Legislativo 1023, ni los servidores sujetos a carreras especiales.
(…)
Las carreras especiales, los trabajadores de empresas del Estado, los servidores sujetos a carreras especiales, las personas designadas para
ejercer una función pública determinada o un encargo específico, ya sea a dedicación exclusiva o parcial, remunerado o no, se rigen supleto-
riamente por el artículo III del Título Preliminar, referido a los Principios de la Ley del Servicio Civil; el Título II, referido a la Organización del
Servicio Civil; y el Título V, referido al Régimen Disciplinario y Proceso Administrativo Sancionador, establecidos en la presente Ley.
85
• Una amonestación escrita, por la comisión de una falta catalogada como leve;
• Una suspensión de hasta 30 días en caso de una falta que no sea leve pero que
tampoco pueda ser considerada como de una gravedad mayor o cuando acumula dos
amonestaciones escritas;
• Cese temporal de 31 días hasta por 12 meses, cuando la acción revista gravedad y se
encuentre comprendida dentro de las faltas tipificadas en el artículo 48° de la Ley N°
29944.
Dentro del marco del servicio público esencial que realiza el personal docente, vinculado
estrechamente con el cumplimiento de la obligación del Estado de materializar el derecho
fundamental a una adecuada educación, el artículo 12º de la ley de carrera magisterial,
permite que los profesores pueden desarrollar funciones, que son consideradas como parte
del cumplimiento de la prestación de este servicio primordial, cuando laboran en alguna de las
siguientes áreas:
86
Es decir, todas estas actividades son consideradas como función docente. Sin embargo,
este tratamiento genera la necesidad de aclarar los alcances de la norma y, por lo tanto,
determinar su ámbito de aplicación. Haciendo una interpretación en sentido contrario, toda
otra función realizada por profesores, que solamente se encuentre vinculada al desarrollo de
labores netamente administrativas, no generará la aplicación de las normas del régimen especial,
por lo que tampoco resultarán aplicables las disposiciones vinculadas a los procedimientos
administrativos disciplinarios, propios de la carrera magisterial.
Así, los docentes que ejerzan otras funciones, pero que se encuentren contempladas
dentro del ámbito de aplicación del mencionado artículo 12° de la Ley, y que infrinjan deberes,
obligaciones, entre otros, en el desempeño de las mismas, su posible responsabilidad no será
determinada bajo las normas de la Ley de Reforma Magisterial, dado que las mismas no se
desarrollan bajo la esfera de su competencia, de acuerdo con el texto mismo de la disposición.
En ese ámbito, resulta evidente que es una garantía del administrado, el contar con un
marco adecuado y claro, en caso que se le inicie un procedimiento disciplinario, a fin que pueda
ejercer los derechos que las normas le otorgan. Asimismo, resulta evidente que toda persona,
en aplicación del derecho fundamental a la “libertad de trabajo”2 , puede elegir libremente, las
labores que desea desarrollar.
2 El fundamento 5 de la sentencia recaída en el Expediente N° 4058-2004-AA/TC, señala que: En consecuencia, el derecho a la libertad de
trabajo comprende el derecho de todo trabajador a seguir su vocación y a dedicarse a la actividad que mejor responda a sus expectativas, a
la libre elección del trabajo, a la libertad para aceptar, o no, un trabajo, y a la libertad para cambiar de empleo.
88
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AI%2000017-2014-AI.pdf
90
Oscar Enrique
1. Sobre el Servicio Civil y su ámbito de aplicación Gómez Castro
(Exvocal de la
Las disposiciones sobre el régimen disciplinario de la Primera Sala del TSC)
Ley del Servicio Civil, Ley Nº 30057 y su Reglamento General,
aprobado mediante Decreto Supremo N°040-2014-PCM, Abogado titulado por la Universidad
entraron en vigencia desde el 14 de septiembre de 20141, de Lima. Máster en Gestión Pública
siendo aplicables a todos los regímenes laborales de las y Master en Innovación Pedagógica
entidades de conformidad con el literal c) de la Segunda y Gestión de Centros Educativos por
Disposición Complementaria Final del citado Reglamento. la Escuela Española EUCIM Business
School. Egresado de la maestría de
En el marco de esta normativa, el Estado tipifica Gestión Pública de la Universidad San
conductas consideradas como faltas respecto al actuar y Martín de Porres.
desempeño de las funciones o la prestación de servicios de los
servidores públicos, brindando como herramienta un catálogo Especialista en derecho administrativo,
de faltas por lo cual se impondrá la sanción correspondiente, derecho administrativo sancionador,
en virtud de la responsabilidad administrativa disciplinaria2, empleo público, informática jurídica
previo procedimiento disciplinario, siempre observando los y contratación pública. Experiencia
principios de la potestad sancionadora. como Vocal del Tribunal del Servicio
Civil y árbitro especializado en
Por otro lado, en la Resolución de Sala Plena N° contratación pública.
005-2020-SERVIR-TSC, fundamento 2 se establece lo
siguiente:
1. El título correspondiente al régimen disciplinario y procedimiento sancionador entra en vigencia a los tres (3) meses de publicado el pre-
sente reglamento con el fin de que las entidades adecuen internamente al procedimiento (Decreto Supremo N°040-2014-PCM, Undécima
disposición complementaria transitoria del Reglamento General de la Ley del Servicio Civil).
91
En primer lugar, debemos señalar que las entidades públicas a través del poder de
dirección se encuentran facultadas para que en su condición de empleadores emitan normas
internas e instrumentos de gestión que coadyuven al desarrollo institucional garantizando el
uso eficaz y eficiente de los recursos del erario público. Dicho de otro modo, el Estado habilitó
a las entidades públicas para que a través del Reglamento Interno de Servidores Civiles -
RIS, los empleadores ejerzan su facultad reglamentaria, toda vez que en este documento se
determinan las condiciones a las cuales deben sujetarse los empleadores y trabajadores en el
cumplimiento de sus respectivas prestaciones, conforme lo establecido en el Informe Técnico
N° 955-2019-SERVIR/GPGSC. Sin embargo, se hace muy necesario realizar algunas precisiones.
2. La responsabilidad administrativa disciplinaria es aquella que exige el Estado a los servidores civiles por las faltas previstas en la Ley que
cometan en el ejercicio de las funciones o de la prestación de servicios, iniciando para tal efecto el respectivo procedimiento administrativo
disciplinario e imponiendo la sanción correspondiente, de ser el caso (Decreto Supremo N°040-2014-PCM, art. 91 del Reglamento General de
la Ley del Servicio Civil).
3. El Tribunal del Servicio Civil - el Tribunal, en lo sucesivo - es un órgano integrante de la Autoridad que tiene por función la resolución de
controversias individuales que se susciten al interior del Sistema (Decreto Legislativo N°1023, art. 17).
92
Con esta disposición legal las entidades públicas se encuentran habilitadas para
elaborar, aprobar e implementar su Reglamento Interno de Servidores Civiles – RIS, hallándose
en la obligación de adecuar su Reglamento Interno de Trabajo al Reglamento Interno de
Servidores Civiles, independientemente de que la entidad se encuentre en el tránsito de la
implementación de la Ley del Servicio Civil de conformidad con lo establecido en la Segunda4 y
Undécima Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento.
La Ley del Servicio Civil, Ley Nº 30057 y su Reglamento General, aprobado mediante
Decreto Supremo N° 040-2014-PCM, en su desarrollo no han considerado la definición de lo
que se debe entender por faltas disciplinarias, sin embargo, normas anteriores sí lo han hecho.
Una de ellas es el Decreto Supremo N° 005-90-PCM, que aprueba el Reglamento de la Carrera
Administrativa, en su artículo 150° señala:
Se considera falta disciplinaria a toda acción u omisión voluntaria o no, que contravenga
las obligaciones, prohibiciones y demás normatividad específica sobre los deberes
de servidores y funcionarios, establecidos en el artículo 28° y otros de la Ley y el
presente reglamento. La comisión de una falta da lugar a la aplicación de la sanción
4. Las etapas del proceso de implementación son las reguladas mediante la Resolución Nº 160-2013-SERVIR/ PE que aprueba los Lineamientos
para el Tránsito de una entidad pública al Régimen del Servicio Civil, o la que haga sus veces (Decreto Supremo N°040- 2014-PCM, segunda
disposición complementaria transitoria del Reglamento General de la Ley del Servicio Civil).
93
correspondiente.
En función a lo antes expuesto tenemos que el artículo 85°de la Ley Nº 30057, Ley del
Servicio Civil, contempla una lista de faltas disciplinarias que en función a su gravedad serán
sancionadas con suspensión temporal o con destitución, previo procedimiento administrativo
sancionador por lo que en contraposición a lo establecido en el literal j) del artículo 129º del
Reglamento General de la Ley Nº 30057, el cual establece que el Reglamento Interno del
Servicio Civil debe contener faltas que acarreen la sanción de amonestación, se advierte que
las faltas administrativas contempladas por las entidades en dicho reglamento no podrían ser
las mismas ya establecidas en la Ley, por cuanto estas revisten un mayor grado de lesividad por
la naturaleza de su sanción.
Es en ese aspecto donde radica el problema, ya que el Tribunal del Servicio Civil en el
marco de sus funciones advirtió que las entidades habían contemplado en el listado de faltas
administrativas correspondiente al Reglamento Interno del Servicio Civil, faltas administrativas
iguales o similares a las contenidas en el artículo 85° de la Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil,
y que en ese sentido corresponde que estos casos
particulares sean interpretados de modo expreso y
con carácter general constituyendo precedente de
observancia obligatoria.
