Clase 1 Biomasa

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 22

Universidad del Bio Bío

Clase 1
Biomasa

1. Conceptos Generales y Campo de Aplicación

En los próximos años se espera que la biomasa contribuya de forma


importante en la generación de calor y electricidad, en detrimento de
combustibles fósiles como petróleo, gas o carbón, reduciendo de forma
significativa la dependencia de los mismos y ayudando a cumplir las
obligaciones existentes en los acuerdos internacionales sobre el cambio
climático.

Campo de Aplicación de la Biomasa en la Industria


Con los equipos que en la actualidad existen en el mercado, se pueden
conseguir rendimientos de combustión muy elevados; los rendimientos en
los procesos industriales de elevada potencia pueden llegar a alcanzar
hasta el 95% si se acoplan equipos de recuperación de calor. Los avances
tecnológicos conseguidos, tanto en los sistemas de alimentación de la
biomasa como en los equipos de combustión, hacen que en muchas
ocasiones sean tan eficientes, cómodos y competitivos como los basados
en combustibles fósiles.

En general, una planta de combustión de biomasa consta de los siguientes


sistemas:

– Almacenamiento de combustible.
– Transporte del combustible al equipo de combustión.
– Equipos y cámara de combustión.
– Caldera (vapor, agua caliente, aceite térmico).
– Recuperadores auxiliares de calor.
– Depuración de gases.
– Extracción de cenizas.

Página 1 de 22
Existen diferentes tecnologías para llevar a cabo la combustión de la
biomasa: cámaras de parrilla, combustión en lecho fluido, etc. También
puede utilizarse biomasa en hornos industriales.

Otro método empleado en las industrias que utilizan biomasa como


combustible es la gasificación. Este método consiste en la producción de un
gas, a partir de la biomasa, y emplearlo para la producción de energía
térmica y eléctrica. De este modo se obtiene un proceso con un rendimiento
más elevado aunque también supone un incremento en la inversión.

Página 2 de 22
Campo de Aplicación de la Biomasa en la Climatización
El campo de aplicación se circunscribe al ámbito de las instalaciones
amparadas por el nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios
(RITE), tanto en los edificios de nueva construcción, como en las reformas
realizadas en los edificios existentes, en los términos que se indican en
dicho Reglamento.

El uso de la generación térmica con biomasa tiene indudables ventajas para


viviendas aisladas, edificios residenciales y cualquier tipo de edificio no
residencial, tanto público como privados.

Existen numerosas razones que aconsejan la utilización de modernos


sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria con biomasa. Entre éstas
se pueden citar las siguientes:

• Las instalaciones abastecidas con biomasa en sus diferentes formas


(pélets, astillas, huesos de aceituna triturados, etc.) son respetuosas con el
medio ambiente al presentar una emisión reducida de contaminantes a la
atmósfera y no contribuir al efecto invernadero por tener un balance neutro
de CO2. Esta última característica ayuda a cumplir los acuerdos sobre el
cambio climático.
• En la actualidad, otra razón es el menor precio comparativo con otros
combustibles y su mayor estabilidad, al no depender de las fluctuaciones
exteriores, aunque el coste de inversión inicial de los equipos es
normalmente superior al de los equipos que utilizan combustibles
convencionales.
• La operación y mantenimiento de estos sistemas es sencillo al ser
sistemas automáticos con incorporación de control electrónico. A título de
ejemplo puede señalarse que algunas calderas incorporan incluso el
encendido a distancia mediante un mensaje de teléfono móvil.
• La limpieza del equipo, en las calderas con tecnologías avanzadas, es
totalmente automática y la retirada de las cenizas una tarea poco
frecuente.
• Las calderas con biomasa tienen una alta resistencia al desgaste, larga
vida útil y, lo más importante, presentan un buen rendimiento energético,
superando valores entre el 75 y el 90% de eficiencia según el equipo.
• Desde el punto de vista normativo, los biocombustibles sólidos a los que
se refiere este documento están reconocidos y tienen tratamiento propio en
el RITE, lo que favorecerá de manera notable el crecimiento del mercado de
instalaciones con biomasa.

Página 3 de 22
Es en este último campo, el de la aplicación de la biomasa en la
climatización, en el que nos vamos a centrar a lo largo de este curso.

