Demanda Modelo
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1-INMOBILIARIA SANTA ROSA DE APOQUINDO S.A, RUT 79.287.620-4,
representada legalmente por Don German Alejandro Bartel Jeffery, chileno,
casado, ingeniero civil, cédula nacional de identidad número 8.779.696-5,
ambos domiciliados en calle Asturias Número 280, oficina 301, comuna de Las
Condes, o quien sea su representante legal de conformidad a lo dispuesto en el
artículo 9 del Código de Procedimiento Civil (en adelante, indistintamente “La
Inmobiliaria”, “La demandada 1” o “ENACO”), 2- CONSTRUCTORA
ASTURIAS S.A., Rut Número 76.135.481-7, (en adelante, “La Constructora”)
representada legalmente por don German Alejandro Bartel Jeffery, chileno,
casado, ingeniero civil, cédula nacional de identidad número 8.779.696-5 y
Don Jorge Ayala Marfil, chileno, casado, ingeniero, cédula nacional de
identidad número 5.868.327-2, todos domiciliados en calle Asturias Número
280, oficina 301, comuna de Las Condes, o quien sea su representante legal de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 9 del Código de procedimiento Civil,
(en adelante indistintamente “los demandados”), a fin de que dichas
sociedades sean condenadas a resarcir los perjuicios que se detallan y que
fueron provocados por su actuar negligente, en base a los siguientes
antecedentes de hecho y fundamentos de Derecho, que a continuación paso a
exponer:
-CAPITULO I:
CUESTIONES PREVIOS:
2. CADUCIDAD:
-CAPITULO II:
LOS HECHOS:
Fue así, que con fecha 28 de abril de 2017 celebre contrato de compraventa
con Inmobiliaria Santa Rosa de Apoquindo S.A. en la Notaria de Santiago de
don Pedro Reveco Hormazábal, Repertorio 9235, en virtud de la cual adquirí la
propiedad ubicada en Piedra Rajada Norte 6963, comuna de La Florida. Según
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consta en dicha escritura pública el 14 de noviembre de 2016, se obtuvo la
Recepción Definitiva de Obras de Urbanización bajo el número 941.
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Los muros tienen una especie de estaca la cual los adhiere al suelo, estas estacas están recubiertas con simple
cemento, el cual hace las veces de base solida que le da firmeza al muro mismo (Poyos), Ver fotos adjuntadas.
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FOTOS ILUSTRATIVAS:
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En la actualidad el muro perimetral oriente de mi propiedad se encuentra
casi por completo en el aire y solo algunas partes de éste tienen contacto con
el terreno y todos los poyos de los postes están a la vista. Dada la situación
anterior comencé durante el mes de marzo de este año a comunicarme con la
demandada para que me diera una solución a tamaño problema. A
continuación, detallare brevemente dichas comunicaciones:
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3-Por medio de correo electrónico de fecha 3 de abril de 2019 Verónica
Jaque P., Coordinadora de Post-Venta Enaco (sam@enaco.cl) confirma visita a
terreno del Sr. Robinson López.
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Enaco en su carta-respuesta de fecha 15 de julio de 2019 me informa que
efectivamente existen pasadas o movimientos de tierra bajo el muro
perimetral, pero indica textualmente: “El cierre perimetral está de acuerdo
a lo estipulado en proyecto presentado y recibido por las entidades
reguladoras, por lo que no se consideran que existan anomalías”, Enaco
en su carta reconoce que existen pasadas y movimientos de tierra, pero no
admite responsabilidad aduciendo que se construyó de acuerdo a proyecto
presentado y recibido, pero una de las defensas que se puede emplear por
parte de la constructora para evitar la responsabilidad y para negar que existe
falla o defecto de construcción, es la de haberse ajustado la obra a las normas
existentes sobre construcciones, pero esta excusa solo procede si el defecto
proviene del cumplimiento de normas imperativas, es decir, que no hayan
dejado la posibilidad de elaborar el producto de otra manera. En este caso, no
existen este tipo de normas para la actividad de la construcción en lo referido a
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los muros perimetrales. Las reglas aplicables son Normas Chilenas aprobadas
por el Instituto Nacional de Normalización, que no son imperativas en el
sentido indicado, sino que establecen bases o mínimos, desde los cuales son
libres los constructores para aplicar mayores estándares de seguridad. Además
en la carta ya transcrita, no deja de llamar la atención que Enaco se escuda,
oculta o disfraza su responsabilidad señalando que: “los cierres perimetrales
contemplan una malla y relleno de tierra y no se considera que se hayan
producido (Los socavones) por desplazamiento de tierra, más bien se
produjeron por terceros (animales)”, la respuesta de la empresa, en ese
tenor ya señalado, no me deja más opciones que interponer la presente
demanda, dado lo burdo de la explicación de ENACO. Dicha respuesta no es
más que la concreción de una serie de omisiones ante mis requerimientos, a
los cuales al comienzo la empresa presto oídos sordos, respuesta que para mi
persona simplemente me parece una burla, más que una respuesta sería de
una constructora del prestigio y años de experiencia que decía tener Enaco
cuando me ofertaron mi casa, me parece una forma simple de la empresa de
responder y poner fin a mi requerimiento de reparaciones, siendo dicha carta
la forma de finiquitar y lavarse las manos respecto a mi problema, S.S, de la
simple vista del estado de mi muro perimetral, salta a la vista, que es
simplemente imposible que los problemas que acuso tiene el muro, sean
producto de animales, animales que dicho sea de paso, tiene la cualidad
especial y excepcional de romper mallas metálicas, y excavar grandes
cantidades de tierra, para fines únicos y desconocidos. (A Enaco le falto
señalar que clase de animales son capaces de aquello, porque de la simple
lógica no se me ocurre que animales tienen ese comportamiento y para que
fines realizarían dicha conducta).