A partir de la vigencia de la
Cabe precisar que el artículo VI del Título Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil,
Preliminar del Texto Único Ordenado de la Ley esta es de aplicación común a los
Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo regímenes laborales de las entidades
General, aprobado por Decreto Supremo Nº 004- públicas (Decretos Legislativos
N° 276, 728 y 1057), por lo que
2019-JUS, sobre los precedentes administrativos las entidades deben adecuar sus
establece: “Los actos administrativos que al resolver instrumentos de gestión interna de
casos particulares interpreten de modo expreso acuerdo a los lineamientos del nuevo
y con carácter general el sentido de la legislación régimen del Servicio Civil.
constituirán precedentes administrativos de
observancia obligatoria por la entidad mientras dicha
interpretación no sea modificada”. En palabras de
Tirado (2010) “podrá ser emitido por todo órgano
administrativo que considere estar asumiendo un
criterio que deba ser aplicado a todas las situaciones
idénticas” (como se citó en Cairampoma, 2014, p. 490).
94
Se advierte que a partir de la vigencia de la Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil, esta es de
aplicación común a los regímenes laborales de las entidades públicas (Decretos Legislativos N°s
276, 728 y 1057), por lo que las entidades deben
adecuar sus instrumentos de gestión interna de Si bien es cierto que las entidades
acuerdo a los lineamientos del nuevo régimen del manifiestan su poder de dirección y
Servicio Civil. reglamentación en virtud del cual pueden
autorregular su funcionamiento a través del
Reglamento Interno de los Servidores Civiles
Conforme a lo expuesto en los párrafos (RIS), este debe observar los límites que
precedentes, ante la existencia de una situación le han sido conferidos por el Reglamento
de incertidumbre jurídica sobre si las faltas leves General de la Ley N° 3005712, que dispone
previstas en el Reglamento Interno de Servidores que las entidades tipifiquen las faltas leves,
Civiles - RIS, pueden tener exactamente el mismo es decir obligaciones de mínima gravedad,
todo ello observando los principios de la
supuesto de hecho de las faltas previstas en el potestad sancionadora administrativa.
artículo 85°de la Ley Nº 30057, Ley del Servicio
Civil, asimismo, sobre si respecto a si es posible
tipificar en tal documento de gestión, faltas disciplinarias pasibles de ser sancionadas con
suspensión o destitución, la Sala Plena del Tribunal del Servicio civil de conformidad con el
principio de seguridad jurídica, sobre la base de la predictibilidad y a fin de que los administrados
tengan certeza de la forma de aplicación e interpretación de las normas y las entidades
puedan ejercer su potestad disciplinaria, observando el principio de legalidad y previniendo
eventuales declaraciones de nulidad de sus procedimientos administrativos disciplinarios,
en uso de la potestad de emitir precedentes administrativos de observancia obligatoria, se
adoptó el Acuerdo Plenario contenido en la Resolución de Sala Plena N° 005-2020-SERVIR-TSC
con la finalidad de incorporar, con la debida amplitud, los fundamentos jurídicos necesarios
para establecer un conjunto de directrices resolutivas cuya observancia y aplicación resulte
obligatoria a las entidades; siendo estos los siguientes:
Fundamento 19
Como se ha dicho:
Además es necesario precisar que si una entidad no cuenta con ningún instrumento
de gestión (RIS, RIT, directiva, etc.) que contenga las faltas leves pasibles de ser sancionadas
con amonestación, en tanto no incorpore a dichos documentos o apruebe alguno en el que se
precisen tales faltas, dicha entidad solo podrá iniciar Procedimiento Administrativo Disciplinario
por las faltas contenidas en el artículo 85º de la Ley del Servicio Civil, concordante con el
96
numeral 98.2 del artículo 98º de su Reglamento y siempre que la presunta conducta infractora
se subsuma en alguno de los supuestos de hecho descritos en dichas faltas, de lo contrario ello
supondría una infracción al Principio de Tipicidad.
Ahora, sobre la notificación del Reglamento
Interno de Servidores Civiles – RIS, la Resolución de
Sala Plena N° 005-2020-SERVIR-TSC indica lo siguiente:
Los supuestos de hecho de las
faltas disciplinarias leves no pueden ser
Fundamento 20 exactamente iguales a los supuestos de
hecho de las faltas previstas en la Ley Nº
Cabe anotar, por otra parte, que con la 30057, no solo porque el fundamento
finalidad de que los servidores puedan de las faltas en cuanto a la gravedad
de las conductas no es el mismo, sino
tomar conocimiento, de manera previa, de
también porque ello transgrediría la
las faltas leves pasibles de ser sancionadas prohibición de doble tipificación a la que
con amonestación verbal o escrita, resulta hace referencia el principio de tipicidad.
necesario que las entidades notifiquen el
Reglamento Interno de Servidores Civiles –
RIS, tanto al momento en que estos inician la
prestación de sus servicios, como al momento de la actualización de dicho documento
de gestión (p.31).
Este fundamento constituye una garantía para los servidores, por cuanto la referida
comunicación responde a la observancia del principio del debido procedimiento, porque aquel
reglamento debe especificar el procedimiento que se aplica para las sanciones, a fin de que el
servidor sepa a qué atenerse. Es por ello que las oficinas de recursos humanos o quien haga sus
veces deberá realizar tal notificación de forma diligente.
Así también, respecto a las faltas que ya se encuentran tipificadas en la Ley N° 30057, la
Resolución de Sala Plena N° 005-2020-SERVIR-TSC establece que:
Fundamento 28
Los supuestos de hecho de las faltas disciplinarias leves no pueden ser exactamente
iguales a los supuestos de hecho de las faltas previstas en la Ley Nº 30057, no solo porque
el fundamento de las faltas en cuanto a la gravedad de las conductas no es el mismo, sino
también porque ello transgrediría la prohibición de doble tipificación a la que hace referencia
el principio de tipicidad.
97
En ese sentido, las faltas disciplinarias leves pueden referirse a las relaciones que
mantienen las entidades con sus servidores. “En razón de ello, el Reglamento General de la
Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil, dispone que las entidades tipifiquen faltas leves, las que
evidentemente deben referirse al incumplimiento de ciertas obligaciones de mínima gravedad”
(Resolución de Sala Plena N° 005-2020-SERVIR-TSC, fundamento 19, p.31).
Por otro lado, en relación a las faltas de carácter leve y el RIS, la Resolución de Sala
Plena N° 005-2020-SERVIR-TSC indica lo siguiente:
Fundamento 30
Fundamento 31
Por último, en relación al RIS y las faltas leves, la Resolución de Sala Plena N° 005-2020-
SERVIR-TSC determina lo siguiente:
Fundamento 32
Habría que decir al respecto que las entidades públicas cuando elaboren el Reglamento
interno de los Servidores Civiles (RIS), en principio deben tener en cuenta que el artículo 248º
del Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General,
aprobado por Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS, contiene los principios de la potestad
sancionadora administrativa, entre ellos el Principio de Debido Procedimiento y Principio de
Tipicidad, los mismos que resultan de aplicación a todos los actos de la administración pública
que impliquen el ejercicio de la potestad sancionadora disciplinaria del Estado, incluido el
procedimiento administrativo disciplinario de la Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil.
5. Conclusiones:
2). El Reglamento Interno de Servidores Civiles – RIS tiene como finalidad establecer
las condiciones bajo las cuales debe desarrollarse el servicio civil en las entidades, por lo que
debe comprender los derechos y obligaciones que corresponden tanto al servidor civil como a
la respectiva entidad, así como también debe contener las sanciones que correspondan aplicar
ante el incumplimiento de dichas obligaciones.
3). A partir de la vigencia del Reglamento General de la Ley del Servicio Civil, es de
aplicación común a los regímenes laborales de las entidades (Decretos Legislativos N° 276, 728
y 1057), adecuar sus instrumentos de gestión interna a los lineamientos del nuevo régimen del
Servicio Civil.
100
4). El artículo 129° del Reglamento General de la Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil,
señala que todas las entidades públicas están obligadas a contar con un único Reglamento
Interno de los Servidores Civiles – RIS, que debe contener el “j) listado de faltas que acarreen
la sanción de amonestación conforme al régimen disciplinario previsto en la citada ley y su
reglamento” las mismas que de acuerdo al literal a) del artículo 88º de la misma ley, serán
pasibles de ser sancionadas con la sanción de amonestación verbal o escrita.
5). El Reglamento interno de los Servidores Civiles (RIS) de cada entidad pública solo
podrá prever faltas de carácter leve pasibles de ser sancionadas con amonestación verbal o
escrita. Además, las faltas contenidas en el RIS no tendrán los mismos supuestos de hecho que
aquellas previstas en la Ley Nº 30057, que revisten mayor gravedad.
7). Los servidores deben ser notificados de manera previa, con el Reglamento interno
de los Servidores Civiles (RIS) así como sus respectivas modificaciones. Ello en observancia del
principio del debido procedimiento, porque aquel reglamento debe especificar el procedimiento
que se aplica para las sanciones, a fin de que el servidor sepa a qué atenerse.
101
Bibliografía
Decreto Legislativo N° 1023, Decreto legislativo que crea la Autoridad Nacional del Servicio
Civil, rectora del Sistema Administrativo de Gestión de Recursos Humanos. (21 de junio
de 2008). http://files.servir.gob.pe/WWW/files/normas%20legales/DLeg%201023.pdf
Decreto Supremo N° 004-2019-JUS. Decreto que aprueba el Texto Único Ordenado de la Ley N°
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General. (25 de enero de 2019). https://
cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/320709/DS_004-2019-JUS.pdf
El Peruano. (2020). Normas legales actualizadas: Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley
del Procedimiento Administrativo General, Decreto Supremo N° 004-2019-JUS. Editora
Perú. https://diariooficial.elperuano.pe/pdf/0005/13-texto-unico-ordenado-de-la-ley-
27444-ley-de-procedimiento-administrativo-general-1.pdf
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2015). Guía Práctica sobre el Régimen Disciplinario
y el Procedimiento Administrativo Sancionador. https://cdn.www.gob.pe/uploads/
document/file/1534117/MINJUS-DGDOJ-Gu%C3%ADa-sobre-el-r%C3%A9gimen-
disciplinario.pdf
39 de la Constitución Política del Perú, según el cual, “todos los funcionarios y trabajadores
públicos están al servicio de la Nación”, lo que implica la coherencia de actuación de dichos
servidores hacia los valores del servidor público. Es lo que el Tribunal Constitucional conoce
como el principio de “lealtad constitucional”, entendido como “la obligación de respetar el
orden público constitucional realizando un ejercicio responsable de las funciones atribuidas
por la Constitución y la Ley, así como a la jurisprudencia constitucional vinculante” (STC Exp. N°
0001-2012-AI, fundamento 70).
