España

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Para otros usos de este término, véanse España (desambiguación) y Estado

español (desambiguación).

Reino de España

Estado miembro de la Unión Europea

Bandera Escudo

Lema: «Plus ultra» (latín: «Más allá»)

Himno: Marcha Granadera o Marcha Real Españolaa

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España

Resto de la Unión Europea

Resto de Europa
Capital
Madrid
(y ciudad más
40°25′01″N 3°42′12″O
poblada)
Idioma oficial Castellanob
Gentilicio Español, -la
Forma de gobierno Monarquía parlamentaria
• Rey Felipe VI
• Presidente del Pedro Sánchez
Gobierno
Órgano legislativo Cortes Generales

Formación
• Reconquista 711-1492
• Unión dinástica 20 de enero de 1469
• Monarquía compuesta 14 de marzo de 1516
• Monarquía centralizada 29 de junio de 1707
• Monarquía constitucional 19 de marzo de 1812
• Estado liberal 1833-1868
• Primera República 1873-1874
• Restauración 30 de junio de 1876
• Segunda República 1931-1939
• Dictadura franquista 1939-1975
• Democracia actual 29 de diciembre de 1978

Superficie Puesto 52.º


• Total 505 944c km²
• Agua (%) 1,04d
Fronteras 1952,7 kme
Línea de costa 4964 km11
Punto más alto Teide
Población total Puesto 30.º
• Censo (2024 2T) 48 692 804 hab.13
• Densidad 95,26 hab./km²
PIB (PPA) Puesto 15.º
• Total (2023,est) 2 401 000 millones
de dólares14
• Per cápita 50 470 dólares14 (38.º)
PIB (nominal) Puesto 15.º
• Total (2023,est) 1 580 000 millones
de dólares14
• Per cápita 33 090 dólares14 (34.º)
IDH (2022) 0,91115 (27.º) – Muy Alto
Coeficiente de Gini 31.5 medio (2023)16
Moneda Eurof (€, EUR)
Huso horario CET (UTC+1)g
• En verano CEST (UTC+2)h
Código ISO 724 / ESP / ESi
Dominio internet .es
Prefijo telefónico +34
Prefijo radiofónico AMA-AOZ, EAA-EHZ
Siglas país para EC,j EMk
aeronaves
Siglas país para E
automóviles
Código del COI ESP
Lado de conducción derecho

mostrar
Membresía

1. ↑ El Real Decreto 1560/1997


lo nombra
indistintamente Marcha
Granadera y Marcha Real
Española.1

2. ↑ Aunque la Real Academia


Española da por superada
la polémica acerca
del glotónimo y da por
válidos tanto «español»
como «castellano»,2 la
Constitución usa de manera
explícita «castellano» para
diferenciarlo del resto de
lenguas españolas.3
Asimismo, son cooficiales
el catalán en Cataluña4 y
las Islas Baleares;5
el valenciano en
la Comunidad Valenciana;
el gallego en Galicia;
el euskera en el País
Vasco y la zona
vascófona de Navarra; y
el aranés, variedad de
la lengua occitana hablada
en el Valle de Arán,
en Cataluña.4 Además están
reconocidos legalmente
la lengua de signos
española,6 la lengua propia
de las áreas pirenaica y
prepirenaica (aragonés) y
la lengua propia del área
oriental (catalán) en Aragón7
y el asturleonés en Asturias,
donde se denomina bable,8
y en Castilla y León, donde
recibe el nombre de leonés.9
10

3. ↑ Dato referido a la
superficie española.11

4. ↑ Dato referido a las aguas


continentales. Las aguas
jurisdiccionales o marinas
son un millón de kilómetros
cuadrados
aproximadamente.12

5. ↑ De los cuales: 63 km con


Andorra, 646 km con
Francia, 1,2 km con
Gibraltar, 1224 km con
Portugal, 18,5 con
Marruecos (8 en Ceuta y
10,5 en Melilla). Asimismo,
existe una frontera adicional
de 75 metros entre
Marruecos y el Peñón de
Vélez de la Gomera.

