Segunda Sala 2015

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 85

SEGUNDA SALA 2015

ADMINISTRADORAS DE FONDOS PARA EL RETIRO


(AFORES). AL RETENER EL IMPUESTO SOBRE LA RENTA
DERIVADO DE LA SUBCUENTA DE RETIRO, CESANTÍA EN
EDAD AVANZADA Y VEJEZ, NO TIENEN EL CARÁCTER DE
AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO.
Conforme al artículo 5o., fracción II, segundo párrafo, de la Ley
de Amparo, los particulares tendrán la calidad de autoridad
responsable cuando realicen actos equivalentes a los de
autoridad, que afecten derechos en términos de la fracción
indicada, y cuyas funciones estén determinadas por una norma
general que les confiera las atribuciones para actuar como una
autoridad del Estado cuyo ejercicio, por lo general, tenga un
margen de discrecionalidad, esto es, cuando dicten, ordenen,
ejecuten o traten de ejecutar el acto que crea, modifica o
extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria u
omitan el acto que de realizarse crearía, modificaría o
extinguiría dichas situaciones jurídicas. Ahora bien, las
AFORES que, en cumplimiento a los artículos 109, fracción X,
166 y 170, primer y tercer párrafos, de la Ley del Impuesto
sobre la Renta abrogada, así como los párrafos tercero, cuarto,
quinto y octavo de la Regla I.3.10.5 de la Resolución de
Miscelánea Fiscal para el año 2013, retienen el impuesto sobre
la renta derivado de la subcuenta de retiro, cesantía en edad
avanzada y vejez, no tienen el carácter de autoridad
responsable para efectos del juicio de amparo, en tanto que no
actúan de manera unilateral y con imperio en un plano de supra
a subordinación con respecto a los trabajadores titulares de las
subcuentas, sino como auxiliares del fisco federal y
responsables solidarios del cumplimiento de la obligación a
cargo de los contribuyentes.
RECURSO DE RECLAMACIÓN. PLAZO PARA
INTERPONERLO CONTRA EL ACUERDO QUE DESECHA
LA DEMANDA DE NULIDAD TRAMITADA EN LA VÍA
SUMARIA, POR EXTEMPORÁNEA. Conforme al primer
párrafo del artículo 58-8 de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo, el recurso de reclamación contra el
acuerdo por el que se desecha una demanda de nulidad
tramitada en la vía sumaria, debe interponerse en el plazo de 5
días siguientes a aquel en el que surta efectos la notificación de
la resolución recurrida, de lo que se sigue que el legislador sí
definió el plazo para interponer dicho recurso, al precisar que
sería de 5 días y que transcurrirían a partir del día siguiente al
en que surtió efectos la notificación de la resolución
correspondiente. Por tanto, en el supuesto de que se deseche
la demanda de nulidad tramitada en la vía sumaria por
extemporánea, aun cuando se cuestione la conclusión de la
Sala Fiscal responsable de que el juicio debía tramitarse en la
vía ordinaria, al existir una determinación judicial de la vía, que
si bien puede ser recurrida, lo cierto es que rige el caso
concreto hasta en tanto no se modifique por virtud del medio de
impugnación; de ahí que, como las normas procesales son
imperativas y no potestativas, el promovente debe sujetar la
interposición del recurso de reclamación al plazo regulado por
la vía sumaria, siempre y cuando éste se le hubiere informado
expresamente.
NOTARIOS PÚBLICOS. NO SON AUTORIDAD PARA
EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO EN LOS CASOS EN
QUE CALCULAN, RETIENEN Y ENTERAN EL IMPUESTO
SOBRE ADQUISICIÓN DE INMUEBLES, PORQUE ACTÚAN
COMO AUXILIARES DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación al resolver la contradicción de tesis 423/2014, determinó
que de acuerdo con el artículo 5, fracción II, segundo párrafo,
de la Ley de Amparo, para que un particular pueda ser llamado
a juicio en calidad de autoridad responsable se requiere que el
acto que se le atribuya: 1) sea equivalente a los de autoridad,
esto es, que dicte, ordene, ejecute o trate de ejecutar algún acto
en forma unilateral y obligatoria, o bien, que omita actuar en
determinado sentido; 2) afecte derechos creando, modificando
o extinguiendo situaciones jurídicas; y 3) que sus funciones
estén determinadas en una norma general que le confiera las
atribuciones para actuar como una autoridad del Estado, cuyo
ejercicio, por lo general, tenga un margen de discrecionalidad.
Sobre esa base, cuando el notario público por disposición legal
calcula, retiene y entera el impuesto sobre adquisición de
inmuebles, no tiene el carácter de autoridad responsable para
efectos del juicio de amparo, en virtud de que no actúa de
manera unilateral y obligatoria sino en cumplimiento de las
disposiciones que le ordenan la realización de esos actos, de
donde se entiende que actúa como auxiliar del fisco. Ello no
implica desconocer que esos actos pueden ser considerados
como la aplicación de una norma general para efectos de la
promoción del juicio de amparo.
INFORMACIÓN DE OPERACIONES A QUE SE REFIERE EL
ARTÍCULO 31-A DEL CÓDIGO FISCAL DE LA
FEDERACIÓN. NO PROCEDE CONCEDER LA SUSPENSIÓN
EN EL AMPARO PROMOVIDO CONTRA LA APLICACIÓN DE
DICHO PRECEPTO Y LAS REGLAS FISCALES
RELACIONADAS CON LA OBLIGACIÓN PREVISTA EN ÉL.
De la exposición de motivos del proceso legislativo que culminó
con la adición del precepto aludido mediante decreto publicado
en el Diario Oficial de la Federación el 9 de diciembre de 2013,
así como de las reglas fiscales relacionadas con ese numeral, y
atento al artículo 128 de la Ley de Amparo, se concluye que no
procede conceder la suspensión contra la aplicación del artículo
31-A y las reglas aludidas, al contravenirse disposiciones de
orden público y afectarse el interés social, ya que la obligación
impuesta a los contribuyentes, consistente en enviar
mensualmente su información contable sobre operaciones
relevantes por la forma oficial que aprueben las autoridades
hacendarias, es decir, a través de la forma oficial 76 en la
página de Internet del Servicio de Administración Tributaria, si
bien no constituye en sí mismo el ejercicio de las facultades de
comprobación, trasciende al ejercicio de éstas, de manera que
al permitir que los contribuyentes, aun de modo provisional, no
presenten su información relevante mediante las formas
establecidas para ello, obstaculizaría, retrasaría o dificultaría el
ejercicio de la revisión correspondiente, la cual es necesaria
para verificar el cumplimiento de las disposiciones fiscales y, en
su caso, determinar las contribuciones omitidas o los créditos
fiscales, así como para comprobar la comisión de delitos
fiscales y proporcionar información a otras autoridades fiscales,
que incumben al interés de la sociedad; además, de
concederse la suspensión para que no se cumpla con las
obligaciones derivadas del precepto legal y las reglas de que se
trata, se causaría un mayor perjuicio al interés social y se
contravendrían disposiciones de orden público, en comparación
con el perjuicio que se pudiera causar a la quejosa, pues la
obligación impuesta persigue un mayor control en el ejercicio de
las facultades de comprobación de las autoridades y no
consiste únicamente en la remisión de información a través de
una vía electrónica, sino que también incide en la selección de
información de operaciones que la autoridad considera
relevantes y que requiere para su análisis en el ejercicio de sus
facultades.
REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA SU
PROCEDENCIA. Por regla general, las sentencias dictadas por
los Tribunales Colegiados de Circuito en amparo directo son
definitivas y sólo de manera extraordinaria, pueden impugnarse
mediante el recurso de revisión previsto en los artículos 107,
fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 81, fracción II, de la Ley de Amparo, conforme a
los cuales, una vez actualizados los presupuestos procesales
(competencia, legitimación, oportunidad del recurso -en su
caso-, entre otros), procede el mencionado medio de defensa
siempre que: 1) en la sentencia de amparo directo combatida se
decida sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una
norma general, o se establezca la interpretación directa de un
precepto constitucional o de los derechos humanos reconocidos
en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano
sea parte, o bien, si en dichas sentencias se omite el estudio de
las cuestiones referidas, cuando se hubieren planteado en la
demanda de amparo; y 2) el problema de constitucionalidad
entrañe la fijación de un criterio de importancia y trascendencia.
Ahora bien, con el fin de armonizar la normativa de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación con los preceptos citados, el
Pleno emitió el Acuerdo General 9/2015 (*), que regula la
procedencia del recurso de revisión interpuesto contra
sentencias de amparo directo, el cual, en vez de privilegiar el
análisis de los agravios en la revisión, permite al Alto Tribunal
hacer una valoración discrecional de los méritos de cada
recurso, para determinar si a su juicio el asunto reúne los
requisitos de importancia y trascendencia, para lo cual, su punto
segundo señala que la resolución de un amparo directo en
revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia
cuando: (i) pueda dar lugar a un pronunciamiento novedoso o
de relevancia para el orden jurídico nacional; o (ii) lo decidido
en la sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento de
un criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación relacionado con alguna cuestión propiamente
constitucional, por haberse resuelto contra ese criterio o se
hubiere omitido aplicarlo.
PROPIEDAD INDUSTRIAL. EL ARTÍCULO 192 BIS DE LA
LEY RELATIVA, AL PREVER QUE EL INSTITUTO
MEXICANO DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL PODRÁ
VALERSE DE LOS MEDIOS DE PRUEBA QUE ESTIME
NECESARIOS, NO VIOLA EL DERECHO AL DEBIDO
PROCESO LEGAL. El análisis de los artículos 192 y 192 BIS
de la Ley de la Propiedad Industrial, en relación con los
numerales 79 del Código Federal de Procedimientos Civiles y
53 de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo,
aplicables de manera supletoria a los procedimientos en
materia de propiedad industrial, permite establecer que en
éstos, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial podrá
valerse de los medios de prueba que estime necesarios. Sin
embargo, dicha facultad no es ilimitada, pues está acotada a
que las pruebas: 1) Estén reconocidas por la ley, es decir, que
no se encuentren expresamente prohibidas por disposición
legal; y 2) Guarden relación inmediata con los hechos
controvertidos. En tal sentido, el artículo 192 BIS mencionado,
al prever que el citado Instituto podrá valerse de los medios de
prueba que estime necesarios, no viola el derecho al debido
proceso legal, habida cuenta que tal facultad no es irrestricta,
ya que el requerimiento del material probatorio adicional
necesariamente debe encontrarse fundado en el precepto legal
que lo exija, además de señalar las circunstancias que hagan
necesaria su expedición, lo cual resulta acorde con la obligación
de las autoridades de fundar y motivar su actuación, que deriva
directamente del artículo 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
PRÁCTICAS MONOPÓLICAS. EL ARTÍCULO 28 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, LAS PROHÍBE NO SÓLO CUANDO ESA
CONDUCTA TENGA POR OBJETO EL ALZA DE PRECIOS.
El análisis integral de los párrafos primero y segundo del
precepto constitucional referido conduce a establecer que toda
práctica monopólica, al afectar la eficiencia de los mercados de
bienes y servicios, daña al consumidor o a la sociedad, y no
sólo cuando la práctica "tenga por objeto obtener el alza de
precios" u "obligar a los consumidores a pagar precios
exagerados", lo que explica que en la parte final del segundo
párrafo de la norma constitucional, el Poder Reformador haya
incluido la mención de que la ley castigará, en general, todo lo
que constituya una ventaja exclusiva indebida a favor de una o
varias personas determinadas y con perjuicio del público en
general o de alguna clase social; lo que es lógico, porque todos
los actos que constituyan monopolio o práctica monopólica, por
sus características, disminuyen el proceso de competencia y
libre concurrencia, afectando el funcionamiento eficiente de los
mercados de bienes y servicios, esto es, las cadenas de
producción y, por ende, al último eslabón de éstas, es decir, al
consumidor, porque no reflejan el costo real de los bienes y
servicios, el cual sólo existe en un ambiente de competencia.
PRÁCTICAS MONOPÓLICAS. BIENES JURÍDICOS
TUTELADOS EN ESTA MATERIA POR EL ARTÍCULO 28 DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS. Entre los bienes jurídicos tutelados por el
precepto citado se encuentran los derechos del consumidor y
de la sociedad, sin que ello implique que se trate de la única
protección perseguida por la Constitución, pues también
reconoce los relativos a la competencia y a la libre
concurrencia, lo que es lógico pues en la medida en que exista
un ambiente de competencia y libre concurrencia, el
consumidor y la sociedad en general, como eslabones de una
cadena de producción, se benefician al no ser afectados por
prácticas monopólicas. Es decir, los conceptos de competencia
y libre concurrencia invariablemente van unidos a la pretensión
de no afectar a los consumidores y al público en general por la
realización de actos que no permitan la adquisición de bienes y
servicios en condiciones de competencia.
SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. SU
PROCEDENCIA EN OTRAS MATERIAS, AUN A FALTA DE
CONCEPTO DE VIOLACIÓN O AGRAVIO, CUANDO SE
ADVIERTA VIOLACIÓN GRAVE Y MANIFIESTA DE LA LEY.
La regulación establecida en el artículo 79, fracción VI, de la
Ley de Amparo faculta al juzgador de amparo para suplir la
deficiencia de la queja en materias diversas a las que el propio
numeral prevé, ante una irregularidad procesal grave y
manifiesta en la controversia del amparo, no resuelta en el
procedimiento de origen, que afecte al quejoso o recurrente,
aun ante la ausencia de concepto de violación o agravio al
respecto, ya que revela la intención del legislador de no permitir
que una de las partes se beneficie a costa de la indefensión de
su contraria, como consecuencia de una actuación ilegal de la
autoridad, permitiendo al Juez ejercer un discernimiento en
cada caso concreto, en atención a la materia y sujeto de que se
trate, lo cual es congruente con el artículo 107, fracción II,
antepenúltimo párrafo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
OFRECIMIENTO DE TRABAJO. CORRESPONDE AL
TRABAJADOR LA CARGA DE APORTAR AL JUICIO LAS
CONSTANCIAS DEL PROCESO ANTERIOR, CUANDO
PRETENDE DEMOSTRAR LA MALA FE DE UN SEGUNDO O
ULTERIOR OFRECIMIENTO. En un juicio donde se aduzca un
despido injustificado posterior a una reinstalación, derivada de
un ofrecimiento de trabajo hecho en proceso anterior y, por su
parte, el patrón haga nuevamente la oferta de trabajo,
corresponde al trabajador la carga de aportar como elemento el
expediente del juicio anterior o solicitar a la junta del
conocimiento ordene la remisión del mismo, a fin de que sea
valorado como antecedente del nuevo ofrecimiento y sea punto
determinante para analizar la actitud procesal de las partes, en
específico, de la patronal; lo anterior, con el objeto de que la
autoridad laboral esté en aptitud de calificar de buena o mala fe
el ofrecimiento del trabajo y, como consecuencia directa de
dicha calificación, se determine a quién corresponde la carga de
la prueba en tratándose del despido injustificado como base de
la acción ejercida. Sin embargo, la omisión de aportar el juicio
anterior no conlleva por sí misma la acreditación de la buena fe
del ofrecimiento de trabajo, puesto que dicha calificativa
depende de una serie de elementos, cuyo análisis se constituye
como una obligación de la junta laboral; asimismo, su
aportación oportuna tampoco implica tener por acreditada la
mala fe, en tanto que dicha circunstancia se sujeta, se reitera, a
un ejercicio valorativo.
LICITACIÓN PÚBLICA. EL AUTO INICIAL DE TRÁMITE DE
LA DEMANDA DE AMPARO NO ES LA ACTUACIÓN
PROCESAL OPORTUNA PARA ANALIZAR SI SE
ACTUALIZA LA CAUSA DE IMPROCEDENCIA DERIVADA
DE LA IMPUGNACIÓN DE ACTOS DICTADOS DENTRO DEL
PROCEDIMIENTO RELATIVO QUE NO SEAN DE IMPOSIBLE
REPARACIÓN. El análisis de la procedencia del juicio de
amparo, cuando se reclaman actos intermedios dictados dentro
de un procedimiento de licitación pública seguido en forma de
juicio, implica un examen detallado y ponderado sobre su
naturaleza, el cual no puede verificarse en el auto inicial de
trámite de la demanda de amparo, porque en esa etapa del
procedimiento únicamente constan en el expediente los
argumentos plasmados en ese escrito y, en su caso, los anexos
exhibidos. Por tanto, el juzgador no está en aptitud legal de
desecharla bajo el argumento de que se actualiza un motivo
manifiesto e indudable de improcedencia, ya que en esa etapa,
éste no es evidente, claro y fehaciente, pues necesariamente se
requerirá un análisis profundo para determinar su
improcedencia, el que por técnica de amparo, es propio de la
sentencia definitiva.
