Las Tres Viudas

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ACTO SEGUNDO MELITON: ¡Con una legión de

diablos!
ESCENA I
MARTINA: ¿Y qué? ¿Me va
(Saliendo del cuarto de doña Martina) usted a azotar?

MELITON: ¡Uf, que mujer! MELITON: ¡Voto a mi alma!


¡Vaya un carácter diabólico! Adiós, señora.

ESCENA II MARTINA: Téngase usted, no se


ira.
DON MELITON Y DOÑA MARTINA
MELITON: ¿No me iré?
MARTINA: ¡Don Melitón! ¡Oiga MARTINA: Digo que no.
usted! ¿Dónde va?
MELITON: Y yo que sí.
MELITON: ¿Mandaba usted
algo, señora? MARTINA: Y lo hará como lo
dice. (ap)
MARTINA: ¡Ay Jesús que
seriedad! MELITON: No faltaba más.

MELITON: Dejémonos de MARTINA: Don Melitón, oiga


simplezas. Tengamos la fiesta en usted….
paz. MELITON: Permítanme usted
MARTINA: Pero vaya… ¿en qué marchar.
quedamos? ¿No me puede usted MARTINA: Don Melitón, por
mostrar esa cartita? piedad. Dígame usted.
MELITON: No puedo. MELITON: Vamos hable.
MARTINA: ¿No puede usted? MARTINA: Confieso a usted que
Bien esta déle usted gusto a esa he hecho mal.
puerca.
MELITON: Abusa usted.
MELITON: Ya le he dicho a
usted lo que hay. MARTINA: Cierto, tiene usted
razón, cualquiera se le dará. Lo
MARTINA: Tan fea, con esa amo a usted tanto…
cara.
MELITON: ¡Demuestre!
MELITON: ¡Señora!
MELITON: ¿Tanto amor de
MARTINA: ¿Le duele a usted? cuándo acá?
Pues la pura verdad.
MARTINA: ¡Ingrato!
MELITON: ¡Esta sí que es MARTINA: ¡Soy la mujer más
buena! fatal! ¡Ay señor! Nunca creí…
MARTINA: No me cree… MELITON: Vamos… No pierda
usted tiempo.
MELITON: Pero si usted no me
ha criado, ni me ha dado de MARTINA: Bueno pues.
mamar.
MELITON: Se entiende que así
MARTINA: No se burle usted de será.
mí, téngame lastima.
MARTINA: Me abandona usted
MELITON: Si fuera yo un mozo, por otra.
vamos, la creería a usted quizá,
MELITON: Falta usted a la
porque amor de vieja a un mozo.
verdad.
No es amor, es huracán.
MARTINA: Por mi hija no más
MARTINA: Me ofende usted.
lo siento, pero Dios la amparara.
MELITON: ¡No hay tal cosa!
MELITON: ¿Y yo que le hago?
MARTINA: Don Melitón, se ¿Le digo que no se case?
conoce que usted nunca supo
MARTINA: ¡Ay, señor Don
amar.
Melitón!
MELITON: ¿Así le parece a
MELITON: Cuente usted con mi
usted?
amistad.
MARTINA: Usted dirá lo que
MARTINA: ¿Nada más, Don
quiera, pero en mí no hay falsedad
Melitón?
MELITON: ¿Con que ama
MELITON: Después vendrá lo
usted?
demás.
MARTINA: Y mucho.
ESCENA III
MELITON: Me iba con usted a DOÑA MARTINA, SOLA
casar.
¡Que siga, pues, el enredo, a ver
MARTINA: Y que, ¿ya no lo dónde va a parar! Juana,
hace usted? busquemos la venta. ¡Juana!
MELITON: No, porque tengo ¡Muchacha!
otro pan. JUANA: (dentro) voy señorita!
MARTINA: ¡Dios mío! ESCENA IV
MELITON: ¿Le duele usted DOÑA MARTINA Y JUANA
algo?
JUANA: ¿Usted me llamaba? MARTINA: Como no, aunque
sean mil a puntual nadie me gana.
MARTINA: Tú sabes donde es la
casa de Clarita? CLARA: ¿Y miquita está
ocupada?
JUANA: Demás niña.
MARTINA: Creo que no.
MARTINA: ¿Ya sabes quién?
CLARA: ¿No ha salido?
JUANA: ¡La que estuvo aquí
hace poco! MARTINA: Adentro esta. Mira
Juana, ve al instante, y a la niña.
MARTINA: La misma. Juana.
Que me haga el servicio de CLARA: No la molestes.
prestarme su Antonieta.
Gracias.
JUANA: Bueno.
ESCENA VIII
MARTINA: Marcha. Si tiene el DICHAS menos JUANA
molde, mejor.
MARTINA: Pensaba en ti,
JUANA: Permítame usted que casualmente cuando entraste en
vaya a traer mi pañuelo. esta sala.
MARTINA: Corre. CLARA: ¿Pensabas en mí? ¿Y
ESCENA IV por qué?
DICHA Y JUANA MARTINA: Iba a mandar a tu
casa para darte una molestia
JUANA: Estoy lista. ¿Con que
me voy? CLARA: ¿A mi tú?
MARTINA: Mira, Juana, fíjate MARTINA: Quería que me
bien y repara si está allí Don prestases tu Antonieta.
Melitón, que es lo que hace, y con
CLARA: ¿Y esa es la molestia?
quien.
MARTINA: Si.
JUANA: Muy bien niña.
CLARA: Pues, luego te la
ESCENA VII
mandare.
DICHAS Y CLARITA
MARTINA: Cuando puedas.
CLARA: ¡Martinita!
CLARA: Tengo varias. ¿La
MARTINA: ¡Ella! Retírate quieres con blonda?
Juana… Más no… espera.
MARTINA: No, ya tanto adorno
CLARA: Dos visitas van hoy. me cansa.
CLARA: Tengo otra también con MARTINA: Tú lo has visto, era
pomos; Si te gusta… tan blanca, que daba envidia su
cutis.
MARTINA: La más llana. Pero
no, mándame el molde, que es MARTINA: Y como sabes.
para lo que me basta.
CLARA: Pues Martinita, me voy.
CLARA: Como quieras.
MARTINA: ¿Te vas?
MARTINA: Mil gracias
CLARA: Daré la vuelta. Tengo
CLARA: Buena voluntad no precisión de hablarle
falta.
MARTINA: Ella sabe sobre qué.
ESCENA IX Si no es cosa reservada, y si tú
DICHAS Y JUANA
quieres Clarita, yo puedo
decirle…
JUANA: La señorita Miquita
CLARA: Gracias, es asunto entre
Dice, que siente las dos.
Una fuerte jaqueca. MARTINA: Jesús, niña y ¡que
MARTINA: Válgame Dios. apurada! Tiempo hace que tengo
ganas de hacerte una preguntita.
CLARA: Le dijiste Que era yo
quien la esperaba? CLARA: Cuantas quieras, vamos,
habla.
JUANA: Si, señorita.
MARTINA: ¿Conoces a ese
CLARA: Está bien. sujeto? ¿Que estaba aquí está
JUANA: ¿Se ofrece otra cosa? mañana?

