Fosfato
Fosfato
Fosfato
4 - Fuentes de fósforo
Aunque suele estar presente en los suelos, se encuentra sobre todo en una forma
que no es asimilable por las plantas. Existen diferentes formas de suministrar
fósforo, para cubrir las necesidades de los cultivos:
la fotosíntesis
el crecimiento celular
la respiración de las plantas
la formación de semillas, polen, etc.
En suelos con un pH alcalino (pH > 6,4), el fósforo se unirá a los iones de calcio.
En ese tipo de suelos, el calcio y el fósforo apenas están disponibles porque están
unidos en forma de fosfato tricálcico, que es insoluble y, por tanto, no es
asimilable.
En los suelos más ácidos, el fósforo se une al hierro, al manganeso y al aluminio.
Los suelos rojos obtienen su color del óxido de hierro presente en ellos.
Cualquiera que cultive estos suelos conoce los retos asociados a la disponibilidad
de P para la planta. La triple carga positiva del hierro combinada con la del
fósforo hace que el fosfato de hierro resultante sea insoluble y muy difícil de
descomponer.
Una carencia extrema de fósforo provocará la muerte de la planta. Por eso es tan
importante proporcionar un suministro eficaz de fósforo a través de las raíces.
Fósforo orgánico
El fósforo «orgánico» procede de los efluentes orgánicos (residuos animales y
vegetales) y debe mineralizarse en iones de fósforo para que pueda ser
asimilado por las plantas.
Fósforo mineral
El fósforo «mineral» es obtenido por el hombre a partir de minas, que son
depósitos orgánicos fósiles de animales marinos o lacustres.
A partir de este fósforo natural se producen los abonos minerales tras un proceso
de ataque ácido que permite obtener una forma oxidada, el FOSFATO, un
producto considerado «asimilable» por ser soluble en agua.
También es importante saber que cuando se añade fósforo, este dista mucho de
ser utilizado en su totalidad por los cultivos.
Se unirá a elementos minerales como el calcio en suelos alcalinos (pH > 7,0) o al
hierro, el manganeso y el aluminio en suelos ácidos (pH < 6,4) y adoptará una
forma sólida que no podrá ser asimilada por las plantas.