Material de Lectura Procesos Politicos 2024

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 59

PROCESOS POLITICOS Y ECONÓMICOS Y EL

MUNDO DEL TRABAJO ACTUAL

MATERIAL DE LECTURA
GASTRONOMÍA 2024

Profesora Gabriela Avalos


Es probable que uno de los primeros interrogantes que se les presente a los estudiantes
a la hora de iniciar la materia procesos políticos y económicos y el mundo del trabajo actual
sea el siguiente: ¿Qué tienen que ver los procesos históricos con la carrera que elegí? Pues
estimados alumnos, en respuesta a ello tengo para decirles que la Tecnicatura Superior en
Gastronomía tiene por finalidad, además de formar técnicos superiores con capacidades
profesionales para desempeñarse con solidez en el área de la gastronomía, favorecer el
desarrollo integral de los estudiantes ofreciéndoles condiciones para su crecimiento personal,
inserción en el mundo laboral y la vida comunitaria. Y para alcanzar ese objetivo, resulta
clave que el alumno identifique las principales organizaciones que rigen el mundo del
trabajo, su origen, su historia y su incidencia en el mundo de la economía y la sociedad
contemporánea, lo cual lo van a poder aprender a través de la presente asignatura.
Es importante que desde un principio se comprenda que el concepto de “trabajo” es
una construcción histórica. Su contenido, significado y valor pueden variar de acuerdo a los
procesos históricos y a los distintos contextos sociales, económicos y culturales.
El trabajo es una construcción histórico social y da cuenta de los cambios que se
producen en el mundo productivo y laboral. A lo largo de la historia, la sociedad ha
organizado de distintas formas sus modos de producir y de generar riqueza. Es decir, el
trabajo implica relaciones sociales y grados específicos de desarrollo de los medios y fuerzas
productivas que dan origen a los diferentes modos de producción. Es posible, entonces,
distinguir diferentes formas de organización de las relaciones de producción en distintos
momentos de la humanidad. De esa manera, se pueden distinguir estructuras sociales
diferenciales en torno a los modos de producir y acumular: en la sociedad primitiva, en la
sociedad antigua, en la sociedad feudal y en la sociedad capitalista.
Con el nacimiento del capitalismo, la fábrica se convirtió en la unidad de producción
sobre la que se levantó el nuevo sistema económico. La aparición de las maquinarias y el
concomitante aumento de la productividad modificaron de forma radical la vida de los
trabajadores. Lejos de los lazos de servidumbre vigentes en el feudalismo, ahora hombres y
mujeres establecen con sus empleadores contratos de trabajo en condiciones de igualdad y
libertad: el trabajador vende su fuerza de trabajo diaria a cambio de un salario. Cabe señalar
que el trabajo asalariado predominante en la actualidad no ha constituido una constante de
la naturaleza humana, sino sólo una categoría histórica.

Profesora Gabriela Avalos


UNIDAD I: PROCESOS HISTÓRICOS CONTEMPORÁNEOS:
antecedentes.
El capitalismo, Revolución Industrial y división internacional de trabajo.
El feudalismo de la Edad Media comenzó a ser sustituido por un nuevo orden económico
social que promovía el comercio e intercambio de bienes, se trata del capitalismo. El cual
es definido como aquel sistema económico y social originado en Europa Occidental, con el
surgimiento de rutas comerciales que comenzaron a conectar distintas regiones de Europa.
Para algunos historiadores nace en el siglo XV y para otros hacia fines del XVIII, se basa
en la propiedad privada de los medios de producción (las tierras, las máquinas, los medios
de transporte y las instalaciones) y en la existencia de un mercado libre donde se comercian
bienes, servicios, productos y trabajos. Un sector o clase social en este sistema es dueño de
los medios de producción y del capital necesario para sostener los costos; se trata de la
burguesía. Este grupo, que nace hacia el siglo XII, fue creciendo en poder hasta controlar los
Estados para fines del siglo XIX. Con esa influencia sobre los Estados y teniendo la posesión
del capital, las máquinas y las instalaciones productivas, ha necesitado de fuerza de trabajo
para poder realizar los productos que luego vendería en el mercado. En este sistema, los
trabajadores/as se ven obligados para poder sobrevivir y evitar caer en la pobreza a vender
su fuerza de trabajo. Lo harán a cambio de una contraprestación económica: el salario.
En el sistema capitalista los medios de producción deben ser privados y no propiedad del
Estado. Su finalidad es generar mayor competencia de mercado y producción de bienes y
servicios que satisfagan las necesidades de los individuos. Se caracteriza por defender la
propiedad privada, fundamental para promover la competencia de mercado (existencia de un
gran número de compradores y vendedores), generar mayor acumulación de capital y
establecer un sistema de precios.
La plusvalía y el mercado de trabajo.
Según Karl Marx, la PLUSVALÍA es la ganancia que produce un trabajador y que es
apropiada por su patrón. Se obtiene a partir de la diferencia que se produce entre el costo de
la fuerza de trabajo (salario) y la ganancia que obtiene el empresario, dueño o patrón, fruto
de aquella producción.

Tradicionalmente, el concepto fue acuñado para describir la realidad europea de la segunda


mitad del siglo XIX, que tenía una producción industrial cada vez más fuerte y una clase

Profesora Gabriela Avalos


obrera cada vez más explotada, la cual no tenía más que su fuerza de trabajo y la vendía en
el mercado. No obstante, se trata de un término que aún permanece vigente en las sociedades
actuales, toda vez que forma parte del sistema capitalista. La plusvalía y la noción de
mercado de trabajo son componentes esenciales del capitalismo.

¿Y de qué modo los capitalistas acumulan sus riquezas? El valor de la venta del producto en
el mercado es superior al del costo de su producción; de lo contrario no existiría ganancia.
Por consecuencia, la ganancia con que se queda el capitalista no fue producida solo por lo
que él aportó, sino también por lo que aportó la o el trabajador. En el sistema capitalista, esta
porción de valor extra que se obtiene de un producto no es redistribuida al trabajador, y
precisamente ese valor extra (o plus del valor; valor adicional) es lo que constituye la
«plusvalía», la cual es apoderada por el capitalista permitiéndole así la acumulación de
mayor capital, mientras que las y los trabajadores solo pueden continuar siendo asalariados.

La Revolución Industrial fue un proceso histórico de transformaciones económicas y


sociales que tuvo lugar en Inglaterra aproximadamente entre 1760 y 1840, y que
desencadenó cambios sin precedentes en las sociedades occidentales y, luego, en todo el
mundo. Supuso un cambio notable en la forma de producir y en la organización del trabajo.
Provocó una inmensa generación y acumulación de riqueza, generalmente concentrada en
los sectores burgueses que tenían la propiedad de las fábricas o se dedicaban al comercio y
las finanzas. Se caracterizó por el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la producción en
gran escala y la concentración de fábricas en ciudades. La invención más importante del
período fue la máquina de vapor, cuyo combustible era el carbón mineral y cuyo uso
incrementó a niveles sin precedentes la producción y el transporte. También fueron
importantes otros inventos como las máquinas hiladoras y el telar mecánico, que permitieron
producir más textiles en menor tiempo.
Este cambio también influyó en las posteriores innovaciones tecnológicas y productivas que
expandieron el capitalismo a nivel mundial.
La Revolución Industrial, marcó una profunda ruptura con el pasado, un cambio drástico y
fundamental en las formas y métodos de trabajo y en las relaciones que establecieron los
hombres en el proceso de producción. Rompió con las formas productivas vigentes desde
hacía siglos pues permitió el pasaje de una producción limitada a la producción de una
cantidad tan abundante de bienes como nunca antes había conocido la humanidad.

Profesora Gabriela Avalos


Entre las principales características de la Revolución Industrial, se destacan:
- La producción industrial a gran escala, especialmente textil, metalúrgica y de alimentos
(gracias a la llamada “revolución agrícola”).
- El reemplazo de talleres artesanales y sistemas domésticos de producción de manufacturas,
por el sistema fabril (mecanizado y concentrado en fábricas).
- La migración masiva de población del campo a las ciudades.
- El enriquecimiento de la burguesía (industrial, comercial y financiera) y su creciente
dominio sobre la economía y la política, en detrimento de la nobleza.
- El surgimiento de una nueva clase social: el proletariado.
- El desarrollo de innovaciones tecnológicas (como la máquina de vapor) y de industrias
mecanizadas, como la textil, la siderúrgica (hierro y acero) o la minera.
- La progresiva sustitución del hierro por el acero, una aleación de hierro y carbono más dura
y resistente.
- El desarrollo del comercio a nivel mundial (debido a la gran capacidad de producción y
a las innovaciones en el transporte terrestre y marítimo).
- La predominancia del capitalismo británico, que se benefició del comercio internacional
gracias a su poder marítimo y al acceso a materias primas baratas, especialmente el
algodón del sur de Estados Unidos y de la India.
Los grandes cambios que simultáneamente experimentaban en la organización de sus
sociedades, Inglaterra, otros países de Europa Occidental y Estados Unidos y el sistema
económico social capitalista que en ellos se consolidó terminó incorporando a su lógica a la
mayor parte del planeta, a través de un ordenamiento económico mundial conocido como
división internacional del trabajo.
En el momento de la historia universal en el que se avanzaba hacia la consolidación del
capitalismo, Inglaterra tenía desde el siglo XVII una posición hegemónica en el mercado
mundial que derivaba entre otras cosas de la posesión de un vasto imperio colonial que se
extendía por América, Asia y Africa. La Revolución Industrial fortaleció ese liderazgo
internacional y bajo el impulso de su burguesía industrial, desde mediados del siglo XIX,
impuso en el mundo un nuevo ordenamiento económico, conocido en el mundo como
división internacional del trabajo. De acuerdo con este sistema, cada país debía dedicarse
a producir y vender aquello que hacía mejor y más barato; el resto debía ser adquirido en
el mercado internacional. El librecambio constituía una herramienta fundamental para el

Profesora Gabriela Avalos


funcionamiento de esta división de tareas a escala internacional. Muchas eran las ventajas
que este sistema entrañaba para Inglaterra: la concentración dentro de sus fronteras de las
actividades ligadas al progreso tecnológico; la aceleración del proceso de acumulación a
través de la importación de alimentos y materias primas más baratos que las producidas
localmente, la apertura de nuevos mercados (los países de producción primaria) para su
producción industrial excedentaria y la exportación hacia esos países de una importante masa
de capitales con el doble objetivo de obtener altos rendimientos y de ajustar sus economías
a las necesidades de la especialización internacional. En cambio, para los países de
producción primaria, por ejemplo los latinoamericanos, el sistema entrañaba serias
limitaciones: los tornaba muy dependientes de la demanda y de las inversiones de los países
industriales; quedaban relegados del desarrollo científico y tecnológico y toda la economía
nacional de organizaba en torno a la producción de uno o pocos productos primarios.
Además de la aplicación del libre cambio, el proyecto de especialización económica pudo
concretarse por los avances tecnológicos que se produjeron simultáneamente en los medios
de transporte y comunicación. El ferrocarril, que en poco tiempo conectó a todo Europa.; las
transformaciones que se operaron en la navegación marítima revolucionaron una vez más el
comercio mundial ya que produjeron un acortamiento temporal de los viajes, un aumento de
los volúmenes de mercancía transportadas y una disminución significativa de los costos de
los fletes. El telégrafo, que comenzó a utilizarse en 1830 y se difundió a mediados del siglo
XIX con la instalación del primer cable submarino, tuvo a su vez un efecto revolucionario
en el campo de las informaciones y las comunicaciones. Todas estas innovaciones
permitieron la expansión del comercio, pero la integración de la economía mundial fue
posible además porque casi simultáneamente se pusieron en marcha otros dos procesos de
suma importancia: las grandes corrientes migratorias y los movimientos internacionales de
capitales.

Realidad de América Latina el siglo XIX: quiebre del orden colonial Iberoamericano.
A principios del siglo XIX en las colonias latinoamericanas hubo un fuerte sentimiento
independentista y a través de alzamientos militares fueron consiguiendo su independencia
de la corona española. El proceso de independencia corresponde al periodo en el que se
llevaron a cabo acciones en las colonias latinoamericanas para lograr su Independencia de
los países que las gobernaban. Pero, ¿Cuáles fueron las causas que promovieron esos

Profesora Gabriela Avalos


movimientos independentistas? Se podría mencionar causas externas e internas. Las
externas son las que ocurrieron fuera de América Latina y son: 1) El Capitalismo, 2) La
Revolución Industrial, 3) La Revolución Francesa: se trató de un conflicto social y político
que convulsionó Francia y sirvió para que el resto de las naciones se sientan capaces de
enfrentar a partidarios del sistema conocido como Antiguo Régimen o absolutismo. Los
filósofos de la Ilustración como Montesquieu, Rousseau, Voltaire criticaban la monarquía
absolutista, la intolerancia religiosa y proponían que cada pueblo se gobernase a sí mismo
democráticamente, es decir pasar de un gobierno autocrático y autoritario a un gobierno del
pueblo; 4) la independencia de las colonias inglesas en América por ejemplo el 4 de julio
de 1776 Estados Unidos firmó la Declaración de Independencia frente a Inglaterra, esto llevó
a que esas ideas independentistas quieran ser imitadas por las colonias latinoamericanas; 5)
Las reformas borbónicas: fueron un conjunto de medidas políticas, administrativas,
religiosas, culturales y económicas implementadas por los Borbones españoles durante el
siglo XVIII. Se aplicaron en España y especialmente en los dominios americanos. La puesta
en marcha de estas reformas tenían como objetivo reforzar el poder real, centralizar la
administración, incrementar la recaudación impositiva y asegurar la dominación sobre las
colonias americanas. 6) Crisis de la monarquía española: En 1808 Napoleón Bonaparte
invade España, tomando como prisionero a Fernando VII, esa noticia llega a América, donde
en ese momento había un vacío en relación a la figura de la monarquía, el gobierno se
desmembró y las colonias quedaron sin autoridad de la corona española. Ello daba cuenta de
la necesidad de independizarse y autogobernarse ya que desde la metrópolis española no
había nadie para gobernarlos. Ante la invasión de los franceses a España, en América Latina
se formaron Juntas de Gobierno locales en las diferentes regiones para organizar la
resistencia a la invasión napoleónica.
En cuanto a las causas internas, aquellas que ocurrieron en el territorio de las colonias
americanas se puede mencionar: 1) Monopolio comercial de España, quien fijaba los precios
de compra y venta de artículos que se comercializaban y los impuestos que se cobraban a los
americanos eran excesivos. Por ello las colonias deseaban alcanzar la independencia y
terminar con esa política comercial. 2) Los criollos querían que los puestos de la
administración española en América fueran ocupados por personas nacidas en América no
por peninsulares nacidos en España y por eso con más derechos a ocupar los altos cargos
políticos. Además pretendían la eliminación o diminución de los impuestos que existían

Profesora Gabriela Avalos


sobre las actividades económicas que se llevaban a cabo en América, manifestaban su
oposición al monopolio comercial, a las reformas borbónicas y a las restricciones
comerciales que España había establecido.
Desde 1810 los americanos iniciaron la aventura de la independencia, que culminaría con
el derrumbe del gobierno español en el nuevo continente. Casi simultáneamente Juntas de
Gobierno reemplazaron a las autoridades designadas por la monarquía española: por
ejemplo: el 25 de mayo en Buenos Aires.
La Independencia trajo como consecuencia el final del monopolio español y con ello la
apertura de Latinoamérica al mercado mundial y su inserción en la división internacional
del trabajo como proveedora de materias primas para la industria inglesa, otros países de
Europa Occidental y los Estados Unidos. Así nace el modelo Agro – exportador, basado en
la exportación de materia prima y alimentos hacia los países industrializados y en la
importación de bienes producidos en fábricas del Reino Unido, Estados Unidos y otros
países. Este modelo se extendió a la ganadería y la minería. La principal beneficiada fue la
burguesía latinoamericana, que acaparó las tierras fértiles y los yacimientos mineros. Los
perjudicados resultaron ser los indígenas por ser desposeídos de sus tierras y explotados de
diferentes maneras.

Surgimiento y Consolidación de nuevos Estados independientes.


