diferencias del parkinson en mujeres

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FACULTAD DE ENFERMERÍA

TRABAJO FINAL DE GRADO

LA IMPORTANCIA DEL SEXO FEMENINO EN LA


ENFERMEDAD DE PARKINSON

THE IMPORTANCE OF FEMALE GENDER IN


PARKINSON'S DISEASE

Autora: María Echevarría Blanco


Tutora: Mª José Noriega Borge
Curso 2020 - 2021
AVISO RESPONSABILIDAD UC
Este documento es el resultado del Trabajo Fin de Grado de un alumno, siendo su autor
responsable de su contenido.
Se trata por tanto de un trabajo académico que puede contener errores detectados por
el tribunal y que pueden no haber sido corregidos por el autor en la presente edición.
Debido a dicha orientación académica no debe hacerse un uso profesional de su contenido.
Este tipo de trabajos, junto con su defensa, pueden haber obtenido una nota que oscila
entre 5 y 10 puntos, por lo que la calidad y el número de errores que puedan contener difieren
en gran medida entre unos trabajos y otros,
La Universidad de Cantabria, el Centro, los miembros del Tribunal de Trabajos Fin de
Grado, así como el profesor tutor/director no son responsables del contenido último de este
Trabajo.

2
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer en primer lugar a mis padres, quienes han sido desde siempre mi
principal pilar y quienes han dedicado todo su esfuerzo, su tiempo y sus recursos para educarme
de la mejor manera posible. Gracias por haberme animado y ayudado a seguir, por enseñarme
que nunca hay que rendirse.
También quiero dar las gracias a Oliva San Millán Pérez por haber sido mi cómplice en
esta aventura hasta el último momento y a Mª Antonia Haya Gómez, quien ha sido mi inspiración
para la realización de este trabajo. A ambas dos las doy las gracias por haberme inspirado
siempre con su ejemplo.

3
ÍNDICE

AVISO RESPONSABILIDAD UC ............................................................................................................ 2

AGRADECIMIENTOS.......................................................................................................................... 3

ÍNDICE ............................................................................................................................................. 4

GLOSARIO ABREVIATURAS................................................................................................................ 5

RESUMEN ........................................................................................................................................ 6

1. INTRODUCCIÓN: ENFERMEDAD DE PARKINSON ............................................................................. 7

2. OBJETIVOS ................................................................................................................................. 10
2.1. OBJETIVO PRINCIPAL ....................................................................................................................... 10
2.1. OBJETIVOS SECUNDARIOS ............................................................................................................... 10

3. METODOLOGÍA........................................................................................................................... 10

4. DIFERENCIAS DE SEXO................................................................................................................. 11
4.1. DIFERENCIAS EPIDEMIOLÓGICAS DE SEXO ..................................................................................... 11
4.2. DIFERENCIAS DE SEXO EN SÍNTOMAS MOTORES............................................................................ 11
4.3. DIFERENCIAS DE SEXO EN SÍNTOMAS NO MOTORES...................................................................... 13
4.4. CALIDAD DE VIDA ............................................................................................................................ 15

5. MARCADORES Y FACTORES DE RIESGO ........................................................................................ 16


5.1. FACTORES GENÉTICOS..................................................................................................................... 16
5.2. FACTORES MEDIOAMBIENTALES..................................................................................................... 17

6. TRATAMIENTO ........................................................................................................................... 18
6.1. TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS ............................................................................................... 18
6.2. ESTRÓGENOS ................................................................................................................................... 18
6.3. INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS .................................................................................................... 19

7. PAPEL DE LA ENFERMERÍA EN LA EP ............................................................................................ 21

8. CONCLUSIONES .......................................................................................................................... 22

9. BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................. 23

10. ANEXOS.................................................................................................................................... 27

4
GLOSARIO ABREVIATURAS
ABVD: Actividades Básicas de la Vida Diaria
CVRS: Calidad de Vida Relacionada con la Salud
DEEP: Desgaste en la Enfermedad de Parkinson
ECP: Estimulación Cerebral Profunda
EP: Enfermedad de Parkinson
FNMs: Fluctuaciones No Motoras
NMSS: Escala de los Síntomas No-Motrices de la Enfermedad de Parkinson
SM: Síntomas Motores
SNM: Síntomas No Motores
SNP: Polimorfismo de Nucleótido Único
TRE: Terapia de Reemplazo con Estrógenos
UPDRS: Escala Unificada para la Enfermedad del Parkinson

5
RESUMEN
RESUMEN
La enfermedad de Parkinson es un trastorno crónico neurodegenerativo que afecta al
estado físico, social, funcional y emocional de quienes la sufren.
Las diferencias relacionadas con el sexo biológico en cuanto al desarrollo de la
enfermedad de Parkinson son un factor muy importante. A pesar de que los hombres tienen
mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad, son las mujeres quienes tienen una tasa de
mortalidad más elevada y una progresión más rápida de esta.
En este trabajo se ha realizado una revisión bibliográfica, a través de una búsqueda en
diferentes bases de datos, y se han encontrado diferencias relevantes de la EP en relación a
aspectos como los síntomas motores y no motores, los factores de riesgo de la enfermedad y la
respuesta a los distintos tratamientos.
Sin embargo, a pesar de toda esta información que pone en claro las diferencias
existentes, los estudios con respecto al sexo femenino son escasos, así como la actuación de los
profesionales sanitarios ya que, aunque existiendo protocolos de detección temprana de la
enfermedad y del control de su sintomatología, no se hace diferencia ni se personaliza el trato
al paciente en función del sexo y sus características más comunes.
Palabras clave: enfermedad de Parkinson; sexo femenino; diferencias sexuales.

