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Para Decidir

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Para decidir, la Sala observa:

Tiene razón el formalizante. El artículo 524 del Código de


Procedimiento Civil dispone que una vez recaída sentencia definitivamente
firme, procede su ejecución a instancia de parte, y de conformidad con lo previsto
en el artículo 532 eiusdem, una vez comenzada la ejecución debe continuar de
derecho SIN INTERRUPCIÓN, salvo los casos previstos en dicha norma, que
por ser de naturaleza excepcional, deben ser interpretados de forma restrictiva,
entre los que no figura el ejercicio de una acción de amparo contra la sentencia en
ejecución.

En efecto, el artículo 532 del Código de Procedimiento Civil dispone:

“...Salvo lo dispuesto en el artículo 525, la ejecución, una vez


comenzada, continuará de derecho sin interrupción, excepto en los
casos siguientes:

1º Cuando el ejecutado alegue haberse consumado la prescripción de la


ejecutoria y así se evidencie de las actas del proceso. Si el ejecutante
alegare haber interrumpido la prescripción, se abrirá una articulación
probatoria de ocho días para promover y evacuar las pruebas y el Juez
decidirá al noveno día. De esta decisión se oirá apelación libremente si
el Juez ordenare la suspensión de la ejecución y en el solo efecto
devolutivo si dispusiere la continuación.

2º) Cuando el ejecutado alegue haber cumplido íntegramente la


sentencia mediante el pago de la obligación y consigne en el mismo
acto de la oposición documento auténtico que lo demuestre. En este
caso, el Juez examinará cuidadosamente el documento y si de él
aparece evidente el pago, suspenderá la ejecución; en caso contrario
dispondrá su continuación. De la decisión del Juez se oirá apelación
libremente si el Juez ordenare la suspensión de la ejecución y en el
solo efecto devolutivo si dispusiere su continuación.
La impugnación del documento y el consiguiente juicio de tacha, no
será causa de suspensión de la ejecución...”

Este Alto Tribunal considera que suspender la ejecución de un


fallo definitivamente firme por el solo hecho de que se ha intentado contra él
una acción de amparo, equivale, en la práctica, a hacer procedente ese
amparo antes de que el tribunal que lo conoce (en este caso la Sala
Constitucional) se haya pronunciado.

Distinto sería el caso de que luego de admitido el amparo fuese


decretada medida cautelar de suspensión de los efectos de la decisión
impugnada, o fuese declarado con lugar. Pero la sola interposición o
admisión de la acción de amparo no puede constituir un motivo de
suspensión de los efectos del fallo contra el cual se ha formalizado recurso de
casación.

Finalmente, respecto del alegato del impugnante de que la


sentencia recurrida no está definitivamente firme, porque contra ella es
admisible y fue ejercida la acción de amparo, la Sala establece que el
término “definitivamente firme” empleado en los citados artículos 524 y 532
del Código de Procedimiento Civil, debe ser interpretado en el sentido de
que comprende aquellos fallos contra los cuales no fueron ejercidos
oportunamente los recursos previstos en la ley para el procedimiento
aplicado de acuerdo con la naturaleza del asunto discutido, o bien porque
dichos recursos fueron agotados y desestimados.

El caso concreto trata de un procedimiento de ejecución de


hipoteca, cuyo trámite comprende los recursos de apelación, de hecho,
nulidad y casación. En consecuencia, la sentencia que pone fin a este tipo de
juicios queda definitivamente firme si estos medios son agotados o no son
propuestos oportunamente.

No obstante, el artículo 272 del Código de Procedimiento Civil


dispone que ningún juez puede volver a decidir la controversia ya resuelta
por una sentencia, a menos que haya recurso contra ella o que la ley
expresamente lo permita.