AUTORIZADO EN TÉRMINOS AMPLIOS DEL ARTÍCULO 12
DE LA LEY DE AMPARO. EL APODERADO CON
LIMITACIÓN PARA DELEGAR PODERES GENERALES O
ESPECIALES ESTÁ FACULTADO PARA DESIGNAR
AUTORIZADOS PARA ACTUAR EN EL JUICIO DE AMPARO.
El apoderado en los términos aludidos puede accionar el juicio
de amparo y autorizar a un tercero para que continúe con los
actos procesales inherentes en términos del numeral citado, lo
que no implica que se le otorgue legitimidad procesal. Por su
parte, al autorizado sólo se le permite realizar actos dentro del
juicio en el cual fue designado, siempre que actúe en defensa
de su autorizante. Así, la distinción entre delegación y
autorización radica en que el apoderado interviene mediante un
poder general para pleitos y cobranzas que le permite actuar en
nombre y representación del poderdante, mientras que el
autorizado en términos amplios del artículo 12 de la Ley de
Amparo, actúa por la designación de la que fue objeto,
mediante escrito presentado ante el juzgador por la persona
legitimada o por su representante legal. Esto es, el primero es
un mandatario o representante, mientras que el segundo sólo
tiene el carácter de autorizado o representante procesal que le
permite llevar a cabo todos los actos en juicio que correspondan
a la parte que lo designó, y no aquellos que impliquen
disposición del derecho en litigio y los reservados a la persona
del interesado.
TASA O TARIFA DE UN IMPUESTO. SU MODIFICACIÓN
PUEDE IMPUGNARSE EN AMPARO, SIN QUE ELLO DÉ
LUGAR A RECLAMAR LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL
RESTO DE LOS ELEMENTOS DE AQUEL QUE HUBIERAN
SIDO CONSENTIDOS. La modificación a la tasa o tarifa de un
impuesto constituye un acto legislativo nuevo, sólo en cuanto a
la transformación de la cuantía de dicho elemento esencial; y,
en ese sentido, la hipótesis consistente en la decisión del
legislador de modificar su importe puede impugnarse mediante
el juicio de amparo, sin que ello otorgue a los gobernados la
posibilidad de reclamar en la vía constitucional los dispositivos
legales que prevén los demás elementos esenciales del
impuesto de que se trata que hubieran sido consentidos; salvo
que la modificación de dicha tasa o tarifa hubiere repercutido
directamente sobre algún otro elemento esencial del propio
impuesto.
JUICIO DE AMPARO INDIRECTO. ES IMPROCEDENTE
CONTRA LOS ACTOS EMITIDOS POR LA RESPONSABLE
CON MOTIVO DE LA PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA DE
AMPARO DIRECTO. En la jurisprudencia 2a./J. 4/90 (*), la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
durante la vigencia de la Ley de Amparo abrogada, determinó
que el juicio de garantías inicia con la presentación de la
demanda ante el órgano jurisdiccional; tal criterio se confirmó
en el artículo 170, fracción I, último párrafo, de la Ley de
Amparo vigente, conforme al cual, para efectos de esa ley, el
juicio inicia con la presentación de la demanda. En ese sentido,
de la interpretación integral de los preceptos legales que rigen
el trámite del juicio de amparo directo en ambas legislaciones,
deriva que los actos emitidos por la autoridad responsable en
torno a la presentación de la demanda relativa forman parte del
procedimiento del juicio de amparo directo, por lo cual la
responsable funge con carácter de auxiliar de la Justicia
Federal en los actos inherentes, tales como la recepción del
libelo, el otorgamiento de la suspensión del acto reclamado, el
emplazamiento al o a los terceros perjudicados y la remisión de
la demanda al tribunal competente para su conocimiento; sin
que pueda estimarse que los actos dictados dentro del juicio de
amparo directo violen derechos fundamentales. Por ello, contra
esos actos resulta improcedente el juicio de amparo indirecto, al
actualizarse la causa de improcedencia prevista en la fracción
IX del artículo 61 de la Ley de Amparo en vigor.
CONFESIÓN FICTA DEL PATRÓN NO DESVIRTUADA CON
PRUEBA EN CONTRARIO. ES APTA PARA ACREDITAR LA
EXISTENCIA DE LA RELACIÓN LABORAL. El artículo 790,
fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, al prever que en el
desahogo de la prueba confesional las posiciones se formularán
libremente, pero deberán concretarse a "los hechos
controvertidos", debe entenderse conforme a su expresión
literal, por lo que no cabe interpretación alguna para distinguir si
éstos pueden ser principales o secundarios y, por ende, la
existencia de la relación laboral, no obstante ser uno de
naturaleza principal, es susceptible de acreditarse con la
confesión ficta del patrón, no desvirtuada con prueba en
contrario, siempre que sea un hecho controvertido. En efecto, si
la patronal no concurre a desahogarla, debe declarársele
confesa de las posiciones articuladas por el trabajador que se
hubieren calificado de legales, de manera que, a través de ese
medio probatorio, el actor puede válidamente demostrar que
existió el vínculo laboral, sin que importe que al contestar la
demanda el patrón lo haya negado, en virtud de que esa
expresión no constituye prueba, sino sólo un planteamiento de
defensa que tiene el efecto de arrojar la carga de ese dato
sobre el trabajador; además, si para acreditarlo éste tiene a su
alcance el ofrecimiento de la confesional, quedaría en precaria
condición procesal si de antemano se destruyera el valor de la
confesión ficta de su contraparte, pues bastaría que el patrón,
después de negar la relación, se abstuviera de comparecer a
absolver posiciones para impedir la eficacia probatoria de la
confesional.
JUICIO DE AMPARO DIRECTO. ANÁLISIS QUE DEBEN
REALIZAR LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO
PARA EFECTOS DE SU PROCEDENCIA EN TÉRMINOS DEL
ARTÍCULO 170, FRACCIÓN II, DE LA LEY DE LA MATERIA.
De un ejercicio interpretativo de la fracción II del artículo 170 de
la Ley de Amparo, deriva la obligación de los Tribunales
Colegiados de Circuito de realizar un examen comparativo entre
las pretensiones deducidas en el juicio contencioso y el
resultado del análisis de los conceptos de anulación, ya que es
este ejercicio de contraste, propio del análisis de fondo y no del
auto inicial del juicio, por la dificultad que encierra y que deberá
hacerse en cada asunto concreto, lo que permitirá conocer si se
ha obtenido una sentencia favorable para efectos de la
procedencia del juicio de amparo, en términos del dispositivo
legal citado.
AMPARO DIRECTO. LA FRACCIÓN II DEL ARTÍCULO 170
DE LA LEY DE AMPARO RESPETA EL DERECHO DE
ACCESO A LA JUSTICIA. Si se parte de la concepción de
"resolución favorable" que para efectos del dispositivo citado ha
establecido esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, se entiende que la procedencia del juicio de
amparo directo se condicione a que la autoridad demandada
interponga el recurso de revisión contencioso administrativo y
éste sea admitido, ya que si a través de esa resolución
favorable se ha resuelto de manera absoluta la pretensión de la
parte actora, quien ha obtenido el máximo beneficio, impidiendo
que la autoridad emita un nuevo acto con idéntico sentido de
afectación que el declarado nulo, la promoción del amparo
tendría como único objeto permitir, en caso de que la situación
producida por la sentencia favorable se vea afectada al
estimarse procedente y fundado dicho recurso, que pueda
examinarse en el amparo la constitucionalidad de las normas
aplicadas en tanto de ello podría derivarse el beneficio relativo a
su inaplicación, impidiéndose, además, la promoción excesiva
de juicios de amparo. En este sentido, la fracción II del artículo
170 de la Ley de Amparo respeta el derecho de acceso a la
justicia reconocido en el segundo párrafo del numeral 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que
de actualizarse el supuesto de sentencia favorable el particular,
que en principio no veía afectado su interés jurídico, podrá
promover el juicio de amparo directo con la limitación relativa a
los conceptos de violación que pueden plantearse y
sujetándose a las condiciones previstas respecto de la revisión
fiscal, que se explican en las razones apuntadas, pero en todo
caso que se considere no actualizado ese supuesto, tiene el
derecho de promover el juicio de amparo en términos de la
fracción I del artículo 170 mencionado, en el que podrá hacer
valer tanto cuestiones de legalidad, como de constitucionalidad
de las normas generales aplicadas, lo que demuestra que la
acción de amparo en ningún caso le está vedada, salvo que con
su promoción ya no pueda obtener ningún beneficio.
"RESOLUCIÓN FAVORABLE". SU CONCEPTO CONFORME
AL ARTÍCULO 170, FRACCIÓN II, DE LA LEY DE AMPARO.
El concepto de "resolución favorable", en la lógica del artículo
170, fracción II, de la Ley de Amparo, supone el dictado de una
sentencia que resuelva de manera absoluta la pretensión de la
parte actora y que le otorgue el máximo beneficio sin posibilidad
de una afectación posterior, con independencia del tipo de
nulidad declarada; es, en otras palabras, aquella sentencia que
implica que el acto impugnado sea irrepetible al proscribir toda
circunstancia que provoque que la autoridad pueda emitir un
nuevo acto en el mismo sentido que el declarado nulo, en tanto
que el vicio que dio lugar a tal declaratoria no puede ser
subsanado.
SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN MATERIA
AGRARIA. NO SÓLO PROCEDE A FAVOR DE EJIDATARIOS
Y COMUNEROS EN PARTICULAR, SINO TAMBIÉN DE
QUIENES BUSCAN EL RECONOCIMIENTO DE SUS
DERECHOS AGRARIOS. El espectro normativo protector
creado en el ámbito del juicio de amparo en materia agraria, los
diversos criterios que con un sentido social ha emitido la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en sus diversas
integraciones y el marco jurídico sobre derechos humanos
resguardado por el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, sirven de sustento para llevar a
cabo una interpretación extensiva del artículo 79, fracción IV,
inciso b), de la Ley de Amparo, que conduce a establecer que la
procedencia de la suplencia de la queja deficiente a ejidatarios
o comuneros no sólo procede para quienes tienen reconocido
ese carácter o calidad, sino también para quienes pretenden
que se les reconozcan sus derechos agrarios. Esto es, una de
las finalidades de dicha institución legal es que más allá de las
cuestiones técnicas que puedan presentarse en un asunto, se
protejan los derechos de las personas que consideran les asiste
ese carácter o calidad y no es, sino a través de la superación de
las deficiencias de los argumentos plasmados en los conceptos
de violación y en los agravios expuestos o de su omisión, que el
juzgador puede tener certeza y resolver con razonada
convicción lo que proceda; sin soslayar que la aplicación de la
suplencia de la queja deficiente, en todos los casos, debe
llevarse a cabo siempre y cuando cause beneficio a la parte
quejosa o recurrente, en congruencia con su propia naturaleza
jurídica. Lo anterior con independencia de que las partes
quejosa y tercero interesada estén constituidas por personas
que pretenden obtener el carácter o la calidad de ejidatarios o
comuneros, ya que dentro de las finalidades primordiales de la
tutela también está resolver, con conocimiento pleno la
controversia, y no únicamente colocarlos en una situación de
igualdad procesal durante la tramitación del juicio de amparo,
de manera que en los casos en que quienes pretenden que se
les reconozca el carácter o la calidad de ejidatarios o
comuneros tengan, a su vez, el carácter de quejoso o tercero
interesado, respectivamente, deberá suplirse la queja
deficiente, sin que ello implique una asesoría técnico-jurídica en
favor de una parte y en detrimento de otra.
CONVENIO DE COLABORACIÓN ADMINISTRATIVA EN
MATERIA FISCAL FEDERAL, QUE CELEBRAN LA
SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO Y EL
ESTADO DE JALISCO. SU ANEXO No. 17, QUE OMITE
REFERIRSE ESPECÍFICAMENTE AL IMPUESTO A LA
VENTA FINAL AL PÚBLICO EN GENERAL DE GASOLINAS
O DIÉSEL, NO VIOLA EL PRINCIPIO DE SEGURIDAD
JURÍDICA. La fracción II del artículo 2o.-A de la Ley del
Impuesto Especial sobre Producción y Servicios prevé un
impuesto adicional al impuesto a la enajenación de gasolinas o
diésel contenido en su fracción I; no obstante, ello no puede
entenderse como una contribución diferente al impuesto de
referencia, pues ambas fracciones se refieren a la enajenación
de gasolinas o diésel en el territorio nacional, es decir, es parte
del impuesto especial sobre producción y servicios y, por ende,
de conformidad con el Convenio de Colaboración Administrativa
en Materia Fiscal Federal, que celebran la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público y el Estado de Jalisco, es uno de los
impuestos que la Secretaría puede coordinar con las entidades
federativas; por tanto, el Anexo No. 17 al Convenio señalado,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de febrero de
2008, no viola el principio de seguridad jurídica, al no hacer
referencia específica al impuesto a la venta final al público en
general de gasolinas o diésel.
CONVENIO DE COLABORACIÓN ADMINISTRATIVA EN
MATERIA FISCAL FEDERAL, QUE CELEBRAN LA
SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO Y EL
ESTADO DE JALISCO. EL HECHO DE QUE SU ANEXO No.
17 NO MENCIONE RESPECTO DE QUÉ IMPUESTO SE
OTORGARON LAS FUNCIONES OPERATIVAS RELATIVAS,
NO VIOLA EL PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURÍDICA. El
hecho de que en el Anexo No. 17 citado, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 5 de febrero de 2008, se le hayan
otorgado al Gobierno del Estado de Jalisco funciones
operativas de administración, recaudación, comprobación,
determinación y cobro, respecto de los ingresos derivados de la
aplicación de las cuotas previstas en el artículo 2o.-A, fracción
II, de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y
Servicios, sin señalar con precisión el nombre del tributo
respecto del que se otorgaron esas funciones, no viola el
principio de seguridad jurídica contenido en los artículos 14 y 16
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
porque la mención de que aquéllas se refieren a los ingresos
derivados de la aplicación de las cuotas previstas en el
precepto legal invocado, el cual sí se contiene en ese anexo,
permite a los particulares saber con claridad que la regulación
normativa establecida en dicho anexo y la actuación del
Gobierno estatal es en relación con el impuesto especial sobre
producción y servicios establecido en ese artículo, con lo que se
evitan las arbitrariedades y los abusos de la autoridad. Es decir,
basta la alusión a que las funciones operativas recaen en "los
ingresos derivados de la aplicación de las cuotas previstas en el
artículo 2o.-A, fracción II, de la Ley del Impuesto Especial sobre
Producción y Servicios" para delimitar ciertamente a qué
impuesto se refieren, lo que genera certeza con relación al
objeto de dicho anexo.
RECURSO DE QUEJA PREVISTO EN EL ARTÍCULO 97,
FRACCIÓN I, INCISO E), DE LA LEY DE AMPARO.
PROCEDE CONTRA EL ACUERDO DEL JUEZ DE DISTRITO
QUE TIENE POR DESIERTA UNA PRUEBA PERICIAL. El
precepto indicado establece que el recurso de queja procede en
amparo indirecto contra las resoluciones dictadas durante la
tramitación del juicio o del incidente de suspensión que no
admitan expresamente el recurso de revisión y que por su
naturaleza trascendental y grave puedan causar perjuicio a
alguna de las partes, no reparable en la sentencia definitiva. En
ese orden de ideas, el recurso de queja procede contra el
acuerdo del Juez de Distrito que tiene por desierta una prueba
pericial, al tratarse de una determinación dictada durante la
tramitación del juicio de amparo que no admite expresamente el
recurso de revisión, y que por su naturaleza trascendental y
grave puede causar perjuicio al oferente no reparable en la
sentencia definitiva, pues ya no tendrá oportunidad procesal de
ofrecerla, ni el Juez de Distrito se ocupará de ella al dictar la
sentencia definitiva, lo que impacta en sus pretensiones, pues
con aquélla busca acreditar los extremos de lo argumentado en
su demanda; de ahí que se hable de la trascendencia y
gravedad de la determinación por cuanto puede causar perjuicio
no reparable.
MULTAS DERIVADAS DE INFRACCIONES A QUE SE
REFIERE LA FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 81 DEL CÓDIGO
FISCAL DE LA FEDERACIÓN. NO RESULTA APLICABLE LA
HIPÓTESIS PREVISTA EN EL PÁRRAFO PRIMERO DE LA
FRACCIÓN V DEL ARTÍCULO 75 DEL MISMO
ORDENAMIENTO LEGAL. La Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de
tesis 367/2010 (*), de la cual derivó la jurisprudencia 2a./J.
206/2010 (**), determinó que los supuestos previstos en la
fracción I del artículo 81 del Código Fiscal de la Federación son
perfectamente distinguibles entre sí y pueden dar lugar a
infracciones diversas, tales como no presentar declaraciones,
presentarlas a requerimiento de las autoridades fiscales o
cumplir con tales requerimientos fuera de los plazos señalados.