6. ↑ Desde 1868 y hasta 2002,


la peseta (₧, ESP).

7. ↑ WET
(UTC±0) en Canarias.

8. ↑ WEST (UTC+1) en
Canarias.

9. ↑ Para las ciudades


autónomas
de Ceuta y Melilla: EA.
Para Canarias: IC. Estos
códigos no son oficiales
pero sí reservados.17

10. ↑ Utilizada en aeronaves


civiles.

11. ↑ Utilizada en
aeronaves militares.

12. ↑ España es miembro del


G20 como invitado
permanente.

España, formalmente Reino de España,nota 1 es un país


soberano transcontinental, constituido en Estado
social y democrático de derecho y cuya forma de gobierno es la monarquía
parlamentaria. Es uno de los veintisiete Estados soberanos que forman la Unión
Europea. Su territorio, con capital en Madrid,30 está organizado en
diecisiete comunidades autónomas, formadas a su vez por cincuenta provincias, y
dos ciudades autónomas.

España se sitúa principalmente en el suroeste de Europa, si bien también tiene


presencia en el norte de África. En Europa, ocupa la mayor parte de la península
ibérica, conocida como España peninsular, y las islas Baleares (en el mar
Mediterráneo). En África se hallan las ciudades de Ceuta y Melilla, las islas
Canarias (en el océano Atlántico) y varias posesiones mediterráneas denominadas
«plazas de soberanía». El municipio de Llivia, en los Pirineos, constituye un
exclave rodeado totalmente por territorio francés. Completa el conjunto de
territorios una serie de islas e islotes frente a las propias costas peninsulares.
Tiene una extensión de 505 370 km2,11 por lo que es el cuarto país más extenso
del continente,nota 2 y con una altitud media de 650 m sobre el nivel del mar, uno de
los países más montañosos de Europa. Su población casi llega a los 48 millones y
medio de habitantes, aunque la densidad de población es reducida si se compara
con el contexto europeo.1331 Concretamente, a 1 de enero de 2024 llegó hasta
los 48 592 909.13 El territorio peninsular comparte fronteras terrestres
con Francia y con Andorra al norte, con Portugal al oeste y con Gibraltar al sur. En
sus territorios africanos, comparte fronteras terrestres y marítimas con Marruecos.
Comparte con Francia la soberanía sobre la isla de los Faisanes en la
desembocadura del río Bidasoa y cinco facerías pirenaicas.32

El artículo 3.1 de su Constitución establece que «el castellano es la lengua


española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el
derecho a usarla».3 En 2012, era la lengua materna del 82 % de los españoles.33
Según el artículo 3.2, «las demás lenguas españolas serán también oficiales en
las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos».3
El idioma español o castellano, segunda lengua materna más hablada del mundo
con 500 millones de hispanohablantes nativos, y hasta casi los 600 millones
incluyendo hablantes con competencia limitada,34 es uno de los más importantes
legados del acervo cultural e histórico de España en el mundo. Perteneciente
culturalmente a la Europa Latina y heredero de una vasta influencia grecorromana,
España alberga también la cuarta colección más numerosa del mundo de sitios
declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.35

Es un país desarrollado —goza de la cuarta esperanza de vida más elevada del


mundo— y de altos ingresos, cuyo producto interior bruto coloca a la economía
española en la decimocuarta posición mundial (2021).36 España es una gran
potencia turística, ya que destaca como el segundo país más visitado del mundo
—más de 83 millones de turistas en 2019— y el segundo país del mundo en
ingresos económicos provenientes del turismo internacional.3738 Tiene un índice de
desarrollo humano muy alto (0,904), según el informe de 2020 del Programa de la
ONU para el Desarrollo.39 España también tiene una notable proyección
internacional a través de su pertenencia a múltiples organizaciones internacionales
como Naciones Unidas, el Consejo de Europa, la Organización Mundial del
Comercio, la Organización de Estados Iberoamericanos, la OCDE, la OTAN y
la Unión Europea —incluidos dentro de esta al espacio Schengen y la eurozona—,
además de ser miembro de facto del G20.