Resulta entonces requisito indispensable que quienes ostenten los cargos del servicio
público, deben estar premunidos de determinados principios, deberes y valores éticos que
sean la garantía de la eficiencia, eficacia y profesionalismo que propicie un real compromiso
con el servicio público que se brinda, sin perjuicio de su capacidad técnica y profesional.
Como bien lo señala el Tribunal del Servicio Civil en el precedente, quienes integran
la administración pública como funcionarios o servidores públicos adquieren una vinculación
especial con el Estado; y por estar ligados al servicio del interés general, tienen mayores
obligaciones y deberes sobre cómo conducirse ética y profesionalmente. Por ello también,
cuando se incumple con dichas obligaciones y deberes, el Estado inicia el ejercicio de su potestad
sancionadora conducente a tutelar los fines de su organización y el eficiente desempeño de las
funciones encomendadas.
Como lo señalamos anteriormente, ante la carencia de una base legal precisa y “propia”
en la que pudiesen ampararse las imputaciones de las conductas referidas al ejercicio de la
función pública, valiéndose de documentación falsa o inexacta; ante la ausencia de una tipología
específica en la Ley del Servicio Civil o de pautas orientadoras en los pronunciamientos del
Tribunal del Servicio Civil que contemplen la calificación de las infracciones de manera clara en
esta materia, las entidades de la administración pública optaban, indistintamente, por recurrir
a disposiciones como las contenidas en la Ley N° 27815, Ley del Código de Ética de la Función
Pública, o a las establecidas en la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil, contándose con sendos
pronunciamientos que sancionaban las faltas cometidas con basamento en ambos cuerpos
legales.
En el precedente, el Tribunal del Servicio Civil, con la finalidad de brindar esas pautas
orientadoras y generar predictibilidad, desarrolla estos supuestos bajo el rubro de “la correcta
imputación de la falta para sancionar la conducta referida al ejercicio de la función pública
valiéndose de documentación o información falsa o inexacta” (Resolución de Sala Plena N°
007-2020-SERVIR/TSC, p.35). En el análisis de este precedente, nos referiremos a los siguientes
puntos:
104
2.1. La condición de “servidor público” para ser pasible de sanción dentro del
marco de la facultad disciplinaria
Sin embargo, se debe tomar en cuenta que en caso las entidades públicas
imputen al presunto infractor el haber laborado a sabiendas o bajo el influjo de
la documentación falsa con el cual se hizo posible el inicio de su vínculo laboral
(suscripción de contrato). En ese contexto se debe entender que el presunto
infractor ya tenía la condición de servidor civil, por lo que se debe aplicar las
reglas del procedimiento administrativo disciplinario previstas en la Ley del
Servicio Civil, su reglamento y sus normas de desarrollo.
1. Aquí también se encontrarían comprendidos, los que igualmente pretenden acceder a un ascenso o situaciones de progresión de carrera
dentro de la misma entidad.
2. Hubiese resultado interesante que se haga referencia a casuística sobre la designación de los funcionarios de libre designación y remoción
o servidores de confianza, donde comúnmente no existe un proceso de calificación documentada previa, sino más bien la presentación del
Curriculum Vitae documentado luego de la emisión de la resolución de designación y la aceptación del cargo.
105
3. Este derrotero parece ser el establecido en la Resolución N° 1176-2018-TSC-Segunda Sala, según la cual: “Al respecto, conforme a la
documentación obrante en el expediente es posible apreciar que la impugnante al momento de la prestación de la documentación falsa, sí
tenía la condición de servidora de la Entidad bajo un anterior contrato administrativo de servicios por el cual aún mantenía una relación laboral
con la Entidad; sin embargo, no resulta adecuado que se le impute el incumplimiento de las obligaciones de dicho contrato administrativo de
servicios ya que el hecho de la prestación de documentación falsa está en relación con la convocatoria CAS N° 146-2015-MIGRACIONES y no
con su actuación en el marco de dicha relación laboral.”
106
Ante la falta de unicidad en la tipificación de las infracciones materia de análisis dentro del
régimen disciplinario de la Ley del Servicio Civil, las instituciones públicas, de acuerdo a lo
establecido en el precedente, deben aplicar la infracción tipificada en el literal q) del artículo
85 de la Ley N° 30057 referida a “las demás faltas que señale la ley”. Así, para efectos de la
responsabilidad administrativa disciplinaria, se recurre a la habilitación establecida por el
artículo 100 de su Reglamento, que precisa el tratamiento de las faltas por incumplimiento
del TUO de la LPAG y la Ley del Código de la Función Pública – Ley N° 27815.
Por extensión, el precedente precisa que, para efectos de las infracciones, se toma
en consideración la Primera Disposición Complementaria y Final de la Ley N°278155 y la
Décima Disposición Complementaria Transitoria de la Ley N° 300576, considerando que la
primera de las mencionadas leyes se aplica en los supuestos no previstos en esta última.
De igual modo, hace referencia en su análisis al criterio con que las entidades venían
sancionando las conductas infractoras in materia y que, al imputarse la infracción de los
principios de probidad, idoneidad y veracidad previstos 100 en la Ley Nº 27815, también se
aplicaba, para algunos otros casos, las conductas previstas como faltas en los literales a), ñ)
y o) del artículo 85 de la Ley Nº 30057; a saber:
19. En cuanto a la falta prevista en el literal a) del artículo 85, referido a “El incumplimiento
de las normas establecidas en la presente Ley y su Reglamento”; señala el precedente
que, por tratarse de una norma de remisión, es utilizado para los casos en ciernes,
imputando la vulneración de los principios de “mérito” y “probidad y ética pública”
de la Ley del Servicio Civil recogidos en los literales d) e i) del artículo III del Título
Preliminar de dicha Ley.
20. Por su parte, el literal ñ) del artículo 85 de la Ley Nº 30057, que establece como
falta, “la afectación del principio de mérito en el acceso y la progresión en el servicio
civil”. Así también, se utiliza el literal o) del artículo 85 de la citada ley, el cual prevé
4. Ley Nº 27815 – Ley del Código de Ética de la Función Pública. “DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS Y FINALES. Primera.- Integración de
Procedimientos Especiales. El Código de Ética de la Función Pública es supletorio a las leyes, reglamentos y otras normas de procedimiento
existentes en cuanto no lo contradigan o se opongan, en cuyo caso prevalecen las disposiciones especiales. (...)”.
5. Ley Nº 30057 – Ley del Servicio Civil. “DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS TRANSITORIAS. DÉCIMA. Aplicación del régimen sancionador
y proceso administrativo disciplinario. A partir de la entrada en vigencia de la presente Ley, los procesos administrativos disciplinarios en las
entidades públicas se tramitan de conformidad con lo estipulado en la presente Ley y sus normas reglamentarias. El Código de Ética de la
Función Pública, Ley 27815, se aplica en los supuestos no previstos en la presente norma”.
108
como falta “Actuar o influir en otros servidores para obtener un beneficio propio o
beneficio para terceros”, argumentándose en el precedente que se subsume en esta
causal la conducta referida a presentar documentos falsos para obtener, en este caso,
el beneficio del acceso al servicio civil (Resolución de Sala Plena N° 007-2020- SERVIR/
TSC).
6. Cabe resaltar las resoluciones que luego de publicado el precedente se han emitido sobre el particular, como es el caso de la Resolución N°
231-2021-SRVIR/TSC-Segunda Sala, según la cual: “46. Por lo tanto, tratándose la imputación de la conducta referida al ejercicio de la función
pública o la prestación del servicio público bajo la influencia o valiéndose de la documentación falsa o inexacta corresponde la imputación del
literal q) del artículo 85° de la Ley N° 30057, en relación con documentación e información falsa o inexacta”.
Igualmente, la Resolución 224-2021-SERVIR/TSC-Primera Sala, en los fundamentos 32 y 33 precisa: “Al respecto, vemos que cuando se inició
el procedimiento disciplinario, la Entidad imputó a la impugnante haber incurrido en la falta administrativa tipificada en el literal q) del artículo
7. 5º de la Ley Nº 30057, que indica “las demás que señale la Ley”, concordándola con el artículo 100º de su reglamento, para cuyo efecto se
remitió a la Ley Nº 27815, concretamente, a los numerales 2, 4 y 5 del artículo 6 y, 6 del artículo 7º de esta última ley. Esto puede corroborarse
del texto del numeral 40 de la Resolución del Órgano Instructor Nº 08-2019-TP/DE/UGA-CRGRHH/OI, del 5 de julio de 2019. 33. De modo que,
desde el inicio del procedimiento disciplinario la Entidad cumplió con indicar claramente qué falta estaba imputando a la impugnante, y vinculó
la misma con la Ley Nº 27815, a fin de satisfacer el principio de tipicidad.”
En el mismo sentido, se pronuncia la Resolución N° 333-2021-SERVIR/TSC- Segunda Sala (Fundamento 27)
109
El artículo 6 del citado Código de Ética establece los principios de la función pública,
de obligatoria observancia y cumplimiento por parte de todo empleado público; así,
tenemos el respeto, la probidad, la eficiencia, la idoneidad, la veracidad, la idoneidad, la
lealtad y obediencia, la justicia y equidad y la lealtad al Estado de Derecho.