De ahí que cuando se impongan multas derivadas de las
infracciones a que se refiere la citada fracción I, no resulta
aplicable el párrafo primero de la fracción V del artículo 75 del
ordenamiento aludido, que prevé la obligación de la autoridad
fiscal de imponer una sola multa cuando con motivo de un solo
acto u omisión se infrinjan diversas disposiciones fiscales
sancionables en lo particular, ya que se trata de hipótesis
distintas a la que sucede cuando en diversos actos u omisiones
se configuren infracciones diversas.
DESISTIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO REALIZADO
POR EL APODERADO. PARA QUE PROCEDA, EL PODER
GENERAL DEBE CONTENER CLÁUSULA ESPECIAL QUE
LO FACULTE PARA ELLO CONFORME AL ARTÍCULO 2587,
FRACCIÓN I, DEL CÓDIGO CIVIL FEDERAL. Si bien es cierto
que la Ley de Amparo vigente no contiene un precepto
correlativo al artículo 14 de la legislación abrogada, que
requiere cláusula especial en el poder general para que el
mandatario desista del juicio constitucional, también lo es que
como tal ordenamiento no regula el contrato de mandato, sino
sólo permite su ejecución, debe partirse de la base de que la
efectividad del instrumento respectivo está supeditada a la
satisfacción de los requisitos que la legislación común consigna,
en tanto que la exigencia del legislador de comparecer a través
de apoderado debe entenderse en el sentido de que dicho
nombramiento constituya la expresión de un acto jurídico
regular, en el que se hayan cumplido los elementos materiales
que lo condicionan, así como los requisitos formales que deba
contener para su validez, lo que se traduce en que debe
atenderse al Código Civil Federal, de cuyo artículo 2587,
fracción I, se advierte que el procurador necesita poder o
cláusula especial para desistirse; de ahí que para que se
sobresea en el juicio en términos del artículo 63, fracción I, de la
Ley de Amparo, si bien no se requiere una cláusula que,
específicamente, autorice el desistimiento -en esos precisos
términos-, sí es necesario que el órgano que conozca del juicio
examine, a la luz del poder general, si al apoderado le fue
conferida la facultad de desistirse de las acciones a que se
refiere el artículo 2587, fracción I, citado, que exige poder o
cláusula especial para ese efecto, pues sólo en caso de que así
sea, será válido otorgar eficacia a la ratificación del escrito de
desistimiento, siendo suficiente para ello que en el instrumento
se exprese que el poder general se otorga con todas las
facultades generales y las especiales que requieran cláusula
especial conforme a la ley, para que se entiendan conferidos sin
limitación alguna, conforme al artículo 2554 del Código Civil
Federal.
PRUEBA PERICIAL EN EL JUICIO LABORAL. LA JUNTA DE
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE DEBE SEÑALAR FECHA DE
AUDIENCIA PARA QUE LOS PERITOS DE LAS PARTES Y
TERCERO EN DISCORDIA COMPAREZCAN
PERSONALMENTE A SU DESAHOGO, A FIN DE QUE LAS
PARTES PUEDAN INTERROGARLOS. Del artículo 825,
fracciones I, II, IV y V de la Ley Federal del Trabajo, vigente
hasta el 30 de noviembre de 2012, deriva que los peritos de las
partes y tercero en discordia deben comparecer personalmente
a la audiencia de desahogo respectiva para rendir su dictamen;
y que el derecho de las partes de repreguntarles tiene como
finalidad determinar el grado de razón, experiencia o
información que sirve de sustento a sus dictámenes, con lo cual
se aportan elementos necesarios para tomar una decisión
jurisdiccional sobre su valor probatorio. Conforme a lo anterior,
en el desahogo de la prueba pericial, la Junta de Conciliación y
Arbitraje que conoce e instruye el juicio debe señalar fecha de
audiencia para que los peritos comparezcan personalmente, a
fin de que las partes puedan interrogarlos, porque conforme a
los principios de inmediatez y oralidad que rigen en el derecho
procesal del trabajo y con fundamento en el artículo 781 de la
ley citada, las partes tienen el derecho de intervenir directa y
personalmente en todas las etapas del procedimiento, a fin de
interrogar libremente a las personas que intervengan en el
desahogo de las pruebas sobre los hechos controvertidos,
hacerse mutuamente las preguntas que juzguen convenientes y
examinar los documentos y objetos que se exhiban. Por tanto,
si la Junta omite señalar fecha para la celebración de la
audiencia aludida, se actualiza la violación procesal prevista en
el artículo 172, fracción III, de la Ley de Amparo, lo que amerita
la reposición del procedimiento.
PERSONAS MORALES OFICIALES. TIENEN LEGITIMACIÓN
PARA PROMOVER EL JUICIO DE AMPARO, EN LA VÍA QUE
CORRESPONDA, CONTRA LA RESOLUCIÓN POR LA QUE
SE LES IMPONE UNA MULTA O LA SENTENCIA RECAÍDA
AL JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO PROMOVIDO
EN SU CONTRA. Acorde con los artículos 9o. de la Ley de
Amparo abrogada y 7o. de la vigente, las personas morales de
derecho público pueden ejercitar, excepcionalmente, la acción
constitucional, en los casos en que la ley o el acto que reclamen
afecte sus intereses patrimoniales, en aquellas relaciones en
que se ubiquen en un plano de igualdad con los gobernados.
En ese contexto, cuando una autoridad impone a otra una multa
derivada de la infracción a la normativa a la que está sujeta,
surge una situación particular que, aun cuando se entabla entre
dos entes oficiales, dista de aquella en la que ambos actúan en
un margen de colaboración. Consecuentemente, la persona
moral oficial afectada por la imposición de una multa, con
independencia de si la infracción que la generó encontró su
génesis en el ejercicio de funciones estatales, como la
prestación de un servicio público, o en la realización de una
actividad supeditada al otorgamiento de una autorización,
licencia o permiso, se sitúa en un ámbito de supra a
subordinación con respecto a la autoridad sancionadora que,
evidentemente, actuó en uso de su potestad de imperio, en
tanto que su acción proviene del ejercicio de las facultades
sancionatorias de las que se halla investida por ministerio de
ley; de ahí que la entidad pública a la que se impone la multa se
ubica, en ese supuesto, en condiciones esencialmente iguales
que los particulares a quienes se les fija una sanción
pecuniaria, al verse sometida a la decisión de una autoridad
diversa que goza de fuerza vinculante y que impacta
directamente en su esfera patrimonial, cuya efectividad no se ve
desvirtuada por la naturaleza pública del destinatario de ese
acto, lo que legitima a este último para promover juicio de
amparo, ya sea que se trate de la vía directa, cuando se
combata la resolución que pone fin al procedimiento o la
sentencia dictada en el juicio contencioso en que se impugna
una multa, o bien, en la indirecta, cuando proceda desde luego
al no existir medio ordinario de defensa en su contra o por
operar una excepción al principio de definitividad.
CONFLICTOS LABORALES ENTRE LOS MUNICIPIOS Y SUS
TRABAJADORES. ANTE LA AUSENCIA DE REGULACIÓN
EN LA MATERIA PARA RESOLVERLOS, DEBE APLICARSE
LA LEGISLACIÓN LOCAL EXISTENTE Y,
COMPLEMENTARIAMENTE, EL ARTÍCULO 123 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS Y SUS DISPOSICIONES REGLAMENTARIAS.
De la interpretación teleológica e integradora del artículo 115,
fracción VIII, párrafo segundo, constitucional, se advierte la
intención del Constituyente Permanente de que las relaciones
de trabajo entre los Municipios y sus trabajadores se rijan por
las leyes expedidas por las Legislaturas de los Estados con
base en el numeral 123 de dicho ordenamiento fundamental y
sus disposiciones reglamentarias; de ahí que ante la
eventualidad de la omisión en el ejercicio de facultades o
competencias obligatorias al respecto, deben ser aplicables la
legislación del Estado respectivo y complementariamente las
leyes federales que reglamentan este último precepto. En
efecto, en aras de proteger los derechos de los trabajadores
que prestan un servicio público en los Municipios y en
acatamiento al artículo 17 de la propia Constitución, si las
Legislaturas no cumplieron con la obligación de reformar y
adicionar sus Constituciones y leyes locales, en términos de los
artículos primero y segundo transitorios de la reforma al artículo
115 constitucional, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 17 de marzo de 1987, para resolver los conflictos
laborales entre los Municipios y sus trabajadores debe
atenderse, inicialmente, a la legislación local, por estar dirigida
dicha reforma a las Legislaturas de los Estados con
trascendencia a los Municipios y sus trabajadores, y de forma
complementaria al artículo 123 y sus disposiciones
reglamentarias, que en el caso lo son la Ley Federal del Trabajo
y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, en
términos de sus apartados A y B, respectivamente, buscando
su armonización e integración sistemática hasta en tanto se
crea la normativa específica correspondiente, esto es, cuando
el legislador del Estado llene el vacío jurídico existente en la
materia.
CÉDULA DE NOTIFICACIÓN DE LA SANCIÓN IMPUESTA
POR INFRACCIÓN A LAS NORMAS DE TRÁNSITO
DETECTADA POR MEDIOS ELECTRÓNICOS. LA FIRMA
AUTÓGRAFA DEL AGENTE SUSCRIPTOR NO CONSTITUYE
UN REQUISITO PARA SU VALIDEZ, AL PODERSE
SUSTITUIR POR LA FIRMA ELECTRÓNICA CERTIFICADA
(LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO
DE JALISCO). Si bien es cierto que el artículo 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece que todo acto de autoridad debe constar por escrito,
ser emitido por autoridad competente y suscrito por el servidor
público que lo expide, también lo es que acorde con los
avances tecnológicos, a fin de simplificar y agilizar las
comunicaciones en los actos jurídicos y procedimientos
administrativos, en los ordenamientos legales de la materia en
el Distrito Federal y en el Estado de Jalisco se faculta a las
dependencias de gobierno para usar medios electrónicos,
ópticos o de cualquier tecnología, como la firma electrónica
certificada, que comprende un mensaje de datos vinculados
entre sí, que permiten llegar a la certeza plena de que éstos
corresponden al firmante. En esa medida, la firma autógrafa del
agente suscriptor en la cédula de notificación de la sanción
impuesta por infracción a las normas de tránsito, detectada por
medios electrónicos, no constituye un requisito que deba
satisfacerse para su validez, ya que puede sustituirse por la
firma electrónica certificada, cuyo valor jurídico es equivalente.
SENTENCIA DE AMPARO. SI EL ÓRGANO
JURISDICCIONAL DE AMPARO REMITE LOS AUTOS A LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN PARA LA
DESTITUCIÓN Y CONSIGNACIÓN DE LA AUTORIDAD
RESPONSABLE, ANTES DE EXIGIRLE SUBSANAR EL
POSIBLE EXCESO O DEFECTO EN SU CUMPLIMIENTO,
PROCEDE REPONER EL PROCEDIMIENTO DEL INCIDENTE
DE INEJECUCIÓN PARA QUE SE REQUIERA EL DEBIDO
ACATAMIENTO DE AQUÉLLA. Del párrafo tercero del artículo
196 de la Ley de Amparo, que establece: "La ejecutoria se
entiende cumplida cuando lo sea en su totalidad, sin excesos ni
defectos.", se sigue que antes de solicitar a la Suprema Corte
de Justicia de la Nación la apertura del procedimiento
sancionador previsto en la fracción XVI del artículo 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
órgano jurisdiccional de amparo debe ordenar a la responsable,
en su caso, que corrija esos vicios, y solamente ante su omisión
total o parcial de repararlos, debe formular la petición de actuar
contra la autoridad contumaz, ante la imposibilidad de asegurar
la observancia cabal de lo resuelto en el juicio de amparo, sobre
todo porque previo a sancionar, el juzgador debe procurar el
exacto cumplimiento de sus ejecutorias. Consecuentemente, si
el órgano de amparo procede precipitadamente y antes de
exigir que se subsane el posible exceso o defecto del
cumplimiento, remite los autos a este Alto Tribunal para la
destitución y consignación de la responsable, lo procedente es
reponer el procedimiento del incidente de inejecución para que
le requiera nuevamente el debido acatamiento del fallo
protector, como lo prevé la norma primeramente citada.
PRUEBA PERICIAL. SU VALORACIÓN EN EL JUICIO DE
AMPARO. El artículo 151, párrafo último, de la Ley de Amparo
vigente hasta el 2 de abril de 2013, establece que la prueba
pericial será calificada por el Juez según prudente estimación,
lo que significa que, para su valoración, no está sujeto a un
método legal o tasado, sino que es libre, lo que no implica que
la que lleve a cabo esté exenta de una exposición razonada que
desarrolle las conclusiones a las que arribe, porque ese
ejercicio de razonabilidad, que involucra la valoración de una
prueba pericial según su prudente estimación, también exige el
respeto al principio de legalidad que obliga, en el ejercicio
jurisdiccional, a motivar las conclusiones que expliquen por qué
el dictamen pericial provoca convicción para el dictado de la
sentencia, por lo que sólo llevando a cabo el ejercicio que se
indica podrá calificarse como debidamente valorada una prueba
pericial en el juicio de amparo.
PREVENCIÓN E IDENTIFICACIÓN DE OPERACIONES CON
RECURSOS DE PROCEDENCIA ILÍCITA. LA LEY FEDERAL
RELATIVA NO VIOLA EL DERECHO A LA LIBERTAD DE
TRABAJO Y DE COMERCIO. La finalidad de la Ley Federal
para la Prevención e Identificación de Operaciones con
Recursos de Procedencia Ilícita es proteger el sistema
financiero y la economía nacional a través de medidas y
procedimientos para prevenir y detectar actos u operaciones
que involucren recursos de procedencia ilícita, y en sus
diversas disposiciones establece limitaciones para llevar a cabo
esos actos u operaciones, imponiendo obligaciones y
prohibiciones a quienes realicen actividades consideradas como
vulnerables, como la de condicionar el pago y aceptar la
liquidación o el pago en efectivo de diversas actividades hasta
por cierto monto a razón de salarios mínimos, además de
obligar a recabar información y dar los avisos que en la ley
señala; sin embargo, ello no viola el derecho a la libertad de
trabajo y de comercio reconocido por el artículo 5o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque
no prohíbe de manera absoluta el desempeño de las
actividades comerciales o profesionales, sino que sólo conlleva
una restricción de las operaciones en efectivo que se
consideran de alto valor y el establecimiento de ciertas
obligaciones para quienes realizan actividades consideradas
como vulnerables, y se justifica por el beneficio social que
busca como finalidad constitucionalmente válida evitar que los
recursos de procedencia ilícita fortalezcan las estructuras
financieras de la organización delictiva.
PRÁCTICA MONOPÓLICA ABSOLUTA. PARA SU
ACREDITAMIENTO LA AUTORIDAD PUEDE ACUDIR A
PRUEBAS INDICIARIAS, LO QUE NO SE OPONE AL
PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. Si bien es
cierto que el principio de presunción de inocencia implica que
para desvirtuarla, la autoridad debe colmar un estándar
probatorio alto, también lo es que en los procedimientos
sancionatorios de los que conoce la Comisión Federal de
Competencia ésta puede explorar y basar su resolución en
presunciones contrarias contenidas en pruebas indiciarias, las
que pueden considerarse suficientes para sancionar a los
sujetos investigados si éstos no desvirtúan dichas pruebas al
ejercer su derecho de audiencia; lo que no se opone al indicado
principio y se explica porque tratándose de las prácticas
monopólicas absolutas a que se refiere el artículo 9o. de la Ley
Federal de Competencia Económica, vigente hasta el 6 de julio
de 2014, es difícil establecer con precisión cómo se ha
concertado un acuerdo o llegado a un comportamiento
anticompetitivo concertado, dado el cuidado que los interesados
ponen para velar u ocultar cualquier vestigio o rastro de ello, por
lo que en muchos casos, si no es que en la gran mayoría, no se
podrá encontrar prueba directa de la conducta desplegada por
el agente o los agentes involucrados ni de todos los detalles
que, por obvias razones, se ocultan u oscurecen.
PRÁCTICA MONOPÓLICA ABSOLUTA EN LICITACIONES
PÚBLICAS. CARACTERÍSTICAS QUE PUEDEN
EVIDENCIARLA. El artículo 9o., fracción IV, de la Ley Federal
de Competencia Económica, vigente hasta el 6 de julio de 2014,
prevé que son prácticas monopólicas absolutas los contratos,
convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos
competidores entre sí, cuyo objeto o efecto sea establecer,
concertar o coordinar posturas o la abstención en las
licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas. De ahí
que, según sea el caso, entre las características que pueden
evidenciar la existencia de esa conducta sancionada por la ley,
que no encuentren justificación económica razonable, están las
siguientes: a) Que exista un patrón de posturas ganadoras y
perdedoras; b) Que los precios ofertados guarden cierta
similitud, ya sea para ganar o perder la licitación; c) Que existan
agentes económicos que en forma preponderante resulten
ganadores, con una notable diferencia respecto del resto de
competidores; y d) Que la entrada de nuevos competidores
refleje un cambio drástico de disminución en los precios
ofertados. Desde luego, la demostración de esos extremos
estará sujeta a los medios de prueba que la autoridad obtenga
en los procedimientos respectivos.
