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PROCEDIMIENTO : Sumario

MATERIA : Indemnización de Perjuicios; Ley General de


Urbanismo y Construcción.
DEMANDANTE : Leonardo Antonio Meza Martínez
RUT : 14.119.758-4
ABOGADO PATROCINANTE : Sebastián Enrique Toledo García
RUT : 17.279.982-5
DEMANDADO 1 : Inmobiliaria Santa Rosa de Apoquindo S.A
RUT : 79.687.620-4
REPRESENTANTE LEGAL : German Bartel Jeffery
DOMICILIO : Calle Asturias Nº280, Oficina 301, Comuna de
Las Condes.
DEMANDADO 2 : Constructora Asturias S.A
RUT : 76.135.481-7
REPRESENTANTE LEGAL : German Bartel Jeffery-Jorge Ayala Marfil
DOMICILIO : Calle Asturias Nº280, Oficina 301, Comuna de
Las Condes.

EN LO PRINCIPAL: Demanda en juicio sumario de indemnización de perjuicios


por Responsabilidad Civil Art.18 Ley General de Urbanismo y Construcción;
PRIMER OTROSÍ: Acompaña Documentos, con citación; SEGUNDO OTROSÍ:
Patrocinio y Poder.

S.J.L. en lo Civil de Santiago

LEONARDO ANTONIO MEZA MARTINEZ, chileno, soltero, factor de


comercio, cédula nacional de identidad número 14.119.758-4, domiciliado en
calle Piedra Rajada Norte 6963, comuna de La Florida, a S.S. respetuosamente
digo:

Que por este acto vengo en interponer en tiempo y forma demanda de


indemnización de perjuicios, conforme lo dispone el artículo 18 de la Ley
General de Urbanismo y Construcción Nº 20.883, en contra de

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1-INMOBILIARIA SANTA ROSA DE APOQUINDO S.A, RUT 79.287.620-4,
representada legalmente por Don German Alejandro Bartel Jeffery, chileno,
casado, ingeniero civil, cédula nacional de identidad número 8.779.696-5,
ambos domiciliados en calle Asturias Número 280, oficina 301, comuna de Las
Condes, o quien sea su representante legal de conformidad a lo dispuesto en el
artículo 9 del Código de Procedimiento Civil (en adelante, indistintamente “La
Inmobiliaria”, “La demandada 1” o “ENACO”), 2- CONSTRUCTORA
ASTURIAS S.A., Rut Número 76.135.481-7, (en adelante, “La Constructora”)
representada legalmente por don German Alejandro Bartel Jeffery, chileno,
casado, ingeniero civil, cédula nacional de identidad número 8.779.696-5 y
Don Jorge Ayala Marfil, chileno, casado, ingeniero, cédula nacional de
identidad número 5.868.327-2, todos domiciliados en calle Asturias Número
280, oficina 301, comuna de Las Condes, o quien sea su representante legal de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 9 del Código de procedimiento Civil,
(en adelante indistintamente “los demandados”), a fin de que dichas
sociedades sean condenadas a resarcir los perjuicios que se detallan y que
fueron provocados por su actuar negligente, en base a los siguientes
antecedentes de hecho y fundamentos de Derecho, que a continuación paso a
exponer:

-CAPITULO I:
CUESTIONES PREVIOS:

1. LEGITIMACIÓN ACTIVA Y PASIVA:

En el caso sublite, la aptitud legal para invocar la acción reside en el primer


comprador de una construcción. De esta forma radica la acción en el titular del
derecho de propiedad sobre el inmueble adquirido como consecuencia de la
celebración de una compraventa de una construcción o inmueble.

Mi persona celebro contrato de compraventa sobre el inmueble ya señalado


(calle Piedra Rajada Norte 6963, comuna de La Florida) de propiedad de la
demandada INMOBILIARIA SANTA ROSA DE APOQUINDO S.A, inmueble
que es parte del proyecto denominado conjunto habitacional “Altos del Bosque”
(en adelante, “el proyecto”), ubicado en la comuna de la Florida, ciudad
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Santiago, en calidad de comprador, y por la otra parte, la ya nombrada
INMOBILIARIA SANTA ROSA DE APOQUINDO S.A., quien actuó en calidad de
primer vendedor, y CONSTRUCTORA ASTURIAS S.A, en calidad de
responsable de la ejecución material y construcción del proyecto (Así lo señala
expresamente la cláusula Trigésimo sexta del contrato donde adquirí el
inmueble). En consecuencia, de lo antes indicado, me asiste como demandante
la acción de requerir la responsabilidad de ambas demandadas conforme a lo
dispuesto en el artículo 18 de la LGUC, y por su parte, las demandas, son
legitimadas pasivas de dicha acción de conformidad a lo dispuesto en la
norma antes indicada.

2. CADUCIDAD:

De acuerdo a lo dispuesto en los incisos 6 y 7 del artículo 18 de la


LGUC, señalan: Las acciones para hacer efectivas las responsabilidades
a que se refiere este artículo prescribirán en los plazos que se señalan a
continuación:

1. En el plazo de diez años, en el caso de fallas o defectos que afecten a


la estructura soportante del inmueble.
2. En el plazo de cinco años, cuando se trate de fallas o defectos de los
elementos constructivos o de las instalaciones.
3. En el plazo de tres años, si hubiesen fallas o defectos que afecten a
elementos de terminaciones o de acabado de las obras.

En los casos de fallas o defectos no incorporados expresamente en los


numerales anteriores o que no sean asimilables o equivalentes a los
mencionados en éstos, las acciones prescribirán en el plazo de cinco
años.” Por su parte el inciso 8 de la disposición antes citada, señala
desde cuándo comenzará a correr el plazo indicando que: “Los plazos
de prescripción se contarán desde la fecha de la recepción
definitiva de la obra por parte de la Dirección de Obras
Municipales, con excepción del señalado en el número 3, que se
contará a partir de la fecha de la inscripción del inmueble a
nombre del comprador en el Conservador de Bienes Raíces
respectivo.” Cabe señalar que consta que la recepción definitiva del
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inmueble fue con fecha 14 de noviembre de 2016 (Clausula segunda del
contrato de compraventa). En consecuencia, siendo las fallas que
originan la presente acción de aquellas no asimilables o equivalentes a
las señaladas del 1 al 3 del artículo 18 de la LGUC, y habiendo recepción
definitiva recién el año 2016, hacen que me encuentro dentro del
plazo legal para demandar conforme a la norma antes citada.