Tras finalizar las guerras por la Independencia en América Latina, desaparecieron los
antiguos Virreinatos y desde mediados del siglo XIX se inició un largo proceso de
construcción y organización política de los nuevos estados latinoamericanos, el poder
político nació casi exclusivamente del poder militar y era ejercido por los sectores más altos
de la sociedad.
La emancipación política no era sólo un punto de llegada sino el comienzo de una etapa
colmada de dificultades y desafíos puesto que conservaban estructuras poco modernas que
fueron heredadas de la época colonial además de una pobreza generalizada, razón por la cual
los gobernantes de los países latinoamericanos quisieron modernizar las economías
regionales de sus países con algunas reformas de filosofía liberal. Pero las cosas no van a
resultar exactamente como ellos esperaban, la guerra provocó muchísimos problemas, los
nuevos países nacieron teniendo que enfrentar varias dificultades, tenían una economía muy
deteriorada, una parte de la población insatisfecha y además tenían dirigentes políticos

Profesora Gabriela Avalos


incapaces de llegar a un acuerdo y que se enfrentaban entre ellos para tener los puestos de
poder.
Los nuevos países latinoamericanos buscaban establecer una forma de gobierno que
reemplazara la antigua monarquía española, así que comenzaron a debatir respecto a cómo
debía estar organizado el Estado y cuál era la mejor forma de gobierno para sus países,
crearon nuevas leyes y nuevas instituciones políticas para su gobierno. Sin embargo, allí
surgió el mayor de los problemas, es que las nuevas instituciones fueron muy débiles, no
fueron capaces ni de hacer cumplir las leyes ni de mantener el orden en la población, por eso
las sociedades latinoamericanas se convirtieron en el lugar donde reinaban el desorden, las
revueltas populares y los enfrentamientos políticos.
En comparación con la etapa colonial, las décadas posteriores a la Independencia estuvieron
teñidas por la violencia, pues abundaron las luchas civiles y los conflictos entre los nuevos
países, cuyas fronteras aún no estaban bien definidas. En las luchas civiles latinoamericanas
se enfrentaron a menudo sectores conservadores y liberales. Los primeros pretendían
mantener una rígida jerarquía social, eran poco favorables al cambio, no veían con buenos
ojos la llegada de ideas innovadoras de Europa y, por lo general, defendían los intereses de
las zonas rurales, donde estaban sus propiedades. Por el contrario, los liberales eran
partidarios de abrir un poco más la participación a grupos no tan adinerados pero instruidos,
admiraban los avances de las sociedades europeas, que esperaban imitar en sus países, y
representaban mejor los intereses de los habitantes de las ciudades.
Los nuevos Estados americanos iniciaban procesos muy acelerados de modernización de la
economía y la sociedad, el Estado y la implementación de reformas liberales tendrían un rol
fundamental, serían la única posibilidad de crear un orden nuevo. El Estado Nacional fue
considerado por los sectores dominantes como la única institución capaz de movilizar
recursos y crear condiciones para superar el desorden y el retraso imperantes. Esta prioridad
atribuida a la creación del Estado obligaba, por una parte, a la constitución de ejércitos
nacionales frente a la influencia de los caudillos locales, así como a la consolidación de los
límites territoriales y, por otra parte, a la exclusión de las masas populares de las decisiones
políticas. El instrumento jurídico encargado de dar una configuración a esta organización
que se perseguía fue la Constitución, en nuestro país fue sancionada en el año 1853.
Si en Europa el liberalismo proclamó en muchos sectores la necesidad de que el Estado se
abstuviera de intervenir en la sociedad, en Latinoamérica el factor político tuvo un peso más

Profesora Gabriela Avalos


significativo que en otras regiones, porque aquí la consolidación del Estado constituía un
prerrequisito esencial. La intervención del Estado no se limitó únicamente a medidas de
fomento económico, sino que fue primordialmente una búsqueda de unidad nacional y
homogeneidad del espacio económico acotado nacionalmente. Estas tareas políticas debía
asumirlas de forma prioritaria el emergente Estado latinoamericano.
En el aspecto económico América Latina permaneció anclada en la exportación de sus
productos agrarios y mineros y en la importación de productos industriales europeos, con
balanza comercial favorable, pero con unas constantes necesidades de capital para mejorar
la explotación, transporte y comercialización de sus productos (bancos, ferrocarriles,
puertos, innovaciones técnicas, etc.). Todas estas innovaciones se introdujeron por la
inversión directa de capitales extranjeros o mediante empréstitos contratados por el Estado.
Después del largo período de inestabilidad que siguió a la Independencia, a finales del siglo
el modelo de Estado que se organizó en América Latina se define como "Estado
oligárquico", es decir, como una forma de organización en la cual la sociedad política en
este período no transcurrió por los cauces auténticos de la democracia y se caracterizó más
bien por una muy limitada representatividad política y una reducida base social de apoyo.
Estos sistemas políticos oligárquicos, conformados por una clase cuyos orígenes son
coloniales, basó su poder en el control de los factores productivos, en la producción y
exportación de productos primarios y utilizó directamente el poder político para aumentar
su dominación sobre las restantes capas sociales.
El Estado oligárquico centró su atención y sus recursos en el objetivo de "orden", siendo el
objetivo del "progreso" su natural corolario. La coyuntura económica es excepcionalmente
favorable para los grupos hegemónicos vinculados a la exportación durante el último cuarto
del pasado siglo.
En resumen, los estados que se constituyeron en América Latina durante el siglo XIX fueron estados
capitalistas, periféricos y dependientes de los mercados europeos que desde el punto de vista de su
configuración política adoptan el formato de repúblicas oligárquicas. Lo paradójico de todo ello
resulta ser que si bien se van conformando estados independientes a la vez se van volviendo
completamente dependientes económicamente de Gran Bretaña.

Estructuras sociales latinoamericanas, surgimiento de nuevos actores sociales e


identidades colectivas.
Antes de la Independencia, la sociedad colonial se encontraba dividida en sectores sociales

Profesora Gabriela Avalos


muy diferentes, que se distinguía por sus rasgos raciales, el grado de poder político que
poseían y el nivel de su riqueza. En la primera línea de la estructura social estaban los
españoles, a ellos le seguían los criollos (hijos de españoles nacidos en América) quienes
tenían el poder económico pero no el político, es decir no podían acceder a los puestos del
Estado; también estaba la burguesía, dueños de los bancos y los que habían acumulado
capital gracias al libre cambio imperante en la época; los campesinos trabajaban la tierra a
los españoles y a la burguesía, no eran dueños de la tierra, era la clase social más abundante;
los indígenas estaban en sus resguardos, tierras dadas por la corona para que ellos
desarrollaran sus actividades y para suplir las tareas de los indígenas, los españoles trajeron
a los esclavos, quienes no tenían derechos y era la clase social más baja.
Con el paso del tiempo, creció la rivalidad entre los criollos y los originarios de España,
quienes ocupaban cargos claves de administración y controlaban en su beneficio el
monopolio comercial. Esta rivalidad se puso de manifiesto en la revolución independentista
desencadenada a principios del siglo XIX.
La Independencia en América Latina no sólo significó una lucha política por el poder,
también se tradujo en reivindicaciones nacionales por reformar la tenencia de tierra y un
reconocimiento de derechos para los pueblos indígenas y las nacientes clases sociales
populares.
La emergencia de actividades productivas ligadas al sector primario exportador era el motor
que impulsaba los cambios en la estructura social.
La sociedad sufrió un enorme cambio fruto de la Independencia, se abolieron las diferencias
legales basadas en la raza, se pasó de una sociedad de castas a una sociedad de clases en la
que el nuevo elemento diferenciador fue la riqueza o el poder adquisitivo de cada persona.
La elite criolla blanca (los nacidos en América, pero descendientes de los Europeos), se había
hecho cargo de la dirección de los nuevos países ocupando puestos importantes en el Estado.
Sus miembros eran principalmente propietarios de grandes extensiones de tierra, dedicadas
a la agricultura o la ganadería y acaudalados comerciantes. En las ciudades aumentó también
el protagonismo de los blancos pobres, quienes encontraron fundamentalmente en el ejército
una herramienta para hacer valer sus intereses. Tras la revolución, la enorme población
indígena había mejorado muy poco su situación. La esclavitud comenzó a debilitarse, porque
muchos esclavos fueron liberados para ingresar a los ejércitos. Sin embargo, el número de
esclavos seguía siendo muy alto, especialmente en las zonas tropicales donde abundaban las

Profesora Gabriela Avalos


plantas de cacao, caña de azúcar y, años más tarde, las del café.
La población de América Latina era principalmente rural, pero a comienzos de la segunda
mitad del siglo XIX la población comenzó a volverse urbana, lo que produjo otra capa
social: el poblador urbano, que era conformado por artesanos y obreros, estos juntos con
los campesinos y trabajadores rurales, estaban en el estrato más bajo de la sociedad.
Además, entre 1850 y 1920 llegaron cuarenta millones de personas provenientes de Europa
y Asia, a América aumentando la pobreza. La migración modificó las sociedades
americanas con el poblador urbano y sus movimientos sociales.
Pese a que tras la independencia se pregonaba la igualdad de todos los ciudadanos, la
exclusión social es la lógica que explica la dinámica social del régimen oligárquico. La
realidad demostró que las dimensiones étnicas – raciales de la dominación impuestas durante
el periodo colonial mantuvieron inalterada su presencia. El problema de la estructura social
del orden oligárquico expresa su dimensión étnica en la guerra contra los pueblos indígenas
y en su concepción racial de aniquilamiento y menosprecio de su cultura.
La emergencia de la cuestión social y las luchas políticas reivindicativas de las clases
sociales dominadas y explotadas dentro del orden oligárquico vino a desestabilizar la
armonía y la paz social “tan arduamente construida a partir de la ideología del orden y el
progreso”. Las reivindicaciones de los campesinos y obreros van dando pie a una sociedad
conflictiva donde la oligarquía, inflexible en su dominio, usa la violencia directa para aplacar
las demandas de democracia política. La forma habitual de responder a las demandas de
mejores condiciones de vida, laborales y reconocimientos de los derechos sociales y
sindicales fue el ejercicio de la represión. Las fuerzas armadas fueron utilizadas para impedir
y reprimir cualquier reivindicación social y política. Los derechos ciudadanos de
participación fueron reivindicados y la estructura social impuesta por la doctrina oligárquica
de orden y progreso entró en crisis. Los sectores menos favorecidos no eran escuchados por
parte de los gobernantes, razón por la cual se organizaron para exigir sus derechos dando
paso a la formación de los movimientos artesanales y para finales del siglo XIX la formación
del movimiento obrero.
El surgimiento del proletariado estuvo vinculado al proceso de acumulación de capital y
responde a las peculiaridades históricas determinadas por el desarrollo de la vía oligárquica
del capitalismo en América Latina. La mayoría de los países enfrentaron un proceso de
proletarización de la fuerza de trabajo en función de las actividades primario exportadoras

Profesora Gabriela Avalos


controladas por las oligarquías. Cuando la incorporación de las oligarquías al mercado
mundial se dió por la vía de los productos agrícolas donde la mano de obra se concentraba
en el campo, el proceso de proletarización de la mano de obra sometida a formas pre
capitalistas revistió una importancia decisiva. Se trató de mantener por vías extra económicas
a la población atada a las haciendas, plantaciones y estancias ganaderas. Un gran número de
campesinos migraron a la ciudad en búsqueda de mejores condiciones de vida y mejores
salarios. En las ciudades, pasarían a engrosar una población asimilada a los trabajadores
menos calificados y más explotados, así como, dado el sentido de la lógica de acumulación
en América Latina, irán formando parte de un sector cuya dinámica los llevará a ser parte de
una masa marginal en un proceso de exclusión social.

Construcción del Estado Nacional Argentino: (1880-1930) liberalismo Oligárquico y


modelo agroexportador
Al comenzar la década del 1880 se iniciaba una etapa en la cual se consolidaba tres rasgos
importantes de la sociedad argentina: a) la instauración de un orden conocido como el orden
conservador, que aseguraba el control de la sucesión presidencial al grupo gobernante; en un
proceso cruzado por tensiones y conflictos diversos; b) económicamente modalidad de
producción, circulación y acumulación de capital bajo el sistema capitalista. El país se
integró al orden económico mundial como productor de bienes primarios para la
exportación; c) socialmente, se complejizó el cuadro social, caracterizado por un marcado
cosmopolitismo debido al impacto demográfico y cultural de la inmigración extranjera.
La Nación Argentina extendió su poder y autoridad hacia zonas que antes estaban bajo el
dominio indígena, como los territorios patagónicos y chaqueños.
El período se inició con la subordinación de la provincia de Buenos Aires, cuya principal
manifestación fue la federalización de la ciudad porteña. El proceso inaugurado con la crisis
del orden colonial se cerraba con el reconocimiento por parte de todas las provincias de la
autoridad del Estado nacional.
En el aspecto político: con el advenimiento del General Julio Argentino Roca a la presidencia
(1880-1886) de la mano del Partido Autonomista Nacional (PAN) se caracterizó por una
etapa de tranquilidad y prosperidad hasta entonces desconocidas. Las luchas civiles
quedaron en el pasado y las situaciones provinciales controladas. Con el lema Paz y
Administración se continuó con el crecimiento acelerado de la economía y la conformación

Profesora Gabriela Avalos


institucional del país. Pero la instauración de un poder legítimo y reconocido por las
provincias así como el crecimiento económico, tuvieron también su cuota de conflictos: en
el plano político, la “oposición al régimen” se hizo patente dentro de los grupos de la elite.
La formación de agrupaciones políticas menos sujetas a las alianzas de notables, crearon los
partidos políticos: Unión Civica Radical, Partido Socialista y hacia final de este período el
Partido Demócrata Progresista. Las transformaciones económicas y sociales fueron
acompañadas de nuevos problemas articulados alrededor de la salud de la población, las
dificultades habitacionales, la integración del aluvión inmigratorio y los conflictos políticos
y sociales que enfrentaban a nuevos actores como los empresarios capitalistas y los
trabajadores, en particular los localizados en las áreas urbanas. La cuestión social fue
definida como un conjunto de problemas cuya solución exigia la activa intervención del
Estado nacional.
El régimen del 80 puede ser definido como oligárquico porque el poder político fue
monopolizado por un grupo social minoritario que detentaba a la vez el poder político y
social. Para monopolizar las vías de acceso al gobierno y al Estado, la elite gobernante que
detentaba el poder (Generación del 80) construyó y puso en ejecución distintos mecanismos
de exclusión. El fraude y las intervenciones federales sirvieron para excluir a las
oposiciones consideradas peligrosas y a las mayorías populares. La oferta de cargos y
candidaturas se utilizaba para cooptar a las oposiciones moderadas.
En 1889 los que habían quedado marginados de la toma de decisiones del gobierno dieron
forma a un polo opositor que dio origen a la Unión Cívica, quienes tenían como objetivo
agitar la opinión pública contra el gobierno y preparar una revolución para derrocar al
presidente. Demandaban la libertad de sufragio, el respeto de las autonomías provinciales y
el restablecimiento de una moral administrativa. La Revolución del Parque de 1890 y la
renuncia de Juarez Celman abrieron un período de incertidumbre en el panorama político,
pues el PAN no podía imponerse tan fácilmente como en el pasado y la escena política de
fragmentaba.
Tras la revolución, la Unión Cívica se reunió para votar los candidatos para las elecciones
presidenciales de 1891, la formula se definió Bartolomé Mitre – Bernando de Irigoyen, pero
Mitre cuando regresa de Europa anuncia públicamente su acuerdo con Roca (PAN), lo que
produjo la división de la Unión Cívica, se formaron dos grupos: la Unión Cívica Radical
(liderados por Alem e Irigoyen) y la Unión Cívica Nacional (Mitre – Roca).

Profesora Gabriela Avalos


En este período se dictaron numerosas leyes:
• Ley de Educación Común Nº 1420 promulgada en el año 1884, la cual estableció la
escolaridad primaria, obligatoria y laica.
• Ley de Matrimonio Civil y del Registro Civil de las Personas, sancionada en 1888.
• Reforma electoral, durante la presidencia de Roque Sáez Peña (1910 -1916) se
sancionó la Ley electoral que establecía el voto universal, masculino, secreto y
obligatorio y la representación de las minorías mediante el sistema de lista
incompleta. Esta reforma electoral de 1912 fue la llave que abrió la puerta a otro
período político de la historia argentina.
Entre 1912 y 1916, los grupos emergentes de la modernización económica y social forzaron
la democratización del sistema político, produciéndose el pasaje de un Estado liberal
oligárquico a un Estado democrático.
1916-1930 Ampliación de la democracia. Los gobiernos radicales: el 12 de octubre de 1916
Hipólito Yrigoyen asumía la presidencia de la Nación, convirtiéndose en el primer
mandatario surgido del voto universal masculino. Con su llegada se produjo un cambio
fundamental en la forma de hacer la política. El nuevo presidente era un líder popular que
utilizaba novedosos métodos de conducción, a partir de la influencia ejercida sobre los
nuevos grupos medios y los sectores populares urbanos, quienes hasta aquí habían estado en
su mayoría al margen de la participación política.
La estrategia política utilizada por el gobierno para influir masivamente sobre los grupos se
basó en la instrumentación de técnicas de patronazgo político, lo cual desembocó en la
creación de numerosos cargos burocráticos y profesionales.
Al comienzo de la experiencia radical en el poder fue difícil en tanto debió enfrentar a una
oposición compuesta por un amplio espectro de fuerzas políticas. Además, uno de los
principales problemas de los radicales se hallaba en el Parlamento. La oposición
conservadora controlaba la Cámara de Senadores y podía trabar a voluntad todos los
proyectos del Poder Ejecutivo. Otro elemento importante es que la oposición gobernada la
mayoría de las provincias, por esa circunstancia como por el convencimiento de los radicales
de que tenían que encarar una tarea de reparación nacional, el gobierno de Yrigoyen apeló
en varias oportunidades a la intervención federal a distintas provincias.
La política de Yrigoyen debió enfrentar el desfavorable contexto de la guerra y la crisis de
la primera posguerra, signado por la inflación, el deterioro del salario real, la desocupación

