Platón
Platón
Platón
4-El conocimiento
4.1. La alegoría de la línea
Una vez que hemos analizado la teoría de las ideas de Platón nos queda más claro
que la realidad es de carácter dual y por tanto debe haber, al menos, dos tipos de
conocimiento: un tipo de conocimiento propio del mundo sensible y otro del mundo
inteligible. Pero, de hecho, en cada uno de los mundos hay dos tipos de conocimiento.
Dice Platón en la alegoría de la línea que si dibujamos una línea y la dividimos en dos
partes y estas al mismo tiempo la subdividimos en dos segmentos más, tendremos que la
división principal representa la división entre el mundo sensible y el mundo inteligible
(mundo de las ideas) y cada uno de estos mundos estaría dividido en dos a su vez.
Tendríamos en total cuatro tipos de conocimiento, veámoslo primero en este cuadro:
El conocimiento a partir de la opinión (doxa) tiene que ver con las cosas que están en
continuo cambio, con lo que aparece en nuestro mundo sensible. En este mundo
podemos decir que hay dos formas de acercarnos al conocimiento, en primer lugar, y de
forma más vaga, a través de conjeturas, que podríamos identificar, por ejemplo, como
nuestro reflejo en un espejo o en el agua, que lo que nos muestran son imágenes de la
realidad. Este acercamiento al conocimiento es el que tiene que ver con la poesía, que
podríamos entenderla como un saber que poco tiene que ver con la realidad, tiene más
que ver con interpretaciones, con cosas subjetivas.
Pero el mundo sensible podemos también conocerlo a través de creencias sobre las
cosas físicas, se trata del conocimiento directo que tenemos sobre las cosas, lo que
hacemos es establecer creencias y sobre estas se funda la física. Aquí estamos más
cerca del conocimiento verdadero, la física tiene más que ver con la auténtica realidad
que la poesía.
Pero el conocimiento que se alcanza a través de la ciencia se centra ya en el
conocimiento de las ideas y por tanto, nos situamos en el mundo inteligible, donde nos
movemos por la razón. Tenemos en primer lugar el pensamiento discursivo, que es
aquel relacionado con la geometría y las matemáticas. Por ejemplo, si estamos tratando
las propiedades del círculo, estamos en un plano geométrico muy similar a la realidad,
pero aún no es estrictamente la realidad. Estaríamos conociendo objetos matemáticos.
Finalmente, cuando usando la intelección alcanzamos ciertos conocimientos a través de
la dialéctica, estaríamos contemplando ya la verdadera realidad, las ideas. Motivo por el
que la dialéctica es el tipo de conocimiento superior, dado que es el único que nos
conduce al conocimiento de las verdaderas realidades.
Para llegar a conocer las ideas hay que ir “subiendo escalones”, no podemos conocer las
ideas sin previamente haber tenido acceso a los objetos matemáticos, previamente a las
cosas y previamente a las imágenes. O dicho de otro modo, primero tenemos que
aprender poesía, luego física, después matemáticas y finalmente dialéctica.
5-La antropología
Al igual que divide la realidad en una dimensión sensible y otra dimensión
ideal, también tiene Platón una concepción dualista del ser humano, dentro de la cual,
una parte conecta con el mundo sensible y otra con el mundo de las ideas.
El ser humano está compuesto por: cuerpo y alma, por una parte material y otra
espiritual. El encuentro entre ambas partes es el hombre. El alma está en relación con
el mundo inteligible y el cuerpo con el mundo sensible.
El alma es la parte más digna, se asemeja a lo divino, es de carácter superior y es
inmortal. El cuerpo está gobernado por el alma, es imperfecto, se considera la cárcel
del alma (igual que lo consideraban los pitagóricos), y en definitiva es un conglomerado
que tiene su fin con la muerte.
La unión entre ambas sustancias tiene un carácter complejo, pero podemos citar dos
características principales de dicha unión: es temporal, dado que dicha unión se rompe
con la muerte y es accidental, dado que cada parte tiene una identidad propia, ambos
están unidos pero son dos cosas distintas, nunca se da una mezcla.
