Estructura Financiera de Panama

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Análisis de la estructura financiera de Panamá.

La economía panameña tiene como principal característica su sistema monetario


bancario que descansa en el uso del dólar de los Estados Unidos de América como
moneda de curso corriente y la existencia de un sistema bancario conectado al resto
del mundo. El sistema opera sin banca central, o autoridad encargada de controlar la
oferta monetaria, ni regir política monetaria o cambiaria en el país. El sistema
monetario ha garantizado, desde su existencia en los orígenes de la república,
estabilidad macroeconómica en las principales variables y macro precios de la
economía (tasas de interés, PIB).

La estructura del sistema financiero de Panamá está comprendida por las siguientes
instituciones: los bancos, las empresas de valores, los fondos de pensiones, las
aseguradoras, cooperativas, empresas financieras, los bancos de desarrollo, las
compañías de leasing y asociaciones de ahorro y crédito para la vivienda.

El modelo supervisor que sigue Panamá es el de un ente supervisor por cada mercado
financiero separado. Estos entes tienen un punto de encuentro en el Consejo de
Coordinación Financiera, también conocido por sus siglas como CCF, el cual es un foro
que reúne a los entes de supervisión financiera de la República de Panamá según lo
que establece el Título I de la Ley 67 de 1 de septiembre de 2011. Las entidades de
supervisión y regulación financiera en el ejercicio de sus funciones, intercambian
información y se coordinan mutuamente para propiciar políticas de regulación y
asegurar una efectiva supervisión del mercado financiero.

Banca

La Superintendencia de Bancos de Panamá tiene la responsabilidad de regular y


supervisar a los bancos de conformidad con el Decreto Ejecutivo 52 de 30 de diciembre
de 2008, que adopta el Texto Único del Decreto Ley 9 de 26 de febrero de 1998,
modificado por el Decreto Ley 2 de 22 de febrero de 2008; a las empresas financieras,
empresas de arrendamiento financiero o leasing, empresas de factoring, emisores o
procesadores de tarjetas de débito, crédito y prepagadas, entidades emisoras de
medios de pago y dinero electrónico, según la Ley No. 23 de 27 de abril de 2015 y a
las empresas fiduciarias, conforme a la Ley 21 de 10 de mayo de 2017.

El centro bancario internacional de Panamá se caracteriza por ser un sistema


intermedio. Ello significa que, si bien la operación internacional representa cerca del
48% del total de los activos, ésta todavía equivale a 1.1 veces el PIB de Panamá. Por
su parte, la operación doméstica equivale al 52% de los activos del sistema y también
1.1 veces el PIB de Panamá. El total de activos del Centro Bancario Internacional, el
cual incluye a bancos de licencia general e internacional que operan en Panamá
equivale a cerca de 2.2 veces el tamaño del PIB de Panamá.

El centro bancario opera sin un prestamista de último recurso y tampoco cuenta con
una institución de seguro de depósitos. Ello ha contribuido a crear una sólida cultura
bancaria de riesgos asumidos en materia de crédito y gestión de liquidez del sistema.
En los cuarenta y seis años (46) del modelo de un sistema bancario abierto y
conectado al resto del mundo, con operación simultánea de bancos internacionales y
locales en mercados locales e internacionales, no se registra ningún episodio de crisis
bancaria sistémica, cuyo origen sea atribuible a desequilibrios intrínsecos del sistema
bancario. La única crisis sistémica obedeció a los problemas políticos internos y con los
Estados Unidos en los años 1988-1989. Por ende, el sistema bancario es muy estable
en garantizar tanto el sistema de pagos y la intermediación financiera, como la
estabilidad macroeconómica.

El Centro Bancario opera en dos claras dimensiones: (i) según el segmento de


mercado, (ii) según la naturaleza de sus actividades. Según el segmento se pueden
identificar los siguientes mercados: (i) interbancario, para gestión de liquidez; (ii)
Banca Privada y captación de particulares; (iii) comercio exterior y corporativo
internacional; (iv) banca doméstica; (v) sector público.

Las principales actividades bancarias se desarrollan en: (i) aceptación de depósitos


bancarios; (ii) banca minorista; (iii) préstamos comerciales y corporativos; (iv)
registros contables extranjeros; (v) préstamos entre sucursales bancarias extranjeras,
tesorería y gestión de liquidez; (vi) administración regional; (vii) finanzas corporativas.

Por ende, el 72.8% corresponde a la aceptación de depósitos de particulares, tanto de


personas naturales como de personas jurídicas en nuestro sistema. Para los bancos de
capital privado panameño, el modelo de fondeo se gestiona de forma atomizada a lo
interno de la economía panameña, de parte de personas naturales y empresas que
operan en el sistema. Existe una muy baja dependencia de fondos de captación
externa para su operación bancaria, cuando el 85.6% de sus captaciones provienen
especialmente de clientes domésticos, tanto personas naturales como jurídicas. Ello
hace que el 98.4% de la cartera de créditos locales de los bancos privados de capital
panameño este fondeada con depósitos captados localmente.