2. ¿Qué es la biomasa?

Se define biomasa como la “materia orgánica originada en un proceso


biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía”, es
decir, cualquier sustancia orgánica de origen vegetal o animal, incluyendo
los materiales que resultan de su transformación natural o artificial.

En la actualidad la biomasa engloba al grupo de productos energéticos y


materias primas de tipo renovable que se originan a partir de la materia
orgánica, quedando por tanto excluidos los combustibles fósiles o los
productos orgánicos derivados de ellos, aunque también tuvieron un origen
biológico en épocas remotas. Así pues, la definición de la Especificación
Técnica Europea CEN/TS 14588 para catalogar la “biomasa” como “todo
material de origen biológico excluyendo aquellos que han sido englobados
en formaciones geológicas sufriendo un proceso de mineralización”.

Página 4 de 22
3. Biomasa para uso energético
En el siguiente esquema se presentan las distintas tipos de biomasas
estudiadas para uso energético:

Página 5 de 22
Biomasa procedente de cultivos existentes

1. Biomasa forestal existente

Restos de aprovechamientos forestales: Restos que proceden de los


tratamientos y aprovechamientos de masas forestales existentes (ramas,
raberones, etc.). Los principales inconvenientes en su aprovechamiento son
la complicada mecanización de los terrenos forestales, la necesidad de
operaciones de astillado o compactación en monte con el fin de abaratar los
costes de transporte a partir de una determinada distancia, la existencia en
algunos casos de usos alternativos, etc.

Árbol completo de masas forestales existentes: Árboles enteros


procedentes de masas naturales o implantadas en el pasado con otros fines
diferentes a los energéticos, cuyo aprovechamiento actual se destina
enteramente a tal fin. Árboles enteros procedentes de monte alto que
actualmente cuenta con nulo aprovechamiento maderero y/o de otros usos
alternativos.

2. Biomasa agrícola existente: Restos de aprovechamientos agrícolas

Leñosos: Son los restos que se generan a partir de podas de olivares,


frutales y viñedos. El principal inconveniente que presenta en su
aprovechamiento es el marcado carácter estacional. Además, al igual que
en el caso anterior es necesario su astillado y compactación en aras de
abaratar el coste de transporte.
Herbáceos: Engloba principalmente pajas de cereal y cañote de maíz. Al
igual que los residuos agrícolas leñosos, presentan una marcada
estacionalidad, así como altas fluctuaciones en la producción de una
temporada a otra.

Página 6 de 22
Masas susceptibles de implantación con fin energético

Se trata de especies leñosas o herbáceas destinadas a la producción de


materiales con fin energético procedentes de masas naturales forestales de
montes y abandonadas en la actualidad o masas artificiales establecidas
específicamente para tal fin, tanto en terreno forestal como agrícola.

Como los objetivos perseguidos con los cultivos energéticos son diferentes
de los perseguidos con los alimentarios, parece lógico esperar que las
especies que se seleccionen para este tipo de aprovechamiento sean
distintas de las tradicionalmente empleadas para la producción de alimento.
Sin embargo, en ocasiones pueden coincidir con especies utilizadas en
cultivos agrícolas tradicionales o en aprovechamientos silvícolas clásicos,
si bien, en general, la fitotecnia y el manejo de las plantaciones variarán
sensiblemente respecto a los planteamientos clásicos.

Estas ventajas convierten a la biomasa en una de las fuentes potenciales


de empleo en el futuro, siendo un elemento de gran importancia para el
equilibrio territorial, en especial en las zonas rurales.

1. Masas leñosas susceptibles de implantación en terreno forestal o


agrícola

Son muchas las condiciones que avalan la implantación de masas leñosas,


poseyendo un fin multifuncional. Además del evidente fin energético la
implantación de masas leñosas contribuye al aumento de la superficie
forestal arbolada, incremento de la biomasa acumulada en la superficie
forestal, fijación de CO2, etc.

Página 7 de 22
Dentro de las masas leñosas a implantar surge la necesidad de una nueva
clasificación en función del tipo de terreno donde se lleva a cabo su
implantación.

• Masas leñosas susceptibles de implantación en terreno forestal: Su fin es


como se ha comentado anteriormente multifuncional, por lo que la
selvicultura propuesta es menos intensiva.
• Masas leñosas susceptibles de implantación en terreno agrícola: masas
artificiales procedentes de la necesidad social de hoy en día de potenciar la
biomasa como una fuente de energía renovable y, por tanto, con un único fin
energético.

