Civil I Resumen

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Civil I

Bolilla 1
Punto 1 El Derecho Objetivo. Concepto.

El derecho objetivo/positivo es el conjunto de normas jurídicas que rigen en un


Estado en un momento determinado (Rivera). Según la etimología la palabra derecho se
refiere a “directum”, dirigido. Con lo que se indica sujeción a una regla. El derecho es
anterior a la ley escrita, ya que los hombres primitivos no vivían sin derecho, pero
tampoco tenían una ley escrita, sino que se apoyaban en las “mores maiorum” (costumbres
de los antepasados).

Para Borda el derecho es un conjunto de normas de conducta humana establecidas por el


Estado con carácter obligatorio y conforme a la justicia. El derecho objetivo es entonces la
regla de conducta exterior al hombre a quien se dirige.

Ramas del Derecho Objetivo. Las nociones de derecho privado y derecho público
constituyen los dos grandes sectores en los que se divide el derecho positivo. Es preciso
señalar que esta división no es esencial, lo que se advierte con sólo tener en cuenta que es
una división que el sistema jurídico anglosajón no conoce. Entre nosotros ha subsistido por
herencia de la tradición jurídica europea. Se han formulado numerosos criterios tendientes a
precisar los límites y contenidos de ambas categorías, por lo cual los autores coinciden en
que ninguna de las explicaciones realizadas es satisfactoria por completo: hay que
conformarse con aproximaciones.

- Tesis que distingue según la fuente creadora: considera al derecho público como el
establecido en forma imperativa por el Estado y al derecho privado como el creado
por los particulares en virtud del principio de la autonomía de la voluntad.

Esta doctrina resulta ERRÓNEA ya que se advierte claramente que aún en el ámbito del
derecho privado existen muchas normas imperativas o inderogables, pues x ejemplo las
reglas de los derechos reales son, por lo general, inderogables y existen normas de ese
carácter en el ámbito del derecho de las obligaciones.

- Tesis que distingue según el interés protegido: el derecho público estaría destinado a
la protección del interés general, y el derecho privado a la tutela de los intereses
particulares (bien se ha señalado, que el derecho privado, aunque más no fuere
mediatamente, también protege un interés general, y viceversa. Un ejemplo, es la
norma que dispone que los deudores deben pagar sus obligaciones: protege el
interés privado y protege también, en definitiva, el interés general, ya que ella
permite el correcto desarrollo de la economía. A la inversa, una norma que castiga
los delitos: hay un interés público en asegurar la tranquilidad social, pero también
esa regla, de modo indirecto, protege el interés privado de las personas que pueden
ser víctimas de un asalto o un robo).

- Tesis que distingue según la naturaleza del sujeto: cuando ese sujeto es el Estado u
otra persona jurídica pública (la provincia, colegios públicos de abogados, etc.) la
relación jurídica es parte del derecho público; cuando intervienen los particulares, la
relación jurídica quedaría subsumida en el derecho privado.

(Sin embargo, el Estado muchas veces actúa como sujeto de relaciones jurídico-privadas;
tal, cuando arrienda un inmueble para que funcione en él una escuela).

- Tesis que distingue según la posición de las partes en la relación jurídica: (según
que la relación jurídica que se trate presente caracteres de subordinación o de
coordinación entre los sujetos). Es derecho público aquel sector en el cual una de las
partes tiene relación de superioridad respecto de la otra, por participar el Estado con
su imperium en lugar de hacerlo como titular de un derecho subjetivo privado. En
cambio, en el derecho privado las relaciones quedan siempre establecidas sobre la
base de la coordinación o igualdad de los sujetos.

Este es el criterio que ha obtenido mayor preponderancia. Aun así, autores como Borda
y Llambías han sostenido que es insuficiente ya que en el ámbito del derecho público
existen supuestos de coordinación e igualdad (e/ municipios o e/ provincias y aun e/
Estados diversos); y en el ámbito del derecho privado, existen también relaciones de
subordinación (un ejemplo son las relaciones entre el patrono y el obrero, regidas por el
Derecho Laboral, donde una parte puede y debe dar instrucciones a la otra sobre el
trabajo a realizar, sin que exista, por lo tanto, equiparación, si no subordinación). Sin
embargo LARENZ explica que este es el concepto más aproximado, afirmando que en
el derecho privado predomina la coordinación y en el derecho público la subordinación.

• Derecho público:

a) Derecho constitucional: organiza los poderes, atribuciones y deberes del Estado en sí


mismo y en su relación con los gobernados.

b) Derecho administrativo: se encarga de la organización de la administración pública.

c) Derecho penal: determina la represión de los hechos que ponen en peligro la digan
subsistencia de la sociedad.

d) Derecho internacional público: rige las relaciones entre los Estados extranjeros. e)
Derecho eclesiástico: es el conjunto de normas que rigen las relaciones de la iglesia.
• Derecho privado:

a) Derecho civil: es el tronco común, es el fondo residual persistente luego de los diversos
desmembramientos.

b) Derecho comercial: rige las relaciones de los comerciantes y determina las


consecuencias de los actos de comercio.

c) Derecho de trabajo: rige las relaciones entre patrones y obreros.

d) Derecho agrario: rige las relaciones de la vecindad rural y resuelve las dificultades
provenientes de la explotación agrícola-ganadera.

Además debe mencionarse el derecho procesal que según Borda sería público o
privado según el procedimiento de que se trate, mientras que para Aruz Castex el procesal
está fuera de tal clasificación ya que ésta tiene sólo naturaleza meramente instrumental.

El Derecho Civil. Concepto.

El derecho privado es básicamente el derecho civil en cuánto este es el derecho


común que tiende a regular todas las relaciones jurídicas que el hombre tiene o puede
establecer con otros sujetos de derecho sin consideración a sus calidades personales o
profesionales.

El derecho civil constituye el cimiento común de todo el derecho privado, actúa como el
tejido conectivo.

(De acuerdo con lo expuesto, puede intentarse definir al derecho civil como: “la rama del
derecho privado que se ocupa del hombre como sujeto de derecho sin distinción de
calidades accidentales, y de las relaciones jurídicas patrimoniales y familiares que lo
tienen como sujeto, regulando las instituciones básicas y sirviendo por lo tanto como punto
de conexión de las demás ramas del derecho privado”.)

Evolución histórica.

La expresión derecho civil se origina en el Ius Civile de los romanos. El Ius Civile
(que comprendía el derecho público y privado) era el derecho que se aplicaba sólo a los
ciudadanos romanos, en tanto el Ius Gentium regía para todos los hombres, fueran
ciudadanos o extranjeros. En el año 212 D.C., el emperador Caracalla otorgó la ciudadanía
a todos los habitantes de imperio romano, con lo cual el ius civile se transformó en el
derecho común aplicable a todos. Con el tiempo, el ius civile se separa de las normas de
derecho público y pasa a identificarse con el derecho privado hasta que comienzan a
desmembrarse algunas ramas. Con la caída del Imperio Romano de Occidente y con la
invasión de los Germanos es que las normas del derecho público incluidas en el ius civil,
perdieron vigencia siendo sustituidas por normas germanas. De todas formas se reserva la
denominación (ius civil) para las normas de derecho privado, que seguían subsistiendo,
entonces se identifica al derecho civil con el derecho privado. Es durante la edad Media que
cobran vigencia los cánones de la Iglesia que regían las nuevas relaciones suscitadas por la
actividad propia de la Iglesia. En ese momento el derecho civil se refería al derecho privado
de origen romano, oponiéndose así al derecho canónico que se originaba en la jurisdicción
reconocida a la Iglesia. Ésta forma que incluía todo el derecho privado bajo el rótulo de
derecho civil, no tuvo eco, ya que a fines de la Edad Media los comerciantes dejaron de
regirse por el ius civil para atenerse a las normas consuetudinarias que serían el origen del
derecho comercial. En la Edad Moderna se produjo otro desmembramiento: el
procedimiento ante los jueces dejó de ajustarse al derecho civil con lo que queda formado
el derecho procesal. En la Edad Contemporánea también ocurrieron nuevas disgregaciones:
las relaciones entre patronos y obreros serán regidas por el derecho laboral. Más allá de
tales disgregaciones el derecho civil sigue siendo la disciplina fundamental ya que
comprende todas las relaciones de derecho privado que no están incluidas en un
ordenamiento especial. Además el derecho civil suministra a todas las demás ramas los
lineamientos básicos de la ciencia del derecho, como la teoría de las personas y actos
jurídicos en general.

Papel actual frente a las demás ramas del derecho:

El derecho civil se conecta con otras disciplinas jurídicas, ya por una razón de orden
histórica en cuanto al derecho civil ha sido núcleo fundamental del cual se han ido
separando los demás ordenamientos especiales, ya que por esa unidad esencial del derecho
se comunica a las diversas ramas entre sí. Es muy grande la conexión del derecho civil con
las demás ramas, porque aquel sigue siendo el manantial inagotable donde acuden en busca
de orientación a falta de una norma expresa o implícita que contemple la situación. Esto
revela que las otras ramas no tienen completa autonomía, y siguen dependiendo en cierta
medida del derecho civil. (Especialmente estrecha es la relación entre el derecho civil y el
derecho procesal, porque éste último busca la efectividad de los derechos subjetivos
mediante su adecuado reconocimiento de justicia, se comprenden con cuidado con que
habrán de organizarse las reglas procesales para que resulten desvirtuados los derechos que
las normas de fondo reconocen. Por esa función que el derecho civil cumple respecto a las
demás disciplinas jurídicas, es también llamado derecho común).

Instituciones del derecho civil:

1) Personalidad: Considera a la persona en sí misma y organiza su desenvolvimiento


en la sociedad estableciendo las condiciones bajo las cuales el ser humano o
nucleamiento de hombres son considerados sujetos de derecho.
2) Familia: Este derecho rige la organización de la sociedad primaria en que el hombre
nace y se desenvuelve y define dentro de la comunidad familiar el estado de cada uno de
sus miembros.

3) Patrimonio: El derecho patrimonial rige las relaciones derivadas de la apropiación de


la riqueza y del aprovechamiento de los servicios.

4) Herencia: Rige las transmisiones de bienes mortis causa, sucesión ab-intestato,


testamentaria, legados, etc. Se hace cargo de la índole perecedera de la criatura humana y
establece la suerte de las relaciones jurídicas luego del fallecimiento de las personas.

Las bases constitucionales del Derecho Civil.

Por primera vez hay una conexión entre la Constitución y el derecho privado, basada en los
aportes de la doctrina y jurisprudencia en este tema. En el Código, de acuerdo con la
Constitución, se regulan los derechos individuales y de incidencia colectiva (art. 14).

Punto 2 Las compilaciones, consolidaciones y los códigos. Concepto y diferencias.

Antes de la codificación se suelen reconocer dos etapas: una es la simple


recopilación de las leyes, en las cuales ellas son agrupadas cronológicamente o según algún
otro método, pero sin eliminar las derogadas ni efectuar coordinaciones entre ellas (por ej,
las recopilaciones hechas en la península ibérica que tuvieron vigencia en América
hispánica: Nueva Recopilación de 1567; Recopilación de las leyes de Indias en 1680).

La segunda etapa, es la consolidación de las leyes, en la que a más de la


recopilación se eliminan los textos derogados, se puntualizan las modificaciones… En
definitiva, se determinan cuáles son los textos vigentes realmente (por ej., el trabajo de
Freitas Consolidacao das leis civis (1855), como paso previo a su Esboco).

La codificación es el último paso. El código es una única ley que se caracteriza por la
unidad de sanción y publicación, la homogeneidad de contenido, la exclusividad y la
sistematización.

El proceso de codificación en el mundo.

El proceso moderno de codificación en el derecho civil comienza en la segunda mitad


del siglo XVIII con la pretensión de concretarla en distintos Estados germanos, lo que
finalmente se logra con el Derecho General Territorial de los Estados Prusianos (1794). En
el territorio alemán la labor codificadora continúa durante el siglo XIX, pero carece de
ejemplaridad porque es excesivamente local, y porque queda empequeñecida por el Código
de Napoleón.

El Código de Napoleón, conocido al tiempo de su sanción como Código Civil de los


Franceses, constituye el resultado de las ideas filosóficas y jurídicas en boga, así como la
aspiración de los revolucionarios de sustituir al antiguo derecho civil (el que regía hasta la
Revolución Francesa). A partir de la Revolución y hasta la Codificación, los distintos
organismos del Estado habían dictado ciertas normas tendientes a eliminar los resabios del
feudalismo. La liberación del suelo y la reorganización de la propiedad, la igualdad
sucesoria, un nuevo régimen hipotecario, son algunos de los avances más notables.

Es Napoleón Bonaparte quien incentiva la tarea de codificación; El Código Civil fue


sancionado por ley el 21/5/1804. Tiene un estilo muy preciso y constituye el resultado de la
conciliación de esfuerzos de juristas formados en el derecho escrito (Portalis y Maleville) y
de otros formados en el derecho consuetudinario (Tronchet y Bigot de Préameneu): el
derecho romano fuera la fuente de los textos rectores en materia de contratos y
obligaciones.

Por otro lado, el derecho canónico estuvo presente en lo concerniente a la organización


de la familia. Y la influencia de la revolución se manifestó en el apogeo de la libertad
individual y la eliminación de todos los resabios del feudalismo. La voluntad de las partes
se refleja en el principio de autonomía de la voluntad que aparece en el art. 1134 del
Código de Napoleón, equivalente al 1197 de nuestro primer Código Civil Argentino. De
allí que pueda señalarse que los grandes principios del derecho civil consagrados en el
Código de Napoleón son: la libertad contractual, el carácter absoluto del derecho de
propiedad y la responsabilidad civil basada en la culpa.

Es evidente su influencia en el Código Italiano de 1865 que es prácticamente una


copia textual del Código de Napoleón con algunas adaptaciones; en Alemania, Bélgica,
Latinoamérica, etc.

La codificación alemana

En 1874 se encargó una comisión la redacción del Código Civil. Finalmente entró en
vigencia el 1/1/1900. Se trata de un texto breve, y que añade a sus méritos una metodología
singular: aparece por primera vez en un texto legislativo una parte general, a la que siguen
el derecho de obligaciones, derecho de cosas, derecho de familia y derecho de sucesiones.
Esta idea fue fructífera y tuvo repercusión en la interpretación incluso del Código Civil
argentino, pues se descubrió que nuestro codificador también había incorporado al texto de
nuestro Código en 1869 disposiciones que eran aplicables a todo el ordenamiento privado
civil.

El Código Civil alemán tuvo influencia en varios códigos asiáticos, en el Código


Civil suizo, en las reformas parciales al Código Civil austríaco, en el Código Civil
brasileño, en el CC griego, en el CC húngaro y en el peruano de 1936.

Los códigos del siglo XX


En la primera mitad del siglo XX se sancionan los Códigos de Filipinas, Cuba y
Puerto Rico bajo la influencia del CC español.

La codificación en América Latina

La codificación en América Latina está directamente relacionada con la


emancipación política.

Si ese proceso es tardío en algunos países, se debe a la demorada recepción de las


ideas iluministas en España y en América; y agregamos nosotros también a la necesaria
etapa de consolidación de las naciones que en nuestro país abarcó cincuenta años (1810-
1860).

Por otro lado la codificación era también necesaria para modernizar un derecho pensado
para las colonias, y no para Estados independientes; así como para dejar de lado
instituciones de tradición hispánica que significaban trabas importantes para el desarrollo
de la economía de los nuevos Estados.

Antecedentes

El Código Civil chileno: en 1840 ya se designó una Comisión para que elaborara un
proyecto del Código Civil. Mientras se discutían los sucesivos proyectos, uno de sus
miebros, Andrés Bello, elaboró uno propio, el que sancionado en 1855 entró en vigencia el
10/1/1857.

El código de Bello abrevó en fuentes diversas, como lo haría también Vélez Sarsfield,
incluyendo naturalmente al derecho romano, las obras hispánicas vigentes en América y los
códigos de la época. El Código de Bello fue adoptado casi literalmente en Ecuador (Código
de 1861) y Colombia (Código de 1873). Ha ejercido influencia notable en muchos códigos
de países centroamericanos, y fue también fuente de ilustración para Vélez Sarsfield.

La obra de Freitas: otro gran jurista latinoamericano fue Augusto Teixeira de Freitas
(Brasil), autor de la Cosolidacao (1855) y del Esboco (1865), que era el proyecto del
Código Civil. El Esboco fue un trabajo parcial, muy extenso y fue objeto de severas
críticas, lo que provocó el desagrado de Freitas, quien no continuó su obra. De todos modos
su obra sigue siendo motivo de estudio, y ha tenido más repercusión en nuestro país que en
Brasil. Vélez Sarsfield tuvo muy en cuenta al Esboco particularmente en el libro 1 del
Código Civil.

La codificación en la República Argentina: el primer Código Civil.

Su redactor: Dalmacio Vélez Sarsfield.


Nació el 18 de febrero en Amboy, valle de Calamuchita, provincia de Córdoba.
Después de la instrucción básica, en 1818 se inscribe en el primer curso de leyes y en 1820
egresa como bachiller. En 1823 ya viaja a Buenos Aires.

Ya en 1824 comienza su vida política, pues es designado diputado por la provincia


de San Luis al Congreso reunido en Buenos Aires en diciembre de ese año. Pero su real
carrera política se desarrolla con posterioridad a Caseros. Así, Vélez es diputado a la
Legislatura de Buenos Aires en 1852, ministro de Gobierno del Estado de Buenos Aires
bajo los gobiernos de Alsina y Obligado, ministro de Hacienda durante la presidencia de
Sarmiento (1868 a 1871). Durante estos mismos años trabajó con Acevedo en el Código de
Comercio y sólo redactó el Código Civil.

La sanción del Código Civil:

Inmediatamente después del decreto de Mitre, Vélez Sarsfield puso manos a la obra,
y en junio de 1865 remitió el Proyecto del Libro I, acompañado de una muy interesante
elevación. En los años sucesivos remitió los otros Libros, y el 25/8/1869 Sarmiento remitió
al Congreso de la Nación el Proyecto propiciando su aprobación.

Ello se produjo a libro cerrado y en corto tiempo: el 22/9 fue aprobado por la Cámara de
Diputados, el 25/9 por el Senado y el 29/9/1869 el presidente Sarmiento promulgó la ley
340, cuyo artículo 1° dispone “El Código Civil redactado por el doctor Dalmacio Vélez
Sarsfield se observará como ley en la República Argentina desde el 1 de enero de 1871”. Y,
efectivamente, desde el 1 de enero de 1871 la obra de Vélez Sarsfield regía en la
República Argentina.

Principales fuentes del mismo:

➢ El derecho romano: Lafaille dice que son cinco las fuentes, de las cuales la primera
es el derecho romano, y no sólo el legislado sino el de los tratadistas que Vélez
conocía muy bien. Así, nuestro codificador cita de manera continua en sus notas a
Vinnio, Heinecio, Cujas. Y también fue un estudioso de los romanistas de la época,
como Maynz, Mackeldey, y sobre todo Savigny. Además Vélez fue un eximio
conocedor de las Partidas, y de allí que el derecho romano sea fuente indirecta,
como lo es también a través del Código de Napoleón.
➢ El derecho vigente: Comprendiendo el derecho hispánico, el indiano y el patrio.
Muchas veces Vélez no ha hecho citas del derecho vigente, y de los usos y
costumbres del país, porque lo consideraba conocido. Pero en particular ha sido
muy importante su conocimiento de las Partidas.
➢ Usos y costumbres: Anteriormente en el artículo 17 del Código de Vélez, la
costumbre quedaba destituida de todo valor, salvo que la ley se refiriera a ella, pero
esto fue por la equivocada concepción de la época, que identificaba el derecho con
la ley y entendía incompatible con esta toda expresión jurídica.
El Código de Napoleón y sus exégetas: quienes ejercieron mayor influencia fueron
Aubry y Rau, quienes en 1838 publicaron un manual, el cual se trataba de una traducción
de la obra del alemán Zachariae, y que luego fue modificado y asi, paso a ser la obra
maestra de la doctrina francesa. De la tercera edición de esta obra (1856 a 1858) Velez
tomo numerosos pasajes convertidos en artículos de nuestro Codigo. Además se encuentra
en el articulado del Código la influencia de Troplong, quien suministro el material de 50
artículos relativos a la sucesión testamentaria y algunos otros del libro de Derechos Reales;
Demolombe (52 articulos del libro cuarto y 9 articulos del libro tercero); de Chabot (18
articulos del libro cuarto); y de Zachariae (70 articulos de nuestro Codigo). Sumado a otros
comentaristas tales como Marcade, Merlin, Duranton, entre otros

➢ Freitas: Lafaille apunta a que Freitas fue un espíritu particularmente equilibrado en


materia jurídica y de ideas muy progresistas. Por lo demás, fue un gran conocedor
de la obra de Savigny. Su método fue seguido por Vélez en gran medida.

➢ Otras fuentes: Constituido por otros Códigos, como el de Baviera, el chileno de


Bello, el Proyecto del Código Civil para España de García Goyena, el Proyecto de
Acevedo para la R.O.U, el código austríaco de 1811; y algunas obras doctrinarias
como las de Story, Gregorio López, etcétera.

➢ El derecho canónico: Las fuentes formales del derecho canónico son las sagradas
escrituras, los decretos de los Concilios y las constituciones, bulas y otros
documentos emanados del Papa, así como también las costumbres centenarias e
inmemoriales no reprobadas por el Código Canónico de 1917. Tuvo influencia
particularmente en materia de derecho de familia y matrimonio. Vélez adoptó el
matrimonio canónico como único válido, y probablemente este haya sido el más
grande error del Código, ya que imposibilitaba la celebración del matrimonio a los
no católicos. Ello motivó a que pocos años después se sancionara la Ley de
Matrimonio Civil 2393.

➢ (Crítica de Alberdi. Su refutación: Alberdi criticó duramente al Código de Vélez,


atribuyéndole haber omitido la consideración de las leyes españolas y del derecho
vigente. Le pronosticó una corta vida.)

Principales reformas legislativas que tuvo:

- Ley 11.537: Ley de Derechos Civiles de la Mujer

Sancionada el 14/9/1926, amplió considerablemente la capacidad civil de la mujer casada.


La capacidad y los derechos de la mujer se han venido extendiendo hasta la plena igualdad
civil y la eliminación de toda forma de discriminación.
- Ley 17.711:

La Secretaría de Estado de Justicia designó una Comisión para estudiar la reforma del
Código Civil.. La primera cuestión que se abordó fue si la reforma debía ser total o parcial.
Este último fue el criterio que predominó. Se consideró preferible mantener la vieja
estructura del Código, pero acoger las modificaciones sustanciales que exigía el nuevo
derecho. La Comisión entregó su trabajo a principios de 1968, convirtiéndose el proyecto
en la ley 17.711, dictada el 22 de abril de 1968 y que empezó a regir el 1º de julio del
mismo año.

La ley 17711 importa una profunda renovación de nuestro derecho civil. El estudio de
sus disposiciones permite señalar cuáles han sido los principios y lineamientos generales
que han inspirado la reforma:

a) Ha importado un cambio de la filosofía liberal, individualista y positivista de nuestro


Código por otra de contenido más social, más humano, preocupada de una justicia
más auténtica. Ello se ha logrado principalmente a través de la admisión de la teoría
del abuso del derecho (art. 1071), de la lesión (art. 954), de la imprevisión (art.1198),
de una apelación a la buena fe y la equidad para resolver los conflictos humanos, y
de la reforma del artículo 2513 que, atribuía al dueño poderes omnímodos, inclusive
los de degradar y destruir la propiedad.
b) se ha fijado la edad de la mayoría en los 21 años (art. 126); se ha ampliado
notablemente la capacidad de los menores de 18 años (art. 128); se introduce la
teoría del riesgo creado en materia de hechos ilícitos (art. 1113); se introduce el
pacto comisorio tácito en los contratos (art. 1204); se admite el divorcio por mutuo
consentimiento (art. 67 bis , ley de matr. civil), etcétera.
c) Se ha mejorado la situación de la mujer casada, poniéndola en un pie de completa
igualdad con el marido; y se ha hecho más estrecha y vital la sociedad conyugal al
exigir el consentimiento del cónyuge para poder disponer de los más importantes
bienes del matrimonio (arts. 1276 y 1277).
d) Se ha procurado acentuar la seguridad jurídica, protegiendo a los terceros
adquirentes de buena fe y a título oneroso (art. 1051 ).
e) Se ha ampliado notablemente el campo de acción y de decisión de los jueces, al
prescribirles en numerosas disposiciones fallar según la equidad o de acuerdo a las
circunstancias del caso.
Tambien se encuentra el sistema de los efectos de la ley con relación al tiempo (art.
3º); el reconocimiento de la costumbre como fuente del derecho (art. 17); una nueva
regulación de las personas jurídicas (arts. 33, 45, 46, 48); (art. 666 bis); la
indemnización del daño moral no sólo en los hechos ilícitos sino también en los
contratos (art. 522 ).
- Ley 23.264 (ley sobre hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio) y ley
23.515:
Estas leyes dictadas en 1988 y 1987, respectivamente, introdujeron profundas
reformas en materia de derecho de familia. Las más importantes fueron: la introducción
del divorcio vincular a la par de la simple separación de personas; una notable
ampliación de las causales que permiten pedir la separación y el divorcio; la total
igualación del status jurídico de los hijos matrimoniales y extramatrimoniales; el
ejercicio de la patria potestad, que antes estaba reservado al padre, hoy corresponde
conjuntamente a ambos padres, si convivieren, y toda discrepancia entre ellos respecto
de dicho ejercicio, debe ser resuelto por el juez competente; si los padres no
convivieren, el ejercicio de la patria potestad corresponde al que tiene la tenencia del
menor, sin perjuicio del derecho del otro a tener una adecuada comunicación con el hijo
y supervisar su educación.

El Código Civil y Comercial Argentino.


El decreto 191/2011 designó una Comisión integrada por Ricardo Lorenzetti, Elena
I. Highton y Aida Kemelmajer de Carlucci que tuvo por misión proyectar un nuevo Código
Civil unificado con el de Comercio.
Se ha perseguido concretar en la legislación la idea de constitucionalización del
derecho privado, de modo que establece una comunidad de principios entre la CN, el
derecho público y el derecho privado; ello se ve claramente en casi todos los campos: los
derechos de la tutela del niño, de las personas con capacidades diferentes, de la mujer, de
los consumidores, de los bienes ambientales y muchos otros aspectos. Se trata de sancionar
un Código basado en un paradigma no discriminatorio.
▪ Se establece que la persona física comienza su existencia con la implantación del
embrión en el seno de la mujer, con lo cual los embriones creados in vitro no son
personas mientras no estén implantados.
▪ Se modifica profundamente el régimen de capacidad de las personas con
padecimientos mentales;
▪ Se regulan de manera sistemática los derechos personalísimos, partiendo de la idea
de dignidad personal; se establece la exigencia del consentimiento informado para
todos los tratamientos médicos; se consagra la autorización para el denominado
testamento vital así como los mandatos previstos para la propia incapacidad y la
designación del curador.
▪ En materia de nombre se incorpora el denominado “nombre de familia”, que es el
apellido que los cónyuges elijan para sus hijos, que puede ser el de la madre, el del
padre o el de ambos en cualquier orden.
▪ En el ámbito del derecho de las obligaciones y los contratos es importante señalar
que se incluyen normas sobre contratos con consumidores. Se regulan muchos
contratos que estaban en leyes especiales, como el fideicomiso.
▪ En los derechos reales se incluye el derecho de superficie, la regulación de los
conjuntos inmobiliaria, tiempos compartidos y cementerios privados; se actualizan
los derechos reales de garantía y también se trata de la propiedad comunitaria
indígena.
▪ En el ámbito del derecho sucesorio se reduce la porción de los herederos
legitimarios y se limita el efecto de la acción de reducción.
▪ se autoriza la maternidad por subrogación; se reconoce la denominada “voluntad
procreacional”, mecanismo que permite ser padre a una persona que no tiene ningún
nexo biológico con el niño que pasa a ser su hijo. La adopción está regulada de
modo tal que virtualmente desaparecerá, pues se la convierte en una carrera de
obstáculos insalvables.
▪ El matrimonio se convierte en un vínculo débil, no genera prácticamente deberes de
ninguna especie, ni siquiera los de fidelidad o cohabitación, y cualquiera de los
cónyuges puede disolverlo por decisión unilateral y sin expresión de causa (con lo
cual se acerca al repudio).

Antecedentes.
El Primer Congreso Argentino de Derecho Comercial, la VI Conferencia Nacional
de Abogados (1959), el III Congreso Nacional de Derecho Civil (1961) y el Congreso de
Derecho Comercial de Rosario (1969), propiciaron esa unificación, lo mismo que la
doctrina más destacada, en particular la comercialista.
Ello responde a las necesarias influencias recíprocas que han ejercido el derecho
civil y comercial a partir de la codificación.
En el año 1986 la Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados
designó una Comisión de “unificación de la legislación civil y comercial”. En 1987 se
elevó el proyecto; el mismo fue rápidamente tratado y obtuvo sanción de la Cámara de
Diputados. Pasado a la Cámara de Senadores, esta dispuso su revisión por una Comisión
presidida por Luis Moisset de Espanés. Esa Comisión fue creada por el término de seis
meses y propició numerosas modificaciones al texto aprobado por la Cámara de Diputados.
Pero lo cierto es que no llegó a expedir un dictamen definitivo, y cuando se hallaba en
plena tarea no se renovó su mandato.
A fines de 1991 el Senado dio sanción a la ley de unificación, a libro cerrado. Pero
ella fue vetada por el P.E Nacional, en razón de su inadecuación a una nueva y diferente
situación política y económica.

Otros proyectos
Se encargó otro proyecto a una Comisión designada por el P.E nacional; éste
también propiciaba la unificación de la codificación civil y comercial, para lo cual proyectó
un nuevo Libro II del Código Civil, amén de otras reformas parciales.
Otro se elaboró en el seno de la Cámara de Diputados por la Comisión Federal;
siguió en lo fundamental al proyecto de 1987. El proceso culminó con el Proyecto del
Código Civil de 1998:
El PEN creó una Comisión de reformas al CC por un decreto en la cual discurrió sobre los
distintos proyectos de reforma parcial que tenían estado parlamentario a esa época (los
nombrados anteriormente), concluyendo que eran incompatibles. Alertó además sobre la
incidencia de la reforma constitucional y la incorporación de los Tratados Internacionales
que menciona el inc. 22, art. 75. Por lo que, afirma el decreto que en tales condiciones es
necesario concluir la obra emprendida en un cuerpo único con metodología y exposición
adecuada a la época.

Proyectos integrales anteriores de modificación al CC original.


Anteproyecto de Juan Antonio Bibiloni
a) Antecedentes
En 1926 el PE dictó dos decretos en virtud de los cuales creó una comisión, la cual
designó como redactor a uno de sus miembros, J.A Bibiloni, profesor de derecho de
la UBA. Bibiloni trabajó seis años y finalmente entregó un proyecto completo de
Código Civil, con extensas notas al pie de los artículos.
b) Método
Se hizo sobre un método moderno, siguiendo a los códigos alemán y brasileño,
incluye un Libro I que, a guisa de Parte General, comprende las normas aplicables a
toda relación jurídica; trata allí de las personas, los hechos jurídicos y el ejercicio de
los derechos. Luego en la Parte Especial, el Libro II trata del Derecho de familia, el
Libro III de las obligaciones y sus fuentes, en particular los contratos; el libro IV de
los derechos reales, y el libro V de sucesiones, prescripción y registros.
c) Valoración
La obra de Bibiloni tuvo el gran mérito de acercar la doctrina argentina al hasta
entonces casi desconocido derecho alemán.
Proyecto de 1936
a) Antecedentes
El PE nombró en 1926 una Comisión para que preparara un proyecto de CC, la que
a su vez designó como redactor al Dr. Bibiloni.
Esa comisión había ido tratando el trabajo de Bibiloni a medida que éste avanzaba,
de modo que a la vez que se preparaba el Anteproyecto, se iba dando forma a las
“Actas y Observaciones” en las que constan las resoluciones adaptadas. A su vez,
una vez entregado el Anteproyecto, la Comisión designó dos nuevos redactores,
Lafaille y Tobal, quienes concluyeron su trabajo en 1936, habiendo sido elevado el
Proyecto al PE el 10/10 de ese año. Pese a que el PE lo envió al Congreso, nunca
fue tratado.
b) Método
El Proyecto cuenta con una Parte General, en la que trata de personas, hechos,
cosas, ejercicio de los derechos y prescripción; y otros cuatro Libros en los que trata
de la familia, las obligaciones y sus fuentes, los derechos reales y la sucesión; y se
completa con una ley de registros. Carece de notas, pero son de gran utilidad las
“Actas y Observaciones”.
c) Valoración
A pesar de los años transcurridos, el Proyecto sigue siendo una importante fuente de
reflexión.

Anteproyecto de 1954
a) Antecedentes
Es obra del Instituto de Derecho Civil de la Dirección de Institutos Jurídicos
dependiente del Ministerio de Justicia, el cual estaba dirigido en ese momento por
Jorge Joaquín Llambías. El Anteproyecto permaneció inédito por muchos años,
pues poco tiempo después de su conclusión se produjo el derrocamiento del
gobierno (16/9/1955), por lo que tampoco llegó a tener tratamiento legislativo. La
UNT sacó el Anteproyecto del anonimato.
b) Método
(Lo más destacable de este trabajo)
El Título Preliminar tiene tres capítulos con disposiciones generales, normas de
derecho internacional privado y cómputo de plazos.
El Libro I es la Parte General y trata de las personas, bienes, hechos y actos
jurídicos y tutela de los derechos.
El Libro II es el de la Familia, y el Libro III, Sucesiones, trata de la herencia.
El Libro IV es el de las Obligaciones y el libro V trata de los derechos reales e
intelectuales.

c) Valoración
Ha sido objeto de elogiosos comentarios.Tiene una gran coherencia intelectual. A
partir de su publicación se ha constituido en fuente inexorable de cualquier reforma
ulterior.

Método del Código.


Comienza con título preliminar. A partir de allí se descompone en seis libros:
1. “Parte General” y trata de la persona humana, la persona jurídica, los bienes, los
hechos y actos jurídicos, y transmisión de los derechos .
2. Relaciones de familia, y allí se regula el matrimonio, la adopción, régimen
patrimonial del matrimonio, entre otros.
3. Derechos personales (obligaciones, contratos)
4. Derechos reales (condominio, usufructo, superficie).
5. Transmisión de derechos por causa de muerte
6. Disposiciones comunes a los derechos reales y personales.

Punto 3 La relación jurídica. Concepto.


La relación jurídica sería una situación jurídica plurisubjetiva, un modo de estar en
el derecho en relación o vinculación con otras personas. Es fundamentalmente un vínculo
entre dos personas tutelado por el derecho.
La doctrina moderna subraye que la relación jurídica está institucionalizada por el
derecho positivo (organizada y disciplinada). Así, son relaciones jurídicas las que existen
entre marido y mujer, comprador y vendedor, propietario y acreedor hipotecario. En
cambio, las relaciones de mero contacto social no son relaciones jurídicas.
Derecho subjetivo: atribución o prerrogativa que tiene el sujeto de exigir de otro o de otros
una determinada conducta.
Deber jurídico: a todo derecho subjetivo corresponde, en principio, un deber que aparece
como correlativo al derecho. Es decir, frente al que tiene la facultad de exigir el
cumplimiento de la prestación, se presenta el deber de la otra parte, el deudor, de satisfacer
esa prestación.

Elementos de la relación jurídica.


a) Sujetos
Las r.j se establecen entre personas y exclusivamente entre ellas. Normalmente se
encuentra un sujeto activo titular del poder (derecho subjetivo) y un sujeto pasivo,
titular del deber jurídico correlativo a aquel.
Esos roles pueden estar entrecruzados. Así, en una compraventa a plazos el
comprador tiene el derecho a adquirir la propiedad de la cosa comprada y el deber
de pagar el precio; correlativamente el vendedor tiene el derecho de cobrar el precio
y el deber de transmitir la propiedad.
b) Objeto
El objeto de las r.j son bienes e intereses. Ellos se resumen a conductas humanas,
cuando el objeto de la relación es una prestación de servicios, por ejemplo, son las
relaciones laborales. De otro lado, los bienes son objetos corporales (cosas) o
incorporales (bienes en sentido estricto), susceptibles de tener valor económico.
c) Causa
Son los hechos y actos jurídicos que producen como efecto jurídico el nacimiento
de una relación jurídica.

Los derechos individuales y los derechos de incidencia colectiva. Noción y evolución


jurisprudencial en el derecho argentino. Su recepción constitucional.
Los intereses difusos (colectivos o fragmentarios), en la actualidad comúnmente
identificados como derechos de incidencia colectiva, identifican el interés de la comunidad
en general de que se respeten ciertos derechos que corresponden a sus integrantes; por
ejemplo, el medio ambiente, los valores espirituales o culturales, los vinculados a la
protección del consumidor, etc.
Se trata de cuestiones que no son atinentes a una persona en particular, sino a
muchas que conforman una colectividad.
Antecedentes
En algunos países europeos existen precedentes jurisprudenciales y legislativos que
admiten el ejercicio de acciones judiciales por parte de sociedades intermedias. En nuestro
país (antes de la reforma de la CN de 1994) se plantearon acciones por particulares. En un
primer caso para evitar la caza y comercialización de pingüinos en el Atlántico Sur,
resuelto negativamente. En otro, se solicitó que se prohibiera a la municipalidad la tala de
árboles que rodeaban una plaza de alto significado histórico y artístico; admitida en primera
instancia, la sentencia fue revocada por la Cámara de Apelaciones en lo Civil de la Capital
Federal.
La reforma constitucional
Al tratar la acción de amparo en el artículo 43, dispone en su segundo párrafo
“Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a
los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así
como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo
y las asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que
determinará los requisitos y formas de su organización”.
Cabe señalar que ya la ley 24.240 de protección del consumidor preveía la
legitimación de las asociaciones de consumidores, así como las reglas relativas a su
registración (arts. 55 y 57).
De esta forma, a partir de 1994 se encuentran legitimados para tutelar los derechos
de incidencia colectiva: a) el afectado; b) el defensor del pueblo; y c) las asociaciones.
Algunos autores (Bianchi) también mencionan al Ministerio Público como legitimado para
ejercer la tutela.
Problemas que plantean
Los procesos colectivos generan ciertos problemas específicos: a) los efectos de las
sentencias dictadas en este tipo de procesos; b) los derechos de los individuos que no
participaron en el proceso pero que se ven alcanzados por los efectos de la sentencia; c) la
determinación del juez o tribunal competente para entender en un reclamo de esta especie;
y d) la eventual existencia de sentencias opuestas.
Las respuestas están siendo desarrolladas por la jurisprudencia, pero resulta
necesaria una reglamentación pormenorizada de estas cuestiones por parte del Congreso de
la Nación.
También se advierte que se han promovido acciones para reparaciones de daños que
no son uniformes; por ej daños causados por la interrupción del suministro de energía. En
esta hipótesis resolvió bien un tribunal que la sentencia debe determinar la existencia o
inexistencia de responsabilidad.
Otro caso en el que aparecieron los problemas que plantea la legitimación de las
asociaciones fue el causado con la demanda de amparo promovida por una asociación civil
“Mujeres por la vida”, para que se declarara la inconstitucionalidad del Programa Nacional
de Salud Sexual y Procreación Responsable, establecido por ley 25.673.

Un avance relevante: la sentencia de la CSN en el caso de Halabi


Ernesto Halabi, promovió una acción de amparo tendiente a que se declare la
inconstitucionalidad de la ley 25.873 y el decreto 1563/2004 que establecen que los
prestadores de servicios de telecomunicaciones deben implementar los medios necesarios, a
su costo, para sistematizar los datos personales de los usuarios y registrar los tráficos de
comunicaciones entre ellos por un plazo de diez años, para la consulta gratuita del
Ministerio Público o el Poder Judicial, así como a arbitrar los medios necesarios para poder
captar y derivar las comunicaciones para su observación a pedido de los jueces o fiscales.
La Cámara entendió que el accionante había ejercido un derecho de incidencia
colectiva que encuadraba en el segundo párrafo del artículo 43 de la CN.
La decisión de la Cámara de Apelaciones fue confirmada por la Corte Suprema, que
para resolver el caso principió por efectuar un análisis exegético del art. 43 de la CN. Al
respecto, sostuvo que dicho artículo plantea la existencia de tres categorías de acciones:
• En la primera categoría se ubican las acciones individuales en procura de la
satisfacción de derechos individuales.
• En una segunda categoría, se ubican los derechos de incidencia colectiva que tienen
por objeto bienes colectivos.
• La tercera categoría comprende a los derechos de incidencia colectiva relativos a
intereses individuales homogéneos. Se trata aquí de los derechos personales o
patrimoniales que provienen de lesiones al ambiente, la competencia, los derechos
de los usuarios y consumidores, y de los sujetos discriminados.
La Corte consideró entonces que la acción entablada por Halabi se enrolaba en esta
tercera categoría.
La Corte hizo especial hincapié en que la pretensión estaba concentrada en los efectos
comunes para toda clase de sujetos afectados. Al resolver de esta manera, la mayoría
reconoció los derechos individuales homogéneos, como derechos de incidencia colectiva,
ya sean patrimoniales como no patrimoniales.
Con el fallo Halabi la Corte suple la falta de reglamentación que generaba
tratamientos jurisprudenciales disímiles que restaban eficacia a éstas, y abre un nuevo
camino para la protección de los derechos de los consumidores y del medio ambiente,
permitiendo el acceso a la justicia para la satisfacción de justos reclamos.

Punto 4 El ejercicio de los derechos.


Los derechos subjetivos se ejercen frente a un sujeto titular del deber. Éste puede
cumplir voluntariamente con su deber o no; en este último caso el titular del derecho
subjetivo debe ejercerlo a través de una acción que persigue el reconocimiento y la
efectivización de tal derecho en una sentencia judicial.
Por lo tanto la regla es que NADIE TIENE DERECHO A HACER JUSTICIA POR
MANO PROPIA.
Sin embargo hay EXCEPCIONES, ciertos casos en los que los sujetos pueden obrar
de propia autoridad, e incluso causar un daño, sin que ello importe necesariamente que se
incurra en una conducta antijurídica:
a) Estado de necesidad: por lo general se admite que quien causa un daño en situación
de necesidad, no es responsable por ese daño. Para ello es necesario que se den las
siguientes circunstancias: que con la acción del sujeto se salve a sí mismo o a un
tercero de un peligro grave e inminente, y que éste no haya sido voluntariamente
creado por el autor del acto necesario.
b) La legítima defensa: constituye uno de los principios generales del derecho.
Normalmente, para que funcione, es necesaria la concurrencia de tres elementos:
- Que exista una agresión antijurídica
- Que ella sea actual y no exista la posibilidad de reclamar la intervención de la
autoridad competente;
- Que la defensa se ejerza de un modo razonable, es decir, sin exceso.

El principio de buena fe.


Obrar de buena fe implica comportarse como lo hace la gente honesta, con lealtad y
rectitud (art. 9)
La mayor parte de la doctrina distingue un concepto subjetivo y un concepto
objetivo de la buena fe.
El concepto subjetivo o buena fe creencia importa afirmar que el sujeto obra
de buena fe cuando está persuadido de actuar legítimamente, siempre que ese
convencimiento no provenga de su propia negligencia.
En este sentido el CC y C. afirma que “la posesión es de buena fe, cuando el poseedor, por
ignorancia o error de hecho, se persuadiere de su legitimidad” (art. 1918).

La buena fe objetiva o buena fe lealtad tiene particular aplicación en el campo


de los derechos personales, de crédito u obligaciones. En este sentido impone el deber de
obrar con lealtad y rectitud, tanto en las tratativas anteriores a la celebración del contrato,
cuanto en su celebración misma, en su interpretación y en su ejecución (art. 729).

El principio de la buena fe en el derecho positivo argentino


El CC de Vélez en su redacción originaria no contuvo disposiciones que
consagraran el principio de la buena fe, lo cual no obstó a que la doctrina sostuviera que se
trataba de un principio subyacente en todo el ordenamiento. Por lo demás el Código hacía
innumerables aplicaciones, tanto del principio de la buena fe creencia como de la buena fe
lealtad, en particular por aplicación de la regla “el error común hace al derecho”.
La ley 17.711 que aparece como la reforma de 1968 al CC, introduce en el artículo
1071 (actual 10) el principio del abuso del derecho y en el artículo 1198 una norma
conforme a la cual los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe
(actual 961).
El Proyecto de CCyC de 2012 contiene un capítulo que trata “Del ejercicio de los
derechos”, y el artículo 9° dispone que “los derechos deben ser ejercidos de buena fe”.

La teoría del ejercicio abusivo de los derechos.


La doctrina del abuso del derecho ha nacido y se ha desarrollado como una reacción
al concepto absoluto del derecho subjetivo propio del liberalismo individualista de los
códigos del siglo XIX.
El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal
no puede constituir como ilícito ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal que el que
contraía los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los limites impuestos por la
buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la
situación jurídica abusiva y, si correspondiere procurar la reposición al Estado de hecho
anterior y fijar una indemnización.

El abuso del derecho y su evolución en el derecho argentino. Evolución de la


jurisprudencia.

El CC de Vélez no receptó en forma expresa la doctrina del abuso del derecho. Por
el contrario, afirmó enfáticamente que el ejercicio de un derecho propio, o el cumplimiento
de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto (art.1071 CC de
Vélez).
Pese a lo citado, la jurisprudencia reconoció en ciertos casos la existencia de un
ejercicio abusivo de los derechos. Aunque la jurisprudencia es muy abundante, pueden
señalarse algunos casos muy importantes. La justicia declaró que existía conducta abusiva
por parte de quien pretendía la demolición parcial de un edificio porque este había invadido
unos pocos centímetros de su fundo; también cuando se pretendió resolver un contrato en
razón del incumplimiento de obligaciones meramente accesorias, etc. Estas reglas se
aplicaron también a situaciones no patrimoniales, como la cuestión que se planteó acerca de
la autorización paterna para que el hijo menor entrase en comunidad religiosa, negándose el
padre indebidamente a ello, lo que fue juzgado como una conducta abusiva.

La reforma de 1968 de la C.N


En 1968 se sanciona la ley 17.711 que importó un avance de las ideas renovadoras
en el ámbito del derecho privado, y que en particular incorporó al derecho positivo el
principio de la buena fe en el art. 1198 (actual 9), el abuso del derecho en el art. 1071
(actual 10), la lesión subjetiva en el art. 954, instituciones todas que se encuentran
vinculadas en la medida en que reflejan la idea de que los derechos subjetivos no son
absolutos, sino relativos, y que deben ejercerse dentro de ciertas pautas impuestas
básicamente por el principio de buena fe.
Jurisprudencia posterior a la reforma de 1968
La reforma del artículo 1071 ha sido sustento de pronunciamientos que trataron de
evitar que se exigiera el cumplimiento de contratos cuyo equilibrio económico había sido
fracturado por los efectos de la inflación.

Criterios objetivos, subjetivos y mixtos (p/determinar cuándo se actúa abusivamente)


- Criterio objetivo: parte de la idea de reconocer que los derechos pierden su
carácter cuando el titular los desvía de esa finalidad que justifica su existencia. Se
completa el criterio objetivo cuando se afirma que también constituye ejercicio
abusivo el que contraría los límites impuestos por la moral, las buenas costumbres y
la buena fe.
- Criterio subjetivo: vincula el ejercicio abusivo de los derechos con la idea de
culpa, es decir que el sujeto actuaria abusivamente cuando lo ha hecho con la
intención de perjudicar a otro (dolosamente), y aun cuando lo haga sin dolo.
- Criterio mixto: algunos autores combinan elementos de las figuras subjetivas y
objetivas, es decir tanto habría un acto abusivo cuando hay intención de dañar como
cuando se desvía el ejercicio del derecho de su finalidad prevista. Nuestra
legislación actual adhiere el criterio objetivo.

El abuso de la posición dominante. Artículos 10, 11 y 1120 del CCyCN.


La posición dominante es la que ejerce una empresa cuando tiene posibilidad de
comportamiento independiente, que la pone en condiciones de actuar sin tener en cuenta los
competidores, los compradores o los proveedores; existe abuso de esa posición cuando la
empresa pretende falsear la competencia o llevar perjuicio a los usuarios o a los
proveedores.
En nuestro derecho positivo el abuso de la posición dominante puede constituir una
conducta delictiva. Así aparece tipificado en la denominada Ley de Defensa de la
Competencia 22.262, sancionada y promulgada en 1890.
De acuerdo con el artículo 1° de esa ley, están prohibidos los actos o conductas
relacionados con la producción e intercambio de bienes o servicios que limiten, restrinjan o
distorsionen la competencia, o que constituyan abuso de una posición dominante en un
mercado, de modo que pueda resultar perjuicio para el interés económico general

Art. 10 – Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el


cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que
contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por
la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la
situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho
anterior y fijar una indemnización.

Art. 11 – Abuso de posición dominante. Lo dispuesto en los artículos 9° y 10° se aplica


cuando se abuse de una posición dominante en el mercado, sin perjuicio de las
disposiciones específicas contempladas en leyes especiales.

Art. 1120 – Situación jurídica abusiva. Se considera que existe una situación jurídica
abusiva cuando el mismo resultado se alcanza a través de la predisposición de una
pluralidad de actos jurídicos conexos.

