El Punto Más Importante de La Vida - Ángel R. O
El Punto Más Importante de La Vida - Ángel R. O
El Punto Más Importante de La Vida - Ángel R. O
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Título: © El punto más importante de la vida, por Ángel R. O.
Junio de 2024
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Mientras me estacionaba vi que él esperaba enfrente, sin
duda de día lucía mejor que de noche.
―Eres puntual, yo que pensé que no vendrías. Por cierto,
¿cómo te llamas? Llevábamos tanta prisa que nunca
preguntamos nuestros nombres.
―Esteban. Te he estado esperando desde hace algún
rato, también creí que no vendrías; ya estaba pensando en
irme, pues no aparecías y con la forma de ser que tienes
eres capaz de dejarme plantado, hasta de jugar conmigo.
Con todo, aquí estoy; aunque sea para quedar mal. Disculpa
si soy muy atrevido, pero cuando te interesa algo… Y tu
nombre, ¿cuál es?
―Ben. No pienses que soy así, solo no me gusta
dedicarme a personas que no le pueden aportar nada a la
vida más que quitarte el tiempo. En esos instantes uno
puede hacer otras cosas y sacarles provecho.
―Espero no ser de esas cosas que te quiten el tiempo y
espero que tenga valor lo que pase conmigo, porque a nadie
le gusta que jueguen con él.
Nos dirigimos a la puerta. Mi madre abrió. Al vernos
sonrió dándonos la bienvenida.
―Pasen. Tu padre está la oficina, Ben; si gustan subir.
―Gracias, mamá. ¿Me acompañas?
Los nervios estaban sobre mí, pues no sabía cómo lo
tomaría mi padre. A mi madre nunca le había importado con
quién estaba, ella solo quería que fuese feliz fuera con
quien fuera.
―Hola, papá, ¿para qué me querías?
Al voltear y ver quién me acompañaba, se quedó
sorprendido. No dijo nada, pero hizo una expresión de pocos
amigos.
―Solo quería entregarte estos documentos que llegaron
de tus empresas a nuestra dirección.
En ese momento entró mi madre.
―¿Se van a quedar a comer? Ya está la comida.
―Sí, señora. Nos quedamos a comer ―contestó Esteban.
Al escucharlo, rápidamente viajó el desagrado por mi
cuerpo. ¿Por qué contestaba si esto se me estaba haciendo
tan incómodo que lo que quería era irme lo antes posible?
―Ya preparo la mesa. ¡Los espero abajo!
Mientras comíamos también platicábamos. Mi padre no
estaba muy contento que digamos, así que mi madre era la
que hablaba. De pronto llegó una pregunta muy importante
y todo se quedó en silencio.
―¿Cuánto llevan juntos? ¿O son solamente amigos?
No sabía qué decir, deseaba salir corriendo de aquel
lugar. ¿Cómo le iba decir que éramos algo de una noche?,
volteé a verlo preocupado y me atraganté con la comida.
―Meses ―respondió Esteban con tranquilidad.
Mi madre al ver mi reacción decidió no preguntar más.
Estábamos a punto de irnos cuando de repente Esteban se
colocó junto a mí, ladeó su cabeza y me besó. En ese
momento no me dio tiempo de rechazarlo, tenía pena
hacerlo. Maldita sea, si era hombre, ¿por qué me estaba
besando?, tal vez solo era para marcar territorio; la verdad
no entendía por qué lo había hecho. Mis padres se quedaron
mirando sin decir nada. Por la expresión de mi padre, supe
que todavía estaba esperanzado de que encontrara una
chica y me casara, solo que eso desde hacía mucho que ya
no estaba en mis planes; lo había cambiado para enfocarme
en otras cosas.
Al salir y despedirnos de mis padres, le pregunté a dónde
quería ir para seguir conociéndonos, pues todo era tan
rápido que muchos dirían que eso no se hace en la primera
cita. Al parecer ambos llevábamos prisa porque no nos
importó si estaba bien o mal lo que hacíamos, solo
queríamos vivir en el instante lo que sentíamos.
Capítulo 3
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Fin
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