En las masas susceptibles de implantación la densidad de plantación y los


turnos de corta son fundamentales para conseguir una optimización
económica, ya que unas existencias mayores de lo debido reducen la
duración del cultivo, además de reducir el crecimiento de la masa. A día de
hoy son numerosos los estudios que se están llevando a cabo para definir
las medidas más adecuadas y obtener así los mejores resultados.

Entre los géneros susceptibles de implantación cabe destacar:

• Género Populus (chopo): cultivado en Francia a rotación corta para


producción de celulosa. Ampliamente cultivado y conocido en España en su
cultivo como monte alto. Restringido a zonas de regadío. Pocas
experiencias como cultivo en tallar pero grandes posibilidades.
• Género Salix (sauce): cultivados en países europeos más fríos y húmedos.
En España no alcanza grandes producciones, resiste mal la sequía.
Caso particular son las mimbreras, sauce cultivado en España en regadío
para usos muy concretos (cestería).

Página 8 de 22
• Género Eucalyptus (eucalipto): no autóctonos pero adaptados al clima
español. No precisan riegos y pueden usarse como filtros verdes. Cultivo
muy conocido. Clara opción para producción bioenergética.
• Género Quercus: empleado tradicionalmente como leñas con fin
doméstico.

Los géneros Salix, Populus y Eucalyptus se consideran como los de mayor


potencial en el ámbito de la Unión Europea. Se trata de especies de
crecimiento muy rápido, que cuentan además con una base genética amplia,
ciclos de mejora breves, facilidad para la multiplicación vegetativa,
capacidad de rebrotar tras la corta, etc., características, todas ellas, que
las adecuan par a esta finalidad productiva.

Es necesario resaltar las numerosas experiencias que se están llevando a


cabo a día de hoy con otras especies forestales. De entre las muchas
especies arbóreas forestales que potencialmente pueden ser utilizadas para
la producción de biomasa en turnos cortos cabe destacar Robinia
pseudoacacia, Ailanthus altissima, Fraxinus spp., Acacia spp., Alnus spp.,
Casuarina spp., Gmelina arborea, Platanus spp., Prosopis spp., Tectona spp,
Ulmus pumila, diferentes géneros agrupados bajo la denominación de
bambúes como Bambusa spp. o Yushane spp., Paulownia, etc.

2. Masas herbáceas susceptibles de implantación en terreno agrícola

La amplia mayoría de cultivos tradicionales pueden ser utilizados para


producción de biomasa, tanto cereales (maíz, cebada, avena, centeno,
triticale, etc.) como las oleaginosas (colza, girasol). Algunos de ellos son
cultivos de secano (triticale, centeno, brassica carinata, cardo, etc.) y otros
necesitan riego (cáñamo, sorgo, etc.). Además algunos son plurianuales
(cynara cardúnculus, miscanthus sinensis, etc.), mientras que otros son
anuales (avena, etc.).

Página 9 de 22
Las especies empleadas en distintos terrenos en Europa son: Arundo donax
(caña), Cynara cardunculus (cardo), Brasica carinata (colza etíope),
Miscanthus sinensis (miscato), Sorgum sp (sorgo), Cannabis sativa
(cáñamo), Hibiscus spp (kenaf), etc.

Por todo lo expuesto anteriormente, podemos considerar la biomasa como


un vector energético que, a corto plazo, puede ser básico en nuestra
sociedad, tanto desde el punto de vista energético y ambiental, como para
el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales.

4. Generación de Biomasa

Página 10 de 22
Entre las energías renovables destaca el uso de productos obtenidos a
partir de materia orgánica para producir energía. Estos productos componen
lo que se denomina comúnmente “biomasa”, una definición que abarca un
gran grupo de materiales de diversos orígenes y con características muy
diferentes. Los residuos de aprovechamientos forestales y cultivos
agrícolas, residuos de podas de jardines, residuos de industrias
agroforestales, cultivos con fines energéticos, combustibles líquidos
derivados de productos agrícolas (los denominados biocarburantes),
residuos de origen animal o humano, etc., todos pueden considerarse dentro
de la citada definición.

