Zapatistas - Vida Cotidiana Durante La Revolución Mexicana
Zapatistas - Vida Cotidiana Durante La Revolución Mexicana
Zapatistas - Vida Cotidiana Durante La Revolución Mexicana
ScholarWorks@UTEP
2015-01-01
Recommended Citation
Rodriguez-Mayoral, Alejandro, "Zapatistas: Vida cotidiana durante la Revolución Mexicana" (2015). Open
Access Theses & Dissertations. 1138.
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ZAPATISTAS: VIDA COTIDIANA DURANTE LA REVOLUCIÓN
MEXICANA
ALEJANDRO RODRIGUEZ-MAYORAL
Departamento de Historia
APROBADO:
por
Alejandro Rodriguez-Mayoral
2015
Dedicatoria
por
DISERTACIÓN
en cumplimiento parcial
de los requerimientos
para el Grado de
DOCTOR
Departamento de Historia
Mayo 2015
AGRADECIMIENTOS
Esta tesis doctoral fue escrita con el apoyo incondicional de amigos, familiares
de la misma. Deseo hacer presente mi gratitud a Servando Ortoll, Avital Bloch, Charles
Ambler, Cheryl E. Martin, Samuel F. Brunk y Oscar Carlos Zurroza Barrera por
trabajado intensamente durante todo el proceso de esta disertación. Del mismo modo,
reconocimiento también va para Laura Espejel López, Francisco Pineda Gómez, Felipe
Arturo Ávila Espinoza y Romana Falcón Vega, por sus valiosas sugerencias en mi
v
(que en paz descanse), mi padre J. Trinidad Rodríguez Osorio, y mis hermanas Laura,
México y el Distrito Federal. La ayuda también sirvió durante mis meses de escritura,
e Historia (INAH), a Laura Espejel, Marcela Cobos Romero, Elia García Gómez, Itchel
de la Cineteca Nacional, y a Fernando López Gálvez del Archivo Histórico del Estado
Historia de México (CEHM), del Archivo Histórico de la Revolución Mexicana del Centro
vi
la “Mapoteca Manuel Orozco y Berra, Servicio de Información Agroalimentaria y
de Magdalena y Salvador Díaz Soto y Gama, por darme acceso a sus archivos, así
como a Mario Martínez Sánchez, Valentín López González Aranda y a Moroni Spencer
Por último, pero no menos importante, quiero expresar mis gratitudes a Michael
Topp, Paul Edison, Yolanda Chávez Leyva, Jeffrey P. Shepherd, Edith Yañez, Esteban
Terrazas, Nohemí Orozco, Selfa Alejandra Chew, Juan Sandoval, Julia María
McGee Deutsch, Carl Jackson, Charles Martin, Gloria Paxson, Patrick Cross, Patrick
Paynes, Manuel Ramírez, Ernesto Chávez, Clara Barrio, Harriet Henry, Maissa Khatib,
Contreras, Luis Bonilla, Eligio Rodríguez, Salvador Fernández, Juan Sergio López
García, Álvaro Aburto Benavides, Veronica Adaya, Sarai Ramírez, Rogelio Trejo, David
Munro González y José Luis Guedea Preciado. Con todos, y con cada uno de ellos,
Alejandro Rodriguez-Mayoral
vii
RESUMEN
historia social y cultural que abarca desde 1910 hasta 1920. Esta historia reconstruye la
interrogante ¿cuándo, cómo y de qué manera la vida cotidiana cambió para la gente
relaciones de género que permiten recrean los roles, el matrimonio, los amores y la
viii
TABLA DE CONTENIDOS
AGRADECIMIENTOS ..................................................................................................... v
LISTA DE TABLAS.......................................................................................................... xi
CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN..……...……………………...………………………..…….1
2.3 CONCLUSIONES……………………………………………………………….…………71
3.5 CONCLUSIONES…………………………..…………………………………….………117
ix
4.4 CONCLUSIONES………………..…………………………………………….…………166
5.2 EL MATRIMONIO………………………………….………………………….…….……176
5.4 SEXUALIDAD………………………………………………….………….……..………192
5.5 CONCLUSIONES….……………………………………………………….…………….196
6.5 CONCLUSIONES………………………………..………………………….…………...233
7.1 CONCLUSIONES………………………………..………………………………….……259
8.3 CONCLUSIONES……………………...………………………………………………...301
CAPÍTULO 9: CONCLUSIONES……........................……………………………………303
x
LISTA DE TABLAS
Tabla 8.1: Clave para la presidencia de la República para comunicarse con las
estaciones heliográficas por teléfono o telégrafo…………….....................278
xi
LISTA DE FIGURAS
xii
LISTA DE ILUSTRACIONES
xiii
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
social y cultural. Esta historia inicia en 1910, cuando unos campesinos de Morelos
atacó al gobierno porfirista y al sistema de justicia, por no haber resuelto sus demandas
finaliza en 1920, meses después del asesinato del general Emiliano Zapata Salazar,
con la disolución del Ejercito Libertador del Sur y con su respectiva alianza con Álvaro
directa e indirectamente en aquella primera revuelta del siglo veinte.2 Estos fueron los
1 Aquí se entiende por campesinos a la “gente del campo”, al igual que John Womack, Jr. Véase en John
Womack, Jr., Zapata and the Mexican Revolution (New York: Vintage Books, 1970), X. La gente del
campo habitó villas, aldeas y pueblos. Estos campesinos constituyeron a una población ligada a la tierra,
que pudo o no poseer tierras para cultivar o trabajar, que pudo vender o intercambiar sus productos
agrícolas para sobrevivir, y que convivieron a diario con otras gentes del medio rural.
2 Por “zapatista” queda comprendido el grupo heterogéneo, pero mayoritariamente conformado por
campesinos o trabajadores del campo, que simpatizaron con las demandas de Emiliano Zapata y
participaron en la lucha campesina. Inicialmente, los zapatistas fueron un grupo “rebelde” de Morelos, es
decir, gentes que tomaron las armas en contra del gobierno establecido a manera de protesta al
demandar tierras para poder trabajar y subsistir. Así, ese grupo rebelde morelense pasó a formar parte
de un grupo revolucionario mayor llamado maderistas y posteriormente se convirtieron a zapatistas.
Como resultado de la lucha, hubo campesinos que lucharon por igual al lado de los rebeldes, y luego
retornaron a su vida pacífica, dependiendo de las circunstancias. A éste grupo se le pude llamar como
“soldados de medio tiempo”. De acuerdo con el historiador Carlos Barreto Zamudio, el término “zapatista”
apareció impreso por primera vez en el periódico El País, el 17 de agosto de 1911, en donde una nota
1
protagonistas de la revolución social campesina porque constituyeron la mayoría de la
contribuyen a generar una visión más completa de la historia. Todos estos testimonios
como el Valle de Bravo y el Valle de México, y partes rurales del Distrito Federal, como
el Ajusco, Tlalpan, Contreras y Milpa Alta. Éstas son regiones de tierras y climas fríos y
calientes. Sin embargo, esta historia también se compone con acontecimientos que
Guerrero, que por ser parte de la cotidianidad de los zapatistas, deben de ser
explicadas en su conjunto.
hacía referencia a los “rebeldes morelenses”. Véase en Carlos Barreto Zamudio, “El zapatismo visto
como delito. Usos de un expediente judicial,” en El municipio de Ayala. Apuntes desde su historia, coord.
Enrique Anzures Carrillo (Cuernavaca: Instituto de Cultura de Morelos, 2009), 192.
En las filas zapatistas hubo peones, arrieros, cañeros, medieros, jornaleros, aparceros, arrendatarios,
leñadores, carboneros, campesinos, ganaderos, vaqueros y agricultores con pequeña propiedad,
comerciantes, artesanos, cantineros, fogoneros, capataces, obreros, abogados, maestros, militares y
contadores. Durante la revolución, los zapatistas fueron llamados por sus enemigos, y en parte por la
opinión pública y la prensa oficialista, como “correlones”, “calzonudos”, “huarachudos”, “come vacas” y
“liebres blancas”.
2
adversidades diarias?, ¿acaso la vida cotidiana desafía a las conclusiones a las que
han llegado otros historiadores del zapatismo a través de enfoques políticos, militares,
ideológicos?, Y de ser así, ¿de qué manera la vida cotidiana cambia la manera de
pensamientos las gentes del campo, rebeldes y pacíficos, decidieron como sobrellevar
sus vidas. El relato histórico de la cotidianidad cobra vida en las siguientes páginas. Por
cuando las metrallas de la artillería al impactar, hacían volar la tierra y piedras cerca de
escena aterradora y hedionda. El sentido del tacto es percibido, por instancia, cuando
los pies descalzos de alguien tocaron el hielo formado sobre la tierra del monte
mientras huía despavorido junto con su familia en busca de refugio en una noche fría.
o fuerzas militares al pasar por pueblos; y por último, encontrar sentido a los relatos de
algunos testigos que daban cuenta del sabor de la tortilla dura y del sabor ligero del
agua en tiempos de sed y hambre. En una gran mayoría de casos, esto fue la
3
cotidianidad de la revolución: un verdadero himno a la demencia en que los zapatistas
quedaron inmersos.
llevaban los campesinos cambió con la lucha armada. La vida cotidiana es un campo
sostenido. Algunos de los nombres con que se ha conocido figuran historia social,
ordinaria (común y corriente), historia privada, vida diaria, e incluso, historia de los
movimientos laborales.
contribuido con notoriedad. Para ilustrar esto, la novela literaria mostró escenas de la
vida diaria durante el siglo diecinueve. Ya para la década de 1930, la vida cotidiana
tomó un nuevo rumbo moderno cuando en Francia figuró bajo un enfoque histórico
riguroso, académico y profesional.3 La Escuela de los Annales fue la que propagó este
campo de estudio apareciendo como sus pioneros Marc Léopold Benjamin Bloch y
3 Andreas Eckert y Adam Jones, “Historical Writing and Everyday Life,” Journal of African Cultural
Studies 15, no. 1 (Junio 2002): 6.
4
tarde, los estudios de la cotidianidad pasaron al Reino Unido y a los Estados Unidos,
Los estudios de la vida cotidiana en México son más recientes. Fue hasta 1987
España. Educación y vida cotidiana. Casi dos décadas más tarde, en 2006, dicha
Fernand Braudel, George Balandier, Agnes Heller, Jacques Le Goff, Henri Lefebrvre,
Alf Lüdke, Michael Maffesoli, George Duby, Peter Burke y George Lackoff.
tomar la de Michael Barton, quien la entiende como todo aquello “que la gente hace
rutinariamente, cómo y cuándo ellos lo hacen, y por qué”. 7 Barton toma en cuenta los
cambios que ocurren pero también considera las continuidades. Para identificar esas
4 Marianne Gullestad, “The Transformation of the Norwegian Notion of Everyday Life”, en American
Ethnologist vol. 18, no. 3, (Agosto 1991): 480-499, en esp., 480.
5 Pilar Gonzalbo Aizpuru, Las mujeres en la Nueva España. Educación y vida cotidiana (México, D.F.: El
Colegio de México, 1987); Introducción a la historia de la vida cotidiana (México, D.F.: El Colegio de
México, 2009).
6 Existen historias que abordan el tema de la vida cotidiana describiendo solamente la vida que vivieron y
sintieron las gentes en algún tiempo determinado. Estas historias tratan temas como familia, mujeres,
trabajo, tiempo libre, religión, guerra, crímenes, vida civil, vida en el campo y en la ciudad. Una similitud
que guardan estas investigaciones consiste en la falta de integración entre sus historias y la teoría de la
vida cotidiana. Véase Warwick Bray, Everyday Life of the Aztecs (New York: Peter Bedrick Books, 1991);
Jack G. Morrison, Everyday Life in a Women’s Concentration Camp 1939-1945 (Princeton: Markus
Wiener Publishers, 2000); y, Lionel Casson, Everyday Life in Ancient Egypt (Baltimore: The Johns
Hopkins University Press, 2001).
7 Michael Barton, “The Study of American Everyday Life,” American Quarterly 34, no. 3 (1982): 218-19. El
texto que aparece entre comillas fue tomado tal y cual del documento original. Hay ocasiones en que la
cita tiene corchetes con palabras del autor para esclarecer el mensaje del documento original.
5
se puede obtener de Fernand Braudel quien refiere a ésta como “las pequeñas cosas
que uno difícilmente nota en un tiempo y un espacio”.8 Agnes Heller, en otro caso, da
importancia a la vida cotidiana diciendo que está en el centro del acaecer histórico
cotidiana a la que representa las “experiencias ordinarias del mundo”, en donde las
acciones, las conductas, los valores y los rituales son únicas/os y lógicas/os dentro de
en aumento.12 Por último, para Pilar Gonzalbo Aizpuru, la historia de la vida cotidiana
individuales) dentro del marco de la vida real y material, aunque nunca quede
8 Fernand Braudel, The Structures of the Everyday Life (New York: Harper & Row, 1981), 29.
9 Agnes Heller, Historia y vida cotidiana (México, D.F.: Editorial Grijalbo, 1985), 42.
10 Ibid., 39.
11 Eckert y Jones, “Historical Writing and Everyday Life”, 5.
12 Algunos investigaciones históricas, sociológicas y antropológicas publicadas entre 1978 y 2006 en
revistas especializadas que han estudiado a la vida cotidiana, enfocaron en condiciones de vida, danza,
violencia, música, guerra, internet, mujeres, alimentación, racismo, juegos, cine, resistencia, migración,
esclavitud, arquitectura, psicología, medio ambiente, política, economía, teoría, temas coloniales y
contemporáneos, nacional o global. Estos artículos fueron publicados en History Workshop Journal,
Cinema Journal, Journal of Palestine Studies, Music Supervisors’ Journal, Dance Research Journal,
Revista Mexicana de Sociología, Theory and Society, Daedalus, Historia social, Journal of Southern
African Studies, Economic and Political Weekly, Gender and Society, American Quarterly, Hypatia,
Journal of African Cultural Studies, Transactions of the Institute of British Geographers, New Literary
History, Social History, Diacritics, Human Studies, Yale French Studies, Man, Cultural Critique, Modern
Asia Studies, Reis, Central European History, Sociological Perspectives, American Ethnologist, Social
Scientist, Social Text, Cultural Anthropology, Annals of the American Academy of Political and Social
Science y Annual Review of Anthropology.
13 Gonzalbo, Introducción a la historia de la vida cotidiana, 31.
6
Dentro del campo extenso de las investigaciones acerca de la Revolución
mexicana, la vida cotidiana ha sido motivo de enfoque. Así aparece Revolución y vida
los estudios acerca del zapatismo, los primeros trabajos que abordan a la cotidianidad
aparecieron en los años ochenta. El primer artículo que mostró preocupación por
indagar más a fondo a la vida cotidiana de los zapatistas fue “Peones y campesinos
Rodríguez García, “La dinámica interna del zapatismo: consideraciones para el estudio
venimos a contradecir, de Arturo Warman, “La vida cotidiana del zapatismo en la 1ra.
Zona de Guerra: Huautla, Morelos, 1910-1919” de Elizabeth Silva Cruz, y “La vida
14 Rafael Torres Sánchez, Revolución y vida cotidiana: Guadalajara, 1914-1934 (México, D.F.: Galileo,
Universidad Autónoma de Sinaloa, 2001); Aquiles Chiu, “Peones y campesinos Zapatistas,” en Emiliano
Zapata y el movimiento Zapatista: cinco ensayos (México, D.F.: INAH, 1980): 101-153. Martha Rodríguez
García, “Genovevo de la O y el Movimiento Zapatista en el Occidente de Morelos y Sur del Estado de
México,” en Emiliano Zapata y el movimiento zapatista: cinco ensayos (México, D.F.: INAH, 1980): 8-98;
Salvador Rueda Smithers, “La dinámica interna del zapatismo: consideraciones para el estudio de la
cotidianeidad campesina en el área zapatista,” en Morelos: cinco siglos de historia regional, editado por
Horacio Crespo (México, D.F.: Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México, Universidad
Autónoma del Estado de Morelos, 1984): 225-49; Arturo Warman, …Y venimos a contradecir. Los
campesinos de Morelos y el Estado Nacional (México, D.F.: SEP, CIESAS, 1988); Elizabeth Silva Cruz,
“La vida cotidiana del zapatismo en la 1ra. Zona de Guerra: Huautla, Morelos, 1910-1919” (tesis de
licenciatura, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2003); y Felipe Arturo Ávila Espinosa, “La
vida campesina durante la Revolución: el caso zapatista,” en Historia de la vida cotidiana en México. El
siglo XX. Campo y ciudad. Vol. I, coord., Aurelio de los Reyes (México, D.F.: Colegio de México y Fondo
de Cultura Económica, 2006): 49-88. Vale señalar que la tesis de licenciatura de Elizabeth Silva utilizó
entrevistas inéditas a oriundos de Chinameca, Huautla, Chimalacatlán, Huichila, Rancho Viejo y
Cocoyoc.
7
Ayala, de Rosalind Rosoff y Anita Aguilar, y “Oposición y subversión: testimonios
sus características la vida de las gentes ordinarias, u “olvidadas”, y expone los cambios
dispersa, probablemente debido a ser uno de los temas más difíciles para encontrar
del tiempo libre, que permanecía sin ser explorado ni discutido. Un tema más,
mantenido limitado a unos cuantos trabajos que han sido escritos. Igualmente, la
15 Emiliano y la Revolución (México, D.F.: s/e, 2001), Rosalind Rossoff y Anita Aguilar, Así firmaron el
Plan de Ayala (México, D.F.: SEP, 1976), y Salvador Rueda Smithers, “Oposición y subversión:
testimonios zapatistas”, Historias 3 (1983): 3-32.
8
“Zapatistas: Vida cotidiana durante la Revolución Mexicana” está sustentada en
Texas.16 La investigación requirió explorar caja por caja y documento por documento
campesinos pacíficos a las autoridades del Ejército Libertador del Sur, responsables de
las zonas en que vivían o defendían, quienes dieron seguimiento a las mismas como
también ocurrido, hicieron caso omiso como ocurrió en algunos casos. Aparte del
16 La búsqueda por evidencias históricas en Morelos resultó frustrante, ya que el Archivo Histórico del
Estado de Morelos (AHEMo) no cuenta con algún documento entre 1910 y 1920. De la misma manera
ocurrió con el Archivo Histórico de la Diócesis de México, el Centro Episcopal Mexicano, el Archivo
Histórico de la Catedral de Cuernavaca y el Archivo Histórico de la Diócesis de Cuernavaca, de acuerdo
con sus respectivos empleados y administradores. Igualmente nula resultó la existencia de periódicos de
Morelos y el Estado de México que revelaran más hallazgos de aquellos tiempos. Véase en el Anexo 1
las abreviaturas de todos los archivos y sitios en que se realizó investigación, así como también
aparecen en el apartado de “Referencias” de la presente disertación.
9
regiones exploradas como la orografía, vegetación, poblados, lugares, climas e
embargo, estas gentes vivieron una experiencia heterogénea debido a las condiciones
que enfrentaron los pueblos en que vivieron. Es decir, hubo pueblos y regiones que
vivieron la violencia en mayor grado que otros, o simplemente, que existieron pueblos
Entonces, podemos concluir que no hubo un estilo de vida cotidiana “típico” para los
zapatistas ni para los campesinos que vivieron en las regiones que aquí se
que se les fueron presentando. Aunado a todo esto, vale considerar la dinámica
estrecha con un argumento del historiador Felipe Arturo Ávila Espinosa, en Los
acuerdo a las regiones en que se surgieron. En primer lugar, Ávila resalta una
además, él destaca algunos factores de cambio que hacen distintas a las regiones,
10
como los sectores sociales, a las prácticas, a la movilización popular, a las
es “La propagación de la lucha por la tierra”, consiste en presentar una visión general
los zapatistas utilizaron distintos medios para controlar este fenómeno en los territorios
bajo su dominio.
aquellas que tomaron las armas y a quienes apoyaron a sus hombres en la revolución
que la revolución no sólo fue violencia sino también brindó tiempo libre para los
17 Felipe Arturo Ávila Espinosa, Los orígenes del zapatismo (México, D.F.: UNAM, El Colegio de México,
2001), 14.
18 Véase en el Anexo 2 una cronología de la Revolución Zapatista.
11
diversiones que dieron un poco de alivio ante aquel clima de tragedias. El penúltimo
amplio, revelador, que muestra las experiencias bélicas y vivencias de los miembros
del Ejército Libertador del Sur. Y al final, como capítulo 9, aparecen las conclusiones.
posteriormente, una rebelión que pasó de ser local en 1910 a una regional en años
vieron afectados sus intereses al perder tierras despojadas por haciendas, al perder
por perder sus medios de subsistencia, viviendo en medio de abusos e injusticias. Todo
esto ocurrió, como advirtió en un principió John Womack, Jr., en medio de un proceso
19 Para conocer más acerca de las revueltas y protestas que condicionaron a los campesinos en
Morelos, entre 1840 y 1870, véase Paul Hart, Bitter Harvest. The Social Transformation of Morelos,
Mexico, and the Origins of the Zapatista Revolution, 1840-1910 (Albuquerque: University of New Mexico
Press, 2005).
20 Womack, Jr. Emiliano Zapata and the Mexican Revolution, Prefacio.
12
Porfiriato, tenía una aristocracia influida por la cultura francesa y por las ideologías del
que poseían enormes extensiones de tierra. El sistema político imperante los favorecía
como el ejército, la policía, las fuerzas rurales, la acordada, la ley fuga, las cárceles, los
México del Porfiriato había consistido en que el poder político debía apoyar a los
hacendados para dominar a los jornaleros. Textualmente, Cabrera sostuvo: “si el peón
intentaba fugarse, el Jefe Político lo volvía a la finca con una pareja de rurales; si
13
enviaba al contingente, y, si era necesario, se le aplicaba la ley-fuga”.24 Era tiempo en
que México tenía una participación política y electoral controlada y limitada. Los
vicios a juicio de los críticos del régimen, pero fuentes de fuerza para los gobernantes
adueñaron de nuevas tierras de manera legal o ilegal para aumentar sus extensiones.
De nueva cuenta los problemas por la tierra se recrudecerían. Cabe señalar que la
legal de los pueblos, las cuales fueron fraccionadas y repartidas.26 Esta situación entre
24 Luis Cabrera, “La reconstitución de los ejidos de los pueblos como medio de suprimir la esclavitud del
jornalero mexicano”, en La cuestión de la tierra, dirigida por Jesús Silva Herzog (México, D.F.: Instituto
Mexicano de Investigaciones Económicas, 1961):277-310, en part., 299.
25 Alan Knight, La Revolución mexicana (México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2010), 47.
26 Afolfo Gilly dejó en claro que las compañías deslindadoras, utilizando las leyes de colonización,
establecieron límites en tierras baldías, despojaron de tierra a los campesinos y trajeron colonos
extranjeros para trabajarlas. Véase en Adolfo Gilly, La revolución interrumpida (México, D.F.: El Caballito,
1973), 9.
14
al no obtener resoluciones judiciales a su favor tras haber incurrido a las autoridades
gentes en el país se fueron tornando inhumanas cada vez más, a raíz de abusos,
adversas.27 De acuerdo con John K. Turner, el sistema esclavista de estos lugares era
Según Turner, ese sistema laboral, contrario a la voluntad del trabajador, ausente de
Morelos”.28
en las tiendas de raya. Las condiciones de vida de los cañeros eran deplorables. De
acuerdo con un zapatista, existía una larga jornada laboral en haciendas dirigidas y
saliera el sol y recibían a cambio unos cuantos centavos. 29 En otro caso, alguien
15
trabajadores 75 centavos semanales. Para cuando ya iban a cobrar como cada
sábado, rememoró el testimonio, los trabajadores ya tenían una deuda con la tienda de
raya pues “en el transcurso de la semana se les habían fiado alguna mercancía”. Esta
aún, la misma historiadora aseguró que los precios de los artículos de primera
Aquiles Chiu, llegó a decir que estos peones vivían en el estado que pagaba mejor al
como los problemas agrarios. Estos problemas se hicieron presentes en pueblos como
Huitzilac, Buenavista del Monte y Santa María Ahuacatitlán. Como ya se dijo, parte del
problema agrario de los pueblos fue ocasionado por las haciendas. Por instancia, la
16
tiempo después. Esos mismos problemas lo tuvo la Hacienda de Jalmolonga, en
pesar de este dato, Ricardo Ávila Palafox aseveró que la tierra en el Estado de México
no fue usurpada, por lo que los campesinos mexiquenses estuvieron al margen del
aledaños no perdieron sus tierras comunales por las haciendas de la región, pero
ingresaron al zapatismo para evadir la leva.35 Vale señalar que estas tierras frías no
fueron del interés de las haciendas en el uso de la agricultura porque no eran propicias.
huelgas. Así fue que surgieron la huelga en la Green Consolidated Copper Company,
esto, los espíritus de rebeldía y cambio político se exaltaron aún más, cuando el 17 de
de una de las familias más ricas de México, sacó a la luz La sucesión presidencial en
34 Ricardo Ávila Palafox, ¿Revolución en el Estado de México? (México, D.F.: INAH, Gobierno del
Estado de México, 1988), 241.
35 Salvador Rueda Smithers, “La zona armada de Genovevo de la O”, Cuicuilco 2 (Enero 1981): 38-43,
en part., 38.
17
1910, en que demanda que el pueblo de México eligiera al presidente dentro de un
proceso democrático.36
llamado Emiliano Zapata Salazar fue elegido Presidente de la Junta de Defensa de las
los derechos a la posesión de sus tierras arrebatadas por haciendas limítrofes, como la
repartir las tierras. Ese mismo año otro suceso cobraría relevancia: la muerte del
estado, y con ello, una incertidumbre por saber si el nuevo gobernador impartiría
dictadura. Dicha elección estatal en Morelos sucedió por igual a las realizadas en
sus intereses. Su contendiente fue Patricio Leyva, hijo de Francisco Leyva Arciniega,
egoístas, españoles que se habían enriquecido a costa de los pueblos y del trabajo de
36 Francisco I. Madero, La sucesión presidencial en 1910 (México, D.F.: Editorial Época, 2002).
18
los morelenses”.37 Zapata, entonces, siguiendo con la defensa de Anenecuilco, tomaría
llegó en marzo de 1909, ganando Leyva, pero al cometerse fraude electoral, Escandón
más del 40% del territorio de México, que consistía alrededor de 880,000 kilómetros
en donde trabajaban 3’130,400 peones, que con sus familias enumeraban 10’000,000,
tenía más hacendados, reportando 7,500 hacendados.39 De acuerdo con otro reporte,
37 Salvador Rueda Smithers, “Administración política y utopía hacendada: la lucha por el poder en el
estado de Morelos (1869-1913),” Historias 13 (Abril - Junio 1986): 105.
38 Fernando González Roa y José Covarrubias, El problema rural de México (México, D.F.: Secretaría de
la Reforma Agraria, Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México, 1981), 8.
Este reporte fue dado a conocer por dos exsubsecretarios de Estado en el Gabinete del Presidente
Madero, basándose en un censo de 1910.
39 John M. Hart, “Agrarian Reform”, en Twentieth-Century Mexico, editado por W. Dirk Raat y William H.
Beezley (Lincoln: The University of Nebraska Press, 1988): 6-16, en esp., 7.
40 Antonio García de León, “Los contornos regionales del problema de la tierra en la revolución
mexicana,” Revista Mexicana de Sociología 49, no. 3 (Julio - Septiembre 1987): 92.
19
En 1910 México tenía 15’160,369 habitantes, de los cuales 10’809,197 vivían
Distrito Federal que contaba con 10,904. Esta situación trajo implicaciones y tensiones
ante la falta de entendimiento. Entre las enfermedades más comunes que afectaron a
medicinas.
para poder sembrar terrenos de la Hacienda del Hospital. Los suplicantes le dijeron:
pueblo de San Miguel Anenecuilco o sea otra persona; pero deseamos sembrar los
41 INEGI, Estadísticas Históricas de México, tomo 1, (Aguascalientes, 1999), 3, 30, 100, 106, 115 y 162.
20
gobernador de que la disputa la habían hecho saber a Porfirio Díaz y al gobernador
Manuel Alarcón.42
fueron a mediados del año. El ganador fue Díaz en medio de una elección fraudulenta.
Abraham González, Pascual Orozco y Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco
finales de ese mes, Emiliano Zapata, Gabriel Tepepa, Catarino Perdomo, Rafael Ayala
Burgos. Ellos planeaban una rebelión encabezando gavillas pequeñas que combatieran
ese año, Torres Burgos, un maestro de Villa de Ayala, intercambió ideas con la Junta
rebeldes desarmados.43
21
Las rebeliones en Morelos comenzaron a tomar impulso. Estos levantamientos
morelenses liderados por Torres Burgos, Zapata, Gabriel Tepepa Herrera y Rafael
Cuautla, Morelos. Tepepa, o “el viejo Tepepa” como le llamaban sus amigos, nacido en
batalla del 5 de mayo de 1862, peleado por años como un soldado liberal, y luchado en
Torres Burgos leyó en público el Plan de San Luis Potosí, invitando a los asistentes a
antiguos poseedores los terrenos de que se les despojó de un modo tan arbitrario”.45
triunfos. Por las calles se escuchaban consignas políticas como “abajo haciendas y viva
44 Comisión Nacional para las celebraciones del 175 aniversario de la Independencia Nacional y 75
aniversario de la Revolución Mexicana, 10 de marzo de 1911. Sublevación de Emiliano Zapata (México,
D.F.: INEHRM, 1985), 9.
45 “Plan de San Luis Potosí”, en Revolución de 1910 (México, D.F.: Instituto Tecnológico Autónomo de
México, s/f): 155-163, en esp., 159.
22
Díaz. El Tratado de Juárez fue un acuerdo político entre porfiristas y maderistas, o
mejor dicho, entre los “derrotados” y los triunfadores de la insurrección, eligiendo como
presidente interno al porfirista Francisco León de la Barra, que tomó el poder el día 25
cuando renunció Díaz. El presidente León de la Barra estuvo en el poder seis meses y
tuvo la responsabilidad, de acuerdo con el tratado, de crear condiciones para pagar los
Morelos.
demandas de la gente, sobre todo en sus propuestas. Los primeros golpes en su contra
fuerzas rebeldes, pero Zapata rechazo el acto al no ver cumplidas sus demandas.
Soto y Gama rememoró una anécdota ocurrida en el Hotel Mora, en Cuautla, durante el
mes de agosto. Ahí Madero intentó negociar con Zapata ofreciéndole 50 mil pesos o lo
que pidiera, entregándole una hacienda en Veracruz, para que ahí descansara. A
cambio de recibir todo esto, Zapata debía licenciar sus tropas y abandonar Morelos.
23
Zapata rechazó la oferta pues él se había levantado para que les restituyeran las tierras
a los pueblos.46
Para ese tiempo ya eran numerosas las condiciones adversas para los
al respaldar a su líder y seguir peleando por sus demandas. La situación para los
Márquez, siguiendo órdenes de León de la Barra, movilizó sus tropas y atacó a las
había hecho enemistad con los morelenses desde tiempo antes, y con el poder estatal,
mantuvo una postura hostil en contra de los rebeldes. Los rebeldes campesinos
hacendados de Morelos. En el sentir de Madero, México necesitaba paz, y para ello era
urgente desarmar a las tropas revolucionarias. Madero envió a un emisario para tratar
el asunto con Zapata, quien rechazó el desarme y exigió que retiraran las tropas
federales que estaban en Morelos. Además de esto, Zapata pidió que Madero
24
consecuencia del ataque, y como resultado de todas las circunstancias en su contra,
Vázquez Gómez, quien se mantuvo firme a los intereses agrarios, haría lo mismo. El
25
desató un golpe de Estado que culminó con la aprehensión de Madero por el militar
porfirista Aureliano Blanquet. Este acto fue seguido por la elaboración del Pacto de la
Embajada que indicó la renuncia de Madero como presidente de México. Más tarde,
Con esta tragedia Huerta tomaría poco a poco el poder político, haciendo a un lado las
de la Iglesia católica. Ese apoyo de la iglesia a Huerta no pasó desapercibido por los
“traición” de los sacerdotes hacia las gentes desvalidas o hacia la causa revolucionaria.
intereses.
mantuvo firme en sus demandas. Al saber que Pascual Orozco había simpatizado con
los estados que no hicieran lo propio después de tres días de dar a conocer el Plan.
que arrasó con pueblos y atacó campesinos en su afán de terminar con los rebeldes.
26
Con todos estos obstáculos, los zapatistas quedaron fortalecidos para finales de 1913.
dominaban más de la mitad del país. Para los primeros meses, la División del Norte
tenía en su poder todas las tierras del norte, y habían obtenido armamento de los
Estados Unidos, una vez que este país les levantó un embargo de armas desde hacía
ya poco más de cinco meses. Para abril, el gobierno de Huerta se desgastaría más con
de que él había salido con rumbo a los Estados Unidos. Así terminó el gobierno de
finalidad conciliar intereses entre los revolucionarios que habían peleado en contra de
hizo un nuevo intento esperando que todos los grupos revolucionarios estuvieran
Carranza reorganizándose, cerca del puerto, teniendo petróleo para contrarrestar a los
27
villistas y zapatistas. Los líderes de estos grupos, Villa y Zapata, declararían su
México.
contra de los carrancistas. El año de 1915 estuvo marcado por actividad política,
diálogos, acuerdos, debates e interinatos en el país. Fue un año en que los zapatistas
político. Por mencionar un caso, Carranza pactó una alianza con los obreros de la Casa
del Obrero Mundial, con la intensión de formar los batallones rojos para enfrentar
villistas y zapatistas. Tanto Villa como Zapata fueron perdiendo posiciones ante el
gobierno constitucionalista de Carranza que iba ganando batallas. Villa, por ejemplo,
perdió la batalla de Celaya ante el general Álvaro Obregón Salido, que le representó
una caída irremediable. Los zapatistas, por su parte, se fueron replegando ante una
campaña militar mordaz. Por instancia, en agosto, los carrancistas con el mando del
fuera poco, los zapatistas lucharon con problemas internos o rencillas entre sus
28
mismos miembros. Ese fue un año difícil debido a los estragos del paludismo, la
disentería y la tifoidea. Los carrancistas dieron el golpe de autoridad más severo a los
zapatistas en 1919. Ese año el general Pablo González encarceló por desobediencia a
uno de sus militares llamado Jesús María Guajardo Martínez. Este castigo a Jesús
Guajardo pudo haber sido parte del complot en contra de Zapata que vendría después.
Zapata afectó a zapatistas y las gentes pacíficas, que vivían en medio de carencias,
filmaran el entierro “para que no quedara ninguna duda de la muerte del guerrillero”.47
más de un año bajo distintos liderazgos. A fines de 1919, Gildardo Magaña, uno de
contra de los zapatistas. Pero no todos los zapatistas habían terminado su guerra ni se
terminó cuando éstos zapatistas que siguieron luchando unieron sus fuerzas a las del
29
CAPÍTULO 2
pacíficos, en Morelos, Estado de México y en los pueblos del sur del Distrito Federal,
fue alterada de manera similar por el movimiento armado impactando villas, aldeas,
política. Este apartado recrea la manera en que la vida cotidiana fue cambiando y la
expansión de la rebelión campesina por los pueblos. Al mismo tiempo, aquí se infiere
sierra del Ajusco hacia el Distrito Federal, y el Popocatépetl hacia Puebla y el Estado
de México. Morelos también divide con el Estado de México por medio de la sierra de
Huitzilac, y con lugares como Chalma, Zempoala, Ocuila y Miacatlán. Con Guerrero,
Morelos delimita a través de las sierras de Cacahuamilpa, San Gabriel y Huautla. Por
30
México esta cercado por Puebla, Guerrero, Hidalgo, Tlaxcala y Michoacán. Estas
comerciantes. En su mayoría eran gentes pobres y humildes, cuyas casas eran chozas
de bajareque trenzado con lodo, techadas con zacate o palma, mientras que otros con
como Santa María, Jojutla, Villa de Ayala y Anenecuilco. Posteriormente, el evento más
representativo del alcance de la lucha por la tierra fue la elección por la gubernatura de
Morelos en 1909. La razón quedó explicada por Felipe Arturo Ávila, quien resaltó el
grado de radicalización que alcanzó la campaña electoral entre los campesinos que
apoyaron a Patricio Leyva en contra del militar Pablo Escandón. Ávila destaca que
48 La presente investigación hace mención a tierra fría o tierra caliente únicamente cuando las fuentes de
consulta lo señalen en los territorios aquí examinados. Es debatible categorizar tierra fría o caliente por
no haber una conceptualización precisa. Al parecer, la distinción de tierra fría y caliente puede depender
de la orografía, del clima, del uso de la tierra o de las costumbres de las gentes para conocer a las
regiones. De esta manera, una posibilidad de clasificar a la “tierra caliente” sea por poseer tierra cálida,
fértil y agrícola. Para ser más precisos aún, Cheryl English Martin indicó que “tierra caliente” era una
designación bastante o casi completa a la región cañera de Morelos, haciendo referencia a Arturo
Warman, quien identificó que los 1,500 metros sería el límite entre tierra caliente y tierra templada, y que
en áreas arriba de 1,750 metros sería tierra fría. Véase Cheryl English Martin, Rural Society in Colonial
Morelos (Albuquerque: University of New Mexico Press, 1985), 5. Así pues, se puede decir que aquí se
aprecia la tierra fría en zonas del Distrito Federal y en algunas del Estado de México. Examínese en los
Anexos 3, 4 y 5 mapas de Morelos, Estado de México y Distrito Federal que recrean aquellos tiempos.
31
algunos dirigentes leyvistas habían prometido a la gente de los pueblos recuperar sus
tierras que estaban en disputa con las haciendas, y atemorizaron a los que aún
Para marzo de 1911, las fiestas de la cuaresma en Cuautla fueron las que
posteriormente a otros.50
Antonio Díaz Soto y Gama, abogado y uno de los intelectuales de mayor apoyo
para los zapatistas, aseguró que para ese tiempo la rebelión campesina ya se había
extendido en todo Morelos. “No había semana en que no apareciesen dos o más
Tepoztlán, Tetecala y en otros rumbos.51 Para junio, los zapatistas habían incendiado
49 Felipe Arturo Ávila Espinosa, Los orígenes del zapatismo (México, D.F.: UNAM, El Colegio de México,
2001), 92.
50 La lucha por la tierra fue un proceso complejo, difícil y complicado de rastrear para conocer
exactamente a qué sitios llegó y en dónde hubo conflictos y batallas. Quizá uno de los principales
problemas se deba a que no quedaron registros que dieran fe de algunos incidentes, lo que muestra
solamente una parte de la historia completa.
51 Antonio Díaz Soto y Gama, “Sólo hacía falta un caudillo, y el caudillo surgió”, en Zapata de José Ángel
Aguilar (México, D.F.: INEHRM, 1980): 15-25, en part., 23.
52 Arturo Langle Ramírez, Huerta contra Zapata. Una campaña desigual (México, D.F.: UNAM, 1984), 12.
32
general José González Salas. Bulnes tomó la información de una entrevista realizada a
Bulnes señaló que la población morelense era zapatista y combatiente, que disponía de
160,000 habitantes, de los cuales 50,000 eran guerreros, sin contar a mujeres que
su lucha. Los pueblos eran demarcaciones territoriales cuya esencia residía en sus
revolucionarios llegaron a tomar pueblos bajo su poder. Hubo quien llegó a sostener
que los zapatistas no siempre llegaron pacíficamente a los pueblos, sino que también
en distintos sitios. Las gentes del Estado de México, por ejemplo, vivieron la
sus regiones. Un jefe político informó desde Tlalnepantla que habían pasado de noche
por sus pueblos cerca de 30 rebeldes armados, gritando vivas a Madero y a Zapata. 55
53 Francisco Bulnes, “Meditación sombría”, s/l, s/f, Archivo General de la Nación (desde aquí como
AGN), Fondo Francisco Bulnes (citado como FFB), caja 11, expediente 22, fojas 1, 2 y 4.
54 Entrevista con Juan Olivera López, conducida por Eugenia Meyer, Ciudad de México, 23 de
noviembre, 5 de diciembre, 1972, The University of Texas at El Paso, Library (a partir de aquí UTEPL),
Archivo de Estudios Contemporáneos (desde aquí citado como AEC), Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH), Programa de Historia Oral, MF 560, Rollo 1, 31.
55 Telegrama de E.J.P. José María Moreno al Secretario de Gobernación del Estado de México,
Tlalnepantla, s/f, Archivo Histórico del Estado de México (a partir de aquí citado como AHEMe),
Colección Revolución Mexicana (citado como CRM), volumen 5, expediente 26, foja 17. El archivo
33
En agosto de 1911 alguien notificó que 30 revolucionarios habían entrado a Almoloya
del Río a las 6 de la mañana gritando vivas a Zapata y mueras a Madero.56 Para fines
de ese año, había zapatistas de Morelos y Guerrero que estaban en el sur del estado, a
los que se unieron oriundos de Zumpahuacán, San José Chalmita, Tecomatlán, San
Simón, Zepayautla y Malinalco. La región del sur del Estado de México estaba aislada y
con pocos pobladores, sin vigilancia, era una región montañosa y poco propicia para la
agricultura. Los pueblos de esta región no habían sufrido despojo de tierras ni habían
tenido problemas con las haciendas.57 Debido a desmanes cometidos por los
Histórico del Estado de México posee un número considerable de partes, circulares, oficios y telegramas
que notifican la entrada de fuerzas rebeldes a los pueblos del Estado de México.
56 Telegrama de P.L.L. Faustino Castro al secretario general de Gobernación, Toluca, Estado de México,
19 de agosto, 1911, AHEMe, CRM, volumen 6, expediente 6, foja 8.
57 Laura O’Dogherty, “El Estado de México en la Revolución, 1910-1917” en Historia General del Estado
de México. 6 De la Revolución a 1990, coordinado por Luis Jaime Sobrino (Zinacantepec: El Colegio
Mexiquense, A.C., Gobierno del Estado de México, 1998): 23-46, en esp., 27. Ricardo Ávila Palafox,
¿Revolución en el Estado de México? (México, D.F.: INAH, Gobierno del Estado de México, 1988), 201.
58 Pablo Castro Domingo, Chayotes, burros y machetes (Zinacantepec: El Colegio Mexiquense, 2003),
93- 95.
59 Telegrama de H. Serrano al secretario general de Gobernación del Estado de México, Tenancingo,
Estado de México, 17 de enero, 1912, AHEMe, CRM, volumen 7, expediente 1, foja 69.
34
amenazando que éstas entrarían a Santiago Tianguistenco “á sangre y fuego” si
oponían resistían.60
estaba frente a esa población. También se conoció que algunos rebeldes habían
llegado del pueblo de San Pedro Techuchulco.61 Ese tipo de noticias se hicieron
cotidianas en los años de la revolución. Cada vez era más frecuente la presencia de
bajo la responsabilidad de varios líderes que operaron en este estado. Entre ellos
Ruiz Meza, ex miliar, Timoteo Andrade, militar, y Angel Barrios, maderista y zapatista.63
60 Telegrama de Manuel Medina G. al Presidente Francisco I Madero, México, D.F., 27 de julio, 1912,
AHEMe, CRM, volumen 7, expediente 5, foja 39.
61 Parte de novedades del jefe político Roberto Acosta al gobernador, Tenango, Estado de México, 15 de
agosto, 1912, AHEMe, CRM, volumen 20, expediente 11, foja 23.
62 O’Dogherty, “El Estado de México en la Revolución, 1910-1917”, 33.
63 Ávila, ¿Revolución en el Estado de México?, 213.
35
Ilustración 2.1: Emiliano Zapata en el Hotel Moctezuma. Archivo Fotográfico Enrique
Díaz, Delgado y García, “Emiliano Zapata,” 1905-1955, Archivo General
de la Nación (AGN).
misma. Este problema inició antes de que estallara con el paso del cometa Halley, en
36
a escuchar, al igual que otro testimonio de Puebla, a quienes aseguraron que el cometa
Para otros, cuando ya se vivía la revolución, simbolizó una lucha por obtener
las tierras arrebatadas, como ocurrió con Cástulo García, de Xochitepec, Morelos,
Cástulo estuvo al mando de Gabriel Tepepa Herrera, quien desde un principio les dijo
que nos a quitado”.65 Mismo caso ocurrió a otro rebelde a quien Emiliano Zapata le dijo,
estando en el cerro Jilguero, en compañía de otros, que peleaban por tierras, aguas y
montes.66
revolución como una lucha en contra del gobierno por parte de rebeldes que gritaban
¡Viva Zapata! y ¡Muera el supremo gobierno! Este pacífico llegó a notar que las gentes
de su pueblo desaparecían de un día para otro tras tomar partido, pero nunca supo sus
motivos ni de la existencia del Plan de Ayala.67 Igual ocurrió con Ángela Castillo, una
64 Entrevista con Isauro Marquina Vargas, conducida por Citláli Marino, Tetecala, Morelos, 4 de mayo,
1975, PHO/Z/1/104, 14. Véase en entrevista con Miguel Parra Rosales, conducida por Salvador Rueda y
Citlali Marino, San Antonio Tlaltenco, Puebla, 27 de abril, 1974, PHO/Z/1/37, 6.
65 Entrevista con Cástulo García González, conducida por Laura Espejel y Salvador Rueda, Zacatepec,
Morelos, 22 de febrero, 1975, PHO/Z/1/92, 18.
66 Entrevista con Félix Vázquez Jiménez, conducida por Laura Espejel, Ciudad de México, 10 de agosto,
1973, PHO/Z/1/9, 25.
67 Entrevista con Lorenzo Vergara, conducida por Laura Espejel, Ciudad de México, 15 de julio, 1973,
PHO/Z/1/1, 9 y 10.
37
al escuchar en voz de otras gentes expresiones que se hicieron comunes como “ya se
pueblos y del campo, lo llegaron a sentir los mismos intelectuales. Para ilustrar esto,
posteriormente, Luis Cabrera fue más certero al indicar la complejidad de ese caos:
“Las causas que cada Gobierno, cada caudillo, cada conspirador, cada político o cada
escritor exponen como motivos de la Revolución Mexicana, son tan numerosas y tan
revolución, un extranjero llamado G.B. Winton, que anduvo en México, escribió en 1916
fondo en donde anticipó que la campaña del gobierno federal en contra de los
Con el pasar de los acontecimientos, no en todos los lugares fueron vistos los
zapatistas a pesar de que se hablaba de ellos. Esta fue la experiencia que vivió una
68 Entrevista con Ángela Castillo Reynoso, conducida por Salvador Rueda, El Higuerón, Morelos, 28 de
junio, 1975, PHO/Z/1/112, 15.
69 Luis Cabrera, “México y los mexicanos”, en ¿Ha muerto la Revolución Mexicana? (México, D.F.:
Premia Editora, 1981):77-84, en particular 77.
70 G. B. Winton, “In the Zapatista Country”, s/l, octubre, 1916, Archivo Histórico Génaro Estrada de la
Secretaría de Relaciones Exteriores (AHGESRE), Archivo de la Embajada de México en EUA
(AEMEUA), Legajo 685, expediente 1, foja 24.
38
familia que declaró no haber visto zapatistas en las cercanías del Distrito Federal, allá
por abril de 1912. Una carta reveló el asunto cuando una persona de apellido Amaya
Los mismos pobladores del Ajusco, que llevaban paja, raíz y papa a su pueblo,
tampoco sabían de los zapatistas ni habían escuchado que anduvieran cerca. Lo que
se sabía de los zapatistas era que el gobierno había aprehendido a muchos de ellos.
Esa situación obligó a inferir a la persona que escribió la carta de que el gobierno solo
mala idea o voluntad. “Varios sin dever nada se los an llevado”, concluyó quien escribió
Eslava, antes de que tomaran la ciudad de México en 1914. 72 Esa fue una experiencia
en que los zapatistas, al ser habitantes del campo, miraron a la ciudad como un mundo
diferente con edificios, alumbrado público, calles y avenidas con asfalto, cables y
restaurantes.73
71 Carta alguien de apellido Amaya a su hermano Filomeno Amaya, San Nicolás Totolapam, Distrito
Federal, 12 de abril, 1912, AGN, Archivo Genovevo de la O (citado como AGO), caja 1, expediente 2,
foja 24.
72 Véase varios documentos en el Archivo Histórico del Distrito Federal “Carlos de Sigüeza y Góngora”
(citado como AHDF), Fondo municipalidades, sección Tacubaya, serie policía, caja 374, expediente 47;
Fondo municipalidades, sección San Ángel, serie policía, inv. caja 237, caja 20, expediente 32 y 33, inv.
caja 238, caja 21, expediente 3; inv. caja 243, caja 26, expediente 62; inv. caja 244, caja 27, expediente
7; Fondo de municipalidades, sección San Ángel, serie Gobierno, inv. caja 109, caja 10, expediente 20.
73 Lillian Briseño Senosiain, “La fiesta de luz en la ciudad de México. El alumbrado eléctrico en el
Centenario”, Secuencia 60 (Septiembre Diciembre 2004): 91-108, en particular, 91 y 93.
39
La revolución trajo a la cotidianidad de la gente escenas escalofriantes y
colgando de las ramas de árboles fueron más comunes y frecuentes. Por instancia, en
los rebeldes de Ambrosio Figueroa, un guerrerense que había peleado en contra de las
fuerzas de Díaz y que había atacado el pueblo colindante con Guerrero llamado
por una viga de 20 centímetros de ancho. Dichas zanjas representaron obstáculos -por
juzgar del periódico- ya que las mujeres las atravesaban con temor y dificultad.74
Rosa King, una mujer inglesa dueña de un hotel en Cuernavaca, llegó a dejar
y cercanos a las vías del ferrocarril. Los difuntos habían sido capturados por el general
deprimente espectáculo de esos cuerpos mecidos por el viento; aunque a esa altura no
grotescas de las que colgaban unos pies inertes y cuyos cabellos y barbas seguían
creciendo”.75
40
Zapata había llegado a acuerdos con Venustiano Carranza y otros Jefes del norte. El
mayor parte de la travesía, andando desarmados y cargando una bandera blanca para
salvar la vida. Lo más revelador que dejaron por escrito los comisionados fue: “mientras
las catástrofes que continuamente sufrieron las fuerzas federales, pues por doquier
protestas. Por ejemplo, en agosto de 1912, las autoridades del Estado de México
Tlacotepec, José Manjarrez, comunicó que cerca de 300 zapatistas habían abierto el
templo y doblado las campanas del mismo; diciendo que antes de que lo encontraran
había huido a esconderse en los magueyales, bajo las pencas, todo el día y la noche. 79
76 Alfredo Serratos y Emilio Reyes, “Zapata es tan grande como Morelos,” Centro Cultural Isidro Fabela
(citado como CCIF), Archivo Histórico de la Revolución Mexicano (desde aquí citado como AHRM),
RM/IV.2-001 Zapatismo, 34 y 35.
