0% encontró este documento útil (0 votos)
15 vistas9 páginas

HSPJ 16dic22

Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
0% encontró este documento útil (0 votos)
15 vistas9 páginas

HSPJ 16dic22

Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 9

1.

ORACION PREPARATORIA

Iniciamos esta Hora Santa En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.

Señor Jesucristo, otro Viernes más nos congregamos ante ti en esta audiencia
que nos concedes bondadoso cada semana. Somos tus amigos, Señor. Tú nos
amas, y queremos corresponder a tu amor. Somos los creyentes de esta
comunidad cristiana. Tenemos hambre de ser santos, aunque somos pecadores.
Y sentimos tu llamado a ser apóstoles entre nuestros hermanos.

Creemos, Señor, que Tú eres el camino único que conduce al Padre. Pero son
muchos los hombres, hermanos nuestros, que andan perdidos sin saber que
han sido creados por Dios y para Dios. Ignoran que Tú los has rescatado con
el precio de tu Sangre. No atinan a dar sentido a su vida, y no aspiran a ocupar
el lugar que Tú les tienes preparado en tu gloria. Por nosotros, los creyentes, y
por los que no te conocen, venimos a rogarte, Señor.

Te agradecemos el regalo de la vida y el tesoro de la Fe; la alegría y la


Esperanza que arraigas en nuestros corazones; el don del Amor y la ilusión
que nos das de ayudarte en la salvación de nuestros hermanos.

Venimos a adorarte, Jesús, porque eres el Hijo de Dios, Uno con el Padre y el
Espíritu Santo. Vives desde siempre y para siempre. Posees la plenitud de la
gracia y eres la Sabiduría y la Verdad. Junto con el Padre creaste todas las
cosas y te ha sido dado todo el poder en el cielo y en la tierra. Eres digno de
adoración, gloria y alabanza por siempre.

Por eso te agradecemos que te hayas hecho hombre; que estés formado de
nuestro mismo barro; que conozcas nuestras angustias, depresiones y miedos;
que hayas saboreado nuestras mismas alegrías, ilusiones y éxitos.

Maestro, háblanos al corazón, porque tu palabra nos alienta y nos perdona,


ilumina nuestra vida y nos hace sabios con la sabiduría de Dios.

Te queremos escuchar hoy con la atención de María de Betania; con la fe de


los doce Apóstoles, con el amor de María tu Madre, que atesoraba en su
corazón tus gestos y tus palabras, para meditarlos y hacerlos vida. Ayúdanos a
mantenernos vigilantes y atentos como Ella en esta hora de adoración. Amén.

1
2. OFRECIMIENTO POR LOS ENFERMOS

Señor, Tú eres el buen pastor y Tú has dicho: «vengan a mí todos los que
están cansados y cargados y Yo los aliviaré».

Venimos a ti con todos los enfermos que están unidos con nosotros en
oración; y con aquellos que están atravesando momentos de dificultad, o que
se sienten incomprendidos u olvidados; con aquellos que se han alejado de ti y
con todos aquellos que necesitan de tu paz y de tu alivio celestial. Te
suplicamos Jesús, que los bendigas a todos, pon tu mano de buen pastor sobre
cada una de ellos y por los méritos de tu pasión y por tu Sagrado corazón,
comienza a sanarlos de su enfermedad física y espiritual; en la Santa voluntad
del Padre y en tu Santo nombre. Dales el consuelo que cada uno busca de ti.

Ponemos en este momento ante tu Santísima Presencia, la lista con los


nombres de nuestros enfermos que hoy se entregan confiadamente a ti, y todos
nosotros también, los que nos encontramos reunidos en torno tuyo aquí en la
parroquia y desde nuestras casas, en un momento de silencio, ponemos ante ti
nuestras necesidades confiadamente, pues tu nos conoces a cada uno, nos
llamas por nuestro nombre, y nuestras costumbres te son familiares, ante ti de
rodillas, te entrego mis necesidades Señor.

********** Silencio de 3 minutos **********************

Sabemos Jesús que Tú puedes sanarlos; y te lo pedimos en fe. No mires


nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia y por el poder de tus Llagas gloriosas,
por tu santa Cruz y por tu preciosa Sangre comienza a sanar a muchos de ellos
Señor.

