Orientacion Educativa

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Para Bianco (1992): la familia es contextualizada como la es escuela fundamental del tejido

social. Está constituida por papa, mamá e hijos ( familia monogamica ), (mamá hijo)
( familia materno- familia) papa e hijo ( familia paterno- familia) es decir, la familia es la
institución básica que brida a cada ser la formación y la guía para el desarrollo físico y
psíquico del hombre. De allí cada miembro de la familia en especial los padres son los seres
más influyente en el desarrollo psíquico y social del hijo/a los generadores de las primeras
experiencias sociales y emocionales durante el mayor tiempo de vida de este , por lo que es
de suma importancia el lazo emocional entre padre e hijos para desarrollar un sentimiento
básico de confianza y seguridad en su relación de tal manera que el niño/a y adolecente se
sienta tranquilo para aventurarse a explorar el entorno y ganar experiencias positivas.
Para Ascension (1998:26):

La orientación familiar, es considerada como el tipo de orientación educativa y técnica de


intervención educativa que surge de la relación institución - familia y que forma parte de
una de las funciones del docente, la que debe proyectarse hacia el protagonismo familiar, (I.
Lauro, 2002; M. Torres, 2003; I. De la Vega, 2008; P. Castro, 2011), esta se enriquece de
los múltiples ensayos realizados como variantes educativas en nuestra sociedad.
Dada la importancia que tiene la orientación familiar en su misión de dotarlos de los
conocimientos necesarios para educar a sus niños resulta pertinente el criterio la autora E.
Núñez (1989), en su artículo “Las escuelas de educación familiar”, al plantear que los
docentes al ejecutarla deben potenciar la colaboración, ofrecerles vías, métodos y formas
positivas de orientación, para que los padres puedan enfrentar situaciones y resolverlas de
forma independiente en el hogar.

En los estudios relacionados con la educación y orientación familiar también resultan


importantes los estudios de P. Castro (2011) al ofrecer un sistema de principios para la
orientación, tales como: conocimiento y estimulación del funcionamiento familiar,
integridad de la orientación, de la participación, enriquecimiento de la comunicación y
capacitación de los orientadores, que son muy necesarios para este proceso.
Tipología familiar: 3. FAMILIA HOMOPARENTAL

Las familias homoparentales son aquellas que están formadas por una pareja homosexual
(de dos hombres o dos mujeres) con uno o más hijos. Aunque no es una familia nueva, su
presencia en la sociedad ha aumentado significativamente en los últimos años.
Este tipo de familias han tenido que luchar contra los prejuicios derivados de la homofobia:
mientras poco o nada se cuestiona la validez y capacidad de una pareja heterosexual para
formar una familia, las parejas homosexuales con hijos parece que hayan tenido que
recurrir incluso a investigaciones científicas que prueban su legitimidad como familia.
Afortunadamente, conforme la sociedad avanza, también lo hace la aceptación de las
familias homoparentales.

4. FAMILIA RECONSTITUIDA O COMPUESTA


Esta clase de familia probablemente es la más frecuente en la actualidad debido a la
creciente tendencia a la separación y al divorcio.

Como se deduce de esta introducción, las familias reconstituidas o compuestas son las que
están formadas por la fusión de varias familias biparentales: tras un divorcio, los hijos
viven con su madre o su padre y con su respectiva nueva pareja, que puede tener también
sus propios hijos a cargo. Además, el otro progenitor también puede tener una pareja con
hijos, por lo que estos hijos formarán parte de una gran familia compuesta.
5. FAMILIA MONOPARENTAL
Este tipo de familia, de igual forma que ocurre con la homoparental, no está exenta de
crítica y prejuicios, tanto en el caso de mujeres como de hombres, aunque estos últimos
sean aún una minoría.

Las familias monoparentales están formadas por un único adulto con hijos. Generalmente,
son más frecuentes las llamadas familias “monomarentales”, en las que el adulto presente
es la madre.
A pesar de que existe mucha gente que cree que las familias monoparentales están
incompletas, no es cierto que ese progenitor único necesite forzosamente la ayuda de otro
adulto para tirar adelante. Cada vez son más las familias monoparentales que están
surgiendo en nuestro país. De hecho, en 2017 ya representaban un 10% del total de hogares,
como lo demuestran los datos de la Encuesta Continua de Hogares que presenta anualmente
el Instituto Nacional de Estadística (INE).

