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Efectos biológicos de la radiación

Los profesionales del área de la salud requieren de ciertas ayudas complementarias en


diversas especialidades, capaces de contribuir al diagnóstico, ejecución de
procedimientos y control en la evolución del estado de algunas afecciones y
tratamientos. En este sentido, en la práctica de odontología, en diferentes áreas como la
ortodoncia, endodoncia, rehabilitación, cirugía oral y maxilofacial, patología bucal,
entre otras, la radiografía constituye una herramienta útil, ya que ofrece una visión de
estructuras no superficiales y de lesiones que clínicamente no se pueden diferenciar de
otras, debido a las estructuras comprometidas y su extensión. Sin embargo, en muchas
ocasiones el uso continuo o no controlado de la exposición a estas radiaciones, puede
provocar daño en la salud tanto del profesional como del paciente que se somete a una
atención específica. Por esta razón, se realizó una búsqueda electrónica de artículos con
el fin de acceder a literatura organizada a partir de descriptores y palabras clave
relacionadas con el tema, en las bases de datos Medline, Embase, Pubmed y Ovid, sin
restricción de año o idioma. Se utilizaron los términos X-rays, dose-response
relationship, radiation shielding against, radiation, DNA, micronucleus tests, dental staff
y patient care. Tras la obtención de evidencia se procedió a la lectura por parte de los
autores, con el fin de seleccionar aquellas fuentes cuyo contenido contribuya a informar
acerca de los aspectos básicos a considerar por parte de la comunidad odontológica.

En la literatura se reportan diversas alteraciones relacionadas con la exposición a


radiaciones por rayos X, algunas de estas afectan el desarrollo embrionario (1, 2, 3).
Aunque, algunas de estas alteraciones por la exposición prolongada a dosis no
controladas de radiaciones, pueden ser imperceptibles a nivel celular o pueden provocar
daño genético, que solo identifican a través de pruebas especializadas como los
micronúcleos o ensayos cometa.

Estudios en humanos y animales muestran los daños en salud provocados por la


exposición a rayos X en diferentes disciplinas médicas, como ayuda complementaria en
el diagnóstico (2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11); sin embargo, la exposición a radiación en la
práctica odontológica, sugiere que, aunque no se requiere de exposiciones a dosis altas
ni prolongadas en el tiempo, para los profesionales y estudiantes como para los
pacientes las exposiciones pueden ser frecuentes, ya sea por uso no justificado de la
radiografía, falta de conocimiento en radiología dental u omisión de consideraciones
básicas en radioprotección. Esta situación puede incrementar la dosis recibida,
absorbida y la cantidad de radiación acumulada en órganos; sumado a esto, en los
pacientes existe la posibilidad de efectos sinérgicos con otras exposiciones a rayos X
recibidas durante la atención en otras áreas de salud.

En el mundo, todas las instituciones que ofrecen servicios de atención odontológica de


manera independiente han establecido protocolos de bioseguridad y radioprotección; no
obstante, muchas veces son obviados e ignorados por algunos profesionales o
estudiantes, siendo estos últimos de gran importancia por encontrarse aún en formación
académica, puesto que pueden ser intervenidos de manera oportuna. Por lo que es
necesario reforzar el conocimiento sobre aspectos generales y básicos en el
conocimiento de los rayos X, su uso y aplicaciones en odontología, efectos biológicos,
percepción en la comunidad odontológica y criterios de radioprotección, con el
propósito de promover el uso adecuado por el personal odontológico, para disminuir el
riesgo de efectos biológicos durante la atención odontológica, previniéndolo mediante la
dosis de exposición, frecuencia y tiempo de exposición mínimo posible.

Radiaciones y su clasificación

La radiación es energía emitida que se transfiere por el espacio con influencia o no en la


estructura atómica de la materia, que se puede clasificar en radiaciones no ionizantes e
ionizantes según los efectos producidos por el contacto corpuscular (12).

Radiaciones no ionizantes

Las radiaciones no ionizantes incluyen los rayos ultravioleta (UV), infrarrojos y


microondas. En las células se ha considerado la posibilidad de que puedan generar
descomposición de calor, pero aún se desconoce si pueden generar efectos
microscópicos (13).

Radiaciones ionizantes

El término ionizante hace alusión a una interacción entre la radiación y la materia (12).
Las radiaciones ionizantes incluyen los rayos X, gamma, alfa y beta. Estos tipos de
radiaciones son capaces de crear daño de tipo significativo o no en células humanas
(13). En nuestro organismo, la acción ionizante se evidencia en rupturas cromosomas,
donde los cambios pueden incluir las consecuentes delecciones o translocaciones
anormales, estos efectos se pueden apreciar durante la división celular lo que provoca su
desarrollo anormal o muerte. La acción de los rayos X sobre las células sexuales puede
generar alteraciones en la transmisión de los caracteres hereditarios conocidas como
mutaciones (13).

