Borrador de Mi Libro Darks

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CAPITULO 1

-Entonces, ¿No iras ala fiesta de Andrew?-me pregunta Mailén con cierto tono de tristeza.

Ella es una de las pocas amigas que tengo acá en Canadá, solía tomarla más como una compañera
de trabajo, ya que prefiero que mi grupo social sea muy poco, pero por un problema con mi casero
tenia que mudarme y nose como me convenció para que me mudara con ella, lo que nos hizo
convivir más tiempo. También debo admitir su arrebatadora personalidad me hizo tomarme
cariño.

-No me agradan esos tipos de eventos, prefiero quedarme en el departamento-respondí para


terminando de acomodar los libros en la estantería.

-Ya es hora de que empieces a disfrutar más la vida, anda vamos.

-Yo disfruto la vida, a mi manera claro- le dedico una sonrisa- Las fiestas no son lo mío así que
mejor no insistas, tu ve diviértete- le palmeo la espalda suavemente para pasar por su lado hacia
la parte trasera.

-No voy a ser que cambies de opinión ¿Cierto?.

-Sabes que no.

-Eres muy terca- opina escondiéndose de hombros- Después de todo te quiero haci- Ríe resignada

Y es que pese a que llevamos 2años de conocernos y casi un año viviendo juntas, jamás e aceptado
ir a ningún tipo de fiesta, el día que yo cambiará de opinión resultaría completamente anormal.

Lo que no resultaba para nada normal, muy inesperado fue escuchar la campana de la puerta
abrirse y escuchar sonar la campanilla de la recepción sonar, ya que tristemente las librerías era lo
que menos concurrían las personas.Asi que me acerco para atender a cualquier posible cliente,
pero en mi sorpresa me encuentro con mi pasado.

Para mi sorpresa lo veo justo ahí, de espalda con la vista perdida en los libros.

Reconozco de inmediato esa cabellera lacia con su tono de piel aperlado, puedo sentir el ambiente
más pesado incluso, mi cuerpo se tensa sin poder dar un paso más, Asombrada de volver a verlo,
¿que estaría asiendo el aquí? Es entonces que me obligo a dar la media vuelta, encontrándome
con Mailén. A quien no me detengo a mirar, pasando por su lado encerrándome en el baño.

No podía ser posible, esto no era verdad que podía estar haciendo el aquí, seguro me lo e
imaginado, el no podía estar parado allí, esperando.

Verlo me recordaba tantas cosas, que solo quería enterrar en el paso.

Por qué el era eso solo pasado, y el pasado no se puede traer al presente. Trate de calmar mis
pensamientos; que para entonces ya eran muchos, cerré los ojos tratando de exhalar e ignalahar
para poder tranquilizarme. Luego de unos minutos logré sentirme más calmada me moje el rostro
para después secarme con una toalla que solíamos mantener aquí. Abrí la puerta del baño
encontrándome con Mailén detrás.

-¿Te encuentras bien?, luces un poco pálida- su tono suena preocupado.


-Estoy bien, no pasa nada- intento sonar desinteresada.

-¿Estas segura?

-Si seguro nada de que preocuparse.

-¿Conoces a ese chico?-pregunta intrigada

-Solo no quiero hablar de eso ahora, ¿si?

-De acuerdo- acepta resignada.

Es entonces que pienso en la posibilidad de que el pueda regresar, lo menos que quisiera es que el
pudiera verme y saber donde estoy.

Sabes que te encontrara.

-¿Te molestaría si me voy a casa? Creo que no me estoy sintiendo bien.

-Sabes que no tengo problema con quedarme sola, pero no me gustaría que te fueras haci, enserio
luces pálida.

-Estoy bien solo necesito acostarme un poco-Exclamo temerosa de que el pueda volver.

-Bien, pero promete que iras con cuidado, te veo al rato.

Y sin mas paso por su lado para alcanzar mi bolsa y mi chaqueta.

-Prometo devolver el favor-agrego colocandome la chaqueta.

-Sabes que no deberías de decirme eso ¿no?-me pregunta con el entrecejo hundido.

-Olvidemos que he dicho eso ¿de acuerdo? Adiós.

Sin darle tiempo ala respuesta salgo dispara de la librería, sintiendo inmediatamente una oleada
de frío. Echando de menos la calefacción de la de esta. Maldigo para mis adentros no traer
conmigo un gorro para el frío y no solo por el clima, sino porque me mantengo alerta para no
encontrarme con el, ya que no hace mucho tiempo que abandono la librería y se que podría estar
cerca.

Sabes que siempre lo esta.

Después de unos segundos trato de apresurar el paso llegando al final de la carretera para cruzar
la calle. Aunque mis pensamientos me dicen que debería correr preferí caminar tranquilamente
convenciéndome de que solo fue casualidad el que estuviera parado justo ahí. Pero no podía ser
así, mi subconsciente sabía que no era así por más que intentará convencerme de lo contrario.

Entonces la luz del semáforo cambio y pude continuar mi camino para llegar ala parada del bus, el
que para mí suerte se encontraba parado justo ahí.

