PDF 1. Uci
PDF 1. Uci
ATENCIÓN ESPECIALIZADA
DE ENFERMERÍA
AL PACIENTE INGRESADO
EN CUIDADOS INTENSIVOS
[3ª edición]
3
Especialización en cuidados intensivos
4
PRÓLOGO
5
Atención especializada de enfermería al paciente ingresado en cuidados intensivos
texto de consulta pero también de lectura pausada que facilite nuestra permanente
puesta al día. Nace desde la humildad científica pero con voluntad de perfeccio-
namiento y, en eso, sí somos ambiciosos.
Desde aquí, quiero expresar mi agradecimiento más profundo y sincero a
los autores que, con su trabajo, han hecho realidad lo que sólo era una idea, exce-
siva, hace algún tiempo.
6
ÍNDICE
ESPECIALIZACIÓN
EN CUIDADOS INTENSIVOS
7
Especialización en cuidados intensivos
X. INTOXICACIONES AGUDAS.
Evaluación inicial, antídotos. Intoxicaciones específicas.
XX. ANEXOS
a. Guía de administración de fármacos vía parenteral en UCI.
b. Composición y propiedades de las distintas soluciones dis-
ponibles para la terapia intravenosa.
c. Fármacos usados en UCI.
8
Autores y Centros
Autor y Coordinador:
SÁNCHEZ MANZANERA, Ramón DUE. Servicio Murciano de Salud.
Autores:
ASENCIO HERNÁNDEZ, Ana Fisioterapeuta. Hospital Rafael Méndez.
Lorca Murcia.
9
Atención especializada de enfermería al paciente ingresado en cuidados intensivos
10
Introducción a los cuidados intensivos
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN A LOS CUIDADOS INTENSIVOS
Ramón Sánchez Manzanera
1. Introducción.
La complicación de un caso de un paciente que acude a nuestro servicio de
urgencias puede dar lugar a la necesidad de emplear una tecnificación sanitaria
mayor de la disponible en un servicio de urgencias hospitalario. En ese momento
entran en la cadena de atención sanitaria las UCIs o Unidades de Cuidados In-
tensivos.
Las UCI se engloban dentro del bloque de Unidades de Cuidados Especia-
les como pueden ser las Unidades de Quemados, las Unidades Cardiacas... por
ser servicios que cuentan con material y personal especializado necesario para el
manejo de pacientes con lesiones o enfermedades graves. Dentro de estas están
las Unidades de Críticos. Por definición: Unidad hospitalaria donde se ingresa
al paciente durante el tiempo necesario para llevar sobre ellos una estrecha vigi-
lancia y cuidados mediante dispositivos de alta tecnología y personal entrenado
en dar cuidados especiales y en el manejo de dicha técnica. También se puede
emplear el término UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva), si bien en una UCI,
además de la vigilancia que es una actividad base, se realizan otras técnicas y
protocolos, por lo que es más correcto el término UCI, sobre todo desde el punto
de vista de enfermería y de sus cuidados.
Para enfermería estas unidades son muy importantes por el planteamiento
de unos cuidados holísticos sobre el paciente. Éste depende íntegramente de no-
sotros. En función del grado de dependencia que implique la patología nosotros
supliremos o ayudaremos al paciente en sus necesidades básicas.
11
Especialización en cuidados intensivos
2. Estratificación de pacientes.
Siempre ha supuesto una contínua lucha entre los jefes de los diversos
servicios el conseguir el ingreso de un paciente en la UCI. Por otro lado los
intensivistas intentan ser conservadores para no ocupar camas de UCI de una
manera innecesaria y que luego pueden ser necesarias. A la hora de determinar el
ingreso de un paciente en UCI podemos atender a diversos criterios/modelos para
determinar los requerimientos de éste. Vamos a exponer varios de estos modelos
utilizados en otros hospitales con bastante éxito y consenso.
Modelos de priorización.
Prioridad 1. Pacientes críticamente enfermos e inestables que requieren
tratamiento intensivo y monitorización que no puede ser dada fuera de la UCI. Nor-
malmente estos tratamientos suelen incluir soporte ventilatorio, infusión de drogas
vasoactivas... Aquí se pueden incluir pacientes de postoperatorio o fallos respirato-
rios agudos que requieren ventilación mecánica, o usuarios en shock o hemodiná-
micamente inestables con monitorización hemodinámica o drogas endovenosas.
Prioridad 2. Requieren monitorización y son frecuentes candidatos a qui-
rófano. No tienen estipulado limitación de los medios terapéuticos. Suelen incluir
personas crónicas con cuadros concomitantes que desarrollas fallos agudos graves.
Prioridad 3. Aquí se incluyen aquellos pacientes que presentan cuadros
agudos como consecuencia de un cuadro subyacente que va a limitar las con-
diciones de recuperación del agudo. Suelen establecerse limitaciones en ciertas
actuaciones como son la intubación y las RCP. Englobamos aquí cuadros neoplá-
sicos metastizantes complicados con obstrucciones de vías aéreas, infecciones o
taponamientos cardiacos.
Prioridad 4. No se recomienda su ingreso en UCI, el cual se hace bajo
circunstancias especiales y previa valoración individual del proceso: Cirugía vas-
cular periférica, cetoacidosis diabética hemodinámicamente estable, sobredosis
de drogas sin pérdida de nivel de conciencia...
12
Introducción a los cuidados intensivos
Modelo diagnóstico.
Este modelo se basa en la existencia de ciertos cuadros patológicos que
indican su ingreso en UCI.
Sistema cardiaco:
- Infarto agudo de miocardio con complicaciones.
- Shock cardiogénico.
- Arritmias complejas que no revierten y con necesidad de tratamiento.
- Fallo agudo cardiaco con fallo respiratorio que requiere soporte he-
modinámico.
- Angina inestable con disrritmias, inestable hemodinámicamente o con
dolor persistente en pecho.
- Taponamiento cardiaco con complicaciones.
- Aneurisma disecante de aorta.
- Bloqueo cardiaco completo.
Sistema pulmonar:
- Fallo respiratorio agudo con necesidad de asistencia respiratoria.
- Embolia pulmonar inestable.
- Pacientes intervenidos con demostrado deterioro respiratorio.
- Necesidad de cuidados respiratorios no existentes en otras unidades.
- Fallo respiratorio con intubación inminente.
Sistema neurológico:
- Coma metabólico, tóxico o anóxico.
- Hemorragia cerebral con riesgo de herniación.
- Hemorragia aguda subaracnoidea.
- Meningitis con alteraciones mentales o compromiso respiratorio.
- Desórdenes del sistema nervioso central o neuromuscular con deterio-
ro neurológico o pulmonar.
- Status epiléptico.
- Muerte cerebral en potenciales donantes de órganos.
- Vasoespasmo.
- Pacientes heridos en la cabeza de gravedad.
Sobredosis o ingestión de drogas:
- Ingestión de drogas hemodinámicamente inestable.
- Ingestión de drogas con alteraciones mentales y riesgo potencial para
la ventilación
- Ataques siguientes a la ingestión de drogas.
13
Especialización en cuidados intensivos
ción...
Ante un paciente crítico, enfermería se plantea dos cuestiones:
1. Problemas independientes: propios del ámbito de enfermería. Se enun-
cian como diagnósticos de enfermería, y se actúa sobre ellos con cuidados enfer-
meros, son los que la enfermera puede solucionarlos por sí sola.
2. Problemas interdependientes: son problemas interdisciplinares, para
resolverlos se necesita ayuda de los demás componentes del equipo de salud. No
hay autonomía completa para resolver la situación. Dentro del área interdepen-
diente encontramos problemas potenciales, complicaciones, patologías médicas
y quirúrgicas.
16
Especialización en cuidados intensivos
Desórdenes gastrointestinales:
- Sangrado gastrointestinal con hipotensión, angina, sangrado contínuo
o condiciones comórbidas.
- Fallo hepático fulminante.
- Pancreatitis severa.
- Perforación esofágica con o sin mediastinitis.
Endocrino:
- Cetoacidosis diabética complicada con inestabilidad hemodinámica,
alteraciones mentales e insuficiencia respiratoria, o severa acidosis.
- Tormenta tiroidea o coma mixedematoso con inestabilidad hemodi-
námica.
- Estado hiperosmolar con inestabilidad hemodinámica o coma.
- Crisis adrenales con inestabilidad.
- Hipercalcemia severa con alteraciones mentales, que requiere moni-
torización.
- Hipo o hipernatremia con alteración mental.
- Hipo o hipermagnesemia con compromiso hemodinámico o arrit-
mias.
- Hipo o hiperkaliemia con arritmias o afectación muscular.
- Hipofosfatemia con afectación muscular.
Quirúrgicas:
- Postoperatorio de pacientes que requieren monitorización
hemodinámica/ventilatoria o cuidados de enfermería críticos.
Mezcla:
- Shock séptico con inestabilidad hemodinámica.
- Monitorización hemodinámica.
- Condiciones críticas que requieren cuidados de enfermería intensi-
vos.
- Terapias nuevas/experimentales potencialmente peligrosas o por sus
complicaciones.
14
Introducción a los cuidados intensivos
15
Introducción a los cuidados intensivos
17
Especialización en cuidados intensivos
18
Introducción a los cuidados intensivos
ORDEN: todo el trabajo dividido de modo que se lleve adelante con orden.
Cadena de supervivencia
1. Alertar- Socorrer
2. R.C.P.- Ganar tiempo
3. Desfibrilación rápida- Restablecer
4. Cuidados intensivos que lo estabilicen- Estabilizar.
19
Especialización en cuidados intensivos
20
Resucitación cardiopulmonar
CAPÍTULO II
RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR
Juani Gris Piñero y Esther López Palomino
INTRODUCCIÓN.
Desde mediados del recientemente dejado atrás, siglo XX, no han cesa-
do las aportaciones en el campo del conocimiento científico sobre ventilación,
apertura de vía aérea, masaje cardiaco y desfibrilación. Estos se han convertido
en eficaces recursos en el tratamiento de personas afectadas de parada cardiorres-
piratoria.
La puesta en práctica de estas técnicas puso de manifiesto la necesidad de
una protocolización exhaustiva, no sólo para facilitar su correcta ejecución, sino
también para su divulgación, enseñanza y aprendizaje. Por este motivo, en 1963,
la American Heart Association (AHA), creó un Comité de Resucitación Cardio-
pulmonar (RCP) que, posteriormente, a través de varias conferencias nacionales
ha ido elaborando estándar en RCP (la última en 1992).
En 1989 se funda oficialmente la European Resuscitation Council (ERC),
con el objetivo de impulsar guías de actuación y recomendaciones apropiadas a la
realidad europea, para la práctica de la RCP. En el 1992 la AHA y la ERC parti-
ciparon juntas en la Conferencia de Dallas, y a partir de aquí, la ERC organizó su
primera conferencia, donde se adoptaron las primeras recomendaciones y guías
de actuación en Soporte Vital Básico (SVB) y Soporte Vital Avanzado (SVA).
Las diferencias entre las dos son palpables, siendo las europeas fruto de su
propósito de simplificar al máximo la toma de decisiones. No obstante, existe una
firme voluntad de consensuar unas únicas recomendaciones de modo internacio-
nal, y ya se está trabajando en ello.
21
Especialización en cuidados intensivos
CONCEPTOS.
Parada cardiorrespiratoria (PCR): cese brusco, inesperado y potencial-
mente reversible de la respiración y de la circulación espontáneas.
Parada respiratoria (PR): los latidos cardiacos persisten durante un corto
espacio de tiempo, por lo que se podría evitar la parada cardiaca con una actua-
ción rápida y eficaz.
Parada cardíaca (PC): se sigue de forma inmediata de parada respiratoria
debido a la anoxia producida que genera un rápido deterioro cerebral.
Reanimación cardiopulmonar (RCP): conjunto de maniobras encaminadas
a revertir el estado de PCR, sustituyendo primero, para intentar reinstaurar des-
pués, la respiración y la circulación espontáneas.
Reanimación cardiopulmonar básica (RCPB): la que se realiza sin ningún
tipo de equipamiento y puede llevarla a cabo cualquier ciudadano entrenado.
Reanimación cardiopulmonar básica instrumental (RCPBI): se realiza con
un material mínimo (por ejemplo un balón de resucitación) y, aunque puede reali-
zarla cualquier persona entrenada, es más propio de Cuerpos Especiales (Policías,
Bomberos, etc.).
Reanimación cardiopulmonar avanzada (RCPA): requiere equipamiento
especial, entrenamiento específico del personal sanitario e implica decisiones mé-
dicas.
Soporte vital (SV): amplía las acciones que se deben llevar a cabo ante la
sospecha de PCR e integra: la prevención de la PCR mediante el reconocimiento,
la alerta y la intervención precoz; el soporte respiratorio y circulatorio a la vícti-
ma en PR o PCR mediante las maniobras de RCP.
Soporte vital básico (SVB): el que se realiza sin otro tipo de material que el
considerado de barrera para la respiración con aire exalado. Debe iniciarse antes
de transcurridos 4 minutos.
Soporte vital avanzado (SVA): cuando se dispone de un equipo de pro-
fesionales cualificados, entrenados y equipados con el material necesario para
efectuar una desfibrilación y optimizar el soporte respiratorio y circulatorio. Debe
iniciarse antes de los 8 minutos.
22
Resucitación cardiopulmonar
INTRODUCCIÓN
Entre las situaciones que demandan una urgente atención sanitaria con
riesgo vital (parada cardiorrespiratoria, situaciones de asfixia, hemorragias, ac-
cidente cerebrovascular...), en las que es posible disminuir la mortalidad con un
tratamiento rápido y eficaz está la patología cardiaca aguda. Está reconocido
científicamente que la desfibrilación eléctrica es el único tratamiento específico
en el síndrome coronario agudo y, en relación con las arritmias mortales, en la
fibrilación ventricular o en la taquicardia ventricular sin pulso.
El principio de la desfibrilación precoz exige que la primera persona que
llegue al escenario de una parada cardiaca utilice, en un plazo inferior a cinco
minutos, un desfibrilador. Con la aparición en el mercado de los desfibrilado-
res semiautomáticos externos ha permitido, tal y como impulsan las sociedades
científicas, su uso con seguridad y fiabilidad por personal no sanitario, eso sí,
debidamente formado y entrenado, ya que ante una parada cardiaca el primer
interviniente puede aplicar de forma inmediata sobre el tórax del paciente uno
de estos dispositivos que le indicará si es necesario o no el choque de forma
inmediata mientras llegan los equipos de emergencias sanitarias encargados de
continuar con el tratamiento.
Así aparece el término primer interviniente, que hace referencia a la per-
sona que:
- Tiene contacto inicial con el paciente,
- Identifica la situación de emergencia,
- Alerta a los servicios de emergencia extrahospitalarios e
- Inicia las maniobras de reanimación en el lugar del suceso.
No se entienden como primeros intervinientes al personal médico ni en-
fermería.
Las nuevas recomendaciones en Soporte Vital viene definidas por la Con-
ferencia de Consenso sobre RCP celebrada en Dallas (USA) a principios de 2010
donde se reunieron una serie de sociedades científicas al amparo del International
Liaison Comité on Resuscitation; una vez terminada la reunión se acordó: Con-
sensus on ECC & CPR Science and Treatment Recommendations; que de forma
muy resumida tratamos ahora.
23
Especialización en cuidados intensivos
CLASES DE RECOMENDACIONES
Para las recomendaciones de aplicación de tratamiento o realización de
maniobras, existen distintas clases en las cuales se indican la solidez de una de
ellas. Estas clases representan la combinación entre el nivel de evidencia científi-
ca y los factores de aplicación como la dimensión del beneficio, utilidad o efica-
cia, costo, retos de educación, entrenamiento y, dificultades de ejecución.
Clase I:
Existen estudios prospectivos de alto nivel que avalan la acción o el tra-
tamiento y, que el beneficio de ambos supera considerablemente el potencial de
efectos nocivos.
p.ej.: los sistemas de emergencias médicas deben evaluar sus protocolos
para pacientes con Parada Cardiorrespiratoria (PCR) y tratar de acortar el tiempo
de respuesta cuando sea posible.
Clase IIa:
El peso de la evidencia avala la acción o el tratamiento y, éste se considera
aceptable y útil.
p.ej.: el volumen de cada respiración artificial de rescate debe ser el sufi-
ciente para elevar el pecho del paciente de forma visible.
Clase IIb:
Cuando en la evidencia se documentan únicamente beneficios a corto pla-
zo tras la administración del tratamiento o cuando se documentan resultados po-
sitivos pero con menor nivel de evidencia.
Esta clase se divide en 1.- opcional y 2.- recomendado por los especialistas
a pesar de que no existe evidencia de alto nivel que lo respalde.
p.ej.: si se sospecha de lesión a nivel cervical, el personal sanitario (médico
y enfermer@), debe abrir la vía aérea mediante la maniobra de tracción mandibu-
lar, sin extensión de la cabeza.
24
Resucitación cardiopulmonar
25
Especialización en cuidados intensivos
26
Resucitación cardiopulmonar
27
Especialización en cuidados intensivos
Asistolia.
Ausencia de actividad eléctrica y mecánica, aunque podemos encontrar al-
gunos complejos aislados, pudiendo pasar varios minutos hasta aparecer un trazo
permanente de línea basal (comprobaremos siempre el pulso del paciente).
28
Resucitación cardiopulmonar
Disociación electromecánica.
Persistencia de actividad eléctrica en ausencia de actividad mecánica, pre-
sentándose cualquier tipo de imagen o ritmo, pero sin pulso. Su diagnóstico defi-
nitivo es difícil dada la débil contracción del corazón que puede producir que no
haya pulso, ni latido del corazón detectable, ni sonidos del corazón.
El tratamiento de esta arritmia se basa en el tratamiento específico de su
causa, por lo que es de vital importancia reconocerla. Cuando no se encuentra
causa aparente se aplicará el mismo tratamiento que para la asistolia.
Las causas más frecuentes de disociación electromecánica son:
- Hipovolemia.
- Neumotórax a tensión.
- Taponamiento cardiaco.
- Embolia pulmonar.
- Sobredosis de droga-intoxicación.
- Hipotermia.
- Ahogamiento.
- Desequilibrio hidroelectrolítico.
29
Especialización en cuidados intensivos
RCP BÁSICA.
Tiene como objetivo la oxigenación de emergencia, mediante manteni-
miento de vía permeable y ventilación y circulación eficaces.
A.... Vía aérea.
B.... Ventilación (del inglés Breathing).
C.... Circulación.
Tabla 2.3. ABC de la RCP.
El protocolo de la RCPB consistiría en una serie de pasos:
Confirmación de la pérdida de consciencia. En UCI a menudo trabajamos
con pacientes inconscientes en los que este dato, lógicamente, no nos aportaría
ninguna pista. En el resto de casos comprobaríamos el estado de consciencia
preguntando al individuo, sacudiéndolo y gritándole. Si la persona contesta o
intenta contestar es evidente que conserva su ventilación y circulación, y que
mantiene un nivel suficiente de actividad cerebral, por lo que se consideraría que
está consciente.
Si el afectado no responde, se considerará que puede tener algún problema
ventilatorio, circulatorio o de otro tipo. Pasaríamos pues a comprobar la existen-
cia o no de ventilación y circulación sanguínea espontáneas.
Para comprobar si la ventilación es adecuada se acercará la cara a su boca,
observando si, con la vía aérea suficientemente abierta (maniobras de apertura de
la vía aérea), se producen movimientos ventilatorios de la caja torácica, mientras
se escucha y se nota en la mejilla la posible salida de aire. Ver, oír y sentir son
las palabras clave. En combinación de la ausencia de respuesta, la ausencia de
respiración o cualquier anomalía de la respiración debe alertar de sospecha de
parada cardiaca.
Para comprobar si la circulación sanguínea es adecuada se buscará la pre-
sencia del latido en las arterias carótidas (situadas a ambos lados del cuello). La
palabra a recordar sería palpar.
Después de todo esto podemos encontrarnos con cuatro situaciones dife-
rentes: paciente consciente, paciente inconsciente sin alteración de las funciones
vitales, inconsciencia con PR e inconsciencia con PCR.
Consciencia:
El plan de actuación, dado que existen circunstancias que pueden poner en
peligro la integridad de las funciones vitales del sujeto, consiste en observar a la
persona en busca de posibles anomalías (hemorragia, atragantamiento...) e iniciar
actuaciones específicas.
30
Resucitación cardiopulmonar
Inconsciencia aislada:
En este supuesto no tendríamos alteración alguna en las funciones vitales
respiratoria y circulatoria. Nuestra actuación consiste en proteger a la persona
colocándola en una posición que favorezca la ventilación y circulación, para pos-
teriormente pedir ayuda especializada. Consistiría básicamente en emplear téc-
nicas de apertura o permeabilización de la vía aérea, y posición de seguridad. En
la figura 2.5 vemos que el brazo izquierdo del paciente cae sobre su cara, lo cual
nos obstaculizaría la vigilancia y el control de la vía aérea. Deberíamos colocar
ese brazo en una posición más cómoda para trabajar.
32
Resucitación cardiopulmonar
33
Especialización en cuidados intensivos
Una vez comprobado con estímulos primero verbales y luego físicos que
el paciente NO responde, se abre la vía aérea y valoramos si éste respira o no, no
se debe valorar más de 10 segundos; la American Heart Association recomienda
administrar dos respiraciones artificiales de rescate si la víctima no responde o
boquea y; el European Resuscitation Council recomienda iniciar MCE basán-
dose en que una parada cardiaca de tipo no asfíctica, el oxígeno sanguíneo está
elevado, y su llegada al miocardio y al cerebro está limitado principalmente por
la falta de bombeo cardíaco; por ello dice: la población debería ser aleccionada
para comenzar RCP si la victima no responde (esta inconsciente) y no respira
normalmente. Las víctimas que no reaccionan y/o están boqueando (no respira
con normalidad), no está respirando.
Todos los reanimadores deben inspirar normalmente –no profundamente-
antes de administrar respiración artificial boca-boca, boca-estoma, boca-boca-na-
riz, boca-dispositivo barrera. Las respiraciones de rescate aumentan la presión in-
tratorácica, lo que reduce la cantidad de sangre que llega al corazón y disminuye
el flujo sanguíneo de las compresiones torácicas. Muchas respiraciones = muchas
interrupciones. Las respiraciones con mucho volumen pueden llenar el estómago.
La cantidad de aire a insuflar debe ser la suficiente para que se eleve el pecho del
paciente. La duración será de 1 segundo.
Soporte circulatorio:
La víctima debe colocarse en posición de RCP, es decir, sobre una super-
ficie dura, en decúbito supino y con la cabeza, tronco y extremidades alineadas.
El reanimador debe colocarse a un lado del paciente, con los brazos extendidos
y perpendiculares al centro de su caja torácica, apoyando el talón de una mano
en el punto exacto de masaje, colocando la otra mano encima de la primera y
entrelazando los dedos.
34
Resucitación cardiopulmonar
El punto de masaje se halla colocando el dedo índice por encima del medio
al final del apéndice xifoides, en su línea media, justo en el punto de unión de
los rebordes costales; por encima de los dedos se coloca el talón de la otra mano,
quedando éste en el tercio inferior de esternón. La otra mano se colocará encima y
se entrelazarán los dedos y se tendrá cuidado de no desplazarse del lugar elegido.
35
Especialización en cuidados intensivos
36
Resucitación cardiopulmonar
tantes y niños realizada por dos reanimadores, se aplica una relación de compre-
sión-ventilación de 15:2 se recomienda compresiones torácicas si la frecuencia
cardiaca del lactante o niño es inferior a 60 l.p.m. con signos de mala perfusión a
pesar de una oxigenación y ventilación adecuadas.
RCP AVANZADA.
El objetivo que persigue es el restablecimiento de la actividad cardiorrespi-
ratoria espontánea. Esto exige disponer del instrumental adecuado y de personal
entrenado en la aplicación de las técnicas específicas. El número de personas
ideal para componer el equipo es de 3 ó 4 personas. El miembro más experto del
grupo deberá asumir la dirección del mismo, y deberá mantener en todo momento
una visión del proceso en conjunto.
La primera maniobra de RCPA implica la valoración del ritmo electrocar-
diográfico responsable de la parada (de forma inmediata mediante las palas del
desfibrilador) para poder así aplicar el tratamiento adecuado a la arritmia detec-
tada.
TRATAMIENTO DE LA FV Y TVSP.
En la mayoría de las ocasiones, el paciente con PCR recibirá previamen-
te RCPB (tanto extrahospitalariamente como dentro del hospital), pero si, por
suerte, es posible proporcionar una desfibrilación inmediata (como sería el caso
de la UCI), la única maniobra que debe preceder al tratamiento eléctrico es la
puñopercusión precordial o golpe precordial (en las últimas recomendaciones se
disminuye el énfasis sobre el papel del golpe precordial). Su práctica no introduce
retraso en la desfibrilación (se emplean 2-3 seg) y, si tiene lugar en los primeros
30 seg de la detención circulatoria, la pequeña energía eléctrica inducida por la
acción mecánica es suficiente para resolver hasta el 40% de los casos de TV y
alrededor del 2% de los que presentan FV. El riesgo de que la puñopercusión
precordial puede inducir la degeneración de una taquiarritmia, nos resulta en este
caso irrelevante, ya que partimos de la peor situación posible, la de PCR.
37
Especialización en cuidados intensivos
38
Si la puñopercusión ha sido ineficaz, procederemos de forma inmediata a
la administración de la primera descarga inmediata de un único choque (150- 200
J si es bifásico o 360 J. si es monofásico). Tras la descarga no nos detendremos
a analizar el ritmo y pulso sino que reanudaremos de inmediato la RCP 30:2
empezando con las compresiones, durante dos minutos. Aunque la desfibrilación
tuviese éxito, tras la primera descarga no conseguiremos un ritmo de perfusión
suficiente para poder palpar pulso, y el tiempo que perderíamos en intentar en-
contrar el pulso podría suponer un aumento del daño miocárdico y en el caso de
haber recuperado un ritmo de perfusión eficaz, dar compresiones torácicas no
aumentaría la probabilidad de volver a FV.
Una vez completados tres ciclos sin éxito puede considerarse la adminis-
tración de un alcalinizante. Se suelen emplear hasta 50 mEq de bicarbonato só-
dico, si se piensa que, a pesar de la ventilación y compresión torácica adecuadas,
puede existir una acidosis importante. Más adelante se puede volver a considerar
la aplicación de una nueva dosis de bicarbonato cada tercer ciclo, pero entonces
lo ideal sería no hacerlo sin disponer de gasometría arterial o venosa central. No
se dispone de información que determine a partir de qué grado es necesaria la
corrección del pH. Dados los importantes efectos secundarios del bicarbonato, no
hay que olvidar que, mientras sea posible, es preferible mantener el pH mediante
la hiperventilación.
También puede considerarse la administración de antiarrítmicos tras tres
ciclos sin éxito, aunque según los datos disponibles se deduce que sus efectos
secundarios superan el potencial beneficioso. El fármaco más utilizado es la lido-
caína y no se ha demostrado que se obtengan mejores resultados con el uso del
bretilio o de la amiodarona.
En las últimas recomendaciones de consenso en reanimación 2005 se acor-
dó lo siguiente respecto a la administración de fármacos en el seno de una PCR.
En FV/TV: Administre adrenalina 1mg IV; si la FV/TV persiste tras un
segundo choque, repita la dosis cada 3-5 min. a partir de entonces si la FV/TV
persiste.
Si la FV/TV persiste tras 3 choques, administre 300mg de amiodarona en
bolo; se puede dar una dosis más de 150 mg para FV/TV refractaria o recurrente
seguida de una perfusión de 900 mg en 24 h.
Si se carece de amiodarona, se puede usar lidocaína 1mg/kg como alterna-
tiva. No dar lidocaína si ya se ha administrado amiodarona. No exceda la dosis
total de 3mg/kg durante la primera hora.
Considere los trombolíticos cuando la parada cardíaca se deba a un trom-
boembolismo pulmonar probado o sospechado. Se puede considerar la tromboli-
sis en la parada cardíaca en adultos, no de forma protocolizada sino caso por caso,
tras un fallo inicial en la resucitación standard en pacientes con una etiología
trombótica aguda sospechada. Las maniobras de RCP en curso no son una con-
traindicación para la trombolisis.
TRATAMIENTO DE LA ASISTOLIA.
Hoy por hoy se sigue recomendando iniciar el tratamiento de la asisto-
lia con el golpe precordial, para posteriormente descartar de forma definitiva la
existencia de una fibrilación ventricular. Esta maniobra tendrá utilidad cuando se
realice de forma inmediata, cosa que podremos llevar a cabo en una UCI.
40
Resucitación cardiopulmonar
41
Especialización en cuidados intensivos
42
Resucitación cardiopulmonar
vacío del hospital, o portátiles, que funcionan mediante conexión a la línea eléc-
trica o a baterías. Para que sea eficaz, el equipo de aspiración debe alcazar una
presión máxima, con el tubo ocluido, de 300 mm Hg y un flujo máximo, con el
tubo abierto, de 30 litros por minuto.
Emplearemos sondas estériles que introduciremos a través de la boca, ori-
ficios nasales, tubos de apertura de la vía aérea, etc. Para boca y faringe usaremos
sondas gruesas semirrígidas, mientras que para la aspiración a través de tubos
deben emplearse sondas más finas y flexibles.
Sin aspirar introduciremos la sonda por el orificio, y una vez alcanzado
el lugar deseado iniciaremos la aspiración despinzando u ocluyendo el orificio
obturador, según el caso. Debemos regular la intensidad de succión según las
necesidades: en niños y pacientes intubados la presión de succión no debería
superar los 100 mm Hg. Los tiempos de succión deben ser breves, de unos 5-10
seg como máximo por aspiración, para evitar complicaciones como la hipoxemia.
Las pinzas de Magill son de enorme utilidad por su especial diseño: articu-
lada en curva y con extremos romos en forma de anillos, permite su introducción
por la boca del paciente, manteniendo en todo momento la visión directa de su
extremo. Es ideal para la localización y extracción de cuerpos extraños, la mani-
pulación del tubo endotraqueal, etc.
También podemos disponer de otro material auxiliar como abrebocas, tije-
ras, pinzas de diversos tipos, como las Kocher, etc.
Cánulas faríngeas.
Son tubos rígidos o semirrígidos, de formas anatómicas que se introducen
a través de la boca (orofaríngeas) o nariz (nasofaríngeas) y ayudan a mante-
ner abierta la vía aérea y facilitan la aspiración de secreciones. No previenen la
broncoaspiración, ya que no impermeabilizan la vía aérea, pero sí que impiden
la protusión de la base de la lengua contra la pared posterior de la faringe. Deben
ser utilizadas, siempre que sea posible, en toda persona inconsciente, si no está
intubada.
La cánula orofaríngea (cánula de Mayo o de Guèdel), tiene una forma
curvada que se adapta al paladar. Existen cinco tamaños (del 1 al 5) con longi-
tudes de 6 a 10 cm, y tres números especiales más pequeños (000,00,0). Es im-
portante escoger el tamaño adecuado para evitar complicaciones. Elegiremos una
de longitud similar a la distancia entre la comisura bucal y el inicio del pabellón
auricular.
Manteniendo la hiperextensión de la cabeza, la introduciremos en la boca
con la concavidad hacia el paladar. La deslizaremos hasta la mitad aproximada-
43
Especialización en cuidados intensivos
44
Resucitación cardiopulmonar
45
Especialización en cuidados intensivos
46
Resucitación cardiopulmonar
47
Especialización en cuidados intensivos
48
Resucitación cardiopulmonar
49
Especialización en cuidados intensivos
51
Especialización en cuidados intensivos
RCP EN PEDIATRÍA.
La mayoría de los PCR en la edad pediátrica, a diferencia de los adultos,
rara vez son producidos por causas cardiacas, excepto en niños con cardiopatía
congénita y sobre todo en el posoperatorio cardiovascular. Las causas que con
52
Resucitación cardiopulmonar
mayor frecuencia producen PCR en el niño son las que inicialmente producen
fallo respiratorio: obstrucciones agudas de la vía aérea, neumonías graves, acci-
dentes (aspiración de cuerpo extraño, inhalación de humo, ahogamiento, trauma-
tismo torácico, etc.), o depresión respiratoria (por intoxicaciones, convulsiones
prolongadas, incrementos de la presión intracraneal por causas diversas: trauma-
tismo craneoencefálico, meningitis, etc). Seguidamente en frecuencia se encuen-
tra el fallo circulatorio: sepsis, pérdida de fluidos (quemaduras, deshidratación
grave, etc) o hemorragia.
Es de extrema importancia en este grupo la profilaxis: prevención de ac-
cidentes, prevención de PCR en niños con enfermedad grave y reconocimiento
precoz de signos indicativos de riesgo de PCR inminente.
Los protocolos de RCP en niños, siguen prácticamente el mismo orden que
en los adultos, pero hay diversas variaciones en cuanto a la puesta en práctica de
maniobras, debido a sus peculiaridades anatomofisiológicas.
RCP BÁSICA EN LACTANTES Y NIÑOS.
La comprobación de la inconsciencia se hará con mayor cuidado que en el
adulto, habitualmente con estímulos táctiles y hablándole en voz alta.
La apertura de la vía aérea se llevará a cabo mediante las siguientes ma-
niobras:
- Maniobra frente-mentón: la extensión del cuello debe ser moderada en
niños pequeños y neutra en lactantes, ya que en estos últimos su prominente oc-
cipucio predispone a ligera extensión del cuello cuando se coloca sobre una su-
perficie plana.
- Triple maniobra: en caso de sospecha de traumatismo craneal en el que
la maniobra anterior está contraindicada.
La presencia de ventilación espontánea se comprobará aproximando el
oído y mejilla a la boca del niño. Si observamos movimientos toracoabdomina-
les, pero no se detecta entrada o salida de aire, pensaremos que la vía aérea está
obstruida y procederemos a su desobstrucción.
Podremos realizar ventilación boca a boca y nariz en lactantes y boca a
boca en niños mayores de 8 años. Los volúmenes de aire con los que ventilare-
mos serán variables según la edad: observaremos la elevación del tórax e intenta-
remos suministrar suficiente volumen para que se movilice, pero es muy impor-
tante evitar el exceso por el riesgo de barotraumatismo pulmonar, o distensión
gástrica. Los socorristas legos o en solitario que presencia o atienden una parada
cardíaca pediátrica usarán una ratio de 30 compresiones por cada 2 ventilaciones.
Comenzarán con 5 ventilaciones de rescate y continuaran con 30:2.
53
Especialización en cuidados intensivos
54
Resucitación cardiopulmonar
55
Especialización en cuidados intensivos
57
Especialización en cuidados intensivos
58
Resucitación cardiopulmonar
• Estrategia de desfibrilación:
La FV/TV sin pulso deben ser tratados con un único choque, seguido inme-
diatamente, por RCP (15 compresiones-2 ventilaciones). No reevalúe el ritmo ni
busque pulso. Después de 2 minutos de RCP chequee el ritmo y dé otra descarga
si está indicada.
Administre 10 mcg/kg IV de adrenalina, si persiste la FV/TV tras un se-
gundo choque.
Repita la dosis de adrenalina cada 3-5 min. si la FV/TV persiste.
• Control de temperatura:
Tras una parada cardíaca, trate la fiebre de forma agresiva.
Un niño que mantiene circulación espontánea, pero que permanece incons-
ciente tras una parada cardíaca se puede beneficiar de ser enfriado hasta una tem-
peratura central de 32-34º C durante 12-24 h. Tras un período de moderada hipo-
termia, el niño debe ser recalentado lentamente a un ritmo de 0,25-0,5 ºC por hora.
• Resucitación del recién nacido:
Proteja al recién nacido de la pérdida de temperatura. Los bebes prematu-
ros deberían ser cubiertos con plásticos en cabeza y cuerpo (no la cara) sin secar
al niño previamente. El niño, cubierto de este modo, debería ser colocado bajo
calor radiante.
En cuanto al protocolo de FV oTVSP, a la hora de desfibrilar, las dosis que
debemos emplear son de 2j/kg los dos primeros choques, elevando las siguientes
descargas a 4J/kg.
Los desfibriladores externos automáticos (DEAs) son seguros y eficaces
cuando se utilizan en niños mayores de un año. Para niños de 1- 8 años se reco-
miendan parches pediátricos o un software específico para atenuar la descarga de
la máquina a 50-75 J. Si no se dispone de una descarga atenuada o una máquina
de regulación manual, puede utilizarse en niños mayores de un año un DEA para
adultos sin modificar. Se han referido casos de uso con éxito de DEAs en niños
menores de 1 año; en el raro caso de producirse un ritmo desfibrilable en un niño
menor de 1 año, es razonable utilizar un DEA (preferentemente con atenuador de
dosis).
CARRO DE PARADA:
Tanto en la UCI como en cualquier otro servicio, es un elemento esencial
que debemos cuidar especialmente. Es importante mantener una rutina en la revi-
sión y puesta a punto periódicas del material que lo compone, procurando: man-
tener el máximo orden y limpieza; desechando y reemplazando la medicación y
material caducados, así como reponiendo los que se hayan utilizado; probar el
59
Especialización en cuidados intensivos
PREPARACIÓN
FÁRMACO PARA LA ADMI- DOSIS
NISTRACIÓN
60
Resucitación cardiopulmonar
FV o TVSP
Golpe precordial
Desfibrilación, 2 J/kg
Desfibrilación, 2 J/kg
Desfibrilación, 4 J/kg
Ventilar-intubar
Oxígeno al 100%
RCP: 1 min
Desfibrilación, 4 J/kg
Adrenalina: 0,1 mg/kg Desfibrilación, 4 J/kg
Desfibrilación, 4 J/kg
Descartar:
Hipotermia
Intoxicaciones
Alteraciones electrolíticas
Tabla 2.11 Protocolo específico para el tratamiento de FV y TVSP en pediatría. Valorar después de
tres ciclos el empleo de bicarbonato (1 mEq/Kg) y lidocaína (1 mg/kg).
61
Especialización en cuidados intensivos
62
Resucitación cardiopulmonar
- Fonendoscopio.
- Esfigmomanómetro.
- Cánulas iv con catéter externo a la aguja: nº 14, 16, 18 y 20.
- Agujas de tipo mariposa: nº 16, 19, 21 y 23.
- Agujas im desechables.
- Agujas iv desechables.
- Jeringas desechables de 1, 5, 10 y 20 ml.