La primera presencia constatada de homínidos del género Homo se remonta a 1,2


millones de años antes del presente, como atestigua el descubrimiento de una
mandíbula de un Homo aún sin clasificar en el yacimiento de Atapuerca.40 En el
siglo III a. C., se produjo la intervención romana en la Península, lo que conllevó a
una posterior conquista de lo que, más tarde, se convertiría en Hispania. En el
Medievo, la zona fue conquistada por distintos pueblos germánicos y por
los musulmanes, llegando estos a tener presencia durante algo más de siete
centurias. Es en el siglo XV, con la unión dinástica de las Coronas
de Castilla y Aragón y la culminación de la Reconquista, junto con la
posterior anexión navarra, cuando se puede hablar de la cimentación de
«España», como era denominada en el exterior.414243 Ya en la Edad Moderna, los
monarcas españoles gobernaron el primer imperio de ultramar global, que
abarcaba territorios en los cinco continentes,nota 3 dejando un vasto acervo cultural
y lingüístico por el globo. A principios del XIX, tras sucesivas guerras en
Hispanoamérica, pierde la mayoría de sus territorios en América, acrecentándose
esta situación con el desastre del 98. Durante este siglo, se produciría también
una guerra contra el invasor francés, una serie de guerras civiles, una efímera
república reemplazada nuevamente por una monarquía constitucional y el proceso
de modernización del país. En el primer tercio del siglo XX,
se proclamó una república constitucional. Un golpe de Estado militar fallido
provocó el estallido de una guerra civil, cuyo fin dio paso a la dictadura de
Francisco Franco, finalizada con la muerte de este en 1975, momento en que se
inició una transición hacia la democracia. Su clímax fue la redacción, ratificación
en referéndum y promulgación de la Constitución de 1978.nota 4 Acrecentado
significativamente durante el llamado «milagro económico español», el desarrollo
económico y social del país ha continuado a lo largo del vigente periodo
democrático.

Toponimia
Origen de la palabra Hispania
Véase también: Origen del nombre de Hispania

Castillo de Sancti Petri (San Fernando, Cádiz). En este


lugar se hallaba el Templo de Hércules Melkart
El nombre de «España» deriva fonéticamente de Hispania, nombre con el que
los romanos designaban geográficamente al conjunto de la península ibérica,
término alternativo al nombre Iberia, preferido por los autores griegos para
referirse al mismo espacio. Sin embargo, el hecho de que el término Hispania no
es de raíz latina ha llevado a la formulación de varias teorías sobre su origen,
algunas de ellas controvertidas.

Hispania proviene del fenicio i-spn-ya, un término cuyo uso está documentado
desde el segundo milenio antes de Cristo, en inscripciones ugaríticas. Los fenicios
constituyeron la primera civilización no ibérica que llegó a la península para
expandir su comercio y que fundó, entre otras, Gadir, la actual Cádiz, la ciudad
habitada más antigua de Europa Occidental.4445 Los romanos tomaron la
denominación de los vencidos cartagineses, interpretando el prefijo i como
«costa», «isla» o «tierra», con ya con el significado de «región». El lexema spn,
que en fenicio y también en hebreo se puede leer como saphan, se tradujo como
«conejos» (en realidad «damanes», unos animales del tamaño del conejo
extendidos por África y el Creciente Fértil). Los romanos, por tanto, le dieron a
Hispania el significado de «tierra abundante en conejos», un uso recogido
por Cicerón, César, Plinio el Viejo, Catón, Tito Livio y, en particular, Catulo, que se
refiere a Hispania como península cuniculosa (en algunas monedas acuñadas en
la época de Adriano figuraban personificaciones de Hispania como una dama
sentada y con un conejo a sus pies), en referencia al tiempo que vivió en Hispania.

