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-Es la elevación de la temperatura del cuerpo como parte de una
respuesta específica, medida por un control central, ante una
agresión determinada. Siendo el hipotálamo quien permite un balance entre la producción y dispersión de calor. -Se presenta de un 10-20%, siendo este uno de los motivos más frecuentes de consulta en pediatría. Causas: Suelen ser infecciosas (Virales o bacterianas), no infecciosas (Deshidratación, lesiones traumáticas, alteraciones congénitas del SNC) o por otros motivos (Exceso de ropa de abrigo de cama, trastornos endócrinos, enfermedades neoplásicas, colagenosis, drogas). Mecanismo de defensa: Algunas bacterias o virus patógenos se ven afectados a temperaturas del orden de l os 40°C, y muchos reciben hierro para su crecimiento y se ha demostrado que la fiebre se asocia con una del hierro sérico y de la ferritina. Patogenia: La fiebre se presenta por tres mecanismos diferentes: 1.- Hay un reajuste térmico a un nivel más alto en el hipotálamo anterior, este es causado por: procesos infecciosos, enfermedades del mesénquima y neoplasias. 2.- Entra en juego al generarse un desequilibrio entre a producción de calor y su eliminación física, es causado por un aumento de temperatura ambiental, hipertiroidismo, intoxicación salina e hipertermia maligna.
3.- Se da en situaciones más específicas como ser: Golpe de
calor, intoxicación por drogas colinérgicas, malformación congénita y displasia ectodérmica.
Los pirógenos, endógenos son los encargados de disminuir el
hierro y el Zinc sérico, el ácido araquidónico es el encargado de la elevación de la temperatura. Fisiopatología Sintomatología clínica: Escalofríos, rechazo a líquidos o alimentos fríos, dificultad para concentrarse, manifiestan poco interés, menos comunicativos, pérdida de apetito, cefalea, irritabilidad, anorexia, mejillas enrojecidas, somnolencia, letargia, alerta y excitado, taquicardia, taquipnea, diaforesis y deshidratación, temperatura corporal elevada. Patrones: Se reconocen 4 curvas diferentes: La fiebre “intermitente o séptica”, “remitente”, “continua o sostenida” y “recurrente”. Laboratorios y exámenes complementarios: ✓ Directos: Son hemocultivos, pruebas rápidas para detectar antígenos bacterianos y virales. ✓ Indirectos: Indican existencia de un proceso inflamatorio o infeccioso. Son el hemograma y reactantes de la fase aguda entre ellos la velocidad de sedimentación globular y proteínas C reactiva. Diagnóstico: La anamnesis y el examen físico son superiores a los exámenes de laboratorio para llegar al diagnóstico, la mayoría de los cuadros febriles en los niños son origen viral, no exceden los 40°C y se resuelven dentro de 3 a 5 días. En otras enfermedades como lesiones del SNC, colagenosis, hipertiroidismo y neoplasias pueden presentarse con fiebre. En un niño con un cuadro diarreico agudo la fiebre puede deberse a hipernatremia o deshidratación. Tratamiento: Todos los antipiréticos actúan de la misma forma, inhiben la síntesis de la ciclooxigenasa produciendo una reacción del organismo que disipa el calor por evaporación mediante la transpiración y por vasodilatación.