Cuestionario de Geografía - Regiones Polares

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Cuestionario cuestiones polares

El Ártico
La importancia geoestratégica y los recursos naturales que se concentran bajo las aguas
del océano Ártico han convertido la zona en un lugar de disputa. En las últimas semanas,
Rusia ha aumentado su presencia allí reactivando antiguas bases militares y probando
nuevas armas. Su presencia ha provocado la inmediata reacción de Estados Unidos, que
advierte: defenderá sus intereses en el Ártico.

Un nuevo reflejo del pulso entre Joe Biden y Vladímir Putin, que se remonta a casi una
década. Pero desde su llegada al poder, el presidente de Estados Unidos ha marcado
distancias con Rusia y Putin tampoco quiere romper el hielo.

El Ártico se ha convertido en el último escenario de la tensión. Los rusos llevan años


haciendo maniobras militares allí, probando armas misil y recuperando bases abandonadas
de la época soviética.
Disputas territoriales

Video de youtube:
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Con sus 21 millones de kilómetros cuadrados, el Círculo Polar Ártico ocupa un 6% de la


superficie de la tierra, unas 40 veces lo que España. Hasta hace poco era un confín
inhóspito y carente de todo interés político. Pero las cosas han cambiado. Como el clima.
El calentamiento global, ya casi unánimente admitido por los científicos, está derritiendo los
casquetes polares y poniendo al alcance de la mano los ingentes recursos que durante
siglos han escondido. Según estimaciones del Departamento Geológico de los Estados
Unidos, el Ártico alberga unos 90.000 millones de potenciales barriles de crudo y 40.000
millones de barriles de gas natural, cifras que explican que las principales potencias hayan
afilado sus colmillos en torno a la región.

Sobre todo la Rusia de Putin, que marcha a la vanguardia en una carrera que marcará las
relaciones internacionales en las próximas décadas y que ya ha dado lugar a fricciones.

Porque no son solo los recursos, sino también las expectativas. El deshielo ha abierto
nuevas rutas de navegación hasta ahora vetadas que podrían darle un vuelco a los
circuitos comerciales tradicionales. En 2009, un mercante alemán de la compañía Beluga
Shipping utilizó el conocido como Paso del Nordeste para llegar a China, inaugurando así
un itinerario más corto que el que lleva a través del Canal de Suez. Son muchos los que
creen que esta vía septentrional de conexión con el gigante chino y los pujantes focos
exportadores asiáticos podría llevar a la decadencia de enclaves protagonistas durante
todo el siglo XX como Suez o el Canal de Panamá.

Aunque rusos y estadounidenses son los actores principales en el litigio polar, no son los
únicos. Noruega, Finlandia, Suecia, Canadá, Islandia, y Dinamarca, que ostenta la
soberanía de Groenlandia, plantean reivindicaciones en la zona, ávidos de asegurarse un
trozo de la tarta de su explotación económica. Pero los derechos de unos y otros, basados
en su proximidad geográfica al Ártico, están lejos de estar claros. De acuerdo con la
Convención Internacional de Derechos del Mar de la ONU, suscrita en 1982, a los países
citados les pertenecen por su condición de limítrofes los recursos naturales presentes en el
subsuelo y en el fondo marino situados hasta a 200 millas de su territorio, 350 si logran
probar que tal extensión conecta con su plataforma continental. Con tal fin, las autoridades
danesas han promovido misiones de exploración subacuática en las que han invertido
decenas de miles de millones de euros, un desembolso que habla a las claras del potencial
económico ártico.

La carrera territorial se había venido ventilando en el Consejo Ártico, constituido en 1996


en el que España participa desde 2006 como observador permanente. Pero en este foro
hace ya tiempo que se perdió la armonía y sus miembros viven en un contencioso
permanente. Estados Unidos y Canadá no se ponen de acuerdo sobre los límites
fronterizos de Alaska, lo mismo que Rusia y Noruega con el mar de Bering o Canadá y
Dinamarca respecto a la isla desierta de Hans. Canadienses y daneses discuten también
con los rusos por la soberanía de la cordillera submarina de Lomonosov. A esta larga lista
de estados litigantes hay que sumar a los esquimales, hasta 420.000 personas agrupadas
en medio centenar de tribus indígenas que también reclaman sus derechos sobre la tierra
que habitan.

Los hechos consumados de Putin

En este contexto de disputas jurídicas internacionales, el presidente ruso, Vladímir Putin,


decidió apostar por los hechos consumados. El nacionalismo que inspira la política exterior
de Moscú y que explica intervenciones como las de Crimea o Siria, ha llegado hasta el
Ártico. La carrera comenzó en 2007, cuando Artur Chilingárov, explorador polar y también
vicepresidente de la Duma, colocó en el fondo del océano Ártico una capsula rematada por
la bandera rusa. Desde entonces, Moscú no ha dejado de dar pasos encaminados a
asegurarse el control de una zona que en los años de la Guerra Fría fue teatro natural de
operaciones para las fuerzas armadas soviéticas y que la doctrina de seguridad del Kremlin
identifica como prioritaria. Para una economía basada en las exportaciones energéticas
como la rusa, llevar la iniciativa en el pulso por el Ártico resulta vital, como ha reconocido
Dimitri Rogozin, el hombre de Putin para la industria de defensa. Pero las razones del
Kremlin no son solo estratégicas. También son sentimentales. Rogozin llegó a describir el
Ártico como la Meca rusa.
Canada
LA FORMACIÓN DEL TERRITORIO DE CANADÁ

Organización territorial

El Canadá es una confederación, es decir, está compuesto por provincias autónomas con
la particularidad de que cada una de ellas puede decidir dejar de formar parte del Canadá y
constituirse en un Estado independiente.

Otra de las particularidades es que el Canadá se define como una monarquía y reconoce a
la reina de Inglaterra como su monarca, aunque esto es simbólico, ya que de hecho, no
tiene injerencia en el país; no obstante, el Canadá forma parte de la Mancomunidad
Británica de Naciones. El gobierno se organiza como un régimen parlamentario dirigido por
un Primer Ministro, elegido entre los miembros del Parlamento.

El país se divide en diez provincias, cada una con su propio gobierno, y tres territorios
nacionales (Yukón, del Noroeste y Nunavut). Es un sistema federal con un alto grado de
descentralización. Por ejemplo, cada provincia es responsable de la salud y de la
educación de su población; esto hace que estos servicios puedan ser muy diferentes en
cada una de ellas.
La colonización británica y francesa

La colonización europea del territorio canadiense se inició impulsada por la explotación y


comercialización de los recursos naturales de la región. Muy pronto se organizaron dos
compañías comerciales que compitieron por el control y el monopolio del tráfico de pieles.
Estas dos compañías (la Compañía de la Nueva Francia y la Compañía inglesa de la Bahía
de Hudson) fueron, además, las que llevaron a cabo la exploración y la apropiación del
territorio. Los británicos ingresaron desde tres direcciones: Nueva Escocia, la Bahía de
Hudson y la isla de Vancouver (en el Pacífico). Los franceses avanzaron por el valle del río
San Lorenzo, donde fundaron Quebec (1608) y otros asentamientos. Con el tiempo, las
poblaciones francesas quedaron rodeadas por las posesiones británicas. A mediados del
siglo XVIII estalló en Europa una guerra en la que Francia e Inglaterra estuvieron
enfrentadas. La guerra se trasladó a América cuando los británicos se apoderaron de las
colonias francesas de América del Norte. En 1763, Francia fue vencida y sus colonias
canadienses pasaron al dominio británico.
Canadá: colonia británica

La mayor parte de la población de las colonias canadienses era de ascendencia francesa.