Sobre el origen fenicio del término, el historiador y hebraísta Cándido María


Trigueros propuso en la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona en
1767 una teoría diferente, basada en el hecho de que el alfabeto fenicio (al igual
que el hebreo) carecía de vocales. Así spn (sphan en hebreo y arameo)
significaría en fenicio «el norte», una denominación que habrían tomado los
fenicios al llegar a la península ibérica bordeando la costa africana, viéndola al
norte de su ruta, por lo que i-spn-ya sería la «tierra del norte». Por su parte,
según Jesús Luis Cunchillos en su Gramática fenicia elemental (2000), la raíz del
término span es spy, que significa «forjar» o «batir metales». Así, i-spn-
ya sería «la tierra en la que se forjan metales».46

Aparte de la teoría de origen fenicio, que es la más aceptada a pesar de que el


significado preciso del término sigue siendo objeto de discusiones, a lo largo de la
historia se propusieron diversas hipótesis, basadas en similitudes aparentes y
significados más o menos relacionados. A principios de la Edad Moderna, Antonio
de Nebrija, en la línea de Isidoro de Sevilla, propuso su origen autóctono como
deformación de la palabra ibérica Hispalis, que significaría «la ciudad de
occidente»47 y que, al ser Hispalis la ciudad principal de la península, los fenicios y
luego los romanos dieron su nombre a todo su territorio.48 Posteriormente, Juan
Antonio Moguel propuso en el siglo XIX que el término Hispania podría provenir de
la palabra euskera Izpania, que vendría a significar «que parte el mar» al estar
compuesta por las voces iz y pania o bania que significa «dividir» o «partir».49 A
este respecto, Miguel de Unamuno declaró en 1902: «La única dificultad que
encuentro […] es que, según algunos paisanos míos, el nombre España deriva del
vascuence ezpaña, labio, aludiendo a la posición que tiene nuestra península en
Europa».50 Otras hipótesis suponían que tanto Hispalis como Hispania eran
derivaciones de los nombres de dos reyes legendarios de España, Hispalo y su
hijo Hispan o Hispano, hijo y nieto, respectivamente, de Hércules.51

Evolución de la palabra Hispania a España


A partir del periodo visigodo, el término Hispania, hasta entonces usado
geográficamente, comenzó a emplearse también con una connotación política,
como muestra el uso de la expresión Laus Hispaniae para describir la historia de
los pueblos de la península en las crónicas de Isidoro de Sevilla.

Tú eres, oh Hispania, sagrada y madre siempre feliz de príncipes y de pueblos, la más


hermosa de todas las tierras que se extienden desde el Occidente hasta la India. Tú, por
derecho, eres ahora la reina de todas las provincias, de quien reciben prestadas sus luces
no sólo el ocaso, sino también el Oriente. Tú eres el honor y el ornamento del orbe y la
más ilustre porción de la tierra, en la cual grandemente se goza y espléndidamente florece
la gloriosa fecundidad de la nación goda. Con justicia te enriqueció y fue contigo más
indulgente la naturaleza con la abundancia de todas las cosas creadas, tú eres rica en
frutos, en uvas copiosa, en cosechas alegre... Tú te hallas situada en la región más grata
del mundo, ni te abrasas en el ardor tropical del sol, ni te entumecen rigores glaciares,
sino que, ceñida por templada zona del cielo, te nutres de felices y blandos céfiros... Y por
ello, con razón, hace tiempo que la áurea Roma, cabeza de las gentes, te deseó y,
aunque el mismo poder romano, primero vencedor, te haya poseído, sin embargo, al fin,
la floreciente nación de los godos, después de innumerables victorias en todo el orbe, con
empeño te conquistó y te amó y hasta ahora te goza segura entre ínfulas regias y
copiosísimos tesoros en seguridad y felicidad de imperio.
ISIDORO DE SEVILLA, Santo (siglo VI-VII). Historia de regibus Gothorum, Vandalorum et
Suevorum [Historia de los reyes de los godos, vándalos y suevos]. Trad. de Rodríguez
Alonso (1975). León. pp. 169 y 171.5253
La palabra España deriva fonéticamente de Hĭspanĭa, de manera regular a través
a la palatalización de la /n/ en /ñ/ ante yod latina -ĭa, la pérdida de la H- inicial (que
se da en latín tardío) y la abertura de la ĭ en posición inicial a /e/. Sin
embargo, España no puede considerarse la traducción al español de la palabra
latina Hispania, ya que el uso moderno designa una extensión diferente.