Punto 5 Formas de manifestarse el derecho. Teoría de las fuentes. Distintas


teorías.
La palabra fuente significa MANANTIAL, LUGAR DE DONDE BROTA EL
AGUA; llevado este concepto al derecho sigue manteniendo su sentido original aunque
aplicado de modo figurado. Responde a la idea de dónde o cómo nace el derecho
vigente en un momento determinado, es decir, cuáles son las formas de producción o
creación de las normas jurídicas obligatorias en un estado.
Las fuentes se clasifican en MATERIALES: provienen de la libre investigación
científica del intérprete (libre porque el intérprete no obedece a la directiva de una
autoridad exterior, y científica porque en esa tarea no pueden encontrarse bases sólidas
más que en los elementos objetivos que solo la ciencia puede revelar). Estas son la
doctrina, equidad y el derecho comparado; y FORMALES: son normas de aplicación
obligatoria emanadas de autoridad externas al intérprete. Tales son: la ley, la costumbre,
y la jurisprudencia.
Distintas teorías: la doctrina se encuentra dividida en torno al problema de la
enumeración de las fuentes, pudiendo encontrarse posiciones monistas que reducen
todas las fuentes a la ley; posiciones pluralistas intermedias que incluyen a la
costumbre, la jurisprudencia y la doctrina, hasta un pluralismo exacerbado que
multiplica el número de fuentes.

Análisis del art. 1 del CCyCN


Art. 1 – Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser resueltos
según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los
tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá
en cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes
cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en situaciones no regladas
legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.
Parece afiliarse a un riguroso positivismo legal. La única fuente de derecho es la
ley. Adviértase que la única frase destinada a la descripción o enumeración de las
fuentes es la primera y sujeta la resolución de los casos exclusivamente a la ley. Todo lo
demás que se enumera (la CN, los tratados, la jurisprudencia y la costumbre)
contribuyen a la interpretación de la ley.
La expresión ley es usada en sentido material y no formal, con lo cual la
Constitución y los tratados son fuente de derecho y en ellos ha de abrevar el juez para
dar la solución al caso. Por lo demás es obvio que la ley en sentido formal ha de
concluir en un resultado coherente con la Constitución y los tratados. De todos modos
subsiste una evidente desjerarquización de la costumbre y los principios generales. Ni
uno ni otro son fuente supletoria de la ley sino que se limitan a ser elementos de
interpretación. Las leyes análogas tampoco aparecen en la enumeración de las fuentes,
pero si en el artículo 2° que vuelve sobre la interpretación de la ley y entonces
menciona a las palabras, la finalidad, las leyes análogas, las disposiciones de los
Tratados de derechos humanos (y los demás tratados ¿dejaron de ser ley suprema de la
Nación?), los principios y los valores jurídicos.

La ley. Concepto.
La ley es la regla social obligatoria establecida por la autoridad pública.
Sus caracteres son:
- SOCIALIDAD: se dicta para el hombre en cuanto miembro de la sociedad, y se dirige a
gobernar las relaciones interindividuales

- OBLIGATORIEDAD: supone una voluntad superior que manda y una voluntad inferior
que obedece. Es lo que dispone el art. 4 del Código Civil y Comercial cuando señala que
las leyes son obligatorias para todos los que habiten el territorio y la república, sean
ciudadanos o extranjeros, domiciliarios o transegùntes.

- ORIGEN PÚBLICO/AUTENTICIDAD: la ley emana de la autoridad publica y por ello


actúa en la línea de la soberanía política diferenciándose de las reglas impuestas por
poderes privados.

- COACTIVIDAD: característica propia de todo derecho positivo que luce en la ley, la cual
es su medio de expresión típico y privilegiado. Las sanciones de la ley son resarcitorias (de
daños y perjuicios) y represivas (castigo corrector del infractor)

- NORMATIVIDAD/justicia/socialidad: abarca un número indeterminado de hechos y rige


a quienquiera quede comprendido en el ámbito de su aplicación. No es indispensable que la
ley sea perpetua, ni que rija a todos los habitantes, pero si que tenga carácter general y
abstracto para cualquier caso.

Clasificaciones.
a) Ley en sentido material y ley en sentido formal: ley en sentido MATERIAL es toda
norma general y obligatoria, emanada de autoridad competente (leyes sancionadas
por el Congreso, los decretos, los edictos, las ordenanzas, leyes dictadas por las
provincias, etc).
Ley en sentido FORMAL es toda norma emanada desde el Congreso conforme
al mecanismo constitucionalmente determinado (por ej cuando el Congreso da
una pensión a una persona determinada en virtud de sus grandes servicios a la
patria u ordena erigir un monumento). Pueden coincidir, lo que sucede cuando la
norma sancionada por el Congreso conforme al mecanismo constitucional es
general y obligatoria; como el Código Civil, el Código Penal o la Ley de
Trasplantes.

Las leyes en sentido material pueden a su vez clasificarse desde diferentes


puntos de vista:
- Según la índole de la sanción que contienen:
1) Leyes imperfectas: al ser carentes de sanción expresa, no serían verdaderas
normas de derecho positivo, sino más bien exhortaciones legislativas tendientes
a encauzar en un cierto sentido a la conducta de los hombres.
2) Leyes perfectas: cuya sanción estriba en la nulidad en infracción de lo que ellas
ordenan o prohíben.
3) Leyes menos que perfectas: son aquellas cuya infracción no es sancionada con
la nulidad de lo obrado, sino con otra consecuencia. Tal la que sanciona el dolo
incidental, con el resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos por la víctima
del engaño, sin afectar la validez del acto celebrado.
4) Leyes más que perfectas: son aquellas cuya violación no solo determinan la
nulidad en contravención sino que dan lugar a la aplicación de otras sanciones
adicionales. Por ej, el acto celebrado mediante intimidación es invalido (sanción
de nulidad) y además compromete la responsabilidad del autor de la violencia
por los daños y perjuicios que sufra el intimidado.

b) Leyes imperativas y supletorias (según el alcance de la imperatividad legal): la ley


IMPERATIVA es la que excluye o suprime la voluntad privada, de tal modo que la
regulación que establece se impone a los interesados, los cuales no pueden
modificarla ni sustraerse a sus consecuencias (tal sucede en el ámbito del derecho
de familia y los derechos reales). Las leyes SUPLETORIAS en cambio respetan la
iniciativa y la voluntad de los particulares, limitándose a reconocer los efectos de la
voluntad o establecer los efectos de una regulación complementaria para el caso de
que esa voluntad no se haya exteriorizado (tal sucede en la materia contractual,
donde el principio general es el de la autonomía de la voluntad).

c) Ley perceptiva (o dispositiva) y prohibitiva (según el sentido de su disposición):


clasificación que corresponde a las leyes imperativas. La PRECEPTIVA es la que
ordena positivamente una consecuencia jurídica forzosa, imponiendo determinados
actos y prestaciones; por ejemplo, la obligación alimentaria entre los parientes. La
PROHIBITIVA es la que prohíbe algo, sin pronunciar una norma jurídica positiva
que haya de regir en lugar de lo prohibido; por ejemplo la prohibición del
matrimonio entre hermanos.

d) Ley de derecho estricto y de derecho equitativo: en las de DERECHO ESTRICTO


el precepto es taxativo y no deja margen para apreciar las circunstancias del caso
concreto ni graduar sus consecuencias; un ejemplo lo constituye la ley que
establece la mayoría de edad a los 18 años. En las de DERECHO EQUITATIVO
resultan más o menos indeterminados los requisitos o los efectos del caso regulado,
dejando un cierto margen para apreciar las circunstancias de hecho y dar al derecho
una configuración justa y humana. Esto sucede, por ej, cuando la ley se refiere a la
existencia de “justos motivos” o a “causas graves”, casos en los que la elasticidad
está en los supuestos de la norma, en su hipótesis.

Procedimiento de formación de las leyes.


El proceso de formación y sanción de las leyes es tarea del Poder Legislativo. El
mecanismo está reglado por la Constitución Nacional en el Título I de su parte orgánica,
Sección I, Capítulo V, denominado "De la formación y sanción de las leyes" (artículos 77 a
84) y consta de tres etapas claramente diferenciadas:
- Etapa iniciativa, de formulación del proyecto
- Etapa constitutiva, de discusión y sanción
- Etapa de eficacia, promulgación y publicación

El proceso puede tener principio en cualquiera de las cámaras del Congreso, por
proyectos presentados por sus miembros o por el Poder Ejecutivo, salvo las excepciones
que establece el propio texto constitucional.
La segunda etapa también denominada "de discusión y votación", está a cargo en forma
exclusiva y excluyente del Congreso Nacional. Nuestro derecho constitucional la considera
como "sanción del proyecto de ley" e importa el ejercicio de la función legislativa ya que
exige siempre el concurso de la voluntad de las dos cámaras -Diputados y Senadores- para
la sanción de un proyecto de ley. En este segundo momento, el proyecto de ley se tramita
separadamente en cada cámara, denominándose "cámara de origen o iniciadora" aquella por
donde comienza el tratamiento parlamentario del proyecto, y "cámara revisora" a la
restante.

Sin embargo en la práctica, no siempre existe acuerdo sobre la aprobación del


proyecto por parte de ambas cámaras, ya que puede haber desacuerdo parcial de una de las
cámaras o ser desechado totalmente por una de ellas, con lo cual se plantean distintos casos
y alternativas de tratamiento (que también se contemplan en la Constitución Nacional).

Finalmente en la última etapa, y según lo establecido por el artículo 78 de la


Constitución Nacional, todo proyecto de ley que obtenga sanción definitiva en el
Parlamento, debe ser sometido al examen del Poder Ejecutivo para su aprobación y
promulgación o su observación y devolución al Congreso.

Iniciativa popular
La reforma del año 1994 introduce esta posibilidad y es que cualquier ciudadano
puede presentar proyectos de ley en la Cámara de Diputados, con excepción de aquellos
referidos a reforma constitucional, tratados internacionales, tributos, presupuesto y materia
penal. El Congreso está obligado a darles expreso tratamiento dentro del término de doce
meses.

Derogación de la ley.
La ley se aplica de manera permanente desde el día de su puesta en vigencia hasta
su derogación. La derogación, en principio, es efectuada por otra ley.

Hay dos tipos de derogación: expresa, y tácita. Si la derogación es expresa no hay


problema, pues la nueva ley indica cuáles son los textos que se derogan. El problema es la
derogación tácita, que se produce cuando la vigencia de la ley es incompatible con la
anterior. En principio la incompatibilidad debe ser absoluta, pues basándose tal derogación
en una interpretación de la voluntad omisa del legislador, expresada en la nueva norma,
basta que quede alguna posibilidad de conciliar ambos regímenes legales, para que el
intérprete deba atenerse a su complementación.

Punto 6 La costumbre. Concepto. Clasificación.

Es un uso implantado en una comunidad y considerado por ella como jurídicamente


obligatorio (Du Pasquier). Se clasifica en:

a) Secundum legem: existe cuando el legislador remite la solución a la costumbre,


supuesto en el cual se altera el orden jerárquico de las fuentes dejando la costumbre
de ser fuente subsidiaria para transformarse en fuente principal (art. 2649 CCyCN).
b) Praeter legem: se aplica cuando no existe ley exactamente aplicable al caso (cuando
hay lagunas); o sea que es la norma jurídica en virtud de la cual se soluciona el
conflicto no reglado legalmente.
c) Contra legem: contra ley o derogatoria. La eficacia de la costumbre contra legem
depende de la solución que se dé al problema de la jerarquía de las fuentes. En el
derecho moderno donde la costumbre básicamente es una fuente subsidiaria, pues la
fuente principal es la ley, es difícil admitir la vigencia de la costumbre contra legem.
Es aquella que provoca el desuso o desuetudo.
d) Costumbre local o general: la cuestión que plantea el distinto ámbito territorial de
eficacia de la costumbre, es si una costumbre general no se aplica en determinado
lugar: ¿puede el juez tomarla en consideración porque se aplica en la generalidad de
un territorio más extenso?; ¿existe una presunción de que la costumbre general tiene
aplicación en un territorio particular? Albaladejo dice que la costumbre general no
permite resolver un asunto si ella no se aplica en el lugar concreto de los hechos.

Elementos.

ELEMENTO OBJETIVO (consiste en la existencia de un uso reiterado y que debe


reunir ciertas condiciones) y ELEMENTO SUBJETIVO o psicológico (consistente en
la convicción o creencia que tiene la comunidad de que tal uso resulta jurídicamente
obligatorio).

La jurisprudencia.
Alude a las disposiciones emanadas de los tribunales que sientan doctrina al decidir
las cuestiones sometidas a ellos.

Métodos de unificación de la jurisprudencia y su obligatoriedad.


En la época actual los tribunales son múltiples, y su actividad se halla distribuida en
la Corte Suprema Nacional, las Cortes provinciales, las Cámaras, divididas en salas, y
jueces de primera instancia. Esto da lugar a la posibilidad de pronunciamientos
contradictorios en cuestiones semejantes, lo cual conduce a la inseguridad jurídica e incluso
a una suerte de injusticia. De allí que es una preocupación ya antigua la de encontrar
mecanismos que sirvan para la unificación de la jurisprudencia, unificación que, por otro
lado, sólo se logra cuando los pronunciamientos dictados sobre determinada materia
resulten obligatorios para el mismo tribunal que los dicta o para los tribunales inferiores.
El Recurso Extraordinario Federal.
De acuerdo con la estructura del recurso extraordinario, la Corte interviene en las
denominadas cuestiones federales, es decir cuando está en juego la inteligencia de la CN o
la interpretación de una ley federal. La Corte Suprema ha ampliado el marco del recurso
extraordinario, para admitirlo en los supuestos de sentencia arbitraria, esto es la fundada en
la sola voluntad de los jueces y con apartamiento notorio del derecho positivo vigente.
En estricto derecho, los pronunciamientos de la Corte Suprema Nacional NO SON
OBLIGATORIOS para los tribunales inferiores. Sin embargo, la notable autoridad moral
de la Corte Suprema, así como la certeza de que los pronunciamientos contrarios al criterio
de la Corte han de ser modificados por ésta, conducen a los tribunales inferiores a adecuar
sus criterios a los de la Corte nacional. Entonces, según el criterio de la Corte, la sentencia
que se aparta sin dar nuevos argumentos, constituye una típica sentencia arbitraria y por lo
tanto susceptible de ser anulada.
Reglado por el art. 14 de la ley 48. Tiende a mantener la supremacía de la
Constitución y de los derechos fundados en ella.

El recurso de Casación.
Este recurso es también un medio de unificar jurisprudencia, por vía de un tribunal
especial, o a veces directamente por el tribunal supremo (como sucede en España). El
tribunal de casación se limita a decidir si la sentencia que viene recurrida es o no ajustada al
derecho aplicable, y en caso de que no lo sea se remite el expediente a otro tribunal para
que dicte nueva sentencia. El nuevo tribunal interviniente tiene libertad para resolver según
su propio criterio; y si lo hace en contra de la tesis del tribunal de casación, el expediente
vuelve a éste, que lo trata entonces en pleno; si la asamblea plenaria resuelve de acuerdo
con el criterio originario del tribunal de casación, vuelve a remitir el expediente a otro
tribunal, que ahora sí está obligado a seguir el criterio de la Corte de Casación.

Recurso de inaplicabilidad de ley.


Puede ser interpuesto por ante la Cámara de Apelaciones que dicta sentencia
definitiva en un proceso judicial, cuando la doctrina que emana del fallo es contradictoria
con la doctrina sentada en un caso semejante por otra sala del mismo tribunal. Declarado
admisible el recurso, es resuelto por la cámara en pleno (por todos los jueces que integran
ese tribunal), y establece entonces la doctrina aplicable a la cuestión de derecho debatida.

Nociones del Common Law y fuentes de dicho sistema.


El Common Law ha sido caracterizado, entre otras razones, por la inexistencia de
codificación, resultado de la menguada importancia asignada a la ley escrita, y al resaltante
valor de la jurisprudencia.
Encuentra su fuente en el derecho inglés, pero ha ido adquiriendo caracteres propios
en los EEUU y en otros lugares donde ha sido receptado total o parcialmente (Sudáfrica,
Japón, Thailandia, Israel, etc). El derecho inglés es un derecho jurisprudencial. En
Inglaterra el papel de los tribunales no ha sido sólo aplicar el derecho sino descubrirlo. La
regla que se encuentra en la base de todo el sistema es el STARE DECISIS, es decir, la
obligación de atenerse a las normas elaboradas por los jueces.
Hoy en día en Inglaterra la regla del precedente se expresa bajo la forma de la
obligatoriedad de las decisiones de los tribunales superiores respecto de los inferiores. Las
decisiones de otros tribunales tienen un alto nivel de persuasión, pero no son estrictamente
obligatorias.
La ley es considerada una fuente complementaria: los jueces aplicarán la ley dictada
por el Parlamento, pero no será considerada propiamente formando parte del Common Law
hasta que ella no haya sido interpretada, elaborada y aplicada por los jueces. El valor de la
costumbre es absolutamente secundario.

La doctrina.
Conjunto de opiniones y deducciones de los juristas. Funcionan como una fuente
material, por lo tanto fuerza de convicción sobre notas, temas del codificador, etc., ya que
se recurre a sus obras en caso de lagunas legislativas, etc. Estas están expresadas a través de
los libros, de los artículos, los comentarios a las sentencias judiciales, las críticas de la
legislación.
Otras POSIBLES fuentes.
La autonomía de la voluntad (algunos autores consideran que constituye una fuente
del derecho en la medida en que por vía de los contratos las partes crean normas a las
cuales deben ajustarse como si fuese la ley misma). La equidad (en algunos casos la ley
remite la solución a la equidad, a lo que resulte equitativo). Las reglas corporativas (reglas
emanadas de las corporaciones, relativas al ejercicio de una profesión, como la que puede
dictar el Colegio de Abogados en punto a la ética profesional, o el Colegio Médico sobre el
modo de ejercer mejor la profesión). El derecho comparado (la comparación científica de
sistemas jurídicos vigentes distintos o de un aspecto de éstos y de las causas que los han
producido y los efectos que han resultado en los medios sociales respectivos).

Bolilla 2
Punto 1 Aplicación e interpretación de la ley. Concepto.

Cuando se trata de someter las relaciones nacidas entre las personas a las normas
jurídicas (leyes, costumbres, o principios generales) se está APLICANDO el derecho.
Normalmente esa aplicación va a tener como resultado final una sentencia. Aplicar el
derecho implica:

- Elegir la norma aplicable;


- Atribuir sentido a las normas, tanto a aquella de la cual se extrae el mandato
particular como a aquellas cuya aplicación se excluye en el caso concreto.

También puede decirse que aplican el derecho los particulares, y los operadores
jurídicos cuando concluyen sus relaciones jurídicas bajo la forma de contratos, que crean
normas particulares a las cuales las partes deben someterse como la ley misma, o
instrumentan sus relaciones en documentos públicos, etc. Aun asi normalmente la
aplicación de la ley se reduce a la judicial.

INTERPRETAR es buscar el sentido y valor de la norma para medir su extensión


precisa, y apreciar su eficiencia en cuanto al gobierno de las relaciones jurídicas,
aparentemente comprendidas en el ámbito de su vigencia.

La interpretación es una actividad de conocimiento, referida a la norma aplicable al


caso concreto; la aplicación en cambio es una actividad dirigida a determinar los efectos y
consecuencias jurídicas que produce la norma que corresponde. LA INTERPRETACIÓN
PRECEDE A LA APLICACIÓN; EXPONE LAS RAZONES; LA APLICACIÓN
CONVIERTE LAS RAZONES EN DECISIÓN.

Escuelas de interpretación.
Escuela exegética: creció al amparo del Código de Napoleón. Partía de dos postulados
básicos:

- Todo está en la ley;

- Se debe buscar la intención del legislador.

Es que siendo la ley manifestación de voluntad, eso es lo que hay que indagar. El
objeto de la interpretación era la intención del legislador: para ello se valía inicialmente del
elemento gramatical, definido por Aubry y Rau como aquel que se dirige a determinar el
verdadero sentido de un texto oscuro o incompleto, ayudándose con los usos de la lengua y
las reglas de la sintaxis. Con la misma finalidad, recurrían también a los trabajos
preparatorios de la ley. El tercer elemento del cual se sirvió la exégesis fue el elemento
lógico; que caracterizó más bien a la dogmática, como una suerte de variante posterior de la
escuela de la exégesis. Los autores de la dogmática dejaron de exponer el texto del código
artículo por artículo, buscaron una exposición racional de la materia, concordando los
textos y dando a cada tema su ubicación lógica. El elemento lógico recurría a la analogía, al
argumento contrario y al argumento a fortiori (quien puede lo más puede lo menos); a la
inducción y a la deducción, tratando de buscar principios generales aplicables a los casos
que no estaban resueltos expresamente dentro de la ley. Sin embargo, el abuso de este
elemento desprestigió a la escuela, ya que llevó a resultados a veces absurdos: por ejemplo,
el art. 102 del Código de Napoleón dice “El domicilio de todo francés es el lugar…”, de lo
que se dedujo, por argumento a contrario, que los extranjeros carecían de domicilio.

Escuela de la libre investigación científica (sistema de Geny o sistema moderno): se originó


en los finales del siglo XIX, en los trabajos de Saleilles, Bufnoir y Gény, inicialmente como
una crítica a la exégesis, a la cual se atribuyó limitar todo a la ley no reconociendo así la
eficacia de fuentes extra legales.

Saleilles y Hauriou sostuvieron que la interpretación no debe hacerse en la búsqueda


de la intención del autor, sino inspirándose en las necesidades del momento; se dará a la ley
la extensión o interpretación que el legislador le hubiera dado si él hubiera legislado en
presencia de los problemas que hoy aparecen y que él no ha previsto. En definitiva se trata
de interpretar la ley según las necesidades de la sociedad al momento de la interpretación;
un mismo texto puede cambiar así de sentido a fin de adaptar la regla original a las
necesidades nuevas (este criterio ha sido denominado interpretación deformante o
constructiva, o interpretación histórica o evolutiva). Gény era partidario de un respeto
mayor a la ley y de un sistema interpretativo más franco. Después de haber extraído de la
ley o de las normas en vigor, sin deformarlas, todas las posibilidades de solución que ellas
comportan, y aun así subsiste una insuficiencia o laguna de derecho, hay que buscar
libremente las soluciones por una elaboración más autónoma, inspirándose en diversos
elementos de datos reales, históricos, racionales o ideales. En definitiva, reconoce que es
legítimo buscar la voluntad del legislador, cuando se busca una voluntad real de este, pero
no cuando se trata de crearla arbitrariamente.

Escuela del derecho libre: En Alemania un importante movimiento doctrinario preconizó la


existencia de un derecho denominado libre, destinado a valorar, completar, desenvolver o
derogar el derecho estatal y que por esa misma razón no corresponde al derecho estatal.
Según esta doctrina el juez PUEDE Y DEBE PRESCINDIR DE LA LEY, si le parece que
ella no le ofrece una decisión carente de dudas, si no le parece verosímil con arreglo a su
libre y concienzuda convicción que el poder existente en el momento del fallo habría
dictado la resolución que la ley le exige. En ambos casos el juez dictará la sentencia que
según su convicción el actual poder del Estado habría decretado. Si el juez no fuese capaz
de formarse tamaña convicción se inspirará en el derecho libre. Finalmente, en casos
complicados o dudosos, solo en aspectos cuantitativos, por ejemplo, indemnización de
daños materiales, el juez resolverá y debe resolver arbitrariamente. Las partes deben tener
la facultad en todo proceso civil de liberar al juez mediante su mutuo acuerdo de la
observancia de cualquier norma jurídica estatal.

Punto 2 Distintas clases de interpretación según quien la formule: legislativa,


judicial y doctrinaria.

Interpretación auténtica o legislativa: Es la que realiza el mismo legislador al votar


una nueva ley destinada a esclarecer su voluntad, expresada en una ley anterior. Se dice,
hoy en día, que es una forma imperativa de fijar la verdadera voluntad legal, o una
declaración del PL con el propósito de una verdadera integración normativa. El efecto
generalmente asignado a la ley interpretativa es el de excepcionar la regla de
irretroactividad de la ley; al ser considerada la ley interpretativa como incorporada a la ley
interpretada, se le reconoce efecto retroactivo. De todos modos, a ese efecto retroactivo
deben serle reconocidos dos límites: no puede afectar las sentencias dictadas al amparo de
la ley interpretada; y la retroactividad no puede afectar las garantías constitucionales.

La tendencia general actual es a limitar lo más posible la facultad del legislador de


interpretar sus propias leyes, para no detener con una declaración auténtica y
universalmente obligatoria el libre desenvolvimiento del derecho, que se realiza merced a la
obra de la doctrina y la jurisprudencia (De Ruggiero).

Interpretación judicial: Es la realizada por los tribunales de justicia, como paso


previo a la aplicación de la ley a un caso concreto. Difiere de la interpretación auténtica en
que mientras esta es obligatoria y general, la judicial se limita al caso dado. La
interpretación judicial es la verdadera interpretación, en tanto y en cuanto es actividad libre
destinada a la fijación del verdadero sentido de la ley.

Interpretación doctrinaria: Es la realizada por los autores, que puede servir incluso
como fuente material del derecho. Sus aportes son muchas veces de fundamental
importancia para la interpretación judicial, y por ende para la solución de litigios en los
casos concretos.

La interpretación en el CCyC: art. 2.

Art. 2 – La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos
humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el
ordenamiento.

El deber de resolver del juez: art. 3.

Art. 3 – El juez debe resolver los asuntos que sean sometidos a su jurisdicción
mediante una decisión razonablemente fundada.

Método de integración del derecho.

Si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el espíritu de la
ley se atenderá a los principios de leyes análogas, y si aún la cuestión fuere dudosa se
resolverá por los principios generales del derecho teniendo en consideración las
circunstancias del caso.

Las reglas de interpretación y aplicación de la ley establecidas por el método


tradicional están consagradas en el artículo 2, y anteriormente, lo citado, estaba en el art.
16.

El principio de analogía constituye un procedimiento interpretativo al que se recurre


cuando no se halla una norma aplicable al caso.

Punto 3 Efectos de la ley.

Respecto de las personas: Art. 4 – Ámbito subjetivo. Las leyes son obligatorias para
todos los que habitan el territorio de la República, sean ciudadanos o extranjeros,
residentes, domiciliados o transeúntes, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales.

Con relación al tiempo: vigencia y aplicación de la ley:

Art. 5 – Vigencia. Las leyes rigen después del octavo día de su publicación oficial, o
desde el día que ellas determinen.

Art. 7 – Eficacia temporal. A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a


las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.

Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto


disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos
amparados por garantías constitucionales.
Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecución,
con excepción de las normas más favorables al consumidor en las relaciones de consumo.

Aplicación inmediata, retroactiva y diferida.

Aplicación inmediata: El efecto inmediato se aplica inmediatamente después de


haber sido sancionada. Consiste en que la nueva ley se aplica a: 1) las relaciones y
situaciones jurídicas que se constituyen en el futuro; 2) las relaciones y situaciones jurídicas
existentes, en cuanto no estén agotadas; 3) las consecuencias que no hayan operado todavía.
La aplicación inmediata no es retroactiva, porque significa aplicación de las nuevas normas
para el futuro, y con posterioridad a su vigencia; el efecto inmediato encuentra sus límites,
precisamente, en el principio de irretroactividad, que veda aplicar las nuevas leyes a
situaciones o relaciones jurídicas ya constituidas, o a efectos ya producidos.

Aplicación retroactiva: el efecto retroactivo implica aplicar una ley nueva a una
situación que fue creada cuando esta ley no estaba en vigencia.

Aplicación diferida: Es aquella en que la norma, de manera expresa, ha señalado


que deberá aplicarse en un momento futuro.

Aquí nos encontramos a un modelo de norma especial, porque esta misma,


expresamente, señala cuando debe aplicarse. Esto no significa que cuando no señala su
aplicabilidad esta derogada temporalmente, sino que esta norma establece una vacatio legis
que es característica de esta norma.

Respecto a la voluntad individual: Normas imperativas y supletorias.

Las leyes imperativas no dejan lugar a los particulares a expresarse en forma


contraria a las mismas, pues son de interés general. Por ejemplo el requerimiento de que
determinados actos consten en escritura pública, o los casos en que el tutor necesita
autorización judicial en el ejercicio de sus funciones, o las obligaciones alimentarias.

Las leyes que pueden dejarse de lado por la voluntad de las partes, rigiendo solo en
forma subsidiaria, si ellas no se expresaron al respecto, son las llamadas normas supletorias,
que rigen en general en materia contractual. Por ejemplo la que dispone donde debe hacerse
el pago, que es en el domicilio del deudor si las partes no dispusieron otra cosa.

Punto 4 Orden público: concepto y evolución.

Se denomina orden público al conjunto de principios eminentemente religiosos,


morales, políticos, económicos, a los cuales se vincula la digna subsistencia de la
organización social establecida. Alude a una categoría o clase de disposiciones de interés
fundamental para el pueblo, para la nación, para la sociedad entera.
Por ejemplo la separación de los distintos poderes que ejerce el gobierno, la libertad
individual, la propiedad, etc.

El orden público y la aplicación de la ley extranjera.

Art. 2595 – Aplicación del derecho extranjero. Cuando un derecho extranjero resulta
aplicable:

a) El juez establece su contenido, y está obligado a interpretarlo como lo harían los


jueces del Estado al que ese derecho pertenece, sin perjuicio de que las partes
puedan alegar y probar la existencia de la ley invocada. Si el contenido del derecho
extranjero no puede ser establecido se aplica el derecho argentino;
b) Si existen varios sistemas jurídicos covigentes con competencia territorial o
personal, o se suceden diferentes ordenamientos legales, el derecho aplicable se
determina por las reglas en vigor dentro del Estado al que ese derecho pertenece y,
en defecto de tales reglas, por el sistema jurídico en disputa que presente los
vínculos más estrechos con la relación jurídica de que se trate;
c) Si diversos derechos son aplicables a diferentes aspectos de una misma situación
jurídica o a diversas relaciones jurídicas comprendidas en un mismo caso, esos
derechos deben ser armonizados, procurando realizar las adaptaciones necesarias
para respetar las finalidades perseguidas por cada uno de ellos.

Art. 2600 – Orden público. Las disposiciones de derecho extranjero aplicables deben
ser excluidas cuando conducen a soluciones incompatibles con los principios
fundamentales de orden público que inspiran el ordenamiento jurídico argentino.

Relación con la aplicación de la ley y la autonomía de la voluntad.

Uno de los principios consagrados en el código civil tanto desde la época de Vélez como en
la actualidad es el de la autonomía de la voluntad de los particulares, por el cual pueden
convenir y celebrar los actos jurídicos del modo que ellos conveniente de acuerdo a sus
necesidades. La fuerza obligatoria de los contratos es un claro ejemplo de eso (art. 959). Lo
mismo cuando la autonomía de los particulares puede dale eficacia jurídica al silencio (art.
263).

Sin embargo, hay límites que no pueden transgredirse. Dos de ellos son, precisamente, el
orden público y las leyes imperativas (art. 12 del Código). De allí la relación existente entre
ambos y a eso apunta al consigna del programa. Con manejar el texto del art. 12 te
alcanzará para responder.

El fraude a la ley.
Art. 2598 – Fraude a la ley. Para la determinación del derecho aplicable en materias
que involucran derechos no disponibles para las partes no se tienen en cuenta los hechos o
actos realizados con el solo fin de eludir la aplicación del derecho por las normas de
conflicto.

Norma internacional imperativa.

Art. 2599 – Normas internacionalmente imperativas. Las normas


internacionalmente imperativas o de aplicación inmediata del derecho argentino se imponen
por sobre el ejercicio de la autonomía de la voluntad y excluyen la aplicación del derecho
extranjero elegido por las normas de conflicto o por las partes.

Cuando resulta aplicable un derecho extranjero también son aplicables sus


disposiciones internacionalmente imperativas, y cuando intereses legítimos lo exigen
pueden reconocerse los efectos de disposiciones internacionalmente imperativas de terceros
Estados que presentan vínculos estrechos y manifiestamente preponderantes con el caso.

Punto 5 Modo de contar los intervalos del derecho.

Art. 6 – Modo de contar los intervalos del derecho. El modo de contar los intervalos
del derecho es el siguiente: DÍA es el intervalo que corre de medianoche a medianoche. En
los plazos fijados en días, a contar de uno determinado, queda éste excluido del cómputo, el
cual debe empezar el día siguiente. Los plazos de MESES o AÑOS se computan de fecha a
fecha. Cuando en el mes del vencimiento no hubiera día equivalente al inicial del cómputo,
se entiende que el plazo expira el último día de ese mes. Los plazos vencen a la hora
veinticuatro del día del vencimiento respectivo. El cómputo civil de los plazos es de días
completos y continuos, y no se excluyen los días inhábiles o no laborales. En los plazos
fijados en HORAS, a contar desde una hora determinada, queda ésta excluida del cómputo,
el cual debe empezar desde la hora siguiente. Las leyes o las partes pueden disponer que el
cómputo se efectúe de otro modo.

Bolilla 3
Punto 1 El sujeto de la relación jurídica. Especies de personas.

El sujeto de la relación jurídica es la persona. Son personas todos los entes


susceptibles de adquirir derechos y contraer obligaciones (art. 141). Hay dos clases de
personas: las personas de existencia visible (persona física); y las personas de existencia
ideal (persona jurídica), que a su vez son divididas en públicas y privadas. Las personas
físicas son todos los entes que presenten signos característicos de humanidad, sin distinción
de cualidades o accidentes.
La persona humana. Comienzo de su existencia. Distintas posiciones doctrinarias. Las
opiniones de la ciencia médica. El comienzo de la persona en el CCyC de la Nación.

Conforme al art. 19 del CCyC, la existencia de la persona humana comienza con la


concepción.

El comienzo de la existencia de las personas físicas es un tema que históricamente


ha dividido las opiniones de juristas, teólogos, filósofos y hombres de ciencias diversas.
Resultando evidente que la vida comienza en el seno materno, y que ese ser concebido pero
no nacido reclama protección, la cuestión es determinar si ese feto puede ser concebido o
no como una persona distinta a la madre que lo lleva en su cuerpo.

Sistema del derecho romano: en el DR se consideraba que la existencia de las personas


comenzaba desde el momento del nacimiento. Sin embargo, se protegía la vida concebida
en el seno materno mediante ciertas medidas, y por lo demás, si el niño nacía con vida, su
existencia se computaba, en cuanto a sus derechos, desde el momento de la concepción.

Según Savigny, al proteger al concebido el derecho está tutelando una ficción, ya


que si bien ese sujeto carece de capacidad, la ley lo ampara concediéndole ciertos derechos
en su exclusivo favor; por lo tanto, esa ficción, que ha sido creada en interés de la persona
por nacer, solo a él aprovecha.

La mayor parte de los códigos decimonónicos siguieron las enseñanzas de Savigny


y la tradición que provenía del DR. Sin embargo, han tenido que reconocer la adquisición
de derechos y por ende una cierta capacidad jurídica en estos sujetos que se encuentran
concebidos pero aún no nacidos. Se ha achacado a esta concepción de incurrir en una grave
incoherencia, ya que se otorgan derechos sin que exista sujeto,

Freitas se apartó de los modelos de la época, al establecer que la existencia


comienza desde la concepción. Nuestro Código, sigue en el tema el criterio de Freitas.

Pacto de San José de Costa Rica: determina también que la existencia de las personas
comienza con la concepción (art. 4), y los países signatarios deben adecuar su derecho
interno a lo previsto en la Convención. Sin embargo, la Corte Americana de Derechos
Humanos ha resuelto que el embrión no implantado no es persona bajo la Convención
(sentencia del 28/11/2012).

La Constitución Nacional: posee un texto que atribuye al Congreso la competencia para


“Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en
situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del período de enseñanza
elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia” (art. 75, inc. 23). Se
trata de un texto de compromiso en el que la idea de inicio de la vida y protección de la
persona por nacer desde la concepción, ha sido sustituida por la tutela desde embarazo,
condición que obviamente es de la madre y no de la persona por nacer.
La ley 23.849, que ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, dispone en su art. 2
que “…debe interpretarse por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y
hasta los 18 años”.

La situación del embrión obtenido mediante las técnicas de reproducción humana


asistida y no implantado. La evolución de la jurisprudencia nacional y de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

Para la ley civil argentina se es persona desde la concepción. Pero en la fecundación


extra uterina no hay concepción en el seno materno.

El art. 51 del Código de Vélez preceptuaba que son personas de existencia visible
todos los entes que presentan signos característicos de humanidad. Y el hecho de que las
normas aplicadas fueran redactadas casi un siglo antes de la primera Fecundacion in vitro,
tampoco es impedimento para sostener que en el derecho positivo argentino el embrión es
persona. En nuestro derecho positivo se es persona desde el momento de la concepción sin
que incida sobre ello que ésta se haya producido en el seno materno o fuera de él.

(Claro es que lo expuesto es válido si se admite que la concepción se produce por la


FUSIÓN DE LOS GAMETOS. Cabe recordar, que para otra tesis, la concepción es un
PROCESO y que RECIÉN EXISTE el embrión al PRODUCIRSE LA ANIDACIÓN;
cabría reconocer la existencia de un “preembrión”, que como se señaló no tendría el mismo
estatus que el embrión. Obviamente, el embrión no implantado no estaría en esta condición,
por lo cual no gozaría de la misma protección).

Soluciones dadas en las legislaciones abortivas:

Existen legislaciones, como la francesa, que permiten el aborto voluntario en las


primeras semanas de vida. En ellas se parte de la idea de que la persona humana es
producto de una evolución y se distingue entre embrión y feto, señalándose que el feto es
aquel que ya tiene completo su desarrollo cerebral. Algunas legislaciones establecen que
este desarrollo se produce a las ocho semanas, algunas a las diez semanas, mientras que
otras estiman que ello ocurre a las doce semanas. Es más, algunos exigen la viabilidad del
feto, esto es, la posibilidad de que desarrolle autónomamente una vida extrauterina o que el
feto tenga sensibilidad al dolor y al placer, lo que recién sucedería en el segundo trimestre
del embarazo.

En Francia la Ley Voeil, del 17/1/1975, estableció en diez semanas el momento


hasta el cual la madre puede abortar voluntariamente.

Sentencia de la Corte Interamericana de DDHH: el 28/11/2012 la Corte Interamericana de


DDHH se pronunció en la causa “Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica”. Se trataba de un
caso planteado por ciudadanos costarricenses contra su país, a consecuencia de una
prohibición virtualmente absoluta de los tratamientos de fertilización asistida derivada de
una sentencia de la Corte Suprema Nacional. La Corte sostuvo que el embrión es
considerado persona desde el momento de la implantación en el seno materno. Por lo que el
embrión no implantado no goza de la protección que los arts. 1 y 4 del Pacto de San José de
Costa Rica aseguran a toda persona desde el momento de la concepción. La solución a que
arriba la Corte Interamericana ha sido cuestionada en un importante pronunciamiento de la
Cámara Federal de Salta.

Criterios de valoración del embrión in vitro en el derecho comparado: en el derecho


español, la ley de fecundación asistida 14/2006 distingue diferentes niveles de valoración
del óvulo fecundado según su etapa de desarrollo, considerándolo preembrión hasta el día
catorce. Así, en el art. 15.1 habilita la investigación con preembriones, sin atender a su
viabilidad, estableciendo como únicos requisitos el consentimiento expreso de la pareja,
que no hayan estado in vitro más allá del día catorce y que la investigación se realice sobre
la base de proyectos presentados y autorizados. Debe sí tratarse de preembriones sobrantes
de técnicas de fecundación asistida y no crearse especialmente con fines de investigación
(conf. Ley 14/2007).

La ley italiana 40/2004, por el contrario, no distingue las etapas del desarrollo del
embrión, asegurando en su art. 1°, el derecho de todos los sujetos involucrados, incluido el
concebido.

Presunción legal sobre la época de la concepción.

El CCyC en el artículo 20 (ex arts. 76 y 77) establece que la época de la concepción


queda fijada entre el máximo y el mínimo de la duración del embarazo; señalando a
continuación que el máximo es de 300 días y el mínimo de 180 días, excluido el día del
nacimiento. De tal forma, sin contabilizar el día del alumbramiento, se cuentan 300 días
hacia atrás y luego 180 días, también hacia atrás. En el período de 120 días que hay entre
uno y otro término, la ley presume que se ha producido la concepción.

Esta presunción que se establecía como absoluta ha sido modificada por la ley
23.264, que la ha convertido en PRESUNCIÓN RELATIVA, o sea susceptible de quedar
desvirtuada por prueba en contrario.

Condición jurídica de la persona por nacer.

El proyecto de 1998 conserva el sistema del código, de modo que los derechos y
obligaciones que el concebido adquiere quedan irrevocables al nacer con vida, y si esto no
sucede, se considera que la persona nunca ha existido. El proyecto agrega “el nacimiento
con vida se presume”. El proyecto de CCyC de 2012 reproduce las soluciones del proyecto
de 1998 (art. 21). Antes de su nacimiento pueden adquirir algunos derechos, como si ya
hubiesen nacido, y esos derechos quedan irrevocablemente adquiridos si los concebidos en
el seno materno nacieren con vida, aunque fuera por instantes después de estar separados de
su madre.

La condición jurídica de la persona por nacer ha tenido importantes modificaciones en el


Código Civil y Comercial. En efecto, si bien el artículo 19 del código establece que “La
existencia de las personas humanas comienza con la concepción”, hay una Norma
Transitoria Segunda, que en este caso acompaña al artículo 19 -y que encontrarás en la
parte final del Código- que dice que “La protección del embrión no implantado será objeto
de una ley especial”.

Esto es el resultado de sostener que el comienzo de la existencia de un embrión obtenido a


partir de una FIV se produce recién con la implantación en el vientre de la mujer, con lo
cual, parece existir una diferenciación de regímenes según que la persona haya sido
concebida naturalmente o con el auxilio de las técnicas de reproducción asistida.

Para este punto no podés dejar de saber el fallo dictado por la CIDH en el caso "Artavia
Murillo c/ Costa Rica", que abrió un poco el camino a esta tendencia legislativa.

Nacimiento.

A partir del nacimiento con vida se computan los plazos del embarazo, lo que a su
vez permite determinar el momento de la concepción. Asimismo, se produce la adquisición
irrevocable de los derechos causados durante la gestación. De allí la importancia de la
determinación del momento del nacimiento. Este se produce en el momento en que el
nuevo ser es naturalmente expulsado, o quirúrgicamente extraído de la matriz de la madre,
sin importar si se encuentra o no totalmente separado de aquella.

La vida propia del recién nacido se da cuando inhala su primera bocanada de aire
fuera del seno materno.

Derechos y obligaciones de la persona por nacer (arts. 19 a 21). Crítica al segundo


párrafo del art. 21 CCyC.

Art. 19 – Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza


con la concepción.

Art. 20 – Duración del embarazo. Época de la concepción. Época de la concepción


es el lapso entre el máximo y el mínimo fijados para la duración del embarazo. Se presume,
excepto prueba en contrario, que el máximo de tiempo del embarazo es de trescientos días y
el mínimo de ciento ochenta, excluyendo el día del nacimiento.

Art. 21 – Nacimiento con vida. Los derechos y obligaciones del concebido o


implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida.
Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió. El nacimiento con
vida se presume.

(El segundo párrafo del art. 21 incurre en una contradicción, ya que, expresa “si no nace
con vida, se considera que la persona nunca existió” y, previamente, en el art. 19, se
establece que LA EXISTENCIA de la persona humana comienza con la CONCEPCIÓN).

Punto 3 La bioética. Concepto. Sus orígenes.

El CCyC unificado ha consagrado en su texto, en concordancia con su marco


definitorio de constitucionalización del derecho privado y el respecto a la persona humana,
los principios que dan sustrato a la bioética. Designa un nuevo campo interdisciplinario,
cuyo nacimiento puede ubicarse en la segunda mitad del siglo pasado, al tomarse
conocimiento de las atrocidades cometidas con seres humanos invocando la necesidad del
progreso de la ciencia.

Esta palabra etimológicamente deriva del griego: bios (vida), y ethiké (moral).

Se ha definido a la bioética como “el estudio sistemático de la conducta humana en


el campo de las ciencias de la vida y la atención a la salud, en tanto que dicha conducta es
examinada a la luz de los principios y valores morales”.

Los principios bioéticos y los agentes de cada uno de ellos. Importancia actual.

La aplicación de los valores bioéticos en todas las esferas de la actividad humana


servirá para asegurar la continuidad de la vida porque justamente, esta disciplina se vincula
estrechamente con la idea de veneración de la vida. De suma importancia es la noción de
que todo individuo es único e irreemplazable y por tanto el principio que subyace a ese
concepto apareja responsabilidades colectivas respecto de su bienestar y protección.

García Gillén, efectúa un desarrollo de la evolución histórica de la medicina y de la


labor de los médicos. Luego de señalar que durante siglos la ciencia médica estuvo
orientada por el principio de la beneficencia, principio ético unido a los conceptos
filosóficos de no dañar y de hacer el bien, que ha sido sintetizado en el principio de no
maleficencia (hacer el mayor bien con el menor daño posible) siempre en una relación
vertical entre médico y paciente.

Los nuevos tiempos han permitido incorporar al paciente como un agente


moral más en la relación y reconociéndose su rol activo y no exclusivamente pasivo. El
principio ético que nace de aquí es el de la “autonomía del paciente”. Por ejemplo: ante
una enfermedad de una persona, el médico debe diagnosticar correctamente e indicar los
tratamientos posibles (si hay más de uno) con los riesgos, complicaciones, beneficios, etc.
en cada caso, e indicar cuál es el más recomendable a su parecer (aquí juega el principio
de beneficencia), pero será el paciente (persona capaz mentalmente), quien deberá dar su
consentimiento informado para la práctica elegida (principio de autonomía = darle la
libertad y la dignidad a la persona).

Veamos ahora el tercer agente moral que incide en la relación médico- paciente. La
sociedad, ¿de qué manera? Dicha relación se desarrolla en el ámbito de una clínica u
hospital. La atención del médico en muchos casos se realiza por intermedio de una
cobertura de una Obra Social, mutual, seguro de salud o servicio de medicina pre- paga;
pueden intervenir diferentes médicos, en diagnósticos, interconsultas, intervenciones
quirúrgicas, especialidades etc. Aquí surge el cuarto principio moral de la bioética que es:
la justicia (que todas tengan la igualdad de derechos).
Resumiendo, podemos decir que la bioética es la Ciencia, donde deben co-existir, y
tratar de la forma menos conflictiva posible que se desarrollen los actos médicos entre tres
grupos o clases de agentes morales fundamentales: médico, paciente y sociedad; donde
cada uno de ellos juega un rol importantísimo defendiendo un principio ético distinto: los
médicos, el de beneficencia, los pacientes, su autonomía y la comunidad o sociedad la
justicia.
Su relación con el derecho.

Los tiempos actuales son muy complejos y, cada vez son más las dificultades que se
presentan, por lo que el equilibrio en este tema se torna cada vez más distante.

Justamente para recomponer o lograr ese equilibrio, interviene el Derecho, dado que es
lógico que en las sociedades democráticas y pluralistas existan diversas perspectivas
morales defendibles.

Viene al caso recordar que los principios bioéticos resultan afines con el bloque de
constitucionalidad del derecho argentino. De este mismo deriva el de justicia.

El de beneficencia se relaciona, básicamente, con la promoción del “bienestar general”


(Preámbulo de la CN) en materia de salud y con el derecho a la preservación de la salud, así
como también con la protección del usuario de los servicios de salud (art. 42 CN); el de
autonomía, con la protección de la dignidad humana, el respeto a la libertad, a la intimidad
y a la privacidad, y la salvaguarda de las conductas autorreferentes de disposición del
cuerpo (exclusivas del sujeto que las adopta, libradas a su criterio y referidas sólo a él por el
cual no vulneran el principio de no maleficencia, ya que no perjudican a terceros,
comprendidos en la cláusula del art. 19 CN).

Finalmente, se completó la consagración unificada de los principios bioéticos en la ley


26.529 “Derechos del Paciente en su relación con los profesionales de instituciones de
la salud”.

Los temas de la Bioética que preocupan al derecho son: La clonación, la


fecundación asistida, la prolongación de la vida por métodos artificiales, la ablación y
trasplante de órganos, la inducción y anticipación de partos en supuestos de graves e
irreversibles enfermedades, experimentación con seres humanos, el sida, la eutanasia, y
todo lo relacionado con la genética (diagnóstico pre natal, proyecto del genoma humano,
terapias genéticas, etc.).