En esta materia, resulta importante traer a colación otro precedente vinculante expuesto en el
acuerdo plenario de la Resolución de Sala Plena Nº 001-2016-SERVIR/TSC, cuyo asunto es “La
Prescripción en el Marco de la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil”, la cual indica que:
Sobre este particular, y en el caso bajo análisis, hace bien el Tribunal del Servicio Civil
en referirse a la calificación de las infracciones administrativas. En relación a la infracción
sancionable tenemos que, en el estadío descrito en los párrafos precedentes, la infracción
cometida8 se encuentra dentro de la calificación de “infracción permanente” considerando
que la situación infractora se mantiene hasta el momento en que cesa la conducta o hasta
el momento en que es descubierta o detectada en aplicación del principio de privilegios
posteriores que prevé el TUO de la LPAG.
Cabe resaltar que dentro de los lineamientos trazados por la Comisión de Alto Nivel
Anticorrupción CAN 2016, encontramos que el proceso de selección de servidores y funcionarios
públicos es un acto orientado a lograr garantizar que la gestión pública reclute y mantenga “a
los mejores recursos humanos dentro de su realidad”.
9. Sobre el particular, nos remitimos también a lo señalado en la Resolución 2234-2019-SERVIR/TSC-Segunda Sala: “29. Asimismo, en el Informe
Técnico Nº 933-2018-SERVIR/GPGSC, se precisó que: “conforme a la imputación de la falta descrita en el párrafo anterior nos encontraríamos
ante una falta permanente dado que la situación infractora se mantiene y solo cesará cuando se extinga el vínculo del servidor con la entidad”.
30. En ese sentido, al ser una falta de carácter permanente la falta imputada al impugnante, no se produciría la prescripción alegada por éste.”
En el mismo sentido, se pronuncia el Tribunal en la Resolución N° 548-2021-SERVIR/TSC Primera Sala (Fundamentos 72 y 73).
112
A modo de conclusión:
El precedente precisa también el momento a partir del cual se debe tomar en cuenta
la falta por la infracción cometida. Esto es, a partir del momento en el que el infractor
(deshonesto que utilizó información falsa o inexacta en un previo proceso de selección) puede
ser sancionado en su condición de servidor público. Entendemos que la determinación de
infracciones a las normas de Servicio Civil y al Código de Ética de la Función Pública, están
orientadas “exclusivamente” a los servidores públicos.
Por otro lado, para efectos de la prescripción, el precedente precisa que en los casos
que se impute el ejercicio de la función pública o la prestación de un servicio civil valiéndose
de información falsa o inexacta, existen dos plazos para su contabilización: a) En caso de cese
o término del ejercicio de la función del investigado, el plazo será de tres (3) años para el inicio
del procedimiento administrativo disciplinario y comenzará a regir a partir del cese o término
del ejercicio de la función pública; b) Si la oficina de Recursos Humanos de la entidad, o la que
haga su veces, hubiera tomado conocimiento de la falta, el plazo operará un (1) año calendario
después de esa toma de conocimiento.
Constituye un acierto que el Tribunal del Servicio Civil haya emitido este precedente
administrativo de observancia obligatoria con la finalidad de establecer claramente el cuerpo
normativo y la conducta que tipifica la infracción, así como los plazos de prescripción para el
inicio del procedimiento administrativo disciplinario, lo que redunda en la labor que realizan las
entidades al encausar este tipo de imputaciones.
Bibliografía
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2019). Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444,
Ley del Procedimiento Administrativo General. Aprobado por Decreto Supremo N° 004-
2019-JUS (1a ed.). Sistema peruano de información jurídica. https://spijweb.minjus.
gob.pe/wp-content/uploads/2019/10/TUOLeyN-27444.pdf
Ley N° 27815, Ley del Código de Ética de la Función Pública. (16 de abril de 2005). https://www.
gob.pe/es/l/828190
Sentencia del Tribunal Constitucional (Perú) [STC]. Exp. N° 0001-2012-AI[1] (17 de abril de
2012). https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2012/00001-2012-AI.html
115
1. En este artículo se emplearán los términos burocracia, burocrático o cualquiera otro parecido, no en un sentido peyorativo, sino desde una
perspectiva positiva, tal como se señala en uno de los significados que encontramos de “burocracia” en el Diccionario de la Real Academia
Española: “Organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios”
(Diccionario de la Real Academia Española, 2023).
116
acceso al empleo público, pues se entiende que éste último siempre debería privilegiar el análisis
técnico, la transparencia, competencia, acceso igualitario, eficiencia y la no discriminación.
Esta nueva mirada de las Administraciones Públicas, es la que viene gestándose en los
últimos años-dando pasos firmes hacia adelante- precisamente a partir de la actuación técnica
y especializada de instituciones como SERVIR, a la cual me honro en pertenecer como Vocal
del Tribunal del Servicio Civil. En ese sentido, la elaboración de los precedentes administrativos
(uno de los cuales es materia de comentario en este artículo) resultan importantes en el camino
de crear un nuevo mito fundacional: El mérito y el concurso no se constituyen en barreras de
acceso, sino en oportunidades para generar mejoras en la función o el servicio público.
Por ello, es que quizá el mérito y el concurso público se puedan convertir en parte de
la solución, de esa permanente inestabilidad en los puestos públicos, de la cual adolecen las
administraciones públicas de nuestros países.
2. Parada señala que: “El nacimiento de la burocracia pública moderna con un régimen jurídico específico diferenciado del común -que
entonces, antes del nacimiento del derecho laboral que debe esperar al siglo XX, no era otro que el contrato civil del arrendamiento de
servicios-, no fue un parto fácil: en unos casos como en Francia, es consecuencia de una operación cesárea, término apropiado porque fue
impuesta autoritariamente por el genio organizativo de Napoleón; en otros, como en los estados anglosajones tuvo que implantarse venciendo
la resistencia que ofrecía el pensamiento liberal para el que no era asumible el riesgo de que una burocracia pública permanente y estable
compartiera el poder político” (p. 360) agregando más adelante que “…el pensamiento burocrático prusiano, implicaba la aceptación de la
existencia de una burocracia e incluso la fe absoluta de que es el mejor modo de gobierno y administración. En consecuencia no se la combate
sino que se la halaga en unos términos tales de rigor y originalidad que constituyen el asombro de Europa. Prusia aporta a la civilización
europea una forma política peculiar que se suele llamar “Estado de funcionarios”, y por ello la llamada edad contemporánea no comienza en
Prusia, como en Francia, con una revolución sino con una reforma, y más concretamente con una reforma burocrática, que cumple en este
país el papel de la revolución” (p.360-361).
3. Bautista al respecto señala que: Desde las antiguas civilizaciones, tanto en Oriente como en Occidente se encuentran autores y obras que
destacan el objetivo de gobernar para la comunidad política. En dichas obras se señalan, por un lado, que todo individuo es un “animal social”
y que por lo tanto necesita vivir en comunidad. Al pertenecer a una comunidad debe entregarse a ella sirviéndole de diversas maneras. Ese
interés por lo público contrastaba con el interés personal. En India existe una máxima que dice que “Quien no vive para servir no sirve para
vivir”.
En la antigüedad a quienes sólo pensaban en ellos mismos se les llamaba “idiotas”. Esta palabra, que proviene del griego idiotes se refería a
aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados. La raíz “idio” significa “propio” usado en latín, significa
ignorante. La conducta individualista es mal vista, ya que el ciudadano poseía un sentido de pertenencia a su comunidad que le impulsaba a
participar en y por lo público. La idea de trabajar por y para el interés general estaba metida hasta las raíces en el alma de los que perseguían
el Buen Gobierno. Al respecto Platón escribió:
En ningún tipo de gobierno, aquel que gobierna, examina y dispone lo que a él le conviene, sino lo que conviene al Estado, aquél para el que
emplea su arte y, con la vista en éste y en lo que a éste conviene se adecúa, y por éste dice todo lo que dice y hace todo lo que hace. (Platón,
La República, 342).
118
proviene del latín, donde se forma con las palabras ad y ministrare, que significa servir
o, según otros, por contracción de ad manus trahere, que implica alusión a la idea de
manejo o gestión. Se desprende de lo anterior que la Administración alude a gestión
de asuntos o intereses, pero una gestión subordinada (…) En el Diccionario de la
Lengua Española, administrar equivale a gobernar, regir o cuidar, y el administrador se
define, en una de sus acepciones, como la persona que administra bienes ajenos (…) la
acepción antes trascrita encierra una idea perfectamente aplicable a la Administración
Pública, donde el administrador gestiona siempre bienes e intereses ajenos: los de la
comunidad política a la que él se limita a servir (Garrido y et al., 2005, pp. 33-34).
En las últimas décadas (en el Perú algo menos), cuando hemos leido o escuchado
referirnos a las reformas o los cambios que se deben efectuar en la Administración Pública, uno
de los términos que normalmente aparece es la palabra mérito, que surge casi en automático,
y algunos creen que es una especie de “doctrina” nueva que se pretende instaurar ante el
vapuleado panorama Público; sin embargo, la exigencia del mérito surgió casi de manera
paralela con la aparición de la burocracia moderna, no se trata de ideas nuevas o de una pujante
y moderna doctrina que irrumpe en el escenario de la Administración Pública, sino que ya
encontramos un acercamiento a éstas, desde muy antiguo, por ejemplo-aunque caracterizadas
en las palabras capacidad, virtudes y aptitudes- ya las podemos ver en la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano surgida de la Revolución Francesa de 1789, la cual en su
artículo 6, señala textualmente lo siguiente:
La Ley es la expresión de la voluntad general (…) todos los Ciudadanos son iguales ante
la Ley, todos ellos pueden presentarse y ser elegidos para cualquier dignidad, cargo o
empleo públicos, según sus capacidades y sin otra distinción que la de sus virtudes y
aptitudes (el resaltado es nuestro).
