Los Hebreos de Marruecos
Los Hebreos de Marruecos
Los Hebreos de Marruecos
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MANUEL LORTEGA
LOS HEBREOS
vV UWIOJECOS
'
PRÓLOGO
/
El hecho de alcanzar una segunda edición el libro de
Manuel Ortega Los Hebreos en Marruecos es buena
prueba de la difusión lograda y de la utilidad que ha
ha
prestado. En efecto, este libro, como tantos otros,
sido más explotado que citado, porque vino a llenar un
vacío en nuestra literatura histórico-política contempo-
ránea.
Desde que el Dr. Pulido, con vehemencias de apóstol,
se-
inició sus campañas en pro de los sefardíes, viéndose
cundado por contadas personas, entre ellas el autor de
este libro (i), hasta el día de hoy se ha andad o mucho
de
camino; se ha logrado fijar, en parte, la atención
la Prensa sobre este probl ema de los sefard íes, de tan
vital importancia para la expansión de nuestra lengua y
para la prepomundo nderancia de nuestra cultura y nuestro es-
píritu en el .
El criterio de intolerancia que produjo la expulsión de
los judíos de España tiene una explicación, y aun una
de
disculpa, en la necesidad de lograr la consolidación
único ele-
la unidad política de nuestra patria sobre el
a en pro
(i) Sobre la génesis y evolución de esta campañEl Doctor
de los sefardí es, véase el libro Figura s español as.
Pulido.
— IV —
(i) Hay que recordar que el Marruecos actual es sólo una par-
te de la antigua Berbería, que comprendía además las comarcas de
Argel. Túnez y Trípoli. En la división que hicieron los romanos,
Trípoli y Túnez constituían la Mauritania Cartaginense, y Marrue-
cos la Mauritania Tingitana. En los últimos años del siglo III la
Mauritania Tingitana quedó incorporada al Gobierno de la Bética.
El Imperio denominó Mauri a los habitantes y Mauritania a la re-
gión, porque cuando los cartagineses se apoderaron de la costa arro-
jando a los fenicios llamaron Maur (Occidente) a la zona que los
árabes designan hoy con el nombre de Garb.
res. Los primeros hebreos que llegaron al Mogreb proce-
dían, sin duda, de Cartago y de la Cirenaica.
En el primer siglo del Cristianismo los discípulos de
los apóstoles anunciaban la buena nueva en las sinagogas
cartaginesas, ofrecidas por los rabinos. Y esto, que no
constituía un hecho aislado, sino repetido en todas las
ciudades costeras del mar central, unido al hallazgo de
epitafios cristianos entre las tumbas hebreas en el cemen-
terio judío de la ciudad rival de Roma, indica que al prin-
cipio elcristianismo y el judaismo formaban una «ola reli-
gión. Hacia la mitad del siglo II se iniciaron las rivali-
dades entre las dos creencias. Los hebreos desconfiaban
ante los evidentes progresos del nuevo credo ; los cristia-
nos afirmaban por boca de Tertuliano que "la sinagoga
era la causa de todas las persecuciones". En los años 180
y 200 aparecía el judaismo en África como una religión
autorizada por los poderes del Estado, hasta el punto de
que se acusaba a los cristianos de haber desarrollado las
propagandas de sus doctrinas a la sombra de la influen-
cia que sobre la sociedad ejercía el judaismo (i).
En efecto, a pesar de que los cristianos se multiplica-
ban, el poderío de la sinagoga no decaía. El Concilio de
Elvira, celebrado en 313, al que concurrieron obispos espa-
ñoles y africanos, entre ellos algunos de la Mauritania,
prohibió a los fieles que solicitasen la bendición de los ra-
binos para obtener abundantes cosechas en los campos, lo
que indica la existencia de rabinos respetados por los cris-
tianos mismos, que les concedían facultades sobrenatura-
les. Los Concilios de Laodicea y Cartago prohibieron asi-
La C ahina.
Los edrisitas.
Los sendas.
Los almorávides.
La cultura.
Los almohades.
Los merinidas.
La cultura.
La situación de los hebreos de Marruecos antes de la
inmigración de los refugiados españoles en 1391 era, en el
Rif, en el Sus y en el Atlas, la de siervos de gleba. Vivían
como esclavos, sin derecho a poseer bienes inmuebles, se-
gún la ley musulmana, labrando las tierras y defendiendo
las vidas y las propiedades de sus amos ; ni aun en la
abyección de la servidumbre habían olvidado sus tradicio-
nes guerreras. Todavía en nuestros tiempos encontramos
en las citadas regiones hebreos reducidos a tan miserable
estado.
El resto de los judíos árabes y berberiscos vivían en
los campos y en las ciudades dedicados al comercio y a
los oficios manuales. Eran los orfebres fundidores de
metales, pintores, zapateros, obreros en seda, sastres, car-
pinteros forjadores
y de la época.
Bajo la dominación de los almohades fueron destrui-
das las escuelas talmúdicas, y decayó el nivel intelectual y
religioso de los hebreos marroquíes. Las costumbres y las
supersticiones berberiscas y árabes se infiltraron en la raza
judaica. Se extendió el culto sacrilego a los morabitos.