Profesora Gabriela Avalos


y la consecuente ola de huelgas entre 1917 y 1919. No obstante, su actitud fue distinta de la
de los gobiernos conservadores, pues aspiraba a arribar a una cierta justicia distributiva e
integrar políticamente a los trabajadores en el sistema. Esta concepción marcó un nuevo tipo
de relación entre el Estado y la clase obrera. Por su propia convicción y por la oposición
parlamentaria a sancionar proyectos de ley sobre salario mínimo, duración de la jornada
laboral y seguro de trabajo, el presidente apeló a su participación personal y al arbitraje para
resolver huelgas y otro tipo de enfrentamientos gremiales. El gobierno tendió a decidir en
favor de los obreros en varias ocasiones; en otros momentos, tuvo una actitud dual,
reprimiendo a los huelguistas y concediendo a los reclamos y también hubo situaciones que
reprimió con energía.
Más drástica aún fue la actitud gubernamental ante la Semana Trágica de enero de 1919, o
en ocasión de la Patagonia en 1921 que finalizaron con una masacre perpetrada por el
Ejército contra los peones huelguistas. En estos dos casos, el gobierno radical mostró una
peligrosa tendencia a la vacilación política ante las presiones de las corporaciones
empresariales, los grupos de extrema derecha como la Liga Patriótica Argentina y al Ejército.
En este último se formaron logias, de tendencia antidemocrática cuyo objetivo era combatir
la política del radicalismo en materia militar.
Confrontaciones internas en el radicalismo aparecieron a poco de andar el gobierno. El sector
más aristocrático criticaba con dureza el personalismo de Yrigoyen, la constante
superposición del Estado con el partido, así como las técnicas de patronazgo político llevadas
adelante por el presidente. También cuestionaron algunas intervenciones provinciales y la
política internacional.
La presidencia de Alvear (1922-1928), se caracterizó por un período de paz social debido a
la notable recuperación económica. Gobernó de manera diferente a su antecesor. Las
intervenciones provinciales por decreto fueron sensiblemente menores y colocó el gasto
público bajo control del Parlamento, aunque sólo consiguió limitarlo relativamente. Pero
más allá de las diferencias, el gobierno de Alvear está atravesado por una imagen de buen
gobierno, manejo ordenado de las finanzas, respecto por las libertades individuales y cierta
preocupación social expresadas en varias leyes aprobadas durante su mandato.
Segunda presidencia de Yrigoyen (1928-1930). A pesar del caudal de votos recibido, el
nuevo gobierno fue débil y mostró un rumbo errático. Yrigoyen sumaba el inconveniente de
su avanzada edad, la elección de su gabinete cuyas dotes políticas no parecían ser las mejores

Profesora Gabriela Avalos


dada esa circunstancia. Seguían sin controlar el Senado que, vetaba los proyectos
importantes del gobierno como, por ejemplo, la ley del petróleo. El gobierno volvió a apelar
a las intervenciones provinciales por decreto y en dos provincias se anularon el triunfo
electoral de los líderes populares antiyrigoyenistas. La política laboral tampoco manifestaba
el dinamismo de la primera presidencia, aunque Yrigoyen conservó una buena relación con
algunos sindicatos y en el Año 1929 se sancionó la Ley 11.544, la cual reguló la duración
de la jornada laboral y se encuentra vigente hasta hoy en día. En ella se estableció que las
jornadas no pueden superar las 8 horas diarias o las 48 horas semanales. La caída de
popularidad del radicalismo se evidenció más aún con la pérdida del caudal electoral en la
elección de diputados de 1930. Era evidente que los primeros efectos de la crisis económica
desatada en 1929 (reducción del gasto público, inflación, atraso en el pago de sueldos,
aumento del desempleo) habían contribuido a deteriorar la base de sustentación de Yrigoyen.
La conspiración militar: otro factor de inestabilidad provenía del Ejército.
Una vez en el poder Yrigoyen, el Ejército comenzó a conspirar abiertamente, no sólo contra
el gobierno sino también contra la democracia. El estilo popular de los nuevos gobernantes,
la intensificación de los conflictos sociales y la política mediadora y conciliadora del
gobierno en ellos o el neutralismo en política exterior eran todos aspectos revulsivos para el
Ejército.
La tendencia golpista era liderada por José Félix Uriburu, un general de tendencia
nacionalista y corporativista, ferviente defensor de la jerarquía y el orden y un marcado
rechazo por la sociedad revolucionaria, a la que vinculaban con el sufragio universal y, por
supuesto, con Yrigoyen y el radicalismo.
Otra línea de apoyo al golpe estaba encabezada por militares liberales como Agustín Pedro
Justo y recibían el apoyo de varios partidos (radicales antipersonalistas, socialistas
independientes y conservadores). Este sector no impugnaba, en teoría, el sistema
democrático sino el personalismo y el populismo de Yrigoyen. De una u otra forma, el cruce
de estas dos tendencias (nacionalista y liberal) con la evidente pérdida de consenso del
gobierno legítimo permitieron el 6 de septiembre de 1930 que los militares derrocaran al
presidente Hipólito Yrigoyen, dando comienzo a una larga etapa de interrupciones
institucionales y de gobiernos de facto antidemocráticos.
En el aspecto económico: durante este periodo la Argentina vivió el auge, consolidación y
crisis de un modelo de especialización primaria, conocido como modelo exportador.

Profesora Gabriela Avalos


La actividad agropecuaria durante la segunda mitad del siglo XIX la Argentina se integró al
mercado internacional mediante la producción de bienes primarios exportables. La base del
crecimiento económico fue la incorporación de nuevas tierras a la producción. La zona
pampeana fue la región donde tuvo lugar la mayor expansión tanto de la ganadería como de
los cultivos de granos. Tierra y trabajo fueron los requisitos para la explotación de la
ganadería refinada y del cereal.
La transformación agrícola colocó a la Argentina en los primeros puestos entre los
exportadores de trigo, maíz y otros granos. Los principales compradores de los cereales
argentinos eran Inglaterra, Alemania, Bélgica y Holanda. El ganado tuvo un desarrollo
similar. Con la importación de animales de cría, el ganado criollo dio paso a un tipo de
ganado más refinado, apto para la exportación de carnes. El envío de ganado en pie y, en los
primeros años de este siglo, de carne vacuna congelada, y luego enfriada, ubicó a la
Argentina entre los primeros países exportadores de productos pecuarios. La industria de la
carne no estaba totalmente en manos argentinas. El capital británico primero y el
norteamericano más tarde levantaron los grandes frigoríficos apropiándose de los beneficios
generados por este producto de exportación de primer orden. El principal comprador de
carnes argentinas fue Gran Bretaña.
Una clave del proceso de transformación económica en general y de la producción
agropecuaria en particular fueron los ferrocarriles. Ellos cumplieron las funciones de
trasladar los productos del campo y del interior hacia las grandes ciudades para su consumo
y hacia el puerto para su exportación. A la vez permitían la distribución de los productos
importados en distintos lugares del país. Se produjo una expansión impresionante de la red
ferroviaria. El sector ferroviario fue un negocio de los capitales externos, principalmente de
origen británico y el resto estaba compuesto por fondos franceses, norteamericanos,
alemanes y belgas.
La industria creció lo suficiente para satisfacer la demanda interna de consumo. La gran
mayoría de las fábricas y talleres se encontraban en la ciudad de Buenos Aires, en menor
medida se extendieron por ciudades como Rosario, Bahia Blanca y unas pocas ciudades del
interior. Hacia fines del siglo XIX la rama industrial más importante era la alimentación, que
agrupaba a los molinos harineros, saladeros, ingenieros azucareros, elaboración de cerveza,
aceites, fideos, chocolate, yerba, manteca y almidón e incluía panaderías y confiterías. Por
un largo período los frigoríficos fueron la expresión del crecimiento industrial argentino.

Profesora Gabriela Avalos


Los frigoríficos obtuvieron ganancias suculentas y operaban junto con un sector importante
de las actividades ganaderas: los invernadores. Durante este período también comenzaron a
dibujarse también otros sectores dinámicos como el metalúrgico.
La evolución del comercio exterior constituye la manifestación más importante del
crecimiento de la economía argentina entre 1880 y la Primera Guerra Mundial. El
extraordinario crecimiento de las exportaciones, tanto en valor como en volumen, se apoyó
en el sector agropecuario. Pero esa dependencia de la economía mundial colocó al país a
merced de los precios internacionales y de los niveles de sus importaciones y exportaciones.
Durante los años de gobierno radical no se produjeron grandes cambios y la economía siguió
orientada a la exportación de productos primarios. En relación con el período anterior hubo
una desaceleración del crecimiento. La guerra mundial marcaría un punto de inflexión en
la disminución de la economía, pues tornó evidentes los puntos más débiles, como por
ejemplo, la extremada dependencia del flujo de capitales extranjeros y de las exportaciones.
En efecto, desde 1914 el cese de las inversiones extranjeras y de la demanda de productos
agropecuarios produjo una profunda retracción de la economía.
Los gobiernos radicales no modificaron esta situación, en todo caso se matizó con la
aparición de una nueva potencia comercial como Estados Unidos, que aprovechó los
espacios vacíos dejados por los europeos después de la guerra, convirtiéndose en uno de los
principales proveedores de bienes de consumo. Obviamente, ese proceso se produjo sin dejar
de depender esencialmente de la relación comercial con Gran Bretaña. Ahora bien, dentro
del marco de continuidad de la economía exportadora, al finalizar la depresión en 1917 se
desarrolló un proceso de recuperación económica hasta 1929.
En la agricultura se detuvo el avance de la superficie cultivada por estar casi agotada la
incorporación de nuevas tierras en el área pampeana. El régimen de la propiedad de la tierra
en la zona cerealera no se modificó y el predominio de la gran propiedad se mantuvo
inalterable. El gobierno radical estaba bastante vinculado a los grupos tradicionales como
para intentar modificar el sistema de ´propiedad.
En la ganadería, se avanzó en el refinamiento del ganado bovino y aumentó el stock como
consecuencia de la demanda creciente de los frigoríficos con destino a la exportación. Este
proceso exigía carnes de mayor calidad y entregas regulares de los estancieros a los
frigoríficos y produjo un desplazamiento de los criadores por los invernadores. Mientras la
rentabilidad de los invernadores, vinculados a los frigoríficos y al mercado exterior,

Profesora Gabriela Avalos


aumentaba, la de los criadores, dependientes de las compras del mercado interno y de los
invernadores, disminuía. Esta situación provocó un largo conflicto entre ambos sectores que
involucraría, además, a los frigoríficos de capitales británicos, norteamericanos y al
gobierno.
En cierta forma, los gobiernos radicales no modificaron la actitud tradicional de “comprar a
quien nos compra”, que favorecía a los interesas británicos.
En lo que respecta a la industria, el hecho más significativo lo constituyó la Primera Guerra
mundial, que permitió un tibio proceso de sustitución de importaciones. Pero finalizada la
contienda la producción nacional bajó considerablemente.
Una característica interesante del período es el crecimiento de empresas modernas y más
grandes, disminuyendo la pequeña y mediana industria de tipo manual. Este hecho estaría
prenunciando la modernización industrial desarrollada a partir de mediados de la década del
treinta. En este sentido, fue significativa la inversión de capitales norteamericanos en la
industria local, estos se orientaron hacia ramas industriales no tradicionales, diferentes de
las inversiones británicas, destinadas al servicio público.

En el aspecto social: El período que va del año 1880 hasta 1916 constituye una época clave
en la historia argentina. La transformación del país se hizo en el plano poblacional. Entre
1881 y 1890 aproximadamente 650.000 personas llegaron a la Argentina, pero las décadas
siguientes más de un millón y medio de personas cruzaron el mar rumbo al Río de la Plata.
Los inmigrantes constituyeron la masa de trabajadores de los sectores primarios y
secundarios, sembraron las tierras y levantaron las cosechas; también trabajaron en los
talleres y fábricas. En cuanto al origen de los inmigrantes predominaron los italianos y
españoles.
El importante número de personas que llegó a la Argentina fue acompañado por un rápido
proceso de urbanización. Las ciudades crecieron y se multiplicaron a lo largo del territorio.
La inmigración aumentó la población urbana pero en las áreas rurales se asentó también un
número importante de productores rurales y la mano de obra asalariada pobló los campos en
los períodos de cosecha.
La expansión demográfica no fue unifome: el litoral recibió la mayor parte de la población.
Buenos Aires, Santa Fé, Corrientes, Entre Ríos y Córdoba, juntamente con la Capital
Federal, albergaron el 77% de la población total.

Profesora Gabriela Avalos


Con el aluvión inmigratorio y el crecimiento vegetativo no sólo se multiplicaron las ciudades
grandes sino también aumento el número de pueblos medianos y pequeños que surgían en la
región pampeana y el Chaco. Nuevos asentamientos se organizaban alrededor de las vìas
ferroviarias y las colonias agrícolas. Estos asentamientos necesitaban obras de
infraestructura, escuelas y edificios públicos, paseos, clubes y periódicos, códigos
municipales y policía. Todos estos cambios fueron creando nuevas formas de vida con sus
tradiciones. La mezcla cultural fue el resultado de las transformaciones de la población. Un
vehículo importante de esa transformación estuvo constituido por la ampliación de los
campos de lectura como producto de la alfabetización, la cual disminuyó el analfabetismo
existente.
La primera guerra mundial detuvo casi totalmente la llegada de inmigrantes entre 1914 y
1919. Consecuentemente, y como resultado de un incipiente proceso de sustitución de
importaciones de productos industriales, aumentó la migración interna.
En estos años, se percibe un crecimiento del sector terciario, tanto en los servicios como en
el comercio, que determinó un notable aumento de los sectores medios. Esto sectores
ascendieron gracias a las oportunidades brindadas por la expansión agropecuaria iniciada en
1880 y por un sistema educativo que alfabetizó y especializó rápidamente a una parte de la
población.
La reforma universitaria realizada por el gobierno de Yrigoyen en 1918 fue fundamental. El
movimiento de reforma se concentró en la tradicional y conservadora Universidad de
Córdoba; frente al autoritarismo y el dogmatismo imperantes en la enseñanza, los estudiantes
exigían participación en el gobierno y mayor libertad de cátedra. La movilización estudiantil
coincidió temporalmente en el ámbito local con la protesta sindical y el proceso de
democratización política, y en el internacional con la revolución rusa (1917), que había
causado un profundo impacto entre los sectores progresistas y reformistas.
La reforma fue una clara expresión de los cambios producidos en la sociedad argentina,
especialmente de la emergencia de los sectores medios. El gobierno radical apoyó a los
reformistas que, aunque de modo parcial, lograron algunos cambios importantes. El
verdadero éxito de la reforma se halla en su proyección hacia el fututo, en tanto con el pasar
de los años habría de contribuir a democratizar la vida universitaria, profundizar la libertad
de expresión y enriquecer la actividad académica.

Profesora Gabriela Avalos


El mundo del trabajo: El crecimiento de la población, los cambios en las ocupaciones y la
mayor diversificación económica dieron paso a la aparición de nuevos actores. La situación
de los trabajadores variaba de acuerdo a la actividad y a la región. Algunos iniciaron una
rápida carrera de ascenso social y la clase media se amplió y consolidó. La demanda de mano
de obra era amplia para el sector de los jornaleros o peones sin ocupación permanente, que
combinaban las tareas urbanas en la construcción y en las obras públicas con la recolección
de las cosechas. Pero también estaban aquellos trabajadores que podían instalarse por cuenta
propia porque tenían algún oficio o calificación.
La escasez de mano de obra fue un rasgo característico del siglo XIX, pero la situación
comenzó a cambiar hacia fines de siglo y la antigua escasez se transformó en exceso de
trabajadores. Paralelamente comenzaron a aparecer ciertas tensiones sociales que se
acentuaban en situaciones de crisis. En 1890 la crisis económica provocó una ola de
desempleo y el aumento de los precios de los artículos de primera necesidad, hecho que
provocó un descontento generalizado y la organización de las primeras huelgas. Con la
recuperación económica de los años posteriores a la crisis, mejoraron las condiciones de
vida, y aunque se atenuaron algunas protestas, otras persistieron. Esto último impulsó la
reflexión de grupos ligados a la elite dominante sobre el sistema de huelgas y la cuestión
social.
La desocupación aumentó rápidamente entre 1914 y 1917. La conflictividad fue elevado
durante un período que se extendió desde el peor momento de la crisis (1917) hasta 1921.
Esos años estuvieron marcados por el alto número de huelgas y una pronunciada
combatividad del movimiento obrero. Posteriormente se produjo un reflujo notable de las
huelgas debido a la recuperación económica, la capacidad negociadora del gobierno y la
menor combatividad de la dirigencia gremial. Los huelguistas se movilizaron en demanda
de la reducción de la jornada laboral, aumento de salarios y mejores condiciones de trabajo.
La semana trágica: las causas del aumento de la conflictividad social fueron variadas.
Aunque se trataba de un momento donde el empleo aumentó relativamente, se produjo un
marcado deterioro del nivel de vida a causa del descenso del salario real; el clima enrarecido
introducido por la guerra y la revolución rusa se combinaba con los síntomas evidentes de
la crisis del liberalismo y el surgimiento de ideas autoritarias. A ello se sumaba el aumento
de la conflictividad local expresado en el marcado ascenso de las huelgas.
Todos estos factores incidieron en el desarrollo de las jornadas de enero de 1919, un conflicto

Profesora Gabriela Avalos


en los talleres metalúrgicos Vasena originado por la reducción de los salarios desatando
inmediatamente una huelga. El movimiento duró varios días, la represión fue sumamente
violenta y además de la policía y el Ejército, participaron de ella grupos civiles de clase
media que se convirtieron en una fuerza paramilitar tolerada por el gobierno de Yrigoyen.
Posteriormente estos grupos confluirían en la formación de la Liga Patriótica.
Si bien las huelgas y los enfrentamientos no desaparecieron, durante el transcurso de la
presidencia de Alvear (1922-1928), la conflictividad decayó de manera importante. Un
hecho simbólico notable fue la instauración del 1º de mayo como feriado nacional. Varios
factores incidieron en la moderación del conflicto; en primer lugar, el destacable período de
crecimiento de la economía, especialmente en la última etapa del gobierno de Alvear, que
repercutió favorablemente en el salario real y, en consecuencia, en las condiciones de vida
de los trabajadores.
En 1926 se creaba la COA (Confederación Obrera Argentina), orientada por los socialistas
y conformada especialmente por la Unió Ferroviaria, un modelo de sindicalismo fuerte,
verticalista y negociador. Al finalizar la década, existían tres centrales obreras: la COA, la
FORA y la Unión Sindical Argentina.