- Jeringas de cristal de 10 ml.
- Catéter de 71 cm de longitud (14 G), para punción percutánea de vena
antecubital.
- Catéteres para punción percutánea de vena central: calibre (1,5 × 2) (1,2
× 1,7).
- Sistemas de goteo normal y microgoteo.
- Llaves de tres pasos.
- Compresores venosos elásticos.
- Guantes de goma estériles: nº 6,5; 7; 7,5 y 8.
- Paños verdes estériles.
- Gasas estériles. Compresas de 10 × 10 cm.
- Esparadrapo de tela.
- Caja con instrumental de sutura, seda atraumática con aguja recta (nº 0 y
1), para sujeción de catéteres.
c) Farmacia.
Medicación:
- Adenosina: viales de 10 mg de ATP/ml.
- Adrenalina: ampollas de 1 mg/ml.
- Amiodarona: ampollas de 150 mg.
- Anestésico local: mepivacaína o lidocaína al 1%.
- Atracurio besilato: ampollas de 25 mg/2,5 ml.
- Atropina: ampollas de 1 mg/ml.
- Bicarbonato 1 M: ampollas de 10 ml.
- Diazepam: ampollas de 10 mg.
- Dopamina: ampollas de 200 mg.
- Dobutamina: viales de 250 mg.
- Glucosa al 50%: ampollas de 20 ml.
- Isoproterenol: ampollas de 0,2 mg.
- Lidocaína al 1 y 5%: ampollas de 10 ml.
- Naloxona: ampollas de 0,4 mg.
63
Especialización en cuidados intensivos
64
Resucitación cardiopulmonar
BIBLIOGRAFÍA
Rippe, J.; Csete, M. Manual de cuidados intensivos. Salvat Editores, 1986,
Mallorca.
Martín, S.; Gómez Rubí. Avances en Medicina Intensiva. Editorial Médica
Panamericana, 1999, Madrid.
Owens Burell, L.; Burrell, Z. Cuidados intensivos. 2ª ed. Interamerica-
na, 1976.
Boggs, L.; Wooldridge-King. Terapia intensiva. 3ª ed. Editorial Médica
Panamericana, 1995, Buenos Aires.
Ruano, M.; Perales, N. Comité Español de RCP. Manual de Soporte Vital
Avanzado. Masson. 2012.
O. Potter, D.; B. Rose, M. Urgencias en Enfermería, vol. I y II. Interamerica-
na, McGraw-Hill, 1988, Madrid.
Dubin. Introducción a la electrocardiografía. Springer-Verlag Ibérica, 1993.
Rué Monné, M. Utilización de los modelos probabilísticos de mortalidad
(MPM II) para evaluar la efectividad de la atención a pacientes en estado crítico.
Medicina Clínica, vol. 106, nº 15, 1996: 565-570.
Barrango Ruíz, F. Parada cardiaca resucitada y espasmo coronario. Medici-
na Intensiva, vol. 20, nº 4, 1996: 221-224.
Guerrero Sanz, J.E. La Medicina Intensiva en la atención urgente. Reco-
mendaciones de la Comisión de Emergencias de la Sociedad Española de Me-
dicina Intensiva y Unidades Coronarias. Medicina Intensiva, vol. 21, nº 6, 1997:
236-240.
Gutiérrez Rodríguez, J. Recomendaciones de Resucitación Cardiopul-
monar: American Heart Association frente a European Resuscitation Council.
2011
Nolan J., Soar J. et al. Guías para la resucitación 2010 del Consejo Europeo de
Resucitación (ERC).
Hazinski M. F. Aspectos destacados de las guías de la American Heart Asso-
ciation en 2010 para RCP y ACE.
López-Herce J, Del Castillo J, Matamoros M, Cañadas S,
Rodríguez-Calvo A, Cecchetti C, Rodríguez-Núñez A, Álva-
rez AC; Iberoamerican Pediatric Cardiac Arrest Study Network RIBEPCI. Fac-
tors associated with mortality in pediatric in-hospital cardiac arrest: a prospective
multicenter multinational observational study. Intensive Care Med. 2013; 39:
309-18.
65
Atkins DL, Stewart SE, Sears GK, Daya M, Osmond MH, Warden
CR, et al. Epidemiology and Outcomes From Out of-Hospital Cardiac Arrest in
Children. The Resuscitation Outcomes Consortium Epistry–Cardiac Arrest. Cir-
culation. 2009; 119: 1484-91.
Biarent D, Bingham R, Eich C, López-Herce J, Maconochie I,
Rodríguez-Núñez A, Rajka T, Zideman D. European Resuscitation
Council Guidelines for Resuscitation 2010 Section 6. Paediatric life support.
Resuscitation. 2010; 81: 1364-88.
Berg MD, Schexnayder SM, Chameides L, Terry M, Donoghue
A, Hickey RW, Berg RA, Sutton RM, Hazinski MF. Part 13: pediatric
basic life support: 2010 American Heart Association Guidelines for Cardiopul-
monary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Circulation. 2010;
122: S862-S875.
JJM Suso. Reanimación cardiopulmonar básica en pediatría. Pediatría Integral,
2014.
Accesos vasculares
CAPÍTULO III
ACCESOS VASCULARES
Ramón Sánchez Manzanera y Mª Isabel Pulido Pareja
1. INTRODUCCIÓN.
La canalización de la luz de un vaso es una de las técnicas más comunes den-
tro del ámbito de la asistencia sanitaria, tanto de pacientes críticos como no críticos.
En los últimos 20 años se han visto muy difundidas todo este conjunto de técnicas
debido fundamentalmente a 4 áreas de trabajo: hemodiálisis, cuidados críticos, so-
porte nutricional y oncología. Son técnicas que se realizan en UCI, en un servicio
de hospitalización, etc. muy comunes y que se practican muchas veces sin valorar
la importancia de nuestra actuación, de ahí que sea preciso el conocimiento de la
anatomía de la zona, de la técnica, así como de los materiales necesarios.
A todo lo anterior debemos unir las mejoras producidas en lo referente a
materiales utilizados para este tipo de prácticas. Los catéteres usados inicialmen-
te estaban fabricados con polietileno, polivinilo o nylon, que mantenían un buen
grado de rigidez pero han resultado ser muy trombogénicos. En la actualidad,
los más usados son lo compuestos por fluorocarbonos como son el teflón TFE
(tetrafluoroetileno) y teflón FEP (polímero de hexafluoropropileno y tetrafluo-
roetileno), de escasa capacidad trombogénica. En esta línea, los elastómeros de
silicona son nulos en cuanto a capacidad de producir trombos, pero su excesiva
flexibilidad supone un inconveniente para su introducción.
Como todo método invasivo, supone una alteración de las barreras del
paciente/usuario, con lo que la asepsia debe ser extremada, incluyendo el ma-
terial de trabajo, el campo de trabajo y la higiene del operador y de la técnica al
realizar la punción.
67
Especialización en cuidados intensivos
68
Accesos vasculares
69
Especialización en cuidados intensivos
de disolvente (el líquido donde van dispersos todos los elementos) desde la más
diluida a la más concentrada. Esto repercute sobre el glóbulo rojo provocando
un fenómeno que se denomina plasmólisis. Se crea una salida de fluido desde el
interior de la célula hacia el medio exterior, con lo que se deseca y rompe.
70
Accesos vasculares
71
Especialización en cuidados intensivos
tricciones y sin el riesgo de que el diámetro del vasocatéter nos limite el flujo por
colapso. Canalizaremos venas de grosor adecuado para poder usar vías gruesas.
Recuerda que el flujo de una vía va en función de su longitud y de su
diámetro. A continuación recogemos en la tabla 3.1 varios tipos de cánulas para
administración de fármacos y fluidoterapia, su composición y su velocidad de
flujo. En la tabla 3.2 aparecen recogidos los diámetros de los distintos tamaños
de los vasocatéteres.
TABLA 3.1. MATERIAL
TIPO MATERIAL DIÁMETRO FLUJO
25 G 0.51 mm
24 G 0.56 mm
23 G 0.63 mm
22 G 0.71 mm
21 G 0.81 mm
20 G 0.89 mm
19 G 1.10 mm
18 G 1.24 mm
17 G 1.47 mm
16 G 1.65 mm
15 G 1.83 mm
14 G 2.11 mm
2.5. Sistemas de perfusión.
Son los tubos que van a poner en contacto la solución endovenosa con el
interior del organismo atravesando la integridad cutánea a través del catéter. Los
equipos de perfusión, conocidos vulgarmente como sistemas de goteo, constan de
los siguientes elementos:
72
Accesos vasculares
73
Especialización en cuidados intensivos
74
Accesos vasculares
75
Especialización en cuidados intensivos
3. TÉCNICAS DE ACCESO.
Antes de tratar de lleno los distintos tipos de catéteres comentaremos algu-
nas recomendaciones para conseguir una técnica mucho más depurada y, una vez
76
Accesos vasculares
77
Especialización en cuidados intensivos
3.1. Angiocatéteres.
Denominamos angiocatéteres a toda cánula que se inserta montada sobre
un fiador o aguja rígida. Es decir, el catéter se encuentra en el exterior del dispo-
sitivo y en su interior encontramos una guía rígida que es la que realiza la perfora-
ción de la vena o arteria. Son los que utilizamos normalmente en la práctica diaria
por su comodidad y su gran variabilidad de tamaños y calibres.
Se encuentran codificados por su longitud y calibre. En el día a día los
conocemos por los colores que tienen en el cono de unión con el sistema de go-
teo. En función del calibre podemos conseguir un flujo máximo de líquido. Así,
encontramos los siguientes tamaños:
24G 22G 20G 18G 16G 14G
Amarillo Azul Rosa Verde Gris Naranja
3.2. Introcatéteres.
Son los catéteres que se insertan a través de una aguja. Primero se punciona
con una guía o fiador y después se introduce el catéter a través de ella en el inte-
rior del vaso. Son muy útiles para canalizaciones de grandes vasos y obtención
de accesos vasculares centrales desde miembros. Requieren el disponer de una
buena vena para poder canalizarlas puesto que, normalmente la guía suele tener
un calibre de 2.1 x 50 (naranja), con lo que en vasos pequeños es imposible usar-
lo por el riesgo de sección. Son muy útiles para la administración de soluciones
irritantes y la obtención de datos como la presión venosa central y otros.
78
Accesos vasculares
4. TIPOS DE VÍAS.
4.1. Canalizaciones venosas.
4.1.1. Canalizaciones venosas periféricas.
La vía de elección inicial son las periféricas por las facilidades que nos apor-
tan como son accesibilidad por su superficialidad, inocuidad, sencillez de manejo
de todo el sistema, podemos administrar grandes volúmenes (en función del calibre
seleccionado), posibilidad de canalizar vasos centrales a través de una periférica.
Las venas a elegir son en primera instancia:
a. Venas dorsales de la mano (carpo y metacarpo).
- Las mas distales, como son las de la mano.
- No debemos usar las del brazo dominante del individuo (si es posi-
ble).
- Deberemos evitar las zonas de flexión.
- Evitaremos las de las piernas por su lenta circulación y el riesgo de
flebitis,
- No las que ya hallan sido pinchadas o puncionadas anteriormente.
- Tienen el inconveniente de que pueden ocluir el catéter como conse-
cuencia de la movilidad de la muñeca.
- Son fáciles de localizar por el escaso tejido subcutáneo de la zona que
permite la rápida palpación así como fijación.
b. Vena cefálicas.
- Permiten la canalización de un catéter mayor por el amplio diámetro
de la vena.
- Aguantan mejor las soluciones irritantes por su grosor.
- Si el catéter es muy largo podemos encontrar acodaduras y curvaturas
en la vena en su ascensión por el antebrazo.
c. Vena basílica.
- Suelen ser más rectas que las cefálicas con lo que permiten la in-
troducción de catéteres más largos sin tener que preocuparnos por las
curvaturas.
79
Especialización en cuidados intensivos
80
Especialización en cuidados intensivos
Otros profesionales prefieren fijar la vena colocando a ambos lados de esta los
dedos índice y pulgar y realizando la tracción hacia los lados de manera que el
vaso queda capturado entre las presiones divergentes.
e. Puncione la vena sujetando con los dedos pulgar e índice de la mano
dominante la cámara de aire:
• Método directo: Se realiza la punción con un ángulo de 30-45º directa-
mente sobre la vena.
• Método indirecto: La punción se realiza lateralmente a la posición de la
vena. Puncionamos por el lateral y luego canalizamos la vena.
f. Bajamos la aguja hasta colocarla al nivel de la vena.
g. Cuando obtenemos un reflujo de sangre abundante en la cámara de aire,
introducimos el catéter.
82
Accesos vasculares
81
Accesos vasculares
que estén hechos los catéteres podemos espaciarlas mas o menos. El teflón y el
vialón deben cambiarse cada 48-72 horas. Los de aquavene pueden estar colo-
cados largos periodos de tiempo. Debe cambiarse de vena siempre que aparezca
enrojecimiento, edema, sensibilidad, infiltración o molestias por parte del pacien-
te en el miembro.
4.1.2. Canalizaciones venosas centrales periféricas.
Lo catéteres venosos centrales colocados desde una vena periférica son
83
Especialización en cuidados intensivos
una alternativa a los catéteres centrales insertados en grandes vasos. Los catéte-
res suelen ser introducidos a través de las venas basílica y cefálica. Suele ser una
técnica compleja puesto que tenemos que recorrer con el tubo el trayecto de la
vena de acceso hasta alcanzar la desembocadura hasta un vaso de mayor calibre,
que suele estar a nivel axilar (subclavia).
Normalmente los conocemos como DRUMs o tambores en su traducción
literal, por el dispositivo de despliegue en el que se encuentran enrollados para
una vez insertado el fiador, ir deslizándolos.
Los pasos para la canalización de un DRUM son:
84
Accesos vasculares
cerlo despacio pues al tirar de ella podemos provocar cierta retracción en el vaso.
Aspiramos sangre para comprobar la correcta colocación del equipo.
85
Especialización en cuidados intensivos
86
Accesos vasculares
87
Especialización en cuidados intensivos
mos obtener reflujo de sangre. Si no, retirar la aguja aspirando hasta conseguir
reflujo. Si extraemos la aguja y no hemos obtenido muestras de sangre, debere-
mos reorientar la aguja.
Al obtener la muestra de sangre, desmontamos la jeringa y taponamos el
cono para evitar una embolia gaseosa (a través de una aguja de 14 y con una dife-
rencia de presión de 5 cm de agua, conseguimos un flujo de aire de 100 ml/seg).
f. Mediante la técnica de Seldinger, metemos la guía (alambre en J), con
la punta dirigida hacia el corazón. No debemos encontrar resistencia alguna. La
aguja debe permanecer en la misma posición.
g. Una vez que ha pasado el alambre, retiramos la aguja, manteniendo
sujeto en todo momento la guía. Con la ayuda de un bisturí aumentamos la pun-
ción.
h. Introducimos un dilatador montándolo sobre la J para aumentar el espa-
cio única y exclusivamente en los espacios subcutáneos. No debemos llegar a la
vena por el riesgo de desgarro.
i. Retiramos el dilatador, montamos el catéter sobre la guía y lo introduci-
mos (15 cm en el lado derecho y 18 en el izquierdo).
j. Extracción de la guía, aspiración para comprobar la correcta ubicación,
sutura con seda a la piel y oclusión con apósito.
k. Radiografía de tórax para comprobar la colocación del catéter.
Complicaciones:
- Punción arterial. Retirada y compresión de la zona 5 min. Control por la
posibilidad de hemotórax.
- Embolia gaseosa. Intentar aspirar el aire con la jeringa, Trendelemburg
para conseguir atrapar el aire en el ventrículo derecho. Control con Rx.
- Neumotórax. Vaciado mediante la extracción con aguja del 16 en el 2º
espacio intercostal, en la línea media clavicular. Si es <10%, oxígeno al
100% y Rx cada 4 horas. Si es >10%, toracostomía con tubo.
- Arritmias. Se producen por la presencia de alambres y catéteres en la
aurícula y ventrículo derecho. Se resuelven retirándolos.
4.1.3.2. Canalización de la vena yugular interna.
La yugular interna emerge de la base del cráneo a través del foramen yugu-
lar y se dirige hacia el borde interno de la clavícula para unirse con la vena sub-
clavia por detrás del extremo esternal de la clavícula formando el tronco venoso
braquiocefálico. Recoge la sangre del cerebro, cuello y partes superficiales de la
cara. Su recorrido se encuadra entre dos fascículos del esternocleidomastoideo
en posición posterolateral con respecto a la carótida interna. Los dos fascículos
88
Accesos vasculares
89
Especialización en cuidados intensivos
seosa.
h. Técnica de Seldinger. Introducimos el alambre de J con la punta en
dirección medial, hacia el corazón. No debemos encontrar resistencia alguna, o
debe ser mínima.
i. Retiramos la aguja y aumentamos el orificio de punción con un bisturí
estéril.
j. Utilizando la guía del alambre de J, introducimos el catéter central (9 cm
en la derecha y 12 en la izquierda).
k. Retirada de alambre, comprobación del correcto flujo de sangre y sutura
del catéter a la piel. Oclusión estéril.
l. Inicio de la venoclisis lenta y se practica una Rx de tórax para comprobar
la correcta ubicación del sistema.
Técnica de acceso posterior.
a. Palpamos el borde lateral del ECM.
b. Delimitación y tallaje de la zona estéril.
c. Anestesia con lidocaína 1% la zona ubicada 0.5 cm por encima del cruce
entre el ECM y la yugular interna. Pinchamos aspirando para evitar punciones
accidentales por superficialidad del vaso.
d. Inserción de una aguja de calibre 25 desde el punto situado en sentido
dorsal con respecto al ECM en dirección anteriocaudal hacia la incisura yugular
del esternón aspirando en todo momento para detectar el momento exacto donde
puncionamos la vena.
e. El resto de los pasos es similar al acceso medio. Debemos limitarnos a
proceder a partir del punto g.
4.1.3.3. Canalización de la vena femoral.
La vena femoral se encuentra dentro de la vaina femoral y nosotros vamos
a realizar el acceso a través del denominado triángulo de Scarpa. Localizada
inmediatamente por debajo del ligamento inguinal, cruza el punto medio de la
línea que une la sínfisis púbica con la cresta ilíaca anterosuperior. Para palparla,
debemos localizar el latido femoral, con un dedo, y justamente medial al latido,
se encuentra la vena.
Técnica.
a. Rasurado, desinfección y delimitación de la zona.
b. Palpación de la arteria femoral y localización de la vena femoral.
c. Anestesia de la zona en sentido caudal (1 cm) y lateral (1 cm).
d. Punción de la zona con una aguja de 18 conectada a una jeringa de 5
cc. Avanzamos en sentido craneal con un ángulo de 45º en dirección paralela al
90
Accesos vasculares
pulso.
e. Al obtener un buen reflujo de sangre, desmontamos la aguja, taponamos
el cono con el dedo e introducimos el alambre de J con la punta en sentido medial
(hacia el corazón).
f. Retirada de la aguja y mantenimiento durante todo el tiempo fijo el alam-
bre para evitar desplazamientos. Ampliamos el orificio con un bisturí estéril.
g. Introducción del dilatador utilizando el alambre de J como guía. Debe-
91
Especialización en cuidados intensivos
92
Accesos vasculares
93
Especialización en cuidados intensivos
94
Accesos vasculares
95
Especialización en cuidados intensivos
96
Accesos vasculares
BIBLIOGRAFÍA
97
Especialización en cuidados intensivos
98
Monitorización del paciente crítico
CAPÍTULO IV
MONITORIZACIÓN DEL PACIENTE CRÍTICO
Ramón Sánchez Manzanera y Catalina Belmonte Cáceres
1. INTRODUCCIÓN.
En un servicio tan especial como lo es el de cuidados intensivos, el tener
estabilizados a los pacientes es la actividad básica a la que se orientan todos nues-
tros esfuerzos. Para poder evaluar la estabilidad relativa de los pacientes necesi-
tamos una serie de técnicas, procedimientos y aparataje que nos den información
sobre las características internas del individuo para poder evaluar la eficacia de
nuestros cuidados y la efectividad de nuestras intervenciones.
99
Especialización en cuidados intensivos
2. MONITORIZACIÓN HEMODINÁMICA.
2.1. Presión arterial sistémica.
Es la presión o fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales,
como consecuencia del empuje que sufre el fluido por la contracción aurículo-
ventricular y que tiene como objeto físico el desplazamiento de éste por todo el
organismo a través de las conducciones que son las arterias. Así se asegura una
correcta respiración celular así como una nutrición correcta de los órganos.
Es una constante que nos aporta una gran cantidad de información acerca
del estado general del organismo a nivel sistémico. Y dada su facilidad de ob-
tención de datos se convierte en una norma técnica mínima a la hora de hacer la
valoración de un paciente.
La unidad de medida de la PA es el milímetro de mercurio (mmHg).
La PA aparece desglosada en dos parámetros o cifras, la sistólica (vulgar-
mente, la máxima) y la diastólica (la mínima).
- La sistólica es la presión ejercida contra la paredes arteriales por la sangre
como consecuencia de la sístole o contracción ventricular. En un adulto joven y
sano las cifras suelen rondar entre 120 – 140 mmHg.
- La diastólica es la presión remanente que queda durante la fase de relaja-
ción ventricular (diástole). Como norma general se acepta que la presión sistólica
se puede calcular con la siguiente fórmula: 1/2 +1 de la presión sistólica.
Los valores normales son personales para cada persona de manera que so-
bre las cifras que se consideran normales solo se pueden dar cifras aproximativas.
Así dependiendo de los valores podemos hablar de normotensión, hipotensión o
hipertensión.
Hipertensión arterial (HTA).
Constituye la enfermedad crónica más frecuente de la humanidad y ad-
quiere importancia porque a mayores cifras de PA se producen exacerbaciones
de otros cuadros clínicos con aumento de la morbilidad y mortalidad tienen los
individuos afectados. Podría definirse como el aumento crónico de la presión
arterial sistólica o diastólica.
Hipotensión arterial.
Constituye el caso contrario a la HTA: Disminución de los valores de la
tensión arterial sistólica y diastólica. Suelen aceptarse valores inferiores a 120 de
100
Monitorización del paciente crítico
TAS y menores a 80 de TAD (si bien estos valores son muy variables por carac-
terísticas que veremos a continuación).
Categoría Sistólica Diastólica
101
Especialización en cuidados intensivos
102
Monitorización del paciente crítico
Toma de la PA.
A la hora de realizar la medición de la PA podemos hacerla por dos méto-
dos: A través de los esfignomanómetros de presión (método indirecto) y mediante
transductores de catéter intravascular (método directo).
a. Directa o invasiva.
Está indicadas en casos de emergencias hipertensivas o shock, ya que la
variación de la PA por debajo de valores de 90 mmHg es difícil de captarlas por
métodos no invasivos. La técnica requiere la canalización de una arteria. Como se
ha visto en el capítulo de canalizaciones, la arteria de elección es la radial por su
accesibilidad y sus limitadas complicaciones. La femoral puede ser utilizada en
situaciones de bajo gasto cardiaco, no presentando en este cuadro complicaciones
importantes.
Previa determinación que la circulación arterial colateral es correcta (ma-
niobra de Allen con relleno inferior a 15 segundos), se procede a la canulación
de la arteria. Una vez canalizada se conecta a un sistema que incluye un conector
proximal, llave de triple acceso para obtención de muestras, conector largo hasta
el dispositivo de lavado y transductor. El dispositivo de lavado contínuo proce-
dente de un suero con una presión constante de 300 mmHg que permite un flujo a
través de un capilar contínuo de 3 ml/h, que no altera la cifras monitorizadas.
Cuanto más distal sea un catéter con respecto a la aorta, mayor será el va-
lor de la sistólica como consecuencia del efecto amplificador del sistema arterial
durante la sístole (magnificación).
Podemos diversos fallos en las determinaciones por:
- Amortiguación de la onda como consecuencia de que la punta del catéter
está obstruida por un coágulo.
- Lecturas anormales. Nivel de transductor alterado. Magnificación.
- Presión amortiguada que mejora con el lavado: presencia de aire.
- Tubos distensibles que absorben la pulsación de la onda; incorrecto mon-
taje de la onda; escala inadecuada.
b. Indirecta (esfignomanómetro).
Debemos utilizar los dispositivos que hemos comentado en el apartado ante-
rior. Debemos tener una serie de precauciones para que las medidas sean fiables:
- El manguito debe mantenerse firmemente sujeto al brazo y debe ade-
cuarse al tamaño del brazo (adulto, pediátrico, de obesos...) normalmente
de 25-30 cm de largo por 12 de ancho, de tal forma que la bolsa hinchable
rodee completamente el brazo y cubra en dos terceras partes la longitud del
mismo, quedando a unos 2-5 cm de la flexura del codo.
103
Especialización en cuidados intensivos
Ruidos de Korotkoff.
Están producidos por el paso de sangre por el brazo comprimido.
FASE I. Ruidos claros y rítmicos, semejantes a un golpeteo. Sistólica.
FASE II. Se atenúan los ruidos de la fase I y se hacen más suaves.
FASE III. Aumentan la fuerza al aumentar el paso de sangre por aumento del diáme-
tro de la arteria
FASE IV. Los ruidos se apagan bruscamente, pero manteniendo un remanente. Nor-
malmente suele ser esta fase la indicativa de la mínima.
FASE V. Ausencia de ruidos por la desaparición de la resistencia del manguito. Dias-
tólica
- Si tuviéramos problemas para la determinación de la PA con el fonen-
doscopio podríamos recurrir a su determinación mediante el método de
palpación. Localizamos el pulso con los dedos de una mano (excepto el
pulgar) y con la otra inflamos el manguito. Comenzamos el descenso de la
presión palpando el pulso. En el momento que recobramos el pulso, hemos
determinado la sistólica. Nunca podremos determinar la diastólica por este
método.
104
Monitorización del paciente crítico
105
Especialización en cuidados intensivos
106
Monitorización del paciente crítico
2.2.2. Técnica.
El catéter se inserta mediante la técnica de Seldinger colocando al paciente
en decúbito supino en ligero Trendelemburg, con la cabeza ladeada hacia el lado
opuesto al de la vena elegida para su inserción.
Antes de insertar el catéter debemos purgar todos los sistemas, conectar
la luz distal a su transductor y calibrar este, comprobar el estado del balón de
enclavamiento.
Durante la introducción del catéter debemos tener al paciente monitoriza-
do para evaluar la progresión de la curva de presión que se van registrando en el
monitor al ir avanzando por las cámaras.
- La presión de la vena cava superior tiene un patrón venoso, y constituye
lo que comúnmente denominamos presión venosa central (PVC). Es la
medición de la presión dentro de la aurícula.
107
Especialización en cuidados intensivos
108
Monitorización del paciente crítico
109
Especialización en cuidados intensivos
110
Monitorización del paciente crítico
111
Especialización en cuidados intensivos
112
Monitorización del paciente crítico
113
Especialización en cuidados intensivos
114
Monitorización del paciente crítico
4. MONITORIZACIÓN RENAL.
La principal causa de la monitorización renal la constituye el fallo renal
que se produce en pacientes ingresados en UCI llegando a un 40%. El principal
objetivo de la monitorización es evaluar el correcto funcionamiento renal así
como el mantenimiento de la homeostasis interna.
Prerrenal Renal Postrrenal
Osm orina > 500 mOsm/l > 350 mOsm/l > 350 mOsm/l
115
Especialización en cuidados intensivos
116
Monitorización del paciente crítico
provoca pérdidas de sangre y supone una técnica mucho más cómoda para el pa-
ciente cuando este no tolera bien los cambios de volúmenes o electrolitos que se
producen de forma brusca. Los principales inconvenientes son el riesgo de peri-
tonitis al insertar el catéter quirúrgicamente. Otro problema a añadir es la pérdida
de proteínas en el dializado que suele ser de 1g/L. No requiere heparinización y
suele ser bastante costosa.
4.3. Monitorización y seguimiento de pacientes con enfermedad renal
crónica
Es necesario individualizar estos criterios generales. En cada revisión en
Atención Primaria se recomienda:
• Controlar la PA y ajustar el tratamiento. Objetivo de PA < 140/90 mmHg.
En pacientes con proteinuria (CAC > 300 mg/g), se recomiendan cifras
próximas a 130/80 mmHg. En pacientes de edad avanzada esta medida será
objeto de una prudente y cuidada individualización33. Evitar hipotensiones
en pacientes de edad avanzada y enfermedad ateromatosa importante.
• Vigilar presencia de anemia: si ERC 3-5 y Hb < 10,5 g/dl (una vez des-
cartada ferropenia: IST > 20 % y ferritina > 100 ng/ml), estimar remisión o
adelantarla en Nefrología para valorar tratamiento con factores estimulan-
tes de la eritropoyesis.
• Revisar la medicación, ajustando la dosis según el FG. En ERC 3-5, evitar
la utilización de AINE, antidiabéticos orales de eliminación renal y contras-
tes yodados.
• Revisar los hábitos dietéticos, orientando al paciente sobre el tipo de dieta
que seguir según el FG:
- ERC 1-3: solo se recomienda dieta hiposódica en caso de HTA.
- ERC 4-5: recomendaciones dietéticas sobre sodio, fósforo y potasio.
• Analítica en cada revisión a partir de ERC 3* (en negrita, lo mínimo acon-
sejable):
- Hemograma.
- Bioquímica sanguínea: glucosa, creatinina, urea, Na, K, Ca, P, albú-
mina y colesterol. FG estimado mediante MDRD o CKD-EPI.
- Bioquímica urinaria (muestra simple de orina de primera hora de la
mañana): CAC.
- Sedimento de orina.
Se procurará compaginar las extracciones para no repetirlas. Se proporcio-
nará al paciente un informe o, en su defecto, copia de los análisis. Si las revisio-
nes en Nefrología se realizan mensualmente, no es necesario repetir los análisis
en Atención Primaria.
117
Especialización en cuidados intensivos
5. MONITORIZACIÓN NEUROLÓGICA.
5.1. Presión intracraneal.
Es el resultado de la conjunción de los tres elementos que se encierran en
el interior de la caja craneana: Masa encefálica, líquido cefalorraquídeo y sangre
circulante. Cuando se produce alguna alteración en el tamaño, volumen, elimina-
ción o producción de alguno de estos elementos, pueden aparecer complicaciones
que pueden dar como resultado una urgencia vital. En condiciones normales el
valor de la PIC oscila atendiendo a influencias como son las variaciones de las
presiones torácicas producidas por los movimientos respiratorios y el pulso, pero
presentando una onda aplanada con pocas variaciones manteniéndose dentro de
los 5-10 mmHg. Cifras superiores 15 se consideran PIC a tener en cuenta.
Mediante la monitorización podremos determinar las presión continua-
mente, pero se puede establecer la curva de presiones para localizar las elevacio-
nes que se producen a lo largo del día y los estímulos que la provocan. Además
con la monitorización simultánea de la presión arterial media, se puede calcular
la presión de perfusión cerebral: TA media – PIC.
Normalmente son candidatos para la monitorización de la PIC todos los
pacientes que padezcan:
- Traumatismos craneoencefálicos severos.
- ACV por el riesgo de hemorragias cerebrales.
- Tumores cerebrales: por el aumento de la masa cerebral (descompensa-
ción entre uno de los tres elementos formes del interior de la caja craneal).
- Cuadros infecciosos del SNC.
- Encefalopatías y procesos anóxicos.
A la hora de monitorizar al paciente con aumento de la PIC tenemos las
siguientes opciones:
- Catéter intraventricular. Mediante un trócar se introduce un catéter que
se alberga directamente en los ventrículos cerebrales, principalmente en el
I o II. Su uso más frecuente es para conseguir evacuar los excesos de LCR
en el interior de la caja encefálica.
- Tornillo subaracnoideo. Se realiza una trepanación a la que se atornilla
un sensor de rosca que permite su anclaje a la cabeza. Este se encarga de
registrar el aumento de la presión al estar conectado a un transductor que
transmite los impulsos de presiones en ondas eléctricas que son calibradas
y cifradas por el monitor. Suele llevar una llave de tres pasos para conse-
118
Monitorización del paciente crítico
6. MONITORIZACIÓN RADIOLÓGICA.
6.1. Introducción a los rayos X.
Corría el siglo XIX, y más concretamente 1895, cuando el físico alemán
Wilhen Conrad Roentgen de forma accidental descubrió los rayos X (Rx), cuan-
do estudiaba los rayos catódicos en un tubo de descarga gaseosa de alto voltaje.
Cerca del aparato tenía una pantalla de platinocianuro de bario que emitía una
luz fluorescente cuando el tubo se ponía en marcha, como consecuencia de la
radiación invisible que es más penetrante que la UV. Así fueron bautizados estos
rayos, como rayos X, por su origen desconocido o rayos Roentgen en honor a su
descubridor.
119
Especialización en cuidados intensivos
120
Monitorización del paciente crítico
- Colimadores y detectores.
- Consola de control. Operador.
- Sección de alta tensión o generador.
El tubo de rayos es inaccesible para el técnico de rayos (TER) por estar
oculto por la carcasa protectora. Vamos a analizar los elementos, pero debemos
dejar claro que los elementos principales son las constituyentes del diodo (ánodo
y cátodo):
- Carcasa protectora. Es una envoltura forrada de plomo e ideada para
controlar la exposición excesiva, la descarga eléctrica... También propor-
ciona el soporte mecánico al tubo y lo protege de manipulaciones descui-
dadas. Está completamente tapado a excepción de una pequeña sección
que es la ventana por donde escapan los Rx, de no ser así saldrían dispara-
dos en todas direcciones irradiándolo todo. El haz emitido por la ventana
es la que se conoce como haz útil. El resto de la radiación se conoce como
radiación de fuga, que no contribuye al diagnóstico y supone una radiación
innecesaria del paciente y del TER.
- Envoltura de cristal. Los componentes del tubo se encuentran dentro de
una ampolla de cristal que está sometida a un vacío interior. El vidrio está
preparado para soportar elevadas temperaturas para así, entre el aguante de
muchos grados y el vacío, conseguir una producción mejor de Rx. Si el in-
terior de la ampolla estuviera lleno de gas se produciría una amortiguación
de la emisión de electrones como consecuencia del choque de éstos con los
átomos del fluido. La ventana tiene un espesor mucho más fino que el resto
de la ampolla para evitar la pérdida de electrones.
- Cátodo. Es la parte de carga negativa del diodo y está compuesto por:
• Filamento. Espiral metálica que emite electrones al ser calentado cuando
es atravesado por una corriente lo suficientemente intensa (4-5 amperios)
(provoca un desprendimiento de electrones como consecuencia del cese de
energía. Efecto termoiónico). Este filamento tiene un punto de fusión de
3410º C con lo que resulta muy difícil su rotura por el calor.
• Capa de enfoque. Es un refuerzo metálico del filamento que se encarga de
condensar el haz de electrones en un área pequeña del cátodo. Depende de
la corriente que circula por el filamento; tamaño y tipo de filamento.
En referencia al tipo de filamento debemos hablar de dos tipos. El de alta
resolución o filamento menor que se usa cuando requerimos imágenes de alta
resolución. El filamento mayor se asocia a técnicas que requieren emisiones muy
elevadas de calor. La selección de uno y otro suele hacerse mediante el selector
121
Especialización en cuidados intensivos
122
Monitorización del paciente crítico
absorbidos de distinta manera por los distintos materiales que componen nuestro
organismo. Los rayos encuentran hueso en su camino son fuertemente absorbidos
con lo que salen debilitados (atenuados) frente a los que han atravesado tejidos
blandos. Así, en función de la mayor o menor atenuación de los rayos vamos a
obtener una imagen formada por distintos niveles de iluminación y de sombras.
Casos especiales son aquellos estudios radiológicos en los que para con-
seguir una mayor diferenciación anatómica entre estructuras se introduce en ca-
vidades y sistemas diferentes sustancias radioopacas, es decir, que producen una
123
Especialización en cuidados intensivos
124
Monitorización del paciente crítico
125
Especialización en cuidados intensivos
126
BIBLIOGRAFÍA.
128
Ventilación mecánica en el paciente crítico
CAPÍTULO V
VENTILACIÓN MECÁNICA EN EL PACIENTE CRÍTICO
Ramón Sánchez Manzanera
129
Especialización en cuidados intensivos
130
Presión de la vía aérea (Paw)
Para que el gas fluya debe haber un gradiente de presión positivo. Por
tanto, la respiración espontánea se debe a la presión negativa que generan los
alveolos con relación a la presión externa, ya sea atmosférica o de circuito.
Paw es la fuerza sobre una superficie requerida para desplazar un volumen
corriente, que depende de la distensibilidad y las resistencias. Hay cuatro tipos
de presiones:
Presión inspiratoria pico (Ppico/PiP): máxima presión obtenida en el perio-
do de inflación. Depende del flujo (vías respiratorias anatómicas y artificiales) y
la elasticidad en los pulmones y caja torácica.
Presión plato o meseta: es la presión inspiratoria que se produce al final de
periodo de meseta, antes del comienzo de exhalación.
Presión media de la vía aérea: promedio de la presión durante el ciclo ven-
tilatorio completo, sin resistencias inspiratorias ni espiratorias.
Presión al final de la espiración: presión ejercida al final de dicha fase. Nor-
malmente es igual a la presión atmosférica, cero, excepto en algunas condiciones
clínicas como favorecer el reclutamiento alveolar, que debe ser positiva.
Tipos de respiradores.
Encontramos varios tipos de respiradores: los podemos clasificar en fun-
ción del parámetro en que basen su funcionamiento:
- Volumétricos. Utilizan como principal estímulo para su funcionamiento el
gradiente de volumen o flujo que existe en las vías respiratorias. Son capa-
ces de mantener un volumen de flujo constante durante todo el ciclado y es
la variable que nosotros programamos según nuestros intereses. La presión
es una variable que depende de la resistencia de las vías respiratorias.
- Manométricos. La variable independiente es la presión que permite la
manipulación de esta para adaptarla a las necesidades fisiológicas del indi-
viduo. Mientras que en los de volumen el tope lo establece el volumen final
fijado, aquí es la presión final la que determina el final de la insuflación así
como el inicio de un nuevo ciclado. Aquí se incluyen los de presión negati-
va que tienen una utilizad nula dentro de la UCI. Son el pulmón de acero y
los ventiladores de coraza. Se cierran en torno al pecho del paciente y crean
un vacío que arrastra al pecho por succión. En desuso.
