Platón

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Platón

1-Contexto cultural y filosófico


A mediados del siglo V a C Atenas se había convertido en la ciudad más influyente del
mediterráneo, constituyendo el centro político y cultural, pero en el siglo IV a C
atravesó una época de decadencia, la ciudad fue derrotada por Esparta, y la democracia
(un sistema político que no le parecía nada positivo a Platón) fue sustituida por un
gobierno peor: El Gobierno de los Treinta Tiranos. Tras la finalización del mismo
Platón recuperó las esperanzas en la renovación política, pero se instauró una
democracia que le decepcionó aún más, dado que al abrigo de la misma fue juzgado y
condenado Sócrates, su admirado maestro. Este hecho le pareció injusto a Platón y a
otros contemporáneos y ha pasado después a la historia como un
acontecimiento nefasto para la filosofía, cargado quizás de matices románticos, dado
que sigue resultando impactante que Sócrates, pudiendo salvarse, aceptara su condena a
muerte, defendiendo que él no podía estar por encima de las leyes.
Esta circunstancia contribuyó a que Platón se cuestionara cual sería la mejor forma de
gobierno, sin duda, debía ser aquella en la que reinara la justicia, y esta es precisamente
la temática de una de sus obras más importantes: La República, donde reflexiona sobre
el modelo ideal de estado y defiende un sistema de gobierno de corte aristocrático en el
que los que poseían el conocimiento se harían cargo del gobierno de la ciudad. Este
modelo de ciudad ideal en el que se busca que reine la justicia es considerado a día de
hoy la primera utopía de la historia.
Platón (427 a C- 346 a C ) es uno de los filósofos que mayor influencia ha tenido en
toda la historia de la filosofía, pero se llamaba en realidad Aristocles, se dice que le
pusieron este apodo por la gran anchura de sus espaldas. Fuera como fuese, se convirtió
en el más importante de los discípulos de Sócrates, perteneció a la nobleza y a los 40
años fundó la famosa Academia, que permaneció abierta hasta el año 529 d C., la gran
cantidad de años que permaneció abierta nos señala ya que influenció a muchos
filósofos posteriores. Se conservan sus diálogos, escritos a raíz de las conversaciones
mantenidas con sus discípulos y con el propio Sócrates, en total son 36 diálogos, en los
que trata una gran variedad de temas. A pesar de todo, su pensamiento forma un sistema
filosófico que tiene como núcleo la teoría de las ideas. Algunos de sus diálogos más
famosos son: El Banquete, El Fedro, El Fedón, Teeteto, El Político, Protágoras y La
Apología de Sócrates.

En el contexto filosófico hemos de destacar el enfrentamiento de Platón (y Sócrates) a


los sofistas, a los que atacaba principalmente por su relativismo. Creía que eran
sabios en apariencia, dado que no estaban interesados en encontrar la verdad, sino solo
en enseñar a sus alumnos a estar a la altura de las circunstancias políticas y defender
cualquier postura, llevar razón. Para ello necesitaban dominar la palabra, ser capaz de
persuadir a los otros. Enseñaban una especie de arte de la persuasión, que entendían
como enseñar areté: enseñar sabiduría. Por tanto, Platón, al igual que Sócrates, creía
que no eran propiamente filósofos y los atacaba en todo momento. Probablemente, lo
único que tenían en común ambas posturas eran los temas que trataban.
La mayor influencia que recibió Platón venía de su maestro Sócrates, sobre todo,
podemos destacar: la noción de definición socrática que le acercó al concepto
de idea; el uso del diálogo como vía para acceder a la verdad, el propio método
mayeútico y la intelectualismo moral que le sirvió como base para su teoría del bien y
de la felicidad.
También estaba influenciado profundamente por los presocráticos, destacamos las
influencias más relevantes:
-Con Heráclito afirmó el cambio, entendió que este no podía negarse dado que al
observar la realidad el devenir era innegable.
-De Parménides aceptó lo uno perfecto que no admite ningún cambio y el ser le sirvió
de referencia como inicio para la teoría de las ideas, en el sentido de llegar a la idea de
un mundo inmutable que no es accesible a los sentidos.
-De los pitagóricos adquirió la idea del alma humana, la transmigración de las almas y
la importancia otorgada a las matemáticas, de hecho, el lema de La Academia rezaba:
“Que nadie entre que no sepa matemáticas”.
-Se enfrentó a Demócrito porque no podía concebir que el orden del universo pudiera
partir del desorden de los átomos, el cosmos debía estar organizado.
-Su idea de demiurgo tiene influencias del Nous de Anaxágoras. Es la idea de un
principio divino creador que pone orden en el mundo. (distinta a la idea religiosa del
dios creador que aparecerá después)

2-Introducción a la filosofía de Platón


En los inicios de la filosofía aparecen tres interrogantes clave a los que se intentó dar
una respuesta: ¿En qué se funda la realidad? ; ¿Cómo es nuestro conocimiento de esa
realidad? Y ¿Cuál es el criterio para la acción humana? Al responder a estos
planteamientos Platón está desarrollando un sistema filosófico. Y, como pronto
veremos, va a responder diciendo que la realidad se funda en el mundo de las ideas,
tiene un carácter dual: es cambiante y material, pero también tiene un ámbito superior
que no cambia. A esa realidad, que ya hemos dividido en dos, podemos acceder de dos
formas: a través de los sentidos y a través de la razón. Y en cuanto al criterio para la
acción humana, niega el relativismo moral propio de los sofistas y son las ideas las que
darán un sustento de verdad, y por tanto un cariz inmutable a todo lo que existe.