ABSTRACT
Parkinson's disease is a chronic neurodegenerative disorder that affects the physical,
social, functional and emotional state of those who suffer from it.
Biological sex-related differences in the development of Parkinson's disease are a very
important factor. Although men are more likely to develop the disease, it is women who have a
higher mortality rate and a faster progression of it.
In this work, a bibliographic review has been carried out through a search in different
databases and relevant differences have been found in PD in relation to aspects such as motor
and non-motor symptoms, risk factors for the disease and response to the different treatments.
However, despite all this information that makes clear the existing differences, studies
regarding the female sex are scarce, as well as the performance of health professionals since,
although there are protocols for early detection of the disease and control. From their
symptoms, the treatment of the patient is not made different or personalized based on sex and
their most common characteristics.
Keywords: Parkinson's disease; female sex; sexual differences.

6
1. INTRODUCCIÓN: ENFERMEDAD DE PARKINSON
Los trastornos neurológicos son un problema de salud que repercute a personas de
diferentes edades y sexos de forma mundial. Todas las patologías que dañan al sistema nervioso
central se asocian con una disminución de la calidad de vida, un aumento de la discapacidad y
una pérdida de rendimiento funcional 1.
La enfermedad de Parkinson (EP) es la afectación neurológica más frecuente en el
anciano, junto con la demencia.
Atañe tanto a hombres como a mujeres, y más del 70% de las personas diagnosticadas
de Parkinson supera los 65 años; aunque no es una enfermedad exclusivamente de personas de
edad avanzada, ya que el 30% de los diagnosticados tienen menos de 65 años 2.
Según la Federación Española de Parkinson, en España sufren esta enfermedad más de
160.000 personas. En el mundo, más de 7 millones 3.
El nombre de este padecimiento se debe al médico inglés James Parkinson (1755 –
1824), quien la describió en el año 1817, bajo el nombre de “parálisis temblorosa” o “parálisis
agitante” 4.
La EP pertenece a los llamados Trastornos del Movimiento y a día de hoy se desconoce
su causa última. Sin embargo, se considera que se podría deber a una combinación de factores
genéticos, medioambientales y aquellos que son derivados del propio envejecimiento. El
diagnóstico se realiza en base a la historia clínica y la exploración neurológica de la persona, ya
que no existe un único marcador biológico exclusivo.
En cuanto a su fisiopatología, la EP se trata de un trastorno neurodegenerativo que
afecta al sistema nervioso de forma crónica y progresiva. Se caracteriza por una gran pérdida o
degeneración de un grupo de neuronas encargadas de controlar y coordinar los movimientos
corporales y el tono muscular.
Las neuronas en conjunto, forman un núcleo denominado sustancia negra la cual se
encuentra en el tronco del encéfalo; zona en la que, junto a otros núcleos, se controla el
movimiento, la consciencia, la alerta, la visión y la audición.
La sustancia negra se divide en dos regiones: la parte compacta y la parte reticulada,
cada una con funciones propias. Este núcleo establece una conexión entre el mesencéfalo y las
distintas regiones del sistema nervioso implicadas en funciones motoras y no motoras.
Por un lado, la parte compacta transmite señales al resto de ganglios basales y emite
proyecciones dopaminérgicas al neoestriado, teniendo un papel fundamental en el inicio y en la
regulación de la motricidad fina.
Por otro lado, la parte reticulada conecta los ganglios basales a otras zonas del encéfalo,
como el tálamo (zona clave para el intercambio de información entre las estructuras
subcorticales y la corteza cerebral) e influye en otros procesos, como en los movimientos
oculares y, especialmente, en la inhibición neuronal (a través del GABA) sobre la sustancia negra
compacta.
La parte compacta es más oscura que la reticulada debido a que la neuromelanina se
encuentra en las neuronas dopaminérgicas. Al perderse dichas neuronas, el núcleo palidece
dejándose de producir dopamina. La dopamina se trata de un derivado aminoacídico que actúa
como neurotransmisor; es decir, es capaz de transportar información desde un grupo de
neuronas a otro a través de mecanismos químicos y eléctricos.
La dopamina y el sistema cerebral de recompensa explican el papel tan importante que
tiene la parte compacta en el aprendizaje de la respuesta frente a los estímulos. Cuando
obtenemos una recompensa, el organismo secreta dopamina provocando sensaciones

7
placenteras. De este modo, gracias a la sustancia negra se lleva a cabo una integración entre los
estímulos y las reacciones, provocando que ciertos datos externos hagan más posible la
repetición de comportamiento.
Ha quedado demostrado que las lesiones que se encuentran en la parte compacta
provocan déficits en la percepción del tiempo, particularmente en la detección de intervalos
entre estímulos.
Las neuronas dopaminérgicas de la parte compacta son imprescindibles para regular los
ciclos de sueño-vigilia, siendo destacable el papel que desempeñan en el sueño REM o de
movimientos oculares rápidos. Esto podría explicar los problemas de sueño que se producen
frecuentemente en la EP ya que el tracto nigroestriado depende de la dopamina y son los daños
que se producen en esta vía la causa de la enfermedad de Parkinson 5,2,6.

Figura1. Corte sagital del cerebro que muestra la ubicación de la Sustancia Negra en el mismo 7

La EP presenta una sintomatología muy característica:


Existen síntomas motores, siendo los principales los temblores lentos y rítmicos que
predominan en reposo, la rigidez muscular que provoca una resistencia a la hora de mover
extremidades (hipertonía muscular), la bradicinesia percibida en la falta de expresión facial o
torpeza al manipular objetos, la inclinación hacia delante del tronco y la cabeza, y una posición
de codos y rodillas encogidos que provoca irregularidades posturales, y las anomalías en el
caminar que se refleja en una marcha lenta y en una acción de arrastrado de los pies, a veces
dando pasos rápidos y cortos con dificultad para parar (festinación), o con episodios de bloqueo
de la marcha.
Por otro lado, encontramos síntomas no motores como trastornos neuropsiquiátricos
(trastornos afectivos, alteraciones cognitivas, delirios), trastornos del sueño, autonómicos
(hipotensión ortostática, alteraciones de la micción), trastornos digestivos (disfagia) y trastornos
sensoriales (dolor, parestesias).
La EP evoluciona de manera diferente en cada persona, por lo que el tratamiento suele
estar adaptado a las necesidades de cada momento. En la actualidad no existe tratamiento
curativo para la EP, sino que los utilizados están centrados en mejorar la sintomatología y la
calidad de vida. Para ello existen fármacos (como la Levodopa) y estimulaciones cerebrales
profundas. Aunque también se pueden realizar actividades con un fin rehabilitador (fisioterapia,
logopedia, terapia ocupacional o psicología) para aumentar la autonomía e independencia de la
persona 5.