La regulación de los temas bioéticos en el CCyCN y leyes específicas.

a) Los derechos sobre el cuerpo humano: El art. 17 dispone “Derechos sobre el


cuerpo humano. Los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes no tienen un
valor comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y sólo
pueden ser disponibles por su titular siempre que se respete alguno de esos valores y
según lo dispongan las leyes especiales”.
No es un dato menor vincularlo con los arts. 51 y 52 sobre inviolabilidad de la
persona humana y su dignidad.
Art. 51 – Inviolabilidad de la persona humana. La persona humana es inviolable y
en cualquier circunstancia tiene derecho al reconocimiento y respeto a la dignidad.
Art. 52 – Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en su intimidad
personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier
modo resulte menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y
reparación de los daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero,
Título V, Capítulo 1.
b) La Ley 26.529 de derechos del paciente y su modificación por Ley 26.742: La
ley 26.529 de Derechos del Paciente dispone expresamente que el paciente tiene
derecho a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos, como
así también a revocar posteriormente su manifestación de la voluntad (art. 2, inc. E).
De allí que toda actuación profesional en el ámbito médico-sanitario exija con
carácter general el previo consentimiento informado.
La ley 26.529, promulgada el 19 de noviembre de 2009 fue modificada por la Ley
26.742 de Muerte Digna promulgada de hecho el 24 de mayo de 2012.
c) La autonomía bioética del menor de edad: AUTONOMÍA PROGRESIVA Y
COMPETENCIA. La noción de competencia impone analizar en el caso concreto si
el sujeto puede o no entender acabadamente qué se le dice, cuáles son los alcances
de la comprensión si puede comunicarse, si puede razonar sobre las alternativas y si
tiene valores. En síntesis se trata de reconocer el carácter de sujeto de derecho a las
niñas, niños y adolescentes, articulando su edad y su grado de madurez.
Responde específicamente a lo normado en el art. 12 de la Convención sobre
Derechos del Niño. El art. 26 del CCyC recoge esta concepción:
“Art. 26 – Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona
menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales. No
obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí
los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de
conflicto de intereses con sus representantes legales, puede intervenir con asistencia
letrada.
La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le
concierne así como a participar en las decisiones sobre su persona.
Se presume que el adolescente entre 13 y 16 años tiene aptitud para decidir por sí
respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su
estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en
riesgo la integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la
asistencia de sus progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en
cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto a las
consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los 16 años el adolescente es considerado como un adulto para las
decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.” (nuevos derechos reconocidos
al menor).
d) Investigaciones en salud humana: “Art. 58 – Investigaciones en seres humanos.
La investigación médica en seres humanos mediante intervenciones, tales como
tratamientos, métodos de prevención, pruebas diagnósticas o predictivas, cuya
eficacia o seguridad no están comprobadas científicamente, sólo puede ser realizada
si se cumple con los siguientes requisitos:
a) Describir claramente el proyecto y el método que se aplicará en un protocolo de
investigación;
b) Ser realizada por personas con la formación y calificaciones científicas y
profesionales apropiadas;
c) Contar con la aprobación previa de un comité acreditado de evaluación de ética
en la investigación;
d) Contar con la autorización previa del organismo público correspondiente;
e) Estar fundamentada en una cuidadosa comparación de los riesgos y las cargas en
relación con los beneficios previsibles que representan para las personas que
participan en la investigación y para otras personas afectadas por el tema que se
investiga;
f) Contar con el consentimiento previo, libre, escrito, informado y específico de la
persona que participa en la investigación, a quien se le debe explicar, en
términos comprensibles, los objetivos y la metodología de la investigación, sus
riesgos y posibles beneficios; dicho consentimiento es revocable;
g) No implicar para el participante riesgos y molestias desproporcionados en
relación con los beneficios que se espera obtener de la investigación;
h) Resguardar la intimidad de la persona que participa en la investigación y la
confidencialidad de su información personal;
i) Asegurar que la participación de los sujetos de la investigación no les resulte
onerosa a estos y que tengan acceso a la atención médica apropiada en caso de
eventos adversos relacionados con la investigación, la que debe estar disponible
cuando sea requerida;
j) Asegurar a los participantes de la investigación la disponibilidad y accesibilidad
a los tratamientos que la investigación haya demostrado beneficiosos.
e) Consentimiento informado para actos médicos. Concepto legal: Art. 59 –
Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud. El
consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud es la
declaración de voluntad expresa por el paciente, emitida luego de recibir
información clara, precisa y adecuada, respecto a:
a) Su estado de salud;
b) El procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos;
c) Los beneficios esperados del procedimiento;
d) Los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e) La especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y
perjuicios en relación con el procedimiento propuesto;
f) Las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto
o de los alternativos especificados;
g) En caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se
encuentre en estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual
situación, el derecho a rechazar procedimientos quirúrgicos, de hidratación,
alimentación, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital,
cuando sean extraordinarios o desproporcionados en relación a las perspectivas
de mejoría, o produzcan sufrimiento desmesurado, o tengan por único efecto la
prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable;
h) El derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de atención de
su enfermedad o padecimiento.
Ninguna persona con discapacidad puede ser sometida a investigaciones en
salud sin su consentimiento libre e informado, para lo cual se le debe garantizar
el acceso a los apoyos que necesite.
Nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin
su consentimiento libre e informado, excepto disposición legal en contrario.
Si la persona se encuentra absolutamente imposibilitada para expresar su
voluntad al tiempo de la atención médica y no la ha expresado anticipadamente,
el consentimiento puede ser otorgado por el representante legal, el apoyo, el
cónyuge, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al paciente,
siempre que medie situación de emergencia con riesgo cierto e inminente de un
mal grave para su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el médico puede
prescindir del consentimiento si su actuación es urgente y tiene por objeto evitar
un mal grave al paciente.
f) Prácticas genéticas prohibidas. Directivas médicas anticipadas.
Art. 57 – Prácticas prohibidas. Está prohibida toda práctica destinada a producir una
alteración genética del embrión que se transmita a su descendencia.
Art. 60 – Directivas médicas anticipadas. La persona plenamente capaz puede
anticipar directivas y conferir mandato respecto de su salud y en previsión de su
propia incapacidad. Puede también designar a la persona o personas que han de
expresar el consentimiento para los actos médicos y para ejercer su curatela. Las
directivas que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas se tienen por no escritas.
Esta declaración de voluntad puede ser libremente revocada en todo momento.
(VER FOTOCOPIAS MARTÍN L)
g) La regulación de las técnicas de reproducción humana asistida (arts. 560 a 564
CCyC, y Ley 26.862, arts. 1, 2 y 3:
Art. 560 – Consentimiento en las técnicas de reproducción humana asistida. El
centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo, informado y
libre de las personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción humana
asistida. Este consentimiento debe renovarse cada vez que se procede a la
utilización de gametos o embriones.
Art. 561 – Forma y requisitos del consentimiento. La instrumentación de dicho
consentimiento debe contener los requisitos previstos en las disposiciones
especiales, para su posterior protocolización ante escribano público o certificación
ante la autoridad sanitaria correspondiente a la jurisdicción. El consentimiento es
libremente revocable mientras no se haya producido la concepción en la persona o
la implantación del embrión.
Art. 562 – Voluntad procreacional. Los nacidos por las técnicas de reproducción
humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también
ha prestado su consentimiento previo, informado y libre en los términos de los
artículos 560 y 561, debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas, con independencia de quién haya aportado los gametos.
Art. 563 – Derecho a la información de las personas nacidas por técnicas de
reproducción asistida. La información relativa a que la persona ha nacido por el uso
de técnicas de reproducción humana asistida con gametos de un tercero debe constar
en el correspondiente legajo base para la inscripción del nacimiento.
Art. 564 – Contenido de la información. A petición de las personas nacidas a través
de las técnicas de reproducción humana asistida, puede:
a) Obtenerse del centro de salud interviniente información relativa a datos médicos
del donante, cuando es relevante para la salud;
b) Revelarse la identidad del donante, por razones debidamente fundadas,
evaluadas por la autoridad judicial por el procedimiento más breve que prevea la
ley local.

Ley 26.862, arts. 1, 2 y 7: ARTICULO 1° — Objeto. La presente ley tiene por


objeto garantizar el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de
reproducción médicamente asistida.

ARTÍCULO 2° — Definición. A los efectos de la presente ley, se entiende por


reproducción médicamente asistida a los procedimientos y técnicas realizados con
asistencia médica para la consecución de un embarazo. Quedan comprendidas las técnicas
de baja y alta complejidad, que incluyan o no la donación de gametos y/o embriones.
Podrán incluirse nuevos procedimientos y técnicas desarrollados mediante avances técnico-
científicos, cuando sean autorizados por la autoridad de aplicación.

ARTICULO 7° — Beneficiarios. Tiene derecho a acceder a los procedimientos y


técnicas de reproducción médicamente asistida, toda persona mayor de edad que, de plena
conformidad con lo previsto en la ley 26.529, de derechos del paciente en su relación con
los profesionales e instituciones de la salud, haya explicitado su consentimiento informado.
El consentimiento es revocable hasta antes de producirse la implantación del embrión en la
mujer.

Punto 4 Derechos de la personalidad. Concepto.


Los derechos personalísimos son las prerrogativas de contenido extra patrimonial,
inalienables, perpetuas y oponibles erga omnes, que corresponden a toda persona por su
condición de tal, desde antes de su nacimiento y hasta después de su muerte, y de las que no
puede ser privada por la acción del Estado ni de otros particulares porque ello implicaría
desmedro o menoscabo de la personalidad. Constituyen una inconfundible categoría de
DERECHOS SUBJETIVOS ESENCIALES, como lo son, el derecho a la vida, el derecho a
la integridad física y a la disposición del cadáver, derecho al honor, a la identidad personal,
a la intimidad, a la libertad, etc.

Naturaleza jurídica. La problemática consiste en establecer si los DP deben ser, o no,


considerados y reconocidos como verdaderos derechos subjetivos. La respuesta es muy
importante ya que la idea de derecho subjetivo marca uno de los caracteres propios de toda
sociedad que pretenda reconocer al individuo como sujeto, de ella misma y del derecho.

La tesis NEGATIVA (Orgaz, entre ellos) ha opinado que no puede reconocerse la


existencia de verdaderos derechos a la vida, al honor, etc. y que el derecho subjetivo surge
sólo después de la lesión inferida por otro sujeto a esos bienes y que tal derecho ya no se
tipifica como un derecho a la vida, al honor, etc. sino, simplemente, como el de obtener la
condenación penal o civil del ofensor.

Este argumento ha sido refutado por Cifuentes, cuando expresa que si hay lesión, es
porque había algo que era objeto de esa lesión, y ese algo ¿qué es sino un derecho? El
derecho subjetivo posterior a la lesión es el que toma el puesto de aquel otro lesionado; es
derecho a obtener la condena civil o penal porque se apoya en lo que antecede. No hay
duda de que se trata de un derecho subjetivo, pues le corresponden facultades que se
ejercen sobre un objeto interior a la persona, y con pretensión de respeto hacia todos los
demás (tesis positivista).

Reconocimiento constitucional y legal.

La CN de 1853 reconoce derechos que hacen a la tutela integral de la personalidad.


Entre ellos destacamos la garantía de la igualdad (art. 16), que se extiende a los extranjeros
(art. 20); el derecho a la privacidad (art. 19), que comprende la reserva de los papeles
privados y la inviolabilidad del domicilio; el reconocimiento de derechos y garantías
implícitas (art. 33). Es en las constituciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial donde
se advierte un reconocimiento más explícito de esta gama de derechos. En particular,
reconocen de manera expresa el derecho a la dignidad personal y al libre desarrollo de la
personalidad (como las constituciones española y japonesa), y otras hacen un verdadero
catálogo de derechos, entre los que incluyen el derecho a la vida privada, a la imagen, al
nombre, etc. (constitución peruana, también española…)

Entre los ordenamientos de derecho privado, cabe mencionar los siguientes:


- Código de Portugal, que contiene una tutela general de la personalidad.
- Código Civil boliviano de 1975, que contempla el derecho a la vida y los derechos
que tutelan la personalidad física y espiritual.
- Ley española del 5/5/1982 de protección civil del derecho al honor, a la intimidad
personal y familiar, y a la propia imagen.
- Código Civil peruano de 1984, que regula los derechos de la personalidad,
distinguiéndolos de los atributos de la personalidad.
- Código Civil suizo, que comprende la protección de los derechos a la vida, a la
integridad física, moral e intelectual, una minuciosa reglamentación del derecho de
réplica, etc.
- Leyes sobre trasplantes de órganos dictadas en Italia, Francia, España, etc.

Caracteres.

Los DP son INNATOS (corresponden a la persona desde su origen), VITALICIOS


(rigen durante toda la vida de la persona), NECESARIOS (no pueden faltar ni perderse
de modo definitivo), ESENCIALES (representan un mínimo imprescindible para el
contenido de la personalidad humana), DE OBJETO INTERIOR (son modos
peculiares de su ser, interiores e inseparables de la persona), INHERENTES
(inseparables), EXTRAPATRIMONIALES (en primer lugar son de contenido
extrapatrimonial; en caso de ser lesionados generan a favor de su titular una acción de
resarcimiento económico), RELATIVAMENTE INDISPONIBLES (no pueden ser
enajenados ni transferidos), ABSOLUTOS (son oponibles erga omnes, corresponde a
todas las demás personas respetar las facultades del sujeto), PRIVADOS y
AUTÓNOMOS.

Clasificación doctrinaria.

Se distingue: derechos que protegen las manifestaciones físicas de la persona; los


que protegen las manifestaciones espirituales de la persona, y los que protegen las
libertades.

Dentro de las manifestaciones físicas quedan comprendidos los aspectos


fundamentales de las atribuciones que la persona tiene sobre su vida, su propio cuerpo,
su salud y sobre sus despojos mortales, en doble sentido: la posibilidad de efectuar
actos de disposición y la protección frente a la agresión de terceros. Así quedan
comprendidos, además del derecho a la vida, el derecho a la integridad física como
defensa ante un posible atentado, el derecho a la disposición del cuerpo y el derecho a
disponer del cadáver.

Dentro de las manifestaciones espirituales cabe incluir: la protección del honor, la


intimidad y la imagen.
Entre las libertades cabe mencionar: la libertad de movimiento, la libertad de las
acciones, de conciencia, de expresión de las ideas y de realizar actos jurídicos.

Los derechos de la personalidad en el CCyC y en leyes específicas:

a) Inviolabilidad de la persona humana y respeto a su dignidad: Art. 51 –


Inviolabilidad de la persona humana. La persona humana es inviolable y en
cualquier circunstancia tiene derecho al reconocimiento y respeto de su dignidad.

La CN, después de 1994, alude a ello en su art. 42, cuando habla del “trato digno”
que merecen los consumidores y usuarios. Uno de los temas que con más claridad
refleja la “constitucionalización” del Derecho Civil es el relativo a los DP.

b) Disposición de los derechos personalísimos: Art. 55 – Disposición de los derechos


personalísimos. El consentimiento para la disposición de los derechos
personalísimos es admitido si no es contrario a la ley, la moral o las buenas
costumbres. Este consentimiento no se presume, es de interpretación restrictiva, y
libremente revocable.

c) Actos de disposición sobre el propio cuerpo: Art. 56 – Actos de disposición sobre


el propio cuerpo. Están prohibidos los actos de disposición sobre el propio cuerpo
que ocasionen una disminución permanente de su integridad o resulten contrarios a
la ley, la moral o las buenas costumbres, excepto que sean requeridos para el
mejoramiento de la salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona, de
conformidad a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico.

La ablación de órganos para ser implantados en otras personas se rige por la


legislación especial. El consentimiento para los actos no comprendidos en la
prohibición establecida en el primer párrafo no puede ser suplido, y es libremente
revocable.

(Tales hipótesis podrían corporizarse en casos de cirugías mutilantes con fines


terapéuticos (la extracción de un órgano o segmento enfermo para evitar la
propagación a todo el organismo), o las cirugías de adecuación de sexo cuando han
sido autorizadas legalmente, etc.).

Leyes 26.529 y 26.742. Los derechos del paciente. El consentimiento informado.


La historia clínica. Negativa a recibir determinados tratamientos.

Sancionada en 2009, la Ley Nacional sobre Derechos del Paciente en su relación


con los profesionales e instituciones de la salud (26.529), en su artículo 11, bajo el acápite
“Directivas anticipadas” dispone: “Toda persona capaz mayor de edad puede disponer
directivas anticipadas sobre su salud, pudiendo consentir o rechazar determinados
tratamientos médicos, preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las
directivas deberán ser aceptadas por el médico a cargo, salvo las que impliquen desarrollar
prácticas eutanásicas, las que se tendrán como inexistentes”.

La incorporación de las directivas anticipadas sobre su salud es un paso en el


sentido correcto. Pero la regulación es sumamente escueta y dará lugar a múltiples
cuestiones; entre ellas, la principal, será la de la forma y la prueba. Al no decir
absolutamente nada sobre esto, parecería que el acto jurídico que implica la disposición
anticipada está amparado por el principio de la libertad de formas, por lo que hasta podría
ser verbal: es fácil imaginar el conflicto probatorio alrededor de una disposición verbal,
esto es, cuando un pariente sostenga que el enfermo le dijo que no quería estar sujeto a
tratamientos de prolongación de la vida y otro pariente manifestara la contrario. Por otro
lado, las disposiciones autorizadas son sólo respecto de la salud. Nada se ha dispuesto sobre
otras directivas, tales como la designación del curador, etc.

La 26.742 sobre Derechos del Paciente, Historia Clínica y Consentimiento


informado sancionada en 2012 introduce algunas modificaciones a la Ley de Derechos del
Paciente. Así, se agrega un párrafo al art. 2 de esa ley, tiene el derecho a manifestar su
voluntad en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de reanimación
artificial o al retiro de medidas de soporte vital cuando sean extraordinarias o
desproporcionadas en relación con la perspectiva de mejoría, o produzcan un
sufrimiento desmesurado. También podrá rechazar procedimientos de hidratación o
alimentación cuando los mismos produzcan como único efecto la prolongación en el
tiempo de ese estadio terminal irreversible o incurable.

En materia de directivas anticipadas también se modifica: el nuevo texto agrega un


párrafo al transcripto precedentemente. En él se establece una regla sobre forma que dice:
“La declaración de voluntad deberá formalizarse por escrito ante escribano público o
juzgados de primera instancia, para lo cual se requerirá de la presencia de dos testigos.
Dicha declaración podrá ser revocada en todo momento por quien la manifestó”.

Directivas médicas anticipadas: Art. 60 – Directivas médicas anticipadas. La persona


plenamente capaz puede anticipar directivas y conferir mandato respecto de su salud y en
previsión de su propia incapacidad. Puede también designar a la persona o personas que
han de expresar el consentimiento para los actos médicos y para ejercer su curatela. Las
directivas que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas se tienen por no escritas. Esta
declaración de voluntad puede ser libremente revocada en todo momento.

Actos peligrosos: Art. 54 – Actos peligrosos. No es exigible el cumplimiento del contrato


que tiene por objeto la realización de actos peligrosos para la vida o la integridad de una
persona, excepto que correspondan a su actividad habitual y que se adopten las medidas de
prevención y seguridad adecuadas a las circunstancias.
d) Exequias: Art. 61 – Exequias. La persona plenamente capaz puede disponer, por
cualquier forma, el modo y circunstancias de sus exequias e inhumación, así como
la dación de todo o parte del cadáver con fines terapéuticos, científicos, pedagógicos
o de índole similar. Si la voluntad del fallecido no ha sido expresada, o ésta no es
presumida, la decisión corresponde al cónyuge, al conviviente y en su defecto a los
parientes según el orden sucesorio, quienes no pueden dar al cadáver un destino
diferente al que habría dado el difunto de haber podido expresar su voluntad.

e) El derecho de vivir: concepto y problemáticas: aborto y eutanasia en el


derecho argentino.
El derecho a la vida pertenece a la persona por su sola condición humana. Es
un derecho esencial e innato que corresponde a la persona desde su origen, lo cual
biológicamente ocurre a partir del momento de la concepción. Es el más importante
de los derechos y precede a todos, ya que sin vida no puede gozarse de ninguna otra
facultad.

El tema del aborto provocado interesa en la medida en que constituye,


según los criterios tradicionales, un gravísimo atentado contra el derecho a la vida.
Para ello se sostiene que el embrión o feto tiene vida desde el momento de la
concepción y que, por tanto, el aborto es un atentado contra el bien personalísimo de
la vida de aquellos, todo lo cual obsta para que se pueda admitir que la interrupción
voluntaria del embarazo importe un acto de libre disposición de la mujer sobre su
cuerpo. Pero, hoy en día, muchos países admiten libremente el aborto ☺
suprimiendo su tipificación como delito; para ello se aduce básicamente que la
mujer embarazada tiene el derecho a disponer libremente de sí y del producto de la
gestación, el cual no es sino parte de ella misma. Desde esta postura la vida del
embrión o del feto es una vida fisiológica que no alcanza a la de un ser humano. El
feminismo ha intentado muchísimas explicaciones acerca del “derecho a abortar”.

Legislación penal argentina: En nuestra legislación existen disposiciones que


incriminan y sancionan el aborto, sin hacer distinción alguna en cuanto al momento
en que el delito se cometa (arts. 85 a 88 del Código Penal). Según esta misma
legislación, el aborto no es punible en el caso de que fuese practicado por un médico
diplomado, con el consentimiento de la mujer encinta, si se ha hecho con el fin de
evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser
evitado por otros medios (aborto terapéutico o necesario).
Tampoco es punible el aborto, si el embarazo proviene de una violación o de un
atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. La Corte Suprema ha
resuelto, en el año 2012, que la exención de pena puede extenderse a la violación de
una mujer que no sea demente o idiota.
En la medida en que esos abortos no constituyen delitos, deben ser practicados por
los médicos sin necesidad de autorización judicial. La que autoriza es la ley y no el
juez, que no podría hacerlo si la ley lo prohibiera o incriminara como delito.
La práctica del aborto, incluso el terapéutico, requiere SIEMPRE el
CONSENTIMIENTO de la mujer embarazada. En el caso de una persona incapaz,
el consentimiento debe prestarlo su representante legal.

El Pacto de San José de Costa Rica establece que para los efectos de esa
Convención “persona es todo ser humano”; que toda persona tiene derecho a que se
respete su vida y que este derecho está protegido por la ley y, en general, “a partir
del momento de la concepción”.
La Iglesia Católica se manifiesta en contra del aborto provocado.

El tema de la muerte digna se vincula con la EUTANASIA, así como con el


rechazo del paciente a someterse a tratamientos médicos. La eutanasia es la muerte
que, deliberadamente, se provoca para extinguir la vida de quien padece una
enfermedad incurable y dolorosa, a fin de evitarle los sufrimientos de una larga y
penosa agonía.
En los tiempos que corren es frecuente asistir a la prolongación de la vida con
tratamientos médicos de toda especie: ello ha causado a veces que la vida vegetativa
se extienda por prolongados términos de tiempo.
Otro aspecto del tema es la posibilidad de que las personas prevean (estando sanas y
en pleno ejercicio de su conciencia) las conductas que deban seguirse para el caso
de que, en el futuro, pudieran estar en una situación de vida vegetativa o sometidas
a tratamientos de prolongación de la vida, que considerasen violatorios de su
dignidad personal.
Legislacion argentina: nuestro derecho penal no autoriza la eutanasia, ni tampoco la
tipifica como delito autónomo. Asi, la producción por otro de la muerte de una
persona enferma, en la situación de hecho que la eutanasia de la voluntad activa
presupone, debe ser considerada un homicidio, lo que no excluye que dadas las
características de esa situación pueden ser invocadas y valoradas circunstancias
extraordinarias atenuantes o un estado de emoción violenta excusable con vistas a la
graduación de la pena.

f) El derecho a la intimidad y protección de la vida privada


Art. 52 – Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en su intimidad
personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier
modo resulte menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y
reparación de los daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero,
Título V, Capítulo 1.
g) El derecho a la imagen y a la voz:
Art. 53 – Derecho a la imagen. Para captar o reproducir la imagen o la voz de una
persona, de cualquier modo que se haga, es necesario su consentimiento, excepto en
los siguientes casos:
a) Que la persona participe en actos públicos;
b) Que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las
precauciones suficientes para evitar un daño innecesario;
c) Que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos
de interés general.
En caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus herederos o
el designado por el causante en una disposición de última voluntad. Si hay
desacuerdo entre herederos de un mismo grado, resuelve el juez. Pasados veinte
años desde la muerte, la reproducción no ofensiva es libre.
h) El derecho al honor, honra o reputación:
El honor es la dignidad personal reflejada en la consideración de los terceros y en el
sentimiento de la persona misma (De Cupis).
El honor comprende dos aspectos: autovaloración (honor subjetivo o estimación
propia); y el buen nombre y la buena reputación objetivamente adquiridos por la
virtud y el mérito de la persona o de la familia de que se trate, dentro del marco de
sociabilidad del ser humano (honor objetivo, buen nombre, reputación o fama).
i) El derecho a la identidad (art. 52, nombrado anteriormente)
Ley de identidad de genero (ley 26.743)

ARTICULO 1º — Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho:

a) Al reconocimiento de su identidad de género;

b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;

c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser


identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de
el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.

ARTICULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia


interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede
corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la
vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia
o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra
índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras
expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.
permite que las personas trans (travestis, transexuales y transgéneros) sean
inscriptas en sus documentos personales con el nombre y el sexo de elección,
además ordena que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de
género sean incluidos en el Programa Médico Obligatorio (2015)

j) El derecho a los datos personales


La Ley de Protección de Datos Personales argentina, la número 25.326, dice en su
primer artículo: "La presente ley tiene por objeto la protección integral de los datos
personales asentados en archivos, registros, bancos de datos, u otros medios
técnicos de tratamiento de datos, sean éstos públicos, o privados destinados a dar
informes, para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las personas, así
como también el acceso a la información que sobre las mismas se registre, de
conformidad a lo establecido en el artículo 43, párrafo tercero de la Constitución
Nacional.
Habeas Data. Artículo 43- Toda persona puede interponer acción expedita y rápida
de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u
omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente
lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta,
derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el
caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el
acto u omisión lesiva. Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de
discriminación y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la
competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia
colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que
propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los
requisitos y formas de su organización. Toda persona podrá interponer esta acción
para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que
consten en registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a
proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la
supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquellos. No podrá
afectarse el secreto de las fuentes de información periodística. Cuando el derecho
lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso de
agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de detención, o en el de
desaparición forzada de personas, la acción de habeas corpus podrá ser interpuesta
por el afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato aun
durante la vigencia del estado de sitio.

k) Los derechos personalísimos en conflicto con otros derechos amparados por la


Constitución.
- Derecho a la intimidad y libertad de prensa. Una de las limitaciones que se
presentan al derecho de la privacidad nace de su relación con el derecho a la
información que se vincula con la libertad de prensa. Al respecto, debe mantenerse
como regla que todos los sujetos, aun los personajes de la vida pública, gozan del
derecho de la vida privada; la sola notoriedad no autoriza a la prensa a invadir un
cierto ámbito de reserva, que debe ser reconocido a todo hombre. La intromisión
por la prensa seria válida solo en algunas circunstancias, esto es cuando el aspecto
del que se informa es objeto de comentario o se trata de cuestiones de interés
general. En cambio, la intromisión seria ilícita cuando se buscan detalles de la vida
íntima no vinculados al hecho o hechos que den motivo a la investigación de
trabajos para exponerlos al público. Ambos derechos tienen rango constitucional.
Algunos autores sostienen que debe prevalecer la tutela del derecho a la intimidad
por encontrarse vinculado a la dignidad humana, mientras que otros consideran que
todos los derechos amparados por la constitución tienen la misma jerarquía.

El derecho de rectificación, respuesta o réplica: Es el que ataña toda persona que


ha sido afectada en su personalidad como consecuencia de una noticia falsa,
inexacta o desnaturalizada, inserta en un medio de prensa periódico, para hacer
difundir por el mismo medio gratuitamente y en condiciones análogas su versión de
los hechos que dieron motivo a la noticia comentario; y que en caso de negativa del
medio, será resuelta su procedencia o improcedencia por el juez en proceso
atrevidísimo

Jurisprudencia sobre el tema. Su origen se encuentra en la Ley de Prensa


Francesa del 23 de marzo de 1822. Posteriormente se extendió al derecho de
respuesta en favor de las personas que hubieran sido afectadas en su honor por la
difusión de noticias en la radio o en la televisión. Y luego ello se extendió a todo
medio de comunicación visual, reconociéndoselo también en favor de las personas
jurídicas.
Hoy en día también está reconocido también en Suiza, Alemania, Austria, Bélgica y
muchos otros más.
El pacto de San José de Costa Rica, en su art. 14 consagra el derecho a réplica.
Proyectos argentinos: en 1933 Rafael Bielsa preparo un proyecto que fue presentado
por el Colegio de Abogados de la ciudad de Buenos Aires. A partir de allí, se
presentaron proyectos por el senador Sánchez Sorondo (1934), diputado Cheble
(1964) y senador Laferriére (1984). También aparece el proyecto de Ley sobre
protección sobre los Derechos Personalísimos que envió el Poder Ejecutivo al
Parlamento en 1985 y el anteproyecto Cifuentes-Rivera.

Bolilla 4
Punto 1 Atributos de la persona. Concepto. Noción
Son calidades dependientes e inseparables del ente personal, de manera que no
pueden existir sino en él y este no puede ser sin revestir esas mismas propiedades, pues
constituyen la esencia de la personalidad y determinan al ente en su individualidad.

Enumeración

Son el nombre, el estado, la capacidad, el domicilio, el patrimonio y los derechos de


la personalidad (a la vida, a la salud, a la libertad, al honor, etc.)

Caracteres

a) Necesidad: ninguna persona puede carecer de estos atributos


b) Unidad: cada persona no puede tener sino un solo atributo del mismo orden
c) Inalienabilidad: la persona no puede desprenderse de algún atributo suyo
transfiriéndolo a otro. Por lo demás, son elementos que no están en el comercio
d) Imprescriptibilidad: por consecuencia del carácter precedente, los atributos no
se ganan o se pierden por el transcurso del tiempo

El nombre de las personas físicas. Naturaleza jurídica

El nombre es la designación exclusiva que corresponde a cada persona. Según el art. 62 del
CCyC: “la persona humana tiene el derecho y el deber de usar el prenombre y apellido
que le corresponden”.

Composición

Está formado por el prenomen (nombre de pila) + apellido.

Funciones. Cumple la función de identificar e individualizar a la persona y a su contexto


(Ley de Identidad).

Principio general que rige respecto al prenombre. Restricciones que se mantienen


para la elección (art. 63 CCyCN)

La elección del prenombre está sujeta a las reglas siguientes:

a) Corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización


para tal fin; a falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la
elección o dar la autorización al otro; en defecto de todos debe hacerse por
los guardadores, el Ministerio Publico o el funcionario del Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas;
b) No pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres,
primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos;
tampoco pueden inscribirse prenombres extravagantes;
c) Pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes
autóctonas y latinoamericanas

El apellido.
El apellido es la designación común a todos los miembros de una misma familia.
Identifica, pues, al grupo familiar, pero vinculado al nombre de pila determina la
identificación del niño.

Reglas que rigen para los hijos matrimoniales, extramatrimoniales de doble vinculo
filial y para los de único vínculo filial.
Según la ley 18.248, los hijos matrimoniales debían llevar el primer apellido del
padre; sin embargo, actualmente, en el artículo 64 del CCyC se establece que el hijo
matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges, no necesariamente el
paterno; y en caso de que no se pongan de acuerdo, se determinará por un sorteo realizado
en el Registro Civil.
El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido del progenitor.
Si la filiación de los padres se determina simultáneamente, el hijo extramatrimonial llevara
el primer apellido de alguno de los cónyuges. Si la segunda filiación se determina después
los padres acuerdan el orden, en caso de desacuerdo; el juez dispone el orden de los
apellidos, según el interés superior del niño.

Prenombre y apellido en los casos de adopción (artículos del CCyCN)

Art. 68: Nombre del hijo adoptivo. El nombre del hijo adoptivo se rige por lo dispuesto en
el Capítulo 5, Título VI del Libro Segundo de este Código.

Art. 619: enumeración. Hay tres tipos de adopción:

a) Plena;
b) Simple;
c) De integración

Art. 620: concepto. La adopción plena confiere al adoptado la condición de hijo y


extingue los vínculos jurídicos con la familia de origen, con la excepción de que subsisten
los impedimentos matrimoniales. El adoptado tiene en la familia adoptiva los mismos
derechos y obligaciones de todo hijo.

La adopción simple confiere el estado de hijo al adoptado, pero no crea vínculos


jurídicos con los parientes ni con el cónyuge del adoptante, (excepto lo dispuesto en
este Código)
La adopción de integración se configura cuando se adoptado al hijo del cónyuge o
del conviviente y genera los siguientes efectos entre estos (adoptado y adoptante):
a) Si el adoptado tiene un solo vinculo filial de origen, se inserta en la familia del
adoptante con los efectos de la adopción plena: las reglas relativas a la
titularidad y ejercicio de la responsabilidad parental se aplican a las relaciones
entre el progenitor de origen, el adoptante y el adoptado;
b) Si el adoptado tiene doble vinculo filial de origen se aplica lo que se dispone en
el art. 621.

Art. 621: facultades judiciales. El juez otorga la adopción plena o simple según las
circunstancias y atendiendo al interés superior del niño.

Cuando sea más conveniente para el niño, niña o adolescente, a pedido de parte y
por motivos fundados, el juez puede mantener subsistente el vínculo jurídico con uno o
varios parientes de la familia del adoptante en la adopción simple. En este caso, no se
modifica el régimen legal de la sucesión, ni de la responsabilidad parental, ni de los
impedimentos matrimoniales.

(La adopción es simple cuando se genera un vínculo solamente entre la persona adoptada
y el adoptante, pero no respecto de la familia de este último. Es decir, el niño/a en cuestión
no es ni primo, ni sobrino, ni hermano del resto de los miembros del núcleo familiar.

Es plena cuando el hijo/a adoptado/a pasa a conformar la familia del


adoptante, de modo que se rompen todos los vínculos con la de origen.
La adopción de integración es aquella por la cual se adopta el hijo del cónyuge
o del conviviente)

Art. 622: conversión. A petición de parte y por razones fundadas, el juez puede
convertir una adopción simple en plena. Esta tiene efecto desde que la sentencia queda
firme y para el futuro

Art. 623: prenombre del adoptado. Este debe ser respetado. Excepcionalmente y
por razones fundadas en las prohibiciones establecidas en las reglas para el prenombre en
general o en el uso de un prenombre con el cual el adoptado se siente identificado, el juez
puede disponer la modificación del prenombre.

Art. 626: apellido. El apellido del hijo por adopción plena se rige por las siguientes
reglas:

a) Si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del


adoptante; si el adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que este sea
mantenido;
b) Si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas
al apellido de los hijos matrimoniales ( );
c) Excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a
petición de parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el
apellido de origen al apellido del adoptante o al de uno de ellos si la
adopción es conjunta;
d) En todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez
suficiente, el juez debe valorar especialmente su opinión

Art. 627: efectos de la adopción simple

e) El adoptado que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente o los


adoptantes, pueden solicitar se mantenga el apellido de origen, sea
adicionándole o anteponiéndole el apellido del adoptante o uno de ellos; a
falta de petición expresa, la adopción simple se rige por las mismas reglas de
la adopción plena.

Efectos del apellido, el matrimonio, el divorcio, la nulidad de matrimonio, la viudez y


la ausencia con presunción de fallecimiento.

Art. 67 CCyCN: Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del
otro con la preposición “de” o sin ella.

La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el


apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a
conservarlo.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no
contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial.

Seudónimo. Concepto

Seudónimo significa etimológicamente nombre falso. Es la designación que una


persona voluntariamente se da a sí misma, sea con el objeto de ocultar su verdadera
identidad o de darle realce en el ejercicio de una actividad, y que puede formarse con un
nombre y apellido, con un prenombre o con una designación de fantasía.

Cambio de nombre: causas que lo justifican y proceso.

Art. 69 CCyCN: el cambio de nombre o apellido solo procede si existen justos


motivos a criterio del juez. Son considerados, entre otros, a:

a) El seudónimo, cuando hubiese adquirido notoriedad;


b) La raigambre cultural, ética o religiosa;
c) La afectación de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su
causa, siempre que se encuentre acreditada
Se consideran justos motivos, y no requiere intervención judicial, el cambio de
prenombre por razón de identidad de género y el cambio de prenombre y
apellido por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o
alteración o supresión del estado civil o de la identidad.

Art. 70 CCyCN: Proceso. Todos los cambios de prenombre o apellido deben


tramitar por el proceso más abreviado que prevea la leu local, con intervención del
Ministerio Publico. El pedido debe publicarse en el diario oficial una vez por mes, en el
lapso de dos meses. Puede formularse oposición dentro de los quince días hábiles contados
desde la última publicación. Debe requerirse información sobre medidas precautorias
existentes respecto del interesado. La sentencia es oponible a terceros desde su inscripción
en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas. Deben rectificarse todas las
partidas, títulos y asientos registrales que sean necesarios.

Acciones protectorias del nombre y del seudónimo

Art. 71 CCyCN: acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en


defensa de un nombre;

a) Aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea


reconocido y se prohíba toda futura impugnación por quien lo niega.
b) Aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese
uso;
c) Aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de
fantasía, si ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez
puede disponer la publicación de la sentencia.
Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha
fallecido, por sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de estos,
por los ascendientes o hermanos.

Art. 72 CCyCN: seudónimo. El seudónimo notorio goza de la tutela del nombre.

Punto 2 El estado civil y estado de familia.

Concepto.

Estado Civil es el conjunto de derechos y obligaciones que dimanan de un vínculo


familiar y que atribuyen a la persona una determinada posición dentro de la familia.

Caracteres
a) Universalidad: todo emplazamiento familiar genera un estado de familia; es decir
que no se limita a la filiación y menos a los emplazamientos legítimos.
b) Unidad: alude a la indiferencia del estado con relación a la calificación de los
vínculos en legítimos e ilegítimos.
c) Indivisibilidad: el estado es indivisible en el sentido de que no puede ser dividido o
escindido con relación a distintos sujetos interesados en él.
d) Correlatividad: el estado de una persona corresponde otro igual o desigual
correlativo, así al de esposo corresponde el de esposa (estado igual), al de padre, el
de hijo (estado desigual), etc.
e) Oponibilidad: el estado es oponible erga-omnes, lo que se manifiesta a través del
ejercicio de los derechos que de él emana o cuando medie su invocación ante
quienes pretendan desconocerlo o menoscabarla.
f) Estabilidad: tiene permanencia, es decir que subsiste mientras no acaezca un hecho
o un acto jurídico que produzca su modificación o extinción, como pueden serlo la
muerte, el divorcio, etc. Si bien es estable no es inmutable
g) Inalienabilidad: se manifiesta en dos aspectos principales:
- Intransmisibilidad: nadie podría ceder su calidad de esposo o de hijo
- intrasnsigibilidad: no se puede transigir sobre contestaciones relativas sobre la
patria potestad o a la autoridad del marido, ni sobre el propio estado de familia, etc.
a excepción de que se hallen intereses pecuniarios, favores al estado de familia,
entre otros.
h) Irrenunciabilidad: se excluye la renuncia de derechos que interesan al orden
público. Por ejemplo, impide renunciar al derecho de reclamar o impugnar la
filiación. Sin embargo hay dos excepciones: los cónyuges separados de cuerpo,
mediante decisión judicial pueden reconciliarse cesando los efectos de la
separación.
Y en materia de adopción, es revocable. Existe doble renuncia a los
emplazamientos de padre adoptivo e hijo adoptivo.
Existe una forma tácita de renuncia: el reconocimiento del estado ajeno como
forma implícita de renunciar al propio. Así, quien reconoce a otro como hijo suyo,
renuncia a su estado de "no padre".
i) Imprescriptibilidad: no se adquiere ni se pierde en el transcurso del tiempo, pero
ello no obsta a que en beneficio de su estabilidad ciertas acciones de estado estén
sometidas a plazos de caducidad.
j) Inherencia personal: los terceros están excluidos del ejercicio de los derechos y
deberes que emanan de la relación jurídica familiar causada en el emplazamiento en
un determinado estado de familia. Se manifiesta en dos aspectos:
– intransmisibilidad sucesoria: los derechos y obligaciones resultantes del estado no
se transmiten a los herederos.
- inexistencia de subrogación: no es admisible que los acreedores puedan ejercer los
derechos que emanan del estado, salvo cuando se trata de atribuciones puramente
patrimoniales, como solicitar la partición de la herencia.

Relación entre estado civil y capacidad


El estado influye sobre la capacidad, ya que supone una determinada posición del sujeto en
la familia que incide sobre sus derechos y obligaciones. Así, los padres no pueden contratar
con sus hijos menores, quienes tienen cierto grado de parentesco no pueden contraer
matrimonio entre sí, etc.

Propiedad o título y posesión de estado


La posesión de Estado consiste en el disfrute de un determinado estado de familia, sin que
la persona tenga título para ese estado.

Fuentes de la filiación: naturaleza, voluntad procreacional y adopción. Concepto de


cada una
a) Por naturaleza o biológica: es el vínculo sanguíneo lo que determina la filiación, la que
puede a su vez ser no determinada o determinada (generalmente respecto de la paternidad,
dado que el nacimiento mismo es prueba de maternidad), pudiendo ser ésta última
matrimonial y no matrimonial.
b) Adoptiva o legal: en la cual el vínculo no es sanguíneo, sino que ficticio y nace de la ley.
c) Voluntad procreacional: los nacidos por la técnica de la reproducción asistida son hijos
de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su consentimiento
previo, informado y libre, en los términos de los artículos 560 y 561, debidamente inscripto
en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, con indepedencia de quien haya
aportado los gametos (art. 562). (Ésta no es otra que la voluntad informada y libremente
expresada por aquellos individuos que acceden a las técnicas de reproducción asistida y
deciden ser padres con independencia del vínculo biológico).

Critica al art. 558 del CCyCN


El debate -y por ende, algunas críticas- sobre el texto del art. 558 del CCCN radica en hasta
qué punto las técnicas de reproducción humana asistida pueden ser consideradas una fuente
filiación específica. Muchos autores del Derecho de Familia sostienen que no es así, por
cuanto al fin y al cabo en las TRHA se produce la unión de los gametos masculinos y
femeninos, como ocurre en la concepción natural. Con lo cual, estos autores postulan que
las fuentes de filiación siguen siendo dos: naturaleza y adopción. Esa es la crítica. Desde ya
que la mayoría de la doctrina considera que, por sus particularidades, las TRHA deben ser
analizadas como una fuente de filiación diferente a las ´clásicamente conocidas.
Breve concepto de las acciones de estado
Las acciones judiciales que implican controversias sobre el estado de familia, es decir, las
que se dirigen a obtener pronunciamiento judicial sobre el estado de familia
correspondiente a una persona.

Forma en que se prueba el estado


Art. 96: medio de prueba. El nacimiento ocurrido en la República, su circunstancia de
tiempo y lugar, el sexo, el nombre y la filiación de las personas nacidas se prueba con la
partida del Registro Civil.
Del mismo modo, se prueba la muerte.
La rectificación de las partidas se hace conforme a lo dispuesto en la legislación especial.

Pruebas supletorias.
Existen casos en los que resulta imposible la acreditación de los hechos o actos jurídicos
constitutivos del estado civil de las personas mediante la correspondiente partida; por lo
tanto, en dichos supuestos habrá que recurrir a la prueba supletoria. Por ejemplo, a falta de
registros, a falta de asiento (los asientos pueden faltar porque los encargados han omitido
realizar el asiento correspondiente), por irregularidad en los asientos (porque se haya
alterado su orden, porque haya lagunas…) etc.

Falta de registro o nulidad de asiento. Art. 98 – Si no hay registro público o falta o es


nulo el asiento, el nacimiento y la muerte pueden acreditarse por otros medios de prueba.
Si el cadáver de una persona no es hallado o no puede ser identificado, el juez puede
tener por comprobada la muerte y disponer la pertinente inscripción en el registro, si la
desaparición se produjo en circunstancias tales que la muerte debe ser tenida como cierta.

Prueba del nacimiento y muerte en el extranjero. Art. 97 – El nacimiento o la muerte


ocurridos en el extranjero se prueban con los instrumentos otorgados según las leyes del
lugar donde se producen, legalizados o autenticados del modo que disponen las
convenciones internacionales, y a falta de convenciones, por las disposiciones consulares
de la República.
Los certificados de los asientos practicados en los registros consulares argentinos
son suficientes para probar el nacimiento de los hijos de argentinos y para acreditar la
muerte de los ciudadanos argentinos.

Pruebas de ADN, concepto y valor de las mismas. La negativa a recibir dichas


pruebas.
Las pruebas de ADN son, como seguramente sabrás, las pruebas genéticas que sirven para
acreditar nexos biológicos entre parientes y se utilizan, en especial, en las acciones de
estado civil. Todo lo atinente a su eficacia, a las modalidades para llevarlas a cabo y a la
consecuencia de la negativa de someterse a las mismas lo tenés regulado en el art. 579 y
580 del Código Civil y Comercial, cuyo antecedente más claro es la ley 23.511 que creó el
Banco Nacional de Datos Genéticos a fin de obtener y almacenar información genética que
facilite la determinación y esclarecimiento de conflictos relativos a la filiación.

El Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas. Su funcionamiento: ley


26.413:
En 2008 se publicó en el Boletín oficial la ley 26.413 de Organización del Registro
de Estado Civil y Capacidad de las Personas, tanto en el nivel de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires como en las provincias.

Determinación de la edad de una persona. Art. 99 – Si no es posible establecer la edad


de las personas por los medios indicados en el presente Capítulo, se la debe determinar
judicialmente previo dictamen de peritos.

Punto 3 El domicilio. Concepto.


El domicilio es el lugar que la ley fija como asiento o sede de la persona para
la producción de determinados efectos.

Caracteres. La generalidad de la doctrina ha señalado que son: UNICIDAD,


NECESARIEDAD, LIBRE MUTABILIDAD, VOLUNTARIEDAD, e
INVIOLABILIDAD.

Necesidad: Ninguna persona puede carecer de domicilio, ya que se trata de una exigencia
del orden jurídico para poder ubicar territorialmente a los sujetos y así exigirles el
cumplimiento de sus obligaciones.

Unidad: Aunque controvertido en doctrina y con soluciones diversas en el derecho


comparado, se puede afirmar que ninguna persona puede tener más de un domicilio
general.

Sin embargo, esa unidad puede llevar a consecuencias disvaliosas, como someter a
quien ha contratado con alguien que tiene el centro de sus actividades en una ciudad o
provincia a demandarlo en otra, porque allí está el asiento de su familia. De allí que muchos
autores modernos y algunas legislaciones se han inclinado por el sistema de pluralidad, ya
que la vida diaria enseña que el asiento de las actv comerciales y familiares se presenta, en
la práctica, disociado, de suerte que el sistema de unidad se encuentra reñido con la realidad
social. Tal es la solución adoptada por el PROYECTO DE UNIFICACION
LEGISLATIVA que propone lo siguiente: si no coinciden el lugar de residencia y la sede
de los negocios, el domicilio para las relaciones de familia es el lugar de residencia, y para
las demás lo es la sede de los negocios.

Especies: domicilio general y especial.


El domicilio general rige para la generalidad de las relaciones jurídicas de una
persona; es considerado el domicilio por antonomasia, al cual se alude cuando se lo
menciona pura y simplemente sin clasificación alguna. Dentro de la categoría de domicilio
general, encontramos: domicilio real, domicilio legal y domicilio de origen (ahora
suprimido).

El domicilio especial posee efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas


determinadas; no es necesario, ni es imprescindible que sea único; por el contrario, es
perfectamente admisible la pluralidad de domicilios especiales. Dentro de la categoría de
domicilio especial, encontramos: convencional o de elección, y procesal o ad litem.

Tipos de domicilio general.

a) El domicilio real: La persona humana tiene domicilio real en el lugar de su


residencia habitual. Si ejerce actividad profesional o económica lo tiene en el lugar
donde la desempeña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha
actividad (art. 73).

Elementos. Corpus y animus. El CORPUS es el elemento material u objetivo


constituido por la residencia efectiva del individuo en un lugar determinado. El
ANIMUS consiste en la intención de permanecer en determinado lugar,
constituyendo en él el centro de los afectos e intereses, por tiempo indefinido.

Efectos: Art. 78.

Crítica al segundo párrafo del art. 73: para la conformación del domicilio real,
pareciera diferenciar la noción “propia”, que se corresponde con la alusión a la
residencia habitual, de la noción de domicilio también real, pero vinculada a la
actividad profesional o económica de la persona, en cuyo supuesto aquel estará
determinado por el lugar donde ella la desempeñe, pero referido al “…
cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad”.
Tal distinción, que es notoriamente diferente a la que contenía el art. 89 del
Código derogado cuando fijaba el domicilio real de la persona “…en el asiento
principal de su residencia y de sus negocios” (generando algunas controversias
sobre cuál de esas pautas primaba para caracterizarlo cuando estaban separadas
geográficamente, las que de alguna manera quedaban captadas por el art. 94 en
tanto disponía que si una persona tenía establecida su familia en un lugar y sus
negocios en el otro, el domicilio real estaría determinado por el primero),
PARECERÍA PROPONER AHORA que existe un domicilio real “general” (el
vinculado a la residencia habitual), y un domicilio real “acotado” o “profesional”,
que sin llegar a conformar un supuesto de domicilio especial, limita sus alcances a
las relaciones jurídicas profesionales económicas de la persona y no a otras. Será
labor de la doctrina perfilar adecuadamente la regulación.

b) Domicilio legal: El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir
prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de
sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. Sólo la ley puede establecerlo,
y sin perjuicio de lo dispuesto en normas especiales:
a) Los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir
sus funciones, no siendo estas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b) Los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están
prestando;
c) Los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d) Las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes (Art. 74).

