Capitulo 1 - El Derecho
Capitulo 1 - El Derecho
Capitulo 1 - El Derecho
I.1.- El Derecho. I.2.- Fuentes. I.2.1.-Nociones generales. I. 2.2.- Fuentes: desarrollo y aplicación en el
Código. II.-La ley. II.1.- Concepto y caracteres. II. 2.- Clasificación. II.3.- Interpretación de la ley. II.4.-
Aplicación de la ley en el tiempo. III.- El ejercicio de los derechos. III.1.- Introducción. III.2.-Buena Fe.
III.3.- Abuso del derecho. IV.- Derecho y bienes. IV.1.- Nociones básicas. IV.2.- Derechos de las
comunidades indígenas. IV.3.- Clasificación de las cosas.
I.1.- EL DERECHO:
Introducción:
Los alumnos que recién comienzan en el estudio de esta ciencia encontrarán que
cada autor plantea ideas diversas, en relación a qué es el ―Derecho‖ y su objeto de
estudio. No se debe perder de vista que; sumado a las distintas ideas jusfilosóficas, la
palabra en sí misma es multívoca.
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Conforme a esta última, hay dos acepciones diferentes de la palabra ―Derecho‖.
Como conjunto de preceptos, reglas o leyes que gobiernan la actividad humana en la
sociedad mediante la coacción. Y también, como facultad o prerrogativa perteneciente a
un individuo y de las cuales puede prevalerse respecto de sus semejantes en el ejercicio
de su actividad.
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El derecho en sentido subjetivo, es decir este ―derecho – facultad‖, por ser un
tema de suma importancia dentro de nuestra ciencia, se estudiará en el punto III de esta
unidad.
Las ramas más importantes, entre otras, del derecho público son las siguientes:
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a) Derecho Constitucional: es el que organiza el Estado, determina las relaciones y
facultades de los distintos poderes y establece normas fundamentales de convivencia
social. De forma muy simple, también, se puede decir que es la ciencia que estudia la
organización de poder y los derechos humanos esenciales.
c) Derecho Penal: es el que regula la potestad punitiva del Estado, asociando a hechos,
estrictamente determinados por la ley, como presupuesto, una pena, medida de seguridad
o corrección como consecuencia.
Dentro de las principales ramas del derecho privado encontramos a las siguientes:
a) Derecho Civil: el sector del derecho privado, que se ocupa del hombre como sujeto de
derecho sin distinción de calidades accidentales, y de las relaciones jurídicas
patrimoniales y familiares que lo tienen como sujeto, regulando las instituciones básicas
y sirviendo por lo tanto como punto de conexión de las demás ramas del derecho privado.
(Rivera)
Agregamos por nuestra parte que el Derecho Civil hoy, está destinado a regular
las personas y las múltiples relaciones que ellas establecen en el entramado de sus
vínculos personales, familiares o de consumo. Resguardando siempre a quienes se
encuentran en situación de vulnerabilidad o de desigualdad estructural, excluyendo toda
conducta discriminatoria, porque el Derecho no desconoce la sociedad multicultural que
regula.
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Con el devenir de la historia observamos los cambios de las instituciones del
Derecho Civil; así hoy encontramos la regulación de un matrimonio compuesto por
personas de igual o distinto sexo, una ley sobre identidad de género, las técnicas de
reproducción humana asistida como fuente de la filiación, entre tantos otros institutos que
demuestran la diversidad en nuestra comunidad.
Como es sabido, en Argentina, al igual que en el resto de los países a los que
estamos vinculados por una tradición jurídica común, el Código de Comercio sufrió el
proceso de descodificación de modo más agudo que el Civil. En efecto, de ese código se
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desgajaron una importante serie de materias, hoy reguladas por leyes especiales, como
son las sociedades, los seguros, la navegación marítima, los títulos valores, etc. También
la insolvencia está regulada por una ley especial, desde hace muchos años. Todas estas
leyes configuran verdaderos estatutos, más o menos cerrados, que integran el sistema de
derecho privado argentino. Estas leyes se mantienen vigentes frente al dictado del nuevo
código. (Kemelmajer)
c) Derecho del trabajo: es el que regula las relaciones jurídicas nacidas del trabajo.