-CAPITULO II:
LOS HECHOS:

La INMOBILIARIA SANTA ROSA DE APOQUINDO S.A. en su calidad de


dueña del Lote D uno, proveniente de la subdivisión del Macro lote D, encargo
mediante un contrato de obra a suma alzada, a su relacionada la
CONSTRUCTORA ASTURIAS S.A., la construcción y urbanización del
proyecto inmobiliario denominado “Altos del Bosque”, cuya intermediación,
comercialización y venta fue realizada por su otra relacionada, la Inmobiliaria
ENACO, la cual no intervino formalmente en los actos jurídicos, sino que
materialmente, ya que la sala de ventas y publicidad señalan que es un
proyecto de ésta última.

Siendo así las cosas, a comienzos de 2017 comencé a buscar y recorrer


diferentes sectores de Santiago, en los cuales se estaban construyendo
proyectos inmobiliarios de casas, con el objeto de evaluar y poder
eventualmente concretar la compra de una vivienda para mí y mi familia, fue
así que llegue en mi búsqueda al proyecto “Altos del Bosque”, visitando la sala
de ventas de Enaco, mostrándome las casas pilotos, planos del proyecto etc.
Teniendo en vista el diseño del proyecto, su infraestructura y el fin propio que
se busca cuando se quiere adquirir la casa propia (vivir en un lugar tranquilo, y
en una vivienda en la que pudiese disfrutar por muchos años con mi familia), y
después de mucha meditación, en definitiva, opte por concretar la compra de
una vivienda en este proyecto inmobiliario.

Fue así, que con fecha 28 de abril de 2017 celebre contrato de compraventa
con Inmobiliaria Santa Rosa de Apoquindo S.A. en la Notaria de Santiago de
don Pedro Reveco Hormazábal, Repertorio 9235, en virtud de la cual adquirí la
propiedad ubicada en Piedra Rajada Norte 6963, comuna de La Florida. Según
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consta en dicha escritura pública el 14 de noviembre de 2016, se obtuvo la
Recepción Definitiva de Obras de Urbanización bajo el número 941.

Con fecha 26 de mayo de 2017 me fue entregada la propiedad y ya a


principios de junio de 2017 comencé a vivir en ella. Debo hacer presente que
ya al comenzar a habitar en la casa sufrí con problemas técnicos de la misma,
ya notaba que había problemas con el muro (El mismo que se denuncia en la
presente demanda), problemas graves de terminaciones en habitaciones, y
sufrí la inundación de mi cocina por una gran filtración en el baño del segundo
piso que discurrió hasta la cocina de la casa en el primer piso, todas
situaciones que siempre (Siguiendo el conducto regular), notifiqué
oportunamente a Enaco (El primer correo enviado a Enaco notificando todos
estos problemas es de 02-06-2017, correo que se acompañara en la
oportunidad procesal pertinente). Respecto al muro perimetral que acuso
deficiencias, como ya señale, ya apenas habite la casa en junio de 2017
comencé a notar que el muro perimetral del deslinde Oriente de mi propiedad
empezaba a presentar problemas graves, puesto que a simple vista se podía
observar que existía un movimiento de tierra que dejaba espacios entre el
terreno (el suelo) y el muro, espacios que con el pasar de los meses se fueron
acrecentado en forma paulatina, siendo ya a comienzos del presente año 2019,
cuando la situación del muro se volvió mucho más inmanejable, ya que los
huecos, o socavones que separaban el suelo de las bases del muro, se
agrandaron hasta dejar los poyos del muro a la vista 1
(Ver fotos
ilustrativas) e incluso los espacios llegaron a ser de tal magnitud que
permitieron que mi mascota se escapara de mi casa utilizando dichos espacios,
situación que me hizo tener un segundo contacto formal respecto a este
problema en específico con la demandada Inmob. Santa Rosa de Apoquindo o
ENACO.

1
Los muros tienen una especie de estaca la cual los adhiere al suelo, estas estacas están recubiertas con simple
cemento, el cual hace las veces de base solida que le da firmeza al muro mismo (Poyos), Ver fotos adjuntadas.
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FOTOS ILUSTRATIVAS:

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En la actualidad el muro perimetral oriente de mi propiedad se encuentra
casi por completo en el aire y solo algunas partes de éste tienen contacto con
el terreno y todos los poyos de los postes están a la vista. Dada la situación
anterior comencé durante el mes de marzo de este año a comunicarme con la
demandada para que me diera una solución a tamaño problema. A
continuación, detallare brevemente dichas comunicaciones:

1-02 de Junio de 2017 se envia correo a Enaco (sam@enaco.cl)


informando que al comenzar a habitar en la casa, esta tenia problemas con el
muro oriente y con terminaciones de la casa.

2-22 de marzo de 2019 se envía correo electrónico a Enaco


(sam@enaco.cl) informando del defecto que presentaba el muro perimetral
oriente.

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3-Por medio de correo electrónico de fecha 3 de abril de 2019 Verónica
Jaque P., Coordinadora de Post-Venta Enaco (sam@enaco.cl) confirma visita a
terreno del Sr. Robinson López.

4-Con fecha 22 de abril de 2019 el arquitecto Rene Manríquez Alarcón


emitió un informe sobre lo ocurrido en el cierre perimetral oriente. Con fecha
23 de abril de 2019 se envía a correo electrónico a Enaco (sam@enaco.cl)
informe del arquitecto. Con fecha 2 de mayo de 2019, por medio de correo
electrónico se envía a el Sr. Cristian Sánchez (cristian.sanchez@enaco.cl) el
informe del arquitecto.

5-20 de junio de 2019, envió correo electrónico a Enaco para solicitar


nuevamente una respuesta a mi solicitud de solución.