Para obtener la confianza y la lealtad de los residentes francocanadienses, el gobierno
colonial inglés implantó la Ley de Quebec. Esta ley reconocía a los nuevos súbditos de la
corona británica la libertad de cultos, el respeto por la lengua francesa y el restablecimiento
del derecho civil francés. Con el tiempo, el ingreso a la colonia de un gran número de
inmigrantes británicos provocó graves enfrentamientos entre los dos grupos de pobladores:
los francocanadienses y los anglocanadienses. En 1791 el gobierno dividió el Canadá en
dos provincias: el Alto Canadá (actual provincia de Ontario), poblado en su mayoría por
anglocanadienses de religión protestante y regido por el sistema legal inglés, y el Bajo
Canadá (actual provincia de Quebec), poblado por francocanadienses católicos y regido
por el derecho civil francés.

En las primeras décadas del siglo XIX la colonia canadiense expandió su dominio territorial.
Cuando en 1776 los EE.UU. comenzaron su guerra de independencia de Gran Bretaña, las
dos provincias canadienses se mantuvieron leales a la corona británica. En 1812
entablaron una corta guerra con los EE.UU. por la disputa de territorios. A su término
quedaron establecidos los límites definitivos entre ambos países. Años después, en 1821,
la colonia canadiense compró los territorios que ocupaban las compañías
comercializadoras de pieles.
Canadá: un estado federal

Las sociedades de la colonia canadiense fueron adquiriendo identidad propia a medida que
sus economías progresaban. Tanto en la población del Alto Canadá como en la del Bajo
Canadá creció el deseo de alcanzar una mayor autonomía política de la corona británica. El
gobierno británico propuso unir las dos provincias bajo un mismo estado y conceder una
mayor autonomía política a sus habitantes. La unión debía basarse en la coexistencia de
las dos comunidades y no en la asimilación (es decir en la subordinación de la población
francesa a la inglesa). Las rivalidades provinciales y las diferencias culturales dificultaron la
unión. Pero el temor a la expansión de los EE.UU. propició el acuerdo en 1841.

En 1867 se creó la Confederación de Canadá, organizada como un estado autónomo


dentro del Imperio Británico y regida por un sistema político democrático organizado en un
gobierno federal y parlamentos provinciales.

Reivindicación de identidades en Canadá

Suele decirse que Canadá es un gigante con el cuerpo vacío: 3 millones de habitantes en casi 10 millones de kilómetros
cuadrados. La población se concentra principalmente sobre el río San Lorenzo y a lo largo de la frontera con Estados
Unidos, Las relaciones con su poderoso vecino son desiguales, Pero el perfil del país se distingue, sobre todo, por los
reclamos relacionados con la identidad, francófona o autónoma.
Presiones y usurpaciones de soberanía, ejercidas desde mucho tiempo atrás por Estados
Unidos, se inscriben en el maco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(NAFTA), Ottawa resiste sólo formalmente en temas como la competencia en materia de
transporte o recursos hídricos, pero deja que Washington imponga su criterio en ámbitos
como la política energética, el control del espacio aéreo, las migraciones y el rechazo del
acuerdo de Kioto.

Ubicado en el primer puesto de la nómina mundial por su calidad de vida, Canadá exhibe
una tasa de urbanización del 80% y una economía basada en el sector de los servicios.
Las provincias occidentales (Alberta y Columbia Británica) son las más dinámicas. Sin
embargo, persiste aún la dispersión en pequeñas comunidades aisladas y las actividades
mineras y forestales siguen teniendo importancia económica y cultural. La explotación de
las tierras situadas en el corazón del continente, muchas de ellas en altas latitudes, obliga
a construir costosas obras de infraestructura (puertos, carreteras, oleoductos) en medios
ecológicamente sensibles. Algunas de estas zonas se han degradado considerablemente,
aunque la situación está muy lejos de la destrucción masiva que se llevo a cabo en Siberia,
Es un sector vulnerable, sujeto a las fluctuaciones de las cotizaciones mundiales.

Culturalmente, el pais es un verdadero mosaico, ignorado durante largo tiempo. La


estabilidad política se edificó sobre un acuerdo inequitativo entre "canadienses ingleses" y
"canadienses franceses", ampliamente mayoritarios en Quebec y agrupados en
comunidades, pequeñas pero activas, hasta en el corazón del pais.

Cuando se creó la Confederación (1867), ambos fueron reconocidos como los "dos
pueblos fundadores". Durante mucho tiempo dominados, los "canadienses franceses" se
rebelaron en Quebec en la década de 1960, rechazando la condición de canadienses y
reivindicando la de "québécois". Consiguieron que se implantara una política destinada a
corregir las desventajas económicas y sociales que los afectaban. La adopción oficial del
bilingüismo a nivel federal (1968) sirvió para reforzar la vigencia de la lengua francesa.

Al mismo tiempo, el gobierno federal desarrollaba una política que otorgaba un nuevo lugar
a las otras culturas. Esta real polilik apuntaba, sobre todo, a debilitar la posición de los
francófonos, oponiéndolos a otras minorías. Pero también transformó el tablero
político-cultural, que se tomó más complejo, y debilitó la identidad canadiense, abriendo un
espacio de expresión a las múltiples comunidades resultantes de la inmigración que, de
buen o mal grado, se habían fundido con la mayoría anglófona: alemanes y escandinavos
de dos espacios rurales del Oeste, italianos y levantinos de las grandes ciudades del Este,
chinos Vancouver, etc.

Esta política también animó al pueblo autóctono (amerindios e Inuit) a exigir el


reconocimiento de sus derechos ancestrales sobre sus territorios. A través de violentos
conflictos o de pacientes negociaciones con el gobierno federal, vienen, reclamando
enérgicamente, desde mediados de los años '70, el respeto de su identidad, el
reconocimiento de los errores cometidos y compensaciones financieras por las pérdidas
territoriales y de identidad.

Victorias de los Inuit

Hasta ahora, el acuerdo más importante es el establecido con 24.000 Inuit (sobre un total
de 32.000), ratificado en 1993. No sólo obtuvieron derechos de propiedad colectivos sobre
355.981 km' —un 18% de su territorio tradicional— de los cuales 37.992 km. incluyen
derechos mineros. También lograron la creación de un nuevo territorio administrativo, el
Nunavut (en lengua Inuit, "nuestra tierra"). Nacido el 1° de abril de 1999, y poblado por un
85% de Inuit, tiene el mismo estatus que los otros territorios de la Confederación (Territorio
del Yukón y Territorio del Noroeste), En la escena intenacional, este acuerdo modelo hizo
de Canadá el campeón de los derechos de los autóctonos, y el ejemplo para las
poblaciones minoritarias de Australia, Nueva Zelanda y Rusia.

Video de youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=oHsT9TN-K7Ihttps://www.youtube.com/watch?v=oHsT9T
N-K7I

Commonwealth
La Commonwealth es una asociación de Estados cuyo denominador común es el Imperio
Británico. Tiene sus orígenes en el siglo xix, cuando este extenso imperio debió adecuar su
política colonial ante los procesos de independización de sus colonías.

¿Qué es la Cornrnonwealth?

Se denomina Commonwealth a la Comunidad Británica de Naciones (British


Commonwealth of Nations, en inglés). Es un conjunto de países, repartidos por todo el
mundo, que en distintas momentos históricos fueron dependencias coloniales de Gran
Bretaña y luego tuvieron un proceso de independencia acordado con esa potencia
colonizadora europea. Con la formación de este grupo de naciones, el Estado británico
logró conciliar la tensión generada entre las presiones de las revoluciones independentistas
las colonias de distintos países y el valor estratégico de tener territorios aliados repartidos
por todo el mundo.