3-La teoría de las ideas


3.1. Explicación general de la teoría de las ideas
A Platón le resultará inevitable negar el devenir al que se refería Heráclito, pero al
mismo tiempo, entiende que es necesario que exista algo que permanezca inmutable,
porque sino caeríamos en el relativismo. Por este motivo cree que el universo está
dividido en dos mundos distintos.
Hay un mundo que podemos experimentar a través de los sentidos, que es el mundo
sensible, este está compuesto por todas las cosas materiales y por todo lo que cambia,
en definitiva, por aquellas cosas que solo podemos conocer a través de la opinión. Es el
mundo cambiante del que hablaba Heráclito, un mundo relativista, tal como lo
entendían los sofistas, un mundo donde existen la pluralidad y el cambio. Este mundo
sensible es llamado dóxico.
Pero hay un segundo ámbito de realidad: el mundo inteligible, el cual va más allá de
los propios sentidos, es el que está constituido por las ideas: realidades inmateriales e
inmutables que solo podemos conocer a través de la razón y que no nos acercan a
ninguna opinión, sino a un saber universal y permanente. (Esto supone la superación de
cualquier tipo de relativismo). Es el llamado mundo eidético.
Tenemos entonces dos mundos distintos, pero que de alguna manera deben estar
conectados, dado que pertenecen a un mismo universo, son como dos ámbitos de una
misma realidad. Platón los conecta a partir de dos relaciones:
.Relación de participación (méthexis), todas las cosas tienen una esencia unitaria que
implica que todas las cosas materiales participan de la misma idea. Por ejemplo, todo
hombre participaría de la idea de hombre.
.Relación de imitación (mímesis), que implica que lo que percibimos por los sentidos
son copias de las ideas, esto implicaría que el hombre es hombre por la imitación de la
idea de hombre.

3.2. ¿Qué son y cómo son las ideas?


Las ideas o formas tienen realidad en sí mismas, son las esencias de las cosas y
constituyen la verdadera realidad; son las esencias de aquello que existe en el mundo
sensible. Hay ideas de todo lo que existe en el mundo material y todas estas ideas tienen
ciertas propiedades: son eternas (no tienen ni comienzo ni fin); son inmutables (no
cambian); inteligibles ( no se pueden aprehender por los sentidos); son únicas (hay una
idea por cada tipo de cosa del mundo sensible); son perfectas (ni les sobra ni les falta
nada) y son las causas y modelos de todo lo que existe en el mundo material (las cosas
imitan y participan de las ideas).
Pero las ideas no tienen todas el mismo valor, sino que se establecen a partir de un
orden de carácter jerárquico en forma de pirámide, donde la idea del Bien (que Platón
comparará con el Sol, con la luz) estaría en la cúspide y las ideas más elementales que
se corresponden con las cosas materiales estarían en la parte más baja de dicho orden.
(Y entre la base y la cúspide estarían el resto de ideas). El hecho de que la idea de Bien
sea la más importante es muy significativo para su filosofía, igual que sin la luz del sol
nada se puede conocer, para entender cualquier idea es necesario entender la idea de
Bien, por ejemplo, para entender lo que realmente es el hombre debemos conocer al
hombre bueno, y para ello, en último termino debemos conocer la idea de Bien. Y es
que esta idea superior no solo facilita que las demás ideas sean conocidas, sino que les
da su esencia, sin que ella perciba su esencia de ninguna otra idea.
A esta jerarquía añade la figura de un demiurgo, que es una realidad intermedia entre
los dos mundos, este confeccionó el mundo que nos rodea, pero no lo creó desde la
nada, sino que usó como modelo el mundo de las ideas. Es importante recordar aquí que
la concepción judeocristiana de la creación es muy distinta de la griega antigua, donde
se creía en la eternidad de lo material. Por tanto, la idea de demiurgo no es exactamente
equiparable a la idea de creador en sentido cristiano.

Resumiendo y concluyendo, el idealismo platónico se basa en la convicción de que este


mundo material que conocemos y en el que vivimos no es verdaderamente real, puesto
que todo lo material nace, muere, aparece y desaparece: cambia. Y todo aquello que está
sujeto al cambio no puede tener una realidad plena. Por ejemplo, un cuerpo bello
siempre está expuesto a dejar de serlo por la simple acción del paso del tiempo, no tiene
para siempre la belleza. Esto mismo ocurre con todo lo que compone el mundo material.
En cambio, la idea de belleza no cambia, es inmutable y ninguna acción ejerce sobre
ella el paso del tiempo, además para decir que algo es bello necesitamos saber qué es la
belleza, de hecho existe la idea de belleza que es la que permite que podamos decir que
algo es bello.