Por su parte, la operación de los bancos privados extranjeros de licencia general es


más diversificada. El 42.9% del total de sus aceptaciones de depósitos se realizan a lo
interno de la economía, mientras que el 57.1% provienen de captaciones extranjeras.
No obstante, de este último total de depósitos externos recibidos, el 45.5% provienen
de depósitos interbancarios de sus casas matrices en materia de gestión de tesorería y
liquidez. El 54.5% corresponde a depósitos captados de particulares personas
naturales y jurídicas en el extranjero.

Ello significa que la operación de la banca privada extranjera ilustra lo positivo que
representa la operación de un sistema abierto e integrado al resto del mundo como el
de Panamá. En efecto, la cartera de créditos domésticos al sector privado panameño
equivalente a USD 18,128 millones es fondeada en cerca de 78.6% con depósitos
locales y el 21.4% restantes corresponden a fondeo externo utilizado en el crecimiento
de la cartera de crédito local. Ello constituye una de las grandes ventajas de la
operación del sistema monetario bancario de Panamá. En la medida en que exista
necesidad de fondos o recursos para el crecimiento de la cartera de créditos locales, el
sistema de forma automática utiliza fondos captados externamente para fondear el
crecimiento local (y viceversa). En la medida que la economía tenga un menor
crecimiento fondos locales en exceso pueden ser canalizados externamente, sin ningún
tipo ni naturaleza de restricciones. Es un enfoque de ajuste automático de la balanza
de pagos.

Valores

La Superintendencia del Mercado de Valores de Panamá tiene la responsabilidad de


regular y supervisar a los emisores, sociedades de inversión, intermediarios y demás
participantes del mercado de valores; cuyo marco legal lo establecen las leyes:
Decreto Ley 1 de 8 de julio de 1999, Ley No. 67 de 1 de septiembre de 2011, Ley de
No. 23 de 27 de abril de 2015 y la Ley 66 de 9 de diciembre de 2016.

Para operar en la plaza panameña es necesario que las Casas de Valores mantengan
un Capital mínimo de USD 350,000.00. El 90% del Capital es procedente de países
latinoamericanos, mientras que el 10% de países europeos.

Las transacciones realizadas por las Casas de Valores se realizan en el mercado


internacional y 20% en el mercado local.

En la actualidad el mercado de valores mantiene en operaciones fuera de balance un


monto aproximado de B/. 12,690 millones, principalmente en concepto de
administración en cuentas de terceros.

Seguros

La Superintendencia de Seguros y Reaseguros de Panamá tiene la responsabilidad de


regular la actividad de seguros, reaseguros y aseguradoras cautivas en Panamá; cuyo
marco legal lo establecen las leyes: Ley de Seguros (N° 12 del 3 de abril de 2012), Ley
de Reaseguros (No. 63 de 19 de septiembre de 1996) y la Ley de Aseguradoras
Cautivas (No. 60 de 29 de julio de 1996).

La industria de seguros emitió un promedio de 1,322,740 pólizas y los ingresos por


primas alcanzaron los B/.133.5 millones.

El 45% del total de las primas (B/.60.0 millones) se suscribieron en los ramos de:
automóvil (17.9%), salud (16.1%) y colectivo de vida (11.1%) que fueron las que más
crecieron, debido a la práctica comercial o nuevas condiciones laborales.

La norma legal proporciona a la Superintendencia de Seguros y Reaseguros de Panamá


las herramientas que requiere para la creación de regulación en el sector y para la
supervisión.
Estructura del sistema financiero al cerrar 2019.

Estructura del sistema financiero local La estructura del sistema financiero de Panamá
está conformada por: bancos, empresas de valores, fondos de pensiones,
aseguradoras, cooperativas, empresas financieras, bancos de desarrollo, las compañías
de leasing y asociaciones de ahorro y crédito para la vivienda. La actividad de
intermediación financiera tuvo una participación de 7.3% en el PIB de 2019.

Los activos totales de la estructura del sistema financiero sumaron USD137,529


millones a diciembre de 2019. Los bancos ocupan la primera posición en importancia,
al representar el 90.8% del total de esta estructura financiera, con un total de activos
por el orden de USD124,990 millones.

Las empresas de emisión y corretaje de valores ocupan la segunda posición,


representando el 2.7%, seguidas de las aseguradoras en tercera posición en
importancia representando el 2.4%, las cooperativas financieras representan 1.4%. El
resto de las instituciones financieras de menor tamaño, concentran los bancos de
desarrollo, las operaciones de leasing y las asociaciones de ahorro y crédito para la
vivienda, que en conjunto representan el 2.4%. Estos sectores financieros cuentan con
diferentes entes que supervisan y regulan materias específicas. Los entes reguladores
tienen un punto de encuentro en el Consejo de Coordinación Financiera, también
conocido por sus siglas como CCF, foro que reúne a los supervisores financieros de la
República de Panamá establecidos en el Título I de la Ley 67 de 1 de septiembre de
2011. Los reguladores, en el ejercicio de sus funciones y en el marco del CCF,
intercambian información y coordinan mutuamente a fin de promover políticas de
regulación y asegurar una efectiva supervisión del mercado financiero.

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