Estructura de un respirador.
Un respirador consta de las siguientes partes:
- Fuente de gas. Mezcla y crea la presión necesaria para alcanzar los pa-
rámetros prefijados. Exteriormente está conectado con la toma central de
oxígeno y de aire medicinal.
131
Especialización en cuidados intensivos
132
Ventilación mecánica en el paciente crítico
133
Especialización en cuidados intensivos
Una vez conectado el paciente debemos vigilar una serie de aspectos para
asegurarnos la correcta adecuación orgánica al respirador o la posible aparición
de complicaciones:
- Expansión de la caja torácica de manera simétrica y con el comienzo de
134
Ventilación mecánica en el paciente crítico
los ciclos.
- Existencia de lucha con el respirador por parte del paciente o adaptación
total.
- Ventilación en ambos campos pulmonares mediante la auscultación.
- Por los efectos de la presión positiva sobre el sistema cardiovascular de-
bemos controlar la TA y la diuresis como signos de perfusión periférica.
- Control pulxiosimétrico para valorar la saturación de oxígeno así como
las presiones parciales de CO2, de O2 y el pH.
- Control de las presiones que ejerce el respirador y el propio paciente:
Presión pico (un aumento de esta significa aumento de las resistencias por
parte del paciente, lucha, tapón mucoso, aumento de secreciones en la vía,
acodamientos...), presión pausa o meseta, espiratoria final...
ACMV.
Ventilación asistida controlada. Es una mezcla entre una ligera indepen-
dencia por parte del paciente y un modo de control absoluto por parte de la má-
quina. Ante los estímulos inspiratorios del paciente, el respirador suministra un
volumen prefijado. Pero si la frecuencia desciende de un valor determinado, se
pasa automáticamente a modo CMV. Suele ser un modo inicial de ventilación y
facilita la adaptación del paciente. Para imponer este tipo de ventilación tenemos
que sensibilizar al respirador para adecuarlo a los estímulos del paciente. De eso
se encarga el Trigger que detecta las variaciones en las presiones cuando estas
caen o cuando se producen variaciones en los flujos de las vías, que normalmente
se activa a un nivel de –0.5 o –1.5 cmH2O que está ligeramente por encima del
nivel de autodisparo.
IMV.
Ventilación mandatoria intermitente. El paciente respira espontáneamente,
y a intervalos regulares, el respirador anda respiraciones a presiones y flujos pre-
determinados. Cuando estas se hacen coincidir con las del paciente hablamos de
SIMV o ventilación mandatoria intermitente sincronizada. Es el método de elec-
ción para el destete, es decir cuando intentamos desconectar a un individuo del
respirador para que respire autónomamente. Se produce un aumento del índice
cardicaco como consecuencia de la disminución de las presiones intratorácicas,
aumenta el reflujo venoso y disminuye el barotrauma. El principal inconveniente
que presenta este tipo de ventilación que, en la actualidad aparece en todos los
respiradores, sobre todo en su forma sincronizada, es que si el paciente presenta
una respiración espontánea inadecuada se pueden dar lugar a complicaciones.
135
Especialización en cuidados intensivos
136
Ventilación mecánica en el paciente crítico
137
Especialización en cuidados intensivos
138
Ventilación mecánica en el paciente crítico
Baja presión en las vías. - Desconexión de las tubuladuras, filtros, sistemas de humi-
dificación interpuestos...
- Neumobalón del TOT con poca presión.
Elevada presión en las vías. - Presencia de obstáculos en las vías, tapones mucosos.
- Sedación insuficiente y el paciente está semidespierto y
lucha contra el respirador.
- Broncoespasmo.
139
Especialización en cuidados intensivos
140
Ventilación mecánica en el paciente crítico
parámetros del paciente, por lo que cualquier alteración por mínima que
sea puede desencadenar que salte la alarma.
4. Destete.
Por definición, entendemos el proceso de retirada de la VM que culmina
con la extubación y normalización del eje faringo-laringo-traqueal. Normalmente
para iniciar el destete deben darse una serie de condiciones como son mejoría
del estado del paciente, estabilidad hemocardiovascular, ausencia de septicemia o
de cuadros febriles, estabilidad psicológica, correcto equilibrio hidroelectrolítico.
Como criterios de destete tenemos: PaO2 mayor de 60 con FiO2 menor o igual a
0.45 y PEEP inferior a 10, volumen minuto menor de 10 L/min para PaCO2 de 40.
Contraindicaciones: FR >35 rpm durante más de 5 min, SatO2<90%,
FC>140 lpm o cambio sostenido en la FC de 20%, PA sistólica>180mmHg o
<90mmHg, aumento de la ansiedad o diaforesis.
Desconexión en respiración espontánea. A la hora de proceder a la desco-
nexión podemos optar por dos métodos: Tubo en T o CPAP.
Para aplicar el tubo en T se desconecta al paciente del respirador y se le
conecta el TT. Se debe vigilar la tolerancia de manera que si es total, se puede
extubar a las 4-5 horas. Si vemos que presenta cierto trabajo, mantenemos el TT
cierto tiempo y luego volvemos a conectar al respirador. Poco a poco vamos ha-
ciendo estos espacios más amplios hasta su tolerancia total.
Como ya hemos explicado en un apartado anterior, la CPAP tiene las ven-
tajas de la PEEP, pero sin su carácter invasivo.
En el caso de que el paciente esté todavía conectado al respirador por su
situación y se quiera intentar el destete se puede proceder a la implantación de la
SIMV. Suele usarse en pacientes que han estado sometidos a VM durante perio-
dos muy prolongados, porque haya estado sometido a una sedación excesiva o
por fallo de los otros métodos. Se produce un recorte en las respiraciones inicia-
141
Especialización en cuidados intensivos
les (al principio se igualan las respiraciones con las que mantenía en el modo de
CMV) a razón de 2 rpm cada 2 horas hasta total tolerancia del paciente. Si no se
adapta, se vuelven a subir 2. Otro método es el que se basa en las PS o presión de
soporte. Se comienza con una PS igual a la presión meseta en el modo de VM y
cada 2 horas se descienden 2 cmH2O, progresando cada 2 horas. Al llegar a 8 de
presión, se coloca el TT y si tolera se extuba tras 3 horas de respiración espontá-
nea.
142
Ventilación mecánica en el paciente crítico
Cricotiroidotomía quirúrgica.
La necesidad de conseguir una vía aérea se considera de urgencia en los
siguientes casos:
- Trauma orofacial extenso que impide realizar una laringoscopia.
143
Especialización en cuidados intensivos
146
Ventilación mecánica en el paciente crítico
147
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
148
Sedoanalgesia y relajación en U.C.I.
CAPÍTULO VI
SEDOANALGESIA Y RELAJACIÓN EN U.C.I.
Ramón Sánchez Manzanera
149
Especialización en cuidados intensivos
Benzodiacepinas.
Son las drogas más frecuentemente utilizadas para la sedación prolongada
dados sus efectos hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, capacidad para produ-
cir amnesia anterógrada y cierto efecto relajante muscular central. Según la vida
media, las benzodiacepinas se pueden clasificar como:
- De acción larga: Diacepam (ValiumR), clonacepam, nitracepam y clor-
diacepóxido.
- De acción intermedia: Loracepam, temacepam y oxacepam.
- De acción corta: Midazolam (DormicumR) y triazolam.
Ejercen su acción al unirse al receptor específico para las benzodiacepinas
existente en el SNC y que forma parte del receptor GABA.
Al igual que los opioides, las benzodiacepinas sufren metabolismo hepá-
tico y posteriormente eliminación renal de los metabolitos. En el hígado existen
dos vías metabólicas:
- Oxidación microsomal. Puede ser influenciada por factores exógenos
como fármacos, enfermedades concomitantes, edad. Produce metabolitos
activos que son inactivados por el proceso siguiente.
- Glucoronoconjugación. Una vez glucuronizados, los metabolitos son
eliminados por vía renal.
Al ser bastante lipofílicas, se distribuyen ampliamente por los tejidos y
atraviesan con facilidad la barrera hematoencefálica y la placenta. El loracepam
es el menos lipofílico de todas las benzodiacepinas. Se unen de forma importante
a las proteínas, de tal forma que alteraciones en las cifras de albúmina modifica-
rán la cantidad de fármaco libre y, por tanto, la actividad clínica.
A nivel general, podemos hablar de sus efectos a nivel de:
- SNC. Producen una depresión del SNC, disminuyendo el consumo me-
tabólico de O2 cerebral, produciendo un descenso adaptativo del flujo san-
guíneo cerebral y una disminución de la presión intracraneal. Estos efectos
son dosis dependientes hasta un cierto nivel en que se produce la saturación
de los receptores.
150
Sedoanalgesia y relajación en U.C.I.
Propofol
Es un hipnótico de corta duración, perteneciente a la familia de los alqui-
fenoles, con moderado efecto ansiolítico y amnésico. Al igual que las benzodia-
cepinas, no posee efectos analgésicos. Su efecto posiblemente se deba a la poten-
ciación de efectos gabaérgicos a través del canal cloruro, sin unirse directamente
al receptor GABA.
Se ha estimado que una dosis de 2.5 mg/kg peso produce una inducción
anestésica entre 22 y 125’’. Tras la administración de un bolo, los niveles sanguí-
neos de propofol disminuyen rápidamente debido a una rápida redistribución y
metabolización. Al ser altamente lipofílico difunde por encéfalo y tejidos, lo que
justifica su rapidez de acción. Por otro lado, propofol se metaboliza principalmen-
te conjugándose con el ácido glucurónico, formando metabolitos inactivos que se
excretan en orina. Su eliminación es tan rápida que se pensó en la existencia de
mecanismos extrahepáticos. Recientemente se ha demostrado que la extracción
pulmonar de propofol es muy importante, lo suficiente como para reducir la canti-
151
Especialización en cuidados intensivos
152
Sedoanalgesia y relajación en U.C.I.
Morfina.
Es el opiáceo más ampliamente utilizado. Es poco liposoluble, lo que im-
plica su retraso en alcanzar el pico de acción. Tras un bolo IV, el pico lo alcanza
a los 20 minutos, mientras que la duración del efecto es de 2-7 horas. Además,
al ser poco liposoluble tiene un volumen relativamente pequeño de distribución
y, por tanto, la duración de su mecanismo de acción va a depender más del me-
tabolismo hepático que de su redistribución por los tejidos periféricos. Tiene un
metabolismo hepático, y sus metabolitos, que tiene actividad farmacológica (el
metabolito morfina-6-glucurónido es veinte veces más potente que la morfina);
se eliminan por vía renal, por lo que hay que tener cuidado con pacientes en
fallo renal y/o hepático. Su uso en la clínica varía desde su empleo en pacientes
postquirúrgicos, donde la ruta de administración ideal sería la epidural/intratecal,
hasta el enfermo crítico, donde se empleará en forma de infusión IV continua a
ritmo de 1-4 mg/hora, precedida de un bolo de 2-10 mg o su empleo en el seno de
proporcionar analgesia en procedimientos realizados a pie de cama en UCI.
Además de sus efectos analgésicos, a dosis altas libera histamina, por lo
que puede producir broncoconstricción. Su efecto cardiovascular más importante
es la vasodilatación.
Fentanilo.
Compuesto semisintético. Es de 50 –100 veces más potente que la morfina
en cuanto a analgesia. Al ser más liposoluble, su inicio de acción es más rápido
(1-2 min). Alcanza el pico de acción máxima a los 5-10 min y su acción analgési-
ca es debida fundamentalmente a una mayor redistribución a través de los tejidos
mas que a su metabolismo hepático. El fentanilo no posee metabolitos activos, lo
que hace que sea un fármaco a tener en cuenta en caso de insuficiencia renal; sin
embargo no es aconsejable su uso en perfusión continua, al acumularse en los te-
jidos prolongándose de forma importante su vida media de eliminación. Presenta
menos efectos cardiovasculares que la morfina, al no liberar histamina; por tanto,
será útil en pacientes inestables o con hiperreactividad bronquial.
153
Especialización en cuidados intensivos
Alfentanil.
Opiáceo semisintético con una potencia 10-25 veces la de la morfina. Es
más liposoluble que el fentanilo y con mayor rapidez de acción. Se une en alta
proporción a las proteínas (92%). Tiene menor volumen de distribución que el
fentanilo, lo que justifica su mayor aclaración hepático y eliminación. No tiene
metabolitos activos. Las dosis habituales de inducción oscilan entre 10-20 mic/kg
y las de perfusión continua de 6-120 mic/hora. Tras una dosis IV su efecto anal-
gésico permanece de 15 a 30 min.
Analgesia epidural.
Permite una analgesia profunda, evitando efectos secundarios sistémicos
como por vía IV. La transmisión de la información nociceptiva aferente se puede
bloquear a nivel de la raíz nerviosa o la médula espinal con anestésicos locales, o
se puede disminuir la modulación mediante opioides que actúan sobre receptores
específicos en las astas posteriores de la médula.
- Anestésicos epidurales: La analgesia se debe proporcionar mediante un
goteo continuo de anestesicos locales. Es preferible usar bupivacaína para
administración continua, debido a la conservación relativa de la función
motora con este agente. La dosis inicial estándar es de 6-8 ml/h de bupi-
vacaína a 0.125% (sin adrenalina) administrada mediante una bomba. Para
actuar sobre la taquifilaxia se debe aumentar la velocidad de infusión de
forma moderada y la concentración. Las dosis máximas no deben exceder
de 1.5 mg/kg/h. Como efecto secundario puede aparecer hipotensión arte-
rial secundaria a bloqueo simpático.
- Opioides epidurales. La analgesia producida por la administración de
opioides puede ser denominada como analgesia espinal selectiva, en la
que la analgesia está producida por la modulación de las entrada nocicep-
tivas a nivel medular en ausencia de otros bloqueos sensoriales, motores o
simpáticos. Las mayores ventajas, por tanto, de este bloqueo nociceptivo
selectivo son la ausencia de parálisis, debilidad muscular y efectos hemo-
dinámicos, que se pueden asociar a la analgesia epidural producida por
anestésicos locales. La dosis más frecuentemente utilizada es de 1-10 mg
disueltos en 10 cc de SF a intervalos de 4-8 horas. La analgesia epidural
opioide produce una segura y efectiva analgesia, superior a las convencio-
nales técnicas analgésicas. Sin embargo, se asocia con potenciales efectos
secundarios y complicaciones: depresión respiratoria, está descrita una
depresión bifásica del control central de la ventilación; disminución de
154
Sedoanalgesia y relajación en U.C.I.
Clonidina.
Es un agonista de los receptores alfa-adrenérgicos, actuando de forma
específica sobre los alfa-2. Actúa a nivel central produciendo una disminución
de la eferencia simpática, responsable de su efecto sedante, ansiolítico e incluso
analgésico. Además de su acción sedante, la clonidina es usada en la clínica como
antihipertensivo con cierto grado de protección renal, al disminuir las resistencias
vasculares a dicho nivel. La clonidina se usa además en los estados de depri-
vación (opiáceos, alcohol, benzodiacepinas) al constituir como denominador
común en estos estados una activación de las neuronas noradrenérgicas. Por otro
lado, la clonidina puede emplearse en combinación con sedantes y se ha compro-
bado que desciende las necesidades de éstos y evita la aparición de cuadros de
deprivación.
Las dosis suelen ser mayores que las empleadas como antihipertensivo.
Produce como efectos secundarios: Cierto grado de hipotensión ortostática,
disminución de la frecuencia cardiaca, aunque no se ha objetivado ningún caso
de bradicardia sintomática, estando contraindicado, por consiguiente, su uso en
pacientes bradicárdicos o con trastornos de la conducción. Pero su efecto secun-
dario más serio es el derivado de la suspensión brusca de un tratamiento crónico
con clonidina provocando un síndrome específico de deprivación, el cual consiste
en taquicardia, hipertensión cefalea, insomnio y náuseas, debido a un aumento de
la actividad simpática. En los casos en que ocurra un síndrome de retirada se ha
demostrado útil el labetalol IV.
155
Especialización en cuidados intensivos
Barbitúricos. Thiopental.
Actualmente han dejado de utilizarse para la sedación continua por los
problemas que conlleva su administración prolongada: Depresión miocárdica,
inmunológica, inducción enzimática y suspensión. Su empleo se reduce a situa-
ciones donde sea preciso inducir coma farmacológico, como el estatus epiléptico y
elevaciones importantes de la PIC. En la actualidad se utiliza principalmente para
la inducción en la intubación endotraqueal en aquellos pacientes con estabilidad
hemodinámica. La dosis empleada es de 50 mg IV inicialmente como dosis de
prueba y posteriormente 3-5 mg/kg (en los ancianos se reduce la dosis al 50%).
Etomidato.
Es un hipnótico-sedante que en la actualidad se usa casi de forma exclusiva
como inductor anestésico para la intubación orotraqueal debido principalmente a
las siguientes ventajas: Rápido comienzo de acción con rápida recuperación de
sus efectos, no produce alteraciones hemodinámicas ni liberación de histamina.
Sin embargo, tiene una importante desventaja que hace que no se use en perfusión
continua por largos periodos de tiempo, y es que suprime la esteroidogénesis,
incluso se ha demostrado que tras un bolo único IV 0.2-0.5 mg/kg disminuye los
niveles de cortisol durante 6-8 horas.
Neurolépticos.
Pertenecen a la familia de las butirofenonas. Son antipsicóticos, aunque
tiene acción antiemética y antihistamínica. Potencian la acción de los analgési-
cos, sedantes y anestésicos. Aunque el mecanismo de acción no está aún del todo
claro, parece que actúan a nivel del SNC, antagonizando la acción de la dopamina
en los ganglios de la base fundamentalmente; de ahí que produzcan síntomas
extrapiramidales como efectos secundarios. Una vez que los síntomas extrapi-
ramidales están instaurados, la retirada de los neurolépticos suele ser suficiente
para revertir los síntomas.
El droperidol se usa asociado a los opiáceos como antiemético y ansiolíti-
co en dosis de 2.5-1 mg IV administrados aproximadamente 30 minutos antes de
un procedimiento invasivo.
Los niveles de haloperidol en LCR son 10 veces mayores que los plasmá-
ticos. Actúa, a nivel del SNC, inhibiendo los receptores de catecolaminas y ejerce
un efecto depresor a varios niveles: subcortical, mesencefálico y de troncoence-
fálico. Su uso está indicado en la deprivación alcohólica y en el paciente agitado.
Dependiendo del grado de agitación, la dosis inicial varía entre 1-10 mg IV y
pueden repetirse en 10 min.
156
Sedoanalgesia y relajación en U.C.I.
INDUCCIÓN MANTENIMIENTO
Fentanilo 0,02-0,15 mg
Bloqueantes neuromusculares.
Los paralizantes neuromusculares se usan ampliamente en UCI; para faci-
litar la intubación y para facilitar el manejo del paciente sometido a ventilotera-
pia. Para asegurar un uso adecuado del agente paralizante debemos conocer tanto
los riesgos como los beneficios de su uso, así como las características de cada fár-
maco y sus interacciones con otras drogas. Últimamente y sobre todo a raíz de las
nuevas técnicas de ventilación en el síndrome de distress respiratorio del adulto,
estamos ante un resurgimiento del empleo de los bloqueantes neuromusculares.
Los BNM actúan a través de su unión con el receptor colinérgico nicotínico
de la placa motora. Cuando el BNM se une de forma no competitiva produciendo
primero una contracción en el músculo (agónico colinérgico) y una relajación
después, hablamos de BNM despolarizantes. Cuando lo hace de forma competi-
tiva, inhibiendo la transmisión neuromuscular sin antes estimularla (antagonismo
colinérgico), hablamos de BNM no despolarizantes.
Despolarizantes.
La succinilcolina es el último agente de uso común. Sus características
más importantes son su rápido comienzo de acción y su corta duración. Su úni-
ca indicación en UCI es la intubación. Tras recibir una dosis de 1-1.5 mg/kg, el
paciente sufre parálisis completa a los 45-90’’, con una recuperación del 95 a
los 10-15 min. Es metabolizada por hidrólisis mediante la pseudocolinesterasa;
157
Especialización en cuidados intensivos
hay pacientes que poseen una pseudocolinesterasa atípica por lo que se prolonga
el efecto.1-5 horas. Como contraindicaciones para el uso de la succinilcolina
tenemos: hiperpotasemia, grandes quemados, trauma medular, lesiones por
aplastamiento, hipertermia maligna, lesiones de motoneurona superior (inferior y
distrofias musculares).
No despolarizantes.
Se dividen desde el punto de vista estructural en:
Compuestos esteroideos.
- Duración de acción intermedia: Vecuronium.
- Acción larga: Pipecuronium y pancuronium.
Benzylisoquinolinas.
- Acción corta: Mivacurium.
- Acción intermedia: Atracurium y cisatracurium.
- Acción larga: Doxacurium.
Son antagonistas competitivos. El efecto del bloqueante es revertido por
un fármaco anticolinesterásico: fisostigmina, neostigmina, edrofonium. Sin
embargo, hay que recordar que el bloqueante sigue estando presente; es decir,
la neostigmina no acelera su eliminación. A lo largo de la estancia en UCI, los
requerimientos del relajante pueden ir aumentando o disminuyendo, y esto va a
depender de varios factores: Cambios en el volumen de distribución, cambios en
la sensibilidad del relajante, inducción enzimática, cambios en el metabolismo/
excreción debido a la disfunción de los distintos órganos.
158
Sedoanalgesia y relajación en U.C.I.
159
Especialización en cuidados intensivos
Monitorización.
Cuando los BNM se utilizan de forma prolongada y rutinaria, la monito-
rización de sus efectos bloqueantes y su adecuada reversión se hace extremada-
mente importante, ya que factores como la variabilidad interindividual y determi-
nadas situaciones clínicas y farmacológicas que pueden interactuar con los BNM
pueden hacer impredecible la respuesta a estos bloqueantes. Por otro lado, con la
monitorización se evitará el uso de grandes dosis de BNM, lo que conlleva blo-
queo neuromuscular profundo y prolongado con acumulación de dichos fármacos
y sus metabolitos.
- Estimulación de un nervio periférico. Es el único método valorable para
monitorizar la función neuromuscular. Ha de ser un nervio accesible y se
medirá la respuesta evocada en el músculo esquelético por él inervado. El
más utilizado suele ser el cubital y se valora el efecto en el músculo aductor
del pulgar.
- Tren de los cuatro estímulos. De todos los patrones de estimulación existen-
tes, se considera el método más sensible y de mayor precisión. Consiste en
dar 4 estímulos a una frecuencia de 2 estímulos/seg, repetidos cada 10’’.
1ª dosis Dosis Infusión
BNM (mg/kg) sucesivas continua
(intubación) (mg/kg) (mg/kg/h)
Succinilcolina 1-1,5
160
Sedoanalgesia y relajación en U.C.I.
BIBLIOGRAFÍA
161
Especialización en cuidados intensivos
162
Paciente crítico cardíaco
CAPÍTULO VII
PACIENTE CRÍTICO CARDÍACO
Víctor Manuel Ros
ARRITMIAS
Se denomina arritmia o disrritmia cardiaca a aquellos trastornos en la
formación y/ o conducción de los impulsos cardiacos. En la mayor parte de los
casos suponen una alteración del ritmo sinusal.
La actitud a tomar ante una arritmia no se limita al trazado electrocardio-
gráfico, deberá realizarse también un antecedente detallado de la sintomatología
del paciente, antecedentes patológicos y farmacológicos (algunas arritmias son
la consecuencia de intoxicaciones medicamentosas), forma de presentación de la
sintomatología (episódica o recurrente), todo ello acompañándose de una detalla-
da exploración clínica (pulso, frecuencia, tensión arterial, etc.).
El tratamiento urgente de las arritmias dependerá fundamentalmente de las
manifestaciones clínicas, repercusión hemodinámica del enfermo y no solo de los
hallazgos obtenidos en la monitorización previa.
A. ARRITMIAS SUPRAVENTRICULARES
1. Bradicardia sinusal
163
Especialización en cuidados intensivos
3. Extrasístoles supraventriculares:
El extrasístole se define como un latido anticipado que procede de un foco
diferente al normal. En el caso de extrasístole supraventricular, el latido prema-
turo procede de la aurícula (extrasístole auricular) o del nodo AV (extrasístole
nodal):
a. Extrasístole auricular:
• Onda P prematura, diferente al ritmo basal.
• QRS siguiente normal.
• Posteriormente deja pausa compensadora.
b. Extrasístole nodal:
• No existe onda P antes del QRS adelantado.
• QRS siguiente normal.
• Pausa compensadora.
164
Paciente crítico cardíaco
5. Flutter auricular:
a. Ondas P sustituidas por ondas F, de morfología en dientes de sierra.
b. Frecuencia auricular de 300.
c. Conducción aurículo-ventricular suele ser de 2:1, con QRS estrecho.
d. El intervalo RR suele ser regular.
6. Fibrilación auricular
a. Ausencia de ondas P, reemplazadas por pequeñas ondas difíciles de vi-
sualizar.
b. Frecuencia auricular mayor de 400.
c. El intervalo RR es irregular.
d. La conducción auricular ventricular es variable.
B. ARRITMIAS VENTRICULARES
1. Ritmo idioventricular o ritmo de escape ventricular:
Es un ritmo de las células automáticas existentes en el ventrículo que se
pone en marcha cuando fallan los marcapasos de las zonas superiores. Se reco-
noce por:
a. Baja frecuencia: entre 20 y 40 l.p.m.
b. QRS ensanchado.
165
Especialización en cuidados intensivos
2. Extrasístoles ventriculares:
a. QRS adelantado al ritmo normal, y no va precedido de onda P.
b. QRS ancho, aberrante, distinto del QRS de base.
c. Posteriormente deja pausa compensadora.
3. Taquicardia ventricular:
a. Frecuencia rápida, más de 100 l.p.m.
b. Generalmente el RR es regular.
c. El QRS es ancho.
d. Ondas P no visibles.
e. Es una sucesión rápida de extrasístoles ventriculares y se considera
taquicardia ventricular cuando hay más de 3 extrasístoles ventriculares
seguidos.
4. Fibrilación ventricular:
a. Ritmo totalmente irregular.
b. Ondas P y complejo QRS no identificables.
c. Actividad caótica continua. No existe actividad mecánica del corazón,
hay múltiples focos ventriculares sin contracción efectiva.
C. BLOQUEOS DE CONDUCCIÓN
1. Bloqueos auriculoventriculares:
Se caracterizan porque el impulso sufre un retraso o interrupción a nivel
del nodo AV en su camino hacia el haz de Hiss. Hay tres tipos:
a. Bloqueo AV de primer grado: El intervalo PR dura más de 0´20 segun-
dos, es decir, 5 mm. sobre el trazo.
b. Bloqueo AV de segundo grado:
• Tipo Mobitz I: El intervalo PR aumenta progresivamente hasta que
una o más ondas P no se siguen de QRS.
• Tipo Mobitz II: El intervalo PR no aumenta progresivamente, sino que
166
Paciente crítico cardíaco
167
Especialización en cuidados intensivos
d. Alivio de la ansiedad
e. Suspensión de estímulos nocivos (por ejemplo, cafeína)
2. Terapias con medicamentos dirigidos a:
a. Incrementar la frecuencia cardiaca (atropina, epinefrina, isoproterenol,
marcapasos artificial)
b. Disminuir la frecuencia cardiaca (antiarrítmicos)
c. Supresión de la formación de impulsos ectópicos (antiarrítmicos)
d. Cardioversión, desfibrilación
3. Uso de estímulos eléctricos para suprimir la formación ectópica de impulsos o
para iniciar la formación de impulsos de una manera regulada.
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
DEFINICIÓN
La cardiopatía isquémica es la primera causa de mortalidad cardiovascular
en la mayor parte de los países occidentales. En España, según el INE, durante
el 2011 un total del 9% de muertes fueron por enfermedades isquémicas del co-
razón.
Afecta a los varones más que a las mujeres sobre todo en la edad media de
la vida o más tarde, aunque los procesos ateroescleróticos subyacentes se inician
mucho más precozmente.
FACTORES DE RIESGO
Los cuatro factores de riesgo más importantes son:
• Hábito de fumar
• Hipercolesterolemia
• Hipertensión arterial
• Diabetes
Junto a éstos coexisten otros como:
• Sedentarismo
• Obesidad
• Altos valores de triglicéridos en sangre
• Antecedentes familiares
• Estrés
• Alcohol
• Hipertrofia ventricular izquierda
• Anticonceptivos orales
• Altos niveles de fibrinógeno en sangre
168
Paciente crítico cardíaco
1. ANGINA DE PECHO
DEFINICIÓN
Síndrome clínico producido por la insuficiencia de flujo sanguíneo corona-
rio, debido al estrechamiento de las arterias coronarias, dando lugar a un desequi-
librio entre la demanda y el aporte de oxígeno, manifestado por crisis de dolor
retroesternal, con el esfuerzo.
CLASIFICACIÓN
1. Angina estable o angina de esfuerzo: El dolor, normalmente es subes-
ternal pero se puede originar en otras áreas, por ejemplo, en dedo meñique, en el
antebrazo, hombro, cuello, región interescapular y mandíbula. Este tipo de angina
está precipitada normalmente por actividades que incrementan el consumo de
169
Especialización en cuidados intensivos
170
Paciente crítico cardíaco
DIAGNÓSTICO
1. Valoración:
a. Datos subjetivos:
• Conocimiento que la persona tiene sobre el trastorno.
• Presencia de factores de riesgo.
• Percepción del dolor anginoso:
- Localización e irradiación a otros lugares, con mayor frecuencia
es subesternal o retroesternal, puede irradiarse a cuello, mandíbula,
brazo, espalda.
- Calidad del dolor, descrito como una sensación de opresión o pesa-
dez en el pecho, presión o torsión. La persona puede quejarse de ma-
lestar vago no describiéndose por lo general como un dolor agudo.
- Comienzo y duración, generalmente de breve duración, unos tres
minutos en reposo, si persiste más de media hora debe sospecharse
un infato agudo de miocardio.
- Factores precipitantes, a menudo un esfuerzo, exposición al calor,
frío extremos, estrés, alteraciones emocionales, o una comida co-
piosa.
- Síntomas asociados, aprensión, náuseas, diaforesis, pero no son
comunes.
- Factores de alivio, por lo general se alivia con reposo y/o nitrogli-
cerina.
b. Datos objetivos:
• Comportamiento del paciente: Presencia de diaforesis e inquietud.
• Cambios en los signos vitales: Aumento de la frecuencia cardiaca,
presión sanguínea y frecuencia respiratoria.
• Cambios en el ritmo cardiaco.
• Observar los patrones de los ataques de angina, prestando atención a
los cambios.
2. Alteraciones en el electrocardiograma: Se debe registrar durante la cri-
sis anginosa y entonces podrán observarse depresión del segmento ST e inversión
de la onda T como hallazgos característicos de la isquemia. La ausencia de cam-
bios en el ECG no excluye el diagnóstico de isquemia.
3. Otros medios diagnósticos posteriores:
• Monitor Holter.
• Angiografía coronaria.
• Ecocardiografía.
171
Especialización en cuidados intensivos
TRATAMIENTO
El principal tratamiento médico es farmacológico. Se prescriben medi-
camentos para dilatar las arterias coronarias y disminuir la carga de trabajo del
corazón.
Objetivos:
• Reducir la diferencia entre la demanda de oxígeno del miocardio y la
disponibilidad del mismo
• Disminuir el dolor
• Disminuir las resistencias vasculares coronarias
Los medicamentos incluyen los siguientes:
1. Nitritos (nitroglicerina, nitrito de amilo, isosorbide): Se administran
para dilatar las arterias coronarias y los vasos colaterales del corazón y
para dilatar los vasos periféricos, especialmente las venas.
2. Agentes bloqueadores beta-adrenérgicos (propanolol, nadolol, metro-
polol, atenolol y esmolol): Disminuyen las demandas de oxígeno durante
el ejercicio, mejoran el equilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno,
y disminuyen la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea. Los beta-blo-
queantes deben suspenderse gradualmente.
3. Bloqueadores de los canales de calcio (nifedipina, diltiacem, verapa-
milo): Disminuyen la frecuencia cardiaca y mejoran el aporte de oxígeno
debido a que dilatan las arterias coronarias.
Si existe angina, se administrará nitroglicerina sublingual: si no desapare-
ce el dolor, repetiremos la dosis después de cinco minutos y dos o tres veces más
a intervalos de cinco minutos cada uno.
Otras actividades incluyen:
• Monitorización para descartar la presencia de arritmias.
• Administración de oxígeno, según sea prescrito.
• Vigilar los efectos de las actividades diarias en el estado cardiaco, la apa-
172
Paciente crítico cardíaco
DIAGNÓSTICO
1. Valoración:
a. Datos subjetivos: El IAM puede equipararse con una isquemia irre-
versible del miocardio; por tanto, muchos de los signos y síntomas aso-
ciados son similares con los encontrados en la angina, generalmente,
más severos y de más larga duración. En un 15% de casos los síntomas
están ausentes, o no se notifican. La información que debe recogerse
incluye:
• Percepción que el paciente tiene del dolor:
- Localización e irradiación a otros lugares.
- Calidad del dolor: sensación aplastante u opresiva por lo general
más severa que la angina.
- Aparición y duración del dolor: la aparición puede ser súbita o
gradual durante unos minutos; la duración es mayor que la angina,
puede durar desde varios minutos hasta varias horas.
173
Especialización en cuidados intensivos
174
Paciente crítico cardíaco
175
Especialización en cuidados intensivos
TRATAMIENTO
El tratamiento del IAM incluiría los siguientes objetivos:
1. Promover la oxigenación de los tejidos (administración de oxígeno).
2. Aliviar el dolor (administración de drogas analgésicas como sulfato de
morfina).
Ambas medidas, oxigenación tisular y relajación por alivio del dolor redu-
cen la carga de trabajo del corazón.
3. Prevenir un mayor daño tisular (monitorización cardiaca para detectar
la presencia de arritmias). Dicha profilaxis deben recibirla todos los pa-
cientes cuya edad sea inferior a 70 años y tengan un curso clínico inferior
a 24 horas. También deben recibirla todos aquellos pacientes que vayan a
ser sometidos a tratamiento fibrinolítico.
Para llevar a cabo esta prevención utilizaremos la lidocaína, cuyo efecto irá
encaminado al aumento del umbral de fibrilación ventricular.
4. Disminución de la extensión del área infartada y del área isquémica en
riesgo. Esto se logrará mediante:
a. La reperfusión de la arteria coronaria obstruida. Para ser efectiva
debe llevarse a cabo dentro de las 3 a 5 horas después del inicio de los
síntomas.
b. La administración de agentes fibrinolíticos, bien de forma sistémica o
directamente en las arterias coronarias, activan mecanismos que disuel-
ven los coágulos sanguíneos existentes.
La estreptoquinasa, eminasa, uroquinasa y activador de plasminógeno
se utilizan a tales fines.
c. La angioplastia con láser, también puede promover la reperfusión,
actuando en forma local.
d. Los agentes bloqueadores α adrenérgicos restablecen el equilibrio
entre la demanda y el aporte de oxígeno al miocardio.
176
Paciente crítico cardíaco
INSUFICIENCIA CARDIACA
DEFINICIÓN
Es la incapacidad del corazón para mantener un volumen minuto adaptado
a las necesidades del organismo.
Esta situación es debida a un aumento de la demanda del organismo, o bien
por un fallo del corazón como bomba, siendo esto último lo más frecuente.
En la insuficiencia cardiaca por fallo del corazón, se reduce el volumen
minuto como consecuencia de una alteración en las fibras cardiacas que provoca
una disminución de la contractilidad.
La insuficiencia cardiaca puede ceñirse en el lado izquierdo o en el lado
derecho del corazón, o bien puede ser global que es lo más habitual. El corazón
actúa como una bomba integrada, por lo tanto habitualmente no se ve un modo
típico de insuficiencia cardiaca derecha o izquierda, si no que normalmente van
asociados.
CAUSAS
1. Disminución de la contractilidad miocárdica, por alteración de las fibras
miocárdicas: isquemia, inflamación o degeneración del miocardio.
2. Aumento de la postcarga: estenosis valvulares, hipertensión arterial, em-
bolismo pulmonar, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, etc.
3. Disminución de la precarga: taponamiento cardiaco…
4. Arritmias: taquicardias rápidas, bradicardias extremas, bloqueos, fibri-
lación auricular.
5. Alteraciones valvulares del corazón.
6. Dificultan la eyección: estenosis aórtica o bicuspídea y estenosis pulmo-
nar o tricuspídea.
7. Sobrecarga del ventrículo: insuficiencia aórtica o pulmonar.
MECANISMOS DE COMPENSACIÓN
Conforme se va desarrollando la insuficiencia cardiaca aparecen unos me-
canismos de compensación:
1. Dilatación del ventrículo, que pone en marcha el mecanismo de Frank-
Starling.
Cuando por el fallo de bomba, la expulsión ventricular disminuye, aumenta
el volumen residual y por tanto el volumen y la presión intraventriculares.
Además se produce una compleja secuencia de ajustes que dan lugar a
una retención de sal y agua para aumentar la precarga. Al ser la energía
liberada en cada contracción proporcional a la elongación de la fibra mus-
177
Especialización en cuidados intensivos
CLÍNICA
1. Sintomatología derivada de la causa desencadenante de la insuficiencia
cardiaca.
2. Sintomatología derivada del éstasis venoso:
a. Disnea, con varios grados hasta llegar a ser disnea de reposo y ortop-
nea. Es debida a la congestión pulmonar; pudiendo llegar a desencade-
nar edema agudo de pulmón.
b. Tos, que acompaña a la disnea.
c. Aumento de la presión venosa central.
d. Hepatomegalia con hepatalgia.
e. Edemas generalizados.
3. Síntomas derivados del bombeo insuficiente de sangre:
178
Paciente crítico cardíaco
TRATAMIENTO
La insuficiencia cardiaca tiene las siguientes posibilidades terapéuticas:
1. Tratamiento de la causa desencadenante.
2. Reducción del trabajo cardiaco, tomando medidas para el reposo físico
y psíquico del paciente.
