Guia Homiletica
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2 Timoteo 2:15
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como
obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien
La Palabra de Verdad”
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Introducción
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DEFINAMOS QUIEN ES UN PREDICADOR.
1º No es uno que sube a un pulpito para Decir algo.
2º Es uno que sube a un pulpito porque Tiene algo que decir.
3º Predicación. Es la comunicación de la verdad divina a través de un hombre o
una mujer con el fin de persuadir
EL ORADOR.
El Orador, como autor y ejecutor de la oratoria, debe poseer cualidades
Innatas pero que son susceptibles de perfeccionar mediante el estudio y el
ejercicio.
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El orador debiera también poseer cualidades físicas ya que generalmente
hay que verle Un timbre de voz agradable y mímicas adecuadas son también
deseables, ya que ayudan a la expresividad y sugestión del discurso, pero ambas
cosas pueden conseguirse. Son las cualidades intelectuales las que realmente
interesan en última instancia.
EL AUDITORIO.
Los receptores son las personas que reciben el mensaje y pueden ser
divididos en dos grupos, creyentes o inconversas. El auditorio no es un ente
pasivo, es quien condiciona en gran medida el discurso. Entre Orador y Auditorio
se establece un nexo espiritual por eso el Orador tiene la obligación de conocer a
su auditorio, su aspiraciones, los móviles que lo impulsa, la disposición de aviso
en el que se encuentra y que espera de él. Deberá estimar a su auditorio y
demostrar esa estimación en el respeto con que les habla, en la manera que
emplea para persuadirlos sin usar sofismas ni recursos sin ética. El que
únicamente razona con lógicas y solides ante su auditorio será filósofo, pero no
orador; el que los deleita con bellas expresiones, será poeta pero no Orador; el
que sacude su sistema nervioso con emociones superficiales, será prestigiador,
pero no orador. Orador es el que establece una estrechan comunicación con su
auditorio y la mantiene constantemente.
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LA IMPORTANCIA DE TENER UN BOSQUEJO.
La importancia de poder tener un bosquejo es para ordenar los
pensamientos. Es exactamente como exponer un tema. El objetivo es este,
ordenar los pensamientos para pensar bien, luego esto hará que lo hablemos bien,
y llevará a otros a obrar el bien que predicamos.
¿Qué es un bosquejo?
Es el esqueleto del sermón, la armazón donde se organizan las ideas de
forma que se comunique ordenadamente.
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4. El Propósito de Devoción. Este es el propósito de intensificar en los
creyentes el sentimiento de amorosa devoción para con Dios, así como de
guiarles en la expresión apropiada de la adoración que Dios merece.
Cualquier sermón que sea digno de un pulpito cristiano puede ser clasificado de
acuerdo con uno de los propósitos generales que acabamos de discutir.
ASUNTO:
TEMA:
TITULO:
TEXTO:
INTRODUCCIÓN:
ORACIÓN DE TRANSICIÓN:
I. DIVISIÓN PRINCIPAL.
1. División segundaria.
2. División segundaria.
II. DIVISIÓN PRINCIPAL
1. División segundaria.
2. División segundaria.
III. DIVISIÓN PRINCIPAL
1. División segundaria.
2. División segundaria.
IV. CONCLUSIÓN:
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¿Qué es el Asunto?
De gran importancia en la predicación es el proceso de escoger asuntos, conseguir
buenos temas y lograr títulos interesantes, para ello es muy importante la ayuda del
Espíritu Santo.
El asunto es la base del discurso y si la materia básica está bien escogida y se adapta
al propósito, el resultado será algo que edifica, sano y agradable.
Podemos indicar mejor la naturaleza general de los asuntos bíblicos mediante los
siguientes ejemplos expresados en pocas palabras:
1) Aflicción 11) La Cruz
2) Ángeles 12) La Muerte.
3) Expiación 13) Divorcio.
4) Bautismo 14) Santidad.
5) Fraternidad 15) Espíritu Santo.
6) Cristo 16) Honor.
7) La Iglesia 17) Esperanza.
8) Compromiso 18) Humildad.
9) Conciencia 19) Idolatra.
10) Valor 20) Obediencia.
Es posible predicar sobre todos los asuntos de la Biblia, pero casi imposible
agotar los temas diversos que hay en estos asuntos.
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Algunos asuntos generales son difíciles de tratar, pero los temas
específicos que proceden de ellos resultan muy fáciles. De allí la necesidad de
distinguir entre el asunto general y el tema específico en las porciones de la Biblia.
Ejemplos:
1.) La necesidad de la oración 2.) El valor de la oración
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Ejemplo de un Sermón Temático
ASUNTO: LA ORACION.
TEMA: LA NECESIDAD DE LA ORACION.
TITULO: LA OBLIGACIÓN DE ORAR.
TEXTO: Lucas 18: 1
Introducción. El Ser humano fue creado con necesidades físicas y espirituales, y
todas ellas demandan ser atendidas. Pero las de mayores relevancias son las
necesidades espirituales como lo es la oración y el de leer la palabra de Dios.
Oración de Transición. Por eso hoy quiero disertar sobre tres razones del
porque es una necesidad orar sin desmallar.
I. ES NECESARIA PORQUE ME PERMITE HABLAR CON DIOS.
A. Le confieso los pecados cometidos.
B. le agradezco los favores recibidos.
C. Intercedo por mis necesidades y las de otros.
II.. ES NECESARIA PORQUE RECIBO DIRECCIÓN DE DIOS.