4-El conocimiento
4.1. La alegoría de la línea
Una vez que hemos analizado la teoría de las ideas de Platón nos queda más claro
que la realidad es de carácter dual y por tanto debe haber, al menos, dos tipos de
conocimiento: un tipo de conocimiento propio del mundo sensible y otro del mundo
inteligible. Pero, de hecho, en cada uno de los mundos hay dos tipos de conocimiento.
Dice Platón en la alegoría de la línea que si dibujamos una línea y la dividimos en dos
partes y estas al mismo tiempo la subdividimos en dos segmentos más, tendremos que la
división principal representa la división entre el mundo sensible y el mundo inteligible
(mundo de las ideas) y cada uno de estos mundos estaría dividido en dos a su vez.
Tendríamos en total cuatro tipos de conocimiento, veámoslo primero en este cuadro:

El conocimiento a partir de la opinión (doxa) tiene que ver con las cosas que están en
continuo cambio, con lo que aparece en nuestro mundo sensible. En este mundo
podemos decir que hay dos formas de acercarnos al conocimiento, en primer lugar, y de
forma más vaga, a través de conjeturas, que podríamos identificar, por ejemplo, como
nuestro reflejo en un espejo o en el agua, que lo que nos muestran son imágenes de la
realidad. Este acercamiento al conocimiento es el que tiene que ver con la poesía, que
podríamos entenderla como un saber que poco tiene que ver con la realidad, tiene más
que ver con interpretaciones, con cosas subjetivas.
Pero el mundo sensible podemos también conocerlo a través de creencias sobre las
cosas físicas, se trata del conocimiento directo que tenemos sobre las cosas, lo que
hacemos es establecer creencias y sobre estas se funda la física. Aquí estamos más
cerca del conocimiento verdadero, la física tiene más que ver con la auténtica realidad
que la poesía.
Pero el conocimiento que se alcanza a través de la ciencia se centra ya en el
conocimiento de las ideas y por tanto, nos situamos en el mundo inteligible, donde nos
movemos por la razón. Tenemos en primer lugar el pensamiento discursivo, que es
aquel relacionado con la geometría y las matemáticas. Por ejemplo, si estamos tratando
las propiedades del círculo, estamos en un plano geométrico muy similar a la realidad,
pero aún no es estrictamente la realidad. Estaríamos conociendo objetos matemáticos.
Finalmente, cuando usando la intelección alcanzamos ciertos conocimientos a través de
la dialéctica, estaríamos contemplando ya la verdadera realidad, las ideas. Motivo por el
que la dialéctica es el tipo de conocimiento superior, dado que es el único que nos
conduce al conocimiento de las verdaderas realidades.
Para llegar a conocer las ideas hay que ir “subiendo escalones”, no podemos conocer las
ideas sin previamente haber tenido acceso a los objetos matemáticos, previamente a las
cosas y previamente a las imágenes. O dicho de otro modo, primero tenemos que
aprender poesía, luego física, después matemáticas y finalmente dialéctica.

4.2. Cómo podemos conocer las ideas


La gran pregunta que se nos plantea es: cómo es posible conocer las ideas, y la
respuesta parte de la teoría de la reminiscencia tomada de los pitagóricos.
En último termino podemos conocer las ideas porque conocer es recordar, cuando
conocemos estamos recuperando una sabiduría que habíamos perdido, estaríamos
aprendiendo ideas que ya están dentro de nosotros, esto solo se consigue a través de la
dialéctica.
Pero este proceso es posible porque nuestra alma es inmortal (como más adelante
comprobaremos) y se consigue gracias a la educación (uno de los ejes centrales del
pensamiento platónico).
El hecho de que nuestra alma es inmortal supone que ya ha estado previamente en el
mundo de las ideas, de ahí el que solo debe recordar y para ello debe servirse de la
dialéctica.