6-Por medio de correo electrónico de fecha 9 de julio de 2019 Verónica


Jaque P., Coordinadora de Post-Venta Enaco (sam@enaco.cl) confirma visita a
terreno para el día 10 de julio de 2019 del Sr. Víctor Zúñiga.

7-Por medio de carta de fecha 15 de julio de 2019, Enaco contestó que


se había realizado una visita de inspección a mi casa a cargo del Jefe de
Terreno Sr. Víctor Zúñiga, la respuesta de la empresa es del siguiente tenor:

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Enaco en su carta-respuesta de fecha 15 de julio de 2019 me informa que
efectivamente existen pasadas o movimientos de tierra bajo el muro
perimetral, pero indica textualmente: “El cierre perimetral está de acuerdo
a lo estipulado en proyecto presentado y recibido por las entidades
reguladoras, por lo que no se consideran que existan anomalías”, Enaco
en su carta reconoce que existen pasadas y movimientos de tierra, pero no
admite responsabilidad aduciendo que se construyó de acuerdo a proyecto
presentado y recibido, pero una de las defensas que se puede emplear por
parte de la constructora para evitar la responsabilidad y para negar que existe
falla o defecto de construcción, es la de haberse ajustado la obra a las normas
existentes sobre construcciones, pero esta excusa solo procede si el defecto
proviene del cumplimiento de normas imperativas, es decir, que no hayan
dejado la posibilidad de elaborar el producto de otra manera. En este caso, no
existen este tipo de normas para la actividad de la construcción en lo referido a
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los muros perimetrales. Las reglas aplicables son Normas Chilenas aprobadas
por el Instituto Nacional de Normalización, que no son imperativas en el
sentido indicado, sino que establecen bases o mínimos, desde los cuales son
libres los constructores para aplicar mayores estándares de seguridad. Además
en la carta ya transcrita, no deja de llamar la atención que Enaco se escuda,
oculta o disfraza su responsabilidad señalando que: “los cierres perimetrales
contemplan una malla y relleno de tierra y no se considera que se hayan
producido (Los socavones) por desplazamiento de tierra, más bien se
produjeron por terceros (animales)”, la respuesta de la empresa, en ese
tenor ya señalado, no me deja más opciones que interponer la presente
demanda, dado lo burdo de la explicación de ENACO. Dicha respuesta no es
más que la concreción de una serie de omisiones ante mis requerimientos, a
los cuales al comienzo la empresa presto oídos sordos, respuesta que para mi
persona simplemente me parece una burla, más que una respuesta sería de
una constructora del prestigio y años de experiencia que decía tener Enaco
cuando me ofertaron mi casa, me parece una forma simple de la empresa de
responder y poner fin a mi requerimiento de reparaciones, siendo dicha carta
la forma de finiquitar y lavarse las manos respecto a mi problema, S.S, de la
simple vista del estado de mi muro perimetral, salta a la vista, que es
simplemente imposible que los problemas que acuso tiene el muro, sean
producto de animales, animales que dicho sea de paso, tiene la cualidad
especial y excepcional de romper mallas metálicas, y excavar grandes
cantidades de tierra, para fines únicos y desconocidos. (A Enaco le falto
señalar que clase de animales son capaces de aquello, porque de la simple
lógica no se me ocurre que animales tienen ese comportamiento y para que
fines realizarían dicha conducta).

En definitiva, y siendo esta la última respuesta a mi problema de parte de la


constructora, ya que la carta antes señalada tiene un claro tono de
finiquito de mi reclamo para Enaco, no me deja más opciones que recurrir
a S.S con esta acción, para buscar el debido amparo de mi derecho de
propiedad, el cual fue evidentemente afectado con los daños producto del mal
construir de las demandadas respecto al muro oriente de mi casa,
constituyendo, el estado actual en que esta el muro, una clara afectación a mi
patrimonio.

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En el régimen de la Ley de Urbanismo el factor de imputación es el
concepto de “falla o defecto” de construcción.
La Ley de Urbanismo atribuye responsabilidad sin culpa al “propietario primer
vendedor” (art. 18 inc. 1º LGU). Se trata de la constructora que vende o del
empresario inmobiliario que manda construir para vender. El artículo 1.1.2 de
la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, define el propietario
primer vendedor como el “titular del dominio del inmueble en que se
ejecutó una obra y que realiza, a cualquier título, después de su
recepción definitiva, la primera enajenación de la totalidad o de cada
una de las unidades vendibles”. Pero basta que se haya efectuado la
construcción con este propósito, pues el propietario responde ante terceros,
aunque la construcción no haya sido transferida (art. 18 inc. 1º LGU).
En materia de construcción, como se ha dicho, intervienen diferentes
profesionales en razón de sus competencias, estableciendo la ley una
responsabilidad por fallas o defectos en la construcción. Así se puede afirmar
que se trata de una obligación de resultado, es decir, una construcción sin
fallas, lo que explica que el legislador establezca en la Ley General de
Urbanismo y Construcciones un régimen de responsabilidad estricta.
Que de lo expuesto precedentemente es posible concluir que el propietario
primer vendedor responde, y por lo mismo está llamado a satisfacer, todo
daño y perjuicio derivado de fallas o defectos en la edificación que enajenó,
exigiendo el legislador que su causa se encuentre en las actividades previas,
coetáneas y posteriores a su construcción, al abarcar el proyecto, la
construcción en sus aspectos fundacionales, estructuras y terminaciones,
como, además, las obras posteriores, que se realizan luego de su terminación,
pero que se ejecutan bajo su dirección. Es así que son de su cargo las fallas
procedentes del incorrecto actuar profesional del proyectista y de las
obligaciones impuestas al constructor por la legislación especial y general,
relativas a la ejecución de la construcción y urbanización, incluyendo las obras
ejecutadas por subcontratistas y que tengan su origen en el uso de materiales
o insumos defectuosos. Esta responsabilidad integral es la que el legislador
determina, en síntesis, expresando que el constructor primer vendedor
responde de todos los daños y perjuicios que deriven de todo el procedimiento
que lleva a concretar la edificación. Es por ello que es el propietario primer
vendedor quien realiza un acabado estudio y luego propone un proyecto
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concreto a la autoridad, con especificaciones técnicas e incluso supervisiones y
revisiones, en su caso. De las obligaciones indicadas el primer vendedor no
puede excusarse, como tampoco pedir su división, pues está llamado directa y
principalmente a satisfacer los daños y perjuicios. Se encuentra así en la
necesidad jurídica de responder a las pretensiones que se formulen en tal
sentido, como de reparar los perjuicios que se hayan irrogado a los
adquirentes de las edificaciones. Como contrapartida de esta obligación
inexcusable, la legislación le dota de una acción de reembolso en contra de
quien originó el daño, especialmente en contra del proyectista y del
constructor, según corresponda.

