Resolución Administrativa Caso Practico

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RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA RA/AEMP/DTDCDN/N° 096/2016

La Paz, 30 de diciembre de 2016

CASO: procedimiento administrativo sancionador contra las empresas: Industrias


Agrícolas de Bermejo Sociedad Anónima - IABSA; Unión Agroindustrial de
Cañeros - UNAGRO S.A.; Ingenio Azucarero Guabirá Sociedad Anónima -
IAGSA; Poplar Capital S.A.- POPLAR S.A.; Compañía Industrial Azucarera "San
Aurelio" S.A.- CIASA, AZUCAÑA y sus ejecutivos, por la presunta comisión de
conductas anticompetitivas en la industria azucarera

1.- INTRODUCCION

Los actos monopólicos son conductas anticompetitivas que pueden distorsionar el


funcionamiento normal de los mercados, perjudicando a los consumidores, limitando
la competencia y afectando negativamente la eficiencia económica. Estas prácticas
pueden adoptar diversas formas, como acuerdos de fijación de precios, reparto de
mercados, negativa injustificada de acceso a insumos o infraestructura esencial,
entre otras.

En el ámbito de la regulación económica, la detección y sanción de prácticas


monopólicas son fundamentales para promover la competencia leal y garantizar el
bienestar de los consumidores. En este contexto, la Comunidad Andina de Naciones
(CAN) ha adoptado la Decisión 608, que establece normas y procedimientos para
prevenir y sancionar las prácticas monopólicas en los países miembros.

En Bolivia, estas disposiciones se aplican a través del Decreto Supremo 29519, que
regula las prácticas monopólicas y las sanciones correspondientes en el país.

Este marco normativo busca proteger la competencia en los mercados bolivianos y


garantizar un entorno económico favorable para el desarrollo empresarial y el
bienestar de los consumidores.
El presente trabajo tiene como objetivo analizar y examinar un caso real de sanción
por prácticas monopólicas en Bolivia, en base a la Decisión 608 de la CAN y el
Decreto Supremo 29519.

En Bolivia, estas disposiciones son implementadas a través del Decreto Supremo


29519, que regula específicamente las prácticas monopólicas y las sanciones
correspondientes en el país. Este decreto se alinea con la normativa de la CAN y
establece un marco detallado para la protección de la competencia en los mercados
bolivianos.

Decisión 608 de la Comunidad Andina de Naciones

La Decisión 608 es un documento clave en la regulación de la competencia en la


región andina. Entre sus artículos más destacados se encuentran:

 Artículo 1: Define los objetivos y el alcance de la normativa en relación con


las prácticas anticompetitivas y establece el compromiso de los países
miembros para fomentar la competencia leal.

 Artículo 3: Establece las prácticas que se consideran restrictivas de la


competencia, tales como los acuerdos para fijar precios, la división de
mercados y la imposición de condiciones desleales a los competidores.

 Artículo 7: Define los procedimientos para la investigación y sanción de las


prácticas anticompetitivas, incluyendo la autoridad competente y los derechos
de las partes involucradas.

Decreto Supremo 29519 de Bolivia

En Bolivia, el Decreto Supremo 29519 proporciona un marco regulatorio específico y


detallado para la implementación de las normas de la CAN. Los artículos más
relevantes incluyen:
 Artículo 1: Establece el propósito del decreto, que es regular las prácticas
monopólicas y garantizar un entorno de competencia efectiva en los mercados
nacionales.

 Artículo 2: Define los conceptos clave relacionados con las prácticas


monopólicas, incluyendo monopolio, oligopolio, y otras prácticas
anticompetitivas.

 Artículo 11 del Capítulo III: Considera como conductas anticompetitivas


aquellas acciones, contratos, convenios, procedimientos o combinaciones
cuyo objeto o efecto sea desplazar indebidamente a otros agentes del
mercado, impedirles sustancialmente el acceso, o establecer ventajas
exclusivas para uno o varios agentes.

 Artículo 14 del Capítulo IV: Detalla los procedimientos y sanciones aplicables


a las prácticas monopólicas, especificando los mecanismos de investigación y
las medidas correctivas que pueden ser impuestas.

Se va a investigar el contexto en el que se desarrollaron las prácticas


anticompetitivas, los procedimientos de investigación y sanción llevados a cabo por
las autoridades competentes.