77 Telegrama del jefe político de A. M. de O al presidente municipal de Toluca, Toluca, Estado de
México, 16 de agosto, 1912, Archivo Histórico del Municipio de Toluca (citado como AHMT), Sección
Especial (SE), caja 11, expediente 601, 1912, 8, 7, 1.
78 Telegrama del jefe político H. Serrano al secretario general del Estado de México, Tenancingo, Estado
de México, 14 de septiembre, 1912, AHEMe, CRM, volumen 6, expediente 11, foja 53.
79 Oficio del presidente municipal de Toluca al secretario general de Gobierno, Toluca, Estado de
México, 19 de octubre, 1914, AHMT, SE, caja 11, expediente 604, 1914, 8, 7, 1.
41
La vida cotidiana de las gentes de las haciendas también cambio. La
revolución arrancó cuando entre las haciendas con mayor extensión de tierra en
Morelos aparecían San Juan Chinameca, Santa Ana Tenango, San Gabriel, El
primera de ellas fue la de perder privilegios con la derrota del gobierno dictatorial de
haciendas data de abril de 1912, cuando Pedro Albarrán y Clavo anunció desde la
42
una gavilla de zapatistas entraría a Valle de Bravo, lugar en donde estaba la hacienda.
El señor Albarrán quiso salir de duda y llamó por teléfono a la casa de comercio del
señor Eloy Almazán. Una persona atendió su llamada pero no entendió su pregunta, de
si era cierto que pronto entraría a la población una partida de 500 zapatistas. La
persona entendió que le avisaban que habían entrado 500 zapatistas. El malentendido
Todo quedó en una falsa alarma. El gobierno dictaminó multar con 100 pesos al señor
Albarrán por haber creado la confusión, pero éste defendió su inocencia y pidió le
multa.82
Otro hecho similar que denota el miedo hacia los zapatistas aconteció en
agosto de ese mismo año. El periódico La Nación dio a conocer un incidente en el que
los pasajeros de un tren pensaron que los asaltarían los zapatistas en su viaje de
Pachuca a México. De acuerdo con uno de los viajeros, narró La Nación, todo había
sido una falsa alarma que había iniciado cuando el tren detuvo su marcha en medio
camino sin motivo aparentemente. En ese momento una mujer gritó espantada: “ahí
vienen los zapatistas”, y todos los pasajeros se asustaron por un posible asalto y
todos”. El testigo relató que habrían pasado 2 o 3 minutos del caos cuando el conductor
82Informe de Pedro Albarrán y Calvo a Manuel Medina, gobernador del Estado de México, Hacienda de
Santa María Pipioltepec, Valle de Bravo, Estado de México, 8 de abril, 1912, AHEMe, CRM, volumen 50,
expediente 42, foja 1.
43
del tren anunció que no había motivo de alarma, ya que había detenido el tren debido a
tratados como enemigos, castigados y robados. Al principio, los zapatistas hicieron sus
escritas con la rúbrica de un jefe zapatista. Pero además de esto, los zapatistas
comenzaron a tomar las mismas haciendas bajo su propio control. Así ocurrió en 1912
cuando los zapatistas tomaron las haciendas El Puente, Zacatepec, San Carlos, San
simpatía por la causa campesina o porque habían sufrido el despojo de sus tierras,
inestabilidad laboral y los salarios bajos, por evadir la leva, e incluso, porque algunos
estuvieron en contra del constitucionalismo por haber atacado a su fe católica. Así por
83 “Por ahí vienen los zapatistas. Espantada una Sra. Se uso a Gritar”, La Nación, 15 de agosto, 1912.
84 Ávila, Los orígenes del zapatismo, 232.
44
revolución maderista en 1910, después de haber recibido una invitación de las gentes
de pueblos aledaños.85
campesina, las gentes no aceptaron porque tenían familia que proteger.86 Pero cada
vez más gente fue apoyando, incluso hubo familias completas que eran zapatistas.
Entre algunos ejemplos de parientes figuraron el general Everardo González y sus dos
hermanos, Bardomiano y Adelaido; el señor Gabino Reyes y sus hijos, uno llamado
Igualmente, el sobrino de éste último, Nicolás Chávez Reyes. También, Ignacia Peña
viuda de Fuentes anduvo en la lucha con sus hermanos. En otras experiencias de vida
similares, el historiador Salvador Rueda Smithers destacó a los hermanos Zamora y los
Tepozteco.87
Estado de México, que data de 1913, enumera nativos y vecinos del lugar con
familiares zapatistas. Dicho documento, por ejemplo, cita que Juan Cerna tenía un hijo
zapatistas, mientras que Pedro López tenía un hermano del mismo bando
revolucionario.88 Los familiares de los jefes zapatistas tuvieron más privilegios y mayor
respeto por encima de otros. Eso provocó que algunos quisieran tomar ventajas del
85 Laura Espejel López, “El movimiento campesino en el oriente del Estado de México. El caso de
Juchitepec”, Cuicuilco, año II, número 3 (Enero 1981): 33-37, 35.
86 Vergara, PHO/Z/1/1, 9.
87 Salvador Rueda Smithers, “La dinámica interna del zapatismo. Consideración para el estudio de la
cotidianeidad campesina en el área zapatista”, en Morelos: cinco siglos de historia regional, coordinado
por Horacio Crespo (México, D.F.: Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México, Universidad
Autónoma del Estado de Morelos,1984): 225-249, en part., 237.
88 Lista de autoridades de Joquicingo, Estado de México, 1913, AHEMe, CRM, volumen 1, expediente
32, foja 13.
45
hecho. Hubo quienes se hicieron pasar por parientes de algún jefe zapatista. Eso hizo
José Barona, quien dijo ser pariente del general Antonio Barona. Cuando el rumor llegó
a oídos del general, éste lo negó y amenazó con fusilar a José en donde lo encontrara.
José, al saber de las intensiones del general, desapareció sin dejar rastro.89
Ilustración 2.2: “El asunto zapatista,” El Siglo XX, 11 de febrero, 1912. La nota de la
fotografía dice: “Familia de uno de los cabecillas del bandido Zapata. –
Tres de los zapatistas muertos en uno de los últimos encuentros con las
tropas del Gobierno”.
89Entrevista con Leopoldo Alquicira Fuentes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Tepepan, D.F., 21 y
31 de julio, 1973, PHO/Z/1/3, 15.
46
Los zapatistas se fortalecieron con el apoyo de sus familiares que entraron a la
revolución para salvar su vida buscando protección entre sus seres queridos. Para
revolución porque su madre, tíos, cuñados y otros parientes ya andaban en ella, así se
anduvieron cuidando del enemigo y de los peligros unos a otros; otra razón por la que
pacífica pues el gobierno federal no les daba garantías.90 Esta situación se tornó
represora cuando el gobierno llegó a saber que alguien tenía familiares zapatistas.
Para Isauro Marquina, a cuyo padre le habían quitado sus tierras los
vivir en el pueblo. Isauro sintió que en cualquier momento los soldados federales lo
podían matar.91 La confianza de vivir con tranquilidad se había perdido. En otro hecho,
Antonio Ramos García se incorporó como soldado del coronel Amador Tapia, de la
brigada del general Everardo González, debido a que los soldados carrancistas
90 Entrevista con Fausto Sandoval Mena, conducida por Carlos Barreto Marck, Jiutepec, Morelos, 8 de
abril, 1974, PHO/Z/1/42, 11.
91 Marquina, PHO/Z/1/104, 4 y 14.
92 Entrevista con Antonio Ramos García, conducida por Salvador Rueda y Laura Espejel, Juchitepec,
Estado de México, 13 de octubre, 1974, PHO/Z/1/70, 9.
93 Entrevista con Simón Román Alcalá, conducida por Alicia Olivera, Juchitepec, Chalco, Estado de
México, 31 de octubre, 1974, PHO/Z/1/68, 7 y 8.
47
testificó que los soldados de Victoriano Huerta incendiaban pueblos, provocando que la
de la tierra. Francisco Mercado, al igual que otros, compartió este motivo de lucha de
Zapata.95 Otros pelearon del lado campesino para defender sus propiedades con
salvoconductos. Juan Arellano Aguilar se hizo maderista, antes de que fuera zapatista,
bajo el mando del capitán Everardo González, pidiéndole un salvoconducto para que ya
La leva fue otro motivo por el que los pacíficos se hicieron rebeldes. Leopoldo
Alquicira Fuentes, de Tepepan, D.F., se enroló en 1913 con los zapatistas en el pueblo
de San Salvador, del mismo Distrito, a la orden del general Everardo González.
Alquicira expuso que se había enlistado en le había “agarrado más cerca”. Él y otros
ingresaron con los zapatistas porque las autoridades federales del gobierno de
soldados. Además, era conocido por los pacíficos que los revolucionarios liberaban a
los “enganchados” en leva.97 Otro caso similar ocurrido ese mismo año, Domingo
Yedras Islas y Gregorio García García se convirtieron en zapatistas a las órdenes del
mismo general González.98 Aparte de las gentes de los pueblos, hubo sucesos en que
94 Entrevista con Felipe Flores Camacho, conducida por Laura Espejel, Santa Cecilia Tepetlapa,
Xochimilco, D.F., 14 de septiembre, 1974, PHO/Z/1/60, 5.
95 Entrevista con Cristóbal Domínguez, Agustín Ortíz y Francisco Mercado, conducida por Risalind
Rossof y Anita Aguilar, Huehuetlán, El Chico, Puebla, 1973 y 1975, PHO/Z/1/123, 8.
96 Entrevista con Juan Arellano Aguilar, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Milpa Alta, D.F., 7 de
agosto, 1973, PHO/Z/1/7, 9 y 10.
97 Alquicira, PHO/Z/1/3, 11.
98 Entrevista con Domingo Yedra Islas, conducida por Laura Espejel, Milpa Alta, D.F., 3 y 21 de octubre,
1973, PHO/Z/1/15, 15. Véase también entrevista con Gregorio García García y Petra Martínez,
48
gentes de ciudades, e incluso de otros estados que andaban por el centro de México,
se unieron a los zapatistas para evitar la leva de los federales. Manuel Sosa Pavón, por
ejemplo, se hizo zapatista, reconociendo que antes de ser revolucionario pudo haber
ferrocarrilero.99 Se sabía también que cuando el gobierno federal hacía leva, los
soldados averiguaban el paradero de los hombres que vivían en los pueblos para ir por
ellos.
Sin embargo, hay evidencias que indican que los revolucionarios también
emplearon la leva con los pacíficos. Felipe Neri forzó a gentes de Cuahuixtla, Morelos,
un tiempo, los campesinos regresaban a trabajar a la hacienda. Felipe Neri los volvió a
agarrar diciéndoles “a ustedes ya los agarré el otro día, ¿verdad?’ y zas, les mochaba
la oreja”. Así los marcaba Neri, amenazándolos con que si los volvía a agarrar los
fusilaba.100 En otro hecho ocurrido en mayo de 1917, se supo que zapatistas andaban
conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo Tomás Ajusco, D.F., 12 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/21,
2.
99 Entrevista con Manuel Sosa Pavón, conducida por Eugenia Meyer, Ciudad de México, 27 de marzo, 5
de abril, 9 y 17 de mayo, 1973, UTEPL, AEC, MF 560, Rollo 2, 112.
100 Aquiles Chiu, “Peónes y campesinos zapatistas”, en Emiliano Zapata y el movimiento zapatista
(México, D.F.: INAH, SEP, 1980): 101- 153, en part., 133.
101 Caso judicial. 20 de mayo, 1917, Archivo de la Casa de la Cultura Jurídica (ACCJ), Primer Juzgado
de Distrito, Ramo Penal, expediente 38/1917, foja 2.
49
La última de las causas por las que los pacíficos apoyaron a los zapatistas fue
por estar en contra de los gobierno federales al haber atacado a su creencia religiosa.
Murguía, tomó medidas a partir de agosto de 1914 para controlar a la Iglesia católica y
eligió al zapatismo ya que “los carrancistas prohibían las procesiones, insultaban las
Uno de los cambios más notorios que la guerra ocasionó en la vida cotidiana
de las gentes fue la manera de vivir en sus hogares. Los zapatistas y pacíficos
Numerosas familias llegaron a vivir remontadas y sin víveres. Incluso, hubo refugiados
verdadero silencio, ya que las personas no podían estar hablando en voz alta o andar
gritando de un cerro a otro porque los sonidos se escuchaban claramente y podían ser
descubiertos”.103 Algunos de los refugios más comunes para los zapatistas en Morelos
50
establecidos en fábricas y haciendas, como por ejemplo, la fábrica de Miraflores, en
Chalco, Estado de México. Los cuarteles zapatistas eran un referente público que
nunca pasaron desapercibidos en la prensa ante los ataques de los soldados federales
con su respectiva toma de la plaza. Para ilustrar esto, en 1916 La Discusión sacó un
leales, después de combatir durante 48 horas”.104 La nota mencionaba que las tropas
del Ejército de Oriente encabezadas por el general Pablo González habían ocupado la
ciudad.
estratégicos para defenderse del enemigo y con abastecimiento de agua como ríos,
de salir del lugar de los fieles.106 Algunos de sus campamentos estuvieron en las
trincheras del Madroño, cerca de Santa María (Morelos), Agua Grande (Ajusco, D.F.),
de México). Al igual que los cuarteles, la prensa siguió de cerca los sucesos en los
campamentos. La Discusión publicó en 1916 otro encabezado que decía: “‘El Jilguero’,
nido del zapatismo, fue tomado por las fuerzas leales”. 107 El Nacional llegó a publicar
una nota al respecto, refiriéndose a El Jilguero como “la última madriguera de los
Zapata” tomada por las fuerzas de los generales Joaquín Amaro, de la 5ta División del
104 “Tlaltizapán, la principal guarida zapatista, en poder de los leales, después de combatir durante 48
horas”, La Discusión, 15 de junio, 1916.
105 Entrevista con Luis Pacheco Velázquez, conducida por Laura Espejel, Miacatlán, Morelos, 27 de
abril, 1975, PHO/Z/1/101, 29.
106 Entrevista con Irene Copado viuda de Reyes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel,
Tizapan, D.F., 14 y 18 de agosto, 1973, PHO/Z/1/10, 16.
107 “‘El Jilguero’, nido del zapatismo, fue tomado por las fuerzas leales”, La Discusión, 29 de junio, 1916.
51
Noroeste, Dionisio Carreón, de la 2da División de Oriente y del general Rafael Cepeda,
que los zapatistas cambiaron de lugar constantemente. Esta movilidad causó que sus
los zapatistas regresaron a sus hogares a visitar a sus familias. Sin embargo, los
rebeldes quedaron en alerta ante cualquier orden de regreso a sus posiciones o tomar
rumbo para atacar. Los jefes zapatistas, por su parte, dieron aviso de los pormenores
general de la O: “todos mis soldados se fueron a cambiar [de ropa] y llegan el lunes sin
falta, usted me dice en que punto nos juntamos y que día”. 110 En otro caso, Ignacio
habían retirado de su zona y que él tenía que ir por ellos a las Escalerilas.111 Hubo
casos en que permiso fue negado. El jefe F. Alarcón refirió: “muchos muchachos me
han dicho que quieren [ir a] cambiarse a sus casas yo no los he dejado”.112
revolucionarios y con federales para proteger sus vidas e intereses, evitar castigos y
52
salvaguardar sus bienes. Quien simpatizó con un partido debía encarar al otro bando.
Para evitar tal confrontación los pacíficos “negociaron” con ambas partes pero por
alimentos, maíz y frijol. Al respecto, Arturo Warman señaló que en algún momento los
pacíficos llegaron a ser zapatistas, e indicó siendo más explícito: “Aunque no lo dicen,
ellos [los pacíficos] también fueron zapatistas, algunos acaso hasta sin quererlo, y
que no simpatizó con carrancistas ni con zapatistas ya que les daba su lugar a ambos
dándoles tortillas para que lo respetaran.114 Los vecinos de Ocuilán, Estado de México,
juntaron 75 cuartillos de maíz a petición del general de la O.115 Adrian Portilla aportó
cinco pesos para apoyar con comestible a la fuerza militar del coronel Lamberto
dispensara a su hermano José quien estaba dispuesto a enviarle unas cargas de maíz
hasta que llegaron los carrancistas y le exigieron que les entregara una cantidad
enorme de maíz, por lo que le mandaba solamente 10 pesos, pero declarándose a sus
ordenes.117
53
los zapatistas. Por ejemplo, en diciembre de 1912, el general de la O libró un
severo a quien desobedeciera.118 En otro hecho sucedido en 1915, Otilio Montaño pidió
viuda de Torres, pacíficos que ayudaban a la revolución y que eran perseguidos por
algunos zapatistas que los habían amenazado de muerte. 119 En agosto 1919 unos
un salvoconducto para dedicarse a sembrar los ranchos de San Juan Bautista y San
José Atempilla, ubicados entre Tenango del Aire y Ayapango, Distrito de Chalco, para
zapatistas en contra de los pacíficos que no apoyaban o que atacaba a su causa social.
Un zapatista recordó que en algunos pueblos los denunciaban, incluso había sitios en
donde los entretenían para llamar al enemigo. 121 Hubo casos extremos en que los
1916, una autoridad municipal del Estado de México informó que los zapatistas habían
54
gente pacífica con “el pretexto de no pertenecer a su partido”. 122 Cincuenta vecinos de
al general Zapata por la falta de confianza y seguridad que sentían por las fuerzas
zapatistas. Los manifestantes se quejaron de que algunos jefes zapatistas pasaban por
fuerzas revolucionarias y pasturas para los caballos. Además, estos declararon que no
se inmiscuían en asuntos políticos y que nadie les probara lo contrario. Los quejosos
pidieron garantías al general Zapata para poder trabajar y para que los dejaran en paz
pobladores pacíficos, y entre éstos con los rebeldes. En numerosas situaciones las
solucionar conflictos. Fue común que los afectados en un conflicto se presentaran ante
las autoridades, o identificaran a sus familiares ante las mismas, como personas de
general de la O que sus sobrinos de apellido Núñez eran buenas personas y pidió no
desconfiar de ellos a pesar de lo que dijera la gente, pues sus sobrinos habían invertido
122 Informe del presidente de la junta municipal al secretario general de Gobierno del Estado de México,
Valle de Bravo, Estado de México, 17 de agosto, 1916, AHEMe, CRM, volumen 12, expediente 28, foja
12.
123 Carta de los vecinos de Chauzingo, Guerrero, al general en jefe del Ejército Libertador de Sur y
Centro, Chaucingo, Guerrero, 4 de diciembre, 1914, AGN, Fondo Emiliano Zapata (citado como FEZ),
caja 17, expediente 9, fojas 6 y 7.
55
su tiempo trabajando y jamás habían tratado asuntos de política. 124 En mayo de 1912,
pobladores del lugar lo atacaban con mentiras sin haber disgusto de por medio entre
ambas partes. Osorio se justificó diciendo no ser un tirano y que en el pueblo estaban
reunidos con familias de Santa María y de Huitzilac, a las cuales no les negaban
alojamiento.125
agua que corría por sus terrenos a las rancherías de sus vecinos en La Carreta. 126 En
el barrio de Santa Ana, Juan Rosales acusó de calumnias a la señora Emiliana Zetina y
a unos zapatistas por perjudicarlo en su casa.127 Un día después de este hecho, Pablo
mismo Faustino Almanza de haberlos afectado con su ganado año tras año, arriando
124 Carta de Agustín Uribe al general Genovevo de la O, Chalmita, Ocuilán, Estado de México, 6 de
agosto, 1912, AGN, AGO, caja 1, expediente 3, foja 25.
125 Carta de Francisco Osorio al general Genovevo de la O, Chamilpa, Cuernavaca, Morelos, 8 de Mayo,
1912, AGN, AGO, caja 1, expediente 2, foja 49. Véase también en UTEPL, AGO, Microficha, MF 507
I.01.
126 Carta de José Alcantar y otros vecinos de La Carreta al Coronel Eulalio Terán, s/l, 15 de abril de
1914, AGN, AGO, caja 3, expediente 4, foja 27.
127 Carta de Juan Rosales a de la O, Barrio de Santa Ana, 30 de agosto, 1912, UTEPL, AGGO, MF 507,
I.04.
128 Carta de Pablo Gutiérrez a de la O, San Nicolás, 1 de septiembre, 1912, UTEPL, AGGO, MF 507,
I.04.
56
Estado de México, perdió parte de su siembra de maíz cuando entró ahí el ganado de
la señora Celedonia Testela.129 Los vecinos y originarios del Barrio de San Sebastián,
en Malinalco, se quejaron del señor Faustino Almanza porque desde hacía 4 años les
robaba sus animales.130 En abril de 1913, unos naturales y vecinos del Xochiaca, en el
le dictara sentencia por su crimen cometido, pues ya tenía tres días sin saberla,
pidió justicia por la muerte de uno de sus familiares pues no había sentencia para
nadie, y el difunto no era un animal, y no había ofendido a nadie. 134 En 1916, el general
enterado por nota de él y actas que había acompañado acerca la ejecución de Pedro
García en la Plaza de de toros de Palpan llevada a cabo por él. El general Zapata le
dijo: “ésta Superioridad se permite recomendar a Ud. que para otro caso, haga la
129 Carta de Macario Martínez a de la O, s/l, 24 de octubre, 1912, UTEPL, AGGO, MF 507, I.02.
130 Carta de Gumecindo Mañón, José Huerta y otros al General Genovevo de la O, Malinalco, Estado de
México, 4 de septiembre, 1912, AGN, AGO, caja 1, expediente 3, foja 73.
131 Informe del auxiliar propietario Catarino González al general Genovevo de la O, Xochiaca,
Chimalhuacán, Estado de México, 5 de abril, 1913, AGN, AGO, caja 1, expediente 7, foja 57.
132 Carta de Procopio Villamar al general Genovevo de la O, s/l, 26 de septiembre, 1912, AGN, AGO,
caja 1, expediente 3, foja 74.
133 Carta de Amado Ensastige al general Genovevo de la O, Malinalco, Estado de México, 12 de junio,
1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 1, foja 34.
134 Carta de L. Pichadro Vobadilla al general Genovevo de la O, Santa Ana, 26 de octubre, 1913, AGN,
AGO, caja 2, expediente 5, foja 6.
57
consignación con el acta respectiva a este Cuartel General para que se le imponga el
le preguntó al general de la O qué debía hacer con Gabino Matías por haber asesinado
ahí mismo en Atzingo, Daniel Figueroa le pidió instrucciones para dictaminar en contra
de Emilio Orozco, quien andando ebrio desarmó a un zapatista e hirió a otros tres sin
Higinio Aguilar y su Estado Mayor se habían fugado una noche antes del lugar en que
estaba arrestados desde el día 2. Pacheco supo de buena fuente que Aguilar había
precauciones con Aguilar ya que éste sabía como llegar a su campamento y le advirtió
como “buenos compañeros” que de ahora en adelante debería “quebrar” a toda clase
1911, cuando aún era presidente Madero, alguien delató abusos, injusticias, y
escándalos de otros que se dijeron ser zapatistas, que bebían y comían en fondas y
135 Carta del general Emiliano Zapata al general Luciano Solís, Tlaltizapán, Morelos, 13 de marzo, 1916,
AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 17, foja 399.
136 Carta de Remigio Sosa a de la O, Atzingo, Puebla, 28 de septiembre, 1912, UTEPL, AGGO, MF 507,
I.02.
137 Carta de Daniel Figueroa a de la O, Atzingo, Puebla, 28 de septiembre, 1912, UTEPL, AGGO, MF
507, I.02.
138 Carta de Francisco V. Pacheco a de la O, s/l, 22 de mayo, 1913, UTEPL, AGGO, MF 507, I.09.
58
cantinas sin pagar, asesinando a “algún valiente” honrado afuera de la población. 139 En
unos zapatistas que escandalizaron los barrios de Santa Mónica y Santa Ana al
enfrentar a soldados del gobierno y disparar más de un mil cartuchos al viento sin
testigo, los zapatistas desperdiciaron parque pues “los pelones” “no dispararon ni un
solo tiro”, además de robaron zarapes y maltratar a unos pobres.140 Sin haber pasado
septiembre de ese año, el jefe político de Tenango del Valle reportó que una gavilla de
Tenancingo, afectando ranchos, jacales y la maquinaria del molino de “El Salto”, con
valor de 30,000 pesos, que apenas iba a ser instalada y que podría moler 8,000
kilogramos de trigo diariamente.143 Se supo que para mayo de ese año, unos zapatistas
139 Nota de Diego Rosas Solís al Presidente Francisco I. Madero, Cuernavaca, Morelos, 10 de
septiembre, 1911, AGN, Fondo Francisco I. Madero (citado desde aquí como FFIM), caja 49, carpeta
1388, foja 1.
140 Carta de Crispín de la Serna al general Genovevo de la O, Ocuilan, Estado de México, 27 de Julio,
1912, AGN, AGO, caja 1, expediente 3, foja 13.
141 Carta de Críspin de la Serna a de la O, Ocuilan, Estado de México, 1 de agosto, 1912, UTEPL,
AGGO, MF 507, I.03.
142 Telegrama del jefe político de Tenango del Valle al secretario general de Gobernación, Tenango del
Valle, Estado de México, 25 de septiembre, 1912, AHEMe, CRM, volumen 8, expediente 6, foja 197.
Véase también en AHEMe, CRM, volumen 4, expediente 8, foja 16.
143 Informe de Enrique Montenegro al secretario general de Gobierno, Tenancingo, Estado de México,
21 de febrero, 1913, AHEMe, CRM, volumen 9, expediente 11, foja 5. Esta es una evidencia de que los
zapatistas si destruyeron maquinaria.
59
pasaron de noche por el pueblo de Atlatlahuca, en Tenango, Estado de México,
disparando sus armas al viento.144 En otro caso, en julio de 1917, la secretaría General
del Gobierno del Estado de México reportó que los zapatistas había destruido el pueblo
mismo estado, en donde se supo que como a las 11 de la noche llegaron hasta la
puerta de un vecino y luego le tocaron. Cuando la persona iba abrir, los rebeldes
gritaron Viva Zapata y dispararon sus pistolas en 3 ocasiones sobre la puerta sin
Es evidente que la vida cotidiana de los pueblos y las ciudades quedó marcada
por la intranquilidad y disputa entre rebeldes y soldados federales, desde que arrancó
palabras, la inestabilidad en los pueblos ocurrió durante la etapa final del gobierno de
Díaz, y los gobiernos de Madero y Huerta. La disputa centró en ganar territorios, y con
estabilidad y orden social hasta mediados de 1915 cuando los zapatistas retornaron al
144 Telegrama del jefe político Francisco Migoni al secretario general de Gobernación del Estado de
México, Tenango, Estado de México, 12 de mayo, 1913, AHEMe, CRM, volumen 9, expediente 9, foja
33.
145 Acuerdo emitido por la Secretaria General de Gobierno del Estado de México, Toluca, Estado de
México, 9 de julio, 1917, AHEMe, CRM, volumen 3, expediente 52, foja 2.
146 Oficio de F. Vizcaíno, jefe int. de Estado Mayor al señor Luis G. Saldivar, Tacuba, D.F., 3 de junio,
1918, Archivo Histórico del Agua (citado como AHA), Fondo Aguas Nacionales (desde aquí como FAN),
caja 23, expediente 269, foja 90.
147 Parte de novedades de M. Guamilla al secretario general de Gobierno, Ozumba, 27 de junio, 1918,
AHEMe, CRM, volumen 23, expediente 19, foja 11.
148 Salvador Rueda Smithers, “La zona armada de Genovevo de la O”, Cuicuilco 2 (Enero 1981): 38-43,
en part., 41.
60
combate, pero vale también señalar que los conflictos entre pacíficos y zapatistas, o
Ante el desorden social en los pueblos, en parte alentado por los zapatistas, el
Cuartel General del Ejército Libertador del Sur tomó medidas para controlarlo. El
Cuartel ordenó mediante oficio a sus jefes, oficiales y a todo que tuviera nombramiento
de clase en la tropa a que a partir del día 19 de febrero de 1915, se abstuvieran a hacer
alarmar y gastar parque. El que no acatara la orden sería castigado. 149 Años más
adelante, en 1917, el general Zapata emitió una circular autorizando a los presidentes
bajo el territorio de dominio del Ejército Libertador, para desarmar y remitir al Cuartel en
Tlaltizapán a todos los individuos que anduvieran disparando tiros. Los presidentes
para que los pacíficos portaran armas, si así lo pedían, siempre y cuando justificaran
Otra de las experiencias de la guerra que alteró la vida cotidiana fueron los
149 Oficio de general Emiliano Zapata al general Francisco V. Pacheco, Cuautla, Morelos, 19 de febrero,
1915, Universidad Panamericana (citado como UP), Archivo General Roque González Garza (abreviado
como AGRGG), carpeta 6, documento 406.
150 Circular del general Emiliano Zapata a todas las fuerzas revolucionarias, Tlaltizapán, Morelos, 2 de
marzo, 1917, AHUNAM, FGMC, caja 76, expediente 42, foja 7.
61
bronce y aluminio.151 La acuñación de las monedas ocurrió de 1914 a 1917. El general
Tenancingo en 1915; en ese año y en 1916, el general Trinidad Sánchez Tenorio pidió
zapatista Gustavo Baz Prada, gobernador del Estado de México, mandó hacer
de 2, 5, 20 y 50 centavos, y 1 peso.
de 1915, que estaba instalando una fundición para hacer moneda y ayudar al pago de
haberes. Para lograrlo, el general Zapata afirmó tener metales de las minas de Cuautla
donde acuñaron monedas. Pero aparte de apoderarse de minas para obtener las
monedas, los zapatistas consiguieron para los mismos fines tanques de melasa,
oficio desde la Ciudad de México hasta Córdoba, Veracruz, dirigido al licenciado Isidro
manifestando su preocupación e interés por dominar Guerrero para frenar el avance del
151 Para conocer más acerca de las monedas zapatistas véase T. V. Buttrey y Adon Gordus, “The Silver
Coinage of Zapata, 1914-1915”, en The Hispanic American Historical Review Vol. 52, No. 3 (Agosto
1972): 456-462.
152 “Preocupa hondamente al general Zapata la solución del problema agrario,” El monitor, 22 de mayo,
1915.
153 Historia de las monedas de la Revolución, Museo de la Numismática, Sala 8, Toluca, Estado de
México, 2011. Museo Cuartel General del Sur, Tlaltizapán, Morelos, 2011. También en Museo Regional
Cuauhnáhuac “Palacio de Cortés”, Cuernavaca, Morelos, 2011.
62
causa constitucionalista y “para que los productos de la mina ‘Del Morado’ que son
los zapatistas y pacíficos. La razón fue que el valor adquisitivo se perdió por las
recibir dinero de los soldados de su tropa. Pacheco pidió al general Zapata hacer un
decreto en donde indicara que los comerciantes debían recibir toda clase de billetes
que fueran de circulación forzosa, pues era imposible combatir al enemigo con
vida cotidiana de las gentes. Los zapatistas y los militares federales supieron tomar
154 Oficio de Eduardo Neri al licenciado Isidro Fabela, México, D.F. 13 de noviembre, 1914, CCIF,
AHRM, “Situación en Guerrero y Zapatismo”, 1914, RM/1.3-015, foja 10.
155 Oficio del general Francisco V. Pacheco al general Emiliano Zapata, Cuartel General en Huitzilac,
Morelos, 5 de agosto, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 67, foja 5.
156 Oficio de la Comisión Permanente de la Convención Local, Cuernavaca, Morelos, 12 de febrero,
1916, AHUNAM, FGMC, caja 71, expediente 12, foja 68.
63
lucha. A través de estos medios pudieron movilizar numerosas tropas o enviar
combatientes y pacíficos.
herradura que unía Toluca con la Ciudad de México, autorizando o negando el acceso
a los transeúntes.157 La vigilancia de los caminos fue recurrente por los pacíficos, y
la O que en Cuernavaca corrían rumores de que las fuerzas federales tenían pensado
entrar por el Cerro de la Leona, por Mexicapa, por las lomas de Cuentepec, por el
cuidadosos.158
de la O haber platicado con un individuo en casa de Sebastián Herrera. Ahí supo que
conducían a los ranchos zapatistas, de de la O y a las familias que vivían por esos
rumbos. Eso enfureció y preocupó al zapatista, quien pidió reprender a Herrera, por
157 Entrevista con Pedro Pérez Grovas, conducida por Eugenia Meyer, Ciudad de México, 13, 19, 26 de
septiembre, 3 de octubre, 1972, UTEPL, AEC, MF 560, Rollo1, 66 y 67.
158 Carta de Macario Rosas al Genovevo de la O, Mexicapa, Ocuilán, México, 27 de abril, 1912, AGN,
AGO, caja 1, expediente 2, foja 20.
64
asegurar que él nunca hablaría acerca de toda esa información confidencial a gentes
que no fueran de su confianza.159 Este mismo caso evidencia que los zapatistas se
volvieron más precavidos al mirar a gentes ajenas a los lugares en que vivían.
lugar en que estuviera el enemigo carrancista. El general Mendoza pidió detener a los
Las consideraciones del Cuartel General cambiarían para el siguiente año, pero
mediante circular que a partir de ese momento los vecinos de los pueblos ofrecieran
garantías a los comerciantes y transeúntes para que anduvieran por los caminos
cuadrillas harían rondas y veintenas. De esta manera, autoridades y pueblos serían los
responsables de vigilar los caminos ante cualquier robo, abuso o crimen, debiendo
159 Carta de Gregorio Jiménez a Genovevo de la O, s/l, 26 de mayo, 1912, AGN, AGO, caja 1,
expediente 2, foja 62.
160 Oficio del general Francisco Mendoza a los jefes, oficiales y soldados de la División Mendoza,
Jonacatepec, Morelos, 20 de febrero, 1916, AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 64, foja 10.
65
pagar a la victima en caso de hurto, el importe de lo robado.161 Probablemente, esa
debido a que no pudieron llevarlo a cabo de manera absoluta, a que incorporaron a las
gentes de los pueblos a que participaran en dicha actividad y con aumentar la ayuda
humana en el ejército zapatista, y también, a que los carrancistas iban tomando mayor
Al igual que los caminos, las vías del ferrocarril y el ferrocarril mismo, llegaron a
ser utilizados, vigilados y destruidos por los zapatistas. El ferrocarril llegó a constituirse
como un medio de transporte que acortó las distancias y que trasladó un número
sucesos ilustrativos aparece uno que data del 15 de mayo de 1912, cuando Atilano
guarnición de las fuerzas del gobierno. Además, el señor García los previno para que
cuando fueran para allá tomaran en consideración que los soldados entraban por las
veredas del monte y se dispersaban, obligando a todo aquel que encontraban a buscar
su salvoconducto.162 El mismo Atilano informó días después que los soldados federales
buscaban zapatistas por las veredas del norte.163 Para el 26 de mayo, Atilano García
avisó haber visto pasar un tren con un coche y tres periqueras llenas de tropa que
161 Circular 6 emitida por el general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 15 de noviembre, 1917,
AHUNAM, FGMC, caja 76, expediente 42, foja 23.
162 Carta de Atilano García al general Genovevo de la O, Ocotepec, Morelos, 15 de mayo, 1912, AGN,
AGO, caja 1, expediente 2, foja 70 y 71.
163 Carta de Atilano García a de la O, Ocotepec, Morelos, 18 de Mayo, 1912, UTEPL, AGGO, MF 507,
I.01.
66
vigía aseguró que él sabía lo que sucedía en lugar que resguardaba de día y de noche,
los trenes que pasaban y los coches que conducían, ya que era auxiliado por dos
ferrocarril, otra de las estrategias zapatistas fue interrumpir este transporte. Es bien
sabido que los zapatistas llegaron a descarrilar trenes. Eso originó problemas no solo a
sus enemigos sino también para los pacíficos. Como ejemplo, en octubre de 1914, la
paralizada desde hacía ya dos meses por estar cortada la comunicación del ferrocarril
Vale señalar que los zapatista utilizaron el tren como medio de transporte para
México (FNM), el Ferrocarril Interoceánico (FCI) y del San Rafael y Atlixco (FSRA). El
mismo historiador Guajardo expuso que los zapatistas llegaron a operar los
164 Carta de Atilano García a de la O, Ocotepec, Morelos, 26 de mayo, 1912, UTEPL, AGGO, MF 507,
I.01.
165 Carta de P. Ramos a Roque González Garza, México, D.F., 30 de octubre, 1914, UP, AGRGG,
carpeta 3.2, documento 156.
166 Guillermo Guajardo, “‘Tierra y acero.’ Máquinas y obreros bajo los zapatistas (1910-1915)” en
Estudios sobre el zapatismo (México, D.F.: INAH, 2000): 247-268, en esp. 248 y 253; y del mismo autor,
“Tecnología y campesinos en la Revolución mexicana”, en Mexican Studies Vol. 15, Number 2 (Summer
1999): 291-322, en part., 299.
67
La correspondencia fue vigilada celosamente tanto por revolucionarios y por
las mismas para evitar peligros como detenciones u homicidios. Un zapatista de rango
llegó a obtener sus cartas y las de sus soldados cada dos o tres meses. 167 La peligrosa
tarea de entregar cartas encarnó a “los correos”, que eran las personas que entregaban
las misivas a sus destinatarios. Hubo correos que llegaron a guardar las misivas entre
el pié y el huarache para evitar ser descubiertos.168 En los archivos zapatistas se llegó
escrita con tinta azul sobre un pedazo de manta blanca, enviada desde Oaxaca por el
Pocos fueron los periódicos que apoyaron al zapatismo, y mucho menos fueron los
ejemplares que alcanzaron a conservarse hasta nuestros días que vieron la luz en
Morelos y el Estado de México, que son parte de las regiones aquí inspeccionadas. La
167 Entrevista con Tiburcio Cuellar Montalvo, conducida por Eugenia Meyer, Ciudad de México, 8 de
marzo, 1973, UTEPL, AEC, MF 560, Rollo 2, 16.
168 Entrevista con Serafín Plasencia Gutiérrez, conducida por Laura Espejel, Ciudad de México, 13 de
septiembre, 1974, PHO/Z/1/59, 76.
169 Carta del general Alfonso J. Santibáñez al general Emiliano Zapata, Oaxaca, 17 de septiembre, 1915,
AHUNAM, FGMC, caja 74, expediente 28, foja 101.
68
prensa conservadora atacó severamente a la rebelión campesina y a los zapatistas. El
Imparcial, por ejemplo, tituló una nota como “Zapata es el Atila moderno”.170
versaba en torno a la prensa que atacaba los zapatistas. La mujer inglesa llegó a
escribir: “era simplemente de no creerse lo que contaban los periódicos: los zapatistas
que durante semanas habían vivido tan en paz entre nosotros, de la noche a la mañana
En la vida cotidiana de los zapatistas fue necesario lidiar con los ataques de la
prensa, la cual fue bien percibida y comprendida por el grupo rebelde. Al menos los
enviarse entre ellos notas sueltas o periódicos que trataban asuntos particulares. Como
conflictos entre los mismos jefes.172 Hubo periódicos durante la revolución que dieron
conflicto armado terminaría pronto porque los zapatistas perdían simpatías. Uno de los
líderes zapatistas llegó a publicar en uno de sus libros una nota de periódico que los
describió negativamente:
170 Samuel Brunk, ¡Emiliano Zapata! Revolution and Betrayal in Mexico (Albuquerque: University of New
Mexico Press, 2001), 46.
171 King, Tempestad sobre México, 69.
172 Carta del general en jefe del Ejército Libertador a Juan Andrew Almazán, Tlaltizapán, Morelos, 5 de
septiembre, 1918, AHUNAM, FGMC, caja 70, expediente 11, foja 50.
69
Los zapatistas son todos los que habitan en Morelos y están dentro de los límites
del Estado. Lo son por simpatía, lo son por miedo, lo son por conveniencia, lo son
por medro, lo son por ignorancia, lo son por malicia, los son por convencidos, lo son
por vencidos, lo son por inutilidad de esfuerzos, lo son por atávicos impulsos de
rebeldía.173
Pero los zapatistas utilizaron a los medios impresos para su propio beneficio. A
través de éstos, los revolucionarios difundieron manifiestos para invitar a las gentes a
entre ricos y pobres, y que hasta la fecha seguiría como un pensamiento vigente. El
simple pero profunda: “Los ricos se hacen cada vez más ricos, y los pobres se vuelven
cada vez más pobres”. El manifiesto refirió a los ricos como aquellas gentes que
documento hizo lo mismo con los pobres, a quien los descubrió con gentes con
hambre, sin casas ni abrigo, como bestias de carga, “parias en su propio país y
por la revolución agraria por parte de todos aquellos que eran cercanos a los ricos
173 Gildardo Magaña, Emiliano Zapata y el agrarismo en México T. II (México, D.F.: La impresora, 1937),
269.
174 Manifiesto del general Emiliano Zapata a los habitantes de la Ciudad de México, Yautepec, Morelos,
24 de junio, 1914, AHEMe, CRM, volumen 2, expediente 13, foja 2.
70
hacendados, y que gozaban de lujos, elegancias, comodidades, bebidas y alimentos. El
artículo pidió a aquellos indiferentes que voltearan a ver al campo y a los peones que
vivían en jacales humildes y que dormían en petates fríos. 175 Ambos casos sucedieron
2.3 CONCLUSIONES
de México y en las inmediaciones del Distrito Federal. Los cambios en la vida cotidiana
diferentes, la vida se transformó con patrones similares. Los gritos de apoyo hacia los
apoyo para alimentos, pasturas, ganado, la incorporación cada vez en mayor medida
escasez de dinero y los conflictos en los pueblos fueron tan solo una pequeña mirada
sus habitantes en los pueblos y alertar de los peligros. Campañas en contra de los
zapatistas por parte de las autoridades estatales federales fueron dirigidas con rigor.
71
Los mismos pacíficos supieron establecer alianzas con rebeldes y con autoridades
federales durante los años de mayor tensión para evitar reprimendas o castigos, y
salvaguardar sus propiedades. La vida en las haciendas cambió por completo pues sus
cosechas menguaron o pararon por completo, en algunos casos fueron controladas por
administradores que negociaron con zapatistas o fueron tomadas por éstos. Las
de sus propias familias. Algunos de los motivos diversos por que se hicieron zapatistas
La movilidad que llevaron a cabo rebeldes y pacíficos fue otro de los cambios
como pudo ocurrir con algunos pacíficos, otros lo hicieron a enormes distancias, incluso
a otros estados al llevar a cabo alguna campaña militar zapatistas. Esta movilidad en
algunos casos llegó a ser el encuentro entre dos mundos, la ciudad y el campo, como
ocurrió en 1914. Otra diferencia ocasionada fue que las gentes abandonaran sus
campo, ahorcados en postes de luz o en las ramas de los árboles, y difuntos que
72
Los medios de comunicación fueron condicionantes de la vida cotidiana. Los
caminos tuvieron que ser controlados y peleados por las fuerzas en disputa para
imponer condiciones y dominio, el tren fue un medio de transporte que fue utilizado,
El mejor ejemplo del caos y la vida en desorden fue el significado amorfo que
las diferentes gentes de los pueblos y de las ciudades, sin distingo alguno, le dieron a
cuando la vida se tranquilizó un poco en 1915, los debates para mejorar al país y
73
CAPÍTULO 3
momento todos necesitaron la ayuda de todos. Los zapatistas pidieron la ayuda de las
comunidades habían perdido sus recursos.176 Esta razón pudo ser suficiente para
comprender que los pacíficos fueron negando alimentos a los zapatistas. Sin embargo,
carencia de maíz que afectó a muchas gentes, y sobre todo, a los revolucionarios. 177 La
falta de comida se atenuó tanto que pacíficos y zapatistas se vieron obligados a pedir
176 Felipe Arturo Ávila Espinosa, “El zapatismo, una visión desde abajo y desde dentro”, en Zapatismo:
origen e historia (México, D.F.: INEHRM, 2009): 233-263, en esp., 252.
177 Salvador Rueda Smithers, “La zona armada de Genovevo de la O”, Cuicuilco 2 (Enero 1981): 38-43,
en part., 42.
74
alimentos a las autoridades zapatistas, ya que estaban dominando poblaciones y
zapatistas comenzaron a dirigir sus peticiones por alimentos al general Zapata y a sus
antipatía porque cada vez fue más difícil ayudarlos. Esa dificultad se debió a que hubo
sequías. Bajo todas estas circunstancias adversas, los pacíficos optaron por alimentar
revolucionario.
por ellas mismas frecuentemente, pues no siempre fueron apoyados por tlacualeros
salir para esos lugares, los zapatistas se aseguraron de no tener que resguardar algún
sitio o de tener algún combate. Luego, a quienes les tocaba ir a conseguir esos
en el refugio o campamento. Éste otro grupo ahí esperó por comestibles. De acuerdo
75
con un testigo, las “gentes humildes” y “de razón” proporcionaron víveres a los
revolucionarios cuando los alimentos se obtenían con mayor facilidad.178 Los zapatistas
llegaron a realizar esta actividad por las noches para evitar que sus enemigos los
vieran y delataran cuando andaban en los pueblos. Durante esas peticiones de comida,
por ejemplo, un zapatista rememoró que llegó a ir a San Pedro Atocpan, en Milpa Alta,
ajenas. Vale señalar que cuando los zapatistas iban a pelear, hubo ocasiones en que
los tlacualeros les llevaron víveres, como les ocurrió en San Bartolo Xicomulco, Milpa
Alta, y en febrero de 1915, cuando dotaron a los zapatistas que estaban en la línea de
que realizar, o incluso, abandonaron sus sitios por falta de comida. En septiembre de
1913, por ejemplo, el coronel Porfirio Lepé suspendió la fabricación de bombas que sus
subordinados estaban haciendo al saber por el juez auxiliar de Chalmita que por orden
del coronel en jefe José Vides Barona no podía llevarles leña ni tortillas. Ante esa
situación, el coronel Lepé facultó a sus soldados para ir a conseguir alimentos para que
de 1914, desde Palpan, Morelos, los coroneles Domitilo Ayala y Lusiano Solís
informaron que sus soldados habían abandonado el lugar por encontrarse sin víveres.
Los coroneles justificaron la retirada de sus soldados ya que el hambre era demasiada,
178 Entrevista con Leopoldo Alquicira Fuentes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Tepepan, D.F., 21
y 31 de julio, 1973, PHO/Z/1/3, 15.
179 Entrevista con Juan Arellano Aguilar, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Milpa Alta, D.F., 7 de
agosto, 1973, PHO/Z/1/7,13 y 23. Carta de A. Silva R. a Domingo de la O, Cuernavaca, Morelos, 17 de
febrero, 1915, AGN, AGO, caja 5, expediente 2, foja 62.
180 Carta del coronel Porfirio Lepé al general Genovevo de la O, Campamento revolucionario del Estado
de México, 29 de septiembre, 1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 4, foja 15.
76
provocándoles fastidio y desesperación. Los coroneles describieron aquella hambre y
falta de alimentos:
Los viveres que de Miacatlan nosmandan son muy pocos, en vista de que este
poblado se encuentra en un estado de miseria que da compasión, pues da lástima
ver á tantas y tantas familias que se mantienen únicamente con calabazas hervidas
y nada mas; el maiz no se consigue, y sí algunas veces suele conseguirse, pero es
á veinte centavos, bastante caro para quien no tiene ni un centavo.181
Los generales y coroneles, al igual que sus soldados, dedicaron también parte
de su tiempo para obtener víveres. En algunos casos se puede apreciar que obtuvieron
O.182 Además de eso, ese mismo año, el mencionado general de la O llegó a recibir 8
general de la O diciéndole que le enviaba “un bulto con carne secina, la que va bien
conservada y no lleva arroz cómo la otra de dias pasados, manifestando á Ud. que si la
carne del otro dia llegó con arroz ó guzanos, es por motivo de que en esta hay mucha
181 Parte de los coroneles Domitilo Ayala y Luisiano Solís al general Genovevo de la O, Palpan, 21 de
septiembre, 1914, AGN, AGO, caja 4, expediente 3, foja 41.
182 Telegrama del coronel Rodolfo Magaña al coronel Francisco Pacheco, s/l, 20 de Mayo, 1912, AGN,
AGO, caja 1, expediente 2, foja 35.
183 Telegrama de Guillermo Encarnación, N. Pichardo y Blas Jiménez al general Genovevo de la O,”
Atzingo, 30 de junio, 1912, AGN, AGO, caja 1, expediente 2, foja 92.
77
mosca y en poco tiempo entra en descomposición de la carne, no por abandono”. 184 En
otra petición pero de 1915, el general Ireneo L. Albarrán Ayala reveló haber conseguido
30 cargas de maíz, 15 cargas de haba, algo de catalán, coñac para él y cerveza para la
Otra manera en que los zapatistas obtuvieron alimentos fue a través de sus
levantar sus cosechas. Ese fue el consentimiento otorgado a los soldados del general
Pedro Saavedra, en Amacuzac, Morelos, para que sus soldados que tenían siembra se
tomaran 8 días para levantar sus cosechas y luego regresaran a pelear contra el
enemigo.186
ayudar a escondidas a los zapatistas, y les pidieron que se alejaran para evitar algún
México, sembraron maíz y frijol para consumirlo, venderlo y distribuirlo entre los
184 Carta de José Vides Barona al general Genovevo de la O, Miacatlán, Morelos, 13 de agosto, 1914,
AGN, AGO, caja 4, expediente 2, foja 49.
185 Parte de Ireneo L. Albarrán Ayala al general Genovevo de la O, El contadero, 20 de febrero, 1915,
AGN, AGO, caja 5, expediente 2, foja 56.
186 Oficio del general Emiliano Zapata al general Pedro Saavedra, Tlaltizapán, Morelos, 15 de
noviembre, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 16, foja 210.
187 Entrevista con Severiano Castillo, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel, Santa Cruz
Acalpixca, Xochimilco, D.F., 28 de julio, 1973, PHO/Z/1/5, 21 y 22.
78
revolucionarios “por la buena o por la mala”.188 En abril de 1914, más de 25 vecinos de
no les exigieran más maíz y tortillas, pues habían sembrado poco y ya no tenían. 189
Unos meses después, en septiembre, un pobre en Miacatlán, Morelos, afirmó que los
pueblo.190
tales peticiones los solicitantes argumentaron pobreza para evitar ayudar a los
pobres, desempleados y tener poco para sostener a sus familias. Los demandantes
tenían que darles como lo habían hecho con alimentos y forrajes con anterioridad. 191
no poder entregarle los 50 pesos que le había pedido. Guadarrama sostuvo que él y
sus vecinos estaban pobres. Pero él le comentó que le entregaría 10 pesos recaudados
188 Entrevista con José Espitia Ruíz, conducida por Salvador Rueda, Laura Espejel y Alicia Olivera,
Tenango de Santa Ana, Jantetelco, Morelos, 26 de octubre, 1974, PHO/Z/1/77, 19.
189 Carta de Sebastián Calderón al General Genovevo de la O, Cuentepec, 1 de abril, 1914, AGN, AGO,
caja 3, expediente 4, foja 89.