-CAPITULO III
EL DERECHO:

1-El Procedimiento aplicable:

La acción impetrada en autos, en virtud de lo señalado en el artículo 19 de


Ley General de Urbanismo y Construcción que reza: “Las causas a que dieren
lugar las acciones a que se refiere el artículo anterior, se tramitarán
conforme con las reglas del procedimiento sumario establecido en el
Título XI del Libro III del Código de Procedimiento Civil”.

En consecuencia, la acción deducida debe ser tramitada conforme a las reglas


del procedimiento sumario, tal como se solicita en este libelo.

2-De la responsabilidad de las demandadas:

El artículo 18 de Ley General de Urbanismo y Construcción señala que: “El


propietario primer vendedor de una construcción será responsable por
todos los daños y perjuicios que provengan de fallas o defectos en ella,
sea durante su ejecución o después de terminada, sin perjuicio de su
derecho a repetir en contra de quienes sean responsables de las fallas o
defectos de construcción que hayan dado origen a los daños y perjuicios. En el
caso de que la construcción no sea transferida, esta responsabilidad recaerá en
el propietario del inmueble respecto de terceros que sufran daños o perjuicios

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como consecuencia de las fallas o defectos de aquélla”, por lo que en relación
al precepto legal invocado debemos hacer las siguientes precisiones:

De lo anterior se desprende que es la propia ley la que hace responsable al


primer vendedor (En este caso Inmobiliaria Santa Rosa de Apoquindo S.A) de
los daños y perjuicios provocados por defectos o fallas que sean provenientes
de una construcción. A la vez, en este caso en concreto los daños y perjuicios
provenientes de los defectos y fallas que nos hemos encargado de detallar en
esta presentación son claramente por culpa del mal diseño y mala
construcción del muro perimetral oriente de mi casa, Construcción que
en este caso, recayó en la segunda demandada, Constructora Asturias S.A,
siendo esta, también responsable por los daños y perjuicios que se me han
provocado por su negligente construir, así lo señala expresamente el artículo
18 de la ley General de Urbanismo y Construcción cuando señala: “Sin
perjuicio de lo establecido en el N° 3 del Art. artículo 2003 del Código Civil, los
constructores serán responsables por las fallas, errores o defectos en
la construcción, incluyendo las obras ejecutadas por subcontratistas y
el uso de materiales o insumos defectuosos, sin perjuicio de las acciones
legales que puedan interponer a su vez en contra de los proveedores,
fabricantes y subcontratistas”.

Por último, y en el evento que ambas demandadas sean condenadas a raíz del
ejercicio de la presente acción, su responsabilidad patrimonial, o la forma en
que deberán responder a la sentencia lo fija claramente el mismo artículo 18
de la ley General de Urbanismo y Construcción cuando señala: “Respecto de
las responsabilidades, daños y perjuicios a que se refiere este artículo, las
personas jurídicas serán solidariamente responsables con el profesional
competente que actúe por ellas como arquitecto, ingeniero civil, ingeniero
constructor o constructor civil, los que deberán individualizarse en el respectivo
permiso de construcción”.

No hay que perder de vista, tal como ya se relató, que la demandada


Inmobiliaria Santa Rosa de Apoquindo S.A, a través de su marca o nombre
comercial con el que actúa en el mercado, constructora ENACO, esta de al
menos Junio del año 2017 en conocimiento de todo el problema que afecta a
mi casa, y aun así a demostrado una total displicencia y evade expresamente
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su responsabilidad, en consecuencia no se compromete a reparación o
compensación alguna a mi persona, siendo la ya señalada carta-respuesta en
la cual culpa a animales de los socavones o espacios entre el suelo y la base de
la muralla, el acto terminal de irresponsabilidad para con un cliente que les
compro un inmueble con la esperanza de adquirir un casa de calidad, vivir
tranquilo, y disfrutar de mi vida con mi familia, situación que es imposible
teniendo el muro perimetral en las condiciones que esta.

Por tanto, los elementos y/o requisitos que configuran la responsabilidad que
se persigue en relación a los hechos relatados y la normativa legal aplicable
son los siguientes:

A-Acción u omisión dolosa o culpable del agente;


B-Capacidad delictual o cuasidelictual
C- El daño
D-Relación de causalidad entre el acto culpable y el daño
E- Daños y perjuicios

-Breve análisis de los elementos de la responsabilidad perseguida:

A) Acción u omisión dolosa o culpable del agente;

La doctrina contemporánea se ha inclinado por la tendencia a postular


que lo pertinente no es como actuó el sujeto especifico atendida a sus
circunstancias personales, sino como debió haber actuado en esas
circunstancias una persona cualquiera es decir el ser humano común y
corriente. Por lo cual la culpabilidad aparece como un juicio normativo
respecto de la acción y omisión considerada en abstracto.

En materia extracontractual la culpa se debe apreciar en abstracto y el grado


de culpa por el cual se responde es culpa leve, pues las referencias del
legislador en cuanto a la culpa o negligencia en este ámbito son siempre
genéricas.
Sin perjuicio de lo previamente señalado es importante que S.S. tenga
presente que el artículo 18 de la LGUC establece una responsabilidad que tiene
por fundamento, el hecho de que un edificio presente fallas, errores o defectos
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en su construcción y que dichos defectos, errores o fallas produzcan
turbaciones al uso y goce previsto para el edificio conforme a su uso natural.
Es decir, más allá de la relación causal entre el hecho o actividad del
constructor y el daño, la Ley impone una responsabilidad que se sustenta por
si sola en el hecho de que una obra sea defectuosa en sí misma, bastando que
se acredite la falla, error o defecto para que dé lugar a la responsabilidad. Y
como las fallas y defectos están a la vista, serán expuestos mediante diversas
fotografías y otros medios de prueba.