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En el régimen de la Ley de Urbanismo el factor de imputación es el
concepto de “falla o defecto” de construcción.
La Ley de Urbanismo atribuye responsabilidad sin culpa al “propietario primer
vendedor” (art. 18 inc. 1º LGU). Se trata de la constructora que vende o del
empresario inmobiliario que manda construir para vender. El artículo 1.1.2 de
la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, define el propietario
primer vendedor como el “titular del dominio del inmueble en que se
ejecutó una obra y que realiza, a cualquier título, después de su
recepción definitiva, la primera enajenación de la totalidad o de cada
una de las unidades vendibles”. Pero basta que se haya efectuado la
construcción con este propósito, pues el propietario responde ante terceros,
aunque la construcción no haya sido transferida (art. 18 inc. 1º LGU).
En materia de construcción, como se ha dicho, intervienen diferentes
profesionales en razón de sus competencias, estableciendo la ley una
responsabilidad por fallas o defectos en la construcción. Así se puede afirmar
que se trata de una obligación de resultado, es decir, una construcción sin
fallas, lo que explica que el legislador establezca en la Ley General de
Urbanismo y Construcciones un régimen de responsabilidad estricta.
Que de lo expuesto precedentemente es posible concluir que el propietario
primer vendedor responde, y por lo mismo está llamado a satisfacer, todo
daño y perjuicio derivado de fallas o defectos en la edificación que enajenó,
exigiendo el legislador que su causa se encuentre en las actividades previas,
coetáneas y posteriores a su construcción, al abarcar el proyecto, la
construcción en sus aspectos fundacionales, estructuras y terminaciones,
como, además, las obras posteriores, que se realizan luego de su terminación,
pero que se ejecutan bajo su dirección. Es así que son de su cargo las fallas
procedentes del incorrecto actuar profesional del proyectista y de las
obligaciones impuestas al constructor por la legislación especial y general,
relativas a la ejecución de la construcción y urbanización, incluyendo las obras
ejecutadas por subcontratistas y que tengan su origen en el uso de materiales
o insumos defectuosos. Esta responsabilidad integral es la que el legislador
determina, en síntesis, expresando que el constructor primer vendedor
responde de todos los daños y perjuicios que deriven de todo el procedimiento
que lleva a concretar la edificación. Es por ello que es el propietario primer
vendedor quien realiza un acabado estudio y luego propone un proyecto
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concreto a la autoridad, con especificaciones técnicas e incluso supervisiones y
revisiones, en su caso. De las obligaciones indicadas el primer vendedor no
puede excusarse, como tampoco pedir su división, pues está llamado directa y
principalmente a satisfacer los daños y perjuicios. Se encuentra así en la
necesidad jurídica de responder a las pretensiones que se formulen en tal
sentido, como de reparar los perjuicios que se hayan irrogado a los
adquirentes de las edificaciones. Como contrapartida de esta obligación
inexcusable, la legislación le dota de una acción de reembolso en contra de
quien originó el daño, especialmente en contra del proyectista y del
constructor, según corresponda.
-CAPITULO III
EL DERECHO:
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como consecuencia de las fallas o defectos de aquélla”, por lo que en relación
al precepto legal invocado debemos hacer las siguientes precisiones:
Por último, y en el evento que ambas demandadas sean condenadas a raíz del
ejercicio de la presente acción, su responsabilidad patrimonial, o la forma en
que deberán responder a la sentencia lo fija claramente el mismo artículo 18
de la ley General de Urbanismo y Construcción cuando señala: “Respecto de
las responsabilidades, daños y perjuicios a que se refiere este artículo, las
personas jurídicas serán solidariamente responsables con el profesional
competente que actúe por ellas como arquitecto, ingeniero civil, ingeniero
constructor o constructor civil, los que deberán individualizarse en el respectivo
permiso de construcción”.