En ese sentido, el artículo 327 eiusdem, prevé que contra las


sentencias ejecutorias es admisible la invalidación; y el artículo 4 de la Ley
Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales, permite
el ejercicio de esta acción que es de naturaleza excepcional, contra las
decisiones judiciales que violen o amenacen violar un derecho o garantía
constitucional incluyendo las ejecutorias. Pero la sola interposición de estas
vías procesales, no determina la suspensión de los efectos de la sentencia
impugnada, lo que resulta aún más claro respecto de la invalidación, pues el
artículo 333 del Código de Procedimiento Civil, establece que la proposición
de este medio procesal “...no impide la ejecución de la sentencia, a menos que
se de caución de las previstas en el artículo 590 de este Código, para responder
del monto de la ejecución y del perjuicio por el retardo caso de no invalidarse
el juicio...”.
Consta de la sentencia recurrida que el sentenciador superior suspendió la
ejecución de la decisión definitivamente firme que puso fin al juicio, con base en
que fue admitida una acción de amparo propuesta en contra de dicho acto
judicial, lo que no constituye un motivo de suspensión previsto en la ley. Por
tanto, debido a que los hechos establecidos por el Juez de alzada permiten la
aplicación de la apropiada regla de derecho, sin que resulte necesario un nuevo
pronunciamiento sobre el asunto, de conformidad con el artículo 320 del Código
de Procedimiento Civil, la Sala CASA SIN REENVÍO la sentencia recurrida, y
ordena el envío del expediente al Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, para que continúe con la ejecución forzosa del fallo
definitivo recaído en el juicio. Así se establece.
NICO
Ante cualquiera otra consideración, la Sala estima
conveniente decidir preliminarmente acerca de la admisibilidad del
recurso de casación interpuesto, en atención a su doctrina pacífica,
reiterada y consolidada conforme a la cual estableció, que es en
definitiva al Tribunal Supremo de Justicia a quien le corresponde
decidirlo, no obstante, haberlo admitido la instancia, facultad que
ejerce, bien de oficio o a instancia de parte, cuando observare que
la admisión se hizo violentando los preceptos legales que regulan la
materia. Por cuanto, de resultar el auto de admisión, contrario a
derecho, podrá revocarlo y, por vía de consecuencia, deberá
declararlo inadmisible; por tanto, no será necesario juzgar el
problema sometido a consideración de esta Sala de Casación Civil.

Al efecto, la Sala observa:


En el caso bajo examen, la Sala observa que el recurso de
casación que hoy ocupa la atención de esta jurisdicción, fue
anunciado contra la sentencia del Tribunal Superior que declaró
inadmisible la apelación ejercida contra el fallo del a quo, que a su
vez desestimó la nulidad solicitada contra el auto de ejecución de la
sentencia definitivamente firme.
En efecto, el Tribunal de la cognición dictó el citado auto
de ejecución de sentencia, en fecha 27 de septiembre de 1999,
contra el cual se solicitó su nulidad con fundamento en que el
mismo provee contra lo ejecutoriado y lo modifica de manera
sustancial. En fecha 23 de noviembre del citado año, el a-quo,
declaró sin lugar la solicitud de nulidad propuesta. Contra esta
decisión, se ejerció el derecho procesal de apelación, el cual fue
declarado inadmisible; y el 16 de enero del 2001, contra esta
decisión, como ya se indicó, se anunció el recurso extraordinario
de casación, con fundamento al ordinal 3° del artículo 312 del
Código de Procedimiento Civil.
Al respecto, el citado artículo 312 del Código de
Procedimiento Civil, en su ordinal 3°, prevé:
“El recurso de casación puede proponerse:

(...)

3°. Contra los autos dictados en ejecución de sentencia que


resuelvan puntos esenciales no controvertidos en el juicio, ni
decididos en él; o los que provean contra los ejecutoriado o lo
modifiquen de manera sustancial, después que contra ellos se
hayan agotado todos los recursos ordinarios ”. (Negritas de la
Sala).