No obstante, de lo anterior y atendido a los hechos descritos en detalle a lo


largo de la presente demanda queda de manifiesto y será fehacientemente
probado en la etapa procesal correspondiente que la demandada ENACO es a
lo menos negligente, ya que en relación a la actividad principal del demandado
esta debe a lo menos velar por la correcta ejecución de sus obras y la posterior
respuesta a las deficiencias que están presente después de haber entregado la
obra.

Por lo tanto, debemos reiterar que la demandada ha sido puesta en


conocimiento en diversas oportunidades de la situación actual y pasada que
afecta su construcción, haciendo caso omiso y/o dando respuestas que no
satisfacen en lo absoluto la solución al problema, todo lo cual solo ha
contribuido en hacer crecer los defectos y fallas de mi muro progresivamente
día tras día. Por lo señalado bajo ninguna circunstancia y tal como se
probará en su oportunidad la demandada no puede alegar desconocimiento del
daño patrimonial que su no actuar ha producido.

B) Capacidad delictual y cuasi delictual.

Para que en el caso se genere responsabilidad, es necesario que la


acción culpable sea imputable en primer término a un individuo determinado,
ya sea persona natural o jurídica; y en segundo lugar, que esa persona sea
capaz.

La capacidad de las personas jurídicas para contraer obligaciones civiles


comprende no sólo el ámbito contractual, sino también el extracontractual, a
diferencia de lo que ocurre en materia de responsabilidad penal, que sólo
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puede hacerse efectiva en las personas naturales, salvo situaciones
excepcionalísimas como, por ejemplo, el financiamiento del terrorismo o el
lavado de activos.

Las personas jurídicas, al igual que las personas naturales responden por sus
hechos propios que son los imputables directamente a la persona jurídica y
responden, además, por el hecho ajeno cometido por sus dependientes.

C) El Daño

De acuerdo con lo expuesto anteriormente, los hechos descritos son producto


de un actuar negligente de los demandados, quienes realizaron en forma muy
poco prolija la ingeniería, calculo y en definitiva la construcción del muro
perimetral oriente de mi casa, todo por cuanto se observa de la simple vista
que los poyos que dan soporte a los pilares de sistema constructivo
prefabricado de cemento vibrado tipo “bulldog” de mi muro se encuentran
desnudos, es decir, por el interior de la propiedad se encuentran descubiertos
lo que ante cualquier situación sísmica lateral podría provocar que el muro
pudiese volcar en el futuro, poniendo en riesgo la integridad de las personas,
animales o cosas que se encuentren en el patio de mi casa.

Como bien señala el Arquitecto Don Rene Adolfo Manríquez Alarcón, a


quien esta parte encargo informe técnico respecto al estado de mi muro
perimetral, este señala textualmente:

“Cabe destacar que es parte del “arte del buen construir” el que cada
elemento cumpla y asegure el cumplimiento a futuro de su estabilidad
estructural, tema que en esta oportunidad no se cumple.
Se observa erosión del cerro, existiendo un talud artificial producto de
los movimientos de tierra propios de generar la condición de
horizontalidad para la propiedad, lo anterior sin contener algún tipo de
elemento que impida la erosión producto del escurrimiento de aguas
superficiales y los efectos propios de la gravedad.”

En relación al concepto de daño en causa Rol N° 3.070-2006, la primera sala


de la Excelentísima Corte Suprema, en fallo redactado por el Ministro señor
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Sergio Muñoz Gajardo, de fecha 15 de enero de 2008, en su considerando 14°
expresa en su parte pertinente que la voz daño no se encuentra definida en la
ley y que según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
corresponde a "todo detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia,
es decir, a toda privación de bienes materiales, inmateriales o morales,
y porque, como antes quedó consignado lo preceptuado en el citado
artículo no excluye la consideración de otros perjuicios que no sean los
materiales"; asimismo, el mismo fallo señala que para que el daño sea
indemnizable debe existir certidumbre, esto quiere decir que sea real o
efectivo, que tenga existencia; situación que se da plenamente en estos autos,
ya que la Constructora aludida (ENACO) continúa sin responder ni dar una
solución concreta Al problema de mi muro, lo que en consecuencia representa
un daño patrimonial efectivo en contra de mi patrimonio.

Como señala el profesor Enrique Barros Bourie, "la reparación en naturaleza


puede obtenerse en la forma de una prestación directa del demandado, que
tiene por objeto restituir a la víctima a la situación anterior al daño, o de una
suma de dinero que permita al actor incurrir en los gastos necesarios para
efectuar por sí mismo la restitución"

-CLASES DE DAÑO:

1- Daño emergente
Tal como se ha entendido por la generalidad de la doctrina, el daño
emergente es el empobrecimiento real y efectivo que sufre el
patrimonio del deudor, tal como lo cita Abeliuk, el daño emergente es la
privación que sufre el acreedor al no incorporar a su patrimonio el objeto de la
obligación, o también es el empobrecimiento efectivo de la persona a quien se
indemniza; equivale en consecuencia, al enriquecimiento que habría reportado
al acreedor por el cumplimiento mismo, representado hasta entonces por el
crédito.(Rene Abeliuk, Las Obligaciones, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile),

Tratándose de la destrucción de una cosa, la indemnización corresponderá a


su valor de reposición. Si la cosa sufre deterioro, la indemnización debe
consistir en la suma que es necesario gastar para su completa reparación, y la

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víctima tiene derecho a ser compensada además por el menor valor que tenga
la cosa después de reparada.
También constituyen daño emergente los gastos en que debe incurrir la víctima
a causa de la falla o deterioro en la mala construcción del edificio.
Los daños económicos o puramente patrimoniales, en tanto, son aquellos que
no se traducen en detrimento de cosas determinadas, pero que, sin embargo,
afectan al patrimonio. A diferencia de lo que ocurre en el common law, en
nuestra tradición jurídica nada obsta para incluir estos daños en la reparación.