Artículo 314. Se prohíbe el monopolio y el oligopolio privado, así como cualquier otra
forma de asociación o acuerdo de personas naturales o jurídicas, privadas,
bolivianas o extranjeras, que pretendan el control y la exclusividad en la producción y
ya comercialización de bienes y servicios. Según el D. No 29519 Capitulo III Articulo
11, establece que “Se consideran conductas anticompetitivas relativas los actos,
contratos, convenios, procedimientos o combinaciones cuyo objeto o efecto sea o
pueda ser desplazar indebidamente a otros agentes del mercado; impedirles
sustancialmente su acceso, establecer ventajas exclusivas en favor de una o varias
personas.

Este marco normativo busca proteger la competencia en los mercados bolivianos,


asegurar un entorno económico favorable para el desarrollo empresarial y
salvaguardar los intereses de los consumidores. El presente estudio tiene como
objetivo analizar un caso real de sanción por prácticas monopólicas en Bolivia, con
base en la Decisión 608 de la CAN y el Decreto Supremo 29519. Se examinarán el
contexto en el que se desarrollaron las prácticas anticompetitivas, los procedimientos
de investigación y sanción aplicados por las autoridades competentes, y la eficacia
de las medidas implementadas para restaurar la competencia y proteger los
intereses del mercado.

2.- PARTE DEMANDADA Y ARGUMENTOS

2.1. Antecedente del proceso

El proceso se originó a partir de la Resolución Administrativa RA/AEMP/DTDCDN/N°


081/2015, emitida el 8 de mayo de 2015 por la Autoridad de Fiscalización de
Empresas (AEMP). Esta resolución dispuso el inicio de un procedimiento
administrativo sancionador contra varias empresas del sector azucarero, incluyendo
a la Compañía Industrial Azucarera "San Aurelio" S.A. (CIASA). Las empresas fueron
acusadas de incurrir en conductas anticompetitivas, tales como la concertación de
precios de venta del azúcar y la distribución del mercado en zonas geográficas
específicas. Durante el desarrollo del proceso, CIASA y sus ejecutivos presentaron
diversos descargos y memoriales en los que expusieron sus argumentos de defensa.

2.2. Quién formalizó la denuncia

La denuncia fue formalizada por la Autoridad de Fiscalización de Empresas (AEMP)


a través de la mencionada Resolución Administrativa RA/AEMP/DTDCDN/N°
081/2015. Esta resolución, emitida en el marco de las competencias de la AEMP,
estableció los cargos contra CIASA y otras empresas azucareras por la presunta
comisión de prácticas anticompetitivas en el mercado del azúcar.

2.3. Argumentos

CIASA presentó varios argumentos en su defensa, cuestionando la legitimidad y la


competencia de la AEMP para llevar a cabo el procedimiento sancionador. Los
argumentos centrales se basaron en la supuesta usurpación de competencias por
parte de la AEMP, alegando que la regulación de las actividades de la industria
azucarera debía estar a cargo de otras autoridades, como el Ministerio de Desarrollo
Productivo y Economía Plural, el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, y el
Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. CIASA sostuvo que la AEMP no
tenía la competencia para iniciar un procedimiento sancionador por prácticas
monopolísticas, ya que estas competencias corresponden a las mencionadas
entidades.

Además, CIASA argumentó que el procedimiento violaba su derecho al debido


proceso y al juez natural, citando el artículo 119 de la Constitución Política del Estado
(CPE) de Bolivia, que establece que toda persona tiene derecho a un debido proceso
y a ser juzgada por un tribunal competente y en su jurisdicción. La empresa señaló
que el procedimiento se estaba llevando a cabo en la ciudad de La Paz, lejos de su
domicilio legal en Santa Cruz, lo que dificultaba su defensa efectiva y violaba el
principio del juez natural, contemplado en el artículo 120 de la CPE, el cual garantiza
el derecho a ser juzgado por una autoridad competente dentro de su jurisdicción.

En cuanto a la competencia sancionadora, CIASA citó el artículo 10 del Decreto


Supremo N° 29519, que regula las prácticas anticompetitivas, como la concertación
de precios y la distribución de mercados, argumentando que la AEMP estaba
extralimitando sus funciones al aplicar sanciones que, según ellos, correspondían a
otras entidades competentes. Estos artículos establecen que la regulación de
prácticas monopolísticas debe ser gestionada por entidades con competencias
específicas en los sectores afectados, en este caso, las mencionadas autoridades
nacionales y departamentales.