Conviene tener muy presente esta diversidad cuando se quiere realizar una
aproximación a una energía que comienza su amplio perfil desde la
definición, ya que biomasa, sin la acepción energética, es la cantidad de
materia viva presente en un medio o en un organismo.

Como veíamos al principio, la Especificación Técnica Europea CEN/TS


14588 para catalogar la “biomasa” como “todo material de origen biológico
excluyendo aquellos que han sido englobados en formaciones geológicas
sufriendo un proceso de mineralización”. Entre estos últimos estarían el
carbón, el petróleo y el gas, cuya formación y composición hace miles de
años no es comparable con lo que llamamos “el balance neutro de la
biomasa” en las emisiones de dióxido de carbono (CO 2). La combustión de
biomasa no contribuye al aumento del efecto invernadero porque el carbono
que se libera forma parte de la atmósfera actual (es el que absorben y
liberan continuamente las plantas durante su crecimiento) y no del
subsuelo, capturado en épocas remotas, precisamente como el gas o el
petróleo.

Página 11 de 22
La energía que contiene la biomasa es energía solar almacenada a través
de la fotosíntesis, proceso por el cual algunos organismos vivos, como las
plantas, utilizan la energía solar para convertir los compuestos inorgánicos
que asimilan (como el CO2) en compuestos orgánicos.

Como se verá más adelante, las instalaciones de producción energética con


biomasa se abastecen de una amplia gama de biocombustibles, desde
astillas hasta cardos y paja, pasando por huesos de aceituna y cáscaras de
almendra. Esta heterogeneidad continúa en los usos de la energía producida
con biomasa, pudiendo utilizarse para calefacción y producción de agua
caliente en el sector doméstico (viviendas unifamiliares, comunidades de
vecinos, barrios o municipios enteros), calor para procesos industriales y
generación de electricidad.

Dentro de los principales biocombustibles sólidos españoles destacan los


orujillos (de aceite y de uva), los huesos de aceituna, las cáscaras de frutos
secos (tanto agrícolas, almendra; como forestales, piñón) y por supuesto los
residuos de nuestros montes y de las industrias forestales (desde cortezas
hasta astillas, pasando por costeros y serrines).

El uso de la biomasa como recurso energético, en lugar de los combustibles


fósiles comúnmente utilizados, supone unasventajas medioambientales de
primer orden, como son:

• Disminución de las emisiones de azufre.


• Disminución de las emisiones de partículas.
• Emisiones reducidas de contaminantes como CO, HC y NOX.
• Ciclo neutro de CO2, sin contribución al efecto invernadero.
• Reducción del mantenimiento y de los peligros derivados del escape de
gases tóxicos
y combustibles en las casas.

Página 12 de 22
• Reducción de riesgos de incendios forestales y de plagas de insectos.
• Aprovechamiento de residuos agrícolas, evitando su quema en el terreno.
• Posibilidad de utilización de tierras de barbecho con cultivos energéticos.
• Independencia de las fluctuaciones de los precios de los combustibles
provenientes
del exterior (no son combustibles importados).
• Mejora socioeconómica de las áreas rurales.

Estas ventajas convierten a la biomasa en una de las fuentes potenciales


de empleo en el futuro, siendo un elemento de gran importancia para el
equilibrio territorial, en especial en las zonas rurales.

Página 13 de 22
Conversión de la biomasa
La biomasa presenta una enorme versatilidad permitiendo obtener,
mediante diferentes procedimientos, combustibles tanto sólidos como
líquidos y gaseosos. Se puede decir que la biomasa es la energía solar
convertida, por la vegetación, en materia orgánica. Esa energía la podemos
recuperar por combustión directa o transformando la materia orgánica en
otros combustibles.

Los métodos de conversión de la biomasa en combustible pueden ser por


conversión bioquímica o por conversión termoquímica. Mediante la
conversión bioquímica, se puede obtener etanol y metano por fermentación
alcohólica o digestión anaeróbica. Por medio de la conversión termoquímica
se obtiene un gas de síntesis que, procesado, se transforma en los
productos finales.