PRÁCTICA MONOPÓLICA ABSOLUTA EN LICITACIONES.
PARA QUE SE ACTUALICE LA CONTENIDA EN EL
ARTÍCULO 9o., FRACCIÓN IV, DE LA LEY FEDERAL DE
COMPETENCIA ECONÓMICA, VIGENTE HASTA EL 6 DE
JULIO DE 2014, NO SE REQUIERE QUE LA CONDUCTA
SEA ININTERRUMPIDA. El precepto aludido prevé que son
prácticas monopólicas absolutas los contratos, convenios,
arreglos o combinaciones entre agentes económicos
competidores entre sí, cuyo objeto o efecto sea establecer,
concertar o coordinar posturas o la abstención en las
licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas;
supuesto en el cual no se requiere que la conducta sea
ininterrumpida, sino que puede ser constante o, incluso, que
pueda ocurrir en una sola ocasión, en virtud de que lo que
sanciona ese ordenamiento son los acuerdos que tengan por
objeto o efecto un resultado anticompetitivo, con independencia
del número de ocasiones en que ocurra, o la continuidad en su
realización.
PRÁCTICA MONOPÓLICA ABSOLUTA EN LICITACIONES,
CONCURSOS, SUBASTAS O ALMONEDAS PÚBLICAS.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. Para la existencia de
una práctica de esa naturaleza, en términos del artículo 9o.,
fracción IV, de la Ley Federal de Competencia Económica,
vigente hasta el 6 de julio de 2014, se deben acreditar los
extremos que envuelven la citada previsión normativa, a saber:
a) La existencia de un acuerdo entre agentes económicos
competidores entre sí; y b) Que dicho acuerdo tenga por objeto
o efecto un resultado anticompetitivo en las licitaciones,
concursos, subastas o almonedas públicas, a través del
establecimiento, concertación o coordinación de posturas o su
abstención.
RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO
DERIVADA DE LA PRESTACIÓN DEFICIENTE DE UN
SERVICIO MÉDICO DEL ISSSTE. PARA EXIGIRLA
PROCEDE LA RECLAMACIÓN ESTABLECIDA EN LA LEY
FEDERAL DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. En
términos del artículo 18 de la Ley Federal de Responsabilidad
Patrimonial del Estado, para exigir la responsabilidad
patrimonial del Estado, el interesado debe presentar su
reclamación ante la dependencia o entidad presuntamente
responsable, conforme a lo establecido en la Ley Federal de
Procedimiento Administrativo. Ahora bien, como la ley
últimamente citada prevé las reglas procesales necesarias para
regular el procedimiento ante cualquier entidad pública con el
propósito de reclamar la responsabilidad indicada, se concluye
que el procedimiento que habrá de seguirse a efecto de solicitar
el pago indemnizatorio por concepto de responsabilidad
patrimonial del Estado como consecuencia del actuar irregular
del ISSSTE en la prestación deficiente de los servicios de salud,
inicia con la presentación de la reclamación establecida en la
Ley Federal de Procedimiento Administrativo, por lo que es este
medio procesal el que debe tramitarse, aunque exista uno
distinto en el Reglamento de Quejas Médicas y Solicitudes de
Reembolso del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado.
JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO EN LA VÍA
SUMARIA. PARA DETERMINAR EL PLAZO PARA SU
PROMOCIÓN CONFORME A LA LEGISLACIÓN VIGENTE
HASTA EL 24 DE DICIEMBRE DE 2013, DEBE
CONSIDERARSE QUE LA NOTIFICACIÓN DE LA
RESOLUCIÓN IMPUGNADA SURTE EFECTOS EL DÍA
HÁBIL SIGUIENTE AL EN QUE SE PRACTIQUE. Es criterio
reiterado de esta Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que las notificaciones de los actos que
pretendan impugnarse surten efectos conforme a la ley que los
rige y que las reglas de las notificaciones contenidas en la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo,
generalmente, regulan las diligencias practicadas dentro del
juicio de nulidad. Sin embargo, del artículo 13, fracción I, inciso
a), de ésta, vigente hasta el 24 de diciembre de 2013,
correlacionado con el diverso 58-2, párrafo último, del
ordenamiento indicado, deriva que para determinar el plazo
para la promoción del juicio, es necesario conocer cuándo surte
efectos la notificación de la resolución impugnada, para lo cual
expresamente establecen que debe estarse a dicha ley. En
consecuencia, la norma base para definir cuándo surte efectos
la notificación del acto controvertido en el juicio sumario, es el
artículo 70 de la legislación aludida, conforme al cual las
notificaciones surten sus efectos el día hábil siguiente al en que
se practiquen, pues a diferencia de otros casos, en éste, el
legislador previó en específico que se estuviera a este cuerpo
normativo. Esta decisión es acorde al principio constitucional de
interpretación más favorable a la persona contenido en el
párrafo segundo del artículo 1o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, en aras de respetar los
derechos de seguridad jurídica y de acceso a la justicia, ya que
de atender a la ley que rige al acto impugnado tratándose de
multas administrativas, como sería el artículo 38 de la Ley
Federal de Procedimiento Administrativo, el cual establece que
las notificaciones surten efectos el mismo día en que se
practican, ello podría causar perjuicio a quienes promovieron
bajo la previsión expresa de las normas citadas en primer
término.
TERCERO PERJUDICADO O TERCERO INTERESADO EN
EL JUICIO DE AMPARO. NO TIENEN ESE CARÁCTER LOS
CONCESIONARIOS QUE CELEBREN CONTRATO CON LAS
EMPRESAS DECLARADAS CON PODER SUSTANCIAL EN
EL MERCADO RELEVANTE CUANDO SE RECLAMA UN
ACUERDO GENERAL DEL PLENO DE LA COMISIÓN
FEDERAL DE TELECOMUNICACIONES QUE LES IMPONE
OBLIGACIONES A AQUÉLLAS Y POR SUS
CARACTERÍSTICAS CONSTITUYE UN ACTO
MATERIALMENTE LEGISLATIVO. Cuando en el juicio de
amparo se impugna el Acuerdo mediante el cual el Pleno de la
Comisión Federal de Telecomunicaciones establece
obligaciones específicas relacionadas con tarifas, calidad de
servicio e información a concesionarios de redes públicas de
telecomunicaciones que tengan poder sustancial de
conformidad con la Ley Federal de Competencia Económica, en
los mercados mayoristas de servicio de arrendamiento de
enlaces dedicados locales, servicio de arrendamiento de
enlaces dedicados de larga distancia nacional, servicio de
arrendamiento de enlaces dedicados de larga distancia
internacional y servicio de arrendamiento de enlaces dedicados
de interconexión, publicado en el Diario Oficial de la Federación
el 23 de abril de 2012, los demás concesionarios de
telecomunicaciones no tienen el carácter de tercero perjudicado
o tercero interesado en el juicio, porque no reúnen los requisitos
previstos en los artículos 5o., fracción III, inciso c), de la Ley de
Amparo abrogada y 5o., fracción III, inciso a), de la vigente,
pues además de que no gestionaron a su favor el acuerdo
reclamado, éste tiene las características de un acto
materialmente legislativo, esto es, de una norma general, ya
que sus disposiciones -de carácter abstracto- subsisten en el
orden jurídico mexicano, aun cuando se conceda el amparo, en
razón de que la sentencia no puede tener efectos derogatorios
de las disposiciones generales reclamadas como
inconstitucionales.
ANOTACIÓN REGISTRAL PREVENTIVA DE LA DEMANDA
DE AMPARO INDIRECTO Y DE SU AUTO ADMISORIO.
REQUIERE DE PREVIA GARANTÍA BASTANTE PARA
REPARAR EL DAÑO E INDEMNIZAR EL PERJUICIO QUE,
EN SU CASO, SE CAUSE A TERCEROS. De acuerdo con la
ejecutoria derivada de la contradicción de tesis 53/2006-SS (*),
que dio origen a la jurisprudencia 2a./J. 67/2006 (**), de la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a
lo dispuesto en los artículos 132 de la Ley de Amparo, así como
384 y 387 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de
aplicación supletoria a ésta, debe exigirse garantía bastante
para reparar el daño e indemnizar el perjuicio que, en su caso,
se cause a terceros, previo a la anotación registral preventiva
de la demanda de amparo indirecto y de su auto admisorio en el
Registro Público de la Propiedad del lugar en el que se
encuentre el inmueble materia de la controversia, ya que tal
medida, además de sus efectos publicitarios, en atención a los
fines de la propia anotación preventiva, esto es, que se conozca
que el inmueble materia de la controversia está sujeto a litigio,
podría causar daños y perjuicios a la contraparte de la
solicitante de la medida, en tanto tal conocimiento podría inhibir
a los interesados de realizar alguna transacción respecto del
inmueble de que se trata.
REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE CONTRA
NORMAS GENERALES PERO SÓLO CUANDO DEBA
FIJARSE UN CRITERIO DE IMPORTANCIA Y
TRASCENDENCIA. De la comparación de los textos anterior y
posterior a la reforma de la fracción IX del artículo 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de junio de
2011, se advierte que con la incorporación de la expresión
"siempre", existe un mandato expreso para que esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación examine si el problema a
analizarse en la revisión contra sentencias dictadas en amparo
directo fijará un criterio de importancia y trascendencia, con lo
cual se reafirma la restricción prevista desde la redacción
anterior del propio precepto, con la finalidad de que este Alto
Tribunal se ocupe exclusivamente de asuntos en los que el
tema abordado tenga un significado jurídico relevante y más
allá del caso concreto. Asimismo, con el objeto de reiterar la
interpretación restrictiva del campo de aplicación de la citada
fracción IX, el Constituyente Permanente, para garantizar que la
materia del recurso de revisión en amparo directo se limite a
decidir las cuestiones propiamente constitucionales -lo cual ya
estaba ordenado desde el texto anterior- añadió la frase "sin
poder comprender otras", de forma que no hubiera duda acerca
de que la sentencia que se dicte invariablemente se vincule con
el estudio directo de las disposiciones de la Norma
Fundamental, excluyendo cualquier otro problema para cuya
solución baste el estudio de la legislación derivada.
REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE
EXCEPCIONALMENTE CUANDO EN LOS AGRAVIOS SE
IMPUGNE LA CONSTITUCIONALIDAD DE ALGÚN
PRECEPTO DE LA LEY DE AMPARO QUE SIRVIÓ DE
FUNDAMENTO PARA DECRETAR EL SOBRESEIMIENTO
EN EL JUICIO. El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la jurisprudencia P./J. 21/2003 (*) determinó que si
en la sentencia recurrida se sobresee en el juicio de amparo, el
recurso de revisión será improcedente aun cuando se hubiese
formulado un planteamiento de constitucionalidad en la
demanda; sin embargo, se ha sostenido también que las
disposiciones de la Ley de Amparo son susceptibles de
impugnarse a través de los propios recursos que prevé, siempre
y cuando se hayan aplicado en perjuicio del recurrente en el
auto o la resolución impugnada y el recurso intentado sea
legalmente existente. Así, el recurso de revisión en amparo
directo procede, por excepción, cuando en la sentencia
recurrida se sobreseyó en el juicio, si en los agravios se plantea
la inconstitucionalidad de un precepto de la Ley de Amparo
invocado por el Tribunal Colegiado de Circuito para sustentar su
determinación, porque no existe otro medio de defensa a través
del cual pueda impugnarse la regularidad constitucional de los
artículos que regulan la procedencia del juicio de amparo. En el
entendido de que, en este caso, la materia de análisis se
constriñe exclusivamente a la regularidad constitucional del
precepto de la Ley de Amparo que da sustento al
sobreseimiento en el juicio; de ahí que los agravios
enderezados a impugnar los aspectos de legalidad de la
sentencia recurrida deban declararse inoperantes, incluso,
cuando en la demanda de amparo se haya formulado un
planteamiento de constitucionalidad sobre el fondo del asunto.
REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE
EXCEPCIONALMENTE CUANDO EN LOS AGRAVIOS SE
IMPUGNE LA CONSTITUCIONALIDAD DE ALGÚN
PRECEPTO DE LA LEY DE AMPARO APLICADO EN LA
SENTENCIA RECURRIDA Y TRASCIENDA AL SENTIDO DE
LA DECISIÓN ADOPTADA. El Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, al resolver el recurso de reclamación
130/2011, sostuvo que, a través de los recursos previstos en la
Ley de Amparo las partes están legitimadas para impugnar la
constitucionalidad de las disposiciones de ese ordenamiento
que regulan la actuación de los órganos jurisdiccionales que
conocen del juicio de amparo, por lo que procede el análisis de
los agravios en los que se aduzca ese planteamiento. En
consecuencia, cuando en los agravios del recurso de revisión
se impugne la constitucionalidad de algún precepto de la Ley de
Amparo aplicado en la sentencia recurrida y trascienda al
sentido de la decisión adoptada, se actualiza un supuesto
excepcional de procedencia de dicho recurso.
PREVENCIÓN E IDENTIFICACIÓN DE OPERACIONES CON
RECURSOS DE PROCEDENCIA ILÍCITA. LOS ARTÍCULOS 2
Y 32, FRACCIÓN II, DE LA LEY FEDERAL RELATIVA NO
VIOLAN EL PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
Los preceptos citados no violan el principio de presunción de
inocencia, en la medida en que la intención del legislador fue
considerar a determinados negocios como vulnerables para ser
utilizados en la realización de operaciones con recursos de
procedencia ilícita, sin que contengan una sanción
administrativa o puedan calificar a las actividades o actos
señalados como conductas ilegítimas de las que el gobernado
deba probar su licitud.
COMPETENCIA PARA CONOCER DEL JUICIO DE AMPARO
CONTRA LA DETERMINACIÓN DE CONCLUSIÓN DEL
SERVICIO POR SEPARACIÓN DE UN SERVIDOR PÚBLICO.
CORRESPONDE AL JUEZ DE DISTRITO CON
JURISDICCIÓN EN DONDE SE EJECUTA EL MANDATO. En
términos del artículo 37 de la Ley de Amparo, si el acto
reclamado requiere ejecución material, es competente para
conocer del juicio el Juez de Distrito con jurisdicción en donde
dicho acto deba tener ejecución, trate de ejecutarse, se esté
ejecutando o se haya ejecutado. En ese sentido, si en un juicio
de amparo indirecto se reclama la determinación de conclusión
del servicio por separación de un servidor público, es
competente para conocer del juicio el Juez de Distrito con
jurisdicción en donde se materialice, esto es, el del lugar en el
cual desempeñaba el cargo el servidor público o realizaba sus
funciones propias. Lo anterior porque no debe atenderse al
lugar en donde se emitió la determinación de mérito, ya que no
puede considerarse como acto de ejecución de dicho
mandamiento, pues si bien legitima para promover el juicio de
amparo, no puede servir de base para fijar la competencia del
Juez de Distrito que deba conocerlo, ya que para ello debe
atenderse al lugar en que ha tenido o deba tener ejecución el
acto reclamado.
PREVENCIÓN E IDENTIFICACIÓN DE OPERACIONES CON
RECURSOS DE PROCEDENCIA ILÍCITA. EL ARTÍCULO 32
DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, NO HACE NUGATORIO
EL PODER LIBERATORIO DE LOS BILLETES Y MONEDAS
QUE PREVÉ LA LEY MONETARIA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS. La prohibición del artículo 32 aludido,
de dar cumplimiento a obligaciones y, en general, liquidar o
pagar, así como aceptar la liquidación o el pago de actos u
operaciones mediante el uso de monedas y billetes, en moneda
nacional o divisas y metales preciosos en los supuestos que
desarrolla, no hace nugatorio el poder liberatorio de billetes y
monedas expedidos por el Banco de México a que se refiere el
artículo 4o. de la Ley Monetaria citada, en la medida en que
aquel numeral sólo establece limitantes para el pago en
efectivo, siendo posible hacerlo con depósito, transferencia
electrónica a una cuenta bancaria o con la emisión de cheques;
además, porque esta restricción tiene como fin proteger el
sistema financiero y la economía nacional, constituyendo una
medida para prevenir y detectar actos u operaciones que
involucren recursos de procedencia ilícita cuyo fundamento es
el artículo 2 de la ley aludida.
