Marco Teórico
Marco Teórico
Marco Teórico
En las declaraciones del Congreso Nacional (1996) del Plan Decenal de Educación,
se aprobó que la evaluación es un componente imprescindible de la práctica
docente, que contribuye a incentivar la responsabilidad de todos/as los actores
do tos procesos educativos, promoviendo también la creación, el desarrollo y la
utilización de un amplio sistemas de evaluación de todos los componentes, de la
educación y del rendimiento académico de los/as estudiantes. Visto las leyes y las
ordenanzas (1.95-96) que establece el curriculo, para la educación inicial básica y
media. Aparece la ordenanza (2.92) que establece un nuevo reglamento de
evaluación y promoción de los alumnos/as de la educación general básica.
El nuevo currículo debía tener como eje o sujeto principal al alumno, haciendo
énfasis en la formación humana, cívica, patriótica, ética, estética y en una cultura
de trabajo como elemento liberador de los seres humanos. Debe responder a las
características de nuestra sociedad propiciando su transformación, asumiendo los
saberes universales, estimulando también la producción y creación de nuevos
conocimientos.
Teoría Constructivista
Los alumnos pueden trabajar para clarificar y para ordenar sus ideas y también
pueden contar sus conclusiones a otros estudiantes, eso les da oportunidades de
elaborar lo que aprendieron.
Los teóricos cognitivos como Jean Piaget y David Ausubel, entre otros, plantearon
que aprender era la consecuencia de desequilibrios en la comprensión de un
estudiante y que el ambiente tenía una importancia fundamental en este proceso.
El Constructivismo en sí mismo tiene muchas variaciones, tales como Aprendizaje
Generativo, Aprendizaje Cognoscitivo, Aprendizaje basado en Problemas,
Aprendizaje por Descubrimiento, Aprendizaje Contextualizado y Construcción del
Conocimiento. Independientemente de estas variaciones, el Constructivismo
promueve la exploración libre de un alumno dentro de un marco o de una
estructura dada.
Constructivismo social
A pesar de que su trabajo sólo se conoció durante la década de los 60, su critica
sobre el constructivismo cognitivo de su contemporáneo Piaget, lo llevó al
entendimiento de la importancia de la cultura, el lenguaje y el contexto en el
proceso de construcción del conocimiento. Mientras que Piaget argumentaba que
la gente debía hacerse su propia versión de la realidad, Vygotsky añadió que la
importancia de discutir esta versión de la realidad con los demás para, a través
del proceso de mediación, llegar a un nivel más alto de verdad que haya sido
probado socialmente. (Derry, 1999).
2.3 Lectura
En la década de 1920, con base en la teoría conductista, se pensaba que leer era
únicamente verbalizar lo escrito. Sólo se buscaba que el lector repitiera
exactamente las ideas del autor; es decir, no se consideraba que se desarrollara
una interacción entre éste y las personas que leían un texto. El inicio de las
investigaciones de comprensión lectora se desarrolló en un contexto histórico en
el cual el conductismo era el paradigma de conocimiento en investigación
educativa. Por ello, la principal teoría sobre la lectura tenía como su base esta
corriente, lo cual implicaba que lo más importante para aprender a leer eran los
contenidos de la enseñanza; el texto y los procesos mentales que provocaban
problemas en la comprensión. Se pensaba que leer consistía en decodificar signos
y darles sonido, es decir, era relacionar letras con fonemas. Se creía que si una
persona era capaz de distinguir adecuadamente las letras y los sonidos de nuestra
lengua y podía pronunciarlos bien, entonces podía leer correctamente.
Para esta postura, el significado está en el texto, por lo que el lector no aporta un
significado sino que lo extrae del material impreso, considerando al lector como
un sujeto pasivo, pues lo fundamental era reproducir literalmente lo que el autor
había escrito.
Esta teoría, denominada tradicional, consideraba que todos los individuos debían
pasar por las mismas etapas de lectura; no había una flexibilidad para los
diferentes tipos de lectores o de textos. Por ello, las formas de evaluar la lectura
tampoco eran originales, únicamente se solicitaba a las personas que identificaran
palabras aisladas y datos en general; es decir que copiaran exactamente lo que
decía el texto. Leer, así, era "imitar" lo que decía el autor; no se asumía que el
lector también podía pensar.
Como bien señala Roser, "cualquiera que fuese lo que hacían los niños y adultos
cuando leían en el antiguo Egipto, en Grecia o en Roma, y cualquiera que sea lo
que hacen hoy para extraer o aplicar significado en un texto, es exactamente lo
mismo". Lo que ha variado es la concepción de cómo se da la comprensión; sólo
cabe esperar que esta novedosa concepción permita a los especialistas en el tema
de la lectura desarrollar mejores estrategias de enseñanza.