190 Parte del presidente municipal José B. Hernández al general Genovevo de la O, Miacatlán, Morelos,
22 de septiembre, 1914, AGN, AGO, caja 4, expediente 3, foja 113.
191 Carta de varios vecinos de Acatzingo al general Genovevo de la O, Acatzingo, Puebla, 7 de febrero,
1913, AGN, AGO, caja 1, expediente 5, foja 41.
79
entre sus vecinos, y que se los daría en el pueblo de San Antonio en la siguiente
semana.192
familias pero que lo poco que les quedaba lo estaban compartiendo, pues el maíz
estaba escaso.193 A finales de ese año y a inicios de 1915, habitantes de San Lucas,
Xometla, San Pedro, Cuanalán, Chípiltepec, San Bartolo, San Juanico, El Calvario,
donde un testigo miró a la gente comiendo tortillas con sal, acompañadas con habas o
con cualquier otro alimento que encontraron.195 Ya para junio, 36 agricultores pobres de
aseguraron haber perdido dinero, siembras, bueyes y que sus casas habían sido
incendiadas. Los agricultores, que ya tenían tierras, pidieron prestado 1,500 pesos al
general, comprometiéndose a devolverlo con los interés de siete meses. Ese préstamo
192 Carta de José V. Guadarrama al coronel en jefe Serafín Pliego, Ranchería de San José Chalmita,
Estado de México, 9 de enero, 1914, AGN, AGO, caja 3, expediente 1, foja 46.
193 Carta de Julio Alvarado al general Genovevo de la O, Chamilpa, Morelos, 7 de mayo, 1914, AGN,
AGO, caja 3, expediente 5, foja 2.
194 José Alfredo Castellanos Suárez, “Impacto de la revolución mexicana en el Distrito de Texcoco,
Estado de México (1910-1915)”, en Zapatismo: origen e historia (México, D.F.: INEHRM, 2009): 425-437,
en esp., 434 y 435.
195 Castillo, PHO/Z/1/5, 18.
196 Carta de los vecinos de Amilcingo al general Emiliano Zapata, Amilcingo, Morelos, 4 de junio, 1915,
AGN, FEZ, caja 19, expediente 2, fojas 33 a 35. Para consultar un caso en Chiautla, Puebla, que data de
1915, en donde los habitantes solicitaron ayuda al general Zapata al vivir en miseria, véase en Carta de
80
A parte de vivir el hambre en carne propia, los zapatistas sufrieron la miseria de
sus familias. Por ejemplo, las fuerzas del capitán Higinio Mendoza que acampaban
Ante esa situación, los zapatistas pidieron al general de la O un vale para obtener arroz
familias.197
quizá por la curiosidad de saber las maneras en que los revolucionarios estaban
convivio ofreció mole de gallina, tortillas y frijoles guisados con huevo. El anfitrión del
evento fue el general Maximino V. Iriarte, quien dijo al reportero que ese desayuno “era
rifle por una pequeña cantidad del alimento”.198 Al respecto, existen pruebas que
alimentos. Por ejemplo, un escrito titulado “Memorándum sobre observación”, sin autor
ni fecha, pero que data del mismo tiempo, informó que los zapatistas vendían 5 o 6
Juez José Rivera al general Emiliano Zapata, Chiautla, Puebla, 20 de junio, 1915, AGN, FEZ, caja 8,
expediente 5, foja 117.
197 Telegrama del capitán Higinio Mendoza al general de la O, Ocuilan, Estado de México, 23 de
septiembre, 1914, AGN, AGO, caja 4, expediente 3, foja 50.
198 “Entre los zapatistas”, El Sol, 27 de noviembre, 1914.
199 “Memorándum sobre observación,” s/f, s/l, CCIF, AHRM, RM/IV.2-001 Zapatismo, fojas 32 y 33.
81
trabajar en la agricultura. De acuerdo con el antropólogo Arturo Warman, en 1915 hubo
tranquilidad que permitió a los campesinos sembrar maíz, jitomate, cebolla y chile. Por
controlando ciudades y pueblos, pero eso no significó que comieron bien y que alcanzó
para todos. Vale decir que parte de ese 1915 y 1916 se presentó una carencia de
víveres y mala distribución de los mismos que fue percibida en la Ciudad de México. En
andando las pobres gentes de un lado a otro en busca de maíz y frijol sin conseguir
nada, viéndo se escenas muy dolorosas, cuando esos infelices se agolpan a las
puertas de la Beneficiencia Pública o de otras Oficinas del Gobierno, pidiendo con
lágrimas en los ojos que les vendan el maíz que es su único alimento y que no
pueden conseguir por ninguna parte.201
“No haya uno ya que trazas darse con la gran carestia, de todos los articulos de
primera necesidad pues ya un Litro doble de maiz vale dos pesos una vara de manta
200 Arturo Warman, …Y venimos a contradecir. Los campesinos de Morelos y el Estado Nacional
(México, D.F.: SEP, CIESAS, 1988), 114 y 115.
201 Comunicado del coronel Jesús M. Ponce al general Emiliano Zapata, México, D.F., 21 de mayo,
1915, AHUNAM, FGMC, caja 74, expediente 28, foja 91.
82
vale tres pesos y como es el frijol un peso veinticinco el litro”. 202 En septiembre, el
periódico El Mexicano utilizó reportes del Cuartel General del Cuerpo del Ejército de
Federal. El periódico informó que uno de los zapatistas prisioneros, pensando que lo
fusilarían de inmediato, pidió comer pues tenía cuatro días sin recibir haberes y no
tenía dinero.203
Zapata, que sus tropas carecían de haberes de primera necesidad. El general Pacheco
mantener con 2 pesos de sueldo. Pacheco le sugirió publicar un decreto para que los
vendedores bajaran los precios de sus productos y así beneficiar al pueblo y a la tropa.
que vendieran sus productos a precios altos. 204 En el Estado de México también se
presentó ese problema. En enero de 1916 corrió la noticia de que en Tenancingo los
puede mencionar que el kilo de carne de res y cerdo estaba a 10 pesos, el kilo de
manteca a 24 pesos y el doble litro de maíz y frijol a 4 pesos. 205 Igualmente, en otro
hecho más, en octubre de ese 1915, el coronel Guadalupe García y el mayor Pablo M.
202 Carta de Lorenzo P. Alonzo al general Emiliano Zapata, Popotlán, Morelos, 26 de julio, 1915, AGN,
FEZ, caja 9, expediente 3, foja 20.
203 “Los zapatistas fueron derrotados en Contreras”, El Mexicano, 13 de septiembre, 1915.
204 Oficio del general Francisco V. Pacheco al general Emiliano Zapata, Huitzilac, Morelos, 20 de
octubre, 1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 5, foja 48.
205 Nota, Estado de México, enero, 1916, AHA, Fondo Aprovechamientos Superficiales (a partir de aquí
como FAS), caja 23, expediente 269, foja 28.
83
para sus soldados, y el sufrimiento por hambre de sus familias en Tepalcingo, Estado
de México.206
revolucionarios estaban sufriendo por alimentos, sino también los pacíficos. Esta
situación se mostró más evidente cuando los mismos pacíficos solicitaron alimentos a
las autoridades zapatistas durante ese mismo año. En marzo, Zacarías Zúñiga, un
pidiendo ayuda pues ni maíz tenía, pero que no le prestara porque no quería
pidieron al general Zapata que les diera “un pedazo de pan”, pues no querían robar, y
que además les entregara un vale para pasaran a alguna hacienda por azúcar y
En otro hecho similar pero desde Cuernavaca, Morelos, Martín Sosa, un letrado
de alimentos. Le dijo: “la situasión tan triste por que atrabesamos, dia á dia va
empeorando más; pues tanto para los soldados como para los pacíficos, se nos va
haciendo más cara la vida”. La misiva enfatizó el alza de precios “tan escandalosa”, en
pieza de pan que costaba 1 centavo costó 3 piezas por 25 centavos, y dos tortillas
206 Carta del coronel Guadalupe García y el mayor Pablo M. Libertad al general Emiliano Zapata,
Tepalcingo, Estado de México, 26 de octubre, 1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 6, foja 28.
207 Carta de Zacarías Zúñiga al general Emiliano Zapata, El Pozo Colorado, Morelos, 25 de marzo, 1915,
AGN, FEZ, caja 7, expediente 3, foja 28.
208 Carta de Lucio Garza al general Emiliano Zapata, s/l, s/f, AGN, FEZ, caja 14, expediente 17, foja 3.
84
pequeñas y delgaditas a 5 centavos, mientras que 5 tortillas valían 10 centavos. Sosa
le sentenció: “todo está tan caro que nosotros los pobres, nos quedamos á medio
Desde principios de 1916 los zapatistas abrieron el debate del problema del
1916, Zapata reiteró que la guerra estaba agotando al país, que las gentes no
trabajaban con libertad y que los artículos de primera necesidad se agotaban. Zapata
sentenció que esa hambre era la causante de la desolación en los hogares de gente
La gente de los pueblos optó por esconder alimentos para beneficiar a sus
familias, mientras que los zapatistas establecieron alianzas con los pacíficos para que
en esta tarea para que los pacíficos no les negaran alimentos bajo alguna escusa o que
el enemigo se los robara. Por instancia, el general Francisco Pacheco ordenó sepultar
una parte del maíz en los pueblos cercanos de Cuentepec, Morelos, para que el
enemigo no la hurtara, mientras que otra parte la tuvieron disponible para auxiliar a los
necesitados.212 Solo unos días después de este acto, se aprecia otro hecho en que la
209 Carta de Martin Sosa al general Emiliano Zapata, Cuernavaca, Morelos, 17 de abril, 1915, AGN, FEZ,
caja 7, expediente 5, foja 55.
210 Carta del coronel Anastasio García al general Genovevo de la O, Tepeite, Morelos, 6 de agosto,
1916, AGN, AGO, caja 6, expediente 8, foja 27.
211 Manifiesto a la Nación emitido por el general Emiliano Zapata, Cuartel General en Tlaltizapán,
Morelos, 7 de febrero, 1916, AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 17, foja 145.
212 Oficio del general Francisco Pacheco al general Emiliano Zapata, Cuentepec, Morelos, 28 de marzo,
1916, AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 67, foja 10.
85
relación entre revolucionarios y pacíficos queda afectada por la carencia de alimentos.
Era el mes de abril cuando varios vecinos de San Miguel de Ahuatlán, Yautepec,
aseguraron haber cooperado en el pasado con los zapatistas con alimentos y pasturas;
pero estos vecinos ya no podían hacerlo porque no tenían nada que ofrecer. Ellos
Ignacio Sagredo, su falta de atención de suministros al hospital militar del lugar en que
El año de 1916 quedó a la vista los pocos semovientes para la labranza que
había debido a la guerra y al robo llevado a cabo por los carrancistas. 215 Ante esta
siembra. Al parecer, ese cometido zapatista se llevó a cabo en algunos lugares. Por
permiso a los jefes que lo habían acompañado a Buenavista de Cuellar, Guerrero, para
213 Informe de varios vecinos de San Miguel Ahuatlán al general Amador Salazar, Yautepec, Morelos, 11
de abril, 1916, AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 18, foja 71.
214 Parte del general Emiliano Zapata al presidente municipal de Huautla Ignacio Sagredo, Cuartel
General, Morelos, 23 de octubre, 1916, AHUNAM, FGMC, caja 70, expediente 9, foja 83.
215 Circular, Tlaltizapán, Morelos, 10 de abril, 1917, AHUNAM, FGMC, caja 76, expediente 42, foja 13.
216 Oficio del general Genovevo de la O al general Emiliano Zapata, Tepeite, Morelos, 30 de junio, 1917,
AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 66, foja 9.
86
que habían estado en manos zapatistas.217 Los zapatistas sufrieron los estragos del
Catarina, anunció al general Zapata que estaban muriendo por el “hambre tán horrible”
de 4 a 6 soldados a diario. El general Bueno suplicó ayuda para que sus vecinos de
Jiutepec en Cuernavaca, y San Vicente en Yautepec, les regalaran frutas pues ellos se
estaban manteniendo con quelites. El general Zapata le respondió que esos pueblos
pueblos, evitando que los revolucionarios tomaran alimentos.219 Las gentes comieron
Morelos, certificó que ante la carencia de maíz la gente comió carne de perro, acémila,
Esa misma experiencia ocurrió en la Ciudad de México, de acuerdo con otro testimonio,
quien advirtió la desaparición de gatos y perros que eran comidos, así como quelites,
aguas.222
217 Para consultar más acerca de la sequía véase Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos,
Documentación de la Comisión del Plan Nacional Hidráulico, “Análisis Histórico de las sequías en
México”, (México, D.F.: Editorial y Litografía Regina de los Ángeles, 1980), 48. Entrevista con Lorenzo
Vergara, conducida por Laura Espejel, México, D.F., 15 de julio, 1973, PHO/Z/1/1, 22.
218 Carta del general Eleuterio Bueno al general Emiliano Zapata, Cuartel de Santa Catarina, 28 de
agosto, 1917, AGN, FEZ, caja 14, expediente 6, foja 16.
219 Rueda, “La zona armada de Genovevo de la O”, 42.
220 Entrevista con Ignacia Peña viuda de Fuentes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo Tomás
Ajusco, D.F., 7 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/18, 9 y 10.
221 Carta de J. Espinosa Barreda al general Alberto L. Paniagua, Tochimilco, Puebla, 8 de marzo, 1917,
AHUNAM, FGMC, caja 74, expediente 30, foja 28.
222 Irene Elena Motts, La vida en la ciudad de México en las primeras décadas del siglo XX (México,
D.F.: Porrúa, 1973), 133 y 134.
87
Se conoce por testimonios que ante la falta de alimentos en los pueblos, los
y en testimonios. Sin embargo, hay pruebas que señala que en temporada de secas,
los zapatistas comieron hierbas, el cardosanto, que era una planta que al quitar sus
espinas la mascaban “como si fuera carne”, zacate tierno y tierra mojada. Según el
piedra, de la que tomaban para llenar sus guajes para luego atarlos a la cabeza de la
silla de montar de sus caballos.223 Además, los zapatistas comieron hongos, quelites,
quintoniles, conejos y venados.224 Otros testimonios les añadieron las frutas tiernas
como las ciruelas y el plátano guineo (el cual llegó a ser comido al mezclarlo con masa
88
testimonio afirmó, “Veía usted un perro con una tortilla, la arrebataba usted y se lo
quitaba y se lo tenía usted que comer porque entonces no había otra”. 226 De acuerdo
con un zapatista oriundo de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, aseguró que los
ataques a los pueblos por soldados de Huerta los obligó a huir al monte y a los cerros.
con nopales y orín de caballo, durando hasta 2 o 3 días sin comer.227 Otro zapatista
confirmó esta experiencia, mencionando “a veces nos llevábamos 3 días hasta sin
decir que llegó a pasar 2 o 3 días sin comer, y que cuando pudo consiguió pan, tortillas
pochote, misma que al moler con un poco de maíz se hacía una masa con sabor a
tierra.230 Otro revolucionario más sostuvo que cuando llegaron a comer dos veces al
día éste era un gran día, e incluso comiendo hierbas y tortillas de nixtamal y tejocote,
226 Entrevista con Benjamín Rosales Moreno, conducida por Salvador Rueda, Cuautla, Morelos, 5 de
octubre, 1977, PHO/Z/1/149, 38.
227 Entrevista con Pascual Nieto, conducida por María Alba Pastor, Xochimilco, Distrito Federal, 28 de
enero, 1975, Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Ciudad de México, Archivo La Palabra,
Revolución Mexicana (citado como RM), 1910-1920, PHO/1/142, transcrito 21.
228 Entrevista con Mateo Días Lozano, conducida por Carlos Barreto Marck, Villa de Ayala, Morelos, 3 de
abril, 1974, PHO/Z/1/41, 14.
229 Entrevista con Clemente Peralta Chávez, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Ajusco, D.F., 12 de
noviembre, 1973, PHO/Z/1/20, 9 y 10.
230 Entrevista con Placido Amacende Pérez, conducida por Laura Espejel, Tepalcingo, Morelos, 2 de
marzo, 1974, PHO/Z/1/30, 26.
231 Entrevista con Simón Román Alcalá, conducida por Alicia Olivera, Juchitepec, Chalco, Estado de
México, 31 de octubre, 1974, PHO/Z/1/68, 23.
89
En otra experiencia compartida, el zapatista Pompeyo Meza Aguilar, de
retirada sin poder comer o beber agua.232 Una más aseveró que pasó “hartas hambres”
y llegó a mantenerse, al igual que sus compañeros zapatistas, con agua únicamente. 233
Los rebeldes llegaron a comer totopos, o tortillas duras o tostadas, con que se
revolucionarios, en donde con el paso de los años y de las acciones ambos grupos se
represiones y depredaciones por parte de los soldados del gobierno. Después de ese
momento se puede ir apreciando que el hambre empieza a figurar como una demanda
cotidiana.
contra de los zapatistas. Igualmente, en esos años los zapatistas comenzaron a tomar
232 Entrevista con Pompeyo Meza Aguilar, conducida por Carlos Barreto, Tenextepango, Morelos, 19 de
octubre, 1974, PHO/Z/CRMG/1/81, 25.
233 Entrevista con Eduardo Monroy Velázquez, conducida por Salvador Rueda, San Miguel Balderas,
Estado de México, 1 de mayo, 1977, PHO/Z/1/143, 25.
234 Entrevista con Domingo Yedra Islas, conducida por Laura Espejel, Milpa Alta, D.F., 3 y 21 de octubre,
1973, PHO/Z/1/15, 27.
90
la Convención Revolucionaria y del gobierno convencionista que había propuesto
ayudar con dinero a los zapatistas.235 A la par, las demandas por alimentos de los
partir de 1916 hasta 1918, el hambre siguió surtiendo efectos a causa de que los
Además, los zapatistas perdieron el control político y económico que tenían en los
y los pacíficos sufrieron por la carencia de ropa. La revolución ocasionó que hombres y
mujeres anduvieran con ropa sucia, en harapos y semidesnudos. A los zapatistas, por
ejemplo, la ropa se les deterioró por estar expuestos al sol, a la lluvia y a la mugre, ante
problema, los zapatistas encargaron ropa de las casas comerciales y pidieron manta a
235 Robert E. Quirk, “La Convención en Cuernavaca”, en Historia Mexicana 9: 4 (Abril-Junio, 1960): 571-
581.
236 Carta de Emiliano Zapata a Genovevo de la O, Campamento revolucionario, 22 de diciembre, 1911,
AGN, AGO, caja 11, expediente 10, foja 1. [Documento en línea]; disponible en
www.bibliotecas.tv/zapata/1911/z22dic11.html; internet; consultado en enero de 2014.
91
Además de esta manera, los revolucionarios permitieron que sus soldados se
dirigieran a sus casas para cambiarse de prendas, siempre y cuando las circunstancias
compraron prendas cuando recibieron haberes. Fue tanta la necesidad por ropa que las
decir que un pueblo se distinguió por la hechura de sus prendas. Éste sostuvo, por
ejemplo, que en Morelos los hombres vestían un calzón “muy pegado” mientras los de
Xochimilco, Distrito Federal, lo traían ancho y sin usar huaraches.237 Estas distinciones
pacíficos de un lugar a otro, quienes se vieron obligados a vestir con las prendas que
Al igual que lo hicieran con sus peticiones de ayuda para conseguir alimentos,
pacíficos y zapatistas pidieron ayuda para obtener ropa al general Zapata y a las
autoridades del Ejército Libertador del Sur. Dichas peticiones se hicieron más evidentes
entre 1914 y 1916, debido a los estragos causados por las campañas de Huerta en
contra de los zapatistas y pacíficos en los pueblos y a que ambos grupos aprovecharon
el tiempo en que los huertistas perdieron el poder político y los zapatistas asumieron el
mismo controlando pueblos y ciudades. Eso implicó que los zapatistas pudieran brindar
apoyos a través de sus gobiernos a las gentes vulnerables, mismas que no dudaron en
implorar su ayuda.
92
Entre algunos ejemplos que saltan a la vista aparece uno en octubre de 1914,
cuando Jesús Casares reportó desde Topilejo, Distrito Federal, que 300 zapatistas a su
andando por San Rafael Ixtapalucan, Puebla, avisó que sus soldados necesitaban
manta, pero que a cambio le enviarían 300 uniformes.239 Unos días después de este
suceso, el general Francisco Mendoza pidió al general Zapata 2,000 uniformes para
sus soldados, quienes se los exigieron después de haber visto a otras tropas
ropa para su personal de parte del Cuartel General.242 Ese mismo mes, el general
Santiago Aguilar pidió uniformes o manta al general Zapata para vestir a parte de su
238 Carta de Jesús Casares al general Emiliano Zapata, Topilejo, D.F., 23 de octubre, 1914, AGN,
Colección Cuartel General del Sur (desde aquí citado como CCGS), caja 1, expediente 1.132, foja 1.
239 Nota del general de brigada J. S. Díaz al general Emiliano Zapata, San Rafael Ixtapalucan, Puebla,
18 de agosto, 1915, AGN, CCGS, caja 2, expediente 84, foja 1.
240 Carta del general Francisco Mendoza al general Emiliano Zapata, 23 de agosto, 1915, Cuautla,
Morelos, AGN, CCGS, caja 1, expediente 1.10, foja 1.
241 Carta de un general cuyo nombre es ilegible al coronel Eulogio P. Salgado, Tlaltizapán, Morelos, 20
de noviembre, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 16, foja 246.
242 Carta del general brigadier Rutimio Rodríguez al licenciado G. Zúñiga, Tlaquiltenango, Morelos, 19 de
abril, 1916, AGN, FEZ, caja 12, expediente 2, foja 154.
93
tropa “completamente desnuda”.243 La carencia de ropa inundó con sentimiento un
recuerdo de un zapatista quien llegó decir: “sufrimos mucho. ¡Sin ropa, sin nada, con
cambiarse de ropa, con el riesgo que implicó de ser capturados o ejecutados por sus
mugrosos, mientras que su compañero Nicolás Chávez Reyes añadió: “había veces
que nos cambiábamos hasta que se iba rompiendo nuestra ropa”. 246 Otros zapatistas
visitaron sus casas de noche para cambiarse de ropa al menos cada dos meses. Otros
zapatistas tomaron “hasta dos mudas de ropa” con ellos para no regresar pronto a sus
casas ante tanto peligro.247 Un general brigadier notificó a de la O que sus soldados se
encontraban completamente desnudos por tener ya un mes que habían salido de los
La ropa representó un botín de guerra para los zapatistas. Tras haber ganado
una batalla, un zapatista atestiguó: “desnudábamos [a] los muertos pa vestirnos”. 249
Otro más afirmó: “nos poníamos la ropa de los difuntos que matábamos”. 250 Fueron tan
tristes aquellos días en que los soldados zapatistas carecieron de ropas, que un testigo
243 Carta del general Santiago Aguilar al general Emiliano Zapata, Miquetzingo, Guerrero, 23 de abril,
1916, AGN, FEZ, caja 12, expediente 3, foja 38.
244 Meza, PHO/Z/CRMG/1/81, 26.
245 Yedra, PHO/Z/1/15, 27.
246 Entrevista con Nicolás Chávez Reyes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo Tomás Ajusco,
D.F., 7 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/17, 12. Véase también entrevista con Serafín Plasencia Gutiérrez,
conducida por Laura Espejel, México, D.F., 13 de septiembre, 1974, PHO/Z/1/59, 59.
247 Entrevista con Pedro García Pérez, conducida por Laura Espejel y Eulalio Aguilar, Cuautla, Morelos,
29 de septiembre, 1977, PHO/Z/1/147, 24.
248 Parte de Ignacio Fuentes al general Genovevo de la O, El Contadero, 24 de febrero, 1915, AGN,
AGO, caja 5, expediente 2, foja 47.
249 Entrevista con Francisco Guerrero Porrón, conducida por Laura Espejel, El Higuerón, Jojutla,
Morelos, 28 y 29 de junio, 1975, PHO/Z/1/113, 54.
250 Chávez, PHO/Z/1/17, 12.
94
de Jojutla, Morelos, llegó a comentar que andaban “encuerados” en los cerros, en
donde las mujeres “se cubrían de la cintura pa’bajo, [y de la cintura] para arriba
federal desparramada entre las milpas cuyos dueños habían desertado, escapando del
encontrados ante su necesidad de vestir, y sin importar algunas de sus creencias, que
sostenían que debían evitar vestir uniformes militares de enemigos. Los zapatistas
pensaban que esos uniformes estaban “salados”, es decir, traían la “mala suerte” a
quien los usara debido a que con esa ropa habían asesinado a inocentes. 253 Estos
zapatistas, al parecer, no fueron los únicos que usaron uniformes del ejército enemigo.
Existieron soldados del gobierno que entraron a las filas zapatistas de modo forzado,
pero decidieron vestir sus uniformes militares, quizá por falta de ropa. Ese fue la
experiencia de Higinio Aguilar, por decir de un testimonio, quien era un soldado federal
servicios prestados, cuando se pudo y como se pudo, mismo que llegó a ser destinado
para comprar ropa.255 Por ejemplo, un zapatista al recibir un tostón de manos del
general, en Milpa Alta, D.F., compró una camisa y un calzón, pues ya ajustaba tres
251 Entrevista con Próspero García Aguirre, conducida por Salvador Rueda y Laura Espejel, Tlatenchi,
Jojutla, Morelos, 16 de agosto, 1975, PHO/Z/1/117, 70.
252 Alquicira, PHO/Z/1/3, 12.
253 Alquicira, PHO/Z/1/3, 16.
254 Vergara, PHO/Z/1/1, 12.
255 Entrevista con Juan Olivera López, conducida por Eugenia Meyer, Ciudad de México, 23 de
noviembre, 5 de diciembre, 1972, UTEPL, AEC, MF 560, Rollo 1, 30.
95
meses que no tenía eso deteriorados por el sol y la mugre. Este zapatista evidenció
Esta carencia de ropa fue contemplada por los zapatistas con la finalidad de
proporcionar su propio uniforme. En 1915, la prensa publicó que los zapatistas podrían
usar uniformes. La nota quedo escrita: “La secretaría de Guerra y Marina ha dispuesto
que se confeccionen diez mil uniformes que serán destinados para algunas Brigadas
zapatistas y los registros en prensa, parecer ser que esos uniformes nunca fueron
primer hecho, Tomás Torres y Sebastian Ríos, vecinos de Santa Mónica, Puebla,
recomendación del presidente auxiliar del lugar, Santiago Mazo. 258 En otro suceso,
con que cubrir sus desnudeces. Ellos supieron que el general Zapata había repartido
manta a pobres de otros pueblos. Su pobreza fue certificada por el ayudante municipal,
96
Valentín Morales. El Cuartel de Tlaltizapán les declaró la inexistencia de manta.259 En
un último hecho, en abril de 1916, la sobrina del general Zapata, Julia Mora, en
Chinameca, Morelos, le pidió ropa de color y blanca, escribiéndole: “por que lla estoy
condicionó a las gentes debido al desorden originado por la guerra. Condiciones como
por encima de la ley.261 Las vivencias de los bandidos en la revolución son variadas y
complejas. La imagen “típica” del bandido fue la de aquel que llegó a una población
exigiendo dinero o robando propiedades sin que sus dueños se percataran del hecho.
Como ejemplo de ello, en 1912 unos bandidos ebrios llegaron a casa de Julio
insultaron, y luego pasaron con otras familias amenazándolas con armas y cuchillo.262
259 Carta de Lorenzo P. Alonzo al general Emiliano Zapata, Popotlán, Morelos, 26 de julio, 1915, AGN,
FEZ, caja 9, expediente 3, foja 20.
260 Carta de Julia Mora al general Emiliano Zapata, Chinameca, Morelos, 7 de abril, 1916, AGN, FEZ,
caja 12, expediente 1, foja 37.
261 Para ver el fenómeno del bandidaje en la revolución zapatista véase a Samuel Brunk, “The Sad
Situation of Civilians and Soldiers: The Banditry of Zapatismo in the Mexican Revolution”, en The
American Historical Review 101:2 (Abril, 1996).
262 Carta de Julio Hernández a de la O, Chalma, Estado de México, 6 de septiembre, 1912, UTEPL,
AGGO, MF 507, I.05.
97
posiblemente en Morelos o en el Estado de México, amenazando con incendiar casas
adinerada para sostener su movimiento armado. Pero, ante los ojos de las autoridades
la gente perjudicada por los revolucionarios, los zapatistas eran todos unos bandidos.
Los gobiernos de Madero, Huerta y Carranza, por ejemplo, fueron gobiernos que
clasificaron a los zapatistas como bandidos por los hurtos que cometían. De esta
manera, estos gobiernos deslegitimaban la lucha agraria de los zapatistas. 264 Además,
apenas en sus primeros 3 años de que la revolución había iniciado, ya 2 libros habían
surgido tratando el bandidaje de los zapatistas. El primero de ellos, escrito en 1912 por
Morelos. ¡Ayer como ahora! ¡1860 “Plateados”! ¡1911 “Zapatistas”! El otro libro surgió
un año después y fue escrito por Antonio D. Melgarejo, titulándolo Los crímenes del
bandidos, pero si se vieron como revolucionarios que se tomaban dinero y otros bienes
263 Oficio de Juan Tototzin al general Genovevo de la O, San Nicolás, 18 de abril de 1914, AGN, AGO,
caja 3, expediente 4, foja 48. Lamentablemente el oficio no señala el estado al que pertenece San
Nicolás. Los posibles lugares a los pudiera pertenecer San Nicolás son en Malinalco, en el Estado de
México, San Nicolás Coatepec en Tianguistenco, San Nicolás Tlazala en Capulhuac o San Nicolás
Galeana, estos tres últimos en Morelos.
264 Ibid., 332 y 338.
265 Lamberto Popoca y Palacios, Historia del bandalismo en el estado de Morelos. ¡Ayer como ahora!
¡1860 “Plateados”! ¡1911 “Zapatistas”! (México, D.F.: s.e. 1912); y Antonio D. Melgarejo, Los crímenes
del zapatismo (apuntes de un guerrillero) (México, D.F.: F. P. Rojas y CIA. 1913). La reputación como
zapatista de Antonio Melgarejo es debatible debido a la falta de evidencia histórica de su afiliación,
levantando sospecha al presentar una historia de zapatistas “salvajes” y bárbaros”.
98
Sin embargo, entre los zapatistas hubo bandidos que hurtaron solamente para
Esos bandidos constituyeron uno de los problemas más serios que enfrentó el Ejército
Libertador del Sur adentro de sus filas como afuera de ellas. Esos zapatistas que
fueron bandidos afectaron a los pueblos sin importar la condición social y económica de
sus víctimas.266 Esa fue la razón que ocasionó la desconfianza de los pacíficos ante
afirmaron que en un inicio los zapatistas solo hurtaron únicamente a los ricos,
tomándoles dinero y comodidades como armas y caballos. Por ejemplo, un oriundo del
Estado de México aseguró que los zapatistas saquearon en sus inicios en lugares en
donde había gobierno federal y no en cualquier pueblo. Mientras que otro testimonio
afirmó que no fue sino hasta que la revolución avanzó un poco más cuando los
Las acusaciones que los zapatistas enfrentaron por bandidaje surgieron casi
Chalco de las fuerzas federales notificó que zapatistas morelenses habían estado en
266 Al parecer, el bandidaje en la rebelión zapatista pudo ser más problemático y haber tomado
dimensiones más grandes de lo que hasta el momento han sostenido importantes historiadores de la
revolución. Parte de este desconocimiento del bandidaje durante la rebelión zapatista, o aventurarse a
tomar un riesgo en sostener un argumento, se debe quizá a que es un problema metodológico debido a
la falta de seguimiento de casos particulares de bandidos, a la inexistencia de evidencias o de denuncias
escritas en aquellos tiempos. Para conocer acerca de esta discusión véase Brunk, “The Sad Situation of
Civilians and Soldiers...”, 332 y 334.
267 Vergara, PHO/Z/1/1, 12.
99
Ayotzingo. Según el telegrama, los bandidos robaron ropa, armas, dinero, caballos y
cuanto objeto encontraron.268 Apenas tres días después de esta noticia, cerca de 40
denuncia anterior. El parte que enteró del hecho señaló que esos bandidos
continuarían sus atropellos por ese rumbo porque no había vigilancia, por lo que se
100
Por esos días, un empleado del gobierno federal escribió una reseña
mencionando que la propagación del zapatismo era “una mancha de aceite” que
describió a los zapatistas como unos bandidos que andaban en bandas organizadas,
satisfacían sus odios de raza, ofensas y despojos de tierras y aguas.270 Ya para 1912
los bandidos amenazaron al dueño de que si enteraba a las autoridades del robo
“manos libres”, que era el permiso concedido de sus jefes para robar en las casas del
pueblo después de un combate. El robo sería justificado para apoyar con los gastos de
la guerra. Un testigo de esa experiencia indicó el proceso: “tenía que venir el jefe de
cada grupo y decirme: -mire usted mi general, yo me conseguí, por ejemplo, diez mil
pesos. –La mitad déjemela aquí para el cuartel general, para yo darles a mis
muchachos sus haberes, la mitad es tuya y para tu gente”. Lo mismo pasó con la
270Reseña. México, D.F., 30 de octubre, 1911, AHGESRE, AEMEUA, legajo 375, expediente 21, foja 63.
271 Telegrama del jefe político Aurelio G. Aragón del Secretario General de Gobernación, Zumpango,
Estado de México, 22 de enero, 1912, AHEMe, CRM, volumen 5, expediente 23, foja 1.
101
manta, la cual era compartida.272 Posteriormente, este sistema de “manos libres” sería
orden y la disciplina en las filas zapatistas. Emplear el sistema de “manos libres” llegó a
ser motivo de maldición entre algunos zapatistas, pues tuvieron la creencia de que
obtuvieron dinero, ganado, alimentos y pasturas de las haciendas. Así los zapatistas se
beneficiaron para sus propios fines. Así por ejemplo, la hacienda de Oacalco, en
los zapatistas impusieron impuestos a los dueños de las plantaciones. Por ejemplo, en
272 Entrevista con Manuel Sosa Pavón, conducida por Eugenia Meyer, México, D.F., 27 de marzo, 5 de
abril, 9 y 17 de mayo, 1973, (RM), PHO/1/48, 173 y 174.
273 Vergara, PHO/Z/1/1, 16.
274 Alfonso Toussaint, Haciendas de Morelos (Cuernavaca: Instituto de Cultura de Morelos, 2010), 73.
275 Francisco Pineda Gómez, La irrupción Zapatista. 1911 (México, D.F.: Era, 1997), 88.
102
Sanz, escribieron a Higinio Gutiérrez que se encontraba en la hacienda. Le expresaron
sentir por los robos cometidos en ese lugar, aconsejándole tener buenos veladores. La
señora le solicitó evitar tener dinero y valores en el despacho, ya que los zapatistas
tenían espías en donde quiera y despertaban sus “malos instintos” al saber que había
dinero por robar.276 Ya para julio de 1914, se conoció que los zapatistas se
molino que tanto habían cuidado pasarían en ese agosto a manos de los zapatistas
sus victimas fueron personas de condición social y económica privilegiadas, las cuales
fueron afectadas durante el mayor tiempo que duró la revolución. Cabe señalar que
hubo otros que no legitimaron la autoridad zapatista y emitieron sus quejas semejantes
ante las autoridades del gobierno. Como ejemplos de quienes exigieron a los zapatistas
de trabajo que le habían recogido los zapatistas Mariano y Timoteo Sánchez. A cambio
276 Carta de Josefa Sanz de Solórzano y Antonio Castro Solórzano al señor Higinio Gutiérrez, s/l, 3 de
febrero, 1913, Área de Acervos Históricos de la Universidad Iberoamericana (citado como AAHUI),
Archivos Haciendas de Tlaxcala (a partir de aquí como AHT), libro 1.1.7.28, foja 466. Véase detalles de
la Hacienda del Moral en Ricardo Rendón Garcino, Dos haciendas pulqueras en Tlaxcala, 1857-1884
(Tlaxcala: Universidad Iberoamericana, Gobierno del Estado de Tlaxcala, 1990), 71-74.
277 María Eugenia Ponce Alcocer, “La administración de tres haciendas durante la Revolución”, en
Historia y Grafía 34 (2010): 75-107, en part., 81 y 82.
103
del corcel, los zapatistas le entregaron un penco manco. De la Serna expresó no estar
en contra de la causa zapatista, pues les había regalado con antelación 2 cargas de
maíz, 2 de cebada, y una diaria para forrajes y víveres. 278 Días después, De la Serna
Los años de 1912 y 1913 fueron percibidos más fácilmente en que los
castigos y a secuestros. Más aún, aparecieron reportes en que estos bandidos robaron
cambio de su rescate.280 Por esos días pero en Buenavista del Monte, Cuernavaca,
Mansanares, éste último dueño de 2 equinos. Los ladrones tomaron a los caballos,
burla que si de la O no podía montar a caballo ellos si lo hacían. 281 Al igual que este
hecho, otros zapatistas de Ahuatepec, Puebla, como Macario Rosas, Senobio Reyes,
278 Carta de Crispín de la Serna a de la O, Ocuilan, Estado de México, 3 de septiembre, 1912, UTEPL,
AGGO, MF 507, I.05.
279 Carta de Crispín de la Serna a de la O, Ocuilan, Estado de México, 19 de septiembre, 1912. UTEPL,
AGGO, Microficha, MF 507 I.05.
280 Comunicado al Secretario General del Gobierno del Estado de México, Chalco, Estado de México, 7
de octubre, 1912, AHEMe, CRM, volumen 8, expediente 7, foja 43.
281 Carta de Feliciano Duran a de la O, Buenavista del Monte, Cuernavaca, Morelos, 10 de octubre,
1912, UTEPL, AGGO, MF 507, I.06.
104
Isabel Belmontes, Agustin Balderas y Antonio Mota, robaron caballos de las casas y
Ocoyoacan, Estado de México, reportó que unos zapatistas andaban hurtando ceras y
limosnas de su parroquia.283
rehenes, atándolos, por los cuales pidieron rescate. Los pobladores quedaron
los pobladores amenazaron al general de la O con aceptar ayuda del gobierno federal y
formar su propio cuerpo de voluntarios armados para defender a su pueblo. 284 Aparte
en Mixcoac, Atizapán, Coyoacán, San Ángel y San Juan Azingo.285 Debido a esta
282 Carta de Atilano García a de la O, s/l, s/f. UTEPL, AGGO, MF 507, I.06.
283 Carta del párroco de Ocoyoacán al presbítero Rafael Favila Vargas, Ocoyoacan, Estado de México,
26 de noviembre, 1912, Archivo Histórico del Arzobispado de México, (a partir de aquí citado como
AHAM), Fondo Episcopal José Mora del Río (FEJMR), caja 064, expediente 054, foja 2.
284 Informe de la mayoría del vecindario de Acapantzingo al general Genovevo de la O, Acapantzingo,
Morelos, 26 de agosto, 1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 3, foja 3.
285 Ricardo Ávila Palafox, ¿Revolución en el Estado de México? (México, D.F.: INAH, Gobierno del
Estado de México, 1988), 226. Felipe Arturo Ávila Espinosa, Los orígenes del zapatismo (México, D.F.:
UNAM, El Colegio de México, 2001), 294 y 295. Laura O’Dogherty, “El Estado de México en la
Revolución, 1910-1917” en Historia General del Estado de México. 6 De la Revolución a 1990,
coordinado por Luis Jaime Sobrino (Zinacantepec: El Colegio Mexiquense, A.C., Gobierno del Estado de
México, 1998): 23-46, esp., 28.
105
Morelos, Guerrero y Michoacán, para cruzar sus fronteras para contener a los bandidos
y rebeldes.
los zapatistas. El zapatista Carlos Ynsástigue y sus soldados fueron denunciados por
octubre de 1914, el zapatista Jesús Casares llegó a asegurar que en algunos pueblos
abusaron de la fuerza porque les negaban alimentos. Casares se justificó diciendo que
no era justo que los hombres a su cargo los viera morir de hambre.287
señor llamado M. Ríos, fechado el 12 de mayo. El señor Ríos cuestionó a los zapatistas
diciendo que era “un grandísimo disparate” que algunos de sus delegados quisieran
imponer castigos severos a quienes sirvieron a Huerta y Porfirio Díaz, sin asombrarse
106
que sus generales, coroneles y oficiales cometían robos, crímenes y atropellos a
diario.288
comunidades y comerciantes. Otro factor influyó en acrecentar el bandidaje fue que los
sus casas de Cuernavaca. Pacheco pidió al general Zapata que se les devolvieran algo
que algunos zapatistas habían hurtado casas abiertas y cerradas de familias que las
habían abandonado al saber que soldados carrancistas se aproximaban al lugar. 291 Así
propiedad ante la amenaza de bandidos. Hubo quienes antes de abandonar sus casas,
encontraran.292
288 Oficio de M. Ríos a Roque González Garza, México, D.F., 12 de mayo, 1915, UP, AGRGG, carpeta
16, foja (documento) 297.
289 Cabe mencionar que historiadores han reiterado que el bandidaje cobró fuerza a partir de la segunda
mitad de 1915 y 1916. Brunk, “The Sad Situation of Civilians and Soldiers...”, 343. Ávila, “El zapatismo,
una visión desde abajo y desde dentro”, 252 y 254.
290 Oficio del genera Francisco Pacheco al general Emiliano Zapata, Cuentepec, Morelos, 28 de marzo,
1916, AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 67, foja 10.
291 Oficio del general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 30 de marzo, 1916, AHUNAM, FGMC, caja
70, expediente 9, foja 75. Documento sin nombre de destinatario.
292 Rafael Pozos Acatitla “Ayotzingo durante la Revolución”, en Mi pueblo durante la revolución 1
(México, D.F.: INAH, 1985): 65-71, 67.
107
El hambre volvió a ser motivo de robos. En septiembre de 1917, Espiridion
oficina quejas de los labradores del lugar quienes aseguraron les estaban cortando
frutos tiernos a sus cosechas. El regidor denunció el caso al jefe del departamento de
cuidaran sus siembras.293 Vale señalar que al menos en este caso no se describe si los
otros sitios.295 De acuerdo con la versión del zapatista Gildardo Magaña Cerda, entre
1918 y 1919, las fuerzas del general Pablo González saquearon pueblos, ciudades y
1919, los zapatistas continuaron sus esfuerzos en contra del bandidaje. Un mes
293 Carta del regidor primero Espiridion Hernández al jefe encargado del Departamento de Gobernación,
Jojutla, Morelos, 1 de septiembre, 1917, AGN, FEZ, caja 14, expediente 7, foja 2.
294 El historiador Salvador Rueda Smithers aseguró que el bandidaje no existió entre 1915 y 1917,
cuando los zapatistas controlaron Morelos, México y el Distrito Federal, pero que volvió a manifestarse a
falta de alimentos y el control carrancista entre 1917 y 1919. Rueda, “La zona armada de Genovevo de la
O”, 42.
295 Oficio del presidente municipal al secretario general de gobierno del Estado de México, Villa Nicolás
Romero, Estado de México, 4 de junio, 1917, AHEMe, CRM, volumen 12, expediente 36, foja 11.
296 Gildardo Magaña, Emiliano Zapata y el agrarismo en México. T. 1 (México, D.F.: INEHRM, 1985), 24.
108
después de la tragedia, el Cuartel General publicó un manifiesto en que imponía
atentado en caminos y poblados.297 Aún en enero de 1920 se supo que unos zapatistas
habían robado una vaca, unas mulas y otros objetos en Ecatzingo, cerca del
muy pocos zapatistas que ostentaban escaso poder militar, presumiblemente pasando
inadvertidos en las montañas. En este sentido, estos zapatistas no tenían más poder
Los generales zapatistas y el Cuartel General del Ejército Libertador del Sur
supieron la existencia del bandidaje en sus filas. Los zapatistas implementaron una
brindar una imagen pública aceptable. La razón obedeció principalmente porque los
zapatista inició desde los primeros años de la revolución y un parte emitido consistió en
algo muy sencillo: negar que los zapatistas eran bandidos. El 18 de junio de 1912, el
297 Manifiesto, Tlaltizapán, Morelos, 17 de mayo, 1919, AHUNAM, FGMC, caja 70, expediente 11, foja
112.
298 Informe de Emigdio Rosales al Gobernador del Estado de México, Ecatzingo, Estado de México, 28
de enero, 1920, AHEMe, CRM, volumen 13, expediente 21, foja 1.
109
Morelos, esclareció a través de un manifiesto que el gobierno federal los trataba de
injustamente, como lo hace el gobierno traidor”. 299 Los generales zapatistas supieron
A la misma vez, Zapata y otros jefes del movimiento trataron de controlar a los
miembros. Otros ordenamientos fueron pagar a las tropas a cambio de sus servicios
órdenes que fueron publicadas para dar un carácter oficial. Por ejemplo, en 1913
aparecieron unas instrucciones emitidas por el general Zapata para disciplinar a sus
“Instrucciones a que deberán sujetarse los jefes y oficiales del Ejército Libertador del
autoridades municipales serían las encargadas de hacer dicha recolección entre los
110
haciendas para alimentar a las tropas cuando fuera necesario. Igualmente, los pueblos
serían los guardianes del orden estricto en su entorno, y no se les debía exigir
dinero.301
debía comportarse con orden al entrar a las poblaciones y dar garantías a las vidas e
circularon entre sus tropas las listas que indicaron las marcas de ganado a consumir.
identificadas las marcas del ganado de las haciendas de San Vicente, Temisco,
Atlacomulco, del Puente, Chiconcua, Miacatlán y el ganado de José Díaz. 304 El objetivo
fue que los zapatistas comieran carne del ganado señalado y no perjudicar ninguna res
Para 1914 Zapata daría a conocer un manifiesto para que sus tropas se
301 Instrucciones a que deberán sujetarse los jefes y oficiales del Ejército Libertador del Sur y Centro de
la República, Campamento revolucionario en Morelos, 4 de junio, 1913, AGN, AGO, caja 19, expediente
7, foja 12. [Documento en línea]; disponible en www.bibliotecas.tv/zapata/1913/z04jun13.html; internet;
accesado en enero de 2014.
302 Instrucciones a que deberán sujetarse los jefes y oficiales del Ejército Libertador del Sur y Centro,
Campamento Revolucionario en Morelos, 28 de julio, 1913, AGN, AGO, caja 19, expediente 7, foja 13.
[Documento en línea]; disponible en www.bibliotecas.tv/zapata/1913/z28jul13.html; internet; accesado en
enero de 2014.
303 Carta de Ángel Barrios al general Genovevo de la O, Campamento revolucionario del Estado de
México, 19 de agosto, 1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 3, foja 17.
304 “Marcas y fierros de Haciendas de Morelos,” UTEPL, AGGO, MF 507, I.07.
111
depredaciones. El manifiesto puntualizó que los zapatistas debían garantizar el respeto
comportamiento recto, lo que les valió que algunos periódicos mencionaran su actitud.
que apareció también en El Paso Morning Times, en Texas. La nota enfatizó que antes
esperaba tener noticias de saqueos por los revolucionarios. Sin embargo, nada de eso
ocurrió para sorpresa de los habitantes. Lo que si provocó en ellos fue una “impresión
muy honda y agradable”, haciéndolos pensar que eran calumnias las atrocidades
se dispersó de los jefes a los subalternos. Uno de ellos al escuchar la orden recapacitó
y estuvo de acuerdo justificándola para evitar abusos. Las palabras de aquel testigo
fueron: “a mi me parece muy bien por que eso no es de mi caracter […] porque tambien
305 Manifiesto del general Emiliano Zapata, Yautepec, Morelos, 14 de julio, 1914, AGN, Fondo Alfredo
Robles Domínguez (desde aquí como FARD), caja 6, tomo 12, expediente 34 A, foja 1.
306 “La entrada de Zapata a la Capital de la Republica”, La Convención, 17 de diciembre, 1914.
307 Carta de Refugio a de la O, s/l, s/f. UTEPL, AGGO, MF 507, I.01.
112
entrega de haberes a través del Cuartel General y del gobierno de la Convención.308
Esto se realizó de manera temporal después de que el gobierno de huerta había sido
derrotado hasta el momento en que los zapatistas ya no pudieran sostener ese gasto
debido a la guerra en contra los carrancistas. Es prudente señalar que aún durante este
tiempo fue difícil que el dinero o las retribuciones en especie se repartieran a todos los
Ejército Libertador destinó un pago mensual al Estado Mayor y escolta del General
Eufemio Zapata. El pago fue por 35,000 pesos. La cantidad quedó distribuida en pagos
por 564.50 pesos, a un coronel por 375 pesos, a un teniente coronel por 300 pesos.
Igualmente, otros pagos menores fueron repartidos para capitán primero, capitán
segundo, teniente, subteniente, sargento primero y soldado, quien era el que ganaba
menos obteniendo apenas 60 pesos. Además de estos pagos realizados, había dinero
308 Laura Espejel López, “Las heridas de guerra del Ejército Libertador del Centro-Sur de la República
Mexicana”, en Zapatismo: origen e historia (México, D.F.: INEHRM, 2009): 265-283, en esp., 276. Y “El
Cuartel General: órgano rector de la revolución zapatista. 1914 y 1915”, en Morelos: cinco siglos de
historia regional, coordinado por Horacio Crespo (México, D.F.: Centro de Estudios Históricos del
Agrarismo en México, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, 1984): 251-260, en esp., 254 y 255.
309 Recibo de la Pagaduría General del Ejército Libertador, Cuartel General de Chinameca, Morelos, 1
de abril, 1916, AGN, Fondo Colección Revolución (citado como FCR), caja 3, expediente 27, foja 6.
113
con un salvoconducto un macho que amansaba porque los revolucionarios se lo
querían llevar cada que pasaban. El campesino denotó que a los revolucionarios no les
importaba que él ya les hubiera regalado pasturas para sus bestias. El equino era lo
única propiedad que tenía, con el que acarreaba paja a los arrieros, y así mantenía a
Las medidas más severas para aniquilar el bandidaje fueron las penas y
castigos. Estas medias también se dieron casi desde el inicio de la revolución. Esto
ocurrió debido a la frecuencia de los robos y a que los zapatistas ya tenían una idea
Morelos, para asesinar a cualquier bandido que ahí entrara. En caso de no asesinar al
bandido, lo podían remitir al Cuartel para ahí ser juzgado. El mensaje fue claro, el
pueblo tenía el poder para asesinar o capturar a todo aquel armado que robara,
México, la cual ya se encontraba desierta por tanto abuso. El general Zapata pidió al
310 Carta de Santiago García a de la O, s/l, s/f. UTEPL, AGGO, MF 507, I.01.
311 Carta del general en jefe de las fuerzas insurgentes que operan en el Estado de México al presidente
municipal de Miacatlán, Miacatlán, Morelos, 26 de febrero, 1913, AGN, AGO, caja 1, expediente 5, foja
49.