5-La antropología
Al igual que divide la realidad en una dimensión sensible y otra dimensión
ideal, también tiene Platón una concepción dualista del ser humano, dentro de la cual,
una parte conecta con el mundo sensible y otra con el mundo de las ideas.
El ser humano está compuesto por: cuerpo y alma, por una parte material y otra
espiritual. El encuentro entre ambas partes es el hombre. El alma está en relación con
el mundo inteligible y el cuerpo con el mundo sensible.
El alma es la parte más digna, se asemeja a lo divino, es de carácter superior y es
inmortal. El cuerpo está gobernado por el alma, es imperfecto, se considera la cárcel
del alma (igual que lo consideraban los pitagóricos), y en definitiva es un conglomerado
que tiene su fin con la muerte.
La unión entre ambas sustancias tiene un carácter complejo, pero podemos citar dos
características principales de dicha unión: es temporal, dado que dicha unión se rompe
con la muerte y es accidental, dado que cada parte tiene una identidad propia, ambos
están unidos pero son dos cosas distintas, nunca se da una mezcla.
El cuerpo es la parte temporal, y al serlo siempre ha pertenecido a este mundo sensible
en el que vivimos, y no ha preexistido al mismo. Pero esto nos plantea una importante
pregunta sobre el alma, si esta es inmortal, ¿Qué podemos decir sobre el alma antes de
que haya estado unida al cuerpo? , ¿Dónde ha estado?
Según Platón, el alma preexistió en el mundo de las ideas antes de unirse al cuerpo y
esto lo sabemos por su afinidad con ellas; el alma tiene que ver con el mundo inteligible
porque preexistió en él con anterioridad. Esto también significa que cuando morimos
podemos alcanzar el mundo de las ideas de nuevo, según Platón, quienes no lo
consiguen se unen a otro cuerpo y esto se puede repetir de manera sucesiva, hasta que
nuestro alma alcance la perfección y vuelva al mundo de las ideas. Pero claro, esto nos
llevaría a otra pregunta: ¿Si el alma pertenecía al mundo de las ideas por qué lo
abandonó y se unió al cuerpo? La respuesta de Platón apunta a que el alma no es
perfecta y que los elementos que la componen no actúan en total armonía. Esto hace que
el ser humano esté en un continuo conflicto entre la vida racional y la impulsiva.
Para explicarlo recurre a otro mito: El mito del carro alado (que aparece en el
diálogo El Fedro), en él explica que el alma sería como un carro tirado por dos caballos
y dirigido por un auriga. Uno de los caballos es bello y es bueno pero el otro es rebelde.
Esta situación complica el acto de conducir y representa la búsqueda del equilibrio
dentro del ser humano. El auriga es la representación de la parte racional del alma, que
es la que dirige; el caballo bueno es el que representa las tendencias nobles, pero que a
veces pueden cegarnos y el caballo rebelde representaría las tendencias hacia lo
material, que tiene el hombre. En función de si es el auriga quien de verdad conduce y si
este encuentra o no el equilibrio, así se encontrará el ser humano.
Lo que nos indica el mito es que el alma humana está compuesta por tres partes que
pueden estar en conflicto, pero siempre debe haber una que controle a las otras, igual
que en el mito. Estas son las tres partes del alma:
– El alma racional, que es la que preexiste al cuerpo y nos distingue en gran medida de
los animales, además de emparentarnos con lo divino. En ella se encuentran nuestras
capacidades intelectuales superiores y se convierte en la base de nuestra conducta. Es la
representada por el auriga en el mito. Los sujetos en quienes destaque esta parte del
alma serán los amantes del saber.
-El alma irascible, en ella están los impulsos nobles y puede llegar a ser una aliada de la
razón, aunque a veces puede ir en contra de la misma. Se relaciona con la valentía y los
honores. Es la representada por el caballo bueno. Aquellos que sean gobernados por esta
alma serán los amantes del poder y de los honores.
-El alma concupiscible, es la que nos asemeja a los animales, tiene como meta
satisfacer todas nuestras necesidades físicas y nuestros deseos y nos acerca a todo lo
material. En el mito es representada por el caballo rebelde. Si domina este aspecto del
alma, el hombre será amante del placer y el dinero.
Veamos en el cuadro las distintas almas que posee el ser humano y la función que
pondrán cumplir en la sociedad en base a ello:

Ya hemos indicado que nuestro alma es inmortal, y esta idea parte de las doctrinas de
los pitagóricos, según estas doctrinas el alma tenía un origen divido y por alguna culpa
que acarreaban fueron castigadas a reencarnarse en cuerpos mortales. Platón parte de
estas ideas y ve la muerte como una liberación, dado que nos separa del mundo
sensible; pero si no hemos llevado una existencia digna nuestra alma es castigada de
nuevo y obligada a reencarnarse una y otra vez, hasta que consiga salir de este ciclo de
transmigraciones y volver de nuevo al mundo de las ideas.
El cuerpo es denigrado en el sistema platónico, porque acarrea los males del hombre,
todo aquello que este busca en el mundo material. Creía que el cuerpo es la fuente de
todos los males, dado que sus deseos e inclinaciones nos alejan del conocimiento.
Podemos preguntar ahora: ¿Qué puede hacer el hombre para llevar una vida digna? La
respuesta está en la moral.