Hasta en sus litigios habían de someterse a la competen-
cia de los jueces árabes y al derecho musulmán, a causa
de la ignorancia de los rabinos.
La llegada de los israelitas españoles resucitó el viejo
vigoroso espíritu del judaismo marroquí, que moría a
- 48 -
La cultura.
La cultura.
La Inquisición.
La expulsión.
Consecuencias de la expulsión.
La expulsión influyó considerablemente en el movimien-
to comercial del país, y aunque de momento la nación, des-
lumbrada con los tesoros que de América venían, no pudo
advertirlo, que siempre vivió España de ilusiones y espe-
ranzas, bien lo notó en el transcurso del tiempo. La cen-
surable determinación de los Reyes Católicos, según dice
donosamente Murga, influyó hasta en la alimentación na-
(1) Era un ir.arabut del Sus; estos hombres santos son igual-
mente venerados por los musulmanes y por los judíos.
- 59 —
ñol y penetró en Marruecos. Los hebreos de las ciudades
occidentales fueron protegidos por los cónsules ingleses,
y los del Mediterráneo por los franceses e italianos, ini-
ciándose así una nueva era.
La división entre los judíos marroquíes se exteriorizó
aún más en esta época con las luchas sostenidas entre
hassaníes y merinidas por la conquista del poder; los is-
raelitas del Norte apoyaban a los merinidas, y los que ha-
bitaban elresto del país, a los chorías.
En los comienzos del siglo XVI, en la corte de un
merinida figuraba como gran visir el judío español Sa-
muel Valencia, que organizó una tropa de 1.400 judíos y
moros, y combatió con éxito a los adversarios del príncipe.
Entre 1523 y 1530, los turcos, dueños de Constanti-
nopla desde 1453, y deseosos de dominar todo el Medite-
rráneo, se apoderaron de parte del Mogreb y arruinaron
a las comunidades hebreas con crecidos impuestos.
En el sig!o XVI, durante una revuelta de los berbe-
riscos contra el emperador, éste, al quedarse sin fuerzas,
formó un ejército de tres mil judíos, que batieron a los
rebeldes, causando por su bravura la admiración de los
mismos musulmanes.
Los hebreos instalados en las ciudades de la costa fue>
ron víctimas de muchas persecuciones en una época en que
el Mediterráneo estaba poblado de bajeles piratas. Es-
paña yPortugal, deseosas de extender sus dominios, en
plena fiebre de grandezas, dirigían hacia el África sus
navios cargados de gente de armas. En 1543, los españoles
conquistan Oran y se llevan prisioneros a 1.500 judíos.
Fueron rescatados por las comunidades de Fez y Oran
- 90 —
En 1578, la ciudad de Tetuán fué asediada por Es-
paña, que se vio obligada a levantar el cerco. Los hebreos,
que no olvidaban que los sitiadores eran los mismos que
los arrojaron de su país, en señal de gozo establecieron
una fiesta que llamaron Purim de los cristianos.
Los portugueses, dueños de la costa occidental de Ma-
rruecos, antes de la expulsión de los hebreos de Portugal,
hallaron en los mogrebinos eficaces auxiliares. Los israe-
litas amaban a los portugueses, hasta el punto de que
en 14 1 5 un cronista judiego exterioriza su satisfacción
con motivo de la ocupación de Ceuta por los lusitanos.
En dicha ciudad vivían refugiados muchos judíos conver-
sos de Mallorca, llamados chactas.
Después que Portugal expulsó a los israelitas, los he-
breos de Marruecos retiraron su concurso a los lusitanos.
Sin embargo, a consecuencia de la desastrosa batalla de
Alcázarquivir o de los tres Reyes, como la llaman los
moros, fueron hechos prisioneros centenares de hidalgos
portugueses. Dice el Sr. Danvila y Dunquero (1) que entre
ellos estaba "cuanto de noble, cuanto de joven, cuanto
de entusiasta existe en Portugal". Los judíos rescataron
a los cautivos, y tan generosamente los trataron, que uno
de ellos, el historiador Mendoza, al relatar el hecho, no
encuentra palabras suficientemente expresivas para elo-
giarlo.
El judaismo recobró en parte su antigua influencia
en los siglos XVI y XVII, bajo la dominación de los
cherifes marabuts, aunque no desaparecieron los atropellos
(1) Estudiantes.
(2) Universidades.