Rayos X

Los rayos X constituyen radiaciones electromagnéticas que se generan tras la excitación


de los electrones de la órbita interna de un átomo, con capacidad de atravesar a cuerpos
opacos. La longitud de onda que poseen es de aproximadamente 10 nanómetros (nm) y
corresponden a frecuencias del rango de 30 pico Hertz (PHz) (14, 15).

Rayos X en odontología, consideraciones generales

Los odontólogos requieren de radiografía como parte de su práctica clínica cotidiana,


por lo que es necesario que los profesionales de la odontología, odontólogos y técnicos
o auxiliares conozcan los principios básicos de la radiación, los riesgos y medidas para
protección propia y de los pacientes, con el fin de garantizar que la toma de la
radiografía sea segura, además de generar imágenes de calidad para ofrecer un servicio
y atención apropiado, esto se logra cuando se emplean métodos físicos para minimizar
las dosis, cuando son considerados criterios de selección para el examen radiológico y,
finalmente, por medio de programas que garantizan la calidad (16, 17). En el ejercicio
de la odontología, antes de la decisión de optar por el uso de la radiografía, es necesario
preguntarse como profesionales: ¿Cómo se puede beneficiar el paciente con esta
exposición? O quizás, ¿el beneficio en este paciente supera significativamente los
riesgos? (18), se debe tener presente que existe una obligación por parte del profesional
para no causar daño conocido como beneficencia y que corresponde a los principios
básicos de la bioética (19).

Se ha estimado que, en el mundo, para el año 2005, el radiodiagnóstico dental fue de


aproximadamente 520 millones de exámenes realizados (20). Por su parte, la
Organización de Naciones Unidas en el último informe publicado por su comité
científico, resalta que aproximadamente un 57 % del total de equipos empleados en el
mundo para radiodiagnóstico corresponde a radiología dental.

En el conocimiento de la dosificación y absorción de la dosis se basa el concepto de


niveles de referencia diagnóstica (NRD) utilizado con gran auge en Europa, el cual se
emplea en diferentes valoraciones en el campo de la medicina y odontología, con el fin
de ayudar en la reducción continua de la exposición del paciente teniendo unos
estándares establecidos respecto a la radiación empleada en cada examen (21). Diversos
estudios han demostrado una amplia distribución de las dosis utilizadas para
examinación en radiología dental (22, 23, 24, 25, 26) (tabla 1).

Usos de rayos X en odontología

Los odontólogos utilizan los rayos X para tener mayor campo de observación en el
paciente, con el fin de poder determinar alteraciones en el desarrollo tanto en tejidos
blandos como en estructuras óseas, tumores, abscesos, quistes u otras lesiones cuya
extensión no puede ser perceptible con el examen clínico; además, su uso es necesario
para realizar seguimiento en la evolución de algunas enfermedades y curso de
tratamientos con el propósito de evaluar la respuesta tisular (29).

Radiografías para uso odontológico

Existen distintos tipos de radiografías para uso odontológico; sin embargo, se pueden
resaltar aquellas que son utilizadas con más frecuencia por parte del odontólogo, tales
como las radiografías de aleta de mordida, periapical y la radiografía oclusal (30, 31, 32,
33, 34); mientras que en radiografías extraorales se puede resaltar la radiografía
panorámica (35, 36, 37, 38, 39). Cada una de estas posee indicaciones específicas (tabla
2).

Dosis de rayos X en odontología

Existen diferencias en las dosis utilizadas para radiografía dental, que dependen del tipo
de procedimiento, si es extraoral o intraoral, en estas últimas influye la localización del
diente y si la arcada es superior o inferior (27) (tabla 3); así como de las propias
características del fabricante de las películas radiográficas y de los equipos radiológicos.

Efectos biológicos de las radiaciones dentales

La radiación de tipo X puede ser considerada significativa o no, su efecto dependerá de


la dosis absorbida, tiempo y tipo de tejido expuesto a la radiación. Con respecto al daño
efectuado en las células humanas, puede ser de tipo somático (daño sobre tejidos) y se
presentan inicialmente en células diploides y se clasifican dependiendo de la relación
dosis de exposición-efecto, los efectos pueden ser no deterministas y deterministas,
estos últimos se clasifican en efectos tempranos y tardíos. Otro tipo de daño es el
genético, que se refiere a un daño en el ADN y se evidencia principalmente en
cromosomas de células germinales haploides (4). En lo que respecta al caso particular
de las radiografías odontológicas, las injurias a las que se encuentran expuestas las
células son mínimas por lo que las radiaciones se consideran seguras, esto permite
suponer que los beneficios de su uso sobrepasan los posibles riesgos.

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