6-La moral
Según Platón, todos los seres humanos desean cosas buenas y desean la felicidad, el
problema es que no saben distinguir los verdaderos bienes y confunden la felicidad con
cosas imperfectas. La verdadera felicidad solo se encuentra en la contemplación de las
ideas, teniendo en cuenta que la idea superior es la Idea de Bien, y debemos aspirar a
ella para ser felices. Para llegar a esa felicidad es necesario seguir el camino de la
sabiduría y la virtud, en definitiva, se trata del intelectualismo moral del que hablaba su
maestro Sócrates: quien conoce el bien lo practica.
Pero ¿Qué es la virtud para Platón? es algo interior, algo que debe adquirir el alma y
que tiene que ver con una especie de armonía o de equilibrio; tiene que ver también con
la purificación: liberarse del cuerpo para retornar al mundo de las ideas; consiste en un
saber, porque ser virtuoso tiene que ver con distinguir los bienes verdaderos y con el
dominio de la razón. Es en definitiva, algo que no puede enseñarse a través de una
técnica, como pretendieron los sofistas, sino que debe partir del autoconocimiento
interno.
En el Libro IV de La República se citan las distintas virtudes en relación con cada una
de las partes del alma; pero habla no de tres, sino de cuatro tipos de virtudes:
. La sabiduría, radica en la parte racional del alma, su misión es dirigir, es sabio quien
dirige sus acciones, o quien dirige la ciudad, olvidándose de las opiniones y
centrándose en la ciencia, en la razón.
. La valentía, es la virtud propia del alma irascible y es la que intenta regular los
impulsos y las pasiones, para ello se somete todo a la razón y se puede así distinguir
entre lo que se debe y lo que no se debe temer.
. La moderación, es la virtud del alma concupiscible y modera los deseos propios del
mundo sensible, aquellos que tienen que ver con lo material y con el cuerpo, para que
el hombre haga uso de ellos con equilibrio.
. La justicia, consiste en hacer “lo que corresponde a cada uno de modo adecuado” y en
que nadie se apodere de lo ajeno ni le sea extraído lo propio. En el caso del individuo,
esta virtud lo capacita para que cada parte del alma realice bien la función que le
corresponde. Esta virtud tiene su paralelo en la dimensión social, por lo que una polis
es justa cuando los ciudadanos llevan a cabos sus funciones de forma correcta,
cumpliendo con su deber.
La práctica de las tres virtudes anteriores lleva al hombre a alcanzar el Sumo Bien,
que significa alcanzar la felicidad, encontrar la armonía. Y cuando esto
ocurre gobierna la justicia, que es una virtud general que comprende a todas las
demás.
Hemos señalado ya que hay un paralelismo entre la concepción del hombre y la polis, y
entre la política y la moral, para tener claras las relaciones ( y anticipándonos a los
contenidos que vamos a ver a continuación) las presentamos en un cuadro:

7-La sociedad
La vida en sociedad aporta ventajas y debe facilitar a los hombres una vida justa, pero
también feliz y virtuosa ¿Cómo sería la ciudad ideal? En primer lugar esta ciudad debe
hacer frente a la economía, dado que debe satisfacer las necesidades de todos los
hombres, puesto que ya sabemos que no somos autosuficientes. Eso implica que
dependemos unos de otros y que debe haber algo así como “un reparto de tareas”, lo
cual es posible porque todos los seres humanos tienen distintas habilidades, si cada uno
desarrolla la suya la división del trabajo y la organización social serían un éxito. Y es
que para Platón la justicia es que cada cual haga aquello para lo que esté determinado
por naturaleza.
Hemos de tener en cuenta que no solo necesitamos abastecernos y disponer de recursos
económicos, sino que a medida que la sociedad aumenta en número de ciudadanos, los
recursos necesitan ser ampliados, lo que puede dar lugar a la conquista de territorios
vecinos para satisfacer las necesidades de todos, conduciendo a la guerra; por ello
tendrá que haber especialistas en la guerra, a los que llamará guardianes de la ciudad. Y
también será necesario que alguien asuma el gobierno de la ciudad. Esto le lleva a
hablar de las siguientes clases sociales:
.Gobernantes- filósofos: es un grupo reducido, corresponde al gobierno que debe velar
por la ciudad, no disponen de propiedad privada ni de familia y están alejados de todas
las comodidades. Sus virtudes son la sabiduría y la justicia, por tanto en ellos destaca el
alma racional y deben tomar buenas decisiones. Platón habla del rey filósofo, porque se
basa en la idea de que el conocimiento ha de ser la auténtica guía de la moral y la
política.
.Guardianes: tampoco tienen propiedad privada ni familia, tienen una vida comunitaria
y se encargan de velar por la paz y destaca en ellos el alma irascible, y la virtud de la
valentía. Al no tener propiedades se evita la tentación de que vayan a defender los
intereses propios e incluso beneficiar a sus propios hijos, dado que incluso la familia es
algo común.
.Productores: es la clase más numerosa, son campesinos, artesanos y comerciantes,
deben trabajar para todos y la virtud en la que destacan es la moderación, destaca en
ellos el alma concupiscible, ellos son los que poseen la riqueza y tienen propiedad
privada y familia y por tanto se les permite disfrutar de los goces materiales.
¿Cómo se determinará quiénes han de pertenecer a una u otra de estas clases
sociales?
Pertenecer a una u otra clase depende de la naturaleza de cada hombre, la cuestión es
cómo saber cuál es la naturaleza de cada uno, y la respuesta, como no podía ser de otra
forma, es a través de la educación. Esta corre a cargo del estado, no hay distinción entre
niños y niñas, tiene un objeto formativo y el fin de localizar la naturaleza de cada uno
para formar las distintas clases sociales, alcanzando así la justicia y la felicidad.
En La República establece Platón el programa de estudios que debería imperar en la
ciudad ideal, todos los niños y niñas comenzarían recibiendo la misma formación, y el
inicio de la misma debe darse a través de actividades lúdicas, para lo cual los
educadores de la ciudad ideal elegirán aquellos juegos que consideren adecuados para
desarrollar en los niños la comprensión de las normas de los juegos y, con ello, un
primer acercamiento al valor y sentido de la ley. Las primeras enseñanzas que recibirán
se centrarán en torno a la poesía y la música. Aunque el uso que hacen del lenguaje los
poetas les permite esconder ciertas ideas negativas bajo las narraciones, por lo que
algunos poemas no resultan adecuados, de hecho Platón llega a censurar la poesía en su
ciudad ideal; los educadores deberían determinar que poemas serían adecuados.
Estudiarán también música, analizando ritmos y armonías, que ayudará a desarrollar el
amor por la belleza y logrará en los niños valores adecuados como la generosidad.
Además se añadirá al programa la educación física para que fortalezcan también el
cuerpo y todo ello se acompañará de una alimentación correcta con el objetivo de
mantener la salud.
Con el paso de los primeros años algunos niños tendrán ganas de abandonar los estudios
y otros querrán aprender más; esto hará que los primeros pasen a formar parte de la
clase de los productores, y el resto seguirá formándose hasta formar parte de la clase
los guardianes y de aquí saldrán los elegidos para formar la clase los gobernantes,
quienes serán sometidos a un proceso educativo que comenzará con el estudio de las
matemáticas y terminará con el estudio de la dialéctica, con el conocimiento de las
Ideas. La tarea de gobernar recaerá directamente sobre aquellos que lleguen a conocer
las ideas, los filósofos.
La mejor forma de gobierno posible es aquella en la que un filósofo gobierne; pero si no
es posible que uno sólo destaque sobre los demás, el gobierno deberá ser ejercido por
varios filósofos y durante un corto período de tiempo, para evitar todos los males que
genera la persistencia en el poder.