8
Esta enfermedad afecta prácticamente por igual a hombres y a mujeres. Existe en todas
las razas y los continentes, aunque con ligeras variaciones. Sin embargo, cada vez hay más
pruebas que apuntan al sexo biológico como un factor importante en el desarrollo y la expresión
fenotípica de la EP. Algunas de estas variantes, están recogidas de forma general en la Figura 2.

Figura 2. Diferencias en la sintomatología y factores de riesgo entre hombres y mujeres en la


Enfermedad de Parkinson (modificada Cerri S. et al) 8

El riesgo de desarrollar EP es dos veces más alto en los hombres que en las mujeres,
pero las mujeres tienen una tasa de mortalidad elevada y una progresión más rápida de la
enfermedad. Además, los síntomas motores y no motores, la respuesta a los tratamientos y los
factores de riesgo de enfermedad difieren entre mujeres y hombres.
Aunque las mujeres diagnosticadas con EP son una parte considerable de la población
con EP, sus necesidades específicas todavía se pasan por alto. Los estudios que consideran el
sexo femenino como una variable importante a tener en cuenta, están muy poco representados
en la investigación.
La epidemiología y las manifestaciones de la enfermedad de la EP parecen diferir
ligeramente en hombres y mujeres; y parece relevante considerar las diferencias de sexo en la
EP, dado su posible impacto potencial en las estrategias de tratamiento, los resultados y la
planificación social 8,9.

9
2. OBJETIVOS
Los objetivos de la presente revisión se han dividido en objetivo principal y objetivos
secundarios.

2.1. OBJETIVO PRINCIPAL


• Describir las diferencias de la EP en función del sexo del paciente.

2.1. OBJETIVOS SECUNDARIOS


• Exponer las diferencias epidemiológicas, de sintomatología y tratamiento de la EP en
base al sexo.
• Reflexionar en torno al rol de la enfermería en el cuidado del paciente con EP, su calidad
de vida y el posible papel diferencial que podría incluirse en la atención según el sexo.

3. METODOLOGÍA
Se ha llevado a cabo una búsqueda en las bases de datos PUBMED, SCOPUS, GOOGLE
ACADÉMICO y SCIELO. La búsqueda se ha efectuado en inglés y español, limitando el periodo de
búsqueda a los artículos que se han publicado en los últimos 10 años.
Para localizar los artículos que forman parte de este estudio se emplearon los
operadores booleanos “AND” y “OR”, siendo los términos MEsH empleados los siguientes:
Parkinson's disease; female sex; sexual differences.
Los artículos que se han utilizado se incluyen en la Bibliografía de este Trabajo.

10
4. DIFERENCIAS DE SEXO

4.1. DIFERENCIAS EPIDEMIOLÓGICAS DE SEXO


Existe dificultad para encontrar datos cualitativos exactos y comunes entre todos los
estudios, aun así, en todos ellos se pueden observar diferencias basadas en el sexo para los
factores que influyen en el pronóstico de vida en la EP, como que un diagnóstico de EP con
demencia tiene un mayor impacto en la esperanza de vida de las mujeres 10.
Asimismo, las tasas de prevalencia de la EP ajustadas por edad son más altas en hombres
que en mujeres, incluso en diferentes grupos étnicos; siendo a veces la prevalencia de la EP en
los hombres es casi dos veces mayor que en las mujeres.
Además, la edad de inicio tiende a ser más tardía en las mujeres 9, llegándose a saber
que la edad promedio de aparición de la EP en las mujeres es de 53,4 mientras que en ellos se
sitúa en los 51,3 años 11.
Existe también una mayor incidencia de la EP relacionada con la edad en ambos sexos,
pero esta aumenta en los varones que se encuentran entre los 60-69 y 70-79 años 12, tanto si
padecen o no demencia.
Otra característica que se ha analizado es el peso de la persona, viéndose que los
pacientes con bajo peso tenían peor pronóstico que aquellos sin bajo peso y la diferencia fue
mayor en los hombres que en las mujeres. Un índice de masa corporal bajo (<18,5) está muy
asociado una supervivencia menor, pero esto ocurre sólo en los hombres. En las mujeres, cuanto
mayor es el IMC, mejor es el pronóstico de supervivencia. Sin embargo, las diferencias no fueron
estadísticamente significativa 13.