Las organizaciones obreras: el aumento y la diversificación de las actividades económicas


incrementaron el número de trabajadores y de organizaciones y agrupaciones que los
representaba así como la extensión geográfica de estas. Las primeras federaciones obreras
tenían el propósito de obtener mejoras para sus afiliados, mejores condiciones de trabajo, un
“trato justo”, la protección de las mujeres y los niños.
Los trabajadores utilizaron diferentes herramientas para lograr sus objetivos. Las huelgas
fueron los medios màs empleados y la definición de esos mecanismos de lucha se
encontraron en el centro de las controversias ideológicas.
Los gobernantes fueron particularmente sensibles a dos tipos de conflictos. Por un lado,
reaccionaron frente a todas las huelgas y conflictos vinculados al transporte y el trabajo
portuario, lo cual afectaba la economía agroexportadora. Y además, intervinieron todas
aquellas manifestaciones, como las orientadas por los anarquistas, que alteraban el orden y
la paz públicos. La reacción estatal varió entre la represión y la integración. La
movilización militar o policial, la aplicación del estado de sitio o la Ley de Residencia fueron
las respuestas represivas habituales.

Profesora Gabriela Avalos


1930 – 1976 INTERVENCIONISMO ESTATAL E INDUSTRIALIZACIÓN POR
SUSTITUCIÓN DE LAS IMPORTACIONES
En el aspecto político: el breve gobierno del General Uriburu: duró desde el 6 de septiembre
de 1930 hasta el 20 de febrero de 1932. El golpe fue en realidad el producto de una
conspiración cívico – militar. Además de la participación del Ejército, se produjo un
explícito apoyo de personalidades civiles y de algunos partidos políticos. La conspiración
contó a su favor con la actitud pasiva de la población. Sin embargo, a pesar del relativamente
amplio consenso reunido por el primer golpe de la historia argentina, el gobierno era débil
pues el presidente de facto representaba a la tendencia minoritaria de la conspiración que lo
había llevado al poder.
Tanto el presidente como el sector nacionalista que lo acompañaba no sólo eran
antiyrigoyenistas sino profundamente antidemocráticos. En contraposición al liberalismo,
pretendían instaurar una sociedad jerárquica e imponer un gobierno de tipo corporativo
orientado desde el Estado. Para ello, creían necesario reformar la Constitución Nacional,
derogar la ley Sáenz Peña e instituir un sistema de voto calificado.
A los pocos meses comenzó la reorganización de la oposición, si bien el radicalismo estaba
debilitado y tenía algunos dirigentes en el exilio y otros presos, como el propio Yrigoyen,
que se encontraba detenido en la isla Martín García, a comienzos de 1931 el partido se
convertiría en el principal opositor al gobierno de facto.
Sin un rumbo fijo y a modo de estrategia el presidente Uriburu, llamó a elecciones
provinciales sin recurrir a la proscripción del radicalismo a fin de legitimar el gobierno
surgido del golpe. Esta táctica se sustentaba en la creencia de la falta de popularidad, así
como de la debilidad del radicalismo. Sin embargo, en Buenos Aires triunfó la fórmula
radical. El resultado de los comicios marcó el principio del fin del gobierno de Uriburu y el
comienzo de una larga década marcada por el fraude electoral.
Uriburu no encontraba el rumbo de un gobierno que se quedaba sin apoyos. Era evidente
que los principales soportes de la conspiración de septiembre de 1930 preferían al General
Justo. Sin alternativas, Uriburu convoca a elecciones generales para el mes de noviembre.
Los grupos conservadores se unieron, conformando La Concordancia, esta coalición que
controlaría la vida política del país hasta 1943, eligió como candidato presidencial al General
Agustín Pedro Justo acompañado en la fórmula por Julio A. Roca (hijo) la cual se impuso
como ganadora en las elecciones de 1932.

Profesora Gabriela Avalos


El General Justo contó con el apoyo permanente del Ejército, que se convirtió, a partir de
ese momento en un actor político central durante varias décadas. El nuevo gobierno
guardaba las formas institucionales en tanto mantenía en funcionamiento al Parlamento
con bloques oficialistas y opositores, no obstante, limitó la democracia. Por un lado, intentó
restringir la actividad de la izquierda con una ley de represión al comunismo aprobada sólo
en el Senado; por otro lado, utilizó la represión política a través de la Sección Especial de la
Policía Federal.
El gran problema político de Justo se vinculaba a la corrupción reinante en algunos
estamentos del poder y, al fraude aplicado durante su gobierno. Antes de apelar al fraude,
se utilizó frecuentemente la herramienta de la intervención a aquellas provincias en manos
opositoras.
A partir de 1935, con el retorno de los radicales a los comicios, el fraude se profundizó y
comenzó a conformarse un fuerte clima de oposición. La movilización sindical de 1935 a
1937, especialmente la larga huelga de la construcción, contribuyó a incrementar ese clima
de malestar social.
Los inconvenientes del gobierno de Justo: en 1935 se produjo el escándalo de la comisión
investigadora de la industria de la carne. Esta comisión fue creada en el Senado para
investigar las posibles irregularidades cometidas por las grandes empresas exportadoras de
carne. La comisión absolvió a las compañías pero el senador demoprogresista Lisandro de
la Torre presentó ante sus pares un largo informe en disidencia. Allí demostraba la
constitución de monopolio como la evasión impositiva de las grandes empresas
exportadoras, además, acusaba al gobierno, especialmente a los ministros de Agricultura y
Hacienda de encubrir y proteger estas maniobras delictivas. En medio del debate se produjo
un atentado dirigido a De La Torre que hirió mortalmente a su correligionario senador por
Santa Fé Enzo Bordabere. Este trágico suceso, al que se le agregaba la acusación del
gobierno de favorecer a la compañía británica relegando a las empresas nacionales de
transporte, aumentó el descrédito del gobierno y el descontento de amplios sectores del arco
político local.
Esta insatisfacción no involucraba sólo a la oposición política y sindical sino también a
sectores militares e intelectuales que atacaban al gobierno.
El presidente siguiente, Roberto Ortiz (1938 – 1940) estaba destinado a ser una mera
continuación de su antecesor. Sin embargo, en cierta forma se manejó con independencia de

Profesora Gabriela Avalos


criterios, tanto de Justo como de algunos conservadores. Su mandato estuvo signado por el
estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, y a pesar de sus conocidas simpatías con
Gran Bretaña, mantuvo la neutralidad argentina.
Ortiz intentó limpiar la imagen de corrupción y de fraude. Se manifestó a favor de la
restauración plena de la democracia con comicios libres y limpios. Sin embargo, el impulso
democratizador finalizó pronto pues, debido a una grave enfermedad Ortíz debió renunciar
a mediados de 1940. Su sucesor era el vicepresidente Ramón Castillo, quien gobernará hasta
1943.
El nuevo presidente reinstauró las prácticas electorales fraudulentas y las intervenciones
provinciales, para facilitar el acceso de los candidatos conservadores al poder y trabar el
avance de los radicales. Durante este período se profundizó la represión hacia los opositores.
Castillo mantuvo la neutralidad argentina frente a la guerra.
La realidad indicaba la debilidad creciente del sistema político y la pérdida de consenso
ante la ciudadanía, debido tanto al sistema electoral fraudulento como a la corrupción
reinante. Esa endeblez se tornaba más dramática y peligrosa por cuanto todos los oficialistas
como algunos sectores opositores comenzaron a mirar hacia el Ejército y a buscar aliados o
salvadores.
En síntesis, el golpe de estado de 1930 desalojó del poder al radicalismo e inauguró un
período que, bautizado como “década infame”, importó profundas modificaciones en la
vida política de nuestro país. La irrupción de las F.F.A.A. en el escenario político y la
iniciación de un gobierno de facto legitimado por la Corte Suprema de Justicia marcaron la
constitución del grupo militar como actor político de relevancia. De allí en más, sus
intervenciones, ya sea a través de la irrupción de gobiernos constitucionales o a través del
ejercicio del poder de veto, serán un continuo en la realidad política argentina. Durante este
periodo será su presencia guardiana la que permita el ejercicio de una democracia
fraudulenta.
En el aspecto económico: En el período comprendido 1930 y 1943 se produjeron fisuras
fundamentales en la economía argentina que significaron cambios en la relación entre el agro
y la industria, el rol del Estado y en el comercio exterior. En este sentido, la etapa comenzó
y finalizó con dos acontecimientos que contribuyeron de forma esencial a estimular esas
fisuras: la crisis económica desatada tras el crack de Wall Street en 1929 y la guerra mundial
entre 1939 y 1945.

Profesora Gabriela Avalos


La crisis afectó rápidamente a nuestro país y abarcó la última etapa del gobierno de
Yrigoyen, la dictadura de Uriburu y la primera parte del gobierno del General Justo.
La Argentina, como todos los países exportadores de bienes primarios, al depender su
economía precisamente de las exportaciones, demostró escasa capacidad para superar
rápidamente la crisis.
Uno de los problemas radicaba en que durante los años de depresión el movimiento
internacional de capitales se había reducida de manera drástica. Era obvio que en una
circunstancia como ésta los efectos de la crisis habrían de repercutir desfavorablemente en
la economía argentina. Por un lado, porque cesó la llegada de capitales, y por otro, debido
a la decisión gubernamental de seguir pagando el servicio de la deuda externa en un
contexto de déficit estatal. Estos hechos derivaron en un profundo desequilibrio
presupuestario que afectó gravemente a todos los sectores de la economía.
La intervención del Estado: en 1933, el gobierno adoptó una serie de medidas que
implicaban la participación directa del Estado en la resolución de la crisis. En este sentido,
se tomaban algunos lineamientos económicos del economista inglés John Maynard Keynes,
partidario de una economía dirigida en donde el Estado debía desarrollar un papel central en
la regulación y la búsqueda de equilibrio entre la oferta y la demanda. Así, la plena ocupación
y la generación de empleo desde el Estado eran una tarea básica.
El presidente Justo y su ministro Pinedo tenían convicciones radicalmente opuestas a
Keynes; sin embargo, debieron adecuarse a los nuevos tiempos y adoptar algunas medidas
dirigistas para sanear la economía. Y en ese contexto se tomaron del keynesianismo aquellas
ideas que ayudaran más a resolver los problemas relacionados con los grupos exportadores
que a buscar el bienestar general de los consumidores.

Política bilateral y el Pacto Roca – Runcinam. El principal problema de la economía


argentina ante la crisis y su resolución radicaba en la debilidad de la tradicional estructura
agroexportadora ante la tendencia proteccionista de los países industrializados y la
emergencia de relaciones de tipo bilateral. Nuestro país mantenía fuertes lazos comerciales
con Estados Unidos y Gran Bretaña; como consecuencia de las políticas de resolución de la
crisis se privilegió la relación bilateral con este último. En 1933, el gobierno de Justo envió
una misión negociadora firmándose en Londres el pacto Roca – Runciman, que iba a
despertar fuertes polémicas entre los actores políticos – sociales del período y constituir, ante

Profesora Gabriela Avalos


los ojos del pensamiento nacionalista que comenzaba a surgir, la entrega del país al capital
extranjero. El pacto garantizó para los dos sectores más ligados al comercio exterior
(invernadores y frigoríficos) una cuota estable de exportación.

La industria: una de las consecuencias más interesantes de la crisis desatada en 1929 fue el
proceso de crecimiento de la industria argentina, tibiamente pronunciado durante la Primera
Guerra Mundial. Las razones de ese crecimiento se relacionan, por un lado, con el
ensanchamiento del mercado de consumidores y con la existencia de suficiente mano de
obra, por otro, y fundamentalmente, con los efectos de la crisis que había cerrado la
economía de tal manera que se tornó necesario encarar un proceso denominado
INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (I.S.I.). En efecto, la
caída de las exportaciones argentinas provocó una disminución de divisas disponibles para
importar productos manufacturados, hecho que se agravó por la devaluación del peso. La
consecuencia más visible fue el reemplazo de una importante cantidad de productos
importados por manufacturas locales.
De todas maneras no debe exagerarse los alcances del proceso industrializador ya que fue
limitado en varios aspectos, tanto por el escaso interés del gobierno como por la falta de
capitales nacionales decididos a invertir en la industria.
El proceso de industrialización se concentró esencialmente en Capital federal y el Gran
Buenos Aires, Córdoba y Santa Fé y el resto repartidos en el resto del país. A pesar de los
desequilibrios regionales, la industria argentina creció, aunque con altibajos, a partir de
1935. En cierta forma imposibilitada de aumentar las exportaciones agroganaderas, como
consecuencia del proteccionismo europeo y norteamericano, se produjo un poco ordenado y
dispar el crecimiento industrial. Estos cambios en la relación entre el agro y la industria no
impedían que, en 1943, la economía argentina aún dependiera en gran medida del agro y de
las exportaciones de sus productos.
El gran cambio radicaba en la gran cantidad de industrias autosuficientes al entrar la década
del cuarenta: alimenticias, textiles, droguerías, etc. El desarrollo de algunas industrias se
vinculó con las transformaciones urbanas y el transporte, por ejemplo la industria del
cemento.
Dentro de este proceso de industrialización la inversión de capitales extranjeros en los años
treinta fue importante, no tanto por el monto, sino por la modernidad de sus empresas. Y si

Profesora Gabriela Avalos


bien los norteamericanos conservaron la delantera, el rasgo saliente fue el sustancial avance
de la radicación de capitales europeos destinados al rubro industrial.

Aspecto social: La crisis mundial y dos de sus consecuencias, la detención de las corrientes
inmigratorias ultramarinas y el proceso de industrialización, contribuyeron de forma
determinante a cambios notables de la sociedad argentina. El proceso inmigratorio se detuvo
casi totalmente en los años treinta.
El flujo ultramarino fue reemplazado por migraciones internas. En efecto, la aceleración del
proceso de industrialización a partir de la crisis de 1929, y más específicamente de 1935,
requería abundante mano de obra, que se nutrió de miles de migrantes que se trasladaban
desde diversos lugares del interior del país hacia los centros urbanos, acentuándose de esta
manera la urbanización.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se reactivó la inmigración debido a las
consecuencias sociales y económicas provocadas por el conflicto bélico y su finalización.
Paralelamente se verificó un aumento de migrantes de países limítrofes (bolivianos,
paraguayos y chilenos). Los principales flujos de migrantes internos se originaron en la
región pampeana y en menor medida en el Noroeste y Nordeste del país. Esta población se
dirigió a centros urbanos de diferentes tamaños hasta terminar asentándose en las grandes
ciudades.
EL MUNDO DEL TRABAJO: La clase obrera aumentó a la luz del desarrollo industrial. El
estancamiento del salario real, las deficientes condiciones de trabajo y el problema
habitacional contribuían a generar un clima de descontento social potencialmente
conflictivo. Este se agravaba en coyunturas críticas como durante la leve recesión industrial
de 1937-38 o la Segunda Guerra Mundial.
La organización de los trabajadores fue relativamente débil durante la primera mitad de la
década del treinta. A fines de septiembre de 1930 se constituyó la Confederación General
del Trabajo (CGT), la misma sustentaba su representatividad en los gremios ferroviarios,
tranviarios, municipales y empleados de comercio, quedando fuera los sectores industriales
de reciente desarrollo.
La CGT creció relativamente hasta 1943, aunque gran parte de los trabajadores no estaban
integrados a ella. Su vida interna estuvo signada por el enfrentamiento entre socialistas y
comunistas, agudizado tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Estas disidencias

Profesora Gabriela Avalos


terminaron por dividir a la CGT, la cual al producirse el golpe de junio de 1943 la misma se
encontraba debilitada.

Primer gobierno de Perón: conquista de los derechos de los trabajadores.


En lo político: los militares, aprovechando la apatía y el descontento de la ciudadanía así
como el desprestigio del gobierno del presidente Castillo, protagonizaron el 4 de junio de
1943, el segundo golpe de Estado de la historia argentina. Fue encabezado por el general
Arturo Rawson, quien sólo fue presidente tres días y no llegó a jurar al ser desplazado por el
general Pedro Ramírez. A la vez este fue destituido en febrero de 1944 por el general
Edelmiro Farrell, quien entregaría el gobierno a Perón en 1946.
La fugacidad de la permanencia en el cargo estaba expresando las profundas diferencias y la
carencia de un proyecto definido para gobernar. En realidad, quien tenía un plan era el Grupo
de Oficiales Unidos (GOU), una logia militar formada en 1943 por varios capitanes,
tenientes coroneles y coroneles que habían participado del golpe de Uriburu y otras
conspiraciones militares fallidas. El GOU estaba integrado por varios oficiales, entre los que
se destacaba Juan D. Perón.
Perón en la Secretaría de Trabajo: durante el gobierno de Farrell se produjo un rápido
ascenso de Perón a las instancias más altas de poder. Se puso al frente de la Secretaría de
Trabajo, desde donde dio un fuerte impulso al moderno estado interventor convirtiéndose
en árbitro de las relaciones obrero – patronales.
Perón impulsó una amplia cantidad de medidas sociales que significaron sustanciales
mejoras para los trabajadores: indemnización por accidentes laborales, sistema de
vacaciones pagas, jubilaciones y pensiones y, en una de sus medidas más novedosas, se
sancionó el Estatuto del Peón Rural. Esta política de seguridad social requería el apoyo de
militares y los empresarios.
Si una parte del Ejército veía con simpatía la empresa de Perón, los empresarios no se
mostraban muy seducidos debido a la estrecha identificación de Perón con los trabajadores
en la etapa de su ascenso.
Si la política social de Perón le generaba el apoyo de las masas trabajadoras, los partidos
políticos de la oposición exigían la vuelta de los militares a los cuarteles y la entrega del
gobierno a la Corte Suprema. Así, entre la presión política y los desencuentros militares, el
8 de octubre de 1945 Perón renunció, fue detenido y enviado a la isla Martín García.