3. Mejorar la actividad contráctil intrínseca del miocardio, mediante:
a. Glucósidos cardiotónicos, que mejoran la contractilidad y aumentan
el gasto cardiaco, por lo que disminuyen los mecanismos intrínsecos de
compensación y en consecuencia disminuye el consumo de oxígeno. El
fármaco más usado de los digitálicos es la digoxina intravenosa.
b. Fármacos adrenérgicos y derivados: mejoran la contractilidad de for-
ma más rápida e intensa que los digitálicos. Estos fármacos son de acción
breve, por lo que su uso es en forma de infusión intravenosa, y es posible
ajustar la dosis rápidamente, en función de las modificaciones hemodi-
námicas, lo que los hace manejables, siendo apropiados para tratamien-
tos urgentes. Los fármacos usados son la dopamina y dobutamina.
c. Fármacos derivados de las metilxantinas: Teofilina, que suma el efec-
to inotrópico positivo, broncodilatador y diurético.
4. Mejorar el rendimiento hemodinámico cardiaco sin actuar directamente
sobre el corazón:
a. Fármacos que disminuyen la precarga, disminuyendo la congestión:
• Vasodilatadores venosos: nitroglicerina
• Diuréticos: furosemida.
b. Fármacos que disminuyen la postcarga, mejorando el gasto cardiaco,
mediante vasodilatación arterial:
• Antagonistas del calcio
c . Fármacos que disminuyen la precarga y postcarga:
179
Especialización en cuidados intensivos
CAUSAS
El taponamiento cardíaco puede ser agudo o crónico, de origen traumático
o secundario a casi cualquier tipo de pericarditis aguda o crónica, aunque es poco
común en la pericarditis viral y después del IAM. La causa más frecuente de ta-
ponamiento cardíaco agudo es el hemopericardio causado por heridas con arma
de fuego, arma blanca o trauma cerrado de tórax.
Las heridas punzantes y, especialmente, las lesiones por bala frecuente-
mente son fatales. Sin embargo, si la herida penetrante es relativamente pequeña
suele haber taponamiento cardíaco, y el aumento de presión en el saco pericárdi-
co puede ayudar a reducir la severidad de la hemorragia.
El otro gran grupo de causas de taponamiento son las patologías médicas,
las cuales pueden subdividirse en seis grupos: neoplásico, urémico, reumático,
hemorrágico, infeccioso e idiopático.
Las enfermedades neoplásicas son una causa importante de taponamiento
cardíaco. Entre ellas las más frecuentes son el carcinoma metastásico de pul-
món y seno, linfoma, leucemias y los tumores primarios del pericardio, como
mesotelioma, el angiosarcoma y algunos tumores vasculares. Por lo general el
taponamiento cardíaco en estos pacientes se diagnostica después de conocer la
patología tumoral.
En los pacientes con cáncer también pueden presentarse pericarditis pos-
tirradiacción, la cual puede desencadenar cualquiera de las formas clínicas de
enfermedad pericárdica incluyendo el taponamiento cardíaco.
El taponamiento cardíaco que se desarrolla días o semanas después de la
cirugía cardíaca, generalmente se relaciona con el tratamiento anticoagulante y
con aneurismas o disecciones que tienen fugas lentas en la porción ascendente de
180
Paciente crítico cardíaco
la aorta.
Los aneurismas disecantes de la aorta ascendente y la ruptura de la pared
libre del ventrículo, después de IAM, son causas de taponamiento cardíaco agu-
do. En el caso del infarto, la ruptura de la pared libre está asociada a la extensión
de la necrosis miocárdica y tiene una mortalidad cercana al 90%.
CLÍNICA
Cursa con signos de bajo gasto cardiaco y congestión sistémica. Encontra-
remos, por tanto, a un paciente pálido, con frialdad cutánea y oligúrico en el que
predominará una gran ingurgitación yugular, edemas periféricos y hepatomegalia.
Es también frecuente la presencia de disnea, dolor torácico, fiebre y afecta-
ción del estado general en un paciente que suele presentar gran inquietud.
Junto con la gran elevación de la presión venosa yugular destaca por ser típico del
taponamiento cardiaco el pulso arterial paradójico, que consiste en un descenso
de la presión arterial superior a 10 mm Hg en la inspiración, detectado en la ex-
ploración física mediante una palpación del pulso arterial, femoral o radial.
DIAGNÓSTICO
1. Clínico: debe tenerse presente en cualquier paciente con pericarditis,
derrame pericárdico o alguna de las enfermedades con las que se asocian y
que esté en insuficiencia cardiaca, así como en pacientes con insuficiencia
cardiaca o shock cardiogénico sin causa aclarada.
2. Laboratorio: no es útil para el diagnóstico del taponamiento en sí, pero
puede informar de las posibles causas que lo han originado.
3. La radiografía del tórax aunque no brinda evidencia directa de tapona-
miento cardíaco ofrece información muy útil. Generalmente hay cardio-
megalia, evidencia de derrame pericárdico y se puede obtener información
de procesos patológicos primarios que son causa de taponamiento, como
neoplasia o tuberculosis.
4. El electrocardiograma tampoco ofrece datos específicos de tapona-
miento cardíaco. Es usual encontrar taquicardia sinusal, bajo voltaje y
anomalías inespecíficas de la repolarización ventricular como la elevación
cóncava del segmento ST. Otros hallazgos pueden ser el desnivel inferior
del segmento PQ y la alternancia eléctrica, la cual indica la presencia de
derrame pericárdico, pero no es concluyente de taponamiento cardíaco.
5. El ecocardiograma es la mejor exploración para el diagnóstico de tapo-
namiento cardiaco. La exploración nos permitirá confirmar la presencia del
181
Especialización en cuidados intensivos
TRATAMIENTO
La medida básica para tratar el taponamiento cardíaco es la extracción de
líquido para eliminar la compresión del corazón, por medio de la pericardiocen-
tesis o por métodos quirúrgicos.
La elección del tipo de tratamiento es difícil y depende de la disponibilidad
de personal capacitado, de medios de ayuda pero, principalmente, de la enferme-
dad que llevó al taponamiento cardíaco. Se prefiere la cirugía en los casos de he-
mopericardio en que se desea evitar la repetición de hemorragias y está indicada
en la pericarditis purulenta, con el fin de realizar drenaje completo y controlar la
infección.
La pericardiocentesis es buena alternativa en prácticamente todas las enfer-
medades pericárdicas, aún en las relacionadas con radiación, diálisis, enfermedad
reumática, neoplasias o pericarditis idiopática. No debe olvidarse la probabilidad
de recurrencia del taponamiento cardíaco cuando se trata con pericardiocentesis,
por lo cual deberá repetirse el procedimiento o hacer los preparativos para llevar
al paciente a cirugía.
Mientras se prepara el paciente para la intervención elegida, son de utilidad
medidas terapéuticas de sostén como los líquidos intravenosos, en especial en
casos de hemopericardio traumático agudo, cuando el paciente está hipovolémi-
co. Esta medida aumenta el volumen circulante, incrementa las presiones venosa
central y pulmonar y la presión arterial.
182
Paciente crítico cardíaco
183
Especialización en cuidados intensivos
anestesia local (en los casos urgentes se omite la anestesia) se efectúa la punción
5 cm por debajo de la punta del apéndice xifoides y 1 cm a la izquierda de la línea
media, con la aguja en ángulo de 45 grados y dirigida hacia el hombro izquierdo.
Se ejerce succión contínua mientras se introduce la aguja, deteniéndose
cuando se perciba una sensación de vencimiento de una resistencia lo cual indica
la entrada al espacio pericárdico, hasta que se obtenga líquido o cuando se sientan
las pulsaciones cardíacas transmitidas a la aguja, lo que significa que se ha tocado
el miocardio y se debe retirar un poco la jeringa. El líquido debe pericárdico de
aspirarse con lentitud durante 10 a 30 minutos y enviarse a estudio al laboratorio
clínico de acuerdo con el caso.
En condiciones electivas puede emplearse el electrocardiograma para
evitar lesiones del miocardio. Se conecta un electrodo V unipolar (derivación
precordial) a la aguja de punción previa asepsia y se observa el trazado elec-
trocardiográfico. Al tocar el miocardio se presentan elevación del segmento ST,
extrasístoles o deflexión negativa del QRS.
En caso de taponamiento cardíaco por herida del corazón, la extracción
de algunos centímetros de sangre mejora el retorno venoso y puede salvar al
paciente. La sangre obtenida no coagula porque los movimientos del corazón la
desfibrinan rápidamente; si la sangre obtenida se coagula es porque se puncionó
una cavidad del corazón.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
1. Sensación de desgarro en el pecho.
2. Dolor que se irradia a cuello, hombros, parte baja de la espalda, abdo-
men.
184
Paciente crítico cardíaco
DIAGNÓSTICO
Rx de tórax o abdomen: permite la visualización y localización del aneuris-
ma en muchas ocasiones de forma accidental, ya que los síntomas se manifiestan
pocas veces.
Angiografía, revela el tamaño y localización del aneurisma. Se lleva a cabo
insertando un catéter en la arteria femoral, braquial o axilar, se inyecta un medio
de contraste y posteriormente se toman una serie de radiografías a intervalos.
Sonografía (Doppler): el ultrasonido también es útil para determinar la for-
ma y localización del aneurisma. Este procedimiento detecta el flujo sanguíneo y
la presencia de ruidos anormales.
TRATAMIENTO
El tratamiento de elección es la cirugía, con el consiguiente incremento
de los riesgos quirúrgicos que supone una cirugía de urgencia. Se aconseja si es
posible la resección electiva en el momento de aparición de los síntomas.
Dentro de las complicaciones de la cirugía se incluyen la hemorragia masi-
va, las lesiones a las estructuras adyacentes (duodeno, uréteres, riñones), el infar-
to de miocardio, fallo renal, accidente cerebrovascular o la infección del injerto.
TROMBOEMBOLISMO PULMONAR
DEFINICIÓN
Obstrucción de uno o más vasos del territorio vascular pulmonar, como
consecuencia de la migración de uno o varios coágulos desde las venas de la
circulación sistémica.
185
Especialización en cuidados intensivos
DIAGNÓSTICO
El reconocimiento del tromboembolismo pulmonar suele basarse en la sos-
pecha clínica y en la práctica de una serie de pruebas complementarias. Podemos
así diferenciar tres escalones diagnósticos:
1. Sospecha clínica
En base a la presencia de factores de riesgo y datos clínicos compatibles.
a. Factores de riesgo:
• Enfermedad tromboembólica previa
• Cáncer
• Parálisis de extremidades
• ACV
• IAM
• Insuficiencia cardiaca
• Edad avanzada (mayor de 40 años)
• Varices
• Obesidad
• Estrógenos
• Embarazo-puerperio
• Inmovilización prolongada
• Quemaduras mayores del 20%
• Sepsis
• Déficit de antitrombina III y de activador tisular del plasminógeno
• Otros
b. Formas de presentación. Podemos diferenciar cuatro síndromes clí-
nicos:
• Disnea aguda no explicable, en ocasiones asociada a ansiedad. Es el
síndrome clínico más común y suele traducir la existencia de embolia
pulmonar sin infarto.
• Síndrome de infarto pulmonar. Se suele manifestar como un cuadro
agudo de dolor pleurítico, disnea con o sin hemoptisis, leucocitosis e
infiltrado y/o derrame radiológico.
• Cor pulmonale agudo con shock cardiogénico. El enfermo presenta
disnea, dolor torácico, palidez, hipotensión y en ocasiones trastorno de
la capacidad mental. Puede iniciarse como un cuadro pre o sincopal.
Traduce una situación de embolismo pulmonar masivo y suele ser poco
frecuente.
• Hipertensión pulmonar tromboembólica. Situación clínica subaguda o
186
Paciente crítico cardíaco
TRATAMIENTO
1. Administración de oxígeno mediante mascarilla tipo ventimask al 35-40%.
2. Aplicar analgesia si dolor.
3. Apoyo hemodinámico con volumen o drogas inotropas si fuera preciso.
4. Tratamiento específico que incluye:
a. Anticoagulación, con heparina primero y acenocumarol oral des-
pués. Objetivo:
• Prevenir la formación de nuevos trombos.
• Facilitar la destrucción de los ya existentes.
Heparina: bolo inicial de i.v. de 5000- 10000 U.I. seguidos de una
infusión continua i.v. de 450 U.I./ kg o 4´8-6 mg/kg. Se administra
disuelto en 500 cc de suero glucosado al 5% a un ritmo de 21 ml/h.
El control posterior se hará según el tiempo de tromboplastina
187
Especialización en cuidados intensivos
POSTOPERATORIO CARDIACO
El cuidado postoperatorio incluye los siguientes objetivos:
1. Promoción de la oxigenación:
a. Ventilación con oxígeno adicional
b. Cambiar al paciente de lado en la cama
188
Paciente crítico cardíaco
189
Especialización en cuidados intensivos
190
Paciente crítico cardíaco
MARCAPASOS
Un marcapasos artificial es un dispositivo mecánico que estimula elec-
trónicamente el disparo de los impulsos dentro del corazón. Está compuesto de
una fuente de energía operada por una batería (técnicamente llamada generador
de pulsos pero más comúnmente llamado marcapasos) y un cable o catéter que
transmite el estímulo eléctrico a un punto de contacto en la aurícula, el miocardio
ventricular o ambos. El propósito del marcapasos es controlar la frecuencia del
corazón.
1. Marcapasos temporales
Se emplean en las siguientes situaciones:
a.Tratamiento de urgencia para control de arritmias.
b. Tratamiento a corto plazo cuando existen defectos en la conducción que
causan una disminución del gasto cardiaco.
c. Manejo profiláctico de personas que son propensas a desarrollar súbita-
mente un bloqueo cardiaco completo.
Un sistema de marcapasos temporal se caracteriza por un generador de
pulsos externo conectado al extremo distal del catéter del marcapasos. El
catéter puede insertarse a través del sistema venoso para hacer contacto
con la superficie endocárdica del corazón, o puede suturarse directamente
en la superficie epicárdica.
2. Marcapasos permanente
Se utilizan en el tratamiento a largo plazo de arritmias persistentes propi-
cias para este tipo de terapias.
El marcapasos se implanta en su totalidad, colocando, el generador de
pulsos en un bolsillo subcutáneo debajo de la clavícula. Al igual que con
los sistemas temporales de control de paso, el catéter puede conectarse al
corazón a través del enfoque transvenoso o epicárdico.
191
Especialización en cuidados intensivos
COMPLICACIONES
Las complicaciones que surgen con el marcapasos dependen de:
• Presencia dentro del organismo.
• Funcionamiento inapropiado.
Las siguientes suelen derivarse de la presencia del dispositivo:
• Infección local (sepsis o formación de hematoma) en el sitio del corte en
la vena o de colocación subcutánea del aparato.
• Disritmias, después que el electrodo irrita la pared del ventrículo, puede
aparecer actividad ectópica.
• El catéter a veces perfora el miocardio o el ventrículo derecho.
• El umbral ventricular alto puede ocasionar interrupción repentina de los
estímulos.
192
Paciente crítico cardíaco
193
Especialización en cuidados intensivos
194
Paciente crítico cardíaco
195
Especialización en cuidados intensivos
E. Onda U
Generalmente no aparece. Suele ser un signo de hipopotasemia.
DERIVACIONES
Un ECG normal está compuesto por doce derivaciones diferentes. Estas se
dividen en tres grupos:
1. DERIVACIONES BIPOLARES DE LAS EXTREMIDADES:
Registran la diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos:
• Derivación I: entre brazo izquierdo (+) y brazo derecho (-).
• Derivación II: entre pierna izquierda (+) y brazo derecho (-).
• Derivación III: entre pierna izquierda (+) y brazo izquierda (-).
2. DERIVACIONES MONOPOLARES DE LOS MIEMBROS:
Registran las variaciones de potencial de un punto con respecto a otro que
se considera con actividad eléctrica 0. Se denominan aVR, aVL y aVF, por:
• a: significa aumento y se obtiene al eliminar el electrodo negativo
dentro del propio aparato de registro.
• V: Vector.
• R (right), L (left) y f (foot): según el lugar donde se coloque el electro-
do positivo, brazo derecho, brazo izquierdo o pierna izquierda.
196
Paciente crítico cardíaco
3. DERIVACIONES PRECORDIALES:
El electrodo se coloca en:
• V1: 4º espacio intercostal derecho, línea paraesternal derecha.
• V2: 4º espacio intercostal izquierdo, línea paraesternal izquierda
• V3: simétrico entre V2 y V4.
• V4: 5º espacio intercostal izquierdo, línea medioclavicular.
• V5: 5º espacio intercostal izquierdo, línea anterior axilar.
• V6: 5º espacio intercostal izquierdo, línea axilar media.
197
Especialización en cuidados intensivos
complejo QRS. Posteriormente se valorará el intervalo PR, que debe medir nor-
malmente entre 3 y 5 mm, debe ser constante.
Por último se mide la anchura del complejo QRS que debe ser normalmen-
te inferior a 3 mm.
198
Paciente crítico cardíaco
BIBLIOGRAFÍA
199
Especialización en cuidados intensivos
200
Paciente politraumatizado crítico
CAPÍTULO VIII
PACIENTE POLITRAUMATIZADO CRÍTICO
Virginia Imbernón García y Encarnación Campuzano Calatayud
INTRODUCCIÓN.
Se define como enfermo politraumatizado a todo herido con dos o más
lesiones que comprometen su vida.
Los traumatismos constituyen la principal causa de muerte en menores de
40 años.
201
Especialización en cuidados intensivos
ESCALAS DE EVALUACIÓN.
ESCALAS
Los diferentes índices pronósticos traumatológicos existentes evalúan las
lesiones en dos formas diferentes, en primer lugar por las alteraciones fisiológicas
producidas y en segundo lugar por una descripción anatómica de las mismas, es-
tableciéndose así la valoración de la gravedad de los pacientes traumatizados.
1. ÍNDICES FISIOLÓGICOS.
Útiles para la valoración inicial del estado de los pacientes. Los empleados
son:
• Escala de coma Glasgow (ECG)
Universalmente aceptada para la valoración de los traumatismos craneo-
encefálicos (TCE). Valora los pacientes mediante la medición de su respuesta a
la apertura ocular, verbal y motora. La mejor respuesta sería 15 puntos (6+5+4)
que correspondería a un paciente con apertura ocular espontánea, con respuesta
verbal adecuada y obedeciendo órdenes, la peor respuesta posible sería 3 (1+1+1)
puntos, que correspondería a un paciente en coma reactivo. Pueden clasificarse
los TCE según su severidad, siendo un TCE leve aquel que tenga una puntuación
14-15, moderado entre 9 y 13 puntos, y grave por debajo de 9. Es la mejor escala
pronóstico en los TCE puros pero tiene sus limitaciones en los niños y en los
pacientes sedados y/o miorrelajados. Es tan importante que forma parte de otros
índices pronósticos como luego veremos.
202
Paciente politraumatizado crítico
203
Especialización en cuidados intensivos
más preciso que el ICD-9 describiendo las lesiones traumáticas. Una nueva ver-
sión (ICD-10) se está desarrollando con diagnósticos más precisos de las lesiones
por lo que puede mejorar su utilidad.
3. OTROS MÉTODOS
• Hospital Trauma Index (HTI)
• The Trauma Score and Injury Severity Score Method (TRISS)
• A Severity Characterization of Trauna (ASCOT)
VALORACIÓN
VALORACIÓN DE LA FUNCIÓN RESPIRATORIA (SIGNOS Y SÍNTO-
MAS).
- Obstrucción de las vías respiratorias.
- Notable esfuerzo al respirar.
- Ritmo respiratorio desigual y alterado.
- Taquipnea.
- Aleteo nasal.
- Retracción suprasternal e intercostal.
- Estridor inspiratorio y espiratorio.
- Ausencia de movimientos en la caja torácica.
- Fracturas de la caja torácica.
- Neumotórax.
Criterios de prioridad:
- Liberar las vías obstruidas de cuerpos extraños, sangre, dientes, vómi-
to, controlando la columna cervical.
- Aspirar.
- Apoyo ventilatorio.
- Colaboración en la intubación endotraqueal si precisa.
- Desvestir al enfermo.
- Extracción de gasometría arterial.
- Canalización de vía sanguínea.
- Colaborar en la colocación de drenajes torácicos.
VALORACIÓN DE LA FUNCIÓN CARDIO-RESPIRATORIA
- La valoración principal irá encaminada a la detección del shock hipo-
volémico.
- Hipotensión arterial.
- Taquicardia.
- Pulso débil.
204
Paciente politraumatizado crítico
- Relleno ungueal.
- Palidez de piel y mucosas.
- Piel húmeda.
- Sudoración fría.
- Cianosis generalizada.
- Oliguria.
- Alerta de hemorragias internas.
- Estupor y somnolencia.
- Sed.
Criterios de prioridad:
- Compresión de las hemorragias.
- Pantalones militares o neumáticos si precisa.
- Cortar la ropa del enfermo.
- Constantes vitales.
- Canalizar vía.
- Extracción de analítica y gasometría arterial.
- Administración de medicación.
- Perfusión de sangre.
- Monitorización cardiaca.
- Medición de la PVC.
- Colaborar en el lavado peritoneal.
- Medición de diuresis.
- Sondaje nasogástrico.
- Sondaje vesical.
- Mantener una temperatura inferior a 38º C.
- Actuar en las convulsiones.
VALORACIÓN DE LA FUNCIÓN NEUROLÓGICA.
- Valoración del test de Glasgow.
- Reflejo pupilar a la luz.
- Tamaño de las pupilas.
- Hipotensión.
- Respiración lenta, profunda e irregular.
- Heridas e inestabilidad de las fracturas de cara y cráneo.
- Otorrinorragia.
- Dolor y deformidad en toda la columna.
- Vómitos en escopeta.
205
Especialización en cuidados intensivos
Criterio de prioridad:
- Liberación de vías respiratorias y aspirado.
- Evitar boncoaspiración. Evitar acidosis respiratoria.
- Medir reflejo pupilar.
- Canalizar vía.
- Gasometría arterial.
- Movilización del enfermo en bloque.
- Junto con los criterios de prioridad de la valoración cardiocirculatoria.
VALORACIÓN DE LA FUNCIÓN MOTORA.
- Exploración física correcta, cabeza, pies.
- Hemorragias externas e internas.
- La respuesta motora del enfermo.
- Pulsos distales.
- Constantes vitales.
- Inestabilidad y movilidad de las extremidades.
- Frialdad en las extremidades.
- Dolor a la exploración.
- Desgarros, hinchazones.
- Hematuria.
Criterios de prioridad:
- Compresión de hemorragias.
- Canalización de vías sanguíneas, de grueso calibre.
- Colaborar en la alineación e inmovilización de las fracturas.
- Administración de medicación, analgésicos según pauta.
- Sonda vesical.
- Movilidad y traslados del enfermo sin ningún riesgo.
- Control de la ansiedad.
206
TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO
DEFINICIÓN.
Cualquier lesión física o deterioro funcional del contenido craneal y sus
envolturas secundarias a un intercambio brusco de energía mecánica.
FISIOPATOLOGÍA.
El impacto mecánico sobre las estructuras encefálicas provoca un trastorno
severo de la función cerebral mediante dos mecanismos estrechamente interrela-
cionados:
1. LESIÓN PRIMARIA: Es responsable de todas las lesiones nerviosas y
vasculares que aparecen tras la acción del agente vulnerante. El impacto puede
ser dinámico, por ejemplo la clásica pedrada, donde la importancia del golpe
viene dado por la magnitud de la energía cinética aplicada al cráneo. Este tipo
de impacto puede ocasionar fracturas de cráneo y hematomas extradurales y
subdurales. El impacto dinámico ocasiona aceleración y desaceleración, brusca,
originando fuerzas contrapuestas sobre el cráneo y el propio tejido cerebral. Las
lesiones resultantes, son de mucha mayor gravedad: lesión axonal difusa, contu-
siones, laceraciones y hematomas intracerebrales.
207
Especialización en cuidados intensivos
208
Paciente politraumatizado crítico
209
Especialización en cuidados intensivos
211
Especialización en cuidados intensivos
212
Paciente politraumatizado crítico
LESIONES ESPECIALES.
1. Fractura de cráneo.
Es importante su diagnóstico, dada la mayor probabilidad de que asocie
una lesión intracraneal, aunque su ausencia no la descarta.
Especial atención a las fracturas lineales que cruzan el surco de la arteria
meníngea media, por el alto riesgo de hematoma epidural que asocia.
2. Lesiones cerebrales difusas
Concusión: es un daño neurológico transitorio sin lesiones anatómicas.
Lesión axonal difusa: clínicamente se expresa como coma, siendo una le-
sión muy grave y para su diagnóstico es necesario un TAC.
3. Lesiones cerebrales focales
Contusión: existe un daño anatómico y suelen ser lesiones no quirúrgicas.
Predominan en la corteza frontotemporal y tienden a aumentar de tamaño
y a tener edema perilesional en los tres primeros días. El cuadro clínico puede ser
muy diverso dependiendo de la localización pero suele existir disminución del
nivel de conciencia. El edema perilesional puede llevar al deterioro neurológico
progresivo, precisando una vigilancia estrecha.
Hematoma epidural: es un cuadro clínico de herniación cerebral. En el
TAC aparece una masa hipertensa, biconvexa y de bordes nítidos.
Hematoma subdural: en TAC aparece como una lámina hiperdensa, de
espesor variable, que recubre la corteza hemisférica y que muchas veces se acom-
paña de una gran desviación de la línea media, producida por otras lesiones ce-
rebrales asociadas.
Hemorragia subaracnoidea: no suele poner en peligro la vida del paciente,
pero suele ser motivo de alta morbilidad posterior.
Hematoma intracerebral: es una elección de sangre delimitada en el inte-
rior del parénquima cerebral.
Traumatismo craneal penetrante: suelen ser lesiones por bala.
4. Complicaciones especiales.
Actualmente, las complicaciones infecciosas son poco frecuentes, debido a
los cuidados hospitalarios y a la profilaxis infecciosa. Las fracturas de la base del
cráneo tienen un riesgo evidente de infección.
Neumonía. Es la complicación más frecuente, con una incidencia del 40%.
Sinusitis nosocomial. Aumenta su frecuencia en el TCE cuando asocia
trauma facial, hemoseno, ventilación mecánica...
Ventriculitis bacteriana. Aparece en aquellos pacientes que precisaron dre-
naje intraventricular y monitorización de la PIC.
213
Especialización en cuidados intensivos
TRAUMATISMO FACIAL
La cara, al ser una zona que se halla siempre al descubierto, está más ex-
puesta a los traumatismos. La importancia de estos traumatismos radica en la
dificultad que se supone el acceso a las vías aéreas de estos pacientes.
Los traumatismos faciales se pueden clasificar en:
1. Afectación de tejidos blandos:
a. Superficiales.
b. Intradérmicos.
c. Subdérmicos.
d. Simples.
e. Complejos.
2. Afectación ósea:
a. Pérdida ósea.
b. Clase de fractura.
c. Localización de la fractura.
Las fracturas más frecuentes son:
• Fractura de mandíbula.
• Fractura del maxilar superior.
• Factura malar.
• Fractura de huesos nasales.
TRAUMATISMO ABDOMINAL.
DEFINICIÓN.
Cualquier tipo de agresión con repercusión lesiva que sufra la pared abdo-
minal o su contenido.
La presentación de la clínica de los pacientes lleva tres patrones distintos:
1. Peritonitis aguda generalizada.
2. Síndrome hemorrágico.
3. Síndrome retroperitoneal.
CLASIFICACIÓN.
1. TRAUMATISMO ABDOMINAL ABIERTO.
Está definido por la solución de continuidad del peritoneo existiendo con-
tacto entre la cavidad peritoneal y el medio externo.
Los traumatismos abdominales penetrantes habitualmente son debidos a
heridas por arma blanca o heridas por arma de fuego y más raramente a lesiones
accidentales por notas punzo-constantes.
214
Paciente politraumatizado crítico
215
Especialización en cuidados intensivos
216
Paciente politraumatizado crítico
217
Especialización en cuidados intensivos
TRAUMATISMO HEPÁTICO
El hígado es la segunda víscera, tras el bazo, que más frecuentemente se
lesiona en los traumatismos abdominales.
Se pueden clasificar en:
1. Lesiones hepáticas leves: contusiones leves, laceraciones superficiales,
etc. deben ser mantenidos en reposo absoluto de 7 a 10 días.
2. Lesiones hepáticas graves: taponamiento peri-hepático en una primera
laparotomía de urgencias.
TRAUMATISMO PANCREÁTICO
Es mucho menos frecuente que las anteriores. Como normalmente no se
sospechan lesiones a este nivel, el intervalo de tiempo entre el traumatismo que
provoca la lesión y el diagnóstico de la misma suele ser largo.
Clasificación:
Clase I: Contusión, desgarro periférico.
Clase II: Desgarro, sección, rotura a nivel distal.
Clase III: Desgarro, sección, rotura a nivel proximal.
Clase IV: Grave rotura pancreático-duodenal combinada.
218
Paciente politraumatizado crítico
TRAUMATISMO DE DIAFRAGMA
En los traumatismos cerrados abdominales la presión intraadominal, puede
aumentar consideradamente, transmitiéndose ésta hacia la cápsula diafragmática
y pudiendo producir un desgarro del diafragma, lo que conlleva una irrupción
progresiva en el tórax de las vísceras abdominales debido a la diferencia de pre-
sión existente entre ambas cavidades.
Las lesiones diagframáticas pueden encontrarse en dos circunstancias con-
trapuestas: puede tratarse de un hallazgo intraoperatorio en el transcurso de la
laparotomía exploratoria de urgencias de un paciente de trauma abdominal grave,
o por el contrario, una herniación intratorácica descubierta casualmente mucho
tiempo después del traumatismo en la evaluación rutinaria de un paciente con una
afección digestiva crónica.
TRAUMATISMO TORÁCICO.
INTRODUCCIÓN.
El traumatismo torácico, causa la muerte directamente en uno de cada
cuatro traumatizados graves; muchos de ellos fallecen antes de llegar al hospi-
tal. Muchas de estas muertes se pueden evitar con un diagnóstico y tratamiento
precoces realizados en el área de urgencias, junto con un conocimiento de los
219
Especialización en cuidados intensivos
220
Paciente politraumatizado crítico
Primera fase.
En la primera fase la atención irá dirigida a la permeabilización de la vía
aérea y si la ventilación está o no comprometida; para ello desvestiremos el tó-
rax del paciente y exploraremos someramente la integridad de la pared toráci-
ca, simetría de los movimientos respiratorios, profundidad, frecuencia y trabajo
respiratorio así como dolor y enfisema subcutáneo recurriendo a la entubación
endotraqueal y ventilación mecánica si presenta insuficiencia respiratoria aguda.
En esta fase sólo nos interesa detectar aquellas lesiones que requerirán
tratamiento inmediato por suponer un grave riesgo vital:
En el traumatismo torácico cerrado:
• Neumotórax a tensión.
• Hemotórax masivo.
• Taponamiento cardíaco o lesión de grandes vasos.
• Volet costal o tórax inestable.
Traumatismo torácico abierto:
Aquellas heridas torácicas abiertas cuyo diámetro es superior a 2/3 del
diámetro de la tráquea suplirán a esta como vía de entrada de aire a los pulmones,
por tanto es fácil que se forme un neumotórax a tensión y que el pulmón afecto
quede en atelectasia.
Una herida abierta en la pared del tórax debe ser cubierta inicialmente con
un vendaje oclusivo vaselinado despegado por uno de sus bordes de manera que
este apósito actúa a modo de válvula permitiendo la salida de aire desde el tórax
hacia el exterior e impidiendo la entrada de aire desde el exterior.
Segunda fase.
Tras completar el apoyo vital, se procederá a una valoración secundaria
del tórax y de los síntomas más frecuentes en el traumatismo torácico:
- Dolor circunscrito a la región afectada de la pared torácica.
- Disnea.
Inspección.
Buscando hematomas, heridas, huellas de volante, de cinturón o neumá-
ticos sobre el tórax, deformidades en los huesos de la caja torácica o de algún
hemitórax, signos de obstrucción respiratoria (disnea, taquipnea o bradipnea, tra-
bajo respiratorio excesivo) o asimetría en los movimientos respiratorios.
Palpación.
- Signo de la tecla o dolor intenso y focalizado sobre un arco costal frac-
turado.
- Enfisema subcutáneo debido a neumotórax o rotura tráqueo-bronquial.
221
Especialización en cuidados intensivos
222
Paciente politraumatizado crítico
223
Especialización en cuidados intensivos
224
Paciente politraumatizado crítico
225
Especialización en cuidados intensivos
Tratamiento.
Los objetivos terapéuticos en el tratamiento de la contusión pulmonar se
basan en varias medidas:
a) Fisioterapia respiratoria y control del dolor.
b) Limitación del volumen intravascular evitando tanto la sobrecarga hídri-
ca como la hipovolemia.
c) Limitación de la ventilación mecánica a los casos indicados por la gra-
vedad de la insuficiencia respiratoria.
2. NEUMOTÓRAX.
Definimos neumotórax como la presencia de aire en la cavidad pleural.
Clasificación.
1. Neumotórax simple o cerrado.
Ocurre cuando el aire intrapleural no está en contacto con el atmosférico.
Según su volumen se puede clasificar en:
- Pequeño: Si ocupa un 15% o menos del volumen pleural, pulmonar.
- Neumotórax abierto.
- Moderado: Si ocupa entre un 15 y un 60% del volumen pleural.
- Grande: Si ocupa más del 60 %.
- Completo: Cuando el pulmón se ha separado totalmente de la pleura pa-
rietal.
2. Total: Cuando además de ser completo aparece colapsado sobre el hilio.
El aire se mueve libremente, entrando y saliendo de la cavidad pleural con
cada movimiento respiratorio. El prototipo más habitual es la herida soplante. Las
226
Paciente politraumatizado crítico
227
Especialización en cuidados intensivos
3. HEMOTÓRAX.
Presencia de sangre en la cavidad pleural, siempre que el hematocrito de
esta sea mayor del 50% del hematocrito de la sangre periférica.
Clasificación.
1. Tumorales - Cáncer de mama
- Cáncer de pulmón
- Linfomas
- Metástasis diversas
4. Secundarios a radiaciones
6. Secundarios a anticoagulación
e inflamación pericárdica
228
Paciente politraumatizado crítico
7. Iatrogénica - Cateterismos
- Biopsias miocárdicas
- Marcapasos
8. Otras - Hipotiroidismo
- Disección aórtica
4. TAPONAMIENTO CARDÍACO.
Puede definirse como una situación en la que el funcionalismo cardíaco
está dificultado por un derrame pericárdico: Es la acumulación excesiva de líqui-
dos entre las dos hojas del pericardio.
Etiología.
Etiologías más comunes del taponamiento cardíaco:
229
Especialización en cuidados intensivos
Clínica.
El aumento de la presión intrapericárdica dependerá de la cantidad de lí-
quido, de la velocidad de formación y de la distensibilidad del pericardio. El
taponamiento cardíaco puede ir desde un cuadro de insuficiencia cardíaca de-
recha bien tolerado hasta una situación de shock cardiogénico grave. Cuando el
taponamiento es más grave aumenta la presión venosa central y aparece el pulso
paradójico (caída inspiratoria de la presión arterial sistólica de más de 10 mmHg
durante la respiración espontánea). En los casos más graves el paciente está dis-
neico y puede presentar afectación del nivel de conciencia.
Tratamiento.
En el taponamiento cardíaco ligero puede no ser necesario evacuar el de-
rrame pericárdico y en el taponamiento moderado o grave, en presencia de derra-
me cuantioso, exige drenaje mediante pericardiocentesis.
En general se aconseja:
a) Medidas generales:
• Reposo absoluto.
• Vía venosa periférica.
• Monitorización del ritmo y tensión arterial.
• Pulsioximetría.
• Oxigenación adecuada.
b) Administración cuidadosa de líquidos.
c) Pericardiocentesis.
d) Cirugía
e) Tratamiento de patología de base si hubiera.
5. CONTUSIÓN MIOCÁRDICA.
El mecanismo de producción más común consiste en la compresión del
corazón entre el esternón y columna vertebral. También puede deberse a fuerzas
de deceleración o importantes incrementos y bruscos de la presión intratorácica.
Clínica.
El espectro clínico varía desde anomalías subclínicas de la pared ventricu-
lar o anomalías transitorias electrocardiográficas, hasta arritmias fatales, insufi-
ciencia cardíaca con shock cardiogénico, rotura cardíaca y muerte.
No existe un examen paraclínico que tenga la suficiente sensibilidad y es-
pecificidad para diagnosticar la contusión miocárdica (CM); el parámetro más
importante es el criterio clínico, si se tiene en cuenta la severidad del trauma, los
antecedentes cardiovasculares y la sintomatología del enfermo. Ante cualquier
230
Paciente politraumatizado crítico
231
Especialización en cuidados intensivos
7. ROTURA TRAQUEOBRONQUIAL.
Es una complicación muy rara y severa que excepcionalmente ocurre en
los traumatismos torácicos, de diagnóstico a veces difícil, pero cuyo retraso en el
tratamiento puede ser mortal.
Puede deberse a una herida penetrante, en cuyo caso se suele afectar con
mayor frecuencia la tráquea cervical.
Los mecanismos por los que se producen esta serie de traumas son:
1. Compresión anteroposterior del tórax.
2. Compresión del tórax en el momento en el que la glotis está cerrada.
3. Los mecanismos de aceleración y desaceleración rápida.
El objetivo principal del tratamiento es el mantenimiento de la continuidad
de la vía aérea, drenar el neumotórax, tratar el shock, etc.
TRAUMATISMO RAQUIMEDULAR.
INTRODUCCIÓN.
El concepto de traumatismo raquimedular (TRW) incluye a todas aquellas
lesiones de origen traumático que pueden afectar, conjunta o aisladamente, las
diferentes estructuras (óseas, ligamentosas, cartilaginosas, musculares, vascula-
res, meningeas, radiculares y, por supuesto, medulares) de la columna vertebral
en cualquiera de sus niveles.
La posibilidad de afectación medular marca claramente la importancia de
los TRM. El déficit neurológico depende del tipo de lesión y del nivel medular
dañado. La expresión clínica abarca desde traumatismos leves con escasa reper-
cusión funcional hasta situaciones de inmediato riesgo vital, pasando por secue-
las muy invalidantes.
Los TRM se asocian frecuentemente (entre 25% y el 60% de los casos
según las series) con traumatismos múltiples, principalmente craneoencefálico,
torácico y de huesos largos.