Organización del gobierno de los Estados

Los paises que integran la Commonwealth son cincuenta y tres: dieciséis de ellos son
monarquías constitucionales que reconocen a la reina de Inglaterra como jefe del Etado;
algunas de estas monarquías tiene la forma de democracia parlamentaria, como Canadá o
Australia. Cinco tienen sus propias monarquías, que son Brunei DarussaIam, Lesotho,
Malasia, Swazilandia y Tonga. Los restantes se organizaron como repúblicas, es decir que
tienen sus propias autoridades ejecutivas, legislativas y judiciales.
Si bien no hay una ley orgánica o constitución común a todos estos -Estados, existe una
Declaración de Principios de la Comunidad que fue firmada en 1971 en Singapur, y
ratificada veinte años después. En ese documente se establecen como prioridades la
democracia, el respeto por los derechos humanos, la igualdad entre el hombre y la mujer,
el respeto por las leyes y el desarrollo socioeconómico sostenible. La CommonweaIth tiene
un, gobernador general designado por la Reina, pero este solo se dedica a actividades
protocolares, porque en cada país las decisiones son tomadas por sus propias autoridades.

Las relaciones económicas

La organización económica de los países de la Commonwealth es un factor determinante


en su composición: la idea de que la cooperación entre los paises de la comunidad es
favorable al desarrollo económico está entre sus fundamentos. Las formas más comunes
de colaboración entre las distintas economías son, por un lado, la implementación de
medidas que privilegian los intercambios comerciales entre los paises miembros, y por el
otro, el envío de ayuda económica desde los países más desarrollados hacia los que tienen
un menor desarrollo económico.
La financiación de la organización proviene de los Estados que la componen, cada uno
aporta una cuota de acuerdo con el nivel de su producto bruto interno y con la cantidad de
habitantes que viven en su territorio.

Comprensión lectora

1 Lean la lista de países que integran la Comunidad Británica de Naciones:

a) ¿Cuáles les resultan más conocidos?

b) ¿Qué países son insulares?

2_ ¿Cuántos países reconocen a la reina de Inglaterra corno autoridad?

3_ ¿Qué otras formas de gobierno tienen los países de la Commonwealth?

4. ¿Cuáles son las prioridades de la Declaración de Principios de la Comunidad?

5. ¿Cuáles son las formas más comunes de colaboración entre las economías de los
paises que son miembros de esta organización?

Alaska
¿Por qué Rusia vendió Alaska a EE.UU.?
Los norteamericanos pagaron US$ 7,2 millones por el enorme territorio de hielo tras un
acuerdo firmado en 1867.

Video de youtube: https://youtu.be/uScg7GOVmYE

Son muchos los que todavía creen que los norteamericanos robaron Alaska a Rusia, que la
alquilaron y no la devolvieron a sus dueños, pero en contra de los mitos populares, la
transacción fue justa y ambas partes tenían razones de peso para llevarla a cabo.

En el siglo XIX, la Alaska rusa era un centro de comercio internacional. En su capital,


Novoarján-guelsk (actual Sitka), se vendían telas chinas, té e incluso el hielo que se
utilizaba en los EE.UU. antes de que se inventaran los frigoríficos. Se extraía carbón y se
construyeron barcos y fábricas. Ya entonces se tenía conocimiento de los numerosos
yacimientos locales de oro. Vender algo así parecía una locura.

Una mina de oro

A los comerciantes rusos les atraía de Alaska el marfil de morsa, cuyo precio no era inferior
al de elefante, y las preciosas pieles de nutria de mar que obtenían gracias al true-que con
los aborígenes. Estas actividades estaban concentradas en manos de la Compañía
Ruso-Norteamericana (conocida por sus si-glas en ruso, RAK). La dirigían personas
valientes, empresarios rusos del siglo XVIII, viajeros atrevidos y otros que se dedicaban al
comercio ilegal. Todos los yacimientos de Alaska pertenecían a la compañía, que podía
alcanzar de manera independiente contratos comerciales con otros países, contaba con
bandera y moneda propia (los marcos de cuero). Los privilegios se los concedió a la RAK el
gobierno zarista que no solo cobraba unos altísimos impuestos sino que tenía entre sus
filas de accionistas a zares y miembros de su familia. El gobernador principal de los
asentamientos rusos fue un comerciante de gran talento llamado Alexánder Baránov.

Con Baránov la Compañía Ruso-Norteamericana gozaba de unos ingresos cuantiosos:


¡más del 1000% de beneficios! Pero cuando, ya anciano, se apartó del negocio, su puesto
fue ocupado por el teniente comandante Gagermeister, que trajo un nuevo equipo de
empleados y accionistas procedentes de círculos militares. Desde entonces, según un
decreto oficial, la compañía solo podían dirigirla oficiales de la Marina. Los siloviks,
antiguos miembros de los servicios de seguridad, que se hicieron con el poder de la
ventajosa empresa. Sus acciones hicieron quebrar la compañía.

Los nuevos propietarios se asignaron salarios astronómicos: los oficiales subalternos


percibían 1500 rublos al año –un sueldo comparable a los de los ministros y senadores– y
el jefe de la compañía, 150.000 rublos. Por otro lado, los precios de las pieles compradas
por la población local se redujeron a la mitad. Como resultado, durante las dos décadas
siguientes los esquimales y aleutianos exterminaron a casi todas las nutrias, privando a
Alaska de su recurso más lucrativo. Los aborígenes cayeron en la miseria y comenzaron a
sublevarse, levantamientos que los rusos sofocaban abriendo fuego contra las aldeas
ribereñas con sus buques de guerra.

Los oficiales trataron de encontrar otras fuentes de ingresos. Fue entonces cuando
empezaron a comerciar con hielo y té, alternativas que los empresarios no consiguieron
organizar de manera sensata, pero los directivos ni siquiera pensaron en ponerse salarios
más bajos. Finalmente a la Compañía Ruso-Norteamericana le acabaron asignando una
dotación gubernamental de 200.000 rublos al año. Pero esto tampoco la salvó.

La bandera rusa no quería ser arriada

En ese mismo período estalló la guerra de Crimea, en la que Rusia combatió contra
Inglaterra, Francia y Turquía. Luego quedó claro que el país no sería capaz de abastecer y
proteger a Alaska: las vías marítimas estaban controladas por los barcos de los aliados.
Incluso la perspectiva de la extracción del oro empezó a no verse clara. Temían que una
Inglaterra hostil pudiera bloquear Alaska, dejando a Rusia sin nada. A pesar de la creciente
tensión entre Moscú y Londres, las relaciones con las autoridades norteamericanas eran
cordiales, y la idea de vender Alaska surgió casi de forma simultánea por parte de ambos
lados. El barón Eduard de Stoeckl, enviado por Rusia a Washington, entabló las
negociaciones en nombre del zar, junto con el secretario de Estado norteamericano William
Seward.

Mientras las autoridades se ponían de acuerdo, la opinión pública de ambos países se


oponía a la transacción." ¿Cómo vamos a entregarles tierras en cuyo desarrollo hemos
invertido tanto tiempo y esfuerzo, donde se abrieron minas de oro y líneas telegráficas?",
escribían los periódicos rusos. "¿Para qué necesita Estados Unidos ese cofre de hielo y
50.000 esquimales salvajes que beben aceite de pescado para desayunar?", se
escandalizaba la prensa norteamericana con el apoyo del Senado y el Congreso.

Aún así, el 30 de marzo de 1867, se firmó en Washington el contrato de venta de 1,5


millones de hectáreas de posesiones rusas a Estados Unidos por US$7,2 millones, suma
puramente simbólica. No se venden tan barato ni siquiera las tierras yermas de Siberia.
Pero la situación era crítica: incluso podían quedarse con el territorio sin percibir esa
cantidad.

