Actividad 1.2
Actividad 1.2
2 HEP
Unidad 1
Actividades de aprendizaje SAN AGUSTÍN Y LA ALTA EDAD
MEDIA.
Actividad 1.2
Grupo: 9193
Las escuelas de oriente aparecen en Egipto donde los padres del desierto acogen a niños y
adolescentes, los monjes estaban obligados a encargarse de su educación, el niño era
confiado a un anciano venerable, cagado de experiencia y de virtud, que le sirviera de padre
espiritual; recibía esencialmente una formación ascética y moral, espiritual antes que
intelectual, es decir la preocupación por su formación espiritual y empírica era prioritaria
que su educación intelectual.
Efímero esplendor
Todo esto concierne a la educación reservada a los jóvenes monjes, cuyo beneficio se pensó
extender a veces a otros niños, se propone el problema y consiste en que se abra la puerta
del monasterio a los “hijos del siglo”; resulta bien claro que el llamamiento de Crisóstomo
parte de un alma exaltada, toda ella orientada hacia la perfección y que no quiere dudar que
todos sean tan sensibles como lo es él. Un monje sirve de preceptor de estudios a un
jovencito empeñado en estudios profanos, San Juan Crisóstomo insiste más que nunca
sobre el deber que tienen los padres de educar cristianamente a sus hijos, esto obedece al
hecho de que tal es la misión que incumbe también a los padres; ya hemos visto que el niño
debe recibir educación religiosa en el seno de su propia familia.
San Basilio no sentía mayor entusiasmo por admitir en el claustro a los jóvenes cuya
vocación religiosa no estuviese garantizada suficientemente y cuanto se avanza a lo largo
del tiempo tanto los medios o ambientes monásticos demuestran desconfianza.
Y con esto estamos palpando uno de los rasgos más característicos del monaquismo
oriental: sumergido en un medio cultural cuyo nivel en suma, se mantuvo siempre
constante, el convento no puede asumir en la sociedad un papel pedagógico para el cual no
había sido concebido, lejos de convertirse en un centro de estudios, el convento oriental se
preocupa por continuar siendo un lugar para practicar la ascencis; lejos de iluminar el
mundo, procura apartarse, aislarse de él.
La escuela monástica en occidente
Las invasiones gramáticas y la decadencia general de la cultura crearon una situación
totalmente distinta; en Occidente: la lectio Divina, la lectura de los Libros Sagrados y sobre
todo del Oficio Divino resulta inseparable del ejercicio pleno en la vida monástica, una
especie de reflejo inmediato vincula la condición del monje al estudio de las letras, cada
vez que elije o le traen un jovencito para hacer de él un monje, el reflejo actúa: “lo bautiza
y le proporciona un alfabeto”.
San Ferreol también prevé el estudio de las letras y la lectura meditada; el movimiento
desde luego culmina con la regla de san Benito que fija normas extensas sobre las lecturas
sagradas, prevé la admisión de jóvenes en los monasterios así como su educación; libros,
tablillas y estiletes aparecen con toda naturalidad como partes integrantes del mobiliario y
en cierta medida del decorado de la vida monástica.
La educación episcopal
La aparición de un segundo tipo de escuela cristiana: la escuela episcopal, en ella alrededor
del obispo se agrupaba siempre todo un personal eclesiástico la aparición de un segundo
tipo de escuela cristiana; en sus orígenes es sabido que muchos de los grandes obispos de
Occidente, monjes por su formación y por sus ideales se preocuparon por crear una
comunidad monástica; en este mismo medio se reclutaban y forman los diáconos, los
sacerdotes y los futuros sucesores del obispo, los miembros del clero, faltos de sentimientos
y de escuelas teológicas, recibían su instrucción dogmatica, litúrgica y canoníca a través de
este tipo de formación de carácter eminentemente practico y familiar.
La escuela presbiteral
Durante el siglo VI acababa por fin de organizarse la red de las parroquias rurales, el propio
éxito de la evangelización de las masas hizo estallar la estructura estrictamente urbana de la
antigua iglesia, la solución consistía en generalizar el sistema ya vigente en la escuela
episcopal; prescribía que todos los sacerdotes o curas párrocos admiten consigo jovencitos
en calidad de lectores para educarlos cristianamente.
Esta pedagogía aun balbuciente es sin embargo muy original por su espíritu y por sus
métodos y abre la puerta a un tipo de educación nueva que no podría asimilarse al de la
antigüedad clásica, el maestro toma una tablilla y copia en ella el texto que servirá del tema
de lección. El niño aprende de memoria el texto al mismo tiempo que lo recita, hay en este
sistema algo así como un grosero equivalente de nuestro actual método globalizador, por lo
menos al principio el escolar lee, memoriza el texto al que apenas se reconoce; en una
palabra, no aprende a leer como lo hacia el escolar antiguo, no aprende a leer en sí: aprende
a leer el texto.