2.4. Qué argumentos presentó la parte demandada

La parte demandada, CIASA, presentó una serie de argumentos en su defensa,


detallados a continuación:
1. Ilegalidad del procedimiento sancionador: CIASA argumentó que la
Autoridad de Fiscalización de Empresas (AEMP) no tenía la competencia legal
para iniciar y llevar a cabo el procedimiento sancionador por prácticas
anticompetitivas. Según CIASA, esta función correspondía a otras entidades
del Estado, como el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, el
Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, y el Gobierno Autónomo
Departamental de Santa Cruz, tal como se establece en la Ley N° 307 del
Complejo Productivo de la Caña de Azúcar y en el artículo 300 de la
Constitución Política del Estado (CPE), que confiere competencias exclusivas
a los gobiernos departamentales para regular la industria y el comercio en sus
jurisdicciones.

2. Persecución selectiva: CIASA sostuvo que el procedimiento sancionador


estaba dirigido exclusivamente al sector agroindustrial cañero, sin considerar
al sector agrícola cañero y otros actores de la cadena productiva de la caña de
azúcar. Según la empresa, esta omisión reflejaba una parcialidad en la
aplicación de la normativa, contraviniendo el principio de igualdad ante la ley
establecido en el artículo 14 de la CPE. CIASA alegó que la AEMP estaba
aplicando las normas de manera discriminatoria, enfocándose únicamente en
una parte del complejo productivo.

3. Falta de facultad legal del Director Ejecutivo de la AEMP: CIASA cuestionó


la autoridad del Director Ejecutivo de la AEMP para iniciar, tramitar y concluir
el procedimiento sancionador. Afirmaron que, de acuerdo con el Decreto
Supremo N° 0071 y el artículo 10 del Decreto Supremo N° 29519, el Director
Ejecutivo no contaba con las facultades necesarias para tomar decisiones en
materia de prácticas anticompetitivas, ya que estas atribuciones debían ser
ejercidas por las autoridades con competencias específicas en la regulación
de la competencia y defensa del consumidor.

4. Violación del derecho al debido proceso: La empresa argumentó que el


hecho de que el proceso se desarrollara en La Paz, en lugar de Santa Cruz,
constituía una violación de su derecho al juez natural, garantizado en el
artículo 120 de la CPE. Al obligarlos a señalar un domicilio procesal en La
Paz, CIASA alegó que se estaba afectando su capacidad de acceso y
participación efectiva en el proceso, lo que violaba su derecho al debido
proceso, establecido en el artículo 119 de la CPE.

5. Prescripción de las infracciones: CIASA afirmó que las infracciones


imputadas ya habían prescrito según los plazos establecidos en la Ley de
Procedimiento Administrativo (Ley N° 2341) y en el artículo 7 del Reglamento
de Regulación de la Competencia, aprobado por Resolución Ministerial N°
190. Según CIASA, las conductas investigadas ocurrieron entre 2003 y 2013,
y cualquier acción sancionadora debía considerarse prescrita si no se había
iniciado en el plazo legal de dos años desde la última conducta
anticompetitiva.

2.5. Qué hechos se probaron

Tras la presentación de pruebas y la evaluación realizada por la Autoridad de


Fiscalización de Empresas (AEMP), se concluyó que CIASA, junto con otros ingenios
azucareros, había incurrido en prácticas anticompetitivas. Específicamente, se
demostró que estas empresas habían concertado precios de venta del azúcar y
habían dividido el mercado en Bolivia, lo que constituye una infracción a la normativa
de competencia económica.

Estas prácticas fueron sancionadas en primera instancia mediante la Resolución


Administrativa RA/AEMP/DTDCDN/N° 153/2015, en la cual se aplicaron multas
significativas y otras medidas correctivas. Sin embargo, dicha resolución fue
posteriormente anulada debido a defectos procesales, lo que condujo a la emisión de
una nueva resolución.

La investigación evidenció la existencia de acuerdos entre las empresas para fijar


precios y segmentar el mercado, lo cual es una violación directa de las disposiciones
establecidas en el Decreto Supremo N° 29519, que regula la competencia en Bolivia.
Específicamente, el artículo 10 de este decreto prohíbe la concertación de precios
entre competidores, y el artículo 11 sanciona la segmentación de mercados
geográficos o de clientes como prácticas anticompetitivas que afectan la libre
competencia y perjudican a los consumidores al restringir la oferta y manipular los
precios.

Además, estas conductas también están contempladas en el artículo 46 de la Ley N°


2341, Ley de Procedimiento Administrativo, que establece que las sanciones por
prácticas anticompetitivas pueden incluir multas, inhabilitaciones temporales para
operar, y otras medidas destinadas a restaurar la competencia en el mercado. En
este caso, las acciones de CIASA y otros ingenios fueron consideradas una violación
grave, justificando las sanciones impuestas por la AEMP

3. SANCIÓN ADMINISTRATIVA

En el proceso contra CIASA, la Autoridad de Fiscalización de Empresas (AEMP)


impuso sanciones administrativas debido a la participación de la empresa en
prácticas anticompetitivas. Estas sanciones se fundamentaron en la normativa
boliviana vigente, particularmente en el Decreto Supremo N° 29519, que regula las
conductas anticompetitivas en el país.