- 92 —
dad hizo la capital de sus Estados. Los tesoros que poseía
eran incalculables. Llegó a tanto su poderío, que exigió
a los habitantes de Fez que anualmente le enviasen como
hedía (i) a la más bella joven de la ciudad. Muley er Re-
chid era a la sazón taleb o estudiante en Fez. Una che-
rifa, madre de la doncella aquel año designada para la
hedía de Ben Mechaal, imploró el apoyo del futuro cau-
dillo con objeto de que evitase el baldón que sobre su raza
arrojaba una imposición tiránica. Er Rechid ideó una es-
tratagema :ocupó, disfrazado de mujer, el lugar de la
joven destinada al reyezuelo, y fué conducido con gran
pompa a Tazza. Pero habían querido los fasíes hacer las
cosas con solemnidad, y la princesa iba acompañada de
cuarenta cajas conteniendo los regalos que la ciudad le
hacía en calidad de dote. Ben Mechaal, satisfecho de tal
magnificencia, después de la ceremonia de la hedía, hizo
entrar en su palacio a la novia y los regalos. Entonces sa-
lieron de los cofres cuarenta tolbas que en ellos estaban
escondidos, y todos se lanzaron sobre el judío, que pereció
en la refriega. Los tolbas proclamaron Sultán a Er RechiJ,
y éste entró en Fez triunfador, entre los vítores del pue-
blo, que le aclamaba como su libertador y rey.
Naturalmente, Muley Rechid se casó con la joven che-
rifa, arrancada por la fuerza de su brazo y por el poder
de su astucia del harem del hebreo (2).
La cultura.
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
(1) Ministro.
— 111 —
La cultura.
EL ESTUDIO SOCIAL
I
EL HEBREO Y EL MUSULMÁN
(1) Versículo.
(2) Capítulo.
— 121 —
EL ESPÍRITU RELIGIOSO
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— 135 —
Mientras exista un corazón ardiente
donde palpite pura el alma hebrea,
y haya ojos que miren al Oriente,
y en Sión se concentre alguna idea...
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— 146 —
Se advierte en el Mogreb un comienzo de culto a los
santos. La sepultura de Ben Gualich es muy venerada en
el cementerio tetuaní, y sobre la tumba de Sol Hachuel,
en la meara de Fez, rezan las hebreas en demanda de fe-
cundidad. También es venerado el sepulcro de Rabi Am-
ram Ben Diñan, situado en la cabila de Beni Mesara,
entre Alcazarquivir y Uazan, y otras sepulturas existentes
en diversos cementerios israelitas de Marruecos.
El rabí Isaac Ben Gualich, natural de Tetuán, donda
actualmente residen sus descendientes, es el sabio más
ilustre del Norte mogrebino. Nació en 1777 y murió en el
mes de marzo de 1870. Por su sabiduría y por sus virtu-
des era reverenciado por todos los habitantes de la ciudad
santa, sin distinción de creencias religiosas. Lo mismo
acudía a su casa en demanda de consejo el musulmán que
el hebreo. Ayunaba mucho y vestía modestamente con un
amplio ropón negro, cubría su cabeza un lienzo marrón
y envolvía su cuerpo feble en un bornós, por el estilo de
los que todavía usan los sábados algunos israelitas. Era
de abolengo sefardita y hablaba correctamente el castella-
no. En 1865 visitó Jerusalén ; pensó establecerse en la
ciudad santa con los suyos ; mas la misteriosa atracción
del país lejano le hizo regresar a la patria. La fama de su
sabiduría fué tan grande, que le apellidaron la llama de
Marruecos. Escribió el Varyome Isaac. Fué uno de los
jurisconsultos más notables del Mogreb. Sólo igualaba a
su saber la caridad inagotable que encerraba en su pe-
cho. Al entierro del cadáver concurrió Tetuán entero ;
tanto como los hebreos, le lloraron los musulmanes. La
piedra que cubre su tumba en la meara de Tetuán está
- 147 —
siempre llena de la cera que encienden sus devotos. El día
primero del mes de Eluch y el 18 de lilac acuden anual-
mente peregrinos de todo Marruecos, de Oran y de Gi-
braltar. Son muchos los milagros que ha realizado des-
pués de su muerte. Se cita a un tuberculoso curado y a
una mujer estéril que dio a luz, y, sobre todo, a un mu-
sulmán de la secta de los darkaua, que poseía una tienda
en el zoco El Foquia tetuaní. Estaba baldado : lleno de
fe marchó arrastrándose hasta la tumba del sabio rabino,
y volvió a su tienda andando, totalmente sano. En el
Mel-lah de Tetuán, una de las sinagogas lleva el nombre
de Ben Gualich.
Otro de los personajes hebreos más venerados en Ma-
rruecos es Amram Ben Diñan.
El cementerio judío de Uazan es uno de los más ilus-
tres de Marruecos, por hallarse allí sepultado el cuerpo
venerable del rabí ; está situado el camposanto en la an-
tigua ciudad de Yebel Asfen, a bastante distancia de la
ciudad de Uazan. La causa de este alejamiento, expuesta
por el cherif Muley Alí, es que todo hombre enterrado den-
tro del recinto de Uazan está preservado del infierno. ¿Y
quién ha visto a un judío entrar en el Paraíso? El rabí
Amram Ben Diñan llegó al Mogreb, procedente de la Pa-
lestina, con su hijo, y éste cayó gravemente enfermo. El
padre le ofreció a Jehová el sacrificio de su vida si sal-
vaba la de su heredero. Este sanó y el padre murió y fué
inhumado en Yebel Asfen. La explotación del santuario
elevado sobre la tumba, al que acuden numerosos peregri-
nos, pertenece a la Comunidad de Oriente; un mokadem
custodia el sagrado lugar y recauda las limosnas. Cada
— 148 —
tres años, los chalihín (i), procedentes de Palestina, li-
quidan con el mokadem.