Grisolía lo define como el conjunto de principios y normas jurídicas que regula las
relaciones —pacíficas y conflictivas— que surgen del hecho social del trabajo
dependiente, y las emanadas de las asociaciones profesionales —sindicatos y cámaras
empresariales— entre sí y con el Estado.
En primer lugar, porque se ha dado un fenómeno llamado por los autores, tal
como lo señala Rivera, ―comercialización del Derecho Civil‖, viabilizado por la
transformación económico- social que se conoce como revolución industrial; donde las
innovaciones tecnológicas y el desarrollo demográfico, ya no permiten fielmente
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distinguir relaciones que no estén impregnadas por la clase mercantil. Algunos de los
ejemplos específicos, de la comercialización del derecho civil, dentro del nuevo código
son; la incorporación de la solución de la ley de concursos a la materia de privilegios,
como así también en la regulación de la oponibilidad del boleto de compraventa.
Por el otro lado, encontramos la influencia que ejerce el Derecho Civil hacia el
Derecho Mercantil, cuando busca proteger a la parte más débil económicamente dentro
de un contrato, como son los consumidores. Lo que no quiere significar la desaparición
del derecho mercantil. Se hace necesaria una síntesis de los llamados Derechos civil y
comercial, ya que ambos regulan la misma sustancia jurídica: las relaciones de los
particulares entre sí.
Nos debe quedar en claro que, a pesar de existir hoy un código único para ambas
ramas del Derecho, éstas no han perdido su autonomía. No ha dejado de existir ni el
Derecho Civil ni el Derecho Comercial, sólo gozan de principios comunes que están
plasmados en este nuevo Código.
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Claramente y a diferencia del ideal codificador decimonónico no se ha propuesto
fijar un Código eterno, inmutable, y que todo sea dentro de él y nada fuera de él, sino que
por el contrario, entendiendo la necesidad de estar en sintonía con el devenir de la
sociedad argentina, y la importancia de la especialidad de cada tema, mantiene las leyes
especiales de; Salud Mental, Derecho del Paciente, Identidad de Género, Seguros,
Sociedades, Concursos y Quiebras, entre tantas. Establece una serie de principios
generales, los que irán reformulando el sentido de cada uno de los microsistemas, tarea
que incumbe a la doctrina y a la jurisprudencia.
I.2.1.-Nociones generales:
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Cuando pensamos en el arduo y resbaladizo tema de las fuentes, necesitamos
primeramente precisar una idea sobre qué estamos hablando; la palabra fuente, significa
manantial, lugar donde brota el agua y si nos encaminamos hacia el mundo del Derecho
sigue manteniendo esa noción primigenia.
Mas para clarificar desde el inicio el tema debemos decir que algunas de ellas son
obligatorias, tienen autoridad; como la ley y la costumbre y otras carecen de dicha
obligatoriedad a nivel general, sólo son obligatorias para las partes en litigio como lo es
la jurisprudencia, (excepcionalmente la jurisprudencia es obligatoria en los fallos plenos
y plenarios). Existiendo otra que, a pesar de ser muy importante carece de toda autoridad,
como es la doctrina.
Nuestro sistema jurídico con claro origen romanista ha tenido como principal
fuente de derecho a la ley, mientras que el sistema anglosajón tiene a la jurisprudencia.
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Si re pensamos el tema hoy y teniendo presente el nuevo Código Civil y
Comercial, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la ley sigue siendo nuestra
principal fuente de derecho. En los mismos fundamentos la Comisión redactora lo
ratifica. Pero ya no está sola sino que se encuentra acompañada, y desde el comienzo del
cuerpo normativo, con la Constitución Nacional y los Tratados de derechos humanos.