CLASIFICACIÓN
1. LESIÓN MEDULAR.
1.1- LESIÓN MEDULAR COMPLETA:
Aunque puede ser resultado de una transección anatómica (poco frecuen-
te), habitualmente nos referimos a ella como una interrupción funcional total de
la médula con parálisis fláccida, anestesia completa, alteraciones vegetativas y
abolición de los reflejos osteotendinosos (ROT) y cutáneos por debajo de la le-
sión. Este estado es conocido como shock medular, que es la condición neuroló-
gica descrita que se presenta después de una lesión completa, por lo que debe dis-
232
Paciente politraumatizado crítico
tinguirse del shock neurogénico de origen medular, que se trata de una situación
hemodinámica que, lógicamente, puede presentarse dentro del cuadro clínico. La
lesión medular completa representa un pronóstico sombrío, con una alta mortali-
dad y escasas posibilidades de recuperación en los supervivientes.
1.2- LESIÓN MEDULAR INCOMPLETA:
Existen varios síndromes descritos en función de la topografía lesional
para un determinado nivel medular:
a) Síndrome medular anterior.
Suele asociarse con lesiones por hiperflexión, en las que se producen des-
plazamientos de la parte posterior del cuerpo vertebral o del disco hacia atrás,
con compresión de los haces corticoespinal y espinotalámico. Se produce tetra
o paraplejía según el nivel afectado, así como hipoalgesia e hipoestasia (dolor y
temperatura), conservándose la sensibilidad propioceptiva, vibratoria y táctil. No
tiene buen pronóstico en cuanto a la recuperación neurológica.
233
Especialización en cuidados intensivos
2. SHOCK MEDULAR.
Es el cuadro que aparece tras producirse una lesión medular a nivel de D6
234
Paciente politraumatizado crítico
235
Especialización en cuidados intensivos
puede romper en las lesiones por flexión brusca. El riesgo para la médula es
grande, pues puede quedar atrapada entre el arco posterior del atlas y apófisis
odontoides. La lesión puede sospecharse por la historia clínica y por la presencia
de dolor en el cuello y en la cabeza y un espasmo muscular intenso.
D. FRACTURAS DEL AXIS:
Se dividen:
• Fracturas de odontoides: Se sospechará a partir de la historia clínica, la
localización del dolor y el espasmo muscular protector.
• Fractura de Hangman o del ahorcado: Causada por un mecanismo de
compresión axial más hiperextensión o extensión más tracción con fractura del
pedículo de C2 y con/sin luxación del cuerpo de esta misma vértebra sobre C3;
es inestable.
E. LESIONES DE C3 A C7:
Las lesiones de la columna cervical las agruparemos según el mecanismo
lesional:
• Lesiones por flexión: Fractura en cuña anterior estable. La porción ante-
rior del cuerpo vertebral se acuña, mientras que la porción posterior suele quedar
intacta.
• Lesiones por flexión y rotación: Luxación unilateral con bloqueo de una
de las apófisis articulares. El examen clínico de un paciente con una luxación
unilateral muestra la cabeza ligeramente rotada e inclinada hacia el lado opuesto
de la carilla bloqueada. Es frecuente el dolor intenso e irradiado debido a la com-
presión de una raíz nerviosa en la articulación afecta, y puede haber compromiso
articular.
• Luxación cervical pura sin fractura: Es muy inestable. El desplazamiento
puede ser grave, y a menudo hay bloqueo de ambas apófisis articulares.
236
Paciente politraumatizado crítico
comprime por la carga axial y los fragmentos óseos son empujados hacia el canal
medular. Se configura una cifosis y suele haber una lesión neurológica.
• Fractura de Chance: Se debe a fuerzas de distracción de la columna pos-
terior y media. Es una lesión característica en la zona lumbar y torácica inferior
secundaria al cinturón de seguridad.
• Lesión por flexión distracción: Hay un fallo de la columna anterior y
puede haber también rotura de las columnas media y posterior con lesión de ar-
ticulares. La mayoría de estas lesiones son inestables por la rotura de lesión que
las acompañan.
• Lesión traslacional: Causada por fuerzas de cizallamiento que fracturan
o luxan las facetas articulares. Es la más inestable de todas las lesiones espinales
asociada con una alta incidencia de paraplejía y deficit neurológico completo.
237
Especialización en cuidados intensivos
anterior del cuerpo por tracción del ligamento vertebral común anterior. Son raras
la inestabilidad y la complicación neurológica.
• Lesiones por cizallamiento: Sería la forma más grave de fractura en re-
banada. Lesión grave e inestable por producirse la rotura de dos columnas. Se
acompaña de un alto porcentaje de lesiones neurológicas.
• Lesiones por compresión: No son muy frecuentes. Las producen fuerzas
verticales o compresivas y lesionan la columna anterior y pocas veces se acom-
pañan de neurología.
5. FRACTURAS DEL RAQUIS LUMBAR.
El segmento lumbar está constituido desde la vértebra lumbar L2 hasta L5.
Por su mecanismo de lesión se distinguen:
• Lesiones por flexión-compresión: Se puede acompañar de acuñamiento
anterior y a veces lateral. Si respetan el muro posterior y el complejo ligamentario
posterior son estables, pero un acusado acuñamiento o más de una vértebra acu-
ñada pueden condicionar inestabilidad y neurología.
• Lesiones por cizallamiento: Pueden romper el complejo posterior y con
frecuencia son lesiones graves, inestables y con afectación neurológica.
• Lesiones por flexión-distracción: Actúan selectivamente en este segmen-
to y configuran las lesiones por cinturón de seguridad. Se distinguen dos formas,
una menos grave que es la típica fractura de Chance o forma ósea y la forma
osteoligamentaria que es una lesión grave, inestable y frecuentemente neuroa-
gresiva.
238
Paciente politraumatizado crítico
TRAUMATISMO PÉLVICO.
INTRODUCCIÓN.
En este tipo de lesiones podemos encontrarnos desde pacientes con fractu-
ras por traumatismos aparentemente leves, como es el caso de pacientes ancianos
y debido a la osteoporosis que aparece con la edad, hasta politraumatizados con
graves fracturas pélvicas que son consecuencia de violentos traumatismos.
Actualmente las causas que con mayor frecuencia provocan este tipo de
lesiones son los accidentes de circulación, y dentro de ellos, más en peatones
atropellados que en ocupante de vehículos, le siguen las precipitaciones y los
aplastamientos.
CLASIFICACIÓN.
1. Fracturas parciales o estables:
Afectan a un solo hueso y se mantiene la continuidad del reborde pelviano.
1.1. Fracturas por arrancamiento.
• Fractura de la espina ilíaca anterosuperior.
• Fractura de la espina ilíaca anteroinferior.
• Fractura de la espina ilíaca posterosuperior.
• Fractura de la tuberosidad isquiática.
Las fracturas por arrancamiento son infrecuentes, se presentan en sujetos
jóvenes que sufren potentes contracciones de las masas musculares, en ejercicios
violentos, con arrancamiento de tuberosidades óseas. Su tratamiento consiste en
reposo y analgésicos.
1.2. Fracturas o luxofracturas del anillo pelviano por aplastamiento.
• Fracturas aisladas que no comprometen el anillo pelviano: Los síntomas
que aparecen son dolor en foco óseo contundido, intenso y preciso; en fracturas
239
Especialización en cuidados intensivos
de ala ilíaca suele haber además crépito óseo, movilidad anormal e impotencia
funcional.
El pronóstico es bueno y el tratamiento es de reposo absoluto en cama. La
recuperación completa es dentro de 30 a 45 días.
• Fracturas que comprometen el anillo pelviano en un solo sector: Debe
ser sospechada cuando en el examen clínico se encuentra dolor en la articulación
a la presión directa y en la compresión bicrestal; la compresión del ala ilíaca con-
tra el plano de la cama despierta dolor en la articulación.
El tratamiento implica reposo absoluto en cama, con compresión bicrestal
en hamaca durante 30 a 45 días. Se mantiene el reposo simple por 30 días más.
• Fracturas con doble compromiso del anillo pelviano: Suelen aparecer
como síntomas dolor pelviano intenso, movilidad anormal del hueso ilíaco o cré-
pito óseo, equimosis inguinal, perineal y escrotal o labios mayores en la mujer,
impotencia funcional, desnivel entre ambos huesos ilíacos, ascenso de uno o de
los dos miembros inferiores, etc.
El pronóstico es extremadamente grave desde el primer momento y el tra-
tamiento definitivo es propio de un especialista, en un servicio dotado de una
buena infraestructura asistencial.
1.3. Fractura del sacro:
• Fractura del ala del sacro.
• Fractura transversa del sacro.
Las fracturas transversas del sacro son poco frecuentes y no suelen asociar-
se a otras complicaciones, puede resultar difícil de diagnosticar en la proyección
estándar de pelvis, en estos casos es necesario realizar proyecciones cefálicas o
especiales de sacro.
Las fracturas verticales de sacro se acompañan con frecuencia de otra frac-
tura del anillo pélvico, por lo que son inestables y con frecuencia se asocian a
lesiones en las raíces nerviosas.
Fracturas totales e inestables.
2.1. Fractura bilateral de ambas ramas púbicas, fractura en horcajadas.
Es la más frecuente de las fracturas inestables y tiene un elevado riesgo de
presentar lesiones asociadas.
2.2. Fractura unilateral anterior y posterior.
Fractura de ambas ramas púbicas homolateral asociada a: fractura del ala
del sacro, disfunción sacroilíaca o fractura del ilion homolateral.
2.3. Fractura bilateral o cuádruple fractura.
Fractura bilateral de ambas ramas púbicas y fractura bilateral del ala del
sacro o del ilion.
240
Paciente politraumatizado crítico
localización anatómica:
A. Zona centro medial.
Son consecuencia de traumatismos abdominales de páncreas, duodeno o
grandes vasos. Estos pacientes deben ser sometidos a laparotomía para repara-
ción quirúrgica de las lesiones viscerales o vasculares.
B. Zona de los flancos.
Debido a lesiones renales, de la porción retroperitoneal de colon o rotura
traumática de psoas. En estos casos sólo será necesario recurrir a cirugía en algu-
nos casos, si se presenta: hematoma pulsátil, hematoma rápidamente expansivo,
estallido renal o rotura del pedículo vasculorrenal.
C. Zona pélvica.
Secundaria a lesiones vasculares en pacientes con rotura de pelvis. Estos
hematomas no deben ser manejados mediante cirugía ya que la apertura del
retroperitoneo aumenta la hemorragia, con pocas posibilidades de conseguir la
hemostasia y el riesgo de infección secundaria es elevado.
2. Shock.
Es producido por la magnitud del traumatismo, el dolor y la hemorragia
pelviana que puede ser apreciable. Por esta circunstancia, el fracturado pelviano
debe ser considerado dentro de la categoría del politraumatizado y con él deberá
haber un diagnóstico muy rápido y un plan terapeútico propio de este tipo de
enfermos.
3. Lesión vésico – uretral.
Todo enfermo que ha sufrido una fractura pelviana debe hacer sospechar
de inmediato una lesión uretro-vesical.
Deben seguirse las siguientes etapas para descartar la lesión:
• Averiguar cuanto tiempo hace que orinó la última vez.
• Invitar al enfermo a orinar: Si la orina fluye fácilmente y es limpia, es
prácticamente seguro que no hay lesión.
• El enfermo presenta anuria:
- Puede ser que no haya orina en la vejiga porque había orinado.
- Puede haber un espasmo esfinteriano por dolor.
- Puede haber realmente una lesión vésico-uretral.
• Se pasa una sonda semirígida, con mucho cuidado y delicadeza.
- La sonda pasa fácilmente y extrae orina normal. No hay lesión vesico-
uretral.
- La sonda no extrae orina; ello puede ser debido a dos causas:
1. No hay orina en la vejiga porque momentos antes había orinado.
2. Ruptura vesical.
242
Paciente politraumatizado crítico
243
Especialización en cuidados intensivos
244
Paciente politraumatizado crítico
C. Intubación endotraqueal.
El propósito de la intubación endrotraqueal es el de establecer una vía
respiratoria permeable. Esta técnica está indicada cuando existe la necesidad de
ventilación mecánica, de higiene pulmonar, aspiración potencial, obstrucción po-
tencial de las vías aéreas superiores y la administración de anestesia. Como con-
traindicaciones podemos señalar el edema severo de las vías aéreas superiores a
las fracturas de la cara y cuello que pueden imposibilitar la intubación.
Las posibles complicaciones son: equimosis, laceraciones y excoriaciones,
epistaxis, sinusitis, rotura de la traquea, fístula esofagotraqueal, aspiración de
vómito, rotura o caída de dientes y arritmias cardiacas.
El material necesario es: tubos endotraqueales de varios tamaños, larin-
goscopio de ramas curvas y recta, pinza de Magill, vaselina, anestesia, compresas
de gas, jeringa, cánula orofaríngea, reanimador manual con adaptador y máscara
conectados al tubo medidor, caudal del oxígeno, aparato de aspiración, catéter de
succión con guante estéril, extremo del aspirador de amígdala Yankauer, espara-
drapo, carro equipo de parada cardíaca, respirador o equipo de oxígeno, brazale-
tes de muñeca, monitor cardíaco.
245
Especialización en cuidados intensivos
246
Paciente politraumatizado crítico
BIBLIOGRAFÍA
247
Paciente crítico neurológico
CAPÍTULO IX
PACIENTE CRÍTICO NEUROLÓGICO
Myriam Muñoz Domínguez y Esther López Palomino
INTRODUCCIÓN
Los pacientes con disfunción neurológica aguda constituyen un reto
especial para el equipo de enfermería en la unidad de cuidados intensivos. La
enfermera desempeña un papel fundamental en el tratamiento y valoración de la
presión intracraneal, de la función respiratoria y del estado nutricional, y sirve
como enlace entre los miembros de la familia y todo el personal sanitario.
1.- Introducción.
La enfermedad cerebrovascular representa una de las principales causas de
muerte e invalidez, originando además un enorme gasto sanitario y social. Los ac-
cidentes cerebrovasculares (ACV) constituyen le enfermedad más común del sis-
tema nervioso. El término apoplejía se utiliza también para referirse a los ACV;
clínicamente, se refiere al desarrollo repentino y dramático de déficit neurológico
focal. En los últimos años los avances en el diagnóstico precoz y la mejora en
los cuidados en la fase aguda sobre todo, han logrado descender la mortalidad,
mientras que los avances en el tratamiento de las complicaciones asociadas y los
tratamientos rehabilitadores especializados disminuyen las secuelas y aumentan
el número de pacientes autónomos tras esta fase inicial de la enfermedad.
Estos progresos propiciados sobre todo por un mejor conocimiento de la
fisiopatología del infarto cerebral, han conducido a un cambio de actitud en el
249
Especialización en cuidados intensivos
250
Paciente crítico neurológico
251
Especialización en cuidados intensivos
252
Paciente crítico neurológico
253
Especialización en cuidados intensivos
254
Paciente crítico neurológico
255
Especialización en cuidados intensivos
256
Paciente crítico neurológico
257
Especialización en cuidados intensivos
258
Paciente crítico neurológico
tamaño del infarto, además en las zonas de cerebro sano con autorregula-
ción conservada, se produciría una vasodilatación compensadora que oca-
sionaría un fenómeno de robo. No se deben tratar cifras tensionales meno-
res de 220 mmHg de tensión arterial sistólica o de 120 de diastólica, o una
presión arterial media menor de 130-140. En caso de hemorragia cerebral
es necesario un control más estricto de la presión arterial, precisando un
descenso de la presión arterial sistólica cuando esta supere los 190 mmHg
pero sin reducciones bruscas ni severas, hasta alcanzar los 170 mmHg en
las seis primeras horas.
• Mantenimiento del balance hidroelectrolítico. Debe mantenerse un ade-
cuado aporte hídrico con soluciones salinas isotónicas o por sonda naso-
gástrica. Deben evitarse las soluciones glucosadas en la fase aguda de la
enfermedad cerebrovascular, ya que puede conducir a hiperglucemia que
se metaboliza por vía anaerobia condicionando una acidosis láctica en el
lecho del infarto. Deben evitarse las soluciones hipotónicas que pueden
producir edema cerebral, vigilando estrechamente la posibilidad de apa-
rición de hiponatremia que está con frecuencia asociada a la aparición de
un síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética que suele
ser leve y transitorio cuando aparece, y suele controlarse con un discreto
balance negativo de líquidos sin llegar a la deshidratación que también
puede empeorar la perfusión del tejido cerebral isquémico por aumento de
la viscosidad.
• Mantener un adecuado balance nutricional. La nutrición puede verse in-
terferida en el ictus agudo por disminución del nivel de consciencia, disfa-
gia, etc. La desnutrición es perjudicial porque aumenta las complicaciones
infecciosas y favorece la aparición de úlceras de decúbito. Debe asegurarse
una vía adecuada para la nutrición colocándole una sonda nasogástrica
para nutrición si se prevé que ésta no se podrá realizar adecuadamente. No
es admisible un ayuno más allá de las primeras 24 horas, debiendo ajustar-
se a las demandas metabólicas en cada caso.
• Control de la glucemia. Se ha demostrado clínica y experimentalmente
que la hiperglucemia aumenta la extensión y empeora la mortalidad de la
enfermedad cerebrovascular aguda, aumenta por tres las posibilidades de
muerte en condiciones de isquemia una hiperglucemia conlleva a acido-
sis metabólica por la metabolización de la glucosa por vía anaerobia. El
ácido láctico produce aumento de radicales libres, necrosis por cúmulo de
hidrogeniones en los astrocitos, pérdida de autorregulación vascular y acti-
259
Especialización en cuidados intensivos
260
Paciente crítico neurológico
261
Especialización en cuidados intensivos
262
Paciente crítico neurológico
tigación algunos de ellos aún en fase muy experimental que buscan el blo-
queo de alguno de los mediadores de muerte neuronal; así existen ensayos
con fármacos bloqueantes de los receptores del glutamato, fármacos que
neutralizan los radicales libres, gangliósidos, en fases iniciales. De todos
estos fármacos citoprotectores los más utilizados son los bloqueantes de
los canales del calcio voltajedependientes, que teóricamente bloqueando la
entrada de calcio al citoplasma y según se postula produciendo una vaso-
dilatación cerebroselectiva que podría ser beneficiosa al no producir efecto
de robo por regiones no isquémicas.
3º- Prevenir y tratar las complicaciones asociadas.
263
Especialización en cuidados intensivos
264
Paciente crítico neurológico
265
Especialización en cuidados intensivos
1.- Introducción.
La miastenia grave consiste fundamentalmente en un fallo de la transmisión
sináptica neuromuscular, debido a alteraciones de la membrana postsináptica. Es
causada por anticuerpos dirigidos contra los receptores de la acetilcolina (ACh).
Su característica más notable es la debilidad fluctuante, que mejora con inhibi-
dores de la colinesterasa. Últimamente se han hecho sustanciales avances en el
tratamiento de ella y en el conocimiento de sus características fisiopatológicas.
El hecho clínico más frecuente de esta miastenia es la debilidad de los músculos
oculares, que afecta al 90% de los pacientes en algún momento de la evolución
de la enfermedad y responde escasamente a la terapéutica anticolinesterásica.
Debilidad facial y dificultades para deglutir, masticar y hablar son las manifesta-
ciones habituales del compromiso muscular bulbar, y se encuentra en el 65% de
los casos. Generalmente la debilidad de la musculatura del cuello y las extremi-
dades aparece más tarde, en el curso de la enfermedad, aunque puede estar entre
los síntomas precoces. La enfermedad puede ser ligeramente asimétrica. En los
casos graves, la debilidad respiratoria produce disnea, como síntoma precoz, la
afectación de la musculatura orofaríngea y respiratoria constituye una emergen-
cia que puede llevar al ingreso en UCI requiriendo en un alto porcentaje de casos
ventilación mecánica. Las características transitorias de la debilidad miasténica
incluyen fatiga rápida con el ejercicio, mejora transitoria con el reposo y pérdida
de la fuerza durante el día.
Aunque se ignora cómo se producen los anticuerpos, al igual que en otras
muchas enfermedades autoinmunes, se sospecha la existencia de una infección
vírica persistente. En la mayoría de los casos el timo es anormal, ya sea por la
presencia de prominentes centros germinales o por la formación de tumores ac-
tuales, suponiéndose que puede ser en esa la zona donde se generan las células
productoras de anticuerpos.
2.- Aparición de la enfermedad.
• Incidencia: la miastenia grave es una enfermedad corriente. El aparente
incremento de su incidencia en los últimos años se debe probablemente
a diagnósticos más afinados. Aunque antes de los 40 años la enfermedad
resulta más frecuente en las mujeres, en edades más avanzadas se ven afec-
tados los dos sexos por igual. Los casos familiares son raros. Las mujeres
jóvenes con miastenia tienden a presentar haplotipos, lo que implica una
respuesta inmune ligada a un gen que codifica una proteína implicada en
las reacciones autoinmunes.
266
Paciente crítico neurológico
267
Especialización en cuidados intensivos
3.- Diagnóstico.
Puede hacerse sin dificultad en la mayoría de los casos tomando como base
las características de la historia y la exploración física. La espectacular mejoría
consecutiva a la inyección de neostigmina o edrofonio hace esencial administrar
tales medicamentos. A efectos prácticos, la respuesta positiva es diagnóstica de
miastenia grave, aunque se han visto mejorías en algunas otras situaciones.
Hay que realizar un diagnóstico diferencial entre la miastenia grave y
todas las enfermedades que van acompañadas de debilidad de los músculos oro-
faríngeos o de los miembros, tales como distrofias musculares, esclerosis lateral
amiotrófica, parálisis bulbar progresiva, oftalmoplejías debidas a otras causas y
astenias de las psiconeurosis y del hipertiroidismo.
4.- Tratamiento.
Se puede elegir la secuencia y combinación de entre cinco tipos de terapia:
la medicación anticolinesterásica y la plasmaféresis son tratamientos sintomáti-
cos, mientras que la timectomía, los esteroides y otros fármacos inmunosupreso-
res alteran el curso de la enfermedad.
Los fármacos anticolinesterásicos aún son la base terapéutica de la miaste-
nia. Su administración produce mejoría en la mayoría de los pacientes y por tanto
deben ser los primeros en utilizarse. Un principio fundamental en el tratamiento
de ésta es usar la cantidad mínima de medicación que controlará con eficacia la
debilidad muscular. Entre los fármacos disponibles figuran el cloruro de amebe-
noium, bromuro de neostigmina y bromuro de piridostigmina, esta última se em-
plea con mayor frecuencia debido a la duración prolongada de su actividad. Hay
268
Paciente crítico neurológico
que evitar el uso rutinario diario de atropina y fármacos con acción atropínica, ya
que pueden enmascarar los síntomas digestivos tóxicos precoces, y permitir así
que la crisis colinérgica se produzca sin aviso previo. El agravamiento de la debi-
lidad se puede producir por crisis miasténica o colinérgica. La crisis colinérgica
es el resultado de niveles tóxicos de fármacos anticolinesterásicos, que causan
sobredespolarización de la membrana postsináptica. En ese caso, son notorios
los efectos muscarínicos e incluyen retortijones, diarrea y exceso de secreciones
pulmonares. Los efectos nicotínicos de los fármacos causan fasciculaciones, de-
bilidad de los músculos voluntarios y espasmo de la musculatura bronquiolar.
La timectomía está indicada en pacientes con timoma, y en aquellos me-
nores de 50 años de edad, con debilidad progresiva o limitante. En general, tras
la timectomía los pacientes suelen mejorar y hasta en un 30 o 40 % se logra la
remisión de la enfermedad. Una vez lograda la remisión, ésta es habitualmente
permanente, aunque su comienzo puede tardar desde meses hasta dos años. Des-
pués de la timectomía, caen los niveles de anticuerpos para los receptores de la
acetilcolina, aunque la reactividad inmune no se altera.
La terapia esteroide para la miastenia mejora la potencia muscular y, ade-
más, se ha demostrado que prolonga la supervivencia después de la timectomía
por timoma invasivo. A menudo, se aplica a pacientes que rechazan la timecto-
mía, y también después de ésta, y ocasionalmente en la miastenia ocular. El este-
roide más utilizado es la prednisona, a menudo, el uso de esteroides disminuyen
los requerimientos de anticolinesterasa, y al iniciar el tratamiento con esteroides
se deben reducir las dosis de ésta.
La innovación más reciente en el tratamiento de la miastenia es la plasma-
féresis. Ésta es utilizable en crisis de corta duración, o como terapéutica primaria,
junto con fármacos inmunosupresores. Si no se emplea inmunosupresión junto
con la plasmaféresis, la caída de los anticuerpos es de corta duración y a menudo,
rebota a niveles más altos que los anteriores a la anterior, con el consiguiente
empeoramiento clínico. Por lo tanto, para obtener un beneficio prolongado es
importante una inmunosupresión adecuada. Las desventajas de la plasmaféresis
estriban en su coste y el posible aumento de las infecciones, que rara vez han pro-
ducido un desenlace fatal. Debido a la depleción de los factores de coagulación,
se produce hipoprotrombinemia transitoria, aunque pocas veces constituye un
problema clínico.
269
Especialización en cuidados intensivos
1.- Introducción.
Estado epiléptico es una denominación clínica que significa crisis epilép-
ticas recidivantes sin que haya recuperación. Las convulsiones contínuas durante
más de 30 minutos, o tres o más convulsiones tipo gran mal sin que haya recupe-
ración de conciencia también han sido equiparadas con el estado epiléptico por
algunos autores. El estado puede ser la manifestación inicial de epilepsia y puede
ocurrir en cualquier momento en el curso de una epilepsia estable; el gran mal
sigue siendo la clase más frecuente y amenazante de estado epiléptico.
2.- Fisiopatología.
En pacientes con epilepsia conocida, la frecuencia publicada de estado epi-
léptico varía del 1 al 5%. La causa más común del mismo es el incumplimiento
de la medicación anticonvulsionante. Los otros factores precipitantes frecuentes
son la infección intercurrente y la alteración metabólica. Las convulsiones tónicas
puras son infrecuentes, y habitualmente se asocian con encefalopatía anóxica.
Numerosos autores han destacado la importancia de las lesiones frontales en la
génesis del estado epiléptico.
Las otras principales causas subyacentes de estado epiléptico, fuera de las
lesiones anatómicas, son las suspensión del alcohol y factores metabólicos tales
como hiponatremia. La sobredosis de fármacos rara vez produce dicho estado: los
agresores más frecuentes son isoniacida, tricíclicos, aminofilina y lidocaína. Un
pequeño número de pacientes presentan estados epilépticos sin causa evidente,
aunque la mayoría de los neurólogos concuerda que ese estado se ve rara vez,
si es que se ve, como manifestación inicial de epilepsia generalizada primaria o
ictus agudo en adultos.
En el pasado, la mortalidad del estado epiléptico era aproximadamente
del 20%. Sin embargo, en una serie más reciente el índice de mortalidad era del
2.5%, y el de morbilidad del 12.5%. Esta espectacular declinación en la morbili-
dad es atribuible a los mejores cuidados intensivos. La morbilidad y mortalidad
del estado epiléptico se correlaciona con la duración de las convulsiones incon-
troladas. Los estudios de convulsiones producidas experimentalmente en anima-
les sugieren que se produce daño cerebral durante las mismas, pero la etiología
probablemente es multifactorial, con la misma actividad convulsiva como uno de
muchos factores.
Las consecuencias metabólicas de las convulsiones son complejas. A me-
270
Paciente crítico neurológico
271
Especialización en cuidados intensivos
4.- Tratamiento.
Sigue discutiéndose sobre el tratamiento del estado epiléptico, aunque son
aceptables diversos esquemas convencionales. La atención general incluye un
catéter intravenoso grande y el mantenimiento de una vía respiratoria adecuada
y la respiración. El diacepam intravenoso ha tenido gran popularidad en el trata-
miento y es eficaz en el 60-80% de los casos. Sin embargo, esta forma terapéutica
presenta numerosos inconvenientes. Aproximadamente el 50% de los pacientes
requieren más dosis de diacepam para controlar las convulsiones recidivantes;
otras desventajas son sus efectos sedantes, que alteran el nivel de conciencia del
paciente, así como la presentación ocasional de depresión respiratoria y paro
cardíaco. La combinación de diacepam y barbitúricos tiene especial tendencia a
producir depresión respiratoria, y generalmente hay que evitarla sin intubación
previa. Estudios recientes han demostrado que el loracepam, una benzodiacepina
de acción larga, es eficaz en el tratamiento del estado epiléptico y se asocia con
mínimos efectos colaterales.
272
Paciente crítico neurológico
273
Especialización en cuidados intensivos
1.- Introducción.
De los muchos tipos de traumatismo de cráneo, sólo los asociados con pér-
dida de conciencia conciernen a la unidad de cuidados intensivos. La conmoción
se define como la pérdida transitoria de la conciencia después de un golpe en la
cabeza. La principal razón del ingreso neuroquirúrgico en la UCI es el coma per-
sistente después de un traumatismo cerrado de cráneo.
El traumatismo de cráneo es la causa más común de elevación de la presión
intracraneal. Se recomienda que la PIC normal está por debajo de 15 mmHg, en
reposo, aunque la presión varía ampliamente en cada momento y según la posi-
ción del cuerpo.
2.- Fisiopatología.
Traumatismo de cráneo. La pérdida transitoria de la conciencia después de
un traumatismo cerrado de cráneo no complicado se ha atribuido a la rotación de
los hemisferios alrededor de la unión cerebro medio-diencéfalo, y la disfunción
del sistema reticular activante a ese nivel. Sin embargo, la pérdida persistente de
ella tiene como base anatómica habitualmente la presencia de lesiones en ambos
hemisferios, o en un hemisferio, aunque comprimiendo el lado opuesto. Las prin-
cipales causas de lesión anatómica en el traumatismo cerrado de cráneo son: 1)
hemorragia extraparenquimatosa; 2) contusión y hemorragia parenquimatosa; 3)
desgarro de los axones en los hemisferios, y 4) edema cerebral y desplazamiento
de masas de tejido. El edema se puede producir en forma independiente o como
resultado de una de las lesiones de la lista. Es una de las causas más frecuentes de
muerte en lesiones de cráneo.
Presión intracraneal. La PIC es un reflejo del volumen intracraneal e intra-
274
Paciente crítico neurológico
Hidantoínas
Difenihidantoína Crisis tonicoclónicas PO: 300-400 mg Debido a la hiperpla-
Crisis parciales (100 mg tres veces sia gingival, higiene
Estado epiléptico al día) oral y cuidados
dentales periódi-
cos; interrumpir
la administración
de forma gradual,
nunca brusca-
mente; controlar
la aparición de
signos de toxicidad:
nistagmo, ataxia,
sedación, diptopía.
Fostenitoína sódica Estado epiléptico IV en unidades de Se puede adminis-
difenilhidantoína (50 trar mezclada con
mg/ml) solución estéril,
Carga de 10-20 H2O o suero salino;
mg/kg controlar con el
ECG.
Barbitúricos
Fenobarbital Crisis tonicolónicas PO: 50-100 mg dos/ Controlar la apari-
Crisis parciales tres veces al día ción de somnolen-
Estado epiléptico IV: 200-300 mg, cia; la sedación y el
repetir cada 6 horas deterioro cognos-
> 40 µg/ml citivo son graves
inconvenientes
para el uso y el
cumplimiento del
tratamiento; menos
costoso; debe
retirarse de forma
gradual
Primidona Crisis tonicoclónicas PO: 100-125 mg al Lo mismo que el
Crisis parciales ir a dormir, aumentar fenobarbital
275
Especialización en cuidados intensivos
gradualmente hasta
2 veces al día (4º
día), tres veces al día
(71 día), hasta que
la dosis sea 250 tres
veces al día
> 12 µg/ml
Benzodiacepinas
Diazepam Estado epiléptico IV: 5-10 mg, repetir Administrar lenta-
a los 10-15 min mente; considerado
hasta 30 mg como el fármaco
de elección para el
estado epiléptico,
pero sólo debe
administrarse por
venas de gran cali-
bre; tener preparada
la asistencia venti-
latoria; eficacia de
corta duración
Loracepam Estado epiléptico IV: 2-4 mg Lo mismo que el
diazepam
Succinimidas
Etosuximida Ausencias PO: 500 mg diarios, Carece por lo general
aumentando en 250 de efectos secunda-
mg cada 4-7 días rios o de interaccio-
hasta conseguir un nes farmacológicas
efecto óptimo (1-1,5 significativas; debe
g/día) retirarse gradual-
>8 µg/ml mente; controlar la
respuesta clínica
al fármaco, no los
niveles sanguíneos
Otros
Carbamacepina Crisis tonicoclónicas PO: 200 mg dos Aumenta el GABA;
Crisis parciales veces al día, vigilar el recuento
aumentando en 200 sanguíneo; con-
mg cada semana trolar el estado
276
Paciente crítico neurológico
277
Especialización en cuidados intensivos
MONITORIZACIÓN NEUROLÓGICA
1.- Introducción.
El paciente con lesión del sistema nervioso central o traumatismo ence-
fálico requiere ser observado estrechamente con el fin de detectar cualquier dis-
función neurológica amenazadora de la vida. La enfermera de la UCI desempeña
un papel importante al realizar las sucesivas exploraciones de forma detenida y
objetiva y comunicar los hallazgos correspondientes. La evaluación neurológica
básica en la UCI comprende la consideración del nivel de conciencia, las reac-
ciones pupilares, los movimientos de los ojos y el movimiento y la fuerza de las
extremidades, el progreso o el empeoramiento se comunica con las gráficas de
flujos y una cuidadosa descripción de los hallazgos neurológicos específicos.
278
Paciente crítico neurológico
279
Especialización en cuidados intensivos
280
Paciente crítico neurológico
MONITORIZACIÓN DE LA PIC
1.- Introducción.
La presión intracraneal debe ser monitorizada en pacientes con hidrocefa-
lia, traumatismo encefálico o lesiones expansivas, ya que en ellos hay el riesgo de
que esa presión aumente y dé lugar a compresión del tejido cerebral. El aumento
de la PIC amenaza la vida cuando se transmite hacia el tronco cerebral y com-
promete estructuras vitales. A veces, la exploración física no detecta ese aumento
hasta que es peligrosamente alto.
La PIC se mide por un procedimiento transcutáneo, o directo, que utiliza
sensor, transductor y monitor. El tornillo subaracnoideo y el catéter ventricular
son los dispositivos de monitorización de la PIC utilizados con más frecuencia, y
emplean el mecanismo de la transducción. Otro aparato empleado para el sistema
nervioso central, el reservorio de Ommaya, se utiliza también para tomar mues-
tras de LCR o instilar fármacos. Todos los transductores de monitorización de
PIC se nivelan con el meato auditivo externo, que se aproxima a los ventrículos
laterales.
281
Especialización en cuidados intensivos
282
Paciente crítico neurológico
283
Especialización en cuidados intensivos
284
Paciente crítico neurológico
BIBLIOGRAFÍA
285
Especialización en cuidados intensivos
286
Intoxicaciones agudas
CAPÍTULO X
INTOXICACIONES AGUDAS
Ramón Sánchez Manzanera, Mª Elena Porras y Mª Isabel Ostabal Artigas
287
Especialización en cuidados intensivos
PRESENTACIÓN CLÍNICA
Aliento: olor a ajo: arsénico y fósforo; olor a almendras amargas: cianuro.
Debilidad, letargo: metales pesados (Pb, Ar, Hg, TI), organoclorados,
organofosforados, nicotina, nitritos, diuréticos tiacídicos.
Hipertermia: ácido bórico, atropa belladona, atropina, antihistamínicos,
inhibidores de la MAO, simpaticomiméticos, fenotiazinas, alcanfor, dinitrofeno-
les y nitrofenoles.
Hipotermia: sobredosis de depresores SNC, alcohol, barbitúricos, fenotia-
zinas.
Hipotensión: depresores de SNC, anticolinérgicos, diuréticos, betablo-
queadores, antimaláricos. Como consecuencia de la depleción por tubo digestivo:
ácidos fuertes, álcalis, colchicina, sales de hierro y de mercurio.
288
Intoxicaciones agudas
289
Especialización en cuidados intensivos
290
Intoxicaciones agudas
Sistema digestivo
Vómitos, diarrea: ácidos, álcalis, disolventes, jabones, neutralizantes,
ácido bórico, insecticidas, fósforo, fluoruro, talio.
Hematemesis: antiinflamatorios no esteroideos, anticoagulantes, hierro,
salicilatos, corrosivos.
291
Especialización en cuidados intensivos
DESCONTAMINACIÓN CUTÁNEA
- Despojar de ropas al paciente.
- Baño con abundante agua tibia durante el tiempo necesario para eliminar
el tóxico.
- Verificar la limpieza de uñas y cuero cabelludo.
- El personal que realice este procedimiento debe protegerse con bata y
guantes impermeables. Evitar el contacto directo, especialmente con caústicos y
corrosivos.
- No se deben usar antídotos químicos. Las reacciones exotérmicas pueden
producir agravamiento de las lesiones.
DESCONTAMINACIÓN OCULAR
- Colocar al paciente en una silla reclinada e irrigar los ojos durante 15
minutos o más, con solución salina normal o agua estéril.
- Se debe realizar oclusión ocular, si se evidencia lesión de córnea.
- Dentro de las primeras dos horas después del accidente tóxico, el paciente
debe ser evaluado por el oftalmólogo.
INHALACIÓN DE VENENOS
- Retirar al paciente del sitio de exposición, al igual que las ropas conta-
minadas.
- Establecer buena permeabilidad de la vía aérea.
- En caso de inhalación de ácidos y corrosivos idealmente se debe oxigenar
en tienda húmeda, preservando la integridad de las vías respiratorias, las cuales
se tornan friables por la acción local de los químicos.
DESCONTAMINACIÓN GÁSTRICA
Emesis: está indicada para eliminar los venenos deglutidos. Se utiliza el
jarabe de ipecacuana en dosis de 30 ml para el adulto, en 150 a 200 ml de agua
292
Intoxicaciones agudas
LAVADO GÁSTRICO
Está indicado en casos de intoxicaciones por ingestión dentro de las pri-
meras 24 horas.
TÉCNICA
- Utilizar una sonda nasogástrica de grueso calibre, idealmente No.16.
- Colocar al paciente en posición de Trendelenburg y decúbito lateral
izquierdo.
- Medir en la sonda la distancia de la oreja a la nariz y de ésta al epigás-
trico.