* * *
* * *
(1) Beit-ed-dim.
— 152 —
* * *
* * *
LA FAMILIA
Matrimonios. — Solemnidades y fiestas con que se celebran.
Divorcio y repudio. — Circuncisiones. — Defunciones.
(1) Plato especial hebreo del que nos ocupamos en otro capítulo.
(2) Canciones del pueblo israelita. He aquí dos canciones de
bodas copulares, sobre todo en Oriente :
* * *
Por esta calle que voy que es más dulce que la miel.
me dicen que no hay salida. La vida me alargáis
Yo la tengo que pasar, la olor me retornáis.
aunque me coste la vida. Por esta calle que vo
La vida me alargáis echan agua, crece ruda.
la olor me retornáis. Esta la pueden llamar
Aparece a la ventana la calle de las agudas.
cara de lindo papel. Ocho y ocho diez y seis,
— Dadme un poco de agua, veinte y cuatro son cuarenta ;
que yo me muero de sed. la moza queme quiere bien
— No tengo taza ni jarro, déjeme la puerta abierta.
ni en que daros a beber. La vida me alargáis
Dadme con vuestra boquita, la olor me retomáis.
— 167 —
hima (Piedad) y Tamo; nombres de origen italiano, como
Donna, y nombres sin etimología conocida, como Sete.
USOS Y COSTUMBRES
* * *
* * *
(i) La muerte.
— 187 —
agua coincide con el comienzo de cada una de las estacio-
nes. Los días en que empiezan éstas, los hebreos depo-
sitan un trozo de hierro en todo recipiente de agua quí
esté descubierto, con objeto de evitar el mal. Aseguran
que el hierro cuida el agua. Los rabinos censuran esta
superstición, que es popularísima en Marruecos.
Le temen los judíos al mal de ojo, y hay mujeres que,
según dicen, poseen maravillosa virtud para sanar a los
enfermos por el espíritu maligno.
Un escorpión pintado en un papel pendiente de la pa-
red de la casa constituye un eficaz preservativo contra la
peste.
Creen los hebreos que ningún descendiente de Israel es
negro, pues todos conservan el color de la raza primi-
tiva. Sin embargo, en Abisinia y en Goa existen judíos
negros, y no lo han ignorado en ningún tiempo los israe-
litas marroquíes.
Tales, entre otras, son las más vulgares supersticiones
de la raza hebrea del Mogreb. Con la cultura van desapa-
reciendo, siendo sustituidas por ese escepticismo de buen
tono, que es algo así como el dorado barniz de la civili-
zación.
* * *
(1) El español.
EL IDIOMA
Reliquias de Castilla. — Españoles sin patria.
(i) Uno de los españoles que más han trabajado por la Patria
en Marruecos dentro de su esfera de acción, es el músico mayor
militar D. Antonio Bustelo. A él debemos la música de esos ma-
ravillosos romances, que hemos entresacado de la copiosa colección
que posee, recogida con paciencia benedictina de labios de las viejas
hebreas de los mel-lah marroquíes. El Sr. Bustelo, sin gozar de
subvenciones oficiales, impulsado únicamente por el arte y por el
patriotismo, ha desarrollado una labor de recopilación de la música
árabe y hebrea que, en justicia, debe premiar nuestro Gobierno.
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Las ricas bodas se hacen Los niños, tengo chiquitos,
en la ciudad de París. no se acordarán de mí;
¡ Qué de damas y doncellas las niñas, en la maestra,
y de caballeros mil ! no sabrán adonde fui.
que no hay quien jugue a la danza, El marido tengo viejo,
como doña Beatriz.
Mirándola está ese Conde, cansada
La salidaestoy
de ladealgorfa
servir."
ese Conde de París. apagósele el candil.
"¿Qué miráis ahí, el Conde? Al bajar las escaleras
Conde, ¿qué miráis ahí? resbalósele el chapil.
Si mirabais a la danza, La salida de la puerta
Conde, u me miráis a mí." su marido a la aqui.
"Yo no miro a la danza: "¿Qué lleváis ahí, el Conde?
la que miro yo es ti ; Conde, ¿qué lleváis ahí?
miro yo tu lindo cuerpo, "Llevo un pajecito
tan galán y tan xentil." que se me ha dormido en París.*'
Si bien vos parezco, el Conde, "Ese paje que tú llevas,
alza y vamonos de aquí. a mi .solía servir;
— 215
EN LA CIUDAD DE TOLEDO
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Un hijo tiene el Rey David "Malo estoy, el Rey mi padre,
que por nombre Hablor se llama. malo estoy y no como nada.
Namoróse de Tamar, "Sí comerás tú, Hablor,
aunque era su propia hermana.
Fuertes fueron los amores ; pechuguita de una pava."
"Yo la comeré, mi padre,
malo cayó, y echado en cama. si Tamar me la guisara."
Un día poi la mañana "Yo se lo diré a Tamar
su padre a verle entrare.
que te la salió
El Rey guise por
y teahí,
la traiga."
