01.3modelo Tutela-Mujeres Embarazadas o Lactantes
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Ref.
ACCIÓN DE TUTELA
ACCIONANTE:
(Nombre completo y C.C)
ACCIONADA:
SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE – SENA
XXXXX, identificado como aparece al pie de mi correspondiente firma, actuando en nombre propio
instauro acción de tutela para que se me protejan mis derechos fundamentales al mínimo vital, al
trabajo, a la seguridad social y a la protección laboral reforzada, previstos en los artículos 25, 48 de
Constitución Política de 1991, que está siendo vulnerados por el Servicio Nacional de Aprendizaje
SENA, de conformidad con los hechos que relato a continuación.
HECHOS
1. Desde XXXXX he estado vinculado al Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA por medio
de sucesivos contratos de prestación de servicios, de la siguiente manera: XXXXX
2. Tengo XX años y cuento con XXX semanas de embarazo, ( o tengo un hijo de XXX meses
al cual estoy lactando) situación que puse en conocimiento del SENA el día XXXXXX
(También se puede mencionar otra característica especial como el padecimiento de alguna
enfermedad o discapacidad; y todo aquello que contribuya a demostrar que se encuentra en
condición de debilidad manifiesta y absolutamente dependiente del contrato del SENA,
indicar si el embarazo es de alto riesgo, si tiene otros hijos menores) En todo caso, hay que
demostrar plenamente la condición de debilidad manifiesta y que esta se agrava con la no
contratación.
3. Conforme con lo anterior, soy mujer en condición de debilidad manifiesta por mi condición
de embarazada y/o lactante, lo que me convierte a mí y a mi hijo por nacer, en personas
derechosas de protección especial por parte del Estado por la vía de la estabilidad reforzada
en el empleo o en el contrato de prestación de servicios dado que la jurisprudencia de la Corte
Constitucional ha aceptado la aplicación de la protección constitucional en las diversas
alternativas productivas. Entre dichas sentencias tenemos: T-040 de 2016, SU-040 de 2018
6. Luego de agotarse todas las etapas del proceso de selección de contratistas obtuve puntaje
del XXXXXX
FUNDAMENTOS
Son diversos los pronunciamientos de la Corte Constitucional por medio de los cuales se ha trazado
la línea jurisprudencial de protección de las personas vinculadas por medio de contratos de prestación
de servicios cuando sus contratos no son renovados encontrándose en condición de debilidad
manifiesta. Entre ellas tenemos: T-040 de 2016, SU 049 de 2017, SU 040 de 2018
Han sido varios los pronunciamientos de esta Corporación respecto de la protección laboral reforzada
para personas a quienes no se les prorrogó su contrato de prestación de servicios pese a estar en
situación de debilidad manifiesta por su condición de salud. A continuación, se exponen algunas de
las sentencias más relevantes sobre el asunto:
En primer lugar, la Corte se ocupó de exponer las características del contrato de prestación de
servicios celebrado con entidades estatales y su relación con el contrato de trabajo. Al respecto dijo:
“Desde este panorama, puede concluirse que, aún en el seno del contrato de prestación de servicios,
puede predicarse ciertas garantías de la que gozan las relaciones laborales, al cobrar importancia los
principios de estabilidad laboral a ciertos sujetos y de primacía de la realidad sobre las formalidades
establecidas por las partes del contrato laboral, y en los eventos en que se pueda advertir la
desnaturalización del contrato de prestación de servicios”.
En segundo lugar, reiteró la jurisprudencia constitucional acerca de la procedencia de la acción de
tutela para obtener el reintegro de una persona despedida por su condición de discapacidad,
concluyendo que: en el evento de comprobarse un nexo causal entre la desvinculación y el estado de
salud del trabajador, se configura una discriminación, y es procedente la tutela como mecanismo de
protección; de lo contrario dicho asunto le corresponde resolverlo al juez ordinario.
Al resolver el caso concreto, la Sala consideró que si bien la accionante estaba enferma para el
momento de terminación del contrato, no encontró configurados los presupuestos para declarar la
existencia de un contrato laboral, y tampoco el nexo causal entre la no renovación del contrato y el
estado de salud de la accionante, teniendo en cuenta que la enfermedad no era evidente y el contrato
fue de apenas un mes. Consideraciones suficientes para negar el amparo.
5.1.1.2. En la Sentencia T-490 de 2010[25], la Corte conoció de dos casos de despido. Uno
de ellos, el relevante para el caso que esta Sala debe resolver, trató sobre una enfermera a quien no le
fue renovado su contrato de prestación de servicios por padecer algunas “limitaciones físicas”[26] que
requerían terapias constantes.