Etapas de la educación:

1. Música, gimnasia, matemáticas y geometría, hasta los treinta años, aquellos que
abandonan se quedan en la clase de los productores, los demás pasan a la segunda
fase.
2. Dialéctica, durante cinco años, quienes superan la etapa serán los guardianes y
quienes destacan pasaran a la última fase.
3. Quince años en la administración del Estado, aquí aparecerá o el rey filósofo o un
grupo de reyes filósofos, gobernarán solo por un corto periodo de tiempo para no
dejarse llevar por los males que puede acarrear el poder.

8-Formas de gobierno
Platón no solo habló de su estado ideal, también sistematizó los regímenes políticos
existentes en su época. Y lo hizo acudiendo de nuevo a la doctrina de las distintas, de tal
modo, que a los tres modos de almas corresponden los cinco modos de
gobierno: Aristocracia o gobierno de los que predomina en ellos la inteligencia y la
razón, en los que domina el alma racional; Timocracia o gobierno de los fuertes o de
los que predomina el alma irascible y Oligarquía o gobierno de los
magnates, Democracia o gobierno del pueblo ignorante y Tiranía o gobierno del tirano
sin ley ni orden, estos tres últimos suponen el gobierno de los que predomina en ellos el
alma inferior: la concupiscible.
Para Platón la forma ideal de gobierno es la monarquía o gobierno de los filósofos, igual
que un hombre es virtuosos cuando la parte racional del alma es la dominante, una
ciudad será perfecta cuando la clase de los verdaderos filósofos gobierne sobre el resto
de ciudadanos. Nos habla de las distintas formas de gobierno como una degradación que
cumple un carácter cíclico, de tal forma que pasamos una a otra forma para volver a
comenzar de nuevo:
1-Aristocracia: gobierno de la sabiduría
2-Timocracia: gobierno de los fuertes
3-Oligarquía: gobierno de unos pocos
4-Democracia: gobierno del pueblo ignorante
5-Tiranía: gobierno que esclaviza al pueblo
El mejor gobierno de los indicados, es para Platón la aristocracia, pero llega un
momento que la clase militar se adueña del poder y somete a los demás ciudadanos y se
convierte en timocracia, esta degenera en oligarquía, donde unos pocos acabarán
controlándolo todo. Más tarde, el empobrecimiento de los ciudadanos a favor de los
oligarcas les llevará a la rebelión en la que los ciudadanos se harán con el poder y
aparecerá la democracia, esto traerá más desorden y aparecerá la tiranía. Sin embargo,
la tiranía será el final de la comunidad política porque los ciudadanos se convierten en
esclavos y terminarán derrocando al tirano y lo sustituirán por un rey filósofo, que será
el mejor gobierno posible, donde se pretende que todas sean felices, y por tanto no
intenten derrocar el poder y donde los que tienen el poder están sujetos a mecanismos
para que este no les corrompa.
Más adelante, en su diálogo de vejez Las Leyes, una obra menos utópica, sustituyó el
rey filósofo por un cuerpo de magistrados y los gobernantes recobran la propiedad
privada y la familia. En esta obra Platón es más “realista” y se nota que es la obra de
alguien que ha vivido ya muchas experiencias y decepciones.

