DALESSIO Probation
DALESSIO Probation
DALESSIO Probation
Artículos de doctrina
GARCIA, Luis, "La suspensión del juicio a prueba según la doctrina y la jurispfll-
dencia. Un ejercicio dialéctico a poco más de un ailo de entrada en vigencia de la
ley 24.316", en Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal, Ed. Ad Hoc, año ll,
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pensión deljuicio penal a prueba. Comentarios a la ley 24.316 ", La Ley, 1994-0,854.
El imputado deberá abandonar en favor del Estado, los bienes que pre-
sumiblemente resultarían decomisados en caso que recayera condena.
No procederá la suspensión del juicio a prueba cuando un funcionario
público, en el ejercicio de sus funciones, hubiese participado en el delito.
Tampoco procederá la suspensión del juicio a prueba respecto de los
delitos reprimidos con pena de inhabilitación.
l. CONCEPTO
La suspensión del juicio a prueba. también llamada probation l. fue incorporada al
Cód. Penal por la ley 24.316 2. Se trata de una forma de extinción de la acción penal
respecto del imputado que cumplió con determinadas reglas de conducta durante un
período de prueba fijado por el tribunal que la concedió, siempre y cuando se reúnan
los requisitos legalmente establecidos.
descargar al sistema penal de la obligación de juzgar la totalidad de los delitos más leves,
debido a la imposibilidad práctica de juzgarlos todos 6.
No obstante, varios autores han hecho hincapié en que la finalidad del instituto
también tiene un sentido preventivo especial, en tanto se pretende posibilitar la
resocialización del imputado mediante la imposición de una serie de reglas de conduc-
ta que debe cumplir '. También la jurisprudencia ha señalado, por un lado, el objetivo
preventivo especial de la probation y, por otro, el de evitar las consecuencias
estigmatizantes de la condena 8.
Por último, aunque no ha sido destacado como un objetivo específico y directo de
este instituto, no debe perderse de vista la relevancia que se asigna a la reparación del
daño causado por la comisión del hecho.
evidencia que basta para su concesión con que pueda imponerse condena de ejecución
condicional en el caso concreto 12.
e) Por otra parte, no debe dejar de mencionarse otra tesis más amplia que la
anterior, conforme a la cual la hipótesis a que aluden los párrafos primero y segundo
abarca -incluso-los supuestos en que no fuera factible una eventual condena de
ejecución condicional en los términos del art. 26 del Cód. Penal. En tal sentido, se
destaca la expresa mención -que allí hizo el legislador- a la pena de "reclusión o
prisión" que no exceda de tres años, pues -como es sabido-solamente esta última es
susceptible de ser dejada en suspenso 13.
La Cámara Nacional de Casación Penal tomó postura por la tesis restrictiva recién
mencionada, al dictar el fallo plenario" Kosuta" 1·1 en que sentó la siguiente doctrina: "La
pena sobre la que debe examinarse la procedencia del instituto previsto en el arto 76 bis
y sgtes. del Código Penal, es la reclusión o prisión cuyo máximo en abstracto no exceda
de tres [¡[JOS "15.
Sin embargo, corresponde puntualizar que los tribunales inferiores -enrolados
en la tesis amplia- resistieron la aplicación de ese criterio.
En principio, se negó que pudiera regir retroactivamente para los hechos cometi-
dos con anterioridad a su dictado j('. Yen muchos casos se acudió a la declaración de
inconstitucionalidad del mUO de la ley 24.050 17 , que dispone la obligatoriedad de la
doctrina sentada en los fallos plenarios para todo órgano jurisdiccional que dependa de
la Cámara de Casación, por afectar los principios de división de poderes, juez natural,
imparcialidad del juzgador y doble instancia lB.
También, se ha resuelto conceder la suspensión del juicio a prueba cuando el fiscal
ha prestado consentimiento a tal efecto, pese a que no se encontraban reunidas las
exigencias del fallo plenario aludido, reconociéndosele al ministerio público fiscal la
facultad de suspender el ejercicio de la acción penal por aplicación del principio de
oportunidad que la ley 24.316 ha incorporado al Código Penal 19.
Al respecto, es relevante advertir que el Procurador General de la Nación ha instrui-
do en reiteradas oportunidades a los representantes del ministerio público fiscal de las
instancias inferiores, para que adopten el criterio por el cual procede la suspensión del
juicio a prueba cuando concurre, alternativamente, alguna de las siguientes hipótesis: al
que la pena en abstracto prevista para el delito o concurso de delitos no supere los tres
años de prisión o reclusión, b1si se supera en abstracto ese tope punitivo, cuando las circuns-
tancias del caso permitieren dejar en suspenso el cumplimiento de la pena aplicable 20.
(21) TS Córdoba. sala penal. 2004/03119. "Balboa. Javier E.... LLC. 2004 (diciembre), ll6a.