En esta oportunidad, se reiteró la estabilidad laboral reforzada de la que gozan las personas en
situación de debilidad manifiesta o indefensión al padecer una afección o alguna enfermedad que
afecta su estado de salud, resaltando la importancia del principio de solidaridad, así:
“En virtud del principio de solidaridad social es obligación del Estado y de los mismos particulares
proteger a quienes están en una condición de debilidad manifiesta y en caso de incumplirse con esa
carga, la autoridad competente tiene la facultad de intervenir y disuadir el incumplimiento. Lo anterior
por cuanto las normas constitucionales no se interpreten únicamente de manera descriptiva, sino que
son mandatos prescriptivos de aplicación inmediata (arts. 13, 23, 29, 43, 44, entre otros) de tal forma
que intervienen en las relaciones de los asociados y de estos con el Estado”.
“En efecto, la Corte Constitucional definió que sin importar el tipo de relación laboral y la naturaleza
de la discapacidad, todo trabajador en esta situación tiene derecho a que se le garantice la estabilidad
laboral reforzada por estar en una condición de debilidad manifiesta. Por tanto, el empleador podrá
únicamente mediante autorización del inspector de trabajo y por una justa causa objetiva desvincular
al trabajador que presente una disminución física o psíquica en su organismo”.
La Sala planteó el siguiente problema jurídico: ¿la Alcaldía Municipal de la Dorada – Caldas –
vulneró los derechos fundamentales a la estabilidad laboral reforzada y el mínimo vital de la señora
Carmen Rosa López Pineda, al no permitirle continuar la relación laboral, durante la vigencia de la
incapacidad laboral?
Para resolver el problema jurídico planteado por la Corte, lo primero que determinó la Sala fue que
el contrato de prestación de servicios encubría un verdadero contrato laboral, y en virtud de ello,
aplicó la jurisprudencia respecto de la protección laboral reforzada para personas en situación de
debilidad manifiesta por su condición de salud, encontrando que, en efecto, la accionante fue
despedida en estado en incapacidad sin la autorización de la autoridad competente y, por lo tanto,
debía ser reintegrada a su puesto de trabajo con las condiciones laborales a las que tenía derecho.
En esta providencia la Corte dio un giro a su jurisprudencia pues ahora consideró necesario determinar
la existencia de un verdadero contrato de trabajo previo a la aplicación de las reglas sobre estabilidad
laboral reforzada; a diferencia de las sentencias anteriores que consideraban que la estabilidad laboral
reforzada era exigible en contratos de prestación de servicios[29].
En esta oportunidad, la Corte reiteró la posición de las sentencias T-1210 de 2008 y T-490 de 2010,
al establecer que:
La naturaleza del vínculo, sin embargo, posee importancia al momento de determinar el alcance del
amparo, una vez constatada la violación al derecho a la estabilidad laboral reforzada pues, a manera
de ilustración, resulta claro que la terminación de un vínculo de carácter laboral indefinido debe dar
lugar al reintegro sin solución de continuidad y, en caso de hallarse plenamente comprobada la actitud
discriminatoria del empleador, puede dar lugar a la condena al pago de la indemnización de 180 días
de salario. A su turno, cuando la opción productiva es un contrato o una orden de prestación de
servicios, el amparo se concreta en declarar la ineficacia de la terminación del mismo, y ordenar su
renovación por un período igual al inicialmente pactado. Obviamente, si persiste el estado de
debilidad manifiesta del actor por razones de salud, la terminación del nuevo contrato estará sometida
a la existencia del permiso de la autoridad del trabajo.”
Para el caso concreto la Sala consideró que no era adecuado analizar la existencia de un contrato
realidad, pues la edad del accionante -78 años-, ya había superado el umbral de los 65 años de retiro
forzoso, por lo que se podría inferir que, en efecto, el Hospital no podía vincularlo laboralmente,
aunque sí podían las partes suscribir órdenes esporádicas de prestación de servicios, de acuerdo con
las necesidades del servicio.
En este sentido, la Corte concluyó que la no declaración de un contrato realidad no constituía “un
obstáculo para que la Sala otorgue la protección constitucional al derecho a la estabilidad reforzada
del actor en su opción productiva y que, en atención a las circunstancias de vulnerabilidad que
enfrenta, por razones de enfermedad, se dicten las órdenes adecuadas de protección.”
De esta manera, la Sala concedió el amparo en los siguientes términos:
“En ese sentido, la Sala declarará la ineficacia de la terminación del vínculo contractual entre las
partes, e inaplicará la cláusula de la última orden de prestación de servicios, que establecía su duración
hasta el 31 de diciembre de 2011. Ordenará, en consecuencia, a la parte accionada el pago de los
honorarios dejados de percibir por el actor desde la ineficaz terminación del vínculo.
En atención a las circunstancias de vulnerabilidad del actor, el amparo se extenderá hasta que el actor
recupere definitivamente su salud, de acuerdo con concepto de medicina laboral; o hasta que la
entidad obtenga autorización de la Oficina del trabajo para darlo por terminada la relación contractual.
Además, si la empresa pretende alegar como causal de terminación la edad del actor, esta sólo podrá
aplicarse una vez se haya efectuado un análisis integral de la situación pensional del actor por parte
de la AFP a la que esté afiliado, proceso en el cual la entidad accionada deberá acompañar al
peticionario”.