9-Comparativa de la filosofía de Platón con la filosofía de Nietzsche


El pensamiento de Nietzsche (siglo XIX) se caracteriza por ser un vitalismo de carácter
irracional frente al idealismo racional de Platón. Pero entre ambas filosofías podemos
encontrar rasgos comunes:
Ambos autores tienen un estilo que podemos calificar como literario; la filosofía de
Platón se caracteriza por el uso constante de mitos y la de Nietzsche por el uso
abundante de metáforas y otros recursos literarios. En el fondo, ambos, hacen un uso
peculiar del lenguaje donde lo importante es sin duda el contenido, pero cobra mucho
protagonismo la forma. En Platón el uso del diálogo y el uso continuo de
ejemplificaciones a través del mito y en Nietzsche su convencimiento de que la palabra
debe de convertirse en simulacro, cada uno desde su época nos dejan como legado una
filosofía cargada de belleza literaria.
Crítica a la democracia como sistema político igualitario; para Platón es una mala forma
de gobierno porque en ella gobiernan los que carecen de conocimiento, para Nietzsche,
que critica toda la cultura occidental, es la democracia una muestra de una moral de
esclavos que al tomar unos valores que se aplican a todos los seres humanos se está
negando la auténtica vida y están renunciando a la creatividad individual.

No obstante, las diferencias entre sus filosofías son notables:


Ambos representan dos modos opuestos de concebir cualquier dimensión de la realidad,
para Nietzsche la realidad tiene que ver con dos fuerzas contrapuestas: lo apolíneo y lo
dionisiaco, ambas fuerzas necesarias. Lo apolíneo se relaciona con los valores de la
razón, la luz, la proporción y el equilibrio y lo dionisiaco representa los valores de la
vida, la fecundidad, la fuerza instintiva y pasional, lo caótico y lo desmesurado. En el
fondo, niega la razón y acepta los impulsos vitales, elige la vida en lugar de la razón.
(vida=instinto=felicidad).
El intelectualismo moral platónico tiene que ver con la razón, el que actúa bien lo hace
por conocimiento, el que actual mal es un ignorante. El conocimiento tiene que ver con
el bien y la virtud (razón=virtud=felicidad). Para Platón, la idea de Bien, que es
representada por el Sol es la idea más importante, es la luz necesaria para poder ver todo
lo demás. No hay luces y sombras como en Nietzsche, no hay fuerzas opuestas, la
realidad está constituida por las ideas a las que solo podemos acceder a través de la
razón.
Estos modos de entender la realidad están relacionados con el concepto de verdadero
conocimiento, que para cada filósofo es distinto. Para Platón la verdad es universal,
absoluta e inmutable, y esta verdad está en el mundo de las ideas, al que califica de
real frente a la verdad aparente del mundo sensible. Nietzsche cree que no hay
conocimientos absolutos e inmutables porque el mundo está en continuo cambio
(devenir), rechaza el dualismo ontológico y la razón como medio para alcanzar la
verdad, para él solo podemos experimentar y solo hay perspectivas. No existe una
verdad única, sino que cada uno tiene una interpretación de la vida que tiene que ver
con la voluntad de poder, con su propia realidad. (Heráclito es casi el único filósofo
respetado por Nietzsche). Manifiesta en su obra “El Crepúsculo de los ídolos” un claro
rechazo a la ontología platónica, dado que Platón, cuando rechaza el devenir está
rechazando la propia vida, se está momificando el devenir, se está destruyendo la vida al
intentar interpretarla como si fuese inmutable. Critica cualquier intento de justificar la
trascendencia, tiene una concepción monista de la realidad, la realidad es esta en la que
estamos inmersos y es la que está sujeta a un continuo cambio.
Esto implica también que los valores morales, al contrario de lo que creía Platón, no
pueden ser objetivos, nosotros los creamos y pueden cambiar, de hecho cambian.
Nietzsche cree que la moral platónica es antinatural, dado que va en contra de las
pasiones y contra todo lo relacionado con lo irracional: es la moral de los esclavos.
En definitiva, Nietzsche emprendió una crítica radical contra el pensamiento platónico,
y al hacerlo criticó también al cristianismo, que entendió como platonismo para el
pueblo. En el fondo ve a toda la cultura occidental como la historia de un error. Culpa a
Platón de haber convertido en falso el único mundo verdaderamente real y de haber
entendido como mundo real una ficción creada por él, a la que luego seguirá el
cristianismo. Y es que, aunque Platón vivió muchos siglos antes a Nietzsche, este
entendió que el cambio que se produjo en Grecia a partir de Sócrates se prolongó
durante muchos siglos y seguía siendo la raíz de las ideas de su propia época. Pero,
según Nietzsche, hay que devolverle su valor al devenir y a la vida, la mentira está en
haber desvalorizado la vida.
Cuando Platón entiende la realidad como un mundo dual, donde por un lado está el
mundo del cambio y por otro un mundo eterno y perfecto, y cuando el propio ser
humano era un reflejo de este mundo se habla muy negativamente del cuerpo, como la
cárcel del alma, Nietzsche entendía que Platón había contribuido a la desvalorización de
este mundo terrenal en el que vivimos y de nuestro propio cuerpo. Para Nietzsche este
mundo y este cuerpo son lo que tenemos, y debemos asumirlo; la felicidad debe estar
relacionada entonces con la vida, con el vitalismo.