El cuerpo es la parte temporal, y al serlo siempre ha pertenecido a este mundo sensible
en el que vivimos, y no ha preexistido al mismo. Pero esto nos plantea una importante
pregunta sobre el alma, si esta es inmortal, ¿Qué podemos decir sobre el alma antes de
que haya estado unida al cuerpo? , ¿Dónde ha estado?
Según Platón, el alma preexistió en el mundo de las ideas antes de unirse al cuerpo y
esto lo sabemos por su afinidad con ellas; el alma tiene que ver con el mundo inteligible
porque preexistió en él con anterioridad. Esto también significa que cuando morimos
podemos alcanzar el mundo de las ideas de nuevo, según Platón, quienes no lo
consiguen se unen a otro cuerpo y esto se puede repetir de manera sucesiva, hasta que
nuestro alma alcance la perfección y vuelva al mundo de las ideas. Pero claro, esto nos
llevaría a otra pregunta: ¿Si el alma pertenecía al mundo de las ideas por qué lo
abandonó y se unió al cuerpo? La respuesta de Platón apunta a que el alma no es
perfecta y que los elementos que la componen no actúan en total armonía. Esto hace que
el ser humano esté en un continuo conflicto entre la vida racional y la impulsiva.
Para explicarlo recurre a otro mito: El mito del carro alado (que aparece en el
diálogo El Fedro), en él explica que el alma sería como un carro tirado por dos caballos
y dirigido por un auriga. Uno de los caballos es bello y es bueno pero el otro es rebelde.
Esta situación complica el acto de conducir y representa la búsqueda del equilibrio
dentro del ser humano. El auriga es la representación de la parte racional del alma, que
es la que dirige; el caballo bueno es el que representa las tendencias nobles, pero que a
veces pueden cegarnos y el caballo rebelde representaría las tendencias hacia lo
material, que tiene el hombre. En función de si es el auriga quien de verdad conduce y si
este encuentra o no el equilibrio, así se encontrará el ser humano.
Lo que nos indica el mito es que el alma humana está compuesta por tres partes que
pueden estar en conflicto, pero siempre debe haber una que controle a las otras, igual
que en el mito. Estas son las tres partes del alma:
– El alma racional, que es la que preexiste al cuerpo y nos distingue en gran medida de
los animales, además de emparentarnos con lo divino. En ella se encuentran nuestras
capacidades intelectuales superiores y se convierte en la base de nuestra conducta. Es la
representada por el auriga en el mito. Los sujetos en quienes destaque esta parte del
alma serán los amantes del saber.
-El alma irascible, en ella están los impulsos nobles y puede llegar a ser una aliada de la
razón, aunque a veces puede ir en contra de la misma. Se relaciona con la valentía y los
honores. Es la representada por el caballo bueno. Aquellos que sean gobernados por esta
alma serán los amantes del poder y de los honores.
-El alma concupiscible, es la que nos asemeja a los animales, tiene como meta
satisfacer todas nuestras necesidades físicas y nuestros deseos y nos acerca a todo lo
material. En el mito es representada por el caballo rebelde. Si domina este aspecto del
alma, el hombre será amante del placer y el dinero.
Veamos en el cuadro las distintas almas que posee el ser humano y la función que
pondrán cumplir en la sociedad en base a ello:
Ya hemos indicado que nuestro alma es inmortal, y esta idea parte de las doctrinas de
los pitagóricos, según estas doctrinas el alma tenía un origen divido y por alguna culpa
que acarreaban fueron castigadas a reencarnarse en cuerpos mortales. Platón parte de
estas ideas y ve la muerte como una liberación, dado que nos separa del mundo
sensible; pero si no hemos llevado una existencia digna nuestra alma es castigada de
nuevo y obligada a reencarnarse una y otra vez, hasta que consiga salir de este ciclo de
transmigraciones y volver de nuevo al mundo de las ideas.