Y a los enfermos que Tú no vas a sanar hoy porque en tu plan providencial,


Tú tienes algo distinto para ellos, te pedimos que les des, a ellos y a sus
familias, fortaleza para que nunca se desesperen, y que sepan ofrecer sus
sufrimientos, uniéndolos a tus sufrimientos en la Cruz, para darle un valor de
redención.

Pero estamos tan seguros de tu presencia viva en medio de nosotros Señor


que, aun antes de conocer el resultado de nuestra oración en fe, te decimos
gracias por todo lo que estás haciendo incluso ahora mismo por nuestros
enfermos.

2
Y todo esto te lo pedimos por intercesión de nuestra Madre la Santísima
Virgen María, y te damos gracias por lo que Tú vas a seguir haciendo por
ellos. Amen

3
3. ORACION DE DISPOSICION PREVIA A LA PALABRA

Señor Jesús abre mis ojos y mis oídos a tu palabra.

Que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas,


despierta mi alma y mi mente
para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo saborearla y comprenderla.

Dame una gran fe en ti


para que tu palabra sea para mí lámpara que me guíe
hacia ti por el camino de la justicia y de la verdad.

Habla señor que yo te escucho y deseo


poner en práctica tu doctrina, por que tus palabras
son para mí, vida, gozo, paz y felicidad.

Háblame Señor, tu eres mi Señor y mi maestro,


y no escucharé a nadie sino a ti.

Amén.

4
4. PROCLAMACION Y REFLEXION DE LA PALABRA

Y EL HIJO DE DIOS SE HIZO HOMBRE

Del Evangelio según San Juan. 1,1-14.

"En el principio existía el Verbo... y el Verbo era Dios... En


el mundo estaba, el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo
conoció... Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron. Pero
a todos los que lo recibieron les dio poder de hacerse hijos de
Dios, a los que creen en su nombre; los cuales no nacieron de
sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre sino que
nacieron de Dios. Y el Verbo se hizo carne, y puso su morada
entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe
del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad", PALABRA DEL
SEÑOR.

¡Y el Verbo, la Palabra, el Hijo de Dios, se hizo hombre!... Es la


afirmación más ponderativa y pasmosa de la Biblia.
Los patriarcas, los reyes, los profetas y todo el pueblo de Israel
esperaban la epifanía o manifestación del enviado de Dios, y se
decían: ¿Cómo será el Mesías, el Cristo que tiene que venir?...
Se lo pudieron imaginar de mil maneras. Pero a nadie se le ocurrió
jamás que sería el mismo Dios, el Hijo de Dios, quien iba a
venir al mundo, y no como rey esplendoroso y lleno de majestad
aplastante, sino hecho un hombre como cualquiera de nosotros,
escondida su Divinidad en el cuerpecito de un infante encantador,
de un niño adorado, de un joven simpático, de un varón irresistible
por su bondad, humildad, pobreza y amor.

No venía a desplegar un gran poder para sojuzgar al mundo, sino


que "echó su tienda de campaña entre nosotros" para vivir con nosotros,
para compartir nuestra suerte, para hacernos conocer al Padre
y hacernos hijos suyos, para llenarnos con su Espíritu y enriquecernos
con todos los bienes de Dios

Al haberse hecho hombre el Hijo de Dios y ser como uno de


nosotros, Jesús respeta, realiza y redime todo nuestro ser humano.
Al compartir todo lo nuestro, nos comprende, nos valoriza, hace

5
suyas todas nuestras ilusiones, nuestros trabajos, nuestros dolores,
nuestras debilidades. Goza con todo lo nuestro, sufre con todo lo
nuestro, porque participa en todo nuestra naturaleza humana.

Nuestra naturaleza no le comunica a Dios ningún mal, mientras


que Dios comunica a nuestra naturaleza todo bien. Si metemos el
hierro frío y negro en el fuego, el hierro no comunica al fuego ni su
frialdad ni su negrura; mientras que el fuego ha comunicado al hierro
todo su calor y brillantez

Esto que se realizó con la Encarnación del Hijo de Dios en el


seno de María, lo vivimos especialmente nosotros cuando nos unimos
a Cristo en la Eucaristía.
Porque entonces, más que nunca, nos asume Cristo, nos hace
"uno" con Él, y nos pasa a nosotros la vida divina que a El lo colma
en plenitud. "Igual que yo vivo del Padre, así el que me come vivirá
por mí" {Juan 6,57). Dios todo en Cristo, y Cristo por la Comunión
todo en mí...