Uso histórico del término España


Uso del término España hasta la Edad Media
La evolución de la palabra España es acorde con otros usos culturales. Hasta
el Renacimiento, los topónimos que hacían referencia a territorios nacionales y
regionales eran relativamente inestables, tanto desde el punto de vista semántico
como del de su precisa delimitación geográfica. Así, en tiempos de los
romanos Hispania correspondía al territorio que ocupaban en la península,
Baleares y, en el siglo III, parte del norte de África —la Mauritania Tingitana, que
se incluyó en el año 285 en la Diocesis Hispaniarum—.

En el dominio visigodo, el rey Leovigildo, tras unificar la mayor parte del territorio
de la España peninsular a fines del s. VI, se titula rey de Gallaecia, Hispania y
Narbonensis. San Isidoro de Sevilla narra la búsqueda de la unidad peninsular,
finalmente culminada en el reinado de Suintila en la primera mitad del s. VII y se
habla de la «madre España». En su obra Historia Gothorum, Suintila aparece
como el primer rey de Totius Spaniae («toda España»). El prólogo de la misma
obra es el conocido De laude Spaniae («Acerca de la alabanza a España»).

En tiempos del rey Mauregato, fue compuesto el himno O Dei Verbum en el que
se califica al apóstol como dorada cabeza refulgente de Ispaniae («Oh, vere digne
sanctior apostole caput refulgens aureum Ispaniae, tutorque nobis et patronus
vernulus»).nota 5

Manuscrito de la Estoria de España de Alfonso X de


Castilla, «el Sabio»
Con la invasión musulmana, el nombre de Spania o España se transformó en
‫اسبانيا‬, Isbāniyā. El uso de la palabra España sigue resultando inestable,
dependiendo de quién lo use y en qué circunstancias. En algunos textos se refiere
a la unidad peninsular, como cuando el Padre Mariana recoge la historia de Musa
II de Tudela y su autotitulación como tercer rey de España: «se sublevó contra el
rey de Córdoba, su señor […] se sublevó contra el rey don Ordoño [de Asturias],
con cuyo reino y el de Córdoba se contaba por tercer rey de España.»54 En otras
crónicas y documentos de la Alta Edad Media se designa exclusivamente con ese
nombre (España o Spania) al territorio dominado por los musulmanes. Así, Alfonso
I de Aragón, «el Batallador», dice en sus documentos que «Él reina en Pamplona,
Aragón, Sobrarbe y Ribagorza» y, cuando en 1126 hace una expedición hasta
Málaga, nos dice que «fue a las tierras de España». Pero ya a partir de los últimos
años del siglo XII, se generaliza nuevamente el uso del nombre de España para
referirse a toda la Península, sea de musulmanes o de cristianos. Así se habla de
los cinco reinos de
España: Granada (musulmán), León con Castilla, Navarra, Portugal y la Corona de
Aragón (cristianos).