4.2. DIFERENCIAS DE SEXO EN SÍNTOMAS MOTORES


El diagnóstico de la EP está basado principalmente en la existencia de SM (síntomas
motores). Estas diferencias basadas en el sexo pueden tener gran relevancia en el diagnóstico y
el tratamiento de le enfermedad. El sexo puede llegar a ser un factor importante cuando se
relaciona con la expresión de las características de la EP durante su curso sintomático.
Baba et al. pudieron estudiar y observar estas diferencias, las cuales se recogen en la
Tabla 1 14.
En dicho trabajo se evaluó la escala de Hoehn y Yahr (Anexo 1)17, utilizada para
establecer el estadio evolutivo y la progresión de la enfermedad, clasificando al paciente en
relación a la severidad de los síntomas. La mayor parte de los pacientes se encuentran en el
estadio 2,5 o incluso por debajo; sin embargo, las mujeres tenían una mayor proporción de
individuos con una escala de estadio 3 o más (33% - 19%, mujeres y hombres respectivamente).
También utilizaron la UPDRS (Escala Unificada para la Enfermedad del Parkinson) (Anexo
16
2) que comprende 4 partes con 65 ítems los cuales tienen 5 opciones de respuesta: 0 normal,
1 ligero, 2 leve, 3 moderado y 4 grave, que se suman para dar una puntuación en cada parte y
una puntuación total.
Al evaluar a los pacientes, aparecieron diferencias con respecto al sexo: la puntuación
de la subescala de inestabilidad y discinesia fue significativamente peor entre las mujeres,
mientras que la puntuación de la subescala de rigidez fue significativamente peor para los
hombres. La puntuación motora general de la UPDRS modificada no fue significativamente
diferente entre hombres y mujeres. Además, la correlación entre la puntuación motora general
UPDRS y la duración de la enfermedad al inicio del estudio fue casi idéntica entre hombres y
mujeres.

11
Tabla1. Resultados de las características clínica basadas en sexo (modificada Baba et al.) 14

SEXO MASCULINO SEXO FEMENINO


(n = 818) (n = 410)

Escala de Hoehn y Yahr modificada


Menor < estadío 1,5 81 (9.9) 41 (10)
Estadio 1,5 14 (1,7) 7 (1,7)
Estadio 2 403 (49,3) 162 (39,5)
Estadio 2,5 150 (18,3) 60 (14,6)
Estadio 3 90 (11) 81 (19,8)
Estadio 4 60 (7,3) 32 (7,8)
Estadio 5 20 (2,4) 27 (6,6)

UPDRS modificada
Puntuación motora total 31 (14,2) 30 (13,7)
Puntuación temblor 2,8 (3,3) 2,5 (3,1)
Puntuación rigidez 8 (4) 7,2 (3,6)
Puntuación bradiquinesia 12,9 (6,7) 12,7 (6,6)
Puntuación disquinesia 0,8 (2,1) 1,1 (2,4)
Puntuación inestabilidad 3,9 (3,4) 4,6 (3,9)

ABVD
No independencia 511 (62,5) 235 (57,3)
Baja dependencia 168 (20,5) 76 (18,5)
Moderada dependencia 102 (12,5) 54 (13,2)
Severa dependencia 30 (3,7) 37 (9)
Dependencia total 7 (0,9) 8 (2)

En cuanto al análisis de las ABVD (Actividades Básicas de la Vida Diaria), las mujeres
mostraron capacidad de realizarlas significativamente peor 14; estando relacionado con que el
sexo femenino tiene mayor probabilidad de sufrir caídas esporádicas que pueden progresar a
caídas frecuentes.
En otro estudio 11, se investigó el deterioro motor y la degeneración nigroestriatal en un
grupo de pacientes con EP que no estaban recibiendo levodopa o agonistas dopaminérgicos
(duración de la enfermedad menor o igual a 10 años) y se examinó la influencia del sexo y el
estado de los estrógenos en:
1. La edad de inicio.
2. El síntoma de presentación.
3. La gravedad y la progresión de los síntomas motores (UPDRS-III).
4. La cantidad y progresión de la degeneración nigroestriatal (mediciones de tomografía
computarizada por emisión de fotón único).

12
En los resultados se observó que, en las mujeres, la edad de inicio de la enfermedad se
correlacionó positivamente con la paridad, la edad de la menopausia y la esperanza de vida
fértil. Los pacientes con temblor tenían una edad de inicio de 3,6 años mayor y un deterioro de
UPDRS-III un 38% más lento. Las puntuaciones medias de UPDRS-III al inicio de la enfermedad
fueron iguales para ambos sexos, al igual que la tasa de deterioro, aunque las mujeres tenían un
16% más de degeneración nigroestriatal que los hombres al inicio de los síntomas y durante el
curso de la EP.
Esto sugiere que, en las mujeres, el desarrollo de la EP sintomática puede verse retrasado
por niveles más altos de dopamina estriatal fisiológica, posiblemente debido a la actividad de
los estrógenos. Esto podría explicar las observaciones epidemiológicas de una menor incidencia
y una mayor edad de inicio en ellas. Las mujeres también presentaron con mayor frecuencia
temblores (67%) que los hombres (48%) (Figura 3) que, a su vez, se asocian con un deterioro
motor más leve y degeneración estriatal lo que sugiere un fenotipo más benigno en mujeres con
EP 11.

Figura 3. Síntomas motores: las mujeres presentan más temblor que los hombres en todos los
rangos de edad 11

Colombo D. et al 18 realizaron un estudio llamado “Detección Temprana de Desgaste en


la Enfermedad de Parkinson”, o Estudio DEEP, para observar la frecuencia de los fenómenos de
deterioro global entre una amplia población de pacientes, y evaluar los fenómenos asociados a
este y el impacto que ejercía en la calidad de vida del paciente, incluyendo las diferencias de
sexo.
Los resultados concluyeron que las mujeres con EP tienen un mayor riesgo (80,1%) de
sufrir este desgaste. Se observó que la prevalencia de deterioro fue mayor entre las mujeres,
según el juicio de los neurólogos (61,9% frente a 53,8% en hombres).

4.3. DIFERENCIAS DE SEXO EN SÍNTOMAS NO MOTORES


Los síntomas no motores (SNM) afectan profundamente la calidad de vida de los
pacientes con EP, y también a la de sus cuidadores. Para comprender mejor la fisiopatología, la
presentación clínica, la respuesta a la medicación y el pronóstico de la enfermedad, se debe
identificar y analizar los posibles factores que tienen un impacto sobre esta. Se ha informado
que el sexo posiblemente influya en la incidencia, la prevalencia y la presentación motora en la
EP, así como en otras afecciones neurológicas; sin embargo, los resultados no han sido
uniformes debido a las distintas escalas utilizadas para analizar los parámetros mencionados
anteriormente.