(22) AL\(;I¡\. op. cit.. ps. 8S5/B56. cuestiona la constiLUcionalidad de esta exigencia por afec-
tar la garantía de juicio previo. En la jurisprudencia. la Cámara Federal porteña ha descartado
que la exigencia que contiene el art. i'G bis. quinto párrafo. constituya una pena anticipada
inconstitucional (CNFed. Crim. y Correc .. sala l. 2002/02/14. "Rodríguez. F. ". Y CNCrim. y
Corree .. sala l. 1998/04/17. '·Cámera. Alberto" -\'er RO~IERO VILL·\:-;lJE\·A. op. cit.. p. 269-); pero
algunos tribunales -en particular. en relación con delitos que contemplan la multa como
alternativa- la han declarado inconstitucional. considerando principalmente que constitui-
ría un adelanto de pena: lNCorrec. N° 3. sec.!\'o 60.1997/06/24. "Acuña Barraza. Orlando S. por
lesiones culposas (art. 94 del cód. Penal)"; y lNCorrcc.:';o (j. seco N° 101. 2005/05/24. "Ferrari,
Jorge N. por inf. ley 1:~.')44".
(23) Cl'enal Haraela. 19,)7/04/011. "Vergara. Héctor". La Ley. 1998- O. B78 - LLLitoral. 1998-
1-863.
(24) VIT.-\LE. op. cit.. p. 157; precisa que en ese caso no resultará exigible cumplir con el pago
que se requiere cuando la multa es una pena alternativa o conjunta.
747 DE L.'- SL',>I'¡~)I(l~ DEL JUICIO A PRUEBA Art.76bis
(25) DE OIA7.íBAL, op. cil., p. 56; GARc,i,\, op. cit., p. 34:3; C\STASEflA 1':\7., op. cit., p. 49.
(2(,) CNCasación Penal, en pleno, 1999/011/17, "Kosuta, Teresa", La Ley, 199~)-D, B51.
(27) En ese sentido, también TC:asación Penal Buenos Aires, sala !I, 2001/12/27,
"Lourtau". Ver crítica de DE\'oTo, "Interpretación ... ".
(28) CS, 2002/12/03, "Gregorchuk, Hicardo", Fallos: 325::3229 La Ley, 2003-13, 839. Se sos-
tuvo que es improcedente la propuesta de obligarse a una "aulO-inhabilitación", y que acce-
der a tal petición afectaría el principio de legalidad al suspenderse el ejercicio de la acción públi-
ca en un caso no pre\~sto por la ley. Es interesante destacar que, en el voto en disidencia del juez
Vázquez, se resalta la irrazonabilidad de no aplicar este instituto para delitos amena7.ados con
pena conjunta de inhabilitación cuando sí procede respecto de delitos de mayor gravedad.
(29) Conl'. la reseña de argumentos que realiza Vn,\!.E, op. cit., pS. 1331134.
(30) Ver en ese sentido, TS Córdoba, sala penal, 2004/05/31, "Hodríguez, Gustavo", LLC,
2004 (diciembre), 1227, en que el tribunal se pronuncia por la admisibilidad de la concesión
de la suspensión del juicio a prueba para los delitos castigados con pena de inhabilitación,
imponiendo ésta como una regla de conducta.
(31) VITAU'. op. cit., ps. 133 y ss. Entre varias consideraciones, se señala que si la pena pri-
vativa de libertad está acompañada de pena de multa, procede la suspensión del juicio a
prueba si se abona el mínimo del monto correspondiente.
(32) BHIJZZONE, "Probation y pena ... ", p. 227. En contra, BOVINO, op. cil., p. 78, quien conside-
ra que no cabe imponer la inhabilitación como regla de conducta.
(33) CNCrim. y Corree., sala VI, 1997/05/22, "Canil, Gonzalo". La Ley, 1998-B, B40; TS
Córdoba, sala penal, 2004/05/31, "l{odríguez, Gustavo R.", LLC, 2004 (diciembre). 1227; 2002/
12/12, "!\'ieto, Raúl", U.C, 2003 (setiembre), 95B: 2004/041l2, "f)'Avila, Osear", LLC, 2004 (di-
ciembre), 1233; 2004/07/08, "Becerra, Miguel A." -puhlicado en extenso en Hevista de Dere-
cho Penal y Procesal Penal, Nn 2 (octuhre 20(4), Lexis Nexis, ps, 502/50G-; 2004/09/
06,"González, Francisco R." -publicado en extenso en [{evista de Dt'recho Penal y Procesal
Penal, N° 5 (enero 20(5), Lexis Nexis, pS. 1021110:W-.
