Violencia Social
Violencia Social
Violencia Social
Se entiende por violencia social todo aquel acto con impacto social que atenta a la
integridad física, psíquica o relacional de una persona o un colectivo, siendo dichos
actos llevados a cabo por un sujeto o por la propia comunidad. En algunos casos
esta violencia es aplicada con el propósito de conseguir una mejora en las
condiciones de vida o como forma de protesta por un trato que es considerado como
vejatorio, como ocurre en algunos motines y revueltas. En otras ocasiones se
pretende disminuir el poder de los demás con el fin de perjudicarles a ellos o a sus
puntos de vista, o bien para aumentar la percepción de la propia autoridad.
Pero en general, podemos determinar que el objetivo de la violencia social como tal
es la obtención o mantenimiento de poder y estatus social. Sin embargo, en muchas
ocasiones esta va vinculada a la violencia política, en la que se realizan actos
violentos con el objetivo de lograr un poder político o la violencia económica, en la
que el objetivo es la obtención de capital.
Sin embargo, este tipo de violencia no abarca sólo actos criminales realizados de
forma directa, sino que también entran dentro de dicha consideración aspectos
como los valores, estereotipos, prejuicios y calumnias transmitidos culturalmente o
a través de los medios que puedan incitar al odio o menosprecio a una persona o
colectivo. Ejemplos claros de ello lo constituyen la promulgación y expansión de
creencias que incitan al machismo, la homofobia o el racismo.
Factores asociados
1. Percepción de desigualdad
Por norma general, la violencia social suele ser aplicada contra las minorías,
especialmente aquellas que tradicionalmente han sido perseguidas u oprimidas
pero que con el paso del tiempo han aumentado su aceptación social, poder y
derechos.
Dicho cambio es percibido por algunos individuos como una amenaza a su propio
poder y creencias, intentando perpetuar los roles tradicionales a través de la
violencia directa o indirecta. Sin embargo en otros casos es la minoría la que pasa
a ejercitar la violencia, como forma de protesta o de reivindicación o con el fin de
conseguir un objetivo concreto, tal y como ocurre en algunas revueltas populares.
Asimismo, en algunos casos otros colectivos son objetivo de violencia social
indirecta con el fin de ser utilizados como medios para la perpetuación del propio
poder, transformando en individuos originalmente neutrales o incluso a la propia
persona objeto de violencia en un transmisor de dicha violencia. Veamos algunos
de los colectivos que o bien son especialmente vulnerables o bien han sido objeto
de violencia social a lo largo de la historia.
1. Infancia
Por norma general, la violencia social ejercida sobre niños suele tener por objetivo
el dominar a un ser más vulnerable con el fin de aumentar la propia percepción del
poder, o bien como medio indirecto para dañar a una persona o institución.
Asimismo, la observación continuada de la violencia como método de control puede
provocar el pensamiento y la creencia de que el ataque resulta una estrategia
adecuada y adaptativa para lograr los propios objetivos.
2. Discapacitados
Las personas con discapacidad tanto física como intelectual pueden ser también
objeto de violencia social, al no permitirles participar en la sociedad o bien ejercer
diferentes tipos de acción sobre ellos como forma de dominación y ejercicio de
poder.
3. Clases populares
4. Mujeres
Otro objetivo clásico de violencia social son las minorías étnicas y/o religiosas. Si
bien también en este aspecto la sociedad general busca la igualdad entre gente de
diferentes etnias y culturas, algunos sectores no ven con buenos ojos la
incorporación en la comunidad de individuos con características que no coincidan
con lo más habitual. El tipo de violencia social que resulta más frecuente es el
vinculado al racismo, que puede incluir agresiones físicas, vejaciones e incluso
atentados.
6. Comunidad LGTB
La violencia social afecta al desarrollo del niño a nivel físico, social y emocional. Con
este tema se pretende confrontar y prevenir los posibles efectos negativos en los
niños expuestos a violencia social, cómo intervenir, y cómo establecer los recursos
necesarios.
Admitir que existe un problema de violencia social y denunciar ante las Autoridades
competentes. Es necesario informar sobre la necesidad de fortalecer el desarrollo
social, y como parte integral de la visualizar es parte del desarrollo de la sociedad,
como base central de la cultura de la no violencia y del respeto a los derechos
humanos. Es importante detectar de manera oportuna las causas que llevan a una
sociedad a vivir bajo esta problemática, para formarnos una visión de lo que está
ocurriendo, para poder intervenir de manera correcta y romper el ciclo destructivo
para evitar que se herede de generación en generación.