Aplicaciones Del Código Civil y Comercial El Fuero de Atracción en El Proceso Sucesorio

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Voces: SUCESION ~ PROCESO SUCESORIO ~ UNIFICACION CIVIL Y COMERCIAL ~ CODIGO CIVIL

Y COMERCIAL DE LA NACION ~ APLICACION DE LA LEY ~ LEY APLICABLE ~ FUERO DE


ATRACCION ~ HEREDERO ~ DERECHOS DEL HEREDERO ~ ESCRITURACION ~ COMPETENCIA ~
DOMICILIO ~ CAUSANTE ~ ULTIMO DOMICILIO
Título: Aplicaciones del Código Civil y Comercial: el "fuero de atracción" en el proceso sucesorio
Autor: Boretto, Mauricio
Publicado en: RCCyC 2015 (noviembre), 17/11/2015, 99
Fallo comentado: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de San Isidro, sala III ~ 2015-09-15 ~
Orihuela, Claudio Antonio c. Lacarra, Carmen Estela y Otro/a s/ Escrituración
Cita Online: AR/DOC/3803/2015

Sumario: I. Punto de partida.— II. La norma en discusión: su hermenéutica.— III. La solución del caso:
conclusión
I. Punto de partida
En el caso que tenemos el honor de comentar se discute, básicamente, si la acción de escrituración
promovida por los herederos del comprador (Sr. Orihuela) contra las herederas del Sr. Eduardo Lacarra
(vendedor), ante el juez de la instancia de origen según las reglas comunes de la competencia (que no era,
obviamente, el que intervenía en el sucesorio del vendedor), fue correctamente remitida al juez de la sucesión
por ser el del último domicilio del causante.
En efecto, en el precedente anotado, el magistrado que intervino primeramente en la demanda de
escrituración se declara incompetente de oficio e invoca el fuero de atracción que ejerce el sucesorio del Sr.
Lacarra por tratarse —la acción de escrituración— de una acción personal contra dicho causante.
II. La norma en discusión: su hermenéutica
El art. 2336 regula la competencia del juez que debe intervenir en el proceso sucesorio del causante y el
llamado "fuero de atracción" del proceso sucesorio.
Dice la norma en cuestión:
— La competencia para entender en el juicio sucesorio corresponde al juez del último domicilio del
causante, sin perjuicio de lo dispuesto en la Sección 9ª, Capítulo 3, Título IV del Libro Sexto. (1)
— El mismo juez conoce de las acciones de petición de herencia, nulidad de testamento, de los demás
litigios que tienen lugar con motivo de la administración y liquidación de la herencia, de la ejecución de las
disposiciones testamentarias, del mantenimiento de la indivisión, de las operaciones de partición, de la garantía
de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y nulidad de la partición.
— Si el causante deja sólo un heredero, las acciones personales de los acreedores del causante pueden
dirigirse, a su opción, ante el juez del último domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del
heredero único. (2)
El fuero de atracción nace y tiene sustento en la ley y en materia sucesoria según lo dispone el art. 2336 del
CCiv.yCom.
Es la asignación de competencia hecha a favor del juez que conoce en un proceso universal, con respecto al
conocimiento de cierto tipo de pretensiones vinculadas con el patrimonio o los derechos sobre los que versa ese
proceso.
Éste opera cuando se trata del conocimiento de las pretensiones personales dirigidas contra la sucesión, lo
que implica un desplazamiento de la competencia, receptado así porque trasciende el ámbito estrictamente
procesal para proyectarse e incidir en el derecho sustancial, en el que tiene su origen.
Se trata de un corolario del principio de unidad e indivisibilidad del patrimonio sucesorio, que modifica las
reglas generales de competencia, para que las acciones que suponen procesos contenciosos vinculados a la
transmisión sucesoria sean resueltas por un mismo tribunal.