Análisis del art. 74.

El domicilio legal, se aplica en cuatro hipótesis fácticas: para los funcionarios


públicos que cumplen funciones que no son transitorias o temporarias (hay en
Derecho Administrativo un debate respecto a quiénes quedan comprendidos dentro
de la categoría de “funcionarios públicos”, siendo para algunos todos los que
genéricamente cumplen tareas en relación de dependencia directa o indirecta con el
Estado en cualquiera de sus conformaciones territoriales, y para otros sólo los que
tienen capacidad de decisión propia a los efectos de crear, modificar o extinguir un
acto administrativo); para los militares en servicio activo (vale decir, no en situación
de retiro efectivo o de suspensión de sus actividades transitoria o permanente); para
lo que la doctrina denomina los “transeúntes y ambulantes”, que carecen de
residencia fija (no necesariamente homeless, que normalmente están ajenos al
circuito de relaciones jurídicas, sino personas que por vocación o trabajo no son
sedentarios sino nómades, como los empleados de un circo, o los viajeros no
circunstanciales sino permanentes, que los hay), y para los incapaces, que tendrán el
domicilio de sus representantes.

Domicilio especial: concepto y estudio de los diferentes supuestos.

El domicilio especial es aquel que produce sus efectos limitados a una o a varias
relaciones jurídicas determinadas.

Del concepto enunciado, pueden inferirse los rasgos que lo distinguen del domicilio
general. Ya no es “necesario”; puede ser “múltiple”, toda vez que no le resulta aplicable el
principio de “unidad”. Y, por último, a diferencia del domicilio general que en su carácter
de atributo de la personalidad es inalienable, el domicilio especial puede transmitirse a los
sucesores universales, y también a los sucesores singulares.

Se clasifica en DOMICILIO DE ELECCIÓN O CONVENCIONAL (regulado por


el derecho civil) y en DOMICILIO AD LITEM O PROCESAL (materia de estudio de la
legislación adjetiva).

El DOMICILIO CONVENCIONAL es el elegido por las partes de un contrato, para


todos los efectos jurídicos derivados de él. El DOMICILIO PROCESAL es impuesto a toda
persona que tome intervención en un juicio: consiste en constituir un domicilio procesal
dentro del radio de la jurisdicción del tribunal de la causa.

Domicilio ignorado: Art. 76 - La persona cuyo domicilio no es conocido lo tiene en el


lugar donde se encuentra; y si éste también se ignora, en el último domicilio conocido.

Efectos del domicilio de las personas: Art. 78 – El domicilio determina la competencia de


las autoridades en las relaciones jurídicas. La elección de un domicilio produce la prórroga
de la competencia.

Bolilla 5
Punto 1 La capacidad civil. Concepto. La capacidad es la aptitud para adquirir
derechos y contraer obligaciones.

Caracteres.

La capacidad es:

a) Graduable: todo sujeto tiene capacidad de derecho. Pero esa capacidad puede
limitarse para ciertos actos, supuestos que se denominan incapacidad de derecho.
b) Reglamentada por la ley
c) De orden público, por lo que es ajena a la posibilidad de modificaciones por la
voluntad de los sujetos, salvo cuando la ley expresamente lo autoriza.

Especies: Capacidad de derecho y capacidad de ejercicio.

Punto 2 La capacidad de derecho. Concepto. La capacidad de derecho o de goce es la


aptitud de las personas para ser TITULARES de derechos y obligaciones.

Finalidad y fundamento de las limitaciones a la capacidad de derecho (art. 22).


Supuestos de limitaciones a la capacidad de derecho.

Art. 22 – Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular
de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de
hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados.
La capacidad de goce, refleja un atributo que sólo reconoce limitaciones impuestas
o derivadas de la ley estrictamente, y que admite por consiguiente gradaciones en supuestos
específicos, que resultan de la propia ley y cuya interpretación es de por sí restrictiva, no
pudiendo suplirse por representación.

Pero dichas limitaciones o gradaciones solo pueden ser RELATIVAS y en modo


alguno revestir el carácter de absolutas o determinar la existencia de una incapacidad
absoluta de derecho, como ha ocurrido en los supuestos de esclavitud o muerte civil. A
partir de la Asamblea de 1813 y con apoyo constitucional posterior, ambos supuestos han
sido eliminados de nuestro derecho.

Las limitaciones referidas, impuestas por razones graves, no son dispuestas entonces
en función de las personas, sino de los hechos, simples actos o actos jurídicos determinados
y por razones de orden público o de interés general, moral o comunitario. NO hay pues
personas incapaces de derecho, sino incapacidades de derecho en relación a ciertos hechos
o actos. Podrían, a modo de ejemplo, señalarse las incapacidades de derecho para contratar
en interés propio o ajeno, según los casos, como los que están impedidos para hacerlo
conforme a disposiciones especiales según lo indica el art. 1001 (inhabilidades para
contratar); o también para suceder por testamento, de las personas enumeradas en el art.
2482 (personas que no pueden suceder).

Se ha dicho sobre el particular que las incapacidades de derecho son situaciones


marginales o residuales, y en muchos casos las así llamadas configuran supuestos de
incompatibilidades o falta de legitimación y no verdaderos supuestos de incapacidad. Los
hechos productores de consecuencias jurídicas, son la referencia para las limitaciones en
materia de capacidad, a las que se ha caracterizado como prohibiciones, en función del
desconocimiento legal de un individuo para ser titular de relaciones jurídicas.

SIGNIFICADO DE LA REFORMA: Se remarca el concepto de persona a través de


la noción de capacidad jurídica y la igualdad que entre las mismas existe, por imperio
constitucional.

Punto 3 La capacidad de ejercicio. Concepto.

Es la aptitud para EJERCER por sí esos derechos y deberes de los que se es titular.

Art. 23 – Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma
sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una
sentencia judicial.

Personas incapaces de ejercicio.

Art. 24 – Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:


a) La persona por nacer;
b) La persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el
alcance dispuesto en la Sección 2° de este Capítulo;
c) La persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en
esa decisión.

La capacidad progresiva de los menores de edad: concepto.

En el Nuevo Código, la edad es tan solo una pauta a considerar, atendiendo la


norma más especialmente al concepto empírico-jurídico de madurez suficiente.

La noción de autonomía progresiva en el ejercicio de derechos traslada el eje desde


el concepto rígido de capacidad determinado a partir de la pauta etaria, hacia la noción más
empírica que deriva del campo bioético, de competencia. Este parámetro, habilita la
actuación de derechos en forma directa por su titular, aun cuando este no ostente plena
capacidad y en tanto se evalúe que, a pesar de ello, puede formar convicción y decisión
razonada respecto a la cuestión que la involucra. Esta evaluación depende de factores que
exceden la pauta etaria, y se relacionan con el alcance de un cierto grado de madurez y
desarrollo, a valorar concretamente en cada caso, desarrollo que se adquiere
PROGRESIVAMENTE, conforme a la evolución personal de c/niño/a, contorneando así su
autonomía progresiva para el ejercicio de derechos.

Antecedentes legislativos y judiciales: la Convención de los Derechos del Niño y la ley


26.061 de protección integral de los derechos de los niños y adolescentes.

Al momento de redacción del Proyecto de Reformas, la autonomía progresiva no era


un concepto ajeno al derecho argentino; por el contrario, ya la ley 26.061 incorporó
expresamente esta noción, elevándola al rango de componente descriptivo de la noción de
interés superior del niño, estableciendo que a los fines de la satisfacción de este debe
respetarse: “su condición de sujeto de derecho… edad, grado de madurez, capacidad de
discernimiento y demás condiciones personales” (art. 3 ley cit.).

Fue en Inglaterra a partir del conocido caso “Gillik”, Corte de los Lores, Gran
Bretaña, 1986, que rechazando la oposición materna entendió que los menores de 16 años
con madurez suficiente pueden pedir sin autorización de sus padres, asesoramiento médico
y dar su consentimiento para la realización de prácticas. El derecho de los padres a elegir
un tratamiento médico para sus hijos concluye cuando éstos están en condiciones de
comprender. El ejercicio de derechos fundamentales depende de las efectivas condiciones
de madurez, que se van adquiriendo progresivamente hasta su plenitud.

Que derechos del Niño deben ser considerados en las cuestiones que les atañen. Cuáles
son dichos derechos.
Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser respetados en su dignidad,
reputación y propia imagen. Poseen también derecho a ser oídos…

Análisis del art. 26. Ejercicio de los derechos y presunciones. Actividad jurídica del
adolescente:

“(…) Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para
decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen
su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.

Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en


riesgo la integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la
asistencia de sus progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su
interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto a las consecuencias de la
realización o no del acto médico.

A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las
decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.”

Se advierten así tres situaciones contempladas por la norma:

a) La pretensión de ejercicio de derechos y actos que no comprometen la salud del


adolescente ni provocan riesgo en su integridad física –y psíquica-; la sola petición
del adolescente hace presumir su aptitud para el acto que desea practicar.
b) Frente a tratamientos invasivos si comprometen la integridad, salud o vida del
adolescente, se exige la asistencia del representante, con el consentimiento del niño.
Siendo previsible la generación de conflictos entre quien consiente y quien/es
asisten, habrán de resolverse –judicialmente-, en consideración a dos pautas: el
interés superior del niño y la opinión médica respecto a las consecuencias de la
realización del acto. En materia sanitaria este interés superior procura “respetar la
dignidad del niño como persona”.
c) A partir de los 16 años el sistema se independiza de las previsiones de incapacidad
y competencia, considerándose como un mayor de edad al efecto de la decisión
médica.

Situación de los menores que son progenitores.

Art. 644 – Progenitores adolescentes. Los progenitores adolescentes, estén o no


casados, ejercen la responsabilidad parental de sus hijos pudiendo decidir y realizar por
sí mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud.

Las personas que ejercen la responsabilidad parental de un progenitor adolescente


que tenga un hijo bajo su cuidado pueden oponerse a la realización de actos que
resulten perjudiciales para el niño; también pueden intervenir cuando el progenitor
omite realizar las acciones necesarias para preservar su adecuado desarrollo.

El consentimiento del progenitor adolescente debe integrarse con el asentimiento de


cualquiera de sus propios progenitores si se trata de actos trascendentes para la vida del
niño, como la decisión libre e informada de su adopción, intervenciones quirúrgicas que
ponen en peligro su vida, u otros actos que pueden lesionar gravemente sus derechos.
En caso de conflicto, el juez debe decidir a través del procedimiento más breve previsto
por la ley local.

La plena capacidad de uno de los progenitores no modifica este régimen.

Art. 677 – Representación. Los progenitores pueden estar en juicio por su hijo como
actores o demandados.

Se presume que el hijo adolescente cuenta con suficiente autonomía para intervenir
en un proceso conjuntamente con los progenitores, o de manera autónoma con
asistencia letrada.

Punto 4 Emancipación. Concepto.

Es la institución por la cual los menores de edad quedan liberados de la incapacidad


que pesa sobre ellos con anticipación a la mayoría de edad (18 años).

Los requisitos para adquirir la emancipación son:

a) Tener edad hábil para contraer nupcias, que es de 16 años para ambos sexos.
b) Haber celebrado matrimonio.

Art. 27 – Emancipación. La celebración del matrimonio antes de los dieciocho años


emancipa a la persona menor de edad.

La persona emancipada goza de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones


previstas en este Código.

La emancipación es irrevocable. La nulidad del matrimonio no deja sin efecto la


emancipación, excepto respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir del día en
que la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada.

Si algo es debido a la persona menor de edad con cláusula de no poder percibirlo


hasta la mayoría de edad, la emancipación no altera la obligación ni el tiempo de su
exigibilidad.

Art. 403 inc. F: Impedimentos matrimoniales. Son impedimentos dirimentes para contraer
matrimonio: (…) f) tener menos de dieciocho años.
Art. 404 – Falta de edad nupcial. Dispensa judicial. En el supuesto del inciso f) del artículo
403, el menor de edad que no haya cumplido la edad de 16 años puede contraer matrimonio
previa dispensa judicial. El menor que haya cumplido la edad de 16 años puede contraer
matrimonio con autorización de sus representantes legales. A falta de ésta, puede hacerlo
previa dispensa judicial.

El juez debe mantener una entrevista personal con los futuros contrayentes y con sus
representantes legales.

La decisión judicial debe tener en cuenta la edad y grado de madurez alcanzados por
la persona, referidos especialmente a la comprensión de las consecuencias jurídicas del acto
matrimonial; también debe evaluar la opinión de los representantes, si la hubiesen
expresado.

La dispensa para el matrimonio entre el tutor o sus descendientes con la persona


bajo su tutela sólo puede ser otorgada si, además de los recaudos previstos en el párrafo
anterior, se han aprobado las cuentas de la administración. Si de igual modo se celebra el
matrimonio, el tutor pierde la asignación que le corresponda sobre las rentas del pupilo de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 129 inciso d).

Emancipación de adolescentes de más de 16 años: art. 404: El menor que haya cumplido
la edad de 16 años puede contraer matrimonio con autorización de sus representantes
legales. A falta de ésta, puede hacerlo previa dispensa judicial.

Actos prohibidos a la persona emancipada:

Art. 28 – Actos prohibidos a la persona emancipada. La persona emancipada no


puede, ni con autorización judicial:

a) Aprobar las cuentas de sus tutores y darles finiquito;


b) Hacer donación de bienes que hubiese recibido a título gratuito;
c) Afianzar obligaciones.

Actos sujetos a autorización judicial.

Art. 29 – Actos sujetos a autorización judicial. El emancipado requiere autorización


judicial para disponer de los bienes recibidos a título gratuito. La autorización debe ser
otorgada cuando el acto sea de toda necesidad o de ventaja evidente.

Menor con título profesional habilitante:

Art. 30 – Persona menor de edad con título profesional habilitante. La persona


menor de edad que ha obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede
ejercerla por cuenta propia sin necesidad de previa autorización. Tiene la administración y
disposición de los bienes que adquiere con el producto de su profesión y puede estar en
juicio civil o penal por cuestiones vinculadas a ella.

Discrepancias doctrinarias. Actos para los que están habilitados.

La disposición habilita el ejercicio profesional por su cuenta del menor que ha


obtenido un título que lo autoriza para ello. En las IV Jornadas Sanjuaninas de Derecho
Civil, se caracterizó como notas distintivas de la profesionalidad, entre otras, la condición
de experto en un área del saber científico, técnico o práctico, la habitualidad en el ejercicio,
la autonomía técnica y la sujeción a normas reglamentarias y éticas para dicho ejercicio.
Ello, con independencia de que habite o no en casa de sus progenitores, superando esta
norma la discusión doctrinaria resultante de la interpretación de los artículos 128, en la
parte final de su segundo párrafo, y 275, ambos del Código derogado.

(ARTÍCULO 275.- Los hijos menores no pueden dejar la casa de sus progenitores, o aquella que éstos le hubiesen
asignado, sin licencia de sus padres.

Tampoco pueden ejercer oficio, profesión o industria, ni obligar sus personas de otra manera sin autorización de sus
padres, salvo lo dispuesto en los artículos 128 y 283.

ARTICULO 128.- Cesa la incapacidad de los menores por la mayor edad el día que cumplieren los DIECIOCHO (18)
años.

El menor que ha obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta propia sin
necesidad de previa autorización, y administrar y disponer libremente de los bienes que adquiere con el producto de su
trabajo y estar en juicio civil o penal por acciones vinculadas a ello.)

Punto 5 Los inhabilitados. El caso de prodigalidad (art. 48). Caracterización.


Efectos de la declaración de inhabilitación. Cese de la inhabilitación.

Art. 48 – Pródigos. Pueden ser inhabilitados quienes por la prodigalidad en la


gestión de sus bienes expongan a su cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad o
con discapacidad a la pérdida del patrimonio. A estos fines, se considera persona con
discapacidad, a toda persona que padece una alteración funcional permanente o prolongada,
física o mental, que en relación a su edad y medio social implica desventajas considerables
para su integración familiar, social, educacional o laboral. La acción sólo corresponde al
cónyuge, conviviente y a los ascendientes y descendientes.

Art. 49 – Efectos. La declaración de inhabilitación importa la designación de un


apoyo, que debe asistir al inhabilitado en el otorgamiento de actos de disposición entre
vivos y en los demás actos que el juez fije en la sentencia.

Art. 50 – Cese de la inhabilitación. El cese de la inhabilitación se decreta por el juez


que la declaró, previo examen interdisciplinario que dictamine sobre el restablecimiento de
la persona.
Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la
persona puede realizar por sí o con apoyo.

Punto 6 Protección de los incapaces y de los disminuidos en su capacidad. Sistemas


de apoyo al ejercicio de la capacidad.

Art. 43 – Concepto. Función. Designación. Se entiende por apoyo cualquier medida


de carácter judicial o extrajudicial que facilite a la persona que lo necesite la toma de
decisiones para dirigir su persona, administrar sus bienes y celebrar actos jurídicos en
general. Las medidas de apoyo tienen como función la de promover la autonomía y facilitar
la comunicación, la compresión y la manifestación de voluntad de la persona para el
ejercicio de sus derechos.

El interesado puede proponer al juez la designación de una o más personas de su


confianza para que le presten apoyo. El juez debe evaluar los alcances de la designación y
procurar la protección de la persona respecto de eventuales conflictos de intereses o
influencia indebida. La resolución debe establecer la condición y la calidad de las medidas
de apoyo y, de ser necesario, ser inscripta en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las
Personas.

La representación y la asistencia.

Art. 101 – Enumeración. Son representantes:

a) De las personas por nacer, sus padres;


b) De las personas menores de edad no emancipadas, sus padres.
Si faltan los padres, o ambos son incapaces, o están privados de la responsabilidad
parental, o suspendidos en su ejercicio, el tutor que se les designe;
c) De las personas con capacidad restringida, el o los apoyos designados cuando,
conforme a la sentencia, éstos tengan representación para determinados actos; de las
personas incapaces en los términos del último párrafo del artículo 32, el curador que
se les nombre.

Art. 102 – Asistencia. Las personas con capacidad restringida y las inhabilitadas son
asistidas por los apoyos designados en la sentencia respectiva y en otras leyes
especiales.

Concepto y diferencias.

La REPRESENTACIÓN tiene lugar cuando se designa a una persona para que sustituya
al incapaz en el ejercicio de los derechos de éste, y realice los actos para los cuales el titular
está legalmente impedido. En cambio, en el sistema de ASISTENCIA el incapaz no es
sustituido por otro en el ejercicio de sus derechos, sino llamado conjuntamente con otro al
desempeño de ese ejercicio. Mientras que la representación prescinde de la voluntad del
sujeto representado, la asistencia da lugar a una actividad compleja cuyo elemento
voluntario está integrado por la voluntad del titular de los derechos ejercidos, completada
por la voluntad de la persona que desempeña la función de controlador.

El Ministerio Público. Concepto y actuación.

Art. 103 – Actuación del Ministerio Público. La actuación del Ministerio Público
respecto de personas menores de edad, incapaces y con capacidad restringida, y de aquellas
cuyo ejercicio de capacidad requiera de un sistema de apoyos puede ser, en el ámbito
judicial, complementaria o principal.

a) Es complementaria en todos los procesos en los que se encuentran involucrados


intereses de personas menores de edad, incapaces y con capacidad restringida; la
falta de intervención causa la nulidad relativa del acto.
b) Es principal:
1) Cuando los derechos de los representados están comprometidos, y existe
inacción de los representantes;
2) Cuando el objeto del proceso es exigir el cumplimiento de los deberes a cargo
de los representantes;
3) Cuando carecen de representante legal y es necesario proveer la representación.

En el ámbito extrajudicial, el Ministerio Público actúa ante la ausencia, carencia o


inacción de los representantes legales, cuando están comprometidos los derechos sociales,
económicos y culturales.

Tutela y curatela. Concepto. Disposiciones generales.

TUTELA:

Art. 104 – Concepto y principios generales. La tutela está destinada a brindar


protección a la persona y bienes de un niño, niña o adolescente que no ha alcanzado la
plenitud de su capacidad civil cuando no haya persona que ejerza la responsabilidad
parental.

Se aplican los principios generales enumerados en el Título VII del Libro Segundo.

Si se hubiera otorgado la guarda a un pariente de conformidad con lo previsto en el


Título de la responsabilidad parental, la protección de la persona y bienes del niño, niña y
adolescente puede quedar a cargo del guardador por decisión del juez que otorgó la guarda,
si ello es más beneficioso para su interés superior; en igual sentido, si los titulares de la
responsabilidad parental delegaron su ejercicio a un pariente. En este caso, el juez que
homologó la delegación puede otorgar las funciones de protección de la persona y bienes de
los niños, niñas y adolescentes a quienes los titulares delegaron su ejercicio. En ambos
supuestos, el guardador es el representante legal del niño, niña o adolescente en todas
aquellas cuestiones de carácter patrimonial.

Art. 105 – Caracteres. La tutela puede ser ejercida por una o más personas,
conforme aquello que más beneficie al niño, niña o adolescente.

Si es ejercida por más de una persona, las diferencias de criterio, deben ser
dirimidas ante el juez que haya discernido la tutela, con la debida intervención del
Ministerio Público.

El cargo de tutor es intransmisible; el Ministerio Público interviene según lo


dispuesto en el artículo 103.

Art. 106 – Tutor designado por los padres. Cualquiera de los padres que no se
encuentre privado o suspendido del ejercicio de la responsabilidad parental puede nombrar
tutor o tutores a sus hijos menores de edad, sea por testamento o por escritura pública. Esta
designación debe ser aprobada judicialmente. Se tienen por no escritas las disposiciones
que eximen al tutor de hacer inventario, lo autorizan a recibir los bienes sin cumplir ese
requisito, o lo liberan del deber de rendir cuentas.

Si los padres hubieran delegado el ejercicio de la responsabilidad parental en un


pariente, se presume la voluntad de que se lo nombre tutor de sus hijos menores de edad,
designación que debe ser discernida por el juez que homologó la delegación o el del centro
de vida del niño, niña o adolescente, a elección del pariente.

Si existen disposiciones de ambos progenitores, se aplican unas y otras


conjuntamente en cuanto sean compatibles. De no serlo, el juez debe adoptar las que
considere fundadamente más convenientes para el tutelado.

Art. 107 – Tutela dativa. Ante la ausencia de designación paterna de tutor o tutores
o ante la excusación, rechazo o imposibilidad de ejercicio de aquellos designados, el juez
debe otorgar la tutela a la persona que sea más idónea para brindar protección al niño, niña
o adolescente, debiendo fundar razonablemente los motivos que justifican dicha idoneidad.

Art. 108 – Prohibiciones para ser tutor dativo. El juez no puede conferir la tutela
dativa:

a) A su cónyuge, conviviente, o parientes dentro del cuarto grado, o segundo por


afinidad;
b) A las personas con quienes mantiene amistad íntima ni a los parientes dentro del
cuarto grado, o segundo por afinidad;
c) A las personas con quienes tiene intereses comunes;
d) A sus deudores o acreedores;
e) A los integrantes de los tribunales nacionales o provinciales que ejercen sus
funciones en el lugar del nombramiento; ni a los que tienen con ellos intereses
comunes, ni a sus amigos íntimos o los parientes de éstos, dentro del cuarto grado, o
segundo por afinidad;
f) A quien es tutor de otro menor de edad, a menos que se trate de hermanos menores
de edad, o existan causas que lo justifiquen.

Art. 109 – Tutela especial. Corresponde la designación judicial de tutores especiales en


los siguientes casos:

a) Cuando existe conflicto de intereses entre los representados y sus representantes; si


el representado es un adolescente puede actuar por sí, con asistencia letrada, en
cuyo caso el juez puede decidir que no es necesaria la designación del tutor
especial;
b) Cuando los padres no tienen la administración de los bienes de los hijos menores de
edad;
c) Cuando existe oposición de intereses entre diversas personas incapaces que tienen
un mismo representante legal, sea padre, madre, tutor o curador; si las personas
incapaces son adolescentes, rige lo dispuesto en el inciso a);
d) Cuando la persona sujeta a tutela hubiera adquirido bienes con la condición de ser
administrados por persona determinada o con la condición de no ser administrados
por su tutor;
e) Cuando existe necesidad de ejercer actos de administración sobre bienes de extraña
jurisdicción al juez de la tutela y no pueden ser convenientemente administrados por
el tutor;
f) Cuando se requieren conocimientos específicos o particulares para un adecuado
ejercicio de la administración por las características propias del bien a administrar;
g) Cuando existen razones de urgencia, hasta tanto se tramite la designación del tutor
que corresponda.

Art. 110 – Personas excluidas. No pueden ser tutores las personas:

a) Que no tienen domicilio en la República;


b) Quebradas no rehabilitadas;
c) Que han sido privadas o suspendidas en el ejercicio de la responsabilidad parental, o
han sido removidas de la tutela o curatela o apoyo de otra persona incapaz o con
capacidad restringida, por causa que les era atribuible;
d) Que deben ejercer por largo tiempo o plazo indefinido un cargo o comisión fuera
del país;
e) Que no tienen oficio, profesión o modo de vivir conocido, o tienen mala conducta
notoria;
f) Condenadas por delito doloso a penas privativas de la libertad;
g) Deudoras o acreedoras por sumas considerables respecto de la persona sujeta a
tutela;
h) Que tienen pleitos con quien requiere la designación de un tutor. La prohibición se
extiende a su cónyuge, conviviente, padres o hijos;
i) Que, estando obligadas, omiten la denuncia de los hechos que dan lugar a la
apertura de la tutela;
j) Inhabilitadas, incapaces o con capacidad restringida;
k) Que hubieran sido expresamente excluidas por el padre o la madre de quien requiere
la tutela, excepto que según el criterio del juez resulte beneficioso para el niño, niña
o adolescente.

Art. 111 – Obligados a denunciar. Los parientes obligados a prestar alimentos al niño,
niña o adolescente, el guardador o quienes han sido designados tutores por sus padres o
éstos les hayan delegado el ejercicio de la responsabilidad parental, deben denunciar a la
autoridad competente que el niño, niña o adolescente no tiene referente adulto que lo
proteja, dentro de los diez días de haber conocido esta circunstancia, bajo pena de ser
privados de la posibilidad de ser designados tutores y ser responsables de los daños y
perjuicios que su omisión de denunciar le ocasione al niño, niña o adolescente.

Tienen la misma obligación los oficiales públicos encargados del Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas y otros funcionarios públicos que, en ejercicio de
su cargo, tengan conocimiento de cualquier hecho que dé lugar a la necesidad de la tutela.

El juez debe proveer de oficio lo que corresponda, cuando tenga conocimiento de un


hecho que motive la apertura de una tutela.

CURATELA

Art. 138 – Normas aplicables. La curatela se rige por las reglas de la tutela no
modificadas en esta Sección.

La principal función del curador es la de cuidar a la persona y los bienes de la


persona incapaz, y tratar de que recupere su salud. Las rentas de los bienes de la persona
protegida deben ser distintas preferentemente a ese fin.

Art. 139 – Personas que pueden ser curadores. La persona capaz puede designar,
mediante una directiva anticipada, a quien ha de ejercer su curatela.

Los padres pueden nombrar curadores y apoyos de sus hijos incapaces o con
capacidad restringida, en los casos y con las formas en que pueden designarles tutores.
Cualquiera de estas designaciones debe ser aprobada judicialmente.
A falta de estas previsiones el juez puede nombrar al cónyuge no separado de hecho,
al conviviente, a los hijos, padres o hermanos de la persona a proteger según quien tenga
mayor aptitud. Se debe tener en cuenta la idoneidad moral y económica.

Art. 140 – Persona protegida con hijos. El curador de la persona incapaz es tutor de
los hijos menores de este. Sin embargo, el juez puede otorgar la guarda del hijo menor de
edad a un tercero, designándolo tutor para que lo represente en las cuestiones patrimoniales.

Bolilla 6
Punto 1 La restricción a la capacidad por adicción o alteración mental.

Art. 32 – Persona con capacidad restringida y con incapacidad. El juez puede


restringir la capacidad para determinados actos de una persona mayor de trece años que
padece una adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente
gravedad, siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad puede resultar un
daño a su persona o a sus bienes.

En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que
prevé el artículo 43, especificando las funciones con los ajustes razonables en función de
las necesidades y circunstancias de la persona.

El o los apoyos designados deben promover la autonomía y favorecer las decisiones


que respondan a las preferencias de la persona protegida.

Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de


interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato
adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y
designar un curador.

Lineamientos de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con


Discapacidad y de la ley 26.657.

La CDPD se afirma como el primer tratado de consenso universal que importa la


especificación concreta de los derechos de las personas con discapacidad desde la
perspectiva de derechos humanos. En el año 2010, nuestro país sanciona la Ley Nacional de
Salud Mental 26.657, que rige las intervenciones estatales y sociales, públicas y privadas,
en materia de derecho a la salud en dicha área. El objetivo de la ley es el aseguramiento del
“(…) derecho a la protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de
los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental que se encuentran en el
territorio nacional, reconocidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos,
con jerarquía constitucional…”. El CAMBIO TRASCENDENTAL radica en que se
reconoce el derecho humano a la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, no
apareciendo así el dictado de sentencias atributivas de “incapacidad” de las personas por su
sola condición de salud mental, debiendo por el contrario los Estados diseñar modelos de
apoyo al ejercicio de la capacidad jurídica del involucrado. En efecto, el art. 12 de la CDPD
dispone igual reconocimiento de la persona ante la ley (…); y según los arts. 3 y 5 de la Ley
de Salud Mental la capacidad de la persona es presumida, no pudiendo efectuarse
calificaciones jurídicas ni sanitarias fundadas exclusivamente en diagnóstico y/o
antecedentes de salud mental. De tal modo, luego de la sanción de estas normas y de la
incorporación al CC del art. 152 ter, que exigió la promoción del mayor grado de
autonomía posible y la determinación concreta de los actos jurídicos para los cuales la
persona carecía de capacidad, los operadores judiciales debían re-diseñar sus intervenciones
jurídicas en un marco respetuoso de los derechos fundamentales reconocidos.

Cuatro grandes cambios que en el tema introdujo dicha ley.

1) El Código incorpora no sólo reglas “de fondo” sino también “de forma” o
procedimentales: tales, la participación de la persona en el proceso de restricción
de su capacidad, el derecho a la asistencia letrada, el diseño de procesos que
faciliten la información y la comprensión para la toma de decisiones (art. 31
xej).
2) El Nuevo Código diseña como regla general la restricción al ejercicio de la
capacidad y, sólo excepcional, subsidiariamente y al único fin de protección de
los derechos de la persona, su eventual declaración de incapacidad (art. 32).
3) En el supuesto de restricción a la capacidad, no procede la tradicional figura
sustitutiva del curador, sino la designación de persona/s de apoyo, cuya función
es “promover la autonomía y favorecer las decisiones que respondan a las
preferencias de la persona” (art. 43) (es importante destacar que la capacidad restringida
supone que la persona conserva su capacidad, la cual es limitada solo para determinados actos. La
excepcionalidad de la restricción no se fundamenta en una característica de la persona –criterio subjetivo-,
sino en una situación que requiere la conjunción de dos presupuestos -criterio objetivo-).
4) El concepto de “salud mental” es mucho más amplio que el de ausencia de
enfermedades mentales; hoy ya no se habla de “personas con enfermedad
mental” sino de personas con discapacidad intelectual o psicosocial (acorde al
modelo de la discapacidad propuesto por la CDPD, que ubica a la discapacidad, no ya como una condición
personal del sujeto, sino como el resultado de su interacción con las diferentes barreras que ofrece o
presenta el medio).

Contradicción entre lo que ella impuso y el Nuevo CCyC: debate doctrinario.

No es sencillo determinar el sistema conforme el cual debieran regularse los


mecanismos jurídicos dirigidos a garantizar “el apoyo en el ejercicio de la capacidad
jurídica” de las personas con discapacidad mental. Más lineal y “fácil” es mantener una
solución uniforme, como la interdicción que previo la regulación civil. Sin embargo, esta
respuesta viola los derechos humanos de las personas con discapacidad y compromete al
Estado Argentino en su responsabilidad internacional.

Ante esto, la doctrina exhibió dos líneas que derivan de las dos alternativas posibles:

a) Mantener el régimen vigente, modificando la regulación para acercarla lo más


posible a la Convención; o
b) Implementar un cambio radical, un nuevo diseño jurídico ajustado a las exigencias
convencionales.

En la primera línea ha quedado el intento de la ley 26.657, que mediante la redacción


del art. 152 ter perdió la oportunidad de efectuar una revisión profunda del régimen legal, y
olvidó la vigencia de un sistema preexistente sobre los efectos de la incapacitación – arts.
472 y ss C.C-.

Desde mucho tiempo atrás doctrina y jurisprudencia han intentado la flexibilización de


los sistemas restrictivos de capacidad de obrar, mediante la implementación de alternativas
graduales acordes a la diversidad propia de la discapacidad. En este sentido, el art. 152 ter,
en el contexto de una reforma altamente ansiada, anunciante de “un nuevo régimen de salud
mental”, se conformó con acercarse a un ya sólido andamiaje jurispruencial-doctrinario, al
disponer que “las declaraciones de inhabilitación o incapacidad” deberán “especificar las
funciones y actos que se limitan, procurando que la afectación de la autonomía personal sea
la menor posible”. No se visualiza la compatibilidad de esta regla de capacidad con la
dualidad insania/inhabilitación que se mantuvo; más aún cuando en la inhabilitación el
principio era ya la capacidad.

Concepto de salud mental. Proceso determinado por componentes históricos, socio-


económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento
implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos
humanos y sociales de toda persona (conf. art. 3° ley 26.657).

Derechos y principios aplicables (art. 31).

ARTÍCULO 31.- Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad


jurídica se rige por las siguientes reglas generales:

a. la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se


encuentre internada en un establecimiento asistencial;

b. las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en


beneficio de la persona;
c. la intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento
como en el proceso judicial;

d. la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías


adecuadas para su comprensión;

e. la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada, que
debe ser proporcionada por el Estado si carece de medios;

f. deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y


libertades.

Fundamento de la restricción a la capacidad o la declaración de incapacidad. Régimen


adoptado por el Nuevo CCyC, analogías y/o diferencias con el CC de Vélez y con el
mismo luego de la reforma de la ley 17.711.

El Código establece como regla general que toda persona puede ejercer por sí
misma sus derechos. Esta capacidad debe presumirse y garantizarse en toda
circunstancia y a todas las personas, con independencia de cualquier característica
personal e incluso cualquier diagnóstico médico. Esta presunción está en concordancia
con la ley 26.657 que establece en su art. 5 que “La existencia de diagnóstico en el
campo de la salud mental no autoriza en ningún caso a presumir riesgo de daño o
incapacidad…”. Asimismo, el Código incorpora una garantía muy importante del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos en la temática, como es la
IGUALDAD EN MATERIA DE CAPACIDAD JURÍDICA. Concretamente, el art. 12
de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
(CDPD) reconoce que “las personas con discapacidad tienen capacidad jurídica en
igualdad de condiciones con las demás en todos los aspectos de la vida”. A dicha
cláusula se le suma una garantía antidiscriminatoria a través del art. 2 que entiende
discriminación a “cualquier distinción, exclusión o restricción por motivos de
discapacidad que tenga el propósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el
reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos
humanos y libertades fundamentales en los ámbitos político, económico, social,
cultural, civil o de otro tipo”. La CDPD establece en este punto que las personas con
discapacidad (física, mental, intelectual o sensorial) gozan de capacidad jurídica en
igualdad de condiciones con los demás. Ello implica que si por alguna razón legalmente
justificada (como por ejemplo la edad) el régimen general de capacidad jurídica prevé
que la misma pueda ser restringida, obviamente esa afectación afectará también a las
personas con discapacidad. Pero también exige, como contracara, que la capacidad
jurídica nunca pueda ser restringida por motivo de discapacidad, y que si ello sucediera,
nos encontraríamos ante un caso de discriminación.
La capacidad jurídica debe presumirse, según el Código, incluso cuando la persona
se encuentre internada en un establecimiento asistencial.

Excepcionalidad de la restricción: la capacidad jurídica solo puede ser restringida en


carácter de EXCEPCION. En este sentido no es casual que el Código haya antecedido al
criterio de “beneficio de la persona” la excepcionalidad de las medidas de restricción a la
capacidad. El criterio de excepcionalidad obliga a primar toda medida alternativa que
resulte menos restrictiva para el ejercicio de los derechos de la persona. El término
“beneficio de la persona” significa que la restricción de la capacidad jurídica no puede tener
otro fin que el respeto y la promoción de su autonomía y sus derechos.

Es importante destacar que la capacidad restringida supone que la persona conserva


su capacidad, la cual es restringida solo para determinados acto o actos. Es decir que la
excepcionalidad se da también respecto del objeto (no se restringe la capacidad de la
persona en términos generales, sino para una serie de actos determinados y debidamente
especificados a la sentencia).

DIFERENCIAS: En el CC de Vélez se regula la capacidad e incapacidad de hecho de


menores, dementes e inhabilitados, y sordomudos. En el Nuevo CCyC, se elimina la
clasificación de incapaces absolutos y relativos; se define la capacidad de derecho y la
capacidad de ejercicio; se establece que son incapaces de ejercicio la persona por nacer, la
que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, y la persona declarada incapaz
por sentencia judicial. También, se incorpora el término de “restricción” a la capacidad y se
expone que la incapacidad sólo será declarada en casos de excepción, por medio de una
sentencia judicial (determinando sus alcances) cuando la persona se encuentre
imposibilitada de interaccionar con su entorno (…) y el sistema de apoyos resulte ineficaz.

Entonces en el nuevo CCyC hay: personas con capacidad restringida, inhabilitados e


incapaces. LA CAPACIDAD SE PRESUME.

Además, durante el proceso, el juez debe ordenar las medidas necesarias para
garantizar los derechos personales y patrimoniales de la persona. Debe garantizar la
inmediatez con el interesado y entrevistarlo personalmente antes de dictar resolución
alguna; la persona en cuyo interés se lleve adelante el proceso es parte y puede aportar
todas las pruebas que hacen a su defensa; se crea un sistema de apoyo a la capacidad.

Se plasma en el Código un pase de un “modelo de sustitución en la toma de


decisiones” a un “modelo de apoyo en la toma de decisiones”. Ese cambio de paradigma
implica que, desde la asunción de que todas las personas tienen capacidad jurídica en
igualdad de condiciones, la pregunta deja de ser si una persona puede ejercer su capacidad
jurídica, para concentrarse en qué necesita la persona para ejercer su capacidad jurídica.
Por tanto, la respuesta se basa en una serie de principios y garantías que permiten promover
la autonomía y el ejercicio de los derechos de la persona.
Punto 2 Normas procesales relativas al juicio de restricción de la capacidad de las
personas. Jurisdicción. Condiciones que deben existir en la enfermedad para poder
empezar el trámite.

ARTÍCULO 32.- Persona con capacidad restringida y con incapacidad. El juez puede
restringir la capacidad para determinados actos de una persona mayor de trece años que
padece una adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente
gravedad, siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad puede resultar un
daño a su persona o a sus bienes.

En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que prevé
el artículo 43, especificando las funciones con los ajustes razonables en función de las
necesidades y circunstancias de la persona.

El o los apoyos designados deben promover la autonomía y favorecer las decisiones que
respondan a las preferencias de la persona protegida. Por excepción, cuando la persona se
encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su
voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema de apoyos resulte
ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y designar un curador.

Legitimados activos.

ARTÍCULO 33.- Legitimados. Están legitimados para solicitar la declaración de


incapacidad y de capacidad restringida: a. el propio interesado; b. el cónyuge no separado
de hecho y el conviviente mientras la convivencia no haya cesado; c. los parientes dentro
del cuarto grado; si fueran por afinidad, dentro del segundo grado; d. el Ministerio Público.

Medidas cautelares. Entrevista personal. Intervención del interesado en el proceso.


Composición y características de quienes emiten el dictamen. Sentencia: su contenido.
Registración y oponibilidad hacia terceros. Revisión.

ARTÍCULO 34.- Medidas cautelares. Durante el proceso, el juez debe ordenar las
medidas necesarias para garantizar los derechos personales y patrimoniales de la persona.
En tal caso, la decisión debe determinar qué actos requieren la asistencia de uno o varios
apoyos, y cuáles la representación de un curador. También puede designar redes de apoyo y
personas que actúen con funciones específicas según el caso.

ARTÍCULO 35.- Entrevista personal. El juez debe garantizar la inmediatez con el


interesado durante el proceso y entrevistarlo personalmente antes de dictar resolución
alguna, asegurando la accesibilidad y los ajustes razonables del procedimiento de acuerdo a
la situación de aquél. El Ministerio Público y, al menos, un letrado que preste asistencia al
interesado, deben estar presentes en las audiencias.
ARTÍCULO 36.- Intervención del interesado en el proceso. Competencia. La persona
en cuyo interés se lleva adelante el proceso es parte y puede aportar todas las pruebas que
hacen a su defensa. Interpuesta la solicitud de declaración de incapacidad o de restricción
de la capacidad ante el juez correspondiente a su domicilio o del lugar de su internación, si
la persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso ha comparecido sin abogado, se le
debe nombrar uno para que la represente y le preste asistencia letrada en el juicio. La
persona que solicitó la declaración puede aportar toda clase de pruebas para acreditar los
hechos invocados.

ARTÍCULO 37.- Sentencia. La sentencia se debe pronunciar sobre los siguientes


aspectos vinculados a la persona en cuyo interés se sigue el proceso: a. diagnóstico y
pronóstico; b. época en que la situación se manifestó; c. recursos personales, familiares y
sociales existentes; d. régimen para la protección, asistencia y promoción de la mayor
autonomía posible. Para expedirse, es imprescindible el dictamen de un equipo
interdisciplinario.

ARTÍCULO 38.- Alcances de la sentencia. La sentencia debe determinar la extensión


y alcance de la restricción y especificar las funciones y actos que se limitan, procurando
que la afectación de la autonomía personal sea la menor posible. Asimismo, debe designar
una o más personas de apoyo o curadores de acuerdo a lo establecido en el artículo 32 de
este Código y señalar las condiciones de validez de los actos específicos sujetos a la
restricción con indicación de la o las personas intervinientes y la modalidad de su
actuación.

ARTÍCULO 39.- Registración de la sentencia. La sentencia debe ser inscripta en el


Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas y se debe dejar constancia al margen
del acta de nacimiento. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 45, los actos
mencionados en este Capítulo producen efectos contra terceros recién a partir de la fecha de
inscripción en el registro. Desaparecidas las restricciones, se procede a la inmediata
cancelación registral.

ARTÍCULO 40.- Revisión. La revisión de la sentencia declarativa puede tener lugar en


cualquier momento, a instancias del interesado. En el supuesto previsto en el artículo 32, la
sentencia debe ser revisada por el juez en un plazo no superior a tres años, sobre la base de
nuevos dictámenes interdisciplinarios y mediando la audiencia personal con el interesado.
Es deber del Ministerio Público fiscalizar el cumplimiento efectivo de la revisión judicial a
que refiere el párrafo primero e instar, en su caso, a que ésta se lleve a cabo si el juez no la
hubiere efectuado en el plazo allí establecido.

Punto 3 Personas a las que se les puede dictar incapacidad de ejercicio. Casos en
los que procede. Su protección.
El último párrafo del art. 32 dice “…Por excepción, cuando la persona se encuentre
absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por
cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez
puede declarar la incapacidad y designar un curador.”

Cese de la incapacidad y de las restricciones a la capacidad.

ARTÍCULO 47.- Procedimiento para el cese. El cese de la incapacidad o de la


restricción a la capacidad debe decretarse por el juez que la declaró, previo examen de un
equipo interdisciplinario integrado conforme a las pautas del artículo 37, que dictamine
sobre el restablecimiento de la persona. Si el restablecimiento no es total, el juez puede
ampliar la nómina de actos que la persona puede realizar por sí o con la asistencia de su
curador o apoyo.

Punto 4 Efectos de la declaración de incapacidad o de restricción a la capacidad de


ejercicio:

a) Sobre la capacidad

ARTÍCULO 43.- Concepto. Función. Designación. Se entiende por apoyo cualquier


medida de carácter judicial o extrajudicial que facilite a la persona que lo necesite la
toma de decisiones para dirigir su persona, administrar sus bienes y celebrar actos
jurídicos en general. Las medidas de apoyo tienen como función la de promover la
autonomía y facilitar la comunicación, la comprensión y la manifestación de voluntad
de la persona para el ejercicio de sus derechos. El interesado puede proponer al juez la
designación de una o más personas de su confianza para que le presten apoyo. El juez
debe evaluar los alcances de la designación y procurar la protección de la persona
respecto de eventuales conflictos de intereses o influencia indebida. La resolución debe
establecer la condición y la calidad de las medidas de apoyo y, de ser necesario, ser
inscripta en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.

ARTÍCULO 44.- Actos posteriores a la inscripción de la sentencia. Son nulos los actos
de la persona incapaz y con capacidad restringida que contrarían lo dispuesto en la
sentencia realizados con posterioridad a su inscripción en el Registro de Estado Civil y
Capacidad de las Personas.

b) Actos jurídicos anteriores a la inscripción de la sentencia:

ARTÍCULO 45.- Actos anteriores a la inscripción. Los actos anteriores a la inscripción


de la sentencia pueden ser declarados nulos, si perjudican a la persona incapaz o con
capacidad restringida, y se cumple alguno de los siguientes extremos: a. la enfermedad
mental era ostensible a la época de la celebración del acto; b. quien contrató con él era
de mala fe; c. el acto es a título gratuito.
c) La persona fallecida: la impugnación de sus actos entre vivos.

ARTÍCULO 46.- Persona fallecida. Luego de su fallecimiento, los actos entre vivos
anteriores a la inscripción de la sentencia no pueden impugnarse, excepto que la
enfermedad mental resulte del acto mismo, que la muerte haya acontecido después de
promovida la acción para la declaración de incapacidad o capacidad restringida, que el
acto sea a título gratuito, o que se pruebe que quien contrató con ella actuó de mala fe.

d) Sobre la imputabilidad.

ARTÍCULO 261.- Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento:

a. el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;

b. el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez años;

c. el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin
perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales.

e) Internación y traslado.

ARTÍCULO 41.- Internación. La internación sin consentimiento de una persona, tenga


o no restringida su capacidad, procede sólo si se cumplen los recaudos previstos en la
legislación especial y las reglas generales de esta Sección. En particular:

a. debe estar fundada en una evaluación de un equipo interdisciplinario de acuerdo a lo


dispuesto en el artículo 37, que señale los motivos que la justifican y la ausencia de una
alternativa eficaz menos restrictiva de su libertad;

b. sólo procede ante la existencia de riesgo cierto e inminente de un daño de entidad


para la persona protegida o para terceros;

c. es considerada un recurso terapéutico de carácter restrictivo y por el tiempo más


breve posible; debe ser supervisada periódicamente;

d. debe garantizarse el debido proceso, el control judicial inmediato y el derecho de


defensa mediante asistencia jurídica;

e. la sentencia que aprueba la internación debe especificar su finalidad, duración y


periodicidad de la revisión.

Toda persona con padecimientos mentales, se encuentre o no internada, goza de los


derechos fundamentales y sus extensiones.

ARTÍCULO 42.- Traslado dispuesto por autoridad pública. Evaluación e internación.


La autoridad pública puede disponer el traslado de una persona cuyo estado no admita
dilaciones y se encuentre en riesgo cierto e inminente de daño para sí o para terceros, a un
centro de salud para su evaluación. En este caso, si fuese admitida la internación, debe
cumplirse con los plazos y modalidades establecidos en la legislación especial. Las fuerzas
de seguridad y servicios públicos de salud deben prestar auxilio inmediato.

Ley de salud mental 26.657.

Esta ley, sancionada el 25/11/2010 y publicada en el BO el 3/12/2010, tiene por


objeto “asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas y el
pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental que se
encuentran en el territorio nacional, reconocidos en los instrumentos internacionales de
derechos humanos con jerarquía constitucional…” (art. 1°).

Bolilla 7
Punto 1 Fin de la existencia de la persona humana

Naturaleza jurídica. Art. 93: Principio general. La existencia de la persona humana


termina por su muerte.

La evolución histórica del diagnóstico clínico de muerte: distintos criterios. La ley de


trasplantes de órganos 24.193:

a) Criterio de la ley 21.541: esta ley establecía en su art. 2 que “… a los fines de esta
ley también será admisible la certificación del fallecimiento del dador mediante
juicio médico determinado por un equipo… quienes determinarán dicho estado por
comprobaciones cerebrales”. Se refería sólo a las funciones cerebrales, con lo cual
se podía arribar a la extracción de órganos vitales a personas cuyo cerebro se
encontraba inactivo pero en las que se mantenían las funciones cardiorrespiratorias.
Según Yungano, esto implicaba distinguir dos tipos de muerte (una real y otra a los
fines de la Ley de Trasplantes), y se consagraba la distinción entre muerte clínica
(en la que cesa la actv de la masa encefálica, aunque subsisten algunas funciones) y
muerte biológica, en la que se produce la cesación de todas las funciones.
b) El decreto reglamentario de la ley 21.541, dispuso que a los fines de la certificación
del fallecimiento del dador, debía efectuarse “también” la comprobación en su
totalidad y como mínimo de algunos signos, como la ausencia de respiración
espontánea, con absoluta necesidad de respiración artificial. De allí debía ser
interpretado que la muerte se produce por la cesación de todas las funciones regidas
por el “tronco cerebral”, esto es, el cerebro y el bulbo raquídeo.
c) Texto vigente: el art. 23 de la Ley de Trasplantes, con las modificaciones
introducidas por las leyes 23.464 y 23.885, dispone: “El fallecimiento de una
persona se considerará tal cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes
signos, que deberán persistir interrumpidamente seis horas después de su
constatación conjunta:
1) Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con perdida absoluta de conciencia
2) Ausencia de respiración espontánea
3) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas;
4) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales
adecuados a las diversas situaciones clínicas, cuya nómina será periódicamente
actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social con el asesoramiento del
Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante
(Incucai).”

