2023. Unesco. Reimaginar Futuros. 379381spaiyguiyguiyi
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REIMAGINAR JUNTOS NUESTROS FUTUROS — Un nuevo contrato social para la educación
En nuestra búsqueda de crecimiento y desarrollo, los seres humanos hemos ejercido demasiada
presión sobre nuestro medio natural, poniendo en peligro nuestra propia existencia. Hoy en día,
los altos niveles de vida coexisten con profundas desigualdades. Aunque cada vez más personas
participan en la vida pública, el tejido de la sociedad civil y la democracia está perdiendo firmeza
en muchos lugares del mundo. Los rápidos cambios tecnológicos están transformando muchos
aspectos de nuestra vida, pero estas innovaciones no están orientadas como deberían a la
equidad, la inclusión y la participación democrática.
Todas las personas que viven hoy en día tienen la importante obligación, tanto para con las
generaciones actuales como para con las futuras, de garantizar que nuestro mundo sea un
mundo de abundancia y no de escasez, y que todos disfruten plenamente de los mismos
derechos humanos. A pesar de la urgencia de actuar, y en un contexto de gran incertidumbre,
tenemos motivos para estar llenos de esperanza. Como especie, nos encontramos en
un momento de nuestra historia colectiva en el que tenemos más acceso que nunca al
conocimiento y a herramientas que nos permiten colaborar. Para la humanidad, la posibilidad de
participar en la creación conjunta de mejores futuros nunca ha sido mayor.
Este informe mundial de la Comisión Internacional sobre Los futuros de la educación plantea la
cuestión de la función que puede cumplir la educación para dar forma a nuestro mundo común
y nuestro futuro compartido de cara a 2050 y más allá. Las propuestas que presenta son el
resultado de un proceso mundial de participación y creación conjunta de dos años, que mostró
que un gran número de personas, ya fueran niños, jóvenes o adultos, son muy conscientes de
que estamos conectados en este planeta compartido y de que mejorar esa experiencia para
todos exige que trabajemos juntos.
A menudo ya están dedicados a generar esos cambios ellos mismos. Este informe incorpora sus
contribuciones a todos los factores, desde la forma de replantearse el espacio de aprendizaje
hasta la descolonización de los planes de estudios y la importancia del aprendizaje social y
emocional, y explora sus miedos reales y crecientes en relación con el cambio climático, las crisis
como la COVID-19, las noticias falsas y la brecha digital.
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REIMAGINAR JUNTOS NUESTROS FUTUROS — Un nuevo contrato social para la educación
La educación puede considerarse un contrato social, esto es, un acuerdo implícito entre los
miembros de una sociedad de cooperar para obtener un beneficio común. Un contrato social
es más que un convenio, ya que refleja normas, compromisos y principios que tienen un
carácter legislativo formal y que están culturalmente arraigados. El punto de partida es una
visión común de los fines públicos de la educación. Este contrato consiste en los principios
fundacionales y organizativos que estructuran los sistemas educativos, así como en el trabajo
distribuido que se realiza para crearlos, mantenerlos y perfeccionarlos.
Durante el siglo XX, la educación pública buscaba esencialmente apoyar a la ciudadanía nacional
y los esfuerzos de desarrollo mediante la escolaridad obligatoria de niños y jóvenes. Pero en el
momento actual, en el que nos enfrentamos a graves riesgos para el futuro de la humanidad
y la propia vida del planeta, debemos reinventar urgentemente la educación para que nos
ayude a afrontar los retos comunes. Este acto de reimaginar significa trabajar juntos para
crear futuros que sean compartidos e interdependientes. El nuevo contrato social para
la educación debe unirnos en torno a los esfuerzos colectivos y aportar el conocimiento y la
innovación necesarios para forjar futuros sostenibles y pacíficos para todos, basados en la justicia
social, económica y ambiental. Y debe también, al igual que hace el presente informe, defender la
función que desempeñan los docentes.
Son tres las preguntas esenciales que deben plantearse en materia de educación de cara a
2050, a saber, ¿qué deberíamos seguir haciendo?, ¿qué deberíamos dejar de hacer? y ¿qué
debería reinventarse de forma creativa?
Principios fundacionales
Todo nuevo contrato social debe basarse en los amplios principios que sustentan los derechos
humanos (inclusión y equidad, cooperación y solidaridad, así como responsabilidad colectiva e
interconexión) y deberá regirse por los dos principios fundacionales siguientes:
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REIMAGINAR JUNTOS NUESTROS FUTUROS — Un nuevo contrato social para la educación
Mirar hacia el futuro nos pone frente a un cuadro aún más sombrío. Ciertamente, es posible
imaginar un planeta agotado, con menos espacios para la habitación humana. Los escenarios
futuros extremos también incluyen un mundo en el que la educación de calidad es un privilegio
de las élites, y en el que amplios grupos de personas viven en la miseria porque no tienen acceso
a los bienes y servicios esenciales. ¿No harán las desigualdades educativas actuales más que
agravarse con el tiempo hasta que los planes de estudios lleguen a ser irrelevantes? ¿Cómo
afectarán estos posibles cambios a nuestra humanidad esencial?
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REIMAGINAR JUNTOS NUESTROS FUTUROS — Un nuevo contrato social para la educación
Cada una de estas nuevas perturbaciones ejerce repercusiones considerables para la educación.
A su vez, lo que hagamos juntos en materia educativa determinará la forma en que responderá.
Actualmente, la forma en que organizamos la educación alrededor del mundo no basta para
garantizar sociedades justas y pacíficas, un planeta sano y un progreso compartido que beneficie
a todos. De hecho, algunas de nuestras dificultades provienen de nuestra manera de impartir
educación. Un nuevo contrato social para la educación debe permitirnos pensar diferente
sobre el aprendizaje y las relaciones entre los alumnos, los docentes, el conocimiento y el mundo.