- Pasar la sonda por la fosa nasal de mayor amplitud, previa lubricación.
- Extraer la mayor cantidad posible del contenido gástrico, envasar en un
frasco y rotularlo con nombre y fecha, para su envío al laboratorio toxicológico.
- Realizar lavado gástrico, administrando por la sonda 200 ml de agua estéril
o solución salina y retirando en lo posible igual cantidad, hasta que el líquido salga
claro; cambiar de posición al paciente, para lavar todas las paredes gástricas.
- Administrar carbón activado como absorbente.
CONTRAINDICACIONES
- En la ingestión de ácidos o álcalis, no se debe practicar lavado gástrico
293
Especialización en cuidados intensivos
CARBÓN ACTIVADO
Es un absorbente muy eficaz. Se utiliza a dosis de 500 mg a 1 g/kg de
peso. Se mezcla con agua en proporción 1:4 y se pasa por la sonda nasogástrica
o vía oral, posterior al lavado gástrico. Si el paciente presenta vómitos, se repite
la dosis.
Está indicado repetir la dosis en casos de intoxicación por fármacos que
tienen circulación enterohepática, como teofilina, barbitúricos, hidrato de cloral,
colchicina, digital, hidrocarburos halogenados, isoniacida, salicilatos antidepre-
sivos tricíclidos y fenotiacinas.
CONTRAINDICACIONES
Cuando se utilicen antídotos específicos por vía oral. Sus contraindicacio-
nes no son absolutas; es mayor su inefectividad en algunos casos como: absorción
de alcoholes, ácido bórico, caústicos, corrosivos, minerales ácidos y metales.
DESCONTAMINACIÓN RECTAL
La vía rectal de intoxicación es debida a errores en la administración de
supositorios. La mejor manera de descontaminarla es con enemas, utilizando las
presentaciones comerciales o preparados caseros de agua con sal común o SSN;
el agua pura connlleva el peligro de intoxicación hídrica.
294
Intoxicaciones agudas
CATARSIS
Se utiliza para evacuar del estómago y tubo digestivo los venenos no
extraídos mediante emesis o lavado gástrico. Se provoca mediante los siguientes
fármacos:
- Sulfato de magnesio 30 g o 250 mg/kg de peso.
- Sulfato de sodio 30 g o 250 mg/kg de peso.
- Sorbitol o manitol 50 ml. Se utiliza por vía oral o por sonda nasogástrica,
diluido en agua, treinta minutos a una hora después de la primera dosis de carbón
activado (repetir en caso de emesis, o de fármacos con circulación enterohepá-
tica).
CONTRAINDICACIONES
- Íleo adinámico
- Diarrea severa
- Traumatismo abdominal
- Obstrucción intestinal
- Fallo renal (sulfato de magnesio)
- Fallo cardiaca (sulfato de sodio)
- Pacientes con alteraciones electrolíticas
- Intoxicaciones por corrosivos, ya que se puede incrementar la gravedad
de la lesión
295
Especialización en cuidados intensivos
DIURESIS
La principal vía de eliminación de los fármacos y sus metabolitos es la
orina. Su eliminación se ve afectada por los cambios en el pH urinario, mecanismo
farmacológico que se utiliza para incrementar la eliminación por esta vía. La excre-
ción urinaria se aumenta con el empleo de los diuréticos de asa u osmóticos.
Acidificación de la orina: no está indicado en ningún caso.
Alcalinización de la orina: la administración de bicarbonato de sodio pro-
duce una orina con pH alcalino, con el objetivo de incrementar la excreción de una
sustancia por vía renal. El fundamento de este método es que los ácidos débiles,
incrementan su disociación, en un pH alcalino, con el fin de favorecer su excreción
(“trampa iónica”). Como el principal objetivo es la manipulación de pH urinario,
deben evitarse términos como diuresis alcalina o diuresis forzada. Cuando se use,
hay que cuantificar creatinina, glicemia, electrolitos y el estado ácido base, durante
el tiempo que dure la infusión.
• Indicaciones: intoxicación moderada a grave por salicilatos que no
cumple criterios para hemodiálisis e intoxicación por 2,4 diclorofe-
noxiacético.
• Complicaciones: Alcalemia, hipokalemia, tetania alcohólica e hipocal-
cemia.
• Contraindicaciones: Fallo renal, isquemia cardiaca de base con edema
pulmonar no cardiogénico, edema cerebral, síndrome de secreción
excesiva de hormona antidiurética. En estos casos se debe considerar
hemodiálisis o hemoperfusión.
• Procedimiento: 1-2 mEq/Kg de bicarbonato de sodio (ampollas de 10
ml, 1 mL = 1mEq), bolo inicial, continuar con 150 mEq de bicarbonato
de sodio diluidos en 1 litro de agua destilada, para una velocidad de
infusión de 150- 200 ml/hora. A cada litro de la mezcla se le adicionan
10 a 20 mEq de cloruro de potasio. La velocidad de infusión se ajusta
para mantener un pH urinario en 7´5 – 8, y un pH sanguíneo no mayor
a 7´55, los cuales deben controlarse cada hora.
EXANGUINOTRANSFUSIÓN
Es un procedimiento poco recomendado en la actualidad, el cual fue uti-
lizado en su momento con indicación específica en la intoxicación por fósforo
blanco.
296
Intoxicaciones agudas
DIÁLISIS
Es el procedimiento que se ejecuta para remover del organismo ciertas
toxinas o sustituir la función del riñón cuando éste presenta signos de fallo. Está
indicado, en general, como segunda instancia, después de realizar las medidas
de descontaminación, disminución de absorción, catarsis y eliminación y sólo en
casos de intoxicaciones severas. La hemodiálisis, es la técnica más efectiva, pero
requiere más experiencia y el uso de mayor tecnología. En general, se aceptan
como indicaciones de la hemodiálisis, la presencia de coma prolongado, fallo
renal, y deterioro del paciente con manejo médico adecuado. Es recomendada en
intoxicaciones por metanol, con acidosis refractaria al tratamiento, etilenglicol,
litio, anfetaminas, calcio, quinidina, quinina, estricnina y tiocianatos.
HEMOPERFUSIÓN
Es la exposición de la sangre del paciente a través de un circuito extracorpó-
reo, a una superficie absorbente (resina de carbón activado). Este procedimiento
se realiza para la eliminación de sustancias o fármacos pobremente removidos por
diálisis y hemodiálisis, de fármacos o sustancias fuertemente ligadas a proteínas,
baja solubilidad y deficiente distribución en los líquidos corporales. Se indica en
sobredosis de barbitúricos de corta acción, teofilina, antidepresivos tricíclicos,
tetracloruro de carbono, paraquat y DDT. Para la hemodiálisis y la hemoperfusión
es imprescindible un contínuo control analítico de los tóxicos en la sangre.
297
Especialización en cuidados intensivos
298
Intoxicaciones agudas
contacto se tiñe de color pardo o negro, excepto en el caso de los ácidos nítrico y
pétrico que producen una mancha amarilla. A menudo existe sangre precipitada
en el estómago, mientras que el epitelio del esófago se descama en partes o total-
mente.
Por su parte, los álcalis se combinan con las proteínas para formar pro-
teinatos y con las grasas para formar jabones; en esta forma, el contacto con los
tejidos produce áreas de necrosis de licuefacción con reblandecimiento y pene-
tración profunda.
Diagnóstico clínico.
Se fundamenta en la historia clínica y especialmente en los antecedentes
y el tipo de agente ingerido. Es importante esclarecer el tiempo de evolución, la
concentración de la sustancia y la presentación del elemento (sólido o líquido).
Intoxicación por ácidos. El dolor es intenso, con sensación de quemadura
en la boca, laringe y abdomen. Suele haber vómito y diarrea que contiene sangre
precipitada, de color oscuro. En ocasiones se presenta asfixia por edema de glotis.
La aparición de fiebre obliga a evaluar la posibilidad de mediastinitis o peritonitis
por perforación del esófago o el estómago. Si el paciente se recupera, es factible
que se desarrolle estenosis pilórica o esofágica por la cicatrización.
Intoxicación por álcalis. Los síntomas son: dolor, vómito y diarrea. El
vómito contiene sangre y mucosa descamada. El paciente suele mejorar por 2 a
4 días y luego presentar ataque súbito de dolor abdominal intenso, con defensa
y caída de la presión arterial debido a una posible perforación esofágica. Aún
cuando el paciente se recupere de la lesión inmediata, la estenosis esofágica
puede ocurrir semanas, meses o hasta años más tarde. El carcinoma es un riesgo
posterior, a largo plazo.
Ayudas diagnósticas.
Se solicitan los siguientes exámenes:
299
Especialización en cuidados intensivos
a. Cuadro hemático
b. Creatinina
c. Nitrógeno uréico
d. Glicemia
e. Uroanálisis
f. Radiografías de tórax, abdomen
g. Gases arteriales
Tratamiento.
MEDIDAS DE URGENCIA
• No usar lavado gástrico ni provocar emesis
• No colocar sonda nasogástrica
• Aliviar el dolor: administrar sulfato de morfina en dosis de 5 a 10 mg
cada 4 horas
• Nada vía oral
• Mantener la presión arterial dentro de los límites normales mediante
transfusión y la administración de líquidos parenterales.
MEDIDAS GENERALES
a. Evaluar el compromiso esofagogástrico con ayuda de la endoscopia (pri-
meras 24 horas) (tabla 2).
b. Administrar prednisolona, 2 mg/kg/día durante 10 días.
CLASIFICACIÓN DEL COMPROMISO ESOFAGOGÁSTRICO
300
Intoxicaciones agudas
Intoxicación alimentaria
El consumo de alimentos contaminados tiene por consecuencia la aparición
de varios síndromes gastrointestinales, los cuales se diferencian fácilmente por la
duración del período de incubación. Es probable un proceso relacionado con ali-
mentos cuando una o más personas desarrollan síntomas gastrointestinales o neu-
rológicos dentro de las 72 horas siguientes a la ingestión de una misma comida.
Al cabo de 1-6 horas de la ingestión de toxina preformada de Staphylococ-
cus, aparecen náuseas intensas, vómitos, calambres abdominales y diarrea acuosa.
La toxina se forma en alimentos preparados y conservados en forma indebida.
Los dolores cólicos abdominales y la diarrea acuosa que comienzan a las
6-16 horas de la ingestión de alimentos pueden ser consecuencia de los efectos de
toxinas producidas por Clostridium perfringens; son poco frecuentes los vómitos,
y el proceso se resuelve espontáneamente en 24 horas.
Se descubren brotes de diarrea transmitidos por alimentos contaminados
con Giardia.
La gastroenteritis relacionada con alimentos que surge entre las 24 y 72
horas de una comida, suele deberse a Salmonella, Shigella o Escherichia coli.
Por su parte, el desarrollo simultáneo de debilidad o parálisis y gastroenteri-
301
Especialización en cuidados intensivos
BOTULISMO
Es causado por una poderosa neurotoxina producida por el bacilo Clostri-
dium botulinum que bloquea la liberación de acetilcolina en las terminaciones de
los nervios periféricos con un alto riesgo de ocasionar la muerte. Aunque la toxina
es extremadamente potente, el desarrollo de los cuidados respiratorios ha redu-
cido la mortalidad del 60 a 20 por ciento. Se encuentra disponible una antitoxina
trivalente la cual modifica la enfermedad si se administra de manera oportuna.
Existen siete tipos antigénicos de toxina: A, B, C, D, E, F, y G; los tipos
A, B y E son los más importantes. Los alimentos que más frecuentemente son
302
Intoxicaciones agudas
303
Especialización en cuidados intensivos
304
Intoxicaciones agudas
305
Especialización en cuidados intensivos
306
Intoxicaciones agudas
Diagnóstico.
Datos clínicos. La confirmación clínica del diagnóstico es facilitado por
los antecedentes del paciente (drogadicto reconocido) y porque la intoxicación
es habitualmente fácil de reconocer ante un cuadro con signos de estimulación
del sistema nervioso central, como agitación, midriasis, sudoración, hipertensión
arterial y taquicardia.
Las manifestaciones clínicas son numerosas y variadas:
- Cardiovasculares:
Hipertensión arterial, taquicardia, arritmias
Isquemia miocárdica, infarto renal, intestinal, pulmonar o miocárdico
- Respiratorias:
Edema agudo del pulmón
Hemorragia alveolar con hemoptisis y paro respiratorio
Neumonía intersticial y broncoespasmo
- Neurológicas:
Cefalea, midriasis, convulsiones y coma
Accidente cerebro-vascular
Distonia, trastornos psíquicos (agitación, psicosis paranoide)
- Otras:
Hipertermia y sudores
Hepatotoxicidad
Necrosis osterocartilaginosa de la nariz
Trombocitopenia
Datos de laboratorio. Se toman muestras sanguíneas y de orina para con-
firmar la existencia de cocaína. El electrocardiograma permite diagnosticar las
arritmias y la isquemia miocárdica. La radiografía del tórax facilita la confirma-
ción de un edema pulmonar. Se solicita tomografía cerebral computadorizada
(TAC) en caso de cefaleas persistentes, déficit neurológico focalizado o coma.
Diagnóstico diferencial. Otras drogas producen efectos similares: anfeta-
minas, colinérgicos y la fenciclidina. Ciertas enfermedades como la meningitis,
la encefalitis o la tirotoxicosis pueden igualmente simular la intoxicación por
cocaína. Es prudente evocar el diagnóstico de intoxicación por cocaína en caso de
accidente cerebro-vascular o de infarto del miocardio en sujetos jóvenes menores
de 30 años.
Tratamiento
MEDIDAS DE URGENCIA
a. Mantenga la vía aérea permeable y administre oxígeno si es necesario.
307
Especialización en cuidados intensivos
b. Para las convulsiones adminístrese diazepam, 0,15 mg/Kg por vía intra-
venosa o intramuscular.
c. En caso de hipertensión arterial utilice nifedipino, nunca sublingual. Si
se presenta hipotensión arterial se mantiene la presión con líquidos. Los
vasopresores son peligrosos.
d. Para la taquicardia mal tolerada se aconseja el metoprolol parenteral. Se
inicia con una dosis de 5 mg, administrados a una velocidad de 1-2 mg/
min. Esta dosis puede repetirse a intervalos de 5 minutos hasta lograr un
efecto satisfactorio. También es útil la lidocaína, 1 mg/min por vía intra-
venosa.
e. La hipertermia se maneja de acuerdo con el protocolo de trastornos por
calor.
COMPLICACIONES
Entre las complicaciones del uso de la cocaína se incluyen el infarto del
miocardio, arritmias, hemorragia subaranoidea, neumomediastino e isquemia
intestinal
El síndrome del portador intestinal de cocaína constituye una complicación
potencialmente fatal de la ingestión oral de bolsas conteniendo cocaína. Si estas
bolsas se rompen accidentalmente, antes de atravesar el aparato digestivo, pueden
absorberse cantidades letales del alcaloide. Cuando se descubre una persona porta-
dora de bolsas de cocaína en su intestino, debe ser ingresado para su observación.
En la radiografía abdominal se determina la cantidad y localización de las
bolsas. Se aplican supositorios (Dulcolax) y dosis bajas de citrato de magnesio;
se puede considerar la realización de una intervención quirúrgica, si se presenta
obstrucción intestinal o aparece una toxicidad importante o cuando el paciente
elimina bolsas rotas.
Pronóstico
Si el paciente sobrevive las primeras tres horas después del envenena-
miento agudo, es probable que se recupere.
Intoxicación por AAS.
El ácido acetilsalicílico es componente importante de muchos compuestos
analgésicos. El ácido salicílico es usado en callicidas y ungüentos dermatológicos
o como salicilato de sodio para uso externo. El salicilato de metilo es el ingre-
diente activo de muchos linimentos y ungüentos cutáneos que se utilizan con
fines analgésicos.
308
Intoxicaciones agudas
Datos clínicos
Las manifestaciones más importantes en el envenenamiento por salicilatos
son la hiperpnea, y los trastornos en el equilibrio ácido básico.
La sintomatología se hace evidente después de 3 horas de la ingesta, con
vómito, dolor urente en el abdomen, hiperpnea que puede ser ligera o moderada,
letárgica, zumbido de oídos y vértigo. Si el paciente no recibe atención médica,
el cuadro evoluciona con la presencia de convulsiones, cianosis, oliguria, edema
pulmonar e insuficiencia respiratoria.
DATOS DE LABORATORIO
Gases arteriales: Valores inferiores a 8 mEq/L de bicarbonato sanguíneo,
son indicativos de una acidosis severa. El pH, la PaO2 y la PaCO2 permiten esta-
blecer la fase de la intoxicación (tabla 1).
Fases de la intoxicación.
1. Alcalosis respiratoria: dura aproximadamente 12 horas
2. Alcalosis respiratoria y aciduria paradójica
3. Acidosis metabólica
Prueba para salicilatos en orina: Al añadir unas gotas de tintura de clo-
ruro férrico a 5 ml de orina acidificada se observa un color violeta indicativo de
la presencia de un salicilato.
309
Especialización en cuidados intensivos
310
Intoxicaciones agudas
Diálisis. Esta puede salvar la vida a los pacientes por intoxicación por sali-
cilato. Debe realizarse en los siguientes casos:
a. Diálisis inmediata en los pacientes agudos cuyo nivel sérico inicial de
salicilato esté por encima de la línea de gravedad (120 mg/dl a las 6 horas)
b. Insuficiencia renal
c. Pacientes que no responden al tratamiento convencional
d. Persistencia de la acidosis a pesar de la disminución significativa del
nivel sérico de salicilato
e. Nivel de salicilato en líquido céfaloraquídeo superior en un 50% al nivel
sérico.
311
Especialización en cuidados intensivos
312
Intoxicaciones agudas
313
Especialización en cuidados intensivos
314
Intoxicaciones agudas
315
Especialización en cuidados intensivos
316
Intoxicaciones agudas
317
Especialización en cuidados intensivos
318
Intoxicaciones agudas
Research chemicals
Se denominan research chemicals (RC) a una serie de sustancias químicas
con efectos preferentes en el SNC, de acciones muy parecidas a las de las anfe-
taminas o la cocaína, y que en los últimos años se han incorporado al catálogo
de sustancias utilizadas con fines lúdicos. También se denominan legal highs o
nuevas sustancias de síntesis, pese a que algunas de ellas fueron sintetizadas hace
más de 30 años y otras sólo son antiguos fármacos que se utilizan con finalidad
diferente a aquélla para las que fueron sintetizados50.
Proceden de múltiples familias químicas, aunque el grupo principal es el
de los derivados de las triptaminas y las feniletilaminas. Se consiguen online,
habitualmente etiquetadas como productos agrícolas, sales de baño o fertilizantes
para plantas, lo que les proporciona una situación pseudolegal que posibilita su
comercio51. Como denominador común a todas ellas se puede resaltar la escasa
investigación clínica en humanos y la gran cantidad de información de nula fiabi-
lidad y escasamente comprobable disponible en internet (la mayoría de la infor-
mación disponible proviene de relatos en primera persona de usuarios en foros o
chats de internet).
Los RC se pueden clasificar según su origen químico (triptaminas, fenileti-
laminas, piperazinas, arilciclohexilaminas, piperidinas, anestésicos locales o can-
nabioides sintéticos) o según sus efectos sobre el SNC (estimulantes, depresores,
alucinógenos, antipsicóticos). Muchas sustancias pueden tener distintos efectos,
dependiendo de si se consumen conjuntamente con otras, o incluso según la sus-
ceptibilidad del consumidor o del momento del consumo. Dado su gran número
(mefedrona, metilona y muchos otros), no se pretende describir los efectos de
cada una de ellas. En general presentan síntomas simpaticomiméticos (taquicar-
dia, hipertensión, temblor, ansiedad) que acompañan a los teóricos efectos espe-
cíficos (alucinógenos, entactógenos, afrodisíacos) de cada droga. Hay que tener
en cuenta que estas sustancias no han sido probadas en humanos antes de ser
comercializadas, por lo que los efectos de su consumo esporádico o crónico no
son predecibles, a diferencia de lo que sucede con las drogas más tradicionales.
En caso de sobredosis, no existen antídotos específicos.
En general, el tratamiento se encamina al establecimiento de medidas de
soporte hemodinámico, metabólico y respiratorio en un ambiente lo más relajante
posible, y al control de los síntomas. Se utilizarán benzodiacepinas para tratar los
síntomas simpaticomiméticos y neurolépticos para la agitación o el delirio. Las
medidas de descontaminación digestiva no están indicadas.
319
Especialización en cuidados intensivos
FÁRMACOS DE SOPORTE
320
Intoxicaciones agudas
321
Especialización en cuidados intensivos
1.-JARABE DE IPECUANA:
- PRINCIPIOS ACTIVOS: La emetina y la cefatina.
- Inductores del vómito a través de mecanismos centrales y
periféricos.
-No está comercializada en España por lo que se hace con
fórmula magistral.
- Dosis: 15cc en caso de niños de 1-12 años
30cc en mayores de 12 años.
- Administrarla diluidos en 200cc de aguda.
- Si el vómito no ocurre a los 20-30min, puede
administrase otra dosis.
- No administrar más de 2 dosis ni a menores de 6 meses.
MECANISMO DE ACCION.
322
Intoxicaciones agudas
2.-APOMÓRFINA:
- Está indicada en pacientes en que está indicada la inducción
del vómito y se niegan a tomar jarabe de ipecuana.
- Se administra por vía subcutánea.
- La dosis es 0,1 mg/kg de peso.
- Puede producir depresión neurológica y respiratoria.
. - Se revierten los efectos adversos con naloxona.
- Contraindicado en pacientes con alergia a mórficos, EPOC
severos y con
bajo nivel de conciencia.
323
Especialización en cuidados intensivos
3.-CARBÓN ACTIVADO:
- Adsorbe el tóxico en el tracto gastrointestinal para disminuir
o prevenir la absorción del mismo por el tubo digestivo y por
tanto reducir o prevenir la toxicidad sistémica.
- El tóxico debe ser capaz de ser absorbido por el carbón
activado. No es eficaz en intoxicaciones por:
-Acetilcisteína.
-Cianuro
-Caústicos.
- Insecticidas organoclorados.
- Etanol
- Etilenglicol.
- Hierro
- Ipecuana.
- Litio.
- Malatión.
-Metanol
- Derivados del petróleo.
- Debe ser utilizado tan pronto como sea posible,
preferiblemente antes de la primera hora y si no antes de las 4
primeras horas.
-Dosis: 1 g/kg (generalmente 50 a 100 g), disueltos en 200cc
de agua, administrados por sonda naso-gástrica o vía oral.
- El Carbon SuperChar ® es dos veces más eficaz que el
carbón habitual.
-Está contraindicado en:
- Si la vía aérea no está protegida.
-Si hay alteraciones patológicas del tubo digestivo.
-En intoxicaciones por hidrocarburos.
324
Intoxicaciones agudas
325
Especialización en cuidados intensivos
7.-LAVADO GÁSTRICO
- Es el método de elección para el vaciado gástrico a nivel
hospitalario y en adultos.
- Consiste en la administración y posterior aspiración de una
cantidad de líquido que normalmente suele ser suero fisiológico,
326
Intoxicaciones agudas
327
Especialización en cuidados intensivos
328
Intoxicaciones agudas
329
Especialización en cuidados intensivos
330
Intoxicaciones agudas
331
Especialización en cuidados intensivos
ABREVIATURAS UTILIZADAS:
amp: ampolla; h: horas; min: minutos; SG: suero glucosado; comp: compri-
mido; I.M: intramuscular; máx: máximo; UI: Unidades Internacionales; d: días;
I.V: intravenoso; ml: mililitro; mg: microgramo; dl: decilitro; kg: kilogramo; sc:
subcutánea; mM: micromoles; g: gramos; l: litro; SF: suero fisiólogico 0.9%.
332
Intoxicaciones agudas
BIBLIOGRAFÍA
333
Especialización en cuidados intensivos
334
Shock y fallo multiorgánico
CAPÍTULO XI
SHOCK Y FALLO MULTIORGÁNICO
Mª José Vidal de la Rosa
1. Concepto.
Se define como una reducción importante y generalizada del aporte de
oxígeno y otros nutrientes a los tejidos que determina, en principio, una lesión
reversible que llegará a ser irreversible si se mantienen en el tiempo. Algunas ca-
racterísticas del shock, en cuanto a la patogenia, son comunes a los distintos tipos
y otras serán diferentes, pero todas ellas conducen a un mismo final: la muerte
celular. Este concepto de la irreversibilidad del shock es importante pues llegado
a este punto cualquier actuación sería inútil.
2. Tipos de shock.
CARDIOVASCULAR HIPOVOLÉMICO DISTRIBUTIVO
A) Cardiogénico Traumático Séptico
- Infarto agudo de miocardio Quemaduras Anafiláctico
- Miocarditis Sangrado gastrointestinal Neurogénico
- Enf. valvular cardiaca Pancreatitis Por drogas o fármacos
- Arritmias Embarazo ectópico Insuf. suprarrenal
- Taponamiento pericárdico Aneurisma de aorta Otros
- Otros Deshidrataciones graves
B) Obstructivo Feocromocitoma
- Embolismo pulmonar Otros
- Neumotórax a tensión
- Trombosis valvular
- Compresión de la v. cava
- Shock obstétrico
335
Especialización en cuidados intensivos
336
Shock y fallo multiorgánico
mantiene mucho tiempo será una de las causas del fallo multiorgánico: necrosis
isquémica de los intestinos y dedos, en un principio, síndrome de distress respira-
torio del adulto, insuficiencia renal aguda, coagulación intravascular diseminada
(a través de factores humorales de la necrosis de los órganos) y, por fin, el men-
cionado fallo multiorgánico que ocasiona la muerte.
Otras patogenias son más complicadas como el shock distributivo. Dentro
de este esta el shock séptico que en un principio tiene disminuidas las R.P.T. y
un elevado gasto cardiaco. Las causas son un foco de infección que libera me-
diadores y microbios al torrente sanguíneo. De estos unos provocan vasodilata-
ción y otros vasoconstricción. La VD produce la disminución de las resistencias
periféricas lo que provoca un aumento del gasto cardiaco. Sería un mecanismo
compensador siempre que haya suficiente volumen circulante.
337
Especialización en cuidados intensivos
4. Manifestaciones clínicas.
Algunos síntomas y signos son los mismos sea cual fuere el tipo de shock.
Este proceso se caracteriza por la hipotensión presentando una presión arterial
diastólica menos de 6 mmHg y sistólica menor de 8 mmHg. Para esto tenemos
que tener en cuenta el nivel medio de TA previa del paciente; no es lo mismo ser
normotenso que hipertenso. A igual bajada de tensión afectará más a un paciente
con HTA que a uno que sea normotenso, y a este más que a uno hipotenso. Es-
tos últimos no presentarán clínica importante hasta no llegar a 50 mmHg. Otras
338
Shock y fallo multiorgánico
Estadio de shock
ESTADIO DE SHOCK DESCRIPCIÓN
339
Especialización en cuidados intensivos
340
Shock y fallo multiorgánico
Se debe mantener una presión arterial media adecuada (mayor de 60) y una
sistólica superior a 90, así mismo mantener un flujo sanguíneo adecuado a los
órganos que se dañan más frecuentemente en el shock. Estos son hígado, riñones,
SNC y pulmones.
Además debemos vigilar la diuresis horaria y mantener el nivel de lactato
en sangre por debajo de 22 mmosm.
Dentro de las medidas generales está la de colocar al paciente en posición
de decúbito supino con las piernas elevadas (Trendelemburg). Canalizar una vía
venosa a ser posible periférica central del tipo DRUM , e iniciar una perfusión del
suero fisiológico a un ritmo de 7-8 gotas minuto.
341
Especialización en cuidados intensivos
342
Shock y fallo multiorgánico
343
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
344
Donación de órganos. Muerte cerebral
CAPÍTULO XII
DONACIÓN DE ÓRGANOS. MUERTE CEREBRAL
Ramón Sánchez Manzanera y Mª Dolores López Plaza
1. Introducción.
En la última década se ha producido una evolución gigantesca en los tras-
plantes gracias a los avances obtenidos en la inmunología. Pero a pesar de todo,
el personal sanitario es un eslabón fundamental para la obtención de donantes
potenciales, puesto que la determinación precoz en el menor tiempo posible es
decisivo para el uso posterior de los órganos.
El 20% de donantes potenciales fallecen en las primeras 6 horas de su in-
greso y el 50% a las 24 horas.
Entre las primeras perspectivas de donantes encontramos a los traumatismos
craneoencefálicos y los accidentes cerebrovasculares, en porcentajes similares.
En España, el trasplante cardiaco se efectúa en 17 hospitales de todo el es-
tado y desde hace años son 250- 300 los enfermos que reciben un injerto cardíaco
cada año.
Hablando en términos globales y teniendo en cuenta que por ejemplo, la
edad, enfermedad y el estado general del receptor son muy importante en el pronós-
tico del trasplante, hoy podemos citar que al año la supervivencia es de alrededor
de un 80%, con un riesgo quirúrgico del 10-12% y una supervivencia a los 10 años
del 60%.
345
Especialización en cuidados intensivos
346
Donación de órganos. Muerte cerebral
347
Especialización en cuidados intensivos
348
Donación de órganos. Muerte cerebral
349
Especialización en cuidados intensivos
Diagnóstico clínico
La exploración neurológica del paciente con sospecha de ME tiene que ser
realizada por médicos expertos en la valoración de pacientes con patología
neurológica crítica.
350
Donación de órganos. Muerte cerebral
351
Especialización en cuidados intensivos
352
Donación de órganos. Muerte cerebral
353
Especialización en cuidados intensivos
354
Donación de órganos. Muerte cerebral
355
Especialización en cuidados intensivos
356
Donación de órganos. Muerte cerebral
357
Especialización en cuidados intensivos
358
Donación de órganos. Muerte cerebral
359
Especialización en cuidados intensivos
360
Donación de órganos. Muerte cerebral
361
Especialización en cuidados intensivos
362
Donación de órganos. Muerte cerebral
363
Especialización en cuidados intensivos
364
Donación de órganos. Muerte cerebral
365
Especialización en cuidados intensivos
366
Donación de órganos. Muerte cerebral
367
Especialización en cuidados intensivos
368
Donación de órganos. Muerte cerebral
369
Especialización en cuidados intensivos
• Ausencia de:
»» Enfermedad hepática previa
»» Herida penetrante abdominal
»» Alcoholismo crónico
• Valorar exposición previa a tóxicos hepáticos. La valoración hepá-
tica se establece mediante:
»» Bilirrubina total y directa
»» GOT, GPT, GammaGT, LDH Y F. Alcalina.
»» Estudio de coagulación
• Valorar la extracción simultánea de hígado y páncreas.
Criterios específicos de selección del donante pancreático
• Edad inferior a 55 años. Edades mayores serán valoradas por el
equipo que lo va a implantar.
• Normas generales anteriormente citadas.
• Ausencia de:
»» Traumatismo abdominal
»» Diabetes
»» Pancreatitis
»» Alcoholismo crónico
• Amilasa dentro de los límites normales.
Criterios específicos de selección del donante pulmonar
• Edad: preferiblemente inferior a 55 años. En pacientes mayores, se
valorará por el equipo de trasplante pulmonar.
• Normas generales previamente citadas.
• Pulmón a trasplantar libre de patología tras el examen radiológico.
(Rx tórax normal)
• Ausencia de edema pulmonar y de heridas torácicas penetrantes.
• Secreciones pulmonares no purulentas.
• Gramm de broncoaspirado con escasos gérmenes.
• PaO2 superior a 300 mmHg con FiO2 1 y PEEP de 5 cm H2O,
durante 5 min.
• No antecedentes de neumopatía crónica (incluso tabáquica). Para
consultar con el equipo quirúrgico de trasplante de pulmón, espe-
cificar el número de cigarrillos/día.
• Cirugía o traumatismo previo en un solo hemitórax como máximo.
370
Donación de órganos. Muerte cerebral
371
Especialización en cuidados intensivos
6. Donación en asistolia.
Su uso se está extendiendo ante la necesidad de donantes de órganos con
urgencia. Por esta crítica situación se pueden donar ciertos órganos (riñones, cór-
neas y huesos) cuando el paciente ha padecido una asistolia presenciada y sea
menor de los 55 años. La causa de exitus no tiene porqué ser justificada a raíz de
una muerte cerebral como hemos visto con anterioridad, pero en el momento de
la asistolia, debe haber una buena función renal.
El paciente se mantiene con cardiocompresión y con ventilación mecáni-
ca. Una vez obtenida la autorización familiar, mediante disección canalizamos
arteria y vena, para asegurarnos que las sustancias que vamos a infundir, irriguen
completamente las arterias renales y el tronco celíaco.
Por muy alentadora que pueda parecer la técnica, tenemos que tener en
cuenta que solo son compatibles 1/3 de los riñones extraídos.
7. Donación e inmunosupresión.
El objetivo principal de la inmunosupresión es evitar el rechazo mediante
la inhibición de las sustancias que reconocen a los agentes extraños al organis-
mo, con lo cual evitamos los rechazos. El inmunosupresor ideal sería aquel que
evitase toda actividad del sistema inmunológico contra el organismo injertado,
sin hacer perder las protecciones frente a infecciones, tumores... fármaco que es
inexistente en la actualidad.
372
Donación de órganos. Muerte cerebral
TIPOS DE RECHAZO.
1. Rechazo hiperagudo. El receptor tiene anticuerpos citotóxicos contra el donante:
páncreas, riñón, corazón y raro en hígado. Ocurre en pocas horas y conduce a la
pérdida del injerto.
2. Rechazo agudo. Está mediado por linfocitos. Ocurre en 5-15 días, y puede ser
tratado.
3. Rechazo crónico. Tórpido e insidioso, engrosamiento de la pared arterial, pérdida de
células y progresivamente puede conducir al reimplante.
INMUNOSUPRESORES.
1. Corticoesteroides. Inhiben la producción de IL-1, IL-6 e IL-2. Evita la proliferación
de células T.
2. Azatioprina. Inhibe la síntesis de ADN con o que se produce un control de la
respuesta inmune primaria. No sirve para detener el rechazo ya iniciado.
3. Ciclosporina A (C y A).Bloquea la IL-2 con lo que no proliferan los linfocitos T,
el interferón gamma y los macrófagos, con lo que no hay producción de linfocitos B.
4. Anticuerpos policlonales. Ig producidos por animales sensibilizados con linfocitos
humanos. Destruyen a los linfocitos a través de la vía del complemento.
5. Anticuerpos monoclonales. El OKT3 produce una ceguera en los linfocitos T.
Tienen una elevada proporción de efectos secundarios y el tiempo máximo de
tratamiento son las 2 semanas.
6. Tacrolimus (FK506). Es un macrólido que inhibe a la IL-2.
8. Trasplante hepático.
El transplante hepático (TH) es la sustitución total o parcial de la víscera
hepática por la de otra persona. Se habla de ortotópico cuando el lugar de coloca-
ción del injerto trasplantado es el mismo, tras extirpar el primitivo. Heterotócico
cuando el lugar del trasplante es diferente del natural anatómico. Xenotrasplante
cuando el órgano trasplantado es de otra especie animal. La supervivencia actual
es del 80% al año y de un 65% a los 5 años con una buena calidad de vida.
El TH es el tratamiento más eficaz y definitivo para la mayor parte de las
enfermedades y procesos hepáticos en situación de irreversibilidad. Las indica-
ciones generales del TH con cada vez más amplias; la norma general que indica
la necesidad del transplante es una esperanza de vida inferior a un año si no se
realizara éste.
La hepatitis fulminante que conduce al coma tiene una portalidad dejada
a su evolución superior al 80% y constituye una clara indicación; el principal
problema radica en determinar el momento en que debe efectuarse. La presencia
de hipoglucemia, disminución del factor V por debajo del 30%, encefalopatía
373
Especialización en cuidados intensivos
9. Trasplante cardiaco.
El manejo del paciente empieza muchas veces antes de la realización del
trasplante, ya que en algunas ocasiones el paciente proviene del mismo depar-
tamento de cuidados intensivos. En ciertos casos, la situación del receptor será
crítica y puede requerir asistencia circulatoria como puente hasta el trasplante. Se
considera que un paciente de estas características requiere apoyo externo cuando
el gasto cardiaco es inferior a 1.8 l/m/m2 con tensiones inferiores a 90 mmHg,
presiones en aurícula derecha o izquierda superiores a 20 mmHg, diuresis inferior
374
Donación de órganos. Muerte cerebral
375
Especialización en cuidados intensivos
376
Donación de órganos. Muerte cerebral
Tratamiento antirrechazo
El tratamiento del rechazo depende del grado de afección miocárdica y de
alteración de la función ventricular y la situación clínica del paciente. Hay dos
formas de rechazo con aproximación terapéutica distinta. Así, en el rechazo celu-
lar, el tratamiento se basa en esteroides y anticuerpos antilinfocitarios OKT3; en
el rechazo humoral (o rechazo mediado por anticuerpos), se utilizan esteroides,
plasmaféresis, ciclofosfamida, rituximab e inmunoglobulinas.
Tras un rechazo, sobre todo si es recurrente, estamos obligados a replan-
tearnos la inmunosupresión basal con intención de incrementarla o modificarla.
Modificaciones de la inmunosupresión por la aparición de complicaciones
tras el trasplante cardiaco
- Dislipemia. Diversos fármacos utilizados son hiperlipemiantes
(esteroides, ICN o ISP). Estudios comparativos apuntan a un perfil
más favorable con tacrolimus que con ciclosporina, aunque con
escasa evidencia científica.
-Hipertensión arterial. En los estudios comparativos de ciclospo-
rina y tacrolimus, parece ser que éste conlleva menos HTA17. En
casos de hipertensión de difícil control, podría ser útil la sustitu-
ción de ciclosporina por tacrolimus, así como la retirada o dismi-
nución de la dosis de esteroides.
- Diabetes mellitus. Los esteroides son altamente predictores de
aparición de diabetes mellitus tras el trasplante. El tacrolimus tiene
mayor riesgo de desarrollo de diabetes que la ciclosporina.
- Enfermedad vascular del injerto. Los ISP en combinación con los
ICN parecen útiles tanto para prevenir la enfermedad como para
retrasar su progresión. No obstante, no se ha observado en estos
estudios una mejora de la supervivencia, pero sí un aumento de la
nefrotoxicidad por los ICN, por lo que están en pruebas en dosis
más bajas.