JUICIO DE AMPARO. LA PERSONA FÍSICA O TITULAR DE
UNA UNIDAD ADMINISTRATIVA QUE EN SU ACTUAR
COMO AUTORIDAD FUE MULTADA POR UN TRIBUNAL
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO ESTATAL, POR
CONTUMACIA EN EL CUMPLIMIENTO DE UNA SENTENCIA,
POR DERECHO PROPIO ESTÁ LEGITIMADA PARA
PROMOVERLO CONTRA LA RESOLUCIÓN RESPECTIVA. Si
un Tribunal Contencioso Administrativo estatal estima que la
persona física o titular de una unidad administrativa demandada
en el juicio contencioso administrativo incurrió en la omisión de
cumplir la sentencia dictada en el juicio relativo y le impone una
multa equivalente a ciertos días de su salario, con
independencia de que la imposición se haga relacionando su
nombre, o bien, refiriéndose al titular de la unidad administrativa
(dirección, dependencia del Gobierno Estatal o del organismo
descentralizado), se entiende que aquélla se impone a la
persona física o funcionario que, en su actuación como
autoridad, omite cumplir la sentencia y no así a la unidad
administrativa; tan es así, que la multa se impone en el
equivalente a cierto número de días de salario vigente del
funcionario responsable, quien debe cubrirla de su propio
peculio y no con el presupuesto de la unidad administrativa. En
consecuencia, como la resolución que impone multa en los
términos referidos es susceptible de violar los derechos
fundamentales de la persona física mencionada, afectando su
esfera jurídica, se concluye que, por su propio derecho, está
legitimada para promover el juicio de amparo en su contra.
PERSONALIDAD EN EL JUICIO LABORAL. AUTORIZACIÓN
PARA EJERCER COMO PASANTE LA PROFESIÓN DE
LICENCIADO EN DERECHO. De conformidad con el artículo
692, fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, los abogados
patronos o asesores legales de las partes, sean o no
apoderados de éstas, que no tengan cédula profesional de
abogado o de licenciado en derecho, deben acreditar estar
autorizados para ejercer dicha profesión con carta de pasante
vigente, expedida por la autoridad competente, pues la
intención del legislador fue profesionalizar a los representantes
de las partes que intervienen en el juicio, a fin de reducir el
riesgo de que sean deficientemente representadas. Por otra
parte, el artículo 5o., párrafo segundo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, reconoce el derecho
de toda persona para ejercer la profesión que le acomode y
establece que las leyes de los Estados determinarán qué
profesiones necesitan título para su ejercicio, los requisitos para
obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo. Así, de
acuerdo con las legislaciones que rigen el ejercicio de las
profesiones en el Distrito Federal y en el Estado de Nuevo
León, la constancia expedida por la universidad respectiva,
donde se informa que quien comparece al juicio laboral en
representación de la parte demandada "ha concluido el plan de
estudios correlativo a la licenciatura en derecho", "ha cursado y
aprobado todas las materias correspondientes a la carrera de
licenciado en derecho" o contenga alguna expresión similar, no
es documento idóneo para acreditar ser pasante autorizado
para ejercer la profesión de abogado o de licenciado en
derecho, pues no constituye la carta de pasante vigente
expedida por la autoridad competente a que se refiere el
artículo legal citado, debido a que no la expidió la autoridad
competente encargada de supervisar el ejercicio profesional de
la carrera de licenciado en derecho que, en el caso, es la
Dirección General de Profesiones de la Secretaría de
Educación Pública y el Departamento de Profesiones,
dependiente de la Secretaría de Educación y Cultura del Estado
de Nuevo León.
REINSTALACIÓN. PARA LA VALIDEZ DE LA DILIGENCIA
RESPECTIVA ES INNECESARIO QUE AL DESAHOGARLA
EL ACTUARIO REQUIERA EXPRESAMENTE LA
PRESENCIA DEL REPRESENTANTE LEGAL DEL PATRÓN.
A través del ofrecimiento de trabajo, el patrón demandado
puede revertir la carga probatoria hacia el trabajador para que
éste demuestre el despido injustificado, siempre que aquél se
califique de buena fe, y una vez formulado, la Junta debe
requerir al trabajador para que manifieste si lo acepta o no, así
como señalar el modo, tiempo y lugar de la reinstalación. De
aceptar la oferta, se practicará la diligencia de reinstalación con
base en los términos propuestos por las partes y aprobados por
la Junta. Por lo anterior, para la validez de la diligencia de
reinstalación es innecesario que al desahogarla el actuario
requiera expresamente la presencia del representante legal del
patrón, pues éste tiene pleno conocimiento del lugar y de los
términos en que ha de hacerse y de que debe comparecer
personalmente o por conducto de quien esté facultado para
llevarla a cabo. En cambio, es conveniente la presencia del
representante legal del trabajador para que supervise el legal
cumplimiento del mandato judicial, en el entendido de que su
ausencia tampoco produce la invalidez de la diligencia.
REVISIÓN FISCAL. ES IMPROCEDENTE CONTRA LAS
SENTENCIAS QUE DECLAREN LA NULIDAD DEL ACTO
ADMINISTRATIVO IMPUGNADO QUE DETERMINÓ
CONTRIBUCIONES POR INCOMPETENCIA DE LA
AUTORIDAD QUE LO DICTÓ U ORDENÓ O TRAMITÓ EL
PROCEDIMIENTO DEL QUE DERIVA. La Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en las jurisprudencias
2a./J. 150/2010 y 2a./J. 88/2011 (*), sostuvo que el recurso de
revisión fiscal es improcedente contra sentencias que declaren
la nulidad del acto administrativo impugnado por vicios formales
y por no colmar los requisitos de importancia y trascendencia,
pues en esos supuestos, no se emite una resolución de fondo,
al no declararse un derecho ni exigirse una obligación, al
margen de la materia del asunto. En este sentido, los referidos
criterios son aplicables cuando la sentencia que declara la
nulidad lisa y llana del acto administrativo impugnado que
determinó contribuciones sólo obedece a la incompetencia de la
autoridad que lo dictó u ordenó o tramitó el procedimiento del
que deriva, pues en este supuesto no se resuelve respecto del
contenido material de la pretensión planteada en el juicio
contencioso ni se emite un pronunciamiento de fondo en el que
se declare un derecho o se exija el cumplimiento de una
obligación, con independencia de que el vicio aducido por las
Salas del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa
implique la nulidad de los créditos impugnados pues, en todo
caso, es consecuencia del vicio formal que estimaron
actualizado, pero no evidencia que realmente haya un
pronunciamiento de fondo; de manera que el requisito de
excepcionalidad previsto en el artículo 63 de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo no se satisface, lo
que torna improcedente el medio de defensa intentado.
CONSOLIDACIÓN FISCAL. EL ENTERO DEL IMPUESTO
DIFERIDO CORRESPONDIENTE AL EJERCICIO FISCAL DE
2004 Y ANTERIORES, ORIGINADO EN DIVIDENDOS
CONTABLES (DETERMINADO CONFORME AL
PROCEDIMIENTO OPCIONAL), NO INCLUYE LOS QUE SE
HUBIESEN DISTRIBUIDO ENTRE LAS SOCIEDADES DEL
GRUPO HASTA 1998 (LEGISLACIÓN VIGENTE DEL 1o. DE
ENERO DE 2010 AL 31 DE DICIEMBRE DE 2013). El artículo
cuarto, fracción VI, de las Disposiciones Transitorias de la Ley
del Impuesto sobre la Renta vigente a partir de 2010, dispone
que las sociedades controladoras deberán enterar en ese
ejercicio el impuesto diferido correspondiente al ejercicio fiscal
de 2004 y anteriores que no se hubiese pagado al 31 de
diciembre de 2009. Conforme al procedimiento opcional
previsto para tales efectos, concretamente en la fracción VII de
dicho precepto, se establece la obligación de pagar el impuesto
señalado, originado en los dividendos contables distribuidos
entre sociedades del grupo, esto es, aquellos que no provienen
de la cuenta de utilidad fiscal neta (CUFIN) y de la cuenta de
utilidad fiscal neta reinvertida (CUFINRE), según el caso. En
torno a la obligación señalada, debe tomarse en cuenta que el
artículo 57-O de la ley citada vigente hasta 1998, disponía que
los dividendos o utilidades en efectivo o en bienes que las
sociedades que consolidan se distribuyeran entre sí, no estaban
sujetos al pago del impuesto, en tanto que el artículo cuarto,
fracción VII, penúltimo párrafo, de las Disposiciones Transitorias
de la misma ley vigente a partir de 2010, especifica que para
efectos de la determinación y el entero del impuesto diferido
correspondiente al ejercicio fiscal 2004 y anteriores, no se
considerarán los dividendos o utilidades en efectivo o en bienes
pagados o distribuidos con anterioridad al 1o. de enero de 1999
que no provinieron de la cuenta de utilidad fiscal neta (CUFIN) y
de la cuenta de utilidad fiscal neta reinvertida (CUFINRE). De
ello se sigue que para efectos del artículo cuarto, fracciones VI
y VII, de las Disposiciones Transitorias de la Ley del Impuesto
sobre la Renta vigente a partir de 2010, en ese ejercicio fiscal,
las sociedades controladoras deben determinar y enterar el
impuesto diferido originado en los dividendos contables
distribuidos entre las sociedades del grupo en el ejercicio fiscal
de 2004 y anteriores, sin incluir aquellos que se hubiesen
distribuido hasta 1998, debido a que, por disposición de la ley,
estos últimos no causan el tributo.
CONSOLIDACIÓN FISCAL. EL ENTERO DEL IMPUESTO
DIFERIDO ORIGINADO EN DIVIDENDOS CONTABLES
(DETERMINADO CONFORME A LOS PROCEDIMIENTOS
OPCIONALES), NO PROVOCA QUE SE PAGUE UN
IMPUESTO INEXISTENTE O NO CAUSADO, POR LO QUE
NO VIOLA EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
TRIBUTARIA (LEGISLACIÓN VIGENTE DEL 1o. DE ENERO
DE 2010 AL 31 DE DICIEMBRE DE 2013). A partir del ejercicio
fiscal de 2010, los artículos 70-A y cuarto, fracción VI, de las
Disposiciones Transitorias, ambos de la Ley del Impuesto sobre
la Renta, obligan a las sociedades controladoras a enterar el
impuesto diferido correspondiente al sexto ejercicio fiscal
anterior (impuesto diferido generado ejercicio por ejercicio en
2005 y posteriores que debe pagarse a partir de 2011) y el
relativo al ejercicio fiscal 2004 y anteriores, hasta 1999
(pagadero en 2010). Conforme a los procedimientos opcionales
previstos para tales efectos, concretamente en los artículos 78,
en relación con el 71-A, último párrafo, y cuarto, fracción VII, de
las Disposiciones Transitorias, todos de la ley aludida, se
establece la obligación de pagar el impuesto señalado por los
dividendos contables, esto es, aquellos que no provienen de la
cuenta de utilidad fiscal neta (CUFIN) y de la cuenta de utilidad
fiscal neta reinvertida (CUFINRE), según el caso, distribuidos
entre sociedades del grupo en esos lapsos y que no se hubiera
pagado al 31 de diciembre del ejercicio inmediato anterior a
aquel en que deba efectuarse el pago del impuesto diferido. Al
respecto, debe tomarse en consideración que los artículos 57-
O, párrafo primero, de la Ley del Impuesto sobre la Renta
vigente de 1999 hasta 2001, y 78, párrafo primero, de esa ley
vigente a partir de 2002 (incluso hasta 2010), en realidad, no
establecen supuestos de causación del impuesto por
dividendos contables distribuidos o pagados entre las
sociedades del grupo, sino momentos específicos para
proceder a su entero (para cuando se enajene la totalidad o
parte de las acciones de la sociedad controlada que los
distribuyó o pagó, disminuya la participación accionaria en la
misma, se desincorpore dicha sociedad o se desconsolide el
grupo), a los cuales, se agrega el supuesto adicional de entero
previsto en la normatividad vigente a partir de 2010, bajo la
premisa de que el tributo se causó desde el momento en que se
distribuyeron o pagaron los dividendos contables respectivos,
de conformidad con el artículo 6o. del Código Fiscal de la
Federación. De lo anterior, se sigue que los artículos 70-A, 78,
en relación con el 71-A, último párrafo, y cuarto, fracciones VI y
VII, de las Disposiciones Transitorias, todos de la Ley del
Impuesto sobre la Renta vigente a partir de 2010, no violan el
principio de proporcionalidad tributaria contenido en el artículo
31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, porque al obligar a las sociedades
controladoras a determinar y enterar el impuesto diferido por
dividendos contables, lo hacen una vez que previamente se
actualizaron los supuestos del hecho imponible revelador de
capacidad contributiva, esto es, en tanto las sociedades del
grupo se distribuyeron o pagaron los dividendos de referencia,
de manera que no exigen el pago de un impuesto inexistente o
no causado, tomando en cuenta que los artículos 57-O, párrafo
primero, y 78, párrafo primero, citados, solamente prevén
momentos específicos del entero del tributo y no supuestos de
causación.
CONSOLIDACIÓN FISCAL. EN TANTO LOS DECRETOS DE
EXPEDICIÓN Y DE REFORMAS A LA LEY DEL IMPUESTO
SOBRE LA RENTA PREVIOS AL PUBLICADO EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 7 DE DICIEMBRE DE
2009, ASÍ COMO LOS PRECEPTOS A QUE DIERON LUGAR,
NO FORMAN PARTE DEL SISTEMA QUE REGULA LA
DETERMINACIÓN Y EL ENTERO DEL IMPUESTO DIFERIDO
CONFORME A ESTE ÚLTIMO DECRETO, NO SURGE UNA
NUEVA OPORTUNIDAD PARA IMPUGNARLOS EN AMPARO
COMO NORMAS AUTOAPLICATIVAS (LEGISLACIÓN
VIGENTE DEL 1o. DE ENERO DE 2010 AL 31 DE
DICIEMBRE DE 2013). Aunque los decretos publicados en el
Diario Oficial de la Federación el 1o. de enero de 2002, el 1o.
de diciembre de 2004 y el 1o. de octubre de 2007, dieron origen
a la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente a partir del
ejercicio fiscal de 2002 y a sus reformas posteriores,
particularmente a los artículos del Capítulo VI del Título II
denominado "Del Régimen de Consolidación Fiscal", no es
posible considerar que tanto aquellos decretos como los
preceptos no reformados por el diverso publicado en el medio
de difusión oficial indicado el 7 de diciembre de 2009 (salvo
determinadas excepciones, como es el caso del artículo 71 del
citado ordenamiento), tuvieron alguna modificación en cuanto a
sus alcances, sentido o aplicación, pues para que así hubiese
ocurrido las normas integrantes del sistema que regula la
determinación y el entero del impuesto diferido con motivo de la
consolidación conforme al decreto mencionado en último
término, tendrían que establecer una vinculación normativa
directa con aquellos decretos o con los dispositivos no
reformados para que, en efecto, pudiera asumirse que en
alguna forma se integran al sistema señalado desde el ejercicio
fiscal de 2010 y, en su caso, aceptar que existe una nueva
oportunidad para impugnarlos en amparo como autoaplicativos.
De esta manera, como los decretos previos al del 7 de
diciembre de 2009, así como los preceptos a que dieron lugar y
que este último no modificó, no forman parte del sistema que
regula la determinación y el entero del impuesto diferido con
motivo de la consolidación conforme a este último decreto, se
concluye que no surge una nueva oportunidad para
impugnarlos como normas autoaplicativas a partir del 1o. de
enero de 2010 en que éste inició su vigencia y, por ende, la
demanda de amparo interpuesta en su contra resulta
extemporánea, al haber transcurrido en exceso el plazo legal
previsto para tales efectos. En ese sentido, si las sociedades
controladoras consintieron tácitamente los tres primeros
decretos indicados, así como los preceptos no reformados por
el de 2009 (salvo determinadas excepciones), se actualiza en
torno a éstos la causa de improcedencia prevista en el artículo
73, fracción XII, de la Ley de Amparo vigente hasta el 2 de abril
de 2013.
REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LA AUTORIDAD
RESPONSABLE A QUIEN SE IMPONE EN LO PERSONAL
LA MULTA CONFORME AL ARTÍCULO 260, FRACCIÓN IV,
DE LA LEY DE AMPARO, TIENE LEGITIMACIÓN PARA
INTERPONER AQUEL RECURSO Y CUESTIONAR LA
REGULARIDAD CONSTITUCIONAL DE ESE PRECEPTO
LEGAL. Conforme a la jurisprudencia P./J. 22/2003 (*) del
Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
por regla general, la autoridad responsable carece de
legitimación para interponer el recurso de revisión contra la
sentencia dictada por un Tribunal Colegiado de Circuito, pues
su actuación, imparcial por antonomasia, se agota con la
emisión del acto reclamado. Sin embargo, cuando al titular
(persona física) del órgano de autoridad se le impone la multa
prevista en la fracción IV del artículo 260 de la Ley de Amparo,
por no tramitar la demanda de amparo o no remitir con la
oportunidad debida y en los plazos previstos por esa ley las
constancias que le sean solicitadas por el juzgador de amparo o
por las partes en el juicio constitucional, sí tiene legitimación
procesal para interponer el recurso de revisión a efecto de
impugnar dicho precepto legal, pues no considerarlo así,
implicaría la imposibilidad de combatirlo, lo que sería contrario a
las reformas constitucionales en materia de derechos humanos
y del juicio de amparo.