El cuerpo es denigrado en el sistema platónico, porque acarrea los males del hombre,
todo aquello que este busca en el mundo material. Creía que el cuerpo es la fuente de
todos los males, dado que sus deseos e inclinaciones nos alejan del conocimiento.
Podemos preguntar ahora: ¿Qué puede hacer el hombre para llevar una vida digna? La
respuesta está en la moral.
6-La moral
Según Platón, todos los seres humanos desean cosas buenas y desean la felicidad, el
problema es que no saben distinguir los verdaderos bienes y confunden la felicidad con
cosas imperfectas. La verdadera felicidad solo se encuentra en la contemplación de las
ideas, teniendo en cuenta que la idea superior es la Idea de Bien, y debemos aspirar a
ella para ser felices. Para llegar a esa felicidad es necesario seguir el camino de la
sabiduría y la virtud, en definitiva, se trata del intelectualismo moral del que hablaba su
maestro Sócrates: quien conoce el bien lo practica.
Pero ¿Qué es la virtud para Platón? es algo interior, algo que debe adquirir el alma y
que tiene que ver con una especie de armonía o de equilibrio; tiene que ver también con
la purificación: liberarse del cuerpo para retornar al mundo de las ideas; consiste en un
saber, porque ser virtuoso tiene que ver con distinguir los bienes verdaderos y con el
dominio de la razón. Es en definitiva, algo que no puede enseñarse a través de una
técnica, como pretendieron los sofistas, sino que debe partir del autoconocimiento
interno.
En el Libro IV de La República se citan las distintas virtudes en relación con cada una
de las partes del alma; pero habla no de tres, sino de cuatro tipos de virtudes:
. La sabiduría, radica en la parte racional del alma, su misión es dirigir, es sabio quien
dirige sus acciones, o quien dirige la ciudad, olvidándose de las opiniones y
centrándose en la ciencia, en la razón.
. La valentía, es la virtud propia del alma irascible y es la que intenta regular los
impulsos y las pasiones, para ello se somete todo a la razón y se puede así distinguir
entre lo que se debe y lo que no se debe temer.
. La moderación, es la virtud del alma concupiscible y modera los deseos propios del
mundo sensible, aquellos que tienen que ver con lo material y con el cuerpo, para que
el hombre haga uso de ellos con equilibrio.
. La justicia, consiste en hacer “lo que corresponde a cada uno de modo adecuado” y en
que nadie se apodere de lo ajeno ni le sea extraído lo propio. En el caso del individuo,
esta virtud lo capacita para que cada parte del alma realice bien la función que le
corresponde. Esta virtud tiene su paralelo en la dimensión social, por lo que una polis
es justa cuando los ciudadanos llevan a cabos sus funciones de forma correcta,
cumpliendo con su deber.
La práctica de las tres virtudes anteriores lleva al hombre a alcanzar el Sumo Bien,
que significa alcanzar la felicidad, encontrar la armonía. Y cuando esto
ocurre gobierna la justicia, que es una virtud general que comprende a todas las
demás.
Hemos señalado ya que hay un paralelismo entre la concepción del hombre y la polis, y
entre la política y la moral, para tener claras las relaciones ( y anticipándonos a los
contenidos que vamos a ver a continuación) las presentamos en un cuadro:
7-La sociedad
La vida en sociedad aporta ventajas y debe facilitar a los hombres una vida justa, pero
también feliz y virtuosa ¿Cómo sería la ciudad ideal? En primer lugar esta ciudad debe
hacer frente a la economía, dado que debe satisfacer las necesidades de todos los
hombres, puesto que ya sabemos que no somos autosuficientes. Eso implica que
dependemos unos de otros y que debe haber algo así como “un reparto de tareas”, lo
cual es posible porque todos los seres humanos tienen distintas habilidades, si cada uno
desarrolla la suya la división del trabajo y la organización social serían un éxito. Y es
que para Platón la justicia es que cada cual haga aquello para lo que esté determinado
por naturaleza.