Del análisis de este precedente se puede concluir que: (i) la estabilidad laboral reforzada para personas
en situación de debilidad manifiesta por su estado de salud aplica para cualquier opción productiva,
bien sea laboral o civil; (ii) cuando el juez de tutela encuentra evidencia de que un contrato de
prestación de servicios encubre una verdadera relación laboral, declarará el contrato realidad,
ordenará el reintegro y condenará al pago de la indemnización de 180 días de salario; y (iii) cuando
el juez de tutela no tiene los elementos suficientes para declarar la configuración del contrato laboral,
pero (a) evidencia que las condiciones especiales del accionante -edad- requieren la actuación del
juez constitucional y (b) determina que la no prórroga del contrato fue consecuencia del estado de
salud del contratista; (c) adoptarán las medidas necesarias para que cese la vulneración.
En esta providencia, la Sala argumentó que la protección laboral reforzada, solo amparaba a personas
vinculadas a través de un contrato de trabajo y, por lo tanto, cuando la protección constitucional se
basa en la no renovación de un contrato de prestación de servicios, es necesario determinar si este
oculta un contrato realidad. La Sala dijo:
“Esta Corporación debe pronunciarse sobre la posible vulneración de los derechos a la vida digna,
estabilidad laboral reforzada, y mínimo vital del accionante, por parte de Centro Hospital Divino Niño
E.S.E., al haberle terminado su contrato de prestación de servicios, de manera abrupta y sin haber
contado con autorización de la oficina de Trabajo, encontrándose el actor discapacitado.
Para dicho efecto, y con el fin de determinar si existe estabilidad laboral reforzada en el caso, la cual
se predica de los contratos laborales, debe analizarse si realmente el contrato del señor Bacca Veira
es de prestación de servicios o si existe una relación laboral con la accionada.
(…)
Así las cosas, efectivamente puede afirmarse que la estabilidad reforzada, sí se debió respetar en este
caso, por cuanto se trata de una persona en situación de discapacidad, la cual en realidad se encontraba
ejecutando un contrato laboral y no uno de prestación de servicios”.
De esta manera, aunque no hizo mención de la Sentencia T-292 de 2011, adoptó la misma razón de
la decisión, esto es, verificar la configuración de los requisitos de un contrato de trabajo y, luego sí,
analizar los presupuestos para determinar la existencia de discriminación en el despido.
De esta manera, pese a encontrar diferentes métodos para resolver los problemas jurídicos planteados,
en ninguno de los pronunciamientos constitucionales se ha negado el derecho con el único argumento
de tratarse de un contrato de prestación de servicios. Así, la Corte ha otorgado el derecho, o bien
declarando previamente la existencia de un contrato realidad o, en aplicación directa de la
Constitución, cuando se vislumbra la configuración de un perjuicio irremediable por la inacción del
juez de tutela, siempre y cuando se demuestre la calidad de persona de especial protección y el nexo
causal entre el despido y la condición de salud del contratista.
Ahora bien, la relevancia que tiene el determinar o no la existencia de un contrato realidad tiene como
consecuencia las órdenes a impartir en el caso concreto, (i) si se declara el contrato realidad y se
configura un despido en razón de la discapacidad, se deberá ordenar el reintegro y se condenará al
pago de la indemnización de 180 días de salario; y (ii) si no se demuestra la existencia de un contrato
laboral, es necesario probar que: (a) la situación de debilidad manifiesta del accionante requiere la
actuación urgente del juez de tutela con el fin de evitar la ocurrencia de un perjuicio irremediable y
(b) que sea evidente que la no renovación del contrato fue consecuencia del estado de salud del
contratista; cumplidos los requisitos, el juez de tutela proferirá las órdenes que considere necesarias
para superar la vulneración.
PETICIONES
1. Se sirva proteger los derechos fundamentales al mínimo vital, a la salud, a la vida digna, al
trabajo, a la seguridad social, y a la protección laboral reforzada, en mi calidad de mujer
embarazada y/o gestante.
ANEXOS
2. Copia del registro civil de nacimiento de mi hijo o de los documentos que demuestran mi
condición de mujer embarazada.
3. Copia de los contratos de prestación de servicios previamente suscritos con el SENA
4. Copia simple de la solicitud de protección especial que radiqué ante el Grupo de Apoyo
Administrativo de la Dirección Regional del SENA solicitando que se gestionara mi
permanencia en el cargo que desempeño.
NOTIFICACIONES
COMPETENCIA
De conformidad con el numeral 2 del artículo 2.2.3.1.2.1 del decreto 1069 de 2015, modificado por
el artículo 1 del decreto 1983 de 2017 “las acciones de tutela que se interpongan contra cualquier
autoridad, organismo o entidad pública del orden nacional serán repartidas, para su conocimiento en
primera instancia, a los jueces del circuito o con categoría de tales
JURAMENTO
Bajo la gravedad del juramento la accionante manifiesta que no ha instaurado otra acción de tutela
sobre los mismos hechos y derechos, ni directamente ni a través de otra entidad competente para
hacerlo
Cordialmente,
XXXXX
C.C. No. XXXXX