Multas Impuestas:

CIASA fue sancionada con multas significativas por la comisión de prácticas


anticompetitivas, como la concertación de precios y la discriminación de precios en el
mercado del azúcar. En concreto, la empresa fue multada con un total de
4.518.098,65 UFVs (Unidades de Fomento a la Vivienda) por estas infracciones.
Esta cantidad refleja la gravedad de las prácticas que afectaron tanto al mercado
interno como al de exportación.

Inhabilitaciones:
Además de las multas, los ejecutivos de CIASA, Ramón Aurelio Gutiérrez Sosa y
Jorge Eduardo Gutiérrez Gutiérrez, quienes participaron en las decisiones que
condujeron a las prácticas anticompetitivas, fueron sancionados con la
inhabilitación para ejercer el comercio por un período de 120 días. Esta
inhabilitación se basó en los artículos 10, parágrafo I, inciso a), y 11, numeral 10 del
Decreto Supremo N° 29519, que prohíben la concertación de precios y la
discriminación de precios, respectivamente.

Fundamentos Normativos

Las sanciones se aplicaron siguiendo los criterios establecidos en el artículo 18 del


Decreto Supremo N° 29519, que incluye la gravedad de la práctica, el daño causado
a la comunidad, las utilidades obtenidas, y la reincidencia de los infractores, entre
otros. Además, el artículo 39 de la Resolución Ministerial N° 190 estipula que las
multas pueden alcanzar hasta el 10% de los ingresos brutos anuales del infractor .

Estas sanciones administrativas reflejan la estricta aplicación de la normativa


boliviana en materia de competencia, con el objetivo de proteger el mercado y a los
consumidores de prácticas que distorsionan la libre competencia.

Sanción económica

Dado que el ingreso bruto de CIASA, según los Estados Financieros


correspondientes a la gestión 2014, fue de Bs 134.770.364,39 (Ciento treinta y
cuatro millones setecientos setenta mil trescientos sesenta y cuatro 39/100
bolivianos), se estableció que el monto máximo posible de multa, equivalente al 10%
de los ingresos brutos, es de Bs 13.477.036,44 (Trece millones cuatrocientos
sesenta y siete mil treinta y seis 44/100 bolivianos).

Utilizando el tipo de cambio de 2,17193 Bs/UFV al 28 de diciembre de 2016, se


determinó que la multa final por la comisión de conductas anticompetitivas,
específicamente por discriminación de precios, asciende a 1.551.274,26 UFVs (Un
millón quinientos cincuenta y un mil doscientos setenta y cuatro 26/100 Unidades de
Fomento a la Vivienda).

4. DISOLUCIÓN DEL CASO

La disolución del caso contra la Compañía Industrial Azucarera "San Aurelio" S.A.
(CIASA) se produjo después de una serie de procedimientos administrativos y
legales que incluyeron la imposición de sanciones económicas y administrativas por
parte de la Autoridad de Fiscalización de Empresas (AEMP).

Revisión y Anulación de Resoluciones Previas:

El proceso inició con la Resolución Administrativa RA/AEMP/DTDCDN/N° 081/2015,


que sancionaba a CIASA y otros ingenios azucareros por prácticas anticompetitivas.
Sin embargo, esta resolución fue anulada debido a errores procedimentales, lo que
llevó a la emisión de una nueva resolución, la RA/AEMP/DTDCDN/N° 153/2015. Esta
segunda resolución también fue impugnada y posteriormente anulada por similares
razones.

Resolución Final y Conclusión del Caso:

Finalmente, en la Resolución Administrativa RA/AEMP/DTDCDN/N° 096/2016,


emitida el 30 de diciembre de 2016, la AEMP concluyó el caso contra CIASA. En esta
resolución se reiteraron las sanciones impuestas anteriormente, pero con las
correcciones necesarias para cumplir con los requisitos legales y procedimentales.
La resolución también incluyó instrucciones específicas para que CIASA cesara de
inmediato las prácticas anticompetitivas y adecuara sus políticas comerciales a las
normativas vigentes, bajo amenaza de sanciones adicionales en caso de
incumplimiento.

La disolución del caso se selló con la ratificación de las multas económicas, la


inhabilitación temporal de los ejecutivos responsables, y la obligación de CIASA de
modificar sus prácticas comerciales para alinearse con la legislación de competencia
de Bolivia

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