119
4. Al respecto Parada señala lo siguiente: “…el constitucionalismo español originario, implantado por la Constitución de Cadiz de 1812, (…)sigue
la solución anglosajona y no recoge el principio de mérito y capacidad, en congruencia con el pensar mayoritario de los liberales españoles,
para los que el nombramiento y cese de los servidores públicos, con excepción de los jueces, debía hacerse a favor del personal de confianza
de los ministros en justa correspondencia con la responsabilidad que asumían en la gestión ministerial.
No obstante, el principio del mérito y de la capacidad, se introduce en la Constitución de 1837, traduciendo los términos franceses más
humanistas de “virtud” y “talento” por los más burocráticos de mérito y capacidad, un principio que ya no se apeará de ninguna de las
constituciones posteriores, llegando así a la Constitución de 1978, alojándose como un derecho fundamental en el art. 23: “Los ciudadanos
tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones
periódicas por sufragio universal. Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con
los requisitos que señalen las leyes”; y, más modestamente, como un principio ordenador de la función pública en el artículo 103.3: “La ley
regulará el estatuto de los funcionarios públicos de acuerdo con los principios de mérito y capacidad” (p. 478).
5. “Art. 22º- Para ingresar como empleado permanente a las dependencias estatales se requiere: (…) f) Presentarse y ser aprobado en el
concurso sobre las materias que determinan los Reglamentos de las respectivas Reparticiones”
6. “Artículo 14º.- Los que pretendan ingresar como empleados de carrera, deberán presentar (…)
Artículo 15º.- Los concursos se efectuarán cada vez que se produzca una o más vacantes y en la fecha que determine la Autoridad Superior, (…)
Artículo 16º.- Los exámenes serán, orales y escritos y versarán sobre mecanografía, redacción, ortografía y nociones fundamentales de
Educación Cívica y sobre Organización Administrativa. Cuando se trate de puestos que reclamen conocimientos especiales, los exámenes
versarán, también sobre estas materias, sin perjuicio de lo fijado en el Art. 20 de este Reglamento. Los programas de exámenes serán
aprobados por la Autoridad Superior, debiendo proporcionarse copia de ellos a los postulantes.
Artículo 17º.- La calificación será de uno a cien, requiriéndose un mínimo de sesenta para ser aprobado.(…)
Artículo 18º.- Los exámenes para el ingreso al servicio como empleados de carrera se efectuarán bajo el control de un jurado compuesto por
el Director, Superintendente, Gerente y cargos similares, o del funcionario que aquél designe de la dependencia donde se produzca la vacante,
quien lo presidirá; por el Jefe de Personal de la Repartición y por un miembro designado anualmente por la Autoridad Superior.
7.La Ley de Bases de la Carrera Administrativa aprobado mediante Decreto Legislativo Nº 276, en su parte introductoria señala lo siguiente:
Que la Carrera Administrativa es una institución social que permite a los ciudadanos ejercer el derecho y el deber de brindar sus servicios
a la Nación, asegurando el desarrollo espiritual, moral, económico y material del servidor público, a base de méritos y calificaciones en el
desempeño de sus funciones y dentro de una estructura uniforme de grupos ocupacionales y de niveles (…) TITULO PRELIMINAR Artículo 1.
Carrera Administrativa es el conjunto de principios, normas y procesos que regulan el ingreso, los derechos y los deberes que corresponden
a los servidores públicos que, con carácter estable prestan servicios de naturaleza permanente en la Administración Pública. Tiene por objeto
permitir la incorporación de personal idóneo, garantizar su permanencia, asegurar su desarrollo y promover su realización personal en el
desempeño del servicio público. Se expresa en una estructura que permite la ubicación de los servidores públicos según calificaciones y
méritos. Artículo 11.- Para la progresión sucesiva en los niveles se tomarán en cuenta los factores siguientes: a) Estudios de formación general
y de capacitación específica o experiencia reconocida; b) Méritos individuales, adecuadamente evaluados; y c) Tiempo de permanencia en
el nivel. Artículo 16.- El ascenso del servidor en la carrera Administrativa se produce mediante promoción a nivel inmediato superior de su
respectivo grupo ocupacional, previo concurso de méritos. Artículo 19.- Periódicamente y a través de métodos técnicos, deberán evaluarse los
méritos individuales y el desempeño en el cargo, como factores determinantes de la calificación para el concurso. Artículo 24.- Son derechos
de los servidores públicos de carrera: a) Hacer carrera pública en base al mérito, sin discriminación política, religiosa, económica, de raza o de
sexo, ni de ninguna otra índole; (…)
120
Recién con la promulgación de la Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil (publicada el
3 de julio de 2013), podemos encontrar referencias directas y expresas al mérito -incluso
desde su título preliminar, que introduce el mérito como principio fundamental para el buen
funcionamiento de la Administración Pública-, tal como lo señala:
8. ”Constitución de 1979
Artículo 247.El Consejo Nacional de la Magistratura hace las propuestas para el nombramiento de los magistrados de la Corte Suprema y de las
Cortes Superiores. Para las propuestas de magistrados de Primera Instancia y demás cargos de inferior jerarquía actúa un Consejo Distrital de la
Magistratura en cada sede de Corte, presidido por el Fiscal mas antiguo de la Corte y dos representantes elegidos por el Colegio de Abogados
de la jurisdicción. Las propuestas se hacen previo concurso de méritos y evaluación personal”
“Constitución de 1993
Artículo 154.- Atribuciones del Consejo Nacional de la Magistratura
Son funciones del Consejo Nacional de la Magistratura:
1. Nombrar, previo concurso público de méritos y evaluación personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles. Dichos nombramientos
requieren el voto conforme de los dos tercios del número legal de sus miembros…”
121
que tales conceptos forman parte del eje central del Servicio Civil y que su fundamento se
encuentra en la propia Constitución, por lo que se podría colegir que su protección es incluso
constitucional; tales aseveraciones las efectúa en el numeral 25 del Pleno Jurisdiccional de los
expedientes acumulados 0025- 2013-PI/TC; 003-2014-PI/TC; 008-2014-PI/TC y 0017-2014-PI/
TC, sentencia del 26 de abril de 2016, que a la letra establece lo siguiente:
25. Este Tribunal considera que los principios del interés general, la igualdad de
oportunidades, el mérito, la provisión presupuestaria, la flexibilidad, la protección
contra el término arbitrario del Servicio Civil, etc., encuentran su fundamento en la
Constitución, y, por tanto, constituyen el eje central sobre los cuales se asienta el
régimen del Servicio Civil recogidos en la Ley 30057. Ahora bien, estos principios no
pretenden desconocer los derechos laborales de los servidores del Estado, sino que, bien
entendidas las cosas, lo que buscan es armonizar estos con los principios del servicio
público, puesto que todos los funcionarios y trabajadores públicos están al servicio de
la Nación (artículo 39 de la Constitución), a fin de lograr la efectiva prestación de los
servicios requeridos por el Estado y los administrados (p. 14).
Con lo cual deja entrever -desde mi perspectiva- que en tanto servidores públicos, se
debe proteger en especial, los principios de igualdad de oportunidades, mérito, provisión
presupuestaria, flexibilidad y protección contra el término arbitrario del Servicio Civil; pues ésta
es la única manera de cumplir con una prestación debida (entiéndase eficiente) del servicio
público en favor de todos los ciudadanos. No sería concebible, por tanto, la prestación del
servicio público por la mera prestación (sin importar la cantidad, la calidad, ni la oportunidad),
sino que ésta debe estar revestida de la mayor eficiencia posible, pues-entendemos- es la única
manera de alcanzar el bienestar general, como finalidad última y principal del Estado. En ese
sentido, no sería coherente exigir concurso público de méritos (que supone tener que escoger
objetivamente al “mejor”, entre aquellos que decidan concursar), sin que esté implícito en ello,
que el servicio a realizar el trabajador ingresante o promovido en la administración pública,
fuera el mejor posible9 (por lo menos esa debiera ser la aspiración). Estas afirmaciones se
ven con mayor claridad incluso, en los numerales 26 y 80 de la referida sentencia, los cuales
señalan lo siguiente:
26. De otro lado, conviene anotar que la finalidad esencial del servicio civil radica en
prestar los servicios públicos a sus destinatarios -es decir, los ciudadanos- con sujeción
a la primacía de la Constitución, los derechos fundamentales y los valores que de ella se
deriva. En esa lógica, la ley impugnada se inspira en los principios de eficacia, eficiencia,
mérito, probidad y ética pública, entre otros (artículo III), buscando promover el
desarrollo de las personas que lo integran y de este modo lograr que las entidades
públicas presten servicios de calidad (artículo II del Título).
80. (…) El reconocimiento a nivel constitucional de la carrera administrativa busca, de un
lado, establecer el estatuto jurídico en el que se desarrollen los aspectos medulares del
servicio civil relacionados con los derechos y deberes de los servidores públicos sobre la
base de la igualdad y el mérito, a fin de que las entidades alcancen mayores niveles de
9 Hay que recordar que la finalidad de la Ley del Servicio Civil no es otra que la procurar los mejores niveles de eficiencia en las prestaciones
que brinda la administración pública. Así tenemos que el artículo II y III del Título Preliminar de la Ley N° 30057 señala:
Artículo II. Finalidad de la Ley
La finalidad de la presente Ley es que las entidades públicas del Estado alcancen mayores niveles de eficacia y eficiencia, y presten efectivamente
servicios de calidad a través de un mejor Servicio Civil, así ́ como promover el desarrollo de las personas que lo integran. Por su parte el inciso
b) del artículo III del Título Preliminar de dicha Ley prescribe lo siguiente:
Artículo III. Principios de la Ley del Servicio Civil
Son principios de la Ley del Servicio Civil:
(…) b) Eficacia y eficiencia. El Servicio Civil y su régimen buscan el logro de los objetivos del Estado y la realización de prestaciones de servicios
públicos requeridos por el Estado y la optimización de los recursos destinados a este fin.