114
fuego. Si no procedía, el general Zapata le pidió aprehenderlo y remitirlo al Cuartel
bandidaje y los protegiera de ataques del gobierno federal. 313 Más adelante, en mayo
de 1916, el general Zapata autorizó a algunos pueblos para que hicieran veintenas y
rondas en pueblos y caminos para evitar robos. Les pidió remitir a cualquier delincuente
También entre las quejas contra zapatistas, es preciso remarcar, que hubo
1918, el general Everardo González manifestó que habían acusado sus soldados de
había sido una acusación injustificada con la que lo querían desprestigiar. 314
Obviamente, por falta de más pruebas es difícil asegurar que el general estuvo en lo
cierto, o que encubrió los abusos de sus soldados que posiblemente seguían sus
312 Oficio al general Emiliano Zapata al general Luciano Solís, Tlaltizapán Morelos, 25 de enero, 1916,
AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 17, foja 63.
313 Carta de Facundo Torres a de la O, Malinalco, Estado de México, 4 de septiembre, 1912, UTEPL,
AGGO, MF 507, I.01
314 Oficio del general Everardo González al general Emiliano Zapata, Tlayacapam, Morelos, 24 de
febrero, 1918, Universidad Nacional Autónoma de México (a partir de aquí citado como UNAM),
Biblioteca Nacional, Fondo Reservado (citado como FRUNAM), Archivo Álvaro Obregón, caja 4,
expediente (carpeta) 3, foja 1, clasificación AOB 923.172 OBR.a
115
Es importante mencionar que los zapatistas no fueron los únicos en sancionar y
capturar a los bandidos, o vigilar y mantener la seguridad, pues los soldados del
gobierno hicieron lo propio. Los soldados del gobierno llegaron incluso a detener a
quienes disfrutaban del botín hurtado por zapatistas. Como ejemplo de esto, en
septiembre de 1912, las fuerzas federales del Estado de México detuvieron a Jesús
poder azúcar y otros productos que habían saqueado los zapatistas en las haciendas
Camilo Martínez fue capturado por saqueos y asesinatos, en Chapa de Mota, Estado
de México.316
también a las autoridades del gobierno. En agosto de 1916, el señor José Félix Pliego y
García acusó a unos zapatistas ante el gobernador del Estado de México por robarle
Buenavista, San Juan Tilapa, Ocotitlán, Santa Cruz, San Mateo y Tlacotepec.317
116
3.5 CONCLUSIONES
viera afectada con la carencia de ropa y alimentos, y con la inseguridad que dio paso al
bandidaje. Zapatistas y pacíficos vivieron una relación de apoyo mutuo para satisfacer
bandidos afectaron la economía familiar hurtando las propiedades de las gentes sin
los pueblos llegaron a apoyar más fácilmente a los zapatistas. Las haciendas tuvieron
que aportar recursos como dinero, armas, alimento y forrajes de manera forzada hasta
verse afectadas. En tanto que los pacíficos, con el paso de los acontecimientos, fueron
Huerta emprendieron en los pueblos para atacar a los zapatistas y pacíficos. La idea de
los ataques fue agotar los recursos alimenticios que sirvieran a los revolucionarios.
Esos estragos ocasionados surtieron efecto en los siguientes dos años en donde el
Huerta, los zapatistas tomaron control y poder en algunas ciudades y pueblos tratando
Entre 1916 y 1918, el hambre fue más severa a causa de que los carrancistas
tomaron bajo su poder territorio que antes había estado a cargo de los zapatistas. Los
117
carrancistas emplearon una campaña antizapatista que afectó a los pueblos, y como
los precios elevados, la falta de animales para sembrar y el estiaje impidieron que la
comida abundara. En los peores y más triste momentos en que abundó el hambre, las
brindar y carnes que no acostumbraban en tiempos de paz. Es posible que entre 1919
anteriores.
zapatistas, llegaron a implementar varias medidas para solventar esta carencia. Entre
se hicieron más evidentes entre 1914 y 1916. La razón se debió a los estragos que
había causado la campaña huertista en contra de los zapatistas y a que estos últimos
Momento aprovechado por las gentes para hacerles llegar sus necesidades.
individuos optaron por satisfacer sus necesidades optando por el bandidaje. Hubo
118
zapatistas que fueron bandidos, lo que ocasionó un problema serio de legitimación de
emplearon el sistema “manos libres” para obtener recursos. Sin embargo, no duraron
mucho tiempo llevando a cabo este sistema para no desvirtuar su movimiento armado.
principalmente entre 1912 y 1916. Antes de 1912, en su mayoría los hurtos pudieron
causa revolucionaria. Pero entre 1912 y 1916, los zapatistas que eran bandidos
pobres, e incluso llegando a aplicar los secuestros para obtener más dinero. Esa
cuerpos de seguridad para protegerse a ellos mismos. Por juzgar de las evidencias,
1915 fue un año en que disminuyó las denuncias de bandidaje, probablemente porque
en las regiones los zapatistas hicieron valer la seguridad a través de sus gobiernos y
medidas disciplinarias.
Algunas de las medidas de los zapatistas para controlar el bandidaje fueron crear una
119
carrancistas, al cada vez más débil y menos numeroso ejército zapatista, al control
120
CAPÍTULO 4
Este capítulo sostiene que la revolución forzó a las mujeres a encarar una vida
México y pueblos en el sur del Distrito Federal. Estas mujeres, sin distinción civil, social
abandonadas y desamparadas.
1910 y 1920, esa transformación fue desigual durante todos estos años.318 Han sido
varios los historiadores que han tratado a las mujeres entre los zapatistas, pero a
318 Las principales investigaciones que estudian a las mujeres zapatistas son Gabriela Cano, “Gertrude
Duby y la historia de las mujeres zapatistas de la Revolución Mexicana,” Estudios Sociológicos no. 83,
vol. XXVIII, (Mayo-Agosto 2010): 579-597; “La íntima felicidad del coronel Robles,” Equis 14 (Junio
1999): 25-34; y “El Coronel Robles: una combatiente zapatista,” Fem 64 (Abril 1988): 22-24; Ana Lau
Jaiven, “Las mujeres en la Revolución Mexicana. Un punto de vista historiográfico,” Secuencia 33
(Septiembre-Diciembre 1995): 85-102; María del Pilar Iracheta Cenecorta, “Luz y sombra: las mujeres y
la Revolución Mexicana en el Estado de México,” Sólo Historia 8 (Abril-Junio 2000): 34-40; y, Olga
Cárdenas Trueba, “Amelia Robles y la Revolución zapatista en Guerrero,” en Estudios sobre el
Zapatismo, coord. Laura Espejel López (México, D.F.: INAH, 2000): 303-319. Otros trabajos más
generales porque abordan a las mujeres en la revolución, y que por lo tanto tratan a las zapatistas en
menor escala, aparecen Andrés Reséndez Fuentes, “Battleground Women: Soldaderas and Female
Soldiers in the Mexican Revolution”, en The Americas 51, No. 4 (Abril 1995): 525- 553; Anna Macias,
“Women and the Mexican Revolution, 1910-1920,” The Americas 37, no. 1 (Julio 1980): 71; y, Elena
Poniatowska, Las Soldaderas. Women of the Mexican Revolution (El Paso: Cinco Puntos Press, 2006).
121
vida de las mujeres comunes y corrientes durante la rebelión zapatista. Esta pesquisa
el inicio y los primeros meses de la rebelión campesina, juzgando por las evidencias
motivado a sus familiares rebeldes a defender una causa justa hasta en tiempos en que
que por esos tiempos la mayoría de las mujeres pertenecieron a pueblos y ciudades.
Fue desde sus propios hogares en que “las mujeres zapatistas estuvieron mucho mejor
preparadas para suministrar a las tropas y tuvieron más acceso a provisiones”. 319
cambio fue más visible en 1912, cuando ellas abandonaron sus casas en los pueblos
debido a los ataques que los ejércitos del gobierno emprendieron en contra de los
Flores viuda de B., una mujer que vivió esa experiencia, rememoró: “teníamos que
122
días y luego ya nos iban a corretear y así andábamos por los montes, […] sólo Dios
[sabe] por dónde anduvimos”.320 Otra mujer que huyó al monte, atemorizada por un
México, quien allí dió a luz.321 Al igual que ella, otras pudieron haber hecho lo mismo en
Las mujeres también se refugiaron en lugares naturales como las cuevas. Una
Andábamos por el cerro en un lugar que se llama Tepenejitla, allá andábamos por
el cerro, no sabíamos porque andábamos ni tan lejos, ni porque, nos andábamos
escondiendo, me acuerdo de mi abuelito, de una cueva grande y en esa cueva nos
fueron a meter. Arriba de esa cueva era como un llanito, estaba bien en el cerrito y
dentro de la cueva oíamos que andaban los caballos de los soldados arriba.322
En otra vivencia, Leonor Alfaro, esposa del general zapatista Maurilio Mejía,
sobrino de Zapata, anduvo con él en montes, cuevas y otros sitios durante siete años.
Alfaro siguió a su esposo adonde fuera a menos de que hubiera estado escondido del
enemigo. Su esposo le advirtió no seguirlo porque en el campo ella sufriría mucho. Ella
320 Entrevista con Juliana Flores viuda de B., conducida por Laura Espejel, Santo Tomás Ajusco, D.F., 3
de noviembre, 1973, PHO/Z/1/19, 19. Una pacífica de Morelos también huyó al cerro en busca de una
cueva o barranca pudiéndose apreciar en Castillo, PHO/Z/1/112, 22.
321 Entrevista con Celsa González Pérez, conducida por Salvador Rueda y Laura Espejel, Tenango del
Aire, Estado de México, 13 de octubre, 1974, PHO/Z/1/71, 9.
322 Elizabeth Silva Cruz, “La vida cotidiana del Zapatismo en la 1ra. Zona de guerra: Huautla, Morelos
1910-1919” (tesis de licenciatura, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2003), 33.
323 Entrevista con Leonor Alfaro viuda de Mejía, conducida por Ximena Sepúlveda y María Isabel Souza,
Cuautla, Morelos, 31 de agosto, 1973, PHO/1/100, 14.
123
Al igual que Alfaro, otras mujeres anduvieron con ellos “vagando cada quien por su
esos nuevos hogares. Estos campamentos representaron una vida de peligros. Irene
Copado, oriunda Santiago Temoaya, Estado de México, vivió en esos lugares en donde
ahí permanecía en compañía de otras mujeres cuando los rebeldes salían a pelear. Al
quedarse, las mujeres fueron presa del enemigo o de cualquier extraño que pudiera
delatarlos. Por ejemplo, los mismos comerciantes llegaron hasta el monte vendiendo
sal, café, chile, jabón, azúcar y cigarros.326 Por un testimonio se conoce que un día
jabón, chiles y víveres, para después retirarse. Horas después, entre las 4 y 6 de
llevándose algunas pertenencias. A una de las mujeres le alcanzó el tiempo para poder
esconder trastos, petates y cazuelas antes de escapar. De ahí salieron a caballo con
124
rumbo a un cerro, y desde lo alto observaron que su campamento había sido tomado
por el enemigo.327
Ilustración 4.1: Campamento zapatista. Con dificultad se puede percibir a una mujer
sentada junto con dos niños en la entrada de la choza. Archivo
Casasola, “Zapatistas y periodistas en un campamento,” 1912, Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH). © (5931)
CONACULTA.INAH.SINAFO.FN.MÉXICO.
supervisar a otras esposas y mujeres jóvenes para que trabajaran. Una de las ordenes
327 Entrevista con Irene Copado viuda de Reyes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel,
Tizapan, D.F., 14 y 18 de agosto, 1973, PHO/Z/1/10, 18 y 19. La informante no recordó lugar ni fecha de
la anécdota.
125
de ella fue: “pongan nixcómil, hagan tortillas, denle a sus señores”. 328 Las mujeres
fueron fundamentales para ayudar a los revolucionarios, pues como aseguró una
testigo “no había gente que les hiciera de comer […] [pues] no sabían hacer nada”. 329
También, las señoras atendieron a sus criaturas, algunas con 3 o 4 hijos. 330 Las niñas
de alimentos.
328 Entrevista con Alberta Galindo Mantilla, conducida por Alicia Olivera, Tenango del Valle, Estado de
México, 13 de octubre, 1974, PHO/Z/1/69, 7.
329 Copado, PHO/Z/1/10, 18.
330 Ibid., 9.
126
Las mujeres contribuyeron en la rebelión zapatista llevando a cabo múltiples
domésticos, de carga y de corral. Sin embargo, la guerra ocasionó que otras de ellas
durante los primeros años, entre 1911 y 1915, aproximadamente. Es el periodo en que
los zapatistas combatieron en contra de Madero y Huerta. Durante esos años los
Las mujeres de los pueblos y sus familias vivieron represiones entre 1916 y 1919,
participación. Al mismo tiempo, muchas de ellas y sus familias rompieron vínculos con
127
Uno de los hechos más importantes que menguo la cooperación femenina
decreto fue claro, preciso y contundente: aquel que prestara directa o indirectamente
servicios al zapatismo sería pasado por las armas. También serían castigados quienes
anduvieran cercas de las vías férreas sin poseer salvoconductos ni brindar una
últimos años de la revolución obedeció a las condiciones desgastantes que tenían los
Soto y Gama, la ofensiva carrancistas en contra de los zapatistas entre 1918 y 1919
fue “feroz”. Los carrancistas estaban más fuertes debido a su control del territorio
nacional, a sus riquezas, al apoyo de los Estados Unidos, y tener más y mejor
organización militar. Mientras que los zapatistas tenían pocas armas y sufrido derrotas,
Las zapatistas que tomaron las armas fueron quienes más cambiaron sus
331 Decreto expedido por el general Pablo González, Cuernavaca, Morelos, 11 de noviembre, 1916,
AHA, FAN, caja 23, expediente 269, foja 62. Véase también en AHEMe, CRM, volumen 1, expediente
16, fojas 3 al 6.
332 Antonio Díaz Soto y Gama, La Revolución Agraria del Sur y Emiliano Zapata, su caudillo (México,
D.F.: s/e, 1960), 227 y 228.
128
que tomaron las armas y pelearon obtuvieron el grado de coronelas, ganando
autoridad, siendo estrategas y teniendo bajo su mando a hombres, lo que rompía con
las implicaciones patriarcales. Las mujeres que tomaron las armas asumieron una
condición de igualdad con los hombres y no tuvieron más derechos o privilegios que
ellos, tal y “como si fueran cualquier soldado”, como testificó alguien.333 Entre las más
conocidas fueron Rosa Mójica Bobadilla de Casas, Carmen Amelia Robles Ávila, María
las armas para vengar a su esposo Pedro Casas, asesinado por soldados federales. Se
conoció por un informante que Mójica contó con la protección de su hijo mayor llamado
Pedro, y a ella la obedecían sus subalternos porque imponía disciplina.334 Sus acciones
brigada del general Francisco Pacheco. De acuerdo con un testigo de Tepepan, Mójica
montaba a caballo igual que un hombre y sin miedo entraba en combate. 335 Otro
informante atestiguó que de ella “se contaban miles de crímenes”. 336 A Mójica se le
apoyó a Jesús H. Salgado, Heliodoro Castillo y Encarnación Díaz. Entre las acciones
333 Entrevista con Gregorio Godoy García, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel,
Xochimilco, D.F., 29 de julio, 1973, PHO/Z/1/6, 14.
334 Entrevista con Juan Olivera López, conducida por Eugenia Meyer, México, D.F., 23 de noviembre y 5
de diciembre, 1972, PHO/Z/1/28, 32 y 33.
335 Entrevista con Mauricio Garduño, conducida por Laura Espejel, Xochimilco, D.F., 27 de julio, 1973,
PHO/Z/1/4, 11.
336 Gustavo G. Velázquez, Toluca de Ayer. Tomo II (México, D.F.: Biblioteca Enciclopédica del Estado
de México, 1972), 96.
129
de guerra más importantes de Robles se encuentra su participación en la Toma de
Victoriano Huerta y la expansión del zapatismo en Guerrero. Otra rebelde fue María
describió como una “güerita” de trenzas que había recibido un balazo en la pierna
estando en combate.337 Otro informante la definió como una “guapísima amazona” que
estuvo a las órdenes del general Francisco Mendoza Palma. Un testigo la describió
como una mujer que vistió como un hombre aunque conservando sus trenzas.339
que fue aterradora y escalofriante. Aquel recuerdo fue el siguiente: “ella y sus
compañeros nada podían oír mas que el castañeteo de sus dientes y ruido nervioso de
sus espuelas. Mientras ellos esperaban que el enemigo se aproximara, ellos trataron
de pasar saliva, pero encontraron que ésta no fluiría. Otros fueron avergonzados por su
incontinencia”.340
337 Entrevista con Félix Vázquez Jiménez, conducida por Laura Espejel, San Juan Ixtayopan, Tlahuac,
D.F., 10 de agosto, 1973, PHO/Z/1/9, 22.
338 Joaquín Páez López, Entrada triunfal de Emiliano Zapata a Cuernavaca. 26 de mayo de 1911
(Cuernavaca: Cuadernos Históricos Morelenses, 1999), 3.
339 Rocío Gómez, “The Participation of Colonel Maria de la Luz Espinoza Barrera in the Mexican
Revolution,” Documentación y Estudios de Mujeres, A.C. (DEMAC),
http://www.demac.cead.org.mx/en/content/
participation-colonel-maria-luz-espinoza-barrera-mexican-revolution (accesado el 10 de octubre, 2013).
340 Macias, “Women and the Mexican Revolution, 1910-1920”, 74 y 75.
130
Y la última de las rebeldes mencionadas, María Bello de Iriarte, conocida como
Sol, en noviembre de 1914, la describió joven, sin facciones de raza indígena y “vestida
sin elegancia, pero con decencia”. Ahí el general Iriarte expresó que su esposa lo había
Ilustración 4.3: “Entre los zapatistas,” El Sol, 27 de noviembre, 1914. En tres fotografías
apareció la generala María Bello de Iriarte: en una con su Estado Mayor,
en otra con su esposo y en la última ella sola, sonriente y con pistola en
mano.
131
Aparte de estas mujeres rebeldes ya comentadas, existieron otras que tomaron
las armas como zapatistas pero que son menos conocidas, como las coronelas Celia y
Méndez, quien peleó desde Las Balsas hasta Cuautitlán, en el Estado de México. Por
último en este apartado de mujeres rebeldes vale mencionar que en Morelos hubo
En Puente de Ixtla las viudas, esposas, hijas, y hermanas de los rebeldes formaron
su propio batallón y se revelaron ‘para vengar a los muertos.’ Bajo el mandato de
una fornida ex-tortillera llamada La China, ellas atacaron salvajemente por el distrito
de Tetecala. Algunas en harapos, algunas en sus mejores galas robadas, vistiendo
medias de ceda y vestidos, huaraches, sombreros de palma, y cinturones con
armas.342
conocimiento casi exclusivo de ellos, para que se defendieran también por ellas
mismas ante los peligros. A Irene Copado la instruyó su esposo a disparar la pistola.343
Este aprendizaje, a la vez, pudiera ser entendido una actitud asumida por las mujeres
para adquirir conocimientos y control que era más propio del rol desempeñado por los
hombres.
Otro grupo de mujeres zapatistas, más numeroso que las rebeldes, fue el de
342 John Womack Jr., Zapata and the Mexican Revolution (New York: Vintage Book, 1969), 170. La
traducción es del autor.
343 Copado, PHO/Z/1/10, 18.
132
revolución. La “típica” soldadera zapatista se aprecia en fotografías que la muestran
usando una falda larga, blusa, rebozo y huaraches, cargando canastas y otras
Ilustración 4.4: Mujeres con canastas. Archivo Casasola, “Mujeres con canasta
caminando al paso de tropas zapatistas,” 1914, Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH). © (641865)
CONACULTA.INAH.SINAFO.FN.MÉXICO.
344 Heriberto Frías, “Los heroísmos de la Soldadera,” El Demócrata Mexicano, 23 de abril, 1911.
133
lo expresó otro testigo, cuando se refirió a las soldaderas como aquellas que tenían “la
dichas actividades participaron no solamente las soldaderas sino también las pacíficas.
momentos debido a que los alimentos escasearon, a las sequías que imperaron, a la
de la O, pedía alimentos a las mujeres que vivían a las orillas de los pueblos para
importante mencionar que esos años fueron de lucha constante de los zapatistas. En
un dato más al respecto del abastecimiento de alimentos, el Ejército Libertador del Sur
llegó a expedir vales a las mujeres que los abastecieron con alimentos. Esos vales
134
durante el tiempo en que estuvo el gobierno de la convención. Ese fue el tiempo en que
Huerta había sido derrotado. Uno de los vales a los que se hace referencia, quedó
escrito: “bale por la suma de s 5o, Sincuenta comidas, que dio la senora ,,,,,,,, Catalina
este resibo”.348
actividad de alto riesgo porque el enemigo podía interceptar las cartas. Algunas
las faldas”.349 Si los soldados del gobierno las descubrían, las capturaban. Un testigo
refirió que no cualquiera podía ser mensajera, ya que ellas no temían ser detenidas o
348 Vale por concepto de comidas firmado por el coronel Amado G. Zarza, s/l, s/f, AGN, AGO, caja 10,
expediente 1, foja 55.
349 Cano, “Gertrude Duby y la historia de las mujeres zapatistas de la Revolución Mexicana”, 589.
350 Entrevista con Miguel Cabrera Rojas, conducida por Laura Espejel y Salvador Rueda, Tlaquiltenango,
Morelos, 22 de febrero, 1975, PHO/Z/1/93, 25.
351 Telegrama del coronel Julián González a Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 26 de enero,
1914, AGN, AGO, caja 3, expediente 1, foja 29.
135
Además de cartas, algunas mujeres distribuyeron armas y municiones a los
noticia al respecto fue dada a conocer por El Imparcial en febrero de 1912. El periódico
publicó que unas mujeres habían dotado de cartuchos, dinero y víveres a los zapatistas
1913, Ángel Barrios, inspector general del Ejército Libertador del Sur, pidió al general
de la O que consiguiera parque a través de las mujeres que podían entrar y salir con
libertad en Cuernavaca y en otras poblaciones que eran ocupadas por las fuerzas
huertistas.353
que un inspector de la policía había venido observando que “mujeres del bajo pueblo”
de Morelos hacían lo posible para “entrar en relaciones amorosas con los soldados,
persiguiendo la mira de recabar de ellos ciertos datos” que pudieran servir a los
zapatistas.354 El policía expresó que eso no representaba peligro para las autoridades
federales ya que los jefes del ejército, y no lo soldados, eran los únicos que sabían de
las maniobras militares. De haber ocurrido este tipo de espionaje, es probable que se
haya presentado de manera esporádica y poco frecuente por el riesgo que implicó para
352 “70 chozas fueron incendiadas, iniciándose la guerra de exterminio contra los zapatistas,” El
Imparcial, 17 de febrero, 1912.
353 Carta de Ángel Barrios al general Genovevo de la O, Campo revolucionario en el Estado de México,
18 de octubre, 1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 5, foja 44.
354 “Las mujeres zapatistas ministran parque a sus hombres,” El País, 26 de mayo, 1913.
136
El espionaje fue una actividad de la que todos tuvieron precaución. Los mismos
trabajaran como espías para sus enemigos. Por instancia, en 1916 alguien de apellido
Ornelas avisó al general Zapata que desconfiara de Guadalupe Pavón, una señora
mujer había sido maderista, y luego policía, en el gobierno de Huerta. Ornelas le sugirió
al general ser precavido porque la señora era “capaz de vender sus servicios al
diablo”.355
Aurora y María de Jesús León Fajardo, de Sultepec, Estado de México, ambas bajo las
órdenes del general de la O. María de Jesús apoyó a los zapatistas de 1913 a 1915,
acomodando el parque.356 Así como ellas, hubo otras mujeres que apoyaron en varias
actividades como fue el caso de Ventura García viuda de Colima, de Yautepec. Ventura
García fue una de las primeras afiliadas al Ejército Libertador del Sur, siendo
355 Carta de [Ifimero] Ornelas al general Emiliano Zapata, Cuernavaca, Morelos, marzo, 1916, AHUNAM,
FGMC, caja 74, expediente 28, foja 110.
356 “Adelitas y coronelas,” Epopeya Mexiquense del Bicentenario 6, 2010, 20.
357 “Heroínas revolucionarias: Sra. Ventura García Vda. de Colima,” El Campesino, 1 de noviembre,
1949.
137
Federico L. Chacón, había aprehendido a dos mujeres en la plaza del mercado de
relacionada con esta nota, el mismo periódico sacó una nota más titulada “Las mujeres
zapatistas ministran parque a sus hombres”. El País comentó que el policía Chacón
había descubierto a las mujeres cargando el parque al haber observado que sus
de 22 años en Tepalcingo, Morelos, sacando a las mujeres de sus casas con maltratos
testigo afirmó que ninguno de los soldados se compadeció en ayudar a las mujeres que
cargaban niños y pertenencias. Más allá de eso, los soldados las amenazaron con
enviarlas en tren a Quintana Roo para que jamás volvieran a ver a sus familiares. 360
dice: “También tengo que mandar, las mujeres correlonas, esas no han de parar hasta
acuerdo con Sergio Valverde en Apuntes para la historia de la Revolución, llegaron 200
138
morelenses prisioneros a la Ciudad de México vinculados a los zapatistas. Entre ellos
sobrinas del general Zapata. Una de ellas fue Virginia Ramos Mejía, aprehendida en
propagandista en contra de las autoridades federales. La nota del periódico refirió que
posteriormente comparecer junto con Virginia Ramos ante el tribunal militar para decidir
sobre su muerte.364
Dominga Vargas, Jacinta Cruz, María Jesús Vargas, Teófila Vargas, Guadalupe
Jiménez, Epigmenia Batalla y María Resendis. Ellas quedaron recluidas en una cárcel
los zapatistas. Además de eso, a ellas les atribuyeron ser espías y mensajeras que
362 Sergio Valverde, Apuntes para la historia de la revolución y de la política en el estado de Morelos,
desde la muerte del Gobernador Alarcón, pronunciamientos de los Grales. Pablo Torres Burgos y
Emiliano Zapata mártires, hasta la restauración de la reacción por Vicente Estrada Cajigal impostor
(México, D.F.: s.e., 1933), 9 y 116. Gildardo Magaña, Emiliano Zapata y el agrarismo en México. T. III.
(México, D.F.: SEP, 1946), 223.
363 “Virginia Ramos, sobrina del Atila del Sur, presa,” La Discusión, 13 de junio, 1916.
364 “Se instruirá proceso contra la hija de Eufemio Zapata,” La Discusión, 16 de junio, 1916.
139
tenían el objetivo de informar acerca del número de soldados, de las posiciones
principales qué estos guardaban y de las avanzadas del gobierno federal. La autoridad
informó haber confirmado la complicidad en cada uno de sus delitos a través de las
propias declaraciones de las acusadas y por las acusaciones de testigos. 365 En otro
suceso ocurrido en mayo ese mismo año, la guardia local de Tonatico, Estado de
México, aprendió a cinco mujeres en el rancho “Las Ánimas”, por llevar víveres y ropa a
los zapatistas.366 Por último, se sabe por un testimonio que no precisó fecha, que unas
365 Oficio de Benancio López al secretario de gobernación del Estado de México. Estado de México, 6 de
febrero, 1918, AHEMe, CRM, volumen 12, expediente 43, foja 25. Pablo Castro Domingo, Chayotes,
burros y machetes (Zinacantepec: El Colegio Mexiquense, 2003), 114 y 115.
366 Parte de novedades de E.P.M. al secretario general de Gobierno del Estado de México, Ixtapan, 22
de mayo, 1918, AHEMe, CRM, volumen 12, expediente 43, foja 106.
367 Entrevista con María Félix Torres de Vázquez, conducida por Salvador Rueda y Laura Espejel,
Tlaquiltenango, Morelos, 2 de marzo, 1975, PHO/Z/1/94, 16.
140
Aparte de sufrir los encarcelamientos, las mujeres pacíficas y zapatistas
vivieron un tiempo en que las muertes por tiroteos o ejecuciones fueron parte de la
las mujeres de los pueblos resultaron heridas o muertas. Una de estas desagradables
experiencias aconteció el sábado de gloria de 1913. Por ese tempo, los zapatistas
Jesús “El Tuerto” Morales, Eufemio Zapata Salazar y Amador Salazar Jiménez habían
pacíficos por considerarlos cómplices de los zapatistas, mientras que una mujer fue
costal de maíz.368 En otro hecho similar, Gildardo Magaña, uno de los líderes zapatistas
368 Entrevista con José Alarcón Casales, conducida por Salvador Rueda y Laura Espejel, Zacatepec,
Morelos, 4 de mayo, 1975, PHO/Z/1/108, 5.
369 Gildardo Magaña, Emiliano Zapata y el Agrarismo en México, Tomo II (México, D.F.: Secretaría de
Prensa y propaganda del Partido Nacional Revolucionario, 1937), 202-203.
141
Ilustración 4.6: “Una zapatista herida,” El Independiente, 24 de julio, 1914.
La muerte de los hijos impactó a sus madres con un profundo dolor. En 1914,
María Méndez vivió un calvario con la muerte de su hijo Cruz Alemán, un soldado
zapatista del coronel Luciano Romero. La señora Méndez vió por última vez a su hijo
Cruz el 11 de marzo, cuando andaba con una tropa en el campo “Los perritos”.
Después de eso, Cruz fue capturado junto con otros, llevándolos a Tetecala, Morelos, y
situación de su hijo, recordó su sentir: “llo como madre del pricionero sin poderle ablar
siquiera lla en las ultimas oras de sus Vidas con el otro compañero sabiá que iban a ser
142
El fusilamiento se llevó a cabo en Miacatlan, Morelos, el 1 de abril. Alguien
ordenó que los cadáveres fueran colgados hasta que se dictara una nueva orden. En
ese momento la señora Méndez expresó un profundo pesar, “llo sentia animo llo sin
hijo colgado”.370 El cuerpo de su hijo quedó colgado por un mes hasta que las fuerzas
En otra experiencia amarga, Soledad Rojas, madre del general Antonio Barona,
no pudo ocultar su dolor por el castigo que recibió su hijo asesinado en la plaza de
fué arrastrado con reata á caballo de Anastacio Silva hasta la Leona, que allí
inmediatamente fué sepultado el cadáver, mismo le digo, que lo trataron el cadáver
con tanta burla porque después de muerto le dispararon muchos tiros en su cuerpo
por todas partes que hasta le quebraron una pierna, la cara le desfiguraron […], las
muelas le quitaron á puro culatazo de sus armas.371
sentir la pena de perder a sus hijos por motivos de la guerra. Incluso, ellas iniciaron su
sufrimiento a partir del momento en que perdieron el contacto con sus hijos e ignoraron
su paradero. A eso se sumaron las noticias de ataques y tragedia en que los zapatistas
tomaron parte. Para ilustrar este hecho, durante el gobierno de Carranza se propagó
370 Carta de María Méndez al general Emiliano Zapata, Mazatepec, 22 de septiembre, 1914, AGN, FEZ,
caja 1, expediente 20, foja 30 y 31.
371 Carta de Victorio Rosas al general Emiliano Zapata, Ahuatepec, Morelos, 4 de diciembre, 1915, AGN,
FEZ, caja 10, expediente 10, foja 39.
143
una noticia que aseguraba que los zapatistas habían sido exterminados. La madre de
un zapatista que escuchó eso lloró desconsolada mientras decía “ya mi hijo por dónde
estará tirado, ónde quedaría [muerto]”.372 Pero eso quedó en un rumor, pues la historia
1912 y 1916, periodo en que los zapatistas incrementaron su dominio en las regiones,
del territorio.
vergüenza por ello. Jesús Rebollar, por ejemplo, escribió al general Zapata:
372Entrevista con Severiano Castillo, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel, Santa Cruz
Acalpixca, Xochimilco, D.F., 28 de julio, 1973, PHO/Z/1/5, 20 y 21.
144
“Respetable señor con bastante berguenza me presento ante Ud pero la nesesida me
obliga somos mujeres solas mi mama y llo y mi mama lla esta mui abansada y estamos
mui pobres no tengo para sus alimentos”.373 En otro ejemplo una viuda escribió: “la
ponerme a la berguenza para suplicar me aucilie Ud, General no holbide Ud, a la pobre
Viuda de su fiel asistente que sufro el abandono y la soledad”.374 En muchos casos, las
Entre los asuntos judiciales aparecen casos de mujeres pidiendo auxilio ante
una parte, aparecieron las demandas de mujeres que exigieron castigos para los
asesinos de sus familiares. Por la otra parte, surgieron las mujeres que imploraron el
perdón de sus seres queridos que habían cometido un asesinato en defensa propia. En
Torres y María Marcelina, acusaron a Pascual y a Jacinto Miguel por haber culpado a
su poder y riqueza. Los difuntos fueron Camilo Ramírez, esposo de Rafaela; Anselmo
Miguel, hijo de María Marcelina. Las denunciantes, que se dijeron solas, pobres,
373 Carta de Jesús Rebollar al general Emiliano Zapata, s/l, s/f, AGN, FEZ, caja 14, expedición 20, foja
22.
374Carta de J. R. V. de Guerra al general Emiliano Zapata, s/l, 2 de octubre, 1914, AGN, FEZ, caja 1,
expediente 21, foja 7.
145
desempleadas y con hijos que mantener, suplicaron al general Zapata proceder con
Como un ejemplo que ilustra el segundo de los casos, en 1914 una mujer pidió
al general Zapata interceder por su hijo y su yerno que habían sido encarcelados en
Jojutla, Morelos. Ellos fueron a prisión porque habían asesinado a un maderero del
Estado de México. La señora alegó que el homicidio había sido en defensa propia tras
una riña en el campo. La madre suplicó al general influir en la decisión del juez para
Las mujeres pidieron auxilio a los zapatistas para hacer valer sus derechos que
año en que tenía derecho a sembrar. La agraviada suplicó interceder en el asunto para
que le respetaran su derecho y así poder mantener a sus hijos menores. 377 Este caso
permite observar que desde mediados de 1912 los zapatistas ya se habían legitimado y
375 Carta de Rafaela de Jesús, María Severiana, Joaquina Torres y María Marcelina al general Emiliano
Zapata, Lugar ilegible, 12 de febrero, 1913, AGN, FEZ, caja 5, expedición 2, fojas 43 y 44. Véase otro
caso similar en carta de Juliana Hernández al general Emiliano Zapata, Santa Ana Jolalpan, Puebla, 16
de marzo, 1915, AGN, FEZ, caja 18, expediente 3, foja 117. Carlota Torres, en Tlaltizapán, pidió castigar
militarmente a Santiago Cadenas por asesinar a su hijo el zapatista Francisco Ponce. Consúltese carta
de Carlota Torres al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 28 de enero, 1916, AGN, FEZ, caja
20, expediente 1, foja 46.
376 Carta de María Efrén Luna [nombre ilegible] al general Emiliano Zapata, Jojutla, Morelos, 14 de
octubre, 1914, AGN, FEZ, caja 1, expediente 21, foja 74. Existe otro suceso en enero de 1915, en que
Florencia Rodríguez, vecina de Villa de Ayala, Morelos, pidió al general Zapata perdonar a su hijo el
zapatista Catarino Sánchez, quien al andar ebrio agredió físicamente a alguien en Tlayacapan, Morelos.
Su hijo andaba prófugo tras haber sido detenido en Cuernavaca. Véase carta de Florencia Rodríguez al
general Emiliano Zapata, Villa de Ayala, Morelos, 18 de enero, 1915, AGN, FEZ, caja 18, expediente 1,
fojas 67 y 68.
377 Carta de Margarita Castillo al general de las fuerzas defensoras de la Patria y protectoras de Justicia,
Mexicapa, 27 de mayo, 1912, AGN, AGO, caja 1, expedición 2, foja 55.
146
consolidado como una autoridad a la cual las gentes vulnerables podían recurrir por
ayuda.
Los robos fue otro de los asuntos más recurridos de las mujeres en sus
demandas. Entre los bandidos hubo algunos zapatistas. Las quejas por robo que las
y artículos de hogar. Por encima de todo eso, las denuncias dejan saber que los
bandidos emplearon el secuestro para obtener más dinero. Por juzgar de las quejas,
las mujeres hurtadas no eran pobres en su totalidad, pero los robos las dejaron
vulnerables. Entre algunos de los casos más ilustrativos, aparece una denuncia que
data de mayo 1912, en la que María González sufrió el secuestro de su marido Jesús
Martínez por una partida de bandoleros que llegó a su casa en la Baja de Santiago. Los
pesos en efectivo para el siguiente día para dejar en libertad a su marido, pues de lo
contrario lo asesinarían.378
En otro ejemplo se puede apreciar que los bandidos procuraron asaltar también
a los comerciantes. Ese fue el caso de la viuda Claudia Silva a quien los bandidos la
robaron de ropa, azúcar y las escrituras de sus propiedades por el año de 1916. Los
robado había ascendido a 3 mil pesos, según la agraviada. El robo la había dejado sin
mercancía para vender en los pueblos. Por tal motivo, Silva pidió al general Zapata
castigar a los ladrones y también le requirió de una ayuda para volver a trabajar por su
propia cuenta y así mantener a su madre y a dos hijos pequeños. La mujer le dijo al
147
general que en el pasado, durante el gobierno de Huerta, ella había ayudado a los
Entre las denuncias que las mujeres hicieron por robos hubo acusaciones a
Martínez. Ahí se encontraron a una señora y una joven, quienes presenciaron el robo.
Los bandidos hurtaron 50 pesos, exigieron armas, rompieron baúles, y tiraron al suelo
papeles y facturas.380
Entre los robos perpetrados por los zapatistas hubo algunos en que no
respetaron los salvoconductos de sus víctimas. Ese fue el caso ocurrido el 28 de mayo
siguiente mes, llevándose un macho y amenazándola con regresar por el resto de sus
379 Carta de Claudia Silva al general Emiliano Zapata, Jumiltepec, Morelos, 6 de enero, 1916, AGN, FEZ,
caja 20, expediente 1, foja 3. Para ver un robo de ganado cometido por bandidos en contra de la viuda
Concepción Vera de Carrera de Morelos, véase carta del licenciado Antonio Díaz Soto y Gama al
general Emiliano Zapata, Jojutla, Morelos, 16 de abril, 1916, AHUNAM, FGMC, caja 74, expediente 28,
foja 111.
380 Carta de Natividad Martínez a Genovevo de la O, s/l, 7 de octubre, 1912, AGN, AGO, caja 1,
expediente 3, fojas 113 y 114. Obsérvese también en UTEPL, AGGO, MF 507, I.02.
381 Carta de Emilia Castañeda al general Genovevo de la O, Zumpahuacán, Estado de México, 15 de
junio, 1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 1, foja 41. Véase también en UTEPL, AGGO, MF 507, I.07.
148
se siguieron pidiendo a las autoridades zapatistas. Por ejemplo, en marzo de 1916,
En otro tipo de reclamo que las mujeres hicieron al general Zapata, o a las
coser y otras propiedades del hogar como roperos. Era claro que con estas
familias durante aquellos tiempos difíciles. Entre algunos de los ejemplos se puede
interesaba poseer de nueva cuenta sus propiedades para poder mantener a sus hijas y
Montero volvió a escribir al general Zapata afirmando ser una mujer sola que debía
Para conocer de otros casos de robo por zapatistas en contra de mujeres consúltese carta de Julia V.
Carmona al general Emiliano Zapata, Yautepec, Morelos, 29 de junio, 1914, AGN, AGO, caja 14,
expediente 7, foja 56A; y, carta de Julia Morales al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 24
de marzo, 1916, AGN, AGO, caja 6, expediente 3, foja 91. Para apreciar robos de zapatistas en contra
de viudas, examínese carta de María Félix Pérez al general Emiliano Zapata, San Baltazar Atlimeyaya,
Puebla, 22 de enero, 1916, AGN, FEZ, caja 20, expediente 1, foja 33; el robo de 39 ovejas a la viuda
Sostenes Bizarro de Camacho aparece en carta de Abraham Fátima a de la O, s/l, s/f, UTEPL, AGGO,
MF 507, I.01.
382 Carta de Gertrudis F. viuda de Gadea al general Emiliano Zapata, Yecapixtla, Morelos, 1 de marzo,
1916, AGN, FEZ, caja 11, expediente 7, foja 10.
383 Carta de Dolores viuda de Montero al general Emiliano Zapata, Cuautla, Morelos, 24 de enero, 1914,
AGN, FEZ, caja 1, expediente 9, foja 4.
149
atender a tres hijas y dos huérfanos. La viuda le reprochó al general que aún no le
Las casas fueron también propiedades que las mujeres reclamaron. Por
estaba a su favor, pidiéndole permiso para habitarla mientras se establecían las nuevas
licencia que pedía mientras resolvía el asunto.385 En otro suceso similar, una señora de
nombre Ynes exigió al general de la O que los zapatistas le regresaran su casa, pues
dueña. El mayor describió que las tropas estaban distribuidas en dicha casa. El
comedor y la cocina eran ocupados por las fuerzas del general Domitilo Ayala. En una
sala y un cuarto estaban las fuerzas del general Rangel. Un cuarto estaba ocupado por
el señor Margarito Pacheco. En dos cuartos mas estaban las familias de los
soldados.386
384 Carta de Dolores viuda de Montero al general Emiliano Zapata, Cuautla, Morelos, 12 de febrero,
1915, AGN, FEZ, caja 5, expediente 2, foja 48. El documento es ilegible por lo que pudiera haber datos
erróneos.
385 Carta de Francisca Abelar al general Emiliano Zapata, Yautepec, Morelos, 31 de julio, 1914, AGN,
AGO, caja 15, expediente 3, foja 42. En otros casos similares consúltese carta de Jesús Silvaz al general
Emiliano Zapata, Rancho del Tule, 17 de enero, 1915, AGN, FEZ, caja 4, expediente, 1, foja 110; carta
de María Guadalupe Alaníz al general Emiliano Zapata, Cuernavaca, Morelos, 4 de diciembre, 1914,
AGN, FEZ, caja 2, expediente 4, foja 50; y, carta de María Mena viuda de Jáuregui al general Emiliano
Zapata, Cuautla, Morelos, 2 de noviembre, 1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 7, fojas 4, 5 y 6.
Aunque no fue una reclamación de propiedad pero requirió la ayuda del general Zapata para hacer las
escrituras, véase carta de Marciala Mejía al general Emiliano Zapata, s/l, 5 de julio, 1915, AGN, FEZ,
caja 9, expediente 1, foja 52.
386 Carta del mayor Heliodoro al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 5 de noviembre,
1915, AGN, AGO, caja 5, expediente 11, foja 26.
150
Entre otras propiedades que las mujeres reclamaron figuraron roperos y
necesarios para el hogar. Pero llama la atención que algunos de los objetos robados
cobraron más importancia debido a su utilidad, tal fue el caso de las máquinas de
coser. Pues con ellas algunas mujeres podían obtener un poco de dinero mediante la
1915. Ese fue el caso en que Francisca M. viuda de Franco demandó al general Zapata
le enviara una orden a Cuautla para que le entregaran un ropero, una maquina de
Las solicitudes de las mujeres por socorro y alimentos fueron más visibles entre
mediados de 1914 y 1915. En agosto de 1914, dos hermanas de apellido Cruz que
máquinas de coser para trabajar y así ganar dinero para mantener a sus hijos. 388 En
otro ejemplo, en septiembre de ese mismo año, Faustina Gómez, de Jojutla, pidió
socorro al general Zapata por vivir en una condición adversa al ser una mujer sola,
enferma y desempleada, con dos hijos que mantener. 389 En un ejemplo más, tres
387 Carta de Francisca M. viuda de Franco al general Emiliano Zapata, Cuautla, Morelos, 6 de febrero,
1915, AGN, FEZ, caja 5, expediente 1, fojas 8 y 9. Para cotejar casos semejantes consulte carta de
Trinidad Munive al general Emiliano Zapata, Cuautla, Morelos, 2 de octubre, 1915, AGN, FEZ, caja 10,
expediente 4, foja 11; y, carta de Modesta al general Emiliano Zapata, Tlaltepexi, Puebla, 20 de enero,
1916, AGN, FEZ, caja 20, expediente 1, fojas 25 y 26.
388 Carta de Genoveva Cruz y Nicolasa Cruz al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 26 de
agosto, 1914, AGN, AGO, caja 4, expediente 2, foja 58.
389 Carta de Faustina Gómez al general Emiliano Zapata, Jojutla, Morelos, 8 de septiembre, 1914, AGN,
FEZ, caja 1, expediente 19, foja 9. Para constatar cartas tratado la misma situación, véanse carta de
Domitila Montero al general Emiliano Zapata, Morelos, 1 de octubre, 1914, AGN, FEZ, caja 1, expediente
21, foja 3; y, carta de María Jiménez al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 16 de mayo, 1915,
AGN, FEZ, caja 8, expediente 2, foja 105.
151
viudas solicitaron socorro, declarándose partidarias de la causa revolucionaria y
asegurando haberse refugiado en las montañas huyendo del general Luis G. Cartón.390
pidieron ayuda a las autoridades zapatistas. Algunas de ellas dirigieron sus suplicas a
sus parientes más cercanos. Eso hizo Concepción Millán al escribir carta a su nieto
Fernando T. García. La abuela le hizo saber a su nieto que cada día que pasaba se
encontraba más pobre y que su padre le había pedido que se dirigiera a él para que la
auxiliara con algo para mitigar sus penas. Fue así que la abuela le escribió que
quedaba a la espera de su benevolencia como un buen hijo que era para corresponder
a su suplica.391
Hubo otro tipo de petición por ayuda enviadas por madres y esposas de
Soledad, pobre y en orfandad, reclamó ayuda. Soledad refirió que su hijo estaba
enlistado en las fuerzas libertadoras y que de él no sabía nada desde hacía ocho
meses.392 En otra experiencia, Jesús Camacho, de Cuautla, perdió a uno de sus hijos
en la guerra y tenía a otro de ellos luchando en la defensa del Plan de Ayala. La señora
Camacho cuestionó al general Zapata, “¿Cree con lo expuesto que sea justo que la
madre de dos humildes guerrilleros esté pereciendo de hambre, sin encontrar quien se
duela de su agonía?” La triste madre le dijo: “aun cuando es doloroso para una madre
390 Carta de las viudas Ángela Mendoza, M. Aragón y Arnulfa Pimienta al general Emiliano Zapata, s/l, 3
de octubre, 1914, AGN, FEZ, caja 1, expediente 21, foja 17.
391 Carta de Concepción Millán a Fernando T. García, Chiautla, 25 de enero, 1916, AGN, FEZ, caja 11,
expediente 3, foja 21. El documento original no define si Chiautla pertenece a Puebla o al Estado de
México.
392 Carta de Soledad al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 17 de marzo, 1915, AGN, FEZ,
caja 7, expediente 2, foja 10. En otros hechos comparables, consúltese carta de María Torres viuda de
Montecino al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 19 de marzo, 1915, AGN, FEZ, caja 7,
expediente 2, foja 65; y, carta de Marciana Calderón al general Emiliano Zapata, Cuernavaca, Morelos,
24 de julio, 1915, AGN, FEZ, caja 9, expediente 3, fojas 16 y 17.
152
pedir recompensa a cambio de un componente de su alma, lo hago por que sé que mi
vergüenza será ungida con consuelo…. Pido ayuda….. Pido pan”.393 En otro hecho, en
Zapata que le pagaran todos sus haberes que correspondían a su esposo Maximino.
Ella había recibido la mitad, mientras que otras viudas ya los habían recibido.394
Hubo suplicas de ayuda que las mujeres escribieron con mayor descripción y
escribir al general Zapata desde Tlaltizapán: “señor hablo a la claro me encuentro con 6
de familia y sumamente pobre y ni aquien mis hojos bolver asi es que llo quisiera que
Ud me socorriera con una pension ó halgo mensual ami el finado no medejo nada de
dinero otros fueron los que se aprobecharon de todo por que llo haora no hallo lla ni
que haser”.395
procedimiento de las mujeres que debían tener más prioridad que otras al menos para
el año de 1915. Por juzgar de las cartas, lo único que hicieron los zapatistas fue dar
testimonio de que las mujeres eran zapatistas y requerían asistencia por encontrarse
393 Carta de Jesús Camacho al general Emiliano Zapata, Cuautla, Morelos, 23 de junio, 1915, AGN,
FEZ, caja 8, expediente 6, foja 24.
394 Carta de María Bello viuda de Iriarte al general Emiliano Zapata, Cuernavaca, Morelos, 30 de
octubre, 1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 6, foja 48.
395 Carta de Guadalupe viuda de García al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 17 de febrero,
1915, AGN, FEZ, caja 5, expediente 3, foja 65. Para otros ejemplos ver carta de Alejandra Sánchez al
general Emiliano Zapata, Mitepec, Puebla, 22 de abril, 1915, AGN, FEZ, caja 7, expediente 6, foja 9; y,
carta de Carmen Quiróz al general Emiliano Zapata, Teposmatla, Puebla, 29 de mayo, 1915, AGN, FEZ,
caja 8, expediente 3, foja 89.
153
zapatista Jesús Capistrán recomendó a Jacinta Vázquez ante el general Zapata.
Vázquez era la viuda del capitán primero Francisco Torres, que había muerto en
también a otras mujeres que no tuvieron vinculación con la rebelión zapatista. Estas
mujeres intentaron sacar ventaja del momento solicitando el socorro de los zapatistas.
acuerdo con el historiador Rodolfo Alanis Boyzo, hubo una viuda en el Estado de
zapatista Gustavo Baz Prada del Estado de México, que el comisario Jesús Morales le
diera dinero para sostener a sus hijos. La viuda Álvarez argumentó que Morales había
396 Carta de Jesús Capistrán al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 30 de junio, 1915, AGN,
CCGS, caja 1, expediente 1.46, foja 1. Aún después del asesinato de Zapata en 1919, y del gobierno de
Carranza, los zapatistas emitieron recomendaciones de apoyo para las viudas de los revolucionarios del
sur. Con la consolidación del gobierno presidencial de Álvaro Obregón, a quien los zapatistas se habían
aliado desde el Plan de Agua Prieta, se concedieron algunos beneficios para los zapatistas. Entre estas
ventajas se buscó apoyar a las viudas. La evidencia de estas recomendaciones aparece en varios oficios
que José G. Parres, gobernador provisional del Estado de Morelos, le envió al general de la O. En ellos
se menciona apoyar a María Moreno viuda de Cuevas, Paula H. viuda de Valle, Elodia Corona y Filiberta
Rivera. Esta información aparece en oficio del doctor José G. Parres al general Genovevo de la O.,
Cuernavaca, Morelos, 18 de diciembre, 1920, AGN, AGO, caja 21, expediente 6, foja 3; oficio del doctor
José G. Parres al general Genovevo de la O., Cuernavaca, Morelos, 29 de diciembre, 1920, AGN, AGO,
caja 21, expediente 6, foja 9; oficio del doctor José G. Parres al general Genovevo de la O., Cuernavaca,
Morelos, 25 de octubre, 1920, AGN, AGO, caja 21, expediente 6, foja 35; oficio del general Gabriel
Mariaca al general Genovevo de la O., Cuernavaca, Morelos, 7 de octubre, 1920, AGN, AGO, caja 21,
expediente 10, foja 4. Incluso, hay algunas recomendaciones a viudas de zapatistas hechas en 1940 por
el licenciado Antonio Díaz Soto y Gama. Véase el caso de María de Jesús Espinal en Miguel Ángel
Sedano Peñaloza, Emiliano Zapata, Revolucionarios Surianos, y Memorias de Quintín González (México,
D.F.: Editorial del Magisterio, 1970), 51.
