Caso para El Análisis
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“Y, ¿cuándo viene el próximo proyecto?” Esta expresión que titula la historia de la escuela comenzó a ser la
frase de algunos apoderados y apoderadas luego de las primeras experiencias de aprendizaje basado en
proyectos que articularon los equipos pedagógicos. Para Denisse Catalán, coordinadora de párvulos, este
proceso educativo incluso ha cambiado la percepción de cómo apoderados y apoderadas ven la educación.
“A través de llamados telefónicos de las familias nos dimos cuenta de que lo que más se necesitaba era
contención emocional, necesitaban desahogarse, realmente no sabían ponerle nombre a lo que les pasaba a
los niños”. Así comenzó el proyecto para párvulos cuyo producto fue “un emocionario”.
Para comenzar, se envió la planificación a las familias en una lámina por WhatsApp con una actividad para
cada día de descubrimiento de emociones como la rabia, el miedo, la tristeza y la alegría. Este trabajo fue
significativo para las familias. Por ejemplo, en el caso de un estudiante con respecto a la tristeza, logró
expresar que lloraba para que lo abrazaran, o que, para sentirse mejor, le gustaba que su papá y su mamá le
hicieran panqueques. Para el caso de la rabia, el estudiante pudo encontrar estrategias para calmarse, como
jugar a la pelota o cerrar los ojos. Si bien parece algo sencillo, este trabajo de aprendizaje socioemocional fue
fundamental para mejorar la convivencia familiar. Entender las emociones, nombrar lo que está ocurriendo y
reconocer cuáles son las formas de expresar esas emociones, permite comprender lo que le está ocurriendo
al otro.
Otro proyecto interdisciplinario que marcó a los estudiantes de séptimo y octavo básico, fue sobre la cultura
mapuche y tenía como producto final, la elaboración de un juego de mesa para jugar en familia. Para lograrlo,
se envió a las familias un instructivo, que contenía objetivos, actividades y preguntas para la metacognición y
la autoevaluación. La ruta de actividades contemplaba distintas etapas. La primera era de las asignaturas de
inglés, lenguaje y música y consistía en escuchar, extraer información y traducir canciones de Violeta Parra
sobre el pueblo mapuche. La segunda etapa incluyó a las asignaturas de matemáticas, historia y el área
socioemocional y afectiva. Los y las estudiantes debían comprender la dimensión conflictiva de la pérdida de
territorio mapuche y calcularla en porcentajes. La última etapa contempló a las asignaturas de ciencias y
educación física y tenía como objetivo comprender y comparar la salud moderna y la salud mapuche. De todo
este proceso se extraían conceptos para preparar el tablero y la dinámica del juego.
A nivel académico, señala la directora de la escuela Tamara Contreras, este camino “ha permitido la reflexión
y profesionalización de los profesores y profesoras respecto del currículum y la pedagogía, el atreverse a
intervenirlo y hacer nuevas propuestas.” Junto con esto, “la metodología de proyectos ha permitido potenciar
el trabajo del estudiante en casa y con su familia”. Al día de hoy, ya llevan más de cinco proyectos
interdisciplinarios organizados por subniveles.
1
Tomado de: Equipos educativos de la Corporación Municipal de Renca (2020). La educación pública
de Renca en tiempos de pandemia. Colección Currículum Renca, Tomo II. Renca. Pp. 48-50. Disponible
en: https://www.educarchile.cl/experiencias-docentes-2020-aprendizajes-en-pandemia
a) De entrada, a partir de lo revisado en las clases y en las lecturas de este curso, explique
brevemente 2 rasgos del aprendizaje crítico-constructivista. Cada rasgo debe ser
asociado con, al menos, un autor o teórico mencionado en el curso.
e) De acuerdo con el constructivismo pedagógico, el rol del docente cambia: ahora debe
ser un moderador, facilitador o mediador. ¿Por qué? ¿Qué fundamentos se dan para
esta afirmación? Proponga brevemente cómo enfrentar el desarrollo del pensamiento
crítico en algún ámbito de contenidos de la carrera que Usted está estudiando.