Comprobación de la muerte. Art. 94: La comprobación de la muerte queda sujeta a los


estándares médicos aceptados, aplicándose la legislación especial en el caso de ablación de
órganos de cadáver

Conmoriencia. Art. 95: Se presume que mueren al mismo tiempo las personas que
perecen en un desastre común o en cualquier otra circunstancia, si no puede determinarse lo
contrario.

Punto 2 Efectos de la muerte con relación a los derechos. Producida la muerte de una
persona el derecho establece cuál es la suerte de las relaciones jurídicas constituidas en
cabeza del difunto.
Estos efectos tienen lugar en cuanto a:
Los atributos de la personalidad. Aquí SE EXTINGUEN: el nombre, la capacidad y el
domicilio. A este último es exceptuado el domicilio convencional, que no se trata de un
atributo de la persona, sino de la condición de un contrato y afectara a los herederos del
difunto.
Con respecto al Estado, este se extingue, pero los herederos pueden promover o continuar
las acciones de Estado correspondientes a su autor (impugnación de paternidad, legitimidad
de la filiación, etcétera).
Y en cuanto al patrimonio, se extingue como atributo del difunto, pero subsiste como
conjunto de bienes, y por lo tanto, se transmiten a los herederos.

Los derechos extra-patrimoniales. Desaparecen: - en el Derecho de Familia, el matrimonio,


la patria potestad, la tutela y la curatela;
- En el derecho de la personalidad, derecho a la vida, a la salud, a la libertad, al honor, etc.
(derechos personalísimos);
- En las acciones penales, las acciones penales privadas o de instancia privada de que
disponía aquel, excepto la acción por calumnia o injuria que puede ser ejercida por los
parientes, ya que la lesión moral que provoca los puede alcanzar a ellos.
Hasta acá estos derechos no son transmitidos.
Los derechos patrimoniales. No se extinguen, sino que se transmiten a los sucesores del
difunto, mediante la sucesión conocida como “mortis causa”.

Existen dos tipos de sucesiones:

Entre vivos: actos jurídicos que se producen entre personas vivas.


Mortis causa: actos jurídicos que se producen a partir del fallecimiento de una persona
(herencia o legado).
Dentro de estas últimas hay dos clases de transmisiones:
- Activa o directa: cuando el asignatario es llamado por el causante o por la ley para
suceder.
- Pasiva o indirecta: cuando una persona ocupa o sustituye el lugar de otra en la
sucesión del causante, en virtud de haber operado en su favor los derechos de
representación o derechos de transmisión, este entra con esos derechos cuando el
sucesor instituido por la ley o por el testador no llegó a la apertura de la sucesión,
también en circunstancias en que el heredero no quiere o no puede suceder, es ahí
donde la sucesión pasa a terceros.

Sucesores. Concepto. Persona que sucede al difunto en sus relaciones jurídicas. Hay dos
clases de sucesores mortis causa: herederos y legatarios/sucesor universal y sucesor
singular (art.400).

Análisis de los arts. 2277 a 2280.

Art. 2277: “Apertura de la sucesión. La muerte real o presunta de una persona causa
la apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia a las personas llamadas a
sucederle por el testamento o por la ley. Si el testamento dispone solo parcialmente de los
bienes, el resto de la herencia se defiere por la ley.

La herencia comprende todos los bienes y obligaciones del causante que no se


extinguen por su fallecimiento.”

Art. 2278: “Concepto de sucesores. Se denomina heredero a la persona a quien se


trasmite la universalidad o una parte indivisa de la herencia; legatario, al que recibe un bien
particular o un conjunto de ellos”.

Se distingue al heredero con llamamiento al todo de aquel cuya vocación se limita a


una parte indivisa de la herencia, es decir, heredero de cuota, figura jurídica reconocida con
la nueva legislación. Se establece también la existencia del legatario particular,
eliminándose del derecho las discrepancias causadas por la indefinición jurídica del
legatario de cuota existente en la normativa del código derogado (se discutía si era
considerado universal o singular).
El heredero puede ser legítimo o testamentario; ambos pueden coexistir. El legatario
solo puede ser llamado por el testamento.

Art. 2279: “Personas que pueden suceder al causante:

a) Las personas humanas existentes al momento de su muerte;


b) Las concebidas en ese momento que nazcan con vida;
c) Las nacidas después de su muerte mediante técnicas de reproducción humana
asistida;
d) Las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas
por su testamento.”

Art. 2280: “Situación de los herederos. Desde la muerte del causante, los herederos
tienen todos los derechos y acciones de aquel de manera indivisa, con excepción de los que
no son transmisibles por sucesión, y continúan en la posesión de lo que el causante era
poseedor.

Si están instituidos bajo condición suspensiva, están en esa situación a partir del
cumplimiento de la condición; sin perjuicio de las medidas conservatorias que
corresponden.

En principio, responden por las deudas del causante con los bienes que reciben, o con
su valor en caso de haber sido enajenados.” (Beneficio de inventario derogado).

Punto 3 Ausencia

Art. 79: Ausencia simple. Si una persona ha desaparecido de su domicilio, sin tenerse
noticias de ella, y sin haber dejado apoderado, puede designarse un curador a sus bienes si
el cuidado de estos lo exige. La misma regla se debe aplicar si existe apoderado, pero sus
poderes son insuficientes o no desempeña convenientemente el mandato.

Art. 80: Legitimados. Pueden pedir la declaración de ausencia, el Ministerio Publico y


toda persona que tenga interés legítimo respecto de los bienes del ausente.

Art. 81: Juez competente. Es competente el juez del domicilio del ausente. Si éste no lo
tuvo en el país, o no es conocido, es competente el juez del lugar en donde existan bienes
cuyo cuidado es necesario; si existen bienes en distintas jurisdicciones, el que haya
prevenido.

Art. 82.- Procedimiento. El presunto ausente debe ser citado por edictos durante cinco días,
y si vencido el plazo no comparece, se debe dar intervención al defensor oficial o en su
defecto, nombrarse defensor al ausente. El Ministerio Público es parte necesaria en el
juicio. Si antes de la declaración de ausencia se promueven acciones contra el ausente, debe
representarlo el defensor. En caso de urgencia, el juez puede designar un administrador
provisional o adoptar las medidas que las circunstancias aconsejan.

Art. 83.- Sentencia. Oído el defensor, si concurren los extremos legales, se debe declarar la
ausencia y nombrar curador. Para la designación se debe estar a lo previsto para el
discernimiento de curatela. El curador sólo puede realizar los actos de conservación y
administración ordinaria de los bienes. Todo acto que exceda la administración ordinaria
debe ser autorizado por el juez; la autorización debe ser otorgada sólo en caso de necesidad
evidente e impostergable. Los frutos de los bienes administrados deben ser utilizados para
el sostenimiento de los descendientes, cónyuge, conviviente y ascendientes del ausente.

Art. 84.- Conclusión de la curatela. Termina la curatela del ausente por:


a. la presentación del ausente, personalmente o por apoderado;
b. su muerte;
c. su fallecimiento presunto judicialmente declarado.

Punto 4 Presunción del fallecimiento. La presunción del fallecimiento se da cuando


una persona se ausenta del lugar de su domicilio, o residencia y transcurre un lapso más o
menos prolongado sin dar noticia alguna existencia.
Distintos supuestos
ARTÍCULO 85.- Caso ordinario. La ausencia de una persona de su domicilio sin que se
tenga noticia de ella por el término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento
aunque haya dejado apoderado. El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia
del ausente.
ARTÍCULO 86.- Casos extraordinarios. Se presume también el fallecimiento de un
ausente:
a. si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra u
otro suceso semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o participó de una actividad que
implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia de él por el término de dos años, contados
desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido;
b. si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuviese noticia
de su existencia por el término de seis meses desde el día en que el suceso ocurrió o pudo
haber ocurrido.

Procedimiento para su declaración. Determinación del día presuntivo al fallecimiento.


Efectos en relación a los bienes y el matrimonio
Arts. 87 a 90, ver en CCyC. Art. 91 efectos en relación a los bienes.

ARTÍCULO 435.- Causas de disolución del matrimonio. El matrimonio se disuelve por:


a. muerte de uno de los cónyuges;
b. sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento;
c. divorcio declarado judicialmente.

Periodo de pre notación y concepto de alcance y conclusión.

ARTÍCULO 91.- Entrega de los bienes. Inventario. Los herederos y los legatarios deben
recibir los bienes del declarado presuntamente fallecido, previa formación de inventario. El
dominio debe inscribirse en el registro correspondiente con la prenotación del caso; puede
hacerse la partición de los bienes, pero no enajenarlos ni gravarlos sin autorización judicial.
Si entregados los bienes se presenta el ausente o se tiene noticia cierta de su existencia,
queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la devolución de aquéllos
a petición del interesado.

ARTÍCULO 92.- Conclusión de la pre notación. La pre notación queda sin efecto
transcurridos cinco años desde la fecha presuntiva del fallecimiento u ochenta años desde el
nacimiento de la persona. Desde ese momento puede disponerse libremente de los bienes.
Si el ausente reaparece puede reclamar:
a. la entrega de los bienes que existen en el estado en que se encuentran;
b. los adquiridos con el valor de los que faltan;
c. el precio adeudado de los enajenados;
d. los frutos no consumidos.

Reaparición del ausente.


Si llegase a reaparecer el presunto fallecido, con respecto al derecho de familia, pueden
ocurrir diferentes cosas:
1. Que su cónyuge no se haya vuelto a casar, en cuyo caso sigue en pie el matrimonio,
dado que el vínculo permanece inalterado.
2. Que el cónyuge supérstite haya contraído nuevo matrimonio; en este caso es válido
el nuevo matrimonio, dado que al contraerse este se disuelve el vínculo anterior.
3. Recupera este la patria potestad.
4. La tutela y curatela no resurgen (si el presuntamente fallecido es el representante
debió haberse designado a otro; y si era el incapaz no se justifica que nuevamente se
otorgue la representación a la misma persona).

Bolilla 8
Punto 1 Persona jurídica.

Concepto.
La persona jurídica es el ente al cual el ordenamiento jurídico le confiere aptitud para
adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de
su creación (Art. 141).

Evolución histórica

a. Derecho romano
Se formuló la ideal fundamental de la personalidad jurídica, mediante la teoría de la
universitas, la cual constituyó un ente ideal distinto de la personalidad de sus
miembros en conjunto y de cada uno de ellos. Estos entes eran de derecho público
durante la república, pero en el derecho imperial se atribuyó capacidad jurídica de
derecho privado a las municipalidades. Y luego se extendió a los colegios, a las
corporaciones y al Estado.
b. Derecho germánico
Las tribus germánicas no tenían ninguna idea de la existencia de la universitas. Sus
instituciones se limitaban a formas de condominio especiales. Una era la propiedad
de mano común: originaria la indivisión hereditaria, en la cual ninguno de los
comuneros tiene atribuida cuota o proporción ideal, sino que todos ellos poseen el
todo. La administración y disposición de esos bienes se hacía en común, con
participación personal y directa de todos los miembros y sin que ninguno de ellos
pudiera representar a los demás. Al establecerse una cierta organización
administrativa con el correr del tiempo la propiedad de la mano común se asemeja a
las asociaciones, es decir, aparece como colectividad distinta de sus miembros.
Otra era la cooperativa: aquí no hay patrimonio común, sino una agrupación de
personas para la obtención de fines de utilidad común, sin llegar a formas
propiamente asociativas, porque no implicaba la aparición de un nuevo sujeto. Se
trataba más bien de una simple pluralidad de individuos, cuya organización unitaria
no le imprimía los caracteres de una verdadera entidad ideal, distinta y separada de
los miembros que la formaban.
c. Derecho canonista
En la Edad Media surgieron nuevas formas de asociaciones patrimoniales y
personales; hubo en las ciudades gremios y corporaciones artesanales, colegios,
institutos, el campesinado de una aldea, etc. las ciudades y las dinastías reales se
tenían por universitas y esa palabra se usó también para designar la multiplicidad de
las asociaciones personales y patrimoniales. Se descubrió la universitas como ente
conceptual incorpóreo, incluso como persona.
d. Derecho moderno
Reconoce la existencia de las entidades colectivas como sujetos de derecho
enteramente separados de sus miembros o fundadores. Estos sujetos de derecho
pueden ser el tipo de la universitas romana (grupos o colectividades de personas
unidas para conseguir una finalidad común) o del tipo de la fundación canónica
(patrimonios personalizados para la obtención de finalidades establecidas por el
fundador).

Naturaleza jurídica

La naturaleza jurídica de estas entidades colectivas o morales ha sido un tema de


gran debate. Por lo tanto, surgen de él diversas teorías:

1) Teoría de la ficción: su mayor exponente fue Savigny. Parte de la idea de que el único
sujeto natural de derechos y obligaciones es el hombre. Cuando la ley considera y trata al
hombre como persona no hace sino reconocer y confirmar una personalidad preexistente;
en cambio, cuando el derecho otorga la capacidad jurídica a estos entes, está considerando
por medio de una ficción que también son capaces de pensar y querer. Es decir que por una
razón de conveniencia o de interés el derecho los considera como si fueran personas.

2) Teorías negatorias: al igual que la teoría de la ficción, sostienen que la única persona
real es el hombre. Consideran, sin embargo, que la doctrina tradicional es superficial y no
ahonda la investigación de la realidad que se esconde detrás de la personería jurídica.
Encontramos en esta categoría a las:

A) Teoría de los patrimonios de afectación: sostiene que los bienes del hombre
pueden estar destinados a lograr fines propios o fines colectivos. Lo que se
denomina “persona jurídica” no sería otra cosa que patrimonios afectados al
cumplimiento de ciertos fines colectivos;
B) Teoría de los derechos individuales: sostiene que la persona jurídica no es titular
de derechos sino que los verdaderos titulares son sus miembros, puesto que ellos
sufren o aprovechan las ventajas o desventajas de la actividad de la sociedad;
C) Teoría de la propiedad colectiva: sostiene que la persona jurídica es un sujeto
aparente, tres el cual se ocultan los verdaderos titulares del patrimonio. La persona
jurídica sería una propiedad colectiva detrás de la cual se oculta la propiedad
individual de sus miembros;
D) Teoría de Kelsen: para él las personas sean físicas o jurídicas son construcciones
del derecho objetivo a las cuales éste les atribuye un conjunto de derechos y
obligaciones.

3) Teorías de la realidad: sostienen que la persona no es una ficción sino una realidad, ya
que ellas realmente están dotadas de voluntad o bien su interés es distinto de los individuos
que las componen. Podemos encontrar en esta categoría a las:

A) Teoría organicista: sostiene que la persona jurídica es un organismo dotado de


voluntad propia diferente a la de sus miembros; éstos sólo serían los medios de los
que se vale la persona jurídica para manifestarse.
B) Teoría de la institución: se funda en el concepto de institución, la cual desde el
punto de vista práctico se generaría así: a) surge una idea; b) para concretar la idea
es necesario organizarse, y entonces se crean órganos de poder y direcciones; c) por
último surgen individuos que quieren participar de la idea común o institucional, y
para ellos, se adhieren a la misma y colaboran con su actividad. De esta manera, las
personas irán ingresando a la institución y actuarán en ella para conseguir sus fines.

Posición del Código: Para la mayoría de los autores nuestro Código siguió la teoría de la
ficción; para otros si bien el Código en un principio siguió a la teoría de la ficción, los
cambios en la legislación lo acercan a las teorías de la realidad y dentro de éstas a la teoría
de la institución.

Análisis del art. 141 del CCyC:

El CCyC ha terminado con la confusión que generaba el CC en cuanto a las


diferentes denominaciones que utilizaba: “personas jurídicas” y “personas de existencia
ideal”. Así, la terminología se ha unificado desde que —excluidas las personas humanas—
solo existen las personas jurídicas.

De este modo, el CCyC reglamenta la garantía constitucional de asociarse con fines


útiles, aclarando que el reconocimiento de la persona jurídica como ente con capacidad de
derecho (según terminología del art. 22 CCyC) es para “el cumplimiento de su objeto y los
fines de su creación”. Consagra así claramente la “regla de la especialidad”.

El principio de especialidad indica que la capacidad de la persona jurídica solo


puede ejercerse en orden a los fines de su constitución, es decir, de acuerdo a aquellos
objetivos que, en su momento, el Estado computó como conducentes y en vista de los
cuales reconoció al ente como sujeto de derecho. Al margen de esos fines, la persona
jurídica está privada de toda capacidad porque, en verdad, también carece de personalidad.
Además, debe considerarse que la persona jurídica está habilitada para encarar toda
actividad más o menos relacionada con el fin de su creación, desde que son sus autoridades
las que deben elegir los medios adecuados para el logro de ese fin y en orden a ese
propósito, realizar los actos jurídicos consecuentes. Por ejemplo, una sociedad, aunque su
actividad no sea adquirir bienes automotores, tiene capacidad para adquirir un automotor
para la distribución de los productos que fabrica.

El Tercer Sector y el papel actual de las ONG.

Se agrupa la sociedad en tres sectores: el sector público o estatal, el sector


productivo o económico y el tercer sector que se distingue fundamentalmente por dos
características, las cuales son el apoyo y el voluntariado de sus miembros y su finalidad
no lucrativa.
En este tercer sector se mueven las Organizaciones No Gubernamentales, que se
refieren a un conjunto de empresas e instituciones que al margen de su diversidad jurídica y
heterogeneidad de funciones, están ligadas por una ética común basada en la solidaridad y
el servicio de los socios y el interés general (asociaciones, fundaciones, mutuales y
cooperativas).

La dinámica moderna del tercer sector es generar “manos activas” que deben saber
CAPITALIZAR RECURSOS Y USARLOS EN FAVOR DEL BIEN COMUN. El
fenómeno asociativo hace posible la lucha del individuo por los derechos no reconocidos o
la reivindicación de otros. Su actuación, trascendiendo las fronteras de cada país, es
ayudada por la globalización.

Punto 2 Clasificación de las personas jurídicas en el CCyCN

ARTÍCULO 145. Clases. Las personas jurídicas son públicas o privadas.

ARTÍCULO 146.- Personas jurídicas públicas. Son personas jurídicas públicas:

a. el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los


municipios, las entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas en la
República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter;
b. los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional
público reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en
el extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable;
c. la Iglesia Católica.
(Personas jurídicas NO estatales punto b y c).

ARTÍCULO 148.- Son personas jurídicas privadas:

a. las sociedades;

b. las asociaciones civiles;

c. las simples asociaciones;

d. las fundaciones;

e. las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;

f. las mutuales;

g. las cooperativas;

h. el consorcio de propiedad horizontal;


i. toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo carácter
de tal se establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.

Punto 3 Comienzo de la existencia de las personas jurídicas privadas.

Art. 142 – La existencia de la persona jurídica privada comienza desde su


constitución. No necesita autorización legal para funcionar, excepto disposición legal en
contrario. En los casos en que se requiere autorización estatal, la persona jurídica no puede
funcionar antes de obtenerla.

Acto constitutivo. Estatutos.

Toda persona jurídica requiere como primera medida un acto constitutivo


creador de la misma. En este acto se establecerán los estatutos, que son conjuntos de
disposiciones referentes a cada persona jurídica que deberán establecer el nombre,
patrimonio, derechos y obligaciones, etc.

Las personas jurídicas que, para actuar como tales requieren la autorización del
estado, comenzarán a existir cuando el Estado les apruebe sus estatutos y las autorice a
funcionar.

El estatuto debe contener normas sobre el gobierno, la administración y


representación y, si la ley la exige, sobre la fiscalización interna de la persona jurídica (…)
(art. 158).

Autorización estatal. Concepto.

Autorización estatal: La personería jurídica es otorgada mediante un decreto dictado


por el poder ejecutivo, luego del trámite seguido al efecto ante la inspección general de
justicia (art. 3 y 4 de la ley 22.315). Pero nada se opone, a que el propio congreso de la
nación, en la jurisdicción de esta, y las legislaturas locales, confiera la personería mediante
una ley en sentido formal.

Revisión judicial de las decisiones de la autoridad de aplicación.

La ley 17.711 confirma la doctrina que considera viable discutir la legitimidad del
acto administrativo que cancela el otorgamiento de la personalidad jurídica, cuando la
decisión se funda en la existencia de hechos a los que objetivamente la ley erige como
causales de extinción de esa personalidad, pero en cambio reputa inadmisible la revisión
cuando la autoridad administrativa ha hecho uso de las facultades discrecionales a ese
respecto.

ATRIBUTOS: Nombre.
Art. 151 - Nombre. La persona jurídica debe tener un nombre que la identifique
como tal, con el aditamento indicativo de la forma jurídica adoptada. La persona jurídica en
liquidación debe aclarar esta circunstancia en la utilización de su nombre.
El nombre debe satisfacer recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, tanto
respecto de otros nombres, como de marcas, nombres de fantasía u otras formas de
referencia a bienes o servicios, se relacionen o no con el objeto de la persona jurídica.
No puede contener términos o expresiones contrarios a la ley, el orden público o las buenas
costumbres ni inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica. La inclusión en
el nombre de la persona jurídica del nombre de personas humanas requiere la conformidad
de éstas, que se presume si son miembros. Sus herederos pueden oponerse a la continuación
del uso, si acreditan perjuicios materiales o morales.

Domicilio y sede social.


Art. 152 - El domicilio de la persona jurídica es el fijado en sus estatutos o en la
autorización que se le dio para funcionar. La persona jurídica que posee muchos
establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos
establecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas. El cambio de
domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio de sede, si no forma parte del
estatuto, puede ser resuelto por el órgano de administración.

Patrimonio.
Art. 154 - La persona jurídica debe tener un patrimonio. La persona jurídica en formación
puede inscribir preventivamente a su nombre los bienes registrables.

La capacidad de la persona jurídica.


La cuestión de la capacidad se limita a la determinación de su capacidad de derecho,
esto es, la aptitud del sujeto para ser titular de relaciones jurídicas. En cambio, carece de
aplicación la noción de capacidad de ejercicio, puesto que las personas jurídicas actúan a
través de sus órganos o representantes. La capacidad de derecho se refiere a derechos
patrimoniales o extra patrimoniales, y carece de toda capacidad de adquirir derechos
inseparables de la condición del ser humano, como el matrimonio, la patria potestad, etc.

Capacidad y representación.
El mecanismo por el cual expresan su “voluntad” las personas jurídicas no puede ser
concebido como una cuestión de capacidad de hecho (ejercicio), porque ellas carecen de los
atributos psíquicos de las personas físicas y, por ende, no tiene sentido discutir si pueden o
no ejecutar por sí mismas sus derechos. Es evidente que las personas jurídicas tienen la
voluntad de sus representantes, la cual se expresa de diversos modos: asambleas, consejos
de administración, etc. Frente a los terceros, la “voluntad” de la persona jurídica es la de
sus representantes. De esta forma el derecho ha creado un concepto de “voluntad jurídica”,
distinto del fenómeno de la voluntad psíquica de las personas individuales.

El principio de especialidad. (Nombrado anteriormente)

Funcionamiento: estatutos, gobierno, administración y fiscalización.


Art. 157 - Modificación del estatuto. El estatuto de las personas jurídicas puede ser
modificado en la forma que el mismo o la ley establezcan. La modificación del estatuto
produce efectos desde su otorgamiento. Si requiere inscripción es oponible a terceros a
partir de ésta, excepto que el tercero la conozca.

Art. 158 - Gobierno, administración y fiscalización. El estatuto debe contener


normas sobre el gobierno, la administración y representación y, si la ley la exige, sobre la
fiscalización interna de la persona jurídica. En ausencia de previsiones especiales rigen las
siguientes reglas:

a) si todos los que deben participar del acto lo consienten, pueden participar en una
asamblea o reunión del órgano de gobierno, utilizando medios que les permitan a
los participantes comunicarse simultáneamente entre ellos. El acta debe ser
suscripta por el presidente y otro administrador, indicándose la modalidad adoptada,
debiendo guardarse las constancias, de acuerdo al medio utilizado para
comunicarse.
b) los miembros que deban participar en una asamblea, o los integrantes del consejo,
pueden auto convocarse para deliberar, sin necesidad de citación previa. Las
decisiones que se tomen son válidas, si concurren todos y el temario a tratar es
aprobado por unanimidad.

Contabilidad y estados contables de las personas jurídicas privadas.

Art. 320 - Obligados. Excepciones. Están obligadas a llevar contabilidad todas las
personas jurídicas privadas y quienes realizan una actividad económica organizada o son
titulares de una empresa o establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de
servicios. Cualquier otra persona puede llevar contabilidad si solicita su inscripción y la
habilitación de sus registros o la rubricación de los libros, como se establece en esta misma
Sección. Sin perjuicio de lo establecido en leyes especiales, quedan excluidas de las
obligaciones previstas en esta Sección las personas humanas que desarrollan profesiones
liberales o actividades agropecuarias y conexas no ejecutadas u organizadas en forma de
empresa. Se consideran conexas las actividades dirigidas a la transformación o a la
enajenación de productos agropecuarios cuando están comprendidas en el ejercicio normal
de tales actividades. También pueden ser eximidas de llevar contabilidad las actividades
que, por el volumen de su giro, resulta inconveniente sujetar a tales deberes según
determine cada jurisdicción local.

Art. 321 - Modo de llevar la contabilidad. La contabilidad debe ser llevada sobre
una base uniforme de la que resulte un cuadro verídico de las actividades y de los actos que
deben registrarse, de modo que se permita la individualización de las operaciones y las
correspondientes cuentas acreedoras y deudoras. Los asientos deben respaldarse con la
documentación respectiva, todo lo cual debe archivarse en forma metódica y que permita su
localización y consulta.

Art. 322 - Registros indispensables. Son registros indispensables, los siguientes:

a) diario;

b) inventario y balances;

c) aquellos que corresponden a una adecuada integración de un sistema de


contabilidad y que exige la importancia y la naturaleza de las actividades a desarrollar;

d) los que en forma especial impone este Código u otras leyes.

VER HASTA ART. 331.

Punto 4 La persona jurídica y sus miembros.

Art. 143 - Personalidad diferenciada. La persona jurídica tiene una personalidad


distinta de la de sus miembros. Los miembros no responden por las obligaciones de la
persona jurídica, excepto en los supuestos que expresamente se prevén en este Título y lo
que disponga la ley especial.

Inoponibilidad de la personalidad jurídica (teoría del corrimiento del velo o


disregard).

Art. 144 - Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación que esté


destinada a la consecución de fines ajenos a la persona jurídica, constituya un recurso para
violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de cualquier persona, se
imputa a quienes a título de socios, asociados, miembros o controlantes directos o
indirectos, la hicieron posible quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los
perjuicios causados. Lo dispuesto se aplica sin afectar los derechos de los terceros de buena
fe y sin perjuicio de las responsabilidades personales de que puedan ser pasibles los
participantes en los hechos por los perjuicios causados.

La doctrina conocida como levantamiento del velo o levantamiento del velo


societario consiste en la jurídica y doctrina jurisprudencial por la que los socios de una
sociedad mercantil quedan obligados al cumplimiento de las obligaciones y deudas de la
misma. Esta doctrina tiene su fundamento en el principio de equidad, buena fe, no fraude de
ley y supone una excepción a la regla general del derecho de limitación de responsabilidad
de los socios con respecto a las deudas de la sociedad de la que son partícipes (limitada
normalmente a la participación o cantidad invertida) y permite a los tribunales de justicia
prescindir de la forma externa de la persona jurídica y alcanzar a las personas que se
encuentran por detrás. Esta doctrina nació en Estados Unidos a comienzos del siglo XIX.
Trata de corregir los abusos que se producen cuando la personalidad jurídica de la
sociedad se utiliza como cobertura para eludir el cumplimiento de obligaciones
consiguiéndose un resultado injusto o perjudicial para terceros y contrario al ordenamiento
jurídico.

Evolución jurisprudencial y legislativa. El caso Swift: ver resumen Swift-Deltec.

Análisis del art. 144 del CCyC.

En la actualidad, este instituto se halla expresamente contemplado en la Ley General


de Sociedades 19.550 (art. 54, párr. 3) bajo el rótulo “inoponibilidad de la personalidad
jurídica”. Se trata de la desestimación, prescindencia o inoponibilidad de la personalidad
jurídica, como instituto de excepción al criterio de separación o diferenciación entre la
entidad y sus miembros. En efecto, el principio de separación de la personalidad no es
absoluto. Cuando la persona jurídica es usada para obtener finalidades distintas de aquella
para la cual ha sido creada, y ello provoca perjuicio a un tercero, resulta lícito indagar qué
hay detrás del ente creado e imputar la responsabilidad directamente a sus integrantes
(socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos):

a. si se trata de una persona jurídica constituida con causa ilícita o simulada;

b. si la persona jurídica es un mero recurso para violar la ley, esto es, si con su actuación se
transgrede la norma jurídica;

c. si a través de la persona jurídica se evita o elude fraudulentamente la aplicación de la


norma imperativa correspondiente.

La novedad del CCyC es que hace extensiva esta teoría a cualquier persona jurídica
privada, ya que el abuso en su constitución y la desvirtuación de su finalidad constituyen
manifestaciones de una utilización desviada del recurso de la ”personalidad”, que son
susceptibles de producirse en cualquier clase de persona jurídica, lo cual fundamenta la
previsión del instituto en un sistema general.

Deber de lealtad y diligencia de los administradores.

Art. 159 - Deber de lealtad y diligencia. Interés contrario. Los administradores de la


persona jurídica deben obrar con lealtad y diligencia. No pueden perseguir ni favorecer
intereses contrarios a los de la persona jurídica. Si en determinada operación los tuvieran
por sí o por interpósita persona, deben hacerlo saber a los demás miembros del órgano de
administración o en su caso al órgano de gobierno y abstenerse de cualquier intervención
relacionada con dicha operación. Les corresponde implementar sistemas y medios
preventivos que reduzcan el riesgo de conflictos de intereses en sus relaciones con la
persona jurídica.
Punto 5 ASOCIACIONES CIVILES. Concepto.

Las asociaciones civiles son personas jurídicas que nacen de la unión estable de un
grupo de personas físicas que persiguen la realización de un fin de bien común no lucrativo.

Objeto. Deben tener un fin de interés general o un bien común. El lucro, como objetivo
único y principal, les está vedado a las asociaciones ya sea para sí mismas como para sus
miembros o terceros que se vinculen con la entidad.
Acto constitutivo. Se pueden constituir por instrumento privado con firmas certificadas o
por instrumento público: así lo admiten las normas de los organismos de control. A partir
de la vigencia del Nuevo CCyC, el instrumento público es la nueva forma impuesta para la
creación de estas personas jurídicas. Se establecen los contenidos mínimos del estatuto, sin
perjuicio de ello, la facultad de autorregulación que deriva del derecho de asociación
permite a los miembros de la asociación incorporar otras disposiciones.
Órganos de gobierno. El CCyC regula los órganos de las asociaciones civiles,
determinando que deben contar al menos con una asamblea, una comisión directiva y un
órgano de fiscalización interna. Ello no impide la existencia de otros órganos, como por
ejemplo una gerencia (la necesidad de un buen “leardership” es fundamental para estas
entidades, de ahí el requerimiento de una formación gerencial en estas organizaciones).
Una modificación importante se presenta en el requisito de contar con un órgano de
fiscalización (comisión revisora de cuentas) para aquellas asociaciones que superen los cien
asociados. Ese órgano puede quedar en manos de “uno o más revisores de cuentas”, ello
deja abierta la posibilidad de una fiscalización compuesta por una sola persona, sin tener
que crearse un cuerpo colegiado. Se disponen, además, incompatibilidades para ejercer ese
cargo.
Responsabilidad de los asociados. El CCyC establece que el pago de las cuotas y
contribuciones correspondientes al mes inmediato anterior es necesario para participar en
las asambleas. Se aclara que no puede impedirse la participación del asociado si purga la
mora con antelación al inicio del acto asambleario. Ninguna otra norma se prevé en materia
de funcionamiento de las asambleas, pero en el nuevo régimen resultan aplicables
subsidiariamente las normas sobre sociedades en lo pertinente. Sin embargo, la aplicación
de las normas societarias a las asociaciones civiles habrá que realizarla siempre con un
criterio de suma prudencia, pues las asociaciones civiles se mueven en un ámbito distinto a
las entidades comerciales (art. 181).

SIMPLES ASOCIACIONES. Concepto.


Las simples asociaciones son personas jurídicas (art. 148).
Ley aplicable. El CCyC establece que son aplicables a las simples asociaciones, al margen
de sus disposiciones propias, las normas de las asociaciones civiles. Solo las asociaciones
que tengan menos de veinte miembros podrán prescindir de un órgano de fiscalización; en
este último caso, todos los miembros pueden ejercer directamente el derecho de
fiscalización y consulta de libros (art. 188; art. 190).
Responsabilidades. Sus asociados y sus fundadores no resultan responsables por las
deudas de la entidad, estando sólo obligados al pago de las contribuciones prometidas o las
cuotas sociales (art. 192). La exoneración de responsabilidad de los miembros fundadores
de una simple asociación recoge un reclamo largamente efectuado por la doctrina.
Además, se dispone que cuando los bienes de la simple asociación no alcanzan para
cubrir las deudas, son solidariamente responsables frente a terceros, los administradores
designados en el estatuto y todo administrador de hecho, por las decisiones que ha suscripto
durante su función. Sin embargo, los bienes personales de estos administradores están, en
primer lugar, afectados al cumplimiento de sus deudas personales.

FUNDACIONES. Concepto.
Las fundaciones son personas jurídicas que se constituyen con una finalidad de bien
común, sin propósito de lucro, mediante el aporte patrimonial de una o más personas,
destinado a hacer posibles sus fines (art. 193).
Constitución. Para existir como tales requieren necesariamente constituirse mediante
instrumento público y solicitar y obtener autorización del Estado para funcionar. Si el
fundador es una persona humana, puede disponer su constitución por acto de última
voluntad (art. 193).
Art. 195 - Acto constitutivo. Estatuto. El acto constitutivo de la fundación debe ser
otorgado por el o los fundadores o apoderado con poder especial, si se lo hace por acto
entre vivos; o por el autorizado por el juez del sucesorio, si lo es por disposición de última
voluntad.
El instrumento debe ser presentado ante la autoridad de contralor para su aprobación, y
contener:
a. los siguientes datos del o de los fundadores:
i. cuando se trate de personas humanas, su nombre, edad, estado civil, nacionalidad,
profesión, domicilio y número de documento de identidad y, en su caso, el de los
apoderados o autorizados;
ii. cuando se trate de personas jurídicas, la razón social o denominación y el domicilio,
acreditándose la existencia de la entidad fundadora, su inscripción registral y la
representación de quienes comparecen por ella;
En cualquier caso, cuando se invoca mandato debe dejarse constancia del documento que lo
acredita;
b. nombre y domicilio de la fundación;
c. designación del objeto, que debe ser preciso y determinado;
d. patrimonio inicial, integración y recursos futuros, lo que debe ser expresado en moneda
nacional;
e. plazo de duración;
f. organización del consejo de administración, duración de los cargos, régimen de reuniones
y procedimiento para la designación de sus miembros;
g. cláusulas atinentes al funcionamiento de la entidad;
h. procedimiento y régimen para la reforma del estatuto;
i. fecha del cierre del ejercicio anual;
j. cláusulas de disolución y procedimiento atinentes a la liquidación y destino de los bienes;
k. plan trienal de acción.
En el mismo instrumento se deben designar los integrantes del primer consejo de
administración y las personas facultadas para gestionar la autorización para funcionar.

Órganos. El órgano de gobierno de la fundación, el Consejo de Administración (art. 201),


por previsión expresa del estatuto puede delegar del manejo cotidiano de la entidad a un
comité ejecutivo integrado por miembros del consejo o delegando funciones en terceros
(miembros o no del consejo), que ostentarán el cargo de “apoderados”, “gerentes”, etc.
Deberes. Art. 211 y 213.
Reforma del estatuto y disolución.
Art. 216 - Mayoría necesaria. Cambio de objeto. Excepto disposición contraria del
estatuto, las reformas requieren por lo menos el voto favorable de la mayoría absoluta de
los integrantes del consejo de administración y de los dos tercios en los supuestos de
modificación del objeto, fusión con entidades similares y disolución. La modificación del
objeto sólo es procedente cuando lo establecido por el fundador ha llegado a ser de
cumplimiento imposible.
Art. 217 - Destino de los bienes. En caso de disolución, el remanente de los bienes
debe destinarse a una entidad de carácter público o a una persona jurídica de carácter
privado cuyo objeto sea de utilidad pública o de bien común, que no tenga fin de lucro y
que esté domiciliada en la República. Esta disposición no se aplica a las fundaciones
extranjeras. Las decisiones que se adopten en lo relativo al traspaso del remanente de los
bienes requieren la previa aprobación de la autoridad de contralor.
Art. 218 - Revocación de las donaciones. La reforma del estatuto o la disolución y
traspaso de los bienes de la fundación, motivados por cambios en las circunstancias que
hayan tornado imposible el cumplimiento de su objeto conforme a lo previsto al tiempo de
la creación del ente y del otorgamiento de su personería jurídica, no da lugar a la acción de
revocación de las donaciones por parte de los donantes o sus herederos, a menos que en el
acto de celebración de tales donaciones se haya establecido expresamente como condición
resolutoria el cambio de objeto.

Fundaciones creadas por disposición testamentaria.

Art. 219 - Intervención del Ministerio Público. Si el testador dispone de bienes con
destino a la creación de una fundación, incumbe al Ministerio Público asegurar la
efectividad de su propósito, en forma coadyuvante con los herederos y el albacea
testamentario, si lo hubiera.

Art. 220 - Facultades del juez. Si los herederos no se ponen de acuerdo entre sí o
con el albacea en la redacción del estatuto y del acta constitutiva, las diferencias son
resueltas por el juez de la sucesión, previa vista al Ministerio Público y a la autoridad de
contralor.

Contralor.

Art. 221 - Atribuciones. La autoridad de contralor aprueba los estatutos de la fundación y


su reforma; fiscaliza su funcionamiento y el cumplimiento de las disposiciones legales y
estatutarias a que se halla sujeta, incluso la disolución y liquidación.

(Ver también arts. 222, 223).

Punto 6 La responsabilidad contractual y extracontractual de las personas


jurídicas.

Responsabilidad: consiste en la aptitud de alguien para ser pasible de una sanción


(comportamiento que se impone al infractor de un deber jurídico). Ante la infracción entran
en juego los dos tipos de responsabilidad, civil y penal. La responsabilidad civil de las
personas jurídicas varía en función de la causa que la haya originado, en contractual o
extracontractual. La primera proviene del incumplimiento de un contrato celebrado por la
persona jurídica, la segunda de la infracción de cualquier otro deber jurídico en que
hubieren incurrido los individuos humanos que conforman con su actividad, la propia
persona jurídica (dirigentes) o dependientes y en especial los hechos ilícitos cometidos por
ellos (delitos y cuasidelitos).

El verdadero problema reside en el ámbito en que debe funcionar esa capacidad, y


en establecer las consecuencias de su ejercicio, es decir, la responsabilidad derivada del
incumplimiento de sus obligaciones y las eventuales responsabilidades extracontractual y
penal causadas por la actuación de sus órganos y representantes.

La situación de las personas jurídicas, en cuantos entes ideales carentes de los


componentes psicológicos necesarios para actuar con dolo o culpa, es la base del problema
referido a su responsabilidad. Las conductas dolosas o culposas no emanan de la persona
jurídica, sino de los individuos que actúan en su representación. Por ello, debe descartarse
toda posibilidad de establecer responsabilidades extracontractuales directas de las personas
jurídicas. Ellas sólo responderán en forma indirecta, y esta será la premisa fundamental
para resolver el problema de su responsabilidad.

Responsabilidad contractual. Establecida la aptitud legal de las personas jurídicas para


obligarse, como parte necesaria e inseparable de su actuación en el campo de las relaciones
jurídicas, su responsabilidad contractual se fundamenta en esa misma capacidad, de la cual
es un correlato necesario. Si quienes traban relaciones con las personas jurídicas no
pudieran demandarlas en caso de incumplimiento, no aceptarían tales acuerdos, y en la
práctica las personas jurídicas no podrían actuar.

Todo aquel que adquiere un derecho respecto de una persona jurídica, puede ejercer
las acciones que correspondan a ese derecho, y que son inseparables de éste, sin excepción
alguna que pudiera fundamentarse en la naturaleza jurídica del ente que ha entrado como
sujeto pasivo de la relación.

Responsabilidad extracontractual.

Así, debe precisarse la naturaleza de la representación mediante la cual actúan las


personas jurídicas. Existe al respecto un principio fundamental: el mandato conferido a los
representantes de una persona jurídica no puede contemplar jamás la comisión de actos
antijurídicos, pues se aplican las reglas generales, y en consecuencia, cualquier daño que
estos representantes causaren, será atribuido directamente a ellos, y no a la persona que
representen (arts. 159 y 160, CCyC).

El problema, consiste en dilucidar si las personas jurídicas pueden ser


responsabilizadas indirectamente por los daños causados por sus representantes, miembros
o administradores, y en caso afirmativo, en qué medida.

Evolución jurisprudencial. Jurisprudencia. Hasta 1921 la Corte no admitió la


responsabilidad civil de una persona jurídica por hechos ilícitos obrados por sus dirigentes
o dependientes. Luego el tribunal reconoce la responsabilidad de una persona jurídica
dedicada a la actividad naviera, por los daños imputados a la culpa de sus empleados,
entonces interpreta que el art. 43 del CC de Vélez no impedía hacer efectiva la
responsabilidad indirecta del principal por el hecho de sus dependientes.
La Corte ha resuelto varios casos en los que se duda de la responsabilidad de las personas
jurídicas por hechos culposos de sus dependientes, en todos se pronunció por la admisión
de esa responsabilidad. Pero en estos casos se trató de cuasidelitos, a delitos civiles obrados
por empleados de la persona jurídica.
Llambías aprueba la jurisprudencia de la Corte que no admitía la responsabilidad de las
personas jurídicas por los hechos de los administradores de la entidad, es decir, por las
personas que concurren con su voluntad a determinar la actividad que habrá de imputarse a
aquella.

Análisis de los arts. 1763 a 1766 del CCyC.

ARTÍCULO 1763.- Responsabilidad de la persona jurídica. La persona jurídica


responde por los daños que causen quienes las dirigen o administran en ejercicio o con
ocasión de sus funciones.
(La responsabilidad de la persona jurídica, en cuanto a los hechos de quienes las dirigen o
administran que ocasionen daños a terceros, es objetiva. La responsabilidad contractual y
los restantes supuestos de responsabilidad (v. gr., por hecho ajeno) se rigen por las normas
específicas del Código en cada materia. La primera cuestión a dilucidar es el alcance de
dicha disposición. Ello es así pues la responsabilidad de los entes ideales puede surgir por
daños generados por diversas circunstancias, a saber: a) por el incumplimiento contractual
en que incurrió la persona jurídica; b) por los hechos de sus dependientes; c) por el hecho
de la cosa de la cual es propietaria o está bajo su guarda, y d) por el hecho de los directores
o administradores. Únicamente en el último supuesto enumerado, es decir, los perjuicios
ocasionados por los directores o administradores en ejercicio u ocasión de la función,
resulta aplicable la norma bajo estudio.

En este sentido, es dable destacar que, en los casos de incumplimiento contractual


de la persona de existencia ideal, serán aplicables las reglas generales en materia de
responsabilidad por incumplimiento de obligaciones, en particular, los artículos 1723 y
1724 del Código.

A su vez, en los casos en que el daño sea ocasionado por el hecho de los
dependientes del ente ideal —es decir, aquellos que no constituyen el órgano de decisión y
administración de ésta—, el deber de reparar el daño ocasionado se regirá por las
disposiciones relativas a la responsabilidad del principal por el hecho del dependiente (art.
1753 del Código). Finalmente, si el daño es ocasionado por el hecho de la cosa de la que es
dueña la persona jurídica, o de la que es guardiana en los términos del artículo 1758 del
Código, entonces la responsabilidad del ente se regirá por las normas que rigen esa materia
(arts. 1757 y eones.). Entonces, solamente cuando el perjuicio haya sido ocasionado por el
accionar de los directores o administradores de la sociedad, y se trate de un ilícito
extracontractual, surgirá la responsabilidad en estudio).

ARTÍCULO 1764.- Inaplicabilidad de normas. Las disposiciones del Capítulo 1 de


este Título no son aplicables a la responsabilidad del Estado de manera directa ni
subsidiaria.

ARTÍCULO 1765.- Responsabilidad del Estado. La responsabilidad del Estado se


rige por las normas y principios del derecho administrativo nacional o local según
corresponda.

(La responsabilidad del Estado no se encuentra regulada en el Código, y su legislación se


supedita a las normas que, en la materia, se adopten en particular en el ámbito del derecho
administrativo nacional o local. En el ámbito nacional, la ley 26.944 reguló la
responsabilidad por actividad lícita e ilícita del Estado. La responsabilidad estatal por daños
ha experimentado una notoria evolución en los últimos siglos, pues la doctrina y la
jurisprudencia transitaron desde la irresponsabilidad total del Estado hasta el
reconocimiento de un deber de indemnizar a los particulares, incluso por sus actos
legítimos. En nuestro país, luego de la consagración pretoriana de la responsabilidad del
Estado en los precedentes “Devoto" y "Ferrocarril Oeste", se discutió arduamente si el
deber de resarcir el daño ocasionado por el accionar de la administración debía regirse por
las normas comunes del derecho privado o si, por el contrario, resultaban aplicables en la
materia los principios del derecho administrativo. En sustento de esta última postura, se ha
dicho que este tipo de responsabilidad tiene caracteres particulares que la toman autónoma,
tales como la idea de "falta de servicio", que es radicalmente extraña al derecho civi1. Es
esta última postura la que terminó primando con la sanción del nuevo Código).

ARTÍCULO 1766.- Responsabilidad del funcionario y del empleado público. Los


hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones por no
cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas se
rigen por las normas y principios del derecho administrativo nacional o local, según
corresponda.

(La responsabilidad del funcionario público se encuentra excluida del régimen del Código,
aplicándose en este supuesto las normas y principios del derecho administrativo nacional o
local. En el ámbito federal, rige lo dispuesto por la ley 26.944. Ello, siempre que se
cumplan los presupuestos previstos en el artículo, es decir que se trate de un funcionario
público, y que el daño sea ocasionado por el ejercicio irregular de la función. En cuanto al
concepto de funcionario público, se trata de todo aquel que ejerce una función pública, de
facto o de iure, si presta los servicios en forma onerosa o gratuita, los realiza de forma
permanente, temporaria o accidental, y es esencial que su actividad encuadre dentro de la
función pública.

Resulta de aplicación la ley 26.944 que, en su artículo 9°, establece que los
funcionarios y agentes públicos responderán por los daños que ocasionen por el ejercicio
irregular de sus funciones, siempre que hayan actuado con dolo o culpa. Asimismo, el plazo
de prescripción de la acción contra ellos será de tres años, mientras que la acción del Estado
contra los funcionarios o agentes por repetición prescribirá también a los tres años, pero
contados desde la sentencia firme que estableció la indemnización a favor de la víctima.

Las consecuencias de la nueva normativa aplicable, al menos en la órbita nacional, son más
que relevantes. Ello así pues la conducta irregular del agente no permitirá presumir in re
ipsa la culpa del agente, como sí ocurría con el régimen anterior a la reformas. En
consecuencia, la víctima del hecho ilícito tendrá la carga de la prueba de la culpa del
funcionario. Por último, es relevante destacar que el artículo 1° de la ley 26.944 establece la
imposibilidad de imponer sanciones pecuniarias disuasivas contra los agentes o
funcionarios. Se está refiriendo, sin lugar a dudas, a los daños punitivos, que se encontraban
consagrados en el artículo 1714 del proyecto original, y que finalmente fueron excluidos
del nuevo Código, aunque continúan subsistentes en el ámbito del derecho del consumo
(art. 52 bis, ley 24.240).

Responsabilidad de los administradores.

ARTÍCULO 160.- Responsabilidad de los administradores. Los administradores responden


en forma ilimitada y solidaria frente a la persona jurídica, sus miembros y terceros, por los
daños causados por su culpa en el ejercicio o con ocasión de sus funciones, por acción u
omisión.
ARTÍCULO 161.- Obstáculos que impiden adoptar decisiones. Si como consecuencia de la
oposición u omisión sistemáticas en el desempeño de las funciones del administrador, o de
los administradores si los hubiera, la persona jurídica no puede adoptar decisiones válidas,
se debe proceder de la siguiente forma:

a. el presidente, o alguno de los coadministradores, si los hay, pueden ejecutar los actos
conservatorios;

b. los actos así ejecutados deben ser puestos en conocimiento de la asamblea que se
convoque al efecto dentro de los diez días de comenzada su ejecución;

c. la asamblea puede conferir facultades extraordinarias al presidente o a la minoría, para


realizar actos urgentes o necesarios; también puede remover al administrador.