La transferencia oficial se celebró en Novoarjánguelsk. Tropas estadounidenses y rusas se


apostaron junto a un mástil del que empezaron a arriar la bandera de Rusia después de
una salva de cañones. Pero la bandera se enredó en la parte superior del mástil. Un
marinero que se encaramó a la bandera la arrojó y por casualidad cayó directamente sobre
las bayonetas rusas. ¡Una mala señal! Después, los norteamericanos comenzaron a
requisar los edificios de la ciudad, que fue rebautizada con el nombre de Sitka. Varios
centenares de rusos, decididos a no aceptar la ciudadanía norteamericana, fueron
obligados a evacuar la zona a bordo de barcos mercantes y no pudieron volver a sus casas
hasta pasado un año.No tardó mucho en llegar la fiebre del oro de Klondike al "cofre de
hielo": este frenesí de inmigración en pos de prospecciones auríferas aportó a EE.UU.
cientos de millones de dólares. Cabe preguntarse entonces cómo habrían sido las
relaciones entre las principales potencias del mundo si Rusia no se hubiera librado en su
momento de una región problemática y deficitaria, de la cual solo podían obtener ingresos
comerciantes talentosos y audaces, pero de ningún modo oficiales de la Marina.

Lo llamaban el pizarro ruso

Alexánder Baránov, al que le gustaba que se refiriesen a él como el Pizarro ruso, construyó
escuelas y fábricas, además de una fortaleza y un astillero. También introdujo a los
aborígenes en el cultivo de nabos y papas. Extendió en el territorio la práctica de la pesca
de las nutrias de mar. Con Baránov la Compañía Ruso-Norteamericana gozó de ingresos
astronómicos. El amor de Baránov por Alaska iba más allá de las razones puramente
económicas, ya que se enamoró de la hija de un caudillo aleutiano, con la que se casó. Se
apartó del lucrativo negocio, que él mismo hizo florecer, ya anciano, siendo sustituido por el
teniente comandante Gagermeister, que trajo un nuevo equipo de empleados y accionistas
procedentes de círculos militares. Desde entonces, según un decreto oficial, la compañía
sólo podían dirigirla oficiales de la Marina. Estos terminaron por acaparar todas las
acciones de la compañía, llevándola finalmente a la quiebra y luego a su desaparición.

¿Por qué la compra de Alaska a Rusia fue uno de los más grandes negocios de la historia?

Si se toma en cuenta la inflación, los US$7,2 millones pagados por Estados Unidos en
1867 al zar ruso Alexander II por Alaska son equivalentes a algo más de US$100 millones
de hoy. Una cifra inauditamente barata para haber comprado el que es hoy el más extenso
estado de la Unión.

La compra de Alaska añadió más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados al país, o cerca
de 151 millones de hectáreas de tierra.

Si se estimara, por ejemplo, que cada hectárea de territorio de Alaska vale hoy US$100, el
estado entero valdría más de US$15.000 millones, o sea unas 150 veces más de lo que
Washington pagó por él.

Pero por supuesto, Alaska es mucho más que simple tierra. Es también un enorme
depósito de recursos naturales. No habían pasado dos décadas de la compra de Alaska
por Washington cuando estalló una fiebre del oro.

Y a mediados del siglo XX, las petroleras encontraron enormes yacimientos en el norte del
estado, que desde entonces han venido siendo explotados de manera intensiva. Es tal la
riqueza petrolera de Alaska que el gobierno regala todos los años a los habitantes del
estado, por el solo hecho de serlo, una bonificación que puede llegar a miles de dólares.
Alaska es hoy una poderosa economía con poco menos de un millón de habitantes y un
PIB que llega a los US$44.000 millones anuales. Dicho de otra manera, cada año produce
más de 400 veces lo que Rusia obtuvo en total al vender el territorio en el siglo XIX.

Hubo otros

Si hay alguna consolación para ellos, es que no fueron los únicos en calcular mal la venta
de territorios a Estados Unidos en el siglo XIX.

O si no, qué decir de Francia, que en 1803 decidió vender el territorio de Luisiana a
Washington.

El monto del territorio fue aún mayor que el adquirido en Alaska: 2,1 millones de kilómetros
que hoy comprenden 15 estados de la Unión, y van desde la ciudad de Nueva Orleans en
el sur, hasta el actual estado de Montana en el noroeste del país.

El costo de la compra de Luisiana fue de US$15 millones, equivalentes a aproximadamente


US$300 millones de hoy.

Estados Unidos fue una nación afortunada. En el siglo XIX consiguió un aumento
gigantesco de su territorio pagando sumas irrisorias a potencias europeas que en ese
momento no pudieron prever la expansión económica que el país tendría apenas décadas
después.

Los habitantes de Alaska celebrarán con entusiasmo el aniversario 150 de su incorporación


a Estados Unidos gracias a la iniciativa del secretario de Estado Seward, a quien la historia
recordará no como un loco, tal como temían sus contemporáneos, sino como el artífice de
uno de los grandes negocios de todos los tiempos.
Groenlandia
Groenlandia significa en danés, es la isla más grande del mundo. Por posición geografía,
pertenece al continente americano; políticamente, forma parte del Reino de Dinamarca.

Una gran isla

La isla integra el conjunto de países denominados territorios de ultramar, junto con otras
antiguas colonias europeas. Tiene una extensión de 2,1 millones de km2; su clima es frío
ártico (en el mes más caluroso las temperaturas máximas no superan los 10 °C) y el 80%
de su superficie está cubierto por hielos eternos. Los 2 millones de km2 de mar que la
rodean, sobre los que tiene derechos de pesca, constituyen su riqueza más importante.

El poblamiento con la llegada de les europeos

Cuando los europeos tomaron posesión de la isla, a partir del siglo xvillI sus habitantes
originales. eran los inuitas (o esquimales); éstos vivían principalmente de la caza de
mamíferos marinos.

Los daneses establecieron sobre la costa pequeños centros comerciales que, en 1776, se
unieron en una sola compañía, la KGH o Comercio Real de Groenlandia. Esta adquiría a
los nativos aceite y grasa de ballena y pieles, y les vendía mercancías cormo armas de
fuego, ropas y alimentos.
Hasta 1950 Groenlandia fue una colonia cerrada, porque la KGH ejercía el monopolio en
todo: sus puertos. En 1953 la isla fue declarada provincia de Dinamarca, y el gobierno
impulsó la actividad pesquera con la radicación de puertos y fábricas para transformar los
productos obtenidos a través de ella. Se realizó una importante inversión en infraestructura
y los asentamientos fueron modernizados, instalándose luz eléctrica, viviendas, escuelas y
hospitales. Este crecimiento atrajo numerosa población groenlandesa, especialmente
joven, que abandonó sus poblados y actividades económicas tradicionales para trabajar en
la pesca y en las nuevas actividades terciarias. Asimismo, aumentó el, número de daneses
que periódicamente habitan en la isla.

La forma de gobierno

En 1979 se estableció el gobierno autónomo de Groenlandia; éste tiene un parlamento


propio que asume diversas competencias del gobierno, exceptuando la política exterior, la
defensa, la policía y la administración de justicia, funciones éstas que están bajo la
responsabilidad del gobierno de Dinamarca. Los residentes fijos que son los groenlandeses
(inuitas y mestizos), ocupan los cargos mediante elecciones democráticas.

La Jefa de Estado en Groenlandia es Margarita II. El gobierno de la Reina en Dinamarca


nombra un Rigsombudsmand (Alto Comisionado) que representa al gobierno y la
monarquía danesa. Como parte integrante de Dinamarca elige dos representantes en el
parlamento danés.

La economía

Entre las actividades tradicionales de los inuitas se destaca la caza de ballenas y focas.
Debido a la gran depredación a que han sido sometidas estas especies por parte de otros
países, su caza está restringida por el establecimiento de cuotas limitadas y por las
campañas de oposición que llevan a cabo los organismos internacionales de protección del
medio ambiente.

La actividad más importante de la isla es la pesca (especialmente de gambas), así como


las actividades industriales relacionadas con el procesamiento del producto.

El gobierno autónomo recibe de Dinamarca una subvención anual que destinas en gran
parte, al pago de sueldos de los especialistas daneses y a adquirir mercadería originaria de
ese Estado. El gobierno autónomo obtiene otros ingresos mediante la venta de licencias de
pesca a la Unión Europea y por el cobro de tasas e impuestos. La moneda de curso legal
es la corona danesa.