Hemos de tener en cuenta que no solo necesitamos abastecernos y disponer de recursos
económicos, sino que a medida que la sociedad aumenta en número de ciudadanos, los
recursos necesitan ser ampliados, lo que puede dar lugar a la conquista de territorios
vecinos para satisfacer las necesidades de todos, conduciendo a la guerra; por ello
tendrá que haber especialistas en la guerra, a los que llamará guardianes de la ciudad. Y
también será necesario que alguien asuma el gobierno de la ciudad. Esto le lleva a
hablar de las siguientes clases sociales:
.Gobernantes- filósofos: es un grupo reducido, corresponde al gobierno que debe velar
por la ciudad, no disponen de propiedad privada ni de familia y están alejados de todas
las comodidades. Sus virtudes son la sabiduría y la justicia, por tanto en ellos destaca el
alma racional y deben tomar buenas decisiones. Platón habla del rey filósofo, porque se
basa en la idea de que el conocimiento ha de ser la auténtica guía de la moral y la
política.
.Guardianes: tampoco tienen propiedad privada ni familia, tienen una vida comunitaria
y se encargan de velar por la paz y destaca en ellos el alma irascible, y la virtud de la
valentía. Al no tener propiedades se evita la tentación de que vayan a defender los
intereses propios e incluso beneficiar a sus propios hijos, dado que incluso la familia es
algo común.
.Productores: es la clase más numerosa, son campesinos, artesanos y comerciantes,
deben trabajar para todos y la virtud en la que destacan es la moderación, destaca en
ellos el alma concupiscible, ellos son los que poseen la riqueza y tienen propiedad
privada y familia y por tanto se les permite disfrutar de los goces materiales.
¿Cómo se determinará quiénes han de pertenecer a una u otra de estas clases
sociales?
Pertenecer a una u otra clase depende de la naturaleza de cada hombre, la cuestión es
cómo saber cuál es la naturaleza de cada uno, y la respuesta, como no podía ser de otra
forma, es a través de la educación. Esta corre a cargo del estado, no hay distinción entre
niños y niñas, tiene un objeto formativo y el fin de localizar la naturaleza de cada uno
para formar las distintas clases sociales, alcanzando así la justicia y la felicidad.
En La República establece Platón el programa de estudios que debería imperar en la
ciudad ideal, todos los niños y niñas comenzarían recibiendo la misma formación, y el
inicio de la misma debe darse a través de actividades lúdicas, para lo cual los
educadores de la ciudad ideal elegirán aquellos juegos que consideren adecuados para
desarrollar en los niños la comprensión de las normas de los juegos y, con ello, un
primer acercamiento al valor y sentido de la ley. Las primeras enseñanzas que recibirán
se centrarán en torno a la poesía y la música. Aunque el uso que hacen del lenguaje los
poetas les permite esconder ciertas ideas negativas bajo las narraciones, por lo que
algunos poemas no resultan adecuados, de hecho Platón llega a censurar la poesía en su
ciudad ideal; los educadores deberían determinar que poemas serían adecuados.
Estudiarán también música, analizando ritmos y armonías, que ayudará a desarrollar el
amor por la belleza y logrará en los niños valores adecuados como la generosidad.
Además se añadirá al programa la educación física para que fortalezcan también el
cuerpo y todo ello se acompañará de una alimentación correcta con el objetivo de
mantener la salud.
Con el paso de los primeros años algunos niños tendrán ganas de abandonar los estudios
y otros querrán aprender más; esto hará que los primeros pasen a formar parte de la
clase de los productores, y el resto seguirá formándose hasta formar parte de la clase
los guardianes y de aquí saldrán los elegidos para formar la clase los gobernantes,
quienes serán sometidos a un proceso educativo que comenzará con el estudio de las
matemáticas y terminará con el estudio de la dialéctica, con el conocimiento de las
Ideas. La tarea de gobernar recaerá directamente sobre aquellos que lleguen a conocer
las ideas, los filósofos.
La mejor forma de gobierno posible es aquella en la que un filósofo gobierne; pero si no
es posible que uno sólo destaque sobre los demás, el gobierno deberá ser ejercido por
varios filósofos y durante un corto período de tiempo, para evitar todos los males que
genera la persistencia en el poder.