154
Batallón 32 de Morelos. Así fue que su esposo perdió la vida andando de soldado
que no tenía dinero para conseguir maíz y frijol con que sostener a sus hijos. Ante esa
situación, la viuda le pidió socorro para conseguir alimentos, pues su esposo había
siguiente manera: “General por su mamasita de Ud. y por sus niños suplico a Ud. se
proteccion para poder remediar algo nuestra miseria en que nos encontramos”.398
llegaron por parte del General Zapata, del Cuartel General del Ejército Libertador del
Sur o de algunas de las autoridades zapatistas. Algunas de esas mujeres que nunca
recibieron una respuesta a sus requerimientos continuaron enviando sus cartas a los
respuesta a sus demandas, pero les continuaron enviando cartas para solucionar otros
50 pesos para mantener por unos días a sus nietas huérfanas, cuyo padre había sido
397 Rodolfo Alanís Boyzo, Historia de la Revolución en el Estado de México. Los zapatistas en el poder
(Gobierno del Estado de México, 1987), 138.
398 Carta de Herminia Guzmán al general Emiliano Zapata, Ciudad de México, 10 de junio, 1915, AGN,
FEZ, caja 8, expediente 4, foja 127.
155
un coronel zapatista fallecido en diciembre de 1911. Al mismo tiempo, la viuda de 61
años de edad le solicitó una pensión para sus nietas, conformándose con el sueldo
diario que recibía un soldado.399 Para fines de mayo, la viuda Ramírez le recordó al
general de su solicitud, pues ya no tenía dinero para alimentar a sus hijas debido a los
altos precios del maíz y del frijol. La mujer se despidió ofreciendo una disculpa porque
gestionando en la Convención dentro de los recursos destinados para las viudas y los
huérfanos.401 Esta partida explica en gran medida la razón por la que cuantiosas
ese tiempo.
diciéndole:
General: que á habido con mi auzilio por que yo creo la carta que le di á su
Secretario no [le] dijo á Ud nada por que hasta la presente no me pasan nada y
digame Ud mi General con que la paso tengo cuatro criaturas y que hago para
mantenerlas, haora que esta tan caro el comestible y que ago al ber á mis criaturas
descalsas y mal vestidas y limitadas de comidas.
399 Carta de Fidela Ramírez viuda de Barreto al general Emiliano Zapata, Zacualpan Amilpas, Morelos,
19 de mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 2, foja 129.
400 Carta de Fidela Ramírez viuda de Barreto al general Emiliano Zapata, Zacualpan Amilpas, Morelos,
28 de mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, foja 76.
401 Carta de Fidela Ramírez viuda de Barreto al general Emiliano Zapata, Zacualpan Amilpas, Morelos,
19 de mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 2, foja 129.
156
Después de ese señalamiento, la viuda le dejó en claro la situación en que
vivía: “estoy llorando y digo hay Dios siquiera que me hiciera la maravilla y me
un peso diario siquiera para el maiz de mis hijitas no que se me fue á morir ahora que
les hace mas falta á su familia por la situación tan dificil para mantenerse”. Al final de la
zapatistas fue una preocupación real que supieron contextualizar durante el conflicto.
hondamente al General Zapata la solución del problema agrario”. Dicho reporte utilizó
una entrevista al general Zapata realizada por unos delegados del norte al general
Zapata.403 El relato reveló que Zapata había enfatizado la desventaja del Ejercito
Libertador del Sur para solucionar las necesidades de las viudas y las familias, a
Federación. La razón de Zapata fue que ese dinero lo debieron haber destinado a
socorrer a las familias de los revolucionarios caídos. Siguiendo con el relato, para
Zapata era justo que esos soldados fueran mantenidos por la revolución, pues él los
402 Carta de Josefa G. viuda de Gutiérrez al general Emiliano Zapata, Huchuetzingo, 29 de mayo, 1915,
AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, foja 88. Para ver otros ejemplos ver oficio de Nicoreta C. viuda de Ortiz,
Benjamina C. viuda de Castañeda, María C. viuda de Cequeira y Modesta M. viuda de Castrejón al
general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 22 de junio, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 6, foja
14; y, carta de Calletana Guevara al general Emiliano Zapata, Villa de Ayala, Morelos, 27 de enero,
1916, AGN, FEZ, caja 11, expediente 3, foja 26.
403 El reportaje no ofrece más detalles acerca de quiénes eran esos delegados del norte.
157
había visto llegar a las rancherías saqueando e incendiando casas, provocando que las
el general Zapata ordenó desde su cuartel al pagador general del Ejercito Libertador
Ejército Libertador expidió 35,000 pesos para gastos del Estado Mayor y escolta de
entregándole a cada una 60 pesos.406 A partir de estos dos documentos se deduce que
los zapatistas entregaron pagos a otras viudas que estuvieron bajo la tutela de otros
con la revolución. Sus vidas corrieron mayores peligros debido a la inseguridad en los
y soldados del gobierno federal, sin distinción de edad, estado civil y condición social.
404 “Preocupa hondamente al general Zapata la solución del problema agrario,” El Monitor, 22 de mayo,
1915.
405 Carta del general Emiliano Zapata al pagador general del Ejercito Libertador, Tlaltizapán, Morelos, 16
de noviembre, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 16, foja 234.
406 Recibo que acredita que Eufemio Zapata obtuvo dinero de la Pagaduría General del Ejercito
Libertador, Cuartel General de Chinameca, Morelos, 1 de abril, 1916, AGN, FCR, caja 3, expediente 27,
foja 6.
158
Ante estos delitos, las mujeres ultrajadas que reconocieron la autoridad de los
Cuartel General del Ejército Libertador del Sur emitió ordenamientos para castigar a
esos delincuentes.
Usualmente ellas vistieron con faldas largas hasta los tobillos y blusas de manga larga,
andar sucias, evitando lucir atractivas. Alguien constató esta situación asegurando que
“las muchachas andaban con tizne y tenían que estar haciendo tortillas, moliendo en el
suelo, todas greñudas” y con sus mangas largas.407 Sin embargo, como se mencionó
deduce que las mujeres llegaron a vestir con las prendas disponibles.
comunidad, pero llegó el momento en que las mujeres no estuvieron seguras en algún
lado. Un testimonio sostuvo que cuando los soldados federales llegaban a los pueblos,
las familias escondían a las mujeres “en un pozo, [y] ya que [se] iba el gobierno las
sacaban”.408 En otro hecho representativo, una joven fue escondida por su madre en el
curato del pueblo al saber que los revolucionarios se aproximaban. Por un tiempo la
joven libró el peligro, hasta que una noche un zapatista llamado Vicente Munguía entró
calle, trabajo con el que podía ayudar a su madre, la que alguna vez fue abusada
407 Silva, “La vida cotidiana del Zapatismo en la 1ra. Zona de guerra…”, 64.
408 Ibid.
159
sexualmente por la tropa.409 Eran tiempos en que las mujeres jóvenes no debían andar
en la calle porque las raptaban. Y en sus casas, ellas debían ser precavidas de que los
pacífica fue aconsejada por otra de tener cuidado cuando anduviera trabajando como
tortillera y como cargadora de leña, pues los zapatistas la podían raptar, dejando a sus
hijos en el abandono.411
mujeres. De acuerdo con una informante, los zapatistas “fueron algo grande” al llevarse
a las mujeres, en otras palabra, eran “muy volados” para “conquistarlas”. De tal manera
que las mujeres estaban indefensas sin que sus padres las pudieran defender, pues no
revolución había terminado, sosteniendo que arrebataban a la mujer que les gustaba
de la revolución hasta 1913 parecieron que no desbordaron, pero si hubo varios casos.
Los periódicos pusieron a la vista estos temas. Las notas en los periódicos fueron
asegurando que las mujeres en Cuernavaca vivían con tranquilidad a pesar de haber
160
rumores acerca de violaciones sexuales. El rotativo intentó desmentir esos comentarios
al concluir que si las mujeres hubieran sufrido esos abusos ellas andarían en las calles
o estarían en la puerta de sus casas.414 Ese mismo año, pero en diciembre, La Prensa
refirió a que los zapatistas habían raptado a cinco mujeres en la región de Miraflores. 415
A parte de la prensa, quedaron otros registros por ese mismo periodo de tiempo. De
acuerdo a un testimonio, unos zapatistas que andaban en Milpa Alta, Distrito Federal,
dato más, el 12 de noviembre de 1913, el general Amador Salazar informó que los
gente que simpatizó con ellos, o que los ayudaron. También hubo mujeres que fueron
violadas por muchos hombres. Las acusaciones que aquí se presentan fueron dadas a
conocer por pacíficos, víctimas, zapatistas y sacerdotes. Llama la atención que durante
brindada por los zapatistas al dominar pueblos y regiones. En varios casos es evidente
161
el abuso de poder de algunos zapatistas para cometer estos actos, quizá también
saquearon la casa de Luciano Peralta y se llevaron a las mujeres al monte. 418 A inicios
de agosto de ese año, pero en San Sebastian, Malinalco, Estado de México, la señora
Ma. Jacinta Villa denunció que la habían ultrajado en su casa el capitán Abraham
Hernández y otros zapatistas armados. La señora señaló que al igual que ella otras
mujeres, a las que no describió, habían sido víctimas. Al final, los zapatistas intentaron
llevarse a la fuerza a una de sus hijas. La señora Villa consideró injusto esos abusos
que los zapatistas habían cometido, ya que ella los había alojado en su casa en el
pasado; acto castigado por el gobierno mediante un incendio.419 En dos hechos más
Constancio Juárez por cometer abusos con las muchachas del pueblo.420 Mientras que
Ignacio Fuentes, general de brigada, reportó a unos muchachos de Jesús Flores que
418 Telegrama de M. Chávez al secretario general de Gobierno del Estado de México, Temascaltepec,
Estado de México, 11 de febrero, 1914, AHEMe, CRM, volumen 22, expediente 3, foja 37. En otros
ejemplos de rapto ver carta de Francisca Guevara al general Emiliano Zapata, Villa de Ayala, Morelos,
31 de mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, foja 105; carta de C. Labastida al general Emiliano
Zapata, Yecapixtla, Morelos, 12 de agosto, 1915, AGN, FEZ, caja 9, expediente 5, foja 6; carta del
general Emiliano Zapata al coronel Jesús Alcaide, Tlaltizapán, Morelos, 13 de noviembre, 1915,
AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 16, foja 198; oficio de Lorenzo Vázquez al general Emiliano
Zapata, Jojutla, Morelos, 10 de enero, 1916, AGN, FEZ, caja 20, expediente 1, foja 17; y, carta de Julia
Díaz al general Emiliano Zapata, Jojutla, Morelos, 15 de enero, 1916, AGN, FEZ, caja 20, expediente 1,
foja 16.
419 Carta de Jacinta Villa al general Genovevo de la O, San Sebastian, Malinalco, Estado de México, 4
de agosto, 1914, AGN, AGO, caja 4, expediente 2, foja 138.
420 Carta de un zapatista al coronel Constancio Juárez, Ocotepec, Morelos, 27 de marzo, 1916, AGN,
AGO, caja 6, expediente 3, foja 96.
162
andaban abusando de mujeres solteras y casadas en los pueblos de San Nicolás y
una mujer de Cuernavaca fue violada por zapatistas. La mujer era zapatista, y había
ido a prisión en dos ocasiones por apoyar al general de la O con víveres e informes
cuando ella trabajaba en la escuela de Santa María. La violación ocurrió cuando iba al
Por juzgar de las denuncias y los reportes, al parecer hubo quienes reincidieron
en estos delitos. Ese fue lo que pasó a zapatistas que tuvieron poder con el que
dañaron a las gentes de los pueblos. En febrero de 1914, el teniente coronel Teófilo
capitán Gabino Portugal. Las quejas lo acusaron de sacar a doncellas de sus casas
para abusar sexualmente de ellas. El teniente coronel detalló que según testimonios el
capitán las traía hasta desnudas por la calle. El teniente coronel envió su carta desde
421 Oficio del general Ignacio Fuentes al general Evaristo Fuentes, Monte Grande, Estado de México, 14
de julio, 1916, AGN, AGO, caja 6, expediente 7, foja 4.
422 Carta de una anónima al general Emiliano Zapata, Cuernavaca, Morelos, 17 de agosto, 1914, AGN,
AGO, caja 16, expediente 3, foja 83. Para otros casos similares, pero en Puebla y Guerrero, véase carta
de los pobladores de Los Reyes Teolco al general Emiliano Zapata, Los Reyes Teolco, Puebla, 21 de
octubre, 1914, AGN, FEZ, caja 1, expediente 22, foja 30; oficio del general Remigio Cortés al general
Emiliano Zapata, Cuartel General en Olinala, Guerrero, 3 de mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente
1, foja 61; oficio del general Alejandro Juárez al general supremo jefe del Ejército Libertador, Santa María
Atexcal, Puebla, 28 de mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, foja 75; carta del general Emiliano
Zapata al general Jesús Salgado. Tlaltizapán, Morelos, 4 de marzo, 1916, AHUNAM, FGMC, caja 72,
expediente 17, foja 283.
163
un campamento revolucionario sin señalar un lugar en específico.423 En otro caso
general Rojas. Dos días después de eso, el general Rojas sacó a Carmen Mena de su
armados por violar señoritas y por forzar a algunos hombres a que les entregaran sus
hijas y esposas. Esta había sido la causa por la que las familias de la cabecera y del
acosaron a los hombres de ejércitos contrarios. Probablemente esa fue una conducta
para ejercer venganza por los abusos sexuales cometidos en contra de las mujeres. Un
informante narró que una coronela zapatista después de atacar a un tren cargado de
federales en Tres Marías, obligó a un teniente que ahí viajaba a sostener un encuentro
423 Carta del teniente coronel Teófilo Alvarado al general de la O, s/l, 25 de febrero, 1914, AGN, AGO,
caja 3, expediente 2, foja 37.
424 Carta de Julián Martínez al general Emiliano Zapata, Chimalhuacán, Estado de México, 9 de marzo,
1916, AGN, FEZ, caja 11, expediente 7, foja 56.
425 Carta del presbítero Aurelio Orla al Ilustrísimo y Rmo. Señor. Cuatepec, Estado de México, 3 de
febrero, 1915, AHAM, FEJMR, caja 092, expediente 112, foja 15.
164
de un poste, dejándole sus testículos colgando sobre su nariz; en tanto que a su
actitudes que jamás soñaron los grandes sátiros”. El reporte concluyó que los abusos y
la masacre eran una venganza de los carrancistas para saldar cuentas por sus
sucedió en Ozumba, Estado de México, cuando dos soldados del gobierno forzaron a
una joven. Al percatarse que se acercaban al lugar, los soldados dejaron a la mujer en
el suelo y corrieron, pero posteriormente cayeron muertos por los disparos de alguien
426 Entrevista con Vicente Trejo Arteaga, conducida por Laura Espejel, 14 y 21 de julio, 1974, Ciudad de
México, PHO/Z/1/49, 19 y 20.
427 Informe del coronel J. Espinosa Barreda al general Brigadier Alberto L. Paniagua. Jochimilco, Puebla,
30 de marzo, 1917, AHUNAM, FGMC, caja 78, expediente 74, foja 33.
428 Castillo Reynoso, PHO/Z/1/112, 32.
429 Entrevista con Silvestre Odilón Álvarez Granados, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Salvador
Rueda, Juchitepec, Estado de México, 16 de octubre, 1974, PHO/Z/1/75, 52.
430 Entrevista con José Sánchez Aguilar, conducida por Yolanda Alemán y Laura Espejel, San Juan
Tehuixtitlán, Estado de México, 7 de junio, 1975, PHO/Z/1/109, 23.
165
4.4 CONCLUSIONES
mujeres. Sin embargo, dicha mutación se realizó de manera desigual en las maneras
las distintas circunstancias que enfrentaron. Las mujeres zapatistas participaron más
activamente entre 1911 y 1915. Fue el tiempo en que los zapatistas combatieron a
1916.
los que fueron perseguidas por las fuerzas federales. Las mujeres contribuyeron en la
batalla. Muchas fueron capturadas y asesinadas por el enemigo, y otras más, sufrieron
166
El elevado número de muertos incrementó el número de viudas. Ante la falta de
principalmente entre 1912 y 1916. Ese fue el tiempo en que los zapatistas entraron de
poder y legitimación. Pero también, es el tiempo en que los zapatistas forman parte del
gobierno de la Convención, que fue el momento en que los zapatistas pudieron obtener
recursos económicos para apoyar a los necesitados. A partir del momento en que los
carrancistas tuvieron más poder y control del territorio nacional, las peticiones de las
viudas y mujeres necesitadas fueron a la baja debido a que los zapatistas ya no podían
ayudarlas ni tenían recursos económicos. Entre los tipos de ayuda que las mujeres
Muchas peticiones de justicia que obtuvieron los zapatistas fueron por raptos y
abusos sexuales a mujeres, a las que no respetaron edad, estado civil ni condición
Estado de México, Distrito Federal, Puebla y Guerrero. Este periodo de tiempo fue un
abuso de poder fueron dos variables que incrementaron este tipo de delitos contra las
mujeres. Los principales acusados fueron los zapatistas, pero también reportaron
167
CAPÍTULO 5
en pueblos del sur del Distrito Federal, Puebla, Guerrero y Oaxaca. Este cambio
guerra igual que los hombres. Así, las “negociones de género” se dieron cuando
431 El patriarcado es comprendido a través de Steve J. Stern, al señalarlo como un sistema de relaciones
sociales y valores culturales en que los hombres poseen un poder superior sobre las mujeres en la
sexualidad, los roles reproductivos, el poder laboral, estatus, y en autoridad familiar. Consúltese Steve J.
Stern, The Secret History of Gender. Women, Men, & Power in Late Colonial Mexico (Chapel Hill: The
University of North Carolina Press, 1995), 21. La presente investigación retoma la definición de género
propuesto por Joan W. Scott. El estudio del género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales
basadas en las diferencias percibidas entre sexos, y como una forma de las relaciones significativas de
poder. Scott considera necesario identificar y comprender los alcances de los roles sexuales, el
significado que tuvieron y su función en el orden establecido de la sociedad. Véase Joan W. Scott,
“Gender: A Useful Category of Historical Analysis,” The American Historical Review 91, no. 5 (Diciembre
1986), 1054 y 1067. El estudio del género en la Revolución Mexicana es un tema vigente. Esta inquietud
fue señalada en 1995 por la historiadora Ana Lau Jaiven enfatizando la necesidad de conocer más de las
relaciones entre hombres y mujeres a consecuencia de la revolución, los cambios en los patrones de
conducta y los papeles desempeñados por las mujeres. Examínese Ana Lau Jaiven, “Las mujeres en la
Revolución Mexicana. Un punto de vista historiográfico,” Secuencia 33 (Septiembre - Diciembre 1995):
85-92. Dentro de los estudios del zapatismo, una de las principales pesquisas que abordan el género es
María Herrerías Guerra, “El Zapatismo visto desde la modernidad. Presentaciones de género en la
historiografía zapatista (1911-1919)” (tesis de maestría, Universidad Autónoma Metropolitana, 2003).
168
en las gentes. Incluso, una gran cantidad de hombres y mujeres continuaron realizando
sus trabajos basados en el género que efectuaron antes de 1910. Las mujeres
Los campesinos que vivieron en las regiones que este estudio comprende
vistieron con camisa y calzón de manta, ambos en color blanco. La gente del campo
formas. Para protegerse del frío, estas gentes acostumbraron a usar gabanes. Las
mujeres cubrieron sus cuerpos con vestidos largos y blusas, y calzaron con huaraches.
zapatistas vistieron como éstos campesinos, ya que su origen procedía del campo. Sin
Los campesinos, así como ocurrió con la mayoría de los zapatistas, siguieron el
piel, pantalones negros con botones de plata a lo largo de la costura, pañuelo de seda
432 Entrevista con Enrique M. Zepeda, conducida por Eugenia Meyer, Ciudad de México, 24 de marzo, 3
de abril y 11 de mayo, 1973, UTEPL, AEC, MF 560, Rollo 2, 101. Una de las ilustraciones más verídicas
de la vestimenta de los zapatistas aparece en Rodolfo Alanis Boyzo, Historia de la revolución en el
Estado de México. Los Zapatistas en el Poder (Toluca: Gobierno del Estado de México, 1987), 210 y
211. En contraparte, una caricatura que muestra a los zapatistas vestidos de manera no atinada, sin
calzón ni camisa de manta figura en P Jowett y A de Quesada, The Mexican Revolution 1910-1920
(Oxford: Osprey Publishing, 2006), E (37). En cambio, Daniela Marino presenta uno de los pocos
trabajos que examina fotografías de zapatistas en prensa. Véase Daniela Marino, “Dos miradas a los
sectores populares: fotografiando el ritual y la política en México, 1870-1919”, Historia Mexicana Vol. 48,
no. 2, (Octubre – Diciembre 1998): 209-276.
169
atado alrededor del cuello, espuelas de plata, pistola a la cintura y sombrero ancho. 433
charro se atavió con “pantalón ajustado de casimir negro con botonaduras de plata,
sombrero charro, chaqueta o blusa de holanda, gasné al cuello, zapatos de una pieza,
atuendo, el charro debió de andar en su buen caballo que luciera una montura vistosa.
Ilustración 5.1: Pareja zapatista. Colección Emiliano Zapata, “Pareja de la tropa del
Ejército Libertador del Sur,” s/a, Archivo General de la Nación (AGN)
433 Samuel Brunk, ¡Emiliano Zapata! Revolution and Betrayal in Mexico (Albuquerque: University of New
Mexico Press, 1995), 22 y 23.
434 Aquiles Chiu, “Peónes y campesinos zapatistas”, en Emiliano Zapata y el movimiento zapatista
(México, D.F.: INAH, SEP, 1980): 101- 153, en part., 122.
170
Pero lo cierto fue que no todos los zapatistas vistieron como idealizaron, ya que
por las calles, sorprendió a las gentes de las ciudades. En efecto, eso ocurrió cuando
Velázquez, los zapatistas desfilaron por las calles ante la mirada de asombro de los
seguido por sus correligionarios vestidos con camisa y calzón de manta en color
blanco. Así fue que poco más de 2 mil zapatistas desfilaron “palúdicos, sucios, llenos
de barro, con los feos sombreros de petate y ropas miserables”. 435 Esa vez no fue la
única ocasión que evidenció el mal estado de las tropas zapatistas. Rosa E. King,
dueña de un hotel en Cuernavaca, describió a los zapatistas como unos “pobres tipos”
que usaban sombreros de paja enormes, calzones blancos, “con calcetas de algodón
púrpura, rosa o verde que ceñían los tobillos por encima del calzón”.436
Ciudad de México que se enlistaron con los zapatistas sufrieron burla al llegar vestidos
como “catrines”, según los revolucionarios. De acuerdo con uno de los estudiantes,
Emiliano Zapata observó sus “bombines”, sus trajes cortados a la moda y borceguíes
de charol. Entonces, Zapata “prorrumpió en una sonora carcajada, coreada por los
demás charros”. Y posteriormente, Zapata les dijo: “pero siquiera hubieran venido
435 Gustavo G. Velázquez, Toluca de Ayer, tomo II, (México, D.F.: Biblioteca Enciclopédica del Estado de
México, 1972), 97.
436 Rosa E. King, Tempestad sobre México (México, D.F.: Mirada viajera, 1998), 65.
171
vestidos de hombres, porque, por aquí, esas chaquetillas se van a quedar en los
huizaches y esos sombreros que parecen bacines no sirven para el sol, cuando más
coraje, rudeza, valentía, bravura y fortaleza moral, física y espiritual. Este entorno
bélico creó a un “nuevo hombre” que resistiera penas, dolores y hambres. Al respecto,
heridas.438 Otro informante refirió a ese hombre como aquel a quien no le importó
alimentarse escasamente con habas tostadas y tortillas rancias. 439 Por último, otra
persona que vivió durante aquel tiempo aseguró que los generales zapatistas estaban
También, los soldados que no tuvieron el rango de general asumieron esa postura de
soldado del Estado Mayor del general Zapata. Ese general le dijo que “no lo quería muy
hombre”, pero “que se supiera parar bien en el combate”.441 En esa invitación queda
sin perder el autocontrol. Como ejemplo de ello, el general Zapata ofreció coñac a los
437 Joaquín Paéz López, Cuatro meses de vacaciones con Zapata (Cuernavaca: Cuadernos Históricos
Morelenses, 1999), 8.
438 Entrevista con Lorenzo Ruíz López, conducida por Laura Espejel, San Antonio Zoyotzingo, Chalco,
Estado de México, 1 de septiembre, 1975, PHO/Z/1/118, 77.
439 Entrevista con Severiano Castillo, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel, en Santa
Cruz Acalpixca, Xochimilco, D.F., 28 de julio, 1973, PHO/Z/1/5, 26.
440 Entrevista con Leopoldo Alquicira Fuentes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, en Tepepan, D.F.,
21 y 31 de julio, 1973, PHO/Z/1/3, 47.
441 Entrevista con Cristóbal Domínguez, Agustín Ortíz, y Francisco Mercado, conducida por Risalind
Rossof y Anita Aguilar, Huehuetlán El Chico, Puebla, 1973 y 1975, PHO/Z/1/123, 6.
172
mismos estudiantes de la Ciudad de México mencionados previamente, y que se
acababan de incorporar como revolucionarios. Zapata les aconsejó que para enseñarse
a hombres debían saber tomar con moderación las bebidas embriagantes. Aquellos
estudiantes se bebieron el coñac que les ofreció Zapata, pero desearon seguir tomando
más. La actitud de esos recién incorporados provocó que Zapata riera y les negara la
bebida, advirtiéndoles que el hombre debía dominar sus apetitos para que llegara a ser
“verdaderamente hombre”.442
acatar niños y niñas. Ejemplo de ello, la “Ley de enseñanza primaria para la República”
entró en vigor en Morelos en febrero de 1916. Dicha ley apareció con la autoridad
zapatista para aplicarse en los dominios de la revolución. En su artículo 14, esta ley
sostuvo textualmente: “la enseñanza cívica se impartirá según el sexo de los alumnos,
de modo que para los varones sea una preparación para su vida de ciudadanos libres y
para las niñas una preparación para su vida en el hogar”.443 La ley permitió concebir
que para el bando revolucionario, así como lo habían sido y lo eran los dictámenes de
442
Paéz, Cuatro meses de vacaciones con Zapata, 10.
443
Ley de enseñanza primaria para la República, Cuernavaca, Morelos, 14 de febrero, 1916, AGN,
CCGS, caja única, expediente. 2, foja. 60.
173
la autoridad federal en la materia, los roles de género debían seguir siendo
Las mujeres molieron maíz en metates para obtener la masa y hacer tortillas para
alimentar a sus familias y a los zapatistas cuando pudieron. Para demostrar el suceso,
para pedirle armas y dinero en efectivo. El encuentro acaeció en casa del general
Zapata, en Villa de Ayala, Morelos. Una vez que terminaron el asunto, la señora Josefa
Espejo, esposa de Zapata, sirvió al soldado una comida deliciosa: sopa de arroz,
del Camino, Oaxaca. Los carrancistas buscaban a zapatistas que habían descarrilado
un tren militar. Una de las mujeres, a quienes los carrancistas allanaron su casa,
sostuvo con rabia ante el abuso: “quieren encontrar los campamentos de los zapatistas
444 Entrevista con Juan Olivera López, conducida por Eugenia Meyer, México, D.F., 23 de noviembre y 5
de diciembre, 1972, PHO/Z/1/28, 36.
445 Informe dirigido al licenciado Octavio Paz, Tlaltizapán, Morelos, 20 de agosto, 1917, AHUNAM,
FGMC, caja 70, expediente 9, foja 104. La cita aparece en letras mayúsculas en el original.
174
Ilustración 5.2: Preparando alimentos. Propiedad Artística y Literaria, Colección C. B.
Waite, “Tipos mexicanos, nativos comiendo y mujeres haciendo
tortillas,” 1908, Archivo General de la Nación (AGN)
financieros para apoyar a las gentes vulnerables. Por ejemplo, en abril de ese año,
175
Rafael M. Tello, artesano, zapatero y padre de una familia numerosa en Cuernavaca,
obtener un trabajo, ya fuera escribiendo o “en cualquiera otra cosa”, con el que pudiera
ganar el sustento para sus hijos que vivían miseria. El señor Tello sentía que las fibras
para andar con libertad por los caminos en demanda de sus necesidades. Zárate era
más aún, este hombre tenía la responsabilidad de mantener a su esposa y a sus tres
hijos.447
5.2 EL MATRIMONIO
entre los que destacan, en un principio, cómo fueron éstos durante la revolución y de
resistencia campesina y los problemas ordinarios que enfrentaron los esposos. Al final
446 Carta de Rafael M. Tello al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 20 de abril, 1915, AGN,
AGO, caja 5, expediente 4, foja 32.
447 Carta de Procopio Zárate al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, 14 de agosto, 1915, AGN, FEZ,
caja 9, expediente 5, foja 14.
176
Los matrimonios continuaron celebrándose por lo civil y lo religioso como se
celebraba antes de que la revolución comenzara. En las ciudades más grandes, y que
de la Parroquia de San José, también en Toluca, son fuentes fidedignas al respecto. 448
prensa o en actas que testifican que tanto pacíficos como revolucionarios mencionaron
Lamberto Derbez pidió unos centavos al general de la O porque estaba “muy bruja”, o
448 Los matrimonios religiosos quedaron documentados en el Libro de Registro que da fe del nombre de
los contrayentes, su lugar de origen, parroquia, fecha, nombre del cura, estado civil, edad y nombre de
los padres de los contrayentes. Cada uno de estos últimos debía jurar ante “Dios Nuestro Señor y la
Señal de la Santa Cruz” decir la verdad en el interrogatorio, ser cristiano católico apostólico romano y
bautizado. Además ellos debían afirmar no tener ningún impedimento canónigo de consanguinidad,
afinidad, ni espiritual parentesco por bautismo, confirmación, ni enfermedad contagiosa, ni hallarse ligado
con voto de castidad, de religión, ó de peregrinación, no ser excomulgado, ni tener esponsales
pendientes con otra persona; tener libre voluntad para contraer matrimonio. Para consultar más detalles
véase Archivo de la Catedral de Toluca (ACT), “Información matrimonial (1912-1914)” y “Informaciones
matrimoniales (1913-1914)”. Archivo de la Parroquia de San José (APSJ), “Informaciones matrimoniales,
caja 56.
449 Carta del coronel inspector Lamberto N. Derbez a Genovevo de la O, s/l, 12 de diciembre, 1912,
UTEPL, AGGO, MF 507, I.01. Para ver fotografía de una pareja de zapatistas que contrajeron
matrimonio en la Ciudad de México, en donde la mujer parece sostener un revolver, obsérvese en
Gustavo Casasola, Biografía Ilustrada del General Emiliano Zapata (México, D.F.: Editorial Gustavo
Casasola, 1975), 69.
177
probablemente debido a la formalidad del acto, a la falta de oportunidad y a los costos.
Ese entorno bélico representó que algunas mujeres encontraran en el casamiento una
capítulo 4 acerca de las mujeres, la inseguridad representó un peligro latente para ellas
que optaron por casarse con su raptor al haber habido la voluntad entre ambos. Por
instancia, Alberta Galindo Mantilla, una mujer de Tenango del Valle, Estado de México,
casó con su raptor, que por cierto era un zapatista, porque era la única persona que la
se logró. Los revolucionarios, o mejor dicho, los hombres armados que andaban en la
en el Estado de México, le ofreció un hombre a quien había defendido casarse con una
quien ya no vería.451
era un serio impedimento. Al parecer ese fue el caso del general Emiliano Zapata,
450 Entrevista con Alberta Galindo Mantilla, conducida por Alicia Olivera, Tenango del Valle, Estado de
México, 13 de octubre, 1974, PHO/Z/1/69, 6 y 12.
451 Entrevista con Heliodoro Castañeda, conducida por Laura Espejel y Yolanda Alemán, Tenancingo,
Estado de México, 21 de septiembre, 1975, PHO/Z/1/119, 45.
178
quien casó con 2 mujeres en menos de un año y procreó hijos con más de una. Antes
de consumar estos dos matrimonios durante la lucha armada, se conoce que Zapata se
había casado ya con Inés Aguilar. Ya durante la revolución, Zapata casó con Josefa
con una nota en el periódico El Mañana, en ese 1911, pero sin precisar fecha, Zapata
casó con María Pantaleona Pérez Pérez, en la parroquia de Cuautla, a las 3 y media de
la mañana. Ahí los novios entraron al templo mientras se entonaba el himno nacional.
La novia lució un traje de merino azul, dos arracadas de plata y cuatro hileras de
se conoce por juzgar de los archivos zapatistas si otros zapatistas con menor poder y
jerarquía compartieron esa misma experiencia. Sin embargo, esta situación conlleva a
sostener que obtener matrimonio en más de una ocasión por los zapatistas fue un
rebelión zapatista. La mejor evidencia de esto surge en la realización del Plan de Ayala
zapatistas juraron defender el Plan hasta morir o vencer.453 En ese momento, los
452 “Matrimonio elegante,” El Mañana, 15 de junio, 1911 - 28 de febrero, 1913. La nota en el periódico no
tiene una fecha precisa, y únicamente en la portada indica el periodo de tiempo.
453 Entrevista con Macedonio García Ocampo, conducida por Laura Espejel, Juchitepec, México, 23 de
abril, 1977, PHO/Z/1/141, 58-89.
179
hijos y de sus padres, para consolidar su defensa al Plan. De esta manera, el
matrimonio como institución fortaleció la unión de las familias, y con ello, contribuyó a
Por ejemplo, cuando los zapatistas saquearon pueblos y haciendas, ellos tomaron
pertenencias que fueran útiles para sus esposas, madres e hijas. Para ilustrar un
recamara.454 En otro ejemplo similar, un informante aseguró que los zapatistas entraron
a los pueblos para obtener ropa para sus mujeres que andaban desnudas y
semidesnudas al igual que otros rebeldes. Ante esas necesidades, los zapatistas
desnudaron a los hombres en las calles de los pueblos, mientras que a las mujeres las
cotidianidad. Cabe señalar que estos problemas matrimoniales siempre habían existido
desde antes de la revolución. Lo novedoso fue que las partes en conflicto para
pueblos. Por instancia, la señora Antonia Esquivel explicó al general de la O que había
454 Oficio al secretario general de gobierno del Estado de México, Tenancingo del Valle, Estado de
México, 30 de enero, 1912, AHEMe, CRM, volumen 6, expediente 6, foja 204.
455 Entrevista con Domingo Robles Abúndez, conducida por Salvador Rueda, Huitzuco, Guerrero, 16 de
abril, 1977, PHO/Z/1/136, 7.
180
problemas en el matrimonio de su hija, casada por la Iglesia con alguien de nombre
Esquivel argumentó su inocencia en los conflictos del mismo al señalar que al ser
En otras ocasiones, los matrimonios quedaron afectados por los abusos de las
un general apellidado Ayala. Herrera fue detenido, y desde ese momento su esposa M.
caso similar ocurrió en abril de 1916, cuando Dolores F. de Zavala pidió al general
Zapata conceder la libertad a su esposo preso ya que era inocente. La señora le señaló
“prefiere abandonarme en compañía de mis hijos antes que dejar de luchar por la santa
causa del Pueblo”.458 Incluso, la realización de leva constituyó otra manera en que las
esposas perdieron a sus maridos. Al respecto, Miguel Ángel Sedano Peñaloza comenta
que cuando los soldados federales hicieron leva fue conocido que cuantiosas esposas,
456 Carta de Antonia Esquivel al general Genovevo de la O, Santa Catarina, 9 de agosto, 1914, AGN,
AGO, caja 4, expediente 2, foja 137.
457 Carta de M. Trinidad Pedroza de Herrera al general Emiliano Zapata, Miacatlán, Morelos, 10 de
noviembre, 1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 7, fojas 34 y 35.
458 Carta de Dolores F. de Zavala al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 17 de abril, 1916,
AGN, FEZ, caja 12, expediente 2, foja 86. Véase también carta de Dolores F. de Zavala al general
Emiliano Zapata, Tlaltizapán, s/f, AGN, FEZ, caja 14, expediente 16, foja 40.
181
que cargaban en sus espaldas a sus hijos, corrieron detrás del tren para conocer el
abusó de la esposa con brutalidad para influir en las decisiones de ella, o cuando la
esposa maltratada fue defendida por sus familiares. En este punto vale la pena
mencionar que es difícil afirmar qué tanto el desorden causado por la revolución
incrementó la violencia familiar. Una disputa que ilustra el hecho ocurrió entre Rosalio
este conflicto, Lucas sabía con antelación que Rosalío castigaba a su esposa con
ayunos, desvelos y golpes por sospecha de que tenía un amante. A todo esto Lucas
hizo caso omiso para evitar disgustos hasta el día en que ocurrió la disputa. Esa noche,
esposa a tomar sus pertenencias para dejar la casa y dirigirse a Jojutla, Morelos. La
sus dos criaturas al peligro. Rosalio intentó encajarle un puñal a Lucas, pero éste le
agarró la mano y luego sacó una navaja haciendo que Rosalio guardara su arma. La
459 Miguel Ángel Sedano Peñaloza, Emiliano Zapata, Revolucionarios Surianos y Memorias de Quintín
González (México, D.F.: Editorial del Magisterio, 1970), 121.
460 Informe de Lucas Cuenca al coronel Severo Vargas, Coatetelco, Morelos, 10 de mayo, 1913, AGN,
AGO, caja 1, expediente 8, foja 22.
182
Otra manera en que un matrimonio salió perjudicado fue cuando una persona
presentaron en el cuartel general del ingeniero Ángel Barrios, inspector general de las
por haberle dado de cintarazos a su esposa y denunció que el ayudante del coronel le
1914, cuando soldados zapatistas fueron a casa del señor Genaro Portillo, un pacífico y
vecino de Puente de Ixtla, Morelos. Ahí, uno de los zapatistas llamado Benjamín López
le habló a la señora Magdalena Pérez, usando palabras obscenas y altaneras para que
rostro. El señor Portillo, al darse cuenta de la ofensa, salió a pedir ayuda a las
Zapata, a Doroteo Arias por haber agredido a su esposa Ángela Francisca. El señor
Zamora y su esposa eran de Temoac, Morelos. La ofensa ocurrió al medio día en enero
183
de 1915, en el mercado de Zacualpan de Amilpas, mientras su esposa vendía artículos
como jabón, cigarros y cerrillos. A su puesto de venta llegó el señor Arias en estado de
venderle los cigarros por no tener cambio, lo que molestó al comprador expresándole
matrimonio y fortalecer el bienestar de las familias. Para ilustrar ese hecho, los
en 1915. En sus primero cinco artículos, este proyecto dictó que los esposos eran libres
para vivir unidos o separados de manera independiente entre sí. Al mismo tiempo, un
463 Carta de Odilón Zamora al general Emiliano Zapata, Temoac, Morelos, 4 de enero, 1915, AGN FEZ,
caja 3, expediente 2, foja 94.
464 Proyecto de Ley sobre el matrimonio, Cuernavaca, Morelos, 11 de diciembre, 1915, CEHM-CARSO
CONDUMEX, AJA, Fondo VIII-2 J.A., Manuscritos, carpeta 3, Legajo 18.
184
estuvieron implicados sin importar su condición adversa que enfrentaron a
Incluso, como se verá más adelante, hubo ocasiones en que las mujeres se fueron con
de que esas imágenes divinas los protegían de los peligros. Pero en este caso, las
Serafín Plasencia Gutiérrez enamoró a las mujeres cuando iba a pedir comida a las
sintió correspondido en los cortejos cuando una mujer que le agradaba le comenzó a
“menear los ojos”.466 En un tercer caso, el zapatista Nicolás Chávez Reyes flechó a una
esta experiencia no brindó más detalles de cómo fue la vida de esta pareja durante ese
tiempo.
465 Entrevista con Irene Copado viuda de Reyes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel,
Tizapan, D.F., 14 y 18 de agosto, 1973, PHO/Z/1/10, 11.
466 Entrevista con Serafín Plasencia Gutiérrez, conducida por Laura Espejel, Ciudad de México, 13 de
septiembre, 1974, PHO/Z/1/59, 98.
467 Entrevista con Nicolás Chávez Reyes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo Tomás Ajusco,
D.F., 7 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/17, 11.
185
Ilustración 5.3: Pareja de enamorados. Propiedad Artística y Literaria, Colección C. B.
Waite, “Tipos mexicanos, pareja platicando,” 1908, Archivo General de
la Nación (AGN)
interés. De acuerdo con una informante, Emiliano y Eufemio Zapata acecharon a dos
“buenas pollas”, es decir, que quizá eran mujeres atractivas y trabajadoras a quienes
miraban moliendo maíz, torteando la masa y haciendo tortillas. 468 Es cierto que este
tipo de observación cuyo objetivo era el cortejo haya existido antes de la etapa
revolucionaria y, como se puede apreciar con esta anécdota, continuado durante ésta.
468
Entrevista con Gregoria Zuñiga de Niter, conducida por Carlos Barreto, Tenextepango, Morelos, s.f.,
PHO/Z/1/82, 4.
186
Las cartas de amor representaron otra forma en que los pretendientes
contrarios debido al espionaje. Las cartas de amor le dieron forma al romanticismo del
tiempo, pero no demostraron que toda la población supiera leer y escribir. Siempre
hubo quien ayudara a escribir o a leer a los enamorados. Pero también, hubo padres
de familias que consideraron que los asuntos de amor debían ser privados. De acuerdo
con un testimonio, en Tepalcingo, Morelos, una madre contrató maestras para que
enseñaran a sus hijas a leer en su rancho. La madre les dijo a sus hijas: “no las quiero
pa’ secretarias, ni pa’ licenciadas ni para maestras […] es pa que siquiera sepan una
letra que cuando les escriba el novio no tengan que dar a saber”.469
469 Ibid., 2.
187
Posteriormente, Marcos le abrió su corazón con una inesperada declaración:
le enviara un desprecio en retorno. Eso fue lo que aquel fiel, inútil, atento y afectísimo
desconoce si la carta llegó a manos de su amada ya que la misiva quedo con el tiempo
buscaron obtener mayor protección en el novio para afrontar el caos y la guerra. Las
padres, huir de los maltratos y obtener matrimonio. Entre 1914 y 1915, se conocieron
algunos casos en Puebla y Morelos cuando unos padres de familia denunciaron ante
las autoridades zapatistas el rapto de sus hijas. Pero con la declaración de las victimas,
quedó aclarado que no consistieron en raptos debido a que ellas escaparon de sus
casas por su propia voluntad. Como ejemplo de ello, el 10 de junio de 1914, la señorita
Placida Aguilar manifestó haberse ido por su propia voluntad con su novio Taurino
470 Carta de Marcos Pérez a Toribia Nava, Cuartel Insurgente Libertador, 13 de abril, 1914, AGN, AGO,
caja 3, expediente 4, foja 25.
188
Tapía, soldado de las fuerzas revolucionarias. La señorita derribó el argumento de su
Unos días después de este acontecimiento sucedió otro muy parecido también
en Puebla, cuando la señorita María Juana González abandonó su casa por su propia
Guadalupe Vargas se fue por su propia voluntad con un individuo que estaba dispuesto
a casarse con ella.473 Como se puede apreciar, estos hechos causaron confusión y
Igualmente, estos casos muestran como las hijas evadieron la aprobación de sus
padres para resolver sus vidas por su cuenta. Y quizá, en muchos casos, como lo
demuestra el último ejemplo citado, las mujeres optaron por escapar y obtener el
casamiento con sus novios antes de ser ultrajadas por algún bandido, revolucionario o
soldado que se aprovechara del desorden social. Así lo pensó Ignacia Peña, en otra
experiencia, cuando conoció a un joven en Huitzilac, Morelos, con quien decidió vivir
471 Acta, Hacienda de Cuilotepec, Tochimilco, Puebla, 23 de junio, 1914, AGN, AGO, caja 14, expediente
7, foja 11.
472 Acta, Hacienda de Cuilotepec, Tochimilco, Puebla, 21 de junio, 1914, AGN, AGO, caja 14, expediente
7, foja 10.
473 Oficio del general brigadier Reyes Martínez al general Emiliano Zapata, Tetecala, Morelos, 3 de
noviembre, 1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 7, foja 7.
474 Entrevista con Ignacia Peña viuda de Fuentes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo Tomás
Ajusco, D.F., 7 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/18, 7.
189
El noviazgo terminó cuando se presentaron actos de violencia, falta de
relaciones afectuosas con Juan, sin recibir abusos ni presiones. Sin embargo, al
Chietla, Puebla, detuvieron al capitán primero Reyes Flores por raptar a su novia Otilia
López. Emilia Romero, madre de Otilia, denunció al capitán por el delito. El capitán
hacer, mientras que el capitán prometió no volver con Otilia ni ofender en casa de la
hizo “justicia” tras haber sido ofendido en su honor. Y de manera general, el acto
constantemente.
475 Carta de Encarnación Alonso al general Emiliano Zapata, Achichintla, Guerrero, 26 de febrero, 1915,
AGN, FEZ, caja 6, expediente 2, foja 6.
476 Acta firmada por el coronel Clemente Acevedo, Chietla, Puebla, 6 de julio, 1915, AGN, FEZ, caja 9,
expediente 1, foja 65.
190
acusaciones de adulterio se dieron a conocer a las autoridades zapatistas que
dichos reportes, en donde posiblemente una de las causas principales que influyeron
que el 3 de febrero de 1915 el coronel zapatista Marino Sánchez le tendió una trampa
para robarse a su hija Francisca. El engaño consistió en enviarlos a él, que era su
para llevarse a Francisca con él. Cuando el señor Labastida regresó de su encomienda
ya no encontró a su hija en casa, supo de la aventura del coronel con ella. El señor
pedido en matrimonio para casarse con ella, se la hubiera yo dado, pero como es
casado no puede casarse con ella más de solo prostituirla como está haciendo”.
Labastida indicó que el coronel Sánchez se había separado de su esposa Carmen por
haber sostenido un amorío con otra mujer que no era su hija Francisca. Después de
eso, el señor Labastida manifestó que ya no quería que Francisca regresara a su casa
porque ya era indigna de hacerlo y tampoco quería seguir como secretario particular ni
del ayuntamiento.477
Una mujer llamada Josefina Valdepeña escribió al general José Rodríguez para que
avisara al general Zapata que ya “no se ocupara” de Manuela Bueno, “la Zacapalqueña
477 Carta de C. Labastida al general Emiliano Zapata, Tepoztlán, Morelos, 7 de febrero, 1915, AGN, FEZ,
caja 5, expediente 1, foja 56.
191
rancherota”. El mensaje advirtió que Manuela mantenía relaciones con Francisco
romance de los mencionados porque no quería que se burlaran del general. 478 Para
ese tiempo, y como ya se mencionó, Zapata estaba casado con más de una mujer, y
sostenía amoríos con otras más. Un testimonio afirmó, por ejemplo, que Zapata se
llevó a la señora Guadalupe Martínez nomás porque le gustó. 479 Más allá de esto, a
Zapata le adjudicaron haber tenido 22 mujeres, entre ellas Luisa Merino, Inés Aguilar,
Petra Portillo, María Jorge Piñeiro y María de Jesús Pérez. 480 Al tener muchas mujeres,
fondo de poder que implícitamente estableció una relación de dominio sobre las
fortaleza revolucionaria.
5.4 SEXUALIDAD
478 Carta de Josefina Valdepeña al general José Rodríguez, Tepalcingo, Morelos, 9 de septiembre,
1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 1, foja 66.
479 Entrevista con José Burgos Carmona, conducida por Laura Espejel y Yolanda Alemán, Juchitepec,
Estado de México, 19 de abril, 1974, PHO/Z/1/99, 40.
480 María Bertha Barreto Zamudio, “Las mujeres de mi general (María de Jesús Zapata y Gregoria
Zúñiga)” en El municipio de Ayala. Apuntes desde su historia, coordinado por Enrique Anzures Carrillo,
(Cuernavaca: Instituto de Cultura de Morelos, 2009):167-173, en part. 170 y 171.
192
zapatistas guardan pocas evidencias al respecto. En el primero de los temas, las
1915 una lista de enfermos del Hospital Militar de Cuautla, Morelos, registró pacientes
zapatistas de las brigadas Gadea, Franco, Salas, Eufemio Zapata, Cortez, Bonato,
segunda lista emitida por el mismo tiempo aparecieron zapatistas de las brigadas
chancro raíz del pene.482 En una última relación surgieron enfermos con chancro
481 Lista de jefes, oficiales y soldados no hospitalizados, que se encuentran curando en el Hospital Militar
de esta Ciudad desde el 1/o al 31 mayo 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, foja 106-108.
482 Relación de los enfermos asilados en este hospital, Cuautla, Morelos, mayo, 1915. AGN, FEZ, caja 8,
expediente 3, fojas 110 y 111.
483 Lista de enfermos y heridos atendidos en el Hospital Militar de Chietla, Puebla, 11 al 31 de mayo,
1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, fojas 125 y 126.
193
Morelos, quedando cerca de haber sido fusilado por órdenes del mismo Zapata. 484 Pero
noviembre de 1918. Mejía escribió carta a Palafox refiriéndose a él como “un pobre
diablo de sexo equivocado como lo es usted”. Y concluyó refiriéndose a él: “no puede
del general Pablo González. Este ataque a Zapata centró en haberse relacionado
laboralmente con Ignacio de la Torre y Mier, yerno del general Porfirio Díaz, de quien
acusación del hijo del general González resultó tiempo después de que la revolución
había terminado.486 Las intensiones del acusador pueden intuirse como un intento para
masculina oficialmente en los años setentas. Carmen Robles, también conocida como
“Amelio Robles” o “el güero”, “fue muy dura hasta con sus propios jefes” según un
484 Gabriela Cano, “La íntima felicidad del coronel Robles,” Equis 14 (Junio 1999), 27.
485 Carta de M. Mejía a Manuel Palafox, San Rafael, 27 de noviembre, 1918, AHUNAM, FGMC, caja 77,
expediente 63, foja 2.