La población: aspectos culturales y sociales

En la isla viven alrededor de 58.800 personas, ,de las cuales 16.000 residen en su capital,
Nuuk/Godthaab (la ciudad más importante), y el resto se distribuye entre otras 16
pequeñas ciudades y 60 poblados. La población está conformada por dos grupos
principales: los groenlandeses, que constituyen el 85% de la población y son de
ascendencia inuita (esquimales) y mestizos (mezcla entre inuitas y europeos), y los
daneses, que viven en la isla sólo unos años; luego regresan a Dinamarca y son
reemplazados por otros grupos de esa procedencia.

El idioma más difundido es el groenlandés, emparentado con ti que hablan los inuitas en
norte de Canadá, en Alaska y en Siberia. El danés es la lengua que se utiliza en la
enseñanza, la ad-ministración pública, la industria y el comercio; la radio, la prensa escrita
y numerosas publicaciones emplean ambas lenguas. La televisión y las publicaciones
científicas se difunden principalmente en danés o en otros idiomas. Casi todos los niños
reciben enseñanza primaria obligatoria (que comprende diez años de escolaridad); las
carreras universitarias y, en general, las terciarias deben estudiarse en Dinamarca u otros
países; Groenlandia sólo tiene una pequeña universidad. Por la escasez de profesores
nativos, se recurre muchas veces a docentes daneses.

El sistema sanitario es gratuito, lo que ha mejorado las condiciones de vida de la población,


especialmente en lo que se refiere a la mortalidad infantil y a la esperanza de vida. La
población tiene diferentes niveles de ingreso: las personas que poseen altos estudios, así
como los grandes pescadores, tienen salarios elevados; los que aún viven de la caza
reciben pagos en especie y sus ingresos son bajos. En los últimos años ha aumentado el
desempleo. Por un lado, se detuvo el desarrollo de la actividad pesquera y, por otro, las
actividades terciarias —que son las que más crecen— son cubiertas en su mayoría por
personal danés.
Antártida: historia, situación política y base natural.

1.1. El Tratado Antártico


TRATADO ANTÁRTICO

Los Gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, la República Francesa, Japón,


Nueva Zelandia, Noruega, la Unión del África del Sur, la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de
América,

Reconociendo que es en interés de toda la humanidad que la Antártida continúe


utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u
objeto de discordia internacional;

Reconociendo la importancia de las contribuciones aportadas al conocimiento científico


como resultado de la cooperación internacional en la investigación científica en la
Antártida;

Convencidos de que el establecimiento de una base sólida para la continuación y el


desarrollo de dicha cooperación, fundada en la libertad de investigación científica en la
Antártida, como fuera aplicada durante el Año Geofísico Internacional, concuerda con los
intereses de la ciencia y el progreso de toda la humanidad;

Convencidos, también, de que un Tratado que asegure el uso de la Antártida


exclusivamente para fines pacíficos y la continuación de la armonía internacional en la
Antártida promoverá los propósitos y principios enunciados en la Carta de las Naciones
Unidas,

Han acordado lo siguiente:

ARTíCULO I

1. La Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos. Se prohíbe, entre otras,


toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones
militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de
armas.

2. El presente Tratado no impedirá el empleo de personal o equipo militares para


investigaciones científicas o para cualquier otro fin pacifico.

ARTíCULO II
La libertad de investigación científica en la Antártida y la cooperación hacia ese fin, como
fueran aplicadas durante el Año Geofísico Internacional, continuarán, sujetas a las
disposiciones del presente Tratado.

ARTíCULO III

1. Con el fin de promover la cooperación internacional en la investigación científica en la


Antártida, prevista en el Artículo II del presente Tratado, las Partes Contratantes acuerdan
proceder, en la medida más amplia posible:

(a) al intercambio de información sobre los proyectos de programas científicos en la


Antártida, a fin de permitir el máximo de economía y eficiencia en las operaciones;

(b) al intercambio de personal científico entre las expediciones y estaciones en la


Antártida;

(c) al intercambio de observaciones y resultados científicos sobre la Antártida, los cuales


estarán disponibles libremente.

2. Al aplicarse este Artículo se dará el mayor estímulo al establecimiento de relaciones


cooperativas de trabajo con aquellos Organismos Especializados de las Naciones Unidas
y con otras organizaciones internacionales que tengan interés científico o técnico en la
Antártida.

ARTíCULO IV

1. Ninguna disposición del presente Tratado se interpretará:

(a) como una renuncia, por cualquiera de las Partes Contratantes, a sus derechos de
soberanía territorial o a las reclamaciones territoriales en la Antártida, que hubiere hecho
valer precedentemente;

(b) como una renuncia o menoscabo, por cualquiera de las Partes Contratantes, a
cualquier fundamento de reclamación de soberanía territorial en la Antártida que pudiera
tener, ya sea como resultado de sus actividades o de las de sus nacionales en la Antártida,
o por cualquier otro motivo;

(c) coma perjudicial a la posición de cualquiera de las Partes Contratantes, en lo


concerniente a su reconocimiento o no reconocimiento del derecho de soberanía territorial,
de una reclamación o de un fundamento de reclamación de soberanía territorial de
cualquier otro Estado en la Antártida.

2. Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en
vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de
soberanía territorial en la Antártida, ni para crear derechos de soberanía en esta región.
No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártida, ni se ampliarán
las reclamaciones anteriormente hechas valer, mientras el presente Tratado se halle en
vigencia.

ARTíCULO V

1. Toda explosión nuclear en la Antártida y la eliminación de desechos radiactivos en dicha


región quedan prohibidas.

2. En caso de que se concluyan acuerdos internacionales relativos al uso de la energía


nuclear, comprendidas las explosiones nucleares y la eliminación de desechos radiactivos,
en los que sean Partes todas las Partes Contratantes cuyos representantes estén
facultados a participar en las reuniones previstas en el Artículo IX, las normas establecidas
en tales acuerdos se aplicarán en la Antártida.

ARTíCULO VI

Las disposiciones del presente Tratado se aplicarán a la región situada al sur de los 60° de
latitud Sur, incluídas todas las barreras de hielo; pero nada en el presente Tratado
perjudicará o afectará en modo alguno los derechos o el ejercicio de los derechos de
cualquier Estado conforme al Derecho Internacional en lo relativo a la alta mar dentro de
esa región.

ARTíCULO VII

1. Con el fin de promover los objetivos y asegurar la aplicación de las disposiciones del
presente Tratado, cada una de las Partes Contratantes, cuyos representantes estén
facultados a participar en las reuniones a que se refiere el Artículo IX de este Tratado,
tendrá derecho a designar observadores para llevar a cabo las inspecciones previstas en
el presente Artículo. Los observadores serán nacionales de la Parte Contratante que los
designa. Sus nombres se comunicarán a cada una de las demás Partes Contratantes que
tienen derecho a designar observadores, y se les dará igual aviso cuando cesen en sus
funciones.

2. Todos los observadores designados de conformidad con las disposiciones del párrafo 1
de este Artículo gozarán de entera libertad de acceso, en cualquier momento, a cada una
y a todas las regiones de la Antártida.

3. Todas las regiones de la Antártida, y todas las estaciones, instalaciones y equipos que
allí se encuentren, así como todos los navíos y aeronaves, en los puntos de embarque y
desembarque de personal o de carga en la Antártida, estarán abiertos en todo momento a
la inspección por parte de cualquier observador designado de conformidad con el párrafo 1
de este Artículo.
4. La observación aérea podrá efectuarse, en cualquier momento, sobre cada una y todas
las regiones de la Antártida por cualquiera de las Partes Contratantes que estén facultadas
a designar observadores.