"¿Qué tienes tú, Hablori
hijo mío de mi alma?" Tamar por la puerta entrare.
219 —La salida de la puerta
" i Qué tienes tú, Ilablor,
hermano mío y de mi alma?" con Axalor se encontrare.
"De tus amores, Tamar, "¿Qué tienes tú, Tamar,
me trujieron a estas camas."
"Si de mi amor estás malo que te veo tan airada?"
no te levantes de esa cama. "Tu hermano Hablor
Tendióla la mano al pecho me quitó honra y fama."
y a la cama la arrollare. "No se te dé nada, Tamar,
Triste saliera Tamar, que antes que arraye el sol
triste saliera y mal airada. tú serás la bien vengada."
CANTAR DE ALIARDA
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Estábase Moriana cómo siembra el trigo en grano.
sentada en su salverado; Vido venir a Don Güezo,
mirando estaba sus campos, caballero en su caballo ;
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Desdichada fué Calmena, Con su espada desvainada
desde el vientre de su madre, a Calmena fué a matare.
por no parir una niña. Ellos en estas palabras,
Ya tan sólo en aquel valle, un paje a la puerta bate :
su suegra, como indiscreta, " Albricias, señora, albricias,
un consejo le fué a daré:
Calmena
Vi pariódeluninfante,
sea nada infante."
"Vaste mi nuera, Calmena,
a parir en ca de tu madre ; vi Calmena se levante,
cuando viniere Guarismo su suegra, como le vido,
yo le daré que almozare ; salió loca por las calles.
le pondré la mesa limpia "Acudime, buena gente,
y le haré que cenare." que a Calmena va a matare."
Ella se fué por ahí. "Áspera, señor, áspera,
Guarismo a la puerta bate. encomendarí a mi madre,
"¿A dó Calmena, mi madre, que no se lo dé a mi niño,
Calmena y mi buen donaire? que no se lo dé a tu madre.
De que no la veo en casa Que ella me diera el consejo,
se me oscurece el lugare. " y ella me mandó a matare."
"No preguntes por Calmena. "Siempre la oí decir,
ni la digas donaire; en la casa de mi padre,
ido se había, mi hijo, que las suegras y las nueras
a parir en casa de su madre,
ma dicho mala mujer siemprevuelta
Diera se quieren male. "
a su caballo.
y tú sois hijo de un fraile." Y a su madre fué a matare.
— 225 —
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La Reina xcrifa mora, Sino es Condesa y Marquesa,
la que mora en la Almería, señora de gran valía."
dice que tiene deseo "Tomís, señora, las llaves
de una cristiana cautiva.
de
''Si espensa y la cocina."
las tomari,
Los moros, como la oieran, señora,
de repente se partían. por la gran desdicha mía.
De ellos se van para Francia, Ayer, Condesa y Marquesa;
y de ellos para la Almería.
hoy, esciavaestaba
La Reina en la preñada,
cecina."
Se encuentran con el Conde Flores,
que la Condesa traía. y la esclava estaba sentida;
Plumas de oro en la su mano, quiso Dios y la fortuna,
yendo una gran cortesía. las dos paren en un día.
Pidiendo al Dios del Cielo, La esclava pariera un niño
que la diera hijo o hija, y la Reina parió una niña.
para heredarle sus bienes ; Las perras de las comadres,
que herederos no tenía. para ganar su platica,
Ya matan al Conde Flores dieron el niño a la Reina
y a la Condesa traía ; y a la esclava dan la niña
se la llevan de presente Un día estaba la esclava
a la Reina de Almería. botizando a la niña ;
"Tomís, Señora, esta esclava, de lágrimas de sus ojos
la esclava que vos queríais; la cara lavó a la niña.
que no es mora ni es judía, "Ay mi niña de mi alma!
ni es echada a malicia. ¡ Ay mi niña de mi vida !
15
— 226
DE VALENCIA PIDO
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en ellas labraba
"De Valencia pido,
de la blanca niña, y en ellas cusía,
que en toda la España, y en ellas gastaba,
no la hubo tan linda ; oro y seda fina.
vuestras manos blancas Y en ellas men señé
son prisiones mías :
matáis a los hombres desde yoen chiquita."
Alzóla sus brazos ;
a la mar se iría,
que andan por la vía."
"Anda con Dios, Conde, lloros y bramidos
mira, que soy niña; de la blanca niña.
si mi padre lo sabe, "Non llores, mi alma;
por Dios, cati riña. non llores, mi vida ;
Yo no trato amores ciento y veinte ciudades,
sino almohaditas, anda como andarías,
otras tantas casas 227 —
de la cocinería ;
ande vivirías. la pondré yo reina
Otras tantas salas en las tierras mías.
ande vos estarías. Sacaré a tu hermano
Otras tantas damas de la tizonería;
que vos sirveríais. le pondré grande
Sacaré a tu padre
de la pescaduria ; en la España
Como eso oyó mía."
la niña
le pondré Alcaide ya se vencería,
en la Andalucía.
y por la mañana
Sacaré a tu madre ricas bodas se hacían.