Pues bien, tal como se demostrara en la etapa procesal respectiva, los daños
que tiene el muro oriente de mi inmueble son de tal magnitud, que las
reparaciones y arreglos definitivos para efectos de que el mismo quede en
estado de cumplir su función, sin el riesgo de derrumbe o de accidentes contra
terceras personas, me hace solicitar a S.S a este respecto una indemnización
equivalente a $22.000.000 (Veintidós millones de pesos), tomando en
consideración que se deben arreglar las bases del terreno, reparar el muro, y
la mano de obra que ello implica, tal como lo muestran cotizaciones que se
acompañaran a la causa en la etapa procesal respectiva.

2- Lucro cesante.
La doctrina lo ha definido como la pérdida del incremento neto que habría
tenido el patrimonio de la víctima de no haber ocurrido el hecho por el cual un
tercero es responsable. También es lucro cesante la pérdida de oportunidades
de uso y goce de la cosa dañada, aun cuando esta pérdida no se traduzca en
perjuicio económico presente.
Así la determinación del lucro cesante considera un grado razonable de
probabilidad en la percepción de los ingresos futuros, y obedece a una
proyección del curso normal de los acontecimientos, atendidas las
circunstancias particulares de la víctima.
En el caso puntual mi persona no explotaba el inmueble para usos
comerciales, tales como arriendos y otros, motivo por el cual no hay cobro
por este concepto.

3- Daño moral.
Respecto del daño moral, la doctrina lo ha definido como el dolor, pesar o
molestia que sufre una persona en su sensibilidad física, en sus sentimientos o
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afectos o en su calidad de vida. Por su parte la jurisprudencia ha evolucionado
en el último siglo, en base a construir un concepto mucho más amplio de daño
moral, basado en el artículo 2329 del Código Civil, que prescribe que “todo
daño debe ser indemnizado”.

Así se explica que cierta jurisprudencia haya definido el daño moral como
aquél que lesiona un derecho extrapatrimonial de la víctima. En nuestra
tradición jurídica el daño no se restringe a la lesión de un derecho, sino de un
legítimo interés. Por eso, se puede definir el daño moral en un sentido amplio,
como la lesión a los intereses extrapatrimoniales de la víctima.

De esta forma, no existe duda a que me corresponde también que se me


indemnice por parte de las demandadas estos daños, los cuales derivan de
manera inequívoca de los siguientes hechos meramente ejemplares que paso a
enumerar; 1-Consta que inicie los reclamos contra la constructora por cuanto
mi mascota al abrirse o socavarse en forma grande una de las bases del muro
se escapó de mi casa por al agujero debiendo rescatarlo atravesando el cerro
aledaño, situación que de haberse producido un día que yo no hubiese estado
en la casa, indudablemente podría haber provocado que mi mascota se
perdiera sin posibilidad posterior de encontrarla. 2-Las molestias por los
incontables llamados telefónicos a la constructora exigiendo explicaciones y
arreglos, envió de mails sin ninguna respuesta por meses. 3- la respuesta
formal de la empresa, que, en base a su experiencia y criterios técnicos de una
compañía de su envergadura, me responde que los socavones u hoyos son por
culpa de “animales”. 4- No he podido hacer uso de la casa que con tanto
esfuerzo adquirí en forma plena por este problema, me es imposible poder
tener a mi mascota en el patio trasero de la casa por los socavones, no puedo
hacer reuniones familiares o de amigos en mi patio, por cuanto si vienen con
niños pequeños, corro el riesgo de que se accidenten por el estado del muro.
5- Y por último y más doloroso aun para mí, este problema ha provocado que
yo ni mi familia podamos usar y gozar en plenitud del patio de la casa que
adquirí por este problema, no puedo hacer remodelaciones, jardín,
plantaciones etc, sin que antes arregle el muro (Dado que Enaco ya señalo que
no responderán de los problemas del mismo), no puedo disfrutar el patio con
mi hija menor, mujer ni mascota (Esta última porque se puede escapar), lo
que me ha provocado un evidente y natural estrés, tensión y mal ánimo, por
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cuanto adquirí una propiedad, con la ilusión de adquirir algo de gran calidad y
para vivir tranquilo, pero la situación ya relatada no me deja disfrutar
plenamente de la misma, sumado a que no he podido tener respuesta de la
constructora para que me arreglen la muralla. Siendo así las cosas el cálculo
del daño moral que se pedirá esta dado por un criterio objetivo y conocido por
la jurisprudencia como “Principio de Normalidad”, por el cual quien alega
lo normal, lo habitual, lo común u ordinario, no tiene el peso de la
prueba, el que recae sobre la parte que postula lo anormal,
excepcional o extraordinario.
Tal razonamiento sobre esta materia está expresamente reflejado en la
sentencia emitida por la Excelentísima Corte Suprema, pronunciada por la
primera sala, ROL 38037-2017, la que señala:

"Que si bien es cierto que la indemnización debe ser concedida solamente en


favor de aquéllas que acrediten haber sufrido real y efectivamente el daño,
tratándose del daño moral -y muy particularmente en la situación que se
revisa- no puede ser omitido un principio probatorio elemental en materia civil,
cual es el denominado principio de la normalidad, según el cual quien alega
lo normal, lo habitual, lo común u ordinario, no tiene el peso de la prueba, el
que recae sobre la parte que postula lo anormal, excepcional o extraordinario.