5. Cada una de las Partes Contratantes, al entrar en vigencia respecto de ella el presente
Tratado, informará a las otras Partes Contratantes y, en lo sucesivo, les informará por
adelantado sobre:

(a) toda expedición a la Antártida y dentro de la Antártida en la que participen sus navíos o
nacionales, y sobre todas las expediciones a la Antártida que se organicen o partan de su
territorio;

(b) todas las estaciones en la Antártida ocupadas por sus nacionales, y

(c) todo personal o equipo militares que se proyecte introducir en la Antártida, con sujeción
a las disposiciones del párrafo 2 del Artículo I del presente Tratado.

ARTíCULO VIII

1. Con el fin de facilitarles el ejercicio de las funciones que les otorga el presente Tratado,
y sin perjuicio de las respectivas posiciones de las Partes Contratantes, en lo que
concierne a la jurisdicción sobre todas las demás personas en la Antártida, los
observadores designados de acuerdo con el párrafo 1 del Artículo VII y el personal
científico intercambiado de acuerdo con el subpárrafo 1(b) del Artículo III del Tratado, así
como los miembros del personal acompañante de dichas personas, estarán sometidos
sólo a la jurisdicción de la Parte Contratante de la cual sean nacionales, en lo referente a
las acciones u omisiones que tengan lugar mientras se encuentren en la Antártida con el
fin de ejercer sus funciones.

2. Sin perjuicio de las disposiciones del párrafo 1 de este Artículo, y en espera de la


adopción de medidas expresadas en el subpárrafo 1(e) del Artículo IX, las Partes
Contratantes, implicadas en cualquier controversia con respecto al ejercicio de la
jurisdicción en la Antártida, se consultarán inmediatamente con el ánimo de alcanzar una
solución mutuamente aceptable.

ARTíCULO IX

1. Los representantes de las Partes Contratantes, nombradas en el preámbulo del


presente Tratado, se reunirán en la ciudad de Canberra dentro de los dos meses después
de la entrada en vigencia del presente Tratado y, en adelante, a intervalos y en lugares
apropiados, con el fin de intercambiar informaciones, consultarse mutuamente sobre
asuntos de interés común relacionados con la Antártida, y formular, considerar y
recomendar a sus Gobiernos medidas para promover los principios y objetivos del
presente Tratado, inclusive medidas relacionadas con:
(a) uso de la Antártida para fines exclusivamente pacíficos;

(b) facilidades para la investigación científica en la Antártida;

(c) facilidades para la cooperación científica internacional en la Antártida;

(d) facilidades para el ejercicio de los derechos de inspección previstos en el Artículo VII
del presente Tratado;

(e) cuestiones relacionadas con el ejercicio de la jurisdicción en la Antártida; (f) protección y


conservación de los recursos vivos de la Antártida.

2. Cada una de las Partes Contratantes que haya llegado a ser Parte del presente Tratado
por adhesión, conforme al Artículo XIII, tendrá derecho a nombrar representantes que
participarán en las reuniones mencionadas en el párrafo 1 del presente Artículo, mientras
dicha Parte Contratante demuestre su interés en la Antártida mediante la realización en
ella de investigaciones científicas importantes, como el establecimiento de una estación
científica o el envío de una expedición científica.

3. Los informes de los observadores mencionados en el Artículo VII del presente Tratado
serán transmitidos a los representantes de las Partes Contratantes que participen en las
reuniones a que se refiere el párrafo 1 del presente Artículo.

4. Las medidas contempladas en el párrafo 1 de este Artículo entrarán en vigencia cuando


las aprueben todas las Partes Contratantes, cuyos representantes estuvieron facultados a
participar en las reuniones que se celebraron para considerar esas medidas.

5. Cualquiera o todos los derechos establecidos en el presente Tratado podrán ser


ejercidos desde la fecha de su entrada en vigencia, ya sea que las medidas para facilitar el
ejercicio de tales derechos hayan sido o no propuestas, consideradas o aprobadas
conforme a las disposiciones de este Artículo.

ARTíCULO X

Cada una de las Partes Contratantes se compromete a hacer los esfuerzos apropiados,
compatibles con la Carta de las Naciones Unidas, con el fin de que nadie lleve a cabo en
la Antártida ninguna actividad contraria a los propósitos y principios del presente Tratado.

ARTíCULO XI

1. En caso de surgir una controversia entre dos o más de las Partes Contratantes,
concerniente a la interpretación o a la aplicación del presente Tratado, dichas Partes
Contratantes se consultarán entre sí con el propósito de resolver la controversia por
negociación, investigación, mediación, conciliación, arbitraje, decisión judicial u otros
medios pacíficos, a su elección.
2. Toda controversia de esa naturaleza, no resuelta por tales medios, será referida a la
Corte Internacional de Justicia, con el consentimiento, en cada caso, de todas las partes
en controversia, para su resolución; pero la falta de acuerdo para referirla a la Corte
Internacional de Justicia no dispensará a las partes en controversia de la responsabilidad
de seguir buscando una solución por cualquiera de los diversos medios pacíficos
contemplados en el párrafo 1 de este Artículo.

ARTíCULO XII

1. (a) El presente Tratado podrá ser modificado o enmendado, en cualquier momento, con
el consentimiento unánime de las Partes Contratantes, cuyos representantes estén
facultados a participar en las reuniones previstas en el Artículo IX. Tal modificación o tal
enmienda entrará en vigencia cuando el Gobierno depositario haya sido notificado por la
totalidad de dichas Partes Contratantes de que las han ratificado.

(b) Subsiguientemente, tal modificación o tal enmienda entrará en vigencia, para cualquier
otra Parte Contratante, cuando el Gobierno depositario haya recibido aviso de su
ratificación. Si no se recibe aviso de ratificación de dicha Parte Contratante dentro del
plazo de dos años, contados desde la fecha de entrada en vigencia de la modificación o
enmienda, en conformidad con lo dispuesto en el subpárrafo 1(a) de este Artículo, se la
considerará como habiendo dejado de ser Parte del presente Tratado en la fecha de
vencimiento de tal plazo.

2. (a) Si después de expirados treinta años, contados desde la fecha de entrada en


vigencia del presente Tratado, cualquiera de las Partes Contratantes, cuyos
representantes estén facultados a participar en las reuniones previstas en el Artículo IX,
así lo solicita, mediante una comunicación dirigida al Gobierno depositario, se celebrará,
en el menor plazo posible, una Conferencia de todas las Partes Contratantes para revisar
el funcionamiento del presente Tratado.

(b) Toda modificación o toda enmienda al presente Tratado, aprobada en tal Conferencia
por la mayoría de las Partes Contratantes en ella representadas, incluyendo la mayoría de
aquéllas cuyos representantes están facultados a participar en las reuniones previstas en
el Artículo IX, se comunicará a todas las Partes Contratantes por el Gobierno depositario,
inmediatamente después de finalizar la Conferencia, y entrará en vigencia de conformidad
con lo dispuesto en el párrafo 1 del presente Artículo.

(c) Si tal modificación o tal enmienda no hubiere entrado en vigencia, de conformidad con
lo dispuesto en el subpárrafo 1(a) de este Artículo, dentro de un período de dos años,
contados desde la fecha de su comunicación a todas las Partes Contratantes, cualquiera
de las Partes Contratantes podrá,
en cualquier momento, después de la expiración de dicho plazo, informar al Gobierno
depositario que ha dejado de ser parte del presente Tratado, y dicho retiro tendrá efecto
dos años después que el Gobierno depositario haya recibido esta notificación.

ARTíCULO XIII

1. El presente Tratado estará sujeto a la ratificación por parte de los Estados signatarios.
Quedará abierto a la adhesión de cualquier Estado que sea miembro de las Naciones
Unidas, o de cualquier otro Estado que pueda ser invitado a adherirse al Tratado con el
consentimiento de todas las Partes Contratantes cuyos representantes estén facultados a
participar en las reuniones previstas en el Artículo IX del Tratado.