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Ya se va la blanca niña me dites peches tan lindos,
a dar paños a lavar ; como el limón, limonar;
sola lava, y sola tiende, me dites brazos hermosos
sola estaba en su rosal, como albures de la mar.
mientras los paños cnsuga Me dites tripa tan linda,
la niña dice un cantar : como río de nadar ;
"Dios del Cielo, Dios del Cielo, me dites pies chiquititos ;
que es padre de piedad, zapatos de cordobán ;
me dates cabello rubio, me dites marido viejo,
para peinar y trenzar ; viejo era y de antigüedad;
me dates cara hermosa, para subirse a la cama,
como rosa en el rosal ;
me dales ojos hermosos, no
Oídose lopuede
había menear."
el buen Reye
como antojo de cristal; desde su rico altar.
me dates sejita en arco, "¡Oy, válgame Dios del cielo,
como cinta del telar ; oy, que bonito cantar,
me dates nariz chiquita, si son ángeles del cielo
como dátil del tilar ;
o sirena de la mar."
me dates boca chiquita, "No son ángeles del cielo
como anillo de dorar ; ni sirena de la mar.
me dales labios hermosos, La blanca niña, soy Reye,
como filos de coral ; que a mi Dios vine a loar;
me dates dientes chiquitos, que me dio todo hermoso
como perlas de enfilar;
me dates lengua hermosa, yComo
viejoeso
de oyera
antigüedad."
el buen Reye,
¡ay qué dulce tragar pan! la mandara a demandar ;
me dites barba tan linda, mandó cien arcos de oro
como taza de cristal ; y otras tantas de axuar ;
me dites gamba hermosa, otro día en la mañana,
como rosca del sobar; las ricas bodas se arman.
230 —
XULIANA EN SU CASTILLO
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QUIEN QUIERA TOMAR CONSEJO
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Quien quiera tomar consejo, a las tierras de Aragón.
venga a mí, y se le daré; " Vos sois chiquita, la niña ;
por que a nadie le acontesca,
lo que a mí me acontesió, no
Parapodéis cabalgar,
mí, merca una no"
muía;
por amar a una bonita, para vos, merca un mogo;
dentro de mi corazón; ducados para Sevilla,
Catalina se llamaba, y moneda para Aragón.
Catalina, y nuevo amor. Ochitos para los puertos,
Di jome que la llevara, por que no mos vuelvan, no.
— 232
UN HIJITO LA PRINCESA
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Un hijito la Princesa,
un hijito caronale ;
si el Rey lo quiere mucho,
la Reina mucho y de mades ;
por darle del buen dotrino que si el Rey le da el vestido,
con el Rey lo puso paje. la reina le da el calzare;
— 233
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Estábase la Delgada asomóse a un balcón,
en su silla de oro sentada; a una ventana muy alta.
peine de oro en la su mano, Encontró allí a su madre,
los sus cabellos peinaba. peinándose las sus canas:
Por ahí pasó el Rey, su padre, "Mi madre, por de
ser agua;
mi madre,
que de ella se enamorara. déme un sorbito
"Por tu vida, la Delgada, que de sed y no de hambre
si será mi namorada. " salir se me quiere el alma."
"Nunca Dios tal quiera, padre, "Yo te la diera, mi vida,
ni tal quiera ni tal haga; yo te la diera, mi alma ;
que en vida de la mi madre, me temo del Rey, tu padre
seré su xerica mala." que conmigo las tomara."
Ya se va la Delgadita,
"Ahina, mis caballeros,
atalda a esa baranda ; de baranda en baranda,
dalda a comer tocino, hallare a sus hermanos
no la dis a beber agua. jugando en juego de danza.
Si pidiera a donde dormir, "Hermanos, por ser hermanos,
dalda ese jergón de paja. dadme un sorbito de agua,
Si pidiera de tapar, que de sed y no de hambre,
dalda una estera quemada." salir se me quiere el alma."
Ya se va la Delgadita, "Vete, vete, la Delgada,
y de baranda en baranda, la perra y la desvergonzada,
que en vida de la mi madre —
235 déme un sorbito de agua,
serás su xerica mala." que de sed, y no de hambre,
Ya se va la Delgadita, salir se me quiere el alma."
y de baranda en baranda, "Ahina mis caballeros,
asomóse a un balcón, dalda un sorbito de agua;
una ventana muy alta. en esa jarra de lata,
Allí halló al Rey, su padre, donde beben mis criados."
en silla de oro sentado. Ellos en estas palabras,
"Mi padre, por ser mi padre, Delgadita entregó el alma.
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INSTRUCCIÓN PÚBLICA
♦ * *
(i) lie aquí la lista de las obras y trabajos publicados por el doc-
tor A. S. Yahuda, a que se refiere la citada comunicación: La len-
— 255 —
ta aquí el informe de la Facultad de Filosofía y Letras de
Madrid.
Los sefardíes tienen ya en España a uno de los suyos
ejerciendo oficialmente el roble sacerdocio de la enseñanza.
La juventud hebrea puede acudir a la Patria de sus
mayores, donde brillaron los más grandes ingenios sefar-
díes, para conocer en un templo del saber las glorias de sus
antepasados y emularlas engrandeciendo la raza española.