486 Raúl González Nava, ¿Dónde estás Emiliano?, DVD, (México, D.F.: XEIPN, Canal Once, 2003).
Además consúltese Miguel Ángel Barrón Gavito, “El baile de los 41: la representación de lo afeminado en
la prensa porfiriana,” Historia y grafía 17, no. 34 (2010): 47-73.
194
informante. Éste, a su vez, afirmó Robles no consintió que la trataran como una señora
ya que “siempre fue el señor Robles”.487 Robles mantuvo una relación de pareja con
mostró “que los modos masculino y femenino de ser y actuar no son esencias definidas
ni fijas, sino construcciones culturales con una gran plasticidad, que se moldean de
acuerdo con las identificaciones subjetivas de las personas y las convenciones sociales
y símbolos culturales del género”. Cano observó en Robles a una mujer con gestos,
sombreros y usar cigarro y pistola. Robles vistió y se comportó como hombre desde la
revolución hasta sus últimos días de vida. Cano remató diciendo que Robles fue
aceptada por los zapatistas porque su cualidad apoyó a la masculinidad del patriarcado
sin atacar las funciones del género ni la conducta sexual.489 Robles fue como cualquier
Espinosa vistió como hombre, mientras que la espía zapatista Ángela Jiménez se
487 Entrevista con Serafino Bahena, conducida por Marcelo González Bustos, Iguala, Guerrero, 17 de
mayo, 1977, PHO/Z/1/153, 12.
488 Cano, “La íntima felicidad del coronel Robles,” 32.
489 Ibid., 25-27.
490 Gabriela Cano, “Unconcealable Realities of Desire. Amelio Robles’s (Transgender) Masculinity in the
Mexican Revolution,” en Sex in Revolution. Gender, Politics and Power in Modern Mexico, editado por
Jocelyn Olcott, Mary Kay Vaughan y Gabriela Cano (Durham: Duke University Press, 2006), 36-37, 40.
491 Andrés Reséndez Fuentes, “Battleground Women: Soldaderas and Female Soldiers in the Mexican
Revolution” en The Americas Vol. 51 No. 4 (Abril, 1995), 544 y 546.
195
masculinas para demostrar rudeza y fortaleza que era necesaria en el entorno agresivo
en que vivieron.
5.5 CONCLUSIONES
peligro del tiempo. En este cambio algunas de las actividades dejaron de ser exclusivas
totalmente sus quehaceres, y continuaron con algunas actividades que solían hacer.
mayoría. Salvo algunos zapatistas que vistieron diferente en algún momento como
nuevos soldados, gentes de las ciudades, intelectuales o algún zapatista del ejército
con jerarquía alta. En algún momento las gentes de las ciudades quedaron
cruel realidad.
196
La cotidianidad de la revolución también contó con las manifestaciones de
honor y el de sus familias ante los abusos sexuales. Los revolucionarios fueron buenos
prospectos para el matrimonio al valerse de las armas para proteger a sus familias. Los
esposos no pudieron evitar los problemas comunes entre ellos ni la intromisión de sus
ideales ultrajaran mujeres casadas valiéndose del poder y la fuerza. En contraparte, las
cartas y encuentros.
sexuales. Por último, es necesario reiterar que la guerra forzó a los zapatistas a asumir
una postura “más masculina” o machista para mostrar rudeza y afrontar peligros.
Dentro de esta condición hubo casos transexualidad que presentaron al menos una
hombre, que al ser mal vistos por la sociedad y los zapatistas, quedó menos evidente,
como pudieron haber aparecido otros casos que quedaron sin registros y en el olvido
de la historia.
197
CAPÍTULO 6
NIÑOS Y ADOLESCENTES
de los pueblos de Morelos, y algunos del Estado de México y del sur del Distrito
diferentes tiempos, a las actividades que realizaron y al entorno que enfrentaron. Esta
explicaciones en torno a los adolescentes. Aquí se examina a estos grupos a través del
492 Esta investigación examina a los infantes y adolescentes hasta de 15 años de edad. Es complicado
establecer el límite de edad entre la niñez y la adolescencia, y entre ésta y la edad adulta en tiempos de
la revolución. Para fines prácticos, aquí se entiende que la niñez culminaría a los 12 años para dar paso
a la adolescencia, y que ésta a su vez terminaría a los 16 años, aproximadamente, tal y como se
comprende en la actualidad. Sin embargo, es prudente señalar que estas etapas biológicas y
psicológicas dependieron de otros factores que se deben considerar en tiempos de guerra. Es decir,
niños y adolescentes de ambos sexos de la revolución “crecieron más rápido” o “maduraron más aprisa”
al realizar trabajos, encarar peligros y asumir responsabilidades, así como pudo haber sido su actividad
sexual prematura. Así por ejemplo, la historiadora Yolanda Chávez Leyva pone en tela de juicio este
asunto al cuestionar si la distinción entre una niña y una mujer en la revolución obedeció a partir del
matrimonio, el nacimiento o la actividad sexual. Véase en Yolanda Chávez Leyva, “Cruzando la Línea:
Engendering the History of Border Mexican Children during the Early Twentieth Century” en Memories
and Migration. Mapping Boricua and Chicana Histories. Editado por Vicky L. Ruiz and John R. Chávez
(Illinois: University of Illinois Press, 2008): 71-92, en part., 75. Dentro del contenido de este capítulo es
necesario advertir que en algunos casos se omite la edad exacta de los protagonistas debido a que los
documentos de archivo y los testimonios no los precisan, pero sus edades entran dentro de la población
de estudio. Es difícil y complicado estimar el número de infantes y adolescentes de ambos sexos que
vivieron y perecieron en las regiones que este estudio comprende durante el movimiento armado.
198
algunos de éstos recibieron de parte sus amigos, familiares, revolucionarios y
enemigos.
igual forma, esta línea de investigación es difícil para obtener evidencias. En el Taller
1997, la historiadora Eugenia Meyer indicó la necesidad de indagar más acerca de los
niños y las niñas de la revolución. Meyer sostuvo que la importancia de esa indagatoria
niño guarda una simbología especial a partir de una profecía y de una vivencia del
que en Anenecuilco, Morelos, nacería un niño que llegaría a general y vengaría a todos
aquellos que habían sido despojados de tierras y aguas, y se las devolvería. 494 La
vivencia a que se hace referencia la revivió Jesús Sotelo Inclán cuando Emiliano miró
llorar a su padre Gabriel. El niño de 9 años de edad le preguntó por qué lloraba, y su
padre le dijo que la razón era porque “los amos” les quitaban las tierras y contra ellos
493 Eugenia Meyer, “¿Dónde están los niños? Reflexiones para una historia de la infancia durante la
Revolución,” en Estudios sobre el zapatismo, coord. Laura Espejel López (México, D.F.: INAH, 2000),
440. Meyer es la única que ha estudiado a los infantes en territorio zapatista bajo un enfoque teórico y a
mayor profundidad. Antes de salir su artículo apareció un texto Los niños villistas. Véase Beatriz
Alcubierre y Tania Carreño King, Los niños villistas. Una mirada a la historia de la infancia en México,
1900-1920 (México, D.F.: Secretaría de Gobernación, INEHRM, 1996). Igualmente, una historiadora que
ha escrito acerca de los niños durante la revolución es Yolanda Chávez Leyva, en “Cruzando la Línea…”,
y en “‘I Go to Fight for Social Justice’: Children as Revolutionaries in the Mexican Revolution, 1910-1920”.
The Journal of Peace and Change Vol. 23, No. 4 (October 1998): 423-439.
494 Serafín M. Robles, “Anecdotario de la Revolución: La madre Matiana,” El Campesino, 1 de
septiembre, 1949.
199
no podían pelear porque eran poderosos. El niño Emiliano le confesó que cuando él
familiares adultos para defender el derecho sobre sus tierras y aguas. Al menos, la
experiencia histórica de los abusos y de la defensa de las tierras que las gentes de
algunos pueblos vivieron fue bien conocida por sus habitantes desde edades
supieron que tarde o temprano debían defender sus tierras.496 Esto implicó en aquellos
habían hecho sus ascendientes. Al igual que ellos, cuantiosos niños y adolescentes de
Es más probable y seguro decir que la población en referencia vivió desigual en los
pueblos y las ciudades, del medio rural y urbano. Es sensato considerar además las
diferencias que todos ellos y ellas presentaron debido a sus edades, implicándoles una
que tuvieron en común, quizá, fue la pobreza y los trabajos extenuantes. Mientras que
495 Jesús Sotelo Inclán, Raíz y razón de Zapata (México, D.F.: Cien, 2011), 171.
496 Ibid.
200
algunos otros y otras sufrieron abusos e injusticias cometidas por terratenientes en
Pocas evidencias testifican que los infantes vivieron con condiciones favorables
antes de la revolución. Aquí, por ejemplo, existen testimonios de dos terratenientes que
las familias que vivieron y trabajaron en sus haciendas. En un primer caso, Manuel
brindar comodidades y buen trato a sus trabajadores, teniendo el “cuidado moral para
los niños de las familias reales”. En un segundo caso, Romualdo Pasquel, hacendado
establecido escuelas para niños de ambos sexos.497 A pesar de estos dos casos
presentados que favorecen de alguna manera la educación a los niños, las condiciones
éstos.
Poco se conoce acerca de la vida que tuvieron los niños y niñas durante los
primeros dos años de la guerra. Hubo niños que se fueron integrando a las filas
revolucionarias durante este periodo de tiempo que abarca las primeras rebeliones
497 Felipe Arturo Ávila Espinosa, “La vida campesina durante la Revolución: el caso zapatista,” en
Historia de la vida cotidiana en México. El siglo XX. Campo y ciudad, Vol. I, coord. Aurelio de los Reyes
(México, D.F.: Colegio de México, Fondo de Cultura Económica, 2006), 54 y 55.
201
embargo, no todos los niños ni adolescentes entraron al conflicto, pero debieron sortear
pueblos del Estado de México y del sur del Distrito Federal vivieron su primer asombro
al escuchar de los zapatistas sin conocerlos en persona. Para ilustrar esto, una niña de
14 años vivió su primer encuentro con los zapatistas en el pueblo de Ayotzingo, Estado
La niña rememoró esa experiencia al salir de su casa para dirigirse a la tienda, con las
siguientes palabras:
de pronto miré mucha gente con sombreros grandes y pies descalzos, con armas
unos y otros montados a caballo, vestidos de charros. Me dio tanto miedo que ya no
entré a la tienda por los cigarros y asustada corrí de nuevo a mi casa y le dije a mi
hermano Pancho que no le había comprado sus cigarros porque afuera de la tienda
mucha gente no dejaba entrar, y como había caballos qué tal si uno me fuera a
patear. Inmediatamente todos salimos a la esquina y fue como supe que eran los
zapatistas, que llevaban dos estandartes, uno con la imagen de Nuestra Señora de
Guadalupe […] y otro con el rostro del Caudillo del Sur, don Emiliano Zapata.498
este grupo de gente entró a la revolución porque sus familiares eran zapatistas. Este
conjunto siguió a sus parientes por considerar que ese era el mejor camino para
498Rafael Pozos Acatitla, “Ayotzingo durante la Revolución,” en Mi pueblo durante la Revolución, Vol. 1
(México, D.F: INAH, 1985), 66.
202
Meléndez, de 15 años de edad, entró a la revolución en 1910 acompañando a su
historiador, el joven expresó con orgullo su adhesión a los zapatistas diciendo: “me fuí
con el mero jefe Emiliano Zapata”.499 En otra experiencia, Mauro Ortiz Ramírez se
mencionando que tendría doce años cuando ya andaba armado. 500 Un niño de 10 años
inciertos y peligrosos y juró que si moriría su padre también moriría él. 501 En el barrio
convirtió en zapatista cuando supo que su primo hermano se había ido a la revolución.
En otro caso similar, el niño Marcial Martínez Becerril, de casi 8 años de edad,
y su familia del pueblo de San Miguel Xicalco, Tlalpán, Distrito Federal, abandonaron
de su casa sigilosamente en una noche fría, pues no quisieron ser vistos ni levantar
sospechas ante los ojos de sus enemigos. Por no tener calzado, el niño Marcial caminó
descalzo en su trayecto. Esa fue una experiencia triste e inolvidable para aquel niño:
“La humedad que existía en las pocas veredas que encontrábamos, se había
499 Aquiles Chiu, “Peones y campesinos zapatistas,” en Emiliano Zapata y el movimiento zapatista: cinco
ensayos (México, D.F.: INAH, 1980), 138.
500 Meyer, 451.
501 Entrevista con Heliodoro Castañeda, conducida por Yolanda Alemán y Laura Espejel, Tenancingo,
Estado de México, 21 de septiembre, 1975, PHO/Z/1/119, 3.
502 Entrevista con Manuel Ramírez Alarcón, conducida por Laura Espejel, Ocuilan de Arteaga, Estado de
México, 17 de agosto, 1974, PHO/Z/1/53, 6.
203
convertido en hielo, quedando como pedazos de vidrio, los cuales, al triturarse con
nuestros pasos, se oía un ruido como si, en vez de hielo, pisáramos tostadas”.503
Otra de las causas por la que los infantes se convirtieron en zapatistas fue para
adultos y por sus propias experiencias. Esta es la razón más vinculada que tuvieron los
niños con el contenido del Plan de Ayala. Ellos mostraron sed de justicia para la gente
por haber perpetrado abusos desde tiempos remotos. Hubo testimonios zapatistas que
También con “español” indicaron la presencia de este grupo racial que mantenía
durante la revolución. Por instancia, a un niño le daba coraje conocer que algunos
españoles maltrataban a los mexicanos antes de la revolución. Esos abusos de los que
supo, al igual que sus vivencias, hicieron que aquel niño decidiera ir como zapatista a
la guerra.505 En otra experiencia parecida, un niño entre siete u ocho años de edad de
503 Marcial Martínez Becerril, “San Miguel Xicalco en la Revolución,” en Mi pueblo durante la Revolución,
Vol. 1 (México, D.F.: INAH, 1985), 21.
504 Yolanda Chávez Leyva sostiene que la revolución originó que los niños sembraran una conciencia de
lucha por justicia social para alcanzar una sociedad más justa y equitativa. Consúltese en Chávez, “‘I Go
to Fight for Social Justice’”, 424.
505 Entrevista con Leopoldo Alquicira Fuentes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Tepepan, D.F., 21
y 31 de julio, 1973, PHO/Z/1/3, 23.
204
honda pa pelear con el español, con los hacendados”.506 Cabe señalar que resulta
complicado conocer qué era lo que realmente aquellos niños y adolescentes pensaron
saber lo que recordaron ya siendo adultos décadas después del conflicto armado.
el historiador Felipe Arturo Ávila Espinosa escribió que los zapatistas inspiraron a la
los corridos que proliferaron en la zona”.507 Así fue que los niños encontraron en los
voluntad, y en algunos casos, sin tener el permiso de sus padres. Por instancia,
correligionarios por lo que le fue difícil entablar una charla con ellos, mientras que de
guerra no sabía nada, ni manejar “un arma de chimenea” para defenderse.508 En otro
ejemplo, un niño de 11 años de San Juan Chinameca, Morelos, quedó a las órdenes de
Amador Salazar y Eufemio Zapata. El niño se unió a los rebeldes dejando a un lado su
506 Mauricio Lecón Rosales y Héctor Zagal Arreguín, “Agustín Zarco Gollolarte,” en Rescoldos de la
Revolución (Cuernavaca: Instituto de Cultura de Morelos, Gobierno del Estado de Morelos, Comisión
Ejecutiva para las Conmemoraciones del 2010, 2011), 83-84. Las cursivas aparecen en el original.
507 Ávila Espinosa, 65-66.
508 Entrevista con Severiano Castillo, conducida por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel, Santa Cruz
Acalpixca, Xochimilco, D.F., 28 de julio, 1973, PHO/Z/1/5, 8-9. El testimonio no indica el estado a que
pertenece, pero por referencias geográficas en la entrevista podría ser San Bartolo Ameyalco, Distrito
Federal. Sus habitantes lo abandonaron por abusos y saqueos. Para ver otro caso similar véase
entrevista con Mauro Ortíz Ramírez, conducida por Laura Espejel, Tacuba, D.F., 14 y 20 de abril, 1974,
PHO/Z/1/12.
205
silabario de segundo año, montando a caballo.509 Otro niño llamado José Esquivel
Reyes, del rancho La Ciénega, cerca de Ocuilan, Estado de México, se hizo zapatista
sin permiso de sus padres.510 En un caso más, un niño de San Antonio Tlaltenco,
Puebla, se unió a los zapatistas. A pesar de verlo chamaco, el general Rafael Espinosa
lo aceptó en sus filas incorporándolo para que atendiera al ganado vacuno en el llano.
quien les proporcionó armas.513 En otro hecho similar, unos niños de 10 años de edad,
intenciones al coronel Eufemio Peña, quien les preguntó “¿con qué creen que van a
206
tirar, con cocoles o con dulces? […] ¿de veras nos van a acompañar?, ¿no van a
llorar?”. El secretario abogó por los niños para que los acompañaran al igual que otro
Otros niños y muchachos que ingresaron a las filas zapatistas fueron invitados
adolescente de 14 años que cuidaba las ovejas de su padre fue invitado por un jefe
zapatista para irse con ellos a la revolución. El adolescente aceptó la propuesta sin
andábamos ya ahí que nos enculcaban que se peleaba el Plan de Ayala, que la
Revolución”, pero sin saber el contenido del Plan.515 Entre los que fueron aconsejados
para unirse a los revolucionarios se encontró Félix Vázquez Jiménez, de San Juan
Ixtayopan, Distrito Federal. Félix tenía 14 años de edad cuando se dio de alta con los
maderistas, bajo consejo de sus amigos como una medida para rebelarse a su padrino
Félix, un individuo en edad temprana del Barrio de San Sebastián, en Ocuilan, Estado
de México, se hizo zapatista. En aquel preciso momento alguien le dijo que se fuera
con los zapatistas y eso hizo.517 En un último caso de este apartado, José Burgos, de
207
Juchitepec, Estado de México, entró a la revolución por temor a que su madre le
pegara a diario.518
los maderistas. Por instancia, Norberto Reyes, originario de Santo Tomás Ajusco,
Distrito Federal, entró a la revolución cuando tenía 14 años de edad. Los maderistas lo
tomaron con ellos siendo apenas un chamaco que ni supo quiénes eran ni por qué se
los soldados del ejército federal resulta complicado encontrar pruebas que aseguren
que engancharon niños para que pelearan. Por ejemplo, cuando los soldados hicieron
padre anciano, pudiéndolo hacer. Sin embargo, los soldados supieron que Mauricio
tenía un hermano mayor y fueron a buscarlo para enlistarlo. 520 Pero el riesgo de leva
provocó temor en la niñez, y algunos infantes optaron por enlistarse como zapatistas
“voluntariamente” para evadir la leva, tal y como hizo el niño Mauricio. Sin embargo, no
aparecen pruebas que demuestren que los zapatistas hayan tomado niños por la fuerza
518 Entrevista con José Burgos Carmona, conducida por Laura Espejel y Yolanda Alemán, Juchitepec,
Estado de México, 19 de abril, 1974, PHO/Z/1/99, 4.
519 Entrevista con Norberto Reyes Y., conducida por Laura Espejel, Ajusco, Tlalpan, D.F., 12 de
noviembre, 1973, PHO/Z/1/22, 11.
520 Entrevista con Mauricio Garduño, conducida por Laura Espejel, Xochimilco, D.F., 27 de julio, 1973,
PHO/Z/1/4, 6.
208
6.2 ENTRE TRABAJOS Y QUEHACERES
quehaceres, como atender a las gallinas, al ganado vacuno, porcino, caprino y caballar,
sus familias. Este trabajo infantil cobró mayor sentido e importancia cuando estos niños
escuadrón de niñas y jovencitas entre diez y trece años que tomaron las armas
apoyando al zapatismo, que andaban armadas evitando que los soldados federales las
violaran.521 Al parecer ese fue el único caso ocurrido, o al menos que fue dado a
grupos similares de acuerdo con los testimonios de los veteranos zapatistas y con los
archivos zapatistas.
pudieron lograrlo únicamente después de esquivar la prohibición que los zapatistas les
521Elizabeth Silva Cruz, “La vida cotidiana del zapatismo en la 1ra. Zona de Guerra: Huautla, Morelos
1910-1919” (tesis de licenciatura, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2003), 41.
209
indicando que niños y adolescentes pudieron sostener combates con el bando
zapatista a pesar de que a veces no se les permitía.522 Otro testimonio llegó a afirmar
de que Villa y Zapata unieran fuerzas con el Pacto de Xochimilco, y de que el gobierno
Según la nota, Felipe tenía más de un año como revolucionario y había participado en
los combates de Tres Marías, El Parque, Santa María, Cuernavaca, Huitzilac, Milpa
Alta, Xochimilco, Contreras, Tizapán, San Ángel y Tacubaya. 524 Sin embargo, más allá
del contenido de esta publicación, la nota resulta sospechosa. El Monitor mencionó que
que aquel muchacho pudo haber tenido para ir a platicar su experiencia revolucionaria
a gente desconocida. Y por encima de todo, resulta increíble que de haber sido así el
210
Ilustración 6.1: Niño zapatista. “Historia de las hazañas de un niño guerrero,” El
Monitor, 19 de diciembre, 1914.
apareció el espionaje, como lo llevó a cabo el niño Jesús Vidales Marroquín. 525
También existió la entrega de municiones, que incluso los niños llegaron a esconder en
cargas de leña para entregarlos a los rebeldes.526 Al igual que las municiones, los niños
y adolescentes adquirieron víveres, mercancías y bienes que les dieron las gentes de
525 Entrevista con Jesús Vidales Marroquín, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Ciudad de México,
1972 y 1973, PHO/1/27.
526 Meyer, 453.
211
Melgarejo llegó a sostener acerca de un saqueo de mercancías de las tiendas en
hecho se suscitó la noche del 14 de noviembre de 1912. De acuerdo con Téllez, sus
sido peones de la misma. El robo fue $140.00¢ en efectivo, 20 caballos, cuatro mulas,
ropa, tres sombreros, tres trajes nuevos de casimir francés, dos relojes, dos espadas y
enfrentaron mayores peligros en la guerra como tiroteos y ataques a sus pueblos por el
gobierno federal en periodos definidos. Una mayoría de estos grupos encaró el riesgo
en sus casas como fuera de ellas, bajo el cuidado de sus padres o sin ellos. Para
ejemplificar un hecho de los riesgos fuera de casa, un testimonio de Milpa Alta, Distrito
Federal, recordó que cuando tenía 14 años se había asustando al igual que toda la
gente del pueblo debido a las balaceras.529 Más aún, las niñas y las adolescentes
527 Antonio D. Melgarejo, Los crímenes del zapatismo. Apuntes de un guerrillero (México, D.F.: F.P.
Rojas y CIA, 1913), 37.
528 Informe de Miguel Salinas Casarin al secretario general del Gobierno del Estado de México, Toluca,
16 de noviembre, 1912, AHEMe, CRM, volumen 20, expediente 14, foja 51.
529 Fernando Horcasitas, De Porfirio Díaz a Zapata. Memoria náhuatl de Milpa Alta (México, D.F.: UNAM,
1974), 115.
212
encararon los peligros de rapto, violación o intentos de alguno de ellos. Estos abusos
abusaron de su poder para dominar a las gentes indefensas. Los zapatistas resultaron
ser los principales acusados, apareciendo entre ellos algunos que poseyeron grados
Algunos de los niños contaron con el cuidado de sus madres y padres en sus
al escribir su carta la cercanía que tenía con sus hijos diciendo: “comienso haciendo
garabatos porque los niños no me dejan escribir”. La mujer le hizo saber de la salud de
sus hijos: “Ayer un poco despues que te fuiste vino el Dr. y le recetó unos papeles á
Cristi, de los cuales no he hecho caso porque la niña ya está muy mejorada ya está
contenta y come con apetito. Tambien el niño se mejoró con la purga que le dí”. En otra
carta, Consuelo comentó a su esposo: “me causa mucha pena ver á los niños mal”.530
Al día siguiente, en una nueva carta, Consuelo le informó que su hija Cristina
ya estaba bien únicamente con una lavativa purgante, mientras que su hijo seguía mal
preguntan los niños que cuando vienes, tanto ellos como yo te buscamos mucho […] y
tu recibe besos de los niños”.532 Otro caso semejante que dejó evidencia de que un
530 Carta de consuelo a su esposo, Cuernavaca, Morelos, 28 de febrero, 1911, AGN, AGO, caja 1,
expediente 1, foja 1.
531 Carta de Consuelo a su esposo, Cuernavaca, Morelos, 1 de marzo, 1911, AGN, AGO, caja 1,
expediente 1, foja 2.
532 Carta de Consuelo a su esposo, Cuernavaca, Morelos, 28 de marzo, 1912, AGN, AGO, caja 1,
expediente 2, foja 15.
213
padre de familia protegió a su hijo sucedió en 1918. M. Palafox escribió al general
Gildardo Magaña señalando que su niña estaba convaleciendo. Palafox informó que ya
gozaron de una vida tranquila sin abandonar sus hogares a consecuencia de las
pronto y ofrece un panorama en que unos pueblos resultaron más afectados que otros
escribió su carta casi al final del conflicto armado, y dejó ver que algunos infantes
sino también a una multitud de niños, mujeres y hombres pacíficos de los pueblos.
Estas campañas empujaron a algunos de ellos a abandonar sus hogares por tiempos
Robles emprendió campañas militares en Morelos. Durante ese tiempo, se supo que
casas en Nexpa. El pueblo quedó casi extinto, y los soldados federales obligaron a
533
Carta de M. Palafox al general Gildardo Magaña, lugar ilegible, 27 de noviembre, 1918, AHUNAM,
FGMC, caja 71, expediente 12, foja 83.
214
niños y mujeres a caminar hasta Jojutla, donde hubo una reconcentración de todas las
gentes de otros pueblos colindantes que perdieron sus hogares de la misma manera.534
Otros pueblos atacados de la misma manera fueron Huautla, Ticumán, El Jilguero, Los
que asesinaban a niños. En agosto de 1914 corrió la noticia de que los soldados
tomarían Ayotzingo y que iban matando niños y adultos. Un niño del pueblo llamado
Ignacio Méndez Alonzo optó por huir junto con su madre, hermanos y otras gentes.536
Tiempo después se conocería que la alerta había sido hecha a tiempo. En otro suceso
incendiaron su casa con techo de cañuela y paja del monte, y luego se retiraron, y
Debido a los ataques del gobierno, muchos niños y adolescentes, al igual que
apoyo de sus familiares, pero como ya se mencionó antes eso no siempre sobrevino.
534 Gildardo Magaña Cerda, Emiliano Zapata y el agrarismo en México, Tomo II (México, D.F.: INEHRM,
1937), 170.
535 Meyer, 452.
536 Ignacio Méndez Alonzo, “Recordando un poquito de mi vida,” en Mi pueblo durante la Revolución,
Vol. 1 (México, D.F: INAH, 1985): 193.
537 Pozos, “Ayotzingo durante la Revolución,” 68.
215
hecha por unos comisionados de la Ciudad de México cuando fueron al lugar entre
1913 y 1914 para entrevistarse con el general Zapata. Los visitantes llegaron al
había como 300 hombres bien armados, bastantes mujeres y niños en chozas
humildes. Según los comisionados, las mujeres y niños estaban contentos con su
situación y vivirían así hasta que el general Zapata ganara la guerra para obtener las
cubrir su propio excremento con tierra, como una medida higiénica y para ocultar el
rastro ante sus enemigos.539 En otro caso más, un zapatista morelense atestiguó sus
538 “Zapata es tan grande como Morelos. La verdadera situación del Sur. Importantísimas entrevistas
con los principales jefes de la Revolución de D. Venustiano Carranza y el Gral. Emiliano Zapata. Por el
Coronel Alfredo Serratos y Emilio Reyes”, CCIF, AHRM, clasificación: RM/IV.2-001 Zapatismo, 15-02-
1913/04-05-1914, foja 2.
539 Amador Espejo Barrera, Guerrilleros y lugares de Zapata (México, D.F.: Dirección General de
Culturas Populares, 1997), 33.
540 Entrevista con Juan Aragón Vázquez, conducida por Laura Espejel, Tlaquiltenango, Morelos, 18 de
enero, 1975, PHO/Z/1/89, transcripto, 7.
216
Ilustración 6.2: Presencia de niños en un refugio en el monte. Fondo Gildardo Magaña
Cerda (FGMC), s/f, UNAM. Documento GMC-0532.
Niñas y jovencitas corrieron también peligros como ocurrió con los varones, y
más vulnerables ante los raptos y las violaciones sexuales. Con esto se puede apreciar
que muchas de ellas al igual que las mujeres jóvenes y adultas, como se examinó en el
afectando además a sus familias y manteniendo en alerta a las gentes de sus pueblos.
Al igual que los niños, padres y madres cuidaron a sus hijas pequeñas. Por instancia,
217
para que los soldados del gobierno no la raptaran al entrar a su casa sin permiso. 541
registros entre 1913 y 1917, intensificándose en 1914 y 1916, por juzgar de los
abusos como estos pudieron ser cometidos pero no reportados, o simplemente, sus
registros se destruyeron.
una niña de nueve años llamada Juana Figueroa, la hija de Esteban Figueroa.542 El
suceso ocurrió en el paraje Tlapistlan, en Morelos, cuando la niña buscaba una vaca
propiedad de su padre. Por el lugar pasó Felipe Fuentes, quien al percatarse del abuso
recibía órdenes. El violador tuvo tiempo para escapar. En tanto que el auxiliar del
al coronel Saavedra.543
541 Francisco Taboada Tabone, Los últimos zapatistas. Héroes olvidados, DVD, (México, D.F.:
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos,
2005).
542 Carta de Sabas de la Cruz al coronel D. Felix Torrejon, S. Gaspar, Morelos, 6 de abril, 1913, AGN,
AGO, caja 1, expediente 7, foja 49.
543 Informe de Sabas de la Cruz al general Genovevo de la O, S. Gaspar, Morelos, 12 de abril, 1913,
AGN, AGO, caja 1, expediente 7, foja 55. Para consultar otro hecho semejante consúltese informe del
general Alberto L. Paniagua al coronel Juan Espinosa Barreda, Texmelúcan, Puebla, 28 de marzo, 1917,
AHUNAM, FGMC, caja 78, expediente 74, fojas 30 y 31.
218
años, raptos y estupros, ante el general José Rojas del Ejército Libertador. Los vecinos
acusaron a los zapatistas capitán Pablo Plata y sus soldados, quienes estaban a las
violación de 30 mujeres, de las cuales 18 eran niñas. Las violaciones se fueron dando
abusar de ellas, teniéndolas tres días y dos noches para luego dejarlas en libertad y
regresaran a sus casas. Además de eso, fue conocido que los raptores golpearon con
sus máuseres a los padres de las niñas cuando intentaron defenderlas. 544
Al igual que con las mujeres, los raptos a niñas y adolescentes aumentaron
entre 1914 y 1916, de acuerdo con las evidencias históricas. Por instancia, en febrero
de 1914, Camilo Paredes Coronel y sus soldados zapatistas raptaron a Alejandra Díaz
vecino manifestó su queja en el cuartel zapatista, afirmando que los armados abusaban
Valbuena arrebató a la hija de la señora María del Rosario, quien estaba ausente de su
casa cuando ocurrió el hecho. El zapatista andaba en estado de ebriedad cuando raptó
a la niña de apenas diez años de edad, llevándosela con rumbo al campo para después
liberarla.546
544 Oficio emitido por el general en jefe de la 5ª. División Mixta al general Ignacio Fuentes, Tepeite,
Morelos, 3 de diciembre, 1917, AGN, AGO, caja 8, expediente 3, foja 13.
545 Carta de Francisco Días al general Genovevo de la O, Coajomulco, Morelos, 1 de marzo, 1914, AGN,
AGO, caja 3, expediente 3, foja 31. En otro suceso parecido obsérvese carta de Silvino Valbuena al
general en jefe de la zona del Distrito, Olinalá, Guerrero, 24 de noviembre, 1914, AGN, FEZ, caja 2,
expediente 3, foja 15.
546 Oficio del presidente municipal Guadalupe Figueroa al general Emiliano Zapata, Huehuetlán, Puebla,
2 de febrero, 1915, AGN, FEZ, caja 4, expediente 3, foja 107.
219
Pero los soldados de la tropa zapatista no sólo fueron acusados de rapto en
contra de adolescentes, sino que también los mismos generales del Ejército Libertador
Estado de México, acusó al general zapatista Vicente Rojas de raptar a unas niñas. Al
menos de dos robos de niñas se le acusó al general Rojas. El primero de ellos fue en
enero, cuando unos soldados zapatistas, siguiendo las órdenes del general Rojas,
adolescente de una casa en que se celebrara un baile. La otra acusación en contra del
general Rojas fue de que en febrero él obligó a una madre de familia a que le entregara
Morelos.547
abogó por el bienestar de su hija y pidió al general Zapata que la juzgara él o un juez
547 Oficio de Julián Martínez al general Emiliano Zapata, Chimalhuacán, Estado de México, 9 de marzo,
1916, AGN, FEZ, caja 11, expediente 7, foja 56.
548 Carta de Félix Gonzales al general Emiliano Zapata, Morelos, 3 de agosto, 1914, AGN, AGO, caja 16,
expediente 1, foja 3.
220
pobladores valiéndose de las armas. Para ejemplificar este suceso, Fidencio Castro,
Juan Mendoza y cuatro individuos más intentaron raptar a una adolescente de 14 años
de edad que era hija de alguien llamado Ángel Martínez. La tentativa aconteció a las 8
veintena del pueblo recuperó a la muchacha. En tanto que los captores huyeron sin ser
Zapata que aquellos individuos que no habían sido detenidos por su intento de rapto,
de infantes y adolescentes muertos aún sin precisar. Las causas principales de las
muerte por pulmonía se hizo presente en los niños. El hijo recién nacido de la señora
Higinia Mariles Flores, esposa del zapatista José Cedillo Huerta, murió de pulmonía
difunto lo sepultaron en el atrio de la iglesia del pueblo.550 En otro tipo de muerte que se
549 Carta de Natividad Martínez al general Emiliano Zapata, Xochicalco, Morelos, 5 de marzo, 1915,
AGN, FEZ, caja 18, expediente 3, fojas 66-67. En otro caso similar véase carta del Presbítero Aurelio
Orla. Cuatepec, Estado de México, 3 de febrero, 1915, AHAM, FEJMR, caja 092, expediente 112, foja
15.
550 Guillermo González Cedillo, “Cuatro pueblos en la lucha zapatista,” en Con Zapata y Villa: tres relatos
testimoniales (México, D.F.: INEHRM, 1991), 114.
221
acaeció, dos hijos del general Zapata fallecieron de picadura de alacrán y mordida de
víbora de cascabel.551
andando en el monte, ya que podían ser descubiertos por sus enemigos. También los
mencionados aún siendo pacíficos pudieron morir en sus mismos pueblos durante la
refriega de las campañas militares. Los hijos del profesor Pablo Torres Burgos, David y
Alfonso, fueron asesinados por las tropas federales. Uno de ellos tenía 12 años,
37 puñaladas y un balazo que entró por su oído y salió por el ojo. 552 En otra desgracia,
en agosto de 1913, la niña Natalia Melgoza murió cuando una granada estalló en el
patio de su casa en donde jugaba, cuando las fuerzas de los coroneles Luis G. Cartón
Morelos.553
alguna razón privaron sus vidas. Por testimonios se pude deducir que existieron
parientes, amistades o conocidos. Por juzgar por las evidencias históricas, difícilmente
pudieron haber ocurrido estos tipos de asesinatos antes de la revolución porque las
551 Raúl González Nava, ¿Dónde estás Emiliano?, DVD (México, D.F.: XEIPN, Canal Once, 2003).
552 Reyes, PHO/Z/1/22, 44.
553 Sergio Valverde, Apuntes para la historia de la revolución y de la política en el estado de Morelos,
desde la muerte del gobernador Alarcón, pronunciamiento de los generales, Pablo Torres Burgos y
Emiliano Zapata mártires, hasta la restauración de la reacción, por Vicente Estrada Cajigal impostor
(México, D.F.: s.e., 1933), 118.
222
Fueron cruciales porque sus asesinos evitaron a toda costa que el llanto de los niños
delatara su escondite ante el paso de sus enemigos y con ello que éstos últimos los
donde sus victimarios pudieron haber sido uno de los ya mencionados ante la omisión
platicaron que unos niños murieron cuando les apretaron “el pescuezo” para evitar que
hicieran ruido con su llanto y el enemigo encontrara su escondite. 554 El otro sucedido
les tapaba la boca para impedir que su llanto delatara su presencia en algunos
náhuatl de Milpa Alta menciona que los carrancistas masacraron a niños y adultos en
Milpa Alta, resultando 195 muertos. Los carrancistas sacaron a sus víctimas de sus
y a todos los mataron en el atrio de la iglesia del pueblo. De acuerdo con esa versión,
cerdos y perros comieron aquellos cuerpos que reposaron en el suelo durante un día y
una noche, ya que algunos pobladores evitaron recogerlos ante el temor de sufrir
represalias.556
Existen pruebas que aseveran que los zapatistas ultimaron infantes, pero los
223
agónicas de la hidra zapatista”. La noticia señaló que los zapatistas habían asaltado el
apoderaron del convoy. En el interior del mismo, comentó la nota, los zapatistas
abusaron de una mujer y luego la asesinaron a tiros, y a la criatura que llevaba en sus
Los sustos fueron otra causa de muerte en la revolución, de acuerdo con una
fuente. El susto es una impresión de miedo que experimenta una persona ante un
Yautepec, Morelos. Después del acecho, él niño y su familia llegaron a un pueblo y allí
Ocotepec, Morelos. De acuerdo con un informante, la madre del niño concluyó que la
muerte inesperada de su hijo pudo haber sido consecuencia del susto que había
224
6.4 LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y LA DIVERSIÓN
educación para que fuera laica, gratuita, uniforme y obligatoria, dejando a los estados
del país tener sus propias leyes al respecto, métodos y programas. Las escuelas
tomaron mayor presencia en las ciudades que en los pueblos, y la mayoría de ellas
fueron públicas.560 Sin embargo, el analfabetismo resultó elevado además de que una
De acuerdo con el antropólogo Arturo Warman, los niños vivieron bajo una
carga ardua de trabajo que les impidió acceder a una educación provechosa durante el
Porfiriato. Warman sostuvo: “Los niños eran aguadores dentro del ingenio y vigilaban
algunas tareas. Los mayores servían de bagaceros, que asoleaban la caña seca para
introducción de la grúa, o en el ingenio, donde el trabajo era más pesado y duro. Otros
559 François-Xavier Guerra, México. Del Antiguo Régimen a la Revolución. I. (México, D.F.: Fondo de
Cultura Económica, 1988), 408.
560 Mílada Bazant, Historia de la educación durante el Porfiriato (México, D.F.: El Colegio de México,
1993), 269 y 270.
561 Engracia Loyo y Anne Staples, “Fin del siglo y de un régimen”, La Educación en México (México,
D.F.: El Colegio de México, 2011), 144.
562 Arturo Warman, …Y venimos a contradecir. Los campesinos de Morelos y el Estado Nacional
(México, D.F.: CIESAS, SEP, 1988), 72.
225
actividad más importante de los niños consistió en trabajar para ayudar a sus familias y
Anenecuilco, poco antes de 1890. Así se conoce que algunos niños que pudieron librar
los trabajos del campo para asistir a la escuela, aprendieron a leer, un poco de
gramática, aritmética e historia de México, mientras que a los alumnos más grandes les
enseñaron algo de leyes. El informante describió: “La clase era única para todos los
grados. En las bancas de piedra, adosadas a los muros se repartían los muchachos.
Los mayores auxiliaban al maestro como monitores, enseñando a los más chicos. Por
Aguilar, en una crítica que dirigieron a la Junta organizadora del Partido Liberal,
instrucción pública, y en consecuencia, los padres de familia optarían por que sus hijos
poblaciones agrícolas demandaban mano de obra, en tanto que las escuelas eran
563Jesús Sotelo Inclán, La escuela de Anenecuilco. Cuadernos Zapatistas (Cuernavaca: Gobierno del
Estado Libre y Soberano de Morelos, 1979), 13 y 14.
226
pésimas y consumían tiempo.564 Sin embargo, hubo lugares en donde las escuelas
funcionaban bien e inculcaban hábitos. De acuerdo con una mujer que entrevistó
Horcasitas, para 1910, los habitantes de Milpa Alta, en el Distrito Federal, enviaban a
sus hijos a la escuela sin andar sucios ni andrajosos: los niños “iban corriendo a la
Morelos prerevolucionario los niños iban vestidos a la escuela debido a la presión por
vestir “como gentes o como cristianos” que demandaban curas, maestros y empleados
públicos.566
quedó estropeado, afectando principalmente a niños y niñas. Del mismo modo, leyes y
inmersos en los asuntos de la guerra. Los maestros enseñaban letras a la tropa, las
escuelas cerraban, eran ocupadas por los soldados o abandonadas por los niños que
tomaban las armas o trabajaban. Las escuelas no pasaban del primer año, mezclaron
El maestro rural debió negociar con los padres de familia y los grupos de poder local
revolución, pero en unos casos aprendieron las letras por su deseo y bajo
564 “A la Junta Organizadora del Partido Liberal,” AGN, Fondo Antonio Díaz Soto y Gama (FADSyG),
Microfichas, Exposición, hoja 1.
565 Horcasitas, De Porfirio Díaz a Zapata, 83.
566 Warman, …Y venimos a contradecir, 102.
567 Engracia Loyo, “La educación del pueblo,” en La educación en México (México, D.F.: El Colegio de
México, 2011), 156 y 157.
227
circunstancias extraordinarias. Un adolescente maderista de 14 o 15 años, de San
Juan Ixtayopan, Distrito Federal, aprendió a leer con ayuda de sus correligionarios, y
luego compró un silabario para unir letras y leer. 568 Pero la gran mayoría de niños no
aprendieron, tal y como recordó uno que vivió la rebelión zapatista, afirmando “nos
pública en los pueblos bajo su dominio. Los zapatistas mostraron preocupación por
brindar instrucción a los infantes que les permitiera la oportunidad de tener una mejor
1916, para aplicarse en Morelos. Los firmantes de la Ley fueron Otilio E. Montaño,
Jenaro Amezcua, Miguel Mendoza López Schwertfegert, Manuel Palafox y Luis Zubiria
obligatoria, con lecciones orales, y obligó a los padres de familia procurar la enseñanza
a sus hijos. La Ley contempló la existencia de escuelas especiales para niños con
impedimento social, físico y/o psicológico, para sordos, mudos, ciegos, “retardados”,
“maniáticos” y huérfanos.570
228
establecidas para adultos en Tochimilco, Puebla, en donde instalaron una nocturna
escuela de artes y oficios.571 Los zapatistas quisieron poner en función a las escuelas
que ya tenían en los pueblos y abrir otras en los pueblos que no tenían. La idea era
agosto. Zapata le pidió designar a una persona con “buena voluntad” y “suficiente
patriotismo” para instalar las escuelas primarias.574 Para septiembre, Zapata llamó a los
571 Circular 12. Sección Jefatura del Cuartel General del Ejército Libertador del Sur y Centro, Tlaltizapán,
Morelos, 17 de abril, 1917, AHUNAM, FGMC, caja 80, expediente 97, foja 38.
572 Circular 13. Sección de Instrucción Pública. Departamento de Justicia e Instrucción Pública, dirigida a
los directores de escuelas oficiales, Tlaltizapán, Morelos, 13 de abril, 1917, AHUNAM, FGMC, caja 80,
expediente 97, foja 29.
573 Circular 12. Jefe del Departamento de Justicia e Instrucción Pública al general Genovevo de la O,
Tlaltizapán, 17 de abril, 1917, AGN, AGO, caja 7, expediente 4, foja 17.
574 Circular 14. Del general Emiliano Zapata al general Genovevo de la O, Tlaltizapán, 22 de agosto,
1917, AGN, AGO, caja 11, expediente 11, foja 44.
229
presidentes municipales para abrir escuelas indicando que la cabecera municipal
de la instrucción pública para los infantes, pues algunos padres de familia prefirieron
tenerlos como mano de obra disponible para la temporada de lluvia. En junio de 1917,
los pobladores de Atenango del Río, Guerrero, suplicaron al general Zapata posponer
más apremiante. Faustino G. García, a nombre del pueblo, explicó al general Zapata
que necesitaban el trabajo de sus hijos puesto que ya estaba encima el temporal de
aguas y el tiempo para preparar las tierras para sembrar. García enfatizó que abrirían
panorama parcial de la instrucción pública en el territorio del Ejército Libertador del Sur
para julio 1917, en Morelos, Puebla y el Estado de México. El listado reveló escuelas
575 Circular 15. Dirigida a los presidentes municipales. Tlaltizapán, Morelos, 15 de septiembre, 1917,
AHUNAM, FGMC, caja 80, expediente 97, foja 47.
576 Oficio de Faustino G. García al general Emiliano Zapata, Atenango del Río, Guerrero, 3 de junio,
1917, AHUNAM, FGMC, caja 80, expediente 96, foja 9.
230
Tejúpan, Yancuitlalpan y San Lucas Tulcingo. El documento denotó una escuela de
niñas en Tepalcingo. Cabe señalar que el reporte publicó otros lugares en que había
destinado como escuela de niños en 1917. Dicho esfuerzo fue congratulado por G.
Zúñiga, el jefe del Departamento de Justicia, quien felicitó además a los vecinos del
lugar. Zuñiga lamentó no poder asistir a la inauguración por tener que atender otros
escuela de Huautla, M. Luisa Arana, denunció que el local destinado para la enseñanza
estaba siendo utilizado para otros fines perjudicando a los niños. La directora demandó
mismo tiempo la directora Arana le señaló que había niños vagabundos a la entrada de
la plaza que arrojaban piedras e injurias a otros niños y niñas cuando entraban o salían
577 Datos estadísticos, Morelos, julio, 1917, AGN, FEZ, caja 20, expediente 13, fojas 1-3.
578 Oficio de G. Zúñiga, Jefe del Departamento de Justicia e Instrucción Pública, al presidente municipal
de Huautla, Tlaltizapán, 26 de mayo, 1917, AGN, AGO, caja 18, expediente 5, foja 26.
579 Oficio de M. Luisa Arana al presidente municipal, Huautla, 5 de enero, 1918, AGN, AGO, caja 18,
expediente 6, foja 11.
231
niños.580 En otro hecho semejante, de acuerdo con un relato de un texto, unos
zapatistas arrojaron bombas en las escuelas Concepción Arenal y en una para varones
junto con sus soldaderas”, inmortalizó un testimonio, “en el mismo salón de clase
Acerca de las diversiones y juegos que los infantes tuvieron durante la rebelión
zapatistas poco puede ser dicho. Las fuentes primarias no guardaron evidencias al
testimonio del profesor Amador Espejo Barrera es el único que ofrece un poco de
información acerca de las diversiones. Espejo obtuvo esta información por medio de
entrevistas que el realizó, las cuales el autor que esto escribe no tuvo acceso. Por
revolución. El profesor Espejo escribió que los niños: “previo ‘volado’ formaron dos
pistolas de madera (que hicieron con las ramas de huizache) y se perseguían tirando
balazos”. Además de este juego, los niños jugaron al toro y a los caballos, lo cual era
representativo de la vida campirana. En tanto que las niñas, por su parte, “construyeron
muñecas con troncos y las vistieron con pedazos de trapos” dentro del territorio
zapatista.582
232
6.5 CONCLUSIONES
rebelión campesina en pueblos de Morelos, Estado de México y del sur del Distrito
Poco se sabe acerca del papel que desempeñaron los infantes y adolescentes
durante el inicio de la rebelión zapatista. Para muchos otros la revolución fue un evento
misterioso y aterrador. Múltiples fueron las causas por las que infantes y adolescentes
entraron a la rebelión como zapatistas. Entre ellas figuran por tener familiares
zapatistas, por hacer justicia por sus propias manos, por voluntad propia o por la
por ser invitados, e incluso, por querer ser “héroes” como lo concibieron en algunos
revolucionarios.
proteger a sus familias, trabajar y pelear. En el hogar, las niñas cuidaron a hermanos y
apoyaron a sus familias. Quienes fueron zapatistas tomaron las armas, entregaron
igual que los pacíficos, corrió el riesgo de morir en tiroteos, ataques e incendios a los
pueblos, al igual que obtuvieron diversas formas de morir que fueron desde asesinatos
233
Hubo niñas y jovencitas que fueron raptadas, abusadas sexualmente o sufrieron un
sobrevivieron al tiempo. Una fotografía del tiempo muestra a las niñas en que aparecen
Ambos aparecen sentados, y junto a ellos figuraron otros hombres sentados y parados,
en tanto que a su alrededor aparecen por lo menos diez niñas de pie, con faldas largas
y rebozos.583
zapatistas hicieron un esfuerzo por que estas gentes tuvieran instrucción pública en sus
crearon condiciones adecuadas para que los padres de familia apoyaran a sus hijos.
Los niños fueron la mejor prueba que tuvieron los zapatistas para refrendar su legado
Los niños no dejaron evidencia escrita por sí mismos: algunos no sabían leer ni
escribir, algunos otros no hablaron español. Otros resultaron heridos, con traumas
vida cotidiana no solo fue cuestión de los horrores de la guerra, pero aspectos como
583 Gildardo Magaña, Emiliano Zapata y el agrarismo en México, Tomo I (México, D.F.: INEHRM, 1985),
hoja sin paginar ubicada entre la 304 y la 305.
234
CAPÍTULO 7
TIEMPO DE ESPARCIMIENTO
El tiempo invertido en algunas de estas actividades estuvo relacionado con los tiempos
en los pueblos y en menor medida que antes de la revolución que ocasionó miseria e
inseguridad.
pedir permisos para ausentare de sus funciones revolucionarias para ir a celebrar con
los seres queridos con holgura. Las evidencias recabadas de los festejos demuestran
que las celebraciones ocurrieron más en un tiempo de paz, cuando los zapatistas
235
estaban el poder después de la caída del régimen de Huerta. Por instancia, en 1915 el
cumpleaños que recibiría el 30 de abril.584 Ese mismo año, el general Pedro Saavedra
permitiera separarse de su cargo por ocho días para celebrar su “día de días”, o mejor
dicho, su onomástico. El General Saavedra supo con anticipación que sus amistades le
harían una fiesta en grande con feria incluida para disfrutar de la pelea de gallos y
podía jugar una pelea de gallos por 500 pesos. Zapata le dio permiso sin excederse del
cumple años, mil años de vida”.586 En agosto de 1915, el coronel Jesús Delgado invitó
Morelos.587
584 Anuncio publicitario “El General de División Amador Salazar. Su labor en la Comandancia Militar de
México”, México, D.F., 30 abril, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 68, foja 4.