ACTA DE IRREGULARIDADES RESPECTO DE
MERCANCÍAS DE PROCEDENCIA EXTRANJERA. LA
AUTORIDAD ADUANERA DEBE CUMPLIR CON EL
REQUISITO DE INMEDIATEZ CUANDO SEAN PUESTAS A
SU DISPOSICIÓN POR UN AGENTE DEL MINISTERIO
PÚBLICO. Una interpretación armónica y sistemática de los
artículos 43, 44, 46, 144, fracciones II, XVI y XXXII, 146 y 150 a
153 de la Ley Aduanera, en su texto anterior a la reforma
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 9 de diciembre
de 2013, permite establecer que cuando las autoridades
aduaneras, en uso de sus facultades conferidas por la ley para
comprobar la legal estancia o tenencia de las mercancías de
procedencia extranjera en el país, adviertan la existencia de
irregularidades que ameriten el inicio del procedimiento
administrativo en materia aduanera deben levantar, a la
brevedad posible y justificable, un acta circunstanciada
conforme a los artículos 150 a 152 de la ley citada, según el
caso, esto es, si se decreta o no embargo precautorio de las
mercancías. En congruencia con lo anterior, si un agente del
Ministerio Público pone a disposición de una autoridad
aduanera mercancías de procedencia extranjera, esta última
debe proceder en los términos indicados, en aras de garantizar
la seguridad jurídica y el principio de inmediatez, salvo que no
cuente en ese momento con elementos suficientes para
determinar la procedencia y legal estancia de las mercancías en
el territorio nacional, supuesto en el cual, deberá levantar el
acta respectiva en cuanto disponga de la información necesaria
para ejercer sus facultades de verificación, sin que tal
circunstancia la releve de la obligación de hacer constar en un
acta las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que
sucedieron los hechos, así como los requisitos que permitan al
gobernado saber que el acto de molestia es constitucional.
CERTIFICADOS MÉDICOS EXHIBIDOS ANTE LAS JUNTAS
DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE PARA EFECTOS DEL
ARTÍCULO 785 DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO, EN
SU TEXTO ANTERIOR A LA REFORMA PUBLICADA EN EL
DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 30 DE
NOVIEMBRE DE 2012. SON VÁLIDOS AUNQUE NO
ESPECIFIQUEN EL NOMBRE DE QUIEN EXPIDIÓ EL
TÍTULO PROFESIONAL AL MÉDICO TRATANTE ADSCRITO
A UNA INSTITUCIÓN OFICIAL DE SALUD. Esta Segunda
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia 2a./J. 74/95 (*), estableció que, acorde con los
artículos 83 y 388 de la Ley General de Salud, los certificados
médicos exhibidos en el juicio laboral para justificar la
inasistencia del absolvente o del testigo al desahogo de la
prueba confesional o testimonial, en términos del artículo 785
mencionado deben contener para su validez, entre otros
requisitos, el nombre de quien expidió el título profesional al
médico que los emitió, en el entendido de que este criterio
derivó del análisis de constancias emitidas por médicos que
ejercen su profesión en forma particular. Sin embargo, los
certificados emitidos por médicos adscritos a instituciones
oficiales de salud son válidos aunque no especifiquen el
nombre de quien les expidió el título profesional, ya que el ente
oficial es responsable de contar con médicos que justifiquen
poseer dicho título, así como el nombre de quien lo expidió y
logren satisfacer los requisitos y formalidades previstos en la
Ley General de Salud para llevar a cabo los fines de la
institución que presta un servicio de salud conforme a las
disposiciones que la rigen y para la cual laboran.
METROLOGÍA Y NORMALIZACIÓN. LA TRANSCRIPCIÓN
DE LA LEYENDA REFERIDA EN EL ARTÍCULO 98,
FRACCIÓN I, DEL REGLAMENTO DE LA LEY FEDERAL
RELATIVA NO CONSTITUYE UN REQUISITO DE VALIDEZ
DEL ACTA DE VERIFICACIÓN EN MATERIA DE
PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR RESPECTO DEL
CUMPLIMIENTO DE NORMAS OFICIALES MEXICANAS. La
Ley Federal sobre Metrología y Normalización, en sus artículos
95, 97 y 98, establece los requisitos que debe cumplir la
autoridad al efectuar la visita de verificación en materia de
protección al consumidor respecto del cumplimiento de normas
oficiales mexicanas, así como aquellos que deben
circunstanciarse en el acta para su validez, entre ellos, los
consignados en las fracciones IV y VII de este último precepto,
consistentes en el número y fecha del oficio de comisión que la
motivó, así como los datos relativos a la actuación. Por su
parte, el artículo 98, fracción I, del Reglamento de la ley en
cuestión, dispone que el personal comisionado para efectuar las
visitas se presentará a la empresa con una identificación
vigente que deberá contener la leyenda "Esta credencial
autoriza a su portador a realizar la verificación, solamente si
exhibe el oficio de comisión correspondiente"; ahora bien, no
constituye una formalidad para la validez del acta, el que deba
transcribirse dicha leyenda, ya que el numeral 98 de la ley en
cita, al prever las formalidades que deben constar en el
documento para satisfacer el requisito de identificación de los
verificadores, no señala que aquélla forme parte del documento
relativo a la identificación; de ahí que basta con la presentación
del oficio de comisión y la circunstanciación de la credencial
respectiva, siendo innecesario reproducir textualmente en el
acta relativa la porción normativa indicada.
PETICIÓN. CUANDO EN LA DEMANDA DE AMPARO SE
ALEGUE VIOLACIÓN A ESE DERECHO, EL JUZGADOR NO
ESTÁ OBLIGADO A SEGUIR EL PROCEDIMIENTO
PREVISTO EN EL ARTÍCULO 117, ÚLTIMO PÁRRAFO, DE
LA LEY DE LA MATERIA. El precepto referido sólo es
aplicable tratándose de actos materialmente administrativos
emitidos en forma unilateral por un órgano de la administración
pública, cuyos efectos son directos e inmediatos; de ahí que
cuando en la demanda de amparo se alegue violación al
derecho de petición reconocido en el artículo 8o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al
tratarse de un acto omisivo, aquel numeral resulta inaplicable,
por lo que en este supuesto basta con que se dé vista al
quejoso con la respuesta que, en su caso, proporcione la
autoridad al rendir su informe justificado, para que pueda
ampliar su demanda y alegar los vicios de fondo y forma que
estime convenientes, pero sin exigir a dicha responsable que en
el propio informe formule algún complemento, pues sería tanto
como vincular al Juez de Distrito a prejuzgar que en todos los
casos la respuesta adolece de falta o insuficiente
fundamentación y motivación, no obstante que la persona
afectada desconocía su contenido y no estaba, en
consecuencia, en aptitud de plantear un argumento en tal
sentido.
CONVENIO LABORAL SANCIONADO POR LA JUNTA DE
CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE. ES IMPROCEDENTE EL
PLANTEAMIENTO DE NULIDAD FORMULADO EN SU
CONTRA CUANDO EL TRABAJADOR ADUCE RENUNCIA
DE DERECHOS (ABANDONO DE LAS JURISPRUDENCIAS
2a./J. 105/2003, 2a./J. 162/2006, 2a./J. 195/2008 Y 2a./J.
1/2010). Los artículos 123, apartado A, fracción XXVII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así
como 5o. y 33 de la Ley Federal del Trabajo establecen
limitantes al contenido de los convenios en materia laboral,
cuya vulneración entraña renuncia de derechos en perjuicio de
los trabajadores. Asimismo, el segundo párrafo del último
precepto citado prevé como requisitos de los convenios,
liquidaciones y finiquitos, que: a) consten por escrito; b)
contengan una relación circunstanciada de los hechos que los
motiven y de los derechos que sean su objeto; c) se ratifiquen
ante la Junta de Conciliación y Arbitraje respectiva; y, d) ésta
los apruebe cuando no contengan renuncia de los derechos de
los trabajadores. Por tanto, con la aprobación de la Junta, los
hechos narrados en el convenio, los montos en él liquidados y
su clausulado deben surtir efectos y, por ende, son vinculantes
para las partes, por lo que no procede que con posterioridad el
trabajador haga valer su nulidad aduciendo una renuncia de
derechos, en relación con hechos y prestaciones que ya fueron
materia de pronunciamiento por el tribunal laboral; de ahí que
resulta improcedente la acción de nulidad de los convenios
sancionados por la Junta, así como la revisión posterior de
hechos o prestaciones materia de dicho pronunciamiento, lo
que lleva a esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación a abandonar las tesis de jurisprudencia aludidas,
en la medida que consideran procedente la acción de nulidad
de un convenio aprobado por la Junta de Conciliación y
Arbitraje. Ahora bien, la improcedencia de la acción de nulidad
respecto de convenios aprobados por la Junta no excluye que
pueda plantearse la invalidez de los que no han sido aprobados
por la autoridad judicial, ni excluye que ésta, o los tribunales de
amparo, deban aplicar las normas generales de protección a
favor de los trabajadores, cuando las cláusulas dispongan
condiciones inferiores a aquéllas y, por tanto, deban tenerse por
no puestas para regir la relación de trabajo o las prestaciones
derivadas o relacionados con ésta.
FONDOS ACUMULADOS EN LA SUBCUENTA DE
VIVIENDA. EL INFONAVIT DEBE ENTREGARLOS
INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LA DEMANDA SE
HUBIERA PRESENTADO ANTES O DESPUÉS DE LA
ENTRADA EN VIGOR DEL DECRETO DE REFORMAS AL
ARTÍCULO OCTAVO TRANSITORIO DEL "DECRETO POR
EL QUE SE REFORMAN Y ADICIONAN DIVERSAS
DISPOSICIONES DE LA LEY DEL INSTITUTO DEL FONDO
NACIONAL DE LA VIVIENDA PARA LOS TRABAJADORES,
PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN
EL 6 DE ENERO DE 1997", DIFUNDIDO EN ESE MEDIO
OFICIAL EL 12 DE ENERO DE 2012. El propósito de la
reforma inicialmente citada fue agilizar la entrega de los
recursos de vivienda, por conducto del Infonavit, a los
trabajadores que hubiesen demandado su devolución antes del
13 de enero de 2012 (día en que entró en vigor la reforma al
artículo octavo transitorio mencionado) y cuyo juicio estuviese
en trámite; sin embargo, el precepto reformado no previó
expresamente el supuesto de los trabajadores que presentaran
su demanda después del inicio de su vigencia. No obstante lo
anterior, es inaplicable el artículo 40 de la Ley del Instituto del
Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, conforme
al cual, las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores)
entregarán los recursos de vivienda, pues a pesar de que dicho
numeral no se ha reformado, se encuentra dentro de la lógica
del sistema normativo del artículo octavo transitorio del decreto
de reformas al ordenamiento indicado, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 6 de enero de 1997, el que fue
declarado inconstitucional por esta Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante la
jurisprudencia 2a./J. 32/2006 (*); de ahí que ya no tiene razón
de ser que el Infonavit transfiera a las Afores los recursos en
cita, sino que éste, al tener los recursos de los trabajadores por
corresponderle su administración [como se señala en la
contradicción de tesis 25/2006-SS (**) resuelta por esta
Segunda Sala], debe devolverlos directamente, como
consecuencia de la inconstitucionalidad referida,
independientemente de que la demanda se hubiera presentado
antes o después de la entrada en vigor del decreto de reformas
al artículo octavo transitorio. De ahí que en todos los casos
corresponda al Infonavit entregar los fondos de vivienda con la
salvedad, claro está, de que haya efectuado la transferencia a
una entidad financiera, pues lo relevante es la pronta
devolución de los recursos a los trabajadores.
RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS.
CONFORME A LAS LEGISLACIONES DE LOS ESTADOS DE
PUEBLA, MORELOS Y AFINES, QUIEN PRESENTA QUEJAS
O DENUNCIAS POR EL INCUMPLIMIENTO DE LAS
OBLIGACIONES DE AQUÉLLOS TIENE INTERÉS JURÍDICO
PARA IMPUGNAR LA OMISIÓN DE LA AUTORIDAD DE
PRONUNCIARSE Y NOTIFICAR EL ACUERDO QUE
RECAIGA AL ESCRITO O COMPARECENCIA RELATIVO. La
Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado de Puebla y el Bando de Policía y Buen Gobierno del
Municipio de Cuernavaca, Morelos, establecen a favor de los
particulares el derecho subjetivo de presentar quejas o
denuncias por incumplimiento de las obligaciones de los
servidores públicos, el cual no puede agotarse con la recepción
de aquéllas, sino que se debe conceder a los interesados la
posibilidad de exigir de la autoridad la emisión de un
pronunciamiento que recaiga al escrito o comparecencia
relativo, es decir, la circunstancia de que debe recaer un
pronunciamiento de la autoridad competente, que lo haga del
conocimiento del particular, en términos del artículo 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
constituye una obligación correlativa al derecho de presentar la
queja o denuncia, lo que significa que el interesado tiene interés
jurídico para impugnar la omisión de la autoridad de emitir un
pronunciamiento, ya que el citado derecho subjetivo trae
aparejado el correlativo a que ésta emita un proveído apegado
a las formalidades del procedimiento que deben observarse
para ese tipo de asuntos y lo haga del conocimiento de quien
las formuló; sin que ello implique que la autoridad deba resolver
en determinado sentido.
ACTA ADMINISTRATIVA DE "NEGATIVA DE
VERIFICACIÓN." OBLIGACIÓN DE DESIGNAR TESTIGOS.
En respeto al principio de seguridad jurídica y, como lo ordena
el artículo 66 de la Ley Federal de Procedimiento
Administrativo, de toda visita de verificación practicada
conforme al procedimiento establecido en esa ley se levantará
acta circunstanciada en presencia de 2 testigos propuestos por
la persona con quien se entienda la diligencia o por quien la
practique si aquélla se negara a proponerlos, en la cual deben
asentarse todos los actos ejecutados durante el desarrollo de la
visita, desde que el verificador se presenta para iniciarla hasta
su conclusión, con independencia de que entre uno y otro
momento se suceda una serie de actos o sólo se levante acta
de "negativa de verificación," ante la imposibilidad de practicarla
por la oposición de la persona o personas con quienes habría
de entenderse. Lo anterior es así, porque el hecho de que lo
asentado en el acta sea la negativa de verificación no la hace
diferente a cualquiera otra acta circunstanciada levantada con
motivo de una visita de verificación.
ACTOS MATERIALMENTE ADMINISTRATIVOS. EL
SUPUESTO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 124, ÚLTIMO
PÁRRAFO, DE LA LEY DE AMPARO, SÓLO SE ACTUALIZA
RESPECTO DE LOS EMITIDOS EN FORMA UNILATERAL.
La porción normativa que establece: "En los asuntos del orden
administrativo, en la sentencia se analizará el acto reclamado
considerando la fundamentación y motivación que para
complementarlo haya expresado la autoridad responsable en el
informe justificado. Ante la falta o insuficiencia de aquéllas, en
la sentencia concesoria se estimará que el referido acto
presenta un vicio de fondo que impide a la autoridad su
reiteración.", debe entenderse referida exclusivamente a los
actos materialmente administrativos emitidos en forma unilateral
por un órgano de la administración pública, cuyos efectos son
directos e inmediatos, toda vez que cualquier acto
administrativo, que recae a una solicitud de parte interesada, o
bien, al ejercicio de un derecho de acceso a la información, de
acceso a la justicia y de audiencia y defensa, invariablemente -
de considerar que contiene un vicio que lo torna
inconstitucional- debe subsanarse (a través de un nuevo acto)
en la parte que corresponde a la afectación del derecho relativo,
pues de lo contrario, quedaría inaudita la violación alegada bajo
el argumento de que la autoridad responsable, al rendir su
informe de ley, no complementó la fundamentación y motivación
del acto reclamado y que, por tanto, existe "un impedimento
para reiterarlo", lo que no es acorde con el objetivo del juicio de
amparo de restituir al gobernado en el pleno goce del derecho
violado y obligar a la autoridad responsable a respetarlo.
AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN, DEMANDA Y
EXCEPCIONES Y OFRECIMIENTO Y ADMISIÓN DE
PRUEBAS EN EL JUICIO LABORAL. LA
INCOMPARECENCIA DE LA PARTE PATRONAL
DEMANDADA A AQUÉLLA TRAE COMO CONSECUENCIA,
ENTRE OTROS ASPECTOS, TENER POR CIERTO EL
HECHO RESPECTO AL MONTO DEL SALARIO QUE ADUJO
LA PARTE TRABAJADORA ACTORA (VIGENTE HASTA EL
30 DE NOVIEMBRE DE 2012). De los artículos 784, fracción
XII, 804, fracción II, 873 y 879 de la Ley Federal del Trabajo, se
sigue que ante la incomparecencia de la parte patronal
demandada a la audiencia de conciliación, demanda y
excepciones y ofrecimiento y admisión de pruebas, a pesar de
tener conocimiento de las consecuencias que de ello derivan,
se tendrá por cierto el hecho relativo al monto del salario que
adujo percibir en su demanda la parte trabajadora, lo que
permite dar certeza jurídica a las partes en el procedimiento
laboral respecto de los elementos de carga probatoria que
dispone la Ley Federal del Trabajo, así como las consecuencias
en el incumplimiento del débito procesal, lo que genera
certidumbre en las partes sobre lo que implica incumplir con sus
cargas y obligaciones procesales en juicio, como en este caso
lo es el que la parte patronal demandada no comparezca a la
audiencia de ley, a pesar de encontrarse en la oportunidad de
hacerlo y de tener los elementos que definen una cuestión
esencial en toda contienda laboral como lo es el poder
demostrar el monto y el pago del salario. Lo anterior, sin
perjuicio de lo previsto en el artículo 841 del ordenamiento
indicado, conforme al cual las Juntas de Conciliación y Arbitraje
deberán dictar el laudo que conforme a derecho proceda a
verdad sabida y buena fe guardada, apreciando en conciencia
los hechos sin necesidad de sujetarse a reglas y formulismos
con relación a las pruebas aportadas por las partes, expresando
los motivos y fundamentos legales en que se apoyen, siendo
claro, preciso y congruente con la demanda y contestación, y
demás pretensiones deducidas en juicio.
CONSTANCIAS DE NOTIFICACIÓN EN MATERIA FISCAL.
NO LES SON APLICABLES LAS EXIGENCIAS PREVISTAS
PARA LOS ACTOS QUE DEBEN NOTIFICARSE. Conforme al
artículo 38 del Código Fiscal de la Federación, los actos que
deben notificarse deben contener, entre otros, la firma del
funcionario competente, lo cual es acorde con los artículos 14 y
16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
y con lo sostenido por esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en el sentido de que ello otorga certeza del acto de
molestia. Sin embargo, la ley no prevé tales exigencias respecto
de las actas levantadas con motivo de la diligencia de
notificación de dichos actos, en razón de que en éstos se
contiene el poder decisorio ejercido por la autoridad, cuya
naturaleza y efectos jurídicos son distintos al de aquellas que se
levantan para circunstanciar la diligencia de comunicación, cuya
finalidad consiste en poner de manifiesto la forma en que se da
noticia del acto administrativo al interesado; de ahí que no les
resultan aplicables las exigencias que el referido numeral
dispone para los actos que han de notificarse. Por tanto, la
manifestación de la parte actora en el contencioso
administrativo, de que las constancias relativas a la notificación
del acto impugnado no contienen la firma autógrafa del personal
actuante, no puede tener los mismos efectos que la hecha en
tal sentido respecto de la del funcionario competente en el acto
impugnado, de suerte que no es dable exigir a la autoridad
demandada en el juicio de nulidad que acredite que las
constancias de la actuación ostentan firma autógrafa.
EMBARGO PRECAUTORIO PREVISTO EN EL ARTÍCULO
144, FRACCIÓN XXX, DE LA LEY ADUANERA. DEBE
REALIZARSE CONFORME AL DIVERSO 152 DE LA MISMA
LEY, EN RELACIÓN CON EL 145 DEL CÓDIGO FISCAL DE
LA FEDERACIÓN. El artículo 144, fracción XXX, citado prevé
la facultad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de
ordenar y trabar embargo precautorio conforme al Código Fiscal
de la Federación, cuando se omita el aviso de entrada o salida
al territorio nacional de cantidades en efectivo, en cheques
nacionales o extranjeros, en órdenes de pago o en cualquier
otro documento por cobrar o una combinación de ellos,
superiores al equivalente en la moneda o monedas de que se
trate, a diez mil dólares de los Estados Unidos de América. En
ese sentido, el artículo 145 del código indicado dispone el
procedimiento que debe llevarse a cabo tratándose del
embargo precautorio de bienes o de la negociación cuando se
trate de créditos fiscales determinados no exigibles, precisando
como finalidad la de garantizar el interés fiscal; objetivo que al
incidir en su naturaleza, establece determinadas reglas que
podrían resultar contrarias a la finalidad buscada con los
embargos precautorios en materia aduanera, consistente en
lograr el respeto al orden público y satisfacer el interés social
que exige el acatamiento a las normas legales respectivas y,
por tanto, impedir que se continúe su transgresión. Por ello,
este último precepto debe integrarse con lo dispuesto en el
artículo 152 de la Ley Aduanera, que señala el procedimiento a
seguir en materia aduanera en las hipótesis no contempladas
en el artículo 151 del propio ordenamiento, como es el caso.
INMOVILIZACIÓN DE CUENTAS BANCARIAS. CONTRA EL
ACTO QUE LA DECRETA NO PROCEDE EL JUICIO DE
AMPARO INDIRECTO. De los artículos 28 de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo, en su texto
reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 10 de diciembre de 2010, 116, 117, 120, 121 y
127 del Código Fiscal de la Federación, deriva que el acto que
decreta la inmovilización de cuentas bancarias puede
impugnarse en forma optativa a través del recurso de
revocación, o bien, del juicio contencioso administrativo y que,
en ambos casos, puede solicitarse la suspensión de tal acto, sin
mayores requisitos que los previstos en la Ley de Amparo. En
esta línea, una vez dictada la sentencia en el procedimiento
contencioso administrativo, puede promoverse el juicio de
amparo en la vía uniinstancial.
RECURSO DE REVOCACIÓN CONTRA EL CRÉDITO FISCAL
DETERMINADO POR OMISIÓN EN LA PRESENTACIÓN DE
DECLARACIONES A QUE SE REFIERE EL ARTÍCULO 41,
FRACCIÓN II, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN.
DEBE INTERPONERSE HASTA LA PUBLICACIÓN DE LA
CONVOCATORIA DE REMATE, EN CONGRUENCIA CON EL
NUMERAL 127 DEL PROPIO ORDENAMIENTO. Del análisis a
los artículos citados y a lo expuesto durante los procedimientos
legislativos que les dieron origen, se concluye que, tratándose
de créditos fiscales determinados presuntivamente con motivo
de la omisión en la presentación de declaraciones periódicas
para el pago de contribuciones, el contribuyente puede incoar el
recurso de revocación, en cuyo caso deberá interponerlo
conforme al artículo 127 referido, en tanto que el requerimiento
de pago del crédito fincado a su cargo da origen al
procedimiento administrativo de ejecución, lo que actualiza la
aplicación de la regla excepcional prevista en ese precepto que
establece que, tratándose de violaciones en el procedimiento,
aquel recurso se podrá hacer valer hasta la publicación de la
convocatoria de remate, y dentro de los diez días siguientes a la
fecha de publicación de la citada convocatoria.
VISITA DOMICILIARIA. LOS DOCUMENTOS, LIBROS O
REGISTROS, QUE COMO PRUEBA EXHIBA EL
CONTRIBUYENTE PARA DESVIRTUAR
IRREGULARIDADES, NO PUEDEN SER VALORADOS POR
LOS VISITADORES, PUES SÓLO LES COMPETE
DETALLARLOS Y HACER CONSTAR HECHOS U
OMISIONES EN LAS ACTAS CIRCUNSTANCIADAS. El
artículo 46 del Código Fiscal de la Federación no establece,
como facultad de los visitadores, valorar las pruebas que el
contribuyente ofrezca durante la práctica de una visita
domiciliaria con la finalidad de desvirtuar irregularidades
detectadas en la última acta parcial, pues sólo les compete
hacer constar su exhibición, levantando el acta circunstanciada
donde se asiente la existencia de los documentos aportados por
el contribuyente, ya que como auxiliares de las autoridades
fiscales sólo están facultados para asentar los hechos u
omisiones que observen durante la visita, pero dentro de sus
atribuciones no se encuentra la de determinar créditos fiscales,
a través de la valoración de los documentos, libros o registros
que como prueba exhiba el particular.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN. EL ARTÍCULO 81,
FRACCIÓN II, DE LA LEY DE AMPARO QUE ESTABLECE
LOS REQUISITOS PARA SU PROCEDENCIA, NO
TRANSGREDE EL DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sustentado que si
bien los artículos 1o. y 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en relación con el diverso numeral
25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
reconocen el derecho de acceso a la impartición de justicia -
acceso a una tutela judicial efectiva-, lo cierto es que tal
circunstancia no tiene el alcance de soslayar los presupuestos
procesales necesarios para la procedencia de las vías
jurisdiccionales que los gobernados tengan a su alcance,
puesto que de lo contrario se dejarían de observar los demás
principios constitucionales y legales que rigen la función
jurisdiccional, en detrimento de la seguridad jurídica de los
gobernados. En ese sentido, el artículo 81, fracción II, de la Ley
de Amparo no viola el derecho de acceso a una tutela judicial
efectiva, en tanto que sólo establece, de conformidad con el
numeral 17, correlacionado con el diverso 107, fracción IX,
ambos de la Constitución Federal, los presupuestos de
admisibilidad del recurso de revisión tratándose de amparo
directo, sujetando ésta a la existencia de un planteamiento de
constitucionalidad en la demanda de amparo, o bien, en el
pronunciamiento que pueda realizar el órgano jurisdiccional
competente de dicha naturaleza y, además, que el tema sea de
importancia y trascendencia, en cuyo caso, de no actualizarse
dichos requisitos, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en ejercicio de sus facultades, podrá desechar el
medio de impugnación.
ISSSTE. LOS ARTÍCULOS TERCERO Y CUARTO
TRANSITORIOS DEL DECRETO POR EL QUE SE REFORMA
LA LEY FEDERAL DE LOS TRABAJADORES AL SERVICIO
DEL ESTADO, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 31 DE DICIEMBRE DE 1984, NO
VULNERAN EL DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL. El
derecho humano citado a favor de los trabajadores al servicio
del Estado está reconocido en el artículo 123, apartado B,
fracción XI, inciso a), de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, así como en los artículos 22 y 25 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos; XVI de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
43 del Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de
los Estados Americanos (Protocolo de Buenos Aires); 9 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y
Culturales; y 9 del Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. Sin embargo en ellos, al
igual que en la norma constitucional, no se precisan los
presupuestos de acceso al derecho de la seguridad social en
relación con la obtención de una pensión jubilatoria, ni la forma
de calcular su monto, por lo que es incuestionable que se deja
al legislador ordinario la regulación de tales aspectos, para que
establezca planes sostenibles que permitan lograr que todos
tengan acceso a las prestaciones de seguridad social en un
nivel suficiente. Entendido así, una de las manifestaciones del
derecho humano a la seguridad social es el establecimiento de
mecanismos suficientes y necesarios para procurar a las
personas una pensión jubilatoria, que cubra la contingencia de
la inactividad laboral con motivo de los años de servicios,
entonces resulta claro que los artículos tercero y cuarto
transitorios del Decreto por el que se reforma la Ley Federal de
los Trabajadores al Servicio del Estado, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1984, no
contravienen el derecho a la seguridad social previsto en el
precepto constitucional indicado y en los instrumentos
internacionales aludidos; además, porque el monto para el
cálculo de la pensión jubilatoria, con apoyo en el sueldo tabular
a que se refiere el artículo 32 de la ley burocrática mencionada,
extensivo al ámbito de aplicación de la Ley del Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
vigente hasta el 31 de marzo de 2007, por disposición del
artículo tercero transitorio resulta igual al monto que hubiera
correspondido al aplicarse los conceptos de sueldo
presupuestal, sobresueldo y compensación previstos en el
artículo 15 de este último ordenamiento, por la simple razón de
que son equivalentes.
ISSSTE. LOS ARTÍCULOS TERCERO Y CUARTO
TRANSITORIOS DEL DECRETO POR EL QUE SE REFORMA
LA LEY FEDERAL DE LOS TRABAJADORES AL SERVICIO
DEL ESTADO, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 31 DE DICIEMBRE DE 1984, NO
VULNERAN EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD. Los citados
transitorios únicamente hicieron extensivo el concepto jurídico
de sueldo previsto en el artículo 32 de la citada ley burocrática,
al ámbito de aplicación de la Ley del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado vigente hasta
el 31 de marzo de 2007. Así, por disposición del artículo tercero
transitorio, el monto para el cálculo de la pensión jubilatoria
debe efectuarse con apoyo en el sueldo tabular adoptado en
esa reforma legislativa, y necesariamente resulta igual al monto
que hubiera correspondido al aplicarse los conceptos de sueldo
presupuestal, sobresueldo y compensación previstos en al
artículo 15 de este último ordenamiento, por la simple razón de
que son equivalentes. En ese sentido, tales preceptos
transitorios no restringieron la protección al derecho a la
seguridad social otorgada en la legislación anterior, y por ende
no vulneran el principio de progresividad en la tutela de los
derechos humanos.
TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. ALCANCE
DEL DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL RESPECTO AL
MONTO DEL SALARIO DE COTIZACIÓN. El derecho a la
seguridad social de los trabajadores al servicio del Estado,
reconocido en el artículo 123, apartado B, fracción XI, inciso a),
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
también se encuentra previsto en los artículos 22 y 25 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos; XVI de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
43 del Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de
los Estados Americanos (Protocolo de Buenos Aires); 9 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y
Culturales; y 9 del Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. Ahora bien, en ellos, al igual
que en la norma constitucional, no se precisan los presupuestos
de acceso al derecho a la seguridad social, en relación con la
obtención de una pensión jubilatoria, ni la forma de calcular su
monto, por lo que es incuestionable que se deja al legislador
ordinario la regulación de tales aspectos, para que establezca
planes sostenibles que permitan lograr que todos tengan
acceso a las prestaciones de seguridad social en un nivel
suficiente, pudiendo establecer reglas para la cuantificación
mínima y máxima del salario de cotización. No obstante lo
anterior, las referidas normas reconocen que, cuando un
trabajador cotiza a un plan de seguridad social que ofrece
prestaciones para suplir la falta de ingresos, debe haber
relación entre sus ingresos, las cotizaciones abonadas y la
cuantía de la prestación pertinente.
PENSIONES. LA EXCLUSIÓN DE ALGUNAS
PRESTACIONES QUE ORDINARIAMENTE PERCIBE EL
TRABAJADOR EN ACTIVO EN EL SALARIO BASE DE
COTIZACIÓN, NO VULNERA POR SÍ SOLA EL DERECHO A
UNA VIDA DIGNA, A LA SALUD Y A LA ALIMENTACIÓN.
Las normas constitucionales y convencionales que reconocen y
protegen el derecho a la seguridad social no exigen que la
pensión sustituya de manera íntegra y equivalente el ingreso de
los trabajadores en activo, sino que fijan las bases mínimas
para la integración de planes de seguridad social sostenibles
que permiten prevenir y compensarles por la pérdida o
disminución de su capacidad de ganancia, por lo que no es
exigible que la sustitución del ingreso en esos casos sea plena.
Por esa misma razón, las disposiciones legales que son
acordes al derecho a la seguridad social, de las que deriva la
exclusión de algunas prestaciones en particular que percibía el
trabajador en activo en el salario base para calcular la cuota
pensionaria no implican, por sí solas, el incumplimiento de la
obligación del Estado de garantizar un nivel de vida adecuado,
correlativo a los derechos humanos a una vida digna, a la salud
y a la alimentación, reconocidos en el artículo 4o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los
instrumentos internacionales, entre otros, en los artículos 11,
numeral 1 y 12, numeral 1, del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, así como 10, numeral 1 y
12, numeral 1, del Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.
ASIGNACIÓN DE TIERRAS EJIDALES. LAS PERSONAS
CON DERECHO A HEREDAR TIENEN LEGITIMACIÓN PARA
IMPUGNAR, EN ESTRICTO ORDEN DE PREFERENCIA, EL
ACUERDO RESPECTIVO DE LA ASAMBLEA EJIDAL. De la
interpretación sistemática de los artículos 14, 15, 17 y 18 de la
Ley Agraria, deriva que los derechos que tiene un ejidatario
para usar y disfrutar sus parcelas, así como los demás que le
sean otorgados, serán transferidos cuando fallezca, a la
persona que haya designado, la cual adquirirá, por ese solo
hecho, la calidad de ejidatario y, a falta de designación,
sucederá en estricto orden de preferencia la cónyuge, la
concubina o el concubinario, uno de los hijos, uno de sus
ascendientes, o cualquier otro dependiente económico del
ejidatario, quienes en el orden de preferencia indicado tienen la
facultad para reclamar su derecho sucesorio, respecto de las
tierras que correspondían al extinto ejidatario. En consecuencia,
la asignación de parcelas por parte de la asamblea ejidal, cuyo
titular ha fallecido, genera perjuicios a la persona con derecho a
suceder, en estricto orden de preferencia, en el uso y disfrute
de esas tierras, porque trasciende de manera directa en su
derecho a heredar. Por tanto, las personas indicadas en el
artículo 18 de la Ley Agraria están legitimadas para impugnar
los acuerdos respectivos de la asamblea, de conformidad con el
numeral 61 de la citada legislación, en cuyo caso, el plazo de
90 días a que se refiere inicia desde que conocieron o se
hicieron sabedores de la resolución correspondiente.