El gran cambio respecto del sistema anterior consiste en que se admite una
pluralidad de fuentes, incluyendo no sólo la ley, sino todo el Derecho. Se destaca el rol de
la Constitución y los tratados internacionales, donde se concreta la constitucionalización
del derecho privado. Con una finalidad didáctica podemos decir, por ejemplo, que la
persona humana no sólo se encuentra regulada en el Código y sus leyes
complementarias, sino también, y nos atrevemos a decir ―primariamente‖, en todos los
tratados de derechos humanos con rango constitucional.
a) La Ley: (remisión)
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El artículo antes indicado es la base de todo el sistema y nos conduce a; cómo los
casos que se presenten a los jueces deben ser resueltos conforme a las fuentes.
Destacando en primer lugar y de acuerdo nuestro clásico sistema romanista, a la ―ley‖,
que resulta la más importante, pero no la única. Así el sistema nos obliga a aplicar todo el
Derecho para la resolución de un caso. Nos debe quedar en claro desde el comienzo que,
Derecho y Ley no son sinónimos. Por ser la ley la fuente principal, se estudiará a la
misma más detalladamente en el punto II, de esta unidad temática.
b) Constitución Nacional:
c) Jurisprudencia:
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A pesar de no estar nombrada en forma directa en el art.1 de nuestro Código, la
jurisprudencia es fuente indiscutible de Derecho.
También cobra relevancia el tribunal del cual emana. La jurisprudencia, nos dice
Rivera, no se constituye con las decisiones de tribunales inferiores sino con las decisiones
de las Cámaras de Apelación, Cortes o Superiores Tribunales Provinciales y de la Corte
Suprema nacional. Son éstos los que van delineando el camino de la jurisprudencia y
también son ellos los que van a dirimir un conflicto en última instancia.
Los tribunales inferiores no están obligados por las sentencias respecto a temas
similares de los superiores, aunque los particulares pueden llegar a ellos por vía de la
apelación, y en definitiva, se impondrá su decisorio. Además, los jueces, aunque no estén
obligados, tienden a respetar decisiones anteriores de los superiores.
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libertad de prensa, las normas no nos dicen mucho, pero la Corte Suprema Nacional ha
delineado criterios precisos a través de casos como ―Campillay‖ desde hace ya muchos
años.
Tanto la ley como la costumbre, siendo ambas fuentes del Derecho, poseen
marcadas diferencias. Si empezamos a analizarlas desde quien las ha originado, la ley, se
ubica en el área gubernamental y es de formación rápida. En cambio, a la costumbre la
debemos situar en el área de la sociedad y con una gestación lenta.
Esta fuente del derecho encuentra su regulación en el art 1 del CCyC, que es la
puerta de ingreso al Código.
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formación reciente, como por ejemplo cuando la temática es novedosa, aunque si es
prolongado esto lo hace más fuerte.
e) Doctrina:
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Como ya se ha expresado con anterioridad, esta clásica fuente carece de
obligatoriedad, por lo que no se encuentra nombrada en el art.1 de nuestro código; pero
debido a su importancia creemos necesario hacer un sucinto desarrollo de la misma.
Para estar frente a una real evolución del Derecho debe haber comunicación entre
las diversas fuentes tradicionales, doctrina, jurisprudencia, costumbre y ley, una debe
iluminar a las otras, porque todas cumplen en forma armónica una vital función en el
desarrollo de nuestra ciencia y en el de una sociedad democrática.
II.-LA LEY
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- Generalidad: se establece en beneficio de todos y para observancia de todos los
miembros sociales, con independencia de la calidad y condición de cada uno de ellos, a
fin de que considere no a los individuos, sino a las acciones en sí mismas;
Las leyes rigen después del octavo día de su publicación oficial, o desde el día
que ellas determinan (art.5 CC y C). La publicación hace que la ley sea conocida, lo cual
es necesario a los fines de que sea aplicada por lo ciudadanos. Sin embargo, nadie puede
decir que no conoce la ley porque no leyó la publicación, ya que la obligatoriedad es
independiente, se funda en la norma de reconocimiento y no en la publicidad; puede
haber leyes no publicadas o secretas que son obligatorias.