6
5. HABLO AL SEÑOR

Dios eterno, que te has hecho hombre como yo. Ahora puedo
tratarte de tú a tú, pues eres como yo en todo. Yo podía tener miedo
ante Dios; ante un hermano mío, no. Antes estabas lejanísimo;
ahora te miro muy de cerca. ¡Jesús! De tal modo nos has acercado
Tú a Dios, que puedes decirme: no temas al ver en mí a tu Dios,
ama al Dios que por ti se ha hecho y es un hombre. En ti veo, Jesús,
al Dios que se hace un servidor mío. Tú y yo vamos a vivir, amar,
sufrir y gozar siempre juntos. ¡Te haces tan pequeño Tú para hacerme
tan grande a mí!...

6. CONTEMPLACION AFECTIVA

Hijo de Dios, engendrado por el Padre Eterno.


— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que te hiciste hombre como nosotros.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que te hiciste hijo de María.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que te hiciste hermano nuestro.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que te has hecho en todo como nosotros.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que eres el modelo de mi ideal ante Dios.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que amas como amamos nosotros.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que sufriste como sufrimos nosotros.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que gozaste como nosotros tus hermanos.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que estás en el cielo como hombre glorificado.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que en el Cielo intercedes por nosotros.
— Jesús, te amo con todo el corazón.
Hijo de Dios, que en el Cielo nos esperas a tus hermanos.
— Jesús, te amo con todo el corazón.

7
Jesús, ¡con qué confianza acudo a ti sabiendo que me entiendes
perfectamente cuando amo y sufro y gozo y me ilusiono y fracaso,
porque Tú mismo amaste, sufriste, gozaste, te ilusionaste y fracasaste
como cualquiera de nosotros! Haz que te ame y que confíe
siempre en ti.

Madre María, que nos diste hecho hombre al Hijo de Dios,


encarnado felizmente en tu seno virginal. Nadie como Tú conoció
y entendió a Jesús, y nadie me puede llevar a Él como lo puedes
hacer Tú. Alcánzame de Dios la gracia de seguir a Jesús hasta el fin,
aunque me cueste, como a ti, clavarme firme en el Calvario.

7. En mi vida. Autoexamen

San Pablo nos dice que Dios nos ha elegido en Cristo para ser
"santos, inmaculados, amantes" (Efesios 1,4), copias sin defecto de
lo que es Jesucristo ante el Padre. Para esto Dios se hizo hombre,
para que nosotros seamos como Dios. ¿Respondo yo así a mi vocación
cristiana? ¿Me doy cuenta de que en tanto soy un hombre o
una mujer cabal en cuanto soy una persona cristiana perfecta?
¿Aprecio la Gracia, la conservo, la acreciento sin cesar?... ¿Me
esmero, sobre todo, en la recepción de la Eucaristía, que acrece en
mí sobremanera la vida de Dios, la santidad a que Dios me llama?..,

8
8. PRECES

Alabamos a Jesús, Cristo el Señor, el Hijo de Dios hecho hombre


como nosotros, y le pedimos:

Acuérdate, Señor, de tu Pueblo santo.

En esta hora plácida del atardecer, cuando venimos ante tu presencia


en el Sagrario,
— acepta nuestro trabajo de hoy, nuestro descanso, nuestro amor.

Eres el sol de justicia, que brilla con luz indeficiente en medio


de un mundo en tinieblas,
— haz que los hombres tus hermanos sean constructores de paz y
eliminen de la sociedad toda clase de esclavitud.

Tú que eres el modelo y la imagen del hombre nuevo,


- convierte a todos los hijos e hijas de la Iglesia en modelos acabados
de la santidad a la que Dios los llama desde su Bautismo.

A todos nuestros hermanos que están fuera de su casa por trabajo


o por merecido descanso,
- devuélvelos felizmente al seno de sus hogares.

Y a los hermanos que nos dejaron para ir a la Casa del Padre,


- dales el descanso eterno y la luz perpetua.

9. PADRE NUESTRO
10. COMUNION ESPIRITUAL
11. ORACION FINAL

Señor Sacramentado, aquí tienes oculta tu Humanidad igual


que tu Divinidad. Pero creemos en ti, y te pedimos que cuando vengas
a nosotros o al vernos contigo ante el Sagrario, nos llenes de la
vida divina que habita plenamente en ti, para que consigas en nosotros
el fin por el que te hiciste hombre: ¡que nos llenemos de la
vida de Dios!... Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

12. SAGRADA RESERVA

También podría gustarte