La problemática de la responsabilidad penal de las personas jurídicas.

Doctrina que niega la responsabilidad penal de las personas jurídicas: la doctrina tradicional
ha señalado las causas por las cuales no es posible imputar responsabilidades penales a las
personas jurídicas:

1) Los delitos penales implican necesariamente la presencia de dolo o culpa en su


autor, extremos que no se conciben en las personas jurídicas. Por ello, como su
responsabilidad civil extracontractual, la responsabilidad directa de las personas
jurídicas queda excluida, salvo los casos de excepción previstos en leyes especiales.
2) El dolo o culpa del autor del crimen no podrían ser imputados a la persona jurídica
de la cual es órgano, sin violar el principio según el cual sólo es válido el mandato
otorgado para realizar actos lícitos. Por ello, el representante que delinque, obra
fuera de la esfera de su competencia.
3) Un tercer orden de ideas obliga a considerar que, por su naturaleza, las personas
jurídicas no pueden ser condenadas a penas privativas de la libertad, que
constituyen la sanción más común del derecho criminal.

Doctrina que la acepta: Propugna la responsabilidad penal de las personas jurídicas, en


situaciones especiales. Para ello, se ha señalado que a estas personas se les pueden aplicar
las penas de multa e inhabilitación, al igual que la disolución por resolución administrativa
fundada en la utilización abusiva de la persona jurídica.

Se observa que cuando la actividad ilícita de los miembros se convierte en una


operatoria inseparable de las actividades de la persona jurídica, por ejemplo, en las
infracciones aduaneras, o en los fraudes fiscales, no puede argumentarse válidamente con la
licitud de los fines, para fundar la inimputabilidad penal de las autoridades.
Puede señalarse, también, una correspondencia entre los delitos imputables a las
personas jurídicas, que son de naturaleza económica, y las penas correspondientes, que
consisten en sanciones pecuniarias.

Resultando entonces posible admitir la responsabilidad penal en circunstancias o leyes


especiales, esta no puede ser generalizada. Predomina la doctrina de la tesis
negativa.
Numerosas leyes han establecido multas para las personas jurídicas que transgreden sus
disposiciones, entre ellas: el Código Aduanero en sus arts. 876 y 888; la Ley de Seguros
20.091; la Ley 22.802 de Lealtad Comercial, etc.

Punto 7 Fin de la existencia de las personas jurídicas. Las causales del art. 163 del
CCyC.

ARTÍCULO 163.- Causales. La persona jurídica se disuelve por:

a. la decisión de sus miembros adoptada por unanimidad o por la mayoría establecida por el
estatuto o disposición especial;

b. el cumplimiento de la condición resolutoria a la que el acto constitutivo subordinó su


existencia;

c. la consecución del objeto para el cual la persona jurídica se formó, o la imposibilidad


sobreviniente de cumplirlo;

d. el vencimiento del plazo;

e. la declaración de quiebra; la disolución queda sin efecto si la quiebra concluye por


avenimiento o se dispone la conversión del trámite en concurso preventivo, o si la ley
especial prevé un régimen distinto;

f. la fusión respecto de las personas jurídicas que se fusionan o la persona o personas


jurídicas cuyo patrimonio es absorbido; y la escisión respecto de la persona jurídica que se
divide y destina todo su patrimonio;

g. la reducción a uno del número de miembros, si la ley especial exige pluralidad de ellos y
ésta no es restablecida dentro de los tres meses;

h. la denegatoria o revocación firmes de la autorización estatal para funcionar, cuando ésta


sea requerida;

i. el agotamiento de los bienes destinados a sostenerla;


j. cualquier otra causa prevista en el estatuto o en otras disposiciones de este Título o de ley
especial.

Transformación, fusión y escisión.

ARTÍCULO 162.- Transformación. Fusión. Escisión. Las personas jurídicas pueden


transformarse, fusionarse o escindirse en los casos previstos por este Código o por la ley
especial.

En todos los casos es necesaria la conformidad unánime de los miembros de la persona o


personas jurídicas, excepto disposición especial o estipulación en contrario del estatuto.

Revocación de la autorización estatal.

ARTÍCULO 164.- Revocación de la autorización estatal. La revocación de la


autorización estatal debe fundarse en la comisión de actos graves que importen la violación
de la ley, el estatuto y el reglamento.

La revocación debe disponerse por resolución fundada y conforme a un procedimiento


reglado que garantice el derecho de defensa de la persona jurídica. La resolución es
apelable, pudiendo el juez disponer la suspensión provisional de sus efectos. (Apelabilidad
de la resolución).

Prórroga.

ARTÍCULO 165.- Prórroga. El plazo determinado de duración de las personas


jurídicas puede ser prorrogado. Se requiere:

a. decisión de sus miembros, adoptada de acuerdo con la previsión legal o estatutaria;

b. presentación ante la autoridad de contralor que corresponda, antes del vencimiento del
plazo.

Reconducción.

ARTÍCULO 166.- Reconducción. La persona jurídica puede ser reconducida


mientras no haya concluido su liquidación, por decisión de sus miembros adoptada por
unanimidad o la mayoría requerida por la ley o el estatuto, siempre que la causa de su
disolución pueda quedar removida por decisión de los miembros o en virtud de la ley.

Liquidación y responsabilidades.

ARTÍCULO 167.- Liquidación y responsabilidades. Vencido el plazo de duración,


resuelta la disolución u ocurrida otra causa y declarada en su caso por los miembros, la
persona jurídica no puede realizar operaciones, debiendo en su liquidación concluir las
pendientes.
La liquidación consiste en el cumplimiento de las obligaciones pendientes con los bienes
del activo del patrimonio de la persona jurídica o su producido en dinero. Previo pago de
los gastos de liquidación y de las obligaciones fiscales, el remanente, si lo hay, se entrega a
sus miembros o a terceros, conforme lo establece el estatuto o lo exige la ley.

En caso de infracción responden ilimitada y solidariamente sus administradores y aquellos


miembros que, conociendo o debiendo conocer la situación y contando con el poder de
decisión necesario para ponerle fin, omiten adoptar las medidas necesarias al efecto.

Bolilla 9
Punto 1 El objeto de la relación jurídica: bienes y cosas

Conceptos.

Las cosas, en principio, son objetos materiales; los bienes, por el contrario, serían
cualesquiera componentes del patrimonio de una persona evaluables económicamente, tanto si son
cosas propiamente dichas, como si son derechos sobre las cosas (derechos reales) o derechos que
tienen por objeto la conducta ajena (derechos de crédito).

Análisis de los arts. 15 y 16

Los derechos individuales de las personas pueden recaer sobre bienes que integran su
patrimonio. Los bienes son susceptibles de valor económico; los bienes/objetos materiales son
cosas.
La tradición legislativa identifica a los BIENES con la valoración económica. Para este fin, no es
determinante si son materiales (cosas) o inmateriales, porque lo que interesa es que tengan valor, y
este elemento, para la letra del Código y en su interpretación para la mayoría de la doctrina, es
económico y no afectivo.
Desde el punto de vista económico, los objetos pueden tener o no valor patrimonial. Si tienen valor
económico, pueden a su vez entrar en el comercio y tener precio, que surge de la oferta y la
demanda, por lo que no son aplicables los bienes ambientales o el cuerpo o partes del cadáver.
En cuanto a las COSAS, en el código se las define como objetos materiales susceptibles de
tener un valor. Desde el punto de vista físico, cosa es todo lo que existe en la naturaleza (mar, aire,
sol, etc.). Desde el punto de vista jurídico, se limita a todo lo que tiene un valor entre los bienes de
los particulares.

Punto 2 clasificación de las cosas

1) Cosas muebles e inmuebles

Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa (art.
227)
Son cosas inmuebles aquellas que son fijas. Dentro de los inmuebles, encontramos:
inmuebles por naturaleza e inmuebles por accesión.
ARTÍCULO 225.- Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el suelo,
las cosas incorporadas a él de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin
el hecho del hombre.
ARTÍCULO 226.- Inmuebles por accesión. Son inmuebles por accesión las cosas muebles
que se encuentran inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con carácter perdurable. En
este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un
derecho separado sin la voluntad del propietario. No se consideran inmuebles por accesión
las cosas afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del propietario.

2) Cosas divisibles y no divisibles


ARTÍCULO 228.- Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en
porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y
análogo tanto a las otras partes como a la cosa misma. Las cosas no pueden ser divididas si
su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de
inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades
locales. (No pueden separarse en partes sin destruir su esencia).

3) Cosas principales y accesorias


ARTÍCULO 229.- Cosas principales. Son cosas principales las que pueden existir por sí
mismas.
ARTÍCULO 230.- Cosas accesorias. Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y
naturaleza son determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas.
Su régimen jurídico es el de la cosa principal, excepto disposición legal en contrario. Si las
cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin que sea posible distinguir la
accesoria de la principal, es principal la de mayor valor. Si son del mismo valor no hay cosa
principal ni accesoria.
4) Cosas consumibles y no consumibles
ARTÍCULO 231.- Cosas consumibles. Son cosas consumibles aquellas cuya existencia
termina con el primer uso. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el
primer uso que de ellas se hace, aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse
después de algún tiempo.

5) Cosas fungibles y no fungibles

ARTÍCULO 232.- Cosas fungibles. Son cosas fungibles aquellas en que todo individuo de
la especie equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la
misma calidad y en igual cantidad.
Las cosas no fungibles tienen características únicas y por lo tanto, no pueden sustituirse por
otra.

Criterios doctrinarios de clasificación y ¿sus importancias prácticas?


a) Semovientes y locomóviles
Los semovientes son cosas muebles que tienen la propiedad de moverse por sí mismas: son
los ganados. Gran importancia económica.
Los locomóviles o automotores son los artefactos rodantes de propulsión propia, tales como
locomotoras, automóviles, tractores, cosechadoras, etc.
b) Registrables y no registrables
Cosas no registrables, son aquellas que por su poca importancia económica y su difícil
identificación individual están sustraídas a la publicidad registral: se regirán por un
sistema distinto al de los bienes muebles registrables.
Cosas registrables, son aquellas que por su importancia económica y en virtud de su
posible identificación individual son susceptibles de una protección registral específica
(por ejemplo, un avión o aeronave, un buque…). Esta protección específica se canaliza
en la actualidad a través del Registro de Bienes Muebles.
Todos los inmuebles son registrables. Los muebles son, por regla general no
registrables, aunque hay excepciones.
Como bienes registrables existen registros como el de propiedad intelectual, el de
marca de comercio e industria, etc.
Su importancia practica corresponde a la exteriorización de tales derechos frente a
terceros y por en ende, a obtener una adecuada protección jurídica.

Frutos. Concepto. Clases. Productos. Concepto. Ejemplos en todos los casos.


ARTÍCULO 233.- Frutos y productos. Frutos son los objetos que un bien produce, de modo
renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia.
Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza, como la leche de los animales.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la tierra. Por
ejemplo, las legumbres y los cereales.
Frutos civiles son las rentas que la cosa produce. Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los
frutos civiles, o el precio de los alquileres.
Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen su
sustancia, como las piedras de una cantera o el de oro de una mina. Los frutos naturales e
industriales y los productos forman un todo con la cosa, si no son separados.

(Diferencias entre frutos y productos:


1. Los frutos se producen y reproducen regular y periódicamente, en tanto que los productos no son
reproducidos por la cosa de la cual se sacan.
2. Los frutos son “cosas nuevas” diversas de la cosa existente que los genera, mientras que los
productos, si se atiende a su naturaleza, se identifican con la cosa de la cual son separados.
3. La producción de los frutos no altera ni disminuye la sustancia de la cosa fructífera, en tanto que
la extracción de los productos, consume en la misma medida la cosa productora y la agota en un
lapso más o menos largo.)

Consecuencias prácticas de los productos


Cuando se hace referencia a las consecuencias prácticas del tema "Productos", se alude a que sepas
explicar que al tratarse de bienes no renovables, siempre hay obligación de restituirlos aun cuando
quien los haya poseído sea de buena o de mala fe, a diferencia de lo que ocurre con los frutos. El
art. 1935 te aclara mucho la cuestión. Esto tendría mucha relevancia, por ejemplo, en el caso de que
una persona declarada ausente con presunción de fallecimiento reapareciera vencido el período de
prenotación. Sus herederos, aunque hayan sido poseedores de buena fe de los bienes del ausente,
deberían devolverle los productos extraídos, o en su caso, el equivalente a su valor.

Punto 3 Bienes con relación a las personas

Bienes de dominio público y privado del Estado


Los bienes del dominio público pertenecen al Estado en su carácter de órgano político de la
sociedad humana.
ARTÍCULO 235.- Son bienes pertenecientes al dominio público, excepto lo dispuesto por leyes
especiales:
a. el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la legislación
especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona contigua, la zona económica exclusiva
y la plataforma continental. Se entiende por mar territorial el agua, el lecho y el subsuelo;
b. las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas marítimas; se
entiende por playas marítimas la porción de tierra que las mareas bañan y desocupan durante las
más altas y más bajas mareas normales, y su continuación hasta la distancia que corresponda de
conformidad con la legislación especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;
c. los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y lagunas
navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud
de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del
ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la
medida de su interés y con sujeción a las disposiciones locales. Se entiende por río el agua, las
playas y el lecho por donde corre, delimitado por la línea de ribera que fija el promedio de las
máximas crecidas ordinarias. Por lago o laguna se entiende el agua, sus playas y su lecho,
respectivamente, delimitado de la misma manera que los ríos;
d. las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva, la
plataforma continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas
navegables, excepto las que pertenecen a particulares;
e. el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de la Nación Argentina,
de conformidad con los tratados internacionales y la legislación especial;
f. las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para utilidad
o comodidad común; g. los documentos oficiales del Estado;
h. las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos.

Los bienes del dominio privado del Estado se encuentran en la misma situación que los bienes de
los particulares, pudiendo ser objeto de idénticas operaciones.

ARTÍCULO 236.- Pertenecen al Estado nacional, provincial o municipal, sin perjuicio de lo


dispuesto en leyes especiales:
a. los inmuebles que carecen de dueño;
b. las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda otra de interés similar,
según lo normado por el Código de Minería;
c. los lagos no navegables que carecen de dueño;
d. las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto los tesoros;
e. los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cualquier título.

Bienes y Aguas de los particulares


ARTÍCULO 238.- Bienes de los particulares. Los bienes que no son del Estado nacional,
provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o municipal, son bienes de los particulares sin
distinción de las personas que tengan derecho sobre ellos, salvo aquellas establecidas por leyes
especiales.
ARTÍCULO 239.- Aguas de los particulares. Las aguas que surgen en los terrenos de los
particulares pertenecen a sus dueños, quienes pueden usar libremente de ellas, siempre que no
formen cauce natural. Las aguas de los particulares quedan sujetas al control y a las restricciones
que en interés público establezca la autoridad de aplicación. Nadie puede usar de aguas privadas en
perjuicio de terceros ni en mayor medida de su derecho. Pertenecen al dominio público si
constituyen cursos de agua por cauces naturales. Los particulares no deben alterar esos cursos de
agua. El uso por cualquier título de aguas públicas, u obras construidas para utilidad o comodidad
común, no les hace perder el carácter de bienes públicos del Estado, inalienables e imprescriptibles.
El hecho de correr los cursos de agua por los terrenos inferiores no da a los dueños de éstos derecho
alguno.

Limitaciones al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes.


ARTÍCULO 240.- Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes. El ejercicio de
los derechos individuales sobre los bienes debe ser compatible con los derechos de incidencia
colectiva. Debe conformarse a las normas del derecho administrativo nacional y local dictadas en el
interés público y no debe afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la
flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los
criterios previstos en la ley especial.

Bienes fuera del comercio. Concepto


ARTÍCULO 234.- Bienes fuera del comercio. Están fuera del comercio los bienes cuya
transmisión está expresamente prohibida:
a. por la ley;
b. por actos jurídicos, en cuanto este Código permite tales prohibiciones. Bienes inajenables (cosas
y servicios ilegales), como la marihuana.

Punto 4 Patrimonio. Concepto


Conjunto de bienes y obligaciones de una persona susceptibles de apreciación pecuniaria.

El patrimonio como atributo de la personalidad


Según el art. 154, la persona jurídica debe tener un patrimonio. Ésta en formación puede inscribir
preventivamente a su nombre los bienes registrables.
Para Aubry y Rau el patrimonio es la emanación de la personalidad y la expresión de la potestad
jurídica de que esta investida una persona.
Llambías lo acompaña admitiendo que no puede haber persona sin patrimonio, porque siendo los
bienes exteriores medios necesarios para alcanzar los fines humanos, no es imaginable un ser tan
indigente que carezca de toda clase de medios, ya que si así fuera necesariamente moriría.
Caracteres
- Es una universalidad jurídica (pues la unidad de la pluralidad de los elementos que lo componen
esta dada por la ley);
- Es necesario (todo patrimonio pertenece a un titular, que es visible o ideal, y correlativamente a
toda persona corresponde un patrimonio general).
- Es único e indivisible
- Es inalienable (no puede existir sino en cabeza del titular)
- Es idéntico a sí mismo, no obstante las evoluciones de su contenido.

Diversas doctrinas
Doctrina clásica
Aubry y Rau plantean que cada persona no tiene más que un patrimonio.
Llambías realiza una crítica ante esto: “desde el punto de vista de la técnica jurídica y del derecho
en general, permite explicar por qué los acreedores pueden dirigirse contra un bien cualquiera del
deudor...” lo que es pasible de crítica es la unidad del patrimonio, pues si los bienes exteriores están
al servicio del hombre no se ve por qué para el mejor desempeño de esa función, no puedan
segregarse algunos de ellos del resto para afectarlos a un fin determinado y especial. Por esto es que
en nuestro sistema, dice, que es compatible el reconocimiento de un único patrimonio general, con
diversos patrimonios especiales del mismo sujeto.

Doctrina alemana
Von Turh dice que el patrimonio resulta de un conjunto de derechos que reciben unidad por
corresponder a un mismo sujeto; de esta unidad se deriva que los hechos jurídicos y las relaciones
que atañen al titular producen sus efectos sobre todos los derechos que en cada momento integran el
patrimonio. En cambio, la unidad se pierde cuando un conjunto de derechos cuyos elementos
posiblemente son mutables, está regido por normas especiales.
En suma, el fundamento de la teoría del patrimonio no está en la persona del titular sino en los fines
que es dable obtener con los bienes.
Entonces el patrimonio general está formado por la masa de bienes de que dispone el titular para
obtener cualesquiera fines que se proponga; en cambio, los patrimonios especiales son, como define
Brinz, “bienes afectados a un fin determinado”.

Doctrina nacional
En cuanto a los caracteres, la diferencia con los del patrimonio general es que el patrimonio
especial no es necesario ni único (puede haber varios simultáneamente).

Patrimonios especiales. Casos en la ley argentina


Los casos en la ley argentina de patrimonios especiales son:
El patrimonio especial es un conjunto de bienes afectados a un fin determinado, y sometidos a un
régimen legal especial. Entre estos pueden mencionarse:
- El patrimonio de la herencia
- El patrimonio del presunto muerto durante el período de prenotación del dominio transmitido a los
herederos;
- La masa de bienes del deudor que ha sido desapoderado de sus bienes; o el de los integrantes del
fondo de comercio.
- El mismo patrimonio, si los acreedores del causante hacen valer la separación de patrimonios.
Ambos patrimonios (general y especial) son tratados por la misma ley, por eso son universalidades
de derecho.

Los nuevos bienes adquiridos por el titular ingresan al patrimonio general a no ser que:
1) La ley establezca que sean incluidos al patrimonio especial.
2) Provengan de inversiones o movimientos comerciales del patrimonio especial.
3) Sean productos o frutos de los mismos bienes del patrimonio especial.

Punto 5 El patrimonio como garantía de los acreedores


El patrimonio es la prenda común de los acreedores, esto significa que todos los bienes
que integran el patrimonio o que se incorporen a él, responden por las deudas de su titular, por lo
que los acreedores pueden obtener la venta judicial de aquellos para cobrarse de su producido.
Análisis de los arts. 242 y 743.
Art. 242
El patrimonio de la persona, conformado por bienes y cosas susceptibles de valor económico, es la
garantía común de los acreedores. Aunque existen bienes excluidos en respecto a las necesidades
vitales básicas del titular, de su familia o de interés colectivo. Son los llamados patrimonios
especiales que deben ser autorizados por ley y cuyos acreedores cuentan con la garantía de los
bienes que los integran.
El Código, a diferencia del derogado, no define al patrimonio. No obstante, el art. 15 refiere que las
personas son titulares de los derechos individuales sobre los bienes que integran su patrimonio.
Esos bienes susceptibles de valor económico los distingue conforme a la clasificación clásica,
denominando cosas a los materiales.
El Código consagra, además, la existencia de bienes carentes de valor económico (el ambiente, el
cuerpo humano y sus partes).
Establece la función de garantía común de los acreedores del patrimonio.
La garantía, en el Derecho de los Contratos, se estudia como un reforzamiento del crédito del
acreedor, agregando un obligado más al deudor originario.
Art. 743
El articulo determina de que todos los bienes del deudor, presentes y futuros, constituyen la garantía
de cobro de sus acreedores, quienes pueden ejecutarlos judicialmente para satisfacer sus créditos y
solo en la medida de dicho interés, es decir, ejercida en los límites necesarios para la satisfacción
del crédito, poniendo, de este modo, barreras al ejercicio abusivo de ejecución. Todos los
acreedores tienen esta facultad de ejecución, de manera igualitaria. Si varios acreedores pretenden
cobrar su crédito sobre los mismos bienes, ejecutará aquel que, según las leyes procesales, esté
primero en condiciones de hacerlo. Sin perjuicio del derecho de cobro preferente que corresponda si
existen causales legales.
Acreedores. Concepto.
Un acreedor es aquella persona, física o jurídica, que legítimamente está autorizada para exigir el
pago o cumplimiento de una obligación contraída con anterioridad.

Diferentes denominaciones según el crédito o el derecho del que son titulares.

1) Acreedores Privilegiados: son los provistos por la ley de algún privilegio, consistente en el
derecho de ser pagado con preferencia a otro. Los privilegios son calidades accesorias de los
créditos en razón de la naturaleza de éstos, por ejemplo: proveedor impago de materiales sobre el
inmueble construido con éstos. El deudor no puede construir privilegios a favor de tal o cual
acreedor. Se diferencian dos clases de privilegios:
a) Generales: recaen sobre todos los bienes del deudor o sus cosas muebles en total. Tienen
privilegios generales los acreedores por gobierno de justicia, los sueldos y salarios de dependientes
que corresponden a los seis meses anteriores a la apertura del concurso.
b) Especiales: aquellos cuyo asiento recae sobre un bien determinado del deudor. Por ejemplo:
privilegios del acreedor por trabajos de conservación de una cosa mueble sobre el precio de la cosa.

2) Acreedores munidos de garantía real: son aquellos que tienen establecido un derecho real a su
favor sobre algún bien determinado del deudor. Tales son los acreedores hipotecarios o prendarios.
El primero es titular de un derecho real establecido en seguridad de un crédito en dinero sobre
bienes inmuebles que continúa en poder del deudor.
El segundo ha constituido una prenda sobre una cosa mueble del deudor, consiste en su retención en
garantía del cumplimiento de la deuda.

3) Acreedores Quirografarios: Son los que carecen de toda preferencia. Su derecho se hace efectivo
una vez desinteresados los acreedores protegidos y los munidos de garantía real. Si el capital
sobrante no alcanza para pagar a los acreedores quirográficos en el exacto monto de la deuda, se
hace un pago por prorrata de los créditos respectivos, es decir se distribuye el activo realizado del
deudor entre los acreedores en proporción al monto nominal de sus créditos. De ese modo cada
acreedor sufre la misma merma proporcional, manteniendo el principio de igualdad de los
acreedores frente al patrimonio.

Efectos de la distinción.
El principio de que el patrimonio es prenda común de los acreedores autoriza a estos a
ejercer las acciones judiciales tendientes, en definitiva, a vender judicialmente los bienes que
integran ese patrimonio, para cobrarse de su producido. Para esto se organizan diversas medidas
judiciales.

Medidas para asegurar la ejecución de los bienes del deudor:


a) Medidas precautorias.
También llamadas medidas cautelares, tienden a asegurar el cumplimiento de una sentencia
futura. Tales medidas son: embargo, inhibición y anotación de litis.

- Embargo: es una orden judicial que inmoviliza un bien determinado en el patrimonio del
deudor, quien queda impedido para enajenar ese objeto. Si éste es una cosa inmueble, el
embargo se traba mediante la anotación de la orden judicial en el Registro de la Propiedad.
En cambio si se trata de una cosa mueble, se produce el secuestro de la cosa que es puesta
bajo depósito judicial, aunque si es un mueble de características registrables, se anota el
embargo en el respectivo registro (x ej: automóvil).
- Inhibición: cuando se ignoran los bienes del deudor no es posible recurrir al embargo.
Ante esto queda la posibilidad de decretar la inhibición general de bienes, que el juez
dispondrá se anote en el Registro de la Propiedad y que durante cinco años impedirá al
deudor enajenar los bienes inmuebles que tenga (o llegue a tener por cualquier título).
- Anotación de Litis: consiste en anotar en el Registro de la Propiedad la existencia de un
litigio que tiene por objeto el bien en cuestión, con el objeto de informar a terceros que el
bien referido es litigioso, o sea, que quien promovió la demanda, y peticionó el registro del
juicio existente, pretende derechos sobre él. Así el que pretenda adquirir ese bien está
alertado de la situación, y si bien podrá comprarlo, ya que a diferencia del embargo o de la
inhibición, la anotación de litis no retira el bien del comercio, ni lo inmoviliza, no podrá
alegar luego que desconocía tal situación, y no podrá oponerse a la devolución del mismo si
el demandante triunfa en el reclamo.
b) Acciones integrativas.
Cuando el deudor se encuentra insolvente o sometido a la acción de sus acreedores, puede
intentar eludir la acción de estos mediante la enajenación de sus bienes, real o ficticia, y
despreocuparse de la percepción de sus créditos. Para evitar el efecto dañoso que tales
conductas producen a los acreedores, se organizan tres acciones:
1) Acción subrogatoria: es concedida a cualquier acreedor para que sustituya a su deudor
en las acciones judiciales tendientes a la percepción de los créditos o reconocimiento de
otros derechos patrimoniales de que este fuere titular. Así, si el deudor es comprador de
un inmueble en virtud de un boleto de compra-venta, y no ejerce la acción de
escrituración, puede ser subrogado por su acreedor en el ejercicio de esta.
2) Acción de simulación: tiene lugar cuando los deudores “simulan” un acto (generalmente
la venta de un bien) para no pagar a sus acreedores. Esta acción intenta demostrar que
los bienes aparentemente enajenados continúan siendo parte del patrimonio del deudor.
Si esto se demuestra, el acreedor puede cobrarse los créditos de ese bien.
3) Acción revocatoria: la ley considera actos hechos en fraude a los acreedores a aquellos
actos de enajenación que provocan o agravan la insolvencia, por lo que cualquier
acreedor quirografario de fecha anterior al negocio jurídico del que se trate, puede
promover la acción destinada a que ese acto sea declarado inoponible a él.
c) Acciones ejecutivas individuales.
Es aquella acción que cada acreedor inicia y prosigue por su propia cuenta y en su exclusivo
interés. Para llegar a la venta de los bienes de su deudor el acreedor debe embargar los
bienes de que se trate. El embargo constituye una vía preliminar para la ejecución de los
bienes del deudor.
Una vez realizado el embargo se procede a la venta de los bienes. Vendidos los bienes el
acreedor embargante procede a cobrarse sobre el precio, y si algo queda pertenece al deudor.
Esto se llama liquidación de bienes.
d) Acciones colectivas.
Los acreedores pueden por medio del concurso civil o comercial pedir la venta de los bienes
del deudor y liquidación de sus negocios en un pie de igualdad, lo que se hace dentro del
procedimiento de la quiebra.

Bienes excluidos de la garantía común, bienes inembargables.


ARTÍCULO 744.- Bienes excluidos de la garantía común. Quedan excluidos de la
garantía prevista en el artículo 743:
a. las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o conviviente, y de sus hijos;
b. los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la profesión, arte u oficio del deudor;
c. los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame su precio de venta, construcción o
reparación;
d. los bienes afectados a cualquier religión reconocida por el Estado;
e. los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las servidumbres prediales, que sólo pueden
ejecutarse en los términos de los artículos 2144, 2157 y 2178;
f. las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño material derivado de
lesiones a su integridad psicofísica;
g. la indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al conviviente y a los hijos con
derecho alimentario, en caso de homicidio;
h. los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes.

El régimen de afectación de la vivienda.


ARTÍCULO 244.- Afectación. Puede afectarse al régimen previsto en este Capítulo, un inmueble
destinado a vivienda, por su totalidad o hasta una parte de su valor. Esta protección no excluye la
concedida por otras disposiciones legales. La afectación se inscribe en el registro de la propiedad
inmueble según las formas previstas en las reglas locales, y la prioridad temporal se rige por las
normas contenidas en la ley nacional del registro inmobiliario. No puede afectarse más de un
inmueble. Si alguien resulta ser propietario único de dos o más inmuebles afectados, debe optar por
la subsistencia de uno solo en ese carácter dentro del plazo que fije la autoridad de aplicación, bajo
apercibimiento de considerarse afectado el constituido en primer término.
ARTÍCULO 245.- Legitimados. La afectación puede ser solicitada por el titular registral; si el
inmueble está en condominio, deben solicitarla todos los cotitulares conjuntamente. La afectación
puede disponerse por actos de última voluntad; en este caso, el juez debe ordenar la inscripción a
pedido de cualquiera de los beneficiarios, o del Ministerio Público, o de oficio si hay beneficiarios
incapaces o con capacidad restringida. La afectación también puede ser decidida por el juez, a
petición de parte, en la resolución que atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o en el que
resuelve las cuestiones relativas a la conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o
con capacidad restringida.
ARTÍCULO 246.- Beneficiarios. Son beneficiarios de la afectación: a. el propietario constituyente,
su cónyuge, su conviviente, sus ascendientes o descendientes; b. en defecto de ellos, sus parientes
colaterales dentro del tercer grado que convivan con el constituyente.
ARTÍCULO 247.- Habitación efectiva. Si la afectación es peticionada por el titular registral, se
requiere que al menos uno de los beneficiarios habite el inmueble. En todos los casos, para que los
efectos subsistan, basta que uno de ellos permanezca en el inmueble.
ARTÍCULO 248.- Subrogación real. La afectación se transmite a la vivienda adquirida en
sustitución de la afectada y a los importes que la sustituyen en concepto de indemnización o precio.
ARTÍCULO 249.- Efecto principal de la afectación. La afectación es inoponible a los acreedores
de causa anterior a esa afectación. La vivienda afectada no es susceptible de ejecución por deudas
posteriores a su inscripción, excepto: a. obligaciones por expensas comunes y por impuestos, tasas o
contribuciones que gravan directamente al inmueble; b. obligaciones con garantía real sobre el
inmueble, constituida de conformidad a lo previsto en el artículo 250; c. obligaciones que tienen
origen en construcciones u otras mejoras realizadas en la vivienda; d. obligaciones alimentarias a
cargo del titular a favor de sus hijos menores de edad, incapaces, o con capacidad restringida. Los
acreedores sin derecho a requerir la ejecución no pueden cobrar sus créditos sobre el inmueble
afectado, ni sobre los importes que la sustituyen en concepto de indemnización o precio, aunque sea
obtenido en subasta judicial, sea ésta ordenada en una ejecución individual o colectiva. Si el
inmueble se subasta y queda remanente, éste se entrega al propietario del inmueble. En el proceso
concursal, la ejecución de la vivienda sólo puede ser solicitada por los acreedores enumerados en
este artículo.
ARTÍCULO 250.- Transmisión de la vivienda afectada. El inmueble afectado no puede ser objeto
de legados o mejoras testamentarias, excepto que favorezcan a los beneficiarios de la afectación
prevista en este Capítulo. Si el constituyente está casado o vive en unión convivencial inscripta, el
inmueble no puede ser transmitido ni gravado sin la conformidad del cónyuge o del conviviente; si
éste se opone, falta, es incapaz o tiene capacidad restringida, la transmisión o gravamen deben ser
autorizados judicialmente.
ARTÍCULO 251.- Frutos. Son embargables y ejecutables los frutos que produce el inmueble si no
son indispensables para satisfacer las necesidades de los beneficiarios.
ARTÍCULO 252.- Créditos fiscales. La vivienda afectada está exenta del impuesto a la transmisión
gratuita por causa de muerte en todo el territorio de la República, si ella opera a favor de los
beneficiarios mencionados en el artículo 246, y no es desafectada en los cinco años posteriores a la
transmisión. Los trámites y actos vinculados a la constitución e inscripción de la afectación, están
exentos de impuestos y tasas.
ARTÍCULO 253.- Deberes de la autoridad de aplicación. La autoridad administrativa debe prestar
asesoramiento y colaboración gratuitos a los interesados a fin de concretar los trámites relacionados
con la constitución, inscripción y cancelación de esta afectación.
ARTÍCULO 254.- Honorarios. Si a solicitud de los interesados, en los trámites de constitución
intervienen profesionales, sus honorarios no pueden exceder en conjunto el uno por ciento de la
valuación fiscal. En los juicios referentes a la transmisión hereditaria de la vivienda afectada y en
los concursos preventivos y quiebras, los honorarios no pueden exceder del tres por ciento de la
valuación fiscal.
ARTÍCULO 255.- Desafectación y cancelación de la inscripción. La desafectación y la cancelación
de la inscripción proceden: a. a solicitud del constituyente; si está casado o vive en unión
convivencial inscripta se requiere el asentimiento del cónyuge o del conviviente; si éste se opone,
falta, es incapaz o tiene capacidad restringida, la desafectación debe ser autorizada judicialmente; b.
a solicitud de la mayoría de los herederos, si la constitución se dispuso por acto de última voluntad,
excepto que medie disconformidad del cónyuge supérstite, del conviviente inscripto, o existan
beneficiarios incapaces o con capacidad restringida, caso en el cual el juez debe resolver lo que sea
más conveniente para el interés de éstos; c. a requerimiento de la mayoría de los condóminos
computada en proporción a sus respectivas partes indivisas, con los mismos límites expresados en el
inciso anterior; d. a instancia de cualquier interesado o de oficio, si no subsisten los recaudos
previstos en este Capítulo, o fallecen el constituyente y todos los beneficiarios; e. en caso de
expropiación, reivindicación o ejecución autorizada por este Capítulo, con los límites indicados en
el artículo 249.
ARTÍCULO 256.- Inmueble rural. Las disposiciones de este Capítulo son aplicables al inmueble
rural que no exceda de la unidad económica, de acuerdo con lo que establezcan las
reglamentaciones locales.

Bolilla 10
Punto 1 La causa de la relación jurídica: teoría general de los hechos y actos jurídicos

Toda relación jurídica está sujeta al principio de razón suficiente, que conduce a la investigación de
la causa de dicha relación jurídica, es decir que esta reconoce su origen en un hecho que le antecede
y su índole y calidad depende la índole y calidad del hecho que constituye su causa.

Función de los hechos en el derecho


(de Velez) si los derechos nacen, si se modifican, si se transfieren de una persona a otra, si se
extinguen es siempre a consecuencia o por medio de un hecho. No hay derecho que no provenga de
un hecho, y precisamente de la variedad de hechos procede la variedad de los derechos.
Esta trascendencia de los hechos resulta verificada por el análisis de la norma jurídica, que muestra
en ella dos partes definidas. La primera, esta constituida por los hechos previstos por la ley. Y la
segunda (parte dispositiva) se refiere al deber ser, que el supuesto que los hechos mentados por la
ley ocurran en la forma prevista por ella.

Punto 2 Los HECHOS jurídicos


Son los acontecimientos que, conforme al ordenamiento jurídico, producen el nacimiento,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas (art. 257).

Clasificación de los hechos juridicos


La clasificación de los hechos jurídicos adopta como principio la causa que los produce.

Hechos externos Actos jurídicos: realizados con el fin de pro-


(no humanos, accidentales o naturales): ducir la adquisición, modificación, transferen-
aquellos cuya causa es extraña al hombre cia o adquisición de un d` (matrimonio).
(terremonos, fallecimientos por causas
naturales, etc.)

Licitos:
Los que la
ley no prohíbe
Voluntarios:
Realizados con discernimiento,
H.J intención y libertad
Actos lícitos: no son ejecu-
Hechos humanos o Actos: tados con propósito alguno
aquellos que provienen del hombre (cultivo de un campo).
(revisten mayor importancia para el D`) Involuntarios: delitos:
realizados sin discernimiento, ilícitos: ejecutado con
intención ni libertad los reprobados dolo
por la ley

cuasidelitos:
ejecutado
con culpa

Análisis del art. 257 del CCyCN


El hecho jurídico es un supuesto descripto por la norma, que puede ser humano o natural, y al que
se le asignan efectos.
En su estructura, los hechos jurídicos no tienen diferencia con los simples hechos, pero los primeros
son significativos para el Derecho en la medida que resultan relevantes para establecer una relación
de causalidad que liga a ese acontecimiento con los efectos que se producen en su órbita. Estos
efectos son el nacimiento, la modificación o la extinción de relaciones o de situaciones jurídicas.
Los hechos jurídicos pueden provenir de la naturaleza o del hombre. También los estados psíquicos
pueden constituirse en hechos jurídicos, en tanto se exterioricen o sean exteriorizados o inferidos a
partir de otros hechos. Asi, por ejemplo, la intención de causar un daño que es captada por el
Derecho puede agravar la responsabilidad del agente. Como así también los hechos futuros son
considerados hechos jurídicos.
La fuente productora de efectos es el ordenamiento jurídico, que abarca a la ley, a la costumbre, a
la jurisprudencia.
En cuanto a la reforma del Código se han simplificado las normas y el lenguaje para hacerlo más
comprensible.
También amplio la base constituida por el hecho, la relación y la situación jurídica, lo cual importa
una visión más realista y actualizada de la fenomenología jurídica.

Acto voluntario. Elementos internos. Enumeración. Concepto y causas obstativas


El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que se manifiesta por un
hecho exterior (art. 260). Elementos internos:
a. Discernimiento: consiste en la aptitud del espíritu humano que permite distinguir lo verdadero de
lo falso, lo justo de lo injusto, y apreciar las consecuencias convenientes o inconvenientes de las
acciones humanas.
Las causas obstativas del discernimiento son:
Las causas obstativas del discernimiento están actualmente en el art. 261 del Código Civil y
Comercial de la Nación. Guardan similitud con el régimen de Vélez, salvo que se modifica la edad
para el discernimiento de actos lícitos (13 años).

b. Intención: consiste en el propósito de la voluntad en la realización de cada uno de los actos


conscientes. La ausencia de intención se caracteriza por la discordancia entre el fin o propósito del
acto y el resultado que éste produce. Cuando hay concordancia entre el fin del acto y el resultado
obtenido, entonces el acto es intencionado.
Causas obstativas: la intención es afectada por los vicios de error y dolo, en tanto y en cuanto
importan que la facultad de entender ha sido incorrectamente aplicada en el acto en concreto, ya sea
por una causa propia (falta de conocimiento o conocimiento insuficiente: error) o por causa ajena
(error provocado: dolo).

c. Libertad: es la posibilidad de elegir entre varias opciones, con ausencia de coacción externa.
Causas obstativas: la libertad es afectada por el vicio de violencia (fuerza o intimidación).

Elementos externos. La declaración de voluntad. La declaración de voluntad es una conducta


mediante la cual se exterioriza la voluntad del agente.

Distintas clases de manifestación de la voluntad.


a) DECLARACIÓN EXPRESA: se realiza a través de diversos medios: expresión oral,
expresión escrita, y expresión por signos inequívocos con referencia a determinados
objetos.
b) DECLARACIÓN TÁCITA: es el resultado de la conexión de diversos actos cumplidos por
el sujeto que, por su trabazón lógica, muestran la existencia de una determinada voluntad en
el agente, con independencia de la intención de exteriorizarla que este haya tenido. El
ejemplo de esta clase es el silencio.
El silencio como manifestación de la voluntad.
El silencio no es considerado como una manifestación de voluntad, conforme al acto o a la
interrogación sino en los casos en que haya una obligación de explicarse por la ley o por las
relaciones de familia, o a causa de una relación entre el silencio actual y las declaraciones
precedentes.

Análisis de los arts. 263 y 264 del CCyC.


Art. 263: este artículo es similar al art. 919 del código anterior, aunque agrega la referencia a los
“usos y prácticas” en armonía con el fenómeno de los contratos de consumo.
Contrariamente a lo que surge del conocido adagio “el que calla otorga”, en Derecho el
silencio no significa ni sí ni no; esto es, no se infiere de él ni aceptación ni rechazo. Es un hecho
neutro, no unívoco. El artículo enuncia distintas excepciones, en las cuales la ley atribuye valor al
silencio en determinados supuestos.
También se modifica la redacción de la norma y se incorporan como excepciones al valor
neutro del silencio las que pudieren surgir de los usos y prácticas, fórmula que alude a las relaciones
de consumo y deja abierta la posibilidad de ampliar el catálogo de excepciones.
Art. 264: a la expresión tácita también se la denomina indirecta. Cuando se trata de comprobar si a
partir de una conducta se configura o no una manifestación tácita de la voluntad, es preciso realizar
un juicio de valor para ponderar las características del acto y de sus circunstancias. Para que esto
sea eficaz es necesario que la ley no exija una manifestación expresa o positiva. Además es preciso
que el emisor no haya aclarado previamente que el acto no implica una manifestación de voluntad.
Así, un ejemplo seria si un sujeto entrega a otro una cosa mueble, de ese sólo comportamiento no
puede inferirse si existió compraventa, depósito, etc., pero si podrá establecerse cuál es el acto que
se realiza de otras circunstancias simultáneas o concomitantes.
Configuran una manifestación tácita de la voluntad los supuestos en que el acreedor devuelve al
deudor el instrumento en que consta la obligación, ya sea por haber pagado o porque el acreedor
hizo remisión de la deuda; la persona que recibe habitualmente mercadería de un comerciante y no
la rechaza, sino que la vende, significa que la ha aceptado.
En cuanto al significado de la reforma, simplifica la redacción del art. anterior (918) y
elimina las excepciones que contenía que, en rigor, eran superfluas por cuanto si quien la emite
simultáneamente manifiesta su protesta o disconformidad con el acto o emite una manifestación
expresa en contrario, existe total certeza y deja de existir la típica característica de la manifestación
tácita de voluntad.

Declaraciones recepticias y no recepticias. Conceptos.


Son recepticias aquellas declaraciones que se emiten hacia una persona a quien afectan; por
ejemplo, la oferta dirigida a persona determinada, la aceptación, la declaración de ejercicio de
facultades emanadas del contrato, el consentimiento matrimonial.
No recepticias son aquellas en que falta un destinatario determinado: la oferta al público, el
testamento.

Punto 3 Consecuencias del acto voluntario.


La observación del campo social sometida al derecho, permite comprobar la conexión que hay entre
los hechos, en los que se descubre un hecho generador o creador (antecedente) y otro hecho
generado o creado (consecuencia). Pero generalmente hay varios factores o acontecimientos que
condicionan los sucesivos fenómenos y que se interfieren recíprocamente en sus respectivas
derivaciones, entonces muchas veces el hecho reputado originario se conecta con otro hecho
diferente que modifica las consecuencias intrínsecas del primero, tanto que se convierte en causa
eficiente (concausa) de nuevas derivaciones. El tiempo también opera como factor, alejando y
borrando de nuestra conciencia los antecedentes de los hechos que capta nuestro entendimiento.
Todos estos factores hacen la teoría de la imputabilidad de los actos voluntarios y de sus
consecuencias.
En principio es al hombre, en su carácter de causa inteligente y libre de la actividad que realiza, a
quien deberán atribuirse las consecuencias de esa actividad que provoca. Pero también hay que
reconocer que la voluntad del sujeto está condicionada por elementos externos que producen sus
propias derivaciones que concurren con las de la actividad originaria del sujeto, que muchas veces
no coincide con la intención de éste.
Por eso es importante establecer un criterio que permite resolver cuales consecuencias son
imputables al agente y cuáles no.
Relación de causalidad: distintas teorías acerca de su extensión

Teoría de la reparación integral.


Es una solución simple que atribuye al agente las consecuencias derivadas de sus actos, sin tomar
en cuenta la intención del sujeto, ni su posibilidad de prever las contingencias ocurridas, sólo hay
que demostrar la relación de causalidad entre el acto del sujeto y los efectos producidos, para
exigirle la consiguiente responsabilidad del agente por todas las consecuencias que le son
físicamente imputables. Esta teoría ha sido criticada, debido a que falta un criterio de severidad, ya
que si se sigue esta teoría se podría imputar graves consecuencias jurídicas a un hecho menor.
Teoría de la reparación justa.
La responsabilidad se basa en la aptitud que tiene el sujeto de conocer y aceptar las consecuencias
de sus actos voluntarios, en razón de la cual la ley lo hace posible de una sanción resarcitoria; la
extensión de la responsabilidad debe quedar regulada por la efectiva posibilidad en que haya estado
el agente para apreciar el efecto derivado de su actividad. Por lo que a menor negligencia menor
responsabilidad; a la intención dolosa máxima responsabilidad.
El fundamento de esta teoría de la imputabilidad de las Actos Voluntarios puede resumirse en
cuatro principios:
1) La base de la responsabilidad radica en la posibilidad que tiene el sujeto de prever las
consecuencias de sus actos.
2) El segundo paso es considerar la magnitud del daño ocasionado.
3) Después, distinguir las causas del daño, para establecer la proporción en que el efecto total (daño
ocasionado) ha sido causado por el agente, y qué parte puede atribuirse a factores extraños (con
causa).
4) Finalmente la imputación, que corresponde al daño causado, en razón de la culpa o dolo del
agente.

TIPOS de consecuencias de los hechos voluntarios

Imputabilidad de las consecuencias INMEDIATAS.


Son aquellas que suelen suceder si ocurre el hecho originario, no son forzosas pues pueden
frustrarse por causas externas; estas consecuencias son siempre imputables al autor del hecho
voluntario. La ley estima que como son consecuencias naturales el agente no ha podido dejar de
preverlas; aunque el autor pruebe que su intención no era provocar esa consecuencia, no se desliga
de su responsabilidad. Ej: si una persona le dispara a otra, la consecuencia inmediata será la herida
o muerte, el autor es responsable de esas consecuencias.

Imputabilidad de las consecuencias MEDIATAS.


Estas derivan de la conexión del hecho originario con otro acontecimiento diferente, no asociado
necesariamente al primero. Las consecuencias mediatas son también imputables al autor del hecho,
cuando las hubiera previsto, y cuando empleando la debida atención y conocimiento de la cosa haya
podido preverlas.
Hay tres supuestos:
1) El sujeto previó la consecuencia dañosa y obró (dolo), entonces se le imputan las consecuencias
y hay responsabilidad del sujeto. Ej: administra anestesia a un enfermo del corazón, previendo la
muerte de éste.
2) El sujeto no previó la consecuencia pero pudo hacerlo (culpa), entonces hay igualmente
imputación y responsabilidad. Ej: el doctor que dio una anestesia sin examen previo.
3) El sujeto no previó la consecuencia ni pudo preverla (caso fortuito) entonces no hay imputación
de las consecuencias. Ej: la enfermera siguiendo instrucciones suministra una droga que el paciente
no tolera.
Quien pretenda la imputación de las consecuencias mediatas, requerirá además de la prueba de que
el sujeto fue realmente el autor del hecho, la prueba de la culpa con respecto de las consecuencias;
no necesitará prueba, si ha mediado dolo por parte del agente.

Imputabilidad de las consecuencias CAUSALES.


Son las consecuencias mediatas que no pueden preverse. Por ejemplo, quiero hacerle una broma a
un amigo y lo asusto, causándole un infarto, no teniendo conocimiento de la enfermedad cardiaca.

Su imputación: sistema del CCyCN


Art. 1726: Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de
causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan
las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
Art. 1727: Tipos de consecuencias. Las consecuencias de un hecho que acostumbran a suceder
según el curso natural y ordinario de las cosas, se llaman en este Código “consecuencias
inmediatas”. Las consecuencias que resultan solamente de la conexión de un hecho con un
acontecimiento distinto, se llaman “consecuencias mediatas”. Las consecuencias mediatas que no
pueden preverse se llaman “consecuencias casuales”.

Imputabilidad y factores de atribución


Para que la conducta antijurídica genere el deber de reparar es preciso que sea imputable. Existen
dos criterios de atribución: un criterio subjetivo, que parte de la idea de reproche moral que se dirige
al autor de una conducta ilícita y que da fundamento a la obligación de resarcir el daño causado. Sus
factores de atribución son la culpa y dolo.
Y otro criterio objetivo, que prescinde del juicio de reproche contra el autor de la conducta dañosa,
imponiendo el resarcimiento del daño en virtud de un factor de atribución objetivo que opera en
virtud de la ley. Sus factores de atribución son el riesgo, la garantía, la equidad, el abuso del
derecho y el exceso de la normal tolerancia entre vecinos.