Es cierto que hay muchas personas que no conocen las leyes y que en realidad es
imposible conocerlas a todas. Sin embargo, apartarse de esta regla, podría afectar
gravemente la seguridad jurídica, porque siempre habría manera de argumentar que una
ley no es conocida, o que no se la pudo conocer aun disponiendo de una diligencia
razonable. Ello abriría las puertas a un mundo incierto en el cual tanto los que conocen
como los que no conocen podrían argumentar desconocimiento.
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II. 2.- CLASIFICACIÓN:
En un sentido formal, son leyes solo las normas emanadas de los órganos
legislativos, Congreso nacional o legislaturas provinciales, con los procedimientos fijados
por las Constituciones, tanto nacional como provinciales. En este aspecto tanto se
considera ley la regla que está destinada a una generalidad de casos como la que se
refiere a uno en particular (p.ej.: ley que otorga un beneficio o subsidio personal).
Así las normas son supletorias cuando los particulares en sus propias regulaciones
de derechos pueden apartarse de sus prescripciones. Se denominan supletorias porque
suplen la voluntad de los particulares en caso de silencio; es decir cuando las partes nada
han previsto en relación a algún tema, ellas se vuelven obligatorias para ese supuesto
jurídico. En materia de derecho privado las encontramos principalmente, en obligaciones
y también en la regulación de los contratos.
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Las supletorias se dictan teniendo en miras el interés particular de las partes, su
utilidad exclusiva; se proponen resolver los problemas que surgen de la falta de previsión
de las partes en sus regulaciones.
Introducción:
Podemos decir que interpretar es buscar el sentido y valor de la norma para medir
su extensión precisa y apreciar su eficacia en cuanto al gobierno de las relaciones
jurídicas, aparentemente comprendidas en el ámbito de su vigencia.
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Dentro del Capítulo I referido al Derecho, específicamente en el art.2 el C.C. y C.
se establecen las reglas de interpretación de la ley, especialmente dirigida hacia los jueces
quienes serán los encargados de aplicar el Derecho, y reza lo siguiente. “Interpretación.
La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes
análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los
principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.”
Interpretación gramatical: ―La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus
palabras…”. Toda interpretación de un texto comenzara con el sentido literal, o sea, el
significado de una expresión o una frase en el lenguaje general.
Cuando nos preguntamos sobre los fines de la norma, lo debemos vincular con los
fines específicos de la materia que estamos analizando. Por ejemplo, si estamos
analizando preceptos dentro del derecho laboral, se debe estar al favor operari, o al favor
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creditori en el derecho comercial o a la primacía del interés superior de los niños en el
derecho de familia.
Tradicionalmente las leyes análogas han sido tratadas como ―fuente‖, éste código
las incluye como criterios de interpretación, para dar libertad al juez en los diferentes
casos. Ello tiene particular importancia en supuestos en los que pueda haber
discrepancias entre la ley análoga y la costumbre, como sucede en el ámbito de los
contratos comerciales.
Para que se aplique a un caso no regulado por la ley, la solución legal que se
previó a otro supuesto, se debe dar una identidad en el hecho omitido y en el regulado.
También a los fines de integrar la ley con una ley análoga, el juez deberá
considerar siempre aplicar aquella que lleve a la realización del valor justicia en el caso
concreto.
Las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos: Los
tratados internacionales cumplen una doble función, de fuente de acuerdo al art. 1 del
CCyC, pero además, cuando se interpreta una norma, tienen especial relevancia. Porque
proveen un contenido valorativo que se considera relevante para el sistema. Ésta es la
función que tienen en materia hermenéutica y a la que se refiere este art. 2 en análisis.