LA CARIDAD Y EL PATRIOTISMO
(1) Kahal.
(2) El número de vocales es variable con arreglo a la impor-
tancia de la Comunidad.
— 259 —
enfermo grave en una casa, acuden los miembros de la
Jebrá; encomiendan, según el rito hebreo, el alma del
agonizante, lavan y amortajan el cadáver, le acompañan a
la sepultura y sólo dan por terminada su misión después del
sepelio. Otra Comisión atiende a la instrucción pública. Su
objeto es fomentar la enseñanza de la lengua hebraica y
proporcionar alimentos a los estudiantes necesitados. La
obra de las cantinas escolares la practicaban los hebreos
antes de que la implantase Europa en sus escuelas. Exis-
te también la Comisión especial de Talmud Thorá (i).
La Directiva de la Comunidad impone gabelas con ob-
jeto de arbitrar recursos para la beneficencia. Sobre la
carne pesa un tributo que en Tetuán produce 25.000 pese-
tas anuales ; los pudientes, que compran carne, contribuyen
a que los menesterosos tengan también su ración. Algo
parecido ocurre con el pan. Cada familia bien acomodad?
ha de entregar semanalmente uno o des panes y el sábade
son distribuidos entre los pobres. Asimismo cobra la Jun-
ta semanalmente a domicilio una limosna, que varía según
la posición social del donante, destinada a obras de ca-
ridad.
En cada una de las tres pascuas hebreas el Directorio
practica una colecta extraordinaria, clasificando las limos
ñas en tres categorías: la primera, de 100 pesetas; la se-
gunda, de 50, y la tercera, de 25. Abonan este estipendio
los ricos y la clase media. Con el importe de lo recaudado
compra la Junta harina y carne para que los pobres ce-
lebren las fiestas rituales.
La beneficencia posee fincas procedentes de testament*-
* * *
POLÍTICA SEFARDÍ
(i) He aquí las bases por que se rigen las asociaciones hebreas:
i.° La asociación hispano-hebrea tiene por objeto:
a) gen' Mantener y desarrollar
español el amor a la patriaentre los hebreos marroquíes de ori-
española.
b) Difundir y propagar el idioma castellano.
c) Propagar por todos los medios entre los hebreos res'dentes en
Marruecos el pensamiento español en todas sus manifestaciones.
d) Fomentar y favorecer las relaciones comerciales, artísticas,
científicas y literarias entre España y Marruecos.
— 301 —
opiniones religiosas, ni por el ejercicio de su respectivo
culto."
El Código penal castiga a todo aquel que con "hechos,
palabras, gestos o amenazas, ultrajare al ministro de cual-
quier culto. Al que por los mismos medios impidiere la
celebración de funciones religiosas. Al que escarneciere pú-
blicamente alguno de los dogmas o ceremonias de cualquier
religión que tenga prosélitos en España. Al que con el
mismo fin profanare públicamente vasos sagrados o cuales-
quiera otros objetos destinados al culto". '
El edicto de los Reyes Católicos es hoy solamente en Es-
paña un documento histórico, que señala la única mancha
de un glorioso reinado.
* * *
FIN
ALGUNAS OPINIONES
sobre
LA ACCIÓN SEFARDÍ
PRÓLOGO DE LA EDICIÓN ANTERIOR
DE LOS HEBREOS EN MARRUECOS
::ra': re raer
:ri aar:: :
:er. si': er
- 324 -
* * *
* * *
Arcila (Marruecos)-
* * *
D. I. Cardozo.
Amsterdam.
— 329 -
Isaac Revah.
Barcelona.
* * *
Amsterdam.
* * *
El nombre es el hombre.
Una antigua tradición hebraica aconseja en el Talmud
fijarse previamente en el nombre de la persona con quien
se vaya a entablar cualquier relación para, según su sig-
nificado, adivinar los sentimientos de aquella persona,
evitando así consecuencias que pueden ser fatales, cuyo
procedimiento, puesto en práctica por el umversalmente
— 339 —
renombrado doctor del Talmud, Ribbi Meir, ha dado, se-
gún dicha tradición, resultados admirables.
La base de la repetida tradición es que la Providencia,
por uno de esos misterios insondables que rigen los des-
tinos del Universo, y que la ciencia y la inteligencia hu-
manas no han podido explicar, pone en la idea de los
hombres dar a su prole un nombre cuyo significado esté
en consonancia con sus cualidades, sean de virtud o de
corrupción.
Si siguiendo sus huellas se aplicase al doctor Pulido,
quien no le conozca — si es que puede haber en el lugar
más recóndito del mundo hebreo alguno que ignore la
gloriosa campaña del ilustre apóstol — fácilmente se dará
perfecta cuenta de sus innumerables virtudes, como tam-
bién para los que tenemos la dicha de conocerle quedarán
al descubierto los sentimientos altamente nobles que ate-
sora corazón tan prodigioso en generosidad que no hayan
tenido ocasión de revelarse, pues con decir Ángel y Pu-
lido está dicho todo.