MARTINA: Nada. CLARA: ¿Al que vi hablando


contigo? O a ese mozo faramalla.
ESCENA X
MARTINA: Al que conmigo
DICHAS menos JUANA
hallaba.
MARTINA: Te digo que esta
CLARA: Ni en misa lo he visto
jaqueca la tiene entumida, flaca.
nunca.
CLARA: ¡Mire usted, pues es
MARTINA: Así es como uno se
desgracia!
engaña, inmoral y rasca-rabias.
MARTINA: Hasta el color la ha
CLARA: ¿A mí que me importa?
perdido.
MARTINA: Nada.
CLARA: ¿Qué me dices? ¡Ay,
qué lástima!
CLARA: Pues ya se ve, no me MARTINA: Ninguna, que te
dirás porque causa. ¿Me has acompañe, anda Juana.
hecho esa pregunta?
CLARA: Que venga, pues tú lo
MARTINA: Mi intención no ha quieres. Adiós, pues, no olvide…
sido mala, Clarita, Una pariente Anda, muchacha.
cercana corteja ese viejo, a quien
ESCENA XIII
ha dado palabra de casamiento…
DOÑA MARTINA Y MIQUITA
CLARA: ¡Qué cosa!
MICAELA: ¿Se fue, mamá, esa
MARTINA: Si es peor mujer?
CLARA: ¡Ay! MARTINA: ¡Cómo! ¿Qué te ha
MARTINA: Como digo… Que levantado? ¿Y la jaqueca?
precia de ser muy cauta; Pero que, MICAELA: Paso.
mujer al fin.
MARTINA: Mucho ha sentido
CLARA: Di… ¿Tu pariente es Clarita. Irse si haberte hablado.
forana?
MICAELA: Lo creo sin que lo
MARTINA: ¿Y a qué viene eso, jure, me fingí con la jaqueca.
Clarita?
MARTINA: ¿Qué es lo que
CLARA: Como usa esas dices?
antiguallas…
MICAELA: Nada, no; pero sus
MARTINA: Pues es muy limeña. chismes me fastidian.
CLARA: ¡Ya! Me voy, no me MARTINA: Cuéntame Miquita,
embromes más. cuéntame. ¿Qué hay, vamos?
MARTINA: Otro momentito… MICAELA: Simplezas,
¡Juana! ¡Juana! habladurías…
ESCENA XI MARTINA: Explícate hija mía
DICHOS, JUANA más claro.
JUANA: Aquí estoy, señorita. MICAELA: No sé cómo esa
mujer ha sabido que me caso.
MARTINA: Mira, con esta
muchacha remíteme la Antonieta. MARTINA: ¡Oiga! Pues se fue
rabiando porque no te pudo
CLARA: No… que se quede.
hablar.
MARTINA: ¡Que vaya!
MICAELA: ¿Y sabe usted
CLARA: Deja, yo la mandare. porqué es todo? Le dije unas
cuantas bromas solo por pasar el
rato.
MARTINA: ¡Jesús, que enemigo
malo! Pero, en fin, todos sus
chismes te los cuenta.
MICAELA: ¿A usted también?
MARTINA: ¡Ay, Miquita! Si
conmigo es ese diablo cuando te
negaste tú, a unirte a Don Melitón,
porque sólo el interés me podía
haber cegado Al extremo de
desear casarte con el anciano,
conoció que la mujer que
convenía a sus años, era yo. Me
ofrece al punto su mano. Cuando
vino aquí Clarita. Uno al otro se
miraron, pero con cierto modito
que al instante conocí que al golpe
había sigo mágico.
MICAELA: ¡Qué tal! Que me
pregunto por su nombre, y en
donde vivía…
MARTINA: Pues el hizo, hija,
otro tanto.
MICAELA: Puede ser.
MARTINA: ¿Y tú le darías la
razón?
MICAELA: De todo cuanto ha
pasado.
MARTINA: Mal hecho
MICAELA: ¿Yo que sabía?
MARTINA: Así es.

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