Etapas de la educación:
1. Música, gimnasia, matemáticas y geometría, hasta los treinta años, aquellos que
abandonan se quedan en la clase de los productores, los demás pasan a la segunda
fase.
2. Dialéctica, durante cinco años, quienes superan la etapa serán los guardianes y
quienes destacan pasaran a la última fase.
3. Quince años en la administración del Estado, aquí aparecerá o el rey filósofo o un
grupo de reyes filósofos, gobernarán solo por un corto periodo de tiempo para no
dejarse llevar por los males que puede acarrear el poder.
8-Formas de gobierno
Platón no solo habló de su estado ideal, también sistematizó los regímenes políticos
existentes en su época. Y lo hizo acudiendo de nuevo a la doctrina de las distintas, de tal
modo, que a los tres modos de almas corresponden los cinco modos de
gobierno: Aristocracia o gobierno de los que predomina en ellos la inteligencia y la
razón, en los que domina el alma racional; Timocracia o gobierno de los fuertes o de
los que predomina el alma irascible y Oligarquía o gobierno de los
magnates, Democracia o gobierno del pueblo ignorante y Tiranía o gobierno del tirano
sin ley ni orden, estos tres últimos suponen el gobierno de los que predomina en ellos el
alma inferior: la concupiscible.
Para Platón la forma ideal de gobierno es la monarquía o gobierno de los filósofos, igual
que un hombre es virtuosos cuando la parte racional del alma es la dominante, una
ciudad será perfecta cuando la clase de los verdaderos filósofos gobierne sobre el resto
de ciudadanos. Nos habla de las distintas formas de gobierno como una degradación que
cumple un carácter cíclico, de tal forma que pasamos una a otra forma para volver a
comenzar de nuevo:
1-Aristocracia: gobierno de la sabiduría
2-Timocracia: gobierno de los fuertes
3-Oligarquía: gobierno de unos pocos
4-Democracia: gobierno del pueblo ignorante
5-Tiranía: gobierno que esclaviza al pueblo
El mejor gobierno de los indicados, es para Platón la aristocracia, pero llega un
momento que la clase militar se adueña del poder y somete a los demás ciudadanos y se
convierte en timocracia, esta degenera en oligarquía, donde unos pocos acabarán
controlándolo todo. Más tarde, el empobrecimiento de los ciudadanos a favor de los
oligarcas les llevará a la rebelión en la que los ciudadanos se harán con el poder y
aparecerá la democracia, esto traerá más desorden y aparecerá la tiranía. Sin embargo,
la tiranía será el final de la comunidad política porque los ciudadanos se convierten en
esclavos y terminarán derrocando al tirano y lo sustituirán por un rey filósofo, que será
el mejor gobierno posible, donde se pretende que todas sean felices, y por tanto no
intenten derrocar el poder y donde los que tienen el poder están sujetos a mecanismos
para que este no les corrompa.
Más adelante, en su diálogo de vejez Las Leyes, una obra menos utópica, sustituyó el
rey filósofo por un cuerpo de magistrados y los gobernantes recobran la propiedad
privada y la familia. En esta obra Platón es más “realista” y se nota que es la obra de
alguien que ha vivido ya muchas experiencias y decepciones.
-Otra importante influencia platónica tiene que ver con la moral, para Platón, igual que
para Sócrates, el bien es algo que se puede conocer y quien conoce el bien lo
práctica, esto significa estar en contra de cualquier relativismo moral, lo contrario de lo
que ocurre a día de hoy, donde hemos llegado a entender que la moral es relativa. Pero
tenemos el problema de cómo llegar al consenso social, si al final lo que está bien o lo
que está mal depende de la cultura o de la persona o circunstancia concreta, dado que no
hay valores absolutos. Para desenmarañar esta circunstancia se ha llegado a un acuerdo
internacional del que ha nacido La Declaración Universal de los Derechos Humanos,
que en el fondo, es la fundación de una ética, de unos valores pretendidamente
absolutos; esto si se parece a lo que defendía Platón, aunque se base en algo diferente.