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La Corte ha dado valor interpretativo a los tratados sobre derechos humanos en
numerosos precedentes, de modo general; en materia de derecho a la salud; de cárceles;
de crímenes de lesa humanidad y hasta de protección del trabajador.
Los principios: Los principios son normas abiertas, indeterminadas, que obligan a
cumplir un mandato en la mayor medida posible.
Ciuro Caldani nos dice que los principios, son mandatos de optimización, que se
deben realizar en la mayor medida posible, ponderándolos con otros.
Estos valores cumplen múltiples funciones, entre ellas; sirven como límite
axiológico en el campo de la validez material de la norma, son también el contenido de
los principios, éstos contienen una idea o referencia valorativa.
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Esto permite superar la limitación derivada de una interpretación meramente
exegética y dar facultades al juez para recurrir a las fuentes disponibles en todo el
sistema. Ello conforme con la jurisprudencia de la CSJN, en cuanto afirma que la
interpretación debe partir de las palabras de la ley, pero debe ser armónica, conformando
una norma con el contenido de las demás, pues sus distintas partes forman una unidad
coherente y que, en la inteligencia de sus cláusulas, debe cuidarse de no alterar el
equilibrio del conjunto.
Introducción:
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Al analizar el artículo 7°, podemos concluir que el legislador ha organizado la
aplicación de la ley en el tiempo en base a cuatro reglas:
- Efecto inmediato.
- Principio de irretroactividad.
- Límites a la retroactividad.
- Efecto ultractivo o supervivencia de la ley antigua.
EFECTO INMEDIATO:
La nueva ley se aplicará a las situaciones o relaciones jurídicas que nazcan con
posterioridad a su entrada en vigencia y también a las consecuencias futuras de las
situaciones o relaciones jurídicas existentes al momento de su entrada en vigencia.
PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD:
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Este principio encuentra tres excepciones:
RETROACTIVIDAD:
Ahora bien, debemos preguntarnos cuándo una ley es retroactiva a los fines de
analizar luego, los límites impuestos al legislador por el artículo 7° para su dictado.
En efecto, y haciendo una gran simplificación sobre el tema, una ley sería
retroactiva cuando la nueva ley pretende:
2.- Cuando se refiere a los efectos de una situación o relación jurídica producidos
antes que la nueva ley se halle en vigencia. Es decir, que la ley que gobierna los efectos
de una situación jurídica no puede, sin ser retroactiva, alcanzar los efectos que una
situación haya producido bajo la ley anterior, ya se trate de aumentar, disminuir o
modificar esos efectos.
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Conforme el desarrollo efectuado sobre la retroactividad de la ley, el régimen
vigente no prohíbe la retroactividad de la ley, sino que establece una serie de límites a los
fines que una nueva ley dictada por el legislador pueda ser retroactiva.
Por ello, sólo el legislador está facultado para conferir a una ley efecto retroactivo
con los límites impuestos en el artículo 7 del C.C. y C, dicha intención debe surgir
claramente, sea mediante una declaración expresa o bien en forma inequívoca. Por el
contrario, el juez, de motu propio, no puede jamás aplicar retroactivamente una ley nueva
Este efecto implica que la ley supletoria antigua que se deroga, suprime o
modifica va a seguir vigente para los contratos en curso de ejecución.
Es decir, que no se van a aplicar conforme el efecto inmediato, las nuevas leyes
supletorias a los contratos en curso de ejecución.
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sobreabundante, no puede violentar dicha autonomía cambiando lo acordado por las
partes.
III.1.- Introducción:
Al comenzar con la noción del ejercicio de los derechos es dable destacar la idea
de la relatividad de los mismos; no pueden ejercerse a voluntad y discreción del titular
sino dentro de determinados límites para no caer en la ilicitud. Los derechos deben
cumplir fines útiles y deben ser ejercidos con razonabilidad.
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nos enfocarnos en conductas tales como; la de un acreedor que intenta cobrar a su deudor
lo debido, a distintos sujetos acordando cláusulas contractuales, al dueño de un inmueble
ejerciendo el uso y goce de su heredad o a un padre ejerciendo la responsabilidad parental
respecto de sus hijos, entre tantas.