Art.76bis C(1r)J(~o PENAL 748
de la Nación hacia los representantes del ministerio público fiscal 34 . En tales pronuncia-
mientos se destacó, entre otras consideraciones, que el interés en neutralizar el riesgo
de la actividad comprometida en el hecho investigado o en remediar la impericia que
pudo haber llevado a su comisión, puede ser satisfecho precisamente imponiendo una
restricción en tal sen tido al sujeto sometido a prueba.
Una postura más amplia incluso admite que puede suspenderse el juicio a prueba
cuando el delito esté amenazado únicamente con pena de inhabiiitación, porque al
tratarse de una pena menos grave que la privativa de libertad se incurriría en una falta
de racionalidad si se rechazara la aplicación de este instituto en esos casos 35 .
Por último, corresponde señalar que la posibilidad de que al imputado le resulte
aplicable la inhabilitación especial del art. 20 bis del Cód. Penal no obsta a la viabilidad
de la probatioll. La Cámara Nacional de Casación Penal ha resuelto que no puede
rechazarse la suspensión del juicio a prueba por la eventual aplicación de esa sanción,
pues dicha in terpretación llevaría a restringir sin límites precisos los supuestos de pro-
cedencia del instituto 36. En igual sentido se expidió la doctrina, en atención a que se
trata de una pena complementaria, cuya aplicación exige una valoración a la luz de los
arts. 40 y 41 del Cód. Penal, por lo que no puede realizarse un pronóstico de pena sin
afectar el principio de inocencia :17.
(34) Res. PGN 24/00 Y 8(;/04 -publicadas en Revista de Derecho Penal y Procesal Penal,
N° 1 (septiembre 2004), Lexis l'\exis, po. :B9/341-.
(35) i\1N;1:\, op. cit., p. 862.
(3(;) CNCasación Penal, sala IV, 2003/05/22, "Aguilar Villarroel, Juan", La Ley, 2003-r, 839.
(37) G.\HCL-I, op. cil .. p. 344.
(38) Ver jnfra mt. 77, pto. 4, "funcionario y l'rnpleado público (párrafo cuarto)".
(39) i\1"\GLI, op. cit., p. 862.
(40) CIST.I:':EDA PAl, op. cit .. p. 59.
(41) CNred. Crim. y Corree., sala I. 2000/03/09, "l\rteaga, Jorge" -cit. por HmlERo VII.L-\~l1EVA,
or. cit., p. 2(;9-
(42) VIl:\l.E, op. cit .. pS. 131/133.
749 DE L\ Sll) I'E:--J5 I Or--.. DEL JUICIO t\ PRlil:Bt\ Art.76bis
respecto de ningún otro intel\1niente que no reúna tal condición. Asíha sido interpre-
tado por un sector de la doctrina, que entendió que del párrafo en cuestión "surge
claramente [/na referencia al hecho en el que participó un funcionario público, y no a la
participación de un funcionario público en un hecho ".13. Cabe reconocer que este crite-
rio, además de importar que todas las personas involucradas en casos de corrupción
administrativa fueran sometidas al sistema penal hasta la terminación del proceso
respectivo, supondría una ventaja de orden práctico ya que no se desvincularía de la
causa a algunos imputados cuando igualmentl' deberá llevarse adelante un juicio res-
pecto de otros.
Por su parte, otros autores entienden que cabe otorgar el beneficio a toda persona
imputada de haber participado en el hecho en que intervino un funcionario público,
que no tenga tal condición 1'1. En ese sentido, se advierte que sólo el deber legal que pesa
sobre el funcionario público constituye el fundamento para que la ley trate a ese grupo
de personas con mayor rigurosidad, por lo que no es razonable extender este mismo
trato a otros individuos que no han asumido los deberes funcionales que justifican la
restricción 1';.
Existen pronunciamientos jurisdiccionales que se han inclinado por esta última
postura, señalando que el párrafo séptimo del art. 76 bis del Cód. Penal excluye de la
aplicación de la suspensión del juicio a prueba los ilícitos perpetrados por funcionarios
públicos en ejercicio de sus funciones, más no influye en la posibilidad de concederla a
quienes resulten partícipes sin poseer tales calidades 46.
(43) DE OIAZÁBAl., op. cit., ps. 59/60. En el mismo sentido, PESSOA, op. cit., p. 11.
(44) C\STA:\:EDA PAZ, op. cit., p. 58.
(45) VITALE, op. cit., p. 130.
(46) S1' Entre Ríos, sala 1 penal, 1997/06/04, "Comparin, Daniel L.", LLLitoral, 1997-1109
--cit. por HOMERO VIL!J\:'illEVA, op. cit., p. 269-.
(47) Sobre los alcances de la reparación del daño causado por el delito, ver supra comen-
tario al art. 29, punto 5, "Contenido de la reparación".
(48) TS Córdoba, 2004/04/26, "Castro de Boniseonti, Beatriz 1-1.", LLC, 2004 (noviembre),
1050; CNFed. Crim. y Corree., sala 11,1996/04/23, "Gómez, Luna"; CNCasaeión Penal, sala III,
2002/03/12, "Garbagnoli, Eleonora", La Ley, 2002-0, 899.