Del texto del artículo transcrito se desprende que efectivamente


contra los autos dictados en ejecución de sentencia se puede proponer el
recurso de casación, pero, sólo , después que contra los mismos se hayan
ejercido todos los recursos ordinarios. Como se señaló ut supra: Se dictó el auto
de ejecución de sentencia, se solicitó su nulidad debido a que el mismo modifica
sustancialmente lo ejecutoriado, se declaró sin lugar la nulidad solicitada, se
apeló de ese fallo, se decidió inadmisible dicha apelación y, se anunció recurso
extraordinario de casación contra la sentencia de inadmisibilidad dictada por
el ad quem.

Como se puede observar, contra el auto de ejecución de


sentencia fue solicitada su nulidad por considerar que el mismo
modifica sustancialmente lo ejecutoriado, pero no fue ejercido el
recurso procesal de apelación, quedando sin posibilidad de revisión
por esta Sala, el referido auto de ejecución de sentencia.
En efecto, el recurso extraordinario de casación fue
anunciado contra la sentencia del ad quem, que declaró inadmisible
la apelación ejercida contra el fallo del a quo que resolvió sin lugar
la solicitud de nulidad del auto de ejecución de la sentencia. Esto
dicho significa que, el hoy recurrente pretende que se examine el
auto dictado en fase de ejecución de sentencia, a través de la
revisión de la sentencia del Tribunal Superior que declaró la
inadmisibilidad de la apelación contra la declaratoria sin lugar de la
nulidad propuesta, cuando en contra del mismo no se ejerció en su
oportunidad el recurso procesal de apelación ya que de haberse
ejercido, en principio podría la Sala entrar a conocer el mérito de su
cuestionamiento para resolverlo.
Por todo lo anteriormente expuesto, la Sala estima que en el
caso sub-iudice el recurso de casación es inadmisible. Asi se decide.

Nº AA20-C-2012-000056
Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ.

En el juicio por rendición de cuentas, intentado ante el


Juzgado Sexto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, por el ciudadano REINALDO JOSÉ HERNÁNDEZ,
representado judicialmente por la abogada en ejercicio Ana Rosa
García Alcedo, contra la ciudadana MARÍA ELOISA GUERRA,
patrocinada por los profesionales del derecho en ejercicio de su
profesión, Emilio Echeverría, Víctor Ibarra, Lilia Teresa Díaz y María
Isleyer Aray Bata; el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil
y del Tránsito de la Precitada Circunscripción Judicial, dictó
sentencia en fecha 24 de octubre de 2011, mediante la cual
declaró:
“…La apoderada de la parte actora consignó ante esta
alzada escrito de informes, en los que adujo: que el 27
de septiembre del 2002 el a quo dictó sentencia; que
la demandada apeló de dicho fallo; que el 12 de julio
del 2004 el Juzgado Superior Sexto en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de esta Circunscripción
Judicial, confirmó esa decisión y ordenó a la
demandada rendir las cuentas, quedando firme en
consecuencia la apelada. Que el 16 de febrero del 2005
el juzgado de conocimiento corrigió el error material
cometido por el Superior Sexto, relativo al monto de la
cuantía. Que notificada la contraparte, el 14/7/2010
solicitó abocamiento, y, el 29/09/2010, solicitó la
ejecución forzosa; lo que fue acordado por el juzgado
de la causa por providencia del 05/10/2010. Que el
13/10/2010 apeló de la última providencia por cuanto
en ella no se acordaron los intereses de mora e
indexación “tal como lo establece la SALA
CONSTITUCIONAL”; que el conocimiento de dicho
recurso correspondió al Juzgado Superior Segundo; que
por inhibición del Juez de ese ad quem, pasaron los
autos al Tribunal Superior Octavo en lo Civil, Mercantil
y del Tránsito de esta Circunscripción Judicial. Que
después de seis (6) meses, en fecha 05/04/2011 el
juzgado de cognición anuló el auto por él dictado el 5
de octubre del 2010, y declaró la nulidad de la medida
de embargo ejecutivo decretada en esa misma fecha.
Señaló que el juzgado de la causa violó las
disposiciones contenidas en los artículos 252, 12, 509,
244 y 17 del Código de Procedimiento Civil. Por lo
expuesto, pidió que fuera admitido el escrito
presentado, y se declarara con lugar el recurso de
apelación interpuesto.
(…Omissis…)
DECISIÓN
Por los fundamentos antes expuestos, este Tribunal
Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de
la ley, declara: SIN LUGAR el recurso de apelación
interpuesto el 9 de mayo del 2011 por la abogada ANA
ROSA GARCÍA ALCEDO, en su carácter de representante
judicial de la parte actora, contra el auto dictado en
fecha 4 de mayo del 2011 (sic) por el Juzgado Sexto de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y
Bancario de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en el juicio de rendición de
cuentas seguido por el ciudadano REINALDO JOSÉ
HERNÁNDEZ PEREIRA contra la ciudadana MARÍA
ELOÍSA GUERRA.
Queda CONFIRMADO el auto apelado…”. (Mayúsculas y
negrillas del texto).