Este principio que es informador y atraviesa todo el derecho privado, es tal vez
uno de los más ricos y merece que nos detengamos en él.
Gran parte de la doctrina entre ellos Borda y Nicolau distinguen por una parte la
buena fe objetiva y por otra la subjetiva, ambas ideas las esbozaremos a continuación y se
encuentran incluidas dentro del precepto del art. 9.
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Esta acepción de la buena fe nos remite a la idea de una conducta noble y recta de
comportamiento dentro de los actos jurídicos. Refiere a comportarnos con el otro como
nosotros quisiéramos que lo hagan con uno mismo.
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Otro principio informador de todo el derecho privado es el rechazo del
abuso del derecho. La doctrina del abuso de derecho, nace como reacción frente a la idea
de concebir los derechos subjetivos como absolutos que imperó durante la época del
liberalismo individualista y que inspiraron los códigos decimonónicos.
Actualmente en el art. 10, dentro del núcleo duro del Código, dispone: ―Abuso del
derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación
legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo
de los derechos. Se considera tal el que contraría los fines del ordenamiento jurídico o el
que excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres. El
juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la
situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho
anterior y fijar una indemnización.
Para comenzar un simple análisis del instituto es necesario precisar que: para
poder reconocer si estamos frente al abuso de un derecho subjetivo, debemos tener
presente como pauta de base, que el sujeto al ejercerlo, debe tener en sus manos un
derecho. Y luego por alguna circunstancia, se desvía y cae en la ilicitud ocasionando un
daño a un tercero. Si de arranque la conducta no está amparada por el ordenamiento
normativo, nunca estaremos frente a un ejercicio abusivo, sólo estaremos frente a una
conducta ilegítima.
Vale un ejemplo para clarificar, si una norma del Banco Central establece un
límite máximo que se puede cobrar de intereses en préstamos bancarios y un banco
decide cobrar uno mayor, no existe abuso, porque el banco nunca tuvo derecho a hacerlo.
La contrariedad con el derecho en este caso es inicial (Kemelmajer).
Mosset Iturraspe dice que las pautas para juzgar el abuso en el texto legal no
siguen un criterio único para distinguir uso de abuso. Se adopta la postura pluralista, que
recoge una variedad de criterios, como un abanico, que va desde las pautas jurídicas hasta
las morales, pasando por la sociales o sociológicas.
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1.- El criterio de los fines: configurándose el ejercicio abusivo cuando el titular
del derecho subjetivo lo ejerce apartándose de los fines del instituto, tanto los sociales
como los ambientales. Es un criterio objetivo, no tiene en cuenta la intención del sujeto
sino que centra el análisis en la finalidad del ordenamiento normativo. Debemos tener
presente, que cada institución jurídica, tiene una finalidad económica, social o ambiental;
si el sujeto utiliza ese instituto con otra finalidad y ocasiona un daño, estamos en
presencia del abuso de derecho.
2.- El criterio de la buena fe, creemos que debe ser interpretado como que todo
derecho debe ser ejercido en pos de un propósito funcional a su titular y no con el solo
efecto de perjudicar a terceros. Criterio desarrollado en el punto anterior.
3.- El criterio de la moral y las buenas costumbres. Las buenas costumbres son
como ―cristalizaciones de la moral media en una sociedad determinada‖ (Orgaz) y en un
tiempo determinado (agregamos por nuestra cuenta).
Los efectos de la conducta abusiva por ser ilegítima, es decir contraria al derecho,
son: a) en primer lugar, el juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del
ejercicio abusivo (tutela preventiva); b) si correspondiere, procurar la reposición al estado
de hecho anterior y fijar una indemnización por todos los daños sufridos, procurando
alcanzar una reparación integral (tutela resarcitoria).