El referido principio no es extraño al artículo 1698 del Código Civil el cual,


adoptándolo, impone el peso de la prueba a quien alega que alguien ha
contraído una obligación a su favor; y luego, si esa obligación es probada,
siguiéndolo, impone el peso de la prueba a quien alegue que ella ha sido
extinguida. Y es así porque lo normal es que las personas no estén obligadas
unas para con otras; si bien es posible que la generalidad de las personas
tengamos actualmente una o más obligaciones para con otros, no es normal o
común que uno tenga cierta o determinada obligación para con otro cierto o
determinado sujeto; eso no es lo normal. Y, establecido que esa obligación
exista, de X a Z, consistente en tal prestación, esa situación es el nuevo estado
normal entre ellos (o, como lo expone el autor que luego será citado, la
situación que al menos aparentemente es la vigente entre ellos), de modo que
si alguno de ellos propone que ese estado ha sido alterado, porque la
obligación ha sido modificada o extinguida, está sosteniendo una situación
distinta, nueva, y deberá probarlo.
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La doctrina nacional ha estimado que este criterio es el adoptado en la
citada regla y que es de amplia aplicación, más allá de la literalidad del
precepto, que la refiere, como es sabido, sólo a la prueba de las obligaciones
(así por ej. Claro Solar, Luis: "Explicaciones de Derecho Civil Chileno y
Comparado." Edición facsimilar. Edit. Jurídica de Chile. Santiago, 1979, Tomo
VI [XII], N°s. 1987 y 1988, págs. 659 y 660). En esta dirección ha sido
sostenido que son estados normales todos aquellos que en el Derecho
constituyen el modo de ser perfecto y habitual de las personas o cosas, sin
limitaciones ni restricciones. "Por eso, quien demanda por cobro de pesos debe
probar el contrato de donde nace la obligación que exige (artículo 1698), y
quien alega la mala fe o el dolo debe probarlo (artículo 707 y 1459); así como
el que invoque haber existido culpa en la ejecución de un hecho ilícito debe
demostrarla (artículo 2329)" (Rioseco Enríquez, Emilio: "Nociones sobre la
Teoría de la Prueba." En Revista de Derecho. Universidad de Concepción, N°
73. Concepción, 1950, págs. 298 y 299).

En resumen, y en base a lo que se acaba de señalar, siendo las molestias,


angustias y dolores que acuso los normales y lógicos que a cualquier persona
común y corriente padecería en una circunstancia igual a la mía, todos
derivados de la situación anómala de mi muro, y la actitud de irresponsabilidad
que asume la empresa constructora en sus respuestas a mis reclamos hacen
que por este concepto solicite a S.S como monto de daño moral a
indemnizarme, el valor de $7.000.000 (Siete millones de pesos).

D) Relación causal entre el acto culpable y el daño

Para que un hecho doloso o culpable genere responsabilidad del actor es


necesario que entre este hecho y el daño exista una relación en causalidad que
los una y sea causa y efecto una de la otra.
La responsabilidad por culpa supone una infracción al deber de cuidado o
diligencia que debe tener el culpable del daño de modo que la obligación de
reparar los daños causados tiene por condición de que el causante haya
incurrido en un acto ilícito lo cual en el caso que nos convoca se encuentra de
manifiesto que Inmobiliaria Santa Rosa de Apoquindo S.A, como
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primer vendedor, y la Constructora Asturias S.A como constructor, han
infringido su deber de conducta que se distingue tanto en no ejecutar
de manera correcta la obra en cuestión como su negativa a reparar los
defectos que esta adolece hechos que son de manera directa los generadores
del daño patrimonial efectivo que sufro a la fecha.

E) Todos los daños y perjuicios

Para efectos de la determinación de los daños a indemnizar en el caso


en particular la Ley General de Urbanismo y Construcción en su artículo 18
señala que: "El propietario primer vendedor de una construcción será
responsable por todos los daños y perjuicios que provengan de fallas o
defectos en ella..." debemos entender que el Legislador al no distinguir entre
distintos tipos de daños se debe entender que abarca todos los daños
materiales ya sea daño emergente, lucro cesante y daño moral. En cuanto a
este último la jurisprudencia de nuestros tribunales superiores ha reconocido
de manera clara y explícita la procedencia del daño moral en los casos
referentes a Responsabilidad Civil por defectos en la Construcción. Es el caso
de la sentencia de la Cuarta Sala de la Corte Suprema, en fecha 26 de octubre
de 2015, en la cual resumidamente resuelve que todos los daños son de
responsabilidad del primer vendedor y además condena a la inmobiliaria
primer vendedor, también a pagar el daño moral.

Lo anterior se justifica, tal como lo ha declarado la Cuarta Sala de Corte


Suprema en la causa ROL: 24.995-2014 y como también en la Ilustrísima
Corte de Apelaciones de Santiago, CA Santiago, ROL N° 4694-2008: "Porqué
de solicitar la indemnización por equivalencia como primer remedio plausible a
este conflicto, se basa en que desde este momento entre la constructora y las
comunidades que llevaron este litigio, y normalmente en este tipo de casos la
reparación del bien por la propia demandada suele no satisfacer a los
demandantes, perpetuando por siempre el conflicto" (CA Santiago, ROL N°
4694-2008), "Edificio comunidad con Constructora Simonetti", "Que, sobre el
cumplimiento por equivalencia debe señalarse que dicha figura encuentra su
origen en el artículo 1553 del código Civil, que, refiriéndose a las obligaciones
de hacer, faculta al acreedor para escoger (a elección suya), cualquiera de las

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tres alternativas que allí se indican. En el presente caso, el actor ante la
reiterada inacción del demandado — primer vendedor del inmueble - ha
preferido obtener una indemnización de este, para con dichos dineros,
encargar las reparaciones que el edificio antes singularizado requiere")

Sin perjuicio de lo anterior y atendida la naturaleza de los hechos descritos en


esta demanda queda de manifiesto que el actuar de la demandada es a lo
menos negligente, ya que, en relación a la actividad principal de los
demandados, estos deben al menos velar por el buen estado de las obras y
atender los reclamos por la calidad y estado de las mismas, más cuando estos
presentan fallas, deficiencias o defectos, ya sea antes o después de la entrega
la obra.

