Oracion para Mujeres Que Se Ponen La Armadura Diariamente
Oracion para Mujeres Que Se Ponen La Armadura Diariamente
Oracion para Mujeres Que Se Ponen La Armadura Diariamente
DIARIAMENTE
Efesios 6:10 – 18 La Palabra de Dios dice claramente que no podemos permanecer ignorantes en
cuanto a las artimañas de Satanás. A pesar de eso, muchos lo están, permitiéndole continuamente al
enemigo que destruye sus hogares, los despoje de sus posesiones y arruine su salud, mientras ellos se
preguntan impotentes cuál fue su error. Esto ocurre porque muchos no saben que han recibido autoridad
sobre los ataques del enemigo.
Hemos de asumir el hecho de que tenemos que prepararnos y estar listos para enfrentar los muchos
desafíos demoníacos que se nos presentan constantemente.
“Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el
tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes. Defiendan su posición,
poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. Pónganse como calzado la paz que
proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados. Además de todo eso, levanten el
escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo. Pónganse la salvación como casco y
tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios. Oren en el Espíritu en todo momento y en toda
ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas
partes” (Efesios 6:13–18, NTV).
El cinturón de la verdad
“Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad” (v. 14, NTV). En los tiempos de Pablo, los
soldados romanos llevaban puesta una faja de cuero alrededor de la cintura que les protegía el lomo y les
permitía llevar armas, como la espada. Los policías modernos también llevan pistolas o esposas en sus
cinturones. El cinturón mantiene las armas en un lugar cercano al cuerpo. El cinturón puede ser asociado
a la integridad, la honestidad y la verdad. Proclamar la verdad es proclamar la Palabra de Dios. Cuando
usted declara y confiesa la Palabra, se está poniendo el cinturón de la verdad.
La coraza de justicia
Colocarnos la coraza de justicia es muy importante, ya que Satanás busca siempre atacar el corazón y la
mente de los individuos. La justicia de Cristo en usted derrotará a Satanás vez tras vez. Este es uno de los
atributos divinos que nos fue otorgado con la salvación. Su indignidad es cambiada por justicia. La coraza
le da confianza y seguridad a cada mujer en el proceso de santificación.
El calzado de la paz
“Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente
preparados” (v. 15, NTV). La paz de Dios nos provee de un piso sólido. Muchos cristianos carecen de paz,
y piensan que eso forma parte de la cruz que deben cargar en la vida. Nadie es inmune a las pruebas y las
tribulaciones; pero la buena cristiana aún en estos estados de la vida tendrá paz.
Tener paz mental en medio de los problemas es una de las mayores armas en la guerra espiritual. Es la
actitud que usted debe tener. Dios ha prometido que jamás nos abandonará. Cristo Jesús es nuestra paz.
El escudo de la fe
“Levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo” (v. 14, NTV). Su fe es el
escudo protector de los intensos dardos y asaltos del enemigo. El escudo de la fe es la omnipresencia
soberana de Dios en nuestra vida. Dios ha prometido: “Yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera
grande” (Génesis 15:1). Dios requiere que tengamos una comunión diaria con Él y que dependamos de Él.
Al igual que el alimento, Dios debe convertirse en nuestro sustento diario. Levantemos el escudo de la fe
cada día, y confesemos y declaramos victoria en el nombre de Jesús.
El casco de la salvación
“Pónganse la salvación como casco” (Efesios. 6:17, NTV). El casco sirve para proteger la cabeza. En este
versículo, el propósito del casco como parte de la armadura es proteger su mente de las mentiras del
diablo. Estamos en una guerra espiritual. Dios sabe que sin una protección constante de nuestros
pensamientos podríamos terminar cediendo terreno a nuestro adversario. La mente que está controlada
por el Espíritu de Dios produce vida y paz (Romanos 8:6–7). Mantengamos lejos de nuestra mente los
pensamientos del diablo. Esto se logra mediante el estudio y meditación en la Palabra de Dios. ¡Este
elemento de la armadura, el casco de la salvación, también es Dios en nosotros!
“Y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios” (Efesios 6:17, NTV). Tomar la Palabra de
Dios es tomar el alimento espiritual. Sin ella estaríamos anémicos, débiles, y sin fuerzas para levantar la
espada del Espíritu y enfrentar al invasor. Sin espada no hay poder. Cuanto más reciba de la Palabra, más
confianza y fuego tendrán sus huesos. La Palabra viva es un arma ofensiva. En el momento en que usted
y yo elevamos la espada del Espíritu y pronuncia un texto de las Escrituras ante una situación adversa, el
enemigo tiene que sacar sus manos de donde las tiene metidas. Esta convicción requiere de valor, fe y de
práctica.
Háblele a la montaña. Declárele la Palabra a La enfermedad. Use cada día su espada, pero asegúrese de
tener puestas todas las demás partes de la armadura. Su ser espiritual debe tener todo en orden y listo
para la batalla. Es más fácil de lo que a usted le parece. Lo único que se necesita es la voluntad de
entregarse completamente a Dios.
Vivir por fe y creer en Dios debe convertirse en nuestro estilo de vida. Solo así usted y yo disfrutaremos de
paz y obtendremos la victoria en la vida en el nombre de Jesús.
La Palabra de Dios sana y restaura a medida que va penetrando, eliminando todas las impurezas
ocasionadas por las experiencias pasadas y las falsas doctrinas.
Sin el Espíritu Santo, la espada no será efectiva. Debemos ser controlados por el Espíritu para ser
efectivos en la batalla. Cuando usamos correctamente la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, lo
único que le queda a satanás es retirarse.
Orar en el Espíritu
“Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus
oraciones por todos los creyentes en todas partes” (v. 18, NTV). La oración es lo que mantiene a la
armadura en su lugar. Si no oramos y nos comunicamos con Dios terminaremos solitarios, separados de
Dios y de su amor. Mientras mantengamos una relación con Dios, en conexión con el Espíritu Santo,
vestidos con la armadura de Dios y comprometidos a llevar una vida de oración, seremos invencibles ante
la vista del enemigo.
La perseverancia en la oración nos ayudará a obtener la victoria sobre los deseos carnales. Sin oraciones
fervientes y constantes, no seremos capaces de ganar las batallas. Las oraciones de una mujer o de un
hombre justo son poderosas y efectivas (Santiago 5:16). La oración poderosa hará que Dios cumpla su
Palabra en nuestra vida.
Toda nuestra vida será en victoria si nos vestimos de la armadura de Dios y lo colocamos a él en primer
lugar. Dios nos ayude a vestirnos de él cada día.