13
De los nueve dominios en el Escala de los Síntomas No-Motrices de la Enfermedad de
Parkinson (NMSS) (Anexo 3) 19, se ha observado que la disfunción sexual es más común en los
hombres mientras que síntomas del estado de ánimo entre los que se incluyen pérdida de
interés por el entorno, falta de motivación, sensación de nerviosismo y dificultad para
experimentar placer se han reportado con frecuencia entre las mujeres, en una proporción más
alta en comparación con los hombres.
Según Martinez-Martin et al. 20, las mujeres tienen una carga de SNM significativamente
mayor (según la puntuación del NMSS) en comparación con los hombres. El dominio de SNM
que más afecta a las mujeres fue el dominio "misceláneo", que incluye dolor inexplicable,
cambio de peso, sudoración excesiva, cambio en la capacidad para saborear u oler. También, las
mujeres tienen mayor prevalencia de sufrir de bajo estado de ánimo, dolor, fatiga, nerviosismo,
estreñimiento y síntomas de piernas inquietas en comparación con los hombres.
Posteriormente, Solla et al. 21 observaron resultados similares en un estudio que comparó SNM
en 156 hombres y mujeres, los cuales fueron:
1. Mayor carga de SNM en mujeres.
2. Mayor prevalencia de SNM en el estado de ánimo/apatía, sueño/fatiga y dominios
cardiovasculares en mujeres.
3. Mayor prevalencia de disfunción sexual en hombres.
Sin embargo, es necesario la realización de un mayor número de estudios longitudinales
para comprender el curso natural de estos SNM en ambos sexos.
La asociación del deterioro cognitivo con el sexo masculino ha sido bastante consistente en
estudios previos sobre pacientes con EP y, aunque existe una mayor prevalencia y riesgo de
deterioro cognitivo en hombres, no está claro si estos datos representan un efecto específico
de sexo, o si son un reflejo de las diferencias generales relacionadas con el sexo en las funciones
cognitivas. Estudios previos en población sana que exploran tales diferencias de sexo en las
funciones cognitivas, son contradictorios.
Salvo los SNM discutidos anteriormente, las diferencias de sexo en alteraciones del sueño,
babeo y alteraciones urinarias, no han sido uniformes. Sin embargo, el factor más importante,
que puede destacar el porqué de estas discrepancias en los resultados, es la falta de uniformidad
en el uso de escalas de calificación para evaluar los SNM. Además, su espectro y gravedad
también dependen de otros factores como la edad, la duración, el estadio de la enfermedad y
el perfil de medicación.
Muchos de estos SNM fluctúan con los SM y están relacionados con los niveles en sangre de
levodopa. Estos síntomas son molestos y provocan una reducción de la calidad de vida de los
pacientes y sus cuidadores por lo que en estos últimos tiempos ha ido creciendo el interés por
de las fluctuaciones no motoras (NMFs) para poder reconocerlos y cuantificarlos 22. Aunque la
mayoría de los estudios han informado un mayor riesgo de fluctuaciones motoras en mujeres
con EP en comparación con los hombres, estudios similares que exploran el efecto de sexo en
NMFs son escasos en la literatura.
Hasta ahora, únicamente un estudio prospectivo ha explorado las diferencias de sexo de
estas fluctuaciones y ha informado de un mayor grado de NMFs en mujeres en comparación con
los hombres. Sin embargo, se requieren más estudios para comprender este fenómeno y su
relación con el sexo de los pacientes con EP 23.

14
4.4. CALIDAD DE VIDA
El sexo también influye en la forma en que los síntomas clínicos afectan la calidad de
vida de los pacientes con EP y su capacidad para realizar actividades de la vida diaria, participar
en actividades sociales y acceder a la atención médica.
La calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) es una escala multidimensional que
se utiliza para evaluar el impacto de la enfermedad y sus tratamientos.
Un estudio reciente que exploró la relación entre tres dominios CVRS (funcionamiento
físico, cognición, socioemocional) y variables sociodemográficas no reveló un efecto de sexo. Sin
embargo, el sexo femenino demostró ser un predictor negativo para el funcionamiento físico y
socioemocional de la CVRS. Por el contrario, en un estudio prospectivo sobre una cohorte de
pacientes con EP idiopática en Alemania, las pacientes informaron de más problemas en todas
las dimensiones, excepto en el autocuidado 8,24.
Unos de los aspectos que ha afectado a la calidad de vida de los pacientes ha sido el
impacto de la pandemia por COVID-19 ya que los síntomas de estos pacientes han empeorado;
y es que las conclusiones de un estudio realizado por la Sociedad Española de Neurología (SEN)
entre más de 600 españoles con EP, afirman que el 66% de los pacientes experimentó un
empeoramiento de sus síntomas durante el confinamiento. Además, un 70% de los pacientes
consideraban que la pandemia les había afectado negativamente 25. Se desconoce el efecto que
tendrá a lo largo de los próximos años en los pacientes con EP y las diferencias en cuanto al sexo
que pueden llegar a surgir.
Un ejemplo del aumento de la sintomatología tiene relación con el estrés de la situación
actual, ya que el estrés ha demostrado que en pacientes con EP puede empeorar síntomas como
el temblor, bloqueos de la marcha o discinesias.
Además, la investigación clínica de la EP se ha visto afectada por esta pandemia por las
prohibiciones que impusieron algunas instituciones con respecto a los ensayos clínicos e
investigaciones.
Los expertos han realizado algunas recomendaciones sobre el COVID-19 y la EP, entre las
que se podrían remarcar:
- Es posible que sea necesario posponer las cirugías de estimulación cerebral profunda.
- La cuarentena puede producir que los pacientes con enfermedad de Parkinson dejen de
tener un estilo de vida activo por lo que pueden fomentar los juegos de ejercicios de
realidad virtual o los instrumentos de ejercicios en el hogar.
- En caso de infección por COVID-19, el médico debe garantizar el mantenimiento de los
medicamentos previos para la EP, especialmente la levodopa para evitar la rigidez con
contracturas y la insuficiencia respiratoria 26.