2. La ratificación del presente Tratado o la adhesión al mismo será efectuada por cada
Estado de acuerdo con sus procedimientos constitucionales.

3. Los instrumentos de ratificación y los de adhesión serán depositados ante el Gobierno


de los Estados Unidos de América, que será el Gobierno depositario.

4. El Gobierno depositario informará a todos los Estados signatarios y adherentes sobre la


fecha de depósito de cada instrumento de ratificación o de adhesión y sobre la fecha de
entrada en vigencia del Tratado y de cualquier modificación o enmienda al mismo.

5. Una vez depositados los instrumentos de ratificación por todos los Estados signatarios,
el presente Tratado entrará en vigencia para dichos Estados y para los Estados que hayan
depositado sus instrumentos de adhesión. En lo sucesivo, el Tratado entrará en vigencia
para cualquier Estado adherente una vez que deposite su instrumento de adhesión.

6. El presente Tratado será registrado por el Gobierno depositario conforme al Artículo 102
de la Carta de las Naciones Unidas.

ARTíCULO XIV

El presente Tratado, hecho en los idiomas inglés, francés, ruso y español, siendo cada uno
de estos textos igualmente auténtico, será depositado en los Archivos del Gobierno de los
Estados Unidos de América, el que enviará copias debidamente certificadas del mismo a
los Gobiernos de los Estados signatarios y de los adherentes.

EN TESTIMONIO DE LO CUAL, los infrascritos Plenipotenciarios, debidamente


autorizados, suscriben el presente Tratado.

HECHO en Washington, el primer día del mes de diciembre de mil novecientos cincuenta y
nueve.

Reclamos territoriales
Siete de los doce países mantenían al momento de la firma del tratado Antártico reclamos
de soberanía en distintos sectores de la Antártida. La Argentina era uno de ellos,
reivindicando soberanía en el denominado “Sector Antártico Argentino”, definido por el
paralelo 60º Sur como límite Norte, y los meridianos 25º y 74º de longitud Oeste. A su vez,
los reclamos de Chile y el Reino Unido se superponen con el argentino. El del Reino Unido
abarca por completo el sector reclamado por la Argentina, y el chileno se superpone
parcialmente. Desde 1947, Chile y la Argentina se reconocen mutuamente derechos de
soberanía en la Antártida, quedando pendiente la delimitación en la parte superpuesta de
sus reivindicaciones.

Por su parte, Estados Unidos y la Unión Soviética reservaron sus fundamentos para
efectuar reivindicaciones territoriales sobre la región antártica en un futuro. El resto de los
Estados no reclamantes no reconocen reclamos sobre ninguna porción de la Antártida.

Con el objeto de evitar que el asunto de los reclamos pudiera extenderse, el Tratado
establece que, mientras esté vigente, no se efectuarán nuevas reclamaciones de
soberanía en la Antártida, ni se ampliarían las ya existentes.

En virtud del Artículo IV del Tratado Antártico, los reclamos de soberanía se encuentran
bajo una fórmula de salvaguardia, que se conoce como “congelamiento” de los reclamos.
El Tratado dispone que nada en el Tratado ni las actividades llevadas a cabo luego de su
entrada en vigor puedan ser interpretadas como una renuncia o menoscabo de los
derechos de soberanía, de los fundamentos de esos reclamos o de la posición de los
países con reclamos de soberanía. De esta forma, al no afirmar ni desconocer derechos
territoriales, el Tratado preserva la posición de los Estados reclamantes, al tiempo que la
armoniza tanto con los países que reservan sus fundamentos de reclamación, como con
aquellas Partes que desconocen cualquier tipo de reivindicación de soberanía.
El primero en instalar una base permanente en la región y declarar su soberanía allí fue
Argentina, en 1904. La Base Orcadas es la estación científica antártica más antigua
todavía en funcionamiento.

El país sudamericano consideraba la región como una extensión de su provincia más


austral, Tierra del Fuego, al igual que las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del
Sur.

Sin embargo, Reino Unido, que controla esas islas, hizo su propia reclamación antártica en
1908, reivindicando una región que abarca por completo el sector reclamado por Argentina.

Chile, sumó su propio reclamo años más tarde, en 1940, también sobre la base de que era
una extensión natural de su territorio.

La Antártica Chilena -como se la conoce allí- forma parte de la Región de Magallanes, la


más austral de las 16 regiones en que se divide el país, y se superpone en partes con los
terrenos antárticos exigidos por Argentina y Reino Unido.

Las otras demandas de soberanía se basan en las conquistas realizadas por famosos
exploradores antárticos a comienzos del siglo XX.
El reclamo de Noruega se funda en las exploraciones de Roald Amundsen, el primero que
alcanzó el Polo Sur geográfico, en 1911.

Y las pretensiones de Nueva Zelanda y Australia se basan en las gestas antárticas de


James Clark Ross, quien izó la bandera del Imperio británico en territorios que fueron
puestos bajo la administración de esos dos países por la Corona británica, en 1923 y 1926,
respectivamente.

En tanto, Francia también reclama una pequeña porción de suelo antártico que fue
descubierta en 1840 por el comandante Jules Dumont D'Urville, quien lo bautizó Tierra
Adelia, en honor a su esposa.

Sin dueños

Más allá de estos reclamos soberanos, otros 35 países, incluyendo a Alemania, Brasil,
China, Estados Unidos, India y Rusia, tienen bases permanentes en el continente blanco.

El Tratado, firmado en el contexto de la Guerra Fría, buscó evitar una escalada militar,
afirmando que "es en interés de toda la humanidad que la Antártida continúe utilizándose
siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de
discordia internacional".

El pacto congeló las reclamaciones territoriales existentes y estableció que la Antártida se


convierta en una reserva científica internacional.

También prohibió las pruebas nucleares y "toda medida de carácter militar, excepto para
colaborar con las investigaciones científicas".

Desde entonces, otras 42 naciones se han sumado al Tratado, aunque solo 29 -aquellas
que realizan "actividades de investigación sustanciales"- tienen poder de voto y pueden
tomar decisiones sobre el presente y futuro de la Antártida.

Hasta ahora todos miembros del pacto han acordado seguir prohibiendo cualquier otra
actividad en la Antártida que no sea científica.

Sistema del Tratado Antártico


Se entiende como Sistema del Tratado Antártico al conjunto de normas e instituciones
surgidas del Tratado Antártico, esto es, el texto del Tratado Antártico, los instrumentos
internacionales asociados al Tratado y todas las medidas e instituciones creadas a partir de
dichos instrumentos. Estos instrumentos asociados incluyen tres acuerdos logrados en el
seno de las RCTAs, o bien a partir de ellas: La Convención sobre la Conservación de
Focas Antárticas (CCFA, o CCAS, 1972), La Convención sobre la Conservación de los
Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA, o CCAMLR, 1980) y el Protocolo al Tratado
Antártico sobre Protección del Medio Ambiente y sus Anexos (Protocolo de Madrid, 1991).
Secretaria permanente en Buenos Aires
En sus primeros treinta años de existencia, hasta 1991, el Tratado Antártico funcionó en
base a una secretaría no permanente, que rotaba en forma paralela a la organización de
las Reuniones Consultivas (RCTA). Durante la XXIV RCTA (San Petersburgo, 2001), y tras
casi 10 años de arduas negociaciones, se obtuvo finalmente un Acuerdo de Sede para la
instalación de la Secretaría Permanente del Tratado Antártico en Buenos Aires, la cual fue
inaugurada el 7 de septiembre de 2004.

La Secretaría es una entidad administrativa, cuyo Secretario Ejecutivo es un funcionario


internacional elegido por la Reunión Consultiva del Tratado Antártico.

Recursos Naturales
¿por qué tanto interés por un continente cubierto casi enteramente de hielo?

Uno de los principales motivos tiene que ver con lo que potencialmente yace debajo de ese
hielo: abundantes recursos naturales.