Contra la referida decisión de alzada, la apoderada judicial del


demandante anunció recurso extraordinario de casación, el cual fue
negado por auto de fecha 18 de noviembre de 2011, al decidir el ad
quem que la recurrida no esta enmarcada dentro del supuesto en el
previsto en el ordinal 3º) del artículo 312 del Código de
Procedimiento Civil.

Contra la negativa de admisión del recurso de casación, se


interpuso el de hecho; por lo que la Sala recibió el presente
expediente, y del cual se dio cuenta en fecha 17 de febrero
2012, pasando a la Sala dictar la máxima decisión procesal de la
jurisdicción, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter
suscribe, previa las siguientes consideraciones :
ÚNICO

Tal como quedó establecido, el juez de alzada negó el recurso


de casación con fundamento en que la recurrida es una decisión no
prevista en el supuesto señalado en el ordinal 3º) del artículo 312
del Código de Procedimiento Civil.

En relación con las decisiones dictadas en etapa de ejecución


de sentencia, la Sala en decisión Nº 626 de fecha 8 de agosto de
2006, caso: Arnolfo Marciales Macías y contra CARLOS Javier
Albertini Bermúdez, bajo la ponencia del Magistrado que con tal
carácter suscribe esta señaló lo siguiente:
“…conforme a la doctrina pacífica y reiterada de esta
Sala, las decisiones dictadas en etapa de ejecución de
sentencia, en principio sólo son revisables en la sede
casacional, cuando las mismas resuelvan puntos
esenciales no controvertidos en el juicio, ni decididos
en él; que las mismas provean contra lo ejecutoriado o
lo modifiquen de manera sustancial, después que
contra ellos se hayan agotado los recursos ordinarios,
caso que se verifica en el presente juicio, por cuanto la
decisión definitivamente firme cuya ejecutoria fue
solicitada, --se repite--, fijó a la parte demandante
reconvenida el término de noventa (90) días
calendarios, contados a partir de la fecha en que
quedara firme el precitado fallo definitivo, para
otorgar por ante la respectiva Oficina de Registro
Público, la venta del inmueble objeto del presente
juicio, al demandado reconviniente, y la recurrida,
dictada en ejecución de aquella, ordenó un avalúo
sobre el inmueble, para posteriormente declarar
compensado al demandado reconviniente, en virtud
del retiro de una cantidad de dinero, dando como
ejecutado y cumplida la sentencia definitivamente
firme que resolvió la pretensión del accionante.
Ahora bien, en relación con la admisibilidad del
recurso de casación contra las decisiones dictadas en
ejecución de sentencia, que resuelvan puntos
esenciales no controvertidos en el juicio, ni decididos
en él; que provean contra lo ejecutoriado o lo
modifiquen de manera sustancial, después que contra
ellos se hayan agotado los recursos ordinarios, la Sala,
en sentencia N° 56, de fecha 14 de junio de 2001,
expediente N° 2001-000379, caso: José Rosario Pizarro
Ortega contra el Municipio Obispos del estado
Barinas, bajo la ponencia del Magistrado que con tal
carácter suscribe ésta, señaló lo siguiente:
‘Ha sido doctrina reiterada de la Sala, que los
autos de ejecución de una sentencia firme y
asimismo, aquellos en que se manda a ejecutar
una transacción, por su esencia misma no son
revisables en casación, salvo que resuelvan algún
punto extraño a lo que ha sido materia de la
sentencia o de cualquier otro acto con fuerza de
tal, o que de alguna forma contraríen o