15
5. MARCADORES Y FACTORES DE RIESGO
La etiología de la enfermedad no se comprende del todo bien. A pesar de la presencia
de casos familiares, la EP es una enfermedad idiopática multifactorial causada por la interacción
entre factores genéticos y ambientales. Los estudios genéticos han identificado un número
creciente de polimorfismos de riesgo, pero aún se desconocen los factores de riesgo
ambientales.

5.1. FACTORES GENÉTICOS


Dentro de los pocos biomarcadores que existen en la EP, cabe destacar la importancia
del urato. El urato es una sustancia de desecho que aparece cuando el cuerpo metaboliza las
bases nitrogenadas púricas, el cual posee propiedades antioxidantes y neuroprotectoras.
Este es un factor modificable y un biomarcador potencial de la EP, ya que los niveles
altos de urato se asocian con un riesgo bajo y una progresión más lenta de la EP idiopática 27.
Sin embargo, los niveles de urato en sangre, en relación al riesgo de EP según el sexo,
siguen siendo un tópico controvertido ya que las concentraciones más bajas de urato predicen
el pronóstico de la enfermedad, y están inversamente relacionados con la gravedad de la
enfermedad en los hombres; pero no en las mujeres 28.
Curiosamente, los datos más recientes han hecho más grande esa relación urato-sexo.
Con un estudio de casos y controles basado en cerca de noventa mil participantes de tres
cohortes estadounidenses en curso, Gao et al. 29 realizó un análisis que mostró que los hombres
con concentraciones más altas de urato tenían menor riesgo de tener en un futuro EP, pero no
las mujeres. Esto sugiere que el urato puede proteger contra el riesgo de EP o podría retrasar la
progresión de la enfermedad en la etapa preclínica de la enfermedad únicamente en hombres.
Otros factores pueden contrarrestar los posibles efectos neuroprotectores del urato en
las mujeres o pueden predominar los estrógenos para determinar el menor riesgo de EP entre
las mujeres. Estos datos, combinados con la evidencia sobre los SNM, respaldan la necesidad de
estrategias basadas en el sexo que incluyan biomarcadores clínicos y séricos para identificar los
casos de EP prodrómica.
Por otro lado, la asociación entre mutaciones en el gen GBA1, que codifica la enzima
lisosomal glucocerebrosidasa, y el desarrollo de la EP ha dado importancia al papel que tienen
las mutaciones en genes relacionados con los lisosomas como factores de riesgo de la EP. Los
lisosomas están implicados en la degradación de la alfa-sinucleína y la disfunción lisosómica
podría desencadenar su acumulación, ayudando a la patogénesis de la enfermedad 29. Alcalay
et al 30 mostraron que existe un vínculo entre el estado de la EP y la actividad reducida de la
galactosidasa alfa, una enzima lisosomal codificada en el cromosoma X. A diferencia de la enzima
anterior, esta asociación debería ser dependiente del sexo, alcanzando importancia sólo entre
las mujeres.
También la expresión de polimorfismos específicos puede estar influenciada por el sexo.
Uno de los factores más comunes que causan la EP en el mundo son las mutaciones en el gen
LRRK2, las cuales se heredan con un patrón autosómico dominante con penetrancia incompleta
y está relacionada con la edad. Varios estudios sugieren que el mayor número de los pacientes
con EP asociada a esta mutación son probablemente mujeres. Sin embargo, los factores
asociados con el reequilibrio de la proporción de hombres a mujeres en la EP asociada a LRRK2
en comparación con la EP idiopática son desconocidos. De hecho, los autores señalan la
necesitan de más estudios para evaluar el efecto del sexo en los factores genéticos y
ambientales que determinan el riesgo de EP 31.

16
5.2. FACTORES MEDIOAMBIENTALES
Dentro de los factores medioambientales, uno de los más importantes relacionado con
el riesgo de la EP es el estrés crónico. Un estudio, que asocia el estrés ocupacional y el riesgo de
EP, mostró que un alto control laboral aumenta el riesgo de EP; y este es más fuerte cuando se
trata de mujeres de bajo nivel 32, siendo las condiciones de trabajo psicosociales adversas una
fuente potencial de estrés relevante.
Relacionado con la exposición ocupacional destacan aquellas que se relacionan con
productos neurotóxico. Existe un aumento del riesgo de EP en grupos ocupacionales como
agricultores, trabajadores de la madera, pintores, trabajadores metalúrgicos y los expuestos a
plaguicidas, disolventes y metales. Sin embargo, es difícil diferenciar en la distribución de
ocupaciones y patrones de exposición entre hombres y mujeres, lo cual complica una evaluación
realista del posible impacto en relación con el sexo 33.
La actividad física es otro factor importante del estilo de vida que puede afectar en el
inicio, la gravedad y la progresión de la EP ya que unos niveles elevados de ejercicio en la
mediana edad se asocian con un menor riesgo de EP, un mejor pronóstico de la enfermedad y
menores tasas de complicaciones graves 34. Esto es de gran importancia para el sexo femenino
ya que son las mujeres de edad avanzada las que pueden ser particularmente vulnerables a la
inactividad y sus complicaciones 35.