Breve referencia a responsabilidad civil subjetiva y objetiva


La responsabilidad civil sienta su punto de mira en la victima del daño y pretende su reparación
integral. De modo que se desprende de consideraciones de tipo moral; el fundamento de atribución
del deber de reparar no es el castigo o censura, sino el derecho de la víctima a que le sea restituida
la situación anterior a la producción del hecho ilícito (responsabilidad civil objetiva). De todos
modos, el exceso de objetivismo que descarna totalmente el fenómeno de responsabilidad hace que
en algunos medios doctrinarios se aluda a la revalorización de los factores objetivos, que todavía
juegan su rol en el ámbito de las relaciones contractuales de medios, en las responsabilidades
profesionales y en la responsabilidad de los medios de prensa.
Presupuestos jurídicos para la reparación del daño
Son los siguientes:
- Autoría: existe siempre que la acción se trasunte como una emanación de la persona. Quedan
excluidos de acto humano y por lo tanto, no son susceptibles de ser considerados como actos
generadores de responsabilidad civil, los actos reflejos, los producidos en estado de inconciencia
total y los que son consecuencia de una fuerza irresistible.
- Antijuricidad: se refiere a la conducta transgresora de una norma jurídica que prohíbe dañar.
Puede ser específica (caso preciso de hacer u omitir) o genérica (violación de un principio genérico
que gobierna al orden público, las buenas costumbres, etc.)
- Factor de atribución (ya explicado)
- Daño: (art. 1737) En sentido amplio, hay daño cuando se lesiona cualquier derecho subjetivo. El
daño (en sentido estricto) es una lesión de un derecho subjetivo que genera responsabilidad. En la
esfera contractual el daño es presupuesto del resarcimiento y en el campo extracontractual no hay
acto ilícito punible “si no hubiese daño causado u otro acto exterior que lo pueda causar”.
Requisitos del daño:
• Debe ser CIERTO, es decir, debe haberse producido efectivamente o existir la
certidumbre de que se va a producir
• Debe ser PERSONAL DEL ACCIONANTE, de donde nadie puede reclamar
indemnización por el daño sufrido por otro
• Debe resultar de la LESIÓN DE UN DERECHO O INTERÉS LEGÍTIMO, de suerte
que haya “un damnificado jurídico”
• SUBSISTENCIA (según algunos autores), lo que alude a que no ha de haber sido
enjugado por el autor del ilícito al tiempo de accionar de reparación.
- Relación de causalidad: la relación de causa-efecto que ha de existir entre la conducta antijurídica
y el resultado dañoso.

Rubros que componen la reparación del daño en cuanto al acto voluntario.


Por último, los rubros que componen la reparación de los actos voluntarios alude a los tipos
de consecuencias que se reparan (art. 1727) y a los diferentes aspectos que debe comprender una
indemnización por un hecho ilícito (daño emergente, lucro cesante, pérdida de chance y
afectaciones a distintos aspectos personalísimos de la víctima) Todo lo tenés en el art. 1738 del
Código.

Punto 4 Teoría general del acto involuntario


Los hechos que fueren ejecutados sin discernimiento, intención y libertad, no producen por sí
obligación alguna.
Esto significa que el autor de un hecho involuntario carece de responsabilidad, por lo tanto, no se le
imputa ninguna de las consecuencias derivadas de su actividad.

ARTÍCULO 261.- Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento:


a. el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;
b. el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez años;
c. el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin perjuicio de lo
establecido en disposiciones especiales.
ARTÍCULO 1742.- Atenuación de la responsabilidad. El juez, al fijar la indemnización, puede
atenuarla si es equitativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y
las circunstancias del hecho. Esta facultad no es aplicable en caso de dolo del responsable.
ARTÍCULO 1750.- Daños causados por actos involuntarios. El autor de un daño causado por un
acto involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742. El
acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin
perjuicio de la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.

Bolilla 11

Punto 1 El acto o negocio jurídico. Concepto


Art 259: el acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.

Análisis del art. 259 del CCyC.


ARTÍCULO 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin
inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
(El acto jurídico es el acto voluntario lícito por el cual las personas regulan por sí mismas sus
propios intereses en las relaciones con otros, en tanto el Derecho enlaza efectos conforme a la
función que caracteriza a su tipo.
Conforme a una opinión que ha sido ampliamente aceptada, los actos jurídicos suelen estar
integrados por una triple fuente de efectos jurídicos: la voluntad de las partes, el ordenamiento
jurídico y, según el caso, la interpretación judicial.
En el acto el bien jurídico tutelado es la autonomía de la voluntad y su intención creadora
de efectos jurídicos).

Simple acto lícito y acto jurídico, diferencias.


El simple acto lícito es la acción voluntaria no prohibida por la ley de la que resulta alguna
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
En cuanto a la diferencia, radica en la finalidad del agente y su incidencia sobre el efecto jurídico.
En el simple acto lícito la producción del efecto jurídico nace de la ley con total precedencia de la
voluntad de quien actúa. Así, quien caza o pesca puede hacerlo por mero placer, pero la ley le
atribuye el dominio si el sujeto conserva el pez o la presa.
En cambio, en el acto o negocio jurídico el efecto jurídico se produce porque el sujeto lo quiere.

Clasificación doctrinaria de los actos jurídicos. Importancia práctica.


Onerosos: son aquellos que confieren alguna ventaja a alguna de las partes que a su vez queda
obligada a una contraprestación. Ej: compraventa, locación, etc.
Gratuitos: benefician exclusivamente a una sola parte, sin la obligación de una contraprestación. Ej:
donación, herencia, legado, etc.
Esta clasificación es importante respecto de la capacidad de las personas para otorgarla (el menor
emancipado no puede efectuar actos gratuitos entre vivos sobre hechos que haya recibido a título
gratuito, pero si puede por medio de autorización judicial, hacer enajenaciones a título oneroso de
esos bienes).
Formales: su validez depende de la celebración bajo la forma exclusivamente señalada por ley, por
ejemplo: matrimonio y testamento.
No formales: son aquellos cuya validez es independiente de la forma que se celebren. Ej: contratos.
Principales: su existencia no depende de la existencia de otro acto. Ej: matrimonio, compraventa,
etc.
Accesorios: su existencia depende de la existencia de otro acto, a los cuales acceden. Ej: hipoteca,
las concepciones nupciales.
Patrimoniales: son aquellos que tienen un contenido económico; de administración, de
conservación, de disposición.
Extrapatrimoniales: se refiere a derechos y obligaciones que no son traducibles a valores
económicos. Ej: reconocimiento de filiación, la adopción, el matrimonio.

Modalidades de los actos jurídicos


a) Condición. Concepto y clasificación
Es el acontecimiento futuro e incierto, del cual se hace depender el comienzo o la
finalización del acto jurídico (art. 343)
Puede ser
- suspensiva : su realización determina el nacimiento del acto. Ejemplo: “si aprobas todas
las materias te pago el viaje a Bariloche”;
- resolutoria: su realización produce la extinción del acto. Ejemplo: “comienzo a pagarte el
viaje a Bariloche, pero si desaprobás lo cancelo”.
b) Plazo. concepto y clasificación
Es el acontecimiento futuro y cierto, del cual se hace depender el comienzo o la
finalización del acto jurídico (art. 350).
Se divide en
- Suspensivo: difiere o suspende en el tiempo el ejercicio de un derecho a sustituir a su
titular. Ej: la obligación de restituir una suma de dinero en un mes;
- Resolutorio: denominado extintivo. Cuando llegado el plazo se produce la caducidad de
un derecho. Ej: la muerte de una persona extingue el derecho del acreedor a la renta
vitalicia;
La doctrina sostiene que resolutorio es una mala denominación porque el plazo no opera
retroactivamente sino a partir de la fecha en que ocurre.
- Cierto: es cuando se conoce de antemano el momento de su realización o cuando fuese
fijado para terminar en designando año, mes o día. Ej: un pagaré a 90 días;
- Incierto: cuando fuese fijado con relación a un hecho necesario para determinar el día en
que ese hecho ocurra. Ej: el monto a pagar cuando se recoja la cosecha;

c) Cargo. Concepto, transmisibilidad y diferencia de la condición


Imposición que puede agregarse a una liberalidad (art. 354).
- Transmisibilidad: El derecho adquirido es transmisible por actos entre vivos o por causa de
muerte y con él se traspasa la obligación de cumplir el cargo, excepto que solo pueda ser
ejecutado por quien se obligó inicialmente a cumplirlo. Si el cumplimiento del cargo es
inherente y esta muere sin cumplirlo, la adquisición del derecho principal queda sin efecto,
volviendo los bienes al titular originario o a sus herederos. La reversión no afecta a los
terceros sino en tanto pudiera afectarlos la condición resolutoria (art. 356)
- Diferencias con la condición: El cargo es coercitivo, no suspensivo como la condición. Si se
presenta una duda acerca de si el hecho previsto es una condición o un cargo se entenderá
que es esto último por resultar así más favorable a la situación del titular del derecho.

Punto 2 Elementos de los actos jurídicos. Enumeración y requisitos de cada uno.


Se dividen en esenciales, naturales y accidentales.

Esenciales: son aquellos que no pueden faltar, por lo que no habría acto jurídico.
• Sujeto: Es el autor del acto, o persona de quien emana.
• Objeto: es la materia sobre la cual recae, o la cual tiende la voluntad del sujeto.
Pueden ser cosas o hechos.
• Manifestación de la voluntad
• Causa: acuerdo de las dos partes
• Forma: solo aplicable para los actos jurídicos solemnes

Naturales: están implícitos, pero las partes pueden excluirlos.


Pueden ser:
Vicios redhibitorios: defectos materiales ocultos de la cosa. Ejemplo: yo vendo una casa y esta
tiene las cañerías en mal estado (oculto en el inmueble); o
Garantía de evicción: defectos jurídicos que tiene la cosa. Ejemplo: yo vendo una casa que está
embargada.

Accidentales: no están en el acto jurídico, pero las partes los pueden agregar. Por ejemplo las
modalidades de los a.j (plazo, cargo y condición).

Sujetos: partes y otorgantes


ARTÍCULO 1023.- Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien:
a. lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno;
b. es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés;
c. manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente
sin representación.

Representantes. Diferentes clases de representación. La representación voluntaria


ARTÍCULO 358.- Principio. Fuentes. Los actos jurídicos entre vivos pueden ser celebrados por
medio de representante, excepto en los casos en que la ley exige que sean otorgados por el titular
del derecho.
La representación es VOLUNTARIA cuando resulta de un acto jurídico, es LEGAL cuando resulta
de una regla de derecho, y es ORGÁNICA cuando resulta del estatuto de una persona jurídica. En
las relaciones de familia la representación se rige, en subsidio, por las disposiciones de este
Capítulo.
La representación voluntaria comprende sólo los actos que el representado puede otorgar por sí
mismo.

Punto 3 Objeto de los actos jurídicos: análisis del art. 279


ARTÍCULO 279.- Objeto. El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido
por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos
ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya
prohibido que lo sea.
(En forma coherente con el principio de autonomía de la voluntad que rige en materia de actos
jurídicos, el Código regula los requisitos del objeto tomando como eje el principio de libertad que
asiste a las partes para elegir el objeto material o inmaterial sobre el que ha de recaer el fin
inmediato perseguido al tiempo de celebrar el negocio. El objeto de los actos jurídicos debe ser
idóneo y esa característica exige que sea posible, lícito y determinado. En pos de esa finalidad, el
Código establece cuales son esos requisitos, pero enunciándolos en forma negativa (no deben ser
imposibles, no deben ser prohibidos por la ley, etc). El objeto del acto pueden ser hechos o bienes.
La referencia a bienes es comprensiva tanto de las cosas materiales como de las inmateriales.
Significado de la reforma: Se mantienen en lo sustancial las directivas del código anterior aunque se
suprimen algunas referencias obvias o redundantes. Se omite, asimismo, calificar la invalidez del
acto, punto que guarda relación con la trascendente modificación que tuvo lugar en materia de
clasificación de las nulidades, pues la sanción dependerá del tipo de intereses que el vicio afecta).

Convalidación de ciertos actos jurídicos modales con objeto inicialmente imposible


ARTÍCULO 280.- Convalidación. El acto jurídico sujeto a plazo o condición suspensiva es válido,
aunque el objeto haya sido inicialmente imposible, si deviene posible antes del vencimiento del
plazo o del cumplimiento de la condición.

Punto 4 La causa del acto jurídico. Acepciones de la palabra causa


Causa fuente: con la cual se pretende aludir al hontanar del cual emana un efecto jurídico. Con ellas
se identifican las causas que generan un vínculo jurídico obligacional; de modo que, el contrato, el
hecho ilícito, la ley son generalmente indicados como fuentes de las obligaciones.
Causa final: noción que originariamente estuvo dirigida a expresar aquello que las partes persiguen
al realizar un acto jurídico. En este sentido la causa de un negocio compra-venta seria la obtención
de la propiedad de la cosa para el comprador y la disponibilidad del precio para el vendedor.
Causa motivo o impulsiva: trata de identificar el interés concreto que ha movido a las partes a la
realización de un negocio jurídico. Para el comprador el motivo de la compra-venta de una casa
puede ser la necesidad de habitar en ella o de hacer una inversión.

Concepto de causa. Análisis del art. 281


ARTÍCULO 281.- Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que
ha sido determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando
sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para
ambas partes.
Causa final objetiva y subjetiva
Causa final objetiva: identifica a la pretensión que tiene cada una de las partes de un negocio
jurídico de obtener de la otra el cumplimiento de las prestaciones prometidas.
En este sentido es:
- Objetiva, porque corresponde al tipo de negocio querido por las partes;
- Unitaria, porque en el cumplimiento del vendedor y el comprador constituye una causa única
- Tipificadora, en cuanto individualiza el negocio querido por las partes.
Causa final subjetiva: se refiere a los móviles perseguidos por algún contratante en particular.
Para que estos tengan relevancia jurídica es necesario que sean esenciales, exteriorizados y, si es un
contrato bilateral o unilateral oneroso.
Estos móviles que constituyen una causa en el sentido subjetivo, son variables e individuales.

Presunción de causa
ARTÍCULO 282.- Presunción de causa. Aunque la causa no esté expresada en el acto se presume
que existe mientras no se pruebe lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa
si se funda en otra causa verdadera
Falsa causa
Existe falsa causa cuando media error sobre la causa principal del acto. La carga de la prueba de la
falsedad la soporta quien invoca tal hecho.
Basta para el deudor que pretende su liberación, acreditar que la causa es falsa, o también debe
probar que el negocio no tiene otra causa licita; o por el contrario, será el acreedor quien deberá
justificar la existencia de otra causa lícita de su acreencia.

Causa ilícita
La causa es ilícita cuando es contraria a las leyes y al orden público. Ello comprende a la causa
contraria a la moral y a las buenas costumbres.
Para que la causa ilícita provoque la nulidad del negocio es preciso que ella sea común a ambas
partes, es decir que el móvil ilícito que ha motivado a una de las partes haya sido conocido por la
otra, de modo que haya entrado en el “campo contractual”.

El acto abstracto
ARTÍCULO 283.- Acto abstracto. La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles
en el acto abstracto mientras no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.

Punto 5 Efectos de los actos jurídicos.


ARTÍCULO 359.- Efectos. Los actos celebrados por el representante en nombre del representado y
en los límites de las facultades conferidas por la ley o por el acto de apoderamiento, producen efecto
directamente para el representado.
ARTÍCULO 360.- Extensión. La representación alcanza a los actos objeto del apoderamiento, a las
facultades otorgadas por la ley y también a los actos necesarios para su ejecución.
ARTÍCULO 361.- Limitaciones. La existencia de supuestos no autorizados y las limitaciones o la
extinción del poder son oponibles a terceros si éstos las conocen o pudieron conocerlas actuando
con la debida diligencia.
La regla de los arts. 1021 a 1024 del CCyC.
ARTÍCULO 1021.- Regla general. El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo
tiene con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.
ARTÍCULO 1022.- Situación de los terceros. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de
terceros, ni los terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones
que éstas no han convenido, excepto disposición legal.
ARTÍCULO 1023.- Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien:
a. lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno;
b. es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés;
c. manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente
sin representación.
ARTÍCULO 1024.- Sucesores universales. Los efectos del contrato se extienden, activa y
pasivamente, a los sucesores universales, a no ser que las obligaciones que de él nacen sean
inherentes a la persona, o que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o
esté prohibida por una cláusula del contrato o la ley.

Transmisión de derechos. Regla del artículo 399.


ARTÍCULO 398.- Transmisibilidad. Todos los derechos son transmisibles excepto estipulación
válida de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe trasgresión a la buena
fe, a la moral o a las buenas costumbres.

ARTÍCULO 399.- Regla general. Nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso
que el que tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente dispuestas.

Tipos de sucesores.
SUCESOR UNIVERSAL es el que recibe todo o una parte indivisa del patrimonio de otro;
SUCESOR SINGULAR el que recibe un derecho en particular (art. 400).

Concepto de terceros. Clases de terceros. Su situación.


TERCEROS son aquellos sujetos que no han intervenido en la celebración del negocio
jurídico. Corresponde partir de una distinción básica entre terceros no interesados y terceros
interesados.
Son terceros interesados aquellos que pueden ostentar un derecho subjetivo o un interés legítimo
afectado por la relación jurídica. Tales son los sucesores particulares, los titulares de derechos reales
sobre las cosas que son objeto de la relación jurídica, los acreedores privilegiados o quirografarios
de las partes del negocio, entre otros, y la masa pasiva del concurso, que en definitiva es el conjunto
de acreedores.
Son terceros no interesados aquellos totalmente ajenos al negocio y a sus efectos, pues no tienen
derechos subjetivos o intereses legítimos afectados por el acto jurídico.
ARTÍCULO 1022.- Situación de los terceros. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de
terceros, ni los terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones
que éstas no han convenido, excepto disposición legal.
Punto 6 Interpretación de los actos jurídicos. Concepto.
Interpretar una declaración de voluntad es la determinación del significado que a él
corresponde, fijando su alcance. En esta línea de pensamiento, nuestros tribunales consideran que
interpretar es una actividad lógica encaminada a buscar y fijar el significado de las manifestaciones
de voluntad con el fin de establecer su contenido.

Principios aplicables según sean actos entre vivos.


ARTÍCULO 961.- Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe.
Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan
considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un
contratante cuidadoso y previsor.
Concordancias: principio de buena fe (art. 9); abuso del derecho (art. 10); deber de buena fe (art.
991); contratos de larga duración (art. 1011), e intención común (art. 1061).
ARTÍCULO 991.- Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya
formulado una oferta, las partes deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El
incumplimiento de este deber genera la responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado por
haber confiado, sin su culpa, en la celebración del contrato.
Concordancias: Tratativas contractuales, libertad de navegación, deber de confidencialidad (art. 990
y 992); contratos en general, intención común, fuentes de interpretación (arts. 1061 y 1065);
responsabilidad civil, deber de prevención del daño, deber de reparar, factores de atribución (arts.
1710, 1716 y 1721).
ARTÍCULO 1061.- Intención común. El contrato debe interpretarse conforme a la intención común
de las partes y al principio de la buena fe.
Concordancias: interpretación de la ley (art. 2); principio de buena fe (arts. 9 y 961).

Principios aplicables según sean actos de última voluntad.


ARTÍCULO 2470.- Interpretación. Las disposiciones testamentarias deben interpretarse
adecuándolas a la voluntad real del causante según el contexto total del acto. Las palabras
empleadas deben ser entendidas en el sentido corriente, excepto que surja claro que el testador quiso
darles un sentido técnico. Se aplican, en cuanto sean compatibles, las demás reglas de interpretación
de los contratos.

La interpretación en los contratos de adhesión y en los contratos de consumo.


ARTÍCULO 1094.- Interpretación y prelación normativa. Las normas que regulan las relaciones de
consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del
consumidor y el de acceso al consumo sustentable. En caso de duda sobre la interpretación de este
Código o las leyes especiales, prevalece la más favorable al consumidor.
ARTÍCULO 1095.- Interpretación del contrato de consumo. El contrato se interpreta en el sentido
más favorable para el consumidor. Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se
adopta la que sea menos gravosa.

Breves nociones de la ley de defensa del consumidor (arts. 37 y 38 de la ley 24.240).


Art. 37 – Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas:
a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños.
b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o
amplíen los derechos de la otra parte.
c) Las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la
prueba en perjuicio del consumidor.
La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando
existan dudas sobre los alcances de su obligación, se estará a la que sea menos gravosa.
En caso en que el oferente viole el deber de buena fe, en la etapa previa a la conclusión del contrato
o en su celebración o transgreda el deber de información o la legislación de defensa de la
competencia o de lealtad comercial, el consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del
contrato o la de una o más cláusulas. Cuando el juez declare la nulidad parcial, simultáneamente
integrará el contrato, si ello fuera necesario.

Art. 38 - Contrato de adhesión. Contratos en formularios. La autoridad de aplicación vigilará que


los contratos de adhesión o similares, no contengan cláusulas de las previstas en el artículo anterior.
La misma atribución se ejercerá respecto de las cláusulas uniformes, generales o estandarizadas de
los contratos hechos en formularios, reproducidos en serie y en general, cuando dichas cláusulas
hayan sido redactadas unilateralmente por el proveedor de la cosa o servicio, sin que la contraparte
tuviere posibilidades de discutir su contenido.

Bolilla 12
Punto 1 La forma del acto jurídico.

Forma esencial y forma legal


Forma esencial: La forma del acto jurídico es la manera cómo se exterioriza la voluntad del sujeto
respecto del objeto, en orden a la consecución del fin jurídico propuesto.
- ARTÍCULO 260.- Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento,
intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior.
Forma legal: la forma es el conjunto de las prescripciones de la ley, respecto de las solemnidades
que deben observarse al tiempo de la formación del acto jurídico; tales son la escritura del acto, la
presencia de testigos, que el acto sea hecho por escribano público, u oficial público, o el juez del
lugar.

El formalismo en el Derecho
Evolución.
En pueblos de cultura incipiente la base de la organización jurídica es el formalismo, por ejemplo:
en la Roma primitiva no importaba tanto el consentimiento de los contratantes, como que se
hubiesen cumplido exactamente las formas que la ley determina. En este sistema formalista riguroso
la forma esencial se identifica con lo legal; ya que tampoco se concebió un acto que no se hiciera
con los símbolos y ritos que determina la ley.
Posteriormente con la aparición de los contratos “bona fides” se entendía que el acto, aún
desprovisto de la forma legal adecuada, era suficiente como para obligar a las partes; el Derecho
comprendió que la fuerza que vinculaba a las partes provenía de su propio consentimiento, del cual
la forma serviría más adelante para su comprobación.
Desde entonces el derecho se caracteriza por el predominio del principio de libertad de formas,
que deja a los particulares la elección de los hechos de expresión que estimen más adecuados para
la celebración de los actos jurídicos.
Modernamente se aprecia un resurgimiento del formalismo en la esfera comercial, pero éste tiene
otro fin que se relaciona con los terceros y la seguridad del tráfico jurídico. Por eso se establece la
forma legal de la escritura pública para asegurar las transferencias de bienes inmuebles y evitar
extravíos y controversias, por ende esas escrituras quedan a resguardo del Estado.
También sobre otros bienes existen registros donde el titular de un derecho lo inscribe, sobre todo
en interés de los terceros, ya que estos deben estar informados de ciertos actos porque estos pueden
incidir en el patrimonio que constituye la garantía colectiva de los acreedores.
Por todo ello se han organizado regímenes adecuados de publicidad de la transmisión de los
derechos, a este fin la ley 17711 coloca como requisito de forma indispensable la inscripción en el
registro para operar la transferencia de derechos reales sobre inmuebles.

Ventajas.
1) El uso de formas comunes permite conocer con más exactitud la naturaleza del acto.
2) La exigencia de ciertos fines protege a las partes de cierta ligereza e impremeditación, por
ejemplo: en el matrimonio o en el testamento.
3) El uso de forma pre constituida facilita y asegura la prueba del acto.
4) Por medio de la publicidad se protege los derechos de tercero.
5) Desde el punto de vista fiscal favorece el cobro de impuestos.

Inconvenientes.
1) La incomodidad de reportarse al cumplimiento de formas.
2) Las formas son siempre onerosas, ya que se debe recurrir a especialistas o funcionarios. Ej:
escribanos.
3) Puede que el acto se invalide por no observar las solemnidades establecidas.
4) Las formas actúan como impedimento que obstaculiza la celeridad de las transacciones de los
bienes a que ellas se refieren.

El neoformalismo.
El neo formalismo tiene una finalidad distinta al formalismo: pretende proteger el interés de los
terceros y la seguridad en el trafico jurídico, es decir, la certeza a la adquisición de derechos, así
como la posibilidad de poder reflexionar mejor sobre los efectos del acto que se realiza. Un ejemplo
de este es la creación de registros y nuevos derechos registrables.

El principio de libertad de formas


ARTÍCULO 286.- Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos
públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados, excepto en los casos en que
determinada instrumentación sea impuesta. Puede hacerse constar en cualquier soporte, siempre que
su contenido sea representado con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.
Clasificación de los actos jurídicos en cuanto a su forma. Distinción y ejemplos.
a) Acto formal: explicado en la bolilla XI.
• Solemnes: la omisión de la forma legal, no sólo provoca la NULIDAD sino también destituye al
acto de cualquier otro efecto civil. Ej: matrimonio (si se omite la forma legal es un simple
concubinato).
• No solemnes: la omisión de la forma legal determina la nulidad del acto, pero no le impide
producir otros efectos diferentes. Ej: si en la transferencia de bienes inmuebles se omite la escritura
pública, la transferencia como tal es nula, pero ese acto vale como contrato por el cual las partes se
obligan a hacer la escritura pública. Producen efectos distintos al que buscaron las partes. Este
fenómeno se denomina conversión de acto jurídico que no ocurre con los actos formales solemnes.
a) No formales: explicado en la bolilla XI.

La forma impuesta
ARTÍCULO 285.- Forma impuesta. El acto que no se otorga en la forma exigida por la ley no queda
concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, pero vale como acto en el
que las partes se han obligado a cumplir con la expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo
sanción de nulidad.

Expresión escrita
ARTÍCULO 286.- Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos
públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados, excepto en los casos en que
determinada instrumentación sea impuesta. Puede hacerse constar en cualquier soporte, siempre que
su contenido sea representado con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.

Instrumentos públicos e instrumentos particulares: concepto y distinción legal.


ARTÍCULO 287.- Instrumentos privados y particulares no firmados. Los instrumentos
particulares pueden estar firmados o no. Si lo están, se llaman instrumentos privados. Si no lo
están, se los denomina instrumentos particulares no firmados; esta categoría comprende todo escrito
no firmado, entre otros, los impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o hechos y,
cualquiera que sea el medio empleado, los registros de la palabra y de información.

Los instrumentos públicos son los otorgados con las formalidades que la ley establece en presencia
de un oficial público a quien la ley confiere la facultad de autorizarlos, como las escrituras públicas
hechas por escribanos públicos en sus libros de protocolo, o por otros funcionarios con las mismas
atribuciones, y las copias de esos libros sacadas en la forma que prescribe la ley; cualquier otro
instrumento que extendieren los escribanos o funcionarios públicos en la forma determinada por las
leyes, etc.

Punto 2 instrumentos públicos. Concepto. Enumeración y requisitos de validez en el


CCyC.
Definición: arriba explicada
ARTÍCULO 289.- Enunciación. Son instrumentos públicos:
a. las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b. los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos que
establecen las leyes;
c. los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
conforme a las leyes que autorizan su emisión.

ARTÍCULO 290.- Requisitos del instrumento público. Son requisitos de validez del instrumento
público: a. la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su competencia
territorial, excepto que el lugar sea generalmente tenido como comprendido en ella; b. las firmas del
oficial público, de las partes, y en su caso, de sus representantes; si alguno de ellos no firma por sí
mismo o a ruego, el instrumento carece de validez para todos.

El oficial público: concepto, competencia y prohibiciones.


Cualidad conferida a las personas que tienen el poder de autenticar actos. Ejemplo: el escribano
ARTÍCULO 291.- Prohibiciones. Es de ningún valor el instrumento autorizado por un funcionario
público en asunto en que él, su cónyuge, su conviviente, o un pariente suyo dentro del cuarto grado
o segundo de afinidad, sean personalmente interesados.
ARTÍCULO 293.- Competencia. Los instrumentos públicos extendidos de acuerdo con lo que
establece este Código gozan de entera fe y producen idénticos efectos en todo el territorio de la
República, cualquiera sea la jurisdicción donde se hayan otorgado.

Validez y efecto de los instrumentos públicos


ARTICULO 293

La presunción de autenticidad – Defectos de forma


ARTÍCULO 294.- Defectos de forma. Carece de validez el instrumento público que tenga
enmiendas, agregados, borraduras, entrelíneas y alteraciones en partes esenciales, si no están
salvadas antes de las firmas requeridas. El instrumento que no tenga la forma debida vale como
instrumento privado si está firmado por las partes.

Testigos
ARTÍCULO 295.- Testigos inhábiles. No pueden ser testigos en instrumentos públicos:
a. las personas incapaces de ejercicio y aquellas a quienes una sentencia les impide ser testigo en
instrumentos públicos;
b. los que no saben firmar;
c. los dependientes del oficial público;
d. el cónyuge, el conviviente y los parientes del oficial público, dentro del cuarto grado y segundo
de afinidad; el error común sobre la idoneidad de los testigos salva la eficacia de los instrumentos
en que han intervenido.

Eficacia probatoria e impugnabilidad de su contenido


ARTÍCULO 296.- Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe:
a. en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público
enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
b. en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto principal del
acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario.

Punto 3 Las escrituras publicas


ARTÍCULO 299.- Definición. La escritura pública es el instrumento matriz extendido en el
protocolo de un escribano público o de otro funcionario autorizado para ejercer las mismas
funciones, que contienen uno o más actos jurídicos. La copia o testimonio de las escrituras públicas
que expiden los escribanos es instrumento público y hace plena fe como la escritura matriz. Si hay
alguna variación entre ésta y la copia o testimonio, se debe estar al contenido de la escritura matriz.

Escritura matriz: contenido. Protocolo


Son las escrituras extendidas en el protocolo del escribano. Con esta denominación se diferencian la
escritura de sus copias o testimonios.
ARTÍCULO 300.- El protocolo se forma con los folios habilitados para el uso de cada registro,
numerados correlativamente en cada año calendario, y con los documentos que se incorporan por
exigencia legal o a requerimiento de las partes del acto. Corresponde a la ley local reglamentar lo
relativo a las características de los folios, su expedición, así como los demás recaudos relativos al
protocolo, forma y modo de su colección en volúmenes o legajos, su conservación y archivo.

Copias
ARTÍCULO 308.- Copias o testimonios. El escribano debe dar copia o testimonio de la escritura a
las partes. Ese instrumento puede ser obtenido por cualquier medio de reproducción que asegure su
permanencia indeleble, conforme a las reglamentaciones locales. Si alguna de las partes solicita
nueva copia, el escribano debe entregarla, excepto que la escritura contenga la constancia de alguna
obligación pendiente de dar o de hacer, a cargo de otra de las partes. En este caso, se debe requerir
la acreditación en instrumento público de la extinción de la obligación, la conformidad del acreedor
o la autorización judicial, que debe tramitar con citación de las partes del acto jurídico.

Requisitos de validez
ARTÍCULO 301.- Requisitos. El escribano debe recibir por sí mismo las declaraciones de los
comparecientes, sean las partes, sus representantes, testigos, cónyuges u otros intervinientes. Debe
calificar los presupuestos y elementos del acto, y configurarlo técnicamente. Las escrituras públicas,
que deben extenderse en un único acto, pueden ser manuscritas o mecanografiadas, pudiendo
utilizarse mecanismos electrónicos de procesamiento de textos, siempre que en definitiva la
redacción resulte estampada en el soporte exigido por las reglamentaciones, con caracteres
fácilmente legibles. En los casos de pluralidad de otorgantes en los que no haya entrega de dinero,
valores o cosas en presencia del notario, los interesados pueden suscribir la escritura en distintas
horas del mismo día de su otorgamiento. Este procedimiento puede utilizarse siempre que no se
modifique el texto definitivo al tiempo de la primera firma.
ARTÍCULO 302.- Idioma. La escritura pública debe hacerse en idioma nacional. Si alguno de los
otorgantes declara ignorarlo, la escritura debe redactarse conforme a una minuta firmada, que debe
ser expresada en idioma nacional por traductor público, y si no lo hay, por intérprete que el
escribano acepte. Ambos instrumentos deben quedar agregados al protocolo. Los otorgantes pueden
requerir al notario la protocolización de un instrumento original en idioma extranjero, siempre que
conste de traducción efectuada por traductor público, o intérprete que aquél acepte. En tal caso, con
el testimonio de la escritura, el escribano debe entregar copia certificada de ese instrumento en el
idioma en que está redactado.
ARTÍCULO 303.- Abreviaturas y números. No se deben dejar espacios en blanco, ni utilizar
abreviaturas, o iniciales, excepto que estas dos últimas consten en los documentos que se
transcriben, se trate de constancias de otros documentos agregados o sean signos o abreviaturas
científicas o socialmente admitidas con sentido unívoco. Pueden usarse números, excepto para las
cantidades que se entregan en presencia del escribano y otras cantidades o datos que corresponden a
elementos esenciales del acto jurídico

Requisitos en el supuesto que el otorgante posea limitaciones en su aptitud para oír y para
comunicarse
ARTÍCULO 304.- Otorgante con discapacidad auditiva. Si alguna de las personas otorgantes del
acto tiene discapacidad auditiva, deben intervenir dos testigos que puedan dar cuenta del
conocimiento y comprensión del acto por la persona otorgante. Si es analfabeta, además, la escritura
debe hacerse de conformidad a una minuta firmada por ella y el escribano debe dar fe de ese hecho.
La minuta debe quedar protocolizada.

Justificación de la identidad
ARTÍCULO 306.- Justificación de identidad. La identidad de los comparecientes debe justificarse
por cualquiera de los siguientes medios: a. por exhibición que se haga al escribano de documento
idóneo; en este caso, se debe individualizar el documento y agregar al protocolo reproducción
certificada de sus partes pertinentes; b. por afirmación del conocimiento por parte del escribano.

Documentos habilitantes de las personas que la otorgan


ARTÍCULO 307.- Documentos habilitantes. Si el otorgante de la escritura es un representante, el
escribano debe exigir la presentación del documento original que lo acredite, el que ha de quedar
agregado al protocolo, excepto que se trate de poderes para más de un asunto o de otros documentos
habilitantes que hagan necesaria la devolución, supuesto en el cual se debe agregar copia certificada
por el escribano. En caso de que los documentos habilitantes ya estén protocolizados en el registro
del escribano interviniente, basta con que se mencione esta circunstancia, indicando folio y año.

Partes y contenido de la escritura publica


ARTÍCULO 305.- Contenido. La escritura debe contener:
a. lugar y fecha de su otorgamiento; si cualquiera de las partes lo requiere o el escribano lo
considera conveniente, la hora en que se firma el instrumento;
b. los nombres, apellidos, documento de identidad, domicilio real y especial si lo hubiera, fecha de
nacimiento y estado de familia de los otorgantes; si se trata de personas casadas, se debe consignar
también si lo son en primeras o posteriores nupcias y el nombre del cónyuge, si resulta relevante en
atención a la naturaleza del acto; si el otorgante es una persona jurídica, se debe dejar constancia de
su denominación completa, domicilio social y datos de inscripción de su constitución si
corresponde;
c. la naturaleza del acto y la individualización de los bienes que constituyen su objeto;
d. la constancia instrumental de la lectura que el escribano debe hacer en el acto del otorgamiento
de la escritura;
e. las enmiendas, testados, borraduras, entrelíneas, u otras modificaciones efectuadas al instrumento
en partes esenciales, que deben ser realizadas de puño y letra del escribano y antes de la firma;
f. la firma de los otorgantes, del escribano y de los testigos si los hubiera; si alguno de los
otorgantes no sabe o no puede firmar, debe hacerlo en su nombre otra persona; debe hacerse constar
la manifestación sobre la causa del impedimento y la impresión digital del otorgante.

Concepto de protocolización
Es el hecho de agregar un documento al final del registro de un notario, a pedido de quien lo
solicita. (artículo 415 del Código Orgánico de Tribunales). Para que la protocolización surta efecto
legal deberá dejarse constancia de ella en el libro de repertorio el día en que se presente el
documento, en la forma que señala el Art. 430 del Código Orgánico de Tribunales. No pueden
protocolizarse, ni la protocolización valdrá, los documentos en que se consignen actos o contratos
con causa u objetos ilícitos, salvo que lo pidan personas distintas de los otorgantes o beneficiarios
de ellos. El instrumento protocolizado sólo podrá ser desglosado del protocolo en virtud de decreto
judicial.

Nulidad de las escrituras


ARTÍCULO 309.- Nulidad. Son nulas las escrituras que no tengan la designación del tiempo y lugar
en que sean hechas, el nombre de los otorgantes, la firma del escribano y de las partes, la firma a
ruego de ellas cuando no saben o no pueden escribir y la firma de los dos testigos del acto cuando
su presencia sea requerida. La inobservancia de las otras formalidades no anula las escrituras, pero
los escribanos o funcionarios públicos pueden ser sancionados.

Actos notariales: concepto y requisitos de validez


ARTÍCULO 310.- Actas. Se denominan actas los documentos notariales que tienen por objeto la
comprobación de hechos.
ARTÍCULO 311.- Requisitos de las actas notariales. Las actas están sujetas a los requisitos de las
escrituras públicas, con las siguientes modificaciones:
a. se debe hacer constar el requerimiento que motiva la intervención del notario y, en su caso, la
manifestación del requirente respecto al interés propio o de terceros con que actúa;
b. no es necesaria la acreditación de personería ni la del interés de terceros que alega el requirente;
c. no es necesario que el notario conozca o identifique a las personas con quienes trata a los efectos
de realizar las notificaciones, requerimientos y otras diligencias;
d. las personas requeridas o notificadas, en la medida en que el objeto de la comprobación así lo
permita, deben ser previamente informadas del carácter en que interviene el notario y, en su caso,
del derecho a no responder o de contestar; en este último supuesto se deben hacer constar en el
documento las manifestaciones que se hagan;
e. el notario puede practicar las diligencias sin la concurrencia del requirente cuando por su objeto
no sea necesario;
f. no requieren unidad de acto ni de redacción; pueden extenderse simultáneamente o con
posterioridad a los hechos que se narran, pero en el mismo día, y pueden separarse en dos o más
partes o diligencias, siguiendo el orden cronológico;
g. pueden autorizarse aun cuando alguno de los interesados rehúse firmar, de lo cual debe dejarse
constancia.

Problemas probatorios
ARTÍCULO 312.- Valor probatorio. El valor probatorio de las actas se circunscribe a los hechos
que el notario tiene a la vista, a la verificación de su existencia y su estado. En cuanto a las
personas, se circunscribe a su identificación si existe, y debe dejarse constancia de las declaraciones
y juicios que emiten. Las declaraciones deben referirse como mero hecho y no como contenido
negocial.
Organización del notariado en la Provincia de Buenos Aires.
http://www.colescba.org.ar/www/static/institucional/ley9020.jsf
http://www.infojus.gob.ar/9020-local-buenos-aires-ley-notarial-lpb8609020-1986-11-
21/123456789-0abc-defg-020-9068bvorpyel

Punto 4 Instrumentos privados y particulares. Concepto


Los instrumentos privados son documentos firmados por las partes sin intervención del oficial
público, su redacción es efectuada por los particulares sin la presencia de otras personas, fuera de la
presencia de los propios interesados.

Comparación del instrumento privado con el instrumento público


Diferencias:
1) A diferencia del instrumento público que es heterógrafo, o sea con intervención del oficial
público, el privado es autógrafo, es decir, con intervención de las partes.
2) Uno de los requisitos del instrumento público es la fecha, que es una declaración del oficial
público y tiene la autenticidad propia de esa clase de documento, debiendo ser respetada por todos.
En cambio los instrumentos privados no tienen por si mismos fecha cierta o autentica, es decir no
tienen fuerza probatoria frente a terceros.
3) En los instrumentos públicos la firma a ruego tiene validez por la autenticidad que le da el oficial
público, en cambio en los instrumentos privados no hay un oficial público que le de autenticidad.

Relaciones:
1) El instrumento privado puede ser la base para obligar a las partes a otorgar un instrumento
público.
2) Puede ser protocolizado elevándose a instrumento público si esto fuera ordenado por el juez.
3) Puede ser reconocido, por transcripción, o por admisión, en un instrumento público pasando a
integrarlo.
4) Puede que en su origen haya sido un instrumento público pero por conversión en virtud de su
nulidad valga como un instrumento privado.

Requisitos de validez:
La firma. ARTÍCULO 313.- Firma de los instrumentos privados. Si alguno de los firmantes de un
instrumento privado no sabe o no puede firmar, puede dejarse constancia de la impresión digital o
mediante la presencia de dos testigos que deben suscribir también el instrumento.
Reconocimiento de firma, sus efectos. Documento signado por impresión digital. ARTÍCULO
314.- Reconocimiento de la firma. Todo aquel contra quien se presente un instrumento cuya firma
se le atribuye debe manifestar si ésta le pertenece. Los herederos pueden limitarse a manifestar que
ignoran si la firma es o no de su causante. La autenticidad de la firma puede probarse por cualquier
medio. El reconocimiento de la firma importa el reconocimiento del cuerpo del instrumento
privado. El instrumento privado reconocido, o declarado auténtico por sentencia, o cuya firma está
certificada por escribano, no puede ser impugnado por quienes lo hayan reconocido, excepto por
vicios en el acto del reconocimiento. La prueba resultante es indivisible. El documento signado con
la impresión digital vale como principio de prueba por escrito y puede ser impugnado en su
contenido.
Documento firmado en blanco. ARTÍCULO 315.- Documento firmado en blanco. El firmante de
un documento en blanco puede impugnar su contenido mediante la prueba de que no responde a sus
instrucciones, pero no puede valerse para ello de testigos si no existe principio de prueba por
escrito. El desconocimiento del firmante no debe afectar a terceros de buena fe. Cuando el
documento firmado en blanco es sustraído contra la voluntad de la persona que lo guarda, esas
circunstancias pueden probarse por cualquier medio. En tal caso, el contenido del instrumento no
puede oponerse al firmante excepto por los terceros que acrediten su buena fe si han adquirido
derechos a título oneroso en base al instrumento.
Las enmiendas al instrumento privado. ARTÍCULO 316.- Enmiendas. Las raspaduras,
enmiendas o entrelíneas que afectan partes esenciales del acto instrumentado deben ser salvadas con
la firma de las partes.
De no hacerse así, el juez debe determinar en qué medida el defecto excluye o reduce la fuerza
probatoria del instrumento.
Fecha cierta. Concepto y cómo se adquiere para los instrumentos privados. ARTÍCULO 317.-
Fecha cierta. La eficacia probatoria de los instrumentos privados reconocidos se extiende a los
terceros desde su fecha cierta. Adquieren fecha cierta el día en que acontece un hecho del que
resulta como consecuencia ineludible que el documento ya estaba firmado o no pudo ser firmado
después. La prueba puede producirse por cualquier medio, y debe ser apreciada rigurosamente por
el juez.
El valor de la correspondencia como prueba. ARTÍCULO 318.- Correspondencia. La
correspondencia, cualquiera sea el medio empleado para crearla o transmitirla, puede presentarse
como prueba por el destinatario, pero la que es confidencial no puede ser utilizada sin
consentimiento del remitente. Los terceros no pueden valerse de la correspondencia sin
asentimiento del destinatario, y del remitente si es confidencial.
La fuerza probatoria del instrumento particular. ARTÍCULO 319.- Valor probatorio. El valor
probatorio de los instrumentos particulares debe ser apreciado por el juez ponderando, entre otras
pautas, la congruencia entre lo sucedido y narrado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos
y prácticas del tráfico, las relaciones precedentes y la confiabilidad de los soportes utilizados y de
los procedimientos técnicos que se apliquen.

Punto 5 El documento electrónico. Concepto.


El documento electrónico se debe concebir como un medio de expresión de la voluntad con efectos
de creación, modificación o extinción de derechos y obligaciones por medio de la electrónica,
informática o telemática y en la medida en que los soportes del documento electrónico tengan un
desarrollo tecnológico que permita la inmutabilidad del contenido y la determinación del autor, éste
podrá cumplir las mismas funciones que el documento escrito.
ARTÍCULO 288.- Firma. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el
texto al cual corresponde. Debe consistir en el nombre del firmante o en un signo. En los
instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de una persona queda
satisfecho si se utiliza una firma digital, que asegure indubitablemente la autoría e integridad del
instrumento

La firma digital: ley 25506:


Concepto de firma digital. ARTICULO 2º — Firma Digital. Se entiende por firma digital al
resultado de aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que requiere información
de exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma
digital debe ser susceptible de verificación por terceras partes, tal que dicha verificación
simultáneamente permita identificar al firmante y detectar cualquier alteración del documento
digital posterior a su firma.

Certificado digital. Concepto y periodo de vigencia.


ARTICULO 13. — Certificado digital. Se entiende por certificado digital al documento digital
firmado digitalmente por un certificador, que vincula los datos de verificación de firma a su titular.
ARTICULO 15. — Período de vigencia del certificado digital. A los efectos de esta ley, el
certificado digital es válido únicamente dentro del período de vigencia, que comienza en la fecha de
inicio y finaliza en su fecha de vencimiento, debiendo ambas ser indicadas en el certificado digital,
o su revocación si fuere revocado.
La fecha de vencimiento del certificado digital referido en el párrafo anterior en ningún caso puede
ser posterior a la del vencimiento del certificado digital del certificador licenciado que lo emitió.
La Autoridad de Aplicación podrá establecer mayores exigencias respecto de la determinación
exacta del momento de emisión, revocación y vencimiento de los certificados digitales.

Certificador licenciado: concepto y funciones principales.


ARTICULO 17. — Del certificador licenciado. Se entiende por certificador licenciado a toda
persona de existencia ideal, registro público de contratos u organismo público que expide
certificados, presta otros servicios en relación con la firma digital y cuenta con una licencia para
ello, otorgada por el ente licenciante.
La actividad de los certificadores licenciados no pertenecientes al sector público se prestará en
régimen de competencia. El arancel de los servicios prestados por los certificadores licenciados será
establecido libremente por éstos.
ARTICULO 19. — Funciones. El certificador licenciado tiene las siguientes funciones:
a) Recibir una solicitud de emisión de certificado digital, firmada digitalmente con los
correspondientes datos de verificación de firma digital del solicitante;
b) Emitir certificados digitales de acuerdo a lo establecido en sus políticas de certificación, y a las
condiciones que la autoridad de aplicación indique en la reglamentación de la presente ley;
c) Identificar inequívocamente los certificados digitales emitidos;
d) Mantener copia de todos los certificados digitales emitidos, consignando su fecha de emisión y
de vencimiento si correspondiere, y de sus correspondientes solicitudes de emisión;
e) Revocar los certificados digitales por él emitidos en los siguientes casos, entre otros que serán
determinados por la reglamentación:
1) A solicitud del titular del certificado digital.
2) Si determinara que un certificado digital fue emitido en base a una información falsa, que en el
momento de la emisión hubiera sido objeto de verificación.
3) Si determinara que los procedimientos de emisión y/o verificación han dejado de ser seguros.
4) Por condiciones especiales definidas en su política de certificación.
5) Por resolución judicial o de la autoridad de aplicación.
f) Informar públicamente el estado de los certificados digitales por él emitidos. Los certificados
digitales revocados deben ser incluidos en una lista de certificados revocados indicando fecha y
hora de la revocación. La validez y autoría de dicha lista de certificados revocados deben ser
garantizadas.
Supuestos expresamente excluidos por la ley.
ARTICULO 4º — Exclusiones. Las disposiciones de esta ley no son aplicables:
a) A las disposiciones por causa de muerte;
b) A los actos jurídicos del derecho de familia;
c) A los actos personalísimos en general;
d) A los actos que deban ser instrumentados bajo exigencias o formalidades incompatibles con la
utilización de la firma digital, ya sea como consecuencia de disposiciones legales o acuerdo de
partes.