CADUCIDAD DE LA INSTANCIA PREVISTA EN LOS
CÓDIGOS PROCESALES CIVILES DE LOS ESTADOS DE
JALISCO, CHIAPAS Y NUEVO LEÓN. ES APLICABLE DE
MANERA SUPLETORIA A LAS LEYES DE JUSTICIA
ADMINISTRATIVA QUE REGLAMENTAN EL JUICIO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. Esta Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia
2a./J. 34/2013 (10a.) (*), ha establecido que la supletoriedad de
un ordenamiento legal sólo opera cuando se reúnen los
siguientes requisitos: a) El ordenamiento legal a suplir
establezca expresamente esa posibilidad, indicando la ley o
normas que pueden aplicarse supletoriamente, o que un
ordenamiento prevea que aplica, total o parcialmente, de
manera supletoria a otros ordenamientos; asimismo, cuando el
legislador disponga en una ley que determinado ordenamiento
debe entenderse supletorio de otros ordenamientos, ya sea
total o parcialmente; b) La ley a suplir no contemple la
institución o las cuestiones jurídicas que pretenden aplicarse
supletoriamente o, aun estableciéndolas, no las desarrolle o las
regule de manera deficiente; c) La omisión o vacío legislativo
haga necesaria la aplicación supletoria de normas para
solucionar la controversia o el problema jurídico planteado, sin
que sea válido atender a cuestiones jurídicas que el legislador
no tuvo intención de fijar en la ley a suplir; y, d) Las normas
aplicables supletoriamente no contraríen el ordenamiento legal
a suplir, sino que sean congruentes con sus principios y con las
bases que rigen específicamente la institución de que se trate.
En el caso se reúnen todos y cada uno de los requisitos
necesarios para la supletoriedad de la ley, toda vez que si bien
se trata de diferentes legislaciones de distintos Estados, como
lo son la Ley de Justicia Administrativa del Estado de Jalisco, el
Código de Procedimientos Civiles de esa entidad; la Ley de
Justicia Administrativa del Estado de Chiapas, el Código de
Procedimientos Civiles de esa entidad; y, el Código Procesal
del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de
Nuevo León y el Código de Procedimientos Civiles de dicha
entidad; lo cierto es que dichas leyes de justicia administrativa
local tienen en común que permiten expresamente la
posibilidad, a falta de disposición expresa, y en cuanto no se
oponga a lo prescrito en tales leyes, la aplicación supletoria de
los respectivos Códigos de Procedimientos Civiles de los
Estados. Por otra parte, en los términos de la jurisprudencia
referida, la aplicación supletoria de una norma no puede
condicionarse a que proceda sólo en aquellos casos en los que
la ley a suplir prevea de forma expresa la figura jurídica a
suplirse, ya que dicha interpretación puede tener como
consecuencia delimitar la finalidad que persigue dicha
institución, que es auxiliar al juzgador en su función aplicadora
de la ley para resolver las controversias que se le someten a su
consideración.
NULIDAD DE RESOLUCIONES O ACTOS DERIVADOS DEL
EJERCICIO DE FACULTADES DISCRECIONALES. LA
DECRETADA POR VICIOS DE FORMA DEBE SER PARA
EFECTOS. De lo dispuesto en los artículos 51, 52 y 57 de la
Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo,
derivan las causas que dan lugar a la ilegalidad de la resolución
impugnada, así como el tipo de nulidad que origina cada una de
ellas y los actos que la autoridad debe realizar en cumplimiento
de la sentencia anulatoria. En este marco se observa que
cuando la resolución o acto materia del juicio deriva de un
procedimiento oficioso iniciado con motivo del ejercicio de
facultades discrecionales y se decrete su ilegalidad por vicios
de forma, no puede decretarse su nulidad lisa y llana, ni simple
o discrecional, sino que ésta debe ser para efectos, los cuales
se traducen en que la autoridad determine dictar una nueva
resolución o bien, decida no hacerlo, en el entendido de que si
decide actuar deberá sujetarse al plazo de cuatro meses con
los que cuenta para cumplir con el fallo y a subsanar los vicios
formales de que adolecía el acto declarado nulo, en los
términos expresamente señalados en la sentencia que se
cumplimente.
SUSPENSIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO. PROCEDE
CONCEDERLA CONTRA LA APLICACIÓN DE LOS
ARTÍCULOS 17 K Y 28, FRACCIÓN IV, DEL CÓDIGO FISCAL
DE LA FEDERACIÓN (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR
DEL 1 DE ENERO DE 2014). El análisis del proceso legislativo
que culminó con la adición y modificación de los anteriores
preceptos por Decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 9 de diciembre de 2013 y atendiendo a lo
dispuesto por el artículo 128 de la Ley de Amparo, permite
establecer que procede conceder la suspensión en contra de su
aplicación, al no contravenirse disposiciones de orden público ni
afectarse el interés social, ya que las obligaciones que se
imponen a los contribuyentes, consistentes en emplear el buzón
tributario como medio de comunicación electrónica con la
autoridad hacendaria y enviar de manera mensual su
información contable mediante la página de Internet del Servicio
de Administración Tributaria, si bien forman parte de las
medidas implementadas a fin de agilizar los procesos de
recaudación y fiscalización, lo cierto es que la concesión de la
medida cautelar no impide que el contribuyente cumpla con sus
obligaciones fiscales de presentar promociones, solicitudes y
avisos e incluso desahogar los requerimientos que la autoridad
hacendaria le formule en forma directa, ya sea mediante
documento impreso o a través de otros medios electrónicos en
documento digital, ni tampoco que la autoridad hacendaria
ejerza sus facultades de comprobación; habida cuenta que ésta
puede notificar a los contribuyentes los actos y resoluciones
que emita a través de los mecanismos ordinarios previstos para
tal efecto, solicitando la información contable para verificar el
cumplimiento de las obligaciones a través de los procedimientos
de fiscalización, como son la revisión de gabinete y la visita
domiciliaria.
AMPARO ADHESIVO. DEBE DECLARARSE SIN MATERIA
CUANDO LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN DEL AMPARO
PRINCIPAL SE DECLARAN INFUNDADOS. Conforme al
artículo 182 de la Ley de Amparo, quien obtenga sentencia
favorable a sus intereses puede adherirse al juicio
constitucional promovido por su contraparte en el procedimiento
natural, expresando los conceptos de violación que fortalezcan
las consideraciones del acto reclamado o que expongan
violaciones al procedimiento que pudieran afectar sus defensas,
trascendiendo al resultado del fallo. Ahora, si se toma en cuenta
que el amparo adhesivo carece de autonomía en cuanto a su
trámite y procedencia, al seguir la suerte procesal del juicio de
amparo principal y, por tanto, el interés de la parte adherente
está sujeto a ésta, es evidente que cuando los conceptos de
violación del quejoso en el principal se declaran infundados y,
en consecuencia, el acto reclamado -que le es favorable al
adherente- permanece intocado, desaparece la condición a que
estaba sujeto su interés jurídico y debe declararse sin materia el
amparo adhesivo promovido para reforzarlo.
FIRMA AUTÓGRAFA DEL ACTO IMPUGNADO EN EL
JUICIO DE NULIDAD. FORMA DE CUMPLIR CON LA
CARGA PROBATORIA CUANDO LA AUTORIDAD AFIRMA
QUE LA CONTIENE. En observancia a los principios de
igualdad entre las partes y de equilibrio procesal, así como a la
obligación de cumplir con las formalidades esenciales del
procedimiento contenidos en los artículos 1o., 14, 16 y 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los
juicios deben observarse las reglas legales previstas al
respecto, entre las que se encuentra la relativa a la oportunidad
de ofrecer y desahogar las pruebas en que las partes soporten
sus posturas. Por ello, en términos del artículo 40 de la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, la
autoridad demandada puede ofrecer y desahogar cualquiera de
los medios probatorios permitidos por la ley, a fin de acreditar
sus defensas, cuya idoneidad dependerá de los hechos que
pretenda acreditar, y su apreciación y valoración del prudente
arbitrio del Juez; en el entendido de que los hechos citados
pueden constituir circunstancias variadas, distintas a las
consideradas en las ejecutorias que dieron origen a las
jurisprudencias 2a./J. 195/2007 (*) y 2a./J. 13/2012 (10a.) (**).
Así, ante la afirmación de la demandada de que la resolución
combatida contiene la firma autógrafa de la autoridad emitente
que entregó al momento de su notificación al interesado, es
posible que para demostrarlo y cumplir con la carga de la
prueba, exhiba constancia del acta levantada al efecto, que
pueda confirmar que aquel documento se recibió firmado en
original, por ser un medio de prueba legal, sobre la base de que
quien atendió la comunicación tuvo conciencia del contenido de
la leyenda de mérito, máxime si ésta se ubica en el área donde
firmó la recepción de aquel documento. Lo anterior no impide
que la parte actora pueda ofrecer prueba idónea para demostrar
la falta de autenticidad de la firma correspondiente.
PÉRDIDAS FISCALES. LA AUTORIDAD EXACTORA DEBE
DISMINUIR LAS QUE EL CONTRIBUYENTE REVISADO
TENGA PENDIENTES DE AMORTIZAR DE EJERCICIOS
ANTERIORES, CUANDO DETERMINE EL RESULTADO
FISCAL CON MOTIVO DE SUS FACULTADES DE
COMPROBACIÓN, Y AQUÉLLAS HAYAN SIDO MATERIA
DEL PROCEDIMIENTO DE VERIFICACIÓN (LEGISLACIÓN
VIGENTE EN 2004). La interpretación sistemática de los
artículos 5o., 6o., 42, 50 y 63 del Código Fiscal de la
Federación, así como 10 y 61 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, vigentes en 2004, pone de manifiesto que si bien, por
regla general, corresponde al contribuyente disminuir de la
utilidad fiscal del ejercicio las pérdidas fiscales que tenga
pendientes de aplicar de ejercicios anteriores, lo cierto es que
cuando la autoridad exactora, con motivo de sus facultades de
comprobación, modifique alguno de los rubros conforme a los
cuales se obtiene el resultado fiscal del periodo fiscalizado, y en
éste se hayan amortizado pérdidas de ejercicios pasados,
entonces la autoridad hacendaria debe considerar, en su
resolución, el monto de dicha figura sustractiva al liquidar los
créditos fiscales a cargo del contribuyente auditado, pues no
podría considerarse precluido el derecho del contribuyente a
realizar esa disminución, bajo el pretexto de que no las amortizó
contra la utilidad del ejercicio revisado, ya que la hipótesis
normativa prevista en el citado artículo 61, párrafo tercero, sólo
se actualiza en los casos en que aquél pudo disminuirlas y no lo
hizo, por lo que esta disposición no puede interpretarse de
manera rigorista al supuesto descrito. Lo anterior no significa
que la autoridad recaudadora esté vinculada en todos los casos
a disminuir de manera oficiosa e indiscriminada las pérdidas
fiscales que puedan tener los contribuyentes pendientes de
aplicar de ejercicios anteriores, sino que se encuentra acotada
a los supuestos en los que despliegue sus facultades de
comprobación respecto de un ejercicio en el que el
contribuyente auditado haya ejercido su derecho de amortizar
las pérdidas pasadas, o bien, cuando el propio causante
fiscalizado haga de su conocimiento la actualización de la
prerrogativa de mérito, siempre y cuando acredite de manera
fehaciente su pretensión.
RESOLUCIÓN FAVORABLE. SU ALCANCE PARA EFECTOS
DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO DIRECTO
EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 170, FRACCIÓN II, DE LA
LEY DE AMPARO. Acorde con los precedentes de esta
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el
alcance del concepto "resolución favorable", en el contexto del
referido dispositivo, involucra la presencia de un fallo que
declare la nulidad por cualquier causa y efecto, sin que para su
actualización deba verificarse en qué grado se benefició al actor
con la nulidad decretada, pues ello supondría juzgar, en un
proveído preliminar de mero trámite, una cuestión que sólo
puede valorarse al resolver sobre las violaciones
constitucionales alegadas.
VIOLACIONES PROCESALES EN EL JUICIO LABORAL. EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEBE ANALIZAR
TODAS LAS QUE LE PROPONGAN LAS PARTES O QUE
ADVIERTA EN SUPLENCIA DE LA QUEJA, CON
INDEPENDENCIA DE QUE EL LAUDO CAREZCA DE LA
FIRMA O DE LA IDENTIDAD DE LOS INTEGRANTES DEL
TRIBUNAL DEL TRABAJO O DEL SECRETARIO QUE LO
AUTORIZA (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 3 DE
ABRIL DE 2013). De los artículos 107, fracción III, inciso a), de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y
171, 172, 174 y 182 de la Ley de Amparo, se advierte la
obligación de las partes, al reclamar la sentencia definitiva,
laudo o resolución que ponga fin al juicio, de hacer valer en la
demanda de amparo principal y, en su caso, en la adhesiva,
todas aquellas violaciones procesales que estimen se
cometieron, precisando la forma en que trascendieron al
resultado de la resolución, así como la obligación para los
Tribunales Colegiados de Circuito de decidir respecto de todas
las que se hicieron valer y las que, en los casos que proceda,
adviertan en suplencia de la queja, con la consecuencia de que
si tales violaciones no se invocaron en un primer amparo, ni el
Tribunal Colegiado de Circuito correspondiente las hizo valer de
oficio, no podrán ser materia de concepto de violación ni de
estudio oficioso en un juicio de amparo posterior. Así, cuando
en el juicio de amparo directo promovido contra un laudo
emitido por una autoridad en materia laboral, el órgano
jurisdiccional que conozca de él advierta que la resolución
respectiva carece de la firma o de la identidad del secretario o
de uno de sus integrantes, si bien es cierto que debe conceder
el amparo para subsanar tal omisión, con independencia de
quién promueva la demanda, en términos de la jurisprudencia
2a./J. 147/2007 (*), también lo es que conforme al nuevo
sistema establecido en los preceptos constitucional y legales
citados, los señalados órganos jurisdiccionales están obligados
a analizar las demás violaciones procesales propuestas en la
demanda de amparo, en el amparo adhesivo e, incluso, las que
adviertan en suplencia de la queja, cuando proceda, pues de no
ser así, la consecuencia será que no podrán hacerse valer o
analizarse de oficio en un juicio de amparo posterior.
REFORMA AL ARTÍCULO 107 DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS,
PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN
EL 6 DE JUNIO DE 2011. SU EFICACIA E
INSTRUMENTALIDAD QUEDARON SUJETAS A LOS
TÉRMINOS ESTABLECIDOS EN LA LEY REGLAMENTARIA.
Aun cuando la reforma citada entró en vigor el 4 de octubre de
2011, los juicios de amparo promovidos antes de la expedición
de la actual Ley de Amparo y después de la entrada en vigor de
la reforma constitucional, deben regirse conforme al anterior
texto constitucional y la anterior Ley de Amparo, en tanto que si
bien es cierto que la reforma constitucional entró en vigor el día
señalado, no puede soslayarse que existió un desfase entre la
fecha en que cobró vigencia y la expedición de la nueva Ley de
Amparo, toda vez que en el artículo segundo transitorio del
decreto de reforma constitucional se confirió al Congreso de la
Unión la obligación de hacer las adecuaciones respectivas
dentro de los 120 días posteriores a su publicación, sin que en
ese lapso hubiera cumplido con tal mandato, lo cual ocasionó
que no pudiera materializarse el contenido del primer párrafo
del artículo 107 constitucional reformado, que expresamente
condicionó las controversias de que habla el artículo 103 de la
Constitución, a los procedimientos que determine la Ley
Reglamentaria, la cual es la que le da eficacia e
instrumentalidad al enunciado del repetido artículo 107.
AUTO INICIAL DE TRÁMITE DE LA DEMANDA DE AMPARO.
NO ES LA ACTUACIÓN PROCESAL OPORTUNA PARA
ANALIZAR SI EL ACTO RECLAMADO PROVIENE DE UNA
AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO. En
el auto señalado el Juez de Distrito no está en posibilidad
jurídica ni material de precisar si el acto reclamado, consistente
en el Acuerdo por el que se autoriza la modificación y
reestructuración a las tarifas para suministro y venta de energía
eléctrica y modifica disposiciones complementarias de dichas
tarifas, proviene o no de una autoridad para efectos del juicio de
amparo, ya que en esa etapa del procedimiento únicamente
constan en el expediente los argumentos plasmados en el
escrito inicial de demanda y las pruebas que se acompañen a
ésta. Por tanto, el Juez federal no está en aptitud para desechar
la demanda de amparo bajo el argumento de que se actualiza
un motivo manifiesto e indudable de improcedencia, ya que en
esa etapa no es evidente, claro y fehaciente, pues se requerirá
hacer un análisis profundo para determinar su improcedencia,
estudio propio de la sentencia definitiva, razón por la cual debe
admitir la demanda de amparo, sin perjuicio de que en el
transcurso del procedimiento lleve a efecto el análisis
exhaustivo de esos supuestos.

También podría gustarte