Profesora Gabriela Avalos


El ascenso de Perón. Sin embargo, el 17 de octubre la CGT convocó a una huelga general.
Ese día una multitud de obreros confluyó en una gran concentración popular en Plaza de
Mayo, los concurrentes no sólo requerían su liberación sino la restitución en el cargo. Perón
recuperó la libertad y aumentó su poder político. A partir de allí, la clase obrera
desempeñaría un rol de primordial importancia de la política nacional.
Ante la inminencia de las elecciones los sectores políticos y sociales que apoyaban a Perón
conformaron una alianza integrada por varios partidos políticos, entre ellos el laborista.
El 26 de febrero de 1946, la fórmula Juan Domingo Perón presidente y Hortensio Quijano
vicepresidente. A partir de esa fecha Perón gobernó durante dos periodos presidenciales
consecutivos, lo cual fue posible por la reforma constitucional de 1949; y su gestión se vió
interrumpida por el golpe militar de 1955.
La novedad en este momento inicial del peronismo fue la conformación del Partido
Laborista, quienes consideraban que su soporte fundamental eran los sindicatos, pero estaban
abiertos a quienes sostuvieran sus principios. El partido laboralista fue una herramienta
importante en la movilización obrera y en la canalización del apoyo a Perón, pero su
existencia fue breve y poco después de las elecciones de 1946 fue disuelto por orden del
presidente, convirtiéndose en Partido Peronista.
Una vez elegido por la mayoría del electorado masculino, Perón quería colocar al Estado por
encima de los diversos actores sociales de poder y transformarlo en un mediador. Su
gobierno puede dividirse en varias etapas. Entre 1946 y 1949 se perfeccionaron las
estructuras de dominación política y se resolvieron algunos de los problemas económicos y
sociales que se venían arrastrando.
El gobierno fomentó la organización de sectores socioeconómicos que no contaban aún con
el organismo de defender sus intereses y empujó sus demandas ante el Estado. También
procuró demostrar la responsabilidad estatal haciendo intervenir determinados organismos
públicos en los conflictos sociales, con una función coordinadora y moderadora.
A partir de la aplicación de una política redistributiva, los salarios se incrementaron entre
1947 y 1949 y se aplicó una política social que completó la protección al trabajador en caso
de enfermedad, accidente, embarazo o despido, se mejoró en forma permanente la asistencia
a la ancianidad, se crearon cada vez más organismos asistenciales y culturales destinados
a los estratos más bajos y se multiplicaron los centros de esparcimiento, lo mismo que el
número de sindicatos.

Profesora Gabriela Avalos


Junto con la presencia del líder, creció la importancia y la influencia de Eva Perón. Un área
importante de su acción fue el trabajo articulado alrededor de la asistencia social. Se creó la
Fundación Eva Perón. Desde esta institución cuyos fondos se integraban con la ayuda estatal
y las contribuciones de la CGT, se impulsaba la construcción de hospitales, se subsidiaban
medicamentos para los más pobres, se organizaba la ayuda en alimentos, vestimenta y otros
elementos.
En 1947 se produjo un acontecimiento fundamental, se sancionó la ley de voto femenino,
por la cual se reconocía a las mujeres argentinas los mismos derechos políticos que a los
varones.
Otro aspecto fundamental de esta etapa fue la reforma constitucional de 1949. Se efectuaron
cambios profundos a la vieja Constitución liberal con la incorporación de los derechos
sociales, se reestableció la reelección del presidente y se suprimió el colegio electoral,
permitiéndose así la elección directa de la máxima autoridad de la Nación. La Constitución
de 1949 contenía elementos claramente asociados con el peronismo. Se incorporó el
decálogo del trabajador, que establecía la plena vigencia de los derechos fundamentales de
los trabajadores.
En el aspecto económico: la política económica del peronismo se caracterizó por la
importancia asignada a la participación del Estado en la dirección y regulación de la
economía. Se impulsó una industrialización basada en el incremento de la demanda de bienes
de consumo masivo en el mercado interno, la cual era generada a través del aumento del
salario real. El modelo requería medidas redistributivas del ingreso que impulsaran la
demanda interna y la ocupación industrial. El principal mecanismo para lograr este objetivo
fue la reasignación de recursos para la producción a través de la acción estatal.
El Primer Plan Quinquenal (1946) expresaba el interés del gobierno por industrializar el país.
El plan tenía proyectos sobre salud pública, inmigración y capacidad de transporte.
El principal instrumento para materializar la política y regular el comercio exterior fue el
Instituto Argentina para la Promoción y el Intercambio (IAPI), que ejercía el monopolio de
las exportaciones. Se encargaba de comprar a los productores a precios fijos y de revender a
precios internacionales.
En cuanto a la agricultura, en el período 1946 – 1952 la cría de ganado fue más beneficiosa
que la agricultura, pero a pesar de la abundante oferta, disminuyeron las exportaciones de
manera continua por el incremento del consumo y por las huelgas ocurridas en los

Profesora Gabriela Avalos


frigoríficos.
La industria durante los diez años en que gobernó Perón se desarrolló rápidamente. El
mercado interno y la imposibilidad de importar mercaderías del extranjero, así como las
políticas proteccionistas del gobierno, jugaron a su favor.
La industria recibió créditos del Banco Industrial y protección aduanera, divisas adquiridas
a tipos preferenciales para equipamiento así como para la expansión del consumo.
Durante todo el período también crecieron las empresas estatales, divididas entre aquellas
compradas por el Estado y las creadas con un fin determinado; las más notables fue Gas del
Estado y Agua y Energía. La compra de ferrocarriles, teléfonos, puertos y otras empresas de
servicios no estaba definida previamente en el programa del peronismo y hubo mucho de
improvisación.
En suma, la política económica peronista se caracterizó por una fuerte intervención del
Estado en la economía y en la vida de las personas. Ejemplos de ello: programas de obra
pública, nacionalización de empresas, control de precios, proteccionismo económico. Esta
concepción de un Estado regulador de la economía era muy común para la época. Se
aspiraba a alcanzar una independencia económica total, es decir, no depender de otros
países para el desarrollo nacional, lo cual se lograría con una industria que produzca todo
tipo de bienes. Por otro lado, la justicia social, es decir repartir la riqueza de manera
equitativa a fin de evitar estallidos sociales.

EL MUNDO DEL TRABAJO: durante este período las condiciones institucionales fueron
favorables para los trabajadores, hecho que se tradujo en mejoras sustanciales del salario
real, aunque con oscilaciones. El nivel de vida de los obreros mejoró debido a ese aumento
de los salarios reales y a la estructura de precios que estimuló el consumo. La intervención
estatal, a través de las medidas de control de precios de los alquileres y alimentos, fue la
causa principal de las mejoras.
Las organizaciones sindicales: a partir de 1946 se difundió un modelo de organización
sindical cuyas raíces fueron introducidas en el período anterior. Los sindicatos por industria
se habían organizado en diferentes ramas durante la década del treinta y no constituían una
novedad. Sin embargo, en este período lo novedoso era el papel del Estado que daba apoyo
político y legal al nuevo modelo. Su intervención fue también decisiva en la implantación
del sindicato único por actividad, lo cual garantizaba el monopolio de la representación a un

Profesora Gabriela Avalos


solo sindicato por sector. La intervención de las organizaciones obreras fue una práctica
corriente, pues se buscaba colocarlas en el marco de las políticas gubernamentales. Pero las
funciones de control no estaban ejercidas directamente por el Estado sino por la central
obrera (CGT) y las organizaciones intermedias que actuaron como agentes del Estado.
La importancia de la extensión de la actividad gremial a nuevos sectores y el apoyo brindado
a los más viejos originó la expansión y la consolidación del sector laboral y de sus
organizaciones.

(1976 en adelante) DICTADURA MILITAR, DEUDA EXTERNA, NEOLI


BERALISMO, TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y CRISIS DEL MODELO
ECONÓMICO
En 1976 se instauró en la Argentina un gobierno autoritario y dictatorial que no reconoce
antecedentes en cuanto a la magnitud con que se llevó a cabo la violación de los derechos
humanos.
El régimen encabezado por el general Videla, con la consigna de combatir a la subversión,
cometió un verdadero genocidio que implicó la desaparición de miles de personas.
POLITICA: en el contexto del desgobierno de Isabel Perón, el 24 de marzo de 1976 asumió
el poder la Junta de comandantes en jefe integrada por el teniente general Jorge Rafael
Videla, el almirante Eduardo Emilio Massera y el brigadier general Orlando Ramón Agosti.
Los objetivos básicos planteaban generalidades sobre la restitución de los valores
occidentales y cristianos, la reconstrucción de la Nación, la promoción del desarrollo
económico y la erradicación de la subversión; relacionado con este último propósito se
mantuvo vigente el estado de sitio. Mientras la actividad de los partidos políticos
tradicionales fue suspendida, los partidos de izquierda fueron prohibidos. Se intervinieron la
CGT, los gobiernos provinciales y municipales. El Parlamento fue suprimido y reemplazado
por la Comisión de Asesoramiento Legislativo, formada por un representante de cada una
de las Fuerzas Armadas. Asimismo, los jueces de la Corte Suprema fueron cesanteados.
La Junta designó presidente a Videla, quien asumió el 29 de marzo, quien designó como
ministro de economía a José Alfredo Martínez de Hoz.
En su afán por clausurar la vida política y sindical, el gobierno congeló las cuentas bancarias
de numerosos dirigentes políticos y gremiales a la vez que intervenía los sindicatos más
importantes.

Profesora Gabriela Avalos


La persecución a los sectores identificados con la guerrilla o simplemente con las
organizaciones de izquierda fue implacable y desde el primer momento hubo innumerables
detenciones y desapariciones.
Sin embargo, estas situaciones no eran claramente visibles por la población debido a la fuerte
censura informativa impuesta por las autoridades, toda información referente a hechos
subversivos era monopolizada y manipulada por el Estado.
Por otro lado, existía un consenso civil bastante generalizado respecto al nuevo gobierno.
Un importante segmento de la población, particularmente sectores medios, había recibido
con alivio el Golpe de Estado pues suponía que las nuevas autoridades restaurarían el orden
perdido durante la última etapa del gobierno peronista.
Por otra parte, el gobierno también contaba con el apoyo explícito de grandes organizaciones
empresariales, bancarias y comerciales; de algunos políticos y de los grandes medios de
prensa, de la Iglesia y también de importantes hombres de la ciencia y la cultura.
En una escalada represiva impresionante, cuyo momento más brutal fue el secuestro y la
desaparición de un grupo de estudiantes secundarios platenses, en un hecho conocido como
la noche de los lápices, los grupos de tareas conformados por miembros de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad multiplicaban su acción ilegal y paraestatal. Los secuestros se
masificaron y las víctimas eran trasladadas a los más de 300 centros clandestinos de
detención, donde eran cruelmente torturados y, generalmente, ejecutados.
La lucha por los derechos humanos: la operación represiva comenzó a salir de la oscuridad
hacia fines de 1976. Organismos internacionales criticaban al gobierno argentino por las
detenciones ilegales, la desaparición forzada de personas y la falta de respeto a los derechos
humanos.
Auge y primeros síntomas de debilidad de la dictadura: Si bien en junio de 1978 el régimen
militar vivió su momento de gloria a expensas de un acontecimiento deportivo: el
campeonato mundial de futbol, para el cual el gobierno invirtió más de 500 millones de
dólares para generar la infraestructura adecuada; al año siguiente, comenzaron a advertirse
públicamente los primeros síntomas de debilidad del gobierno en un contexto donde también
iban apareciendo grietas del plan económico. Además, el gobierno se hallaba cada vez mas
presionado internacionalmente por el tema derechos humanos.
En marzo de 1981 asume la presidencia el general Viola, en medio de una situación
compleja, caracterizada por la falta de consenso y de poder entre sus camaradas de arma, y

Profesora Gabriela Avalos


el lento pero evidente resurgimiento de la actividad política y sindical. Viola intentó llevar
adelante una política menos inflexible desde el punto de vista político y trató de acercar al
gobierno a políticos conservadores e, incluso, aflojó un poco la mordaza sobre los medios
de comunicación.
Indudablemente la economía era uno de sus puntos más débiles. Su ministro de economía,
Sigaut, no pudo controlar la debacle económica dejada por Martínez de Hoz, caracterizada
por quiebras de bancos y empresas, devaluación del peso y fuga de divisas.
La pérdida de poder del régimen era paralela al lento resurgimiento de la actividad política
que, a mediados de 1981, vio nacer la Multipartidaria, integrada por los principales partidos
políticos. A la vez que en el mismo período la CGT le otorgaba un carácter combativo a la
resucitada protesta gremial, marcando la reactivación del conflicto social.
Sin el apoyo de las F.F.A.A., el general Viola es desplazado del cargo por la Junta Militar
quien designa presidente al general Galtieri para completar el período presidencial de Viola.
Es indudable que, al nuevo presidente, lo beneficiaba la coyuntura internacional, pues había
construido una sólida amistad con el nuevo gobierno norteamericano de Ronald Reagan,
quien dejó de lado la política de derechos humanos.
El 30 de marzo de 1982 la CGT organizó una manifestación contra la política gubernamental
que tuvo eco en la población. Ante la sorpresa el gobierno recurrió a la única arma que tenía:
la represión. Más allá de la relativa masividad del evento, ese día parecía haberse
desencadenado el comienzo del fin de la dictadura.
La guerra de Malvinas: dos días después de la movilización popular, el 2 de abril de 1982,
tropas argentinas al mando del general Menéndez desembarcaron en Puerto Stanley
(rebautizado Puerto Argentino) ocuparon las Islas Malvinas. El gobierno británico intimó al
desalojo y amenazó con enviar naves de guerra.
El gobierno argentino recurrió a esta trágica aventura militar para alinear a las Fuerzas
Armadas detrás de un objetivo de reparación histórica. A la vez, la maniobra permitiría
encolumnar a una sociedad un tanto cansada de la experiencia militar en el gobierno pero
sensible a la cuestión malvinense. Y en este sentido no se equivocaron; la gran mayoría de
la sociedad manifestó un entusiasta apoyo a la decisión.
Pero el éxito logrado en el frente interno contrastó rápidamente con los errados cálculos
sobre la reacción británica. Pues Inglaterra decidió recuperar las islas y envió su Armada a
retomarla, obteniendo el incondicional apoyo de Estados Unidos y de la Comunidad

Profesora Gabriela Avalos


Económica Europea en su conjunto.
El 1 de mayo comenzó la guerra, las tropas argentinas, mal pertrechas y alimentadas (y peor
entrenadas) no podían oponer una resistencia seria a su enemigo. Por lo que el 14 de junio
las tropas argentinas se rendían incondicionalmente. En el medio quedaron los cientos de
soldados muertos en combate.
No caben dudas de que la derrota militar de Malvinas aceleró la caída de los militares,
aunque no tanto para forzar la entrega del gobierno inmediatamente. Las Fuerzas Armadas
sintieron duramente el impacto de la derrota y apenas pudieron articular el reemplazo de
Galtieri por el general Reinaldo Bignone, sin el respaldo de la Armada y la Aeronáutica que
se retiraron de la Junta Militar.
Así, el principal objetivo del nuevo gobierno era ganar tiempo para negociar su salida del
poder de la mejor manera posible. Esta salida implicaba un acuerdo con las fuerzas políticas
en torno a evitar la investigación de los hechos de corrupción así como de la responsabilidad
militar en la guerra contra la subversión.
La derrota de Malvinas y la aguda crisis económica y social habían dejado al descubierto las
grietas de la dictadura militar y el gobierno de Bignone tenía serios problemas para atender
todos los frentes. En estas circunstancias el régimen sólo atinaba a retirarse ordenadamente.
El retorno de la política partidaria: uno de los elementos más importantes de este proceso
fue el renacimiento democrático. Se produjo un notable resurgimiento de los partidos
políticos, especialmente el justicialismo y el radicalismo, quienes se transformaron en los
canales de expresión de las demandas de la sociedad.
La mayoría de los partidos políticos conformó la Multipartidaria, con el objeto de sentar las
bases y los pasos para la normalización institucional, aclarar el tema desaparecidos y
establecer las responsabilidades de la guerra de Malvinas.
Finalmente, el gobierno de Bignone estableció la fecha de las elecciones para el mes de
octubre de 1983. Simultáneamente trató de crear un marco legal para proteger a los
miembros de las Fuerzas Armadas ante posibles juicios por violaciones a los derechos
humanos.