122
Dicha precisión recogida por el legislador en el inciso b) del artículo III se orienta a
promover la necesidad de valorar adecuadamente la busca de resultados óptimos que,
al final de cuentas, benefician a los ciudadanos sobre la base de recursos cuya utilización
debe ser la más idónea posible (…) atendiendo a que el fin último de la Administración,
como parte de sus tareas, es el servicio con objetividad a las personas (p.65)
En ese sentido, si bien es cierto no forma parte del precedente administrativo materia
de comentario, creo importante destacar el numeral 8 de la Resolución de Sala Plena N 008-
2020-SERVIR/TSC:
Ha de tenerse en cuenta que los procesos de selección de personal tienen por objeto
el escoger a las personas idóneas para el cargo, en atención al perfil requerido para
cada puesto, por lo que deben desarrollarse con la mayor eficiencia posible a efectos
de obtener los mejores resultados en cuanto a los recursos humanos que estarán al
servicio del país.
Desde nuestra perspectiva, consideramos que la frase “escoger a las personas idóneas”
debe estar referida “al mejor” o en todo caso “al mejor posible”, considerando que se escogerá
entre aquellos que opten por concursar para un puesto público. El Diccionario de la Academia
Española refiere que la palabra idóneo significa: “Adecuado y apropiado para algo”. En tal
sentido, creemos que ese “algo” en el caso de la Administración Pública, debiera estar referido
a la finalidad de la Ley del Servicio Civil; es decir, la persona idónea será aquella “adecuada para
alcanzar los mayores niveles de eficacia y eficiencia en el ámbito público, brindando servicios
de calidad a los ciudadanos” (en concordancia con el artículo II del Título Preliminar de la Ley
30057). En ese mismo sentido lo regula el texto de los artículos 6º y 164º del Reglamento de la
Ley del Servicio Civil (aprobado mediante Decreto Supremo Nº 040-2014-PCM de fecha 11 de
junio de 2014)10.
10 El Reglamento de la Ley del Servicio Civil, aprobado mediante Decreto Supremo N° 040-2014-PCM indica en sus artículos 6 y 164 lo
siguiente:
Artículo 6.- Características del servicio civil
El servicio civil se basa en el mérito, la igualdad de oportunidades y el aseguramiento de la calidad de los servicios del Estado en beneficio de
la ciudadanía.
a) El mérito busca que los puestos del servicio civil sean ocupados por las personas idóneas, en virtud de sus habilidades, aptitudes y
capacidades. En consecuencia, el mérito es el fundamento en los procesos de selección, progresión en la carrera y evaluación de desempeño,
así como en la gestión de la capacitación, gestión del rendimiento y la permanencia en el servicio civil. El mérito en evaluación se demuestra
en función de los aportes del servidor a los objetivos de la entidad.
b) La igualdad de oportunidades en el servicio civil es esencial para la incorporación y progresión de los servidores, implica que, en mérito de
ello, cualquier persona interesada en un puesto en una entidad pública en el caso de la incorporación y cualquier servidor civil de carrera, en
el caso de la progresión, puede postular en igualdad de condiciones en los procesos de selección, siempre que cumpla con las condiciones
generales para la postulación y los requisitos del perfil del puesto vacante.
c) El servicio civil se orienta, a través de la aplicación de las mejores prácticas y mejora continua en los procesos de cada entidad, a la obtención
de los resultados y metas programados que redunden en la mejora de la calidad de las actividades, acciones y servicios del Estado que
corresponden a la ciudadanía. Artículo 164.- Finalidad del proceso de selección
El proceso de selección tiene por objeto seleccionar a las personas idóneas para el puesto sobre la base del mérito, la transparencia y la
igualdad de oportunidades. Estos principios deberán respetarse durante todas las etapas del proceso en mención.
123
Por último, en referencia a esta parte del comentario, es verdad que el concurso público
o la exigencia del mérito, no necesariamente va a garantizar un resultado eficiente o idóneo, y
tampoco lo es si la elección del servidor público se hace de manera distinta, pues dependerá
incluso del sesgo (voluntario o involuntario) que introduzca el funcionario que se encargue de
elaborar el perfil del puesto y los requisitos de acceso y promoción. En ese sentido, Cortázar y
et al. (2016), en un estudio efectuado para el Banco Interamericano de Desarrollo, señalan lo
siguiente:
Sin embargo, consideramos que un sistema que privilegia el mérito y el concurso para el
acceso y promoción en el empleo público, genera mas ventajas que desventajas o por lo menos
debe ser visto como un esfuerzo por objetivizar los más posible el acceso al empleo publico,
que siempre será bienvenido por el efecto de trasparencia, competencia y libre acceso que
genera; considerando además que, con ello se generan reglas estables y con cierto grado de
certidumbre para todas las personas que pretendan acceder a la administración pública.
El Tribunal del Servicio Civil había advertido algunas inconsistencias cuando se resolvían
los recursos de apelación interpuestos en contra de diversos actos expedidos por las Entidades,
en el marco de un proceso de selección o un concurso público de méritos para el acceso al
servicio civil, asi como contra los actos relacionados con los concursos internos convocados para
la promoción o progresión en la carrera o la asignación temporal de cargos directivos. Todos
ellos dentro de los alcances de los diferentes regímenes laborales reglados por los Decretos
Legislativos 276, 728 y 1057 y en la Ley No 30057, asi como en los regímenes de las carreras
especiales, tales como las Leyes 29944, 30220, entre otras; pues muchas impugnaciones
eran declaradas improcedentes por la causal de inexistencia de acto impugnable, lo cual
generaba algunas confusiones respecto a que actos pueden ser impugnables en los referidos
procedimientos de accesos al empleo público y progresión de la carrera. En tal sentido, con la
finalidad de generar predictibilidad en la actuación de la Administración Pública, el Tribunal del
Servicio Civil consideró necesario precisar estos conceptos.
24. En ese sentido, de acuerdo con el numeral 217.2 del artículo 217º del Texto Único
Ordenado de la Ley No 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, por regla
general, en el escenario de los concursos públicos de méritos, procesos de selección
o concursos internos son impugnables como actos definitivos, aquellos actos que
concluyen o ponen fin al proceso, independientemente del nombre que se les asigne
como, por ejemplo: “Cuadro de Resultados Finales”, “Lista de ganadores”, “Cuadro de
Méritos”, “Cuadro Final de Resultados”, entre otros.
25. En relación con tales actos definitivos, es necesario mencionar que, en algunos
casos, con posterioridad a su emisión y publicación, las entidades podrían emitir
resoluciones o documentos posteriores tendientes a formalizar tales resultados a
través de resoluciones de nombramiento, resoluciones aprobando los resultados,
actas de adjudicación, resoluciones de ascenso, resoluciones de asignación en el cargo,
resoluciones aprobando el contrato, informes u otro tipo documentos a través de los
cuales se formalizan los resultados del concurso o ratifican los mismos. No obstante,
tales actos no constituyen actos impugnables a efectos de cuestionar el proceso o
concurso, en la medida en que éstos solo formalizan los resultados ya publicados.
32. En virtud a las consideraciones expuestas, en los concursos públicos de méritos
o procesos de selección para el acceso al servicio civil o concursos internos para la
progresión en la carrera o promoción (incluyendo la asignación temporal de cargos
directivos), en tanto no determinen la imposibilidad de continuar con el procedimiento
o produzcan indefensión, será́ improcedente aquel recurso de apelación que se
interponga en contra de:
(i) El resultado preliminar o calificaciones obtenidas en alguna de las etapas del
concurso, o cualquier acto emitido antes de la emisión y publicación de los resultados
finales del concurso. Tales actos podrán impugnarse con el recurso administrativo que
se interponga en contra del resultado final del concurso en tanto que, -tal como se ha
indicado- el resultado final es el acto impugnable en su condición de acto definitivo que
pone fin al procedimiento.
(ii) Las resoluciones de nombramiento, resoluciones de aprobación de contratos, actas
de adjudicación, resoluciones de ascenso, informes, oficios o cualquier otro tipo de
documento que emitan las Entidades con posterioridad a la emisión y publicación de
los resultados finales del proceso o concurso; en la medida en que, tales documentos
solo formalicen el acto final del concurso y/o tiendan a ratificar su contenido.
(iii) Las resoluciones, oficios o documentos de absolución de reclamos emitidas por
las Entidades en los procesos de selección o concursos en que se hubiese considerado
tal etapa; en razón a que, de no estar de acuerdo, el postulante o participante debe
esperar a interponer su recurso de apelación en contra de los resultados finales y a
través de éste contradecir aquellos pronunciamientos que considera atenten contra sus
derechos o intereses.
(iv) Las resoluciones, oficios o documentos de absolución de reclamos o solicitudes,
emitidas con posterioridad al término del proceso de selección o concurso, en tanto
que, el acto impugnable es el resultado final del concurso, salvo que dicha resolución o
documento modifique los resultados finales.
(v) Las resoluciones o actos de las Entidades a través de las cuales se absuelvan recursos
de reconsideración cuando éstos no fueron articulados en contra de los resultados
finales del concurso o proceso de selección.
125
Regla general:
1. Solo serán impugnables los actos definitivos; es decir, los que concluyen o ponen fin
al proceso de selección o concurso (proclamación de los ganadores), independiente de
nomen iuris que se le otorgue.