3-De la Responsabilidad Extracontractual por fallas o defectos en la


construcción

Por último, y en base a la regulación que hace la Ley General de Urbanismo y


Construcción, en especial su artículo 18, que establece la obligación legal del
propietario primer vendedor de resarcir los daños causados, siendo esta la
fuente de la obligación, por lo que no implica una discusión de si corresponde a
una responsabilidad contractual o extracontractual, sin perjuicio de que el
contrato de compraventa entre las partes genera el vínculo jurídico, la
responsabilidad de las demandadas emana de la obligación que le impone la
Ley General de Urbanismo de acudir al pago de una Indemnización en caso de
existir fallos o defectos en la construcción.
Así también, nuestro Código Civil es claro en señalar de forma expresa en su
artículo 4º, que las disposiciones especiales se aplicaran con preferencia a las
de dicho Código:

Art. 4º: “Las disposiciones contenidas en los Códigos de Comercio, de Minería,


del Ejército y Armada, y demás especiales, se aplicarán con preferencia a las
de este Código”.
Es claro que nuestro Ordenamiento Jurídico nos señala, expresamente, cual
es el marco jurídico al que debemos acogernos en esta situación, pues la Ley
General de Urbanismo corresponde a una norma especial. Siendo así las cosas,
la Ley de Urbanismo y Construcciones, establece un régimen responsabilidad
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presumida al “propietario primer vendedor”, como consecuencia de su
responsabilidad en el daño por el hecho de las cosas, en este caso por la falla
de su construcción (art. 18 inc. 1º primera parte LGU), al señalar “El
propietario primer vendedor de una construcción será responsable por todos
los daños y perjuicios que provengan de fallas o defectos en ella, sea durante
su ejecución o después de terminada, sin perjuicios de su derechos a repetir en
contra de quienes sean responsables de las fallas o defectos de construcción
que hayan dado origen a los daños y perjuicios.”
Así en el régimen de la Ley de Urbanismo el factor de imputación es el
concepto de “falla o defecto” de construcción, cuya condición de atribución,
radica en que el agente (constructor primer vendedor) está en condiciones de
controlar todos los aspectos de su actividad, y por tanto es quien está en
mejor posición relativa para procurarse medios de prueba es precisamente el
autor del daño.
El fundamento para establecer dicho régimen de culpa atribuida descansa la
dificultad que tiene la víctima en relación con el autor del daño en probar su
culpa o negligencia, cuyo efecto es invertir el peso de la prueba en favor de la
víctima, correspondiendo al demandante probar el hecho, el daño y la relación
causal, y al demandado su diligencia, o la concurrencia de fuerza mayor o de
alguna causal de justificación, por tanto, NO CABE EN LA VICTIMA PROBAR
LA CULPA DEL AGENTE.
El antecedente jurídico de dicha norma se encuentra en el propio Código
Civil, el cual establece presunciones de culpabilidad referidas al hecho propio,
al hecho de las cosas y al hecho ajeno. En los tres casos el objeto de la
presunción es un hecho del demandado: sea por su propio hecho que causa
daño; sea por el hecho de las cosas de que es dueño o tenedor; sea,
finalmente, por no haber sido diligente en la prevención de daños provocados
por otras personas que están bajo su dependencia o cuidado.
En el caso sublite, nos encontramos en una hipótesis similar a la señala en
el artículo 2324 del Código Civil que se remite al artículo 2003 N°3 a) y b), que
la Ley General de Urbanismo y Construcciones en el artículo 18, extiende a los
profesionales de que intervienen en la construcción de un edificio, haciéndolos
solidariamente responsables del daño provocado por “falla o defecto” de
construcción.
De esta forma, cabe responsabilidades tanto del empresario inmobiliario que
celebra el acto jurídico como también de la constructora que ejecuta las obras
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materiales. El artículo 1.1.2 de 76 la Ordenanza General de Urbanismo y
Construcciones, define el propietario primer vendedor como el “titular del
dominio del inmueble en que se ejecutó una obra y que realiza, a cualquier
título, después de su recepción definitiva, la primera enajenación de la
totalidad o de cada una de las unidades vendibles”. Pero basta que se haya
efectuado la construcción con este propósito, pues el propietario responde ante
terceros, aunque la construcción no haya sido transferida (art. 18 inc. 1º LGU).

POR TANTO, en mérito de lo expuesto y de lo dispuesto en el artículo 254 y


s.s. del Código de Procedimiento Civil, articulo 680 y s.s. del Código de
Procedimiento Civil, artículos 2314 y s.s. Del Código Civil y demás normas
pertinentes y aplicables a la especie.
PIDO A US. tener por interpuesta demanda de indemnización de perjuicios
por responsabilidad extracontractual en contra de INMOBILIARIA SANTA
ROSA DE APOQUINDO S.A y CONSTRUCTORA ASTURIAS S.A., ya
individualizadas ambas en la comparecencia, para que sean condenadas al
pago solidario de la suma de $22.000.000 (Veintidós millones de pesos)
por concepto de daño emergente, y $7.000.000 (Siete millones de pesos)
por concepto de daño moral o la suma que S.S. estime conforme a derecho,
por su responsabilidad por los defectos y fallas constructivas en mi muro, todo
con intereses, reajustes y expresa condenación en costas.

EN EL PRIMER OTROSÍ: Sírvase S.S. tener por acompañados, con citación, los
siguientes documentos:

-Certificado de Dominio Vigente, respecto al inmueble sub lite, a nombre de mi


persona Leonardo Meza Martínez.
- Carta Respuesta ENACO, a mi persona, de fecha 15 de Julio 2019.
-Contrato de Compra Venta y Mutuo Hipotecario, de fecha 28-04-2017,
celebrado entre mi persona Leonardo Meza Martínez y la demandada
Inmobiliaria Santa Rosa de Apoquindo, ante notario don Pedro Ricardo Reveco
Hormazabal.

EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Sírvase a S.S., tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder al abogado habilitado para el ejercicio de la
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profesión Don Sebastian Enrique Toledo García, RUT 17.279.982-5, domiciliado
en calle Emilia Téllez Nº 5253, departamento 104, comuna de Ñuñoa, con las
facultades de ambos incisos del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil,
especialmente para desistirse en primera instancia de la acción deducida,
aceptar la demanda contraria, absolver posiciones, renunciar los recursos o los
términos legales, transigir, comprometer, otorgar a los árbitros facultades de
arbitradores, aprobar convenios, conciliar y percibir.

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