(49) DE OIA7_-\BAL, op. cit., p. 79.
(50) TS Córdoba, sala penal, 2003/02/20, "Liebau, Luis M.", LLC, 2003 (setiemhre), 954.
(51) DE OIAzAAAl., op. cit., p. 78.
Art.76bis CC)OIGO I'E;-.Ji\L 750
juez puede disponer las medidas que considere pertinentes a fin de determinar cuáles
son las posibilidades económicas del imputado. Pero en el caso de que el sometido a
proceso se encuentre imposibilitado de prestar alguna reparación. ese ofrecimiento
dejará de ser condición de admisibilidad del instituto, pues la legitimidad de esa exigen-
cia depende de la posibilidad de su cumplimiento 52.
No puede obstaculizar la concesión del beneficio una oposición arbitraria de los
damnificados respecto de la reparación ofrecida. No obstante, se ha considerado que la
oferta efectuada debe guardar cierta relación de razonabilidad con la cuantificación
estimativa del dafio que haya efectuado el damnificado,,:l, que si bien no debe coincidir
exactamente con los montos reclamados a título de indemnización o resarcimiento,
tiene que alcanzar niveles suficientes para ser estimado como un gesto serio y sincero
de arrepentimiento activo y de internalización de la situación de la víctima 54. De todos
modos, no obsta a la procedencia de la probatíolJ que se estime insuficiente el monto
de la reparación, porque la naturaleza, fines y alcance de este instituto permiten que se
conceda el beneficio y que el damnificado persiga -eventualmente- en sede civil el
cobro total de lo pretendido 53. En efecto, el párrafo que se comenta deja expedita esa
vía si se suspende el juicio a prueba, aun mediando disconformidad del damnificado
sobre la reparación ofrecida, haciendo la salvedad de que este ofrecimiento no puede
ser considerado un reconocimiento ni confesión de responsabilidad civil alguna 51;.
En cambio, la aceptación de la propuesta exime al juez de examinar la razonabili-
dad del ofrecimiento, salvo que importe un acto contrario al orden público, ilegal,
prohibido o que implique una lesión subjetiva 3,. El contenido privatístico que caracte-
riza la reparación del dafio desplaza al poder jurisdiccional para analizar el punto en
favor del interés de los particulares 51l • También se ha afirmado que la conformidad del
representante del ministerio público fiscal sobre la admisibilidad de la probatíoIl no
puede referirse a este aspecto. en el que -por la razón sefialada- no corresponde su
intervención 59.
5. OPORTUNIDAD DE APLICACIÓN
En el Cód. Penal no se hace referencia alguna acerca de la oportunidad en que
procede suspender el juicio a prueba. Este aspecto ha sido librado a la regulación que se
realice en los distintos ordenamientos procesales, ya que como se trata de una proble-
mática de naturaleza sustancialmente procesal integra el ámbito de competencia legis-
lativa local que no fue delegada en el gobierno federal (art. 121, CN) 60.
No obstante. no existe una opinión uniforme sobre este problema.
Se ha considerado que el momento a partir del cual procede suspender el juicio a
prueba coincide con el ingreso del proceso a la etapa plenaria o de juicio. Este punto de
vista restrictivo está apoyado en una interpretación literal de la denominación que se ha
dado a este instituto. señalando que se ha hecho referencia a la suspensión del juicio y
no del proceso en general. A su vez, se aduce la necesidad de no suspender la etapa
preliminar para permitir la recolección de las pruebas que luego podrían ser útiles para
juzgar al imputado en caso de que la probatíoIl fuera revocada 61. En esta posición se
enrolan quienes consideran que la suspensión del juicio puede acordarse cuando ha
finalizado la instrucción y se ingresó en la etapa denominada crítica instructoria, en que
las partes alegan acerca del mérito de la investigación para servir de base al juicio 62, o
cuando -ya en el plenario propiamente dicho-se ha citado a las partes a juicio para
que examinen las actuaciones y ofrezcan prueba 63.
Sin embargo, una postura más amplia acuerda la posibilidad de suspender el pro-
ceso también durante la instrucción preliminar. Esta posición responde a la finalidad
del instituto de descongestionar el sistema de administración de justicia y de ofrecer
una protección a la víctima desde e! inicio de! proceso. Se asevera que el término juicio
con que se denominó a esta institución se refiere al proceso en general, tal como
sugiere el hecho de que en distintas partes de la regulación de los artículos que se
comentan se refiera al peticionante como 'imputado', y se utilicen diferenciadamente
lqs términos juez y tribunal. Se agrega que la exigencia de que se pague el monto
mínimo de la multa coincide con la extinción de la acción penal acordada en el art. 64
del Cód. Penal que rige durante la instrucción 6.1. Estas razones llevan a considerar
procedente la suspensión del juicio a prueba desde el momento en que se recibe decla-
ración indagatoria al imputado en la etapa de instrucción 6".