Por lo que acelere mis pasos alcanzándolo. Inmediatamente me subí, pase mi tarjeta.

Era obvio que la suerte no me acompañaba por mucho tiempo, porque esta no pasó. Mis nervios y
mi vergüenza incremento al instante puesto que se encontraban personas detrás de mi.
-Deja lo intento yo- Una voz masculina a mi lado me hace apartarme un poco ya que el espacio es
nulo.

-Pasa, e cargado los dos pasajes- agrega con una voz tan ronca que pareciera que lo susurra.

Doy un vistazo alas personas detrás de mi que se muestran ansiosas por subir, por lo que me
dispongo a tomar asiento, seguida por el chico detrás de mi, el cual se sienta a mi lado. Entro en
una batalla mental sobre sí debería agradecerle o no después de todo yo no e pedido que me
pagará el pasaje.

-Gracias por eso- me limito a decir con simpleza.

-Solo quería subir ya- saca su móvil de su bolsillo clavando su vista en el.

-De igual manera no tenias porque hacerlo- nose porque me entran ganas de continuar la
conversación que siquiera es una.

-Da igual, ya lo hice.

Su voz ronca hace que gire mi mirada para poder repararlo. Este lleva puesro ropa de frio, la cual
se ve muy fina, tiene el cabello oscuro ligeramente rizado cuando gira la mirada se le salen unos
mechones rebeldes, me fijo en su mirada, sus ojos son de un tono azul los cuales miran fijamente
los míos por un instante que me hacen apartar la mirada aparentemente avergonzada.

¿Pero que me pasa? Yo no soy así, no solía tomarla importancia alas personas, pero el tenia algo
distinto, porque despertaba eso en mi. De pronto sentí curiosidad por saber su nombre. Algo poco
común en mi persona.

-Y ¿tu eres?-me atreví a preguntar impulsada por mi creciente curiosidad.

Dio la media vuelta.

-Amir.

Su mirada hizo contacto con la mía por unos segundos antes de devolverla a su móvil.

Ese nombre, me resultaba conocido pero no lograba recordar de donde.


CAPITULO 2

Capítulo 2: Un Encuentro Inesperado

La noche se había vuelto más fría, y la ciudad de Canadá estaba cubierta por una capa de nieve
fresca. A pesar de la temperatura descendiente, había un calor latente en el autobús que me
llevaba a casa. Un calor que provenía del hombre sentado a mi lado, Amir.

“Amir”, repetí su nombre en mi mente, intentando recordar de dónde lo conocía. Pero no


importaba cuánto lo intentara, no podía recordar.

-¿Y tú? -preguntó Amir, rompiendo el silencio que se había instalado entre nosotros.

-Me llamo Opcional400 -respondí, sintiendo una extraña sensación de nerviosismo. No estaba
acostumbrada a hablar con extraños, y mucho menos con hombres atractivos que pagaban mi
pasaje de autobús.

-Amir y Opcional400 -murmuró, como si estuviera probando cómo sonaban nuestros nombres
juntos. Luego sonrió, una sonrisa que iluminó sus ojos azules y me hizo sentir un poco más
cómoda.

Pasamos el resto del viaje en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Cuando
llegamos a mi parada, me levanté y le di las gracias a Amir por el pasaje. Él asintió y me deseó una
buena noche antes de volver a sumergirse en su móvil.

Cuando llegué a casa, Mailén estaba esperando por mí. Su rostro se iluminó cuando me vio entrar,
pero su sonrisa se desvaneció cuando vio mi expresión.

-¿Qué pasó? -preguntó, su voz llena de preocupación.

-Nada -respondí, tratando de sonar convincente. Pero Mailén me conocía demasiado bien.

-No me mientas, Opcional400 -dijo, cruzándose de brazos-. ¿Quién era ese chico en la librería?
Respiré hondo, sabiendo que no podía ocultarle la verdad a Mailén. Le conté sobre el encuentro
con mi pasado, sobre cómo había visto a ese hombre de mi pasado en la librería. Le conté sobre
cómo había huido, sobre cómo había conocido a Amir.

Cuando terminé, Mailén se quedó en silencio durante un largo rato. Luego, finalmente, habló.

-Opcional400 -dijo, su voz suave-. No puedes seguir huyendo de tu pasado. Tienes que enfrentarlo.

Sabía que tenía razón, pero la idea de enfrentar a ese hombre de mi pasado me aterraba. Sin
embargo, sabía que tenía que hacerlo. Por mí, y por Amir.

Porque, a pesar de todo, no podía evitar la sensación de que Amir era más que un simple extraño
que había conocido en un autobús. Había algo en él que me atraía, algo que me hacía querer
conocerlo mejor.

Y, aunque no lo sabía en ese momento, ese encuentro en el autobús sería solo el comienzo de una
serie de eventos que cambiarían mi vida para siempre.

Espero que este capítulo te guste y esté a la altura de tus expectativas. Si necesitas ayuda con algo
más, no dudes en preguntar.

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