A. Cuando tengo que tomar alguna decisión en mi vida.
B. Cuando voy a predicar.
C. Cuando leo su palabra.
III. ES NECESARIA PORQUE ME GUARDA DE CAER EN LA TENTACIÓN.
A. Cuando percibo las asechanzas del enemigo.
B. Cuando me siento seducido por mis propias concupiscencias.
C. Cuando los deseos de la carne se levantan.
CONCLUSIÓN. El Señor dijo: oíd lo que dijo el juez injusto. Acaso se tardara
Dios en responder a sus escogidos que claman a El día y noche
EL TEMA DEL SERMÓN
La primera cosa para preparar un buen sermón es tener un mensaje definido.
Antes de proceder a la preparación de un sermón, todo predicador debe
responderse esta sencilla pregunta: ¿DE QUE VOY A HABLAR?
Mientras el predicador no pueda contestar claramente tal pregunta, no debe seguir
adelante. Ha de tener un tema y debe saber con precisión cuál es. Sólo puede
estar seguro de que lo sabe cuándo pueda expresarlo en palabras. Si el tema está
entre la bruma, también lo estará todo lo que le pertenece: su introducción, su
arreglo y su objeto.
El tema debe ser la expresión exacta del asunto, o la respuesta a la pregunta: ¿De
qué voy hablar? Nunca debe escogerse un tema por ser bonito o sonoro como
fase, sino que ha de expresar claramente el objeto que el sermón persigue. Todo
predicador, para preparar bien su sermón, debe responder a la pregunta:
¿Qué voy hablar de este tema? ¿Qué fin deseo lograr?
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Nota: El tema no sólo ha de abarcar o incluir lo que se va a decir, sino que ha de
excluir todo lo que no tenga que ver con el asunto.
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e.) Pidiendo a Dios en oración.
Me parece bien y necesario revisar con frecuencia la lista de mis sermones, para
ver si en mi ministerio he dejado de presentar alguna doctrina importante, o de
insistir en el cultivo de alguna gracia cristiana.
EL TITULO
El título del sermón ha de ser exageradamente breve, y por tal razón no
puede a veces contener todos los pensamientos o partes que el predicador desea
desarrollar en su tema.
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3. Debe ser breve. Dargan relata la siguiente anécdota: “Se dice que una de
las hermanas de su congregación una vez observó que el Señor Howe era en
verdad un gran hombre de Dios, pero que en sus sermones el buen hombre
gastaba tanto tiempo poniendo la mesa, que ella perdía su apetito para la comida”.
4. Debe ser modesta. Es decir, no debe prometer demasiado, y esto se
refiere tanto a sus pensamientos, como a su estilo y su declamación.
5. Por fin una buena introducción será cuidadosamente bien preparada.
Se le atribuye a Napoleón una declaración en el sentido de que, “en una batalla
son los primeros cinco minutos los que determinan el resultado”. La misma idea
tiene estrecha relación con el sermón.
LA ORACIÓN DE TRANSICIÓN.
El segundo requisito para el sostenimiento del movimiento progresivo del
sermón es que haya transiciones fáciles de un pensamiento a otro. La Falta de
éstas hace que los oyentes experimenten una sensación algo parecida a la que se
sufre cuando se viaja en una carreta tirada de bueyes por una calle empedrada.
Los choques bruscos que su mente recibe al pasar abruptamente de una idea a
otra lo hacen perder todo sentido de relación entre las diferentes partes del
discurso, y esto es fatal para el impacto total del mensaje. El movimiento
progresivo del sermón no debe ser como el arranque de un tren carguero, sino
como el suave desliz de un moderno tren de pasajeros cuando es conducido por
un maquinista perito.
Hay grandes posibilidades de variedad placentera en este asunto de las
expresiones que pueden ser empleadas para indicar un cambio de pensamiento.
Las siguientes constituyen sólo una lista parcial por vía de sugestión: en primer
lugar; por otra parte; además; un punto adicional es...; no sólo... si no enseguida;
en consecuencia; ahora pues; ni tampoco; en resumen; para concluir. Aparte de
tales expresiones, a menudo el predicador verá la necesidad de emplear
oraciones gramaticales completas, y a veces hasta un párrafo entero, con el fin de
ligar bien un nuevo pensamiento con lo que le ha precedido en el sermón. La
pericia en este asunto demanda un esfuerzo constante y una continua observación
de la práctica de los mejores oradores y escritores.
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El corazón de la organización Homilética
Está en la división del tema.
La división del tema es una absoluta necesidad. Don Alejandro Treviño,
distinguido pastor bautista mexicano quien por muchos años impartió la cátedra de
Homilética en el seminario, acostumbraba decirles a sus alumnos: Muchachos, la
Homilética tiene tres reglas: primera, divida su asunto; segunda, divida su asunto;
y tercera divida su asunto.
Las razones para insistir en que el tema sea dividido son las siguientes. En
primer lugar, la división del tema es necesaria para asegurar la unidad de la
discusión. Una buena prueba de la unidad de algún tema en su capacidad de ser
dividido en parte coordinadas. La división del tema es necesaria, además, para
conseguir la claridad de la discusión. Una idea se comprende mejor cuando se la
puede examinar por parte. Por otra parte, la división del tema es necesaria para
promover el movimiento progresivo de la discusión. La idea no sólo es lo que se
organiza bien se ejecuta con mayor rapidez, sino que los oyentes pueden percibir
la progresión de la discusión cuando son conscientes de que están pasando a la
consideración de división tras división del tema.
Otra razón es que la división del tema es necesaria para sostener el interés
de la discusión. En cuanto al predicador, el acto de formular las divisiones de su
tema despierta entusiasmo en la ejecución del plan. En cuanto a la congregación
la división del tema provee “descansos mentales” que alivian el cansancio
inherente a toda discusión prolongada.
CONCLUSION:
UN BUEN CONSEJO:
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse, que trace bien la palabra de verdad. 2 TIMOTEO
2:15
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