585 Oficio del general Pedro Saavedra al general Emiliano Zapata, Amacuzac, Morelos, 27 de junio,
1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 6, foja 61.
586 Carta de Eulalio Terán al general Genovevo de la O, s/l, s/f, AGN, AGO, caja 10, expediente 2, foja
74.
587 Carta del coronel Jesús Delgado al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 27 de agosto,
1915, AGN, AGO, caja 5, expediente 8, foja 37.
236
Ilustración 7.1: Fiesta. Propiedad Artística y Literaria, C B Waite, “Fiestas y
diversiones,” 1909, fotografía no. 3. Archivo General de la Nación
(AGN).
enfrentaban a los carrancistas, se llevó a acabo una tertulia y baile en casa del general
viuda de Iriarte, Celia Lecona, licenciado Luis Zuviría y Campa, licenciado Antonio Díaz
Soto y Gama, Matías Pazuengo, Ezequiel Parra, José H. Castro, coronel Octavio Paz,
237
ingeniero Conrado Díaz Soto y Gama, licenciado Ricardo Lozano, Amador Cariño y el
distinción entre los asistentes como las hubo en las tertulias. Por ejemplo, en junio de
1917, el general comandante militar Teodoro Lugo invitó a una comida en su casa al
los juegos terminaron en tragedias debido a un mal perdedor. La baraja fue el juego por
excelencia de la gente común y corriente, pues adquirir el juego no era costoso. Este
suerte. La suerte del conquián fue otra modalidad de la baraja. Carlos Reyes Avilés,
asesor de Zapata, rememoró una partida de conquián entre Felipe Neri y de Amador
Yautepec, después de haber degustado un mole poblano con tortillas calientes. Tal
partida de conquián fue de “diez para hacer once”, y Neri apostó a Salazar “jugarse
algo por la causa”, así el que perdiera iría a asesinar a un enemigo de la revolución.
238
Salazar aceptó el reto. La partida terminó, pero el relato no mencionó ganador, aunque
pulquerías para evitar tragedias. La Gaceta del Gobierno del periódico Oficial del
estaba en vigor desde 1904. El reglamentó señaló que las pulquerías cerrarán a las
seis de la tarde, mientras que en domingos y días festivos tendrían que hacerlo a las
dos de la tarde, debiéndose abrir hasta al mediodía del día siguiente. El reglamento
indicó que en las pulquerías estaba prohibido el juego, la música, las vendimias y toda
clase de diversiones.592
Cirilo Anzures comentó al general Zapata que Abundio Mendoza, hermano del general
de agosto. El señor Mendoza presentó una licencia que su hermano el general le había
concedido para poder jugar naipes en ese Distrito. Entonces, el señor Abundio le
solicitó a Anzures que le ratificara la licencia para establecer por su cuenta el juego sin
pagar contribuciones a la Tesorería Municipal. Ante esa situación, Anzures indicó que
591Carlos Reyes Avilés, Cartones zapatistas (México, D.F.: s.e., 1928), 21 y 22.
592“Reglamento de pulquerías,” Gaceta del Gobierno Periódico Oficial del Estado de México, 27 de
agosto, 1913.
239
ayuntamiento quedaría de supervisar la jugada para obtener ingresos de los impuestos
finales de septiembre para que le concedieran otra licencia. Ante esta nueva
circunstancia, Anzures preguntó a Zapata qué debía hacer al respecto. 593 En otra
inspectores de zona para aprehender a individuos que jugaran baraja en vía pública.594
con rezos, ferias, cantos, danzas, música y cohetes. Antes de 1910, un nativo de
Ecatzingo, Chalco, Estado de México, sostuvo que su pueblo celebró fiestas religiosas
en donde los vecinos cooperaron con los gastos para disfrutar de bailes, jaripeos y
diciembre en Villa de Ayala, Morelos, con misas, toros, comedias, bailes y peleas de
gallos.596 De acuerdo con testigos, en San Juan Ixtayopan, Distrito Federal, celebraron
con jaripeo al que asistió gentes de tierra caliente.597 En Huitzilac, Morelos, se festejó a
593 Oficio de Cirilo Anzures al general Emiliano Zapata, Chiautla de Tapia, Puebla, 3 de noviembre,
1914, AGN, FEZ, caja 17, expediente 8, foja 9.
594 Circular del general Emiliano Zapata a todas las fuerzas revolucionarias, Tlaltizapán, Morelos, 2 de
marzo, 1917, AHUNAM, FGMC, caja 76, expediente 42, foja 7.
595 Entrevista con Simón Pineda Barragán, conducida por Laura Espejel, Amecameca, Estado de
México, 22 de septiembre, 1974, PHO/Z/1/61, 11.
596 Entrevista con Serafín Plasencia Gutiérrez, conducida por Laura Espejel, Ciudad de México, 13 de
septiembre, 1974, PHO/Z/1/59, 30. Véase también entrevista con Pedro Plasencia Cortés, conducida por
Laura Espejel, Villa de Ayala, Morelos, 29 de septiembre, 1974, PHO/Z/1/62, 16.
597 Entrevista con Félix Vázquez Jiménez, conducida por Laura Espejel, Ciudad de México, 10 de
agosto, 1973, PHO/Z/1/9, 9 y 10.
598 Entrevista con Ignacia Peña viuda de Fuentes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo Tomás
Ajusco, D.F., 7 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/18, 4.
240
En otros festejos, en Los Remedios, Estado de México, se festejó a la Virgen
Mónica fueron el 4 de mayo, las de Santa María el 15 de agosto, las de San Sebastián
glorificaron a Santa Ana el día 26 de julio con comedias y dramas. 604 Por último hay
de la Asunción.605 Estas fiestas religiosas más allá de idolatrar a una santo o a una
virgen, fueron tan importantes para el pueblo que las mismas gentes del campo las
utilizaron con fines legales para defender sus tierras. Así algunos pueblos defendieron
un santo patrono al cual honrar con fiestas. Pero las fiestas religiosas para venerar al
599 Entrevista con Margarito Gutiérrez Gutiérrez, conducida por Laura Espejel, Estado de México, 13 de
enero, 1974, PHO/Z/1/24, 10.
600 Entrevista con Telésforo García García, conducida por Alicia Olivera Bonfil, Ocuilán de Ortega,
Estado de México, 17 de agosto, 1974, PHO/Z/1/50.
601 Entrevista con Antonio Ramos García, conducida por Salvador Rueda y Laura Espejel, Juchitepec,
Estado de México, 13 de octubre, 1974, PHO/Z/1/70, 6.
602 Entrevista con Juventino Espinosa, conducida por Laura Espejel, Juchitepec, Estado de México, 16
de octubre, 1974, PHO/Z/1/72.
603 Entrevista con Celsa González Pérez, conducida por Salvador Rueda y Laura Espejel, Tenango del
Aire, Estado de México, 13 de octubre, 1974, PHO/Z/1/71, 5.
604 Entrevista con Jesús Montaño Mercado, conducida por Salvador Rueda y Alicia Olivera, Tenango de
Santa Ana, Jaltetenco, Morelos, 26 de octubre, 1974, PHO/Z/1/78, 16 y 17.
605 Entrevista con Mauro Mendoza Cepeda, conducida por Laura Espejel, Tenango del Valle, Estado de
México, 16 de junio, 1974, PHO/Z/1/48, 13.
241
patrono del pueblo o de la hacienda fueron apoyadas económicamente por algunos
celebraba con bastante entusiasmo. El capellán le dijo que de ser así les avisara con
1 de mayo de ese mismo año, el mencionado Reyes anunció al gobernador del Estado
informante supo que los rebeldes atacarían Tenancingo una vez que culminaran las
fiestas en Zumpahuacán.609
606 Felipe Arturo Ávila Espinosa, Los orígenes del zapatismo (México, D.F.: UNAM, El Colegio de
México, 2001), 77.
607 Para más información de fiestas en honor de santos, vírgenes y Jesucristo, por fechas y poblaciones,
consultar Valentín López González, Fiestas, tradiciones y costumbres del Estado de Morelos.
Calendarios (Cuernavaca: Cuadernos Históricos Morelenses, 2003).
608 Carta del capellán B. D. González al general Genovevo de la O, Zumpahuacán, Estado de México,
15 de abril, 1913, AGN, AGO, caja 1, expediente 7, foja 45.
609 Parte de novedades de Antonio de P. Reyes al gobernador del Estado de México, Tenancingo,
Estado de México, 1 de mayo, 1913, AHEMe, CRM, volumen 9, expediente 11, foja 39.
242
las fiestas religiosas en Ocuilan, Estado de México. 610 En un hecho similar ocurrido el
invitado a las fiestas del lugar para el 4 de octubre. Zapata respondió a tal invitación
que con mucho gusto los acompañaría si sus ocupaciones se lo permitieran, pero les
las misas en algunos pueblos, pues la guerra dificultó dichas celebraciones que incluso
de carta que les hiciera una misa para todos ellos, zapatistas vivos y difuntos. Y le
señaló que por medio de unos señores de Chalmita se había enterado que iba para
mañana del siguiente día. El capellán se despidió diciéndole “nosotros los Sacerdotes
debemos de vér á todo el mundo con la caridad de Dios y más para aquellos que la
necesidad fuere más urgente”.612 En otro hecho acontecido en julio de 1913, alrededor
610 Carta de F. Isaac Benítez al general Genovevo de la O, Tecomatlán, Puebla, 12 de agosto, 1914,
AGN, AGO, caja 4, expediente 2, foja 50.
611 Carta del general Emiliano Zapata al presidente municipal de Huautla Pipino L. Valero, Quilamula,
Morelos, 24 de septiembre, 1914, AGN, AGO, caja 18, expediente 2, foja 47.
612 Carta del capellán Bernardo González a Genovevo de la O, Zumpahuacán, Estado de México, 24 de
noviembre, 1912, AGN, AGO, caja 1, expediente 3, foja 116. También véase el documento en UTEPL,
AGGO, MF 507, I.01. Para ver otro suceso en que los zapatistas requieren el servicio de un cura para
celebrar misa, consúltese carta de Cristino Garcés y otros al general Genovevo de la O, Tecomatlán,
Puebla, 13 de agosto, 1914, AGN, AGO, caja 4, expediente 2, foja 72.
243
de 30 o 40 zapatistas de Genovevo de la O fueron vistos orando en el templo de
Malinalco.613
para apadrinar sin importar que fuera en tiempo de guerra. Por instancia, en octubre de
1912, el campesino Marcial López y su esposa Virginia Ramírez le pidieron que llevara
a su hija a tomar las aguas bautismales pues no dudaban de “sus buenos sentimientos
a su hijo a la pila bautismal para que recibiera los auxilios de la Iglesia, llamándola
muertos al ser una tradición arraigada desde tiempos prehispánicos. De acuerdo con
un historiador de Morelos, ese día colocaban ofrendas con alimentos ya que la gente
creía que cuando alguien moría su alma haría un viaje largo que tenía que atravesar
613 Parte de novedades del jefe político Tomás Agramonte al gobierno del Estado de México,
Tenancingo, Estado de México, 5 de julio, 1913, AHEMe, CRM, volumen 9, expediente 10, foja 26.
614 El general de la O recibió propuestas para apadrinar un matrimonio. Consúltese carta del coronel
Juan Cervantes al general Genovevo de la O, Ocotepec, Morelos, 26 de diciembre, 1914, AGN, AGO,
caja 4, expediente 6, foja 9.
615 Carta de Marcial López al general Genovevo de la O, s/l, 18 de octubre, 1912, AGN, AGO, caja 1,
expediente 3, foja 111. Véase también UTEPL, AGGO, MF 507, I.02.
616 Carta de Antonio Palacios al general Genovevo de la O, Ajuchitlán, Morelos, 5 de febrero, 1914,
AGN, AGO, caja 3, expediente 2, foja 18.
617 Carta de L. Pichardo Bobadilla al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 22 de agosto,
1914, AGN, AGO, caja 4, expediente 2, foja 56.
244
los 13 cielos y el alma debía llevar su comida.618 La evidencia más clara de que este
O que dice: “Hay mando un poco de parque, y un corto obsequio para Ud. una media
y diversión de las ferias que no desaparecieron del todo con el movimiento armado. De
hecho fue en una feria en donde campesinos de Cuautla se reunieron para unirse a la
marzo de 1911, durante los festejos de los Tres Viernes.620 Se trató de una feria
que según Carlos Reyes Avilés, hubo jaripeo y peleas de gallos asistiendo peones,
aparceros y “sus mujeres enfloradas, con rebozo y enaguas nuevos”. 621 Sin embargo,
gallos. En enero de 1915, desde el cuartel de Cuautla, Morelos, Maurilio Mejía dirigió
618 Valentín López González, Fiestas, tradiciones y costumbres del Estado de Morelos. El día de
muertos en Morelos (Cuernavaca: Cuadernos Históricos Morelenses, 1999), 4.
619 Carta de J.H.J. al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 2 de noviembre, 1916, AGN,
AGO, caja 6, expediente 11, foja 36.
620 Comisión Nacional para las celebraciones del 175 aniversario de la Independencia Nacional y 75
aniversario de la Revolución Mexicana, 10 de marzo de 1911. Sublevación de Emiliano Zapata (México,
D.F.: INEHRM, 1985), 15.
621 Reyes Avilés, Cartones zapatistas, 12.
622 Entrevista a Lorenzo Vergara, conducida por Laura Espejel, Ciudad de México, 15 de julio, 1973,
PHO/Z/1/1, 16.
245
carrera de caballos para la feria. Mejía comentó al general Mendoza que tenía un
amigo que poseía seis caballos que podía correrlos hasta por veinte mil pesos. Mejía
para cuidarlo él para el desafío, y le pidió que guardara su dinero para la apuesta.
Mejía enteró de que había un compromiso para jugar gallos y le suplicó mandar los
gallos de Antonio Sosa en Ahuehuetzingo, Morelos, y todos los demás que fueran
bebidas embriagantes y los naipes y otros juegos por originar robos y tragedias.
Igualmente, los vecinos sugirieron a Zapata designar al capitán Abundio García quien
pública.624
ese lugar y el Presidente de la República era Francisco León de la Barra, restando días
1914, el general José Hernández informó al general Zapata acerca de la fiesta del 16
623 Carta de Maurilio Mejía al general Francisco Mendoza, Cuautla, Morelos, 25 de enero, 1915,
AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 63, foja 3.
624 Carta de los vecinos de Huazulco al general Emiliano Zapata, Huazulco, Morelos, 28 de marzo, 1917,
AGN, FEZ, caja 201, expediente 9, foja 64.
625 “Morelos. Las fiestas de Tlaltenango,” El siglo, 25 de septiembre, 1911.
246
de septiembre que se realizaría en Chinameca.626 Otra fiesta de independencia
celebrada en Cuautla quedó inmortalizada con una fotografía del general Eufemio
Zapata, apareciendo al centro y sentado, junto a una bandera, rodeado de más gentes.
Ilustración 7.2: Fiestas cívicas. Colección Emiliano Zapata, “General Eufemio Zapata,”
fotografía no. 47. Archivo General de la Nación (AGN).
honrar el nacimiento del general José María Morelos y Pavón, del hombre que fue “un
626Carta del general José Hernández al general Emiliano Zapata, Chinameca, Morelos, 9 de septiembre,
1914, AGN, FEZ, caja 1, expediente 19, foja 15.
247
pobre arriero”, se convirtió en cura y llegó a “Generalísimo”. Zapata le contestó que de
“Tlaltizapán”, y del vals “Lo infinito”; la declamación de tres poesías, entre ellas “Himno
interpretación del Himno Nacional a cargo de las niñas del colegio, acompañadas por la
jaripeos.629 En otro suceso, el coronel inspector Lamberto Derbez, miembro del Ejercito
Libertador del Sur, pidió en carta al general de la O preguntar al general Felipe Neri si
627 Carta de la Junta Patriótica de Cuautla al general Emiliano Zapata, Cuautla, Morelos, 21 de
septiembre, 1914, AGN, FEZ, caja 1, expediente 20, foja 27.
628 Felicitación, Tlaltizapán, Morelos, agosto, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 80, expediente 96, foja 1.
Véase en el Anexo 6 una poesía o pensamiento dedicado al general Genovevo de la O que data de
aquel tiempo.
629 Pineda, PHO/Z/1/61, 46.
248
iban a jugar gallos el domingo.630 En otra evidencia, en el Museo Regional en el Palacio
de toros es festejo más popular en el estado que han acompañado a las fiestas
patronales. Estaban tan arraigados estos festejos que un joven de Villa de Ayala
aseguró que entró a la revolución sin saber lo que era, imaginando que sería una fiesta
en donde se agarrarían yeguas, y asistirían a jaripeos y a corridas de toros. 631 Así fue
lugar para disfrutar de una corrida de toros: solo necesitaron un campo abierto, un toro
ruedo.
630 Carta del coronel inspector Lamberto N. Derbez a Genovevo de la O, 12 de diciembre, 1912, UTEPL,
AGGO, MF 507, I.01.
631 Plasencia, PHO/Z/1/62, 21.
249
En las corridas de toros se montan novillos, toros, beyes o vacas. El jineteo es
una suerte desde la época colonial. Rosa King, dueña de un hotel en Cuernavaca,
mirando a la cabeza y el otro hacia la cola del animal. La vaca se sobresaltó, respingó y
los intereses del gobierno maderista y Huertista. La Prensa publicó una nota que refirió
embriagaron y divirtieron “en grande” hasta que terminó, y posteriormente tomaron sus
caballos y partieron al sur.633 En otra noticia, El Mañana anunció que el general Zapata
había bajado a un coso taurino “como el propio César Borgia”, lidiando reses bravas
jorongo, o sarape, para lidiar al toro y ganarse aplausos. El periódico despotricó contra
de Zapata, afirmando que había participado en tal festejo para “reponerse de las fatigas
del saqueo y del cansancio”. No bastándole la injuria, el rotativo sostuvo que Zapata no
632 Rosa E. King, Tempestad sobre México (México, D.F.: Mirada viajera, 1998), 46.
633 “Por toda la República. Morelos,” La Prensa, 20 de diciembre, 1911.
250
se había tirado a matar al toro por su repugnancia de asesinar animales, pues para eso
teniente coronel federal Fortunato Moreira y dos bandas de música. Según el reporte,
los estudiantes eran alumnos del licenciado Adalberto A. Esteva Ruíz, un profesor de
nota, los estudiantes pretendieron lograr la unión entre federales y zapatistas mediante
un tratado con amnistía mientras que el gobierno federal dotaría a los zapatistas con
jineteó una vaca ganándose la ovación, e intentaron obligarlo a tomar aguardiente. 635
de 1912 enviado desde Tenancingo por alguien que se identificó como H. Serrano,
informó al secretario general de Gobernación del Estado de México que una fuerza
zapatista había llegado a Salinas, Tonatico, en “donde estaban haciendo otros rebeldes
jaripeo los cuales suspendieron por que creian [que los recién llegados] […] eran
634 “Toros de puntas,” El Mañana, 15 de junio, 1911- 28 de febrero, 1913. El artículo no especificó fecha
al encontrarse de la noticia en referencia, pero se encontró dentro de una enorme sección de noticias
que cubrieron el periodo de tiempo mencionado.
635 “La odisea de los quince estudiantes que fueron en comisión a Morelos,” El Imparcial, 9 de mayo,
1914.
251
fuerzas del Gobierno”.636 En un parte emitido en noviembre de 1914, se expuso que
después de una corrida de toros celebrada en las fiestas de Santa Catarina, un hombre
llamado Anastacio Labastida fue capturado por andar ebrio y escandalizando echando
tiros a altas horas de la noche en las calles de Tepoztlán, Morelos.637 En un dato más,
el general Barona forzó a los pobladores San Andrés de la Cal, en Tepoztlán, Morelos
construir una plaza de toros en su terreno sembrado de jitomate, el cual había sido una
herencia de su madre Hipólita Clara. Como las plantas de jitomate ya estaban crecidas,
preocupado pues sabía que los trabajos para construir la plaza empezarían pronto
pues la primer corrida sería a mediados de febrero. 639 En otro conflicto por corrida de
252
toros, Gumecindo Mendoza expuso que Martín Rivera le había recogido un buey para
de mulas que había para iniciar el trabajo de la caña.641 Cuatro o cinco años más tarde,
presente.
Prueba de ello, en marzo de 1911, el oficial mayor del gobierno del Estado de México
perpetuación de éste tipo de enganches. De acuerdo con la versión del oficial mayor, el
gobernador de su estado supo por fuentes fidedignas de que esos enganches habían
640 Carta de Gumecindo Mendoza al general Emiliano Zapata, s/l, s/f, AGN, FEZ, caja 20, expediente 20,
foja 19.
641 Carta de Felipe Hernández al general Genovevo de la O, Jalmolonga, Estado de México, 23 de
diciembre, 1912, AGN, AGO, caja 1, expediente 3, foja 135.
253
Ríos, El Rincón, Huixquilúcan, Jalatlaco, Salazar y Santiago Tianguistenco. En las
Madero. También se conoció que los hombres que promovieron la revolución en los
González.642
Aún en tiempos de guerra los zapatistas tomaron parte en bailes para obtener
un baile en el Barrio de Santa María. Al lugar arribaron fuerzas del gobierno federal a
cargo del subteniente Ranulfo Ávila con la finalidad de capturar a los zapatistas. Los
“Viva Zapata”. Posteriormente, un tiroteo comenzó entre ambos grupos. Seis zapatistas
cayeron muertos, y junto con ellos otros dos: un guía y un soldado del destacamento.
tiempos de guerra quedó visible en octubre de 1913, cuando por órdenes del general
642 Oficio del oficial mayor del Estado de México a los jefes políticos, Toluca, Estado de México, 9 de
marzo, 1911, AHEMe, CRM, volumen 5, expediente 2, foja 115.
643 Telegrama de H. Serrano al secretario general de Gobernación, Tenancingo, Estado de México, 20
de febrero, 1912, AHEMe, CRM, volumen 7, expediente 1, foja 186.
644 Manifiesto de los vecinos del pueblo de San Andrés de la Cal al general Emiliano Zapata, San Andrés
de la Cal, Morelos, 14 de octubre, 1913, AGN, AGO, caja 13, expediente 9, foja 33.
254
baile pidió auxilio a las autoridades locales zapatistas para detener a un hombre que
mayo de 1914, ya mencionada, se supo que unos zapatistas obligaron a los músicos a
tocar en los pueblos visitados como Texcal de Tejalpa, San Andrés de la Cal,
celebración los cantos de corridos aparecieron. Hay quien llegó a escribir sin evidencia
histórica, pero con sentido de imaginación, que en los campamentos revolucionarios los
corridos se habían dado “una nueva vida”, al son de la guitarra, a la luz de fogón y al
1915 y 1916, durante los tiempos en que la guerra desvaneció y los zapatistas tuvieron
dispuestos de formalizar “una música de viento” para “hermosear” al pueblo. 648 Para
miembros de una banda formada por el general Zapata y dirigida por el señor Juan
Gama, expresaron su inconformidad por recibir pagos desiguales por efectuar el mismo
trabajo. Unos músicos recibían entre cinco o siete pesos mientras que otros ganaban
645 Informe del teniente coronel Saturnino Acatitla al general Emiliano Zapata, Mixquic, Tláhuac, D.F., 12
de febrero, 1915, AGN, FEZ, caja 18, expediente 2, foja 108.
646 “La odisea de los quince estudiantes que fueron en comisión a Morelos,” El Imparcial, 9 de mayo,
1914.
647 Antonio Salgado Herrera, Los máximos corridos mexicanos (México, D.F.: Anaya Editores, 1986), 5.
648 Carta de varios vecinos de Anenecuilco al general Emiliano Zapata, Anenecuilco, Morelos, 21 de
enero, 1915, AGN, FEZ, caja 4, expediente 2, foja 6. En un hecho en que músicos tocaron en
casamiento, véase carta de Encarnación Alonso al general Emiliano Zapata, Achichintla, Guerrero, 26 de
febrero, 1915, AGN, FEZ, caja 6, expediente 2, foja 6.
255
dos pesos. A pesar de que los quejosos no pidieron obtener pagos iguales, ellos
propusieron recibir un sueldo “regular” para cubrir sus necesidades y las de sus
informó al general Zapata su separación temporal de su empleo por estar enfermo. 650
escribió a su jefe el general Zapata para tratar las fiestas del quinto domingo en la
cuaresma, para venerar al Señor del Pueblo. Gama le comentó que los músicos no
habían estudiado, por lo que le preguntó si podía traer ocho músicos de Tlaltizapán
reprimiendo pueblos, les había incendiado sus casas y que sus instrumentos musicales
instrumentos quemados como varitono, clarinete, pistón, violín y un bajo de cuerda. Los
ya que la música era “el alma de los pueblos”.652 Los músicos también perdieron sus
instrumentos por robos. El señor Aniceto Barrios reclamó un instrumento musical que lo
649 Carta enviada por varios músicos al general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 25 de mayo,
1915, AGN, CCGS, caja 1, expediente 1.85, foja 1.
650 Carta de Antonio de P. Hernández al general Emiliano Zapata, Villa de Ayala, Morelos, 20 de junio,
1915, AGN, FEZ, caja 19, expediente 2, foja 122.
651 Carta de Juan Gama al general Emiliano Zapata, Anenecuilco, Morelos, 10 de febrero, 1916, AGN,
FEZ, caja 11, expediente 4, foja 35.
652 Carta de los miembros de la Sociedad Musical de Tepalcingo al general Emiliano Zapata, Tepalcingo,
Morelos, 4 de noviembre, 1915, AGN, FEZ, caja 10, expediente 7, foja 11.
256
tenía un señor llamado Domingo Calvario de Axochiapan, Morelos. El señor Barrios
aseguró, apoyado en tres testigos, que el instrumento en cuestión fue saqueado de una
Los corridos fueron una composición musical y literaria que narró las historias
violín, armónica o arpa.655 Los zapatistas utilizaron al corrido como una “arma
expansiva” que propagó su mensaje al ser una manera de comprender “la realidad” en
medio de tanta confusión y violencia. Zapata pidió a Marciano Silva la creación de unos
corridos.656 Silva era un zapatista compositor y cantante que brindó diversión en los
campamentos. Una de las composiciones hechas a zapatistas fue el corrido del general
feria de Cuautla”, que describía el festejo del segundo viernes de la cuaresma de 1911,
653 Carta de Aniceto Barrios al general Emiliano Zapata, Tzicatlán, Puebla, 9 de noviembre, 1915, AGN,
FEZ, caja 10, expediente 7, foja 36.
654 Para conocer más acerca de corridos dedicados a Zapata y a zapatistas consúltese Valentín López
González, Poemas y corridos al general Emiliano Zapata (Cuernavaca: Cuadernos Históricos
Morelenses, 2002).
655 “El corrido: un género literario-musical,” en Historia Ilustrada 58 (Abril 1981): 64 y 65.
656 Catherine Héau Lambert, “La bola suriana y el corrido mexicano más allá de sus estereotipos”, en …
y la música se volvió mexicana, Colección testimonio musical de México número 51, (México, D.F.: INAH,
INBA, CONACULTA, CENIDIM, 2010), 242.
257
Torres Burgos y Merino
están ya en la población,
y los tres han prometido
hacer la revolución.
himno zapatista fue “Soy zapatista del Estado de Morelos”. Una estrofa distintiva dice:
Dentro del corrido hubo un género conocido como bola suriana, que era una
suriana tuvo sus orígenes desde antes de la revolución y trasmitió mensajes que
657 Carlos Barreto Mark, Corridos Zapatistas, Disco 26, en Corridos de la Revolución vol. 2, (México,
D.F.: SEP-INAH, 1983-1984), 8.
658 Véase en el Anexo 7 un corrido en contra de Victoriano Huerta.
659 Barreto, Corridos Zapatistas, 9.
258
desposeída de tierra y aguas. Ya en la revolución, este género dió a conocer las
“Bola de Cuba libre”, “Bola de la Toma de Cuautla por Zapata” y “Bola del
de un hombre por ser pobre y estar casado, que disfrutaba de tener 3 vicios: borracho,
jugador y enamorado. Hay testimonios que aseguran que los zapatistas disfrutaron
cantar con regularidad mientras estaban en sus campamentos.662 El vals fue otro
género que permaneció en el gusto de las gentes, deleitadas por bandas de viento,
orquestas, tríos y rondallas.663 “Cuando escuches este vals” fue una de las
7.1 CONCLUSIONES
259
prolongándose en mayor medida durante periodos de paz y tranquilidad. El periodo
durante la rebelión zapatista fue entre la segunda mitad de 1914 y la primera mitad de
1916. Fue el tiempo en que los zapatista encontraron paz ante la caída de Huerta y
las fiestas patronales dieron continuidad a las celebraciones que se venían realizando
estas fiestas se afectó a causa de la revolución. Los juegos brindaron alegría a sus
gallos. El alcohol fue una bebida recurrente. Igualmente, cuando de juegos se trató, las
desacuerdos entre los perdedores. La muestra más clara de ello fueron los
reglamentos que evitaron o regularon estos juegos. Por último, la música, las canciones
260
CAPÍTULO 8
Este capítulo sostiene que la vida cotidiana del grupo revolucionario zapatista
en el Ejército Libertador del Sur. En este apartado se mencionan las carencias del
declaró que no llevaba ni una aguja para defenderse. 664 Algunos rebeldes más
cuantiosas armas que los zapatistas usaron para defenderse no estaban diseñadas
664 Entrevista con Nicolás Chávez Reyes, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo Tomás Ajusco,
D.F., 7 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/17, 9.
665 Entrevista con Jesús Vidales Marroquín, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Ciudad de México, 3
de noviembre, 1972 y 17 de enero, 1973, RM, PHO/1/27, 25.
261
Los zapatistas se abastecieron de armas y municiones mediante el arrebato a
pacíficas” que tomaron parte en actividades zapatistas formaron otro grupo que serían
obtuvieron las armas del enemigo se les llamó “zopilotes”.667 También, los zapatistas
Por ejemplo, en 1915 el comerciante Ramón Caballero, originario de San Luis Potosí,
llevó parque escondido entre las legumbres que trasportó en jumentos de Atlixco a
Puebla. El señor Caballero entregó las municiones a los zapatistas quienes eran los
comerciantes”, fue bien conocido por las autoridades federales, quienes por periodos
666 Enrique Krauze, El amor a la tierra: Emiliano Zapata (México, D.F.: FCE, 1987), 85.
667 Samuel Brunk, ¡Emiliano Zapata! Revolution and Betrayal in Mexico (Albuquerque: University of New
Mexico Press, 1995), 73.
668 Entrevista con Severiano Castillo, realizada por Alicia Olivera de Bonfil y Laura Espejel, Santa Cruz
Acalpixca, Xochimilco, D.F., 28 de julio, 1973, PHO/Z/1/5, 16. Entrevista con Leopoldo Alquicira Fuentes,
conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Tepepan, D.F., 21 y 31 de julio, 1973, PHO/Z/1/3, 15. Entrevista
con Félix Vázquez Jiménez, conducida por Laura Espejel, Distrito Federal, 10 de agosto, 1973,
PHO/Z/1/9, 21.
669 Entrevista con Ramón Caballero, conducida por Laura Espejel, San Luis, Puebla, 25 de abril, 1973,
RM, PHO/1/51, 11 y 12.
670 “Meditación sombría”, AGN, FFB, caja 11, expediente 22, fojas 1, 2 y 4.
262
Cuando tuvieron dinero, los zapatistas planearon comprar armas y municiones
Zapata facultó al licenciado Antonio Díaz Soto y Gama y a Rodrigo Gómez para que en
su representación celebraran contratos en México como afuera del país para adquirir
pertrechos. Díaz y Gómez quedaron autorizados para fijar precios, condiciones, formas
licenciado Octavio Paz Solórzano escribió un telegrama desde San Antonio, Texas, al
había realizado en los Estados Unidos de América. Paz le pidió concentrar el mayor
Paz consumó la negociación y obtuvieron las armas. Al parecer tampoco existen otras
evidencias que confirmen este hecho y que demuestre que los zapatistas comerciaron
con gentes en los Estados Unidos sin haber habitado o dominado en estados
fronterizos.
sus enemigos por sorpresa, y así contrarrestar sus propias limitaciones militares. La
671 Oficio del general Emiliano Zapata a los licenciados Antonio Díaz Soto y Gama y Rodrigo Gómez,
Tlaltizapán, Morelos, 2 de noviembre, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 72, expediente 16, foja 145.
672 Octavio Paz Solórzano fue hijo de Irineo Paz, un soldado en el gobierno de Porfirio Díaz. Octavio le
pondría su mismo nombre a su hijo, quien décadas más tarde ganaría el Premio Nobel de Literatura.
673 Telegrama de Octavio Paz al general Enrique Rodríguez, San Antonio, Texas, Estados Unidos, 23 de
mayo, 1917, AHUNAM, FGMC, caja 74, expediente 30, foja 35.
263
maderista, soldado de Obregón y que enfrentó a los zapatistas en Contreras y
zapatistas.674 En otro ejemplo, el sonorense Alfonso Ross Casanova denotó “el pique y
corre” de los zapatistas. Con esto, el testimonio hizo notar que los revolucionarios
echaron balazos a sus contrincantes, y luego esperaron a ver que tanta resistencia
encontraban. Si eran pocos rivales, los zapatistas optarían por someterlos, y en caso
enteró que sabía que sus adversarios traían cañones de grueso calibre, por lo que
sentenció: “somos pocos pero ya beremos lo que puedamos hacer si mas no podemos
pero creo que correr si nos sera muy facil”.676 Por esas conocidas experiencias a los
zapatistas también se les conoció como “correlones” o “liebres blancas”. Vale precisar
que los zapatistas no siempre emplearon emboscadas, ya que en otras ocasiones con
actividades bélicas con las agrícolas por temporadas, para así conseguir alimentos y
mantener su resistencia. Muestra de ello, un zapatista que luchó al lado del general
Lucio Blanquet, aseguró que después de pelear se iban a trabajar las tierras para poder
674 Entrevista con Manuel J. Celis Campos, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Ciudad de México, 19
de julio, 3, 8, 15 y 29, agosto, 1973, PHO/Z/1/2, 27-29.
675 Entrevista con Alfonso Ross Casanova, conducida por Alicia Olivera Bonfil, Ciudad de México, 5, 21 y
28 de noviembre, 11 de diciembre, 1973, PHO/Z/1/16, 76.
676 Carta del secretario ayudante Genaro Bórneo Arellano al general Genovevo de la O, Campamento
revolucionario, 22 de junio, 1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 1, foja 38.
264
subsistir.677 Otro informante reveló que la siembra fue fundamental para que los
zapatistas pudieran vivir y enfrentar aquellos tiempos difíciles debido a las represiones
emprendidas por los gobiernos de Huerta y Carranza. 678 Las tareas del campo se
tiempo”, grupo que de igual manera, dejaron sus herramientas de trabajo en el campo
para tomar sus armas y pelear defendiendo la causa zapatista. 679 Así lo confesó un
testimonio al decir que algunos campesinos escondían sus armas entre la milpa
durante el día y por las noches las tomaban para pelear apoyando a los zapatistas.680
Los mismos soldados federales llegaron a presenciar en sus campañas militares a esos
campesinos trabajando sus tierras, aparentando ser pacíficos, pero que al dejarlos
que simplemente una alianza con los “soldados de medio tiempo” y los pacíficos. La
estructura y jerarquía de los revolucionarios adquirió forma con el paso de los días. Los
filas, y así quedaron de manifiesto desde que acordaron formar su ejército en marzo de
1911, teniendo como jefe a Emiliano Zapata.681 A pesar de que Zapata fue el General
677 Entrevista con Ramón Zetina García, conducida por Margarita García Luna, Ocuilan de Arteaga,
Estado de México, 17 de agosto, 1974, PHO/Z/1/56, 3.
678 Entrevista con Fausto Sandoval Mena, conducida por Carlos Barreto Marck, Jiutepec, Morelos, 8 de
abril, 1974, PHO/Z/1/42, 45.
679 Esta alianza bélica entre zapatistas y campesinos pacíficos ha sido descrita como un “servicio de
relevo constante” en Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México. El Ejército campesino del
sur (Ideología, organización y programa) (México, D.F.: CEHAM, 1982), 23 y 24.
680 Entrevista con Jesús Vidales Marroquín, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Ciudad de México, 3
de noviembre, 1972, 17 de enero, 1973, UTEPL, AEC, MF 560, Rollo 1, 27. Castillo, PHO/Z/1/5, 10. Otro
informante declaró que los zapatistas también atacaron en las madrugadas, véase entrevista con Juan
Arellano Aguilar, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Milpa Alta, D.F., 7 de agosto, 1973, PHO/Z/1/7,
14 y 15.
681 Francisco Pineda Gómez, La revolución del sur, 1912-1914 (México, D.F.: Ediciones Era, 2005), 29.
265
en Jefe, eso no significó que él mantuviera el poder absoluto de su ejército. Zapata
recibió apoyo de una amplia estructura formada por secretarios del Cuartel General,
que cualquier soldado pudo aspirar presentando ciertas cualidades. La jerarquía quedó
que pudo tener y al parentesco con algún zapatista de alto rango. Inclusive, se llegó a
ascender a aquel que avanzó parque al enemigo, de acuerdo con un testigo. 684
Contrario a estos requerimientos para obtener un ascenso, otro testimonio sostuvo que
la guerra también condicionaron al número de soldados del Ejército Libertador del Sur.
referencia al general Octavio Magaña, que en 1915 el Ejército Libertador contó con 70
682 Laura Espejel, “El Cuartel General: órgano rector de la revolución zapatista. 1914 y 1915”, en
Morelos: cinco siglos de historia regional, coordinado por Horacio Crespo (México, D.F.: Centro de
Estudios Históricos del Agrarismo en México, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, 1984): 251-
260, en part., 258.
683 Para conocer más a profundidad la organización provisional del Ejército Libertador, examinar el
decreto a los miembros del Ejército Libertador, Iguala, Guerrero, 13 de febrero, 1915, AGN, FCR, caja 3,
expediente 30, foja 1.
684 Castillo, PHO/Z/1/5, 9 y 10.
685 Alquicira, PHO/Z/1/3, 22.
266
mil soldados y en 1916 de 30 mil; entre 1917 y 1918 fueron 15 mil, mientras que para la
varias medidas. La primera de ellas consistió en que los zapatistas nombraron lista de
asistencia a sus soldados por la mañana y por la tarde. Con esto los revolucionarios
quisieron evitar deserciones y asegurar que sus soldados estuvieran presentes en los
combates. En caso de haber algún desertor, los soldados lo buscaron para castigarlo.
También, las autoridades zapatistas prohibieron que sus soldados realizaran disparos
sin motivo y cometieran abusos contra la gente pacífica en los pueblos. Los zapatistas
debían reconocer el terreno, las veredas y los caminos antes de sostener combate. 687
aquellas constantes jornadas a pie.688 Otro zapatista, en cambio, hizo alarde del placer
267
Ilustración 8.1: Escondite zapatista. “Progresan las operaciones militares en toda la
parte sur del Estado de Morelos,” El Demócrata, 12 de mayo, 1916. En
la fotografía se puede apreciar un escondite zapatista.
considerable. El canjilón era un instrumento de viento que emitía sonidos para anunciar
mensajes. Éste estaba arraigado en la tradición campesina, utilizado por ejemplo, para
campesinos en su mayoría, continuaron el uso del canjilón con fines bélicos. Así, el
canjilón sonó cuando los zapatistas iniciaron combates.690 Igualmente, dicho sonido
690El canjilón era un cuerno cortado de la punta en la que había un orificio por donde le soplaban con
bastante fuerza para que el sonido saliera por el otro extremo. La capa áspera y astillada del exterior del
268
advirtió la presencia del enemigo, sirvió para identificarse entre los mismos zapatistas y
llegaron a escuchar cuando eran adversarios de los zapatistas por algunos periodos de
sonido del canjilón zapatista les llegó a transmitir un sentimiento desagradable. Así lo
expresó un soldado federal que sintió temor al escuchar aquella fuerte resonancia. 692
Pero más allá de escuchar al canjilón, los soldados federales se apropiaron de aquel
cuerno en sus campañas para confundir a los zapatistas y encontrar sus refugios. Esto
fue anunciado por el jefe zapatista Gregorio Jiménez, denunciando que soldados
compartió tal emoción diciendo, “ve usted al enemigo que ya viene, esta usted
temblando, […] le atacan a usted los nervios, pero nada más se suelta la balacera y no
le da a usted cuidado nada, se pierde el miedo, el miedo es cuando quisiera usted que
federales llevaron a cabo dichas persecuciones a los zapatistas, hubo quien documento
que en tales victorias los soldados federales festejaron tocando el clarín con tonos de
burlas e injurias.695
cuerno era pulida hasta que quedara lisa. Agradezco a Eligio Rodríguez Osorio haberme mostrado el
sonido de un canjilón para recrear y comprender aquellos tiempos.
691 Castillo, 26.
692 Celis, 35.
693 Carta de Gregorio Jiménez a de la O, s/f, s/l, UTEPL, AGGO, MF 507, I.02.
694 Entrevista con José Burgos Carmona, conducida por Laura Espejel Yolanda Alemán, Juchitepec,
Estado de México, 19 de abril, 1974, PHO/Z/1/99, 40.
695 Gustavo G. Velázquez, Toluca de Ayer. Tomo II, (México, D.F.: Biblioteca Enciclopédica del Estado
de México, 1972), 95.
269
Para disminuir el temor a morir en los combates, los zapatistas injirieron alcohol
ordenó a uno de sus subalternos servir una taza de alcohol a cada uno de sus soldados
para que tomaran valor y controlaran sus nervios antes de atacar un lugar llamado San
Bartolo.696 En otro caso, el general Genovevo de la O quitó los nervios a sus soldados
expresándoles en el combate que eran “imaginaciones” las que tenían al creer que
a sus rivales, por ejemplo: “¡Pelones, tales por cuales […] no tiren con molinillos!”.698
Otros zapatistas pelearon con bravura hasta vencer ante el miedo de ser fusilados. Al
fusilado. Morir peleando, pues andaba yo en eso, pero morir fusilado, lo sentía yo muy
duro”.699
cotidiana. Por instancia, uno de los zapatistas rememoró como caían las metrallas del
enemigo haciendo volar tierra, polvo y piedras, mientras se encontraba en una trinchera
que obtuvo después de la revolución el zapatista Antonio Díaz Soto y Gama, exhibió la
crueldad de la violencia. El informante aseveró que los combates eran cuerpo a cuerpo
270
en calles, azoteas, casas, escombros y trincheras, habiendo ocasiones en que los
combatientes “no hacían uso de las armas, sino que se asestaban golpes con las
mojados y bien desvelados”.702 Por otro revolucionario suriano se conoce que para
árboles, pero aún así amanecieron “bien mojados y muertos de hambre” para luego
húmeda a consecuencia de las tormentas haciendo notar que sus ropas se le llegaron
guamúchil en su camino como muestras de que ya habían pasado por el lugar o que
701 Antonio Díaz Soto y Gama, “Sólo hacía falta un caudillo, y el caudillo surgió”, en Zapata de José
Ángel Aguilar, (México, D.F.: INEHRM, 1980): 15-25, en part., 24.
702 Entrevista con Gregorio García García y Petra Martínez, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Santo
Tomás Ajusco, D.F., 12 de noviembre, 1973, PHO/Z/1/21, 3.
703 Entrevista con Clemente Peralta Chávez, conducida por Alicia Olivera de Bonfil, Ajusco, D.F., 12 de
noviembre, 1973, PHO/Z/1/20, 11.
704 Entrevista con Mateo Días Lozano, conducida por Carlos Barreto Marck, Villa de Ayala, Morelos, 3 de
abril, 1974, PHO/Z/1/41, 12 y 13. El “cuero” refiere a la piel de la persona.
705 Entrevista con Pedro García Pérez, conducida por Laura Espejel y Eulalio Aguilar, Cuautla, Morelos,
29 de septiembre, 1977, PHO/Z/1/147, 22.
706 Elizabeth Silva Cruz, “La vida cotidiana del zapatismo en la 1ra zona de guerra: Huautla, Morelos,
1910-1920” (BUAP: Tesis de Maestría, 2003), 37.
271
La cotidianidad de los zapatistas se aprecia también a través de los lugares de
que en 1915 los grupos a que pertenecieron estos revolucionarios anduvieron peleando
más, para 1916 los zapatistas combatieron en Palpan, Cruz de Piedra y Santa María en
Villa del Carbón.707 Las experiencias de Garduño y Castillo muestran los sitios de
batallas en que participaron sus grupos. Vale señalar que hubo más combates en otros
lugares durante los mismos años ya que los zapatistas estaban organizados de manera
descentralizada.
707
Entrevista con Mauricio Garduño, conducida por Laura Espejel, Xochimilco, D.F., 27 de julio, 1973,
PHO/Z/1/4. Castillo, PHO/Z/1/5.
272
Ilustración 8.2: Zapatistas en combate. Archivo Casasola, “Combate entre federales y
zapatistas,” 1912, Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
© (6236) CONACULTA.INAH.SINAFO.FN.MÉXICO.
273
La guerra comprometió a los zapatistas a que emplearan tecnología para crear
municiones. Para ello, los zapatistas juntaron “cascajos” (casquillos) tirados después de
utilizados a Morelos para cargarlos con pólvora. Sin embargo, de acuerdo con este
defectuosos y explotaron antes de que la bala saliera del arma, dejando ciegos a varios
tiradores.709 Además de esto se conoció que los zapatistas llegaron a utilizar cables de
pedido para elaborar elementos de guerra.710 Días después de esto, Barrios informó
haber organizado a un grupo para fabricar bombas de dinamita y otros explosivos para
de la Revolución.711
274
personalmente una carta haciéndole saber que él mismo había estado trabajando en
Pérez enfatizó, basado en personas conocedoras, que dicho aparato no había sido
varios de ellos. Pérez se despidió de Zapata diciendo: “Ay que ayudar a los hombres de
anuncia, y en menos de diez días Zapata reveló que ya le había dado una carta de
Ahí el inventor obtendría las facilidades para perfeccionar su aparato automático que
volaba trenes, y podría construir otros inventos, recibiendo dinero para cubrir sus
gastos diarios.713
712 Carta de Margarito Pérez al general Emiliano Zapata, Cuautla, Morelos, 21 de enero, 1916, AGN,
FEZ, caja 11, expediente 3, foja 3.
713 Carta del general Emiliano Zapata a Margarito Pérez, Tlaltizapán, Morelos, 29 de enero, 1916, AGN,
FEZ, caja 11, expediente 3, foja 4.
714 Adolfo García Videla, Historia, leyenda y mito de una utopía agrarista, VHS (México, D.F.:
CONACULTA, UNAM, 1986).
275
encargados de las fuerzas revolucionarias, el número de soldados a su disposición y el
lugar en que se ubicaban. El reporte señaló que en Malinalco alguien apellidado Aguilar
comandaba 100 carabineros, Salatiel Alarcón contaba con 80, Silvio de la Fuente con
30 o 40, Facundo Torres con 60 o 80. En San Nicolás, Jesús García comanda a 80
Agramonte notificó que unos rebeldes que estaban de paso en Coatepec Harinas
habían salido para Malinalco. Según el reporte, los rebeldes iban desmoralizados, sin
parque ni alimentos, habiendo riña entre sus cabecillas y llevando caballos inservibles
Los mismos zapatistas supieron de las tácticas empleadas por sus enemigos
para debilitarlos. En 1917, el general Zapata avisó en una circular desde Tlatizapán que
Zapata pidió estar atentos y vigilar por medio de sus agentes secretos a cualquier
715 Telegrama al secretario general de Gobernación del Estado de México, Tenancingo, 24 de mayo,
1913, AHEMe, CRM, volumen 9, expediente 11, foja 72.
716 Parte de novedades del jefe político Tomás Agramonte al gobierno del Estado de México,
Tenancingo, 5 de julio, 1913, AHEMe, CRM, volumen 9, expediente 10, foja 26.
276
realizadas y con lo que llevara consigo como armas, parque, documentos y otros
artículos.717
contraseñas. Inicialmente, los zapatistas gritaron al llegar a alguna casa ¿quién vive?,
esperando que las gentes en el interior de la misma respondieran ¡Viva Zapata! Así las
gentes que estaban adentro y afuera de la casa supieron que eran aliadas y había
seguridad. Tiempo después, los enemigos de los zapatistas se apropiaron del grito Viva
Zapata para engañaros y atacarlos por sorpresa. Cuando eso ocurrió, los zapatistas
el quién vive acordaron entre sus correligionarios contestar “México”. Luego, los
donde sus subalternos le dan a conocer seña, contraseña y un nombre de policía que
Valor;720 seña Rocha, contraseña Toledo y de policía La Bufa;721 seña Riva Palacio,
contraseña Morelia y de policía Gloria.722 De esta forma, también las fuerzas opositoras
717 Circular del general Emiliano Zapata, Tlaltizapán, Morelos, 10 de septiembre, 1917, AHUNAM,
FGMC, caja 76, expediente 42, foja 15.
718 Entrevista con Emilio Joaquín Campos Rodríguez, conducida por Laura Espejel, Miacatlán, Morelos,
12 de julio, 1975, PHO/Z/1/115, 78.
719 Oficio del mayor jefe de ordenes Enrique Cortés al general Emiliano Zapata, México, D.F., 23 de
mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 21, expediente 4, foja 95.
720 Oficio del general Agustín Ramírez al general Emiliano Zapata, México, D.F., 24 de mayo, 1915,
AGN, FEZ, caja 21, expediente 4, foja 106.
721 Oficio del general Agustín Ramírez al general Emiliano Zapata, México, 25 de mayo, 1915, AGN,
FEZ, caja 21, expediente 4, foja 117.
722 Oficio del general Agustín Ramírez al general Emiliano Zapata, México, 26 de mayo, 1915, AGN,
FEZ, caja 21, expediente 4, foja 128.
277
intercalando el mensaje con texto y números, a los que correspondía una letra o
Tabla 8.1: Clave para la Presidencia de la República para comunicarse con las
estaciones heliográficas por teléfono o telégrafo, México, 30-03-1915,
Centro Cultural Isidro Fabela, Archivo Histórico de la Revolución Mexicana,
RM/I.3-014.
a b c d e f g h
1 3 4 2 7 6 8 9
i j k l m n ñ o
50 33 17 28 97 16 11 87
p q r s t u ch v
93 44 19 45 66 14 33 81
881
888
Clemente Zuñiga Tovar, unos zapatistas llegaron a capturar a un soldado federal para
luego liberarlo, no sin antes haberle quitado su planta del pie para hacerlo caminar.