Esta última postura es la que ha receptado el ordenamiento procesal de la Provin-
cia de Buenos Aires (art. 404, Cód. procesal). y aunque la regulación efectuada en el
orden nacional no sea tan clara, es factible entender que en este ámbito rige la misma
interpretación si se repara en que la ubicación sistemática de la norma que regula la
suspensión del proceso a prueba (art. 293, CPPN) se encuentra entre las disposiciones
que rigen la instrucción, inmediatamente antes de las vinculadas con la declaración
indagatoria del imputado. Repárese además en que para denominar al instituto se
utilizó la palabra proceso. Asu vez, entre las atribuciones funcionales que se atribuyen
al ámbito de competencia de las Cámaras de Apelaciones -órgano jurisdiccional cuya
actuación se ciñe a la etapa de instrucción- se encuentra la de intervenir en los recur-
sos interpuestos contra las resoluciones de los jueces de ejecución, en los casos de
suspensión del juicio a prueba (art. 24 inc. l°, CPPN).
Tampoco existe uniformidad respecto del punto límite a partir del cual ya no
resulta procedente suspender el juicio a prueba. Se señala que el beneficio procede
hasta la clausura de la instrucción 66, hasta el vencimiento del plazo de citación a
juicio G" hasta la notificación del auto quefijala fecha de la audiencia de debate 68 o hasta
inmediatamente antes de la apertura de esa audiencia 69.
Las posturas más amplias admiten que puede acordarse este beneficio en tanto no
se haya dictado sentencia 70 o hasta que ésta no se encuentre firme 71.
6. AUDIENCIA DE PROBATION
Por lo general, los ordenamientos procesales establecen que la suspensión del
juicio a prueba será acordada en una audiencia en que las partes tendrán derecho a
expresarse ,2. Se ha considerado que soslayar la celebración de esa audiencia, negando
la posibilidad de que el encausado pueda exponer sus argumentos sobre la solicitud
efectuada, implica una seria afectación del derecho de defensa en juicio, pues el cum-
plimiento de las distintas etapas procesales es una garantía para las partes y no puede
quedar sometido a la discrecionalidad del juzgador 7:\.
En el orden nacional, se ha resuelto que-en ciertos casos-la omisión de llevar a
cabo la audiencia no invalida el rechazo de la solicitud de probatioll si el beneficio
resultaba improcedente en virtud de la penalidad máxima del delito imputado 7.t. Es
decir que cuando se advierta a priori que la solicitud debe ser rechazada es inoficioso
practicar la audiencia. Se ha afirmado que ello puede deberse también a que ha sido
efectuada en forma extemporánea ,j, e incluso porque se advierta que la reparación
ofrecida no resulta razonable 'G. Sin embargo, respecto de este último supuesto debe
tenerse en cuenta que la aceptación del damnificado -por lo general- exime al tribu-
nal del deber de examinar la razonabilidad de la propuesta de reparación efectuada 77,
y que sólo oída la víctima tiene el juez elementos para analizar ese aspecto de admisibi-
lidad de este beneficio 7A. Además, si el tribunal considera insuficiente la reparación
propuesta por el imputado, éste podrá en el momento de la audiencia ampliar su oferta
a fin de acceder al beneficio ,9.
Un interrogante aparece en torno a si resulta imperativa la intervención de la parte
damnificada en la audiencia. La Cámara del Crimen de la Capital Federal declaró la
nulidad de la resolución que concedió la suspensión del juicio a prueba sin que el
damnificado hubiera sido oído al respecto, en razón de que no concurrió a la auclien-
cia a la que fue citado a través de una cédula de notificación que no recibió personal-
mente HO. Tal sanción procesal ha sido criticada señalándose que no resulta imperativa
la presencia del damnificado en el acto en que se concedió la probation, porque se trata
de un sujeto eventual del procedimiento y, además, la cuestión civil-objeto accesorio
y contingente del proceso penal- responde a intereses disponibles (art. 1197
Cód. Civil) Al. En igual sentido se sostiene que la presentación de la víctima no es obliga-
toria, pues ella puede disponer de su derecho a ser oída; pero debe ser notificada
En cambio, se ha negado que resulte vinculante para el juez la opinión favorable del
fiscal acerca de la suspensión del juicio a prueba, ya que otorgarle tal carácter en ese
supuesto implicaría delegar la función jurisdiccional en el ministerio público fiscal. con
afectación del debido proceso ~J2. Se sostuvo también que el consentimiento fiscal es tan
sólo uno de los requisitos que permiten conceder la suspensión del juicio a prueba, que
no puede interpretarse como desistimiento de la acusación, ni imponerse al juez la
homologación de la voluntad de las partes, pues es facultad del magistrado evaluar si
concurren las condiciones para su otorgamiento, sin que el acuerdo de las partes tenga
eficacia en sí mismo para que proceda la aplicación del instituto 93. Corresponde desta-
car que este criterio no parece adecuarse a la doctrina que ha retomado la Corte
Suprema de Justicia de la Nación respecto de que el pedido absolutorio del fiscal-en
el debate- impide que se dicte una sentencia condenatoria ~H, pues -en definitiva- el
tribunal que, pese a la conformidad prestada por el acusador para una probatíon,
decide llevar adelante el proceso, estaría -en tal sentido- impulsando la acción ofi-
ciosamente.