En el aspecto económico: En primer lugar debemos recordar que la economía argentina


venía desde 1930 sosteniendo un modelo de industrialización por sustitución de
importaciones (I.S.I.), esto significa altos aranceles en general y más aún para las

Profesora Gabriela Avalos


importaciones de productos industriales. Es decir la economía argentina se cerraba
respecto de las importaciones industriales y manufacturas con el objetivo de producirlos
nacionalmente con ayuda del Estado. La realidad es que la Junta Militar y los grupos
económicos que la acompañaba creía que el modelo I.S.I. estaba completamente errado y
que por tanto debía transformarse radicalmente la matriz económica nacional. La economía
debía enfocarse principalmente en tres puntos: a) potenciar las exportaciones del agro, que
habían sido relegados por el anterior modelo, b) reducir la inflación y c) abrir la economía
a la competencia externa.
La política económica implementada por la dictadura militar del general Videla fue factible
gracias al régimen represivo que impedía la manifestación de disenso, y también al aval
otorgado por los grandes capitales internacionales que, a la vez, brindaba el único punto de
apoyo a un gobierno que carecía casi de respaldos políticos.
Esta política, a la vez que buscó destruir la tradición del Estado intervencionista, impulsó
un mercado de capitales a corto plazo y una absoluta libertad para el movimiento de divisas.
El nuevo ministro de economía, José Alfredo Martínez de Hoz, era un hombre con fluidos
contactos nacionales e internacionales. Prueba de ello se corroboró apenas asumió, cuando
el FMI le otorgó un préstamo por 400 millones de dólares. De esta manera el gobierno pudo
superar la falta de disponibilidad monetaria y la caída en cesación de pagos, así como
encontrar nuevos préstamos y renovar los créditos concedidos por los acreedores.
Uno de los objetivos prioritarios del plan económico era la disminución del déficit del sector
público: para ello se congelaron los sueldos de los empleados públicos. Consecuentemente
se redujeron los salarios reales en forma destacable.
Redimensionamiento y achicamiento industrial: al mismo tiempo que la elaboración de
pautas se permitió la reducción de la protección arancelaria a un sinnúmero de productos
locales y la llegada masiva de importaciones. Estas medidas afectaron a la industria nacional,
que perdió la ya tradicional protección del Estado frente a la competencia de la producción
industrial extranjera. Fueron numerosas las plantas que cerraron o achicaron sus niveles de
producción y el producto industrial cayó cerca del 20 por ciento durante el período 1976 –
1981.
Recesión y crisis: hacia la última parte del año 1979, la economía comenzó a mostrar
síntomas recesivos coincidentemente con la caída del índice de precios, un fuerte aumento
de las tasas de interés y la duplicación de la deuda externa. Pero los síntomas se convirtieron

Profesora Gabriela Avalos


en crisis hacia marzo de 1980, cuando se produjo el cierre de varios bancos que habían
crecidos a la luz de las medidas alentadas por el gobierno.
En suma, la política económica de Martínez de Hoz tendió a achicar el rol del Estado en la
economía al otorgarle una función subsidiaria y dependiente del mercado. Para ello se
utilizó todo el poder estatal y se impuso por la fuerza la política liberal.

El aspecto social: La Argentina seguía siendo un país escasamente poblado. La inmigración


ultramarina había cesado completamente. Simultáneamente, se constata en estos años la
acentuación del proceso de emigración argentina al exterior, preferentemente de personal
técnico y profesional. Por cierto, las condiciones socioeconómicas fueron determinantes,
pero no se descarta como causas de la emigración local a la persecución y la falta de libertad,
que obligaron a miles de personas a exiliarse en el exterior.
Tampoco se detuvo la secular tendencia al aumento de la urbanización profundizándose así
el despoblamiento rural, aunque a un ritmo menor que en los períodos anteriores.
EL MUNDO DEL TRABAJO: durante estos años se profundizó el crecimiento de la clase
media; simultáneamente hubo un achicamiento de la clase obrera. Entre los sectores medios
aumentaba el porcentaje de asalariados como consecuencia del crecimiento del comercio y
la actividad financiera aunque disminuían los empleados públicos por la política de
achicamiento del Estado encarada por Martínez de Hoz. En un fenómeno inverso, entre la
clase obrera disminuían los asalariados y se incrementaba el número de trabajadores
autónomos (electricistas, peluqueros, lavanderas, mecánicos) pero era en la industria de la
construcción (albañiles, peones, pintores, plomeros) donde se notaba el crecimiento del
cuentapropismo obrero.
El descenso del salario real no tuvo precedentes, no siendo ajena la política salarial del
gobierno militar: la suspensión de los derechos laborales y de las negociaciones salariales;
se decidía unilateralmente los aumentos salariales de acuerdo con el incremento de la
producción o de los niveles de productividad.
El menor poder adquisitivo de los salarios se vio agravado por el marcado deterioro del
sistema previsional debido a que las obras sociales fueron quitadas del ámbito de los
sindicatos y a la eliminación de la contribución empresarial al financiamiento previsional.
Coherentemente con esta concepción, el gobierno militar disminuyó el gasto social al tiempo
que comenzó a transferir el área salud al sector privado.

Profesora Gabriela Avalos


En lo que respecta a los sindicatos, el gobierno atacó no sólo a los sectores más combativos
del movimiento obrero sino también a la vieja estructura sindical, quebrando la tradicional
forma de relación de estas estructuras con el Estado. Además se desarticuló la estructura
centralizada a nivel nacional del movimiento obrero. Se intervino primero la CGT, luego 57
organizaciones sindicales. Para llevar adelante la desarticulación el gobierno sancionó leyes
represivas que apuntaban a prohibir actividades gremiales, suspender el derecho a huelga,
reimplantar la ley de residencia, etc. Simultáneamente otras leyes derogaron luchas
logradas anteriormente: suspensión del Estatuto del docente, eliminación de varias
cláusulas de las convenciones colectivas de trabajo y anulación de una parte importante de
las disposiciones de los contratos de trabajo.
En este proceso de destrucción sindical se destaca la intervención directa de las Fuerzas
Armadas en la represión; fue frecuente la detención de activistas y delegados en las mismas
plantas de trabajo.
No caben dudas de que la magnitud de la represión produjo entre 1976 y 1981 uno de los
períodos de mayor desmovilización obrera del siglo.

1983-1999 Retorno a la Democracia y Neoliberalismo.


El ascenso de Alfonsín se produjo en un contexto internacional relativamente favorable al
desarrollo de las democracias viables en Latinoamérica. Estado Unidos había comenzado a
propiciar el desplazamiento de las Fuerzas Armadas de los gobiernos autoritarios de algunos
países sudamericanos (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil) en favor de
movimientos políticos democráticos. Alfonsín asumió en medio de un clima de optimismo
esperanzado sobre las consecuencias que acarrearía la instauración de la vida democrática
en la sociedad argentina.

En el aspecto político: Alfonsín se hizo cargo de la presidencia de la Nación el 10 de


diciembre de 1983. Si bien la agenda de problemas graves por resolver era demasiada amplia,
al amparo del enorme apoyo popular, los primeros tiempos de su gobierno transitaron por
carriles relativamente exitosos.

Uno de los costados más efectivos y convincentes del nuevo gobierno fue su política externa.
Testimonio de ello dio la firma del Acuerdo de Integración entre la Argentina y Brasil,
llevada adelante por Alfonsín y el presidente de ese país, José Sarney, el 10 de diciembre de

Profesora Gabriela Avalos


1986. El acuerdo era de carácter político y apuntaba a la cooperación económica entre ambos
países, convirtiéndose en la base del Mercosur al que poco tiempo después se integraría
también Uruguay. También puede mencionarse una serie de convenios internacionales
ratificados por distintas leyes: por ejemplo la ley 23.054 se ratificó el Pacto San José de
Costa Rica (1969), que protege a los habitantes de los países firmantes en cuestiones de
derechos y garantías, la ley 23.051 adhiere a la Convención Apartheid (1973) que asegura el
mismo trato a trabajadores y trabajadoras y la ley 23.179 ratificó la convención de 1979 que
condena todo tipo de discriminación contra las mujeres.

El problema militar y los derechos humanos: desde el comienzo, el gobierno debió enfrentar
el difícil problema del disciplinamiento de las Fuerzas Armadas en el marco de la nueva vida
democrática. El gobierno de Alfonsín tuvo inicialmente una política decidida para resolver
tanto la cuestión militar como temas referidos a la Justicia. Se aprobaron varias leyes como
por ejemplo la que derogó la autoamnistía implementada por los militares al final de su
gobierno y la ley que incrementó las penas para quienes aplicaran cualquier tipo de torturas.
También se establecieron normas de castigo a quienes atentaran contra la vida constitucional
y la democracia y se encarceló a algunos militares que habían tenido reconocimiento de
responsabilidad en el secuestro y la desaparición de personas.

Los organismos de derechos humanos presionaron al gobierno para que conformara una
comisión bicameral para investigar las violaciones a los derechos humanos cometidos por
los militares. El Poder ejecutivo esquivó esta propuesta y, en cambio, creo la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).

Poco tiempo después, el gobierno impulsó mediante un decreto el Juicio a los comandantes
de las Fuerzas Armadas acusados de ser responsables del genocidio, y simultáneamente
liberó a los subordinados apelando al principio de obediencia debida. El juicio duró desde
abril hasta noviembre de 1985 y culminó con las condenas de algunos de los ex comandantes.
Pero el punto 30 de la sentencia dejaba la puerta abierta para la realización de otros juicios,
contrariando al Poder Ejecutivo que pretendía cerrar el caso. En medio de fuertes presiones
militares el oficialismo logró aprobar en diciembre de 1986 la ley de punto final.

En el contexto de un rápido deterioro del gobierno de Alfonsín, caracterizada por un notable


aumento del costo de vida y el descontrol de la economía, el 14 de mayo de 1989 se

Profesora Gabriela Avalos


realizaron las elecciones presidenciales y el Frente Justicialista Popular consiguió una
victoria contundente. La fórmula integrada por Carlos Menem y Eduardo Duhalde se impuso
en todas las provincias y obtuvieron la mayoría absoluta en el Senado, así como una cómoda
ventaja en Diputados.

Menem al gobierno (1989 – 1999) cinco meses antes de lo previsto Carlos Saúl Menem se
hizo cargo de la presidencia. El nuevo presidente inició su mandato en un clima de
incertidumbre y las primeras medidas de gobierno insinuaron un cambio de rumbo respecto
de la tradición del partido peronista; Menem pensaba cambiar las orientaciones nacionalistas
y estatistas de su partido, aceptando las recetas preconizadas durante mucho tiempo por los
liberales - conservadores.

Economía: cuando Alfonsín se hizo cargo del gobierno, la economía nacional se encontraba
en franca retracción a la vez que la deuda externa se había multiplicado y la inflación se
hallaba descontrolada. Ante las dificultades el nuevo gobierno ensayó diferentes medidas
para resolver los problemas económicos.

El incierto rumbo de la política económica radical: el optimismo político de los primeros


meses del gobierno democrático no se pudo trasladar a la economía. El gobierno intentó
mejorar los salarios de los trabajadores y, con los créditos a un sector del empresariado,
buscó reactivar el mercado interno y poner en movimiento el aparato productivo, pero la
política económica aplicada fracasó rápidamente.

En septiembre de 1984 la política inicial del gobierno llegó a su fin al implementarse una
nueva devaluación de la moneda, que fue acompañada por una fuerte restricción monetaria.
La aplicación de las recetas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) tampoco
ayudo, pues se produjeron una nueva aceleración de la inflación, la caída de los salarios y
una rápida e intensa contracción de la actividad económica.

En enero y junio de 1985 la situación económica general se deterioró y el nivel de las


tensiones sociales y políticas se agravó. Como consecuencia de ello, la CGT abandonó el
diálogo con el gobierno señalando que no podía permanecer en silencio frente a una política
económica que beneficiaba a los especuladores y a los acreedores del exterior.

Profesora Gabriela Avalos


El Plan Austral y la breve recuperación de la economía: en el primer semestre de 1985 la
situación se agravó aún más, en marzo la inflación aumentó considerablemente y desde
diferentes lugares e instituciones se atacó al gobierno, además de las presiones permanentes
de los organismos financieros internacionales respecto al cumplimiento de los pagos de la
deuda externa. En abril de 1985, el presidente anticipó el anuncio del Plan Austral,
encabezado por el ministro de economía Juan Vital Sourroille.

El Plan Austral buscaba recuperar cierto equilibrio interno y parte de la capacidad de


maniobra gubernamental en el campo de la política económica, así como aspiraba a romper
la inercia inflacionaria interrumpiendo la práctica de la indexación. La política de ingresos
se basaba en el congelamiento de los precios básicos de la economía, así como el tipo de
cambio, tarifas, salarios y precios industriales.

La política de ingresos constituyó el eje de la acción antiiflacionaria, pero para sostenerse


necesitaba un comportamiento fiscal y monetario diferente del que se practicaba hasta el
momento. Se cambió el signo monetario (el austral reemplazó al peso) y se fijó una tabla de
conversión de la vieja a la nueva moneda; se incrementaron los impuestos al comercio
exterior y se definió una reforma impositiva que fue enviada al Parlamento.

Aunque algunos sectores, como los sindicatos, rechazaron el plan, la reacción de la


población fue expectante y con cierto grado de confianza, de modo tal que el congelamiento
de los precios fue respetado en líneas generales; se registraron una baja de la tasa de inflación
y una acelerada recuperación de los niveles de actividad industrial y que era impulsada, en
parte por la mejora en el poder adquisitivo.

A partir, de la aplicación de las medidas diseñadas hubo una recuperación de la actividad


industrial como resultado de la mejora del poder adquisitivo del salario y de la baja en las
tasas inflacionarias.

El impacto del Plan Austral no sólo fue en el aspecto económico, también en el aspecto
político favoreció la consolidación del alfonsinismo y permitió sortear favorablemente la
prueba electoral de 1987. Sin embargo, sus resultados fueron erosionados por la persistencia
de la inflación.

El declive del Plan Austral: para resolver la falta de recursos, entre julio y octubre de 1987,
el gobierno lanzó un nuevo plan económico creando un nuevo impuesto con el objetivo de

Profesora Gabriela Avalos


equilibrar el déficit fiscal. Una parte de ese déficit era producido por las empresas estatales
ferroviarias, aéreas y de servicios como teléfonos, luz y aguas corrientes, por los servicios
sociales, por el peso de los pagos al exterior y la importancia de las subvenciones que recibía
buena parte del sector empresarial.

La situación era crítica y había que ensayar diferentes medidas para resolverla. Por un
lado, comenzaron a proponerse proyectos de privatizaciones. Por otra parte, se inició un
tibio debate sobre los servicios sociales que no alcanzó a originar cambios de envergadura
en la forma y el tipo de prestaciones.

En agosto de 1988 se puso en práctica en Plan Primavera con el propósito de detener la


inflación cada vez más elevada. El nuevo plan preveía el congelamiento de precios, salarios
y el recorte de los gastos estatales.

Hacia fines de 1988 la situación económica se agravó puesto que el FMI y el Banco Mundial,
alentados por el economista Domingo Cavallo, cortaron los créditos al país. El 6 de febrero
del año siguiente se decidió una devaluación del peso que provocó la pérdida de los ahorros
de millares de personas. Inmediatamente, se desencadenó un proceso hiperinflacionario que
repercutió de manera catastrófica sobre precios y salarios y provocó la escasez de artículos
de primera necesidad. La consecuencia más dramática de esta situación fue la ola de saqueos
a supermercados y negocios de comestibles.

Los últimos meses de 1988 y la segunda mitad de 1989 transcurrieron en un clima económico
político y social tenso y enrarecido. A mediados de junio de 1989 el gobierno ya no tenía
capacidad alguna para controlar la economía ni margen para maniobrar políticamente.
Alfonsín anunció que resignaba su cargo a fin de acortar el mandato y allanar el retorno del
peronismo al gobierno, que había ganado las elecciones para la sucesión presidencial. El
gobierno electo, Carlos Saúl Menem, que había triunfado con un lenguaje de oposición a
las medidas de restricción del gasto, de privatizaciones y de control de las organizaciones
gremiales, anticipado en su gestión y una vez en el gobierno, dió un giro en su prédica de
oposición y comenzó a proponer el fin del intervencionismo estatal, la privatización de las
empresas públicas, el ajuste fiscal, la condena al capitalismo protegido y la apertura de la
economía.

Profesora Gabriela Avalos


Las primeras medidas económicas del Dr. Menem: en septiembre de 1989 el presidente
firmó un decreto mediante el cual iniciaba el proceso de privatización de la compañía
telefónica estatal (ENTel), continuó con los ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas y los
canales de televisión que estaban en manos del Estado.

Las reformas del nuevo gobierno se extendieron al sistema previsional (se estableció un
sistema de jubilaciones privadas), lo que abrió un espacio para la acumulación de capital y
las especulaciones. La batalla contra la inflación, que había sido perdida por Alfonsín, fue
ganada por la aplicación de un plan de convertibilidad que igualó el valor del peso con el
dólar y se apoyó en el compromiso de no emitir moneda sin respaldo y de reducir el aparato
estatal. Los cambios se profundizaron y el resultado del diseño de la versión criolla del
noeliberalismo dejó su saldo de excluidos y marginados (nuevos pobres, incremento de la
población con necesidades básicas insatisfechas y el deterioro de las condiciones de vida
de los sectores populares) que el boom del crédito y el consumo sólo ocultaron parcialmente.

APLICACIÓN DE LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES EN LA ARGENTINA A


PARTIR DE LOS AÑOS SETENTA

El neoliberalismo emergió durante la segunda posguerra con la intención de modificar las


estructuras del Estado intervencionista y del Estado de Bienestar para dar paso a una nueva
estructura del capitalismo. Friedrich A. von Hayek es la figura clave del neoliberalismo. Sus
ideas fueron propagándose a través de Europa y de América y fueron introducidas desde los
años setenta por los gobiernos cívico militares que dominaron el escenario político en
América Latina. Argentina no fue una excepción. Si bien la filosofía neoliberal se hizo
presente desde mediados de los setenta, su profundización se llevó a cabo en la década del
noventa.

El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas, con el apoyo de sectores civiles, protagonizaron
un golpe de Estado. Los militares se dedicaron a los aspectos políticos del gobierno y la
eliminación de la subversión, mientras que el Ministerio de Economía quedó en manos de
Alfredo Martínez de Hoz (1976-1981), quien implementó una fuerte política liberal y desde
1979 una política cambiaria que fijaba el valor del dólar a futuro conocida con el nombre de
“tablita”. Su política económica giró en torno al endeudamiento externo, la apertura

Profesora Gabriela Avalos


indiscriminada a las importaciones de productos que afectaron a la industria nacional
provocando el cierre de numerosas fábricas, una fuerte reducción salarial, entre otras
medidas poco felices para la población. Fue durante su gestión al frente del ministerio de
Economía cuando se tomaron las primeras medidas de un liberalismo a ultranza que
terminó por derrumbar la estructura industrial que la Argentina había logrado durante las
décadas anteriores y que la habían consagrado como una potencia en el mundo periférico.