"Hay una razón por la cual los geólogos a menudo tienen el lugar más destacado (en las
bases científicas de la Antártida)", señala el documentalista y periodista Matthew Teller,
quien ha escrito extensamente para la BBC sobre el continente blanco.

A pesar de que la prospección petrolera y minera está prohibida por el Tratado Antártico, sí
se puede explorar con fines científicos.

Así, los expertos han logrado estimar que bajo el suelo antártico hay unos 200.000 millones
de barriles de petróleo, dice Teller.

"Mucho más que Kuwait o Abu Dhabi", resalta.

Sin embargo, hoy no es viable explotar esos recursos, porque -además de que está
expresamente prohibido- el costo de extracción sería demasiado alto.

Esto se debe a que, a diferencia del Ártico, que está conformado principalmente por
océano congelado, la Antártida es un continente rocoso cubierto de hielo.

Y esa capa de hielo puede alcanzar los cuatro kilómetros de profundidad.

En tanto, construir plataformas petroleras off shore en las proximidades de la costa


antártica, donde se cree hay vastos depósitos de petróleo y gas, también resultaría muy
costoso debido a que allí el agua se congela en invierno.

No obstante -advierte Teller- "es imposible predecir en qué estado estará la economía
mundial en 2048, cuando sea el momento de renovar el protocolo que prohíbe la
prospección antártica".
"En ese escenario, un mundo hambriento de energía podría estar desesperado", afirma.

Además de petróleo y gas, se cree que la región antártica es rica en carbón, plomo, hierro,
cromo, cobre, oro, níquel, platino, uranio y plata.

Beneficios menos conocidos.


Hay dos potenciales utilidades más que tiene el continente blanco, que son únicas, pero
menos conocidas que las riquezas naturales tradicionales.

Mientras muchos se enfocan en los potenciales beneficios económicos que yacen


kilómetros debajo del hielo o en los mares, pasan por alto lo que muchos consideran será
el bien más preciado en el futuro: el agua dulce.

Y es que el hielo que cubre la Antártida es la mayor reserva de agua dulce del mundo, un
recurso esencial escaso que algún día podría valer más que el oro.

Se calcula que la Antártida contiene el 70% del agua dulce del planeta, ya que allí se
concentra el 90% de todo el hielo de la Tierra.

Y hay mucha más agua dulce congelada que la que se halla debajo del suelo, y en ríos y
lagos.

Si se considera que el 97% del agua en el mundo es salada, se comprende la importancia


que tiene ese recurso hídrico congelado en el extremo sur del planeta.

La otra ventaja poco conocida de la Antártida tiene que ver con sus cielos, que son
particularmente claros e inusualmente libres de interferencias de radio.

Esto los hace ideales para la investigación del espacio profundo y el seguimiento satelital.

La ideología sobre la cartografía

La ideología carga sobre la cartografía


La ley que obliga a usar en la escuela el llamado mapa bicontinental de la Argentina parece
querer reflotar cierto nacionalismo enfermizo.
Por Carlos Reboratti (UBA/CONICET)

Hace pocos días(2010) fue promulgada la ley 26.651, que determina la obligación en todo
el sistema educativo argentino y en todas las publicaciones realizadas en el país de utilizar
el llamado “mapa bicontinental de la Argentina” . Aunque la ley no explica los motivos de tal
decisión, sí lo hace el Instituto Geográfico Nacional en su página web, cuando dice que la
ley tiende a solucionar el problema de “minimizar la extensión de nuestro país, atentando
contra nuestra identidad y legítimos derechos sobre los territorios antárticos” y “de este
modo formar a las generaciones futuras sobre la inmensidad y riqueza del territorio que
poseemos”.

Uno se podría preguntar cómo es este tema que pareciera tan importante.

Hasta el momento, los mapas utilizados en la escuela (y también los publicados en


cualquier edición argentina que mostrara el mapa de nuestro país) representaban al
territorio continental y la Tierra del Fuego en una cierta escala y e n el ángulo inferior
derecho aparecía un recuadro donde se representaba la porción de la Antártida pretendida
por la Argentina (que, valga la pena decirlo, se superpone a las pretensiones de Chile y
Gran Bretaña).

Por un simple problema de comodidad, este recuadro estaba en una escala mayor (o sea
con menos detalles) a la del mapa principal.

Es verdad que eso traía una cierta confusión conceptual, dado que al leerlo sin advertir la
diferencia de escala, se podía pensar que el sector antártico tenía más o menos el tamaño
de la provincia de Santa Cruz, cuando en realidad es casi tan grande como la porción
continental del país .

Esta forma de representación tenía dos aspectos. Uno práctico, porque la información que
se volcaba sobre el sector continental era mucho más rica e importante que la del sector
antártico, y otro simbólico, porque de alguna manera el país real (el territorio sobre el cual
se ejercía efectivamente soberanía) tenia más importancia que el país virtual.

Seamos claros: la Argentina no ejerce soberanía alguna sobre el sector antártico .

Sólo la pretende , y, es más, según determina el Tratado Antártico, vigente desde 1961 y
firmado y ratificado por nuestro país, esa pretensión ha sido oficialmente congelada hasta
el año 2041. Es por eso que en esa parte del pretendido territorio nacional se asientan
bases chilenas, inglesas, norteamericanas y rusas, entre otras, que conviven en armonía.

Sucede que a los argentinos nos es muy difícil desprendernos de nuestra pasada ideología
del nacionalismo enfermizo y sus devaneos geopolíticos , que con su machacona
insistencia formaron una suerte de “sentido común territorial”.

El nuevo mapa oficial, por desgracia, se basa en y hace renacer esas ideas, y con la
pretensión de enseñar, oficializa un mapa que es básicamente un engaño: el de la
posesión de un territorio de soberanía inexistente.

Por no hablar del tema práctico: los pobres alumnos del colegio se van a tener que
enfrentar ahora con un mapa donde la provincia de Tucumán es sólo una pequeña
mancha, mientras miran con curiosidad una enorme extensión vacía.

El problema se hubiera solucionado simplemente indicando en la antigua versión la


obligación de remarcar el hecho de que los dos mapas estaban en escalas diferentes, y se
hubiera mantenido así su carácter simbólico. Pero lo hemos reemplazado por una
cartografía didácticamente inútil y para peor, mentirosa.

Actividades
TP Antártida.

Para realizar en sus carpetas. (Sin entrega virtual pero evaluado luego de las vacaciones)
1. ¿Por qué La Antártida es un continente?
2. Caracteriza brevemente: Geología, climatología, hidrografía (Mares), y biogeografía
del continente. No más de veinte renglones.
3. ¿Cómo son los distintos tipos de hielo que se forman en los océanos y sobre la
tierras emergidas?
4. ¿Qué es la Convergencia Antártica? ¿Cuál es su importancia?
5. ¿Cómo es su funcionamiento y objetivos?
6. ¿Cómo es la comunicación entre el continente antártico y el americano?
7. ¿Qué otros países reclaman y tienen bases en el continente?
8. ¿Cómo y cuál es el reclamo que hace Brasil sobre la Antártida?
9. Describe brevemente la conquista del Polo Sur. Expediciones terrestres de
principios del S.XX.
10. Deberás escribir un texto explicativo hasta 200 palabras que contenga los
siguientes conceptos en negrita. Alfred Wegener, Cordillera Transantártica,
Vulcanismo activo, Artantandes, Nunatak, ubicación macizo cristalino precámbrico ,
Ubicación Montanas cenozoicas, minerales.

Tratado Antártico:
● Fecha de firma y de puesta en vigencia. Justifica el porqué.
● Describe el contexto en que se realizaron dichos actos.
● Menciona los países firmantes, reclamantes no reclamantes y adherentes.
● Por y para qué se hizo dicho tratado.
● ¿Qué fue el Protocolo de Madrid?
● Describe el contexto internacional de la época en el que se firmó.
● ¿Qué pasará en el 2041?

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