modifiquen lo decidido, o que resuelvan puntos
esenciales no controvertidos en el juicio, ni
decididos en él, después que contra ellos se hayan
agotado todos los recursos ordinarios.
Analizando la naturaleza de este fallo es fácil
subsumirlo en los llamados autos dictados en
ejecución de sentencia, que encuadra dentro uno
de los supuestos excepcionales establecidos en el
ordinal 3° del artículo 312 del Código de
Procedimiento Civil, pues proveyó contra lo
ejecutoriado al declarar la nulidad de la decisión
dictada sobre el fondo de la controversia, fundado
en que era competente para conocer de la
reclamación por daños y perjuicios y repuso la
causa al estado de que decida nuevamente la
controversia con todos los elementos que cursan
en autos.
(…Omissis…)
En este mismo orden de ideas, la Sala, en sentencia de
fecha 25 de mayo de 2000, con ponencia del
Magistrado que suscribe, caso Flor María Araña Arenas
contra Consorcio Beverly Hills C.A., expediente Nº 00-
024, sentencia Nº 168, señaló:
‘En materia de autos sobre ejecución de sentencias
rige el principio general de la inadmisibilidad del
recurso de casación salvo los casos excepcionales
que propia ley prevé en relación con autos que
versan sobre puntos esenciales no controvertidos
en el juicio ni decididos en él, o los que provean
contra lo ejecutoriado o lo modifiquen de manera
sustancial, tal como lo dispone el ordinal 3º del
artículo 312 del Código de Procedimiento Civil
anteriormente transcrito .
Es evidente que el espíritu y razón de esta norma,
que también consagró el derogado Código de
Procedimiento Civil, es preservar la autonomía e
intangibilidad de la cosa juzgada, pues se trata de
evitar que el juez ejecutor, al resolver sobre
aparentes puntos nuevos esenciales no
controvertidos o al interpretar la decisión que
ejecuta, incurre en el error de alterar, modificar o
contrariar sustancialmente los efectos de aquella’.
Por tanto, en criterio de este Tribunal Supremo en el
presente asunto se cumplen los extremos requeridos por
la jurisprudencia para permitir la revisión mediante
recurso de casación de la citada decisión del Juzgado
Superior, pues ella proveyó contra lo ejecutoriado,
supuesto que hace revisable la mencionada decisión de
la alzada, conforme al ordinal 3º del artículo 312 del
Código de Procedimiento Civil.
Por lo anteriormente expuesto, el recurso de casación
es admisible, lo cual determina la procedencia del
presente recurso de hecho, y así se decide.’.
(Subrayado de la Sala).
Por tanto, en criterio de este Alto Tribunal en el
presente asunto se cumplen los extremos
requeridos por la jurisprudencia para permitir la
revisión mediante recurso de casación de la citada
decisión del Juzgado Superior, pues ella proveyó
contra lo ejecutoriado, supuesto que hace
revisable la mencionada decisión de la alzada,
conforme al ordinal 3° del artículo 312 del Código
de Procedimiento Civil.’
Conforme al criterio jurisprudencial ut
supra transcrito, la decisión sub examine, al
subsumirse dentro de los supuestos a que se refiere el
ordinal 3° del artículo 312 de la ley adjetiva, tal como
se evidenció antes, el recurso de casación anunciado
por la demandada reconviniente, resulta admisible,
todo lo cual conlleva a la declaratoria con lugar del
recurso de hecho propuesto ante su negativa, tal como
se declarará de manera expresa, positiva y precisa en
el dispositivo del este fallo. Así se decide…”(Lo
resaltado del texto transcrito).