Cuando las fuerzas armadas tomaron el gobierno en marzo de 1976, la deuda externa era de
casi 8.000 millones dólares, al final de su gobierno había trepado a los 45.087 millones de
dólares. Pero el perjuicio que se le ocasionó al Estado y al pueblo argentino fue aún mayor.
También las empresas privadas argentinas y extranjeras contrajeron grandes deudas en
dólares. Durante los pocos días en que Domingo Felipe Cavallo estuvo al frente del Banco
Central de la República Argentina en 1982, la deuda externa privada fue nacionalizada,
favoreciendo a importantes empresas privadas argentinas como así también a las filiales de
las multinacionales. Por otra parte entre los años 1978 y 1981, es decir durante la propia
gestión del ministro Martínez de Hoz, más de 38.000 millones de dólares habrían salido de
Argentina de manera excesiva o injustificada’, ello estaba permitido fundamentalmente por
el hecho de que cada residente argentino podía comprar 20.000 dólares por día que podían a
continuación ser colocados en el extranjero. De tal manera que el propósito y los objetivos
fijados por el gobierno militar sólo quedaron en el papel.

Los años ochenta: para 1979 el gobierno militar argentino había perdido el control sobre la
economía derivando en una espiral inflacionaria, en devaluación y desempleo, tras la
aplicación de medidas de cuño liberal ––levantamiento de las barreras que protegían a la
industria nacional ante las importaciones, cambios en la política financiera que favorecieron
la inversión especulativa–– sostenidas a través del endeudamiento externo. La situación en
la Argentina ha resultado mucho más patética que en los otros países de la región, tanto
durante la dictadura militar como durante los años noventa, en los cuales se agudizó el
proceso de desestatización comenzado en 1975. Esto se debió a que las medidas neoliberales
fueron aplicadas con una menor consideración a sus efectos sociales y a que, paralelamente,
podría afirmarse que la imposición de estas políticas económicas fueron acompañadas de un
desprestigio del sistema democrático.

El retorno a la democracia

Profesora Gabriela Avalos


En 1983 el presidente Raúl Alfonsín asumió recibiendo la pesada herencia de la deuda
externa. Su gestión económica en un primer intento introdujo una especie de “cláusula
gatillo” por la cual el incremento de las tarifas y de los precios disparaba automáticamente
un aumento de salarios.

Hacia 1985 un fuerte proceso inflacionario llevó a un recambio de funcionarios en el área de


economía dando comienzo a una etapa de ajustes a partir del Plan Austral del ministro Juan
Vital Sourrouiele. Durante un corto tiempo el plan logró su objetivo de frenar la inflación,
incrementó el consumo reactivando la economía, pero luego debió ser ajustado en varias
oportunidades debido a que incrementó la deuda interna por la emisión de bonos para
financiar el gasto público (ahorro forzoso). El gobierno comenzó a perder el control sobre la
economía afectándolo seriamente en términos políticos.

Del mismo modo, el gobierno de Alfonsín intentó llevar adelante las primeras
privatizaciones, entre ellas la de Aerolíneas Argentinas, pero el proyecto privatizador
encontró una fuerte oposición en los sectores sindicales y en el Congreso en los legisladores
del peronismo. Paradójicamente, las privatizaciones tuvieron que esperar a que los que se
oponían llegaran al gobierno en 1989 para concretarlas.

Los años noventa


El presidente Alfonsín renunció al gobierno antes que finalizara su mandato presionado por
un “golpe de Estado económico” organizado por ciertos grupos de poder en connivencia con
quien sería primero canciller y luego Ministro de Economía del gobierno de Carlos S.
Menem, el Dr. Domingo F. Cavallo.

Durante su campaña electoral, Menem había prometido que sus medidas económicas
girarían en torno a la “revolución productiva” y un fuerte aumento de salarios que serviría
para incentivar el consumo. La realidad fue que ninguna de las dos propuestas se cumplieron
y que desde que asumió el gobierno a mediados de 1989 y hasta el año 1991 el fantasma de
la hiperinflación siguió asustando al gobierno y a la sociedad.

En 1991 Cavallo asumió como ministro de Economía y a partir de ese momento se pusieron
en funcionamiento todas las medidas ultraliberales tendientes a abrir los mercados
económico, financiero y laboral. Las medidas que no lograban ser aprobadas por la
oposición del Congreso fueron impuestas por decretos presidenciales.

Profesora Gabriela Avalos


De esta manera la Argentina abrió absolutamente su economía en un momento en que los
países desarrollados se aferraron al proteccionismo como resultado de la recesión que los
afectaba desde comienzos de los noventa.

Las inversiones en los años noventa se limitaron, prácticamente, al sector servicios y a la


compra de las empresas estatales. Es el período en que se incrementa la concurrencia y
apertura de las cadenas de supermercados e hipermercados que afectaron profundamente al
comercio minorista y a algunos sectores de la pequeñas y medianas empresas (pymes)
mediante la importación de productos que competían con la industria nacional. Sin duda, la
secuela de ello fue un incremento en la tasa de desempleo.

Por ese entonces, también debe tenerse presente que la afluencia de capitales en la Argentina
fue el resultado de préstamos financieros a las empresas privadas y a las empresas estatales
privatizadas y extranjerizadas.

En rasgos generales se repitió en los ’90 la misma situación que la Argentina conoció a partir
de mediados de los setenta. La sanción en 1991 de la ley de convertibilidad del ministro
Cavallo fijando la paridad cambiaria de un dólar un peso, nuevamente impuso una ficción
en la sociedad argentina que se percibió con capacidad económica al cobrar sus salarios a
valor dólar. Al igual que en la época del ministro Martínez de Hoz, los argentinos podían
viajar al exterior y adquirir vehículos, electrodomésticos y productos de alta tecnología, con
lo cual a la sociedad argentina se le despertó la fascinación por el gasto y no por el ahorro.
La gran mayoría de la sociedad no recordó la experiencia del gobierno militar y una vez más
se dejó llevar por la ilusión. Este proceso significó un golpe más para ciertos sectores de la
industria que se vieron afectados por la importación de bienes manufacturados. Se abrió así
otra etapa de desindustrialización con su correspondiente incremento en la tasa de
desempleo y en un aumento de la economía informal.

Por lo tanto el crecimiento de los indicadores macroeconómicos que permitió a los


defensores del ultraliberalismo hablar de “economías emergentes”, fue un crecimiento sin
empleo, un crecimiento de la desocupación y que no tuvo en cuenta a amplios sectores de la
sociedad, los que fueron arrojados hacia el desempleo y abandonados por el Estado que fue
reducido a su máxima expresión.

Profesora Gabriela Avalos


UNIDAD 2: EL TRABAJO COMO ACTIVIDAD SOCIAL FUNDAMENTAL
El trabajo ha sido la actividad más importante en la vida de las personas desde hace
miles de años y ha desempeñado un papel determinante en la construcción de los distintos
sistemas sociales, desde su aparición en las primeras sociedades agrarias, hasta las
sociedades modernas.
El trabajo es el centro organizador de la vida de las personas tanto en el lugar de
trabajo como fuera de él, constituyendo un elemento de identidad y desarrollo personal
en el plano individual, y motor de cambios económicos y culturales en el plano social.
El trabajo como actividad humana productiva: El trabajo es una actividad humana
aplicada a la creación o producción de algo (bienes).
El trabajo en su relación con la economía: Para atender nuestras necesidades -tanto las
básicas o primarias como las secundarias- necesitamos la producción de bienes y
servicios, para lo que contamos con una serie de recursos productivos y de bienes
elaborados. Entre estos recursos productivos, se encuentra el trabajo y la iniciativa
empresarial junto con la tierra y el capital. Los dos primeros pueden considerarse recursos
o factores humanos en la producción, ya que es lo que los individuos con su actuación
aportan al proceso económico-productivo, dirigiéndolo y organizándolo. De la
combinación de estos elementos depende, en gran medida, el éxito de la producción
económica para la satisfacción de las muchas necesidades humanas.
El trabajo asalariado: El trabajo constituye una actividad humana orientada a la
realización de actividades que satisfacen necesidades. Puede ser realizado bajo diferentes
contextos sociales, uno de los cuales es el sistema asalariado, característico de las
sociedades capitalistas.
La importancia del trabajo: El trabajo tiene aspectos positivos porque, si no fuera así, la
gente no se encontraría tan perdida y desorientada cuando se queda en paro. ¿Cómo te
sentirías si pensaras que nunca vas o conseguir un empleo? En las sociedades modernas,
tener un trabajo es importante para mantener la autoestima. Incluso cuando las
condiciones laborales son relativamente desagradables y las tareas que comporta
monótonas, el trabajo suele ser un elemento importante para ordenar la vida diaria de las
personas: tener algo que hacer, relacionarse con los demás, cumplir un horario
determinado, asistir al puesto de trabajo, tener la satisfacción de haber sido útil a los

Profesora Gabriela Avalos


demás.

EL TRABAJO COMO ESPACIO SOCIAL DE FORMACIÓN DE IDENTIDADES


Y SU PAPEL EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA SOCIEDAD Y DE LAS
RELACIONES SOCIALES
El concepto de trabajo puede ser abordado desde distintas disciplinas y distintos enfoques.
En esta materia abordaremos el concepto desde una perspectiva que comprende al trabajo
como actividad individual y social de las personas.
El trabajo como espacio social de formación de identidades y su papel en la construcción de
la sociedad y de las relaciones sociales debe incluir la consideración de las personas como
sujetos y todas sus necesidades posibles de ser satisfechas, teniendo en cuenta las
condiciones económicas y culturales del momento: la mera sobrevivencia no da cuenta de
una vida verdaderamente humana.
La palabra «trabajo» solemos usarla en la vida cotidiana, imprimiéndole diversos
significados:

✓ Nos referimos a una ocupación que goza de una remuneración pero también a aquellas
actividades que no se les da una valoración económica, como podría ser el trabajo
doméstico.
✓ A veces también asociamos esta noción a un espacio físico cuando decimos, por ejemplo,
«me voy al trabajo» o «estoy en la oficina».
✓ En otras oportunidades hablamos del trabajo como la obra producida por una persona.
Por ejemplo, decimos que alguien hizo un buen trabajo, una vez que finalizó algo: reparar
una computadora, construir una pared, ordenar la casa.
✓ A veces se equipara trabajo con una actividad intelectual, como cuando alguien afirma
trabajar en un proyecto de investigación; o referido a una actividad física, cuando un
profesor nos dice «buen trabajo», tras ejercitarnos en el gimnasio
✓ Vemos entonces que este concepto implica una acción o un conjunto de acciones que
crean o transforman algo. Nos da una idea de un proceso, algo que implicó un tiempo
determinado.
✓ Se suele identificar al trabajo con aquellas actividades socialmente valoradas y
legitimadas, como las labores del docente, el médico, arquitecto, etc. Quedarían fuera
del mismo las actividades ilícitas como vender drogas, traficar armas, robar.
✓ Asimismo, la palabra es usada para referirse a que alguien «tiene» trabajo y se valora
como algo preciado por la sociedad, sobre todo en tiempos de crisis socioeconómicas.

Profesora Gabriela Avalos


La categoría se la asocia a la identidad de la persona y a su pertenencia en la sociedad.
De esta forma, las y los trabajadores constituyen una de las clases fundamentales de los
tiempos actuales: la clase obrera, también llamada proletaria.
✓ Una precisión mayor podría realizarse entre las categorías de trabajo y empleo. Si
entendemos que «trabajo» admite distintos usos y significados, «empleo» implica una
actividad enmarcada en el mercado laboral produciendo un bien o un servicio y que es
remunerada con dinero.
✓ También es importante comprender cómo para el Derecho, el trabajo humano responde a
una necesidad; es una labor que presta una utilidad y forma parte del proceso de
producción como bien u objeto de cambio. Quienes lo ejercen, venden su fuerza de
trabajo en el mercado a cambio de una paga (salario). Por eso mismo, estas tareas se
vinculan con un tipo de legislación para proteger las condiciones en las que se
desempeñan las labores productivas. A eso le llamaremos «derecho laboral», que se
encuentra integrado por diversas leyes como también por la Constitución Nacional.

Entonces, tratando de abarcar todas las dimensiones que implica el trabajo humano,
podríamos definirlo como CONJUNTO DE ACTIVIDADES QUE LAS PERSONAS
REALIZAN CON LA FINALIDAD DE LOGRAR UN OBJETIVO, QUE PUEDE SER
DESDE SATISFACER LA NECESIDAD DE LA PROPIA SUPERVIVENCIA
HASTA LA SATISFACCIÓN DE NECESIDADES ECONÓMICAS, CULTURALES
Y DE TODA OTRA ÍNDOLE QUE IMPLIQUE LA DIGNIDAD HUMANA.

LAS FORMAS DEL TRABAJO Y SUS ACTORES


Características de la actividad laboral El trabajo, como toda actividad humana, presenta
diferentes condiciones según sea la relación que se entabla, es decir relaciones de
dependencia, autónomas o mixtas. Una forma de saber qué cantidad de la población se
encuentra trabajando en un momento determinado se obtiene a través del trabajo estadístico;
de esta forma, se define como Población Económicamente Activa (PEA), a la compuesta
por todas las personas que aportan su trabajo (lo consigan o no) para producir bienes y
servicios económicos; es decir que son todas las personas que tienen una ocupación o que
sin tenerla la están buscando activamente. De esta forma es posible determinar la Actividad
o Condición laboral de la población para saber si se hallan Ocupados, Desocupados o
Inactivos (jubilados, pensionados y menores de 10 años.)
Dentro del universo de población económicamente activa y ocupada es posible
identificar tres categorías o formas especiales que asume la actividad: a) Los
asalariados (empleados en relación de dependencia), b) los patrones(empleadores) y c)
Los trabajadores por cuenta propia o cuentapropistas.
Los patrones y trabajadores por cuenta propia conforman el conjunto de los trabajadores
independientes.

Profesora Gabriela Avalos


TRABAJO EN RELACIÓN DE DEPENDENCIA
En un sentido amplio toda retribución por un bien o servicio es una remuneración. Pero la
prestación de un servicio por parte de una persona a favor de otra puede o no configurar una
relación de trabajo.
Cuando existe relación de dependencia son aplicables las disposiciones legales laborales y
de la seguridad social. Pero ¿en qué consiste la relación de dependencia?
La noción de «dependencia» no se define en la Ley de Contrato de Trabajo ni en ninguna
disposición laboral. Su conceptualización surge de la doctrina, es decir de la labor de los
juristas que son los especialistas en Derecho, y de fallos judiciales que han ido destacando
hechos, comportamientos, circunstancias y evidencias de la realidad que caracterizan a esa
relación de dependencia.
Esta dependencia se refiere al fenómeno que se presenta en la práctica como consecuencia
de la subordinación que se desprende del contrato de trabajo. Es decir que el trabajador
debe poner su capacidad de trabajo a disposición del otro (un empleador), quien tiene la
facultad de dirigirla, ya sea en los términos de lo pactado o de lo que corresponda por ley,
convenio colectivo o costumbre.
Entonces, se considera asalariado a toda persona que trabaja en relación de
dependencia bajo las formas y condiciones organizativas de la producción que le son
dadas por su empleador, como así también los instrumentos instalaciones o maquinarias;
de esta forma el trabajador en relación de dependencia no organiza su tiempo de trabajo sino
que aporta su trabajo personal en los horarios y lugares que el empleador establece y con los
materiales que pone a su disposición (planta, negocio, herramientas de trabajo). En una
relación laboral bajo la forma de contratación dependiente o asalariada, aparecen los
siguientes elementos:
Recibo de sueldo: Es el comprobante que recibe todos los meses el empleado en relación de
dependencia mientras dure la relación laboral. Es un comprobante de los haberes (sueldo)
liquidados por el empleador en donde debe figurar información del empleador: nombre o
razón social, C.U.I.T., situación fiscal, los datos del empleado (documento de identidad,
legajo, fecha de inicio de la relación laboral, fecha del pago de la liquidación con el detalle
de la remuneración del trabajador, detalle de aportes patronales a jubilación y descuentos al
empleado, descuentos por jubilación y obra social, y aportes como salarios familiares o
remuneraciones extraordinarias si los hubiere).
En cualquier recibo de sueldo, al observar la liquidación se puede observar en la liquidación
diferencia sueldo remunerativo o «bruto» de sueldo «neto» (el monto real que cobra el
trabajador). Las retenciones se hacen sobre el sueldo bruto remunerativo.
Vacaciones o Licencia Ordinaria: es el período de descanso que le corresponde al trabajador
en relación de dependencia una vez por año; el artículo 150 de la Ley de Contrato de Trabajo
(LCT) 20.744, establece la cantidad de días que hoy corresponde a cada trabajador tras haber
trabajado por determinado período de tiempo. A mayor antigüedad en el puesto de trabajo,
los días de vacaciones aumentan de forma proporcional.