6. FAMILIA DE ACOGIDA

Las familias de acogida constan de una pareja o un único adulto que acoge a uno o más
niños de manera temporal mientras que no puedan vivir en su familia de origen o mientras
no encuentren un hogar permanente.

Son familias temporales que se encargan de ofrecer a menores en situación de necesidad el


mejor entorno posible hasta que sean adoptados definitivamente o hasta que su familia
biológica pueda ocuparse de ellos. El acogimiento puede ser de urgencia, de corta duración
(hasta 2 años), de larga duración (más de 2 años) o de fines de semana y vacaciones
escolares.

7. FAMILIA ADOPTIVA

Las familias adoptivas constan de una pareja (o un adulto en solitario) con uno o más hijos
adoptados. Pese a no tener vínculos de sangre, son igualmente familias que pueden
desempeñar un rol parental igual de válido que las familias biológicas.
Muchas familias, por problemas de fertilidad, optan por adoptar como forma de acceder a la
parentalidad. Otras familias, por convicción personal, prefieren adoptar que concebir. Sin
embargo, es frecuente que las familias adoptivas se concentren en los países desarrollados,
dado que sus ciudadanos tienen más recursos económicos para poder adoptar.

8. FAMILIA EXTENSA
La familia extensa está formada por varios miembros de la misma familia que conviven
bajo el mismo techo. De este modo, pueden convivir padres, hijos y abuelos, o padres, hijos
y tíos, etcétera.

También es un ejemplo de familia extensa la situación en que uno de los hijos tiene su
propio hijo y conviven juntos, o cuando sobrinos se mudan con sus tíos y primos.

Este tipo de familia está tradicionalmente más extendido en países con menos recursos
económicos. También es frecuente en países donde culturalmente se valora la unidad del
grupo familiar, como es el ejemplo de Japón, donde es frecuente ver que los padres del
padre de familia conviven bajo el mismo techo que la familia nuclear de su hijo.

Todas diferentes, todas son familia es evidente que las familias han cambiado aunque,
quizá, la aceptación social no las ha acompañado al mismo ritmo. Son muchos los estudios
que ponen de relieve que estas familias se encuentran con el rechazo de la sociedad en que
viven, dado que la población tiende a quedarse estancada en sus valores y creencias.
Cuando se produce un cambio social, el desconocimiento general de la población tiene la
característica de vaticinar unas consecuencias terribles a la novedad: “cómo vas a ser madre
tú sola, no se puede”, “los hijos de gays serán gays seguro”, “el novio de tu ex manipulará a
tu hijo”, “pero si no tenéis hijos, ¡cómo vais a ser una familia!”.

Los prejuicios y estereotipos generan malestar, tanto en quienes lo dan como en normalizar
las nuevas formas de ser familia es fundamental tanto para los adultos como para los niños.
Finalmente, un clima de hostilidad puede llegar a ocasionar problemas psicológicos en los
miembros de las familias “no tradicionales”.

Entendemos Orientación Familiar como un proceso de ayuda a personas que están unidas
por un vínculo familiar, con el objetivo de potenciar la faceta personal de quienes integran
la familia y para la mejora de la sociedad en y desde las familias.
Se enmarca dentro de las denominadas profesiones de ayuda. Recoge disciplinas
educativas, psicológicas, sociológicas y médicas.

Proceso sistemático de ayuda a personas unidas por un vínculo familiar cuyo fin último es
facilitar la dinámica familiar positiva, la solución de problemas y la toma de decisiones, así
como a potenciar los propios recursos educativo Martínez y Álvarez, 2002. Implica dar
apoyo, seguridad y afecto.