Respecto de la opinión del querellante, ni su oposición ni su conformidad resultan
vinculantes, sin perjuicio de lo cual debe ser escuchado. El rechazo de la reparación
ofrecida, siem pre que ésta sea considerada razonable por el juez, tampoco obsta a la
concesión de la probation, en la medida en que el interesado puede acudir a la vía civil
pertinente. Sin embargo, la aceptación de ese ofrecimiento obliga a dar por satisfecho
ese requisito de admisibilidad 95.
9. VÍAs RECURSIVAS
Si se acepta que la suspensión del juicio a prueba puede ser otorgada durante la
instrucción, el recurso de apelación constituye una vía recursiva ordinaria para revisar
las decisiones que la conceden o rechazan, e incluso las que se toman durante la
supervisión de la probation 9G.
Fuera de ello, la posibilidad de interponer recursos de carácter extraordinario
contra ese tipo de decisiones requiere examinar si se trata de resoluciones equiparables
por sus efectos a sentencias definitivas.
Al respecto, en el ámbito nacional existieron criterios dispares en relación con la
posibilidad de recurrir en casación las resoluciones que rechazan o conceden la sus-
pensión del juicio a prueba 97.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió que la decisión que
hace lugar a este beneficio es susceptible de ser recurrida mediante recurso de casa-
ción, al tratarse de una resolución equiparable a definitiva, puesto que la tutela de los
. ,i92) CNCasación Penal. sala 1. 199B/03113. "Aquilino F"; sala 11, 1998/07/13, "Menna,
LUIS .
(93) TCasación Penal Buenos Aires, sala 11. 2001112/27, "LourLau".
(94) CS, "iVlostaccio, Julio Gabriel s/homicidio culposo", 2004/02117. Ver también CS, Fa-
llos: 317:2043, :~IB:1234, 318:1788, 320:1891 V 325:2019.
(95) Ver supra punto 4, "Reparación del daño".
(9(i) Ver arto 24 del CPPN.
(97) Se admitió que el recurso fuera concedido tanto si la probation fue otorgada como si
fue denegada, en CNCasación Penal. sala 1, 199Ci/09/04, "Bolto, :--Jelo A,"; y sala IV, 1997/10/
30, "Hoirman, Adrián". Por el contrario, se consideró que se trata de decisiones irrevisables en
esa instancia -en \'irtud de que no se ha pre\'isto su recurribilidad expresamente- en
CNCasación Penal, sala 11, 1994/08/30. "\1onti. Bernardo J.": y J 995/ 11/30, "Menna, Luis "; y
de sala Ill, 1995/09/07, "C:etrangulo, Eduardo "; \' 199·1/09/01. "Vigue, Daniel H ....
755 Art.76ter
derechos que se invocan no podría hacerse efectiva en una oportunidad procesal pos-
terior, dado que impide que el proceso continúe hasta el dictado de la sentencia defini-
tiva, con la consecuencia de que se extinguirá la acción penal al cumplirse las condicio-
nes establecidas ~'B.
En el caso de la denegación de la solicitud de suspensión del juicio a prueba, la
Corte resolvió que si bien las resoluciones cuya consecuencia sea la obligación de seguir
sometido a proceso criminal no reúnen -por regla-la calidad de sentencia definitiva,
corresponde hacer excepción a dicha regla cuando su aplicación pueda provocar un
gravamen de insuficiente, imposible o tardía reparación ulterior, situación que se con-
figura con el rechazo de este beneficio pues restringe el derecho del procesado a poner
fin a la acción y evitar la imposición de una pena 99.
En el ámbito de la Provincia de Buenos Aires también se considera que la resolu-
ción que otorga la suspensión del juicio a prueba es asimilable a sentencia definitiva,
pues aun en forma mediata pondría fin a la acción extinguiéndola retroactivamente, en
caso de que el imputado cumpliera con las condiciones impuestas 100. Sin embargo, se
sostuvo que el auto que rechaza la soliCitud de suspensión del proceso a prueba no
constituye sentencia definitiva y sólo resulta apelable ante la Cámara de Apelaciones
departamental 101.