17
6. TRATAMIENTO

6.1. TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS


Aunque las recomendaciones terapéuticas para la EP tienen en cuenta la edad, la
discapacidad motora y la presencia de complicaciones relacionadas con la enfermedad, hasta la
fecha no se dispone de asesoramiento orientado al sexo, aun siendo uno de los determinantes
fundamentales de los SM y SNM 31.
El tratamiento de la EP se basa en el control de los SM mediante suplementos con
levodopa o L-DOPA, precursor metabólico de la dopamina. Sin embargo, la terapia a largo plazo
con levodopa está asociada con el desarrollo de complicaciones motoras, como discinesia
(asociada a los niveles plasmáticos sostenidos de levodopa) o fenómenos de “apagones” 8.
Las mujeres presentan mayor biodisponibilidad de levodopa, la cual depende de la
actividad de dos enzimas catabólicas: la catecol-O-metiltransferasa (COMT) y la monoamino
oxidasa-B (MAO-B), cuyos genes codificantes se localizan en el cromosoma 22 y Cromosoma X,
respectivamente.
La evidencia reciente perfiló las características de un subgrupo de pacientes que
informaron de una "respuesta frágil" a la levodopa, definida como la presencia de discinesia
altamente incapacitante después de dosis pequeñas (100 mg o menos por dosis). Los sujetos
extremadamente sensibles son principalmente mujeres (58%) con menor peso o menor índice
de masa corporal, enfermedad de mayor duración y muchos años con levodopa, incluso con
dosis más bajas en comparación con los pacientes sin una “respuesta frágil”. Sin embargo, en
este estudio se pasa por alto el trasfondo genético de los pacientes con "respuesta frágil" 36. De
hecho, el menor peso corporal femenino por sí solo no explica por completo la diferencia de
sexo en el desarrollo de complicaciones relacionadas con la levodopa. Además, los
polimorfismos genéticos también pueden tener un papel en la modulación del riesgo de
discinesia; por ejemplo, el polimorfismo DRD2 tiene un efecto protector contra el desarrollo de
discinesia solo en hombres.
No todos los pacientes con EP tienen una “respuesta frágil”, lo que da a entender que
este subgrupo tiene unas características propias que los ponen en riesgo. Se necesitan estudios
prospectivos ad hoc para aclarar por qué las mujeres con EP tienen tasas más altas de
complicaciones relacionadas con la levodopa y están en riesgo de presentar esta “respuesta
frágil” 31.
En relación a los fármacos asociados a los SNM, los antipsicóticos son importantes para
el tratamiento de pacientes con EP en los que las alucinaciones y la psicosis lleguen a ser
incapacitantes. Sin embargo, estos fármacos se han asociado con un aumento de la mortalidad
y morbilidad de pacientes de mayor edad. A los pacientes de edad avanzada varones se les suele
prescribir con más frecuencia antipsicóticos durante el la EP a pesar de una posible ausencia de
un diagnóstico claro con respecto a las pacientes femeninas. Esto puede estar relacionado con
el hecho de que los hombres son más propensos a volverse agresivos y difíciles de ayudar
cuando la enfermedad se complica por la psicosis, en comparación con las mujeres 8.

6.2. ESTRÓGENOS
Los estrógenos son compuestos endógenos con niveles que varían de manera natural a
lo largo del ciclo de vida. Sus efectos están generalizados dentro y fuera del cerebro y algunos
estudios tienen dificultades para evaluar algunas de sus variables complejas como la variabilidad
en la exposición al estrógeno endógeno/exógeno y la interfaz entre los cambios hormonales y
el inicio/progresión de una enfermedad crónica 31.

18
La mayor prevalencia e incidencia de la EP en los hombres en comparación con las
mujeres y el posible retraso en la aparición de los síntomas en el sexo femenino, ha llevado a
preguntarse si el estrógeno tiene un papel neuroprotector o modificador en la EP y las posibles
diferencias de sexo que existen, dando lugar a estudios con hallazgos interesantes pero
inconcluyentes.
Se cree que los factores que llevan a la degeneración neuronal dopaminérgica y no
dopaminérgica en la EP son multifactoriales (el estrés oxidativo, la inflamación, la disfunción
mitocondrial, etc.) pero también se cree que los estrógenos tienen influencia en la síntesis, el
metabolismo y el transporte de la dopamina, pudiendo modular también la función del receptor
de la dopamina 37. Esto se relaciona con el hecho de que las mujeres desarrollan la EP durante
el climaterio, lo que sugiere que la falta de estrógenos influye en la patología de la enfermedad
debido a su influencia en la función mitocondrial y la respuesta al estrés oxidativo; quedando
así demostrado el efecto protector de los estrógenos contra el daño dopaminérgico. Aunque los
datos son contradictorios, hay un vínculo entre una exposición más prolongada a los estrógenos
durante la vida en las mujeres y, por tanto, una disminución del riesgo de EP y de los síntomas
más leves que aparecen al inicio de la enfermedad 31.
Existe también evidencia sobre la relación que ejerce el estradiol en las actividades
neuromoduladoras y neuroprotectoras del cuerpo estriado y de la sustancia negra. Esto sucede
a través de varios mecanismos intracelulares, que disminuyen la apoptosis de las neuronas.
Sin embargo, en comparación con el gran número de evidencias preclínicas, apenas
existen estudios en humanos sobre los efectos terapéuticos de los estrógenos. Aunque algunos
ensayos de pequeño tamaño han demostrado una eficacia leve de los estrógenos en dosis bajas
en la mejoría de la discapacidad motora, y sobre las fluctuaciones motoras en mujeres
posmenopáusicas, estos no se han probado más en una cohorte más grande 31.
Las inconsistencias en la terapia de reemplazo de estrógenos, la duración, la relación
temporal del uso de estrógenos en relación con otras modalidades de tratamiento médico-
quirúrgico y cómo el estrógeno puede afectar los síntomas específicos asociados con la EP hacen
ver la necesidad de un mayor número de estudios a gran escala para replicar los resultados y
dilucidar el papel del estrógeno en el tratamiento de los síntomas de la EP en las mujeres 38.
En última instancia, dado que la exposición crónica a estrógenos se asocia con aumento
del riesgo de padecer cáncer de mama y enfermedad coronaria, los riesgos pueden llegar a
superar los beneficios 39.