Identificación con las coronas de Castilla y Aragón


A medida que avanza la Reconquista, varios reyes se proclamaron príncipes de
España, tratando de reflejar la importancia de sus reinos en la península ibérica.55
Tras la unión dinástica de Castilla y Aragón, se comienza a usar en estos dos
reinos el nombre de España para referirse a ambos, circunstancia que, por lo
demás, no tenía nada de novedosa; así, ya en documentos de los años 1124 y
1125, con motivo de la expedición militar por Andalucía de Alfonso el Batallador,
se referían a este —que había unificado los reinos de Castilla y Aragón tras su
matrimonio con Urraca I de León— con los términos «reinando en España» o
reinando «en toda la tierra de cristianos y sarracenos de España».56

Evolución independiente del gentilicio español


El gentilicio español ha evolucionado de forma distinta a la que cabría esperar
(cabría esperar algo similar a «hispánico»). Existen varias teorías sobre cómo
surgió el propio gentilicio español. Según una de ellas, el sufijo -ol es característico
de las lenguas romances provenzales y poco frecuente en las lenguas romances
habladas entonces en la península, por lo que considera que habría sido
importado a partir del siglo IX, con el desarrollo del fenómeno de las
peregrinaciones medievales a Santiago de Compostela, por los numerosos
visitantes francos que recorrieron la península, favoreciendo que con el tiempo se
divulgara la adaptación del nombre latino hispani a partir
del espagnol, espanyol, espannol, espanhol, español, etc. (las grafías gn, nh y ny,
además de nn, y su abreviatura ñ, representaban el mismo fonema) con que ellos
designaban a los cristianos de la antigua Hispania. Posteriormente, habría sido la
labor de divulgación de las élites formadas la que promocionó el uso
de español y españoles: la palabra españoles aparece veinticuatro veces en
el cartulario de la catedral de Huesca, manuscrito de 1139-1221,57 mientras que en
la Estoria de España, redactada entre 1260 y 1274 por iniciativa de Alfonso X el
Sabio, se empleó exclusivamente el gentilicio españoles.58

Aunque el vocablo se estabiliza en grafía, su definición seguirá siendo variable,


según se pierden o anexionan territorios. El estado español se fundó como tal en
1812, con la Constitución de Cádiz.

El Diccionario de la lengua española publicado por la Real Academia Española, en


su vigesimotercera edición (2014), asegura que la voz español proviene de
la provenzal espaignol, y esta del latín medieval Hispaniŏlus,
de Hispania, España.59

Historia
Artículo principal: Historia de España
Véanse también: Formación territorial de España, Ser de España, Cronología de los
reinos en la península ibérica y Cronología de España.
Prehistoria, protohistoria y Edad Antigua
Artículos principales: Prehistoria en la península ibérica, Protohistoria de la península
ibérica e Historia antigua de la península ibérica.
Uno de los bisontes de la cueva de Altamira (Cantabria),
pintada durante el Paleolítico superior
El actual territorio español aloja dos de los lugares más importantes para la
prehistoria europea y mundial: la sierra de Atapuerca (donde se ha definido la
especie Homo antecessor y se ha hallado la serie más completa de huesos
de Homo heidelbergensis) y la cueva de Altamira (donde por primera vez en el
mundo se identificó el arte paleolítico).

La particular posición de la península ibérica como «Extremo Occidente»


del mundo mediterráneo determinó la llegada de sucesivas influencias culturales
del Mediterráneo oriental, particularmente las vinculadas al Neolítico y la Edad de
los Metales (agricultura, cerámica, megalitismo), proceso que culminó en las
denominadas colonizaciones históricas del I milenio a. C. Tanto por su localización
favorable para las comunicaciones como por sus posibilidades agrícolas y su
riqueza minera, las zonas este y sur fueron las que alcanzaron un mayor
desarrollo (cultura de los Millares, cultura argárica, Tartessos, pueblos iberos).
También hubo continuos contactos con Europa Central (cultura de los campos de
urnas, celtización).

