Protocolo Primera Entrevista
Protocolo Primera Entrevista
Protocolo Primera Entrevista
Antes de comenzar a describir las diferentes partes y sucesos que ocurren dentro de una primera
entrevista, debemos mencionar la importancia de la posible paratransferencia, que se inicia desde el
primero contacto telefónico con el paciente.
Este primer contacto telefónico no solo lo utilizaremos para sacar una información muy general, lo
utilizaremos para intentar precipitar la cita. Para conseguir ambas cosas, podemos seguir ciertas
“pautas” como;
- En el caso de Intro, preguntar por la problemática que le hace llamar, para poder destinarle un
profesional u otro.
- “Cuéntame de manera breve que te ha llevado a contactar con nosotros”. Intentar mantener un
tono neutral.
- Además, en este primer contacto tendremos en cuenta la posible tratabilidad o no del caso
(ejemplo; brotes psicóticos). Y en relación con esto, y si el caso lo demandase o lo
creyésemos necesario, podríamos ya verbalizar que la primera sesión será un primer
contacto.
En INTRO este primer contacto suele recibirlo Marta Cabezas, por lo que el paciente derivado ya
habrá pasado un filtro de adaptación al terapeuta concreto del equipo. Marta dará toda la
información al terapeuta que vaya a trabajar con el paciente.
Ser conscientes de la paratransferencia y su importancia, hará que tengamos la atención desde que
abramos la puerta con nuestro paciente. En estos primeros contactos, no solo estamos recibiendo
información de nuestro posible futuro paciente, sino que nosotros estamos ofreciéndoles
información a ellos, lo cual es tan importante como lo anterior. Aquí cobra relevancia ser conscientes
de que partimos de una pretensión de anonimato y neutralidad, intentando favorecer esto con
nuestra presencia, imagen, lugar y trato.
● Evaluar la tratabilidad.
● Empezar a generar el vínculo (alianza terapéutica). ¿Qué puede estar necesitando él/ella de
mí? Hacerle sentir escuchado y visto de modo sutil, evitando ser demasiado explícitos en esto
ya que aun no sabemos el tipo de esquema relacional que el paciente pondrá en marcha y
puede “huir” si se siente “excesivamente” acogido.
● Boceto del caso. Recogida de material. En el modo de hacer terapia de Intro, nunca cogemos
notas delante del paciente, para asegurar el contacto visual y la atención plena, así como
evitar las fantasías del paciente de qué parte del material que trae es más importante que
otro según tomemos notas o no.
● Transmitir seguridad sobre la importancia del proceso terapéutico y la eficacia del mismo.
Nosotros sabemos en qué consiste una terapia y el efecto en el paciente, pero ellos no. Tiene
que llegarles ese convencimiento desde una confianza relajada. Normalizar sus miedos, su
impaciencia, sus ganas de estar bien “ya” pero transmitirles que la terapia es un proceso que
lleva tiempo al igual que tiempo ha llevado formar la estructura de personalidad que ahora
tienen.
1. En el saludo, debemos dejarlos estar teniendo muy en cuenta el lenguaje no verbal que
lanzamos, tan importante como el verbal. La naturalidad de ese momento será una de las
claves. El “ahorro de ansiedad”, refiriéndonos a qué es lo que demandan ellos; si ofrecen la
mano o se precipitan a saludar con dos besos, o si por el contrario quedan retraídos, hará que
la clave de la naturalidad tome aún mayor peso.
En el saludo será importante reconocer al otro. Saludarlo por su nombre y aprovechar para
presentarnos, creará el clima.