278
Además de eso, el mismo informante sostuvo que los zapatistas llegaron a cortar una
Zapata.723 Llegaron a ser capturados por los zapatistas el general Higinio Aguilar y 12
más en abril de 1913, y conducidos por el coronel zapatista Cacimiro Rodríguez. Estos
donde los zapatistas lo derrotaron e hicieron prisionero junto con otros, liberándolo 2
días después de que hubiera asegurando no luchar contra ellos salvando su vida. De
acuerdo con Javier Garcíadiego, Aguilar tras ser liberado permaneció en los
huertistas. Durante ese tiempo, Aguilar apoyó a los zapatistas brindando instrucción
presidente de la Convención pidió que unos prisioneros Yaquis capturados por sus
tropas fueran remitidos pues sabían que habían sido engañados para ir a pelear.726 En
otro hecho, Ilario García, soldado del general Antonio Silva, fue hecho prisionero al
igual que su familia. García fue al norte como soldado federal, mientras que su familia
723 Entrevista con Clemente Zuñiga Tovar, conducida por Alexis Arroyo, Ciudad de México, marzo, 1961,
RM, PHO/1/89, 22.
724 Telegrama de Gregorio Peralta al general Genovevo de la O, Buenavista del Monte, Morelos, 27 de
abril, 1913, AGN, AGO, caja 1, expediente 7, foja 41.
725 Javier Garcíadiego, “Higinio Aguilar: milicia, rebelión y corrupción como ‘modus vivendi’”, Historia
Mexicana Vol. 41, Núm. 3, (Enero- Marzo 1992): 437-488, 451.
726 Telegrama del Presidente de la Soberana Convención, Cuernavaca, Morelos, 14 de febrero, 1915,
UP, AGRGG, carpeta 7, foja (documento) 102.
279
casa.727 En otro suceso, la prensa difundió que los zapatistas poseyeron subterráneos
en San Pablo Oztotepec, en Milpa Alta, Distrito Federal, en donde guardaban artículos
Pero los zapatistas también quedaron presos junto con algunas de sus
capturado. Éste negó su simpatía por los zapatistas sosteniendo que éstos lo habían
obligado a formar parte de ellos si aún quería vivir. El detenido expresó que después de
727 Carta de Ilario García al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 27 de septiembre, 1915,
AGN, AGO, caja 5, expediente 9, foja 11.
728 “Los zapatistas tienen subterráneos en San Pablo Ostotepec y allí guardan sus prisioneros y sus
riquezas”, El Sol, 13 de julio, 1914.
280
constitucionalista, como antes lo había hecho sirviendo a las tropas del general
Francisco Murguía.729 En otro hecho, en octubre de 1919, una nota en prensa comentó
que las fuerzas del general Francisco Cosío Robelo habían apresado a cabecillas
zapatistas a los que les recogieron el archivo personal del extinto Emiliano Zapata.730
traidor debía ser sentenciado a muerte. A eso se debió a que las gentes anduvieron
Incluso, algunos miembros de las familias quedaron divididos debido a que defendieron
bandos opuestos sin haber elegido. Por ejemplo, en 1916 alguien de Cuernavaca,
había logrado desertar de las filas carrancistas y regresar a “su antiguo partido” que era
729 Acta de Pedro Plata, Toluca, Estado de México, 24 de junio, 1916, ACCJ, Primer Juzgado de Distrito,
Ramo Penal, expediente 107/1917, foja 4.
730 “Sufrieron una formidable derrota los zapatistas en el mineral de Huautla”, México Nuevo, 27 de
octubre, 1919.
731 “En Tlaltizapán se levantará un monumento a los surianos muertos”, El Radical, 14 de enero, 1915.
281
del soldado zapatista.732 Los rumores dificultaron la coexistencia de los zapatistas.733
En otras palabras, los rumores propiciaron que los revolucionarios vivieran con
revolucionarias como afuera de ellas realizadas por pacíficos. Un tipo de pacífico con
1913, el coronel Jesús García informó al ingeniero Ángel Barrios, ambos zapatistas en
persuadir a los pacíficos para lograr la paz con Huerta. Para Barrios estos religiosos
pero en su defensa entraron los pacíficos. Para ejemplificar el hecho, los pobladores
que los zapatistas Cal y Mayor y otro apellidado Zamora habían ido a molestar al cura
defendieron al cura porque representaba un padre que los había defendido y que no se
entrometía en política.735 Casi dos meses después de ese reclamo, el cura Díaz
732 Carta de J.H.J. al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 2 de noviembre, 1916, AGN,
AGO, caja 6, expediente 11, foja 36.
733 García, PHO/Z/1/147, 25.
734 Carta de ingeniero Ángel Barrios al general Genovevo de la O, Campamento revolucionario en el
Estado de México, 13 de septiembre, 1913, AGN, AGO, caja 2, expediente 4, foja 24.
735 Parte de pobladores de Zumpahuacán al general Francisco Pacheco, Zumpahuacán, Estado de
México, 24 de marzo, 1914, AGN, AGO, caja 3, expediente 3, foja 58.
282
vale del pretesto de que soy Gobiernista ¿Quien mejor que tu sabes quien soy?”. El
por unos documentos que pertenecían a un hombre llamado Calixto. Díaz invitó a de la
sus amigos, y le hizo saber que él conocía que no debían inmiscuirse en política. 736
Para el mes de junio, una nueva defensa al cura Díaz salió a relucir por los vecinos del
pueblo.737
Los disgustos entre los generales condicionaron cotidianidad entre los soldados
y los demás miembros del Ejército Libertador del Sur. Tal condición debilitó a este
de cuentas. Como un primer ejemplo, hubo quien afirmó que el general Felipe Neri
el que iba a tener “más grande su hoja de servicios” una vez que la revolución
cuando Pacheco dedujo que de la O le había negado las municiones que necesitaba.
736 Carta del cura Bernardo González al general Genovevo de la O, Zumpahuacán, Estado de México,
19 de mayo, 1914, AGN, AGO, caja 3, expediente 5, foja 57.
737 Acta de los pobladores de Zumpahuacán, Zumpahuacán, Estado de México, 30 de junio, 1914, AGN,
AGO, caja 3, expediente 6, foja 51.
738 Vázquez, PHO/Z/1/9, 30.
283
pendejo de los pendejos” que no había necesitado “quien lo guiara ó le mostrara
ejemplo”.739
En otro suceso similar, pero acontecido en octubre de ese mismo año, Atilano
García denunció que Antonio Barona y 10 soldados más lo habían ido a buscar en la
noche sin haberlo conseguido. García supo por su familia que los mencionados habían
amenazado con regresar por él posteriormente. Y supo además que esa gavilla había
golpeado a una persona a quien insultaron como “un hijo de la chingada”. Por último, el
los tenían “debajo de sus talones”, asegurando que ambos eran “una punta de
Este ambiente hostil ocasionado por los malentendidos entre jefes zapatistas
afectó a sus subordinados y al resto de los soldados que conformaron las tropas. Se
puede inferir que estos soldados sintieron confusión, incertidumbre y preocupación por
sus vidas ante los conflictos internos. Entre algunos conflictos y ajustes de cuentas
que fuera a Ocuilan rápido porque si no él se marcharía del lugar a otro sitio en donde
las águilas no supieran de él. Su urgencia obedeció a que Francisco Pacheco había
Días más tarde, Pacheco escribió al general de la O de la muerte del capitán Agustín
739 Carta de Gregorio Jiménez a Genovevo de la O, s/l, 16 de junio, 1912, AGN, AGO, caja 1, expediente
2, fojas 83 y 84.
740 Carta de Atilano García al general Genovevo de la O, Ocotepec, Morelos, 20 de octubre, 1912, AGN,
AGO, caja 1, expediente 3, foja 92.
741 Telegrama de L. Alarcón al general de la O, Ocuilan, Estado de México, 1 de febrero, 1913, AGN,
AGO, caja 1, expediente 5, foja 9.
284
Pichardo, quien estaba a su servicio. Pacheco responsabilizó de la tragedia a Salvador
Herrera, Felipe Ruíz y Pánfilo Pichardo, que andando ebrios siguieron las ordenes de
de la O para entregarlo vivo o muerto. Al mismo tiempo, Pacheco reprochó que Ruíz
había declarado que de la O les había ordenado desarmar y fusilar a los soldados de
Pacheco en donde los encontraran. Por ese motivo Pacheco pidió explicaciones a de la
Genovevo o Genovevo o Pacheco son dos buenos hermanos que pelean y han jurado
derramar su última gota de sangre” para ganar la libertad de la Patria y los derechos de
los mexicanos.743 Durante los siguientes meses, el general Pacheco mantuvo ese
general Pacheco se dirigió a los generales, jefes y oficiales del Ejército Libertador del
Sur informando en manifiesto: “A Uds., compañeros de armas, a los que han luchado
con el rifle en la mano como buenos soldados, sin más ambición que alcanzar un
triunfo completo para bien de la Patria, les ruego se vean como hermanos, que no haya
enemistades ni discordias que siembren la división entre nosotros”. 744 Para el mes de
742 Carta de Francisco V. Pacheco al general Genovevo de la O, Campo revolucionario del Estado de
México, 22 de febrero, 1913, AGN, AGO, caja 1, expediente 5, foja 36.
743 Telegrama de Francisco Pacheco al general de la O, Campo revolucionario del Estado de México, 21
de enero, 1914, AGN, AGO, caja 3, expediente 1, foja 42.
744 Manifiesto de Francisco V. Pacheco a los generales, jefes y oficiales del Ejercito Libertador del Sur,
Cuartel de Huitzilac, Morelos, 4 de mayo, 1915, AHEMe, CRM, volumen 1, expediente 19, foja 2.
285
marzo de 1916, Pacheco aún estaba preocupado por las intrigas entre ellos. Pacheco
llegó a escribir en carta que salía a diversos lugares “para evitar disgustos y conflictos
Campos, estaba en esa ciudad cuando fue aprehendido por el coronel Marino Sánchez,
quien le guardaba resentimiento por viejas rencillas. Según el informe del presidente
boca abajo y con una vigueta sobre su cintura desde las ocho de la mañana hasta las
cinco y media de la tarde en que se acusaba el hecho. Así estuvo Ortega soportando
Saavedra se quejó ante el general Zapata de haber recibido comunicación altanera por
pare del general de la O, quien quería adentrarse a la zona de Coatlán del Río, un lugar
prudente para evitar fricciones, pidió a Zapata remediar el problema. De no hacer así,
745 Carta del general Francisco Pacheco al general Emiliano Zapata, Cuentepec, Morelos, 27 de marzo,
1916, AHUNAM, FGMC, caja 77, expediente 67, foja 8.
746 Oficio del gobernador Lorenzo Vázquez al general Emiliano Zapata, Cuernavaca, Morelos, 21 de
agosto, 1915, AGN, FEZ, caja 9, expediente 6, foja 4.
286
Saavedra diciendo haber dirigido un oficio a de la O para que le respetara la zona. 747
que le pondría dificultades a sus soldados cuando pasaran por su rumbo con una
Entre los mismos zapatistas hubo recelos entre quienes ostentaron mayor
Ejemplo de ello fue el comentario que de la O realizó acerca del ingeniero Ángel
Barrios: “éstos hombres recien dados de alta y desean tenernos subalternos tan solo
por sus inteligencias”. Ante esa situación, de la O sugirió que a ese grupo de gentes
La disputa entre Antonio Barona y Juan N. Banderas fue una de las más
entre Barona y Banderas en la Ciudad de México en febrero de 1915. El motivo fue que
Coapam que había sido capturada por los zapatistas, achacándole cobardía. Barona,
por su parte, acusó a Banderas de que estando ebrio había asesinado a su hermano.
747 Carta del general Pedro Saavedra al general Emiliano Zapata, Cuartel de Amacuzac, Morelos, 26 de
agosto, 1915, AGN, CGS, caja 1, expediente 1.93, foja 1.
748 Oficio del general Domingo Arenas al general Everardo González, Los ranchos, 6 de noviembre,
1916, AHUNAM, FGMC, caja 76, expediente 52, foja 26.
749 Martha Rodríguez García, “Genovevo de la O, un jefe zapatista” (México: Tesis de licenciatura:
Universidad Iberoamericana, 1978), 104.
287
cuartel, prolongándose y arrojando numerosos muertos para posteriormente Barona
retirarse a su sitio.750 Meses más adelante, el periódico La Convención tituló una noticia
Otra gran disputa entre zapatistas ocurrió entre los generales Francisco
Mendoza y Maurilio Mejía. En los primeros días de 1918, Zapata envió una minuta a los
jefes, oficiales y soldados de las divisiones Mendoza y Mejía. Zapata expresó las
jefes, oficiales y soldados. Como resultado de eso, Zapata dispuso que las fuerzas de
las divisiones Mendoza y Mejía formaran una sola columna estando a cargo del general
brigadier Timoteo Sánchez, reconociéndolo como su jefe inmediato al igual que al Jefe
su Ejército, los problemas continuaron. A finales del año, de nueva cuenta Maurilio
Mejía atacó a otro zapatista. Esta vez, Mejía llamó desleal, canalla y traidor
750 Robert E. Quirk, “La Convención en Cuernavaca”, en Historia Mexicana Vol. 9, No. 4, (Abril- Junio
1960): 571-181, en esp. 578-579
751 “Por disgustos personales, hubo un escándalo hoy en la madrugada”, La Convención, 7 de mayo,
1915.
752 Minuta del general Emiliano Zapata a jefes, oficiales y soldados de las divisiones de los generales
Francisco Mendoza y Maurilio Mejía, Tepancingo, Morelos, 6 de enero, 1918, AHUNAM, FGMC, caja 76,
expediente 45, foja 40.
288
amigo “de los hombres que lo somos de verdad”. Además de eso, Mejía acusó a
Palafox de engañar a la gente, de ser un embustero e intrigoso que buscó dividir a los
jefes zapatistas, motivo por el cual había sido dado de baja de las filas de la
a fines de 1915. De acuerdo con un informante, Antonio Barona estando ebrio asesinó
la unidad y de la fortaleza. Este asunto quedó evidenciado en una entrevista que unos
“entre nosotros, los surianos, todavía no hay de esos. Nuestra hoja de servicios está
limpia y no hay traidores, porque yo, cuando noto algo, los mando fusilar”. 755 Lo cierto
fue que entre los zapatistas si hubo traidores, pero Zapata mostró una imagen
intachable de la lealtad zapatista con la intensión de enviar un mensaje claro para sus
secretas” con los carrancistas en 1916.756 A consecuencia de eso, Pacheco fue pasado
por las armas. En el segundo caso, en mayo de 1917, Zapata dejó en claro a los
753 Carta de Maurilio Mejía a Manuel Palafox, San Rafael, 27 de noviembre, 1918, AHUNAM, FGMC,
caja 77, expediente 63, foja 2.
754 Alquicira, PHO/Z/1/3, 50.
755 “Preocupa hondamente al General Zapata la solución del problema agrario,” El Monitor, 27 de mayo,
1915.
756 Salvador Rueda Smithers, “La zona armada de Genovevo de la O”, Cuicuilco 2 (Enero 1981): 38-43,
en part., 41.
289
miembros de un consejo que juzgarían al general Montaño que de haber traición debía
ser pasado por las armas, tal y como ocurrió. 757 Según un historiador de Morelos,
Montaño, antes de ser ejecutado, escribió que “moría para satisfacer venganzas
mezquinas”.758
guerra. Sin embargo, es preciso mencionar que los zapatistas gozaron en algunos
De igual forma, los campamentos zapatistas sirvieron como “hospitales” para curar a
sus soldados y a pacíficos. Hasta esos lugares los médicos llegaron a realizar su
757 Oficio del general Emiliano Zapata al licenciado Gregorio Zúñiga, Tlaltizapán, Morelos, 15 de mayo,
1917, AHUNAM, FGMC, caja 70, expediente 9, foja 98.
758 Valentín López González, Los compañeros de Zapata (Cuernavaca: Gobierno del Estado de Morelos,
1980), 156.
759 Entrevista con Juan Olivera López, conducida por Eugenia Meyer, Ciudad de México, 23 de
noviembre y 5 de diciembre, 1972, UTEPL, AEC, MF 560, Rollo 1, 21.
760 Parte del general Ignacio Fuentes al general Genovevo de la O, El contadero, 17 de febrero, 1915,
AGN, AGO, caja 5, expediente 2, foja 55.
290
Las enfermedades que sufrieron los zapatistas quedaron reportadas,
apareciendo con mayor regularidad los “fríos”, las fiebres y las heridas. Los soldados
enfermedad que los aquejaba, pero dejando en claro su disposición de apoyar. Ejemplo
“fríos” para la cual estaba tomando medicina en Ocotepec, Morelos. García le aseguró
a su jefe de la O ir a apoyarlo tan pronto se aliviar. 761 Poco más de 3 meses después,
García volvió a escribirle asegurando que aún no sanaba pero que regresaría a
apoyarlo.762 Otro zapatista anunció no andar en la campaña por estar muy grave con
porque tenía una bala insertada en la pierna que le molestaba al caminar, y suplicó que
761 Carta de Leandro García al general Genovevo de la O, Ocotepec, Morelos, 12 de septiembre, 1912,
AGN, AGO, caja 1, expediente 3, foja 68.
762 Carta de Leandro García al general Genovevo de la O, Ocotepec, Morelos, 23 de enero, 1913, AGN,
AGO, caja 1, expediente 4, foja 9.
763 Carta del teniente coronel Teófilo Alvarado al general Genovevo de la O, Campamento
revolucionario, 25 de febrero, 1914, AGN, AGO, caja 3, expediente 2, foja 37.
764 Oficio del general brigadier Silviano de la Fuente al general Genovevo de la O, s/l, s/f, AGN, AGO,
caja 10, expediente 3, foja 73.
291
las curaciones empleadas fueron antisépticas, curaciones indicadas y lavados. Los
a las brigadas Gadea, Franco, Salas, Eufemio Zapata, Cortez, Bonato, Mejía,
gangrena, blenorragia, oftalmia purulenta, reumatismo, chancro raíz del pene y sarna.
Ayaquica, Mejía, Franco, Lamirra, Vásquez, Montemayor.766 En una tercera lista, los
plata, manifestaciones de 2/o grado sifilíticas y ulceras infestadas que fueron tratadas
765 Lista de jefes, oficiales y soldados no hospitalizados, que se encuentran curando en el Hospital
Militar, Cuautla, Morelos, 1 al 31 mayo, 1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, fojas 106-108.
766 Relación de los enfermos asilados en este hospital, Cuautla, Morelos, mayo, 1915. AGN, FEZ, caja 8,
expediente 3, fojas 110 y 111.
767 Lista de enfermos y heridos atendidos en el Hospital Militar de Chietla, Puebla, 11 al 31 de mayo,
1915, AGN, FEZ, caja 8, expediente 3, fojas 125 y 126.
768 Laura Espejel López, “Las heridas de guerra del Ejército Libertador del Centro-Sur de la República
Mexicana”, en Zapatismo: origen e historia (México, D.F.: INEHRM, 2009): 265-283, en esp., 279.
292
Igualmente, Espejel utilizó listas de farmacias del hospital y recibos, observando que el
arábiga y hojas de coca como anestésicos, el láudano para los piojos, la salvia para la
tos, el toronjil para la garganta y el tifo con hierbas de fresno, alcanfor y chilacayote. 769
Se conoce que el tifo causó numerosas muertes entre los pobres a finales de
1915. Toluca fue uno de los lugares más afectados por esta enfermedad. De acuerdo
con el gobierno constitucionalista de dicha ciudad, quienes contraían el tifo era porque
expendios de pulque cerraran, las casas de baño quedaran dos días a la semana a
disposición del pueblo para que fueran a asearse; igualmente, casas, calles y cuarteles
Para 1917 el tifo siguió cobrando vidas, al igual que la disentería, el paludismo,
la fiebre, la gripa y la viruela negra, que afectarían en los siguientes años. Muchos de
los muertos fueron sepultados sin ataúd por falta de dinero y por la urgencia de enterrar
que ésta provocó que enterraran hasta tres o cuatro muertos en petates o en cajones
293
de tablas.772 Muchos de ellos fueron enterrados a la usanza campesina, envolviendo al
forma, muestra de ello fue la creación de la Asociación de la Cruz Blanca del Sur. Fue
batallas. Así lo vivió un zapatista que los observó tras una pelea en bosque de Tulmiac,
Milpa Alta, Distrito Federal. En aquella brigada el zapatista miró a una mujer
sosteniendo una bandera y a dos hombres cargando una camilla con la intensión de
curar heridos y recoger muertos acatando las ordenes del gobierno federal. Por esa
Everardo González para entrar a la zona, accediendo pero advirtiendo de que si los
doctor Prudencio Casals R., y los médicos Alfredo Cuarón, Lauro Camarillo y Aurelio
Briones.775 Ya para 1915, cuando los zapatistas obtuvieron recursos para distribuirlos
entre la gente necesitada y empleada, los médicos que apoyaron a los zapatistas
víveres e instrumentos de cirugía estuvieron a la orden del día. Sin embargo, hubo
772 Entrevista con Eduardo Monroy Velázquez, conducida por Salvador Rueda, San Miguel Balderas,
Estado de México, 1 de mayo, 1977, PHO/Z/1/143, 22.
773 Gregorio López y Fuentes, Tierra. La revolución agraria en México (México, D.F.: Editorial México,
1933), 25.
774 Castillo, PHO/Z/1/5, 24.
775 Espejel, “Las heridas de guerra…”, 273.
776 Ibid., 276.
294
algunos hospitales que recibieron café, maíz, arroz, panes, frijol, harina, alcohol y
que los médicos los curaban únicamente con alcohol.777 En 1915 en Tehuitzingo,
maderista, anunció al general Zapata que estaba dispuesto a apoyar pero que carecía
de medicinas por lo que no podía brindar una buena atención en el Distrito Acatlán y en
otros lugares.778 En otro hecho suscitado, Alfonso Martínez avisó que el hospital de la
Cruz Blanca Neutral, al parecer ubicado en Cuernavaca, no podía atender a los heridos
Magaña entregar a un señor apellidado Díaz unos instrumentos de cirugía para operar
777 Entrevista con Felipe Flores Camacho, conducida por Laura Espejel, Santa Cecilia Tepetlapa,
Xochimilco, D.F., 14 de septiembre, 1974, PHO/Z/1/60, 20.
778 Carta de Francisco Gutiérrez al general Emiliano Zapata, Tehuitzingo, Puebla, 10 de julio, 1915,
AGN, FEZ, caja 9, expediente 1, foja 78.
779 Carta de Alfonso Martínez al general Genovevo de la O, Cuernavaca, Morelos, 5 de agosto, 1915,
AGN. AGO, caja 5, expediente 8, foja 19.
780 Telegrama del general Emiliano Zapata al encargado de la hacienda de Miraflores, Tlaltizapán,
Morelos, 9 de diciembre, 1915, AHUNAM, FGMC, caja 70, expediente 9, foja 67.
781 Carta del general Emiliano Zapata al general Gildardo Magaña, Tlaltizapán, Morelos, 4 de febrero, de
1918, AHUNAM, FGMC, caja 70, expediente 10, foja 16.
295
como sostuvo un zapatista.782 Otro revolucionario más de Morelos aseguró que
sanaron sólo con “la voluntad de Dios” pues no tenían quien los curara. 783 Por la
lavaban sus lesiones con hojas de plantas, usaban telarañas para detener hemorragias
y ponían cebo y manteca en las plantas de los pies para luego ponerlos en agua con
hermano, siendo curado con agua hervida y unas hierbas de flores amarillas. 785 Los
hierbas del golpe, dedo del diablo y Magda.786 Equivalentemente, la orina humana
sirvió de remedio en las heridas mientras conseguían ungüentos, tal y como lo sostuvo
Los zapatistas hubo un sentimiento de temor por llegar a ser envenenados por
sus enemigos, como también por médicos o doctores. Ejemplo de ello, en abril de
1917, el coronel zapatista Jesús Delgado, que estaba en Iguala, Guerrero, escribió al
una receta médica. El coronel Delgado le hizo saber que si necesitaba un doctor que lo
296
examinara y que fuera de confianza que le dijera, pues él conocía uno desde hacía
mucho tiempo.788
posibilidad de abandonar ese mundo cruel. Sin embargo, la deserción fue una salida
fácil. Los zapatistas sabían que debían estar unidos ante las adversidades y las
amenazas. Alguno de ellos, por ejemplo, asemejó su unidad como a un borrego que
nunca debía de “cortarse” de la manada para evitar ser comido por el coyote.789
Además de eso, la lealtad resultó ser el valor más apreciado de los zapatistas, por lo
que lo más despreciable sería la traición. Por lo tanto, abandonar las filas zapatistas
torno a la deserción, Clemente Peralta Chávez certificó que a pesar de llevar una vida
difícil resultó complicado desertar ya que había enemigos en los pueblos que los
788 Oficio del coronel Jesús Delgado al general Genovevo de la O, Iguala, Guerrero, 6 de abril, 1917,
AGN, AGO, caja 7, expediente 4, foja 15.
789 Alquicira, PHO/Z/1/3, 25.
790 Peralta, PHO/Z/1/20, 11.
297
como lo hizo notar un veterano zapatista al decir que más compañeros se fueron
persecuciones, caminatas y temores de ser descubiertos por su propio rastro. 793 Otro
hambreados y “encuerados”.794
sensación de que la guerra terminaría pronto. Los generales Isaías Tapia y Sebastián
estaba próxima a expirar e invitándolo a rendirse para evitar derramar más sangre.
Para estos generales el tiempo de andarse escondiendo del gobierno federal había
aprovechando las garantías del gobierno mencionado como las había concedido a
otros zapatistas de apellidos Linares, Flores, Villa, Fuentes y otros jefes ya rendidos.795
791 Entrevista con Jesús Carreto López, conducida por Laura Espejel y Guadalupe Tolosa, Iguala,
Guerrero, 13 de marzo, 1977, PHO/Z/1/133, 52.
792 Entrevista con Margarito Gutiérrez Gutiérrez, conducida por Laura Espejel, Estado de México, 13 de
enero, 1974, PHO/Z/1/24, 40.
793 Alquicira, PHO/Z/1/3, 24.
794 Sandoval, PHO/Z/1/42, 29.
795 Carta del general Isaias Tapia y Sebastián Camacho al coronel Jesús Vázquez, Ocuilan, Estado de
México, 19 de diciembre, 1918, AGN, AGO, caja 9, expediente 2, foja 19.
298
Compartiendo ese sentimiento, otro zapatista aseguró que para ese tiempo la gente de
moral profundo para los zapatistas y las gentes de los pueblos. Fue una traición
por los zapatistas que uno de ellos expresó haber obtenido una impresión de
de esos veteranos recordaron a sus jefes como crueles, violentos y asesinos. Por
estratega precavido y valiente, “muy muy rudo”, “algo asesino” y enérgico al dictar
ordenes y que cuidó a sus soldados para que no salieran heridos ni muertos en
cabeza por haber perdido un rifle. Su pariente casi muere por los golpes. 798 Similar a la
González como enérgico, que dio un mal trato a sus soldados, a los cuales llegó a
Antonio Barona fue cruel, asesino y salvaje. Alguna vez el general Barona preguntó a
796 Entrevista con Pedro Plasencia Cortés, conducida por Laura Espejel, Villa de Ayala, Morelos, 29 de
septiembre, 1974, PHO/Z/1/62, 41.
797 Vidales, UTEPL, AEC, 33.
798 Alquicira, PHO/Z/1/3, 12 y 13.
799 Entrevista con Domingo Yedra Islas, conducida por Laura Espejel, Milpa Alta, D.F., 3 y 21 de octubre,
1973, PHO/Z/1/15, 16.
299
uno de sus asistentes: “¿a qué horas son hijo?” Entonces le respondió: “son las tres de
la tarde, mi general”. El general Barona le dijo “siquiera sabes a qué horas vas a morir”,
pequeña posibilidad al decir: “y… ¿no se enojarán?, porque yo les dí muy duro” durante
Entre las entrevistas realizadas a los veteranos zapatistas en los años setentas
a nadie, ni decir que había pertenecido al grupo zapatista por temor a recibir algún
castigo. Esa mujer fue la esposa del general Manuel Reyes, y mucho tiempo después
de terminada la revolución ella temía que alguien la pudiera dañar. En algún momento
buscaron los investigadores del INAH para entrevistarlo les ocultó su identidad.
300
evidencia en el trascrito de que en la primera visita que le hicieron al señor Domingo
Yedra no lo habían encontrado en su domicilio, pero que una vez que lo encontraron se
hizo pasar por otra persona.803 Mucha población quedó marcada por la revolución
como señaló un doctor que fue entrevistado en los años treinta. De acuerdo con este
8.3 CONCLUSIONES
desde el momento en que tuvieron que adquirir sus propias armas mediante el arrebato
301
La guerra obligó a los zapatistas a mantener el orden y la disciplina con rigor,
del canjilón por los zapatistas resultó ser una apropiación campesina en actividades
bélicas, dando mayor identidad al ejército. El riesgo de morir asesinado por los
La lealtad resultó ser un valor inmenso para los zapatistas, pues ésta
las tropas. Esa situación provocó inseguridad y confusión a los soldados zapatistas. La
traición estuvo presente hasta los últimos años de la revolución cuando muchos
campesina.
302
CAPÍTULO 9
CONCLUSIONES
y algunos pueblos del Estado de México y del Distrito Federal, entre 1910 y 1920. Este
zapatistas, los “soldados de medio tiempo” y la de los pacíficos, quienes fungen como
los protagonistas de esta historia y aportaron sus vivencias, igual que otros testimonios
modificaron sus vidas con la guerra, al tomar parte en ella y conformar al grupo
propagaron las noticias, hubo demanda por alimentos y pasturas, y se hicieron escenas
cotidianas las balaceras, los crímenes y los conflictos en las comunidades. En los
pueblos y en las haciendas, por ejemplo, se libraron disputas entre las autoridades
federales y las fuerzas revolucionarias para ganar su dominio y recursos. Tal situación
303
obligó a los pobladores y administradores en algún momento a tomar partido y
Los zapatistas constituyeron el Ejercito Libertador del Sur, que comenzó como
más claro en la cotidianidad. La finalidad de los zapatistas fue recuperar las tierras
perdidas, pero luego durante la guerra surgieron otras preocupaciones como proteger a
entre la lealtad y la traición, y los muertos y heridos. En general, esta vida de los
zapatistas fue una existencia que propició un daño psicológico en innumerables gentes,
que los zapatistas, las gentes pacíficas se desplazaron a distancias cortas y largas,
Los caminos y los ferrocarriles estuvieron vigilados por las fuerzas en conflicto para
805 Ortega, “¡La locura nos invade!,” Hoy, 2 de julio, 1938, 30. La referencia del original contiene
únicamente el apellido del autor.
304
establecer el control sobre ellos, como también lo hicieron con la prensa y la
correspondencia.
haciendas hicieron lo propio, brindando además armas, dinero y forrajes. Pero los
soldados de Huerta en contra de los zapatistas. Los pueblos sufrieron los estragos de
esas campañas y el hambre empeoró en los siguientes dos años. Eso propició una
zapatistas. Sin embargo, el hambre fue más sentida entre 1916 y 1918, cuando los
de las prendas a sus enemigos vivos y caídos. Otra estrategia de la que los pacíficos y
zapatistas echaron mano fue solicitar el auxilio de las autoridades zapatistas. La mayor
demanda a estas autoridades aconteció entre 1914 y 1916, después de que habían
mantenido una férrea guerra contra Huerta y que los zapatistas estaban en el poder
305
que no fueron revolucionarios. Fue más notorio que los zapatistas bandidos operaron
entre 1912 y 1916, robando bienes y dinero sin importar a quién. No obstante, las
autoridades zapatistas emplearon medidas para controlar este fenómeno dentro de sus
filas revolucionarias y en las regiones bajo su dominio, como pagar tropas, imponer
cambio en sus vidas. Por ejemplo, las mujeres zapatistas participaron con mayor
activismo entre 1911 y 1915, cuando los zapatistas pelearon contra Madero y Huerta.
combate, mientras que otras quedaron viudas y viviendo en miseria, pidiendo a las
mayoría entre 1914 y 1916, a consecuencia de la inseguridad y del abuso del poder de
los zapatistas. Las mujeres zapatistas restaron ayuda a los zapatistas a partir de que
306
patriarcado nunca estuvo en riesgo ni hubo deseo de intercambiarlo. La revolución no
las cuales tuvieron mayor apertura para buscar protección en el hombre y evitar que las
número de enfermos con infecciones venéreas debido a los encuentros casuales. Otra
de las características que la revolución ocasionó fue que los zapatistas consolidaron
una postura más machista para mostrar fortaleza y rudeza en aquellos tiempos difíciles.
consecuencias del movimiento armado que empeoró sus vidas. Muchos de ellos
aventura, o por voluntad propia o por la fuerza. Así, todos ellos asumieron
cuidaron de sus hermanos pequeños y trabajaron en los quehaceres del hogar. Estas
muerte, los raptos y las violaciones. Y la instrucción pública les quedó truncada, pues
muchos no sabían leer, escribir o hablar español al poseer una lengua indígena, ni
los años que duró el movimiento armado las gentes pacíficas y revolucionarias vivieron
los meses de tranquilidad, como en los últimos de 1914 a los primeros de 1916. No
307
obstante, zapatistas y pacíficos encontraron algún momento propicio para disfrutar de
comidas, bailes, juegos de baraja, corridos de toros, peleas de gallos, fiestas civiles y
otra manera dentro del zapatismo. Entre algunos de ellos figuran las investigaciones de
Aquiles Chiu, Martha Rodríguez García, Salvador Rueda Smithers, Arturo Warman,
Elizabeth Silva Cruz y Felipe Ávila Espinosa. De igual manera, la presente pesquisa
otras más.
revolución no fueron iguales de intensos. En aquel tiempo hubo unos años que
que las gentes de los pueblos vivieron de modo desigual y que tomaron decisiones
cambiando sus destinos. Probablemente uno de los mayores aportes de este estudio
308
zapatista y la revolución. Más en particular, esta investigación exhibió actos,
atención acerca de las experiencias de vida que tuvieron las personas comunes y
corrientes y no únicamente las que llevaron los líderes. Por instancia, se mencionaron
las experiencias que vivieron las personas para sobrevivir al conflicto, obtener
abusos por robos, violencia física y sexual, peticiones por hambre y miseria, y
inestabilidad política.
casi toda la década en que duró el conflicto armado. A través de Morelos y otras
309
acontecimientos, consecuencias y vida diaria. Considerando estas características se
puede contrastar con otras regiones o estados menos inmiscuidos en los conflictos. Por
todos los pueblos y lugares de México. Éste fue quizá uno de los argumentos que
se pueden mencionar fueron que las mujeres zapatistas no participaron con la misma
atrayente percibir el problema enorme que originó la carencia de ropa entre las fuerzas
civiles y revolucionarias.
vida cotidiana de los zapatistas queda un trabajo basto por realizar. Algunas de las
310
REFERENCIAS
Archivos
Distrito Federal
Biblioteca (BAGN)
Fototeca (FAGN)
311
Hemeroteca (HAGN)
Ramos Medina.
El Colegio de México
312
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zapatistas
Fonoteca
(SAGARPA)
Universidad Iberoamericana
313
Archivo Gildardo y Octavio Magaña Cerda (AGOMC)
Filmoteca (FUNAM)
Universidad Panamericana
Estado de México
314
Museo de la Numismática (MN)
Morelos
(IPVRS)
Hidalgo
Archivo Casasola
Puebla
315
Texas
Entrevistas
Ciudad de México.
Aguilar Tenango, Pascual. 1974. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil. 2 de marzo.
Alarcón Casales, José. Capitán primero. 1975. Entrevistado por Salvador Rueda y
Alquicira Fuentes, Leopoldo. Teniente Coronel. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de
Álvarez Granados, Silvestre Odilón. Capitán primero. 1974. Entrevistado por Alicia
Entrevista PHO/Z/1/75.
316
Amacende Pérez, Placido. Soldado. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 2 de marzo.
Arellano Aguilar, Juan. Teniente de Caballería. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de
Bello Rodríguez, Joaquín. Soldado. 1974. Entrevistado por Citlali Marino. 26 de mayo.
Burgos Carmona, José. 1974. Entrevistado por Laura Espejel y Yolanda Alemán. 19 de
Cabrera Rojas, Miguel. Soldado. 1975. Entrevistado por Laura Espejel y Salvador
Campos Rodríguez, Emilio Joaquín. 1975. Entrevistado por Laura Espejel. 12 de julio.
Carbajal, Remigio. 1974. Entrevistado por Carlos Barreto Marck. 10 de octubre. Villa de
Carreto López, Jesús. Capitán. 1977. Entrevistado por Laura Espejel y Guadalupe
317
Caspeta Rosales, José. Coronel. 1975. Entrevistado por Laura Espejel. 3 de mayo.
Castillo, Severiano. Capitán. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil y Laura
Celis Campos, Manuel J. General. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil. 19 de
Chávez Reyes, Nicolás. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil. 7 de noviembre.
Copado viuda de Reyes, Irene. 1973. Entrevistada por Alicia Olivera de Bonfil y Laura
Cuéllar Rodríguez, Narciso. Coronel. 1975. Entrevistado por Laura Espejel. 19 de julio.
Días Lozano, Mateo. 1974. Entrevistado por Carlos Barreto Marck. 3 de abril. [Villa de
PHO/Z/1/123.
Domínguez Peña, Miguel. Capitán primero de caballería. 1974. Entrevistado por Laura
318
Espejo, Miguel. 1974. Entrevistado por Carlos Barreto Marck. 21 de septiembre. Villa
Espinosa Villegas, Alejandro. Soldado raso. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 17
Espitia Ruíz, José. 1974. Entrevistado por Salvador Rueda, Laura Espejel, y Alicia
PHO/Z/1/77.
Esquivel Reyes, José. Capitán primero. 1974. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil.
Fernández Flores, Guillermo. 1975. Entrevistado por Salvador Rueda, Citlali Marino y
PHO/Z/1/60.
Flores Viuda de B., Juliana. 1973. Entrevistada por Laura Espejel. 3 de noviembre.
Flores viuda de Beltrán, Espiridiona. 1977. Entrevistado por Salvador Rueda y Laura
Gadea Aguilar, Refugio. General de brigada. 1974. Entrevistado por Alicia Oliver Bonfil.
319
Galindo Mantilla, Alberta. 1974. Entrevistada por Alicia Olivera. 13 de octubre.
García Aguirre, Próspero. General. 1975. Entrevistado por Salvador Rueda y Laura
García Coronado, Higinio. 1974. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil. 15 de enero.
García García, Telésforo. Coronel. 1974. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil. 17
García García, Hermilo. Capitán segundo. 1974. Entrevistado por Alicia Olivera. 17 de
García González, Cástulo. General. 1975. Entrevistado por Laura Espejel y Salvador
García Pérez, Pedro. Coronel. 1977. Entrevistado por Laura Espejel y el profesor
320
Godoy García, Gregorio. Capitán primero. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de
González Pérez, Celsa. 1974. Entrevista por Salvador Rueda y Laura Espejel, 13 de
Guerrero Porrón, Francisco. Capitán primero de caballería. 1975. realizada por Laura
Entrevista PHO/Z/1/113.
Guzmán Ruíz, Santos. Capitán primero. 1975. Entrevistado por Salvador Rueda y
Hernández Arcos, Arnulfo. Capitán primero de caballería. 1975. Entrevistado por Laura
Isabel Galicia, José. Capitán primero. 1974 y 1975. Entrevistado por Alicia Olivera. 14
Lora Mirasol, José. Capitán primero de caballería. 1973. Entrevistado por Laura
Marquina Vargas, Isauro. 1975. Entrevistado por Citláli Marino. 4 de mayo. Tetecala,
321
Mendoza Cepeda, Mauro. Soldado. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 16 de junio.
PHO/Z/1/100.
Mendoza y Costilla, Carlos de la Luz. Coronel villista. 1974. Entrevistado por Laura
PHO/Z/1/67.
Montaño Mercado, Jesús. 1974. Entrevistado por Salvador Rueda y Alicia Olivera. 26
Morales Campos, Justino. Capitán primero de caballería. 1974. Entrevistado por Laura
Muñoz Vélez, Cándido. 1974. Entrevistado por Carlos Barreto. 10 de octubre. Villa de
Nava, Enrique. Capitán segundo. 1974. Entrevistado por Alicia Olivera de Bonfil, 6 de
Nieto Rodríguez, Pascual. Coronel. 1977. Entrevistado por Laura Espejel. 21 de marzo.
322
Olguín Romero, Máximo. Capitán segundo. 1974. Entrevistado por Salvador Rueda y
PHO/Z/1/153.
Olivera López, Juan. Doctor. 1972. Entrevistado por Eugenia Meyer. 23 de noviembre y
Ortíz Ramírez, Mauro. Coronel. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 14 y 20 de abril
Pacheco Velázquez, Luis. Teniente coronel. 1975. Entrevistado por Laura Espejel. 27
Parra Rosales, Miguel. 1974. Entrevistado por Salvador Rueda y Citlali Marino. 27 de
Peña viuda de Fuentes, Ignacia. 1973. Entrevistada por Alicia Olivera de Bonfil. 7 de
Peralta Chavez, Clemente. Capitán segundo. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de
Pimentel Mata, Margarito. Capitán primero. 1974. Entrevistado por Carlos Barreto. 22
Pineda Barragán, Simón. Teniente coronel de caballería. 1974. Entrevistado por Laura
PHO/Z/1/61.
323
Plasencia Cortés, Pedro. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 29 de septiembre. Villa
Ramírez Anacleto, Pablo. Capitán primero de caballería. 1975. Entrevistado por Laura
PHO/Z/1/96.
Ramos García, Antonio. 1974. Entrevistado por Salvador Rueda y Laura Espejel. 13 de
Reyes Y., Norberto. Teniente coronel. 1973. Entrevistado por Laura Espejel. 12 de
Ríos García, Fernando. Capitán segundo. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 29 de
Román Alcalá, Simón. Teniente coronel de caballería. 1974. Entrevistado por Alicia
Entrevista PHO/Z/1/68.
324
Romero Acevedo, Wenceslao. Mayor de caballería. 1973. Entrevistado por Laura
Ross Casanova, Alfonso. General de división. 1973. Entrevistado por Alicia Olivera
PHO/Z/1/16.
Ruíz López, Lorenzo. Capitán segundo de caballería. 1975. Entrevistado por Laura
Entrevista PHO/Z/118.
Salazar Pérez, Juan. 1974. Entrevistado por Carlos Barreto. 23 de agosto. Yautepec,
Sánchez, Luis. 1976. Entrevistado por Salvador Rueda y Citlali Marino. 17 de enero.
Sánchez Aguilar, José. Capitán. 1975. Entrevistado por Yolanda Alemán y Laura
PHO/Z/1/109.
Sandoval Mena, Fausto. 1974. Entrevistado por Carlos Barreto Marck. 8 de abril.
325
Saucedo Álvarez, Marcos. Subteniente. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 12 de
Sequeira Mejía, Refugio. Capitán segundo. 1975. Entrevistado por Laura Espejel y
PHO/Z/1/120.
Soriano, Gregorio, y Romualdo Vergara. 1974. Entrevistados por Alicia Oliver Bonfil. 20
Tornero Llorente, Agustín. Mayor. 1973. Entrevistado por Laura Espejel. 9 de agosto.
Torres de Vázquez, María Félix. 1975. Entrevistada por Salvador Rueda y Laura
Trejo, Elpidio. 1975. Entrevistado por Barbara Beck y Horst Kurnitsky. Marzo. Morelos.
Entrevista PHO/Z/1/98.
Trejo Arteaga, Vicente. Teniente. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 14 y 21 de julio.
Urrutia Martínez, Maurilio. Sargento primero. 1974. Entrevistado por Laura Espejel. 16
Valle Quiroz, Joaquina. 1975. Entrevistada por Laura Espejel. 18 de enero. Galeana,
Vázquez Jiménez, Félix. Mayor de caballería. 1973. Entrevistado por Laura Espejel. 10
Vázquez Salazar, David. Soldado. 1975. Entrevistado por Salvador Rueda y Laura
326
Velázquez Gantes, Santos. 1976. Entrevistado por Laura Espejel y Salvador Rueda. 27
Vergara, Lorenzo. 1973. Entrevistado por Laura Espejel. 15 de julio. Ciudad de México.
Entrevista PHO/Z/1/1.
Vergara Verdura, Juan. Capitán primero de caballería. 1974. Entrevistado por Alicia
Entrevista PHO/Z/1/74.
Yedra Islas, Domingo. Capitán primero. 1973. Entrevistado por Laura Espejel. 3 y 21 de
Zetina García, Ramón. Mayor. 1974. Entrevistado por Margarita García Luna. 17 de
Zuñiga de Niter, Gregoria. 1974. Entrevistada por Carlos Barreto. s/f. Tenextepango,
Ciudad de México.
Alfaro viuda de Mejía, Leonor. 1973. Entrevistada por Ximena Sepúlveda y María Isabel
Caballero, Ramón. 1973. Entrevistado por Laura Espejel. 25 de abril. San Luis Puebla.
Entrevista PHO/1/51.
327
Campos Alcalá, Enedino. Teniente de caballería. 1961. Marzo. México, D.F., Entrevista
PHO/1/136.
Chávez Carrera, Jesús. General. 1973. Entrevistado por María Alba Pastor. 31 de
Cuellar Montalvo, Tiburcio. General Brigadier. 1973. Entrevistado por Eugenia Meyer. 8
Nieto, Pascual. 1975. Entrevistado por María Alba Pastor. 28 de enero. Xochimilco,
Salgado, Estanislao. 1976. Entrevistado por Beatriz Arroyo. 14 de enero. Santa Inés
Sosa Pavón, Manuel. General Brigadier. 1973. Entrevistado por Eugenia Meyer. 27 de
Vidales Marroquín, Jesús. Coronel. 1972 y 1973. Entrevistado por Alicia Olivera de
Zuñiga Tovar, Clemente. Teniente. 1961. Entrevistado por Alexis Arroyo. Marzo.
Periódicos
Actualidad, La (1911)
Ahuizote, El (1911-1914)
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Bien Social, El (1911)
Demócrata, El (1916)
Gaceta del Gobierno Periódico Oficial del Estado de México (1910-1919) (Estado de
México)
Gladiador, El (1916-1917)
Imparcial, El (1911-1914)
Independiente, El (1914)
Liberal, El (1914)
Mañana, El (1911-1913)
Mexicano, El (1915)
Monitor, El (1914-1915)
Nación, La (1912)
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Patria, La (1911)
Prensa, La (1911-1912)
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Sol, El (1914-1915)
Tiempo, El (1912)
Revistas
Artes de México
Boletín Guadalupano
Crónica Ilustrada
Nuestro México
Proceso
Revista de Revistas
Sólo Historia
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Material de audio
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Documentales cinematográficos
¿Dónde estás Emiliano?, Dirigido por Raúl González Nava. México, D.F.: Producción
El amor a la tierra. Biografía del Poder. Emiliano Zapata. Dirigido por Diana Roldan.
Emiliano Zapata. Un héroe mexicano. Dirigido por Jaime Kuri Aiza. México: Televisa
Clio, 1984.
Epopeyas de la Revolución. Dirigido por Gustavo Carrero. México, D.F.: Tlaloc Films,
354
Héroes Anónimos. Los rebeldes del sur. Dirigido por Juan Ramón Aupart Cisneros.
La vida en México en el siglo XX. Se está volviendo gobierno 1915-1919. Dirigido por
Los últimos zapatistas. Héroes olvidados. Dirigida por Francisco Taboada Tabone.
México, D.F.: Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Fondo Estatal para la
Testimonios zapatistas. Historia, leyenda y mito de una utopía agrarista. Dirigido por
Sangre Hermana. Dirigido por Hermanos Alva. México, D.F.: 1914. Reseña. Cineteca
Nacional.
355
ANEXOS
ANEXO 1
ABREVIATURAS
Distrito Federal
Panamericana
356
AHUNAM Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México
BAGN Biblioteca
BM Biblioteca México
CN Cineteca Nacional
357
FAGN Fototeca AGN
FUNAM Filmoteca
HAGN Hemeroteca
México
Agroalimentaria y Pesquera.
358
MNAH Museo Nacional de Antropología e Historia
Morelos
Estado de Morelos
Estado de México
359
BFR Biblioteca Fernando Rosenzweig
(CIDGGGEM)
MN Museo de la Numismática
Hidalgo
Puebla
Texas
360
ANEXO 2
Anenecuilco.
limítrofes.
361
5 de octubre. Madero proclama desde los Estados Unidos el Plan de San
Ciudad Juárez.
León de la Barra.
362
10 de agosto. Genovevo de la O es nombrado teniente coronel de
infantería.
de julio de 1912.
“concluyente”.
363
19 de febrero. Madero y Pino Suárez renuncian a la presidencia y
poder.
México.
Unión.
Guadalajara.
364
20 de julio. Carranza Toma el poder Ciudad de México.
México.
Eulalio Gutiérrez.
Morelos.
365
17 de febrero. La Casa del Obrero Mundial firmó pacto con Carranza para
Ciudad de México.
en Querétaro.
Morelos.
366
1920 23 de abril. Obregón lanza el Plan de Agua Prieta desconociendo a
367
ANEXO 3
Carta general del Estado de Morelos, 1910. SAGARPA, Mapoteca Manuel Orozco y Berra. (Colección
General, Morelos, Varilla CGMORO1, Número clasificador: 2607C-CGE-7249-B, Heliográfica sepia,
Autor: Comisión Geográfica Exploradora. Escala: 1: 200 000, Medidas: 62X79 CM.
368
ANEXO 4
Carta geográfica del Estado de México, 1919. SAGARPA, Mapoteca Manuel Orozco y Berra.
(Colección General, México, Varilla CGMEX01, Número clasificador: 2245-CGE-7251-B, Tela calca
manuscrito a colores, Autor: Ing. Luis G. Becerril. Escala: 1: 200 000, Medidas: 124X115 CM.
369
ANEXO 5
DISTRITO FEDERAL
Croquis inconcluso de la Ciudad de México, 1922. SAGARPA, Mapoteca Manuel Orozco y Berra.
(Colección General, Distrito Federal, Varilla CGDF05, Número clasificador: 1403-CGE-725-E, Papel
común impreso a color, Autor: Secretaría de Agricultura y Fomento. Escala: 150000, Medidas: 54X40
CM. Este mismo documento se encuentra sin clasificar en la Mapoteca “Alejandro de Humboldt”, ubicada
en la Biblioteca “Ing. Antonio García Cubas”, perteneciente al Instituto de Geografía de la UNAM.
370
ANEXO 6
“A MI GENERAL”
El General de la O.
En la cierra se livio
Y nunca al enemigo
Pruebas de miedo le dio
“A mi General”, AGN, AGO, s/l, s/f, caja 19, expediente 4, foja 10. El documento está escrito como en el
original.
371
ANEXO 7
De asecino y de ladron;
Es marihuano y ca……..
“Corrido en contra de Huerta”, AGN, AGO, s/l, s/f, caja 19, expediente 4, foja 11. Documento escrito
como en el original.
372
CURRICULUM VITAE
Colima, Instituto José Martí, en Colima. Además, laboró como asistente de varios
Universidad de Colima.
373