Liderazgo en Tiempos de Crisis
Liderazgo en Tiempos de Crisis
Liderazgo en Tiempos de Crisis
Dentro del vocabulario habitual del management existen ciertos términos que siempre han
merecido una especial atención por parte de académicos, exitosos directores generales y
consultores: calidad, cambio, desempeño y servicio, entre otros.
Sin embargo, el liderazgo por sí mismo ha sido capaz de generar una enorme cantidad de
best-sellers, pues es sin lugar a dudas uno de los valores más deseados en las
organizaciones… y al mismo tiempo uno de los más escasos.
Con este artículo no pretendo hacer un nuevo compendio de definición del liderazgo, sino
buscar un enfoque mucho más práctico a una situación común en el ambiente actual de
negocios: las crisis organizacionales.
Tampoco deseo hacer de esto una receta mágica, sino sólo algunos apuntes, algunas
consideraciones que usted, responsable de un departamento, división o compañía, pueda
tener en cuenta al momento de tomar ciertas decisiones.
Todos somos conscientes de la velocidad con que las empresas surgen y fracasan en el
mundo de los negocios; compañías que hace 20 años no existían, hoy son líderes de listas
como Fortune 500. La otra cara de la moneda son empresas que han cerrado o sido
adquiridas ante la imposibilidad de poder percibir o manejar los retos que afrontaron. Éste
es el caso de empresas como Digital, PANAM, RCA, entre otras.
Uno de los muchos elementos que pueden ser considerados como primordiales para
sobrevivir un periodo de crisis en una organización, es que sus directivos reconozcan lo que
están enfrentado. Esto bien puede ser un cambio en el mercado, una deficiencia en la
estrategia planteada o simplemente una falla en la ejecución de la misma.
Por otro lado, los periodos entre los que se dan estos cambios estructurales en el mercado
han ido disminuyendo, a la par de las mejoras en las innovaciones tecnológicas, de
investigación de mercados, comunicaciones y movilidad del capital intelectual. Con esto, la
reacción que deben tener los directivos de cualquier organización ante una crisis debe ser
más rápida, más ágil y mejor ejecutada, de tal forma, que la organización pueda resurgir
fortalecida en el menor tiempo posible, reduciendo el margen de oportunidad que puede
aprovechar la competencia.
Es ante la necesidad de edificar una estrategia que permita salvar estas crisis, que el
liderazgo aparece como un valor natural para ser considerado en esta estrategia.
Quiero ser enfático en la palabra valor, el liderazgo debe ser entiendo como una
característica fundamental de cualquier cultura organizacional (y por lo mismo un valor), y
no como una simple herramienta para conseguir un cierto objetivo. Un manager tradicional
lo consideraría como una herramienta, algo que puede ser utilizado por un cierto periodo de
tiempo y una vez conseguido el objetivo, simplemente desecharlo.
Propuesta
Todos hemos leído o escuchado definiciones sobre liderazgo; existe una gran diversidad de
las mismas y casi todas se centran en las características de la personalidad que debe poseer
un líder, sin embargo pocas hablan de la organización completa como líder, y menor es la
literatura alrededor de cómo llevar a una organización a través de una crisis con el
liderazgo como elemento organizacional fundamental.
Si entendemos que un líder es aquel individuo “con las respuestas, decisión, fuerza y un
mapa del futuro, alguien que sepa donde debemos estar”1, entonces debemos crear ese
“mapa”, ese plan mínimo que le de cohesión a los miembros de la organización.
A continuación describo los elementos mínimos que debe contener este “mapa” capaz de
mover una organización a través de una crisis.
Que quede claro: si usted no está convencido de que debe ser el primer líder de la
organización, pero no el único, por favor no intente llevar a cabo una organización basada
en el liderazgo. Aunque al principio podría tener éxito con un liderazgo “tiránico”, tarde o
temprano la organización no podrá moverse si usted no está, más allá de que seguramente
perderá elementos valiosos de su organización.
Usted no puede darse el lujo de perder la creatividad ni la experiencia acumulada junto con
la capacidad de ejecución dentro de su organización, necesita considerar que a todo lo largo
y ancho de la misma, deberá contar con líderes que le ayuden a implementar la visión de la
nueva organización, y en caso de ser necesario, corregirla en “tiempo real”.
Cultura Organizacional
Teología. En este modelo existe un gran objetivo planteado como visión para la
organización, la cual actúa como un solo organismo y los cambios se dan en función de este
objetivo.
Sería ideal creer que cada organización responde a uno solo de estos modelos culturales; sin
embargo, la realidad es que si usted observa con mayor detalle su organización, detectará
que presenta más o menos características de varios de estos modelos. Por ejemplo, puede
estar basado en una visión (Teología) al mismo tiempo que existen una serie de propuestas
diferentes sobre cómo alcanzar esa visión, creando así una oposición de fuerzas para
imponerse (Dialéctica).
Jugadores clave
Una vez establecido el dónde estamos y dónde queremos estar, podemos empezar a hablar
de ¿con quién vamos a implementar la estrategia?
La respuesta obvia es con todos y cada uno de los elementos de la organización; sin
embargo, usted debe considerar la importancia de tener líderes en toda la compañía,
campaces de diagnosticar con precisión la aceptación del cambio, la calidad y rapidez con
que se implementan las estrategias.
Habrá que tomar en cuenta que durante el proceso de desarrollo, los líderes llegarán a
cometer algunos errores; la paciencia y un marco adecuado de acción serán clave para
sostener este semillero de líderes. Recuerde que es muy difícil pedirle a una persona que
siempre tome decisiones acertadas con una experiencia mínima. Asegúrese que estos
líderes tengan un mecanismo de retroalimentación objetiva de los errores cometidos.
Los líderes deben ejercer un liderazgo a nivel operativo, muy diferente al requerido a nivel
gerencial. A continuación se dan una serie de consejos para los líderes de cada nivel
organizacional 3:
Sin embargo, existe una serie de características comunes que debe exigirse usted mismo y
a quienes comience a formar desde un nivel operativo.
Al mismo tiempo, el líder debe ser un ejemplo moral, consistente con lo que dice y manda,
no puede pedir aquello que no está dispuesto a hacer. Elija aquella persona que prefiera
hacer lo correcto, y a partir de ahí construya una plataforma de confianza donde apoyar las
relaciones con pares y subordinados.
Conclusión
Crear una organización efectiva para periodos de crisis y cambio no es una tarea sencilla, y
por lo general es una labor solitaria de unas cuantas personas. Sin embargo, y aunque para
algunas empresas es la última responsabilidad que enfrentan, no tiene por qué descansar
únicamente en usted, decida crear una organización comprometida con el liderazgo, y
usted obtendrá todo un ambiente dispuesto a llevar a cabo la transición. La elección parece
obvia, pero decidirse a dar este paso requiere en muchas ocasiones de un análisis interior, el
cual no siempre estamos dispuestos a realizar.
Referencias