2. Abrir de la entrevista. Generalmente comenzarán hablando los pacientes, pero puede ocurrir
que no sean ellos los que comiencen. Si esto ocurre, podríamos ayudarnos con los siguientes
ejemplos:
● “Cuéntame”
● “Empieza por donde quieras “
● “Qué te ha traído hasta aquí”
● Si existiese un silencio por su parte, y no entrase a contestar nuestro inicio,
podemos legitimar la dificultad del momento, dándole su tiempo. “Tómate el
tiempo que necesites”
3. Exposición del paciente durante la entrevista. En este apartado se debería centrar la mayor
parte de nuestra primera entrevista. Si tuviésemos que determinar un porcentaje general,
podríamos hablar de un 70 por ciento del tiempo. En este apartado hay dos objetivos en los
cuales tendremos que centrarnos: uno, el tipo de vínculo que puede estar demandando el
paciente y nuestra responsividad óptima; dos, el material que ya comenzamos a recoger. En
este momento intentaremos evitar la actitud directiva siempre y cuando no sea para aclarar
información del proceso o para facilitar la exposición libre por parte del paciente. Debemos
hacer preguntas abiertas de cara a facilitar en la exposición sin dirigir siendo conscientes de
que sobre todo en estas primeras entrevistas los pacientes estarán muy atentos a qué es lo
importante para nosotros según las preguntas que hacemos o en qué nos detenemos. A
continuación, expondremos algunos ejemplos entre muchos otros que pueden darse; todos
manteniendo la misma actitud facilitadora.
“Voy a aprovechar estos últimos minutos para contarte cómo entiendo la mente y el proceso
terapéutico. Desde mi punto de vista la mente es el resultado de una adaptación al mundo.
Llegamos a un entorno y rápidamente nos ponemos a intentar sobrevivir receptivos a todo lo
que tenemos alrededor. En esa permeabilidad nos van modelando, las relaciones, las
experiencias, los discursos, etc, hasta configurar lo que somos. Asumimos dinámicas,
maneras de relacionarnos, discursos sobre uno mismo, mensajes que recibimos a veces
incongruentes, miedos que uno no sabe sin son tuyos o del otro... Todo esto hay que ponerlo
encima de la mesa, y ver cómo nos ha influido y determinado quién somos hoy en día. A esto
se suman circunstancias y momentos actuales que nos están determinando. Aquí no hay
nada tuyo que no nos interese para entender lo que está ocurriendo. Para eso haremos lo
que hemos hecho hoy, escucharte, escucharte yo y escucharte también tú...”
5. Seguidamente, y aún que ya hemos ido encuadrando nuestra terapia. Trataremos elementos
importantes del encuadre.
6. Para finalizar la sesión, y si vemos el caso tratable por nosotros, motivaremos dejando claro
que requerirá un trabajo. Una manera de realizarlo sería;
“Pienso que podemos trabajar y yo te veo con la capacidad de trabajar juntos. Estás en el sitio
adecuado donde poder hacerlo”.
7. La importancia de citar. No lo dejaremos para otro momento. Lo haremos en esta primera cita,
dando la posibilidad de moverlo, dentro de nuestra disponibilidad si finalmente no fuese
posible.
8. La despedida, igual que el saludo, deberemos dejarlo estar, teniendo claro que hasta que no
cerremos la puerta, nuestra “grabadora” no finalizará.
La clave de adaptarse a la persona que tenemos enfrente y entender sus necesidades, hará que
esta estructura general sea modificable y no solo en tiempo que destines a un apartado u otro
de la entrevista. Vamos a exponer diferentes posibles como ejemplo de esto.
- Algunos pacientes vienen ansiosos por entender el tipo de terapia o la técnica, deberemos
responder a su necesidad y centrarnos más en ese apartado destinando más tiempo a
explicar nuestro encuadre y técnica.
- Otros, vienen con la necesidad de “llevarse algo” o sentir que hay solución. Con una cierta
devolución de su problemática en la que además de “llevarse algo” desde la psicoeducación,
dándoles una perspectiva psicológica de su problema, lo unamos con algún material
específico de lo que ellos nos han expuesto a lo largo de la entrevista,
ahorrará su angustia además de sentirse vistos. Ejemplo; hablar de la ansiedad como
mecanismo de defensa natural.