Taller DDHH
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Fue en 1948 cuando se redactó el primer documento legal en el cual se establecieron los
derechos humanos, el cual se denominó “La Declaración Universal de Derechos Humanos” y fue
adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En 2018 esta declaración cumplió 70
años y sigue siendo la base de toda ley internacional de derechos humanos. Sus 30 artículos
ofrecen los principios y los bloques de las convenciones de derechos humanos, tratado y otros
instrumentos jurídicos actuales y futuros (Naciones Unidas, 2024).
Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los
seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos vivimos en sociedad y nos
relacionamos entre nosotros, moldean la relación con el Estado y, así mismo, las obligaciones del
Estado hacia los individuos (UNICEF, 2015). Estos derechos se constituyen como una serie de
garantías orientadas a proteger los bienes fundamentales de las personas, con el fin de que se
resguarde su dignidad humana, e implican una responsabilidad para todos los individuos de hacer
valer los propios derechos y respetar y defender los de los demás. Las siguientes, son las
características fundamentales de los derechos humanos (Mediavilla, 2021; Naciones Unidas,
2024; UNICEF, 2015):
Ahora bien, entendiendo este rol, podemos hablar más claramente sobre la relación entre
la psicología jurídica y los derechos humanos, ya que se concluye que el psicólogo jurídico debe
tener un sólido conocimiento de las estructuras jurídicas en cuya base encontramos los derechos
humanos. Esto, consecuentemente obliga a que las personas con este perfil profesional tengan
pleno conocimiento, defensa y respeto por los derechos humanos (Hernández, 2010), con el fin
de promover acciones que analicen e intervengan la violación a los mismos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia sexual como: “todo acto
sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no
deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de
una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con
la víctima” (2018, p.2). Este tipo de violencia abarca la violación, pero también incluye la
desnudez forzada, el acoso, el abuso y la explotación sexual, la esterilización, embarazo y aborto
forzados, mutilación de órganos sexuales, amenazas de contenido sexual, prácticas de tortura
sexual y la obligación a presenciar actos sexuales. Dentro del contexto del conflicto armado en
Colombia y según los datos del OMC, entre 1959 y 2020 se han registrado 15.760 víctimas de
violencia sexual en todo el país, en el marco del conflicto armado. El 61,8 % de las víctimas
corresponde a mujeres y el 30,8 % a niñas y adolescentes. El rango de edad más frecuente para
las personas que sufrieron este tipo de abusos está entre los 14 y los 17 años (CNMH, 2021).
Ahora bien, ahora que conocemos la magnitud de este crimen de guerra en el marco
colombiano nos podemos preguntar, ¿qué derechos se vulneran en un acto de violencia sexual?
Por su parte, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer declaró que:
“La violencia contra la mujer, que menoscaba o anula el goce de sus derechos humanos y
sus libertades fundamentales en virtud del derecho internacional o de los diversos
convenios de derechos humanos, constituye discriminación, como la define el artículo 1
de la Convención. Esos derechos y libertades comprenden: a) El derecho a la vida; b) El
derecho a no ser sometido a torturas o a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes;
c) El derecho a protección en condiciones de igualdad con arreglo a normas humanitarias
en tiempo de conflicto armado internacional o interno; d) El derecho a la libertad y a la
seguridad personales; e) El derecho a igualdad ante la ley; f) El derecho a igualdad en la
familia; g) El derecho al más alto nivel posible de salud física y mental.” (Amnistía
Internacional, 2011, p. 9)
Así vemos que el crimen de violencia sexual en términos jurídicos tiene grandes implicaciones
para las víctimas y por ende, también múltiples obligaciones existentes en virtud del derecho
internacional de derechos humanos para el Estado. Es su responsabilidad enfocarse en la
reparación integral, acompañamiento y justicia para las víctimas. Así mismo, en el proceso de
reconocimiento y judicialización de los victimarios.