2. En ningún supuesto serán impugnables los actos posteriores a la proclamación de
los ganadores
3. No son impugnables los actos preliminares o de trámite en el proceso de selección
o concurso
4. No son impugnables los actos posteriores a la proclamación de los ganadores.
5. Los actos preliminares o de trámite no podrán impugnarse de manera autónoma,
pues sólo podrán impugnarse conjuntamente con la impugnación del acto definitivo (el
acto que pone fin al proceso de selección o concurso).
Regla excepcional:
217.3 No cabe la impugnación de actos que sean reproducción de otros anteriores que
hayan quedado firmes, ni la de los confirmatorios de actos consentidos por no haber
sido recurridos en tiempo y forma (...).
Son actos definitivos las resoluciones que ponen fin a un procedimiento administrativo,
mientras que son actos de trámite el resto de los actos que se van concatenando en el mismo
y que tienen una función subordinada a la resolución final y preparatoria de la misma, aun
cuando deba advertirse que los actos de trámite no son, con carácter general, verdaderos actos
administrativos (en sentido estricto), salvando las excepciones (…)
Por otro lado, hay que diferenciar un acto definitivo, señalado en el precedente
administrativo, con los actos firmes y los actos que causan estado. Los actos firmes, son aquellos
actos que han quedado consentidos y sobre los cuales ya no se puede interponer recurso
impugnatorio alguno, independientemente de si han causado estado o no. Por su parte, los
actos que causan estado, son aquellos que agotan la vía administrativa y para cuestionarlo sólo
procedería el proceso contencioso-administrativo ante el Poder Judicial11.
Esta pregunta solamente puede ser respondida de manera positiva, pues no solamente
implica una obligación legal (contenida en la norma y la jurisprudencia); sino además, desde
mi perspectiva, resulta definitivamente un derecho fundamental la exigencia del mérito y el
concurso público para pretender el acceso y promoción en el empleo público, si consideramos
el derecho que los ciudadanos tienen de acceder en igualdad de condiciones al mismo.
En efecto, ello es así, porque todas las personas tienen el mismo derecho de
acceder a la Administración Pública como trabajador de la misma; y, será ésta, quien deba
proporcionar las condiciones para que este acceso sea real, irrestricto, igualitario y sin ningún
sesgo discriminatorio, que genere diferencias ilegítimas entre los ciudadanos. Deberá ser
real, porque no basta con la instauración de un proceso de selección o concurso de cualquier
clase (o peor aun, uno simulado), sino de aquel que permita el mayor y más fácil acceso por
parte de todos; y además, irrestricto, porque las condiciones o requisitos del concurso deben
responder estrictamente a las exigencias del puesto en concurso o en todo caso, las eventuales
Este derecho tiene su correlato legislativo en el literal a) y c) del artículo III de la Ley del
Servicio Civil, el cual textualmente prescribe lo siguiente:
6. A manera de conclusión:
Bibliografía
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Editores. https://www.academia.edu/43815505/Manual_del_R%C3%A9gimen_
Laboral_P%C3%BAblico
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www.leyes.congreso.gob.pe/Documentos/Leyes/11377.pdf
Decreto Supremo Nº 522, Reglamento del Estatuto y Escalafón del Servicio Civil. (26 de julio de
1950). http://files.servir.gob.pe/WWW/files/normas%20legales/DS%20522.pdf
Decreto Supremo N.° 040-2014-PCM, Aprueban Reglamento General de la Ley Nº 30057, Ley
del Servicio Civil. (11 de junio de 2014). https://www.gob.pe/es/l/2129673
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Administrativo General (2ª ed). Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. https://
www.minedu.gob.pe/transparencia/2021/pdf/TUO_27444-PROCED_ADMINISTRA-
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Garrido, F., Palomar, A. y Losada, H. (2005). Tratado de derecho administrativo. Editorial Tecnos.
Huamán, L. (2016). Comentarios al Régimen Jurídico de la Ley del Servicio Civil. Ley N° 30057.
Jurista Editores.
Sandel, M. (2020). La Tiranía del mérito: ¿Qué ha sido del bien común?. Debate
COMENTARIOS AL PRECEDENTE
ADMINISTRATIVO SOBRE EL
PROCEDIMIENTO PARA LA
DETERMINACIÓN DE LA AUTORIDAD
QUE DEBE INTERVENIR COMO
ÓRGANO INSTRUCTOR EN CASO DE
DISCREPANCIA CON LA PROPUESTA
OBTENIDA EN EL INFORME DE
PRECALIFICACIÓN
Ante esta situación, en primer lugar, subyace la importancia de verificar las características
propias de este tipo de conflicto de competencia, con el objeto de salvaguardar y cautelar el
debido proceso. Sobre el particular, el profesor Monroy (2007) expresa que “el derecho en
el proceso llamado también debido proceso objetivo o garantía de defensa en juicio, es en
realidad el derecho a recibir del Estado prestación de justicia al caso concreto” (p. 458).
Asimismo, el autor español Ortells (2002, citado en Ortiz, 2018, p.8) indica que
“no debe descuidarse la consideración de que a ese órgano jurisdiccional y a sus auxiliares
- principalmente al secretario- la ley les atribuye potestades y les encomienda las funciones
necesarias para que el proceso se desarrolle y termine con la producción de efectos jurídicos
determinados”. Con ello nos damos cuenta que es necesario un orden específico y que cada
quien cumpla con ese rol.
Para ello, evaluemos las dos características de la competencia como figura procesal,
que de acuerdo a Vilela (2015, citado en Ortiz, 2018, p. 8) son: “la indelegabilidad y la
improrrogabilidad de la competencia. Por un lado, la indelegabilidad consiste en la prohibición
de que un órgano jurisdiccional traslade a otro órgano el conocimiento de un caso en concreto”.
Por otro lado, la improrrogabilidad está referida a la imposibilidad de que las partes puedan por
su propio acuerdo, modificar la competencia de los órganos jurisdiccionales prevista en la ley.
Asimismo, el artículo 93º del Reglamento General de la Ley Nº 30057, prevé las
autoridades competentes para intervenir en los procedimientos administrativos disciplinarios,
conforme al siguiente detalle:
Además, es necesaria esta determinación sin lugar a dudas para evitar entrar en
discusiones que pudiesen ameritar la incursión en un vicio por vulneración al debido proceso.
Ello, causaría además una falta de seguridad jurídica, predictibilidad y confianza legítima para
todos los involucrados en el procedimiento disciplinario específico.
135
Como se advierte, el artículo 93º antes citado, determina quienes detentan las facultades
instructora y sancionadora en el procedimiento, pero ¿es acaso tan clara la determinación de
la sanción a imponer en base a la falta cometida o hay un margen de discrecionalidad que deja
abierta la posibilidad de que un órgano considere que la falta es más o menos grave que lo
que considera el Secretario Técnico del proceso disciplinario u otro órgano que se identifica
como competente? La respuesta está en que existe un problema y se da justamente por esta
discrecionalidad entendida como el margen de interpretación en la que el órgano instructor
y el sancionador se determinan en función a la gravedad de la falta y eso deja abierta la
posibilidad, sin lugar a dudas, de un conflicto de competencia.
Las colisiones de competencia son controversias de tipo procesal en las cuales, varios
jueces se rehúsan a asumir el conocimiento de un asunto dada su incompetencia o,
por el contrario, pretenden iniciar su trámite por considerar, con base en las funciones
detalladas normativamente, que a ambos les asiste dicha atribución. En el primer caso,
de trata de un conflicto de competencia negativo y en el segundo a uno de carácter
positivo.
Además, Pimiento (2016) señala que: “Al respecto se ha entendido entonces que en
un estado de derecho es la ley la portadora del poder y no sus agentes” (p. 19). Sobre este
particular, en la Sentencia C-319/07 de la Corte Constitucional de Colombia se afirma:
Ante ello, nos preguntamos ¿Qué pasaría entonces si los administrados no tuviesen
claridad sobre el órgano competente a cargo de un proceso del que les toca ser parte? ¿Podrían
ejercer válidamente su derecho de defensa que es inherente al debido proceso? La respuesta
es negativa, pues la predictibilidad o reglas claras del proceso es la garantía del ordenamiento
jurídico que consolida la interdicción de la arbitrariedad y es acorde a la seguridad jurídica en
tanto supone la expectativa razonable de la actuación de las autoridades.
La Confianza Legítima consagrada también como parte de este principio, otorga a los
administrados el poder de exigir protección jurídica respecto de sus expectativas legítimas,
permite entonces, la confianza en la estabilidad de la situación jurídica prexistente que en este
caso está referida a conocer válidamente qué autoridad detenta el ejercicio de una facultad
determinada en el proceso disciplinario.
Al respecto, para una mayor precisión y entendimiento, vale la pena citar el caso
contenido en la Resolución N° 001354-2019-SERVIR/TSC-Segunda Sala de la impugnante
B.E.O.S sobre suspensión por 90 días sin goce de remuneraciones, ante la comisión de la falta
consistente en la inasistencia a su centro de trabajo durante más de tres días consecutivos,
tipificada en el inciso j) del artículo 85° de la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil. La referida falta
se describe de la siguiente manera:
Son faltas de carácter disciplinario que, según su gravedad, pueden ser sancionadas
con suspensión temporal o destitución, previo proceso administrativo: j) Las ausencias
injustificadas por más de tres (3) días consecutivos o por más de cinco (5) días no
consecutivos en un periodo de treinta (30) días calendario, o más de quince (15) días
no consecutivos en un período de ciento ochenta días (180) calendario.
En ese sentido, conforme el artículo 93º del Reglamento General de la Ley Nº 30057,
tenemos que:
El caso antes citado, fue declarado nulo por el colegiado, de allí la importancia que
reviste incurrir en vicios del procedimiento como el de la competencia. Además, si bien
la nulidad en el caso concreto se debió a que el jefe de recursos humanos no actuó
como órgano sancionador según se contempla en la norma, lo cierto es que también
nos permite ejemplificar lo relativo a los conflictos de competencia como escenario
potencial, lo que como hemos visto, pueden ocurrir al interno de una entidad.