Bolilla 13
Punto 1 Concepto de vicios de los actos.
Hemos visto que el acto voluntario requiere la concurrencia de elementos internos (d.i.l), y
de un elemento externo (la declaración de voluntad). El defecto en alguno de los elementos internos
del acto voluntario se denomina “vicio”.
También se suele aludir a los vicios que consisten en la omisión de la forma exigida por la
ley o por la voluntad de las partes.
Clasificación: vicios que afectan a la voluntad del sujeto y vicios que afectan al acto jurídico.
Enumeración de cada categoría.
Los vicios de los actos voluntarios son el error, el dolo y la violencia. Todos ellos tienen en
común constituir una anomalía de un elemento sustancial (no formal), existente al momento de la
celebración u otorgamiento del acto, que produce la limitación, desvirtuación o pérdida de los
efectos propios del acto.
Estos vicios de la voluntad afectan a los elementos de la voluntad conforme a la doctrina
clásica, es decir, la intención y la libertad. El error y el dolo vician la intención. La violencia (física
o moral) vicia la libertad. La ausencia o falta de discernimiento no se produce a consecuencia de
vicio alguno, sino por una circunstancia inherente al sujeto.
Los vicios de los actos jurídicos son la simulación, el fraude y la lesión; ellos solo se
presentan en los negocios jurídicos y no en los hechos humanos voluntarios. En estos vicios, no
existe merma de la voluntariedad, sino de la buena fe de su autor.
Punto 2 ERROR como vicio de la voluntad. Concepto.
El concepto de error se diferencia de la ignorancia: ignorancia es no conocer algo (cosa,
circunstancia o régimen legal); ERROR consiste en creer que se conoce algo siendo que, en
realidad, se toma por cierto un conocimiento falso.
El error de hecho esencial: supuestos.
ARTÍCULO 267.- Supuestos de error esencial. El error de hecho es esencial cuando recae sobre:
a. la naturaleza del acto;
b. un bien o un hecho diverso o de distinta especie que el que se pretendió designar, o una calidad,
extensión o suma diversa a la querida;
c. la cualidad sustancial del bien que haya sido determinante de la voluntad jurídica según la
apreciación común o las circunstancias del caso;
d. los motivos personales relevantes que hayan sido incorporados expresa o tácitamente;
e. la persona con la cual se celebró o a la cual se refiere el acto si ella fue determinante para su
celebración.
El error reconocible. Concepto. Supuestos.
ARTÍCULO 265.- Error de hecho. El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad
del acto. Si el acto es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además, ser reconocible por el
destinatario para causar la nulidad.
ARTÍCULO 266.- Error reconocible. El error es reconocible cuando el destinatario de la
declaración lo pudo conocer según la naturaleza del acto, las circunstancias de persona, tiempo y
lugar.
Su diferencia con el error excusable.
Los actos pueden ser declarados nulos cuando hay error de hecho, el que, para ser invocado,
además de ser esencial (art. 265), debe ser reconocible (por el otro contratante o parte del negocio).
En cambio, el error para eximir de responsabilidad, y viciar la voluntad en los contratos,
debe ser EXCUSABLE, que significa tener una razón para caer en el equívoco, a pesar de tomar
todas las precauciones al respecto. Si a pesar de no ser intencional, se cayó en el error por
imprudencia, habría accionar culposo. Por ejemplo, serían casos de errores excusables que anularían
un contrato, el error en la persona, cuando por ejemplo se contrata con un homónimo de quien se
tuvo intención de negociar, o se compra un objeto y el comprador lo recibe por error, por ser
aparentemente idénticos en su aspecto, pero difieren sustancialmente en calidad, etcétera.
Se puede afirmar, así, que el error es RECONOCIBLE cuando puede ser reconocido por el
otro contratante o parte del negocio; y es EXCUSABLE cuando hubo una razón para caer en el
equívoco.
El error de cálculo.
ARTÍCULO 268.- Error de cálculo. El error de cálculo no da lugar a la nulidad del acto, sino
solamente a su rectificación, excepto que sea determinante del consentimiento.
Subsistencia del acto.
ARTÍCULO 269.- Subsistencia del acto. La parte que incurre en error no puede solicitar la nulidad
del acto, si la otra ofrece ejecutarlo con las modalidades y el contenido que aquélla entendió
celebrar.
El error en la declaración y su transmisión.
El error en la declaración se da cuando se conoce algo ajustado a la realidad, pero se declara
erróneamente. Es el denominado “error impropio”, también conocido con el nombre de epígrafe, y
que puede concurrir tanto en los actos unilaterales como en los bilaterales.
Proviene del mismo sujeto cuando emite una declaración que contiene el yerro, en cuyo
caso la voluntad interna se encuentra desvirtuada en su manifestación externa. O cuando,
verbigracia, en una subasta levanta la mano para saludar a un amigo, lo que es interpretado por el
rematador como que está haciendo una oferta. En este segundo ejemplo, directamente no hay
voluntad interna.
Por fin, el yerro puede originarse en un tercero encargado de transmitir la declaración de
voluntad del sujeto dueño del negocio jurídico, quien la desvirtúa.
ARTÍCULO 270.- Error en la declaración. Las disposiciones de los artículos de este Capítulo son
aplicables al error en la declaración de voluntad y en su transmisión.
El principio de inexcusabilidad de la ignorancia de las leyes.
ARTÍCULO 8º.- Principio de inexcusabilidad. La ignorancia de las leyes no sirve de excusa para su
cumplimiento, si la excepción no está autorizada por el ordenamiento jurídico.
Punto 3 DOLO. Acepciones de la palabra.
• En primer lugar, dolo identifica al elemento intencional del delito civil; es decir, que
constituye factor de atribución de la responsabilidad civil.
• También se alude a la inejecución dolosa de la obligación, que acaece cuando el deudor no
cumple, pese a encontrarse en condiciones de hacerlo;
• Finalmente, el dolo es vicio de los actos voluntarios.
El dolo como vicio de la voluntad. Concepto. Acción y omisión dolosa.
Dolo es toda aserción de lo falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia
o maquinación que se emplee con ese fin.
ARTÍCULO 271.- Acción y omisión dolosa. Acción dolosa es toda aserción de lo falso o
disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee para la
celebración del acto. La omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el
acto no se habría realizado sin la reticencia u ocultación.
El dolo consiste entonces en inducir a la otra parte a error, para lo cual se ha de emplear una
maniobra, que puede consistir en afirmar lo que es falso (el cuadro es un auténtico Rubens),
disimular lo verdadero (el automóvil que vendo tiene el motor fundido, pero para que el comprador
no lo advierta utilizo algún lubricante especial); o ambas cosas a la vez (afirmo que el automóvil
tiene pocos kilómetros recorridos, para lo cual he adulterado el cuentakilómetros, con lo que a la
vez disimulo la verdad del kilometraje).
En los ejemplos dados hay un hecho positivo, que se denomina acción dolosa; también
puede consistir en un hecho negativo, en el mero silencio o inacción frente a la evidencia del error
en que está la otra parte. Es lo que denomina acción dolosa, como puede ser, la omisión de
información precontractual (la ley exige, como regla, dar información relevante acerca del objeto
contractual). Por ejemplo: el caso de la venta de una casa afectada por la presencia de termitas; el
vendedor había hecho ciertos arreglos para evitar que el posible comprador advirtiera la presencia
de termitas y naturalmente OMITIÓ dar esta información al interesado.
Clases: dolo esencial e incidental.
ARTÍCULO 272.- Dolo esencial. El dolo es esencial y causa la nulidad del acto si es grave, es
determinante de la voluntad, causa un daño importante y no ha habido dolo por ambas partes.
ARTÍCULO 273.- Dolo incidental. El dolo incidental no es determinante de la voluntad; en
consecuencia, no afecta la validez del acto.
El DOLO ESENCIAL es el que reúne las condiciones necesarias como para anular el acto.
El INCIDENTAL en cambio, es insuficiente para invalidar el negocio jurídico, pero puede
comprometer la responsabilidad del agente por daños y perjuicios. La diferencia entre uno y otro
radica, sustancialmente, en la circunstancia de que el dolo esencial es causa de celebración del
negocio, determinante del consentimiento de la víctima; en cambio, el dolo incidental no es
determinante del consentimiento.
Condiciones para que el dolo determine la invalidez del acto.
Para causar la invalidez del acto es necesario que el dolo sea: grave (es decir, que la contraparte no
pueda evitar ser engañada); determinante de la voluntad; causante de un daño importante (si el dolo
no causa un daño que resulte significativo desde el punto de vista económico, no existe posibilidad
de anular el negocio jurídico) y que no haya habido dolo por ambas partes.
Dolo de un tercero. ARTÍCULO 274.- Sujetos. El autor del dolo esencial y del dolo incidental
puede ser una de las partes del acto o un tercero.
(En cuanto a la responsabilidad por daños y perjuicios, la asume el tercero autor del dolo, y
solidariamente la parte sabedora del dolo).
Efectos. ARTÍCULO 275.- Responsabilidad por los daños causados. El autor del dolo esencial o
incidental debe reparar el daño causado. Responde solidariamente la parte que al tiempo de la
celebración del acto tuvo conocimiento del dolo del tercero.
Punto 4 Violencia como vicio de la voluntad. Fuerza e intimidación. Concepto y requisitos.
ARTÍCULO 276.- Fuerza e intimidación. La fuerza irresistible y las amenazas que generan el temor
de sufrir un mal grave e inminente que no se puedan contrarrestar o evitar en la persona o bienes de
la parte o de un tercero, causan la nulidad del acto. La relevancia de las amenazas debe ser juzgada
teniendo en cuenta la situación del amenazado y las demás circunstancias del caso.
El vicio que se trata comprende:
a) La violencia física, que consiste en el empleo de la fuerza física irresistible en la persona
que otorga el acto. Por ej, cuando se lleva la mano a alguien para que firme.
b) La coerción o intimidación por ofensas corporales o malos tratamientos;
c) La coerción o intimidación, cuando se inspire a uno de los agentes por injustas amenazas,
un temor fundado a sufrir un mal inminente y grave en su persona, libertad, honra o bienes,
o de su cónyuge, descendientes o ascendientes, legítimos o ilegítimos.
La violencia en cualquiera de sus formas, afecta la libertad del agente.
Requisitos:
1) Injustas amenazas: El acto sería anulable por violencia si el deudor, compelido por las
amenazas de acciones judiciales, se ve obligado a aceptar intereses usurarios o reconoce
deber una suma mayor de la realmente debida. En cambio, NO hay intimidación por
injustas amenazas, cuando el que las hace se redujese a poner en ejercicio sus derechos
propios, por ejemplo, amenazar con pedirle la quiebra o ejercer una acción penal que
cupiere por estafa o cheque sin provisión de fondos.
2) Mal inminente y grave: La inminencia importa que el sujeto está expuesto a sufrir un
perjuicio en un lapso relativamente próximo, de modo que no pueda recurrir al auxilio de la
autoridad antes de que él acaezca efectivamente. De todos modos, es relativo: en ciertas
oportunidades, la amenaza recae sobre cuestiones que la víctima no quiere revelar, y por
ello, se encuentra impedido de recurrir a la autoridad, y no por falta de tiempo (por
ejemplo, si se amenaza a alguien con dar a publicidad hechos inmorales). Del mismo modo
hay situaciones en que el mismo temor producido por la amenaza, obsta a que el sujeto
concurra a la autoridad (por ejemplo, las amenazas de las “mafias”).
También es relativa la gravedad del año, pues lo que puede ser importante para uno, puede no serlo
para otro. Con ello se ha optado por una valoración subjetiva de la violencia, en la que debe tomarse
en consideración la condición personal de quien sufre la amenaza.
3) En la persona, libertad, honra o bienes: aquellos aspectos sobre los cuales puede recaer una
amenaza injusta y que cause “fuerte impresión”.
4) Ser determinante del consentimiento.
Sujetos. ARTÍCULO 277.- Sujetos. El autor de la fuerza irresistible y de las amenazas puede ser
una de las partes del acto o un tercero.
Responsabilidad de los daños causados. Violencia de un tercero. Efectos.
ARTÍCULO 278.- Responsabilidad por los daños causados. El autor debe reparar los daños.
Responde solidariamente la parte que al tiempo de la celebración del acto tuvo conocimiento de la
fuerza irresistible o de las amenazas del tercero.

Bolilla 14
Punto 1 La lesión como vicio de los actos jurídicos.
La lesión es el daño en un contrato a título oneroso que deriva del hecho de no recibir el
equivalente de lo que se da.
Evolución histórica.
a) DERECHO ROMANO. El concepto de lesión nació en Roma. Los emperadores
Diocleciano y Maximiliano otorgaron a quien hubiera vendido por un valor inferior a la
mitad del precio real, la posibilidad de rescindir la venta o bien, de percibir la diferencia
con el precio justo. Emperadores posteriores a Diocleciano abandonaron el principio,
que renace en la época de Justiniano, aplicándose únicamente en la compraventa y a
favor del vendedor.
b) EDAD MEDIA. Durante la Edad Media, tuvo un gran desarrollo tanto en la glosa como
en el derecho escrito y en el consuetudinario. La glosa introduce el germen de la idea
subjetiva, al sostener que una venta por menos de la mitad del justo precio inclina a
pensar que ha existido fraude por alguna de las partes. Durante este periodo la lesión se
aplicó a otros contratos, como el arriendo, la transacción, el cambio o permuta, y aun la
donación.
c) DERECHO CANÓNICO. La lesión adquiere gran relevancia como medio para
combatir la usura. La aplicación de la lesión es extendida a todos los contratos, con
fundamento en que la buena fe es exigencia universal.
d) LA CODIFICACIÓN DEL SIGLO XIX. El proceso de liberalización económica que se
consagra con la Revolución Francesa llega, incluso, a abolir la lesión. No obstante, el
CC francés introduce un concepto de lesión de carácter restringido y aplicable solo a
ciertos negocios jurídicos. A pesar de que la lesión aparece como un remedio
excepcional, por vía legislativa y sin derogar el principio general, se reconocieron otros
ámbitos en que es posible invocarla; por ejemplo, en materia de locaciones, asistencia
marítima, préstamos de dinero, etc.
e) LOS CÓDIGOS CONTEMPORÁNEOS. A partir de la sanción del Código de
Napoleón, los códigos posteriores en su gran mayoría siguieron la línea de este,
adoptando una fórmula objetiva y reducida a ciertos contratos (podemos señalar los
códigos de Perú, Colombia, Nicaragua, Ecuador…). Otros códigos, en cambio,
repudiaron el instituto en cualquiera de sus manifestaciones, como el CC de Vélez. Sin
embargo, lo más destacable durante el siglo XX fue la adopción, por parte de algunos
códigos, como el suizo y el alemán, de fórmulas “objetivas-subjetivas” que encuentran
sus antecedentes en las legislaciones penales de estos países.
Clases.
a) Lesión objetiva (o lesión enorme). Aquel vicio del acto jurídico que se expresa a través de
la mera inequivalencia entre lo que se da y lo que se recibe.
b) Lesión subjetiva. Aquel vicio del acto jurídico consistente en una desproporción
injustificada de las prestaciones, originada en el aprovechamiento por una de las partes del
estado de inferioridad de la otra.

La lesión en el CCyC. Análisis del art. 332.


ARTÍCULO 332.- Lesión. Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos
cuando una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra,
obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin
justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones. Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la
desproporción debe subsistir en el momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la
primera de estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el
demandado al contestar la demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
Requisitos para su configuración.
ELEMENTOS. La conformación de la lesión exige la concurrencia de tres elementos: uno
objetivo y dos de naturaleza subjetiva.
a) Los elementos subjetivos.
➢ Un sujeto que atraviesa por un estado anormal, que se caracteriza por el estado de
necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia.
➢ Un sujeto que explote o se aproveche de la debilidad de la otra parte.
b) El elemento objetivo.
Es la obtención de una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación (a
diferencia del antecedente francés que en materia de compraventa establece una proporción fija, el
Código no indica en qué medida dicha desproporción es jurídicamente relevante para ser
considerada una “ventaja”, sino que deja librado es extremo a la apreciación judicial).
REQUISITOS FORMALES PARA INVOCAR LA LESIÓN. Puede ocurrir que con el transcurso
del tiempo y debido a distintas contingencias socioeconómicas las prestaciones que comenzaron
desproporcionadas equiparen su valor, por circunstancias objetivas, independientes a la voluntad de
las partes. Por aplicación del principio de conservación se requiere que la desproporción se
verifique al momento de la celebración del acto y subsista hasta la interposición de la demanda. Si
por cualquier causa externa y ajena al negocio, los valores se equiparan o desparece la
inequivalencia, deja de tener sustento la fundabilidad de la acción.
Se entiende que para que proceda la pretensión el acto jurídico debe ser conmutativo y
oneroso; de modo que la lesión no es admisible en los contratos gratuitos.
Presunción y carga de la prueba.
En principio, la prueba de los presupuestos de la lesión recae sobre la víctima o sus
herederos. Pero si la desproporción es evidente, salta a la vista o se puede advertir a partir de una
apreciación elemental, no se exige actividad probatoria por parte de la víctima porque las propias
cláusulas del acto, por su exorbitancia, dan cuenta de la anormalidad. La ley en este caso establece
una presunción iuris tantum sobre la existencia de la explotación del estado de inferioridad.
Probada la desproporción, por aplicación del principio según el cual quien alega un hecho
debe acreditarlo, incumbe a la demandada probar que no hubo explotación y que la desproporción
se encuentra justificada.
Acciones a que da lugar.
La víctima puede iniciar acción de nulidad o de reajuste. Si promueve la primera y el
demandado ofrece reajustar equitativamente la pretensión, la acción se transformará en acción de
reajuste. La demanda solamente puede ser intentada por la víctima o sus herederos.
Legitimados. La demanda solamente puede ser intentada por la víctima o sus herederos. De modo
que no pueden promover la acción los acreedores ni ningún otro tercero.
Término de prescripción. La acción para solicitar la nulidad o el reajuste por vicio de lesión
prescribe a los dos años, contados desde la fecha en que la obligación a cargo del lesionado debía
ser cumplida.
ARTÍCULO 2562.- Plazo de prescripción de dos años. Prescriben a los dos años:
a. el pedido de declaración de nulidad relativa y de revisión de actos jurídicos;
b. el reclamo de derecho común de daños derivados de accidentes y enfermedades del trabajo;
c. el reclamo de todo lo que se devenga por años o plazos periódicos más cortos, excepto que se
trate del reintegro de un capital en cuotas;
d. el reclamo de los daños derivados del contrato de transporte de personas o cosas;
e. el pedido de revocación de la donación por ingratitud o del legado por indignidad;
f. el pedido de declaración de inoponibilidad nacido del fraude.
ARTÍCULO 2563.- Cómputo del plazo de dos años. En la acción de declaración de nulidad relativa,
de revisión y de inoponibilidad de actos jurídicos, el plazo se cuenta:
a. si se trata de vicios de la voluntad, desde que cesó la violencia o desde que el error o el dolo se
conocieron o pudieron ser conocidos;
b. en la simulación entre partes, desde que, requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto el acto
simulado;
c. en la simulación ejercida por tercero, desde que conoció o pudo conocer el vicio del acto jurídico;
d. en la nulidad por incapacidad, desde que ésta cesó;
e. en la lesión, desde la fecha en que la obligación a cargo del lesionado debía ser cumplida;
f. en la acción de fraude, desde que se conoció o pudo conocer el vicio del acto;
g. en la revisión de actos jurídicos, desde que se conoció o pudo conocer la causa de revisión.
Punto 2 Fraude. Concepto.
Denominamos actos en fraude a la ley a los negocios jurídicos aparentemente lícitos, por
realizarse al amparo de una determinada ley vigente (ley de cobertura), pero que persiguen la
obtención de un resultado análogo o equivalente al prohibido por otra norma imperativa (ley
defraudada).
Noción sobre el estado de insolvencia y su diferencia con la cesación de pagos.
En el ámbito del derecho concursal, se define a la insolvencia como aquel estado en que el
deudor “no puede cumplir con sus obligaciones”. Este concepto legal de insolvencia no coincide
con el concepto económico.
Desde el punto de vista económico, un patrimonio es insolvente cuando el monto de su
pasivo supera la suma de los valores de su activo. El insolvente no puede pagar su pasivo ni
siquiera enajenando todos los bienes de su activo. De ahí que, tradicionalmente, se considera que el
insolvente se encuentra en situación de “quiebra económica”.
El concepto legal de “insolvencia” se aproxima al de “iliquidez”, que es, también, un
concepto económico. Una persona presenta una situación patrimonial de liquidez, cuando los
bienes del activo disponible son, por lo menos, iguales al pasivo exigible a corto plazo.

La cesación de pagos es un estado del patrimonio, que se caracteriza por la imposibilidad


de atender las obligaciones de manera regular. De modo que la cesación de pagos no se identifica
con el incumplimiento aislado de alguna obligación; ni con el desequilibrio entre el activo y el
pasivo, pues aun cuando el activo sea superior al pasivo se puede estar en cesación de pagos si no se
tiene liquidez, y viceversa puede el pasivo ser superior al activo y no estar en cesación de pagos,
pues el pasivo no es exigible.

Declaración de inoponibilidad. Requisitos para el ejercicio de la acción.


ARTÍCULO 338.- Declaración de inoponibilidad. Todo acreedor puede solicitar la declaración de
inoponibilidad de los actos celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de las renuncias al
ejercicio de derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o evitado empeorar su estado
de fortuna.
ARTÍCULO 339.- Requisitos. Son requisitos de procedencia de la acción de declaración de
inoponibilidad:
a. que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor haya actuado con el
propósito de defraudar a futuros acreedores;
b. que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;
c. que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que el acto
provocaba o agravaba la insolvencia.
Efectos y extensión de la declaración de inoponibilidad. Extinción de la acción de fraude:
acreedores y monto.
ARTÍCULO 340.- Efectos frente a terceros. Deber de indemnizar. El fraude no puede oponerse a
los acreedores del adquirente que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado
sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en el fraude; la complicidad se presume
si, al momento de contratar, conocía el estado de insolvencia.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por
los daños causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un
adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se perdieron para el acreedor. El que
contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.
ARTÍCULO 341.- Extinción de la acción. Cesa la acción de los acreedores si el adquirente de los
bienes transmitidos por el deudor los desinteresa o da garantía suficiente.
ARTÍCULO 342.- Extensión de la inoponibilidad. La declaración de inoponibilidad se pronuncia
exclusivamente en interés de los acreedores que la promueven, y hasta el importe de sus respectivos
créditos.
Prescripción de la acción.
ARTÍCULO 2563.-inc.f Cómputo del plazo de dos años. En la acción de declaración de nulidad
relativa, de revisión y de inoponibilidad de actos jurídicos, el plazo se cuenta:
a. en la acción de fraude, desde que se conoció o pudo conocer el vicio del acto;

Punto 3 Simulación. Concepto.


ARTÍCULO 333.- Caracterización. La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico
de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras, o
fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o transmiten derechos a personas
interpuestas, que no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.
Especies: Simulación absoluta y relativa, lícita e ilícita.
La simulación es ABSOLUTA cuando se celebra un acto jurídico que nada tiene de real: el
acto es pura y total apariencia (por ejemplo, cuando para evitar la acción de los acreedores, el
propietario de un inmueble lo enajena a alguien, pero de manera puramente aparente, pues en
realidad pretende seguir siendo el titular del dominio, y esa apariencia se crea solo para impedir que
sus acreedores puedan hacer valer sus derechos sobre la cosa). Es RELATIVA cuando se emplea
para dar a un acto jurídico una apariencia que oculta su verdadero carácter (por ejemplo, cuando un
padre que quiere favorecer a su hijo donándole una casa, simula con él la celebración de una
compraventa. El efecto jurídico de transmitir el dominio es querido por las partes, pero se ha
disimulado el verdadero carácter del acto que sirve de causa a esa transmisión).
Es LÍCITA cuando a nadie perjudica ni tiene un fin ilícito; es ILÍCITA cuando perjudica a
terceros o tiene una finalidad ilícita, no siendo necesario que ese fin se haya consumado. (art. 334).
La acción de simulación entre partes, requisitos, contradocumento.
La existencia del vínculo de simulación puede ser invocada por un tercero ajeno al acto, que
se ve perjudicado por él; cuanto por las mismas partes del negocio jurídico viciado, que pueden
pretender la declaración de simulado del acto viciado, cuanto la eficacia del negocio oculto.
Contradocumento es el instrumento público o privado otorgado por las partes o el
beneficiario del acto simulado, normalmente destinado a quedar secreto, en el que se declara el
verdadero contenido o carácter del acto y tendiente a restablecer la realidad de las cosas. Debe
reunir los siguientes recaudos:
- Ser otorgado por las partes del negocio o el beneficiario de la simulación;
- Referirse fatalmente al acto simulado;
- Tener simultaneidad intelectual con el acto. Es decir que no necesariamente debe ser
absolutamente contemporáneo con el negocio simulado, sino que basta con que las partes
hayan tenido el propósito deliberado de crear el contradocumento desde el momento mismo
en que se celebró el acto ostensible.
ARTÍCULO 335.- Acción entre las partes. Contradocumento. Los que otorgan un acto simulado
ilícito o que perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro sobre la
simulación, excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las resultas del ejercicio
de la acción de simulación.
La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo contradocumento. Puede
prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por las cuales no existe o no puede ser
presentado y median circunstancias que hacen inequívoca la simulación.
La acción deducida por terceros. Prueba.
ARTÍCULO 336.- Acción de terceros. Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son
afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad. Pueden acreditar la simulación por
cualquier medio de prueba.
Efectos de la declaración de simulación.
ARTÍCULO 337.- Efectos frente a terceros. Deber de indemnizar. La simulación no puede oponerse
a los acreedores del adquirente simulado que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos
en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado
sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en la simulación.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por
los daños causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un
adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se perdieron para el acreedor. El que
contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.
Término de prescripción.
ARTÍCULO 2563.-inc. B y C Cómputo del plazo de dos años. En la acción de declaración de
nulidad relativa, de revisión y de inoponibilidad de actos jurídicos, el plazo se cuenta:
b. en la simulación entre partes, desde que, requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto el
acto simulado;
c. en la simulación ejercida por tercero, desde que conoció o pudo conocer el vicio del acto
jurídico;

Bolilla 15
Punto 1 Ineficacia del acto jurídico
Se produce cuando un acto jurídico pierde la cualidad principal de su existencia, que es la cualidad
de producir los efectos propuestos.

Distintos supuestos de ineficacia: estructural y funcional o dinámica. Sus efectos sobre las
relaciones jurídicas originadas (falta)
Funcional: la causa o el vicio de la ineficacia funcional se produce en la etapa estática del acto
jurídico; las causas sobrevienen durante el transcurso del acto jurídico. por un evento ajeno a sus
estructura deja de producir efectos. Tenemos la rescisión, la resolución, retractación, revocación,
pendencia de la condición o plazo suspensivo.
Estructural: la causa o el vicio de la ineficacia es originaria. Se encuentra en la génesis del acto
jurídico. El vicio nace con el acto jurídico. En este caso se produce la nulidad, que es la sanción
legal que priva de sus efectos propios al acto jurídico a causa de un vicio originario.
o produce sus efectos por haber nacido muerto o deja de producir sus efectos retroactivamente por
haber nacido gravemente enfermo
La teoría de la inexistencia de los actos jurídicos. Su desarrollo en el Derecho Comparado y en
el Derecho Argentino
Inexistencia. Es una noción conceptual (no legal) que se aplica a ciertos hechos, que no obstante
tener la apariencia de actos jurídicos, no son tales por carecer de algún elemento esencial de ellos.
Al ser una noción conceptual no puede reglarse de la misma forma que la nulidad (cuyo régimen
legal está determinado por la misma ley), por lo que sólo el entendimiento puede indicar si algo no
es acto jurídico aunque aparente serlo, entonces no es posible tratarlo como lo que no es, ni imputar
a ese acto los efectos propios de los actos jurídicos efectivos y reales.
La teoría de la inexistencia se atribuye a Zachariae y fue adoptada por Aubry y Rau. Se difundió
rápidamentedurante el siglo XIX y todos los tratadistas franceses la han incorporado. En la
Argentina es admitida por Machado y Borda, pero refutada por Salvat y Segovia.
Cuando un acto jurídico es declarado inexistente, no corresponde que la ley determine sus
consecuencias. Simplemente la situación resultante debe quedar regida por las disposiciones que a
ella sean aplicables (obligaciones de derecho, percepción de frutos, posesión, etc) con absoluta
independencia de la apariencia de acto jurídico que tenía anteriormente.

Punto 2 Supuestos de ineficacia funcional o dinámica. Diferencias entre cada una y sus
efectos.
La resolución, la rescisión y la revocación son los casos de ineficacia funcional o dinámica. Es
decir, el acto jurídico nace válido y eficaz y por una causal sobreviniente (a veces imputable a la
conducta de las partes y a veces a hechos externos) el acto pierde eficacia, hacia el futuro y -en
algunos casos- con efectos retroactivos.
Las diferencias emanan principalmente del concepto y de los casos de cada una:
- La rescisión se produce cuando las partes por mutuo consentimiento y en tanto lo hayan previsto
en el acto celebrado, deciden extinguirlo y dejarlo sin efecto para el futuro, y si bien -como regla- se
mantienen los efectos y las consecuencias que hasta ese momento produjo, también las partes
pueden convenir que la rescisión tenga efectos retroactivos (ejemplo: rescindir un contrato de
alquiler, que siempre presupone la concurrencia de las voluntades del locador y el inquilino).
Entonces, las dos cualidades principales que te pueden servir de dato diferenciador de la rescisión
son: a) la existencia de un consentimiento recíproco de quitarle eficacia al acto; b) que esa
consecuencia sólo alcance al futuro.
- La revocación presupone un acto unilateral y no un mutuo consentimiento, en el que una de las
partes retrotrae su voluntad anterior para dejar sin eficacia al acto también hacia el futuro, pero en
este caso se mantienen indefectiblemente los efectos y las consecuencias que hasta ese momento
produjo (ejemplo: revocar un testamento).
Por ende, ya verás una clara diferencia con la anterior: aquí se necesita sólo de la voluntad de una
de las partes que celebró el acto jurídico. No hay consentimientos recíprocos.

- La resolución, en cambio, es la causal de ineficacia que se produce cuando sucede una


circunstancia sobreviniente a la celebración del acto, y contemplada por las partes al celebrarlo
como causal de resolución, que a veces puede ser producto de la conducta de una de las partes y
otras por razones ajenas a ellas. Tiene efectos retroactivos y también hacia el futuro. El ejemplo más
claro es el antiguamente llamado "pacto comisorio", que hoy tenés regulado en los arts. 1086, 1087
y 1088 del Código Civil y Comercial. Una de las partes se reserva el derecho de resolver (no
rescindir ni revocar) el contrato que firmó cuando la otra parte no cumple con las obligaciones que
asumió por dicho contrato. Te sugiero que leas bien esas tres normas para entender cómo funciona
la figura de la llamada “cláusula resolutoria”.

El acto indirecto
ARTÍCULO 385.- Acto indirecto. Un acto jurídico celebrado para obtener un resultado que es
propio de los efectos de otro acto, es válido si no se otorga para eludir una prohibición de la ley o
para perjudicar a un tercero.

Punto 3 Supuestos de ineficacia estructural: la nulidad del acto jurídico


Concepto de nulidad
Sanción de la ley que recae sobre un acto jurídico efectivo para privarlo de sus efectos propios. El
acto carece de efecto respecto de las partes y accidentalmente puede derivar efectos a favor de
terceros.

Clasificación:
a) Nulidades absolutas y relativas (criterio de distinción y consecuencias):
ARTÍCULO 386.- Criterio de distinción. Son de nulidad absoluta los actos que
contravienen el orden público, la moral o las buenas costumbres. Son de nulidad relativa los
actos a los cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del interés de ciertas
personas.
ARTÍCULO 387.- Nulidad absoluta. Consecuencias. La nulidad absoluta puede declararse
por el juez, aun sin mediar petición de parte, si es manifiesta en el momento de dictar
sentencia. Puede alegarse por el Ministerio Público y por cualquier interesado, excepto por
la parte que invoque la propia torpeza para lograr un provecho. No puede sanearse por la
confirmación del acto ni por la prescripción.
ARTÍCULO 388.- Nulidad relativa. Consecuencias. La nulidad relativa sólo puede
declararse a instancia de las personas en cuyo beneficio se establece. Excepcionalmente
puede invocarla la otra parte, si es de buena fe y ha experimentado un perjuicio importante.
Puede sanearse por la confirmación del acto y por la prescripción de la acción. La parte que
obró con ausencia de capacidad de ejercicio para el acto, no puede alegarla si obró con
dolo.
b) Nulidad total y parcial: ARTÍCULO 389.- Principio. Integración. Nulidad total es la que
se extiende a todo el acto. Nulidad parcial es la que afecta a una o varias de sus
disposiciones. La nulidad de una disposición no afecta a las otras disposiciones válidas, si
son separables. Si no son separables porque el acto no puede subsistir sin cumplir su
finalidad, se declara la nulidad total. En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez
debe integrar el acto de acuerdo a su naturaleza y los intereses que razonablemente puedan
considerarse perseguidos por las partes.

Nulidades implícitas.
Se plantea el problema de saber si es indispensable que la sanción de nulidad esté
formalmente expresada en el texto (implícita), o si es posible que el intérprete descubra una
incompatibilidad entre la norma y la eficacia de ciertos actos jurídicos, de manera que quede
excluida tácitamente la validez de este (virtual).

Articulación de la nulidad de los actos


ARTÍCULO 383.- Articulación. La nulidad puede argüirse por vía de acción u oponerse como
excepción. En todos los casos debe sustanciarse.

Punto 4 Inoponibilidad. Concepto. Principales supuestos


Para definir inoponibilidad se la distinguirá de la nulidad marcando sus diferencias.
a) La nulidad implica una invalidez completa del acto erga omnes, sin perjuicio de ciertos efectos
especiales que la ley suele concederle. El acto inoponible es ineficaz sólo respecto de ciertas
personas por lo que conserva toda su validez entre las partes y con relación a terceros.
b) En la nulidad los efectos pueden ser excesivos. En la inoponibilidad se limitan estrictamente al
interés amparado por la ley.
c) En la nulidad el vicio es originario. En la inoponibilidad puede ser posterior en uno de sus
aspectos.

Supuestos.
1º) Los actos celebrados en fraude de los acreedores son inoponibles a éstos, pero
conservan su validez entre las partes y aún respecto de los acreedores cuyo crédito tiene
fecha posterior al acto impugnado.
2º) La hipoteca no registrada es eficaz entre las partes pero no puede ser opuesta a terceros,
salvo el escribano y testigos intervinientes.
3º) El instrumento privado que carece de fecha cierta no es oponible a terceros.
4º) Los contradocumentos que dejan sin efectos o modifican actos simulados no son
oponibles a terceros.
5º) El efecto retroactivo de la confirmación de un acto que adolece de nulidad relativa, no
es oponible a los terceros que tuviesen derechos adquiridos con anterioridad a la
confirmación.

Inoponibilidad. El acto inoponible es válido entre las partes y no produce efectos respecto
de determinadas personas ajenas a él.

Efectos del acto inoponible frente a terceros


ARTÍCULO 396.- Efectos del acto inoponible frente a terceros. El acto inoponible no tiene efectos
con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.
Oportunidad para su invocación
ARTÍCULO 397.- Oportunidad para invocarla. La inoponibilidad puede hacerse valer en cualquier
momento, sin perjuicio del derecho de la otra parte a oponer la prescripción o la caducidad

Punto 5 Efectos de la declaración de la nulidad.

Efectos entre partes: la obligación de restituir y la de reparar sus consecuencias


ARTÍCULO 390.- Restitución. La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo
estado en que se hallaban antes del acto declarado nulo y obliga a las partes a restituirse
mutuamente lo que han recibido. Estas restituciones se rigen por las disposiciones relativas a la
buena o mala fe según sea el caso, de acuerdo a lo dispuesto en las normas del Capítulo 3 del Título
II del Libro Cuarto. ARTÍCULO 391.- Hechos simples. Los actos jurídicos nulos, aunque no
produzcan los efectos de los actos válidos, dan lugar en su caso a las consecuencias de los hechos
en general y a las reparaciones que correspondan
Efectos frente a terceros en cosas registrables: análisis del art. 392.
Con relación a las cosas registrables, el art. 392 reitera el art. 1051 del Código
actual, pero amplía la tutela ya que no solo se extiende a los terceros adquirientes de
inmuebles sino también a quienes hubieran adquirido muebles registrables. De tal modo,
quedan sin ningún valor los derechos reales o personales transmitidos a terceros sobre un
inmueble o mueble registrable en virtud de un acto nulo; estos bienes pueden ser
reclamados directamente a la persona que los adquirió, excepto que los hubiera recibido a
título oneroso y de buena fe.
El caso de las enajenaciones a “non domino”, interpretación doctrinaria y
jurisprudencial.
La inclusión de las denominadas “enajenaciones a non domino” (o sea, aquellas
enajenaciones que se hacen sin la intervención del legítimo titular de un bien) apunta a que
expliques sin es un supuesto de nulidad, de inoponibilidad y/o de acto inexistente. El tema
no es menor porque en caso de ser este último, el tercero adquirente de buena fe y a título
oneroso debe ceder frente al legítimo propietario que nunca intervino en la venta de un
inmueble de su patrimonio.
Hoy la cuestión está prácticamente resuelta, en especial, con la última parte del art.
392, al que te remito.

Bolilla 16
Punto 1 La convalidación de los actos jurídicos. Distintos supuestos: Ratificación.
Prescripción liberatoria. La conversión. Conceptos.
La convalidación es, en general, el saneamiento de un acto imperfecto. La confirmación es
la convalidación de los negocios jurídicos que padecen una causal de nulidad. De modo tal que la
convalidación es el género y la confirmación es la especie.
Además, existen otras especies de convalidación:
a) Ratificación: es la manifestación de voluntad de una persona que asume como propios,
hechos o actos jurídicos otorgados o ejecutados por otra en su nombre, sin mandato o
poderes suficientes. La ratificación equivale al mandato.
b) Prescripción liberatoria: es una excepción para repeler una acción por el solo hecho que el
que la entabla, ha dejado durante un lapso de tiempo de intentarla, o de ejercer el derecho al
cual ella se refiere.
c) Conversión: existe conversión del negocio jurídico, cuando un negocio no satisface los
recaudos exigidos por la ley para valer como lo han querido las partes, pero puede valer
como un acto de menores recaudos. Por ejemplo, la compraventa por instrumento privado
(boleto) vale como negocio que obliga a extender la escritura pública.

La conversión en el CCyC. Casos?


ARTÍCULO 384.- Conversión. El acto nulo puede convertirse en otro diferente válido cuyos
requisitos esenciales satisfaga, si el fin práctico perseguido por las partes permite suponer que ellas
lo habrían querido si hubiesen previsto la nulidad.

Punto 2 La confirmación de los actos jurídicos. Concepto.


La confirmación es el acto jurídico por el cual una persona hace desaparecer los vicios de
otro acto que se halla sujeto a una acción de nulidad.
Requisitos. ARTÍCULO 393.- Requisitos. Hay confirmación cuando la parte que puede articular la
nulidad relativa manifiesta expresa o tácitamente su voluntad de tener al acto por válido, después de
haber desaparecido la causa de nulidad. El acto de confirmación no requiere la conformidad de la
otra parte.
Actos susceptibles de confirmación.
Se pueden confirmar los negocios jurídicos que padecen un vicio que cause su nulidad
relativa. Por ende, no son susceptibles de confirmación los negocios afectados de nulidad absoluta.
¿Por qué? Porque en la nulidad relativa solo se tutela un interés privado, por lo que la parte que
podría invocar la nulidad del negocio, puede también no hacerlo y pretender que los efectos de éste
se produzcan. En cambio, en la nulidad absoluta hay un interés general comprometido, por lo que la
voluntad de las partes resulta allí irrelevante.
Especies de confirmación. Condiciones de fondo y forma para su validez (art. 394).
Hay dos formas de confirmación: expresa y tácita. La confirmación EXPRESA es la que
resulta de la manifestación expresa de la voluntad del sujeto legitimado para confirmar. Esa
voluntad, además de expresa, debe ser escrita. La confirmación TÁCITA es la que resulta del
cumplimiento total o parcial del acto nulo realizado con conocimiento de la causa de nulidad o de
otro acto del que se deriva la voluntad inequívoca de sanear el vicio del acto.
ARTÍCULO 394.- Forma. Si la confirmación es expresa, el instrumento en que ella conste debe
reunir las formas exigidas para el acto que se sanea y contener la mención precisa de la causa de la
nulidad, de su desaparición y de la voluntad de confirmar el acto.
La confirmación tácita resulta del cumplimiento total o parcial del acto nulo realizado con
conocimiento de la causa de nulidad o de otro acto del que se deriva la voluntad inequívoca de
sanear el vicio del acto.
Efectos entre las partes y frente a terceros.
ARTÍCULO 395.- Efecto retroactivo. La confirmación del acto entre vivos originalmente nulo tiene
efecto retroactivo a la fecha en que se celebró. La confirmación de disposiciones de última voluntad
opera desde la muerte del causante.
La retroactividad de la confirmación no perjudica los derechos de terceros de buena fe.
Punto 3 Efectos del transcurso del tiempo sobre las acciones y derechos. Prescripción.
Concepto.
La prescripción es una figura jurídica mediante la cual el simple transcurso del tiempo
produce la consolidación de las situaciones de hecho, permitiendo la extinción o adquisición de
derechos.
Clasificación.
Se clasifica en prescripción liberatoria y prescripción adquisitiva.
La prescripción extintiva o liberatoria es aquella mediante la cual se pierde el derecho de
ejercer una acción por el transcurso del tiempo.
La prescripción adquisitiva, también llamada usucapión es un modo de adquirir la propiedad de
una cosa. La prescripción adquisitiva compete a aquella persona que mediante el transcurso de
cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley ha poseído un bien inmueble, se ejerce
contra quien aparezca como propietario de esos bienes en el Registro Público de la Propiedad, con
el fin de que se declare que se ha consumado y que ha adquirido por prescripción la propiedad del
inmueble reclamado.
Normas generales del CCyC.
Disposiciones comunes a la prescripción liberatoria y adquisitiva.
ARTÍCULO 2532.- Ámbito de aplicación. En ausencia de disposiciones específicas, las normas de
este Capítulo son aplicables a la prescripción adquisitiva y liberatoria.
Las legislaciones locales podrán regular esta última en cuanto al plazo de tributos.
ARTÍCULO 2533.- Carácter imperativo. Las normas relativas a la prescripción no pueden ser
modificadas por convención.
ARTÍCULO 2534.- Sujetos. La prescripción opera a favor y en contra de todas las personas,
excepto disposición legal en contrario. Los acreedores y cualquier interesado pueden oponer la
prescripción, aunque el obligado o propietario no la invoque o la renuncie.
ARTÍCULO 2535.- Renuncia. La prescripción ya ganada puede ser renunciada por las personas que
pueden otorgar actos de disposición. La renuncia a la prescripción por uno de los codeudores o
coposeedores no surte efectos respecto de los demás. No procede la acción de regreso del codeudor
renunciante contra sus codeudores liberados por la prescripción.
ARTÍCULO 2536.- Invocación de la prescripción. La prescripción puede ser invocada en todos los
casos, con excepción de los supuestos previstos por la ley.
ARTÍCULO 2537.- Modificación de los plazos por ley posterior. Los plazos de prescripción en
curso al momento de entrada en vigencia de una nueva ley se rigen por la ley anterior.
Sin embargo, si por esa ley se requiere mayor tiempo que el que fijan las nuevas, quedan cumplidos
una vez que transcurra el tiempo designado por las nuevas leyes, contado desde el día de su
vigencia, excepto que el plazo fijado por la ley antigua finalice antes que el nuevo plazo contado a
partir de la vigencia de la nueva ley, en cuyo caso se mantiene el de la ley anterior.
Prescripción liberatoria. Concepto (NOMBRADO ANTERIORMENTE).
Interrupción y suspensión de la prescripción: diferencias y distintos supuestos.
Suspensión:
ARTÍCULO 2539.- Efectos. La suspensión de la prescripción detiene el cómputo del tiempo por el
lapso que dura pero aprovecha el período transcurrido hasta que ella comenzó.
ARTÍCULO 2540.- Alcance subjetivo. La suspensión de la prescripción no se extiende a favor ni en
contra de los interesados, excepto que se trate de obligaciones solidarias o indivisibles.
ARTÍCULO 2541.- Suspensión por interpelación fehaciente. El curso de la prescripción se
suspende, por una sola vez, por la interpelación fehaciente hecha por el titular del derecho contra el
deudor o el poseedor. Esta suspensión sólo tiene efecto durante seis meses o el plazo menor que
corresponda a la prescripción de la acción.
ARTÍCULO 2542.- Suspensión por pedido de mediación. El curso de la prescripción se suspende
desde la expedición por medio fehaciente de la comunicación de la fecha de la audiencia de
mediación o desde su celebración, lo que ocurra primero.
El plazo de prescripción se reanuda a partir de los veinte días contados desde el momento en que el
acta de cierre del procedimiento de mediación se encuentre a disposición de las partes.
ARTÍCULO 2543.- Casos especiales. El curso de la prescripción se suspende:
a. entre cónyuges, durante el matrimonio;
b. entre convivientes, durante la unión convivencial;
c. entre las personas incapaces y con capacidad restringida y sus padres, tutores, curadores
o apoyos, durante la responsabilidad parental, la tutela, la curatela o la medida de apoyo;
d. entre las personas jurídicas y sus administradores o integrantes de sus órganos de
fiscalización, mientras continúan en el ejercicio del cargo;
e. a favor y en contra del heredero con responsabilidad limitada, respecto de los reclamos
que tienen por causa la defensa de derechos sobre bienes del acervo hereditario.
Interrupción:
ARTÍCULO 2544.- Efectos. El efecto de la interrupción de la prescripción es tener por no sucedido
el lapso que la precede e iniciar un nuevo plazo.
ARTÍCULO 2545.- Interrupción por reconocimiento. El curso de la prescripción se interrumpe por
el reconocimiento que el deudor o poseedor efectúa del derecho de aquel contra quien prescribe.
ARTÍCULO 2546.- Interrupción por petición judicial. El curso de la prescripción se interrumpe por
toda petición del titular del derecho ante autoridad judicial que traduce la intención de no
abandonarlo, contra el poseedor, su representante en la posesión, o el deudor, aunque sea
defectuosa, realizada por persona incapaz, ante tribunal incompetente, o en el plazo de gracia
previsto en el ordenamiento procesal aplicable.
ARTÍCULO 2547.- Duración de los efectos. Los efectos interruptivos del curso de la prescripción
permanecen hasta que deviene firme la resolución que pone fin a la cuestión, con autoridad de cosa
juzgada formal.
La interrupción del curso de la prescripción se tiene por no sucedida si se desiste del proceso o
caduca la instancia.
ARTÍCULO 2548.- Interrupción por solicitud de arbitraje. El curso de la prescripción se interrumpe
por la solicitud de arbitraje. Los efectos de esta causal se rigen por lo dispuesto para la interrupción
de la prescripción por petición judicial, en cuanto sea aplicable.
ARTÍCULO 2549.- Alcance subjetivo. La interrupción de la prescripción no se extiende a favor ni
en contra de los interesados, excepto que se trate de obligaciones solidarias o indivisibles.
Oportunidad para oponer la prescripción.
ARTÍCULO 2553.- Oportunidad procesal para oponerla. La prescripción debe oponerse dentro del
plazo para contestar la demanda en los procesos de conocimiento, y para oponer excepciones en los
procesos de ejecución.
Los terceros interesados que comparecen al juicio vencidos los términos aplicables a las partes,
deben hacerlo en su primera presentación.
La caducidad. Diferencia con la prescripción.
La caducidad es un modo de extinguir derechos por su no uso.
Una diferencia sustancial entre prescripción extintiva y caducidad es que la prescripción es lo
normal y corriente en cualquier derecho, pues casi todos son susceptibles de prescribir en
sus acciones, cuyos plazos están solo fijados por ley y no por voluntad de las partes; en cambio la
caducidad afecta a muy pocos derechos determinados legal o convencionalmente.

Quien sufrió la caducidad de su derecho ya no lo posee, pues se acabó, en cambio quien posee un
derecho prescripto, lo sigue poseyendo aunque no puede reclamar su cumplimiento por vía judicial,
a través de una acción. Sin embargo es titular de un derecho creditorio natural, que significa que el
derecho existe, y que si el deudor paga, puede retener el acreedor lo pagado.
Los términos de caducidad, en general son más cortos que los de prescripción; y no son
susceptibles de ser suspendidos o interrumpidos como sucede en la prescripción.
El régimen del CCyC.
ARTÍCULO 2566.- Efectos. La caducidad extingue el derecho no ejercido.
ARTÍCULO 2567.- Suspensión e interrupción. Los plazos de caducidad no se suspenden ni se
interrumpen, excepto disposición legal en contrario.
ARTÍCULO 2568.- Nulidad de la cláusula de caducidad. Es nula la cláusula que establece un plazo
de caducidad que hace excesivamente difícil a una de las partes el cumplimiento del acto requerido
para el mantenimiento del derecho o que implica un fraude a las disposiciones legales relativas a la
prescripción.
ARTÍCULO 2569.- Actos que impiden la caducidad. Impide la caducidad:
a. el cumplimiento del acto previsto por la ley o por el acto jurídico;
b. el reconocimiento del derecho realizado por la persona contra la cual se pretende hacer
valer la caducidad prevista en un acto jurídico o en una norma relativa a derechos
disponibles.
ARTÍCULO 2570.- Caducidad y prescripción. Los actos que impiden la caducidad no obstan a la
aplicación de las disposiciones que rigen la prescripción.
ARTÍCULO 2571.- Renuncia a la caducidad. Las partes no pueden renunciar ni alterar las
disposiciones legales sobre caducidad establecidas en materia sustraída a su disponibilidad. La
renuncia a la caducidad de derechos disponibles no obsta a la aplicación de las normas relativas a la
prescripción.
ARTÍCULO 2572.- Facultades judiciales. La caducidad sólo debe ser declarada de oficio por el juez
cuando está establecida por la ley y es materia sustraída a la disponibilidad de las partes.

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