En el plenario "Kosuta" l02 se decidió que el querellante tiene legitimación autóno-
ma para recurrir el auto de suspensión del juicio a prueba a fin de obtener un pronun-
ciamiento útil relativo a sus derechos.
En cambio, el particular damnificado no puede recurrir lo resuelto en materia de
reparación del daño, sino que su disenso respecto del tema deberá viabilizarlo en la
justicia en lo civil 103.
(104) Ver supra comentario al art. 27 bis, punto 2, "Criterio para la imposición de las reglas".
(l05) Ver supra comentario al ar!. 27 bis, punto 3, "Carácter facultativo u obligatorio".
(06) VITALE, op. cit., p. 165.
(l07) DEVOTO, "Probation ... ", p. 114.
(108) DE OIMÁBAL, op. cit., p. 82. Sobre la problemática de la imposición de las reglas del
art. 27 bis, ver comentario efectuado respecto de esa disposición. La regla de conducta que
los tribunales imponen con mayor asiduidad es la de trabajos no remunerados (art. 27 bis
inc. 8° C(Íd. Penal), que deben fijarse fuera del horario de trabajo habitual del imputado, o
los fines de semana, pues en caso contrario carecerían de la finalidad que persiguen.
757 DE L:\ SlN[:--"SI()~ DEL JUICIO A rRUEBA Art.76ter
si no están previstas en el texto legal -por imperio del principio de legalidad (art.
18, CN)_109.
No obstante, respecto de este instituto la jurisprudencia ha admitido que se pue-
dan imponer reglas de conducta no contempladas en la enumeración del
artículo mencionado 110. Se sostuvo que si la suspensión del juicio a prueba procura un
fin de prevención especial positiva, es razonable aseverar como conveniente una inter-
pretación del art. 27 bis del Cód. Penal que, como la tesis del carácter no taxativo de la
enumeración de reglas de conducta allí contenida, permita al juez justipreciar la elec-
ción del instrumento idóneo para lograr que el imputado adquiera la capacidad de
comprender y respetar la ley, por lo cual podrá el juez valorar si es una de las reglas
expresamente previstas en dicha norma, la que mejor consulta los requerimientos
preventivo-especiales de un imputado determinado o si, por el contrario, reúne tales
características una medida diferente 111.
3. LA REVOCACIÓN DE LA PROBATION
Las causales de revocación pueden sustentarse, ante todo, en circunstancias pre-
vias a la suspensión del juicio a prueba que recién se conocieron cuando ya se había
otorgado el beneficio, y que modifican el máximo de pena aplicable o la estimación
acerca de la condicionalidad de la ejecución de la pena; p. ej., porque se conocen
nuevas evidencias que conducen a que se aplique una calificación legal más grave, o la
existencia de una condena anterior hasta entonces desconocida por el juez.
También pueden obedecer a circunstancias posteriores, como la comisión de un
nuevo delito y el incumplimiento de la reparación ofrecida o de las reglas de conducta.
Respecto de la comisión de un nuevo delito se ha dicho que no es necesario que
tenga prevista pena privativa de libertad 113, aunque las características propias de la
(14) Ver comentario al arto 27, pto. 1, "Cumplimiemo o incumplimiento dl' la condi-
ción".
(15) ViT..\LE, op. cit., p. 16G.
01 (i) Ver ínli"a punto 4, "La posibilidad de obtener una segunda probatían"; y los comen-
tarios a los arts. 15, punto l.b), "Comisión de un nuevo delito"; 27, punto 1, "Cumplimiento o
incumplimiento de la condición"; 50. punto 2.3.b), "Plazo"; 67, punto 2.l. "Interrupción por la
comisión de otro delito".
(17) VIT.-\LE, op. cit., pS. 277 /279.
(118) DEOLA7"\BAL, op. cit., pS. 91 y 1031104; C\;'~'\:\:EIH PAZ, op. cit., p. 116.
(19) TS Córdoba. sala penal, 2003/02/23 ... Pignol, Sonia l. ", LLC, 2003, 848 - La Ley, 2003-
0,645.
(120) 1'S Córdoba, sala penal, 2004/06/23, "Poreel de Peralta. Hugo" -publicado en ex-
tenso en Revista de Derecho Penal y Procesal Penal, 01° 3 (noviembre 2004), pS. 690/3-.
750 Art.76ter
El sexto párrafo del art. 76 ter exige que transcurran ocho años, entre la fecha de
expiración del plazo por el cual se hubiera suspendido el juicio anterior y la comisión
del "nuevo delito", para que en el proceso sustanciado respecto de este último proceda
una segunda suspensión del juicio a prueba. La terminología utilizada parece indicar
que lo único relevante es la fecha en que se ha cometido el supuesto delito, sin que a tal
efecto sea relevante la fecha en que así se lo declare judicialmente. De todos modos,
corresponde resaltar que la similitud de esta situación con la prevista en el cuarto
párrafo de este mismo artículo y en el art. 27 -párrafo segundo- 121 deja suficiente
margen para interpretar que, una vez que transcurrieron los ocho años señalados sin
que haya recaído sentencia condenatoria respecto del nuevo delito. el imputado estaría
habilitado para acceder a una nueva suspensión del juicio a prueba.
