ANA

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FACULTAD DE INGENIERÍA GEOGRÁFICA, AMBIENTAL Y ECOTURISMO

ESCUELA DE INGENIERIA AMBIENTAL

"ANÁLISIS CRÍTICO GRUPAL DE LOS PRIMEROS ESTADÍOS


DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO"

CURSO:

FUNDAMENTOS DE LA INGENIERIA

GRUPO IV:

ANTÓN LOPEZ RAUL ALEXANDER 2024021326

GUERRA ANGULO DARWIN EDUARDO

2024021558 MONTERO NAVARRO DARIANA ELISE

2024021692 MUÑOZ VASQUEZ ANA ROSA

2024021718

DOCENTE:

MG. ING. VERA CHAMOCHUMBI,


BENJAMÍN

JULIO 2024

LIMA-PERÚ
ANTÓN RAUL:

Antes de que estuviéramos en pandemia, solía hacer mis trabajos bajo presión, pese a ello

siempre terminaba haciendo un buen trabajo. Nunca tuve hábitos de estudios, o sea un horario y

regirme a ello, pensaba que todo lo estaba haciendo bien, jamás me gustó leer, detesto eso, al

menos que sean fórmulas matemáticas, pero no suelo leer ni libros, ni artículos, ni revistas.

Cuando empezó la pandemia del COVID 19, el gobierno buscó alternativas para reemplazar la

educación presencial , y nació la peor idea , “Aprendo en casa”, tanto como en TV o sus

plataformas virtuales , ahí fue cuando vi el estudio como algo que tenía que hacer por

obligación , siempre deteste esa forma de educación, 2 años sin aprender , igual mucha o poca

de la responsabilidad , fue mía , ya que tampoco me esmere en estudiar por mi cuenta los temas

que no dominaba , en matemáticas cuando hay algún tema que no entiendo, no paro hasta por

fin entender y eso creo que es una de mis virtudes, solo que al final me suelo confiar demasiado

porque creo que lo se todo y en realidad no es así, en conclusión , considero que todo esto de la

irresponsabilidades que tengo en el curso , fue por no tener ningún habito de estudio , dejar

todo a última hora , como siempre me gusto trabajar bajo presión , así me acostumbre.
GUERRA DARWIN:

Desde mi primer año de secundaria, tomé la decisión de trabajar, no porque mis padres me lo

pidieran, sino porque los talleres de los colegios no me interesaban. Un familiar me llevó a un

trabajo que hasta hoy me genera ingresos los fines de semana. Aunque lograba mantener

buenas notas, 16 o 17, nunca me esforzaba más allá de lo necesario, solo tenía como objetivo

aprobar. Al salir del colegio, postulé a la universidad, pero no ingresé. Lo intenté de nuevo al

siguiente año, combinando trabajo y estudio, pero otra vez fallé. La verdad es que los cursos

de ciencias, especialmente química y física, siempre se me hicieron difíciles de entender,

quizá por eso se me dificultó el ingreso, tenía que enfocarme en otros cursos para comenzar

los que deje de lado. Después de otro año de intentarlo, logré entrar. Durante ese tiempo, me

di cuenta de que soy algo bueno en números y en cursos de letras, pero me falta aún el

dominio de los cursos mencionados antes (física y química). En la universidad ya llevo un

poco más de 2 meses, aunque soy introvertido y no tengo muchas características sociales, he

conseguido hacer algunos amigos. Sin embargo, sigo haciendo lo mínimo necesario y me

preocupa que esta actitud me limite. Manejar el trabajo y el estudio es complicado, y

sinceramente me asusta que, si no cambio, pueda afectar mi rendimiento académico.

Con respecto a la compresión lectora no tuve problemas al inicio, refiriéndome a la etapa

escolar e incluso parte de la época preuniversitaria, el problema fue cuando empecé a leer

textos más complejos, como los científicos, ya que estos requieren una mayor concentración y

una comprensión más profunda. Sin embargo, los textos más sencillos como los narrativos o

literarios los he llevado de una mejor manera. En cuanto al razonamiento matemático, nunca

ha sido un gran obstáculo para mí, ya que tengo un buen manejo de los números. Aunque, el

razonamiento matemático abarca más que solo matemáticas básicas, y en varias ocasiones

hubieron temas que se me han complicado. En general, he logrado adaptarme y superar los

distintos desafíos que se presentan, pero estos dos temas (razonamiento matemático y

comprensión lectora) puedo decir que solo los supe sobrellevar mas no dominarlos.
MONTERO DARIANA:

Para empezar, en el colegio nunca tuve la necesidad de estudiar después de clases, solo hacía

mis tareas y ya. Mis notas eran promedio y tampoco quería sobresalir en mis notas, no lo veía

necesario. Así que me metía en otras cosas como proyectos, danzas, y obras. Cuando llegué a

secundaria, me chocaron las matemáticas porque no tenía mucha base, pero en otros cursos,

como historia, geografía y psicología, me iba bien, aunque solo aprendía para los exámenes y

luego no recordaba mucho. Mis padres nunca me presionaron porque no estaban en casa; mi

estudio dependía solo de mí. Ellos solo querían que tuviera notas aprobatorias, como 16 o 17,

y nunca desaprobé ningún curso ni estuve cerca de hacerlo.