La Dama de Elche, obra maestra del arte íbero


La datación más antigua de un hecho histórico en España es la de la legendaria
fundación de la colonia fenicia de Gadir (la Gades romana, que hoy es Cádiz), que
según fuentes romanas (Veleyo Patérculo y Tito Livio) se habría producido
ochenta años después de la guerra de Troya, antes que la de la propia Roma,60 lo
que la situaría en el 1104 a. C. y sería la fundación de una ciudad en Europa
Occidental de referencias más antiguas.4445 Las no menos legendarias referencias
que recoge Heródoto de contactos griegos con el reino tartésico de Argantonio se
situarían, por su parte, en el año 630 a. C. Las evidencias arqueológicas de
establecimientos fenicios (Ebusus —Ibiza—, Sexi —Almuñécar—, Malaka —
Málaga—) permiten hablar de un monopolio fenicio de las rutas comerciales en
torno al estrecho de Gibraltar (incluyendo las del Atlántico, como la ruta del
estaño), que limitó la colonización griega al norte mediterráneo (Emporion, la
actual Ampurias).

Las colonias fenicias pasaron a ser controladas por Cartago desde el siglo VI a. C.,
periodo en el que también se produce la desaparición de Tartessos. Ya en el
siglo III a. C., la victoria de Roma en la primera guerra púnica estimuló aún más el
interés cartaginés por la península ibérica, por lo que se produjo una verdadera
colonización territorial, con centro en Qart Hadasht (Cartagena), liderada por
la familia Barca.

Teatro romano de Mérida, Patrimonio de la


Humanidad por la Unesco desde 1993. Más de dos mil años después de su construcción
sigue utilizándose como espacio escénico
La intervención romana se produjo en la segunda guerra púnica (218 a. C.), que
inició una paulatina conquista romana de Hispania, no completada hasta casi
doscientos años más tarde. La derrota cartaginesa permitió una relativamente
rápida incorporación de las zonas este y sur, que eran las más ricas y con un nivel
de desarrollo económico, social y cultural más compatible con la propia civilización
romana. Mucho más dificultoso se demostró el sometimiento de los pueblos de la
Meseta, más pobres (guerras lusitanas y guerras celtíberas), que exigió
enfrentarse a planteamientos bélicos totalmente diferentes a la guerra clásica
(la guerrilla liderada por Viriato —asesinado el 139 a. C.—, resistencias extremas
como la de Numancia —vencida el 133 a. C.—). En el siglo siguiente,
las provincias romanas de Hispania, convertidas en fuente de enriquecimiento de
funcionarios y comerciantes romanos y de materias primas y mercenarios,
estuvieron entre los principales escenarios de las guerras civiles romanas, con la
presencia de Sertorio, Pompeyo y Julio César. La pacificación (Pax Romana) fue
el propósito declarado de Augusto, que pretendió dejarla definitivamente asentada
con el sometimiento de cántabros y astures (29-19 a. C.), aunque no se produjo su
efectiva romanización. En el resto del territorio, la romanización de Hispania fue
tan profunda como para que algunas familias hispanorromanas alcanzaran la
dignidad imperial (Trajano, Adriano y Teodosio) y hubiera hispanos entre los más
importantes intelectuales romanos (el filósofo Lucio Anneo Séneca, los
poetas Lucano, Quintiliano o Marcial, el geógrafo Pomponio Mela o el
agrónomo Columela), si bien, como escribió Tito Livio en tiempos de Augusto, «fue
la primera provincia importante invadida por los romanos fue la última en ser
dominada completamente y ha resistido hasta nuestra época», atribuyéndolo a la
naturaleza del territorio y al carácter recalcitrante de sus habitantes. La asimilación
del modo de vida romano, larga y costosa, ofreció una gran diversidad desde los
grados avanzados en la Bética a la incompleta y superficial romanización del norte
peninsular.

Edad Media

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