A su vez, el último párrafo del art. 76 ter establece que si fue revocada una suspen-
sión anterior por el incumplimiento de las reglas de conducta impuestas, no podrá ser
otorgado nuevamente ese beneficio en el mismo proceso. Algunos autores. incluso,
señalan que dicho incumplimiento acarrea como consecuencia la imposibilidad de
obtener el beneficio en un proceso distinto 125; esta interpretación resulta inconvenien-
te pues contiene la inconsecuencia de conducir a que quede obstaculizado sine die este
beneficio por el incumplimiento de las reglas de conducta impuestas en una suspensión
del juicio a prueba anterior. y -sin embargo- se pueda otorgar nuevamente la
probation cuando, p. ej., se ha cometido un delito habiendo transcurrido los ocho años
que señala el párrafo sexto -a pesar de ser ésta una situación más grave que aquélla-
.~'
(121) TOral Crim. N° í. 2000/09/29. "Molina Tello. Miguel". La Ley. 2000-10. 397.
(122) En este sentido. cfr. art. 515 del CPI'N.
(123) TOral Crim. N° 5.2004/11/ Hi. "Angulo"; 2005/04115. "Lovi"; 2005/04/21. "Hamundo";
2005/05/:10. "Pironi. 1Iernán D." -ver Hcvista dc Derecho Penal y Procesal Penal. N° 12 (agos-
to 20(5), Lexis Nexis. p. 111'l. síntesis de Jurisprudencia de Tribunales Orales por Fernando
Bazzano y Nicolás Toselli-.
(124) Ver supra punto 3, "La revocación de la probation"y el comentario al ar!. 27, punto 2.
"Procedencia de la segunda condenacicín condicional".
(125) 1k OL·\7~iBAI.. op. cit.. p. 104.
Art. 76 qua ter CCiOll,O PENAL 760
ALCANCES DE LA DISPOSICIÓN
En el art. 1101 del Cód. Civil se dispone que si la acción criminal hubiere precedido
a la acción civil, o fuere intentada pendiente ésta, no habrá condenación en el juicio civil
antes de la condenación del acusado en el juicio criminal, con las excepciones que
señala dicha norma -fallecimiento o ausencia del acusado-o En el art. 1102 se estable-
ce que después de la condenación del acusado en el juicio criminal, no se podrá contes-
tar en el juicio civil la existencia del hecho principal que constituya el delito ni impugnar
la culpa del condenado 12G.
La inaplicabilidad de estas reglas en el caso de concesión de la suspensión del juicio
a prueba tiene como fundamento que el beneficio concedido al imputado no puede
perjudicar a la víctima, quien si no aceptó el ofrecimiento de reparación efectuado por
el imputado debería congelar su pretensión resarcitoria sine díe 127.
Sin embargo, cabe tener en cuenta que si se revoca la probatíon y aún no se hubiera
dictado una condenación en sede civil, vuelve a regir el sistema de prejudicialidad y
debe aguardarse el dictado de la sen tencia en sede penal.
Por otra parte, este artículo aclara que la concesión del beneficio no impide que se
apliquen al imputado sanciones de otra índole, como las administrativas, disciplinarias
o contravencionaJes. Esta disposición requiere ciertas aclaraciones. Así, si se ha im-
puesto una sanción administrativa de carácter pecuniario y, luego de revocada -por
cualquier motivo- la probation, el imputado resulta absuelto en virtud de haberse
determinado que el hecho no existió, aquél podría reclamar la devolución del monto
ingresado en tal concepto, pues se entiende que la vía jurisdiccional prima sobre la
administrativa. La situación, en este aspecto, sería análoga a la del art. 76 ter, párrafo
cuarto infine, en el que se establece que si el im putada fuere absuelto se le devolverá la
multa pagada. Además, y principalmente en relación con la imposición de sanciones
contravencionales, cabe recordar que por regla el ejercicio de la acción penal desplaza
al de la acción contravencional 128 , de modo que resulta dudoso que la suspensión de la
primera -a consecuencia de una probatio[}- pudiera habilitar el ejercicio de la última
en relación con el mismo hecho sin menoscabar el principio ne bis in idem.
(12(i) Ver comentario al arto 29. pto. 3. "Relación del Código Penal con el Código Civil".
(127) S.IUX,op. cil.
(l2Bl Cfr., en la Ciudad ¡\ulónoma de Buenos Aires. art. 15 de la ley 1472.