La Orientación Familiar es la disciplina de carácter científico constituida por un conjunto


de conocimientos, teorías, principios que fundamentan las intervenciones dirigidas a
facilitar el desarrollo de sus miembros, su dinámica positiva, el ejercicio de sus funciones,
la toma de decisiones, la solución de problemas, así como la evaluación de dichas
intervenciones Álvarez González, 2003

Conceptualización de la Orientación Familiar

La consideración de la Orientación Personal como proceso de ayuda dirigido a favorecer el


proceso de humanización del individuo, lleva consigo el planteamiento de un tipo de
intervención que vaya dirigido a ese grupo humano que, formado por la individualidad de
varias personas, conforma la colectividad del grupo familiar. Así surge y definimos la
Orientación Familiar. J. A. Ríos González (1994) considera la Orientación Familiar como
“…el conjunto de técnicas, métodos, recursos y elementos encaminados a fortalecer las
capacidades evidentes y latentes que tienen como objetivo el refuerzo de los vínculos que
unen a los miembros de un sistema familiar para que puedan alcanzar los objetivos que
tiene la familia como agente o institución educativa”. Extrapolando, por tanto, la idea de
que la Orientación de la persona perseguiría el desarrollo y crecimiento óptimo de la
misma, la Orientación Familiar se constituirá como un proceso de estimulación del
crecimiento del grupo familiar y de sus miembros, estableciendo y cuidando los vínculos
creados entre los mismos, atendiendo a las posibles problemáticas que surjan de esta
interrelación y favoreciendo la óptima vinculación del sistema familiar con el resto de
sistemas más amplios en los que éste ese encuentra inmerso.

Toda intervención que se realice en el marco de la Orientación Familiar tendrá, sin lugar a
duda, presentes, las necesidades que surjan en la particularidad de cada grupo familiar y
atenderá, siempre que sea posible, mas a la prevención y educación que a la remediación de
posibles deficiencias del sistema. La Orientación Familiar constituye además un contexto
de intervención en el que actúan múltiples disciplinas y profesionales que trabajan sobre su
objeto de orientación a diferentes niveles y a través de distintos modelos y perspectivas que
se expondrán en los puntos siguientes.

Niveles de Intervención. La intervención en el ámbito de la Orientación familiar puede


estructurarse en torno a distintos niveles. Sin detenernos en otros planteamientos más
extensos y atendiendo a la clasificación de los mismos según Ríos González (1994: 36),
podemos centrarnos en tres niveles: -

Nivel educativo: persigue una atención a la familia que permita proveerla de los medios y
técnicas necesarias para lograr los objetivos que se le atribuyen como agente de
socialización, educación y formación. En este nivel, y en el ámbito escolar principalmente,
está muy extendido el desarrollo de proyectos de Escuelas de Padres. –

Nivel de asesoramiento: la orientación se realiza de un modo más específico con el fin de


situar y ejercitar a la familia, no sólo en el desarrollo de situaciones enmarcadas dentro de
la normalidad del funcionamiento familiar, sino también para hacer frente a las dinámicas
que puedan dar lugar a disfunciones en la consecución de los objetivos propuestos. Será
necesario tener en cuenta que la orientación no sólo se produzca atendiendo a la
interrelación padres-hijos, sino considerando también la necesidad de trabajar los vínculos
de la pareja, de los hermanos entre sí o las conexiones con otros miembros incluidos en la
entidad familiar. Los Servicios o Gabinetes de Orientación de Padres serán los encargados
de intervenir en este segundo nivel de concreción. –
Nivel terapéutico: la tarea residirá en lograr la recuperación de aquellos aspectos del
sistema familiar que hayan sufrido alguna alteración. Cuando se considere que el camino de
consecución de los logros propios del grupo familiar está siendo dificultado por un
funcionamiento erróneo o patógeno de las dinámicas del sistema, será necesario responder
con técnicas que faciliten la reconducción hacia un funcionamiento normalizado de la
familia.

Teniendo en consideración de nuevo las apreciaciones de Ríos González (1994), será


necesario para el cumplimiento de este tercer nivel de orientación, el desarrollo de servicios
de terapia que tengan en cuenta necesidades más específicas dentro del marco del
asesoramiento y la orientación familiar. Por tanto, aparecerá la especialización profesional
de los terapeutas de familia. Los tres niveles de actuación descritos no se consideran
excluyentes entre sí, sino que pueden simultanearse en función del planteamiento ante el
que nos encontremos. El fin último, desde cualquiera de los niveles, será la búsqueda del
equilibrio y el desarrollo óptimo de los miembros y del grupo familiar.

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