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Ello facilita la liquidación de la herencia, la división de los bienes y el pago de las deudas, concentrando en
el juez del sucesorio todos los procesos vinculados con la transmisión hereditaria, o directamente las demandas
contra la sucesión aún indivisa.
El fuero de atracción es una figura jurídica de orden público, cuya función es reglar excepcionalmente la
competencia en razón de la materia, para lo cual concentra ante un mismo tribunal las demandas contra la
sucesión aún indivisa. Por ello es establecida imperativamente por el art. 2336 del CCiv.yCom. y no puede ser
alterada, dejada sin efecto o modificada por acuerdo de partes.
Por otro lado, el fuero de atracción cesa con la partición, que es el acto técnico, jurídico y contable que pone
fin al estado de indivisión o comunidad hereditaria (arg. art. 2363 CCiv.yCom.) mediante el cual el derecho a
una porción ideal de la herencia que tenían los herederos se concreta en una porción real, determinada, pasando
los bienes adjudicados a ser de propiedad exclusiva de cada heredero.
Ni siquiera la inscripción de la declaratoria de herederos o del testamento declarado válido en cuanto a su
forma produce aquel efecto. Dicha resolución judicial sólo determina quiénes tienen esa calidad, que son los que
han acreditado su vínculo hereditario con el causante y sin perjuicio de su posterior modificación o ampliación.
Su inscripción no modifica el estatus jurídico de los bienes, ni crea un condominio entre los coherederos. (3)
Sin embargo, la partición para hacer cesar la comunidad hereditaria y, por consiguiente, el fuero de atracción
debe inscribirse en los registros pertinentes.
No basta la aprobación de la partición, debe inscribirse, no alcanzando la inscripción de la declaratoria de
herederos ni la del testamento, pues la comunidad hereditaria y el fuero de atracción cesan sólo con la
inscripción de las hijuelas —conforme resulta del ya citado art. 2363 del CCiv.yCom.—.
Si carece de inscripción, tiene efectos entre las partes, quienes no podrán desconocerla, ni retractarse
unilateralmente y, por lo tanto, es vinculante para los herederos, independientemente de que esté o no
homologada la partición. En cambio, frente a los terceros, la partición, aun la aprobada judicialmente, no hace
cesar la subsistencia del fuero de atracción del proceso sucesorio en el que se aprobó, si no aparecen inscriptas
las respectivas hijuelas en el Registro de la Propiedad y existen trámites pendientes en lo relativo al pago de
deudas y cargas sucesorias, desde que los bienes que componen el acervo subsistirán como objeto de
adquisición ut universitas sin consideración a su contenido particular, por lo que no llevándose a cabo la
inscripción, continúa la vigencia del fuero de atracción ejercido por la sucesión.
III. La solución del caso: conclusión
Conforme lo expuesto, nuestra opinión es laudatoria de la sentencia comentada, la que ha hecho correcta
aplicación del art. 2336 del CCiv.yCom.
En efecto:
—¿estamos en presencia de una acción de escrituración de un inmueble, de naturaleza personal;
—¿seguida contra los herederos de quien vendiera el inmueble objeto del contrato de compraventa; que tal
contrato fue celebrado por Lacarra en calidad de vendedor (no estamos en presencia de un heredero único (4)
que confiera la opción a los acreedores del causante a optar por promover la demanda ante el juez que
corresponda al domicilio del heredero único), y
—¿además, no se encuentra acreditada en autos la inscripción de la partición.
Así las cosas, cabe concluir que en el caso comentado el fuero de atracción del sucesorio resultaba
claramente operativo (conf. art. 2336 del CCiv.yCom.), habiendo sido legalmente correcta la declaración de
incompetencia de oficio del juez que había intervenido en un primer momento en la demanda de escrituración.
(1) Esta última aclaración se refiere a las normas de derecho internacional privado aplicables cuando, con
motivo de la muerte de una persona, existen elementos "extranjeros". Según el art. 2643, "son competentes para
entender en la sucesión por causa de muerte, los jueces del último domicilio del causante o los del lugar de
situación de los bienes inmuebles en el país respecto de éstos". Asimismo, en virtud del art. 2644, "la sucesión

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por causa de muerte se rige por el derecho del domicilio del causante al tiempo de su fallecimiento. Respecto de
los bienes inmuebles situados en el país, se aplica el derecho argentino". El nuevo Código parece receptar la
postura de Werner GOLDSCHMIDT (Derecho internacional privado. Derecho de la tolerancia, Depalma,
Buenos Aires, 1982, ps. 364 y ss.) llamada "tesis mixta" (ni toda unidad ni toda pluralidad sucesoria), quien
sostenía —al analizar el Código de Vélez— que se podían armonizar los arts. 10 y 3283 del Código Civil. Según
el reconocido jurista, del juego de ambas normas y a la luz de la nota del art. 3283 del Código Civil, los
inmuebles argentinos (únicos de los que expresamente hablaba el art. 10 CCiv.) se regulaban por el Derecho
argentino, aunque el causante haya tenido un domicilio último en el extranjero, mientras que todos los demás
inmuebles siempre se someten a la ley del último domicilio del de cujus, a la cual también queda sometida la
totalidad de los bienes muebles. Se llega, pues, al resultado de que Vélez Sarsfield quiso someter todo el
patrimonio relicto a la única ley del domicilio último del causante, excepción hecha de los inmuebles argentinos
que pensaba sujetar al Derecho argentino.
(2) Adviértase que el segundo párrafo del artículo en comentario no menciona directamente como pasible de
ser atraído un supuesto general referido a las acciones personales de los acreedores del difunto, antes de la
división de la herencia, como sí rezaba el inc. 4º del art. 3284 del Código de Vélez. Ello no puede conducir a
que se considere que tal supuesto resulta excluido del "fuero de atracción" del proceso sucesorio. En efecto, las
acciones personales de los acreedores del difunto antes de la división de la herencia son también atraídas por el
"fuero de atracción". Sin embargo, en el caso del heredero único y sólo en este supuesto, el nuevo Código regula
expresamente la posibilidad de opción por parte del acreedor del causante —que deduce una acción personal—
de plantearla ante el juez del último domicilio del fallecido o ante el juez del domicilio del heredero único del
deudor-causante. De ello puede concluirse razonablemente que la regla para estos casos sigue siendo la
competencia del juez del sucesorio, y la excepción la posibilidad de competencia del juez del domicilio del
heredero único. Pero no debemos confundirnos: la competencia para intervenir en el proceso sucesorio,
independientemente del número de herederos, es siempre el del último domicilio del causante (art. 2336, párr.
1º, Nuevo CCiv.yCom.), y sólo cuando se trata de acciones personales deducidas por los acreedores del causante
que ha dejado un heredero único existe la opción de deducirla ante el juez del último domicilio del difunto o
ante el juez del domicilio del heredero único.
(3) VANELLA, Vilma, "El fuero de atracción del sucesorio. Su subsistencia ante la falta de inscripción de la
partición", Abogados. Revista Digital del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, nro. 102,
septiembre 2011.
(4) En el caso, consultada la Mesa de Entrada Virtual (MEV), surge que en la sucesión de Lacarra, Eduardo
se ha declarado como únicas y universales herederas del causante a Alicia Beatriz y Carmen Estela Lacarra y a
su cónyuge Simmy Esther Soto de Lacarra.

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