Esto nos sitúa muy lejos de la escuela clásica: pensamos más bien en los métodos que
todavía se aplican en los países musulmanes, en las escuelas coránicas, este sentimiento se
explica en parte como efecto de la decadencia y la barbarie de estos tiempos: el maestro es
ahora ese hombre difícil de encontrar, ese hombre capaz de revelar el secreto de la
escritura. El maestro es aquel que revela no solamente la escritura, sino las Sagradas
Escrituras, monástica, episcopal o presbiteral, la escuela no separa, no aísla la instrucción
de la educación religiosa, de la formación dogmatica y moral; religión sabia y popular a la
vez, el cristianismo otorga al más humilde de sus fieles por elemental que sea su desarrollo
intelectual, un nivel equivalente al que la altiva cultura antigua reservaba a la elite de los
filósofos. La esencia de la escuela cristiana de la pedagogía medieval por oposición de la
antigua, radica en esa estrecha relación, entre la instrucción literaria y la educación
religiosa.
La educación Bizantina
La escuela antigua nunca tuvo fin, en el oriente griego la educación bizantina prolonga sin
solución de continuidad la educación clásica, no hay hiato alguno, ni distinción siquiera,
entre la civilización del Bajo Imperio romano y la de la Alta Edad Media Bizantina, se fue
transformando su enseñanza que había quedado fijada por las normas clásicas: en la base,
las artes liberales; en la cúspide, la retorica, la filosofía y el derecho; los niveles inferiores
de la enseñanza, la tradición antigua debió de persistir en ellos ciertos aspectos de la
pedagogía helenística; la enseñanza secundaria permanece fundada sobre la gramática y el
comentario de los clásicos: los manuales y los comentarios helenísticos continúan siendo
siempre utilizados o imitados, recibió también una cultura cuya meta era un humanismo
muy antiguo: los clásicos, el griego, la retorica, Aristóteles y Platón, las cuatro disciplinas
matemáticas.
Esta sociedad bizantina tan profundamente cristiana, que tanta importancia concedía a las
cuestiones específicamente religiosas y en particular a la tecnología, permaneció
obstinadamente fiel a las tradiciones del humanismo antiguo, frente a la escuela de tipo
clásico existe otro foco cultural, éste sí de inspiración totalmente cristiana: la escuela
monástica, lo mismo que en sus orígenes, hostil al humanismo, al mundo dominada por
preocupaciones espirituales y antes que nada ascéticas, mantiene un carácter cerrado, ésta
reservada a los jóvenes aspirantes a la vida religiosa, a la admisión de jóvenes del mundo
para su educación.
La escuela Bizantina por su parte con todas estas instrucciones y métodos de enseñanza de
leer y escribir, se enfoca mas a la vida social, a la instrucción de los niños como personas
cultas e instruidas a diferencia de las escuelas monásticas que decían que las personas
debían renunciar a su vida social, a sus conocimientos y a su cultura en general, esta
escuela Bizantina tenia maestros de retorica, filosofía y artes que formaban a los individuos
como personas para poder ser personas activas en la vida social.
Es una propia por que actualmente viendo algunos resultados en niños que salen de la
primaria están en tercer grado y alguno no saben leer, los de sexto tienen abundantes faltas
de ortografía y son carentes en los conocimientos básicos de la aritmética, por ello digo que
ese método aunque sin mucha efectividad intelectual, si tiene efectividad en lo básico que
debemos enseñar ya que es lo elemental en un niño para iniciar su educación y aunque sea
no un método muy bueno de comprensión, si es un método efectivo para iniciar la
educación.
Bibliografía
Marrow, Henry-Ireneè. Historia de la Educaciòn en la antigüedad. (Trad.: Yago Borja de
Quiroga), Mèxico, Fondo de Cultura Econòmica, 2a. ediciòn, 1998. Pp 427-474
Adán: Es importante que sintetices los trabajos en las cuartillas que se piden en las
instrucciones de la plataforma. La síntesis implica un esfuerzo de comprensión que es
indispensable que hagas para obtener el aprendizaje que se espera, y el haber tomado
textos casi literales de la lectura denota que no terminaste de entender el sentido de
esta actividad. Escribes algunos textos entre comillas, pero no pones la referencia,
además, las citas solo se escriben entre comillas, sin negritas ni cursivas. Revisa el
documento que les subí a plataforma sobre el plagio, es muy grave y hay una sanción
por cometer esta falta. Por otra parte, repites temas en lugar de desarrollarlos en el
mismo subtítulo. Además, tu trabajo tienes algunos errores ortográficos, sobre todo
falta de acentos. El nombre de los libros sagrados se escribe con mayúscula, como
Biblia, Corán, etc. La ficha bibliográfica no se debe copiar de la plataforma, pues
tiene errores en el orden de los elementos. Por eso les subí una liga para que
revisaran cómo se hacen en el sistema de la APA, te la vuelvo a mandar:
http://www.dgbiblio.unam.mx/index.php/ayuda/170-como-elaborar-citas-y-
referencias-bibliograficas-estilo-apa . En esta ocasión te calificaré, pero la siguiente
si hay textos copiados de la lectura o de cualquier otra fuente sin citar correctamente
tendré que ponerte 5. Es fundamental que te regularices en las entregas a la brevedad.