6.3. INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS


Varios ensayos clínicos aleatorizados han demostrado que la estimulación cerebral
profunda (ECP) del núcleo subtalámico bilateral es eficaz en pacientes con EP con fluctuaciones
motoras, aunque esta opción está infrautilizada 40.
La ECP proporciona beneficios en ambos sexos al observarse una mejoría clínica y una
reducción del uso de medicamentos. En los varones, la ECP ha provocado una mejoría de la
camptocormia, que es un síntoma caracterizado por una flexión severa involuntaria de la
columna cuando la persona está en bipedestación o caminando, y que desaparece cuando está
tumbado. A pesar de que la ECP provocará este cambio positivo en los hombres, tuvo mayor
impacto en las ABVD y la calidad de vida de las mujeres 41.
Además, esta intervención es más efectiva cuanto menor sea la edad de la mujer, ya que
quienes realizan ECP en una edad más avanzada, muestran una duración más prolongada de la
enfermedad, una enfermedad más grave y mucha más discinesia en el momento de la cirugía.

19
Informes recientes demuestran que, debido a su eficacia sobre el estado psicomotor y
la reducción del tratamiento, la estimulación cerebral profunda es una opción segura en el
tratamiento de mujeres jóvenes con EP que, por ejemplo, desean quedarse embarazadas 42.
Por último, la ECP profunda es un enfoque válido para aliviar la discapacidad en
pacientes con "respuesta frágil" a la levodopa, que en su mayoría son mujeres 31.

20
7. PAPEL DE LA ENFERMERÍA EN LA EP
La enfermería puede incidir de forma positiva, mediante la educación para la salud, en
los autocuidados del paciente y en la capacidad de los familiares para atender las necesidades,
tanto físicas como emocionales derivadas de la EP. Además, puede incorporar los datos
analizados en el presente trabajo teniendo en consideración para todo lo anterior el sexo del
paciente.
Una detención precoz del diagnóstico de la EP mejorará la eficacia de la intervención y
dará lugar a un enlentecimiento del progreso de la enfermedad. Es muy importante que el
propio paciente conozca el pronóstico de su enfermedad para que pueda participar en el
establecimiento de los cuidados que se le van a prestar. Se le pueden presentar diferentes
alternativas para que escoja y se le debe dar todo tipo de información para que sea consciente
tanto de la naturaleza de la enfermedad como de la progresión de los síntomas de la misma.
Aquí es donde se encuentra el principal obstáculo ya que, aunque existen protocolos
establecidos sobre la actuación de la enfermería con respecto a la EP, a día de hoy no se hace
distinción en cuanto al sexo del paciente y es la propia enfermera la que tendría que buscar
cómo se desarrolla y evoluciona la enfermedad en hombre y mujeres para saber abordarlo de
la manera más efectiva.
Una vez analizados los estudios descritos, se debe incidir en los aspectos que sean más
comunes en cada sexo, ya que es a través de un correcto conocimiento como el paciente se va
a sentir seguro sobre sus expectativas y con menor carga psicológica, ya que conocerá las
dificultades a las que se va a enfrentar.
También desde la educación para la salud se puede incidir positivamente sobre la
capacidad de las familiares para atender las necesidades del paciente y favorecer que pueda
recibir cuidados en su unidad familiar, lo cual reduce la tasa de pacientes institucionalizados con
esta enfermedad y los riesgos de infección que existen actualmente en relación a la pandemia,
contribuyendo a su bienestar emocional 43.

21
8. CONCLUSIONES
Cada vez existe mayor cantidad de estudios que apoyan la afirmación de que la EP varía
con respecto a hombres y mujeres, pudiéndose ver en la sintomatología clínica, el curso de la
enfermedad, los factores de riesgo, los biomarcadores y los tratamientos.
Sin embargo, a pesar de la existencia de todos estos datos, los estudios publicados en
esta área con respecto a las mujeres están infrarrepresentados.
Tal y como muestran los artículos que se han utilizado en esta revisión, las mujeres
tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones motoras y no motoras en comparación
con los hombres, lo cual contrasta con la deficiencia de opciones que existen con respecto a
tratamientos específicos y efectivos para estas diferencias clínicas.
Por ello el objetivo que se debe alcanzar es el de instaurar nuevos caminos para la
creación de tratamientos e intervenciones personalizadas de la EP que estimulen a los
profesionales sanitarios a tener especial consideración con las cuestiones específicas del sexo
en la EP y considerar las necesidades de las mujeres que padecen esta enfermedad.
Uno de los campos en los que se debe incidir es en el papel que tiene la enfermería en
Atención Primaria respecto a la EP, ya que es aquí donde se debe favorecer la detección precoz
y el abordaje integral y coordinado del Parkinson. Sin embargo, debido a la ausencia de
documentos oficiales que presenten una forma de actuación específica y que haga distinción
entre hombres y mujeres, la labor a día de hoy resulta muy complicada.
Por ello se deberían desarrollar intervenciones personalizadas y diseñar programas
innovadores que satisfagan los distintos requisitos de ambos sexos con EP. Es una línea que vale
la pena seguir y que merecerá una mayor atención por parte de la comunidad científica.

22
9. BIBLIOGRAFÍA

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10. ANEXOS

Anexo 1: Escala de Hoehn y Yahr

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Anexo 2: UPDRS. Escala Unificada para la Enfermedad del Parkinson

El rango de puntuación de la parte IA es de 0 a 24 puntos, el de la parte IB es de 0 a 28


puntos, el de la parte II, de 0 a 52 puntos, el de la parte III, de 0 a 132, y el de la parte IV, de 0 a
24 puntos, con una puntuación total máxima de 260 puntos.

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Anexo 3

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