Del anterior criterio jurisprudencial, se desprende que las


decisiones dictadas en etapa de ejecución de sentencia, en principio
no son revisables en la sede casacional, salvo que las mismas
resuelvan puntos esenciales no controvertidos en el juicio, ni
decididos en él; que las mismas provean contra lo ejecutoriado o lo
modifiquen de manera sustancial, después que contra éllos se hayan
agotado los recursos ordinarios, conforme lo establece el ordinal
3º) del artículo 312 del Código de Procedimiento Civil.

De la revisión de las actas que integran el presente


expediente, esta Sala de Casación Civil observa que, que el juicio se
encuentra en fase de ejecución de sentencia, y en donde el juez de
la causa declaró la nulidad de la medida ejecutiva de embargo por él
decretada, tal pronunciamiento genera un gravamen que puede ser
irreparable; pues, el embargo esta destinado a garantizar las
resultas del juicio, y estando en ejecución de sentencia, las medidas
cautelares y ejecutivas están directamente vinculadas a la
posibilidad cierta de materializar la ejecución de la cosa juzgada.
De esta forma, el auto que suspendió la medida de embargo
ejecutivo, genera un gravamen que puede no ser reparable a los
efectos de la ejecución material de fallo definitivo.

Por todo lo antes señalado precedentemente, esta Sala de


Casación Civil considera que la sentencia dictada por el jurisdicente
de alzada es de las recurribles en casación, pues confirmó un auto
dictado por el a quo que suspendió en forma indefinida el embargo
ejecutivo, bajo el argumento que no había monto condenado a
pagar en la sentencia que ordenó rendir las cuentas.

Al respecto, la Sala debe señalar que si tenía objeto o no


mantener la medida ejecutiva de embargo para sostener la
sentencia definitiva, es un asunto que implica el alcance de la cosa
juzgada y la necesidad de materializarla a través de un embargo
ejecutivo, aspecto que solo puede ser analizado por la Sala
mediante el recurso de casación. Así se decide.

En virtud de lo antes expuesto, esta Sala de Casación Civil,


aprecia que el recurso de casación anunciado contra la sentencia
recurrida dictada en fecha 24 de octubre de 2011 es revisable en
casación, en atención a la previsión contenida en el ordinal 3º) del
artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, por tanto, el recurso
extraordinario de casación es admisible, lo que determina, por vía
de consecuencia, la procedencia del presente recurso de hecho, tal
como se declarará de manera expresa, positiva y precisa en el
dispositivo del presente fallo. Así se decide.
D E C I S I Ó N
En fuerza de las anteriores consideraciones, este Tribunal
Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en
Sala de Casación Civil, administrando Justicia en nombre de la
República y por autoridad de la Ley, declara CON LUGAR el recurso
de hecho propuesto contra el auto de fecha 18 de noviembre de
2011, dictado por el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil
del Tránsito, de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, denegatorio del recurso de casación anunciado contra la
sentencia de fecha 24 de octubre de 2011, dictada por el referido
juzgado superior. En consecuencia, se REVOCA dicho auto y
se ADMITE el recurso de casación anunciado contra la referida
decisión del Juzgado Superior, en consecuencia, conforme a lo
dispuesto por esta Sala en sentencia Nº RC.00642 de fecha 7 de
octubre de 2008, dictada en acatamiento al criterio jurisprudencial
emanado de la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal, en
sentencia Nº 2.314 de fecha 18 de diciembre de 2007, y en aras de
preservar el orden jurídico constitucional, la tutela judicial efectiva,
el derecho a la defensa y al debido proceso, en virtud de haber sido
dictada la presente decisión fuera de la oportunidad legal
establecida en el artículo 316 del Código de Procedimiento Civil, se
ordena la notificación de las partes intervinientes en este juicio, y
una vez conste en autos la última de las notificaciones, comenzará a
correr el lapso de cuarenta (40) días para la formalización del
recurso de casación, todo de conformidad con lo establecido en la
precitada norma.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los
dieciocho (18) días del mes de abril de dos mil doce. Años: 201º de
la Independencia y 153º de la Federación.

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