Sin presión con los estudios, me puse a mejorar mi inglés y a aprender un poco de francés.

La pandemia me ayudó a estudiar francés, ya que ir al instituto no era factible. Sin embargo,

la pandemia también afectó mi concentración en las clases; me distraía mucho y solo

prestaba atención en uno o dos cursos. Creo que soy procrastinadora porque soy realmente

productiva bajo presión.

No leo mucho; lo único que he leído completo son historietas o novelas. En el colegio nos

daban libros para comprar y de la biblioteca, pero nunca los leí completos porque no los

encontraba interesantes. Siento que necesito orientación para motivarme en los estudios, ya

que solo hago las tareas y no repaso a menos que sea necesario, como para un examen,

exposición o práctica. Tengo buena comprensión lectora, desarrollada gracias a un profesor

en mi último año de colegio que me enseñó varios métodos. En matemáticas, no soy muy

buena porque no practicaba ni de pequeña ni ahora, solo hago lo que veo en clase. Aunque a

veces me cuesta por la falta de información básica en matemáticas, no he tenido tantas

dificultades como para ponerme a practicar más.


MUÑOZ ANA:

Desde que inicié secundaria me di cuenta que muchas veces me costaba prestar atención por

mucho tiempo y que no me esforzaba lo suficiente para hacerlo ni para tener notas altas, me

conformaba con lo que sacara, no busqué métodos de estudio ni la manera en la que

solucionar mi falta de concentración y mi problema de atención y esto empeoró cuando fui

diagnosticada con trastorno de déficit de atención (TDAH), durante la pandemia esto fue más

difícil de trabajar debido a las distintas distracciones que podía encontrar estando en casa. La

etapa pre universitaria fue un poco complicada ya que no contaba con una buena base en

cuanto a matemáticas y ciencias, también el hecho de la presión constante que ejercían los

demás y yo sobre mí. No considero que sea una persona que deje todo a última hora pese a

que no suelo tener una buena organización y sobre mis hábitos de lectura, soy una persona a

la cual le gusta mucho leer, aunque no precisamente libros académicos o de ese estilo,

disfruto mucho de un libro de ciencia ficción o romance, desde muy pequeña fui inculcada de

este hábito por mi familia. En lo que es comprensión lectora si bien se me dificulta mucho

debido al TDAH algunas de las complicaciones que tengo es que suelo distraerme mucho y

pierdo el hilo de la lectura fácilmente, otro más es la impulsividad ya que suelo leer muy

rápido y saltarme usualmente algunas líneas y por último, la dificultad para retener

información a corto o largo plazo. En cuanto a razonamiento matemático, viví mucho tiempo

en otro país en el cual el nivel de matemáticas era mucho menor al que se tenía en Perú, al

momento de venir a estudiar acá fue algo que llegó a afectarme mucho y que de cierta

manera sigue afectando como por ejemplo en la dificultad que puedo tener al resolver un

ejercicio. Muchas veces no tengo motivación para estudiar y cuando lo hago lo siento como

una carga y no como algo que disfrute mucho.


CONCLUSIÓN

Antes de la pandemia, no teníamos hábitos de estudio estructurados y solíamos trabajar bajo presión.

La llegada del COVID-19 exacerbó nuestras dificultades para concentrarnos y aprender,

especialmente en matemáticas y ciencias, debido a una base insuficiente en estas materias. Algunos

de nosotros admitimos ser procrastinadores, encontrando productividad solo bajo presión, mientras

que otros nos preocupamos por nuestra actitud de hacer lo mínimo necesario. Además, nuestras

actitudes hacia la lectura varían: algunos no disfrutamos leer, limitándonos a lo necesario, mientras

otros disfrutamos de géneros como la ciencia ficción y el romance, un hábito inculcado desde

pequeños. Como dinámica de motivación proponemos establecer un grupo de estudio semanal donde

cada uno comparta sus fortalezas y ayude a los demás en sus áreas de dificultad. Por ejemplo, quien

disfruta de la lectura puede recomendar libros o técnicas de lectura que han ayudado, mientras quien

tiene buen manejo de los números puede ofrecer tutorías en matemáticas. Además, se pueden

establecer objetivos pequeños y alcanzables, celebrando los logros de cada uno para mantenernos

motivados. Esta colaboración no solo mejorará nuestras habilidades académicas, sino que también

fomentará el desarrollo de mejores hábitos de estudio y el apoyo mutuo en nuestro crecimiento

personal, siempre y cuando cada persona esté decidida y comprometida a cambiar esos malos

hábitos.

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