Uno de los sistemas que se utilizan en las modernas centrales térmicas


para la generación de electricidad con biomasa, consiste en transformar la
biomasa en un gas que sería el combustible (proceso que se denomina
gasificación). Con este combustible se alimenta el motogenerador que
produce electricidad. Los gases de escape y el agua de refrigeración del
motor se aprovechan, mediante intercambiadores de calor, para producir
agua caliente sanitaria, calefacción o producción de frío mediante máquinas
de absorción.

Página 14 de 22
De entre las biomasas sólidas disponibles, las que son de uso más común en
las aplicaciones domésticas y residenciales son las siguientes:

Leña: Biomasa, destinada a la producción de energía, en forma de troncos o


ramas, cuya denominación se debe a la forma de los leños y que se obtiene
de especies forestales o agrícolas con un cierto diámetro.

Astillas: Fragmentos irregulares que resultan cuando se parte o rompe


violentamente un material orgánico procedente de una biomasa forestal o
agrícola. Las astillas pueden contener corteza o madera, aunque en la
mayoría de los casos las astillas sólo están constituidas por madera.

Pellets: Biomasa sólida secada y prensada sin aditivos químicos a partir de


residuos agroindustriales o forestales como, madera, virutas, papel, astillas,
serrín, restos de tableros, corteza, paja, cultivos energéticos, etc. Su
presentación es en forma de pequeños cilindros.

Briquetas: Biomasa sólida densificada de mayor tamaño que los pellets,


igualmente formada por compactación de biomasa forestal o agroindustrial
generalmente de forma cilíndrica.

Página 15 de 22
Otras biomasas: Hueso de aceituna procedente de almazaras, extractoras
de aceite o industrias de aderezo de aceituna, cáscara de frutos secos: de
almendra o piña, poda de la vid, etc.

Más adelante estudiaremos en profundidad cada una de estas biomasas.

PCI de los combustibles de biomasa


El contenido energético de la biomasa viene dado por el denominado Poder
Calorífico Superior (PCS), cuya unidad más frecuente es Kcal/kg, y que se
define como la cantidad de calor desprendido por la combustión completa
de un kilogramo de combustible a presión constante. Sin embargo, se suele
utilizar con mayor frecuencia el denominado Poder Calorífico Inferior (PCI),
ya que éste refleja la cantidad de calor desprendido, una vez se ha
descontado el calor absorbido en la evaporación del agua contenida en la
biomasa.

La tabla siguiente recoge el Poder Calorífico Inferior (PCI) para distintos


contenidos de humedad de los recursos de biomasa más habituales.

Página 16 de 22
Como puede apreciarse en los valores de la tabla anterior, la humedad es un
factor determinante en el poder calorífico de los distintos combustibles de
biomasa por lo que para otros porcentajes de humedad, que afectan
directamente a dicho PCI, se puede aplicar un factor de corrección
aproximado como se indica en la figura siguiente:

Página 17 de 22
Otras características que determinan estos valores, son el tipo de madera y
la granulometría del residuo.

Esta variedad de combustibles, unida a la capacidad de adaptación de las


tecnologías de aprovechamiento energético a los diferentes recursos
existentes, provocan que en la actualidad muchas de las actividades
industriales puedan llegar a satisfacer toda o parte de su demanda
energética con biomasa.

Página 18 de 22
Usos de la biomasa
Los usos de los diferentes tipos de biomasa se pueden clasificar
principalmente en dos: térmicos y eléctricos. Además, mediante los
biocarburantes se obtiene energía aprovechable para hacer funcionar los
motores de combustión térmica transformándola en energía mecánica.

Uso eléctrico de la biomasa

La obtención de energía eléctrica a través de la quema de biomasa sólida se


realiza, generalmente, a gran escala (plantas mayores de 2MW). Esto es
debido, principalmente, a que las instalaciones necesarias requieren una
gran inversión económica. Además, los rendimientos globales obtenidos son
mayores cuanto mayor sea la potencia generada.

El funcionamiento de una planta de biomasa para la generación de energía


eléctrica, consiste en la recepción de la biomasa, generalmente en forma de
alpacas (paja ó astillas). Estas alpacas colocan automáticamente en una
cinta transportadora, que las conduce hasta la caldera. Allí, previamente
desmenuzadas, caen a una parrilla vibratoria que favorece la combustión y
la evacuación de inquemados. Con esta combustión se calienta el agua
circulante por unas tuberías situadas en las paredes de la caldera y haces
de tubos que se encuentran en el interior de la misma, convirtiéndo este
agua en vapor sobrecalentado.