Profesora Gabriela Avalos


Aguinaldo: también denominado Sueldo Anual Complementario, es una suma monetaria
que los empleados cobran una vez al año en dos cuotas: una en julio y otra en diciembre. El
cálculo de la suma del aguinaldo es equivalente al 50% de la mayor remuneración mensual
devengada en todo concepto de cada semestre.
ART: todo empleador está obligado a contratar una Aseguradora de Riesgos de Trabajo
(ART) para cubrir los gastos relacionados con accidentes de los trabajadores en horario
laboral o in itinere (o sea entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo), siempre y
cuando la persona damnificada no hubiere interrumpido o alterado dicho trayecto por causas
ajenas al trabajo.
Asignaciones Familiares: las Asignaciones Familiares son una suma fija, que puede ser
mensual o por única vez, que la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social)
paga a las y los trabajadores en relación de dependencia (públicos o privado); a titulares de
prestación por desempleo, a jubilados, pensionados y a monotributistas. Las personas
trabajadoras en relación de dependencia pueden percibir asignaciones familiares que se
calculan de acuerdo con el sueldo liquidado por los casos de nacimiento, adopción, familia:
hijos/as (todos los meses), prenatal (durante los meses de embarazo), ayuda escolar anual
(una vez al año) y por matrimonio.
Jubilación: son aportes mensuales que se calculan sobre el sueldo bruto que recibe el
trabajador. Una parte la paga el trabajador de sus ingresos y otra el empleador. La jubilación
permite que, después de determinada edad establecida por ley, se pueda abandonar la vida
laboral y obtener una retribución por el resto de la vida.
Obras Sociales: son entidades encargadas de brindar atención médica a las y los trabajadores,
como así también a su grupo familiar. Así, si el trabajador o su grupo familiar que de él
depende pueden acceder a la atención médica, medicamentos y prácticas de asistencia
médica sin tener que pagar previamente todo el costo de la misma.

TRABAJO INDEPENDIENTE
Los trabajadores independientes, a diferencia de las personas en condición de trabajadoras
asalariadas, no dependen de un empleador en particular; sus condiciones se fijan de acuerdo
con las posibilidades que tiene en el mercado laboral. Los trabajadores independientes son
los que asumen los riesgos económicos de la actividad que desempeñan, contrariamente a lo
que ocurre con los trabajadores asalariados, quienes cuentan con mayor certidumbre respecto
de sus ingresos laborales, organizan su propio trabajo y deciden cuándo y cómo hacerlo. Ese
riesgo es lo que lleva a que la remuneración que perciben no siempre es la misma. Tampoco
gozan de los beneficios del trabajo dependiente, como vacaciones pagas, licencias o una
remuneración mínima fija.
Dentro del conjunto de trabajadores independientes podemos diferenciar los siguientes
casos:
• LOS PATRONES (EMPLEADORES): son aquellos que siendo únicos dueños o socios
activos de una empresa establecen las condiciones y formas organizativas del proceso de

Profesora Gabriela Avalos


producción y emplean como mínimo a una persona asalariada y aportan al proceso de
producción los instrumentos, maquinarias o instalaciones necesarias. Por ejemplo, el dueño
de un comercio que contrata empleados, una empresa (PYME o Multinacional) etc.
• LOS TRABAJADORES CUENTAPROPISTAS: son aquellas personas que desarrollan su
actividad utilizando solo su propio trabajo personal, es decir que no emplean personal
asalariado y usan sus propias maquinarias, instalaciones o instrumental. Por ejemplo:
comercios atendidos por sus dueños, profesionales que brindan sus servicios, artesanos,
vendedores ambulantes.
Dentro de la categoría de los trabajadores cuentapropistas podemos distinguir otros
segmentos que podríamos denominar a uno como el de «emprendedores» y otro como el de
«trabajadores cooperativistas». Ambos tienen características distintivas del resto de los
trabajadores independientes.
Según el investigador Quintero Duque Carlos, la actitud emprendedora «se traduce en una
voluntad constante de iniciar y organizar teniendo en cuenta los recursos disponibles para
atender a los resultados concretos» (Quinteros Duque C. -2007: Generación de competencias
en jóvenes emprendedores. Colombia. Universidad Autónoma de Bucaramanga).
Se podría definir al emprendedurismo como aquel proceso por medio del cual una
persona lleva su idea a convertirse en un proyecto concreto con fines de lucro o
beneficencia social generando innovación y empleo. Es el caso, por ejemplo, de las
personas que venden sus productos por internet o sus servicios de soporte técnico on line, en
donde se establecen las nuevas modalidades de venta en showrooms cuyos productos se
publicitan a través del boca en boca o de las redes sociales, entre otros.
Si estos emprendimientos generan empleo para otras personas, es decir, si el que «emprende»
no genera empleo solo para sí sino que, además, contrata personal, pasa a ser «patrón» o
empleador.
El cooperativismo, a diferencia de un emprendimiento personal, hace referencia a un
grupo de personas que se asocia en forma libre y voluntaria con el propósito de rendirse
un servicio y rendirlo a la comunidad.
Toda organización cooperativa presenta dos elementos:
a) El social, el cual apunta a que sus asociados se relacionen de manera democrática y
participativa a través de asambleas y tomas de decisiones de común acuerdo para lograr un
fin que beneficie a todos.
b) El económico, en donde cada uno de sus socios invierte una parte del capital común de la
cooperativa y todos se responsabilizan de la manera en que este será utilizado. La
participación en las ganancias o pérdidas obtenidas beneficiará o afectará negativamente a
todos los participantes.
Existen distintos tipos de cooperativas: de trabajo, de consumo, de crédito, de vivienda, etc.
El objetivo de una cooperativa de vivienda es que sus asociados puedan acceder a una de
ellas. El objetivo de una cooperativa de consumo será que sus socios consigan mejores

Profesora Gabriela Avalos


precios en bienes y artículos de consumo. En cambio, una cooperativa de trabajo, a diferencia
de las de otro tipo, tiene como objetivo principal la generación de empleo y salario para sus
asociados a través de la producción y/o comercialización de un producto o servicio. Por esta
razón es que mencionamos a sus socios como un tipo de trabajadores distintos al resto de los
mencionados.
Como podemos concluir, estas tres clases de trabajadores presentan características distintas.
Dependiendo de la actividad y de sus ingresos, estará enmarcado dentro de una categoría
tributaria diferenciada y, por lo tanto, los aportes que realicen serán diferentes ya que se
distinguen tanto en sus ingresos, condiciones de trabajo y protección social.

PRECARIEDAD LABORAL: DESOCUPACIÓN, SUBEMPLEO, DESEMPLEO,


LAS REALIDADES DEL TRABAJO PRECARIO
Dentro de la Población Económicamente Activa se consideran ocupadas a todas las personas
que tengan cierta edad especificada y que durante un período de referencia hayan trabajado.
Pero cabe preguntarnos ¿todas las personas «ocupadas» lo están en las mismas condiciones?
El trabajo es una actividad esencial, sin embargo, existen diferentes tipos de relaciones
laborales donde el trabajador no cuenta con protección legal. En la Argentina, un porcentaje
de la Población Económicamente Activa tiene dificultades para obtener un empleo. Al
mismo tiempo, no todas las personas que consiguen emplearse logran hacerlo en las
condiciones que establecen las leyes que protegen los derechos de las y los trabajadores,
entonces caen en formas de contratación que vulneran directamente sus derechos. Hablamos
del trabajo precario llamado también «trabajo en negro» o subocupación, porque no
está registrado o está sin contrato. Este tipo de condición laboral es aquella en la cual
el trabajador no es declarado por su empleador y, por lo tanto, no se realizan por él los
aportes correspondientes; en tal sentido, el trabajador se encuentra desprotegido
frente al empleador. Si bien La Organización Internacional de Trabajo (OIT) y, en la
Argentina, el Ministerio de Trabajo de la Nación impulsan la lucha contra la informalidad y
la precariedad laboral, cabe señalar que el Índice de Precariedad Laboral, además de incluir
a la propia informalidad estructural, mide otros problemas de empleo dentro del sector
moderno, tales como la subocupación, el empleo no registrado y el empleo doméstico no
registrado.
La precariedad laboral puede implicar una remuneración que no alcanza a satisfacer las
necesidades esenciales del individuo y de su grupo familiar; condiciones de trabajo que
ponen en riesgo la salud; jornadas laborales que superan las horas permitidas por la
legislación y la posibilidad latente de perder el empleo sin recibir indemnización.
Otro grupo que conforma la Población Económicamente Activa es aquel conformado por las
personas en condición de desocupadas. Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH)
llevada a cabo por el INDEC, se considera como desocupados abiertos a todas las personas
que no trabajaron en la semana de referencia, que estaban disponibles y buscaron
activamente trabajo (enviar currículums, responder a avisos de diarios/internet, consultar a
parientes o amigos, etc.) en algún momento de los últimos treinta días. Se incluyen dentro

Profesora Gabriela Avalos


de este grupo a las personas disponibles que no buscaron trabajo, porque ya tenían trabajo
asegurado y a los suspendidos sin pago que no buscaron porque esperaban ser
reincorporados.
El concepto de desocupación abierta no incluye otras formas de empleo inadecuado, tales
como personas que realizan trabajos transitorios (changas) mientras buscan activamente una
ocupación, ni a aquellas personas que trabajan jornadas involuntariamente por debajo de lo
normal, o los ocupados en puestos por debajo de la remuneración mínima (subocupación), o
puestos por debajo de su calificación, como tampoco a los desocupados que han suspendido
la búsqueda por falta de oportunidades visibles de empleo, etc. Es decir que el concepto de
desocupación excluye, o no considera, a los trabajadores precarizados.

ACTORES DEL MERCADO DEL TRABAJO: ORGANIZACIONES


EMPRESARIALES, COOPERATIVAS DE TRABAJO

Los actores que intervienen en el mercado del trabajo son: las organizaciones
empresariales, las Cooperativas de Trabajo, los trabajadores, las organizaciones
sindicales y el Estado. La demanda de trabajo está compuesta por las empresas o
empleadores que compran servicios. La oferta de trabajo se compone por las/os
trabajadoras/es, quienes venden su servicio. La interacción de ambas determina las
remuneraciones en el mercado laboral, aquél donde los individuos intercambian servicios.
En los puntos siguientes desarrollaremos cada uno de los actores intervinientes.
LA ORGANIZACIÓN EMPRESARIAL es el diseño y mantenimiento de un sistema
basado en la determinación de los roles que cada uno debe cumplir. Es la coordinación entre
los recursos humanos y materiales para lograr determinados objetivos.
Algunas de sus características principales son:
- Se originan para realizar una determinada actividad.
- Las actividades están divididas, jerarquizadas y ordenadas en forma lógica, determinando
las funciones que cada uno cumple.
- Cuenta con los medios económicos y humanos.
- Con un sistema de comunicación efectivo.
- Con un sistema de control y supervisión.
Por su parte, el artículo 5° de la Ley 24.744 y modificatorias, define «empresa» a la
organización instrumental de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados bajo
una dirección para el logro de fines económicos o benéficos. A los mismos fines, se llama
«empresario» a quien dirige la empresa por sí o por medio de otras personas y con el cual se
relacionan jerárquicamente los trabajadores, cualquiera sea la participación que las leyes
asignen a éstos en la gestión y dirección de la «empresa».

Profesora Gabriela Avalos


Dentro de este tipo de organizaciones podemos mencionar a las siguientes:
Empresas multinacionales: o empresas transnacionales son aquellas que no solo están
establecidas en su país de origen, sino que también se constituyen en otros países para
realizar sus actividades mercantiles tanto de venta y compra como de producción en los
países donde se han establecido. Las multinacionales están en capacidad de expandir la
producción y otras operaciones alrededor del mundo, así como de movilizar plantas
industriales de un país a otro. Los procesos de fusión y las alianzas entre ellas les permiten
alcanzar un creciente poder e influencia en la economía mundial. Su filosofía tiene un
concepto global, mantienen un punto de vista mundial en sus negocios sobre los mercados
(clientes), servicios y productos, bajo el cual conciben al mundo entero como su mercado
objetivo. Estas empresas se caracterizan por el empleo de trabajadores tanto del país de
origen como del país en el que se establecieron. El término «multinacional» debe entenderse
en lo que a mercado se refiere no a la naturaleza de la compañía: de hecho, es habitual que
se califique el término «multinacionales» de engañoso y se prefiera llamarlas
«transnacionales» ya que, aunque operen en varios países, su sede y principales directivos,
así como el origen de su estrategia y la administración en general, se decide en su país de
origen sin ninguna influencia de sus filiales de ultramar. Se argumenta así que por el hecho
de que, por ejemplo, McDonald's opera en múltiples países no deja de ser una empresa
estadounidense y no «multinacional».
Características de las Empresas multinacionales
• Se extienden en todo el territorio. Abren sus puertas a las personas usuarios de todo el
mundo.
• Sus propietarios llevan sus productos o servicios a comunidades de todo el mundo abriendo
nuevas sucursales en otros continentes fuera del de su origen.
• Poseen plantas en todo el mundo y trabajan con importantes cantidades de productos.
• Utilizan nuevas tecnologías, organización industrial, mercadotecnia y publicidad.
• Son fuertes inversiones en investigación y desarrollo para las comunidades.
• Conocimiento profundo de las estructuras y funcionamiento de los mecanismos políticos
de los países donde están implantadas.
• Una de sus formas habituales de crecimiento es mediante los procesos de fusiones y
adquisiciones.
• Sus productos no son terminados en la misma planta en la cual es iniciado. Lo transportan
a otra planta en otro continente para ser finalizado. Y a otra para ser comercializado.
Pymes: se denomina así a las Pequeñas y Medianas Empresas. Los criterios para establecer
si una empresa es pequeña o mediana, difiere del país del que se trate. Generalmente para
clasificarlas se considera el volumen de ventas anuales y el rubro. Así es como se hace en
Argentina.

Profesora Gabriela Avalos


Investigar cual es el volumen de ventas determinantes de la condición de micro, pequeña o
mediana empresa
Cuando una empresa registre ventas en más de uno de esos sectores de actividad se tendrá
en cuenta el sector cuyas ventas hayan sido las mayores. Si en algún sector de actividad la
empresa supera los límites previstos para dicho sector, no será considerada Mi-pyme. De
tratarse de empresas que desarrollen como actividad principal declarada ante la AFIP alguna
de las actividades previstas en el artículo 3º de la Resolución Nº 340/17 de la citada
secretaría, además deberá verificarse que el valor de sus activos –computados conforme a lo
establecido en la citada resolución– no supere el importe de $ 100.000.000.
COOPERATIVAS DE TRABAJO: Una organización cooperativa es la unión para
alcanzar metas que serían imposibles de alcanzar en forma individual. Como ya
anticipamos, a las cooperativas de trabajo les caben todas las características de cualquier otro
tipo de cooperativas, pero lo que las distingue es que tienen como objetivo principal la
generación de empleo y salario para sus asociados a través de la producción y/o
comercialización de un producto o servicio. Ejemplos de cooperativas de trabajo son las
fábricas o empresas recuperadas que son organizadas y conducidas por quienes eran
empleados de las mismas antes de que éstas cerraran por problemas económicos y/o legales.
Estos exempleados en relación de dependencia, vieron en peligro su fuente laboral y
decidieron defenderla tomando la decisión de continuar con la empresa o fábrica como forma
de no quedar excluidos del mercado laboral. Han sido recuperadas gráficas, restaurantes,
hoteles, frigoríficos, madereras, metalúrgicas, etc.
«La OIT considera que las cooperativas no solo son importantes como medio para mejorar
las condiciones de vida y de trabajo de mujeres y hombres en todo el mundo, sino que
también ponen a disposición de los usuarios infraestructura y servicios esenciales, incluso
en áreas olvidadas por el Estado y las empresas inversoras. Las cooperativas tienen una
probada trayectoria en materia de creación y mantenimiento del empleo, ya que actualmente
brindan más de 100 millones de puestos de trabajo. Asimismo, contribuyen al avance del
Programa Global de Empleo de la OIT y a la promoción del trabajo decente.

TRABAJADORES Y SINDICATOS. ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL


TRABAJO
El Sindicato es definido como una organización colectiva laboral basada en principios de
solidaridad y de justicia, que nace dentro del nuevo sistema de producción industrial con el
objeto de defender los intereses colectivos que conforman las agrupaciones de trabajadores
por medio de acuerdos y acciones comunes que tienen el propósito de promover el desarrollo
individual, familiar y colectivo de ellos con la parte empresarial, sus organizaciones y el
Estado mismo. Es decir, que los sindicatos son organizaciones creadas por los
trabajadores con el propósito de defender sus derechos laborales y sus intereses
económicos y sociales.
En la actualidad, en la Argentina, los sindicatos están agrupados por rama productiva y la
afiliación es voluntaria, su principal objetivo es defender los derechos de los

Profesora Gabriela Avalos


trabajadores y negociar con los empresarios para obtener mejoras salariales y
condiciones laborales para la rama productiva o servicio al que representan. Las luchas
por condiciones dignas de labor sin duda fueron el camino inicial para el reconocimiento de
los derechos laborales como salarios dignos, vacaciones pagas, libertad de sindicalización;
pero la garantía de estos derechos, como vimos en el apartado anterior, tampoco están
vigentes para todos los trabajadores.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es un organismo especializado de las
Naciones Unidas que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales.
Es una agencia 'tripartita' que reúne a representantes de gobiernos, empleadores y
trabajadores de 187 Estados miembros, a fin de establecer las normas del trabajo, formular
políticas y elaborar programas promoviendo el trabajo decente de todas las personas
habilitadas legalmente para la actividad laboral (esto significa que se prohíbe el trabajo y la
explotación infantil). Los objetivos principales de la OIT son promover los derechos
laborales, fomentar oportunidades de trabajo decente, mejorar la protección social y
fortalecer el diálogo al abordar los temas relacionados con el trabajo. Argentina tiene
ratificados con la OIT 81 convenios y 2 protocolos. El último ratificado fue el Convenio
sobre los trabajadores domésticos en el año 2011 (núm. 189).

Profesora Gabriela Avalos

También podría gustarte