Por ejemplo, ¿qué hubiese pasado en este proceso si el Secretario Técnico identificó
como autoridad instructora al jefe directo de la señora B.E.O.S. dada la sanción de
suspensión que considera debe imponerse, pero este, al recibir los actuados, considera
que la falta amerita una sanción de destitución y quien debe actuar como autoridad
instructora es el jefe de recursos humanos? Ante una situación parecida, no podría
dejar de sancionarse una falta disciplinaria conforme al procedimiento que corresponde
y menos aún incurrir nuevamente en nulidad del proceso hasta que se determine el
órgano competente.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido
con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada
contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
el derecho reconocido en la referida disposición (...) no sólo tiene una dimensión, por
así decirlo, “judicial”, sino que se extiende también a sede “administrativa” y, en general,
como la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo ha sostenido, a cualquier órgano
del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente jurisdiccional (el que) tiene
la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso legal,
en los términos del artículo 8º de la Convención Americana ([STC]. Exp. N° 02678-2004-
AA/TC).
Es así, que desde todo punto de vista debe garantizarse la imparcialidad de quienes
deciden por la aplicación de una sanción respecto de quién instruye y es por ello también que
debe haber predictibilidad sobre la actuación de cada quién en el procedimiento disciplinario.
Pero, la decisión por si misma de nada vale si no está debidamente motivada. Efectivamente,
toda decisión alberga el deber de motivación para que el acto tenga validez, si el acto no es
motivado, es nulo, y esa motivación del acto, es pues parte de la competencia atribuida, la que,
como ya hemo s dicho, es lo que garantiza el debido proceso y la seguridad jurídica.
En efecto, una actuación sesgada de vicio, causa inseguridad, por ello tan importante
confiar en el correcto ejercicio de la competencia y de su predictibilidad. La competencia para
sancionar no es de la Secretaria Técnica, ni del Órgano instructor, es propia del Sancionador
y es quién debe motivar su decisión sobre la base de los medios probatorios que obran en el
procedimiento o requiriendo la actuación de los que son necesarios para el esclarecimiento del
caso, porque es su función exclusiva y no hay delegación de competencias exclusivas (resaltado
nuestro).
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Las normas de competencia son restrictivas y deben ser claras: no pueden interpretarse
de manera flexible o discrecional porque invaden la competencia de otro órgano y las
mismas son indelegables pues cada órgano debe motivar su decisión. La imparcialidad
es la falta absoluta de conexión previa del órgano con el caso, lo que garantiza una
evaluación objetiva del caso, los medios probatorios y la aplicación de la ley. Hay un
dicho popular que dice “no basta parecerlo sino serlo”; en el procedimiento sancionador
para que la imparcialidad sea clara es fundamental y necesario que la fase de decisión
sea exclusiva y excluyente de las anteriores.
Por ello, aunque en este caso, el Secretario Técnico del procedimiento disciplinario o el
órgano instructor recomienden una sanción, el único órgano con facultad de motivar y
decidir sobre la misma es el órgano sancionador y en ello reviste la importancia de su
competencia.
En este punto, pasemos a ver los problemas que se citan en el precedente contenido en
la Resolución de la Sala Plena N° 010-2020-SERVIR/TSC, fundamento 21, y que guardan
relación con la determinación del órgano competente:
• Primer Supuesto
El (la) Secretario(a) Técnico(a) propone la sanción de suspensión temporal sin
goce de remuneraciones desde un (1) día hasta doce (12) meses, por lo que la
autoridad que debería intervenir como órgano instructor en el procedimiento
administrativo disciplinario sería el jefe inmediato; sin embargo, éste no se
considera competente y, en cambio, considera que correspondería proponer
la sanción de destitución, por lo que la autoridad que debería intervenir como
órgano instructor sería el jefe de recursos humanos o el que haga sus veces.
• Segundo Supuesto
El (la) Secretario(a) Técnico(a) propone la sanción de destitución, por lo que la
autoridad que debería intervenir como órgano instructor en el procedimiento
administrativo disciplinario sería el jefe de recursos humanos o el que haga sus
veces; sin embargo, éste no se considera competente y, en cambio, considera
que correspondería proponer la sanción de suspensión temporal sin goce de
remuneraciones desde un (1) día hasta doce (12) meses, por lo que la autoridad
que debería intervenir como órgano instructor sería el jefe inmediato.
• Tercer Supuesto
El (la) Secretario(a) Técnico(a) propone la sanción de suspensión temporal sin
goce de remuneraciones desde un (1) día hasta doce (12) meses, por lo que la
autoridad que debería intervenir como órgano instructor en el procedimiento
administrativo disciplinario sería el jefe inmediato; sin embargo, el jefe de recursos
humanos o el que haga sus veces se considera competente para intervenir como
órgano instructor, pues estima que la sanción que correspondería proponer
sería la de destitución.
• Cuarto Supuesto
El (la) Secretario(a) Técnico(a) propone la sanción de destitución, por lo que la
autoridad que debería intervenir como órgano instructor en el procedimiento
administrativo disciplinario sería el jefe de recursos humanos o el que haga sus
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Es así, que el citado precedente pretende dar salida a los problemas antes citados.
De manera similar, podemos referir el caso de un conflicto de competencia suscitado en
torno a un procedimiento disciplinario en Colombia, que fue conocido por el Consejo de
Estado signado con el número 11001-03-06-000-2018-00185-00(C):
El artículo 76 de la Ley 734 de 2002, prevé que todas las entidades del estado
deben contar con una oficina del más alto nivel, bajo la estructura que conlleve
garantia de doble instancia en los procesos disciplinarios que se adelanten
contra sus servidores (...) De acuerdo con los antecedentes, el presente
conflicto de competencias enfrenta a dos autoridades, la Oficina de Control
Interno Disciplinario de la Alcaldía municipal de Girardot, entidad territorial, y
la Procuraduría General de la Nación, entidad del orden nacional - procuraduria
Provincial de Girardot. La discusión está planteada en un asunto particular y
concreto de naturaleza administrativa, consistente en determinar cuál es la
autorillad competente para continuar la investigación disciplinaria iniciada en
contra del Docente Directivo, señor Fernando Piza Fernández, por parte de la
Oficina de Control Interno Disciplinario de la Alcaldia municipal de girardot,
como consecuencia de las quejas interpuestas en su contra por los funcionarios
de la Secretaria de Educación del municipio de Girardot [Consejo de Estado
signado con el número 11001-03-06-000-2018-00185-00[C), fundamento 3.2).
regulan por el artículo 82 del código Disciplinario Único, que dice (...) el
funcionario que se considere incompetente para conocer de una actuación
disciplinaria deberá expresario remitiendo el expediente en el estado en que
se encuentre, en el menor tiempo posible, a quien por disposición legal tenga
atribuida la competencia. Si el funcionario a quien se remite la actuación
acepta la competencia, avocará el conocimiento del asunto; en caso contrario,
lo remitirá al superior común inmediato, con el objeto de que éste dirima el
conflicto. El mismo procedimiento se aplicará cuando ambos funcionarios se
consideren competentes. El funcionario de inferior nivel, no podrá promover
conflicto de competencia al superior, pero podrá exponer las razones que le
asisten y aquel. de plano, resolverá lo pertinente (Consejo de Estado signado
con el número 11001-03-06-000-2018-00185-00[C), fundamento 4.1).
Como puede advertirse del texto anterior, conforme la experiencia colombiana antes
citada, al igual que en el precedente sujeto a comentario, es necesaria la determinación
de la autoridad que resuelve el conflicto de competencia, que en ese caso es el Consejo
de Estado y en el nuestro el de más alta autoridad de la entidad; no obstante, como
puede observarse, la solución al conflicto de competencia tiene rango normativo,
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situación que debemos tomar en cuenta en relación a este precedente comentado que
es un avance importante en el cumplimiento de la predictibilidad, confianza legítima,
seguridad jurídica y debido procedimiento que debe otorgarse a los administrados
sin perjuicio de revisar si corresponde darle este alcance normativo, que en nuestra
opinión sería lo que corresponde.
Así, en el ejemplo de la falta por ausencia injustificada a la que hemos hecho referencia
en anteriores párrafos, quedaría claro que si la falta injustificada se comete por
primera o segunda vez y no hay afectación o perjuicio grave a la entidad corresponde
una suspensión, pero si, la misma falta es reiterada y acarrea un perjuicio económico
grave (porque por ejemplo los días que se faltó se tenía que conformar un Comité para
un proceso de contratación relevante para la entidad) se tendría que sancionar con
destitución.
Siendo así, ante la ocurrencia de la falta, quedaría claro quién es en definitiva el órgano
instructor y el sancionador, sin necesidad de resolver conflicto de competencia alguno,
situación que merece una especial reflexión y sobretodo la búsqueda de una pronta
solución para calificar la gravedad de las faltas promoviendo que las entidades motiven
debidamente los criterios de graduación de las sanciones evitando la arbitrariedad y
logrando con ello, no solo la determinación predecible y adecuada de las sanciones sino
también de las autoridades que participan en el procedimiento.
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Bibliografía
Auto 104/04 de la Sala Plena. (21 de julio de 2004). Colombia. Corte Constitucional. https://
www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/autos/2004/A104-04.htm
Decreto Supremo N.° 040-2014-PCM, Aprueban Reglamento General de la Ley Nº 30057, Ley
del Servicio Civil. (11 de junio de 2014). https://www.gob.pe/es/l/2129673
Decreto Supremo N° 004-2019-JUS. Decreto que aprueba el Texto Único Ordenado de la Ley N°
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General. (25 de enero de 2019). https://
cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/320709/DS_004-2019-JUS.pdf