- Insuficiencia renal. No queda claro si hay diferencias importantes
en el perfil nefrotóxico de los dos ICN. El MMF permite la asocia-
ción con concentraciones más bajas de estos fármacos respecto a
azatioprina. Otra estrategia, en pacientes con insuficiencia renal, es
la sustitución del ICN por un ISP.
- Neoplasias. Son un problema creciente en la evolución a largo
377
Especialización en cuidados intensivos
378
Donación de órganos. Muerte cerebral
379
Especialización en cuidados intensivos
380
Donación de órganos. Muerte cerebral
381
Especialización en cuidados intensivos
382
Donación de órganos. Muerte cerebral
383
Especialización en cuidados intensivos
384
Donación de órganos. Muerte cerebral
385
Especialización en cuidados intensivos
386
Donación de órganos. Muerte cerebral
387
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
388
Paciente quemado crítico
CAPÍTULO XIII
PACIENTE QUEMADO CRÍTICO
Ramón Sánchez Manzanera
1. INTRODUCCIÓN.
Se cifran entre 60.000 y 80.000 las personas que requieren ingreso hospi-
talario del millón que sufren quemaduras en EEUU. De esos, 5500 se encuadran
dentro de los fallecidos a consecuencia de la gravedad de sus lesiones.
En España no se disponen de datos exactos sobre lo quemados, pero por
extrapolación con los países de nuestro entorno, obtenemos cifras de que 300 de
cada 100.000 habitantes al año requieren intervención sanitaria por lo acuciante
de las lesiones, , la mayoría son atendidos en atención primaria (AP) y entre el 15-
20% requieren ingreso hospitalario. Esto supone una cifra de 120.000 españoles
y 1.000.000 de europeos afectos de quemaduras.
2. CLASIFICACIÓN, ETIOLOGÍA. PRONÓSTICO.
Quemaduras de Quemaduras de
primer grado Quemaduras de segundo grado tercer grado
389
Especialización en cuidados intensivos
Superficie Seca o pequeñas - Tamaño variable; - Ampollas menores, - Seca con epidermis
vesículas ampollas grandes a veces rotas no viable adherente
- Exudado abundante - Ligeramente - Vasos trombosados
húmeda
390
Paciente quemado crítico
producto. Las qmd por ácido clorhídrico requieren especial atención por la
capacidad del ácido de penetración intraorgánica, y que requieren el trata-
miento de las lesiones con gluconato calcico intratisular.
- Qmd por álcalis o bases. Evolutivas y de mayor profundidad que las ácidas.
c) Quemaduras eléctricas.
- Por flash eléctrico. Son de corta duración (mlseg) y elevada potencia
(3000º C). Son qmd superficiales y afectan a las zonas expuestas a la luz.
No suponen un paso de corriente a través del organismo.
- Qmd eléctricas con paso de corriente a través del cuerpo. Son lesiones
profundas, donde el daño real no es definible por la extensión de la herida,
ya que puede haber rotura muscular, afectación ósea, tendinosa, nerviosa...
Clasificación en función de la profundidad de las lesiones.
Agentes físicos Agentes químicos Agentes biológicos
391
Especialización en cuidados intensivos
Quemaduras de 1º grado
ducido como consecuencia de la lesión vascular. Dolorosas. La zona está
humedecida, rosada y con gran sensibilidad a los estímulos externos, por
muy leves que sean. Mantenemos el retorno capilar así como la integridad
folicular pilosa. La regeneración es posible a partir del epitelio glandular y,
en caso de no haber infección, cura en 14-21 días. Como secuelas pueden
dar como producto un proceso despigmentario de la piel, que puede ser
de hiper o hipopigmentación, si bien con meses y años puede recuperarse
parte de la coloración inicial, disimulándose la cicatriz.
- G2 profundas. Dermis reticular, piel roja brillante o amarillo-blancuzco,
392
Paciente quemado crítico
393
Especialización en cuidados intensivos
394
Paciente quemado crítico
Pronóstico.
Es importante para saber el alcance de la lesión y poder pronosticar una
hipotética evolución tener en cuenta los siguientes parámetros:
- Edad.
- Extensión.
- Etiología.
- Profundidad.
- Afectación respiratoria.
- Localización.
- Enfermedades intercurrentes.
El DA50 (dosis letal media) indica la extensión de las qmd que resulta
395
Especialización en cuidados intensivos
Quemaduras de 2º y 3º grado de 10% de SCQ en niños <10 años y adultos > 50 años.
Cualquier quemadura de 2º y 3º grado con traumas concurrente, cuando la injuria térmica repre-
sente mayor riesgo para el accidente.
Pacientes con enfermedades y/o condiciones (ej.: embarazo) preexistentes que afecten adversa-
mente el pronóstico
* Estos criterios son propuestos por la American Burn Association (ABA). Sin embargo, pueden variar,
dependiendo de las demandas y ofertas de servicios especializados de un país determinado. Aspectos
socioeconómicos, pobreza y escasez de servicios, son variables de transferencia a tomar en cuenta.
396
Paciente quemado crítico
lesiones provocadas por la inhalación de gases, tanto que hay que aumentar un 20%
la posibilidad de muerte si se han dado estas lesiones asociadas al quemado.
397
Especialización en cuidados intensivos
cia del aumento de viscosidad intraluminal. Este cuadro es agravado por la res-
puesta inflamatoria local. Aunque el daño celular de esta zona (de éxtasis) es
potencialmente reversible, existe daño de la microcirculación que va más allá de
las 48 horas. La respuesta inflamatoria en la zona de éxtasis es la responsable del
edema y del shock hipovolémico.
El edema se establece rápidamente en el tejido quemado debido al aumen-
to de la permeabilidad microvascular, vasodilatación, aumento de la actividad
oncótica intravascular en el tejido dañado y la infiltración tisular de leucocitos
que liberan sustancias vasoacticas. Los mediadores inflamatorios endógenos
implicados en la patogénesis del shock postquemaduras incluyen: histaminas, se-
rotoninas, kininas, radicalaes libres de oxígeno, peroxidasas lípidicas y productos
de la cascada del ácido araquidónico. Este último grupo incluye productos de la
ciclooxigenasa como tromboxanos, prostaciclinas y prostanglandinas E y F2 y
productos de la lipooxigenasa, leucotrienos B4, C4, D4, E4. El tromboxano con
efecto vasoconstrictivo y de agregación plaquetaria aumenta marcadamente la
isquemia de la piel, precipitando muerte celular.
En QMD superiores al 30%, ocurre una reacción de aumento de la per-
meabilidad capilar, ya no en el área quemada, sino generalizada a todos los
órganos, debido a la hipoproteinemia presente y a los mediadores inflamatorios,
resultando la aparición de edema en tejido no quemado.
El escape excesivo de plasma hacia el espacio intersticial, especialmente
en las primeras 8 horas postquemadura, es responsable de la hipovolemia, hi-
poproteinemia, hemoconcentración, desequilibrio hidroelectrolítico y trastornos
ácido-base. El volumen plasmático se reduce a un 23-27% con una reducción
concomitante del gasto cardiaco y aumento de las resistencias periféricas. En
ausencia de reposición rápida y adecuada de volumen, el shock postquemadura
(hipovolemia severa) es inminente.
Estudios centrados en la evaluación de la función cardiaca en pacientes
quemados graves han demostrado que existen cambios significativos en el índice
cardiaco así como en las resistencias vasculares sistémicas. En el caso del índice
cardiaco se ha demostrado que la lesión provoca primero un descenso para, en las
24 horas siguientes, alcanzar valores supranormales. Ocurre lo contrario con las
resistencias periféricas. Tanto por una cosa como por otra tenemos que tener en
cuenta que en primera instancia, la pérdida de líquidos, bien por extravasación,
por retención osmótica por la liberación de los mediadores o bien por la pérdida
directa por la evaporación o directamente a través de la solución de continuidad
de la epidermis, el compromiso circulatorio viene dado por la hipovolemia. La
398
Paciente quemado crítico
Síndrome postquemadura
399
Especialización en cuidados intensivos
Fórmulas con
cristaloides:
Fórmulas
salinas
hipertónicas
400
Paciente quemado crítico
401
Especialización en cuidados intensivos
- Decoloración de la herida.
- Exudado purulento.
- Signos inflamatorios en el margen sano de la herida.
- Datos clínicos o analíticos de sepsis.
El indicador más fiable del desarrollo de la infección es la concentración
402
Paciente quemado crítico
403
Especialización en cuidados intensivos
5. APOYO NUTRICIONAL.
Como ya hemos visto en apartados anteriores en los quemados se produce
un cuadro de hipermetabolismo con aumento de la tasa catabólica, por lo que el
soporte nutricional precoz es adecuado para contrarrestar el efecto negativo de
los cambios metabólicos (se consiguen reducciones del catabolismo de hasta en
un 50%). En la tabla inferior se incluyen fórmulas para calcular los requerimien-
tos de los pacientes. Dependiendo de la fórmula nos podemos encontrar con ecua-
ciones que parten de valores estándares pero que luego se modifican o corrigen
mediante coeficientes.
FÓRMULA DE CURRERI
16-60 años: 25 x Peso + (40 x % SCQ)
> 60 años: Requerimientos basales + (65 x % SCQ)
FÓRMULA DE LONG
GER (Harris Benedict) x Factor de actividad x Factor de agresión
Factor de agresión desde 1.5 hasta 2.1 según % de SCQ
Factor de actividad: 1.2 en pacientes encamados
FÓRMULA DE PRUITT
2000-2200 / m SCQ
FÓRMULA DE SUTHERLAND
(20 x Peso en kg) + (70 x % SCQ)
404
Paciente quemado crítico
405
Especialización en cuidados intensivos
- Apagar las llamas de las ropas del afectado en caso de que existan.
- Asegurarnos de que la vía aérea es permeable. En caso de que esté com-
prometido la ventilación instaurar terapia ventilatoria y administrar oxíge-
no a elevadas concentraciones si ha habido inhalación de gases.
- Aplicar gasas humedecidas en agua o suero fisiológico para disminuir la
temperatura de la zona. No se debe prolongar mucho tiempo este procedi-
miento por el riesgo de hipotermia. Como excepción a este último punto
tenemos las quemaduras por agentes químicos donde la irrigación debe ser
abundante para conseguir la máxima eliminación del agente en el menor
tiempo posible puesto que su acción contínua hasta que éste no ha sido
eliminado completamente.
- Perfusión de líquidos endovenosos para controlar la hipovolemia inicial.
- Traslado a Unidad de Quemados si: Quemaduras de 2 o 3er grado con una
superficie afectada superior al 20%, quemados 3er grado con más del 10%,
niños y ancianos, lesiones por inhalación de gases, accidentes eléctricos, y
quemados en pies, cara, manos y periné así como aquellas lesiones circun-
ferenciales que afecten a regiones como son el cuello, por el compromiso
de la vía aérea.
6.2. Fluidoterapia.
El aspecto más crucial en el manejo temprano del paciente quemado, es el
inicio rápido de la reposición de volumen con gran cantidad de fluidos con sales
suficientes para mantener una perfusión adecuada a órganos vitales. A conse-
cuencia del quemado se produce una fuga de líquido en forma de exudado desde
los compartimentos internos a los intersticiales. Así, debemos ser lo más exactos
posibles a la hora de realizar el cálculo de lo ingresos.
Muchas fórmulas de reanimación hídrica han probado ser clínicamente
efectivas y cada una difiere en el volumen y contenido de sodio y coloides a admi-
nistrar. En la actualidad, las fórmulas más comúnmente utilizadas son las de Par-
kland (Baxter) y la fórmula de Brook modificada (Brook Army Research Institute).
Por lo general, se prefiere la fórmula de Parkland para quemaduras con una exten-
sión inferior al 50% y la de Brook para quemados mayores. La fórmula de Evans
propone la reposición de la volemia en función del exudado emitido, y basándose
en que la concentración de proteínas en el exudado es la mitad de la presente en
plasma, se deben usar isocoloides y plasma. Cuando la quemadura supera el 50%
esta fórmula es inadecuada. Pero la fórmula más usada es la de Parkland.
Un método de control de la volemia circulante es el control horario de
406
Paciente quemado crítico
Fórmula de Parkland
Fórmulas de
cristaloides
PARKLAND Ringer Lactato 4 ml x Kg x %SCQ
BROOKE (modif.) Ringer Lactato 2 ml x Kg x %SCQ
Fórmulas salinas
Hipertónicas
MONAFO Volumen para mantener diuresis a 30 ml/hora, líquidos que
contiene 250 mEq de sodio por litro
WARDEN RL + 50 mEq de NaHCO3 (150 mEq Na x litro) durante 8
(Hipertónica modif.) horas para mentener diuresis entre 30-50 ml/hora.
Fórmula de dextrano
DEMLING - Dextrano 40 en salino- 2 ml/kg/hora durante 8 horas.
- RL para mantener diuresis en 30 ml/hora.
- Plasma fresco 0.5 ml/kg/hora x 18 horas iniciando a las 8
horas postquemadura
la diuresis, que es una muestra del nivel de perfusión de los órganos. Se acepta
como razonablemente bueno una diuresis en adultos de 50 ml/h y en niños de 1
ml/kg/hora En caso de complicaciones o de requerir la situación un control más
estricto deberemos monitorizar mediante Swan-Ganz.
La reanimación hídrica en un niño difiere de la del adulto en dos aspectos:
1. La fórmula estándar de Parkland frecuentemente subestima a los re-
querimientos de un niño quemado y no proporciona, ni siquiera las ne-
cesidades diarias de mantenimiento. Existe una gran variabilidad entre el
peso y la superficie corporal en los niños. Las estimaciones más precisas
están basadas en la superficie corporal determinada por el normograma
407
Especialización en cuidados intensivos
6.3. Analgesia/sedación.
A veces es infravalorado, pero el control del dolor experimentado por un
quemado es un factor determinante de su correcta evolución. Por eso debemos
realizar un correcto tratamiento del dolor, tanto del provocado por las lesiones
primarias del quemado como el provocado por las contínuas manipulaciones,
fisioterapia, curas, escarectomía...
En caso de querer inducir la sedación, los fármacos de elección son el pro-
408
Paciente quemado crítico
tes puntos:
1. Limpieza de la herida por arrastre con suero fisiológico estéril. Para eli-
minar restos adheridos se puede usar jabón quirúrgico, enjuagando posteriormen-
te. Si es posible se hará mediante baños en los tanques de Hubbard. El objetivo de
este es eliminar restos de aplicaciones anteriores que pueden provocar capas bajo
las cuales se produzcan colonizaciones.
2. Desinfección mediante una solución desinfectante estéril.
3. Aplicación de agente tópicos desinfectantes, cicatrizantes y antibióticos
tipo sulfadizaina argéntica (Flammazine®), nitrofurazona (Furacín®) o neomici-
na-batracina (Bactroban®).
4. En el tratamiento de las quemaduras de primer grado, resulta inútil la
aplicación de cremas o ungüentos antibióticos puesto que la barrera anti-
microbiana está intacta. En ese caso las compresas frías son más útiles para
reducir la temperatura local.
5. Colocación de apósito graso/cicatrizante (Tulgrasun®, Linitul®)para
evitar adhesiones a la herida del apósito.
6. Oclusión estéril.
7. Para contrarrestar el efecto de las prostanglandinas, se puede administrar
algún AINE. Esta familia tiene su efecto polarizado para inhibir la acción
de las prostanglandinas.
8. La quemadura suele estar cicatrizada a los 14-21 días. Después debe
409
Especialización en cuidados intensivos
estar protegida de la luz del sol con pantallas solares, de protección total.
Flictenas.
Las ampollas, flictenas o bullas son acumulaciones del líquido plasmático
debajo del tejido desvitalizado, por lo que se consideran heridas cerradas.
Este tema genera gran controversia, ya que hoy día la mayoría de autores
opinan que las flictenas deben ser desbridadas, aunque aún hay detractores que
están en desacuerdo.
El desbridamiento de las flictenas no sólo es recomendable sino necesario
por:
1.- Es necesario para valorar correctamente la profundidad, exten-
sión y posterior evolución de la quemadura ya que la flictena no
nos deja ver hasta dónde llega la zona de necrosis.
2. Es preferible desbridar la flictena en un medio aséptico y con
material estéril a que se produzca una ruptura accidental de esta
en un medio contaminado como puede ser: el hogar, el trabajo, la
calle, etc.
3. La epidermis quemada que forma la flictena, no aísla el conte-
nido interior de los gérmenes ya que presenta poros y pequeños
puntos de entrada, como los que forman los folículos pilosos y las
glándulas sudoríparas, por el que los gérmenes podrían acceder al
interior y colonizar la herida.
4. Aumenta la efectividad de los tratamientos tópicos al poner en
íntimo contacto el área de afectación cutánea con los diferentes
apósitos o pomadas que empleemos.
5. Pese a la creencia general, al desbridar las ampollas mejora el
dolor del paciente siempre y cuando hagamos una correcta cober-
tura de la herida, sobre todo si ésta se encuentra en zonas sensibles
a la presión como: cara, espalda, manos, articulaciones, etc.
6. La presión que ejerce el líquido de la ampolla sobre la zona de
estasis vascular hace que la irrigación sanguínea de los capilares
sea menor y, por consiguiente, aumente la zona de coagulación,
sobre todo donde la piel es más gruesa como palmas de las manos
y plantas de los pies.
410
Paciente quemado crítico
Escaratomías.
En casos de quemaduras circunferenciales deberemos prestar atención a la
aparición de cuadros compartimentales a la región afecta como pueden ser bra-
zos, extremidades inferiores, compromiso respiratorio en cuello. Se caracteriza
porque con la quemadura, el tejido se vuelve ineslástico a lo que se une el edema
producido por el drenado intersticial. Eso provoca primero una afectación neural
con la aparición de parestesias, temblores y dolores. Después puede provocar
una compresión isquémica de los capilares al superar la presión de oclusión de
éstos (30 cm de agua). Todas las extremidades deben examinarse para evaluar
los pulsos periféricos. Si los pulsos están ausentes, la extremidad afecta debe
escarotomizarse de urgencia para liberar la escara constrictiva subyacente. En
quemaduras de tórax, la escarotomía sirve para la liberación que puede sufrir el
tórax, mejorando la mecánica ventilatoria.
Las incisiones en la escaratomía se deben realizar longitudinalmente en
los bordes medial y anterior de los miembros y se cubrirá toda la longitud de la
escara. La profundidad de la escara debe ser la suficiente como para permitir la
separación de los bordes, normalmente hasta el tejido sangrante. En caso de que-
maduras en tórax, para evitar las dificultades respiratorias, podemos realizar las
incisiones bilaterales en la línea medioaxilar de ambos hemitórax.
Los pulsos deben reevaluarse cada hora. Una vez que se reestablece el lle-
nado capilar, las heridas pueden ser tratadas con antibióticos tópicos.
En el caso de que las escaratomías fallaran se procederá a la fasciotomía
bajo anestesia general. El adormecimiento y hormigueo distales son los signos
más tempranos de la isquemia; la pérdida del pulso es un signo tardío. Las fas-
411
Especialización en cuidados intensivos
Injertos.
Tras la escisión de la herida cutánea debemos realizar el injerto de piel.
La recomendación es el uso de autoinjertos. Son ideales para cubrir heridas que,
por sus características no pueden cicatrizar o no lo han hecho en un plazo de 20
días. Las zonas de donantes cuando cicatrizado puede reutilizarse, en aproxima-
damente 20 días. Los homoinjertos constituyen una alternativa a los autoinjertos.
Peor problema es que no son permanentes porque al tiempo se establece una
reacción de rechazo y deben ser retirados. Pero mientras no estén disponibles los
autoinjertos contribuyen al mantenimiento de la vida del paciente. Normalmente
las quemaduras que no epitelizan espontáneamente en una semana no lo suelen
hacer correctamente, con lo que debemos plantearnos otras medidas terapéuticas
para su tratamiento: Uso de colgajos, cirugía, bloques de tejidos...
412
Paciente quemado crítico
413
Especialización en cuidados intensivos
414
Paciente quemado crítico
415
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFíA.
416
Infección en UCI
CAPÍTULO XIV
INFECCIÓN EN UCI
Mª Dolores Blaya Cruz y Mª Isabel Pulido Pareja
1. Paciente séptico.
La unidad de cuidados intensivos o UCI es una de los servicios más impor-
tantes por la situación de riesgo en la que se encuentran los pacientes. Se realiza
un seguimiento contínuo del enfermo lo que nos lleva rápidamente a detectar las
manifestaciones clínicas de una infección. Los signos y síntomas dependen del
agente infeccioso y del órgano afectado.
Las manifestaciones más comunes son:
- Malestar general, decaimiento, mialgias, anorexia.
- Fiebre con escalofríos y sudoración.
- Leucocitosis.
- Aumento de la VSG.
- Leve proteinuria.
Es conveniente detectar rápidamente la enfermedad e instaurar tratamiento.
Para ello se hará una valoración de enfermería adecuada en la que se incluyen da-
tos del paciente, pruebas de laboratorio, muestras para estudio microbiológico...
2. Infecciones nosocomiales.
Al ingresar un paciente en un servicio hospitalario no sabe la posibilidad
que tiene de adquirir otra enfermedad diferente de la que ha dado lugar a su in-
greso.
Hoy día la infección es la principal causa de yatrogenia hospitalaria, pero
no todas las infecciones hospitalarias son yatrogénicas ni evitables.
417
Especialización en cuidados intensivos
418
Infección en UCI
rúrgicas...
- Según el reservorio (exógena o endógena).
- Según la etiología de la infección.
- Según el mecanismo de transmisión del proceso (directo o indirecto).
Según estudios, entre un 5 y un 10% de los pacientes de un hospital desa-
rrolla una infección nosocomial, al no identificar este tipo de infección tampoco
podemos ver los factores que hacen que aumenten o disminuyan estas infeccio-
nes, lo que nos ayuda a crear medidas para prevenirlas. Algunas de las circuns-
tancias que determinan la infección hospitalaria son:
a. Falta de higiene hospitalaria. Entre las que se encuentra la limpieza, des-
infección y esterilización en ropa, alimentación, higiene del agua, útiles de
limpieza, lavado de manos deficiente...
b. Maniobras yatrogénicas: sondaje vesical, cirugía, cateterismo venoso,
intubación orotraqueal, transmisión de sangre y derivados...
c. Contagio por patógenos, por lo que se deben tomar medidas profilácticas
para cada caso.
d. Inmunosupresión y debilitamiento inmune. Con esto se consiguen in-
fecciones de agentes que en condiciones normales pertenecen a la flora
normal, aparecen los oportunistas procedentes del entorno del propio pa-
ciente.
e. Trastornos locales que favorecen la infección como pueden ser la inmo-
vilidad que favorecen las úlceras por presión, con la consiguiente solución
de continuidad y la rotura de las barreras que ello conlleva.
f. Intercambio de flora con facilidad.
Dependiendo del servicio en el que se encuentre un paciente el tipo de flora
es también distinto, pero los más frecuentes que producen la IN son:
1. Bacilos gram negativos. E. coli, klebsiella, proteus y serratia. También
tenemos pseudomonas, acinobacter,... destacan por su incidencia las coli
en genitourinaria.
2. Gram +: s. aureus, s. epidermidis, enterococus faecalis.
3. Hongos: levaduras, candidas,…
4. Virus: citomegalovirus, herpes VHS, herpes zóster...
3. Fuentes de infección.
Fuente endógena. Propio paciente. También conocida como autoinfección.
Influyen en esta:
a. El paciente padece un cuadro séptico somático el cual ha sido adquirido
419
Especialización en cuidados intensivos
dentro o fuera del hospital y que pone en acción otro proceso infeccioso
distinto. Ej. Una infección urinaria sería el centro de una bacteriemia pos-
terior.
b. El paciente es portador asintomático.
c. El paciente es portador de flora comensal, realizándola conversión de
flora comensal en patógena, dependiendo de la situación.
Fuente exógena. Toda fuente que no sea del propio paciente. Se conocen
como infecciones cruzadas.
a. Fuente humana. Como puede ser el personal sanitario, visitas, otros pa-
cientes...
b. Fuente animal. Son infrecuentes pero posibles, como aves y roedores.
c. Fuentes inanimadas. Agua, alimentos, objetos (aspiradores, nebulizado-
res...).
Fuente mixta. En ella se produce una colonización previa del sujeto sus-
ceptible por flora propia del hospital siempre teniendo en cuenta que cada pacien-
te es diferente.
4. Mecanismos de transmisión.
Los mecanismos de transmisión son varios:
- Transmisión por contacto directo. El sujeto se relaciona de una forma
próxima con la fuente de infección. El microorganismo pasa al sujeto sus-
ceptible en un periodo muy corto.
• Transmisión por las manos. Es uno de los principales mecanismos
dadas las relaciones que hay con los pacientes infectados.
• Transmisión por las vías respiratoria. A través de gotitas en el aire
(tos, estornudos...). Entre ellas están las infecciones respiratorias es-
treptocócicas, gripe, rotavirus y adenovirus.
- Transmisión indirecta. En esta la distancia entre el sujeto susceptible y la
fuente de infección es amplia y el intermediario es el aire.
- Transmisión por fómites. Son los objetos alimentos, medicamentos... que
son contaminados por el propio paciente y llegan al sujeto susceptible.
420
Infección en UCI
421
Especialización en cuidados intensivos
- Broncoscopias.
- Equipos de anestesia.
- Tubos endotraqueales.
Los mecanismos para luchar contra esta infección son:
1. Luchar contra la contaminación ambiental.
- Lavado de manos. Antes y después de la manipulación del paciente.
- Esterilización de los equipos de nebulización. Abrirlos, lavarlos con
agua estéril o suero salino y secado. No introducirlos en el sistema de
ventilación asistida.
- Cambio de los tubos de los circuitos respiratorios cada 2 días o en
tiempo inferior para prevenir la colonización.
- Técnicas de aspiración adecuadas. Procurando no inocular microor-
ganismos en el pulmón, para ello se utilizan guantes y sondas estériles.
No utilizar nunca el mismo material para dos pacientes (espirómetro,
oxímetro) ya que se produce contaminación con gran rapidez. Los
equipos de respiración se deben esterilizar cada 24 horas con óxido de
etileno si es utilizado para el mismo paciente y no en cada uno. Los tu-
bos endotraqueales serán estériles y de un solo uso. Los broncoscopios
se tratarán en frío con glutaraldehido.
2. Prevención de la contaminación orofaríngea.
- Al colocar al paciente incorporado para que el reflujo gástrico sea
menor.
- Fisioterapia respiratoria.
- Quimioprofilaxis antibiótica local combinado con antibióticos por vía
subcutánea.
3. Extendiendo las defensas del huésped. Mediante inmunización activa y
pasiva.
422
Infección en UCI
423
Especialización en cuidados intensivos
424
Infección en UCI
425
Especialización en cuidados intensivos
426
Infección en UCI
427
Especialización en cuidados intensivos
9. Antibioticoterapia en UCI.
En todo hospital existe un conjunto de normas con el fin de indicar las
circunstancias en que los diversos antimicrobianos pueden o no utilizarse a este
conjunto se le denomina política de antibióticos. Esto es dirigido por el comité de
infecciones o la comisión de política de antibióticos que elabora una lista limitada
de antibióticos y establece normas e indicaciones terapéuticas y preventivas.
En el área de UCI según estadísticas se prescribieron el 5.6% de los anti-
microbianos siendo la proporción de pacientes ingresados en ella el 2.78%. La
UCI es una de las áreas más elevadas en cuanto al uso de antimicrobianos junto
con pediatría y cirugía.
En las siguientes tablas mostramos los antimicrobianos más utilizados en
las infecciones nosocomiales según el estudio EPINE 2011:
428
10. Conclusión.
La UCI presenta prevalencia de infecciones nosocomiales más elevado con
una notable diferencia respecto a los otros servicios entre los que cabe destacar:
hematología de adulto e infantil, oncología infantil, neurocirugía, nefrología...
Se ha podido observar a partir de los niveles de infección nosocomial que
se debería de intensificar las medidas de vigilancia y control en estas unidades
para mejorar progresivamente la prevalencia de estas infecciones.
429
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
430
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
CAPÍTULO XV
ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN
EN EL PACIENTE CRÍTICO
Pilar Soler Gómez
INTRODUCCIÓN.
Las intervenciones quirúrgicas complicadas, fiebre, infecciones,
traumatismos, quemaduras extensas, intenso trabajo respiratorio, crisis
convulsivas y deliriums tremens hipercatabólico son causas que implican un
elevado gasto energético en general.
Todo paciente en estado crítico encuentra seriamente comprometidas sus
defensas fisiológicas. El patrón fisiopatológico será distinto según la causa.
Cuando un paciente como consecuencia de la patología o de las patologías
que le acontecen entre en una situación crítica, el equipo multidisciplinar que lo
atiende deberá conocer que en el futuro el tratamiento se orientará a la resolución
tanto de sus síntomas como de la etiología del problema. En esta nueva etapa la
enfermería seguirá desempeñando un papel muy importante para conseguir que
el paciente se mantenga en las mejores condiciones para que el tratamiento sea
efectivo al máximo y, mientras llega este momento, no afecten al paciente otros
cuadros concomitantes.
Las atenciones que enfermería puede ofrecer para mejorar el bienestar del
paciente crítico deben partir del mayor respeto a la dignidad, a la independencia
del enfermo y a su derecho de participar en lo que suceda a su alrededor. Si
bien estos cuidados deben cubrir tanto loa aspectos físicos como espirituales
del individuo, proporcionando así unos cuidados de forma integral, como un
todo, portador de una enfermedad. Debemos tener en cuenta que en una unidad
de cuidados intensivos, el paciente va a ser pinchado y perforado en repetidas
431
Especialización en cuidados intensivos
432
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
- Náuseas - Antieméticos
- Estreñimiento - Laxantes
- Dolor - Analgésicos
- Depresión - Antidepresivos
433
Especialización en cuidados intensivos
434
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
AINEs
CUIDADOS DE ENFERMERÍA.
A lo anteriormente expuesto debemos hacer una serie de matizaciones. Las
UCIs son unidades restrictivas donde, por asepsia y por el tipo de patologías que
se tratan no puede entrar la familia cuando quiera y como quiera. Es necesario
ceñirse a unos horarios, vestirse con batas, calza y, a veces, mascarillas, para
poder acercarse al enfermo... por lo que muchas medidas dietéticas son difíciles de
seguir. No podemos pasar comida al enfermo, por lo que la familia debe intentar
explicar al equipo los gustos de este para poder adecuar el menú al paciente,
siempre y cuando este pueda comer. Hay unos horarios establecidos para dar
las dietas. Normalmente en los pacientes que están conscientes se les da de
desayunar, comen sobre la 13 horas, meriendan algo ligero y cenan sobre las 20
horas. Por lo tanto, es bastante difícil conseguir un régimen dietetico satisfactorio
para todos desde el puento de vista de las comidas.
Lo que si debemos tener en cuenta son las recomendaciones universales
para dar de comer a un paciente:
- Posición de la cama con alineación corporal; la mejor postura es la de
Fowler alto.
- Comidas blandas y con más frecuencia para evitar la regurgitación.
435
Especialización en cuidados intensivos
436
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
variedad de estos productos, (tabla III), con una atractiva presentación (botellas
de cristal, tetrabrick, tarrinas, etc.) y surtido de sabores. En general, se usan
solos pero algunos pueden añadirse a bebidas, sopas, natillas o pudines. En estos
casos se pondrán en la cantidad necesaria para no alterar su sabor o la textura
de la comida. Es necesario informar a los familiares o cuidadores que muchas
veces es más importante la calidad que la cantidad de lo que se ingiera, y que
una ración de estos preparados puede reemplazar a media comida tradicional.
Son muy útiles en los pacientes incapaces de manejar las comidas normales por
debilidad, poco apetito, náuseas o disfagia. Tienen la desventaja de que reducen
el apetito para las comidas regulares o que usados durante largos periodos de
tiempo acaban por aburrir al paciente. Se administrarán preferentemente por la
noche, por la mañana puede suprimir el deseo de las comidas normales en el resto
de día. Alternativamente pueden darse en pequeñas porciones (50 ml) entre las
principales comidas a lo largo del día.
TABLA III:
Suplementos dietéticos:
437
Especialización en cuidados intensivos
MEDICAMENTOS ANOREXÍGENOS.
Se pueden considerar estimulantes del apetito en los enfermos terminales,
particularmente en el cáncer avanzado aquellos medicamentos y tratamientos que
contribuyan a mejorar la plurisintomatología de estos enfermos, en especial el
dolor, disfagia, estreñimiento, mal olor y náuseas.
Los estimulantes del apetito pueden ser valiosos especialmente en aquellos
pacientes en los cuáles una ingesta calórica reducida es el principal mecanismo
de mal nutrición.
Existe una gran variedad de medicamentos a los que se les atribuye un
cierto efecto Anorexígeno aunque sea poco importante.
Como norma general, se administrarán a modo de prueba aproximadamente
de 10 a 14 días, interrumpiéndose el tratamiento en el caso de no obtener en ese
periodo los efectos deseados.
1. Esteroides anabólicos (deca-durabolin) 100 mg intramuscular:
Se han recomendado para pacientes en grave estado catabólico. Sin embargo,
estarían contraindicados en presencia de ciertos tumores hormonodependientes.
El uso de los derivados de la progesterona en determinados tumores
produce como efecto secundario un aumento de peso en los pacientes. Hay que
resaltar el elevado costo de este medicamento, que todavía sigue en proceso de
estudio.
2. Fenotiazinas y antidepresivos:
438
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
OTRAS MEDIDAS:
Existen diversos elementos para mejorar el apetito del paciente de modo
directo, como el reajuste de las prótesis dentales. En los pacientes ingresados en
UCI deben ser retiradas todas las prótesis y piezas dentales para evitar que en
caso de urgencia sean dañadas o tragadas por el enfermo.
Una forma importante de ayudar a los pacientes es dar poco énfasis a
su pérdida de peso. Pesar a los enfermos que están cada vez más delgados y
anoréxicos resulta poco razonable.
La atención oportuna y el detalle de las necesidades de alimentación que
tenga el enfermo, hacen mucho por transmitirle el efecto que se le tiene y que se
desea que se perciba.
439
Especialización en cuidados intensivos
VALORACIÓN ESPECÍFICA.
- Nivel de conciencia.
- Exploración de la regurgitación, pirosis o problemas gástricos.
- Observar el vaciado gástrico.
- Observar la masticación y deglución (si lleva sonda nasogástrica es
importante saber desde cuándo la lleva, observando la lengua, mucosa oral
y su nivel de dependencia a la hora de tragar alimento).
- Cuidados de la traqueostomía si la llevara y del inflado del balón.
- Reflejos orofaríngeos.
- Valoración desde el punto de vista respiratorio (posible causa de no
comer).
- Tener en cuanta si posee algún problema neurológico (ACV).
440
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
441
Especialización en cuidados intensivos
442
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
Diabetes insípida.
Se presenta en un 1% de las enfermedades malignas y tras una
hipofisectomía quirúrgica o química.
Se caracteriza por la incapacidad de concentrar la orina (de forma que es
hipotónica), con poliuria de 5 a 20 litros diarios.
Su diagnóstico se hace por una hiponatremia entre 110 y 120 mEq, se
pueden observar mioclonías multifocales, somnolencia y crisis convulsivas.
Tratamiento:
En los casos leves, se aconseja una restricción de líquidos entre 700 a 1000
ml / 24 h.
Si el paciente no considera compatible esta situación, se empleará la
vasopresina nasal 30-35 unidades en los niños y 50-70 unidades en los adultos.
La solución salina I.V, y los diuréticos se utilizan muy raramente en la
situación de fase terminal.
Otras alternativas son clorpropamida 100-375 mg/ día v.o y carbamazepina,
200 ml/8-12 h, pudiendo reducir la diuresis a la mitad.
Hemorragia.
La pérdida de sangre de cualquier origen (nasal, embolia pulmonar,
fractura de un hueso largo) es un síntoma que causa muchos signos de alarma en
los pacientes y también en los familiares.
El uso de una de las siguientes medidas puede hacer mucho por tranquilizar
al paciente y a su familia que por la condición física del enfermo.
Medidas útiles en caso de hemorragia:
Adrenalina 1:1000 para uso tópico en el sangrado capilar persistente.
Si la infección es un factor contribuyente se añadirá un antibiótico de doble
espectro.
- Ácido aminocaproico, 1 g al día (puede disolverse en agua para hemo-
rragias en la vejiga o útero).
- Vitamina K, 10 mg oral o I.V, ésta última por inyección lenta para una
acción inmediata.
- Se emplea en el cáncer de páncreas o hepatomas y cuando la ictericia
obstructiva conduce a una hipoprotrombinemia como causa del sangrado.
- Ácido ascórbico 1-2 g c/8-12 h v.o.
- La radioterapia puede ser de ayuda para prevenir las hemorragias de
lesiones ulceradas, de cáncer de mama o nódulos malignos. Resulta eficaz
en la hemoptisis. No se puede dar en un área que haya recibido dosis altas.
- La laserterapia es útil para tumores sangrantes en bronquio y recto.
443
Especialización en cuidados intensivos
444
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
Tratamiento de hipercalcemia:
- Hidratación: 2-3 litros al día.
- Furosemida: 40-80 mg v.o./ 6-8 h
- Difosfonatos: Se añadirá loperamida para la diarrea
- Calcitonina: 25-100 unidades cada 8-12 h. Puede ser útil para curar la calcemia
entre 12-14 mg pero es de acción corta.
- Corticoides: Prednisona 40-100 mg/día (malignidades hematológicas)
- Movilización, siempre que sea posible.
Hiperhidrosis y fiebre.
Alrededor del 5% de pacientes críticos tiene sudoración y fiebre inducida
por el tratamiento y el cuadro. La sudoración tiene un control colinérgico y
empeora por la ansiedad o infección.
Es un problema difícil de resolver en clínica, debido a la necesidad de
excluir una causa infecciosa especialmente en el inmunodeficiente.
Tratamiento:
Se procurará controlar la causa si es posible, recurriendo a las medidas
generales, como la de restituir adecuadamente los líquidos y sales, baños
frecuentes, limpieza con esponja, aire acondicionado o un ventilador y cambios
de sábanas para reducir el olor.
Para la hiperhidrosis y fiebre se utilizan los siguientes medicamentos:
Tabla V.
- Cimetidina 200-400 mg o ranitidina 150 mg v.v por la noche.