10-Valoración de la actualidad de sus pensamientos


La influencia de Platón en la filosofía posterior es difícil de resumir y explicar por lo
grande de sus aportaciones, de hecho dijo Whitehead: “toda la filosofía occidental es
una serie de notas a pie de página de la filosofía platónica. La cita puede ser exagerada,
pero no cabe duda de que sería muy tedioso y extenso el enumerar todas las influencias
que ha ejercido Platón en la filosofía, hagamos un breve resumen.
Platón dejó una profunda huella en sus contemporáneos y sobre todo en su discípulo
Aristóteles, que a partir del platonismo elaboró un sistema original y propio; después, se
da una enorme influencia en el pensamiento cristiano, sobre todo en Agustín de Hipona,
que aprovechó aquellos puntos del platonismo coincidentes con la dogmática cristiana,
en particular el dualismo; continuó su influencia en el Renacimiento, inspirando las
utopías renacentistas de Moro y Campanella; después, en la edad contemporánea,
influenció profundamente a Russell y Husserl. Pero sus influencias se han dado también
por haber sido objeto de grandes críticas, podemos destacar aquí la dura crítica que le
hace Popper de la sociedad presentada en La República y el propio Nietzsche, quien
considerara que toda la filosofía occidental cometió el pecado de ser platónica.
Esto no es más que un burdo resumen de su influencia, lo cierto es que su pensamiento
todavía tiene vigencia. Veamos algunas referencias actuales:
-La preocupación por la educación es clave en su filosofía y lo sigue siendo en la
actualidad, hoy nos encontramos en un continuo cambio de leyes educativas, pero
seguimos con la idea de que la educación debe ser proporcionada por el estado, tal como
lo proponía Platón en La República y que es necesaria para el desarrollo del ser
humano. De hecho, seguimos dándole valor a que la gente adquiera educación, se
forme, estudie, vaya a la universidad…etc.
-Aunque a primera vista el Mito de la Caverna parece desactualizado, actualmente se ha
hecho muy visible una interpretación que viene a decir que vivimos hoy en
una caverna, en la que los medios de comunicación de masas y las nuevas tecnologías
son como las siluetas que veían los prisioneros en la pared, hasta el punto que no
podemos ver la realidad, solo vemos lo que nos muestran las tecnológicas, nuestra
caverna no es de piedra, podemos decir que es una caverna informática. Esta crítica se
hace muy visible paradójicamente en internet, donde aparecen viñetas
cómicas reflejando dichas críticas. Además, en el mundo del cine se dan muchas
referencias a la idea de salir de este mundo de engaño y acceder a la verdad, a la
verdadera realidad, una de las trilogías más famosas en tratar el tema es la de Matrix,
donde hay continuas referencias a la filosofía platónica. En el fondo tenemos muy claro
que nuestros sentidos nos pueden engañar y que probablemente no conozcamos la
realidad tal como es, necesitamos que alguien nos abra los ojos y nos guie hasta la
realidad, y como en la película, el camino al principio es dificultoso, hasta tal punto que
algunos prefieren vivir en el engaño.
-Platón proponía que en su ciudad ideal el gobierno debería estar en manos de un
filósofo, o que el que gobernara estudiara filosofía. Se trataba de una propuesta que
pretendía que quien gobernase fuera alguien que tuviera todos los conocimientos
posibles, alguien “sabio”. En la actualidad se da una crítica continua a los políticos que
carecen de conocimientos, nos parece asistir a una etapa en la que no nos gobiernan los
hombres con mayores conocimientos. Pero en el fondo, seguimos creyendo, de forma
general, que deben gobernarnos personas que tengan una formación cualificada, lo
contrario nos sigue pareciendo escandaloso. Igual que reaccionamos de forma negativa
cuando vemos que las promesas políticas no se cumplen después, es lo que Platón
entendería como el efecto del poder que acaba corrompiendo, el filósofo intentó evitar
esto imponiendo que los que gobernaran no podrían tener propiedades privadas.

-Otra importante influencia platónica tiene que ver con la moral, para Platón, igual que
para Sócrates, el bien es algo que se puede conocer y quien conoce el bien lo
práctica, esto significa estar en contra de cualquier relativismo moral, lo contrario de lo
que ocurre a día de hoy, donde hemos llegado a entender que la moral es relativa. Pero
tenemos el problema de cómo llegar al consenso social, si al final lo que está bien o lo
que está mal depende de la cultura o de la persona o circunstancia concreta, dado que no
hay valores absolutos. Para desenmarañar esta circunstancia se ha llegado a un acuerdo
internacional del que ha nacido La Declaración Universal de los Derechos Humanos,
que en el fondo, es la fundación de una ética, de unos valores pretendidamente
absolutos; esto si se parece a lo que defendía Platón, aunque se base en algo diferente.

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