Por tanto, los elementos y/o requisitos que configuran la responsabilidad que
se persigue en relación a los hechos relatados y la normativa legal aplicable
son los siguientes:
Las personas jurídicas, al igual que las personas naturales responden por sus
hechos propios que son los imputables directamente a la persona jurídica y
responden, además, por el hecho ajeno cometido por sus dependientes.
C) El Daño
“Cabe destacar que es parte del “arte del buen construir” el que cada
elemento cumpla y asegure el cumplimiento a futuro de su estabilidad
estructural, tema que en esta oportunidad no se cumple.
Se observa erosión del cerro, existiendo un talud artificial producto de
los movimientos de tierra propios de generar la condición de
horizontalidad para la propiedad, lo anterior sin contener algún tipo de
elemento que impida la erosión producto del escurrimiento de aguas
superficiales y los efectos propios de la gravedad.”
-CLASES DE DAÑO:
1- Daño emergente
Tal como se ha entendido por la generalidad de la doctrina, el daño
emergente es el empobrecimiento real y efectivo que sufre el
patrimonio del deudor, tal como lo cita Abeliuk, el daño emergente es la
privación que sufre el acreedor al no incorporar a su patrimonio el objeto de la
obligación, o también es el empobrecimiento efectivo de la persona a quien se
indemniza; equivale en consecuencia, al enriquecimiento que habría reportado
al acreedor por el cumplimiento mismo, representado hasta entonces por el
crédito.(Rene Abeliuk, Las Obligaciones, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile),
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víctima tiene derecho a ser compensada además por el menor valor que tenga
la cosa después de reparada.
También constituyen daño emergente los gastos en que debe incurrir la víctima
a causa de la falla o deterioro en la mala construcción del edificio.
Los daños económicos o puramente patrimoniales, en tanto, son aquellos que
no se traducen en detrimento de cosas determinadas, pero que, sin embargo,
afectan al patrimonio. A diferencia de lo que ocurre en el common law, en
nuestra tradición jurídica nada obsta para incluir estos daños en la reparación.
Pues bien, tal como se demostrara en la etapa procesal respectiva, los daños
que tiene el muro oriente de mi inmueble son de tal magnitud, que las
reparaciones y arreglos definitivos para efectos de que el mismo quede en
estado de cumplir su función, sin el riesgo de derrumbe o de accidentes contra
terceras personas, me hace solicitar a S.S a este respecto una indemnización
equivalente a $22.000.000 (Veintidós millones de pesos), tomando en
consideración que se deben arreglar las bases del terreno, reparar el muro, y
la mano de obra que ello implica, tal como lo muestran cotizaciones que se
acompañaran a la causa en la etapa procesal respectiva.
2- Lucro cesante.
La doctrina lo ha definido como la pérdida del incremento neto que habría
tenido el patrimonio de la víctima de no haber ocurrido el hecho por el cual un
tercero es responsable. También es lucro cesante la pérdida de oportunidades
de uso y goce de la cosa dañada, aun cuando esta pérdida no se traduzca en
perjuicio económico presente.
Así la determinación del lucro cesante considera un grado razonable de
probabilidad en la percepción de los ingresos futuros, y obedece a una
proyección del curso normal de los acontecimientos, atendidas las
circunstancias particulares de la víctima.
En el caso puntual mi persona no explotaba el inmueble para usos
comerciales, tales como arriendos y otros, motivo por el cual no hay cobro
por este concepto.
3- Daño moral.
Respecto del daño moral, la doctrina lo ha definido como el dolor, pesar o
molestia que sufre una persona en su sensibilidad física, en sus sentimientos o
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afectos o en su calidad de vida. Por su parte la jurisprudencia ha evolucionado
en el último siglo, en base a construir un concepto mucho más amplio de daño
moral, basado en el artículo 2329 del Código Civil, que prescribe que “todo
daño debe ser indemnizado”.
Así se explica que cierta jurisprudencia haya definido el daño moral como
aquél que lesiona un derecho extrapatrimonial de la víctima. En nuestra
tradición jurídica el daño no se restringe a la lesión de un derecho, sino de un
legítimo interés. Por eso, se puede definir el daño moral en un sentido amplio,
como la lesión a los intereses extrapatrimoniales de la víctima.
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tres alternativas que allí se indican. En el presente caso, el actor ante la
reiterada inacción del demandado — primer vendedor del inmueble - ha
preferido obtener una indemnización de este, para con dichos dineros,
encargar las reparaciones que el edificio antes singularizado requiere")
EN EL PRIMER OTROSÍ: Sírvase S.S. tener por acompañados, con citación, los
siguientes documentos:
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