- Indometacina (inacid®) 25 mg v.o / 6 h. Indometacina Retard 75 mg v.o. 1 al día
100 mg en supositorios por la noche.
- Propanolol 40 mg v.o / 8 h (contraindicado en broncoespasmo e insuficiencia
cardíaca).
- Esteroides v.o. del tipo de la dexametasona 2-4 mg/día.
445
Especialización en cuidados intensivos
446
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
447
Especialización en cuidados intensivos
448
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
449
Especialización en cuidados intensivos
450
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
451
Especialización en cuidados intensivos
452
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
Sueroterapia intravenosa:
Cuando hablamos de pacientes críticos, su uso es fundamental como
consecuencia de que es la vía de administración de los tratamientos de manera
principal. Ademas debemos tener una vía de alto flujo para poder administrar
fluidos sin restricciones por el calibre del catéter.
Su príncipal ventaja estaría en que podemos conseguir, en los casos en que
está indicada, una rehidratación rápida.
Sin embargo, no está claro que su utilización para aliviar la sensación de
sed y aumentar la calidad de vida de estos pacientes aporte hasta el momento
resultados concluyentes.
Mediante la fluidoterapia suministramos al pacientes sus necesidades
basales y las pérdidas de fluidos corporales. También se administran principios
inmediatos para cubrir las necesidades energéticas, mediante:
- Soluciones glucosadas.
- Soluciones salinas.
- Soluciones glucosalinas.
- Soluciones polielectrolíticas: Ringer.
- Soluciones hipervolemizantes.
- Soluciones de glucosa y electrolitos.
Teniendo en cuenta las normas básicas de la fluidoterapia:
- Nunca más de 8 litros/día.
- No más de 100 gotas/minuto.
- Sistema de cierre hermético del frasco.
- Vigilar la aparición de edemas, dolor, eritema o flebitis.
- Aparición de fiebre (posible intolerancia al líquido administrado).
- Sistema purgado y la mayor asepsia posible.
Hipodermoclisis:
La subcutánea es una vía rara utilizada en el ámbito de los cuidados críticos
para la administración de fármacos. Su uso para la infusión de fluidos está menos
generalizado ya que la vía de opción en UCI es la IV.
Suele ser bien tolerada y con pocos efectos secundarios, como
excepcionalmente edema local, infección y equimosis. Es además una medida
sencilla, poco agresiva y que podemos utilizar en el domicilio.
En cuanto al volumen y al tipo de líquido a infundir, algunos estudios
recomiendan el uso de soluciones con electrolitos, como suero salino o 2/3
de dextrosa al 5% con 1/3 de suero salino, o bien soluciones no electrolíticas,
con una dosis de infusión que varía de los 20 a 120 ml/hora. Pero como hemos
453
Especialización en cuidados intensivos
dicho, suele ser raro su uso dentro de la unidad, si bien puede usarse para la
administración de alguna medicación que requiere esta vía como heparinas.
454
Alimentación y nutrición en el paciente crítico
455
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFIA
456
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
CAPÍTULO XVI
ANÁLISIS LABORATORIALES Y OBTENCIÓN
DE MUESTRAS EN LA UNIDAD DE CRÍTICOS
Yara Hernández Herrero
457
Especialización en cuidados intensivos
458
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
La orina es una de las vías por la cual se excretan las sustancias de dese-
cho resultantes de las actividades metabólicas del organismo. En ella se buscan
sustancias anormales, sustancias normales en cantidades anormales o metabolitos
de fármacos o drogas. En caso de infecciones de las vías urinarias se realizan
estudios microbiológicos identificativos.
Las determinaciones se suelen realizar sobre la primera orina del día o la
de 24 horas en casos muy específicos, sobre todo para determinar las pérdidas
proteicas en orina. La muestra debe recogerse, en el caso del primer estudio, en
una duquesita o tubo específico. Para la orina de 2 horas se debe ir coleccionando
en recipientes de varios litros de capacidad.
Muestras de heces.
Las heces se examinan para diagnosticar enfermedades del aparato diges-
tivo, diarreas, malabsorción intestinal, pérdidas de sangre, etc., y sobre todo para
el estudio de los parásitos intestinales. Se recogen en duquesitas.
Exudados corporales.
Son sustancias que produce el organismo como consecuencia de una infla-
mación o infección. Se destina sobre todo al estudio microbiológico.
459
Especialización en cuidados intensivos
460
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
Fórmula leucocitaria.
Valores normales: leucocitos 4500-11000/mm3.
Formula leucocitaria normal:
Neutrófilos: segmentados 45-70%; cayados: 1-5%.
Eosinófilos: 1-3%
Basófilos: 0-0.5%
Linfocitos: 20-40%
Monocitos: 3-7%
Las alteraciones leucocitarias suelen darse por exceso y generalmente
como respuesta inmunológica a una infección:
Aumento de neutrófilos: es indicativo de infección bacteriana y necrosis
tisular.
461
Especialización en cuidados intensivos
462
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
463
Especialización en cuidados intensivos
464
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
2.2.- Bioquímica.
Los parámetros bioquímicos se determinarán en suero extraído por centri-
fugación de la sangre entera. Los más estudiados son:
Glucosa: Valores normales: 70-110 mg/dl
Colesterol: Valores normales: inferior a 200 mg/dl.
465
Especialización en cuidados intensivos
466
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
467
Especialización en cuidados intensivos
embarazo, menopausia.
Mononucleosis infecciosa,
LDH tumores malignos, linfomas,
anemias, distrofia muscular,
pancreatitis.
• Calcio total:
Valores normales: 9-11 mg/dl. Un aumento del calcio en la sangre es in-
dicativo de hiperparatiroidismo, neoplasia ósea, intoxicación por vitamina
D, acromegalia, enfermedad de Addison o mieloma múltiple.
La disminución de calcio puede ser debida a hipoparatiroidismo, insufi-
ciencia renal, raquitismo, deficiencia de vitamina D o malabsorción intes-
tinal.
• Fósforo:
468
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
Perfiles bioquímicos:
Según la exploración que se le quiera hacer al paciente, las distintas deter-
minaciones se agrupan en perfiles de la siguiente manera:
• General.
Glucosa, urea, creatinina, calcio, proteínas totales, bilirrubina total, LDH,
GOT, GPT y fosfatasa alcalina.
• UCI.
Creatinina, calcio, fósforo, proteínas totales, albúmina, bilirrubina total,
LDH, GOT, GPT y fosfatasa alcalina.
469
Especialización en cuidados intensivos
• Cardiaco.
Glucosa, urea, creatinina, triglicéridos, colesterol total y HDL, LDH, GOT
y GPT.
• Hepático.
Glucosa, urea, creatinina, triglicéridos, colesterol, proteínas totales, albú-
mina, bilirrubina total, GOT, GPT, GGT, fosfatasa alcalina.
• Preoperatorio.
Glucosa, urea, creatinina, proteínas totales, colinesterasa, sodio y potasio.
• Anemias.
Hierro y ferritina.
2.3.- Microbiología.
Cultivo de microorganismos. Identificación:
Los cultivos más utilizados debido su valor diagnóstico son el urocultivo,
de orina, y hemocultivo, de sangre.
Urocultivo.
Consiste en incubar orina en medios de cultivo que permitan el posterior
recuento de unidades formadoras de colonias y su identificación.
Las condiciones de esterilidad de la recogida de la muestra han de ser ex-
tremas ya que una contaminación de ésta alterará los valores finales. La muestra
se recogerá por micción espontánea, por sondaje o mediante punción vesical per-
cutánea (punción supravesical).
La presencia de bacterias en orina no es sinónimo de infección ya que la
zona distal de la uretra no es estéril presentando una flora habitual de este tramo.
Cuando un cultivo de orina, tras el tiempo de incubación, presenta mas de
100000 ufc la probabilidad de que exista infección urinaria es elevadísima. Los
microorganismos que generalmente producen las infecciones urinarias son bacte-
rias pertenecientes a la familia de las Enterobacteriaceae, gram negativas diferen-
470
Análisis laboratoriales y obtención de muestras en la unidad de críticos
471
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
472
Rehabilitación en cuidados intensivos
CAPÍTULO XVII
REHABILITACIÓN EN CUIDADOS INTENSIVOS
Ana Asensio
473
Especialización en cuidados intensivos
saturación de oxígeno no puede bajar del 95%, cuya frecuencia cardiaca no debe
superar las 120 pulsaciones...
Si estimamos oportuno que para realizar los ejercicios; Ej.: deambular
por la habitación, el paciente no necesita todos o alguno de los sensores hemos
de consultar al equipo que le atiende y que será quién lo quite. Nunca hemos de
desactivar ningún sensor sin su permiso.
Así, el fisioterapeuta de estas unidades ha de ser una pieza más del equipo
multidisciplinar que atienda al paciente.
Aunque nos basaremos en la fisioterapia respiratoria y muscular desde
la prevención no olvidaremos otras técnicas cuya aplicación es sencilla como
los ultrasonidos, las corrientes analgésicas (tipo TENS) o el masaje, ya que el
tratamiento manual es especialmente beneficioso en los pacientes que requieren
cuidados especiales y, en algunos es uno de los pocos vínculos de unión que po-
demos establecer con ellos.
FISIOTERAPIA RESPIRATORIA.
Ha de tener en cuenta algunos cuidados previos, ya sea para mejorar los
problemas reales o potenciales:
- Comprobar que las vías aéreas no están obstruidas.
- Colocación del paciente en la cama (dependerá del objetivo a conseguir).
- Cambios posturales y deambulación, si es posible.
- Aspiración de secreciones.
- Adecuada hidratación (adecuada ingesta de líquido: agua, zumo, comida
semilíquida... ya que la deshidratación no es sólo la pérdida de agua, sino
también de electrolitos que puede producir un colapso circulatorio, hipo-
tensión, taquicardia, pulso débil, desvanecimiento, estado estuporoso, etc.
- Uso de medicamentos (fluidificadores de la mucosidad) bajo prescripción
médica.
Básicamente, ha de tener un enfoque preventivo, y sobre todo en el pre
y postoperatorio (para prevenir atelectasias y flebitis), y desde el punto de vista
curativo para tratar las patologías del aparato respiratorio.
Los objetivos de la fisioterapia respiratoria son:
1. Enseñar a respirar al enfermo de forma que aproveche el máximo la
capacidad de sus pulmones.
2. Favorecer el drenaje de las secreciones bronquiales, para disminuir la
obstrucción respiratoria y las posibles infecciones.
3. Disminución del atrapamiento aéreo y los niveles de CO2 en sangre me-
474
Rehabilitación en cuidados intensivos
475
Especialización en cuidados intensivos
d) Para drenar el lóbulo mediano derecho: tumbado del lado izquierdo con
ligera flexión de caderas y rodillas, el brazo derecho estirado encima del
cuerpo y el plano ligeramente elevado (unos 10º) de los pies a la cabeza.
476
Rehabilitación en cuidados intensivos
e) Para drenar los segmentos basilares anteriores: decúbito supino con los
miembros superiores e inferiores estirados y la cabeza mirando al techo, el
plano elevado unos 30º de pies a cabeza.
f) Para drenar los segmentos basilares posteriores: decúbito prono con los
brazos doblados, las manos bajo la frente y una almohada bajo la cintura,
con el plano elevado unos 30º de pies a cabeza.
477
Especialización en cuidados intensivos
478
Rehabilitación en cuidados intensivos
479
Especialización en cuidados intensivos
480
Rehabilitación en cuidados intensivos
481
Especialización en cuidados intensivos
482
Rehabilitación en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
483
Especialización en cuidados intensivos
484
El auxiliar de enfermería en la unidad de cuidados intensivos
CAPÍTULO XIII
EL AUXILIAR DE ENFERMERÍA
EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS
Mª Dolores Sánchez Manzanera
1. Introducción.
- Datos generales sobre la presencia del Auxiliar de Enfermería (AE) en el
ámbito de la sanidad.
- Evolución dentro de la sanidad de la figura del AE.
- Importancia del AE.
- Colaboración con otros profesionales como miembro del equipo de salud/
sanitario.
La Organización Mundial de la Salud define a ésta como el estado completo
de bienestar físico, psíquico y mental, y no solamente la ausencia de enfermedades.
Sonaría utópico decir que la salud es de carácter permanente, por eso es
necesario conseguir unas aptitudes necesarias para superar las dificultades que el
paso de la vida conlleva.
La enfermedad consistiría en un desequilibrio físico, mental y social, dis-
minuyendo así las capacidades de la persona.
En este momento la persona se siente obligada a solicitar ayuda a los pro-
fesionales de la salud.
La relación profesional del AE con el enfermo se basaría principalmente en
una prestación de cuidados específicos para cada uno de ellos.
El conocimiento de técnicas básicas de enfermería es muy importante en la
prestación asistencial de la salud.
El Real Decreto del Documento Base del Título es refiere a las funciones
del AE a:
485
Especialización en cuidados intensivos
Higiene y aseo.
• Paciente encamado
Los pacientes graves o que les está contraindicado moverse, se les debe
realizar el aseo encamados.
Para realizar el aseo es mejor con dos personas para más seguridad del
paciente.
• Material que vamos a utilizar:
- Guantes.
- Jabón.
- Esponja personal.
- Palangana con agua caliente.
- Toalla.
- Ropa limpia de cama y del paciente.
- Crema para masaje.
- Bolsa de plástico.
• Procedimiento:
Explicaremos al paciente lo que se le va hacer y pedimos su colaboración.
- Preparar el material colocándolo siempre en un lugar cerca para su utili-
zación.
- Lavarse las manos y colocarse los guantes.
- Quitar la ropa de la cama dejando la encimera tapando al enfermo.
- Para que el paciente conserve lo máximo posible su intimidad, dejaremos
al descubierto solo la parte que queremos lavar.
486
El auxiliar de enfermería en la unidad de cuidados intensivos
487
Especialización en cuidados intensivos
488
El auxiliar de enfermería en la unidad de cuidados intensivos
Alimentación.
La dieta de un paciente debe ser valorada y planificada según su estado.
Hay diferentes dietas que podrían clasificarse según su masa, dietas espe-
ciales, tipos de nutrientes, contenido calórico.
El AE colabora con la enfermera en la prestación de estos cuidados que se
podrían considerar muy importantes. Es muy habitual que el AE intervenga en la
alimentación del paciente por vía oral, a través de una sonda nasogástrica.
• Nutrición enteral. Por boca. Por sonda.
Este tipo de nutrición está indicado para pacientes que no pueden comer
por si mismos (pacientes en estado comatoso, cirugía mayor, sepsis, problemas
de boca o de la faringe, depresiones graves, etc.).
Las vías de administración para la alimentación por sonda son de dos
tipos:
489
Especialización en cuidados intensivos
490
El auxiliar de enfermería en la unidad de cuidados intensivos
• Procedimiento.
1. Preparar el material necesario, lavarse las manos, ponerse guantes.
2. Explicarle al paciente lo que se le va a hacer enseñándole la sonda para
que se familiarice con ella.
3. Sentar al paciente si es posible, esta postura facilita la deglución y dis-
minuye las náuseas.
4. Comprobar el estado de todo el material. El diplomado medirá la longi-
tud de la sonda desde el puente de la nariz hasta el lóbulo de la oreja y de
ahí al apéndice xifoides del esternón.
5. Se lubricará la sonda con una gasa impregnada de lubricante.
6. La enfermera introducirá suavemente la sonda por la fosa nasal sin pre-
sionar demasiado y apuntando hacia abajo y atrás en dirección a la oreja.
7. Con el vaso de agua invitar al paciente a tragar suavemente (con ello se
consigue cerrar la epiglotis y que la sonda no entre en el aparato respirato-
rio) y así en ese momento introducir la sonda suave y progresivamente.
8. Para comprobar que la sonda está bien situada se puede aspirar con una
jeringa jugo gástrico.
También se puede introducir unos 50 cm3 de aire y con el fonendoscopio
auscultar el área gástrica, si la sonda está en el estómago se escuchará un
sonido retumbante.
Otro método consistiría en introducir el extremo de la sonda en un vaso de
agua para ver si hay burbujeo, su fuera así indicaría que la sonda está en
la tráquea.
9. Fijaremos la sonda con esparadrapo de forma que el paciente esté cómo-
do y seguro evitando la presión en las fosas nasales.
10. Retirar todo el material, limpiar la zona, dejar cómodo al paciente,
quitarse los guantes y lavarse las manos.
491
Especialización en cuidados intensivos
- Vía periférica.
El catéter se introduce en una vena de la periferia como la media basílica
en el brazo, vena femoral en la pierna.
- Vía central.
El catéter se introduce en una vena de grueso calibre para facilitar la diso-
lución de la solución alimenticia.
3. Reglas para la administración de la nutrición parenteral.
- Llevar una asepsia estricta al manipular la bolsa.
- Revisar que la etiqueta de la bolsa corresponde con la petición del médico.
- Las bombas de infusión se programará al ritmo que indique la etiqueta
de la bolsa.
- La vía de infusión solo se debe utilizar para la alimentación parenteral.
- Las bolsas solo se pueden almacenar un máximo de 24 horas en la nevera.
- El enfermo con alimentación parenteral tiene que estar vigilado y con-
trolado.
- Vigilar el balance hídrico.
- Realizar análisis siempre controlados por el médico.
- Prevenir la posible aparición de complicaciones.
- Colaborar en la colocación y conservación del catéter.
Eliminación.
• Recogida y valoración de orina y heces.
La obtención de muestras biológicas nos ayuda a establecer un diagnóstico
acertado y así poder decidir sobre el tratamiento.
1. Recogida de muestra de orina:
Generalmente se recoge la primera de la mañana por su concentración.
• Material necesario:
-Cuña o botella.
-Guantes desechables.
-Recipiente etiquetado con los datos del enfermo.
• Procedimiento:
- Explicar al paciente lo que vamos hacer.
-Ponerse los guantes desechables, colocarle al paciente la cuña o botella.
- Le indicaremos que realice la micción, desecharemos la primera parte
para que por arrastre se limpie la uretra.
- Cuando el envase esté lleno se tapará con una etiqueta rotulada.
- Recogeremos el material y dejaremos al paciente cómodo.
492
El auxiliar de enfermería en la unidad de cuidados intensivos
2. Recogida de heces.
La recogida de heces nos ayuda a investigar la presencia de sangre parási-
tos, gérmenes o presencias de otras sustancias.
• Material necesario:
- Guantes desechables.
- Frasco portaheces etiquetado.
- Depresor lingual para la recogida.
- Cuña y el material necesario para la higiene del paciente.
• Procedimiento:
- Informar al paciente.
- Lavarse las manos y ponerse los guantes.
- Pedirle al paciente que defeque en la cuña.
- Recoger la muestra y depositarlas en un frasco etiquetado con los datos
del paciente. Enviarla al laboratorio.
- Limpiar al enfermo y acomodarlo.
Respiración. Circulación.
En la respiración es muy importante los ejercicios para conseguir una respi-
ración profunda, mejorar la permeabilidad de las vías y movilizar las secreciones.
* El espirómetro de incentivo se utiliza en aquellos casos donde el paciente
le resulta doloroso o difícil el respirar profundamente y para fortalecer los mús-
culos abdominales.
* La perfusión es un procedimiento donde su finalidad es la de despegar las
secreciones más profundas. Se puede realizar con las manos o con un vibrador de
ultrasonido clapping.
493
Especialización en cuidados intensivos
* Hay que tener una especial atención en la higiene de la boca y ojos laván-
dolos con suero fisiológico.
* Cuidar el aparato respiratorio con ejercicios, etc.
* Prevenir las úlceras por presión.
Seguridad.
Cuando una persona ingresa en el hospital tiende a reposar en cama por
lo que existen mecanismos para una rápida y mejor recuperación. En el hospital
existen instrumentos con características singulares para adaptarse a las necesida-
des del paciente.
Los accesorios más comunes son:
* Las barandillas: Se adaptan a los laterales de la cama, se utilizan para
que los niños no se caigan o para pacientes nerviosos o agitados.
* Los arcos metálicos: Utilizados para soportar el peso de la ropa de cama
494
El auxiliar de enfermería en la unidad de cuidados intensivos
para que no roze con alguna parte del cuerpo del paciente. Ej. pacientes quema-
dos.
* Soportes para bolsa de orina.
* Soporte suero: Colocación de líquidos para perfusión.
* Cuadro con triángulo: El paciente puede agarrarse para levantar y mover
su cuerpo. Ej. pacientes con fracturas.
495
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
496
Principios legales en los cuidados intensivos
CAPÍTULO XIX
PRINCIPIOS LEGALES
EN LOS CUIDADOS INTENSIVOS
Francisca Martínez López
INTRODUCCIÓN
Nos acercamos a la objeción de conciencia desde un punto de vista
dinámico. La objeción de conciencia precisa que se dé esa noción dinámica
porque es un instituto muy difícil de delimitar. Es imposible concebirla
como un concepto inmutable, pertenece a la propia sustancia el dinamismo
conceptual. Consideraciones en torno a la naturaleza jurídica porque se advierte
una amplísima variedad en función del enfoque que se utiliza; hay posiciones
legalistas y también hay otras que defienden la presencia en el mundo jurídico
elementos que son superiores al propio ordenamiento jurídico. Si las dividimos
en dos grandes grupos en una de ellas vemos a quienes ven en la objeción de
conciencia un mero incumplimiento de una obligación legal, incumplimiento que
puede ser tolerado por el legislador o que a lo sumo es tratado como excepción
legal a un norma. En este caso la objeción de conciencia es una exención a la ley
general prevista por el legislador (una concesión del legislador).
Hay propuesta de sustitución de la moral social por la moral individual,
es decir un derecho subjetivo reconocido por el Estado o en su más amplia
acepción, un auténtico derecho fundamental. En este caso la objeción advierte del
progresivo reconocimiento jurídico de la moral crítica individual, reconocimiento
que el legislador se ve forzado a realizar en base de la entidad de las motivaciones
que sustentan esa moralidad crítica individual. Ante la coexistencia de dos
normas opuestas, una jurídica y otra, una ley de conciencia, la persona tiene un
derecho subjetivo (cuando no fundamental) a optar por una o por otra. Si ese
497
Especialización en cuidados intensivos
498
Principios legales en los cuidados intensivos
objetor se opone a una norma que va en contra de su conciencia pero no exige que
se le aplique otra. Dentro del punto de vista apriorístico: hay que tener en cuenta
que en la base está el individuo y la relación de este con su concepción de la
realidad y la conformación social que de esa misma realidad le propone la norma
jurídica. Hay que tener en cuenta que dicha objeción no se agota en la realidad
individual, porque si es así podemos descartar la actitud personal de la que postula
la justicia. Para eso se necesita la existencia de un marco suprapersonal donde se
conecten la individualidad que provoca el conflicto de conciencia con la realidad
política, religiosa, moral. Al contemplar el individuo esa realidad es cuando se
va a producir en él la exigencia de adoptar un determinado comportamiento: si
esto entra en contradicción con la norma positiva va a dar lugar a la objeción
de conciencia y esta necesidad no tiene por qué limitarse a la no aplicación
de una norma al individuo. El individuo en ocasiones pretende proyectar ese
conflicto para que actúe como agente-transformador de la sociedad. Teniendo
esto en cuenta se podría definir la objeción de conciencia desde un punto de vista
descriptivo como aquella oposición del sujeto ante una obligación jurídica previo
análisis de la realidad social, de la norma que incide sobre ella y del dictado de
la propia conciencia, oposición que emana de un dictado interno del individuo
producto de la valoración suprapersonal y al que el sujeto no puede renunciar sin
dejar de ser él mismo.
Esto nos lleva a descubrir el carácter o proyección potencial solidario de la
objeción de conciencia porque se produce una interrelación entre la nonciencia-
norma positiva - dictado de conciencia. Esto permite incorporar en la objeción de
conciencia todas las situaciones que teniendo como base el conflicto de conciencia
se proyecta al resto del entorno con el fin de transformar la realidad.
499
Especialización en cuidados intensivos
500
Principios legales en los cuidados intensivos
PRECISIONES.
Sólo en el artículo 30.2 de la Constitución España se menciona expresamente
la objeción de conciencia y en el artículo 20.1d) de forma derivada, cláusula de
conciencia informativa. Lo que en circunstancias extremas, la más importante es
la asistencia de una familia que depende económica, afectiva y educativamente
del adulto. En estos casos es posible obligar al paciente a someterse a una
intervención, teniendo en cuenta que también adquiere importancia la prevención
del suicidio, aunque se descarta esa posibilidad. Y también tiene importancia el
preservar la deontología médica en los tratamientos médicos que se hacen en
circunstancias de gravedad, de urgencia.
Sin embargo, en ocasiones los jueces, no aplican esa regla de la existencia
de hijos menores o familia. Han llegado a respetar la objeción de un adulto
cuando su vida no se demostraba completamente necesaria para el mantenimiento
de los hijos.
También se han dado casos en los que la jurisprudencia ha afrontado
mayores riesgos de objeción de conciencia en adultos con características
peculiares, como la del adulto en estado de incapacidad, de manera que no puede
tomar una decisión de carácter jurídico.
En el caso de negación de tratamientos médicos respecto de menores no se
respeta su voluntad individual, interviene el juez.
En lo referente a este tema, en la casuística estadounidense, encontramos
un ejemplo representado por el caso Patterson, en el que el juez dictaminó que los
padres pueden ser libres, por razones religiosas, para ser mártires ellos mismos,
pero de ahí no se exige que sean libres en las mismas circunstancias para hacer
mártires a sus hijos antes de que alcancen la plena mayoría de edad.
También se plantea el problema de la responsabilidad criminal de los padres
cuando su negativa a los cuidados críticos/paliativos ha provocado la muerte de
su hijo. Así, en la jurisprudencia italiana, un magistrado condenó a los padres
(Testigos de Jehova) como culpables de homicidio doloso porque desobedecen el
mandato del Tribunal de Nimes, que había obligado a hacer un tratamiento previo
de hemotransfusión.
501
Especialización en cuidados intensivos
502
Principios legales en los cuidados intensivos
503
Especialización en cuidados intensivos
EL HOMICIDIO CONSENTIDO
Artículo 143.4 Código Penal: (...) por la petición expresa, seria e
inequívoca.
Se trata del consentimiento del enfermo ante la privación de la vida por
que él mismo lo pide seria, expresa e inequívocamente. Desde el punto de vista
jurídico, es la problemática del consentimiento como atenuante de un delito
contra la vida.
Hay que buscar una fórmula que respete las convicciones de todos, en un
sistema democrático y se proteja la opción de la minoría, si se permitiese no
obliga a nadie, sólo abre la puerta a quién quiera atenerse a ello, respetando la
objeción de conciencia a esa práctica.
Esta postura se basaría en que el ser humano tenga disponibilidad sobre
su vida y evitar la prolongación de su vida vegetativa en un hospital, exigiendo
a los médicos del sistema sanitario del país un tratamiento destinado a erradicar
ese padecimiento. Se daría relevancia del consentimiento y la conducta estaría de
acuerdo y dejando exento de toda sanción penal.
Lo que está claro es que la eutanasia pasiva está despenalizada, la omisión
de la conducta (no enchufar la máquina).
La eutanasia activa se castiga (desenchufar la máquina). Los requisitos del
artículo l43 del Código Penal son normalmente restrictivos.
504
Principios legales en los cuidados intensivos
CONCLUSIÓN:
Estamos ante un auténtico derecho fundamental a la objeción de conciencia
y esto es así por tres razones fundamentales:
1. La objeción de conciencia se configura como derecho general. La
persona que incumple su obligación por motivos de conciencia se halla
protegido por un principio general del ordenamiento, de tal forma que
aquellas obligaciones jurídicas que puede dar lugar la objeción deben ser
consideradas como restricciones que inciden en la libertad de conciencia.
Los imperativos de la ley deben funcionar como límite a la regla general
de libertad y no son las libertades las que actúan como excepción a la regla
general de los imperativos de la ley. Esto no significa que todo límite a la
libertad sea ilegítimo porque ese límite puede ser la protección de otros
deberes o libertades. Nos encontramos con un problema de límites en el
ejercicio de derechos fundamentales: colisión de un derecho individual
frente a valores protegidos por el deber jurídico.
2. Considerar la objeción de conciencia derecho fundamental es así porque
la objeción de conciencia no puede ser algo distinto o desvinculado de
la libertad de conciencia porque el contenido de ésta exige poder obrar
conforme a los imperativos de la conciencia.
3. Porque al estar protegida la objeción de conciencia por el recurso de
amparo (artículo 53.2 de la Constitución Española), el constituyente
muestra su inquietud por asegurar la integridad del derecho de objeción
de conciencia frente posibles abusos, tanto por parte del ejecutivo como
por parte del legislativo. De tal forma que si el constituyente lo hubiera
configurado como un derecho constitucional autónomo no hubiera sido
disponer la protección para él del derecho de amparo, sino la tutela de
protección genérica del artículo 24.1 de la Constitución Española.
505
Especialización en cuidados intensivos
BIBLIOGRAFÍA
506
ANEXOS
507
Guía de administración de fármacos vía parenteral
ANEXO A
GUÍA DE ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS
509
Especialización en cuidados intensivos
510
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
ANEXO B
COMPOSICIÓN Y PROPIEDADES DE LAS DISTINTAS
SOLUCIONES DISPONIBLES PARA LA TERAPÉUTICA
INTRAVENOSA
6. 1. SOLUCIONES CRISTALOIDES
Son aquellas soluciones que contienen agua, electrolitos y/o azúcares en
diferentes proporciones y que pueden ser hipotónicas, hipertónicas o isotónicas
respecto al plasma.
Su capacidad de expander volumen va a estar relacionada con la concen-
tración de sodio de cada solución, y es este sodio el que provoca un gradiente
osmótico entre los compartimentos extravascular e intravascular. Así las solu-
511
Especialización en cuidados intensivos
S.
Glucosada 0 0 0 0 0 0 5.0 Isotónico 253
5%
512
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
513
Especialización en cuidados intensivos
514
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
515
Especialización en cuidados intensivos
516
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
517
Especialización en cuidados intensivos
518
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
6. 2. SOLUCIONES COLOIDALES
Las soluciones coloidales contienen partículas en suspensión de alto peso
molecular que no atraviesan las membranas capilares, de forma que son capaces
de aumentar la presión osmótica plasmática y retener agua en el espacio intra-
vascular. Así pues, las soluciones coloidales incrementan la presión oncótica y
la efectividad del movimiento de fluídos desde el compartimento intersticial al
compartimento plasmático deficiente. Es lo que se conoce como agente expansor
plasmático. Producen efectos hemodinámicos más rápidos y sostenidos que las
soluciones cristaloides, precisándose menos volumen que las soluciones cristaloi-
des, aunque su coste es mayor.
Las características que debería poseer una solución coloidal son: 1. Tener
la capacidad de mantener la presión osmótica coloidal durante algunas horas. 2.
Ausencia de otras acciones farmacológicas. 3. Ausencia de efectos antigénicos,
alergénicos o pirogénicos. 4. Ausencia de interferencias con la tipificación o com-
patibilización de la sangre. 5. Estabilidad durante períodos prolongados de alma-
cenamiento y bajo amplias variaciones de temperatura ambiente. 6. Facilidad de
519
Especialización en cuidados intensivos
520
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
521
Especialización en cuidados intensivos
Frecuencia (%)
Agente Reacción Reacción Reacción Reacción Total
Iº IIº IIIº IVº
522
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
523
Especialización en cuidados intensivos
para ser degradada completamente a CO2 y H2O bajo la acción de una enzima
específica, la dextrano 1-6 glucosidasa.
Las soluciones de dextrano utilizadas en clínica son hiperoncóticas y pro-
mueven tras su infusión una expansión de volumen del espacio intravascular por
medio de la afluencia del líquido intersticial al vascular. Puesto que el volumen
intravascular aumenta con mayor proporción que lo que corresponde a la canti-
dad de líquido infundido, los dextranos pueden considerarse como expansores
plasmáticos.
Los dextranos también poseen una actividad antitrombótica por su acción
sobre la hemostasia primaria (disminuyen la agregación plaquetaria) y sobre los
factores de la coagulación (facilitan la lisis del trombo). Estas acciones aparecen
a las 4-6 horas de su administración y perduran durante unas 24 horas.
Las infusiones concentradas de dextrano de bajo peso molecular, por atra-
vesar rápidamente el filtrado glomerular, pueden incrementar la viscosidad de la
orina y conducir a una insuficiencia renal por obstrucción del túbulo. La tubulo-
patía inducida por el dextrano es reversible si se rehidrata al sujeto.
Otro de los posibles efectos indeseables de los dextranos sería la aparición
de reacciones anafilácticas debidas a las IgG e IgM que pueden tener los dex-
tranos. Algunos autores recomiendan la prevención de estas reacciones con una
inyección previa, unos 15 mL, de dextrano de muy bajo peso molecular, que satu-
raría los sitios de fijación de las inmunoglobulinas, sin desencadenar una reacción
524
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
525
Especialización en cuidados intensivos
526
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
527
Especialización en cuidados intensivos
Los productos de gelatina nunca se han asociado con fallos renales, no in-
terfieren con las determinaciones del grupo sanguíneo y no producen alteraciones
de la hemostasia.
528
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
529
Especialización en cuidados intensivos
530
Composición y propiedades de las distintas soluciones disponibles
531
Especialización en cuidados intensivos
de O2, ya que es radiopaca y puede detectarse con la TAC. Estos productos que
contienen el 60 % de w/v perflubrón (Imagent®) o el 90 % (Oxygentä) para
transporte de O2, que se está usando en quirófanos asociados con técnicas de
transfusiones sanguíneas autólogas para evitar las reacciones postransfusionales.
La cuestión que permanece sin respuesta es ¿cuánta pérdida de sangre se puede
tolerar usando PFC?. En 1994 Faithfull, utilizando un modelo computorizado,
diseñado para valorar el efecto de varias situaciones de pérdidas sanguíneas y de
disminución de la hemoglobina; dedujo que se pueden tolerar, antes de necesitar
transfusión de sangre, con una dosis de 1,5 ml/kg de Oxygent, sorpredentes gran-
des pédidas sanguíneas, con una concomitante disminución de la hemoglobina
de más de 4 gr/dl, antes de que la PvO2 disminuya por debajo del nivel previo a
la administración, con una FiO2 de 1. Estudios con perros sugieren que la admi-
nistración prehospitalaria de pequeñas cantidades de emulsión perfluoroquímica
pueden ser beneficiosas para restaurar las funciones metabólicas de los tejidos y
pueden lograr una mayor estabilidad del paciente a su llegada a Urgencias.
Estudios clínicos de los efectos de una emulsión de perflubrón, AF 0104,
sobre la tensión de O2 venoso mixto en pacientes quirúrgicos anestesiados, re-
gistra cambios valorables en la tensión de oxígeno venoso mixto durante la he-
modilución normovolémica aguda intraoperatoria. Otras aplicaciones incluyen la
combinación de Oxygent con agentes trombolíticos en el IAM por sus efectos de
incremento de la pO2 en el miocardio isquémico y asociado a la PTCA, como se
comprobó con el fluosol.
532
Fármacos usados en UCI
ANEXO C
FÁRMACOS USADOS EN UCI
533
Especialización en cuidados intensivos
Bretilio, tosilato 5-10 mg/kg en 0.5-4 mg/min. 2.000 mg/250 Puede producir
500 mg-amp. 100 ml en 10 ml G 5% hipotensión y arrit-
min. (8 mg/ml) mias. Su intoxica-
ción simula muerte
cerebral
534
Fármacos usados en UCI
535
Especialización en cuidados intensivos
536
Fármacos usados en UCI
537
Especialización en cuidados intensivos
Morfina, sulfato 0.03-0.2 mg/kg 0.05-0.3 mg/kg/h 100 mg/250 ml Depresión res-
10 mg-amp. G 5% piratoria efecto cro-
(0.4 mg/ml) notrópico negativo
e hipotensión
538
Fármacos usados en UCI
539
Especialización en cuidados intensivos
aumentar niveles
de digoxina.
Urokinasa 4.500 UI/kg 4.500 UI/kg/h (en 250.000 UI/250 Dosis de embolis-
250.000 UI (en 10 min.) 12 h) G 5% mo pulmonar. Para
(1.000 UI/ml) el IAM se usan de
2-3 mill. UI en 45-
90 min.
540
Fármacos usados en UCI
ticos, cardiopatía
isquémica, ins.
card. cong.
Dexmedetomi- Es un nuevo
dina. 0,7mcg/kg/min ir graduando su- 2 ampollas hipnótico intro-
Ampollas de biendo poco a poco en 100cc de ducido reciente-
2ml contienen hasta 1,4mcg/kg/h. solución mente en España
100 mcg de dex- que actúa como
medetomidina agonista selectivo
de los receptores
alfa-2. Produce
menos síndro-
me confesional
agudo en pacientes
sedados en UCI.
Contraindicado en
bradiarritmias e
hipotensión.
5 ampollas de Es un antihiperten-
Urapidilo 1 ampolla en 60-180 mg/h urapidilo de 50
Ampollas de 10 20 segundos sivo antagonista
mg en 500cc alfa-2 y también
ml que contie- de Solución,
nen 50 mg de actúa sobre la
o bien, 2 serotonina.
urapidilo ampollas de
urapidilo de
50 mg en 50cc
de solución en
jeringa
541
Especialización en cuidados intensivos
Es un Sensibiliza-
Levosimedan 6-12mcg/ Kg 0,1mcg/kg/min 1 vial en 100cc dor cardíaco del
Viales de en 10minutos de suero gluco- calcio y vasodila-
12,5mg. sado5% tador vascular. Se
usa en la insufi-
ciencia cardíaca
refractaria a otros
tratamientos. Puede
producir arritmias
e hipotensión. Su
efecto dura hasta
9 días tras su sus-
pensión
Se usa en el
Terlipresina: 1 mg rápido 1mg/ 8 horas Diluirla en10cc
Síndrome hepato-
Viales de 1 mg rápido de SF y admi-
rrenal. No se puede
en 5 ml nistrar
usar junto a nora-
drenalina por que
es vasoconstrictor
y puede crear angor
Pantoprazol: 3 viales en
Se usa en perfusión
Ampollas de 40 40 mg/24 horas (solo si sangrado 250cc de SF y
en el sangrado acti-
mg en 10cc digestivo) 8 mg/h cambiar cada
vo. Es un inhibidor
durante 72 horas 12 horas
de la bomba de
protones
542
Fármacos usados en UCI
543