Con todo, a medida que los profesores iban desplazando el eje de su actividad a la
decodificación, comprobaron que muchos alumnos seguían comprender el texto;
la comprensión no tenía lugar de manera automática. En ese momento, los
pedagogos desplazaron sus preocupaciones al tipo de que los profesores
formulaban. Dado que los maestros hacían, sobre todo, preguntas literales, los
alumnos no se enfrentaban al desafío de utilizar sus habilidades de inferencia y
de lectura y análisis crítico del texto. El eje de la enseñanza de la lectura se
modificó y los maestros comenzaron a formular al alumnado interrogantes más
variados, en distintos niveles, según la taxonomía de Barret para la Comprensión
Lectora (Climer, 1968).
Pero no pasó mucho tiempo sin que los profesores se dieran cuenta de que esta
práctica de hacer preguntas era, fundamentalmente, un medio de evaluar la
comprensión y que no añadía ninguna enseñanza.
Este modelo tiene como base la teoría tradicional, y fue durante los años setenta
que se desarrolló la corriente que Solé (2001) llama ascendente. El también
llamado bottom up plantea que la comprensión se logra por medio de un
aprendizaje secuencial y jerárquico de una serie de discriminaciones visuales
(Torres: 1997), entendiendo que la comprensión de un texto escrito es el proceso
cognoscitivo mediante el cual se construye, en la mente del lector, la información
transmitida por el autor a través del medio escrito. Se le llamó modelo
ascendente porque parte de los componentes más pequeños para después
integrarse a otros más importantes. En este modelo, antes de alcanzar la
comprensión del texto, se realizan dos procesos fundamentales: la percepción de
los símbolos gráficos y la decodificación de éstos; es decir, la traducción de los
símbolos gráficos a sus representaciones fónicas (Morales citado por Morales:
1993).
Femando Cuetos (2000) explica, a través del modelo ascendente, que la lectura se
compone de procesos perceptivos, léxicos, sintácticos y semánticos, es así como
el autor describe que el proceso inicia a partir de que el lector utiliza sus sentidos
para "extraer" de los signos gráficos la información. La primera operación que
realiza es poner la mirada en los diferentes puntos del texto; es entonces cuando
los ojos permanecen fijos, pero la mayor parte del tiempo avanza a través de
movimientos saccádicos que son los saltos de los ojos después de fijaciones
visuales. Posteriormente, la información que se adquiere con los ojos se almacena
en la memoria sensorial o memoria icónica al mismo tiempo la información más
relevante se guarda en la memoria más duradera o memoria a largo plazo. Ese es
el momento del análisis, ya sea a través del reconocimiento global de palabras o
de la identificación previa de sus letras componentes.
Este modelo busca palabras o frases globales, y después realiza un análisis de los
elementos que lo componen (Cuetos: 2000; Smith: 1983), tuvo el acierto de
considerar que no sólo existe el texto y su decodificación, sino también las
experiencias previas de las personas al leer.
Las personas tienen una teoría acerca de lo que les rodea, que desarrollan a partir
de la cultura en que han vivido y esto es determinante para el aprendizaje, Smith
lo explica de la siguiente forma: "la teoría del mundo es la base del aprendizaje,
tiene una estructura propia y reglas para especificar la relación de categorías y un
sistema de interrelaciones entre categorías (tratar a ciertos objetos como si
fueran ¡guales); nuestro sistema de categorías que es parte de nuestra teoría
interna del mundo es esencial para darle sentido al mundo (lo que no esté dentro
de ésta carecerá de sentido). Cada categoría debe tener un conjunto de reglas
para identificarla, además forman parte de un sistema y están interrelacionadas
entre sí". Es decir, se lee por el significado y no sólo por grafías. Esto es, que los
individuos participan de forma activa, porque el lector busca el significado y no
sólo las letras. Al respecto, Smith apunta que "la manera en que los lectores
buscan el significado no es considerar todas las posibilidades, ni hacen conjeturas
arriesgadas acerca de una sola, sino que más bien predicen dentro del rango de
alternativas más probables. Los lectores pueden derivar significado directamente
del texto porque mantienen expectativas acerca del significado del mismo."
En la teoría interactiva son tan importantes el texto, los procesos que intervienen
para su decodificación, y el lector, esto lo explica Isabel Solé (2000) de la siguiente
manera: Cuando el lector se sitúa ante el texto, los elementos que lo componen
generan en él expectativas a distintos niveles (el de las letras, las palabras..) de
manera que la información que se procesa en cada uno de ellos funciona como
subida para el nivel siguiente; así, a través de un proceso ascendente, la
información se propaga hacia niveles más elevados. Pero simultáneamente, dado
que el texto genera también expectativas a nivel semántico, de su significado
global, dichas expectativas guían la lectura y buscan su verificación en indicadores
de nivel inferior (léxico, sintáctico, grafofónico) a través de un proceso
descendente. Así el lector utiliza simultáneamente su conocimiento del mundo y
su conocimiento del texto para construir una interpretación acerca de aquél.