El ser Pulido de nacimiento significa que el Todopo-
deroso creó un alma buena, noble y generosa, implantándo-
la en esta familia; así tendría obligadamente que llevar
tan significativo apellido sin que nadie lo pudiese estor-
bar, pues siendo hijo de Pulido, Pulido tenía que ser.
Luego, por inspiración divina, los hombres han corro-
borado lo hecho por la Providencia, aplicándole el expre-
sivo nombre de Ángel, con lo que nos resulta nuestro en-
trañable protector Pulido en toda la acepción moral de
la palabra y Ángel en cuanto es dado aplicarlo como ob-
jetivo a un ser humano, como encarnación de virtudes y
— 340 —
El dice así :
"El judío era un tipo legendario, maltratado por una
historia falsa y por referencias y libros tendenciosos, al-
gunos escritos por diplomáticos y cónsules... De él ha-
blaban solamente con párrafos de indignación y represen-
taciones iconológicas horrendas, los sermones y las pro-
cesiones públicas en los días de Semana Santa. Era un ser
maldito, antipático, falso, avaro, sucio, maloliente, etc.
Por esto cuando de una parte, con motivo de mis via-
jes, me puse al habla con ellos y luego con grande interés
estudié su vida, sus costumbres, su culto, sus sociedades
benéficas, sus instituciones económicas y morales, su con-
ducta con las naciones donde vivían... ; de otra parte, cuan-
do estudié su amor al pasado hispano, su santo respe-
to a la lengua de sus antecesores, las ternuras y nos-
talgias que sienten y elocuentemente demuestran, si re-
cuerdan la nación donde fueron felices muchos siglos y
cuyas glorias se transmiten en conversaciones de genera-
ción en generación — y todo esto lo aprendía yo al mismo
tiempo que mi espíritu impregnaba con lecturas del Evan-
gelio— , surgió en mi conciencia una convicción firme y
un estímulo imperativo: el de realizar una intensa obra
de cultura, de humanidad, de patriotismo y de sentimien-
to cristiano, empleando mi voz en el Parlamento y mi
pluma en la Prensa y en los libros, para reivindicar un
pueblo tan disparatadamente desconceptuado y para re-
conciliarlo con la patria que había dejado en 1492."
El acaba como sigue:
— 345 —
H. Bejarano.
Gran Rabino de Turquía. Miembro
de la Academia de la Lengua de
Madrid y del Comité académico
de Historia Internacional de París
Constantinopla.
♦ ♦ ■♦
Alberto M. Esquenazi.
* * *
Caracas (Venezuela).
Tánger.
Constantino pía.
23
— 354 —
José M. Estrugo.
* * *
— 355 —
Mi querido amigo:
Celebro la idea que ha tenido usted de tributar un ho-
menaje alilustre Doctor Ángel Pulido, biografiando su vida
v relatando lo que este hombre, dotado de las tres cuali-
dades necesarias para realizar algo grande en la vida: la
conciencia, el corazón y el talento, ha hecho en su gloriosa
existencia, consagrada a la ciencia, a su patria y a la huma-
nidad.
Y aplaudo tanto más esta idea cumplida en España, por-
que el Doctor Pulido, con sus apostolados, parece ser más
conocido, comentado y admirado en el Extranjero que
en su propio país, con serlo en éste mucho.
Pulido ha hecho por la España moderna más que cien
conquistadores. Estos, a vuelta de grandes estragos, logran
ocupar y dominar un país para su patria. Pulido ha sabido
conquistar para España millones de sefardíes y el apre-
cio universal de un pueblo diseminado por todo el mundo.
Pero ha hecho más : les ha presentado como una madre
adorable la que en pasados tiempos dejó de serlo. Gra-
cias aél, una gran parte de esos sefardíes puede trabajar
y trabaja ya eficazmente por la prosperidad industrial y
comercial de su antigua patria.
Para comprender la importancia de la campaña del doc-
tor Pulido en pro del pueblo israelita español, basta fijar-
se en cómo esa Francia, admirable y gloriosa, siempre
consciente de sus destinos, gasta anualmente millones de
francos en subvencionar la Misión Laica, la Alianza Israe-
lita Universal y las Congregaciones múltiples. Estas ins-
— 356 —
Prólogo
PARTE PRIMERA
Ojeada histórica
I. — España y Marruecos 5
II. — Los hebreos en España desde la invasión árabe
hasta los reyes Católicos 49
III. — Las dinastías cherifianas 87
IV. — Época contemporánea 101
PARTE SEGUNDA
El estudio social
I. —
El hebreo y el musulmán 115
II. —El espíritu religioso 131
III. —La familia 155
IV. — Usos y costumbres 171
V.— El idioma 191
VI. — Viejos romances de Castilla 207
VIL — Instrucción pública 237
VIII. — La caridad y el patriotismo 257
LX. — Las relaciones religiosas y comerciales de los he-
breos de Marruecos 271
X. — Política sefardí 289
Pesetas
EN PREPARACIÓN
DS Ortega, Manuel L.
135 Los hebreos en Marruecos
m c2. ed.
07
1919