El vapor sobrecalentado mueve una turbina conectada a un generador que


produce electricidad a una tensión determinada. Mediante un transformador
se aumenta la tensión para su incorporación a la red general.

Por último, los inquemados depositados en el fondo de la caldera, se


trasladan a un vertedero autorizado, y las cenizas volantes, retenidas por un
filtro, se aprovechan para fertilizantes agrícolas.

Página 19 de 22
Uso térmico de la biomasa

Las aplicaciones térmicas con producción de calor y agua caliente sanitaria


son las más comunes dentro del sector de la biomasa. En un nivel menor de
desarrollo se sitúa la producción de electricidad.

La producción térmica sigue una escala de usos que comienza en


las calderas o estufas individuales utilizadas tradicionalmente en los
hogares. Hoy en día existen aparatos tanto de aire, (las estufas de toda la
vida, mejoradas y actualizadas a las necesidades de los usuarios de hoy)
que calientan una única estancia, como de agua, que permiten su
adaptación a un sistema de radiadores o de suelo radiante y a otros
sistemas con producción de agua caliente sanitaria.

En un segundo escalafón se sitúan las calderas diseñadas para un bloque o


edificio de viviendas, equiparables en su funcionamiento a las habituales de
gasóleo C o gas natural, que proveen a las viviendas de calefacción y agua
caliente. Debido a la necesidad de disponer de un lugar amplio y seco para
el almacenamiento del biocombustible este tipo de instalaciones pueden
tener problemas en edificios con salas de calderas pequeñas y poco espacio
aprovechable.

Página 20 de 22
En cambio, son una buena solución, tanto económica como medioambiental,
para edificios de nueva construcción, sobre todo si se atienen a las nuevas
ordenanzas y reglamentos elaborados o en proceso de elaboración, como
las Ordenanzas de Energía Solar (que permiten utilizar biomasa en lugar de
la citada energía renovable) o la revisión que se está realizando del
Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).

Otra aplicación importante de estas calderas es la conversión de las


antiguas calefacciones de carbón o gasóleo C a instalaciones de biomasa,
existiendo muchos ejemplos en nuestro país. La buena disposición de los
vecinos que encontrarán un ahorro económico en su consumo de
calefacción y agua caliente, un acertado asesoramiento profesional y
espacio suficiente para el almacenamiento forman la base para este tipo de
cambios.

Por último, los consumos térmicos de determinadas industrias también son


abastecidos por calderas de biomasa. Se trata principalmente del
aprovechamiento de residuos de las industrias agroforestales para
producción de calor que, en ocasiones, es acompañado de producción
eléctrica (cogeneración con biomasa).

Las materias más utilizadas para las aplicaciones térmicas de la biomasa


son los residuos de las industrias agrícolas (cáscaras de almendras, huesos
de aceitunas…) y forestales (astillas, serrines…) y los residuos de
actividades selvícolas (podas, claras, limpieza de bosques,…) y de cultivos
leñosos (podas, arranques,…). En muchas ocasiones algunos de estos
residuos se transforman en pelets y briquetas, astillas molturadas y
compactadas que facilitan su transporte, almacenamiento y manipulación
pero que requieren de un tratamiento previo encareciendo el producto final.

Uso mixto simultáneo térmico - eléctrico

Existen procesos para obtener simultáneamente energía térmica y eléctrica


(a partir de cualquier combustible, incluida la biomasa), con ello se optimiza
el proceso obteniendo mayores rendimientos.

Página 21 de 22
Estos procesos se conocen con los nombres de:

Cogeneración: Procedimiento por el que se obtiene a la vez energía


eléctrica y energía térmica útil (calor o frío)

Trigeneración: Procedimiento por el que se obtiene a la vez energía


eléctrica y energía térmica útil (calor y frío). Es decir, la trigeneración es la
combinación de la cogeneración con un sistema de producción de frío por
absorción.

El óptimo aprovechamiento de la biomasa se produce en este tipo de


procesos de cogeneración y trigeneración. Se obtienen producciones
eléctricas entre el 15 y el 20% y aprovechamientos térmicos que alcanzan
una eficiencia total del 80%.

Página 22 de 22

También podría gustarte