IV.1.-Nociones básicas:
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Nuestro derecho privado es el regulador de relaciones jurídicas y en ellas siempre
encontramos tres elementos comunes que son esenciales. En primer lugar, y como
epicentro de las mismas, tenemos sujetos de derechos (personas), los que serán
estudiados en la Unidad siguiente.
Por último, en las relaciones jurídicas existe una causa fuente, un elemento
externo, productor o generador de las mismas y ellos son los hechos y actos jurídicos,
tema que se abordará en la Unidad III. Estos institutos, sumados a la parte sistemática
anteriormente desarrollada, conforman la Parte General del derecho privado.
En esta instancia del desarrollo abordaremos sucintamente, los bienes que pueden
ser objeto de esas prestaciones positivas.
Así, las personas son titulares de los derechos individuales sobre los bienes que
integran su patrimonio (art.15 CCy C). Claramente si hablamos de patrimonio, remitimos
a la idea de bien con contenido económico. Pudiendo ser; bienes materiales, que en el
código se denominan técnicamente ―cosas‖ o inmateriales (derechos).
El art. 16, referido a bienes y cosas, expresa; “Los derechos referidos en el primer
párrafo del artículo 15 pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los
bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio
del hombre.”
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El Código, además, siguiendo en general, la idea incorporada por la ley 17.711 al
viejo CC, agrega que, “las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la
energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre”.
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Por otro lado, pero también vinculado al tema de los bienes, el nuevo cuerpo
normativo regula bienes que no pertenecen a un sujeto determinado, sino que pertenecen
a comunidades o integran la categoría de colectivos.
Los derechos individuales de las personas sobre los bienes que integran su
patrimonio (arts. 15,16, 225, 235 y ss. y 1882 y ss.)
Los derechos individuales que la persona posee sobre el cuerpo humano o
sus partes (art. 17 CCyC).
Los derechos de las comunidades indígenas sobre bienes comunitarios
(art. 18 CCyC).
Los derechos de incidencia colectiva (arts. 14, 240 y 241 CCyC).
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Estipula, también, que ninguna de esas tierras será enajenable, transmisible ni susceptible
de gravámenes o embargos, y asegura a los pueblos indígenas su participación en la
gestión de sus recursos naturales y demás intereses que los afecten (art. 75, inc. 17 CN).
Como ya lo hemos dicho, las cosas son bienes materiales que tienen contenido
económico. Existiendo distintas clasificaciones.
Art. 225.- Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las
cosas incorporadas a él de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo
sin el hecho del hombre.
Art. 226.- Inmuebles por accesión. Son inmuebles por accesión las cosas muebles que se
encuentran inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con carácter perdurable. En
este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un
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derecho separado sin la voluntad del propietario. No se consideran inmuebles por
accesión las cosas afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del
propietario.
Art. 227.- Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o
por una fuerza externa.
Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser
destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras
partes como a la cosa misma.
Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son determinadas por
otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen jurídico es el de la
cosa principal, excepto disposición legal en contrario. Si las cosas muebles se adhieren
entre sí para formar un todo sin que sea posible distinguir la accesoria de la principal, es
principal la de mayor valor. Si son del mismo valor no hay cosa principal ni accesoria.
La idea que preside la distinción es que las cosas accesorias siguen la suerte de la
principal. De allí que; quien es propietario de la cosa principal lo es de la accesoria.
Son cosas consumibles aquellas cuya existencia termina con el primer uso. Son
cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se hace,
aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo.
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Esta diferenciación tiene relevancia jurídica, en razón que algunos contratos sólo
pueden tener por objeto cosas consumibles (mutuo) y otros sólo pueden referirse a cosas
no consumibles (comodato)
Son cosas fungibles aquellas en que todo individuo de la especie equivale a otro
individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en
igual cantidad.
Frutos son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o
disminuya su sustancia.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la
cultura de la tierra.
Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa, si
no son separados.
Están fuera del comercio los bienes cuya transmisión está expresamente
prohibida:
a. por la ley;
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